El Existencialismo

El existencialismo Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ El existencialismo. El existencialismo es una corriente filosófica que tuvo s

Views 278 Downloads 2 File size 558KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

El existencialismo. El existencialismo es una corriente filosófica que tuvo su origen en el siglo XIX y se prolongó aproximadamente hasta la segunda mitad del siglo XX. No se trata de una escuela filosófica homogénea ni sistematizada, y sus seguidores se caracterizan principalmente por sus reacciones contra la filosofía tradicional. El existencialismo es una corriente filosófica que persigue el conocimiento de la realidad a través de la experiencia inmediata de la propia existencia. De todas formas, no se ha desarrollado una teoría precisa o exacta que defina claramente este concepto. Conceptualizando Lo que está claro es que este movimiento de la filosofía destaca al ser humano individual como creador del significado de su vida. La temporalidad del sujeto, su existencia concreta en el mundo, es aquello que constituye al ser y no una supuesta esencia más abstracta. Los existencialistas no creen que el individuo sea una parte de un todo, sino que cada ser humano es una integridad libre por sí misma. La existencia propia de una persona es lo que define su esencia y no una condición humana general. En otras palabras, el ser humano existe desde que es capaz de generar cualquier tipo de pensamiento. El pensamiento hace que la persona sea libre: sin libertad, no hay existencia. Esta misma libertad convierte al individuo en un ser responsable de sus actos. Hay, por lo tanto, una ética de la responsabilidad individual. La persona debe hacerse cargo de los actos que realiza en el ejercicio de su libertad. Surgimiento de este pensamiento Este término fue el resultado de un intenso trabajo filosófico desarrollado entre los siglos XIX y XX; en una búsqueda clara de la razón de la existencia a partir de la individualidad, las emociones, las acciones y la responsabilidad de cada individuo. Se considera como padre del existencialismo al filósofo Soren Kierkegaard. Fue él quien determinó que cada individuo es quien debe encontrarle un sentido a su existencia. Y agregó que la mayor responsabilidad del ser humano radica en vivir su propia vida de forma pasional y sincera, pese a los mil obstáculos que puedan presentarse. De todas formas, el término no se acuñó hasta la década del 40 y quienes lo hicieron fueron los franceses Jean-Paul Sartre (1905–1980) y Albert Camus (1913–1960). Considerados hoy como los máximos exponentes del existencialismo. Según lo explicó el propio Sartre el existencialismo es una forma humana de entender la existencia. Posteriormente, se incluyó dentro de esta ideología a pensadores de épocas anteriores como Heidegger, Nietzche o el propio Kierkegaard. Esta corriente puede dividirse en diversas escuelas; entre las mismas podemos destacar: el existencialismo teísta (reflexiona sobre la existencia de Dios y el Espíritu), el existencialismo ateo (niega lo divino) y el existencialismo agnóstico (considera que la existencia de Dios es irrelevante para la existencia humana). Sören Kierkegaard (Copenhague, 1813 - id., 1855) Filósofo danés. Hijo del segundo matrimonio de un acaudalado comerciante de estricta religiosidad, era el menor de siete hermanos. Jorobado de nacimiento, la opresiva educación religiosa que vivió en la casa paterna está en la base de su temperamento angustiado y su atormentada religiosidad, origen de numerosas crisis. Sin embargo, de puertas afuera mantuvo una disipada vida social, en la que se distinguía por la brillantez de su ironía y su 1

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

sentido del humor. Sin razón aparente, renunció a su compromiso con Regina Olsen cuando estaban a punto de casarse, en 1841, al parecer a causa de una nueva crisis que le empujó a abrazar una vida religiosa, en el peculiar sentido que ello tenía para él. Sin embargo, antes de defender la fe como la única vía para evitar la caída en la desesperación, los primeros escritos de Kierkegaard trataban de los dos estadios previos de la existencia humana, según la teoría de los tres estadios que propuso en O lo uno o lo otro, que guarda cierto paralelo con su propia existencia; distinguió, en este sentido, el estadio estético y el ético, que se completarían con el ya mencionado estadio religioso. Kierkegaard escribió con seudónimo los libros en que reconstruía el discurso del esteta, y también los que dedicó al estadio ético. Sólo cuando entró en la fase del estadio religioso, a partir del año 1848, abandonó el uso de seudónimos. Éstos no respondían a la voluntad de ocultar su identidad, sino a la intención de dar a cada personaje un nombre y apellido propios (Victor Eremita, Nicolaus Notabene, Johannes Climacus, Johannes de Silentio, Constantin Constantinus...) con los cuales caricaturizar una de las múltiples formas en que los hombres resuelven su existencia. Así, el esteta sería aquel individuo que, angustiado ante la imposibilidad de determinar por sí mismo la buena dirección de su propia vida, suspendiese las decisiones para evitar equivocarse: nada es preferible excepto si produce placer. Por eso, el esteta acabará dedicando toda su vida a encontrar la fórmula en que haya quedado absolutamente desterrada la angustia. Esta figura encuentra su mejor ejemplo en Diario de un seductor, donde el goce de la vida como momentos aislados de placer es lo único que guía al protagonista. El hombre ético, en cambio, confía en que, al contrario, su razón le proporcione los elementos necesarios y suficientes para evaluar en cada momento la oportunidad de sus actos y, con ello, guiar rectamente el curso de su vida; sin embargo, y en abierta oposición a Hegel, para Kierkegaard esta figura queda atrapada en el espacio mediocre y alienante de lo público, del concepto compartido, nivelador, en el que desaparece el individuo. Por último, el religioso albergará en sí mismo la tensión entre los dos estadios anteriores; sentirá la dificultad para actuar, pero a la desesperación opondrá no su razón, sino la pasión que el esteta derrochaba en las gestas amorosas, empleada ahora en sentir hasta el final su temor a equivocarse, mientras no puede por menos que actuar. Instalado en el absurdo de la existencia y en la angustia radical de la aspiración a la eternidad, el religioso afirma únicamente su fe, y a través de ella su propia y radical singularidad. Kierkegaard abordó la temática religiosa de un modo heterodoxo, ya que no indagó en la naturaleza de la fe desde la premisa de la existencia de Dios sino desde la subjetividad del individuo, que, a través del inevitable ejercicio de su libertad, ve en el sentimiento religioso la única forma de vivir una existencia digna, no tanto a los ojos de Dios como a los suyos propios. Además de su prolijidad, lo que hace notable al filósofo es la originalidad de su trabajo, muy próximo a algunas de las corrientes filosóficas más relevantes del siglo por venir, sobre todo el existencialismo. El existencialismo en la literatura En la literatura seguramente los máximos aliados de esta línea de pensamiento fueron Fiódor Dostoyevski y Franz Kafka. Existencialismo entre las obras de Dostoyevski podríamos mencionar “Memorias del subsuelo” como un claro tratado existencialista. En la misma se presenta la vida de un hombre que se siente fuera de su grupo, incapaz de encajar en la sociedad y de

2

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

encontrarle sentido a su existencia. Otra obra de este autor que podría nominarse como existencialista es “Crimen y castigo”. En la obra de Kafka también existen varios personajes que permiten ubicar la ideología de este autor cerca de la de Dostoyevski. La mayoría de ellos son seres surrealistas y desesperados que no encuentran sentido al respirar de cada día y que viven condenados a un sistema absurdo que les reprime y no les permite ser felices. Sus novelas fundamentales “La Metamorfosis” y “El proceso” son consideradas dos obras magnas dentro de la literatura existencialista. Cabe mencionar que el propio Sartre también escribió una novela, titulada “La náusea” que plasma las ideas fundamentales de esta corriente. La misma es recomendada como material para acercarse a los complicados razonamientos filosóficos. Además es una obra de referencia que ha servido de inspiración a muchos autores posteriores al francés, como Philip K. Dick o Chuck Palahniuk. Jean-Paul Sartre (París, 1905 - id., 1980) Filósofo y escritor francés. Precoz lector de los clásicos franceses, en 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y conoció a Paul Nizan, con quien inició una estrecha amistad. Al año siguiente, el segundo matrimonio de su madre (considerado por JeanPaul Sartre como «una traición») lo obligó a trasladarse a La Rochelle; hasta 1920 no regresó a París. En 1924 inició sus estudios universitarios en la École Normale Supérieure, donde conoció a Simone de Beauvoir, con quien estableció una relación que duraría toda su vida. Tras cumplir el servicio militar, empezó a ejercer como profesor de instituto; en 1933 obtuvo una beca de estudios que le permitió trasladarse a Alemania, donde entró en contacto con la filosofía de Husserl y de Heidegger. En 1938 publicó La náusea, novela que pretendía divulgar los principios del existencialismo y que le proporcionó cierta celebridad, al tiempo que se convertía en símbolo de aquel movimiento filosófico. Movilizado al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, fue hecho prisionero, aunque consiguió evadirse en 1941 y regresar a París, donde trabajó en el liceo Condorcet y colaboró con Albert Camus en Combat, el periódico de la Resistencia. En 1943 publicó El Ser y la Nada, su obra filosófica más conocida, versión personal de la filosofía existencialista de Heidegger. El ser humano existe como cosa (en sí), pero también como conciencia (para sí) que sabe de la existencia de las cosas sin ser ella misma un en sí como esas cosas, sino su negación (la Nada). La conciencia sitúa al hombre ante la posibilidad de elegir lo que será; ésta es la condición de la libertad humana. Eligiendo su acción, el hombre se elige a sí mismo, pero no elige su existencia, que le viene ya dada y es requisito de su elección; de aquí la famosa máxima existencialista: «la existencia precede a la esencia». Dos años más tarde, alcanzada ya la popularidad, abandonó la enseñanza para dedicarse exclusivamente a escribir; en colaboración con Raymond Aron, Maurice Merleau-Ponty y Simone de Beauvoir, fundó Les Temps Modernes, una de las revistas de pensamiento de la izquierda más influyentes de la posguerra. Por esa época, Sartre inició una fluctuante relación con el comunismo, hecha de acercamientos (uno de los cuales provocó su ruptura con Camus en 1956) y alejamientos motivados por su denuncia del estalinismo o su protesta por la intervención soviética en Hungría. En su última obra filosófica, Crítica de la razón dialéctica (1960), se propuso una reconciliación del materialismo dialéctico con el 3

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

existencialismo, al cual pasó a considerar como una ideología parásita del marxismo, y trató de establecer un fundamento de la dialéctica marxista mostrando que la actividad racional humana, la praxis, es necesariamente dialéctica. En 1964 rechazó el Premio Nobel de Literatura para no «dejarse recuperar por el sistema»; decididamente contrario a la política estadounidense en Vietnam, colaboró con Bertrand Russell en el establecimiento del Tribunal Internacional de Estocolmo para la persecución de los crímenes de guerra. Tras participar directamente en la revuelta estudiantil de mayo de 1968, multiplicó sus gestos públicos de izquierdismo, asumió la dirección del periódico La Cause du Peuple y fundó Tout!, de orientación maoísta y libertaria. En 1975 se inició el progresivo quebranto de su salud; la ceguera lo apartó de la lectura y la escritura durante los últimos años de su vida, tras haber completado su postrera gran obra, El idiota de la familia (1971-1972); dedicada al tema de la creación literaria, era el fruto de los diez años que dedicó a la investigación de la personalidad de Gustave Flaubert. Albert Camus (Mondovi, Argelia, 1913 - Villeblerin, Francia, 1960) Novelista, dramaturgo y ensayista francés. Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes franceses, su infancia y gran parte de su juventud transcurrieron en Argelia. Inteligente y disciplinado, empezó estudios de filosofía en la Universidad de Argel, que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis. Formó entonces una compañía de teatro de aficionados que representaba obras clásicas ante un auditorio integrado por trabajadores. Luego ejerció como periodista durante un corto período de tiempo en un diario de la capital argelina, mientras viajaba intensamente por Europa. En 1939 publicó Bodas, conjunto de artículos que incluyen numerosas reflexiones inspiradas en sus lecturas y viajes. En 1940 marchó a París, donde pronto encontró trabajo como redactor en Paris-Soir. Albert Camus empezó a ser conocido en 1942, cuando se publicaron su novela corta El extranjero, ambientada en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se complementan y que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo. Tal influjo se materializa en una visión del destino humano como absurdo, y su mejor exponente quizá sea el «extranjero» de su novela, incapaz de participar en las pasiones de los hombres y que vive incluso su propia desgracia desde una indiferencia absoluta, la misma, según Camus, que marca la naturaleza y el mundo. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial se implicó en los acontecimientos del momento: militó en la Resistencia y fue uno de los fundadores del periódico clandestino Combat, y de 1945 a 1947, su director y editorialista. Sus primeras obras de teatro, El malentendido y Calígula, prolongan esta línea de pensamiento que tanto debe al existencialismo, mientras los problemas que había planteado la guerra le inspiraron Cartas a un amigo alemán. Su novela La peste (1947) supone un cierto cambio en su pensamiento: la idea de la solidaridad y la capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir se impone a la noción del absurdo. La peste es a la vez una obra realista y alegórica, una reconstrucción mítica de los sentimientos del hombre europeo de la posguerra, de sus terrores más agobiantes. El autor precisó su nueva perspectiva en otros escritos, como el ensayo El hombre en rebeldía (1951) y en relatos breves como La caída y El exilio y el reino, obras en que orientó su moral de la rebeldía hacia un ideal que salvara los más 4

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

altos valores morales y espirituales, cuya necesidad le parece tanto más evidente cuanto mayor es su convicción del absurdo del mundo. Si la concepción del mundo lo emparenta con el existencialismo de Jean-Paul Sartre y su definición del hombre como «pasión inútil», las relaciones entre ambos estuvieron marcadas por una agria polémica. Mientras Sartre lo acusaba de independencia de criterio, de estirilidad y de ineficacia, Camus tachaba de inmoral la vinculación política de aquél con el comunismo. De gran interés es también su serie de crónicas periodísticas Actuelles. Tradujo al francés La devoción de la cruz, de Calderón de la Barca, y El caballero de Olmedo, de Lope de Vega. En 1963 se publicaron, con el título de Cuadernos, sus notas de diario escritas entre 1935 y 1942. Galardonado en 1957 con el Premio Nobel de Literatura, falleció en un accidente de automóvil. Martin Heidegger (Messkirch, Alemania, 1889 - Todtnauhaberg, actual Alemania, 1976) Filósofo alemán. Discípulo de Edmund Husserl, su indiscutible preminencia dentro de la filosofía continental se ha visto marcada siempre por la polémica, sobre todo la de su adhesión al régimen nacionalsocialista, manifestada en el discurso que pronunció en la toma de posesión de la cátedra en la Universidad de Friburgo (1933). La renuncia a la cátedra muy poco después de ocuparla no evitó que en 1945, finalizada la Segunda Guerra Mundial con la ocupación de Alemania por los aliados, fuera destituido como docente en Friburgo. Sólo en el año 1952 se reincorporó, si bien su actividad académica fue ya mucho menos constante. Aunque recibió de algunos de sus discípulos, como Herbert Marcuse, la sugerencia insistente de que se retractara públicamente de su discurso de 1933, el filósofo desestimó el consejo y nunca quiso dar explicaciones. Si bien para algunos es imposible abordar su obra sin reservas, la mayoría de filósofos y estudiosos actuales prefieren tomar el trabajo de Heidegger en su sentido estrictamente filosófico, que no resulta menos controvertido. Desde la filosofía analítica, su obra ha sido criticada con dureza, sobre todo por Rudolf Carnap. Pero el pensamiento heideggeriano también ha suscitado adhesiones entusiastas: así, la filosofía francesa de las décadas de 1960 y 1970 (Jacques Derrida, Emmanuel Levinas, Paul Ricoeur) admiró la capacidad de precisión de su lenguaje, así como su aportación al discurso humanístico. La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos. El primero viene marcado por Ser y tiempo, obra que, pese a quedar incompleta, plantea buena parte de las ideas centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del presupuesto de que la tarea de la filosofía consiste en determinar plena y completamente el sentido del ser, no de los entes, entendiendo por «ser», en general, aquello que instala y mantiene a los entes concretos en la existencia, aunque la definición de este concepto ocupa toda la obra del autor, y es en cierto sentido imposible. En la comprensión heideggeriana, el hombre es el ente privilegiado al que interrogar por el ser, pues sólo a él «le va» su propio ser, es decir, mantiene una específica relación de reconocimiento con él. La forma específica de ser que corresponde al hombre es el «Ser-ahí» (Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual define al «ser-ahí» como «Ser-en-el-mundo». La distinción de la filosofía moderna, desde Descartes, entre un sujeto encerrado en sí mismo que se enfrenta a un mundo totalmente ajeno es inconsistente para Heidegger: el ser del hombre se define por su relación con el 5

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

mundo, que es además práctica («ser a-la-mano») antes que teórica («ser ante-losojos»). Estas categorías le sirven para comprender por dónde pasa la diferencia entre una vida auténtica, que reconozca el carácter de «caída» que tiene la existencia, es decir, la imposibilidad de dominar su fundamento (el ser), y una vida inauténtica o enajenada, que olvide el ser en nombre de los entes concretos. La dimensión temporal del ser, en cuanto proyecto del «ser-ahí» y enfrentamiento a la muerte (el ser-ahí es también «serpara-la-muerte»), sería el otro gran olvido de la filosofía clásica. El esfuerzo de Heidegger por pensar el ser como relación de los entes en el tiempo está en la base del posterior movimiento hermenéutico. En la segunda etapa de su pensamiento, el filósofo estudia la historia de la metafísica desde Platón como proceso de olvido del ser, y como caída inevitable en el nihilismo (cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En sus últimas obras, realiza un acercamiento al arte como lugar privilegiado donde se hace presente el ser. Para Heidegger, se hace también necesario rehabilitar los saberes teóricohumanísticos, a fin de mostrar que lo que constituye a todo hombre en cuanto tal no es su capacidad material de alterar el entorno, sino la posibilidad que tiene de hacer el mundo habitable: el hombre debe comprender que no es «el señor del ente sino el pastor del ser» y que «el lenguaje es la casa del ser». Antes que la técnica, el lenguaje, y en general la conciencia (la capacidad de interrogarse del Dasein), son los dos elementos que constituyen al hombre en cuanto existente o, lo que es lo mismo, en cuanto hombre. Friedrich Nietzsche (Röcken, actual Alemania, 1844 - Weimar, id., 1900) Filósofo alemán, nacionalizado suizo. Su abuelo y su padre fueron pastores protestantes, por lo que se educó en un ambiente religioso. Tras estudiar filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, a los veinticuatro años obtuvo la cátedra extraordinaria de la Universidad de Basilea; pocos años después, sin embargo, abandonó la docencia, decepcionado por el academicismo universitario. En su juventud fue amigo de Richard Wagner, por quien sentía una profunda admiración, aunque más tarde rompería su relación con él. La vida del filósofo fue volviéndose cada vez más retirada y amarga a medida que avanzaba en edad y se intensificaban los síntomas de su enfermedad, la sífilis. En 1882 pretendió en matrimonio a la poetisa Lou Andreas-Salomé, por quien fue rechazado, tras lo cual se recluyó definitivamente en su trabajo. Si bien en la actualidad se reconoce el valor de sus textos con independencia de su atormentada biografía, durante algún tiempo la crítica atribuyó el tono corrosivo de sus escritos a la enfermedad que padecía desde joven y que terminó por ocasionarle la locura. Los últimos once años de su vida los pasó recluido, primero en un centro de Basilea y más tarde en otro de Naumburg, aunque hoy es evidente que su encierro fue provocado por el desconocimiento de la verdadera naturaleza de su dolencia. Tras su fallecimiento, su hermana manipuló sus escritos aproximándolos al ideario del movimiento nazi, el cual no dudó en invocarlos como aval de su ideología; del conjunto de su obra se desprende, sin embargo, la distancia que lo separa de ellos. La filosofía de Nietzsche Entre las divisiones que se han propuesto para las obras de Nietzsche, quizá la más sincrética sea la que distingue entre un primer período de crítica de la cultura y un segundo período de madurez en que sus obras adquieren un tono más metafísico, al 6

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

tiempo que se vuelven más aforísticas y herméticas. Si el primer aspecto fue el que más impacto causó en su época, la interpretación posterior, a partir de Heidegger, se ha fijado sobre todo en sus últimas obras. Como crítico de la cultura occidental, Nietzsche considera que su sentido ha sido siempre reprimir la vida (lo dionisíaco) en nombre del racionalismo y de la moral (lo apolíneo); la filosofía, que desde Platón ha transmitido la imagen de un mundo inalterable de esencias, y el cristianismo, que propugna idéntico esencialismo moral, terminan por instaurar una sociedad del resentimiento, en la que el momento presente y la infinita variedad de la vida son anulados en nombre de una vida y un orden ultraterrenos, en los que el hombre alivia su angustia. Su labor hermenéutica se orienta en este período a mostrar cómo detrás de la racionalidad y la moral occidentales se hallan siempre el prejuicio, el error o la mera sublimación de los impulsos vitales. La «muerte de Dios» que anuncia el filósofo deja al hombre sin la mezquina seguridad de un orden trascendente, y por tanto enfrentado a la lucha de distintas voluntades de poder como único motor y sentido de la existencia. El concepto de voluntad de poder, perteneciente ya a sus obras de madurez, debe interpretarse no tanto en un sentido biológico como hermenéutico: son las distintas versiones del mundo, o formas de vivirlo, las que se enfrentan, y si Nietzsche ataca la sociedad decadente de su tiempo y anuncia la llegada de un superhombre, no se trata de que éste posea en mayor grado la verdad sobre el mundo, sino que su forma de vivirlo contiene mayor valor y capacidad de riesgo. Otra doctrina que ha dado lugar a numerosas interpretaciones es la del eterno retorno, según la cual la estructura del tiempo sería circular, de modo que cada momento debería repetirse eternamente. Aunque a menudo Nietzsche parece afirmar esta tesis en un sentido literal, ello sería contradictorio con el perspectivismo que domina su pensamiento, y resulta en cualquier caso más sugestivo interpretarlo como la idea regulativa en que debe basarse el superhombre para vivir su existencia de forma plena, sin subterfugios, e instalarse en el momento presente, puesto que si cada momento debe repetirse eternamente, su fin se encuentra tan sólo en sí mismo, y no en el futuro. Fiódor Dostoyevski (aliado, junto a Kafka) Fiódor Dostoyevski (Fiódor Mijailovich Dostoievski; Moscú, 1821 - San Petersburgo, 1881) Novelista ruso. Educado por su padre, un médico de carácter despótico y brutal, encontró protección y cariño en su madre, que murió prematuramente. Al quedar viudo, el padre se entregó al alcohol, y envió finalmente a su hijo a la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo, lo que no impidió que el joven Dostoievski se apasionara por la literatura y empezara a desarrollar sus cualidades de escritor. A los dieciocho años, la noticia de la muerte de su padre, torturado y asesinado por un grupo de campesinos, estuvo cerca de hacerle perder la razón. Ese acontecimiento lo marcó como una revelación, ya que sintió ese crimen como suyo, por haber llegado a desearlo inconscientemente. Al terminar sus estudios, tenía veinte años; decidió entonces permanecer en San Petersburgo, donde ganó algún dinero realizando traducciones. La publicación, en 1846, de su novela epistolar Pobres gentes, que estaba avalada por el poeta Nekrásov y por el crítico literario Belinski, le valió una fama ruidosa y efímera, ya que sus siguientes obras, escritas entre ese mismo año y 1849, no tuvieron ninguna repercusión, de modo que su autor cayó en un olvido total. 7

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

En 1849 fue condenado a muerte por su colaboración con determinados grupos liberales y revolucionarios. Indultado momentos antes de la hora fijada para su ejecución, estuvo cuatro años en un presidio de Siberia, experiencia que relataría más adelante en Recuerdos de la casa de los muertos. Ya en libertad, fue incorporado a un regimiento de tiradores siberianos y contrajo matrimonio con una viuda con pocos recursos, Maria Dmítrievna Isáieva. Tras largo tiempo en Tver, recibió autorización para regresar a San Petersburgo, donde no encontró a ninguno de sus antiguos amigos, ni eco alguno de su fama. La publicación de Recuerdos de la casa de los muertos (1861) le devolvió la celebridad. Para la redacción de su siguiente obra, Memorias del subsuelo (1864), también se inspiró en su experiencia siberiana. Soportó la muerte de su mujer y de su hermano como una fatalidad ineludible. En 1866 publicó El jugador, y la primera obra de la serie de grandes novelas que lo consagraron definitivamente como uno de los mayores genios de su época, Crimen y castigo. La presión de sus acreedores lo llevó a abandonar Rusia y a viajar indefinidamente por Europa junto a su nueva y joven esposa, Ana Grigorievna. Durante uno de esos viajes su esposa dio a luz una niña que moriría pocos días después, lo cual sumió al escritor en un profundo dolor. A partir de ese momento sucumbió a la tentación del juego y sufrió frecuentes ataques epilépticos. Tras nacer su segundo hijo, estableció un elevado ritmo de trabajo que le permitió publicar obras como El idiota (1868) o Los endemoniados (1870), que le proporcionaron una gran fama y la posibilidad de volver a su país, en el que fue recibido con entusiasmo. En ese contexto emprendió la redacción de Diario de un escritor, obra en la que se erige como guía espiritual de Rusia y reivindica un nacionalismo ruso articulado en torno a la fe ortodoxa y opuesto al decadentismo de Europa occidental, por cuya cultura no dejó, sin embargo, de sentir una profunda admiración. En 1880 apareció la que el propio escritor consideró su obra maestra, Los hermanos Karamazov, que condensa los temas más característicos de su literatura: agudos análisis psicológicos, la relación del hombre con Dios, la angustia moral del hombre moderno y las aporías de la libertad humana. Máximo representante, según el tópico, de la «novela de ideas», en sus obras aparecen evidentes rasgos de modernidad, sobre todo en el tratamiento del detalle y de lo cotidiano, en el tono vívido y real de los diálogos y en el sentido irónico que apunta en ocasiones junto a la tragedia moral de sus personajes. Franz Kafka (Praga, 1883 - Kierling, Austria, 1924) Escritor checo en lengua alemana cuya obra señala el inicio de la profunda renovación que experimentaría la novela europea en las primeras décadas del siglo XX. Franz Kafka dejó definitivamente atrás el realismo decimonónico al convertir sus narraciones en parábolas de turbadora e inagotable riqueza simbólica: protagonizadas por antihéroes extraviados en un mundo incomprensible, sus novelas reflejan una realidad en apariencia reconocible y cotidiana, pero sometida a inquietantes mutaciones que sumergen al lector en una opresiva y asfixiante pesadilla, plasmación de las angustias e incertidumbres que embargan al hombre contemporáneo. Nacido en el seno de una familia de comerciantes judíos, Franz Kafka se formó en un ambiente cultural alemán. Su padre, Hermann Kafka, había obtenido una cómoda posición con un matrimonio ventajoso y pudo costear una buena formación para el primogénito en uno de los colegios alemanes de Praga. Concluido el bachillerato 8

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

(1901), el cabeza de familia lo obligó a cursar estudios de leyes, materia por la que nunca sintió el menor interés, y se doctoró en derecho en 1906. Los años universitarios le dejaron tiempo para cultivar sus aficiones filosóficas y literarias; leyó a numerosos autores y conoció al futuro escritor y crítico literario Max Brod, con quien trabó una íntima amistad destinada a perdurar toda una vida. La personalidad enérgica y activa de Brod, totalmente opuesta a la del temeroso e introvertido Kafka, mitigó su soledad y su marcada tendencia al aislamiento. Finalizados sus estudios, trabajó en diversos bufetes de abogados y, desde 1908, en una compañía de seguros de Praga. Allí desempeño sus tareas con eficiencia y puntualidad, llegando a merecer un ascenso; sin embargo, carecía por completo de ambición profesional. El aburrido empleo (que no abandonaría definitivamente hasta 1920, a causa de su deteriorada salud) le ocupaba solamente las mañanas y podía dedicar las tardes y las noches a la literatura, su verdadera pasión. En 1911 conoció a Yitzchak Lowy, actor de teatro yiddish; pronto empezó a interesarse por la mística y la religión judías, que ejercieron sobre él una notable influencia y favorecieron su adhesión al sionismo. Su proyecto de emigrar a Palestina se vio frustrado en 1917 al padecer los primeros síntomas de tuberculosis, que sería la causante de su muerte. El diagnóstico decidió a Kafka a romper definitivamente su compromiso matrimonial con Felice Bauer, a la que había conocido en 1912 a través de Max Brod. Durante los cinco años que duró, la relación con Felice había sido repetidamente abandonada y retomada debido a las interminables vacilaciones de Kafka. La enfermedad obligó a Kafka a pasar largas temporadas en diversos sanatorios, primero en los Alpes italianos y finalmente en Kierling, cerca de Viena. En uno de ellos se enamoró de la joven checa Julie Wohryzek, pero la radical oposición del padre de Kafka imposibilitó el matrimonio. Este episodio originó el más revelador documento de aquella conflictiva relación paternofilial: la célebre Carta al padre que Kafka escribió en 1919. Publicada póstumamente, nunca llegó a ser enviada a su destinatario. En 1920, el encuentro con la traductora y periodista checa Milena Jesenská se transformó en una relación profunda, testimoniada en las Cartas a Milena, que verían la luz en 1952. Pero ni Kafka ni la propia Milena, casada con otro hombre, tuvieron el aliento necesario para romper el matrimonio, y a partir de 1921 comenzaron a distanciarse. Se estableció entonces en una casa de campo adquirida por su hermana, en la que escribió El castillo. En 1923, con la enfermedad ya muy avanzada, conoció a la jovencísima y vital Dora Diamant, el gran amor que había anhelado siempre, y que le devolvió brevemente la esperanza. Pero en abril del año siguiente sus dolencias se agravaron; en compañía de Dora Diamant, de su amigo Max Brod y de su tío Siegfried, falleció el 3 de junio de 1924 en el sanatorio de Kierling. La obra de Kafka A pesar de la enfermedad, de la hostilidad manifiesta de su familia hacia su vocación literaria, de sus cinco tentativas matrimoniales frustradas y de su empleo de burócrata en una compañía de seguros de Praga, Franz Kafka se dedicó intensamente a la literatura. Su obra, que nos ha llegado en contra de su voluntad expresa (ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que quemara todos sus manuscritos tras su muerte), constituye una de las cumbres de la literatura alemana y se cuenta entre las más influyentes e innovadoras del siglo XX. En la línea de la Escuela de Praga, de la que es el miembro más destacado, la escritura de Kafka se caracteriza por una marcada vocación metafísica y una síntesis de absurdo, ironía y lucidez. Ese mundo de sueños, que describe paradójicamente con un realismo minucioso, ya se halla presente en su primera novela corta, Descripción de una lucha, 9

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

que empieza con una lección de danza en Praga, traslada muy pronto al héroe al Japón y le sitúa en el centro de salvajes aventuras espirituales; fragmentos de este relato fueron publicados en 1909 en la revista Hyperion, dirigida por Franz Blei. En 1913, el editor Rowohlt accedió a publicar su primer libro, Meditaciones, pequeños fragmentos en prosa de una inquietud espiritual penetrante y un estilo profundamente innovador, a la vez lírico, dramático y melodioso. Los textos eran en realidad extractos de su diario personal: a instancias de su amigo Max Brod, Kafka seleccionó una serie de pasajes del Diario que había iniciado en 1910 y que continuaría, casi sin interrupciones, hasta el mismo año de su muerte. El libro pasó desapercibido; los siguientes tampoco obtendrían ningún éxito, fuera de un círculo íntimo de amigos y admiradores incondicionales. El estallido de la Primera Guerra Mundial y el final del noviazgo con Felice Bauer señalaron el inicio de una etapa creativa prolífica en la que redactó las obras más características de su producción. Su legado, que plantea numerosas dificultades de interpretación, se caracteriza en cambio por una extrema y deliberada claridad estilística, como se observa en la más conocida de sus narraciones, La metamorfosis (1915). Su protagonista es un mediocre viajante de comercio, Gregorio Samsa; un mañana, al despertarse, Samsa descubre que se ha transformado en un enorme insecto, lo que es narrado con normalidad pese a la monstruosidad de la situación. Este doble juego será una constante en la creación del autor, y en él reside en buena medida su singularidad y eficacia. Primera edición de La metamorfosis Casi contemporáneo al anterior y escrito en una sola noche es el relato de un conflicto paternofilial: La condena (1913), en el que un padre viejo y aparentemente enfermo recobra de repente su vitalidad y autoridad opresiva para maldecir a su hijo, que tan sólo deseaba vivir su propia vida. Años después aparecerían impresos el cuento En la colonia penitenciaria (1919) y el volumen de relatos Un médico rural (1919). Todas las restantes obras de Kafka no serían publicadas hasta después de su muerte. Títulos esenciales de su producción, como El proceso o El castillo, se hubiesen perdido para siempre de no haber incumplido Max Brod su orden de quemar los manuscritos; de hecho, el propio Brod se encargó de preparar las ediciones. Su primera novela propiamente dicha (las narraciones anteriores deben considerarse cuentos o novelas cortas por su extensión) es El proceso, que había comenzado a escribir hacia 1914 y fue publicada póstumamente en 1925. El protagonista de El proceso es Joseph K., empleado en un banco. Una mañana, dos individuos de uniforme le notifican su detención en virtud de un proceso que se ha incoado contra él. Es inútil que quiera conocer el delito de que se le acusa: son simples funcionarios que se limitan a cumplir su cometido, a saber, notificarle su detención. Pese a ello, es dejado provisionalmente en libertad; será citado en domingo para los interrogatorios a fin de no perturbarle en su trabajo. En sus intentos de probar su inocencia, Joseph K. penetra en los entresijos de un inquietante sistema judicial. Las sesiones del juzgado de instrucción se celebran en casa de un carpintero; los libros de la ley no son más que novelas sádicas e indecentes; los archivos judiciales están instalados en el granero de una casa miserable, en cuya irrespirable atmósfera escriben incesantemente los empleados sobre sus pupitres. Un tío de Joseph K. le presenta a su abogado, un viejo enfermo que recibe a sus clientes en la cama y cuya enfermera se siente atraída eróticamente por todos los procesados; tampoco él consigue adelantar el asunto. Se cuenta que la absolución es posible, que hace muchísimos años se dictó una sentencia absolutoria, pero es una leyenda de dudoso crédito, pues, en realidad, los fallos del tribunal no se publican nunca. Un pintor 10

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

retratista de jueces le informa de que podría ser aparentemente absuelto, lo que equivale a decir que el día menos pensado podría volver a ser detenido. Todo ello va minando la inicial determinación de Joseph K. Obsesionado por el caso, descuida su trabajo en la oficina para pasar largas horas perdido en el examen de las varias posibilidades de salvación que aparentemente se le ofrecen, o bien va corriendo de un lado a otro de la ciudad para confiar su defensa a un abogado o para buscar afanosamente la ayuda de cualquier persona que conozca a los jueces que se hacen cargo de su proceso. Al mismo tiempo, percibe miradas y sonrisas maliciosas en los escenarios donde se desarrollaba su metódica vida (el banco, la pensión, el café); de forma inexplicable, todos están enterados de su proceso. Sus medios de defensa resultan insuficientes y equivocados; al cabo de casi un año, sin haber llegado nunca a conocer cuál era la acusación, y extenuado e impotente tras una lucha imposible y absurda, Joseph K. es llevado sin resistencia a la afueras de la ciudad y ejecutado. El centro de la obra es el crecimiento del sentimiento de culpa y los tormentos que éste desencadena. La novela fue dramatizada en 1947 por André Gide y Jean-Louis Barrault, mientras que Gottfried von Einem hizo con ella una ópera, con libreto de Boris Blacher y Heinz von Cramer, que se estrenó en 1953. En 1962, Orson Welles rodó una soberbia adaptación cinematográfica. El argumento de su segunda novela, El castillo (escrita entre 1921 y 1922 y publicada en 1926), es en ciertos aspectos similar. Un agrimensor llamado K. llega a una aldea gobernada por un conde que vive en un castillo sobre la colina; el agrimensor ha sido llamado por el conde para trabajar a su servicio, y su intención es establecerse allí y ejercer su profesión. Sin embargo, topa de inmediato con inesperadas e insuperables dificultades. Por un lado, el castillo parece ser la sede de una monstruosa e incomprensible maquinaria burocrática a la que es casi imposible acceder; cuando parece lograrlo, no obtiene sino comunicaciones contradictorias. Por otro, no obtiene ninguna cooperación de las gentes del pueblo, que aceptan con naturalidad los absurdos dictados del castillo y parecen dejarlo de lado. A pesar de su empeño y sus esfuerzos, K. nunca logra más que aparentes avances en su propósito de iniciar su trabajo e integrarse en la comunidad, seguidos de retrocesos que lo devuelven una y otra vez al punto de partida. Max Brod hizo una versión dramática de esta obra en 1953. América (1927), por último, es una novela inconclusa, además de fragmentaria, que presenta dos grandes saltos y carece de final. Aunque en la publicación póstuma ocupa el tercer lugar, fue la primera que escribió: su primer capítulo, "El chófer", se había impreso en 1913 como relato independiente. Su protagonista es Karl Rossmann, un muchacho de dieciséis años que, a consecuencia de una desdichada aventura con la criada de sus padres, se ve obligado a separarse de ellos y de Alemania, su patria, para emigrar a América, donde uno de sus tíos debe recibirle. Pronto se encuentra abandonado a sus propias fuerzas en aquel inmenso y complicado país. Karl trata de trabajar en diversos oficios, pero dura poco en ellos; conoce así numerosos aspectos de aquella sociedad y pasa por múltiples experiencias que ponen claramente de relieve su imposibilidad de adaptarse. Como en las novelas antes reseñadas, el lector tiene la impresión de seguir al héroe a través de un oscuro laberinto indescifrable, donde los acontecimientos cobran un valor simbólico, pero sin que jamás se aclare la significación de los símbolos ni el efecto que puedan tener en la vida del personaje. La muralla china (1931) es un volumen que recoge relatos y textos en prosa escritos a partir de 1917; además del cuento que le da título, abarca dieciocho narraciones diversas y dos colecciones de notas y pensamientos. Los Diarios 1910-1923 se publicaron en 11

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

1948-1949, aunque una selección de ellos y de las cartas del autor ya se habían impreso en 1937 en Praga. Estos textos son de gran importancia para la interpretación de la persona y la obra de Kafka, e incluyen un proyecto inconcluso de obra aforística que Max Brod compiló con el título Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el verdadero camino. La existencia atribulada y angustiosa de Kafka se refleja en el pesimismo irónico que impregna su obra, que describe, en un estilo que va desde lo fantástico de sus obras juveniles al realismo más estricto, trayectorias de las que no se consigue captar ni el principio ni el fin. Sus personajes, significativamente designados con una inicial (Joseph K. o simplemente K.), son zarandeados y amenazados por instancias ocultas, materializadas en las autoritarias estructuras burocratizadas y anónimas creadas por la misma sociedad. Así, el protagonista de El proceso no llegará a conocer el motivo de su condena a muerte, y el agrimensor de El castillo buscará en vano el rostro del aparato burocrático en el que pretende integrarse; ambos padecen la angustiosa desorientación, la impotencia y finalmente el sentimiento de culpa y desamparo frente a un mundo ininteligible y deshumanizado que escapa a todo intento de control y que acaba degradando y sometiendo al hombre. Tan singular es la opresiva atmósfera que emana de sus más características narraciones, que incluso la lengua común ha incorporado el adjetivo kafkiano para referirse a una situación particularmente absurda y angustiosa. Los elementos fantásticos o absurdos, como la transformación en escarabajo del viajante de comercio Gregorio Samsa en La metamorfosis, evidencian la alienación del individuo e introducen en la realidad más cotidiana aquella distorsión que permite desvelar su propia y más profunda inconsistencia, un método que se ha llegado a considerar como una especial y literaria reducción al absurdo. Por su trascendental influencia, Franz Kafka se coloca a la cabeza de la renovación que emprendió el género novelístico en las primeras décadas del siglo XX, en la que también han de ubicarse grandes maestros como el francés Marcel Proust, el irlandés James Joyce y el estadounidense William Faulkner. Pero su originalidad irreductible y el inmenso valor literario de su obra le han valido a posteriori una posición privilegiada, casi mítica, en la literatura contemporánea. Cien años después de La metamorfosis, las múltiples interpretaciones trazadas desde los más variados puntos de vista (desde el enfoque existencialista al sociológico o psicoanalítico, pasando por las que parten del judaísmo o de la biografía del autor) siguen pareciendo reducciones o simplificaciones de una obra que, por su riqueza significativa, apenas tiene parangón en la literatura universal. Años 50 y 60 en Estados Unidos El florecimiento del Individuo La Gran Depresión de la década de 1930 casi había destruido la economía del país. La Segunda Guerra Mundial le dio nueva vida. Estados Unidos llegó a ser una fuerza importante en el escenario mundial y después de esa guerra, los estadounidenses disfrutaron de una prosperidad y libertad individual sin precedente. La expansión de la educación superior y la difusión de la televisión por todo el país después de la Segunda Guerra Mundial hicieron posible que la gente ordinaria obtuviera información por su cuenta y se volviera más sofisticada. La superabundancia de comodidades para el consumidor y la oferta de viviendas suburbanas grandes y atractivas dotaron de mayor autonomía a las familias de clase media. La difusión de las teorías de la psicología freudiana exaltó el origen y la importancia de la mente individual. La “píldora” para el control de la natalidad liberó a las mujeres de la rígida sumisión a los dictados de la 12

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

biología. Por primera vez en la historia humana, mucha gente ordinaria pudo tener una vida muy satisfactoria y reafirmó su valor personal. El ascenso del individualismo a escala masiva —junto con los movimientos de la década de 1960 en defensa de los derechos civiles y contra la guerra— les infundió poder a voces que antes estaban mudas. Los escritores afirmaron su naturaleza interior más profunda y el valor de la experiencia personal, y la importancia de la experiencia individual exaltó la importancia del grupo respectivo al cual estaba vinculada. Homosexuales, feministas y otros grupos marginados alzaron sus voces y proclamaron su propia historia. Los autores judíos y negros del país encontraron un público numeroso para presentar sus variantes del sueño, o la pesadilla, estadounidense. Escritores de extracción protestante, como John Cheever y John Updike, examinaron el impacto de la cultura de postguerra en vidas como las suyas. Algunos autores modernos y contemporáneos encajan todavía en tradiciones anteriores, como el realismo. Los hay que pueden ser descritos como clasicistas, otros como experimentales, estilísticamente influenciados por la ilusión efímera de la cultura de masas o por filosofías como el existencialismo o el socialismo. Muchos pueden ser agrupados más fácilmente según su origen étnico o su región. No obstante lo cual, en conjunto, los escritores modernos siempre reivindican el valor de la identidad individual. Sylvia Plath La vida de Sylvia Plath fue ejemplar en su aspecto externo: alumna becaria de la Escuela Superior Smith, se graduó como la primera de su clase y ganó una subvención Fulbright para estudiar en la Universidad de Cambridge en Inglaterra. Allí conoció al poeta Ted Hughes, un hombre carismático con quien se casó, tuvo dos hijos y se estableció en una casa de campo en aquel país. Detrás de esos éxitos de cuento de hadas bullían problemas psicológicos no resueltos que la autora evocó en su muy amena novela The Bell Jar (La campana de cristal, 1963). Algunos de sus problemas eran de tipo personal, pero otros se debían a su percepción de las actitudes represivas de los años 50 contra las mujeres. Por ejemplo, la creencia —compartida también por muchas mujeres— de que la mujer no debía manifestar sentimientos de ira ni tener la ambición de hacer carrera, pues su satisfacción la debía hallar en el hecho de atender a su esposo y a sus hijos Las mujeres que tenían éxito en su profesión, como Sylvia Plath, sentían que su vida era una contradicción. La vida color de rosa de Plath se derrumbó cuando se separó de Hughes y tuvo que atender sola a sus pequeños hijos en un apartamento de Londres, durante un invierno sumamente frío. Enferma, aislada y presa del desaliento, trabajó a marchas forzadas en una serie de poemas notables y se suicidó con el gas de su cocina. Esos poemas fueron reunidos en el volumen Ariel (1965) dos años después de la muerte de la autora. El poeta Robert Lowell, quien escribió la introducción, comentó el rápido desarrollo de la obra de Plath desde la época en que asistió a las clases de poesía que él impartió en 1958. Los primeros poemas de Plath eran tradicionales y de buena factura, pero en sus últimas obras se percibe un brío desesperado y el grito de angustia de un feminismo embrionario. En “The Applicant” (“La solicitante”, 1966), Plath expone la vacuidad del papel actual de la esposa (quien no es más que un ente impersonal inanimado): Una muñeca viviente por donde la mires. Es algo que sabe coser, cocinar. Y sabe hablar, hablar, hablar. 13

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

Los “poetas beats” surgieron en la década de 1950. El término beat sugiere indistintamente un compás musical acentuado, como en el jazz, o bien, la beatitud angélica o la santidad, y también “abatimiento”, es decir un estado de fatiga o de postración. Los beats (beatniks) se inspiraban en el jazz, las religiones orientales y la vida errante. Todo eso fue descrito en la famosa novela de Jack Kerouac On the Road (En el camino), que causó sensación en 1957 cuando fue publicada. La novela es el relato de un viaje en automóvil a través del país en 1947 y fue escrita en tres frenéticas semanas, en un solo rollo de papel según lo que Kerouac llamó “prosa bop espontánea”. El estilo salvaje y de improvisación, los personajes hipermísticos y el rechazo a la autoridad y los convencionalismos encendieron la imaginación de los lectores jóvenes y ayudaron a poner en marcha la desenfadada contracultura de los años 60. La mayoría de los beats importantes emigraron de la Costa Este a San Francisco y obtuvieron su primer reconocimiento nacional en California. Allen Ginsberg El carismático Allen Ginsberg llegó a ser el principal vocero del grupo. Hijo de un poeta y una madre excéntrica comprometida con el comunismo, Ginsberg estudió en la Universidad Columbia, donde trabó amistad con sus compañeros Kerouac (1922-1969) y William Burroughs (1914-1977), un autor de violentas novelas de pesadilla sobre el submundo de los adictos a la heroína, como The Naked Lunch (El almuerzo desnudo, 1959). Estos tres personajes fueron el núcleo del movimiento beat. La poesía beat es oral, repetitiva e inmensamente eficaz en las sesiones públicas de lectura, en gran parte porque surgió de las lecturas de poesía que se realizaban en los clubes underground. Algunos la podrían ver con acierto como la bisabuela de la música rap que se impuso en la década de 1990. La poesía beat fue la forma de literatura más contraria a las normas establecidas de Estados Unidos, pero detrás de sus ásperas palabras se esconde el amor a la patria. La poesía es un grito de dolor y de rabia por lo que los poetas interpretan como la pérdida de la inocencia del país y el trágico desperdicio de sus recursos humanos y materiales. Poemas como “Howl” (Aullido, 1956) de Allen Ginsberg revolucionaron la poesía tradicional: Vi a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, muertos de hambre, desnudos e histéricos, arrastrarse por las calles del negro al amanecer, en busca de un pinchazo iracundo, inadaptados con cabeza de ángel que ardían, ansiando un arcaico contacto celestial con la dínamo estrellada en la maquinaria de la noche... Tennessee Williams Nacido en Mississippi, fue una de las figuras más complejas del mundo literario de Estados Unidos a mediados del siglo XX. Su obra se centró en las emociones perturbadas dentro de familias (sureñas en su mayoría). Este autor fue reconocido por sus repeticiones como encantamientos, una dicción poética sureña, terribles escenarios góticos y la exploración freudiana de las emociones humanas. Williams, quien fue uno de los primeros escritores estadounidenses que vivieron abiertamente su homosexualidad, explicó que la añoranza típica de sus atormentados personajes 14

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

expresaba la soledad de éstos. Todos ellos viven y sufren con intensidad. Williams escribió más de 20 grandes dramas, muchos de ellos autobiográficos. Llegó a la cumbre de su carrera relativamente pronto —en los años 40— con The Glass Menagerie (El zoológico de cristal, 1944) y A Streetcar Named Desire (Un tranvía llamado deseo, 1949). Con ninguna de sus obras de las siguientes dos décadas o más tuvo tanto éxito y fortuna como con estas dos piezas. Eudora Welty Nacida en Mississippi, en una próspera familia trasplantada del Norte, Eudora Welty tuvo como guías a los novelistas Robert Penn Warren y Katherine Anne Porter. De hecho, esta última escribió la introducción a la primera colección de cuentos cortos de Welty, A Curtain of Green (Una cortina de verdor, 1941). La autora tomó a Porter como modelo para su obra, llena de matices, pero la más joven mostró mayor interés por lo cómico y lo grotesco. Igual que su colega sureña Flannery O’Connor, Welty presenta a menudo personajes subnormales, excéntricos o excepcionales. A pesar de la violencia que campea en su obra, el ingenio de Welty era esencialmente humano y afirmativo. Algunos de sus libros de cuentos son The Wide Net (La amplia red, 1943), The Golden Apples (Las manzanas de oro, 1949), The Bride of the Innisfallen (La novia del Innisfallen, 1955) y Moon Lake (El lago de la luna, 1980). Welty escribió también novelas como Delta Wedding (La boda del Delta, 1946), donde presenta una familia de hacendados de la era moderna, y The Optimist’s Daughter (La hija del optimista, 1972). Ralph Ellison Era del Medio Oeste, nació en Oklahoma y estudió en el Instituto Tuskegee, en el sur de Estados Unidos. La suya fue una de las carreras más extrañas en las letras de este país, pues publicó un libro enormemente aclamado… y muy poco más. Esa obra es la novela Invisible Man (El hombre invisible, 1952), la historia de un negro que vive una existencia subterránea en un antro brillantemente iluminado con electricidad que roba a una compañía de servicio público. El libro narra sus experiencias grotescas y desencantadas. Cuando gana una beca para estudiar en una universidad de negros es humillado por los blancos; al llegar a la escuela se percata de que el rector desprecia las inquietudes de los negros del país. La vida afuera de la escuela también es corrupta. Ni siquiera la religión es un consuelo, pues un predicador, por ejemplo, resulta ser un criminal. La novela acusa a la sociedad de no ofrecer a sus ciudadanos —negros y blancos— ideales factibles e instituciones adecuadas para alcanzarlos. La obra encarna un tema racial poderoso, ya que el “hombre invisible” no es así en realidad, sino que otros, cegados por el prejuicio, no lo pueden ver tal como es. Saul Bellow Nacido en Canadá y educado en Chicago, Saul Bellow era descendiente de judíos rusos. Estudió antropología y sociología en la universidad, lo cual influyó mucho en sus escritos. Una vez expresó su profunda deuda con el novelista estadounidense realista Theodore Dreiser, de quien aprendió a abrirse a una amplia gama de experiencias 15

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

y crear un compromiso emocional con ellas. Siendo un autor muy respetado, Bellow recibió el Premio Nobel de Literatura en 1976. Entre las primeras novelas de Bellow, algo sombrías y existencialistas, se cuentan Dangling Man (El hombre en suspenso, 1944), un estudio kafkiano acerca de un hombre que espera ser reclutado en el ejército, y The Victim (La víctima, 1947), sobre las relaciones entre judíos y gentiles. Su visión adoptó un tono más cómico en la década de 1950: usó una serie de narradores en primera persona, dinámicos y aventureros, en The Adventures of Augie March (Las aventuras de Augie March, 1953) —estudio de un emprendedor urbano al estilo de Huck Finn, que se convierte en traficante del mercado negro en Europa— y en Henderson the Rain King (Henderson, el rey de la lluvia, 1959), brillante y exuberante novela jocosa y seria sobre un millonario de mediana edad cuya ambición insatisfecha lo lleva al África. Algunas de las últimas obras de Bellow fueron: Herzog (1964), que narra la atribulada vida de un neurótico profesor de literatura que se especializa en la idea del yo romántico; Mr. Sammler’s Planet (El planeta del Sr. Sammler, 1970); Humboldt’s Gift (El regalo de Humboldt, 1975); y la autobiográfica The Dean’s December (El diciembre del decano, 1982). Seize the Day (Atrapa el día, 1956) es una brillante novela corta de Bellow que se centra en la vida de un hombre de negocios fracasado, Tommy Wilhelm, quien se angustia tanto por su sentimiento de inadaptación, que se convierte en un completo inadaptado: fracasa con las mujeres, en el trabajo, con las máquinas y en el mercado de materias primas, donde pierde todo su dinero. Wilhelm es un ejemplo del schlemiel del folclor judío, es decir, alguien a quien le ocurren inevitablemente cosas infortunadas. John Cheever Se ha dicho con frecuencia que John Cheever es un “novelista de las costumbres”. Es reconocido también por sus elegantes y sugerentes cuentos cortos en los que escudriña el mundo de los negocios de Nueva York a través de los efectos que produce en los negociantes y sus esposas, hijos y amigos. Una tortuosa melancolía y un deseo de pasión o de certidumbre metafísica nunca del todo reprimido, pero aparentemente vano, acechan en las sombras de los bien trazados relatos chejovianos de Cheever reunidos en The Way Some People Live (Cómo viven algunas personas, 1943), The Housebreaker of Shady Hill (El ladrón de Shady Hill, 1958), Some People, Places and Things That Will Not Appear in My Next Novel (Algunas personas, lugares y cosas que no aparecerán en mi próxima novela, 1961), The Brigadier and the Golf Widow (El brigadier y la viuda del golf, 1964) y The World of Apples (El mundo de las manzanas, 1973). Sus títulos reflejan su característica actitud indiferente, traviesa e irreverente, e insinúan su temática. Cheever publicó también varias novelas: The Wapshot Scandal (El escándalo de los Wapshot, 1964), Bullet Park (1969) y Falconer (1977), la última de las cuales es en gran parte autobiográfica. John Updike Como Cheever, John Updike ha sido considerado como un autor costumbrista en virtud de sus escenarios suburbanos, sus temas domésticos, sus reflexiones sobre el hastío y el ingenio y, en particular, porque sus relatos se desarrollan en sitios ficticios de la costa este de Estados Unidos, Massachusetts y Pennsylvania. Updike es más conocido por sus cinco libros sobre Conejo, donde 16

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

narra la vida de un hombre —Harry “Conejo” Angstrom— a través del flujo y reflujo de su vida en cuatro décadas de historia social y política estadounidense. Rabbit, Run (Corre, Conejo, 1960) es un espejo de los años 50, cuando Angstrom es un esposo joven, indiferente y a la deriva. Rabbit Redux (El regreso de Conejo, 1971) pone de relieve la contracultura de los años 60 y presenta a Angstrom aún sin meta o propósito claro y sin una salida factible para huir de lo trivial. En Rabbit is Rich (Conejo es rico, 1981), Harry se ha convertido en un empresario próspero en la década de 1970, cuando la época de Vietnam se desvanece. La novela final, Rabbit at Rest (Conejo en paz, 1990), vislumbra la reconciliación de Angstrom con la vida antes de morir a causa de un ataque cardíaco, con los años 80 como telón de fondo. De todos los escritores de hoy, Updike posee el estilo más brillante y sus cuentos cortos son ejemplos fulgurantes de su alcance y su inventiva. Norman Mailer Norman Mailer se convirtió en el novelista más famoso de las décadas de 1960 y 1970. Fue uno de los fundadores de The Village Voice, un semanario de la ciudad de Nueva York crítico del sistema, y en sus páginas se publicitó a sí mismo y a sus opiniones políticas. Por su avidez de experiencias, su estilo vigoroso y su espectacular personalidad pública, este autor encaja en la tradición de Ernest Hemingway. Para tener un buen punto de vista sobre el asesinato del presidente John F. Kennedy, las protestas contra la Guerra de Vietnam, la liberación de los negros y el movimiento feminista, él construyó personajes actualizados, existencialistas y “machos” (Kate Millett describió a Mailer, en su libro Sexual Politics, como el típico machista). El irrefrenable Mailer se casó en seis ocasiones y contendió por el cargo de alcalde de Nueva York. Desde sus ejercicios de “nuevo periodismo” como Miami and the Siege of Chicago (Miami y el sitio de Chicago, 1968), que es un análisis de las convenciones presidenciales de aquel año en Estados Unidos, y su convincente estudio de la ejecución de un asesino sentenciado, The Executioner’s Song (La canción del verdugo, 1979), Mailer ha optado por escribir novelas tan ambiciosas, aunque no perfectas, como Ancient Evenings (Veladas de antaño, 1983), ubicada en el antiguo Egipto, y Harlot’s Ghost (El fantasma de Harlot, 1991), que gira en torno de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos. Toni Morrison La novelista afro-estadounidense Toni Morrison nació en Ohio, en una familia con inclinaciones espirituales. Estudió en la Universidad Howard de Washington, D.C. y ha sido directora de una de las casas editoriales más importantes de esa ciudad y profesora distinguida en varias universidades. La rica trama de sus obras de ficción le ha ganado a Morrison aclamación internacional. En sus convincentes novelas de amplio aliento examina la compleja identidad de los negros desde una óptica universal. En una de sus primeras obras, The Bluest Eye (El ojo más azul, 1970), una muchacha negra con gran fuerza de voluntad cuenta la historia de Pecola Breedlove, una joven que enloquece bajo el maltrato de un padre cruel. Pecola alucina que sus ojos oscuros se han vuelto azules por arte de magia y que eso la hará adorable. Morrison ha dicho que a través de esta novela creó su propio sentido de identidad como escritora: “Yo era Pecola, Claudia y todos los demás”. En Sula (1973), Morrison describe la firme amistad entre dos mujeres y presenta a las afroestadounidenses como personas únicas y plenamente individuales, no como 17

El existencialismo

Dr. RAMIRO BRITO DÍAZ

estereotipos. Con su obra Song of Solomon (El cantar de Salomón, 1977) ha ganado varios premios. En ella relata la historia de un negro, Milkman Dead, y sus complejas relaciones con su familia y su comunidad. Beloved (La amada, 1987) es la dolorosa historia de una mujer que mata a sus hijos para evitar que vivan como esclavos. La autora usa las técnicas oníricas del realismo mágico para describir una figura misteriosa, Amada, que regresa de la tumba para vivir con la madre que la degolló. Jazz (1992) se desarrolla en el Harlem de la década de 1920 y es una historia de amor y homicidio. Morrison ganó el Premio Nobel de Literatura en 1993.

18