El Escocesismo en Chile

“EL ESCOCESISMO EN CHILE” A∴L∴G∴D∴G∴A∴D∴U∴ INTRODUCCIÓN Toda Institución tiene la responsabilidad de atesorar su histori

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“EL ESCOCESISMO EN CHILE” A∴L∴G∴D∴G∴A∴D∴U∴ INTRODUCCIÓN Toda Institución tiene la responsabilidad de atesorar su historia, para que todos y cada uno de sus integrantes tengan la oportunidad de conocer su origen y formación asi como poder rescatar de sus experiencias lo mejor, para que sirva en el desarrollo de nuevos proyectos que se pretenda materializar. La historia tiene una gran relevancia para la sociedad y nuestra Orden por ende no esta exenta de ello, ya que a partir de la historia, como ciencia social, se puede analizar y estudiar al Hombre, su pensamiento individual y colectivo, su formación sociológica, sus proyecciones, sus habilidades como tambien sus aspiraciones y concepciones espirituales, filosoficas y organizativas. Todo lo anterior, con la finalidad de poder formar y transformar al Hombre en un ser de pensamiento libre que busca alcanzar una sociedad mas justa e lgualitaria, en donde podamos encontrar la felicidad a traves de las diversas oportunidades que se nos presentan y que nos lleven a alcanzar un desarrollo personal y social esperado. Es asi como el Escocesismo en Chile tambien ya forma parte de nuestra historia y como MM.:SS.: debemos saber de sus inicios y proyección en nuestra sociedad. DESARROLLO La escasa información histórica que se tiene respecto a los inicios de la masonería capitular en Chile, se presume que se deba a que muchos documentos masónicos se perdieron o resultaron destruidos en el terremoto que ocurrió en Valparaiso en el año 1906 que devastó los termplos masonicos existentes en el puerto y posteriormente en el incendio que dañó a la galería San Carlos de Santiago, en el año 1920 en donde se encontraba la sede de la Gran Logia de Chile. No obstante, se puede vislumbrar que desde el comienzo dado por la Masonería Azul en la República de Chile, con la fundación de la Logia Filantropía Chilena en el año 1827, se tiene la percepción que bajo la Obediencia de un Soberano Capítulo Rosa Cruz se insinua alguna acividad de la Masonería Capitular a pesar de no existir una organización establecida en esa epoca. Existen antecedentes que señalan que el Q.:H.: Vicente Tur, grado 29, quien fue un militar español y que se paso de las filas Realistas a las filas de los Patriotas, concedió al Q.:H.: José Gomez Silva, fundador de la R.:L.: “Filantropía Chilena el grado 18. 1

Bajo la juririsdición del Gran Oriente de Francia, se fundan las Logias Etoile du Pacificque y Union Fraternalle, el 7 de agosto de 1850 y 27 de julio de 1853 respectivamente, existiendo indicios que de estas Logias y bajo el Gran Oriente de Francia, nace un Sob.: Ca.: R.: C.: Grado XVIII y un Cons.: de Cab.: Kadosh Grado XXX, las que desaparecerían en el año 1876. A pesar de estos antecedentes, el origen de nuestra Masonería Capitular se puede fijar en nuestra primera constitución Masónica que fue promulgada en el año 1862, por el Gran Maestro Q.:H.: Juan de Dios Arlegui, ya que en el artículo 18 decia “Aunque la Masonería comprende los Talleres de diversos Grados, mientras las circuntancias no permitan su desarrollo completo, se trabajará solo en los primeros tres grados simbólicos”, asimismo en el artículo 33 se agregaba: “El Gran Maestro, de acuerdo con su Consejo y en concordancia con el articulo 18, tiene el derecho de crear Talleres Superiores, siempre que proceda con sujeción a los principios fundamentales de la Orden y a las reglas condiciones generales del Rito Escoces Antiguo y Aceptado”. Es importante señalar, que debido a que nuestra Gran Logia tiene sus origenes por afiliación directa del Gran Oriente de Francia, debió incorporar a nuetro derecho constitucional masónico el principio erroneo de entregar a la Gran Logia, la administración de aquellos Grados u Organizaciones Superiores al de Maestro Masón. Esta concepción originaría una serie de desaveniencias en el desarrollo y progreso de los trabajos masónicos en Chile. En el año 1865, el Supremo Consejo de Inglaterra, Gales y Dominios de la Corona Británica, a pertición del H.: Juan de Dios Merino Benavente solicitó establecer en Chile un Supremo Consejo del Grado 33º. Esta solicitud fue ampliamente patrocinada por dicho Consejo, de igual forma fue aprobada por el Supremo Consejo Madre Del Mundo, es decir de la jurisdicción sur de los Estado Unidos de Norteamerica. En el año 1870 el H.: Merino procedió a conceder el grado 33º a algunos miembros honorables de diversas nacionalidades y Ritos, Fundando el Supremo Consejo en al ciudad de Valparaiso, comunicando el hecho a la Gran Logia de Chile, quien lo reconoció con fecha 17 de octubre de 1871. Sabiamente la Gran Logia de Chile declara que llegado el caso de crear Talleres superiores al 3º Grado, se confiará a dicho Consejo la dirección y vigilancia de los Grados IV al XXXIII, reservandose el derecho de autoridad independiente y soberana, como único Poder Regulador y Legislador de la Orden en todo el territorio de la Republica y Logias de su Obediencia en los tres primeros grados simbólicos.

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De acuerdo a algunos antecedentes, el Supremo Consejo, en el deseo de reunir en una sola autoridad varias Logias y Ritos que existían dispersos en su territorio jurisdiccional, intento establecer un Gran Oriente Nacional, como un unico Poder Supremo de la Masonería Chilena, intentando hacer valer su posición ante la Gran Logia de Chile, a pesar de la recomendación realizada por el Supremo Consejo de Inglaterra de no interferir los tres primeros Grados de la Masonería donde existiera una Gran Logia. A razón de la negativa de la Gran Logia de Chile de formar un Gran Oriente, el Supremo Consejo se extinguió y cayó en sueño. Un nuevo intento de formar un Gran Oriente se planteó el Gran Maestro Alejo Palma en la Asamblea de mayo de 1895, en el intertanto, el H.: Eduardo de la Barra, inició gestiones ante el Supremo Consejo del grado XXXIII de la Republica de Argentina. Éste, junto a los HH.: Palma y Benicio Alamos, comunicaron a dicho organismo, la constitución del Supremo Consejo del Grado XXXIII para al Republica de Chile, el cual fue reconocido y otorgó la Carta-Patente con fecha 27 de abril de 1899. La Gran Logia de Chile aprueba al Supremo Consejo el 20 de abril de 1903, pese a ello, la masonería capitular no lograba mantener una regularidad en su actividad. Solo con la fundación del Santuario Grado 4º “Acacia Nº1” en el año 1930, los trabajos de la masonería capitular toman el camino que se sostiene en la actualidad, transcurrido algunos años desde que se zanjaran definitivamente los conclictos entre la Gran Logia de Chile y el Supremo Consejo del Grado 33º para Chile. Hoy la masoneria capitular desarrolla su trabajo a lo largo de toda la Republica de Chile, formando y perfeccionando a VV.:HH.: desde los grados IV al XXXIII, con el firme proposito de que estos contribuyan de una mejor forma en la Masonería Azul como en la sociedad, para que ésta logre una convivencia inpregnada de los principios que propiciamos como son la Igualdad, Fraternidad y Libertad.

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