El Gran Dios Del Pan

EL GRAN DIOS DEL PAN El dios Pan era hijo de Hermes y su madre era hija de Driope, cuando él nació su madre grito horror

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EL GRAN DIOS DEL PAN El dios Pan era hijo de Hermes y su madre era hija de Driope, cuando él nació su madre grito horrorizada y su padre lo envolvió en una piel y lo llevo al monte Olimpo para que los demás dioses se regocijaran con su visión. Pan tenía un aspecto mitad humano y mitad animal del género caprino. Lo cubría una espesa mata de pelo, y sus piernas no eran piernas, sino robustas patas finalizadas en pezuñas hendidas. De su frente partían dos cuernos que daban un aire bestial a su rostro. Creció en los bosques, cuevas y las fuentes de la Arcadia, al margen del panteón griego. Pan nunca escucho los lamentos de los héroes, solo los pastores y cazadores podían obtener su auxilio. Llevaba una vida placentera y tranquila en los bosques, cuidaba de sus rebaños y animales por las mañanas. Pan era, también, el dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina desenfrenada. Dotado de una gran potencia y apetito sexual, Al atardecer le gustaba espiar y se dedicaba a perseguir por los bosques a las ninfas o las perseguía aprovechando su capacidad para correr y saltar por los peñascos. A pesar de su aspecto semi-animal, Pan fue un exitoso seductor de ninfas. Entre sus conquistas están Eco (la futura enamorada de Narciso), Eufema (la nodriza de las Musas), y Selene a la que engaño disfrazándose con una piel de cabra. También se jactaba de haber copulado con todas las Ménades. Para Pan no todo fue alegría, sufrió de fracasos amorosos, no pudo obtener a Pitis quien se transformo en pino, de ese pino Pan tomo una rama con la que confecciono una sencilla corona, siendo Pan, desde entonces, coronado con las hojas del pino. Siringa para huir de su acoso se transformo en cañaveral, cuando Pan llegó, sólo pudo abrazar las cañas que se mecían por el viento y el rumor que producían le causó tal agrado que decidió construir un nuevo instrumento musical con ella así Pan fabrico la primera flauta de las conocidas como flautas de Pan o siringas, la

cual posteriormente Hermes copiaría para vendérsela a Apolo haciéndola pasar como propia. Pan es uno de los pocos dioses que ha muerto. En la mitología romana se identifica a dios Pan con Fauno.

EL DIOS HERMES Herrmes, en la mitología griega, mensajero de los dioses, hijo de Zeus y Maya, la hija del Titán Atlas. Nació en una caverna del monte Cileno, al sur de Arcadia. Maya lo había concebido por obra de Zeus en plena noche, mientras dormían los dioses y los hombres. Hermes vino al mundo el cuarto día del mes, y este día le quedó consagrado, su nacimiento fue normal pero ya daba muestras de una precocidad extraordinaria: consiguió desatarse de las bandas con que se envolvía a los recién nacidos y escapar hasta Tesalia, donde su hermano Apolo pastoreaba los rebaños de Admeto. Mientras Apolo, distraído con su amor por el hijo de Magnes, Himeneo, descuidaba sus deberes de pastor, Hermes le robó parte del ganado. Luego, atando una rama a la cola de cada uno de los animales, se los llevó atravesando Grecia, hasta una caverna de Pilos. Sólo había sido visto por un anciano llamado Bato, único testigo cuyo silencio intentó comprar. En Pilos, Hermes sacrificó dos de los animales robados, dividiéndolos en doce partes, una para cada uno de los doce dioses. Luego, después de ocultar el resto del rebaño, huyó a su gruta del Cileno. Al llegar a ella encontró en la entrada una tortuga; que vació y tesó sobre la cavidad de la concha unas cuerdas fabricadas con los intestinos de los bueyes que había sacrificado; de este modo quedó construida la primera

lira.

Mientras tanto, Apolo andaba buscando sus bestias por todas partes. Por fin llegó a Pilos, donde Bato le descubrió el escondite. Se decía también que Apolo había averiguado toda la historia gracias a su arte adivinatorio, observando el vuelo de las aves. Se trasladó entonces al monte Cileno y se quejó a Maya de los robos de Hermes su hijo; pero Maya le mostró al niño, envuelto en sus pañales, y le preguntó cómo era posible que profiriese contra él una acusación semejante. Entonces Apolo requirió la presencia de Zeus, el cual ordenó al niño que restituyese los animales robados, pese a sus protestas de inocencia. Sin embargo, Apolo había visto la lira en la gruta del Cileno, y oído los sonidos que Hermes obtenía

de

ella.

Seducido,

cambió

su

ganado

por

el

instrumento.

Algo más tarde, Hermes, guardando los rebaños que había adquirido como se ha

dicho, inventó la flauta (la siringa o flauta de Pan). Apolo quiso comprarle este nuevo instrumento musical y le ofreció en pago el cayado de oro que utilizaba para guardar las manadas de Admeto. Hermes le pidió, además, lecciones de arte adivinatoria. Apolo aceptó el trato, y de aquí que la vara de oro (el caduceo) figure entre los atributos de Hermes. Éste aprendió también a adivinar el porvenir sirviéndose de pequeños guijarros. Zeus, satisfecho de la habilidad y actividad de su último retoño, lo nombró su heraldo, consagrándolo particularmente a su servicio personal y al de los dioses infernales, Hades y Perséfone. Estos mitos de infancia de Hermes son los únicos en que este personaje desempeña el papel principal. Como especial servidor y correo de Zeus, Hermes tenía un sombrero y sandalias aladas y llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con serpientes enrolladas y alas en la parte superior. Guiaba a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía que poseía poderes mágicos sobre el sueño. Hermes era también el dios del comercio, protector de comerciantes y pastores. Como divinidad de los atletas, protegía los gimnasios y los estadios, y se lo consideraba responsable tanto de la buena suerte como de la abundancia. A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso enemigo, embaucador y ladrón. En el primitivo arte griego, se representaba a Hermes como un hombre maduro y barbado; en el arte clásico, como un joven atlético, desnudo e imberbe como puede comprobarse en el

Hermes

de

Praxíteles,

en

Olimpia

En la mitología griega Hermes (en griego antiguo Έρμ ῆς) es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los oradores y el ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos. En las leyendas, lo más corriente es que intervenga como figura secundaria, cual agente de la divinidad, protector de los héroes, etc. En la Gigantomaquia va cubierto con el casco de Hades, que convierte en ser invisible al que lo lleva;

gracias a ello puede matar al gigante Hipólito. En la lucha de los dioses contra los Alóadas, salva a Ares sacándolo de la vasija de bronce en la que los dos gigantes lo habían metido. También Hermes, de modo análogo, salva a Zeus cuando lucha contra Tifón, logrando quitar al monstruo los tendones del dios, que Tifón había escondido en una piel de oso y cuya custodia había confiado a un dragón, Delfine, mitad mujer mitad serpiente. Sin ser visto por su enemigo, consigue, con la ayuda de Pan, volver a unir los tendones al cuerpo de Zeus, dándole con ello la posibilidad de proseguir el combate. Su intervención en todas estas aventuras se debe a su habilidad.