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EL ENIGMA DEL HOMBRE

GRIS

Ricardo González Roberto Villamil Las profecías de Parravicini, Francisco y los secretos del Vaticano “Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, habrá surgido un orden negro y secreto; su ley será el odio y su arma el veneno. Deseará siempre más oro y extenderá su reino por toda la Tierra…” Profecía del caballero templario Juan de Jerusalén. Tomada de un manuscrito del siglo XIV, que fue hallado en el monasterio de Zarorsk, Rusia. "ʺNueva era llega. Mundo en disfraz. Mascarada perenne. La Iglesia entregará su otorgamiento a la renunciación del Papado, y el nuevo será joven de ideas"ʺ. Profecía de Benjamín Solari Parravicini, escrita en 1972 “Cuan pequeño sería Dios si después de haber creado este inmenso Universo poblara en el únicamente al diminuto planeta Tierra. Ese no es el Dios que yo conozco” Papa Juan XXIII “Recen por mí…” Jorge Mario Bergoglio, al ser coronado como Papa Francisco

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Agradecimientos A nuestras distintas fuentes de información en Roma y Buenos Aires. Sin su ayuda no hubiésemos podido enriquecer el contenido de este libro. Veritas in simplice.

Introito Por esas cosas del destino, en abril de 2005, me encontraba en Europa. Se sentía en el ambiente: la muerte del Papa Juan Pa--‐blo II planeaba como un fantasma sobre el corazón de muchos creyentes. El “Papa viajero”, de gran carisma y aceptación, ha--‐bía partido. Con la desaparición de Juan Pablo II muchos se preguntaron qué ocurriría con la Iglesia Católica, cómo sería el papado de su sucesor y qué decisiones tomaría para “sanar” la mala imagen que la Santa Sede se había ganado en los últimos años por sórdidos escándalos. En ese momento me hallaba en Barcelona por compromisos editoriales. En la ciudad catalana me enteré de la elección del cardenal Joseph A. Ratzinger como el nuevo Papa Benedicto XVI. A los pocos días, tomé un vuelo a Milán, en donde tenía pro--‐gramadas algunas conferencias. Luego viajé a Roma y visité

10 por enésima vez el Vaticano. Viví, in situ, los ecos de la recien--‐te “fumata blanca” sobre la Capilla Sixtina. Entonces sentí al--‐go… Por una “corazonada”, “sabía” que Benedicto XVI no estaría mucho tiempo en el Vaticano. No que moriría, sino que aban--‐donaría el sillón de Pedro. Ese año 2005 publiqué un artículo en mi sitio web expresando esta certeza que no podía explicar racionalmente. Ocho años más tarde, el tiempo me dio la ra--‐zón: por primera vez en 600 años, un Papa renunciaba. Y un detalle importante: en medio de una crisis terrible en el Vati--‐cano que acentuaba los problemas que Juan Pablo II no pudo resolver. La sorprendente renuncia de Benedicto XVI, y las intrigas al interior del Vaticano, resucitaron viejas profecías que sugieren la caída de la Iglesia Católica como organización humana de poder. ¿Estamos próximos a un acontecimiento histórico? ¿La Iglesia, tal y como la conocemos, desaparecerá? Confieso que en un principio el objetivo de este libro no era centrarse en los secretos del Vaticano y su posible futuro. Aclaro que no me atraen las teorías de conspiración. Este tra--‐bajo de investigación estaba orientado al enigma de las psico--‐grafías premonitorias de Benjamín Solari Parravicini, el sensi--‐tivo argentino que muchos conocen como “el Nostradamus de América”. Sus aciertos han sido tan contundentes, que los pro--‐pios escépticos se mostraron interesados en estudiar su caso. Supe de sus vaticinios en Perú, por culpa de la desaparecida revista argentina “Cuarta Dimensión”, que dirigía mi querido amigo Fabio Zerpa.

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Fue el periodista argentino Roberto Villamil quien me pro--‐puso escribir un ensayo sobre esas desconcertantes profecías y su relación con los tiempos que vienen. Villamil es un gran amigo, y juntos ya habíamos co--‐-escrito “Las Luces de Erks”, un libro que abordó la controvertida historia de las apariciones de ovnis en el cerro Uritorco. Nos interesaba el caso de Parra--‐vicini porque el sensitivo era, además, un contactado con ex--‐traterrestres. ¿Fueron esos presuntos seres quienes le entre--‐garon toda la información del “futuro”? Revisando el abundante material que disponíamos para redac--‐tar el libro, nos encontramos con distintas psicografías que ha--‐blaban del Vaticano, su crisis, y la elección de un nuevo Papa que, según se infiere de esos “dibujos proféticos”, estaba “co--‐nectado” con la Argentina… Cuando nos “tropezamos” con esto, toda nuestra idea del li--‐bro cambió… Aunque ya conocíamos las psicografías que aludían al Vati--‐cano, luego de la elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como el primer Papa latinoamericano de toda la his--‐toria, las “advertencias” de Parravicini adquirieron mayor

sentido. En sus profecías, el “Nostradamus de América” men--‐cionó de forma insistente la aparición de un “Hombre Gris”: un personaje clave ⎯o tal vez un símbolo⎯, que mediaría por la paz en la Argentina y el mundo en un momento compli--‐cado. Estudiando estas profecías sospechamos que el papado de Francisco estaba involucrado. Sorprendidos, comprobamos que Parravicini dibujaba un escenario del Vaticano que “enca--‐jaba” con otras profecías, como las advertencias de las apari--‐ciones marianas, las predicciones de Nostradamus y hasta la

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polémica lista de los papas que publicó San Malaquías. Fran--‐cisco, por cierto, es el último de esa lista… Y, obviamente, no es una casualidad… Fue así que le propuse a mi compañero de investigación dar un giro completo al libro, y orientarlo en esta dirección. Villa--‐mil se había formado como periodista en Italia, realizando va--‐rios trabajos sobre el Vaticano y sus episodios ocultos. No tu--‐ve que convencerle. Inmediatamente nos pusimos en marcha, y sumamos a la información ya reunida nuevos datos propor--‐cionados desde distintas “fuentes” amigas en Roma. El resultado de esta aventura es el libro que aquí les presen--‐tamos. Adquirió pronto su propio rumbo, y se empezó a escri--‐bir solo… Poco a poco, las distintas informaciones que tenia--‐mos sobre nuestra mesa de trabajo, se empezaron a “organi--‐zar” y a tomar su sentido. Nuestro eje e inspiración para este libro ⎯debo reiterarlo⎯ fueron las psicografías de Parravicini. Por esta razón dedica--‐mos los primeros capítulos a ese personaje que ha asombrado al mundo por sus aciertos proféticos. Pero luego ⎯advierto⎯, tendremos que entrar en terrenos polémicos al escudriñar los misterios del Vaticano. Los puntos que abordaremos en ese tramo final del libro son muy incómodos. Ya sabemos que la historia “oficial” que nos han contado es una caricatura borro--‐sa que nos ha alejado de la verdad, que es sinónimo de liber--‐tad y consciencia. Si cabe decirlo así, este trabajo procura tirar de un “hilo de Ariadna” para mostrarnos otra alternativa, ya afuera del laberinto.

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Hemos asumido este trabajo porque más allá de cualquier es--‐cenario sombrío se alza un mensaje de esperanza: una opción para cambiar las cosas. He aquí, pues, nuestro auténtico propósito: informar para to--‐mar mejores decisiones. Si el lector tiene la mente y el corazón abiertos, siga leyendo… Ricardo González

14 PRIMERA PARTE EL ENIGMA PARRAVICINI 15

CAPÍTULO I _________________________________________________________________ El don de la profecía: ¿quién o qué envía los mensajes? Sin duda, el Vaticano es el principal escenario de las profecías que inquietan a los estudiosos de Juan de Jerusalén o Nostra--‐damus. El propio Parravicini le dedica numerosas referencias. En todos los casos, ninguna mención es auspiciosa. ¿Por qué? Cuando iniciamos la redacción de este libro sabíamos que na--‐vegábamos por mares desconocidos. Pero la información nos condujo a través de todos los vientos posibles. Parravicini fue, por decirlo de alguna forma, quien tuvo el timón de nuestro barco. En el mundo espiritual y esotérico el misterio de las profecías es un elemento importante. Incluso, dentro del contacto con seres extraterrestres: mensajes que advierten de posibles esce--‐narios futuros para la humanidad. Ahora bien: ¿todo ello se puede cambiar? ¿O se trata de hechos inevitables? ¿Qué es, exactamente, una profecía?

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“Ver” el futuro Los escépticos piensan que las profecías surgen de la supers--‐tición y el miedo. Y que, en definitiva, no existen. Así de sen--‐cillo. Y agregan que las religiones las han utilizado como “sis--‐temas de control” ⎯en este punto nos hallamos de acuerdo⎯. También argumentan que las profecías no siempre se cum--‐plen, que son inexactas, “etéras”, y que su contenido se en--‐cuentra a libre merced de quien las interprete. Reconocemos que en gran medida es así. Sobretodo en aquellas predicciones cuyo mensaje es críptico, como veremos más adelante al abor--‐dar el enigma de Nostradamus y sus posibles alusiones a la Iglesia. Pero, ¿todas las profecías son un fraude? ¿Dentro de los distintos vaticinios no hay evidencias de auténticas pre--‐dicciones que inviten a reflexión? Y, si es así, ¿cómo funciona? ¿Qué o quién activa el “don de la profecía”? Según la Real Academia de la Lengua Española, la profecía “es un don sobrenatural que consiste en conocer por inspiración divina las cosas distantes o futuras”. A nuestro juicio, es una definición parcial. Y demasiado cargada de religión. Nuestra investiga--‐ción nos dice otra cosa. Si entendemos por “divina” una mani--‐festación de Dios o de seres espirituales ante un testigo ⎯que luego escribirá sus visiones, tal y como sucedió con distintos profetas bíblicos⎯, el misterio de las profecías es mucho más grande. ¿Cómo interpretar acaso los mensajes que se despren--‐den de los “encuentros cercanos”, como las apariciones maria--‐nas o el contacto con extraterrestres? Además, no todas las profecías surgen de la manifestación de un ser divino o “sobrenatural”. Hay predicciones que se acti--‐van gracias a la sensibilidad psíquica del “vidente” ⎯cuyas

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visiones le permitirá inferir el “futuro”⎯, o se desprenden por el acceso a un conocimiento privilegiado ⎯que luego será es--‐crito en un lenguaje enrevesado, sólo apto para iniciados⎯. El mundo de las profecías, por ésta y otras razones, es más com--‐plejo, y huye de esa “vestidura religiosa” que muchos le han puesto por ignorancia y falta de información. Es importante mencionar que para diversos autores existe una diferencia entre los términos “profecía” y “predicción”. Si nos atenemos a las definiciones, la Real Academia de la Lengua Española sostiene que predecir significa “anunciar por reve--‐lación, ciencia o conjetura algo que ha de suceder”. Es decir, una profecía es “sobrenatural” y una predicción se basa en el conocimiento y la deducción. Tal vez el mítico Nostradamus es un digno ejemplo de ambas definiciones. El visionario francés podría haber escrito sus “profecías” gracias al acceso que tenía a viejos conocimientos esotéricos: informaciones secretas que le permitían “deducir acontecimientos futuros”. Nostradamus era rosacruz. Pero también hay que decir que muchas veces las predicciones es--‐tán conectadas a revelaciones de índole “sobrenatural” ⎯sean éstas externas o internas⎯, y ello hace que las predicciones y las profecías se transformen en un solo fenómeno. En otras pa--‐labras, el conocimiento y las facultades se funden. Parravicini es otro digno ejemplo. Para nosotros, una profecía no es, necesariamente, un hecho categórico. Es una suerte de “proyección” en el “futuro” de la humanidad. Un “futuro” ⎯así, entre comillas⎯, que posee distintas variables o posibilidades, siempre “atadas” a la elección del ser humano.

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Esto nos llevaría a otra discusión: si el hombre tiene, o no, li--‐bre albedrío. En definitiva, si todo ya está escrito y no tenemos margen de movimiento. ¿La vida es así? ¿No hay opción? El poder de la elección Por el intenso contenido que viene más adelante ⎯con profe--‐cías que involucran al Vaticano y el devenir de los aconteci--‐mientos en todo el planeta⎯, creemos importante explicar, ba--‐jo nuestro punto de vista, cómo podría afectar la elección del hombre el curso de las profecías. Empecemos por echar un vistazo a las profecías de acuerdo a su posible “fuente”: 1. Las profecías de fuente divina: son aquellas en donde un ángel o “manifestación del cielo” muestra el “mañana” de la huma--‐nidad. Aquí hallamos a distintos profetas bíblicos, como Da--‐niel, Ezequiel o el propio Juan ⎯el discípulo amado de Je--‐sús⎯en el famoso libro del Apocalipsis. También en esta cate--‐goría se hallan las apariciones marianas. No está demás decir que la creencia religiosa de los testigos, y el contexto devo--‐-

cional en el que se mueven, muchas veces confunde el verda--‐dero significado de sus experiencias. 2. Las profecías de fuente extraterrestre: estamos hablando de un tema muy controvertido, y que se mezcla con el punto ante--‐-

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rior ⎯como el caso del “contacto” de Ezequiel a orillas del río Quebar, y tal vez las mismísimas apariciones marianas⎯. Nos hallamos ante el enigma de seres de otros mundos que po--‐drían haber visitado la Tierra con grandes anuncios. Se cree que en el pasado fueron confundidos como ángeles, dioses, o “enviados de los dioses”. Benjamín Solari Parravicini, si bien es cierto un psíquico a todas luces, afirmó haber tenido un encuentro extraterrestre en la Argentina. Y sostuvo que esos seres le transmitían mensajes… ¿Algunas de sus profecías fue--‐ron transmitidas por entidades extraterrestres? Ya lo veremos más adelante. 3. Las profecías de fuente sensitiva: son las que surgen de la pro--‐pia facultad PSI del testigo. Es decir, premoniciones o precog--‐niciones que muestran visiones del “futuro”. Un caso típico ⎯además del propio Parravicini⎯son las “lecturas psiqui--‐cas” del norteamericano Edgar Cayce, también conocido como el “profeta durmiente”. Se cree que conectaba con los miste--‐riosos Registros Akásicos o “memoria matriz del planeta”. 4. Las profecías de fuentes esotéricas: aquí encontramos adver--‐tencias que se desprenden de un “conocimiento privilegiado” que permite inferir los acontecimientos futuros. Como ya di--‐jimos, tal vez sea el caso de Nostradamus y de otros grandes iniciados esotéricos. ¿Qué es el “futuro”, entonces? ¿Por qué algunos sensitivos dicen que se puede “ver”? La renuncia de Benedicto XVI y la elección de su sucesor ⎯que saldría de la Argentina⎯, ¿era “deducible”? ¿Cómo lo supo Parravicini, o los presuntos seres que le transmitían esas psicografías premonitorias?

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Según la concepción de “tiempo lineal” que tenemos (pasado--‐presente--‐-futuro), el “futuro” es la porción de la línea temporal que todavía no ha sucedido. En física, el tiempo es la cuarta dimensión. Y, aunque resulte increíble, para muchos místicos y esotéricos que estudian las profecías, ese tiempo no existe… Lo único real es el “aquí y ahora”. El futuro y el pasado, son “irreales”. De hecho, muchas religiones consideran el futuro cuando tratan temas como el karma, la vida después de la muerte, y las escatologías, que estudian cómo será el fin del tiempo y del mundo. Pero, ¿cómo puede existir algo que aún no ha ocurrido? ¿Y si se trata solo de nuestra percepción en la línea de tiempo que vivimos? ¿Por qué los místicos insisten en el presente? Llevamos relojes de pulsera, estamos pendientes de la hora y el calendario en el teléfono móvil, hacemos citas, planificamos viajes. El concepto del “aquí y ahora” o “presente real” es muy

lejano para el ser humano moderno. Además, nuestro cerebro, funciona sobre la base de los recuerdos. Evocamos experien--‐cias de cuando éramos niños, paisajes, sensaciones. No “re--‐cordamos” el futuro porque, supuestamente, no existe. Y de--‐cimos “supuestamente” porque hay varios fenómenos que en--‐cienden el debate. Uno de estos fenómenos son los sueños. Se dispone de mu--‐chos casos documentados en donde un individuo sueña con un acontecimiento desconocido ⎯muchas veces precisando detalles, como lugar y fecha⎯, y éste, finalmente, ocurre. In--‐cluso, el discutido evento del deja vu ⎯donde una persona ol--‐vida un sueño, y luego lo “recuerda” al suceder la escena en la vida real, otorgando una sensación intensa de “ésto ya lo

21 viví”⎯, es parte del intrincado funcionamiento psíquico del ser humano y su percepción de la “realidad”. Este es el punto que deseamos comprenda el lector: ¿qué en--‐tiende por realidad? ¿Qué es la elección? Hay muchísimas personas que viven creyendo que solo hay una vida, y que todo, absolutamente todo, ya está “escrito”. Otros creen que hay distintas posibilidades, y que, si bien es cierto, existe una suerte de “destino” o “programa” de apren--‐dizaje para el ser humano ⎯el karma, dirían los orientalis--‐tas⎯, existe también un margen de movimiento que puede afectar a ese “programa”. Nos estamos refiriendo al libre albe--‐drío. Esa capacidad de elección es la clave de las profecías. Pero para modificar el “programa”, es necesario conocerlo… Es como un técnico de la policía que estudió el mecanismo in--‐terno de una bomba para poder desactivarla antes de que es--‐talle. En el mundo de las profecías, ese conocimiento del “me--‐canismo”, se llama consciencia. Para nosotros, las profecías podrían ser una advertencia. Y con ello nos referimos a las que hablan de momentos difíciles para el planeta. Tal vez, quien nos hizo llegar esas visiones del “fu--‐turo”, trató de alertar a la humanidad para que estuviese aten--‐ta a determinados momentos históricos y no se dejase llevar por el miedo, el pesimismo y la incertidumbre. La profecía, pues, podría ser una herramienta para que el hombre man--‐tenga la “consciencia en la acción” en los momentos clave del

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proceso planetario. El asunto es “leer” la advertencia correc--‐tamente. Y a tiempo… “No creo en las profecías ⎯nos dijo un conocido investigador español cuando le consultamos su opinión⎯; leí de chico las Centurias de Nostradamus, las profecías de la Gran Pirámide, que marcaban el año 2001, y recientemente todo lo que se pu--‐blicó sobre los mayas y el 2012, y terminó, como siempre, sien--‐do un timo”.

El mundo de las profecías es muy complejo. Más aún cuando confundimos la fuente con las interpretaciones. Un ejemplo es el caso 2012: pocos oían a la comunidad maya y le daban más crédito a escritores de la new age que hablaban del “fin del mundo” o del salto del planeta a la cuarta dimensión para el 21 de diciembre de ese año. Los descendientes de los mayas ⎯afincados en las selvas de México y Centroamérica, especial--‐mente en Guatemala⎯, afirman que las profecías son adver--‐tencias. Y que el futuro lo “teje” el hombre. El asunto es que los escépticos se quedan muchas veces con las conclusiones de los “interpretadores” y no con el verdadero mensaje de la pro--‐fecía. Un mensaje que cada cual debe interpretar. Y deseamos que así sea con este libro. Estamos convencidos que nuestras decisiones en el “presente” pueden afectar el curso de los acontecimientos. Acontecimien--‐tos que aún están por venir, pero que por algún extraño feno--‐meno sensitivos como Benjamín Solari Parravicini describie--‐ron con claridad. Parravicini, como ya dijimos, es eje importante de este libro. De sus psicografías premonitorias parece surgir la figura del

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Papa Francisco en medio de una crisis enorme en el Vaticano. Al menos, así se deduce de sus “profecías”. Y no solo eso: la crisis de la Iglesia Católica es el inicio de otros eventos no me--‐nos perturbadores. Nosotros ⎯debemos dejarlo en claro⎯, no pretendemos in--‐terpretar esos mensajes. No podemos. Es imposible. Tratare--‐mos de acercar al lector las posibles advertencias. Y, cuando amerite, daremos nuestro punto de vista. Pero será el lector quien deberá juzgar por sí mismo. Igual ⎯también hay que decirlo⎯, muchas de esas profecías no necesitan mayor inter--‐pretación… Están allí para quien las quiera “ver” y “escu--‐char”. Es momento de adentrarnos en la fascinante vida de Benjamín Solari Parravicini.

24 CAPÍTULO II ____________________________________ Parravicini: su infancia mágica

Corrían los primeros días del mes de agosto del año 1898, y el joven matrimonio formado por el doctor Benjamín Tomás So--‐lari Romero, médico dedicado a la psiquiatría ⎯una nobel es--‐pecialidad de la medicina, todavía en formación⎯, quien llegó a ser diputado nacional, y Dolores Parravicini Noriega, una doncella perteneciente a una antigua familia de la sociedad porteña, esperaban concretar el fruto de su amor con el na--‐cimiento de un hijo. Era el día 8, y el crudo invierno se hacía sentir con todo su ri--‐gor en la ya cosmopólita ciudad de Buenos Aires; y en una

quinta de la calle Beruti, en el periférico barrio de Palermo ⎯a pocas cuadras del recién inaugurado Jardín Botánico⎯, llegaba a la vida un niño, el primogénito, que en homenaje a su padre llamarían “Benjamín”. El Dr. Solari y su mujer recibieron al pequeño con suma ale--‐gría y lo colmaron del amor más sublime. Las familias de los

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felices padres llegaban de visita todos los días a la casa para ver al recién nacido, que ya daba muestras de un comporta--‐miento bien diferenciado comparándolo con otros bebés. Era demasiado tranquilo, casi no tenía berrinches y cualquier obje--‐to que atrajera su atención, motivaba un encantamiento espe--‐cial en él. Nadie se imaginaba en ese momento que el pequeño Benjamín era un ser dotado de grandes capacidades psiqui--‐cas… En la primavera, la madre lo llevó a “La Casona”, la vieja y palaciega propiedad de los Parravicini donde había nacido Dolores hacía ya 23 años. Se ubicaba en Vicente López ⎯zona norte del Gran Buenos Aires⎯, y poseía un grandioso parque que bañaba el Río de la Plata después de bajar las escarpadas barrancas que llegaban a él. Allí empezó todo… Un niño que conectaba con lo invisible El Palacete lo había comprado el bisabuelo de Dolores al señor Martín Jacobo Thompson, quien fuera esposo de Mariquita Sánchez: aquella figura de la historia que cedió sus salones pa--‐ra que se estrenase el Himno Nacional Argentino. Mariquita fue, además, protagonista de otro suceso no común en la epo--‐ca, que fue desafiar la potestad de su padre, que quería despo--‐sarla con un comerciante español ⎯entrado en años⎯cuando ella estaba profundamente enamorada de Thompson, en ese momento muy comprometido con la revolución y sirviendo a las órdenes del Almirante Guillermo Brown. Con la intervención de la Iglesia y la justicia colonial ⎯a las que había recurrido Mariquita Sánchez para defender su vo--‐-

26 luntad⎯, por fin, gracias a un fallo judicial, se allanó el ca--‐mino para casarse con Thompson, con el precio de ser deste--‐rrada por sus padres. Dolores, la madre de “Parravicini” ⎯así se le llamará al psi--‐quico en la posteridad, por su apellido materno⎯, admiraba esa historia de amor y sacrificio, y era su tema favorito de con--‐versación cuando arribaba algún nuevo visitante a “La Ca--‐sona”. Hemos podido indagar que todas las historias que es--‐cuchó Parravicini en su infancia y en la adolescencia, le influ--‐yeron mucho. Lo moldearon como persona. Incluyendo, desde luego, su formación artística y religiosa. Sus primeras experiencias nacieron, pues, en “La Casona”. Hoy demolida. Pero en aquellos tiempos una inmensa propie--‐dad que cubría 40 hectáreas de campo. Se cuenta que su ma--‐-

dre fue la primera en notar su “conexión con lo invisible” en ese predio. Como se puede deducir, Dolores era una mujer sensible y amorosa. Pronto advirtió que su bebé Benjamín colocaba toda la atención en los pájaros que se estacionaban a cantar en las frondosas ramas de la floresta. También ocurría con las mari--‐posas que sobrevolaban el lugar haciendo cabriolas en el aire. Benjamín quedaba tan fascinado, que su pequeño rostro se ilu--‐minaba y esbozada una angelical sonrisa. Sus ojos se movían ante cada aleteo de los pájaros o el sobrevuelo errático de las mariposas. Dolores creyó que entre todos ellos se establecía algún tipo de comunicación… Cuando ella pretendía interrumpir ese embelesamiento entre el bebé y la naturaleza, Benjamín esgrimía una protesta, lo que

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obligaba a su madre a cesar en el intento. El niño sonreía feliz de continuar esa “comunión” con su mundo… Y hubo otro hecho curioso. Antes de volver al barrio de Palermo, Dolores comenzó a ma--‐nifestar fuertes dolores abdominales y dificultades en las vías urinarias. De inmediato, el Dr. Solari decidió el regreso a la ciudad de Buenos Aires y llamar de urgencia al médico de la familia. El diagnóstico fue Nefritis. Pronto, la salud de la ma--‐dre de Benjamín se fue deteriorando en forma vertiginosa. Fue tal la gravedad, que los médicos advertían que la vida de Do--‐lores corría serios riesgos. La desesperación de su esposo y la familia era demoledor. Tanta felicidad estaba a un paso de quebrarse. Pensaron que solo Dios proveería un milagro y a ello rogaban todos. Pero sucedió una mañana, bien temprano, que un viejo ser--‐vidor de la casa, de nombre José, atendió un llamado a la puerta de calle. Entonces regresó alterado portando un paque--‐te y le explica al Dr. Solari que un desconocido le había entre--‐gado el misterioso encargo, diciéndole que contenía un reme--‐dio nuevo para la enfermedad de Dolores… Con serenidad, mirando fijo a los ojos, Don José, le dijo: “Doctor Solari, este remedio salvará a la señora”. Y así ocurrió… Fue el “milagro” que todos esperaban. Esa escena la presenció, desde su cuna, el pequeño Benjamín, que esbozaba una iluminada sonrisa. Este tipo de acontecimientos “curiosos” se sucedieron desde el nacimiento del bebé…

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Desde ese día sus padres le colocaron en el cuello al niño una medallita con la imagen de San José, y con aquel objeto lo bau--‐tizaron. La figura de San José ⎯el padre adoptivo de Jesús⎯, tendrá en el devenir del tiempo una importancia vital en la vida de Benjamín Solari Parravicini, porque será su “voz de conexión”. Cuando Dolores se repuso definitivamente de su salud, la vi--‐da en la quinta de la calle Beruti continuó con su ritmo habi--‐-

tual. Benjamín ya caminaba y pasaba el día correteando por los senderos del jardín, observando las flores, los árboles, las aves y las nubes del cielo. Su mundo era pequeño y estaba fas--‐cinado de compartirlo con las criaturas que lo habitaban. No jugaba como otros chicos de su edad con juguetes, ni pa--‐recía atraerle el relacionarse. En esa gran parcela era inmensa--‐mente feliz. Su madre, que observaba el comportamiento del niño, le transmitió a su esposo la inquietud al ver a su hijo en ese estado de virtual aislamiento. El Dr. Solari prestó atención a las advertencias de su esposa, y consultó al médico de la familia. El viejo doctor examinó a Benjamín, y el niño le contó de sus “hadas del parque” y de las conversaciones con sus “amigos”: los pájaros, las flores y las nubes del cielo. El doctor, luego de la charla con el niño y una minuciosa in--‐vestigación, concluyó: “Benjamín es un niño muy sensible y con una increíble imaginación”. “Desde luego, los pájaros y las nubes no hablan, y las hadas no existen, así como los fan--‐tasmas. Es pura imaginación, una desmesurada imaginación,

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digamos”, sentenció riendo. Y añadió: “Es un niño absoluta--‐mente normal”. Amigos de otras dimensiones Y así continuó creciendo, feliz en su florido “mundo de fan--‐tasía”. Muchas veces se levantaba antes de que amaneciera, y sin perturbar el sueño de la familia, salía al parque y se sentía a sus anchas conversando con las flores, o entablando diálogo con los árboles. En su “imaginación” éstos le narraban histo--‐rias de sus ancestros, tan entretenidas, que pasaba largos mi--‐nutos en medio de la naturaleza. Cuando su madre iba a despertarlo por la mañana, nunca lo encontraba en su cama. Entonces salía al parque a buscarlo, y allí lo hallaba, riendo mientras acariciaba una flor o persi--‐guiendo alguna gallina que vagaba por el jardín. Entonces lo conducía hacia el comedor y le servía su desayuno, que consu--‐mía con avidez. Dolores no lo regañaba porque percibía su felicidad. El pe--‐queño Benjamín le contaba con entusiasmo historias fantas--‐ticas de sus presuntos “héroes invisibles”. Un día, su madre se acercó sigilosamente al parque, y cuando estuvo a su lado, Benjamín la miró con su carita angelical y le dijo ⎯mientras señalaba el cielo⎯, “mamá, las nubes son al--‐mas que pasean por el cielo, y algún día me iré con ellas”. Este tipo de situaciones se repetían a menudo. Y, con el tiempo, dejarían de ser solo fantasías de un niño...

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Pronto la familia se agrandó y fueron llegando más hermanos: María Cornelia, María de las Mercedes, Luis María, Dolores, Emilio, María Antonia y el último, cuando Benjamín tenía ya 19 años, Justino Jacobo Pablo, quien se transformará en su

compinche más conspicuo, y el primer informado de sus vi--‐siones, sueños y mensajes. Justino será, de hecho, testigo de intensos episodios de telequinesis (movimiento de objetos a distancia sin interferencia física); fenómenos que envolvían a su hermano sensitivo. Volviendo a la niñez, la instrucción de Benjamín estaba a car--‐go de una maestra particular que le había enseñado a leer y escribir en la casa. La docente estaba sorprendida por la inteli--‐gencia del chico, que aprendía con suma facilidad. Lo que más le llamaba la atención a la docente era la destreza que tenía el niño para dibujar. Lo hacía con trazos exactos que representa--‐ban a su “mundo encantado”: pájaros, flores, mariposas y pe--‐queñas criaturas, tan perfectas y delicadas, que maravillaban a la maestra. Eran las presuntas “hadas” que habitaban el jardín de Benjamín. Otra cosa que sorprendía a la maestra era la increíble impro--‐visación del niño. Se dice que el pequeño Benjamín esgrimía de la nada maravillosos cuentos a la maestra, que los escucha--‐ba “hechizada”… Así, los avances e inquietudes del niño llegaron nuevamente a oídos del Dr. Solari, quien creyó oportuno tomar una decisión respecto a su educación. De esta forma, su padre le comunicó: “Benjamín ⎯le dijo con tono severo⎯, es hora de concurrir a una escuela formal. Tu

31 maestra particular ya cumplió el ciclo, es necesario que te abras a nuevos conocimientos y te relaciones con otros chicos de tu edad”. A Benjamín se le derrumbó el mundo. Su mundo. Una angus--‐tia creciente lo embargó profundamente. Debía abandonar a sus “amigos” del jardín, a sus pájaros, flores, sus árboles y sus duendes, con los que convivió “mañana, tarde y noche”. ¿Qué sería de él y de ellos? Entonces lloró profunda y amargamente como no lo había hecho nunca. Pero cumplió con el mandato de su padre, y la noche anterior a marchar a la escuela, bien temprano, se reunió con sus “ami--‐gos invisibles” y habló con ellos. De a uno le dijeron que no lo abandonarían nunca, y que ya habría oportunidad de retomar las “conversaciones”. Benjamín escuchaba atentamente, y concluyendo este encuentro de despedida, le anunciaron al unísono que en el futuro le aguardarían muchas sorpresas. “Querido, eres un elegido”; no dijeron nada más, aunque él tam--‐poco preguntó. Se despidieron en silencio, y se marchó a dor--‐mir con sus ojos húmedos de tanto llorar. Al día siguiente, en el colegio que su padre había elegido ⎯el San Juan Bautista de Lasalle, de la Congregación Salesiana de Buenos Aires⎯, comenzó su nueva vida con maestros y niños desconocidos. En los recreos observaba el cielo y hablaba mentalmente con las nubes que paseaban (de adulto, Parravi--‐cini citará todas estas experiencias de niño, que recordaba con

claridad, y que fueron avaladas por su familia y amigos de aquellos años).

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Pasó el tiempo, y el director de la escuela estaba sorprendido con los avances de Benjamín. “Es un alumno sumamente apli--‐cado, respetuoso y serio”, le dijo al padre. “Es, además, un ex--‐celente dibujante. Sabe todo, habla de todo cuando se le pre--‐gunta, y en muchas oportunidades se anticipa a acontecimien--‐tos que aún no han sucedido. Tiene como un don de clarivi--‐dencia”. El director continuó: “Estamos muy conformes con él, y para usted debe ser un orgullo tener un hijo con estas caracteristi--‐cas. Solo y como un antecedente sin importancia, debo mani--‐festarle que no se relaciona mucho con sus compañeros, y no participa de sus juegos. Es un niño que está por encima del ni--‐vel medio del curso. Obviamente se aburre y el único contacto con sus compañeros es relatarles cuentos fantásticos”. “…Asistí a una de esas tertulias ⎯confesó el director de la es--‐cuela⎯, y me impresionó el convencimiento del relato. Iba más allá de una imaginación desbordada porque siempre se incluía una moraleja. La lucha del bien y del mal estaban re--‐presentados. Y los protagonistas de esas fantasías eran las flo--‐res, pájaros, árboles, nubes y hadas que supuestamente con--‐versan con él, y le dejan esa enseñanza”. Cuando su padre terminó de escuchar lo sentenciado por el director, llamó nuevamente al médico de la familia. Quizás influenciado por su especialidad médica ⎯psiquiatría⎯, in--‐tuía alguna anormalidad en la criatura, por eso el llamado al viejo médico que lo había traído al mundo. Una vez más, el doctor lo somete a un interrogatorio al niño, que ya ha madurado mentalmente, y se vuelve a repetir el

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mismo diagnóstico: “Es una personita normal, con gran imagi--‐nación. Razona normalmente y está perfectamente ubicado en tiempo y forma. Es absolutamente sano y, además, muy inteli--‐gente. Es un niño especial, de eso no hay duda alguna”. Y todo siguió su camino… Cuando el tiempo se lo permitía, antes de marchar hacia la ca--‐ma para dormir, Benjamín escapaba al parque para reencon--‐trarse con sus “amigos invisibles”. Entablaba largas conversa--‐ciones con “ellos”. Llegado un punto, sus “amigos” se despe--‐dían de él y se marchaba a dormir. Luego, prolongaba en sus sueños viajes a países lejanos, donde convivían animales mito--‐lógicos con hombres de desconocidos atuendos… Todo trans--‐mitía felicidad, pues no eran sueños convulsivos ni tenebro--‐sos: Benjamín vagaba por esos “mundos” con su alegría inna--‐ta, hablando con esos seres y recibiendo consejos. Tal vez, no eran “hadas” o “duendes” de la floresta quienes le “habla--‐ban”, sino algún tipo de inteligencia no--‐-humana que usaba esa “fachada” para comunicarse con un niño…

Antes del amanecer, esos “amigos invisibles” lo despertaban, susurrándole dulces melodías y, por si ello fuera poco, ¡le en--‐señaban las lecciones que tendría durante ese día en la escue--‐la! Aquellos seres le ayudaban en los deberes que estaban pen--‐dientes, e incluso le informaban qué hechos se producirían ese día y los venideros. “Este es el secreto que te habíamos anunciado Benjamín ⎯le dije--‐ron⎯. Siempre estaremos contigo, y tú sabrás qué cosas van a ocu--‐rrir. Pronto te prepararemos para que sepas cómo actuar. Confía en nosotros…

34 CAPÍTULO III ___________________________ De sensitivo a profeta

Un día, en el verano de 1910, sus presuntas hadas parlanchi--‐nes le advirtieron sobre la llegada de una “estrella caminante”. “No temas, Benjamín, mucho hablarán de ella y el mundo se convul--‐sionará por el miedo. Pero nada pasará”. Y así sucedió. La estrella caminante era el cometa Halley y, en efecto, Buenos Aires y el mundo se estremecieron de pavor. Las más terribles catástrofes se anunciaban en los diarios, y la gente, sugestionada, creía que algo malo ocurriría en la Tierra. Como todos, Benjamín no podía sustraerse a la conmoción pu--‐blica. Y él, a quien quisiera escucharlo, le afirmaba que nada pasaría. En la escuela los compañeros y sus maestros lo mira--‐ban incrédulos, y no faltó quien dijera que el niño deliraba. En su casa también había un revuelo, y sucedió que un día su padre lo llevó al centro de la ciudad de Buenos Aires, puntual--‐-

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mente a la esquina de Florida y Sarmiento, donde habían ins--‐talado un telescopio para observar al cometa que, como dato informativo, tiempo antes había sido divisado por primera vez en la ciudad por el Presbítero Fortunato Devoto, desde la azotea del Palacio Arzobispal. Allí, previo pago de los 0.05 centavos que desembolsó su pa--‐dre, Benjamín tuvo acceso a la visión del cometa, “la estrella caminante” de la que le habían hablado sus “amigos invisi--‐bles”. Quedó fascinado con lo que observó: un punto brillante en el cielo y una enorme cola de seda que lo seguía. Y llegó el cometa a su máxima aproximación a la Tierra, el 10 de mayo, y nada malo pasó. La vida continuó su rumbo sin detenerse, salvo para los más de 500 suicidas que no soporta--‐ron las “terribles consecuencias” que se habían anunciado. Y con satisfacción, al niño hubo que darle la razón. Pocos días después, otro acontecimiento convulsionaría a la ciudad. Se festejaba el Centenario de la Revolución de Mayo y todo era fiesta y algarabía. Su padre condujo a toda la familia a la Plaza de Mayo el día 25, y Benjamín admiró los fastuosos carruajes que transportaban a la Infanta Isabel de Borbón y a los otros invitados especiales que habían llegado al país. Para

él, el carruaje que llevaba a la “reina” ⎯como él identificaba a la Infanta⎯, no le era desconocido, porque en su “mundo de hadas” era el que utilizaban las princesas del cielo, tiradas por pequeños dragones multicolores. Por la noche, la ornamentación de la plaza lo había deslum--‐brado. Las miles de lucecitas que decoraban la pirámide y los árboles, como así también una inmensa estructura de hierro

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colocada en el centro del paseo. Años después reconoció a esa descomunal armazón transformada en la jaula de los cóndores del Jardín Zoológico de la capital. El “encuentro” con la Infan--‐ta en 1910 no fue un accidente. En el futuro, Parravicini canali--‐zará psicografías premonitorias sobre la vida política de Es--‐paña. En la primavera de ese año, el director de su escuela visitó a su padre y le comunicó orgulloso los avances del jovencito: “Es aplicado, inteligente, estudioso y virtuoso de su fe religio--‐sa. Sin problemas aprendió el latín de la misa y ayuda en ella. Además, figura mes a mes en el cuadro de honor de la escue--‐la”. A pedido propio, Benjamín ingresará a la Congregación del Patriarca San José, y allí recibirá su primera comunión. Otra vez, San José, presente en su vida, y será él quien a partir de ese momento se convertirá en su “ángel de la guarda”. “Joseci--‐to”, será la voz que le cuente cosas… Los mensajes de “Josecito” Una inesperada noticia trastornaría la paz de Benjamín. Una noche, después de la cena, su padre le anunció a la familia que se mudarían al centro de la ciudad. La desesperación se apo--‐deró del jovencito y creyó terminado definitivamente su mun--‐do mágico de la calle Beruti. Fue tal la congoja, que lloró desconsoladamente por segunda vez en su vida. Salió al jardín para llevarles la noticia a sus

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“amigos invisibles”, y desde los rinconcitos surgieron voces que le dijeron: “Siempre estaremos juntos, vayas donde vayas”. Benjamín durmió el último día en Buenos Aires, acongojado. Entonces, “Josecito” le habló dulcemente, y pudo conciliar el sueño. Fue una noche de viajes alucinantes a lugares descono--‐cidos. Era el inicio del “contacto” con “Josecito”. Así, se instalaron en un gran caserón de la calle México al 800, con varios y amplios pisos que cobijó a la ya numerosa familia Solari Parravicini. En su recorrida, a falta de plantas y flores, en el último piso Benjamín accedió a una amplia terraza que ponía a su disposición una generosa porción del cielo. Esa no--‐vedad mitigó su angustia porque estaba más cerca de las un--‐bes, sus grandes “amigas”. Pasaron los días y fue aclimatan--‐dose de a poco a la nueva residencia. Llegaba a la casa y subía tan precipitadamente que arribaba casi sin aliento a la terraza. Allí se reponía y observaba el paso ligero de las nubes, hasta

que un día, “ellas” le hablaron nuevamente, volviendo la ale--‐gría que creía perdida. La voz de “Josecito”, su “ángel protector”, conversaba con él todas las noches. La ocasión se le presentaba cuando rezaba sus oraciones nocturnas, brindándole consejos para que su vi--‐da transcurriese sin peligros y aferrada a la fe de Dios. ¿Quién era, realmente, “Josecito”? ¿Se trataba de las mismas entidades que buscaban otra “apariencia” para comunicarse con Parravi--‐cini, adaptándose a una etapa más religiosa en su vida? Benjamín ya era un muchacho cuando el mundo sufrió los ho--‐rrores de la Primera Guerra Mundial. En 1914, el “Nostrada--‐mus argentino” tenía 16 años. En aquel tiempo, en sus oracio--‐-

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nes nocturnas, aquellas “voces” le advertían del dolor que esa tragedia provocaba en los pueblos del viejo continente y en la degradación en la que había caído el hombre. “Debes orar mu--‐cho para detener esta masacre, hijo mío ⎯le advirtieron⎯”. La lucha duró cuatro largos años, hasta que, por fin, llegó la paz. El día del armisticio, en su reclinación del rezo cotidiano, las “voces” se expresaron y le repitieron: “será y no será, será hasta el más y más, luego será en el 2000… y será”. Benjamín en--‐tendió en parte el sentido de esta afirmación, pero como todo el mundo, se regocijó por el fin de la contienda. ¿Qué tiempos vendrían luego del segundo milenio? Aquellos años de posguerra que vivenció Benjamín, transfor--‐maron las costumbres entre los hombres del viejo continente, que quisieron ahogar en el exceso los sufrimientos pasados. Los cambios llegaron a la Argentina casi de inmediato, y el jo--‐ven se sintió tentado de inmiscuirse en las nuevas modas. En su casa, su padre no compartía el rumbo que había tomado la vida de Benjamín, y le recriminó la bohemia de sus actos. No continuó sus estudios universitarios. Fracasó en Derecho, y perdió un año en la Facultad de Medicina. Solo le dedicaba tiempo al dibujo, la pintura y salir con sus amigos. El sensitivo se estaba comportando como un humano “común y corrien--‐te”. El pintor En la pintura, en sus primeros lienzos, se inclinó en motivos gauchescos. Hermosas piezas con imágenes del campo comen--‐zaban a poblar su rudimentario atelier. No tenía inclinación

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comercial alguna porque la mayoría de las obras las regalaba, a pesar de poder comercializarlas para obtener alguna ganan--‐cia. Pero a él no le interesaba el dinero. Su única posesión irrenunciable era la libertad que gozaba. Pintar, divertirse y salir con sus amigos a bailar. Los fondos provenían de su ma--‐dre, ya que su padre, en varias ocasiones, le había recriminado su estilo de vida, con amenaza incluso de echarlo de la casa. Un día, durante sus charlas nocturnas con “Jocesito”, después de la oración, el invisible ser le dijo:

“Ve hijo y cumple el rito de tu edad. Diviértete, y vive a tu manera este momento de la vida. Aprende lo bueno y lo malo, así sabrás diferenciarlo. Disfruta tu experiencia. Ama de verdad lo que desees, pero sé franco y sincero en tu elección. Nunca odies ni desprecies. Tu vida será amor o no será nada, y si en algún momento me necesitas, de inmediato estaré junto a ti. Guárdate en fe”. Y Benjamín salió a la vida a cumplir con el precepto dado con tan fraterno afecto. Pero fue mucho para él y se dejó llevar por la llama del frenesí. Tuvo amores fáciles y etéreos, rodó con el alcohol y probó la marihuana con sus amigos bohemios. Para un ser sensible como él, fue difícil lidiar de golpe con el “mun--‐do humano”. De a poco, ese círculo negro lo fue separando de su familia, sus amigos más fieles, y hasta de su misión espiri--‐tual. Su “resurrección” Hastiado de todo esto, un día, en su habitación, confundido y tembloroso, un grito que surgía en su conciencia invocó a su “ángel de la guarda”. Entonces cayó arrodillado de vergüenza

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frente al cristo colocado sobre su cama. Lloró amargamente y esperó escuchar la voz que tanto necesitaba. Y su “ángel” habló con la dulzura de siempre. No lo juzgó: “Enfrentaste una experiencia personal de vida. De ella debes haber aprendido lo bueno y lo malo. Y, a pesar de que por momentos caíste, yo seguí a tu lado, y estoy aquí, dispuesto a ayudarte si así lo requie--‐res.” Avergonzado y lloroso, Benjamín pidió perdón porque se sentía “sucio”. “Hijo ⎯le dijo la voz⎯, a partir de este momento, todas las noches, después de la oración, estaré contigo. Tienes una misión que cum--‐plir. Te prepararé adecuadamente. Ahora, descansa en paz. Eres en Dios”. Y Benjamín lloraba desconsoladamente, pero esta vez de feli--‐cidad. A partir de ese momento su vida tuvo un cambio radical. La voz de su “ángel” acudía todas las noches después de orar, y lo instruyó sobre la misión a la que estaba destinado. Lo pre--‐paró para tomar notas de cada palabra que vertiese ⎯a modo de “mensajes”⎯, y que debía comunicar a la gente para pre--‐pararla del tiempo por venir. Y así pasaron meses y meses de frenética preparación. La voz del “ángel” ya estaba instalada muy dentro de él y le dictaba con amor cómo tenía que proceder. Le enseñó a guardar los mensajes y acomodarlos como si se tratara de lecciones. Muy pronto, le indicó que los textos fuesen acompañados por sen--‐cillos trazos de dibujo dada su inclinación artística. Era el ini--‐cio de las famosas psicografías de Parravicini.

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Su misión Benjamín le dedicó muchas horas a la pintura. En ese tiempo tenía acumulados en su pequeño atelier una inmensa cantidad

de obras. En los últimos tiempos se había dedicado a pintar hermosos rostros de payaso, quizás influido por la amistad que había entablado con Frank Brown, un famoso artista nor--‐teamericano, payaso de profesión, que se había instalado en el país. Sin embargo, los autores de este libro descubriríamos que tras esos “payasos” también habían mensajes (ver la gale--‐ría interior de imágenes). Fueron momentos de intensa actividad cultural, ya que asistía cotidianamente a círculos de arte en el centro de la ciudad. Se había intensificado el trato con su tío abuelo, el famoso actor Florencio Parravicini, que le tenía un especial afecto. De gran actividad teatral y en el cine, el querido “Parra”, como le de--‐cían, lo invitaba a sus funciones en el teatro, y de allí lo acom--‐pañaba a las tradicionales cenas con el elenco y amigos, ya en--‐trada la madrugada. Cuando se filmó la antológica “Tres anclados en París” (1938), Benjamín era un asiduo concurrente a los sets, y allí alternó con otros artistas que le sugerían abrir una sala de exposición para presentar sus obras. A dichas reuniones asistía también, esporádicamente, el payaso Brown, quien conocía los extraor--‐dinarios retratos del joven y recibió como obsequio uno de sus trabajos. En otras oportunidades acompañaba a “Parra” y sus amigos a los “bajos” de Lugano, donde estaba instalado el aeródromo donde el actor daba rienda suelta a su otra pasión: la aviación.

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Estas excursiones fascinaban a Benjamín porque en el trayecto al campo de aviación atravesaba la campiña orillera del lugar, llena de quintas y paisajes gauchescos. La zona era tránsito de los reseros que arribaban con sus tropas de ganado hacia los mataderos. Bodegones y fondas típicas estaban desperdigadas en la calle Murguiondo que daba acceso al aeródromo y se convertían luego en motivos de sus pinturas. Una noche la voz de “Jocesito” le transmitió un mensaje de definición: “Hijo mío, desde este instante serás un mensajero de Dios en misión sobre la Tierra. Lo tendrás todo, más no tendrás na--‐da, los dineros que recibas serán escasos. De ellos brindarás socorro al caído, al necesitado, al enemigo y al enfermo. Tendrás para ti lo necesario, más no te sobrará. Está liberado el camino, empieza a an--‐dar”. Durante todo ese tiempo había acumulado suficientes mensa--‐jes, que tenía ordenados por fecha y por tema, y esperó pa--‐cientemente instrucciones. Antes de despedirse en esa noche de revelaciones, “la voz” lo instruyó para que todas sus pintu--‐ras las hiciese conocer a la gente: “Es momento de que te des a conocer para que te conozcan, porque así será más fácil cumplir la misión para la que has sido preparado”. Y por último, la voz le anunció: “Muy pronto estarás a cargo de una Sala de Exposiciones. Y será con mucho éxito, hijo mío”. Benjamín estaba conmovido y feliz por el anuncio, pero no en--‐-

tendía cómo se produciría. Pocos días después de esta noticia, acude a su casa el médico de la familia, muy amigo de su padre, y pide conocer las obras

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del muchacho. Sorprendido por la calidad y cantidad de los cuadros, lo seduce a que los exponga al público. ¡Este arte debe ser difundido Benjamín! ⎯le dijo⎯. Te ofrezco los Salones de la Asociación Amigos del Arte, en la calle Flori--‐da, para que los expongas. Te aseguro un éxito rotundo. Por la noche, cuando le comenta alborozado la confirmación a su “ángel”, éste le responde: “Ha llegado tu hora, y será en triun--‐fo”. Y así sucedió: cuando Benjamín llevó todas las obras que iba a exponer, el médico amigo de la familia le informó que el Pre--‐sidente de la República, el Dr. Marcelo Torcuato de Alvear, y su esposa, Regina Pacini, habían sido invitados a la apertura de la muestra… Alvear y su esposa, asiduos ambos de toda actividad cultural que se realizase en la ciudad de Buenos Aires, asistieron a la muestra, y Benjamín, sabiendo de antemano que al Presidente le gustaban los temas camperos, le obsequió una de sus obras, llamada “El Pericón”. Después del éxito logrado, fue invitado a exponer en la “Gran Exposición Internacional de Arte”, auspiciada por la Munici--‐palidad de Buenos Aires y a realizarse en la Sociedad Rural de Palermo. Nuevamente, el éxito corona su presentación. Ade--‐más, es invitado a exponer en la “Gran Exposición Internacio--‐nal de Arte”, en la ciudad de Lieja, Bélgica. Hacia allí van sus obras, y al tiempo recibe la comunicación que una de ellas ha--‐bía obtenido medalla de oro y diploma de honor y, por si ello fuera poco, el Rey Alberto I de Bélgica había adquirido la mis--‐-

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ma. En un gesto honroso, Benjamín le obsequia el cuadro alu--‐dido con la mención de que lo recibiera en nombre de la ju--‐ventud argentina. Los éxitos continuaron, y se lo invitó a participar en una expo--‐sición a realizarse en París, Francia, con las mismas telas que habían sido expuestas en Lieja. La muestra se realizó en el Petit Paláis y fue distinguido con medalla de oro y diploma de honor, recibiendo al mismo tiempo el título de Jury del Ayun--‐tamiento de París. Éxito rotundo como le había augurado aquella entidad invisible… Poco tiempo después, asume como Presidente del Banco Mu--‐nicipal el Dr. Eduardo Crespo, gran amigo y vecino de la fa--‐milia Solari Parravicini. Este hecho tendrá una especial conse--‐cuencia en la vida de Benjamín. En la charla nocturna con su “ángel”, éste le anuncia que, pre--‐cisamente, en ese Banco estará a cargo de una Sala de Exposi--‐ciones… Y le agregó un detalle: “La sala estará ubicada en un nuevo edificio, que se está construyendo, en Suipacha y Viamonte”.

Tal la predicción, tal el hecho: meses después, Benjamín recibe la invitación del Dr. Francisco Crespo para hacerse cargo de un Salón de Arte, justamente en el edificio de Suipacha y Via--‐monte que acababa de ser inaugurado… A la ceremonia asis--‐tieron las más altas autoridades de la ciudad, y también del área cultural de varias embajadas. Benjamín cumplía el sueño de su vida. Parravicini, cumplidos los 40 años, recibe la instrucción de que todos los mensajes que había acumulado ⎯sus “dibujos profe--‐-

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ticos”, se calcula cerca de mil⎯, debían ser difundidos. Prime--‐ro sus amigos más íntimos los fueron conociendo y, a través de ellos, se iban desparramando por doquier. Con el tiempo, varias de las predicciones se cumplieron inexorablemente, y el marco de su fama tomaba características que excedía a sus amistades. El difusor más preclaro de sus profecías fue, como ya dijimos, su hermano Justino. La actividad paranormal de Benjamín no solo abarcaba las pinturas proféticas, sino que en muchos casos utilizó la clari--‐videncia para encontrar personas perdidas, dando datos exac--‐tos a las autoridades para encontrarlas… En su increíble vida mostró ser un elegido para cumplir una misión de tan elevada trascendencia. Llegó a ser Director de Bellas Artes en Buenos Aires, y fue muy querido por muchos artistas, a quienes ayudó desintere--‐sadamente. Vivió 76 años con la intensidad de un ser especial que nunca abandonó su condición humana de aprendizaje. Marcela Podestá Costa, su sobrina nieta, nos decía en una en--‐trevista que le realizamos en Buenos Aires: “Mi tío abuelo era un ser muy cariñoso, pero más allá de sus facultades de las que toda la familia fue testigo, era una persona normal, como cualquiera de nosotros”. El 14 de diciembre, un caluroso día del final de la primavera de 1974, Benjamín Solari Parravicini dejaba el mundo rodeado por el amor de su familia. A nuestro juicio, fue uno de los “sensitivos” más extraor--‐dinarios del siglo XX.

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Parravicini nos ha legado “profecías” que aún están por cum--‐plirse. Y otras que parecen hallarse en curso, como la crisis y “caída” del Vaticano. Un escenario que está entroncado con la elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa: para algunos, el “Hombre Gris” que mencionaba una y otra vez Parravicini… Abordaremos ese enigma más adelante. Ahora bien, ¿quién era, realmente, el ser que se comunicaba con Parravicini? ¿Si Benjamín fue el “canal”, quién era el ver--‐dadero autor de los mensajes proféticos? ¿Quién era “Joseci--‐to”?

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CAPÍTULO IV ______________________________ Contactos extraterrestres Un detalle importante es que Parravicini hizo distintas amista--‐des en Buenos Aires relacionadas al estudio de los ovnis. En--‐tre ellas podríamos mencionar a Pedro Romaniuk, piloto de la Fuerza Aérea Argentina y Profesor de meteorología en la es--‐cuela militar ⎯además, director de la Junta Nacional de Inves--‐tigaciones de Accidentes Aéreos de la Fuerzas Armadas⎯. Romaniuk, quien dicho sea de paso, afirmó haber sido contac--‐tado, fue pionero en la Argentina en el estudio de los no--‐identificados. Fabio Zerpa, el investigador y autor de varios best--‐-sellers in--‐ternacionales sobre contactos con extraterrestres, otro pionero de la investigación ovni, fue también “confidente” de Parravi--‐cini. Compartimos con Romaniuk y Zerpa, y debemos decir que la fascinación de ambos por “Pelón” ⎯como llamaban a Benjamín⎯era importante. De hecho, publicaron distintos li--‐bros sobre las psicografías que el propio Parravicini les entre--‐-

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gó. Romaniuk fue quien más dibujos publicó. “Don Pedro” fa--‐lleció el 21 de febrero de 2009. Otro gran amigo de Parravicini ligado al enigma de los ovnis fue Sigurd Von Wurmb ⎯Fabio Zerpa se lo presentó⎯, quien publicó con editorial Kier de Buenos Aires “La voz de los ov--‐nis”, un compendio de las psicografías que hablaban del con--‐tacto con extraterrestres. Von Wurmb falleció en 2007. Hemos podido constatar que Benjamín inició en los años se--‐senta diversas amistades con estudiosos del fenómeno ovni. Y había una razón… ¿Fueron seres de otros mundos los verdaderos “autores” de sus mensajes”? Hemos insistido en esta pregunta porque cree--‐mos que en su respuesta está la clave de todo. Parravicini siempre apuntó que no era él el “mensajero”. Afirmó que al--‐guien le “dictaba” esos vaticinios… Este tipo de experiencias, en donde seres de otras realidades comunican posibles acontecimientos futuros, nos remiten a los encuentros de los “ángeles” con los profetas de la Biblia. Pa--‐rravicini, era un caso “moderno”. Consideramos que es im--‐portante hacer una breve incursión en esos misterios. Tal vez ⎯como en el caso de Parravicini⎯, los ángeles de las escritu--‐ras, no eran ángeles… Ángeles y “carros de fuego” “Me llevaron a un lugar donde los que están son como fuego abrasa--‐dor, y cuando quieren, se aparecen como hombres”. Libro 1 de Enoch. 17,1

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El texto en mención —escrito supuestamente por Enoch, un personaje del Antiguo Testamento— forma parte de las tres

copias recuperadas por el famoso explorador James Bruce, cuando en 1773 retornó de su trabajo de seis años en Abysinia. Esta información, misteriosamente, se había perdido luego del denominado Concilio de Laodicea, en el Siglo III. Aún así, del “Libro de Enoch” existen dos traducciones al inglés, hechas por R. Lawrence (1821) y por R.H.Charles (1912). En los si--‐guientes años salieron a la luz diversas partes del texto origi--‐nal en griego, y más tarde, con el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en Qumran, aparecieron siete copias fragmen--‐tarias en texto arameo, que se encuentran actualmente en el Museo del Libro en Jerusalén, confirmando lo dicho en las co--‐pias traducidas. Sus desconcertantes afirmaciones ha causado gran controversia entre los eruditos. Y es que Enoch no sólo describe sus “encuentros cercanos” con aquellos seres venidos del cielo, sino que aporta más luces a un hecho perdido que se menciona en la mismísima Biblia, concretamente en el Capítulo 6 del Génesis: la unión de los “Hijos de Dios” con “Las Hijas de los Hombres”. En el “Libro de los Vigilantes” de Enoch, se afirma lo siguien--‐te: “En aquellos días, cuando se multiplicaron los hijos de los hombres, sucedió que les nacieron hijas bellas y hermosas. Las vieron los an--‐geles, los hijos de los cielos, las desearon y dijeron: Escojámonos de entre los humanos y engendremos hijos. Semyasa, su jefe, les dijo:

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—Temo que no desean que tal acción llegue a ejecutarse y sea yo quien pague por tamaño error. Le respondieron todos: —Juremos y comprometámonos, bajo anatema, entre nosotros, a no cambiar esta decisión y a ejecutarla ciertamente. Entonces juraron todos de consuno y se comprometieron a ello bajo anatema. Eran doscientos lo que bajaron a Ardis, que es la cima del monte Hermón, al que llamaron así porque en él juraron y se com--‐prometieron bajo anatema. Estos eran los nombres de sus jefes: Sem--‐yasa, el jefe supremo; Urakiva, Rameel, Kokabiel, Tamiel, Ramiel, Daniel, Ezequiel, Baraquiel, Ásael, Armaros, Batriel, Ananel, Za--‐quiel, Samsiel, Turiel, Yomiel y Araziel”. La escena del descenso de los 200 Vigilantes “venidos del cie--‐lo” es descrita detalladamente por Enoch. Para tener una idea de la antigüedad de este extraño episodio, recordemos que el Génesis bíblico cita al propio Enoch como un patriarca longe--‐vo de una “séptima generación después de Adán” (Génesis 5:18). Como ya se sabe, más tarde aparecerán hombres muy notables, como Matusalén y Lamec, este último padre del cele--‐bre Noe, el héroe del diluvio. Si Enoch pudo describir lo que pasó en el Monte Hermón ⎯lugar enclavado entre la actual Siria, Líbano e Israel⎯, es porque se trataba de un aconteci--‐miento muy viejo. ¿Eran ángeles aquellos seres? Independientemente de la existencia real de los ángeles ⎯co--‐-

mo seres de luz y enviados de Dios⎯, ¿por qué no pensar que cosmonautas de otros mundos llegaron a la Tierra en la noche

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de los tiempos? ¿Fueron ellos los auténticos mensajeros que contactaron a los profetas bíblicos? El episodio que protagonizó el profeta Ezequiel enciende más este debate. Sentado junto al río Quebar, en Babilonia, Ezequiel vio a lo le--‐jos un “torbellino” aproximándose; aquel fenómeno misterio--‐so, de pronto, se convirtió en una nube de fuego que luego aterrizó con gran estruendo. El personaje bíblico se encontraba ahora frente a un vehículo deslumbrante que le parecía estar compuesto de ruedas, alas y criaturas vivientes. También lle--‐vaba un trono, sobre el cual iba sentada una “silueta de forma humana”. Para Josef F. Blumrich ⎯ex ingeniero de la NASA⎯ Ezequiel estuvo frente a un vehículo concreto y real, y no ante una visión. Si fue así, ¿a quiénes pertenecía aquel vehículo que volaba ante los ojos del profeta? A pesar de que oficialmente la Iglesia Católica y diversas orga--‐nizaciones cristianas niegan que los textos bíblicos hagan refe--‐rencias a encuentros cercanos con visitantes de otros mundos, lo cierto es que las evidencias están allí, lejos de tratarse de una “mala interpretación” de los acontecimientos. Lo preocu--‐pante de todo ello es que muchas veces el fanatismo religioso ha tildado al fenómeno ovni de “manifestaciones de demo--‐nios”. Nada más lejos de la verdad... Aquí otros ejemplos de “ángeles voladores” en la Biblia: 1. Un objeto volador acompaña al pueblo hebreo, similar a las naves de forma tubular o “nodrizas” que han sido fotografia--‐das desde los años cincuenta.

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“Se levantó el Ángel de Yahvé que marchaba al frente del ejercito de Israel, y se puso detrás de ellos. Se levantó también la columna de nube de delante de ellos y se colocó a la espalda, intercalándose así entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelíes. Era nube y tinieblas (por una parte), y (por la otra) iluminaba la no--‐che, de modo que no pudieron acercarse aquellos a estos en toda la noche” (Exodo14,19--‐-20). 2. La destrucción de dos ciudades bíblicas es muy similar a la devastación atómica que sufrió Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial. “Entonces Yahvé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego que venía de Yahvé, desde el cielo. Y destruyó aquellas ciudades, y toda la llanura con todos los habitantes de las ciudades, hasta las plantas del suelo. Mas la mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal. Se levantó Abrahan muy de mañana y se fue al lugar donde había estado en pie delante de Yahvé. Miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la región de la llanura, y vio que de aquella tierra subía humo, como el humo de un horno” (Génesis 19,24--‐-28). 3. Un vehículo volador lleva a los cielos al profeta Elías.

“Mientras seguían andando y hablando, he aquí que un carro de fue--‐go y caballos de fuego separaron al uno del otro y subió Elías en un torbellino al cielo. Eliseo miraba y clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su caballería! Y no lo vio más” (Reyes 2,11--‐-12). 4. El profeta Daniel describe a un ser humanoide, cuyas carac--‐terísticas son muy similares a los modernos encuentros cerca--‐nos, donde se ha aprecian trajes “brillantes” en los extraterres--‐-

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tres y detalles metálicos que en algunas ocasiones recuerdan el brillo del oro. “El día 24 del primer mes, estando yo a la orilla del gran río, el Ti--‐gres, alcé mis ojos y miré, y vi a un varón vestido de lino blanco y ceñidos los lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como el crisolito, su rostro parecía un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y sus pies tenían el brillo de bronce bruñido y el rumor de sus palabras era parecido al estruendo de un gran gentío” (Daniel 10,4--‐-6). 5. Una de las más polémicas: la estrella que guía a los “tres re--‐yes magos” al lugar donde está el pequeño Jesús. Una “estre--‐lla” que se mueve y se detiene de forma inteligente… “Cuando hubo nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey He--‐rodes, unos magos del Oriente llegaron a Jerusalén, y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”. “…Con estas palabras del rey, se pusieron en marcha, y he aquí que la estrella, que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella experimentaron un gozo muy grande” (Mateo 2,1--‐-2,2--‐-104). Desde luego, hay mayores referencias en la Biblia. Y cada una de ellas merece un estudio más profundo… Ahora bien, de acuerdo a la enseñanza religiosa tradicional, los ángeles son otra cosa: sustancias completas e inteligentes, dotados de alguna virtud o poder. Una declaración del IV

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Concilio de Letrán sostiene: “Firmemente creemos y simplemente confesamos, que por su omnipotente virtud, Dios creó de la nada a una y otra criatura: la espiritual y corporal; es decir la angélica y la humana”. Los ángeles serían entidades espirituales. Se supone que no pertenecen a nuestra realidad física, sino a un “plano supe--‐rior”. En cambio, los seres extraterrestres, se mueven en una realidad física y material, independiente del tiempo o dimen--‐sión del que provengan. El problema es que esos cosmonautas de otros mundos hayan sido confundidos ⎯y nos imaginamos que muchas veces⎯como “dioses” o “ángeles”. Esta afirma--‐ción puede resultar chocante. Sin embargo, desde 1994, mon--‐señor Corrado Balducci, un importante prelado del Vaticano y amigo personal del Papa Juan Pablo II, demolió el escepticis--‐mo religioso al sustentar que los ángeles en carros de fuego

que se mencionan en la Biblia podrían ser los ovnis que en la actualidad nos visitan. Monseñor Balducci, fallecido en Roma en septiembre de 2008, fue uno de los más importantes teolo--‐gos de la Iglesia Católica, al punto de haber formado parte de la Comisión para revelar el Tercer Secreto de Fátima… Incluso afirmó en su momento la existencia de un comité del Vaticano que estudia los encuentros con extraterrestres. Así como se lee… En sus recordadas entrevistas televisivas, el prelado manifes--‐taba a boca de jarro de que los encuentros entre extraterrestres y seres humanos no son ni diabólicos ni consecuencia de aluci--‐naciones, y por tanto deben estudiarse con rigor y seriedad. La repercusión de estas declaraciones ⎯en la RAI italiana, la tele--‐visión más católica y una de las más conservadoras⎯, dio la vuelta al mundo. Debido a ello el propio Balducci fue ponente

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en numerosos congresos sobre el fenómeno ovni ⎯y siempre con sotana⎯. Roberto Villamil, co--‐-autor de este libro, tuvo una entrevista personal en San Marino con Balducci durante uno de esos congresos de ufología (ver Apéndice I). Aunque Balducci no es el primero en sugerir que cosmonautas de otros mundos fueron confundidos con ángeles en el pasado, su aporte ha sido contundente por haber sido una autoridad res--‐petada en el Vaticano. Su análisis, simple y lógico, rompió es--‐tructuras mentales: una cosa son seres inmateriales como mensajeros de Dios, y otra cosa seres físicos que utilizan vehi--‐culos para desplazarse. A esta línea de pensamiento se ha su--‐mado recientemente el Director del Observatorio Vaticano, Jo--‐sé Gabriel Funes, al sostener que la vida inteligente extrate--‐rrestre no cuestiona el dogma de fe y que “esos seres también serían hijos de Dios”. Un detalle: tanto Balducci, como Funes y Bergoglio, eran je--‐suitas… ¿El Papa Francisco se pronunciará en el futuro sobre la vida extraterrestre? Nosotros así lo creemos. El propio Funes reconoce intrínsicamente que una cosa son los ángeles y otra seres físicos procedentes de otros mundos… Pocos saben que el Vaticano tiene complejos programas secre--‐tos para estudiar la vida extraterrestre. De hecho, astrónomos jesuitas en un observatorio de Arizona están usando un poten--‐te telescopio llamado “Lucifer” ⎯sí, leyó bien⎯, para buscar formas de vida en el cosmos. Los astrónomos del Vaticano es--‐tán utilizando ese telescopio de propiedad alemana que lleva el nombre del “ángel caído”. No es un detalle menor que el Gran Telescopio Binocular (LBT) es el único en el mundo que tiene una cámara infrarroja y espectroscópica. Muchos exper--‐-

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tos afirman que se trata del mayor telescopio del mundo, su--‐perando al poderoso telescopio Hubble. ¿El Vaticano intuye un próximo “contacto oficial” con seres extraterrestres? ¿Serán los “ángeles de antiguo”?

Como ya vimos, es de dudar que los ángeles necesiten de ve--‐hículos o tecnología para llegar a la Tierra y ejecutar sus mi--‐siones divinas. He allí el primer contraste con las apariciones de los ovnis y aquellas formas humanas que salían de ellos en la prehistoria. Por otro lado, también resulta desconcertante cómo los ángeles toman corporeidad, al punto de comer ⎯co--‐mo ocurrió con la familia de Lot en el episodio de Sodoma y Gomorra⎯y hasta protagonizar una pelea “cuerpo a cuerpo” con Jacob. Más allá de los símbolos, podríamos hallarnos ante hechos reales perdidos en aquel tiempo, más humanos que di--‐vinos, como “la unión de los hijos de Dios con las hijas de los hombres”. ¿Los ángeles engendran hijos? Consideramos que ángeles etéreos no se involucrarían en esas cosas… Los ángeles ⎯miríadas de ellos según la Biblia⎯, están cons--‐tituidos en jerarquías espirituales, entre ellas se mencionan los tronos, dominaciones y potestades; luego siguen los serafines y querubines, y finalmente los arcángeles y los ángeles. Según Santo Tomás, autor de la documentada Suma Teológica, los an--‐geles “son espíritus puros, no están viviendo en el mundo ma--‐terial como el ser humano”. Por ende, no se pueden investigar con un telescopio como lo intenta el Vaticano… Si estudiamos detenidamente las extrañas apariciones de la Biblia y otros textos sagrados, comprenderemos que nos halla--‐mos, en realidad, ante visitantes físicos, de aspecto humano, que llegan en vehículos voladores ⎯procedentes de otros

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mundos o dimensiones⎯, e imparten conocimientos a los hombres. Tal vez, como los profetas de antaño, ése fue el caso de Parra--‐vicini.. Una posibilidad increíble, pero que cobra sentido cuando hallamos el testimonio del propio Benjamín de un contacto directo con la presunta tripulación de un ovni… Debemos decir que a muchos investigadores les incomoda ese encuentro cercano del hoy célebre sensitivo argentino, y pro--‐curan evitar hablar de ello… El tema ovni se les antoja moles--‐to. Y si lo pueden alejar, mejor. Pero lo cierto es que Parravicini ofreció su testimonio de con--‐tacto a los medios de comunicación, entre ellos una amplia no--‐ta publicada en el diario “La Razón” de Buenos Aires, el lunes 10 de junio de 1968. Por su importancia y poca difusión, incluiremos parte del asombroso relato. Un encuentro cercano en Buenos Aires ⎯Veníamos por la calle Chacabuco, en una noche con frío y niebla, con un amigo. De repente, surgió a un costado un hombre. Es decir, nos pareció un hombre. Empezó haciendo señas, y parecía que hablaba algo. Algo que no se entendía. Nos hacía señales como indicándonos que camináramos hacia la Diagonal, en dirección de la Casa de Gobierno. Y con la no--‐-

che fría, la niebla y... Yo no sé... Ese ser, ese hombre era, más grande que nosotros... No sentimos miedo. Pero yo, sincera--‐-

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mente, tenía frío y muchas ganas de llegar a casa. Ese hombre, era extraño… muy rubio, como de un metro ochenta y cinco de alto, con ojos grandes que parecían de “ciego”, porque no tenían párpados ni nada... eran redondos, rarísimos. Estaba vestido apenas con un saquito que parecía un cárdigan, ver--‐doso, luminoso. Y fíjese, hacía un frío bárbaro. No obstante, seguimos ca--‐minando con mi compañero, cruzamos la calle, y mi amigo me lanza la pregunta: “Che... ¿no te parece que este hombre no es de este mundo?” ⎯Bien ⎯prosigue Solari Parravicini⎯, esa pregunta se me clavó y le contesté que era muy raro. Sobre todo los ojos, la ro--‐pa metálica… En fin. Nos despertó la curiosidad y quisimos volver al lugar donde lo habíamos visto. Volvimos, pero ya no estaba. Había desaparecido... Sí... había desaparecido… El entrevistado abre sus ojos grandemente ⎯escribe el perio--‐dista que entrevista a Parravicini⎯, detrás de un armazón re--‐dondo muy poco común. Se frota su calvicie y hace gestos misteriosos. Yo lo miro con suspenso y trato de descubrirlo. Entonces prosigue. ⎯Ahora va a ver. Pasaron varios días, y... ⎯¿Cuándo fue eso? ⎯Le pregunta el periodista. ⎯Y... hace más o menos ocho años (Parravicini no sabe preci--‐sar el tiempo en que ocurrió). Pasaron varios días y una noche estaba yo acá, en mi casa. Estaba también nublado, con bastan--‐te niebla y mucho frío. Se me ocurrió ir a ver “My fair lady”,

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que la estaban dando en “El Nacional” (aquí hay un dato im--‐portante: esa comedia musical se estrenó en 1964). Fui. No sé a la hora que habrá terminado, imagínese. Cuando salí me dio ganas de comer un puchero de gallina. Terminé mi plato fa--‐vorito y me dispuse a marcharme a casa. Serían como las tres, las cuatro de la madrugada. En esa época había muchos asal--‐tos por acá, y tuve miedo, de manera que decidí tomar por la Diagonal, rumbo a Belgrano. Cuando iba cruzando la calle, se me apareció aquel hombre otra vez… Como caído del cielo, ¿no? Había, recuerdo, una bruma bárbara. No se veía a un me--‐tro. El tipo éste empezó a hablar, pero de forma extraña: jap, gloa, prirp, jap. Yo lo miré medio confundido porque no enten--‐día y me dije: Bueno, éste me asalta. Entonces apuré el paso. Sin pensar por qué estaba ahí, cómo había aparecido, sin re--‐cordar nada. Empecé a caminar ligero, y de pronto... me que--‐dé paralizado. No pude caminar más… No podía moverme. Cinco metros apenas avancé. ⎯Pero, ¿podía pensar? ¿No perdió sus facultades mentales? ⎯Sí, podía pensar. Era totalmente consciente de todo. Nada

más que me era imposible moverme. Como le dije, pasó un instante y luego comencé a perderme... a perderme... me iba... me iba. No sé cómo será un desmayo, pero creo que fue eso lo que me pasó. Acá diríamos “me desmayé”. Y me encontré, de repente, como en un borde de un “barco”, con una baranda que parecía de metal. Ahí adelante, así redondo ⎯Parravicini gesticulaba⎯, era como una explanada negra. Como de cau--‐cho. Entonces, aparezco yo allí, no sé cómo, y me encuentro con otros dos seres iguales. Muy sonrientes, me saludaron po--‐niéndome las manos en el hombro...

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⎯¿Usted cree que estaba en un “plato volador”? ⎯le pre--‐gunta el periodista. ⎯Sí, claro, no hay duda… En ese momento no sabía lo que era… Pero, después, entendí todo... Yo estuve en un “plato vo--‐lador”. Bueno... ⎯Y dígame, ¿eran de carne y hueso? ¿Cómo era su contextura física? ⎯Sí, al menos parecen de carne y hueso. Son como nosotros, altos, bien rubios, con ojos como le dije, muy redondos y sin párpados... El cutis es igual al nuestro, muy blanco... son lin--‐dos hombres, fuertes. Bien, allí, entre ellos hablaron en ese idioma extraño… qué se yo... Ahí fue cuando se me cruzó la idea de que yo estaba en un objeto volador, porque veía allá abajo, ¡abajo!, la punta del Obelisco de la ciudad de Buenos Aires, que entonces tenía una luz. Y justo cuando se me ocu--‐rrió pensar eso, uno de ellos me dice: Sí, somos de Venus. ⎯¿En castellano? ⎯Sí, en castellano. Yo me sorprendí… Aquel ser me dijo en--‐tonces: "ʺNo se extrañe, porque nosotros hablamos todos los idiomas de ustedes, porque nosotros somos telépatas, y usted también es tele--‐pata... Así como ustedes tienen la televisión, en donde ven todo lo que pasa afuera, nosotros los vemos perfectamente, y los conocemos perfectamente. Yo hablo con usted telepáticamente... Hace tiempo que lo conocemos y... queremos mostrarle algo. Tener una experien--‐cia con usted”.

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Luego de ello, Parravicini continúa su increíble relato descri--‐biendo el viaje a bordo del presunto ovni alrededor del mun--‐do, viendo las ciudades desde arriba, hasta ser devuelto a Bue--‐nos Aires, en el mismo lugar desde donde fue “llevado”. “Usted también es telépata”, le dijeron aquellos seres. ¿Eran ellos los responsables de los mensajes proféticos de Parravicini? ¿Su “ascenso” al ovni fue una experiencia física? ¿O se trató de otra de sus “visiones”? ¿Y el extraño hombre que observó la primera ocasión, en compañía de un testigo? ¿Fue otra visión “compartida” con el amigo? No culpamos al lector si duda de tan singular experiencia ov--‐ni. Debemos decir que nosotros, también, vacilamos cuando

leímos por primera vez el relato de Parravicini ⎯a pesar de haber experimentado encuentros con los “no--‐-identificados”⎯. Nos llamaba la atención cómo describía el incidente, con una inocencia propia de un niño. La aparición del extraño hombre en la ciudad ⎯como ya dijimos, frente a otro testigo⎯, y sus gestos e intentos de comunicación. Y la posterior “desapari--‐ción” en medio de las calles de Buenos Aires, para hallarse dentro del ovni y dar la vuelta al mundo en pocos minutos, parecía demasiado… Sin embargo, la aparición de personajes humanos, tan extra--‐ños como el que “Pelón” describió, nos recordó el contacto del ingeniero costarricense Enrique Castillo Rincón ⎯el supuesto “suizo” que conoció Castillo en Venezuela, Ciril Weiss, luego le recibirá a bordo de un ovni en una experiencia programada a las afueras de Bogotá, en Colombia⎯. Además, la descrip--‐ción de seres rubios y altos, que venían de Venus, sonaba muy similar a los contactos de George Adamsky en California, bien

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entrados los años cincuenta. En el complejo mundo del con--‐tactismo, se afirma que Venus posee una presunta base inter--‐dimensional ⎯en otro plano distinto al físico⎯, en donde se--‐res procedentes de las estrellas Pléyades, observan la Tierra. Es decir, no son originarios de Venus. ¿Es esto posible? Como fuese, también se sabe que muchos encuentros cercanos han sido precedidos por la aparición de una densa niebla, que se insinúa sobrenatural, y que ha producido casos de missing time o “tiempo perdido” en los testigos, tal y como pudo ocu--‐rrir con Parravicini. De hecho, en el caso de las polémicas ab--‐ducciones, ha sido materia frecuente. Es decir: dentro de lo fantástico que pueda resultar el testimonio de Parravicini, hay algunos elementos que se ajustan a ciertos fenómenos que acompañan el intrincado asunto de los ovnis. Su presunta experiencia de abducción, o como le queramos llamar, sigue un patrón ya conocido por los investigadores. ¿Fue entonces real su contacto? Nadie lo puede afirmar. Pero es un tema que, como ya advertimoss, a muchos estudiosos de sus psicografías inquieta y molesta. Para esos “expertos”, hablar de un encuen--‐tro cercano con esos detalles tan absurdos y hasta ridículos, pone en jaque la credibilidad que se había ganado gracias a sus dibujos premonitorios. Pero, insistimos: ¿Y si Parravicini contó la verdad? Si aquellos seres le dijeron que él era telépata, ¿quiere decir que lo venían siguiendo por poseer esas facultades innatas? “Hace tiempo que lo conocemos” ⎯le dijeron⎯. ¿Eran ellos la “voz” de “Josecito”, que escuchaba Parravicini antes de trazar sus psicografías? ¿Fueron esos seres quienes le transmitieron la información de lo que podría suceder en el futuro?

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Veamos, a continuación, algunas de sus extraordinarias psico--‐-

grafías “cumplidas”.

64 CAPÍTULO V ________________________________ Los dibujos premonitorios El fenómeno de la psicografía merece una breve explicación. Nos hallamos ante una suerte de “telepatía instrumentaliza--‐da”: el canal recibe el impulso mental del emisor ⎯en el caso de Parravicini, de las entidades invisibles que le contacta--‐ban⎯y, paralelamente, siente el deseo irrefenable de escribir. En el caso de Benjamín, podía “sentir” y “ver” lo que la “voz” le dictaba. Y varios testigos cuentan que en alguna ocasión le vieron “materializar pinceles para pintar o trazar los dibujos”. “Pelón” era, además de un “contactado”, un poderoso sensiti--‐vo. Un psíquico dotado. Un telétapa, tal y como le dijeron los presuntos seres extraterrestres que le llevaron a su nave. Es imposible saber quién era “Josecito”. Y si Parravicini real--‐mente “hablaba” con los seres sutiles del bosque de su casa de Vicente López. Para los más místicos, la condición psíquica del pequeño Benjamín había abierto las puertas del mundo mágico de los “elementales” ⎯las supuestas entidades invisi--‐bles de la naturaleza⎯. Para otros, como ya sugerimos pagi--‐-

65 nas atrás, ni esas criaturas del bosque, ni “Josecito”, existían, sino que eran la fachada de las verdaderas entidades que co--‐nectaban con Parravicini… Desde luego, tampoco podemos asegurar la procedencia extraterrestre de los mensajes. Cree--‐mos que la fuente de “Pelón” era “múltiple”… Sea quien fuese el “emisor” de estos mensajes, estaba claro que Parravicini tenía una sensibilidad especial para conectar con otras realidades. Y con el “futuro”… Analizando sus psicografías ⎯tarea a la que le hemos dedica--‐do muchos años⎯, hallamos una “mezcla” entre la percepción de lo que “ve” y lo que le “dicta” la “voz”. Es un escenario muy complejo en donde hemos podido inferir distintos tipos de “emisores”. Por los dibujos, la prosa, el tipo de temas que se tocan sobre el devenir de los acontecimientos mundiales, no se trata de la misma entidad. Parece ser un grupo de seres en contacto con el “Nostradamus argentino” y, en algunas oca--‐siones, visiones que el propio Parravicini describe. Más allá de estas especulaciones, lo cierto es que los dibujos premonitorios de Parravicini gozan de gran credibilidad por sus numerosos aciertos. En varios casos tan claros y contun--‐dentes, que provocan admiración. Colocó fechas, dibujó per--‐sonajes que en su tiempo ni existían, y describió momentos planetarios con pasmosa precisión…. Es imposible presentar todas sus psicografías. Pero será ilus--‐trativo ver algunos ejemplos.

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Las predicciones cumplidas “El can será el primer volador” (1938) Interpretación: Parravicini profetiza, con 19 años de anticipa--‐ción, que la perra Laika (en ruso Лайка, “que ladra”), sería el primer “astronauta” (Sputnik 2). Incluso, el dibujo muestra la cápsula espacial y su paracaídas desplegado. Como se sabía poco sobre los efectos que los vuelos espaciales podían produ--‐cir sobre los seres vivos en el momento de la misión de Laika, y la tecnología de sub--‐-orbital no se había desarrollado todavía, no había ninguna expectativa de que Laika sobreviviera. Al--‐gunos científicos creían que los humanos no podrían sobrevi--‐vir al lanzamiento o a las condiciones del espacio exterior, por eso los ingenieros de vuelos vieron a los animales como los precursores necesarios para las misiones humanas.

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"ʺDuelo de poderes entre yanquis y rusos. Duelo de conquista espacial y terreno. Aunque no parezca, América llevará el cetro.” (año 1941) Interpretación : La psicografía se adelanta a la guerra fría luego de la segunda conflagración mundial, y los esfuerzos estado--‐unidenses y rusos por la conquista del espacio. Como recorda--‐mos, en 1969, Estados Unidos se llevó finalmente el “cetro” al llegar a la Luna con la recordada misión “Apolo XI”. La Apolo llegó a la Luna el 20 de julio de ese año y, al día si--‐guiente, logró que dos astronautas ⎯Armstrong y Aldrin⎯ caminaran sobre su superfice en un momento único y extra--‐ordinario de la historia humana. Oficialmente, la misión se co--‐noció como AS--‐-506, y fue el hecho clave que inclinó la balanza a favor de las iniciativas espaciales norteamericanas. El 25 de agosto de 2012, Neil Armstrong, de 82 años, fallece en un hos--‐-

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pital en Columbus, Ohio luego de una operación en el cora--‐zón. "ʺEl hombre del mañana surgirá del cultivo espermático de laborato--‐rio. La mujer buscará al hijo seleccionando el semen ofrecido por el médico. Se dará preferencia a los hombres atléticos (en reserva) y a los intelectuales. El hombre vulgus, no será tenido en cuenta y se le dejará desaparecer. El año 2000 luego del cataclismo conocerá esta norma nueva y el hombre animal se habrá dormido para siempre y la procreación así dará al ser humano sin pecado original."ʺ (año 1938) Interpretación: Esta psicografía se adelanta a la fecundación in vitro. Recordemos que el primer “bebé probeta” nació en In--‐glaterra en 1978. El “cataclismo” del año 2000 no se refiere a una catástrofe física, si no de valores humanos, que empeza--‐-

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rían a caer desde esa fecha en adelante. En otras psicografías de Parravicini se habla de ese “cataclismo” simbólico. “El corazón será artificial en el 66” (año 1938). Interpretación: Parravicini se adelanta al primer transplante de corazón, que se concretó un año después de la fecha que mar--‐có: el 3 de diciembre de 1967, los periódicos de todo el mundo

recogieron la noticia de un médico sudafricano ⎯Christiaan Neethling Barnard⎯como el precursor del primer trasplante de corazón en una persona. La donante fue Dénise Darvall, una joven oficinista de 25 años que falleció al ser atropellada junto a su madre. El receptor del corazón de Dénise será Louis Washkansky, un comerciante corpulento de 56 años, desahu--‐-

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ciado por un irreversible problema cardíaco y una diabetes aguda. La operación fue llevada a cabo por veinte cirujanos a las órdenes de Barnard y duró seis horas. "ʺHitler --‐- Mussolini. Con el mismo fin; el mismo fin"ʺ (año 1938). Interpretación: En 1938, antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, Parravicini canaliza este mensaje que revela cómo terminaría el líder alemán y su par italiano: derrotados. “llegará el atomo y reinará” (año 1939).

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Interpretación: Parravicini se adelanta al uso de la bomba ato--‐mica, que se empleó con fines bélicos en Japón, en 1945. Como se sabe, las pruebas previas e investigaciones de la bomba ato--‐mica eran un secreto. “Cabeza de barba, que parecerá santa, más no será y encenderá las Antillas"ʺ (año 1937). Interpretación : La psicografía habla, a todas luces, de Fidel Castro. Cuando el dibujo premonitorio fue “canalizado”, el li--‐der cubano ⎯Cuba es un archipiélago constituido por la ma--‐yor isla de las Antillas⎯, tenía solo 12 años. En el dibujo se ve, además, a un hombre con barba y un habano en la boca…

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“Dominador llega a España. Destruirá y edificará, luego Borbón será en su lugar, y el mandón partirá, si su salud no se ha debilitado, a la Argentina” (año 1938). Interpretación: En plena Guerra Civil Española ⎯cuando se su--‐blevó el General Francisco Franco⎯, y en el mismo año en que nacía Juan Carlos de Borbón, Parravicini ya estaba anticipan--‐do la victoria de Franco y su llegada al poder después del fin de la guerra (1 de abril de 1939). Luego de una larga dictadu--‐ra, en 1974 la salud de Franco decae considerablemente ⎯tal vez por ello no pudo viajar a la Argentina⎯y muere en Es--‐paña, finalmente, el 20 de noviembre de 1975. Dos días más tarde se producirá la sucesión en el poder del rey Juan Carlos de Borbón, cumpliéndose lo anunciado en la psicografía…

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“La libertad de Norte América perderá su luz. Su antorcha no alum--‐brará como ayer y el monumento será atacado dos veces” (año 1939). Interpretación: Estamos ante una de sus más famosas psicogra--‐fías, que alude, a nuestro juicio, al ataque a Nueva York del 11 de septiembre de 2001. Como el lector recordará, la ciudad fue golpeada dos veces ⎯por el impacto de aviones comerciales⎯

en sus edificios más altos ⎯las desaparecidas Torres Geme--‐las⎯. De hecho, la psicografía hace un juego entre la figura de la estatua de la libertad y, al mismo tiempo, la silueta de los dos inmensos edificios que se desmoronaron en el World Tra--‐de Center… Además de estos acontecimientos políticos, científicos y mili--‐tares ⎯hay muchísimos más, sólo colocamos algunos clásicos

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como un ejemplo de sus dotes proféticas⎯, Parravicini se refi--‐rió a otros temas, con demoledoras frases que apuntan al dete--‐rioro de la sociedad, la moral, el culto de la televisión y sobre el peligro de la caída del arte: "ʺLa bondad desaparecerá del mundo. El robo y el crimen se aduena--‐rán del ambiente. La pureza de las criaturas será corrompida por el mal ejemplo de hogares desnaturalizados. Los casamientos irán en minoría, los amantes serán igual admirados. El hombre se dejará siempre seducir. Ellas serán las seductoras"ʺ (año 1934). "ʺEl mundo llegará a ser desnaturalizado por el poder de la pantalla doméstica. Toda mala influencia será desparramada groseramente so--‐bre todo hogar y será impuesta por el comercio avisador que busca la masa. La masa embrutecerá, dominada por las órdenes disfrazadas de paraísos fáciles y superiores, contemplará la estupidez y la inmorali--‐dad con ficción. Llegará el día en que el grueso popular será maneja--‐do como aprisco."ʺ (1938). "ʺEl Teatro será desteatro, será psíquico, material, irreverente, sucio. Impondrá el desnudo, la aberración sexual, homosexo, lesbianismo y drogados, en crímenes. La masa aplaudirá, corrompida, sin saberlo."ʺ (1939) "ʺLa cinematografía encumbrará a la pornografía. El acto sexual será escena de éxito. Cae el arte sano."ʺ (1939). Contemplando el rumbo actual de la sociedad humana, estas advertencias cobran sentido. ¿Cómo pudo ser tan preciso?

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Parravicini también se referirá al Vaticano y las apariciones marianas. Ya lo veremos más adelante. Incluso, canalizó infor--‐mación relativa al fenómeno ovni, con varias psicografías an--‐teriores a la “Era Moderna de los No Identificados”, iniciada en 1947. Lo inquietante es que asoció a los ángeles de antiguo con extraterrestres, tal y como lo vimos en el capítulo anterior. Un asunto que nos interesa mucho porque se conecta con ciertos eventos sobrenaturales que ha ocultado la Iglesia… Mensajes sobre los ovnis “Aparecerán volando las alturas círculos de luces, trayendo seres ex--‐traños de otros planetas. Sí, serán los que vinieron a poblar la Tierra, se dirá y se dirá bien. Sí, los que se llamaban ángeles en el antiguo

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testamento, o la voz de Jeová, serán. Y de nuevo se les verá y se les verá y se les escuchará” (año 1938). “Naviero de Ganímedes observa a la Tierra ya” (año 1938). Otros escritos de Parravicini afirman:

"ʺLos mares serán invadidos por los seres de otros mundos que llega--‐rán en sus barquillas anfibias. Llevarán de la Tierra para Ganímedes y su gemelo Europa algas, allá se precisa como alimentación, carecen de grandes mares. Llegar¨¢n"ʺ(1938).

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“Últimas noticias anuncian el arribo de los invisibles en masa” (año 1939). “Ante las constantes visitas de navieros extraterrestres la ciencia ne--‐gará, luego dudará y por fin dirá ¡Verdad es! Y nuestra sapiencia ha quedado atrás. ¡Siglos nos vigilan y contemplan!” (año 1940). “Los planetas dirán al hombre, de razas no humanoides de belleza es--‐tética y poder mental ¡Superior! “ (1972) “La monstruosidad fea y deformada de los extraterráqueos, es fanta--‐sía humana. ¡No existe!” (1972) "ʺLa Teoría de Darwin, dejará de ser porque se sabrá que el hombre bajó de los planetas"ʺ (sin fecha). Cuán difícil comprender el significado de esas psicografías… Hablan de seres de otros mundos de apariencia humana, de sus viajes a Ganímedes ⎯una de las lunas de Júpiter⎯, de su confusión en el pasado con “la voz de Jeová” (Jehová) o la vi--‐sita de “ángeles”y, por si todo ello fuera poco, del origen del hombre en las estrellas. Desde 1938 Parravicini canalizaba estas informaciones sobre los presuntos tripulantes de los ov--‐nis. Informaciones que al día de hoy, son bastante comunes en los círculos de ufología. Más hay un detalle. Como dijimos, hemos analizado psicografías en donde se nota la variación del emisor. Y en éstas, en donde se habla de los ovnis, parece ser el propio Parravicini el portador del mensaje,

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tal vez inspirado en una visión. Otro detalle es que la mayoría de sus psicografías sobre contactos con extraterrestres fueron muy anteriores a su supuesta “abducción” en Buenos Aires. Como fuese, el Nostradamus de América recibirá distintos di--‐bujos premonitorios sobre los no identificados, indicando su naturaleza benigna, y su vieja relación con nuestro planeta. En medio de estos enigmas resalta, también, referencias a las apariciones sobrenaturales de la Virgen. Parravicini involucra estas manifestaciones ⎯tan asociadas por diversos autores con el fenómeno ovni⎯con tiempos dificiles de la humanidad que anteceden un “milenio de paz”. Resultará difícil de digerir, pero el fenómeno ovni, los “ange--‐les de antiguo”, las apariciones marianas y hasta las profecías sobre la Iglesia, se cruzan, se entremezclan y hacen más com--‐plejo el enigma. De todo esto se desprende un mensaje que habla directamente de la crisis en el Vaticano. Una crisis que enfrenta actualmente el papado de Francisco. Es momento de adentrarnos en ese misterio…

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SEGUNDA PARTE SECRETOS DEL VATICANO 80 CAPÍTULO VI _____________________________ La Iglesia y sus sombras La renuncia de Benedicto XVI fue un hecho inédito en la his--‐toria de la Iglesia. Fue anunciada por él mismo el 11 de febrero de 2013, y fue efectiva el 28 de ese mes, a las 20:00 horas de Roma. En aquel momento, la sede apostólica quedó vacante y dio comienzo un cónclave en el mes de marzo para elegir al si--‐guiente Sumo Pontífice, que será Francisco. Así, Benedicto XVI se convirtió en el primer Papa en renunciar en 598 años, pues el último en dimitir había sido Gregorio XII, en 1415. Un evento que no había ocurrido en siglos… Se dijo entonces que el Papa se había resentido por sus condi--‐ciones físicas de fragilidad, y un “cansancio espiritual” que le hacía difícil cumplir con eficiencia la enorme tarea de encami--‐nar al Vaticano. Hasta que surgieron otras razones: Benedicto XVI corría el riesgo de ser asesinado y por ello abandonó el si--‐llón de Pedro… En esa intriga surge el mayordomo Paolo Ga--‐briele, quien tenía en su poder más de 1.000 archivos impor--‐-

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tantes, muchos de ellos con la firma del propio Benedicto XVI. Documentos que ponían en relieve las “sombras” de la Iglesia. Ratzinger, según Gabriele, ya no le servía a la élite que contro--‐la al Vaticano… Benedicto lo sabía y por ello pretendió eliminar las “pruebas”: ordenó que esos documentos molestos fueran destruidos. Así lo demostró Gabriele en su declaración ante la policía vaticana en la tercera jornada del juicio que se le llevó a cabo. Por este suceso de filtrar documentos secretos, el mayodormo será lla--‐mado “el cuervo”. Era el inicio del escándalo “Vatileaks”. Vatileaks, la peor piedra en el zapato del Vaticano, es la deno--‐minación dada a esta filtración de documentos sensibles y confidenciales de la Iglesia. Este término fue utilizado por pri--‐mera vez por el vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, por comparación con el fenómeno Wikileaks (del inglés leak, “fuga”, “goteo”, “filtración”; su creador fue Julian Assange). Pronto, todos los medios del mundo se harán eco de la fuga de documentos y escudriñarán la renuncia del Papa con recelo. ¿Qué estaba ocurriendo dentro del Vaticano? “A fronte praecipitium a tergo lupi”. El Papa Benedicto XVI po--‐dría sentirse identificado con esa antigua fórmula latina: “Al frente un precipicio y los lobos a la espalda”. Los “lobos” ⎯como el diario del Vaticano L’Osservatore Romano denominó a una facción de la Curia romana ⎯asediaron al Papa y lo “obliga--‐ron a renunciar” al filo de ese precipicio. Ya no es un secreto que Joseph Ratzinger enfrentó una lucha

intestina sin precedentes en la Santa Sede. Un enfrentamiento que jaqueó a sus hombres de mayor confianza y ventiló docu--‐-

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mentos escandalosos de los palacios vaticanos. Estamos ha--‐blando de archivos que dan cuenta de sospechas de corrup--‐ción en las licitaciones inmobiliarias del Vaticano, manejos fi--‐nancieros irregulares en el Banco Vaticano e incluso de ese complot para sacarse de en medio a Benedicto XVI. El asunto, es enrevesado: los expertos coinciden en que detrás de la fuga de documentos existe una guerra palaciega entre dos sectores de los purpurados. Al parecer, las filtraciones for--‐man parte de una “rebelión de monseñores” contra Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano y mano derecha de Ratzinger. Las fuentes vaticanas consultadas por los especia--‐listas sospechan que detrás de la embestida está la mano de Angelo Sodano, un influyente veterano diplomático que ante--‐cedió a Bertone en su cargo y sirvió a Juan Pablo II durante más de quince años. Por ello nos resulta inverosímil la idea de que Benedicto XVI fue elegido Papa para sanear la imagen de la Iglesia ⎯afecta--‐da por numerosos casos de pedofilia⎯, y que sus investiga--‐ciones de corrupción, incómodas para algunos miembros de la “vieja guardia” de la Curia romana, lo condenaron a dar un paso al costado ante la presión. Desde luego, la lucha de poder tiene otra dimensión de más largo plazo. Hay otras cosas tras el telón. Según nuestra investigación, estas disputas de poder son solo la “punta del iceberg”: Parravicini habló en sus psicografías de un “mundo en disfraz” y aludió al Vaticano en medio de ese teatro o gran mentira. ¿Por qué?

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La elección de Jorge Mario Bergoglio en medio de este escena--‐rio, sí fue pensada y planeada al más mínimo detalle para “sa--‐nar” la imagen de la Iglesia. No fue el caso de Ratzinger, que carecía de carisma y apoyo popular, a diferencia de lo que sí ocurre con Francisco. ¿Alguien puede sostener la idea de que la elección de Francisco fue fortuita en medio de los escanda--‐los en el Vaticano? ¿Y que por primera vez un Papa de origen latinoamericano, que esgrime un aura enorme de cordialidad, haya sido elegido para enfrentar una de las peores crisis de la Iglesia? Francisco era el candidato ideal. Un Papa proveniente de Latinoamérica, en donde se concentra la mayoría de los 1.200 millones de fieles que se adjudica el catolicismo. ¿Hasta dónde se le permitirá llegar a Francisco? ¿Podría correr el mis--‐mo peligro que planeó como un fantasma sobre la cabeza de los anteriores papas? ¿Es posible que un grupo de poder den--‐tro del Vaticano llegue al extremo de querer silenciarlo? Paolo Gabriele afirmó que filtró los documentos para salvar la vida de Benedicto XVI. Una conjura que no nos debería sor--‐prender, ya que el Papa Juan Pablo II, su antecesor, tuvo al

menos una docena de intentos de atentados ⎯como recorda--‐mos, uno de ellos estuvo a punto de costarle la vida⎯. Y el Pa--‐pa anterior a Juan Pablo II, Juan Pablo I, murió en condiciones extrañas a sólo 33 días de haber sido elegido Papa… Se habló en aquellos días de que había sido envenenado. Pero fue im--‐posible corroborar el presunto asesinato: la Iglesia no permite ⎯al menos oficialmente⎯la autopsia de un “Vicario de Cris--‐to”… Gabriele, el mayordomo y “topo” del Vaticano, no tuvo nin--‐gún fin de poder, o de lucro, al dar a conocer los documentos.

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Solo quería que se sepa la verdad. Con esa “verdad” tiene que lidiar Francisco. El “Banco de Dios” Mientras reuníamos información para la redacción de este li--‐bro ⎯en pleno invierno argentino, a inicios del mes de julio de 2013⎯los medios de comunicación publicaban que la justi--‐cia italiana enviará a juicio a Paolo Cipriani y Massimo Tulli, los responsables operativos del IOR o Banco Vaticano, por presuntos delitos de movimiento ilegal de millonarios capita--‐les y lavado de dinero. La fiscalía de Roma reveló que ese dinero ⎯unos 20 millones de euros⎯, cuyo intento de traslado clandestino de Suiza a Italia en jet privado organizó el jefe de contabilidad de la Ad--‐ministración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), monseñor Nunzio Scarano, pertenecía a los hermanos Cesar, Maurizio y Paolo d’Amico, potentes armadores de buques de origen napolitano ⎯vinculados con la mafia⎯. Cesare tenía incluso firma con Nunzio Scarano en una de sus cuentas del IOR… Menudo escándalo en el “Banco de Dios”. El detalle pintorezco es que monseñor Scarano ⎯arrestado el 28 de junio de 2013⎯, era conocido como “Monseñor 500” por la facilidad con que entregaba fajos de billetes de 500 euros a cambio de cheques de cantidad equivalente… Tenía como cómplices, arrestados ese mismo día, al “carabiniere”, Gio--‐vanni Maria Zito, destinado en los servicios secretos, y al bro--‐ker Giovanni Carenzio, autor de numerosas estafas en Cana--‐rias, Nápoles, Roma y otras ciudades.

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Todo esto nos resultaba muy curioso. El mismísimo Benedicto XVI había expulsado al presidente del IOR, Ettore Gotti Te--‐deschi ⎯miembro del Opus Dei⎯, para sustituirlo, precisa--‐mente, por Paolo Cipriani, personaje involucrado en estos nuevos escandalos… ¿Cómo era posible tropezar con la mis--‐ma piedra? El instituto para las Obras de la Religión (IOR), o “Banco de Dios”, es una verdadera pesadilla para todos los papas. Sería largo mencionar aquí los “antecedentes” de esa institución, que cuenta, entre otros episodios, con el sórdido incidente ori--‐-

ginado en los tiempos del cardenal Paul Marcinkus, debido a las relaciones que tenía el IOR con la mafia, conexión que pre--‐cipitó, como está probado, el crack del Banco Ambrosiano. Hacia 1981, el IOR se había convertido en el principal accio--‐nista de ese banco, cuyo director era Roberto Calvi, miembro de la logia masónica Propaganda 2 (P2). El Banco Ambrosia--‐no, que dirigía Calvi en comunicación con el IOR, creó un ver--‐dadero imperio financiero, comprando otros bancos y consti--‐tuyendo empresas fantasma. Por si ello fuera poco, estuvo in--‐volucrado en la cesión de préstamos al exterior para financiar actividades políticas ilegales, sin ningún tipo de control. Sin embargo, en 1982, el banco no pudo aclarar la procedencia de 1.287 millones de dólares. Entonces fue intervenido por el Banco de Italia y la Justicia pidió la captura de Calvi, que es--‐capó a Londres y desde allí le escribió una carta a Juan Pablo II para pedir ayuda... Sospechosamente, Calvi fue hallado el 18 de junio de 1982 ahorcado en un puente del río Támesis… El tufillo a complot y asesinato era terrible. Calvi sabía mucho y tenía que ser “silenciado”.

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¿Qué clase de poder controla al IOR y sus aliados? El IOR, de acuerdo a nuestras investigaciones, es la “caja” de un grupo de conspiración, enquistado en lo más profundo del Vaticano. Una secta ocultista que ha operado por siglos dentro de la Santa Sede. Un grupo cerrado que se siente fuerte no en el dinero, sino en el poder que otorga el conocimiento oculto, por ello su afición a obras de arte y piezas arqueológicas. Como se sabe, el Vaticano, con sus cuarenta y cuatro hecta--‐reas, es el Estado con más riquezas artísticas de todo el plane--‐ta. ¿Alguien puede pensar que es una casualidad? Sus edificios albergan valiosas obras de arte de los mejores pintores de la historia, miles de objetos arqueológicos y reli--‐giosos de inestimable valor, millones de libros, documentos y manuscritos con información impensable, reservada para unos pocos. El IOR es solo un eslabón de una gran cadena. Y, aún así, se desconoce el dinero y el oro que el “Banco de Dios” almacena en sus cajas fuertes del subsuelo, ni el oro que trans--‐fiere a otros grandes bancos, como es el caso de Fort Knox en los Estados Unidos. Si se tira del hilo, cualquier cosa puede aparecer. Todo grupo organizado necesita dinero para sus fi--‐nes. E invierte su capital donde lo pueda hacer crecer. Ése fue el caso del Vaticano, que estaría involucrado en acciones de compañías que venden armas, medicinas, e incluso preserva--‐tivos. Un gran negocio, sin duda. El Vaticano se constituyó legalmente como Estado en 1929, mediante el tratado de Letrán, suscrito entre el dictador Benito Mussolini y el entonces Papa Pío XI. En este tratado la Iglesia reconoce a Italia como Estado soberano y renuncia a los te--‐-

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rritorios que había poseído desde la Edad Media: los Estados

Pontificios. Estos se forman a partir de la derrota de los lom--‐bardos por Pipino “El Breve”, quien no devuelve los territorios a Bizancio, a quienes pertenecían, sino que los regala al Papa Esteban II en el año 756; de esta manera la mayor parte de la Italia central quedó constituida en un estado independiente bajo el gobierno de los papas. A este regalo se le pretendió dar visos de legalidad al presentar Esteban II unos falsificados do--‐cumentos por la Curia romana, en donde, supuestamente, Constantino “cedía” toda Italia al Papa Silvestre I. Así, el tratado indemnizó al Vaticano por las perdidas sufridas en 750 millones de liras y la entrega de títulos de la deuda (con intereses a 5%) por el valor nominal de 1.000 millones de liras más. Desde aquel entonces, ya se hacían grandes nego--‐cios... Actualmente el Vaticano cuenta con cuantiosas propiedades e instrumentos financieros dentro de Italia como en el extran--‐jero. Podrían mencionarse países como Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Portugal, Suiza, o Colombia. Algunos investi--‐gadores sostienen que, además, el Vaticano tiene grandes in--‐versiones con los Rothschild en Inglaterra. En Estados Unidos, la Santa Sede posee inversiones en el Banco Morgan, Chase--‐Manhathan, First National Bank de Nueva York, Bankers Trust Company y otros. Siguiendo esta “pista”, se sospechan acciones en las más poderosas corporaciones internacionales, tales como la Gulf Oil, Shell, General Motors, General Electric, Internacional Business Machines, entre otras. La lista, es larga. Sinceramente impresionante.

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Nuestra intención no es agobiar al lector con estos datos. Sino hacerle comprender que todo esto no parece una estrategia económica de sacerdotes con sotana: es la “huella dactilar” del grupo de poder que controla el Vaticano. ¿Una secta dentro del Vaticano? Esa élite oculta, se dice, está orgullosa del obelisco de 23 me--‐tros que se halla erguido en el centro de la Plaza de San Pedro, la más visitada de todo el mundo. El monolito, traído a Roma por el emperador Calígula Nerón, fue colocado por 90 hom--‐bres y 400 caballos. Nerón lo iluminaba con cristianos que eran utilizados como antorchas humanas. Fue un monumento a cuya sombra fueron sacrificados muchos creyentes. Hoy, los soldados romanos fueron reemplazados por la guardia suiza. Entretanto, los turistas corren apurados con sus cámaras para tomarse una foto con ese obelisco. El padre Gabriele Amorth, el Jefe de Exorcistas del Vaticano, ya había denunciado que dentro de la Santa Sede hay una secta que involucra a varios cardenales que practican “rituales satánicos”. Aunque el exorcista español, el Padre José Antonio Fortea ⎯con quien tuvimos más de un encuentro personal⎯ procuró poner paños fríos al asunto, sosteniendo que no había pruebas concluyentes de las acusaciones de Amorth, las de--‐-

claraciones sobre la “secta” encendieron el debate en medio de la crisis del Vaticano, la renuncia de Benedicto XVI y los es--‐cándalos del IOR. ¿Satanistas en el Vaticano? ⎯le preguntaban los periodistas a Gabriele Amorth⎯. “Sí, aún en el Vaticano hay miembros de sec--‐-

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tas satánicas” ⎯respondía el exorcista⎯. “Son sacerdotes, mon--‐señores e inclusive cardenales”. “Lo sé por las propias personas que me lo han podido referir, porque han tenido modo de saberlo directa--‐mente”. “Es verdad lo que dijo Pablo VI en 1972: el humo de Sata--‐nás ha entrado en la Iglesia”. Como era de esperarse, los más conservadores han pretendido ningunear las declaraciones del exorcista más respetado del mundo ⎯el que más sabe del “mal”⎯. También cuestionaron los rumores de “orgías homosexuales” dentro de la Santa Se--‐de, al menos hasta que el Papa Francisco, sin más remedio, aceptó la existencia de un “lobby gay”, que si bien es cierto suena menos fuerte que las supuestas reuniones ⎯rituales⎯ sexuales, pone en aprietos a la Iglesia por su constante discur--‐so conservador y, en muchos aspectos, homofóbico. No es nuestra intención concentranos en estos aspectos oscu--‐ros. Pero es inevitable e indispensable hacer una revisión criti--‐ca de lo que está pasando en el Vaticano ⎯y analizar quiénes realmente lo controlan⎯, pues es el escenario de numerosas profecías. La secta de poder que se halla dentro del Vaticano, ha preten--‐dido unir costumbres paganas y creencias de la antigua Babi--‐lonia con el mensaje de Cristo desde los mismísimos inicios de la Iglesia Católica. Al margen de que hay buenas personas y sacerdotes genuinos en la Santa Sede, los hilos del poder de esta secta los tiene contra la pared. El propio Francisco dijo: “En la Curia hay gente santa, de verdad, hay gente santa. Pero tam--‐bién hay una corriente de corrupción, también hay, es verdad”, ad--‐mitió el Papa en una audiencia concedida el 6 de junio de 2013

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a la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR). ¿Cómo se fue “infiltrando” ese oscuro poder en la Iglesia? Nos tenemos que remitir, nuevamente, al origen de la Iglesia Católica. Sus cimientos, como una organización con una es--‐tructura dotada de una jerarquía vertical, tal como la cono--‐cemos, están unidos al declive y caída del Imperio romano. El Imperio romano tenía por costumbre añadir a su panteón los dioses de las regiones paganas de los pueblos conquistados. En realidad, la mitología romana era una copia de la mitología griega, y ésta, a su vez, de la egipcia. Los romanos creían que estas deidades que vivían en las siete colinas que circundan la capital italiana, reinaban e influían sobre Roma. En medio de esos “dioses”, se decidió construir la ciudad--‐-estado del Vati--‐-

cano. De hecho, en la vieja Roma existía una zona denominada Ager Vaticanus, que aún en la época pagana era considerado un lugar sagrado. Allí se encontraba el circo de Nerón, donde el tristemente celebre emperador había martirizado a Pedro, y donde después del martirio al que se lo sometió, se supone, se lo enterró en el lugar. Constantino el Grande es responsable de haber unido el cris--‐tianismo con esas creencias paganas que se mantienen al día de hoy en los rituales católicos. Algunas de ellas, como diji--‐mos, de origen babilónico. Cuando Constantino se convirtió al cristianismo, en el año 312 d.C., tomó en uso el nombre Vicarius Christi (Vicario de Cristo), denominación que será em--‐pleada en el futuro por los papas. Y con el tiempo, su nueva religión se hará “católica” (general, común), empezando con gran fuerza en Roma hasta abrazar al mundo. Esto lo obligó a

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promulgar su famoso “Decreto de Tolerancia”, lo que logró que algunos cristianos salieran a la luz pública. Incluso Constan--‐tino cambió sus túnicas de César por una vestimenta religiosa e intentó unificar a los romanos y a los cristianos. Se declaró el primer Papa y “mezcló” el culto a viejas deidades con el cris--‐tianismo. De todo esto surge la adoración de las imágenes, que estaba prohibido en el cristianismo original. Incluso en la pro--‐pia Biblia. Pero el daño ya estaba hecho, y con el correr de los siglos, el “egrégor” de la Iglesia Católica se fue formando, a camino en--‐tre confusiones históricas e intereses creados. O, tal vez, no se trató de ninguna “confusión” la mezcla de creencias paganas con el cristianismo primitivo, sino parte de un viejo plan, me--‐tódicamente urdido, para crear un sincretismo ideológico que sirva a un grupo de poder para dominar a las masas. ¿Qué tan vieja es esta “infiltración” en la Iglesia? Los Illuminati Tenemos sólidas razones para pensar que los males del Vati--‐cano no surgen en el siglo XVIII con la aparición de los Illu--‐minati, la secta de Adam Weishaupt ⎯alemán de origen ju--‐dío, educado por los jesuitas⎯, quien fundó su hoy famoso “grupo de conspiración” en los bosques bávaros, en la noche de Walpurgis del 1 de mayo de 1776. Consideramos que el problema es anterior, y hay que buscarlo, como ya dijimos, en el origen de la Iglesia Católica. En relación a Weishaupt y su enfrentamiento con el Vaticano, se cuenta que sus inquietudes ideológicas le llevaron a ingre--‐-

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sar en la masonería, saliendo poco después, decepcionado con lo que consideraba “simples reuniones sociales”. De modo que decidió fundar su propia orden, basándose en lo que había visto en los jesuitas y la masonería, llamándola primero como “Los Perfectibilistas”, y más tarde como “Los Iluminados de Baviera” (Illuminati), que es como conocemos a la orden hoy

en día. Weishaupt tomó el sobrenombre de Spartacus, ya que se decía ser un libertador de la conciencia humana que “arran--‐caría al hombre de los dogmas y las religiones que lo escla--‐vizan”. Por ello su lucha contra la Iglesia Católica. El 22 de junio de 1784, las autoridades políticas y religiosas de Baviera, dieron orden de perseguir a los miembros de la ma--‐sonería y los Illuminati. Desbaratada su sociedad, Weishaupt y su familia huyeron a Gotha, en Sajonia. Fueron perseguidos ya que se descubrió documentación en la casa de Weishaupt que probaba sus intenciones de dominar a todas las facetas de la masonería, derrocar a las monarquías de Europa y acabar con la Iglesia Católica usando los mismos métodos que em--‐plearon los jesuitas para defenderla de los protestantes; es de--‐cir, mediante el uso de infiltración de doctrinas… Hay quienes creen que el papado de Francisco ⎯recordemos, jesuita⎯es un triunfo de la también llamada Compañía de Jesús, perseguida en su día por el propio Vaticano, y presun--‐tamente relacionada a los Illuminati. Al margen de la existen--‐cia, o no, de los Illuminati de Weishaupt ⎯se cree que han continuado con sus actividades desde las sombras⎯, la Iglesia Católica, desde sus orígenes, ha estado “infiltrada”, y sobre esa base ha crecido. Esa es nuestra opinión. Por ello todas las reformas e intentos por sanearla han sido en vano. Es como cortar una de las siete cabezas de un Dragón. Cabezas que

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luego volverán a crecer porque es el cuerpo el que está infec--‐tado. Autores como el filólogo español Arturo Guzmán Bala--‐guer, y el historiador mexicano Joaquín Zorrila Albornoz, se inclinan, también, en esa hipótesis de una secta antigua en el Vaticano. La llamaron “Opus Diavoli”, y creen que opera desde hace unos 2.000 años… Como fuese, la existencia de ese grupo de poder ha llevado a pensar a varios investigadores que la única forma de enfren--‐tarlo es “atacando al Dragón” y no a su cabezas. Es decir: que la Iglesia Católica, tal y como la conocemos, desaparezca. ¿Es esto posible? Varias profecías, como veremos más adelante, hablan de ello... Y en concreto, las psicografías de Parravicini, parecen señalar a Bergoglio como el personaje clave que podría sembrar las bases de ese cambio enorme…

94 CAPÍTULO VII _____________________ Recen por mí

Vaticano, 13 de marzo de 2013: luego de la quinta votación, realizada en el cónclave ecuménico, la fumata blanca ⎯final--‐mente⎯se dejaba ver, y le anunciaba al mundo el nuevo Papa que sucedería a Benedicto XVI. Por casi unanimidad, el prela--‐do elegido era el representante de la República Argentina, Jor--‐-

ge Mario Bergoglio, que se transformó así en el pontífice nu--‐mero 266 desde la fundación del pretendido “trono de San Pe--‐dro”. Las esperanzas estaban puestas sobre sus hombros: era el primer Papa latinoamericano y el primer jesuita en llegar a lo más alto de la Santa Sede. Un cambio tan radical, no podía haber sido “fortuito”. Como sugerimos páginas atrás, la Igle--‐sia Católica buscó al “Papa ideal” que pudiede devolver la confianza a los fieles, decepcionados por los escandalos de pe--‐dofilia, corrupción y lavado de dinero. ¿Y por qué Bergoglio? ¿Por qué no fue elegido Papa durante el cónclave de 2005, en donde, se dice, fue uno de los cardenales más votados, riva--‐lizando con Benedicto XVI? En ese entonces corrió el rumor de

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que pidió que no votaran por él, con lo que declinó el papado. ¿Por qué, ocho años más tarde, cambió de opinión? De Buenos Aires al Vaticano Bergoglio, de ascendencia italiana y nacido en el porteño ba--‐rrio de Flores en Buenos Aires ⎯el 17 de diciembre de 1936, fue elegido Papa con 76 años⎯, fue novicio en la Compañía de Jesús y se ordenó como sacerdote en 1969. Su carrera ecle--‐siástica fue meteórica. Entre 1973 y 1979, fue el superior pro--‐vincial de los jesuitas. Un año después, asume el rectorado del Colegio Mayor y luego, con el mismo cargo, en la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel. Ocula luego el cargo de Arzobispo de la ciudad de Buenos Aires y primado de la Ar--‐gentina, donde desarrolla una actividad intensiva y focalizada hacia los pobres. Eterno caminador de los barrios carenciados y en especial de las “villas miseria”, tampoco se diluyó cuan--‐do tuvo que adoptar opiniones que contrariaban al poder poli--‐tico. Bergoglio es un hombre muy instruido, que disfruta de la lectura y habla fluidamente, además de su idioma natal el es--‐pañol, el latín, francés, alemán, italiano e inglés. Para los habitantes de la ciudad no era extraordinario verle trasladarse de un lugar a otro, utilizando los medios de trans--‐porte público ⎯buses, trenes o el metro⎯. Renunció al boato y a las excepciones, porque su apostolado estaba abocado en la sencillez. Él lo vívia así en la Argentina. Y así lo expresará ni bien fue elegido Papa, cuando en su alocución frente al pue--‐blo reunido en la Plaza de San Pedro ⎯y reproducida a los miles de millones de personas que seguían la ceremonia por la

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televisión⎯, anunciaba gobernar “una iglesia pobre y para los pobres”. ¿Qué habrán pensando los altos cargos del IOR? Su primera salida de Roma la efectuó a Brasil, donde encabezó un encuentro con la juventud que alcanzó ribetes extraordina--‐rios si los comparamos con otros eventos anteriores ejecutados por Juan Pablo II en el siglo pasado. El carisma de Francisco se hacía notar en ese viaje clave, cual “experimento social” para conectar a las masas: Brasil es el país con más fieles católicos del mundo. Estamos hablando de 123 de sus 194 millones de

habitantes. La expedición papal fue un éxito. Y quienes eligie--‐ron a Francisco, sonrieron y respiraron con alivio… Pero el origen jesuita de Bergoglio despertaba sospechas en los periodistas religiosos. Al extremo que más de un investiga--‐dor sostuvo que los jesuitas eran judíos “infiltrados” en la Iglesia Católica. Un dato de color es que Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, tenía ascendencia judía y era practicante de la Cábala. De hecho, la Inquisición sospe--‐chaba de sus actividades espirituales y llegaron a encerrarle 42 días en una carcel. ¿Pero ello es suficiente para tejer toda esa trama conspirativa en torno a los jesuitas? Desde que fue fundada por aquel santo español, los jesuitas fueron una orden implicada en el drama histórico. Entre sus miembros encontramos a genios de primera línea que hicieron contribuciones importantes a la ciencia. Pero la orden también ha sido objeto de fuertes acusaciones y de una leyenda negra, que le ha valido la expulsión de muchos países e incluso su supresión por parte de la Santa Sede…

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No hay que olvidar que en tiempos más recientes, durante el papado de Juan Pablo II, existió una fuerte tensión entre el Va--‐ticano y la orden que representa Bergoglio ⎯bajo influencia del Opus Dei, Juan Pablo II emitió una orden en la que supri--‐mía la constitución jesuítica⎯. ¿Debido a esas tensiones Ver--‐goglio no quiso heredar el papado de Juan Pablo II en el con--‐clave de 2005? ¿Qué cambió para que Francisco sea hoy el pri--‐mer Papa de origen jesuita? Los jesuitas: una orden perseguida Creada en 1539 por San Ignacio de Loyola, junto con San Fran--‐cisco Javier, San Pedro Fabro, Diego Laínez, Alfonso Salme--‐rón, Nicolás de Bobadilla, Simão Rodrígues, Juan Coduri, Pas--‐casio Broët y Claudio Jayo en la ciudad de Roma, la llamada “Compañía de Jesús” fue aprobada por el Papa Pablo III en 1540. Con más de 17.000 miembros, es la mayor orden religio--‐sa masculina católica hoy en día. Aunque, como ya dijimos, con varios episodios controvertidos con el Vaticano. La Iglesia, por alguna razón, temía a los jesuitas... La historia cuenta que los gobiernos ilustrados de la Europa del siglo XVIII se propusieron acabar con la Compañía de Je--‐sús por su actividad intelectual, su poder financiero y su influ--‐jo político. Ciertamente los jesuitas se habían granjeado pode--‐rosos enemigos: los partidarios del absolutismo, los jansenis--‐tas y los filósofos franceses (Voltaire, Montesquieu, Diderot).

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El mismo Napoleón, en sus memorias, escribiría: “Los jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es el general de un ejército, no el mero abad de un monasterio. Y el objetivo de esta organización es Poder, Poder en su más despoti--‐co ejercicio, Poder absoluto, universal, Poder para controlar al mun--‐do bajo la voluntad de un sólo hombre…”

¿Por qué dijo esto Napoleón? Organizados como una estructura militarizada ⎯ya que su fundador, San Ignacio de Loyola, era general de las tropas es--‐pañolas⎯, se ordenó a los seguidores que partieran hacia to--‐dos los rincones del planeta para llevar “la palabra del señor” y conquistar con la fé a los pueblos paganos. Sus primeras acciones motivaron que surgieran las primeras presiones poli--‐ticas hacia el Vaticano, porque los jesuitas “operaban” sobre enormes intereses económicos. Partieron entonces misiones hacia el Asia extrema, Indochina y las islas del Pacífico, las regiones del caúcaso, el África ne--‐gra, y el recientemente “continente nuevo”: América, conquis--‐tado y explotado por la España imperial y Portugal. Su in--‐fluencia llegó incluso a los territorios actuales de Estados Uni--‐dos y Canadá, donde establecieron misiones en los pueblos originarios de la región. En Sudamérica, las principales mi--‐siones se establecieron en la zona guaraní. En la región de la hoy triple frontera ⎯Paraguay, Argentina y Brasil⎯, los jesuitas organizaron verdaderos emporios agro--‐industriales, con una administración que hoy envidiarían los gerenciamientos modernos. Los indios aceptaron complacidos

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los métodos de los monjes, pues recibían educación y aportes culturales de todo tipo. No obstante, los hacendados españoles y portugueses que operaban en la región, veían que este proceso de culturización les dejaba sin “esclavos” para trabajar en sus fincas. Como era de esperarse, esto motivó furibundas protestas al poder poli--‐tico y eclesiástico, quejas que pronto se trasladaron a las casas reales en Europa y de allí al mismísimo Papa, quien debía ter--‐ciar en los conflictos. Mientras el pontífice debatía sobre los hechos, los jesuitas, que solo respondían a él, se negaban a aceptar las imposiones de los gobernantes, los hacendados y la Iglesia local. De las discusiones, se pasó a la violencia, y con gran cantidad, indios y monjes caían en las redadas armadas por españoles y portugueses. El Papa dispuso entonces enviar veedores para que le informen sobre la situación, y estos que--‐dan maravillados de las actividades y logros que habían cose--‐chado los jesuitas. Estos hechos quedaron perfectamente reflejados en la película “La Misión” (1986), protagonizada por Robert de Niro y Jere--‐my Irons y filmada totalmente en la zona de las cataratas del Iguazú. No obstante a ello, en forma coordinada y sin la anuencia del Papa ⎯que aguardaba los informes⎯, el rey de Portugal ex--‐pulsa a los jesuitas en 1763; luego se suma Luis XV de Francia, que los echa de sus territorios de ultramar y, por último, Car--‐los III de España, que en 1767 da la puntada final, después de masacrarlos a sangre y fuego. Como corolario de semejante atrocidad, el Papa Clemente XIV certifica el acta de defunción

100 de la orden, suprimiéndola a través del “Dominus ac redentor”, que suscribió, expulsándolos de todas las misiones. Conocimientos prohibidos Los investigadores coinciden que uno de los mayores miedos que despertaba la Compañía de Jesús en el Vaticano y en los reyes de Europa era su búsqueda de conocimiento y no su “or--‐ganización militar” que criticó el iniciado masón Napoleón. Era el conocimiento lo que los hacía fuertes e influyentes. Los jesuitas creían que la educación debía servir para satisfa--‐cer las necesidades humanas. Esta convicción orientó sus es--‐fuerzos hacia todo tipo de estudios e investigaciones. Así, con el tiempo, se convirtieron en una especie de colectivo de “ini--‐ciados”, protegidos por cortes y aristócratas. Y ello molesta--‐ba… Su crecimiento se llevó a cabo en el seno de una frater--‐nidad cerrada, esotérica y exclusivista. Como un ejemplo que ilustre la controversia que despertaban, poco después de que Ignacio de Loyola diera a conocer sus Ejercicios (1535), la Sorbona de París los declaró “sospechosos de heterodoxia y contrarios al dogma católico”. Y por si ello fuera poco, en Portugal, algunas autoridades de la Iglesia lle--‐garon a advertir que si se permitía a Loyola difundir su pro--‐yecto, acabaría por enloquecer al mundo… Se dijo que los je--‐suitas estudiaban magia y ciencias ocultas. Pero los eruditos jesuitas defendían que la magia implicaba una práctica lícita en el caso de las personas educadas, pero que debía ser pro--‐hibida a quienes carecían de suficiente solidez intelectual y

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espiritual por los riesgos que entrañaba. La discusión estaba servida. No es ningún secreto que muchos jesuitas se interesaban en estos temas, como la astrología, la alquimia, o como ya diji--‐mos: la Cábala. No en vano fueron los jesuitas quienes hicie--‐ron un Pontificale chronologicum kabalisticum en ocasión de la elección de Inocencio XI para ocupar el trono de la Iglesia (1676--‐-1689). Y también elaboraron un “Vaticinio cabalístico ana--‐gramático” sobre el feliz parto de la reina Ana María de Aus--‐tria. Una disciplina de la Cábala ⎯la gematría o magia de las letras, considerada como una escritura críptica⎯, tenía un ma--‐nual de referencia: la famosa Steganographia, del abad Tri--‐themio de Sponheim (1462--‐-1516), maestro de Paracelso (1460--‐1541). Ese texto fue estudiado en profundidad por jesuitas co--‐mo Caramuel (1606--‐-1680), Kircher (1601--‐-1680) y Gaspar Schott (1608--‐-1666). Los tres llegaron a la misma conclusión: la Ste--‐ganographia aportaba un método valioso para investigar los misterios de la Naturaleza… Todo esto cobra sentido cuando supimos por gente que com--‐partió con Bergoglio que el actual Papa tenía interés en el eso--‐terismo, las profecías y el fenómeno ovni. Más adelante revelaremos un extraordinario testimonio que, de ser autenti--‐-

co, confirmaría a Francisco en medio de las predicciones de Parravicini… En medio de la tormenta Bergoglio, antes de ser elegido Papa, había escrito una docena de libros. En ellos se aprecia claramente su pensamiento, su visión de la vida, y su devoción por Jesús. Con tintes en gran

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medida conservadores ⎯de hecho, tuvo un enfrentamiento público con el gobierno argentino por su postura contraria al matrimonio homosexual⎯, hoy parece haber “bajado un cam--‐bio”, como dicen los argentinos, respecto a ése y otros temas. Desde que fue elegido Papa, Bergoglio está mostrándose más abierto y conciliador. ¿Es parte del “guión”? ¿O un genuino acto de Francisco? Cuando se anunció que era el sucesor de Benedicto XVI, los autores de este libro observamos reacciones muy intensas en el público. Por un lado, gente que veía en Francisco un símbolo de esperanza ⎯por su trayectoria in--‐cuestionable con los pobres, por su origen latinoamericano⎯ y, por el otro, gente que interpretaba su elección como un manotazo de ahogado de la Iglesia, que procuraba lavar su imagen. De acuerdo a nuestra visión, es una mezcla de ambas cosas… Hay que decir que el gobierno argentino, liderado por la presi--‐denta Cristina Fernández de Kirchner, atacó la posible candi--‐datura de Bergoglio como Papa. El matrimonio Kirchner no tenía buenas relaciones con el entonces Arzobispo de Buenos Aires, quien criticaba diferentes políticas del Gobierno. A pe--‐sar de que Bergoglio intentó el diálogo ⎯con 14 pedidos de reunión⎯, nunca fue recibido en la Casa Rosada. Incluso, cier--‐tos personajes ligados al Gobierno llegaron a enviar un dossier al Vaticano con “evidencias” de que Bergoglio había participa--‐do en la desaparición de compañeros jesuitas durante la dicta--‐dura. Se estima que la Junta Militar argentina es responsable de la desaparición de unas 30.000 personas, entre 1976 y 1983. La Iglesia ⎯y Bergoglio, supuestamente⎯, hicieron poco o nada en aquellos terribles años. Y la cosa no quedó allí: cuan--‐do Bergoglio fue elegido Papa, las mismísimas Abuelas de Plaza de Mayo pidieron que se le investigue por robo de bebés

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por parte de los golpistas, así como por la desaparición de los jesuitas. Que Bergoglio fuera Papa molestó al poder en la Ar--‐gentina. De muy buena fuente ⎯del interior del mismísimo Gobierno argentino⎯, los autores de este libro se enteraron que Cristina Fernández entró en crisis cuando supo que Ber--‐goglio había sido elegido en el cónclave. Su política no podía competir con el peso que ahora tendría como Papa ⎯se expre--‐só a los gritos, nos dijeron⎯. Lo cierto es que Bergoglio nunca estuvo involucrado en las desapariciones. E hizo lo que pudo. Así lo remarcaron sus compañeros jesuitas de aquellos años,

que salieron a desmentir las difamaciones. Incluso el Premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, defendió a Bergoglio y echó por tierra las injurias. El tema quedó cerrado. Poco después, Cristina era la primera mandataria en saludar al Papa, quien la recibió con un beso en medio del pa--‐pelón político que había significado el ataque. Así, se cumplía otra psicografía de Parravicini, canalizada el año 1972:

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El Texto dice: “El hombre en la Argentina comienza ya, el camino del comienzo. Comprenderá lo que no comprendió por ser siempre en abundancia. ¡De nuevo será! En ese dibujo premonitorio, muchos ven al Papa Francisco de espaldas y a la mandataria argentina observándole con un gran gesto de sorpresa… Ahora bien, al margen de toda discusión, nadie puede negar que las actitudes de Bergoglio, desde que fue elegido Papa, son del agrado del gran público, y del desagrado del Vaticano. Más allá de cualquier posible conspiración que involucre a Francisco, está claro que el actual Papa ha desatado amores y pasiones dentro de la Iglesia. Como ya dijimos, pudo haber sido elegido por su carisma para sanear la crisis de imagen del Vaticano, pero, como va la cosa, parece que Francisco se les es--‐tá escapando de las manos a quienes, se supone, conspiraron para que él fuera Papa. Si todo esto es una “puesta en escena”, un “gran engaño” en el que participa Francisco consciente--‐mente, estamos ante una de las mentiras mejor urdidas de la historia, pues la vida de Bergoglio, desde los inicios, fue así: sencilla y correcta, generosa y amorosa. Tal vez, en algunos viejos episodios se mostró muy conservador, pero su vida la hacía en la calle, en servicio a los demás, no solo en discursos dentro de una capilla en Buenos Aires. Y si se trata de discursos, en su primera homilía como Francis--‐co ante los cardenales, en un lenguaje sencillo, alejado de la típica oratoria papal de alto contenido teológico, aceptó que la Iglesia estaba en crisis, y que para superarla debía regresar al camino, “a la esencia del cristianismo”. Además, destacó que

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había que salir de los palacios y mezclarse con la gente más necesitada… Francisco renunció al coche lujoso que trasladó a los últimos papas. Redujo su personal de seguridad. En su indumentaría mantiene su calzado habitual que empleaba para recorrer los barrios pobres de Buenos Aires, lleva un reloj pulsera “barato” y hasta sustituyó la cruz de oro que utilizaba Benedicto XVI por una de plata ⎯la misma que más tarde despertará las más variadas opiniones por su supuesta simbología masónica⎯. Y, por si todo ello fuera poco, cambió el sillón papal de oro por uno de madera. Entre otros cambios en sus primeros meses como Papa, Fran--‐cisco autorizó la canonización de Juan Pablo II ⎯quien, como

mencionamos, enfrentó a los jesuitas⎯y de Juan XXIII, ambos beatificados en el año 2000. El 26 de junio de 2013 crea una comisión para investigar la si--‐tuación económica y jurídica del Banco Vaticano. Para Fran--‐cisco el banco era “necesario hasta cierto punto”, pero “la Igle--‐sia tenía que ser pobre y para los pobres”. Tres días más tarde, el 29 de junio, el prelado Nunzio Scarano, como ya citamos páginas atrás, fue arrestado junto a un miembro de los servi--‐cios secretos italianos y un intermediario financiero, acusados de introducir 26 millones de dólares en efectivo. Para dar una idea, 320 millones de euros en cuentas del Vaticano ⎯cifras “oficiales”⎯están actualmente en investigación… El 11 de julio, Francisco presenta una reforma al Código Penal del Vaticano, en el que tipifica los delitos de trata de personas, prostitución, violencia sexual y pornografía infantil. Tipificó

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delitos como el genocidio, de lesa humanidad y el apartheid. Además castigará a los sacerdotes que posean, adquieran o di--‐fundan fotografías pornográficas con menores. La reforma aplica para todos los habitantes del Vaticano, y no sólo al cle--‐ro. La lista de cambios en estos pocos meses es larga. Y entre ellos, debemos destacar que Francisco, de momento, no quiere vivir en el apartamento pontificio del tercer piso del Palacio Apostólico y prefiere quedarse en una habitación ⎯la 201⎯ de la austera casa de Santa Marta. “Allí, Bergoglio tiene a su equipo personal de cocineros y controla mejor su seguridad” ⎯nos dijo una fuente en Roma⎯. Alejado de los palacios y lujos del Vaticano, Francisco también aleja el fantasma de muerte que planea sobre él… “En Santa Marta, se siente más seguro” ⎯nos aseguraban⎯. ¿Bergoglio teme por su vida? ¿Cree que puede ser envenenado? No es un título sensacionalista: Francisco es--‐tá haciendo reformas en la Curia, el mensaje de la Iglesia, el IOR… ¿Hasta adónde le dejará caminar la élite de poder que controla el Vaticano? “Recen por mí”, pidio Bergoglio ni bien fue elegido Papa…

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La revista nortemericana “Time” (edición del 23 de diciembre de 2013) le dedica su portada al Papa Francisco. En la imagen, el pontífice argentino lu--‐ce su polémica cruz de plata, que para algunos es la figura del “buen pas--‐tor” y el “Espíritu Santo” descendiendo. Para otros, se trata de un símbolo masónico.

108 Los pastores de Fátima, Lu--‐cía, Francisco y Jacinta, reci--‐bieron vaticinios de una “se--‐ñora de luz” que comprome--‐te el futuro de la Iglesia. Una representación de la enti--‐dad que vieron: este dibujo se realizó basándose en la des--‐cripción original. ¿Fue la Vir--‐-

gen la aparición del 13 de ma--‐yo de 1917?

109 La imagen de la Vir--‐gen de Guadalupe ha despertado todo tipo de controversias en México. Las estre--‐llas que se ven en el manto reflejan, con exactitud, la disposi--‐ción de las constela--‐ciones el día del mi--‐lagro: el 12 de di--‐ciembre de 1531. Ricardo González contempla la figura de “Tonantzin” en el Museo An--‐tropológico de México (Foto: Sol Sanfelice). Esa “diosa” ya era adorada por los nativos en el cerro del Tepeyac siglos antes de las apariciones de Guadalupe…

110 El Papa Juan XXIII habría tenido un encuentro cercano con seres de otros mundos. Pero es un se--‐creto muy bien guardado por el Vaticano… Monseñor Corrado Balducci (1923--‐-2008), miembro de la Curia y amigo personal del Papa Juan Pablo II, afirmó que esa experiencia había ocurrido. Arriba: el ufólogo alemán Michael Hesemann, Monseñor Balducci y Roberto Villamil, durante un congreso sobre el fenómeno ovni en San Marino. (Foto: Roberto Pinotti).

111 El Padre jesuita José Gabriel Funes, Director del Observatorio del Vaticano. Afirmó que la existencia de los extraterrestres no cuestiona la fe en Cristo, y que esos seres serían nuestros hermanos. El Gran Telesco--‐pio Binocular o “Proyecto Luci--‐fer”, en el que están participan--‐do astrónomos jesuitas del Vati--‐cano. Se halla en Mon--‐te Graham, Ari--‐zona.

112 Benjamín Solari Parravicini, en una fotografía inédita, tomada en la ciu--‐dad atlántica de Mar del Plata, en 1956. La niña que sostiene en su bra--‐zo es su sobrina nieta, Marcela Po--‐destá Costa, con quien nos reunimos para hablar de la vida de “Pelón”, quien, segús sus recuerdos, más allá de sus “habilidades psíquicas”, era un hombre normal, sensible y cari--‐ñoso. Arriba, los autores con la señora Podestá Costa, en su departamento en el

centro de la ciudad de Buenos Aires. Foto: Sol Sanfelice.

113 Escritos inéditos de Solari Parravicini a su sobrina nieta, Marcela Podestá Costa, en donde se puede apreciar su profunda sensibilidad humana. El tex--‐to, a nuestro juicio, es otra “profecía” en sí misma, que demuestra la impor--‐tancia del vínculo entre “Pelón” y Marcela.

114 Arriba, la entrada de la mítica “Casona” de Vicente López (zona norte de Buenos Aires) en donde Parravicini pasó su infancia y “despertó” su co--‐municación con el “mundo invisible”. El predio, comprado a inicios del si--‐glo pasado, tenía en su origen 40 hectáreas sobre barrancas que enfrentaban el Río de la Plata, muy cerca de la actual quinta presidencial. Al lado: Benjamín So--‐lari Parravicini. A “Pe--‐lón” le encantaba pin--‐tar paisajes de campo, figuras “abstractas”, y payasos.

115 Arriba, la pintura de un payaso, realizada por Solari Parravicini. El cuadro pertenece actualmente a la familia Benito González. Lo curioso es que en la parte posterior del cuadro aparece otra pintura con un patrón geométrico que podría ser un mensaje cifrado del “Nostradamus argentino” (tal y como lo “bautizara” el investigador y escritor Fabio Zerpa). Ricardo González con Fabio Zerpa. Foto: Sol Sanfelice.

116 Arriba, la pirámide que mandó construir Pedro Romaniuk (en el recuadro) en las instalaciones de su Fundación, en las afueras de Buenos Aires. Dentro de esa construcción, actualmente, se hacen trabajos y experimentos psiqui--‐cos. Romaniuk era íntimo amigo de Parravicini y fue depositario de una gran cantidad de sus psicografías. Se dice que tuvo más de una entrevista con Bergoglio, en donde el ufólogo le anticipó que sería Papa basándose en las psicografías de Parravicini. Los autores con el ingeniero Rubén Bo--‐netti, actual director del centro que fun--‐dara Romaniuk. Foto: Sol Sanfelice.

117 Arriba, una extraordinaria psicografía inédita de Solari Parravicini (cedida amablemente por el periodista e investigador argentino Fernando Diz). El dibujo premonitorio fue canalizado en el año 1973, y en el mismo se puede apreciar una figura religiosa, que recuerda la túnica papal, con la leyenda: “Llega ya el hombre gris”. ¿Qué quiso decir Parravicini? ¿La profecía del “Hombre Gris” está conectada con el Papa Francisco? ¿Qué significa esa es--‐trella de seis puntas que recuerda, por su forma, el símbolo masónico de la escuadra y el compás? ¿Por qué tiene clavado un cuchillo en la espalda co--‐mo señal de “traición”? ¿Cómo interpretar las caras que acompañan la fi--‐gura? ¿Por qué está de pie sobre una plataforma que aplasta la cabeza de tres serpientes?

118 La Cruz Orlada “La nueva Fe transformará a la civilización desecha. La Cruz Orlada dará Fe”, canalizó Parravicini en 1972. Se dice que esa “Cruz Orlada” le fue revelada una noche como símbolo del Nuevo Tiempo y, tal vez, estandarte místico del “Hombre Gris”. Es similar a la Cruz Griega

(al tener los dos brazos iguales), figura que hallamos en casi todas las culturas precristianas como un signo sagrado. También se la en--‐cuentra en otras civilizaciones del mundo antiguo, desde Egipto a México y Perú. Es, pues, un símbolo universal. De acuerdo a Sigurd Von Wurmb (amigo íntimo de Parravicini) esta particular cruz “ca--‐nalizada” debe su nombre al círculo de orlas que la rodea. Ese cir--‐culo representa al Universo, que gira y es infinito. Para Parravicini, esta cruz era, además, un símbolo de protección. Según Von Wurmb, cuando el “guía espiritual” de Parravicini dictó el dibujo de la Cruz Orlada, tenía en mente la Cruz Bizantina, que en la heráldica la llaman “Cruz Paté”. Esa cruz es la que llevan en su palio todos los papas. ¿La Cruz Orlada identifica al “Hombre Gris”?

119 CAPÍTULO VIII _____________________ ¿El Papa del cambio? Resulta inquietante que las profecías del arzobispo católico de Irlanda, Malaquías de Armagh (1094--‐-1148), puedan estar alu--‐diendo al final de la Iglesia Católica. Su figura resalta en estos tiempos ya que, de acuerdo a sus predicciones, estaríamos vi--‐viendo el pontificado del “último Papa”: Francisco. Aunque los escépticos miran con indiferencia sus vaticinios ⎯argu--‐mentan que esas profecías no fueron escritas por el monje ir--‐landés, a pesar de que Malaquías tenía prestigio como “viden--‐te”⎯, hay que resaltar que su mensaje sobre el “último Papa” se conecta con las advertencias de Parravicini y con los men--‐sajes crípticos de Nostradamus. Mensajes que hablan de la inevitable crisis y caída del Vaticano. Veamos el enigma a con--‐tinuación. Malaquías y “Pedro el Romano” Malaquías tenía el don de la profecía, tal y como se menciona en su “Breviario”. No en vano, concitó la atención de impor--‐-

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tantes personajes de su tiempo. Su polémica lista de los Papas ⎯en donde menciona a los pontífices de la Iglesia, uno a uno, bajo distintas denominaciones⎯será su obra más estudiada y discutida. De acuerdo a varios investigadores, esa “lista” se ha venido cumpliendo, y alude a un final de la Iglesia Católica tal y como la conocemos. Pero, ¿cómo surgieron estas profecías? Se piensa que el monje irlandés empezó a recibir mensajes y profecías durante un viaje que realizó a Roma en 1139. En ese trayecto recorrió Escocia, Inglaterra y Francia, situación que aprovechó para visitar a su íntimo amigo: Bernardo de Clara--‐val, un personaje clave en la intrincada historia de los caballe--‐ros Templarios… Un hecho realmente curioso, pues se sabe del gran saber esotérico de la perseguida Orden del Temple. ¿Fue así cómo Malaquías descubrió su “don”? Finalmente, en Roma, Malaquías será nombrado legado de Irlanda. Así, regresando de ese viaje, vía Clairvaux, se cuenta que se le sumaron cinco monjes para fundar en Irlanda, en 1142, la gran

abadía de Mellifont. En un segundo viaje a Roma, el monje ir--‐landés enfermó, y murió en los brazos de su querido San Ver--‐nardo. Era el 2 de noviembre de 1148. En 1199, fue canonizado por el Papa Clemente III. Entre las profecías más importantes de San Malaquías, podria--‐mos observar las siguientes: Sobre su propia muerte Según nos relata el propio San Bernardo, San Malaquías anun--‐ció el día exacto de su muerte para el 2 de noviembre de 1148,

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hecho que ocurrió cuando se hallaba con él en la abadía de Clairvaux. Sobre Irlanda San Malaquías anunció que Irlanda sería oprimida y persegui--‐da por Inglaterra, trayéndole calamidades por siete siglos, pe--‐---‐ro que preservaría la fidelidad a Dios y a su Iglesia en medio de todas sus pruebas. Al final de ese período sería liberada, y sus opresores serían entonces castigados. Así, Irlanda católica será instrumento en el regreso de Inglaterra a la fe. Aunque todo esto se cumplió, se dice que esta profecía fue copiada de un antiguo manuscrito de la Abadía de Clairvaux y contada por él al mártir sucesor de Oliver Plunkett. Sobre los Papas Como decíamos, se trata de la más famosa profecía atribuida a San Malaquías. Está compuesta de “lemas” para cada uno de los últimos 112 Papas, desde Celestino II, elegido en el año 1130, hasta el “fin del mundo”. No hace falta que veamos aquí la lista completa. Bastará con observar los últimos 12 papas para comprender la profecía, que data del Siglo XII: 101. “Cruz de Cruce” (Cruz de Cruz). Pío IX, 1846--‐-1878 102. “Lumen in caelo” (Luz en el cielo). León XIII, 1878--‐-1903. 103. “Ignis ardens” (Fuego Ardiente). Pío X, 1903--‐-1914. 104. “Religio Depopulata” (Religión devastada) Benedicto XV, 1914--‐-1922 105. “Fides intrepida” (La fe intrépida). Pío XI, 1922--‐-1939

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106. “Pastor angelicus” (Pastor angélico). Pío XII, 1939--‐-1958 107. “Pastor y nauta” (Pastor y navegante). Juan XXIII, 1958--‐1963 Nota: Juan XXIII fue Cardenal de Venecia, ciudad de navegan--‐tes. Condujo la Iglesia al Concilio Vaticano II. 108. “Flos florum” (Flor de las flores). Pablo VI, 1963--‐-1978. Nota: Su escudo contiene la flor de lis, la “flor de las flores”. 109. “De mediatate lunae” (De la media luna). Juan Pablo I, 1978--‐-1978. Nota: Su nombre era “Albino Luciani” (luz blanca). Nació en la diócesis de Belluno, nombre que viene del latín “bella luna”. Fue elegido el 26 de agosto del 1978. Curiosamente, la noche del 25 al 26 la luna estaba en “media luna”. Y murió tras un

eclipse lunar. También su nacimiento, su ordenación sacerdo--‐tal y episcopal, se dieron en noches de media luna. 110. “De labore solis”. (De la fatiga o trabajo del Sol). Juan Pablo II, 1978--‐-2005 Nota: Además de que en los días de su nacimiento y muerte hubo eclipses solares, Juan Pablo II fue el “Papa viajero”, es--‐tandarte de una labor tremenda y sostenida hasta el día de su muerte. 111. “Gloria Olivae” (La Gloria del olivo). Benedicto XVI, 2005--‐2013. Nota: Ratzinger toma su nombre por San Benito y Benedicto XV. Los Benedictinos tuvieron una rama llamada los “oliveta--‐nos”. 112. “Petrus Romanus” (Pedro Romano): ¿Francisco?

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Sobre él, se dice que en su reinado ocurrirá el final de la Igle--‐sia Católica ⎯otros lo interpretan como el “fin del mundo”⎯ en medio de un conflicto bélico, como si se tratara de la pole--‐mica visión de la “tercera profecía” de Fátima que diera a co--‐nocer el Vaticano ⎯sesgadamente, desde luego⎯en el año 2000: “…Y vimos en una inmensa luz que es Dios: algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él a un Obispo vestido de Blanco, hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre. También a otros Obispos, sacer--‐dotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y me--‐dio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodi--‐llas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de sol--‐dados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y fle--‐chas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones…” Para muchos, esto habla claramente del fin de la Iglesia Catoli--‐ca. No obstante, el traductor de esta visión, el entonces carde--‐nal Joseph Ratzinger, señaló que el mensaje de Fátima ⎯cono--‐cido como el “Tercer Secreto” ⎯no se refería a un fin de la Iglesia, sino a “la historia de la Iglesia”… Según Ratzinger, el Sumo Pontífice que aparece en la visión representa al catolicis--‐mo, y los muertos y la destrucción hablarían del “martirio de

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los cristianos a lo largo de su historia”. Una “explicación”, a nuestro juicio, apurada y poco creíble. Lo cierto es que, como ya vimos, el Vaticano ha tenido ⎯y tie--‐ne⎯un papel oscuro en la historia que lo coloca en medio de

las más terribles profecías. Su “curriculum” es devastador: su papel en las sangrientas cruzadas, la infame Inquisición ⎯con la persecución y “quema” de los Cátaros⎯, su cercanía y ayu--‐da a Hitler y Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial, la sospechosa muerte de Juan Pablo I, o los recientes escanda--‐los del “Banco de Dios”, son sólo algunos ejemplos que lo pinta de cuerpo entero y lo aleja del auténtico mensaje de Je--‐sús. Al parecer, el “final” de la Iglesia, al menos tal y como la cono--‐cemos, se halla cerca. San Malaquías anuncia su colapso du--‐rante el reinado de “Pedro el Romano”, el último Papa de su “lista”. Es decir, Francisco. El mensaje del monje irlandés que acompaña al último Papa ⎯mensaje que, a nuestro juicio, guarda relación con la visión de Fátima ⎯dice textualmente: En latín: “In persecutione extrema S.R.E. sedebit. Petrus Romanus, qui pas--‐cet oues in multis tribulationibus: quibus transactis ciuitas septi--‐collis diruetur, & Judex tremedus iudicabit populum suum.” Finis. En castellano: “Durante la persecución final de la Santa Iglesia de Roma reinará Pedro el Romano, quien apacentará a su rebaño entre muchas tribu--‐-

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laciones, tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida y el Juez Terrible juzgará al pueblo.” Fin. La ciudad de las “siete colinas” involucra Roma y el Vaticano. La profecía señala esa zona del mundo y describe al último Papa de la lista como un hombre que “apacentará a su re--‐baño”: exactamente el distintivo de la labor que ha venido ha--‐ciendo Bergoglio desde antes de ser elegido Papa. De hecho, mantiene ese perfil que le ha granjeado una gran aceptación mundial. ¿Pero cuándo sobrevendrá la “tribulación”? ¿Tiene que ver, como suponemos, con el mensaje de Fátima? ¿Una guerra que afectará la seguridad de la Santa Sede y obligará al Papa a huir de Roma? ¿Ocurrirá durante el papado de Francis--‐co? ¿O sucederá después? Ya entraremos en el asunto de las apariciones marianas. Por lo pronto, veamos qué dice Nostra--‐damus sobre este tema. Nostradamus y la caída de la Iglesia “Por el poder de los tres Reyes temporales, A otro lugar será transferida la Santa Sede, Donde la sustancia del espíritu corpóreo, Será repuesta y recibida por verdadera sede”. Cuarteta noventa y nueve, Centuria VIII ¿Un cambio de emplazamiento del Vaticano? ¿Cómo pudo “ver” esta increíble situación Nostradamus?

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Hoy en día pocos escritores se atreven a citar al visionario francés de origen judío Michel de Notredame, conocido mun--‐-

dialmente como “Nostradamus”. La razón es el descrédito en que ha caído víctima de sus ocurrentes investigadores. No pretendemos aquí abogar por sus profecías, pero sí señalar que mucho de lo que se ha dicho sobre sus vaticinios es más cosecha de escritores y documentales de TV que de los pro--‐pios escritos del erudito. ¿Erudito? ¿Acaso no era un astrólogo aficionado que encerrado en un cuarto oscuro con su bola de cristal “adivinaba” el futuro? Nostradamus nació en Sain Rémy, en el sur de Francia, el 14 de diciembre de 1503. A la edad de 15 años, Michel ingresó a la Universidad de Avignon de Francia para estudiar el bachi--‐llerato. Durante un año, logró acreditar el Trivium ⎯unión existente en la época medieval de tres materias: gramática, re--‐tórica y lógica⎯, tiempo tras el cual se vio en la necesidad de buscar una nueva institución donde continuar sus estudios a causa de la clausura de Avignon por la epidemia de peste ne--‐gra, persistente durante esa época. Años después, ingresó a la Universidad de Montpellier para estudiar Medicina, termi--‐nando la carrera en 1525. Se sabe que la aparición de la peste bubónica le empujó a via--‐jar por toda Francia para asistir a los enfermos, y se dice que en ese viaje conoció a hombres connotados en el campo de la medicina, la alquimia e incluso místicos renacentistas que se hallaban en la clandestinidad. Después de haber ejercido la medicina durante cuatro años en aquellas regiones, le pareció oportuno volver a Montpellier para conseguir el doctorado en medicina, que obtuvo al poco tiempo con la admiración y el aplauso de todos. Nostradamus tenía una mente científica.

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En ese período se casó con una joven de la alta sociedad, de la que tuvo dos hijos, un niño y una niña. Pero debido a la peste, murieron los tres y Nostradamus tomó la decisión de instalar--‐se definitivamente en Provenza, su tierra natal. Quizá afligido por el sufrimiento del ser humano, la enfermedad y la muerte que vio de cerca, sumado todo ello a los conocimientos que adquirió recorriendo toda Francia, Nostradamus despertó al--‐guna “facultad” para anticipar lo que le deparaba a la humanidad. Pero también se sabe que fue un iniciado rosa--‐cruz y alquimista. Tal vez ello le permitió acceder a viejos ma--‐nuscritos que lo encaminaron a “inferir el futuro”. Como fuese, hasta nuestros días han perdurado sus célebres Centurias: la síntesis de sus supuestas visiones del futuro. Las empezó a escribir desde el año 1555, y se las conoce como “centurias” puesto que cada libro contenía exactamente cien de estas breves combinaciones métricas de cuatro versos. Por sus aciertos, ganó el reconocimiento de eruditos, hombres de ciencia y reyes. Murió el 2 de julio de 1566, tal como él mismo lo había señalado. Y le dejó una carta a su hijo César ⎯de sus segundas nupcias⎯advirtiéndole que todo lo que había “vis--‐to” sobre el futuro, si el ser humano se lo proponía, lo podía

cambiar… En la Centuria IX, en la noventa y nueve cuarteta, Nostra--‐damus dice: Viento Aquilón hará partir la sede, Por muros echar cenizas, cal y polvo: Por lluvia luego que les causará más daño, Último socorro llegar desde su frontera

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¿Qué clase de calamidad se cierne sobre el Vaticano? La extra--‐ña predicción de Nostradamus insiste en que se abandonará la Santa Sede. Sugiere destrucción al mencionar que “por muros echar cenizas”, y añade una posible descripción de “bombar--‐deo” al sentenciar “por lluvia que les causará más daño” ⎯pa--‐ra otros investigadores, Nostradamus emplea la palabra “llu--‐via” para referirse, también, a una “revolución”⎯. Finalmen--‐te, habla de una ayuda o socorro que llegará desde la fronte--‐ra… Este proceso de caída, como ya vimos, empezó a acentuarse con el papado de Benedicto XVI. Nostradamus dedica una cuarteta ⎯la cuarenta y dos de la Centuria V ⎯a ese tema: Despues de la sede mantenida diecisiete años, Cinco cambiarán en tal girado termino, Luego será elegido del mismo tiempo, Quien de los romanos no está muy conforme. La precisión, congela la sangre… Recordemos: el 10 de febrero de 1939 muere Pío XI, después de diecisiete años exactos de conducir a la Iglesia Católica... Después de ese Papa, tal y co--‐mo Nostradamus profetiza, vendrán cinco papas más, y dice del último de ellos que “los romanos no estarán contentos con él”. Con ese Papa empieza el “quiebre”. Esa cuarteta es clave: Nostradamus escribe que luego de Pío XI, cinco Papas se sucederán en “el mismo término”. Se refiere a un periodo de tiempo similar al de Pío XI; es decir, inferior a 20 años de papado. Y, efectivamente, Pío XII, el sucesor, go--‐bernará de 1939 a 1958; Juan XXIII, el segundo de los cinco pa--‐pas que alude la cuarteta, desde 1958 a 1963; Pablo VI será el

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tercero, soberano del Vaticano entre 1963 y 1978; Juan Pablo I, el cuarto, sólo estará 33 días en el “trono de Pedro” debido a una muerte sospechosa que ya mencionamos; y Juan Pablo II, el quinto, regirá la Iglesia desde octubre de 1978 hasta la fecha de su muerte, el 2 de abril de 2005. El papa del “quiebre” sería Benedicto XVI… Ya vimos páginas atrás que la “bomba” de escándalos en el Vaticano le estalló a él en las manos, obli--‐gándole a renunciar. Francisco heredó este escenario dantesco y se sumerge en medio de otras profecías que lo mencionan como “el último Papa”. Hay otras cuartetas de Nostradamus que aluden a la Iglesia. Pero no son tan claras y pueden ser interpretadas de cualquier forma. El médico y esotérico francés las escribió así, crípticas y

enrevesadas para no ser perseguido en una Europa del siglo XVI que era violenta e intolerante. Y hoy, cientos de años más tarde, tenemos hirviendo la cabeza para entender lo que quiso transmitir. Lo poco que se ha podido “pasar en limpio” de sus predicciones es que el Vaticano tiene los días contados… Aquí debemos mencionar que en diferentes medios circuló la profecía de un “Papa negro” que encarnaría ese final de la Iglesia. La profecía se atribuyó a San Malaquías. Otros se la encajaron al propio Nostradamus. Pero ninguno de los dos ha--‐bló sobre un “Papa negro”. Es una “leyenda” sin sustento. Sin embargo, la historia pegó fuerte y se dijo que Bergoglio cum--‐plía la profecía por ser jesuita: los monjes de la Compañía de Jesús se vestían de negro… También se difundió una cuarteta “apócrifa” de Nostradamus que hablaba de las “invasiones de un Rey Negro”. Pero no se ha podido comprobar su autenticidad. Como fuese, el texto

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habla de un rey, no de un Papa. En ese sentido cuadra más la figura del presidente norteamericano Barack Obama ⎯y sus campañas militares por todo el mundo⎯que la figura de Francisco. “Al principio habrán enfermedades mortales como adver--‐tencia, luego habrán plagas, morirán muchos animales, habrán ca--‐tástrofes, cambios climáticos, y finalmente empezarán las guerras e invasiones del rey negro”, decía el texto supuestamente escrito por Nostradamus. ¿Qué pasará en la Santa Sede? ¿Cuál será el destino del “ul--‐timo Papa”? ¿Huirá por un guerra? ¿El Vaticano será atacado? ¿El “último Papa” corre peligro? Aparecerá hacia el Septentrión, No lejos de Cáncer, la estrella de cabellera, Susa, Siena, Boecia, Eretrión, Morirá de Roma grande, la noche desaparecida. Centuria VI, sexta cuarteta. ¿Una señal en el cielo? ¿El arribo de un cometa? ¿Qué quiso decir Nostradamus? Otras profecías sobre el final del Vaticano Hay otras predicciones que tocan en lo profundo a la Iglesia. Veamos a continuación algunas de ellas: San Francisco de Asís: “Habrá un Papa electo no canónicamente que causará un gran cisma. Se predicarán diversas formas de pensar que causarán que muchos duden, aún aquellos en las distintas órdenes religiosas, hasta estar de acuerdo con aque--‐-

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llos herejes que causarán que mi Iglesia se divida. Entonces habrá tales disensiones y persecuciones a nivel universal que si esos días no se acortaran, aún los elegidos se perderían”. Juan de Vitiguero, en el Siglo XIII: “Cuando el mundo se encuen--‐tre perturbado, el Papa cambiará de residencia”. Juan de Rocapartida, un siglo después: “Al acercarse el Fin de los Tiempos, el Papa y sus cardenales habrán de huir de Roma en

trágicas consecuencias hacia un lugar donde permanecerán sin ser reconocidos…”. Nicolas de Fluh, en el siglo XV: “El Papa con sus cardenales ten--‐drá que huir de Roma en situación calamitosa a un lugar don--‐de serán desconocidos”. El venerable Bartolomé Holzhauser, fundador de las sociedades de clérigos seculares en el Siglo XVIII: “Dios permitirá un gran mal contra su Iglesia: vendrán súbita e inesperadamente irrum--‐piendo mientras obispos y sacerdotes estén durmiendo. Entra--‐rán en Italia y devastarán Roma, quemarán iglesias y destrui--‐rán todo"ʺ. Las palabras de la Virgen, reveladas en La Salette a Melania: “Roma perderá la fe, y se convertirá en la sede del Anticristo”. La beata Ana Catalina Emmerick, religiosa agustina, en 1820: “Vi una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuán funestas serán las consecuencias de la falsa iglesia, vi que la Iglesia de Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del Anticristo, aparecerá una religión falsa que estará

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contra la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo”. Papa San Pío X: “He tenido una visión terrible: no sé si seré yo o uno de mis sucesores, pero vi a un Papa huyendo de Roma entre los cadáveres de sus hermanos. Él se refugiará de incog--‐nito en alguna parte…”. Las revelaciones de la Virgen en Garabandal: “El Papa no podrá estar en Roma, se le perseguirá y tendrá que esconderse”. Las similitudes de estas profecías con las predicciones de San Malaquías y Nostradamus son inquietantes. Se insiste en un acontecimiento terrible en Roma. El Papa obligado a huir ⎯o antes asesinado⎯, y, como ya expusimos, la existencia de una secta oscura dentro de la Santa Sede. Hay que estar ciego para no hilar todo esto… En medio de esos vaticinios resalta el mensaje de Garabandal. Las advertencias de las apariciones marianas también golpean al Vaticano. Esas apariciones y sus “comunicados” es un tema tan lleno de misterio y controversias, que le dedicaremos el si--‐guiente capítulo. La “virgen” ⎯o el ser que se manifestó en Fátima o Garabandal⎯habla de los últimos papas y de ese te--‐mido “Final de los Tiempos”…

133 CAPÍTULO IX _______________________________ Las apariciones marianas

Este es un tema no menos controvertido: ¿la madre de Jesús, desde “algún lugar”, se “manifiesta” para entregar mensajes que anticipan sucesos en la Tierra? ¿Es una “manipulación” de la Iglesia? ¿Nos hallamos ante un fenómeno auténtico, aunque no se trate, realmente, de la “Virgen”? En menudo laberinto

tendremos que adentrarnos porque, si parte de esas aparicio--‐nes son genuinas, sus mensajes deben ser escuchados. Mensa--‐jes que tocan en lo íntimo el futuro de la Iglesia. Mensajes que, como veremos al final de este libro, guardan relación con las psicografías premonitorias de Benjamín Solari Parravicini. El misterio de Guadalupe La primera aparición mariana se atribuye al Pilar de Zaragoza. La manifestación habría ocurrido allí en el año 40 después de Cristo.

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La tradición católica señala que la Virgen se presentó al apos--‐tol Santiago, en esa región de Aragón, para impulsar la predi--‐ca en Hispania. Se dice que María se habría manifestado “en carne mortal” sobre una columna ⎯el mencionado “Pilar”⎯ y, a partir de esa creencia, se habla de una capilla mandada a construir por la propia “aparición” para alojar la columna que “dejó en testimonio de su venida”. La obra habría sido ejecu--‐tada por Santiago y los siete primeros convertidos de la ciu--‐dad del Ebro. Aunque nunca se halló vestigio arqueológico de esa primera capilla, sí se constató la existencia de una iglesia en Saraqusta, la “madre de las iglesias de la ciudad”, dedicada a María en el siglo IX, y emplazada en el mismo lugar donde actualmente se erige la Basílica. Como haya sido, miles de pe--‐regrinos visitan cada año la Basílica de Zaragoza para besar el Pilar y expresar su devoción a María y la historia “sobrenatu--‐ral” del pilar. Y no es el único caso en donde una aparición deja un “objeto de devoción”. Dentro de las numerosas apariciones reportadas a la Iglesia ⎯el Vaticano reconoce solo una pequeña fracción de las más de 20.000 que han sido notificadas ⎯resalta el episodio del Te--‐peyac, ocurrido en México en 1531. Nos referimos al misterio de la “Virgen de Guadalupe”. El sábado 12 de diciembre de aquel año, en un monte del Valle del Tepeyac, donde actualmente se asienta la inmensa Ciudad de México, la Virgen le entregó una “evidencia” de sus apari--‐ciones al indígena Cuauhtlatóhuac ⎯“el que habla como agui--‐la”⎯, más conocido en el mundo cristiano como “Juan Die--‐go”. Nació en Tolpetlac, aldea al norte de la Villa de Guadalu--‐-

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pe, en 1478. Su oficio era la manufactura de petates que vendía en Tlatelolco. Tenía 53 años de edad cuando enfrentó la “apa--‐rición milagrosa”. La primera manifestación de aquella “señora de luz” fue el sa--‐bado 9 de diciembre de 1531. Se cuenta que Juan Diego, al pa--‐sar por el cerro del Tepeyac, oyó un canto que “no era de esta tierra”. Se detuvo entonces a escuchar la hipnótica melodía y, cuando miró hacia arriba, descubrió un “sol resplandeciente” ⎯algunos investigadores del fenómeno ovni fruncieron el ce--‐-

ño al estudiar esta descripción ⎯y en medio de ese portento, vio a una mujer en “actitud de oración”. Juan Diego se armó de valor y se dirigió hacia la entidad. Entonces aquella mujer le dice que era su deseo que le construyese un templo, en ese llano, y le encomendó, también, que le comunicara esa tarea al obispo. El resto de la historia, es muy conocida. El obispo era Juan de Zumárraga. Estamos hablando del primer obispo de la dioce--‐sis de la Ciudad de México ⎯desde 1528⎯y segundo de la Nueva España ⎯consagrado el 27 de abril de 1533⎯. Fue nombrado Arzobispo en 1547. Un personaje importante que, además, será fundador de la Real y Pontificia Universidad de México. Pero Zumárraga no le creyó a Juan Diego. Se dice que le pidió al nativo que volviese otra vez al lugar a ver si sus ojos no le habían traicionado… Juan Diego, como era de suponer, regresó desconsolado al Te--‐peyac. Entonces la “señora de luz” se le apareció otra vez para

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decirle que volviese el domingo a ver, nuevamente, a Zuma--‐rraga. Juan Diego, armado de valor, insistió con el obispo, pe--‐ro no había caso. Fue así que el religioso le pidió una “señal comprobatoria” de la voluntad de la Virgen para tomarlo en serio. Nadie se esperaba que esa “señal” ocurriría… El 12 de diciembre, la “Virgen” se le vuelve a “manifestar” a Juan Diego en el cerro del Tepeyac. En esa nueva experiencia la aparición le pide que suba a recoger unas flores. Juan Diego, obediente, asciende el cerro ⎯que no mostraba mayor vegeta--‐ción⎯y, sorprendido, halla en él unas bellas rosas, imposibles de encontrar pues no era temporada y nunca antes habían cre--‐cido en el Tepeyac... Entonces las envuelve con su manto o “ayate” ⎯una tilma, prenda que usaban los indígenas conver--‐tidos a la fe católica⎯y se encamina al encuentro del obispo para mostrarle el “milagro”. La “Virgen” le indicó que no des--‐plegase su ayate ni lo mostrara a nadie más hasta el encuentro con Zumárraga… Después de conseguir entrar en el obispado, Juan Diego le dijo a Zumárraga que le llevaba “la prueba” que le había pedido. En ese momento soltó su ayate, caen las rosas, y apareció en el manto pintada ⎯como si fuese un cuadro sobrenatural ⎯la imagen de la Virgen de Guadalupe… La tradición señala que el obispo, al ver esto, cayó de rodillas ante la imagen de la Virgen, una mujer de piel morena y capa de color azul, acompañada de estrellas en lo que se supone es una representación del cielo. ¿Encerraba algún significado esta imagen?

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A partir de entonces la devoción se ha regado por todos los rincones del mundo, y también los estudios y las conjeturas en

torno a la imagen de la “Señora de Guadalupe, Patrona de México y de Las Américas”. Hay que decir que la ciencia ha estudiado esa imagen con la misma rigurosidad que los expertos han escudriñado la pole--‐mica Sábana Santa o Síndone de Turín ⎯que según la tradi--‐ción cubrió el cuerpo de Jesús cuando descansó en el sepulcro y resucitó al tercer día⎯. La aparición del Tepeyac y la ima--‐gen “imposible” de Guadalupe, encendió muchos debates, comparables a las discusiones sobre la Sábana Santa. Se dijo de todo, desde que era un “invento religioso” para la conversión total de México al catolicismo, a una “historia apo--‐crifa”, ya que Zumárraga, supuestamente, nunca menciona el incidente de la aparición en sus escritos. Lo cierto es que la imagen de Guadalupe existe, y muestra una serie de “anomalías”, en extremo incómodas para los escepti--‐cos. El caso es un quebradero de cabeza… La prenda fue confeccionada con fibras de maguey, hebras que se descomponen o se pudren en un plazo máximo de 20 años… El ayate de Juan Diego tiene, al día de hoy, 483 años de antigüedad, y se conserva en perfecto estado… Los registros de la reliquia detallan, además, que la imagen de la Virgen de Guadalupe ⎯de 1.5 metros de altura⎯permane--‐ció durante 116 años sometida al polvo, la humedad, el salitre

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del lago Texcoco, los excrementos de las moscas, el humo de las velas, al contacto de los dedos y todo tipo de objetos reli--‐giosos ⎯medallas, cruces, rosarios⎯y no registra daño algu--‐no… Sigue intacta casi cinco siglos después y no existe expli--‐cación “racional” para ello. La imagen de Guadalupe está tan fresca y los colores del estampado o radiación en la tilma son tales, que pareciera haber sido colocada ayer y no en el año 1531… Otro “detalle” del asunto es que la tilma de Juan Diego se ha--‐lla actualmente sobre una placa de metal, cuya temperatura oscila alrededor de los 15 grados centígrados; pero la prenda se mantiene constantemente a 36.5 grados, la misma tempera--‐tura de un cuerpo humano sano… Y la discusión se avivó más cuando el doctor Enrique Graue, oftalmólogo de fama internacional y director de un hospital de la especialidad en México, afirmó: “Examiné los ojos con oftal--‐moscopio de alta potencia, y pude apreciar en ellos profundidad de ojo como al estar viendo un ojo vivo”. En esos ojos aparece el efecto Purkinje--‐- Sánsom: se triplica la imagen en la córnea y en las dos caras del cristalino. Este efec--‐to fue estudiado por el Dr. Púrkinje de Breslau y Sánsom de París. Ese fenómeno, exclusivo del ojo vivo, fue observado en el ojo de la “Virgen de Guadalupe” con la ayuda de un oftal--‐moscopio… La lista de “anomalías” es larga. No exageramos si decimos

que merece un libro aparte. La cantidad de elementos que ex--‐pone la imagen parece darle “crédito” a su origen sobrenatu--‐ral. Incluso algunos investigadores ya no discuten tanto sobre

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la autenticidad de la aparición. Discuten sobre qué fue, real--‐mente, lo que se le apareció a Juan Diego. Y la discusión es válida porque hay reportes de apariciones “sobrenaturales” en el Tepeyac en tiempos muy anteriores a Juan Diego y el des--‐cubrimiento de América… Obviamente, en ese entonces no se hablaba de la “Virgen”, sino de “Tonantzin”… Cronistas como Fray Bernardino de Sahagún refieren que los nativos de México venían a rendirle culto en el cerro del Te--‐peyac a la diosa Cihuacóatl, llamada también Tonantzin, que significa “Nuestra madre”, de lo cual hay testimonios de los misioneros del siglo XVIII. “En este lugar que se nombra Tepeyac tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, que la llamaban Tonantzin, que quiere decir Nuestra Madre”, escribieron. ¿Cómo un culto prehispánico se transformó en la “Virgen de Guadalupe” que más tarde vería Juan Diego? ¿Tonantzin y la Virgen eran dos apariciones distintas en el mismo cerro, sepa--‐radas por el tiempo? ¿O se trataba de la misma “entidad” que se “adaptaba” al contexto historico, social y religioso que im--‐peraba? Algunos estudiosos piensan que el fenómeno de Guadalupe y las apariciones marianas se entronca con una manifestación del “espíritu femenino de la Tierra”. Pero, al margen de esa posibilidad “espiritual”, los autores de este libro no nos imagi--‐namos a la “Madre Tierra” dejando “coordenadas astronomi--‐cas” en el ayate de Juan Diego, o señalando el futuro político y social de Rusia en los mensajes de las apariciones de Fátima. A todas luces, estamos ante otra cosa…

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La imagen de Guadalupe muestra “estrellas” en el firmamen--‐to. No es un elemento “decorativo”. Se trata de una coordena--‐da precisa que señala la posición de las constelaciones el día exacto de la aparición: el 12 de diciembre de 1531. En otras pa--‐labras, hay un mensaje concreto ⎯astronómico y matemati--‐co⎯en el manto. Diversos estudios resaltan, además, otros detalles inquietantes en la imagen: la tilma de Juan Diego po--‐dría ser un “mapamundi”, con claves que podrían encerrar acontecimientos mundiales futuros. Los investigadores de “Guadalupe” suelen citar estos puntos: ⎯El conjunto de la imagen está girado 23 grados en sentido anti--‐-horario. Es, curiosamente, el ángulo de inclinación de la Tierra que provoca las estaciones. ⎯La imagen abarca tres cuartas partes de la Tierra. Deja sin cubrir una parte del Pacífico (Japón, parte de Australia) y del Norte Asiático (parte de China y Siberia). ⎯Su cabeza descansa sobre las cumbres más altas de la Tierra

(Himalayas) y cubre parte de China y casi toda la India. ⎯Su mirada parece dirigirse hacia Oriente Medio. ⎯Sus manos orantes abarcan dos países netamente musul--‐manes: Arabia Saudí (cuna de Mahoma) y Sudán (Darfur). ⎯Sus manos orantes cruzan el Mar Rojo. ⎯El lado derecho de su manto cubre Europa y su borde llega al Norte del África Mediterránea y al Este de América del Norte.

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⎯El mapa de Estados Unidos está cubierto a medias por su manto en la zona Este, y por la media luna en el Oeste. ⎯Toda América Latina está dentro de su manto o su túnica. ⎯El Amazonas parece ser raíz de algunas hojas y flores bor--‐dadas en la túnica de la Virgen. Los Andes coinciden con la flexión de su rodilla, sirviéndola como de apoyo. ⎯El segundo extremo de la Luna apunta y termina en el Polo Sur. ⎯El origen de coordenadas geográficas de la Tierra, estable--‐cido a finales del siglo XIX, coincide con su vientre. Y otro “detalle”: la mujer del manto está embarazada… Se deduce por la forma aumentada del abdomen, donde se destaca una mayor prominencia vertical que transversal, que corresponde a un embarazo casi en su última etapa. Además, el “cinto ne--‐gro” que se aprecia marca el embarazo de la Virgen. Se loca--‐liza arriba del vientre y cae en dos extremos trapezoidales. En el mundo náhuatl esto representaba el fin de un ciclo y el na--‐cimiento de una nueva era… ¿Qué clase de fenómeno plasmó este “mapa”, como si alguien hubiese dibujado la imagen desde el cielo? ¿Cuál es el men--‐saje? Como ya dijimos, hay más símbolos y elementos en el manto. Pero esta breve incursión en el misterio de la Virgen de Gua--‐dalupe nos ha preparado para ver Fátima y Garabandal con otros ojos…

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El Tercer Secreto de Fátima Estamos ante la aparición mariana más difundida en todo el mundo. Ocurrió con tres pastores en Fátima, Portugal, una mañana del 13 de mayo de 1917. No obstante, pocos citan que Lucía, Francisco y Jacinta ⎯los tres “testigos”⎯ya habían te--‐nido un contacto en 1916 con una entidad luminosa, al parecer masculina, que llamaron “el ángel”. Lucía describió esa expe--‐riencia con estas palabras: “…un fuerte viento comenzó a mover los árboles y miramos hacia arriba para ver lo que estaba pasando, ya que era un día tan calmado. Luego comenzamos a ver, a distancia, sobre los árboles que se exten--‐dían hacia el este, una luz más blanca que la nieve con la forma de un joven, algo transparente, tan brillante como un cristal en los ra--‐yos del sol. Al acercarse pudimos ver sus rasgos. Nos quedamos

asombrados y absorbidos y no nos dijimos nada el uno al otro…” Luego de haber completado tres contactos con este “ángel”, los pastores se encontrarán, cara a cara, con la “señora de luz”. La “Virgen” les entregará entonces una serie de advertencias y consejos. Lo que generalmente se conoce como el “Tercer Secreto” es, en realidad, la parte tercera y final de la totalidad del “mensaje profético” que la “Virgen” les dio a los tres niños videntes el 13 de julio de 1917. Las otras dos secciones del secreto ⎯la vi--‐sión del infierno y el futuro de Rusia⎯fueron públicamente reveladas con la publicación de las Memorias de Lucía en 1941. El Vaticano, como vimos páginas atrás, reveló una parte de ese “Tercer Secreto” en el año 2000. Pero los estudiosos coin--‐ciden en que no se nos contó toda la verdad, y que esa pro--‐-

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fecía ⎯en cuya visión se ve caer a un obispo de blanco, muer--‐to por soldados⎯no apuntaba al atentado a Juan Pablo II de 1981, sino a otro Papa futuro… Recordemos parte del texto: “…el Santo Padre, antes de llegar a ella una gran cruz de ma--‐deros toscos, erguida en una cumbre, atravesó una gran ciu--‐dad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios ti--‐ros de arma de fuego…” Bajo la orden directa de su obispo, Lucía dos Santos puso por escrito la tercera parte del secreto el 2 de enero de 1944. La “Virgen” le dijo que se lo confiara a su obispo y, a través de él, al Papa Pío XII. En aquella ocasión la “señora de luz” le indicó también que su mensaje debía ser revelado al mundo a más tardar en 1960. Pero la tercera parte del “secreto” nunca se leyó. Una vez que llegó el “año límite” dado por la “Virgen”, el Papa Juan XXIII decidió guardar silencio. Esta situación “activó” una nueva “aparición” de la “señora de luz”…

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Garabandal y el “contacto” de Juan XXIII El fenómeno de las apariciones se repetirá en España. En 1961, la “Virgen” se manifestará ante cuatro niñas de unos 12 años de edad, en la cercanías del pueblo de Garabandal, en Canta--‐bria. En ese tiempo un pueblo de 300 personas, muy devotas y espirituales, que vivían con sencillez, en un lugar en donde no había televisión, ni siquiera un solo motor. Las niñas, hay que decirlo, fueron sometidas a todo tipo de pruebas cuando declararon sus contactos con la “Virgen”. Y los especialistas no hallaron fraude alguno. Los médicos y psi--‐-

quiátras que las examinaron vieron que sus éxtasis eran ge--‐nuinos. De hecho, les cambiaba drásticamente la presión arte--‐rial cuando contemplaban a la “señora de luz”, y sus cuerpos se volvían rígidos y fuertes. En esos momentos un adulto no podía alzarlas de lo pesadas que se habían vuelto… Incluso les pincharon con agujas y otros objetos sin que ellas se inmuta--‐ran durante las visiones… Era, sin duda, un evento paranor--‐mal extraordinario. La entidad, de acuerdo a Conchita González ⎯una de las cua--‐tro testigos⎯, era María, que había decidido manifestarse por--‐que su mensaje completo no llegó a la humanidad en 1960… La “señora de luz” hacía referencia al “Tercer Secreto” de Fátima, que no se había hecho público en el plazo que comu--‐nicó Lucía… Y aquí debemos apuntar algo.

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Al margen de posibles manifestaciones espirituales de quien fuera la madre de Jesús, tenemos una visión distinta de las apariciones marianas. Creemos que en todos los contactos no fue la “Virgen” ⎯insisteremos en las comillas⎯. Como el caso que une a Tonantzin y Guadalupe en México, si bien conside--‐ramos al fenómeno real, creemos también que éste se “adapta” a los contextos. Por ejemplo: hay reportes de familias cristia--‐nas en China que vieron a la “Virgen” y la describieron con rasgos asiáticos; en Europa con tez blanca y cabellos rubios; y en México, Guadalupe se trataba de una “Virgen morena”. Sin ir muy lejos, la descripción original de la “Virgen de Fati--‐ma” no tiene nada que ver con la imagen que hoy veneran los fieles. El reporte inicial de los tres pastores describía a una pequeña mujer con “traje acolchado”, “capa” y una “esfera de cristal” en la mano… (ver imágenes). Y si no fue la “Virgen”: ¿Qué fue lo que realmente vieron? Aunque resulte polémico, no descartamos la intervención de una inteligencia extraterrestre. Y no somos los primeros en su--‐gerirlo: el periodista y escritor español, J.J. Benítez, en su tra--‐bajo “La Quinta Columna”, describe la oleada ovni que sacudió Las Hurdes ⎯una comarca de Extremadura, España⎯en ma--‐yo de 1917, precisamente en las fechas en que se producían los fenómenos de Fátima. Las Hurdes está a sólo unos 200 kilome--‐tros de allí… El caso de Garabandal no es muy distinto a lo que pasó en Fátima: manifestaciones de luces y “truenos” en el cielo, un contacto previo con un “ángel”, y la posterior aparición de la “Virgen” esgrimiendo profecías.

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Y hay otro detalle que podría conectar este caso con seres de otros mundos… Las apariciones de Garabandal empezaron en junio de 1961. Y en julio de aquel año, el Papa Juan XXIII habría tenido un en--‐cuentro cercano con seres humanoides “que llegaron del cie--‐-

lo”. El episodio, se dijo, ocurrió en la casa veraniega de Castel Gandolfo, al lado de su asistente, quien dio a conocer más tar--‐de la extraordinaria experiencia en diarios italianos e ingleses. El texto que se difundió ⎯discutido en todos los frentes⎯fue el siguiente: “El Papa y yo estábamos andando a través del jardín una noche de julio de 1961, cuando observamos sobre nuestras cabezas una nave. Era de forma oval y tenía lu--‐ces intermitentes azules y ámbar. La nave pareció sobre--‐volar nuestras cabezas por unos minutos, luego aterrizó sobre el césped en el lado sur del jardín. Un extraño ser salió de la misma; parecía un humano a excepción de que estaba rodeado de una luz dorada, y tenía orejas alargadas. Su Santidad y yo nos arrodillamos. No sabia--‐mos lo que estábamos viendo, pero supimos que no era de este mundo, por lo tanto debía ser un acontecimiento celestial. Rezamos y cuando levantamos nuestras cabe--‐zas, el ser estaba todavía allí. Esa fue la prueba de que no habíamos tenido una visión. El Santo Padre se levantó y caminó hacia el ser. Los dos estuvieron hablando unos 20 minutos. No me llamaron, así que permanecí donde estaba y no pude oír nada de lo que hablaron. Finalmente el ser se dio la vuelta y

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caminó hacia su nave y se marchó. Su Santidad regresó y me dijo: Los hijos de Dios están en todas partes; algunas veces tenemos dificultad en reconocer a nuestros propios her--‐manos.” Aunque resulta muy difícil confirmar esta historia, Juan XXIII dejó varios escritos, de su puño y letra, que hacían referencia a los seres del cielo. El llamado “Papa bueno” escribió: “Las luces del Cielo serán rojas, azules y verdes, y veloces. Crecerán. Alguien viene de lejos. Quiere conocer a los hombres de la tierra. Ya ha habido encuentros. Pero quién vio realmente ha guardado silen--‐cio…” Las Profecías del Papa Juan XXII, de Pier Carpi. ¿El Papa Juan XXIII se refiere a sí mismo cuando dice que “quien vio realmente ha guardado silencio”? Monseñor Corrado Balducci ⎯el importante prelado del Vati--‐cano y amigo personal del Papa Juan Pablo II⎯, le confió a uno de los autores de este libro, en entrevista personal, que el contacto de Juan XXIII sí había ocurrido, y que era un secreto importante del Vaticano… Tal vez, la poca información que se ha difundido de esa experiencia en los medios sea apócrifa y no el verdadero contacto del Papa. Balducci, como se sabe, ha hablado a favor del contacto con extraterrestres. Y, como ya mencionamos, también lo hizo el Padre jesuita José Gabriel Funes, Director del Observatorio Vaticano. Funes, Doctor en Teología y Astronomía, entrevis--‐tado por el diario del Vaticano “L’Osservatore Romano”, sos--‐-

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tuvo que podía contemplarse la vida de otros mundos como más evolucionada que la humana, sin que esta posibilidad ponga en entredicho la fe en la creación, en la encarnación y en la redención. “Es posible creer en Dios y en los extraterrestres”, afirmó. ¿Fueron seres extraterrestres los autores de los fenómenos de Garabandal y el contacto de Juan XXIII, ocurridos con diferen--‐cia de un mes ese mismo año? No pasa desapercibido que la aparición de Fátima le dijo a Lu--‐cía en 1917 que su “Tercer Secreto” se tenía que dar a conocer, como fecha límite, en 1960. La “aparición” había previsto que Juan XXIII sería el Papa en función en ese año... En otras pa--‐labras: Juan XXIII había sido “elegido” con más de cuarenta años de antelación para dar a conocer ese “mensaje”... Sin em--‐bargo, decidió no hacerlo. Y tampoco contar su presunto con--‐tacto extraterrestre… Y todo cierra: Juan XXIII fue un Papa clave para tratar de cam--‐biar el rumbo de la Iglesia… Conociendo lo que venía, impul--‐só el Concilio Vaticano II, que más tarde, con su muerte, en 1963, se perdió en el camino. Las consecuencias las vemos hoy… Conchita González afirmó entonces que la aparición de Garabandal les había advertido que “luego de la muerte de Juan XXIII quedaban solo cuatro Papas más”. Una investigación hecha en Alemania por el Dr. Albrecht We--‐ber, autor del libro “Garabandal --‐- Der Zeigefinger Gottes” (Gara--‐bandal --‐- El Dedo de Dios) publica más detalles:

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Cuando la noticia de la muerte del Papa Juan XXIII llegó al pueblo, las pequeñas campanas de la iglesia anuncia--‐ron la partida del pontífice con un tono fúnebre. Así, Conchita (la niña vidente de Garabandal) fue con su ma--‐dre, Aniceta, y la señora Ortiz a la iglesia. En el camino, surgió la siguiente conversación: ⎯El Papa ha muerto ⎯le comunica su madre. ⎯Ah, que el Papa murió ⎯contestó Conchita⎯. Enton--‐ces quedan tres papas. … Una vez de vuelta a casa, su madre no estaba tranqui--‐la y quiso conocer más profundamente los pensamientos de su hija, que parecía reservarse en presencia de la se--‐ñora Ortiz. De esta forma, una vez que ambas se halla--‐ban a solas, temiendo un posible error de su hija, la ma--‐dre le pregunta: ⎯¿De dónde sabes que solamente quedan tres papas? ⎯De la Santísima Virgen ⎯respondió Conchita⎯. En realidad me dijo que aún vendrían cuatro papas, pero que Ella no contaba uno de ellos. ⎯Pero, entonces, ¿por qué no tener en cuenta a uno de ellos? ⎯dijo su madre.

⎯Ella no lo dijo ⎯respondió Conchita⎯, solo me dijo que uno no le tenía en cuenta. Sin embargo me dijo que gobernaría la Iglesia por muy poco tiempo…

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Esta información podría ser importante. Luego de Juan XXIII los “cuatro papas” fueron: Pablo VI, Juan Pablo I ⎯que gober--‐nó la Iglesia sólo 33 días⎯, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Es tema de discusión quién fue el Papa que “no tenía en cuenta a la Virgen y que gobernaría poco tiempo”. Si se trata de un bre--‐ve papado, las linternas apuntan a Juan Pablo I. Pero el “Papa de la sonrisa” era cercano a los mensajes de María. Benedicto XVI reinó más tiempo, pero igual breve para un Papa: ocho años hasta su renuncia. Y fue, precisamente, el Papa que leyó el “Tercer Secreto” de Fátima en el año 2000… En otras pa--‐labras, fue el pontífice que no contó toda la verdad sobre la advertencia de la “Virgen”. ¿A él se refería la aparición de Ga--‐rabandal? Después de esos cuatro papas, según lo que le dijo la “Virgen” a las niñas de Garabandal, empezaría el “Final de los Tiem--‐pos”. Esta “profecía” recuerda la cuarteta que ya vimos de Nostradamus, en donde se daba otra sucesión de Papas para marcar una etapa “final” en la Iglesia. Como fuere, ambas pre--‐dicciones aciertan y coinciden en el momento actual del Vati--‐cano… Luego de todo lo visto, llegó el momento de volver a las psico--‐grafìas de Parravicini y sus vaticinios sobre el arribo del “Hombre Gris”: el personaje clave en esta historia que parece estar “conectado” a la figura del Papa Francisco…

151 Parravicini anunció, en 1939, las apariciones de Garabandal en Espa--‐ña. El “Nostradamus argentino” escribió: “La palabra celeste llegará a una aldea de España y se le escuchará…”

152 CAPÍTULO X ______________________ El “Hombre Gris” Hay muchas interpretaciones sobre las profecías de Parravi--‐cini. Y uno de los asuntos que más ha ocupado a los estudio--‐sos de sus “dibujos premonitorios” es la aparición del enigma--‐tico “Hombre Gris”: un personaje clave ⎯o un colectivo de personas, o un “movimiento”, en fin⎯que surge en la Argen--‐tina en medio de una crisis y que repercute en el mundo. A nuestro juicio, es posible que el papado de Francisco esté co--‐nectado con el mensaje de esta profecía… Pero el camino no ha sido sencillo. Hay cientos de psicografías de Parravicini circulando por internet, publicándose en todo tipo de libros o alimentando teorías de todos los colores en do--‐cumentales o programas de misterios que, muchas veces, lle--‐varon ese legado de mensajes hacia una suerte de “carnaval”

profético. Y, lo más bochornoso, es que no todos esos dibujos fueron realizados por “Pelón”. Muchos son apócrifos. Otros, adulterados. Ni hablar de los investigadores que se presentan

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como los “depositarios de las psicografías de Parravicini” para declarar cuanta extravagancia se les ocurra. Hemos conocido diversos casos, en donde los estudiosos de “Pelón” se hacen acusaciones de todo tipo y hasta amenazas de demanda judi--‐cial porque, según ellos, son los herederos auténticos del ma--‐terial profético del “Nostradamus argentino” y, por ende, na--‐die puede hablar del tema. ¿Qué opinaría Parravicini de estar vivo? En medio de este panorama tan complejo, se acusó al propio amigo de Parravicini, el ufólogo argentino Pedro Romaniuk, de haber realizado falsas psicografías que atribuyó a Benja--‐mín. Pero otros estudiosos salieron al paso, argumentando que Romaniuk, que también tenía dotes de vidente, sencilla--‐mente había “canalizado” a Parravicini ⎯quien murió en 1974⎯, y que en ese estado mediúmnico plasmó las nuevas psicografías. De acuerdo al ingeniero Rubén Bonetti, actual Director de FICI (Fundación Instituto Cosmobiofísico de Investigaciones), institución que formara su amigo Romaniuk en 1981, Don Pe--‐dro nunca falsificó psicografías, ni canalizó dibujos de Parra--‐vicini. Lo que sí ocurrió, es la recepción de notas y mensajes que, supuestamente, Parravicini envió desde el “más allá”. Otro detalle inquietante es que Romaniuk tenía comunicación con Jorge Mario Bergoglio… Y, según Bonetti, Don Pedro, basándose en las psicografías de Parravicini, le anticipó que sería Papa…

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El encuentro de Romaniuk y Bergoglio El supuesto encuentro entre el ufólogo y el jesuita se dio a fi--‐nes de 2008. Fue poco tiempo antes de que Romaniuk fallecie--‐ra, el 21 de febrero de 2009, por un paro cardiorespiratorio. Don Pedro dejó este mundo con 86 años. Pero antes de partir ⎯siempre según la información suminis--‐trada por Bonetti⎯, Romaniuk se aseguró de entregarle el “mensaje” a Bergoglio. A continuación, transcribimos parte de la entrevista que le realizamos al ingeniero Rubén Bonetti en las instalaciones del FICI, la tarde del sábado 23 de noviembre de 2013: Ricardo González: ¿Nos puedes contar cómo fue ése encuen--‐tro entre Bergoglio y Pedro Romaniuk? Bonetti: Voy a tratar de recordar todo esto… Lo que nos refe--‐ría Pedro, de acuerdo a su testimonio, es que tuvo dos encuen--‐tros con Jorge Mario Bergoglio. En una primera oportunidad, podríamos hablar del año 2006, tal vez en 2007, tienen un pri--‐mer encuentro, donde él nos manifiesta que la inquietud de Bergoglio era por las profecías, pero no las que hoy están en

boca de todo el mundo, como las que hablan de un nuevo Pa--‐pa, sino las que se refieren a la “Nueva Iglesia”… Ricardo González: A Bergoglio, como un jesuita investigador, ¿le interesaba las profecías de Parravicini que hablaban de una “Nueva Iglesia”? ¿Allí entra en contacto con Romaniuk?

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Bonetti: Exactamente. Bergoglio quería saber esto porque una de las profecías decía que “la Nueva Iglesia se predicará en las calles”… Ricardo González: Obviamente eso le interesaba a Bergo--‐glio… Bonetti: Claro, eso fue lo que evidentemente le interesó… Así se da el primer contacto y charlan. Y lo que sí te puedo contar con más precisión, es que pocos meses antes de la muerte de Pedro, el 21 de febrero de 2009, tiene el segundo y último contacto con Bergoglio. Y ahí es en donde no sólo le reafirma lo hablado en el primer encuentro, sino que le anticipa que se--‐rá el futuro Papa… Roberto Villamil: ¿Don Pedro le dice a Bergoglio que será el próximo Papa? Bonetti: Así es. Así nos lo comentó. Y, además de eso, otro in--‐tegrante de la Fundación, Claudio Marzan, unos de los docen--‐tes que trabajó con él, ratifica que existió esa reunión… Acá en la Fundación somos varios testigos de este relato de Roma--‐niuk… Ricardo González: ¿Cómo reaccionó Bergoglio cuando Roma--‐niuk le dijo que sería Papa? Bonetti: No se lo creyó… Pedro, lo que manifestó, es que los “sacó rajando” (lo despidió apresuradamente)… Pero ambos se tenían gran estima…

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Luego de esta charla, cuando encendimos el auto para volver a la ciudad de Buenos Aires, nos preguntábamos si había for--‐ma de verificar esa reunión. Era difícil. Romaniuk había falle--‐cido, y Bergoglio, ahora en su investidura como Papa Fran--‐cisco, alejaba cualquier indagación profunda. Pero hallamos otros testimonios en la Fundación que avalaban esa reunión entre Romaniuk y el actual Papa Francisco. Don Pedro había contado a varios de sus seguidores que tuvo esa segunda en--‐trevista con Bergoglio ⎯a fines de 2008, se calcula⎯y que en ella le había anticipado que “sería el próximo Papa”. También contactamos a Claudio Marzan, un investigador que trabajó al lado de Romaniuk por 18 años, y que Bonetti citó en la en--‐trevista como otro de los testigos que escuchó a Don Pedro ha--‐blar de su encuentro con Bergoglio. Marzan no solo nos con--‐firmó que existió esa reunión; añadió que Don Pedro había quedado sorprendido de la sensibilidad y “el interés por los fenómenos paranormales” que mostraba Bergoglio… Esta misma información que habla de los intereses esotéricos de Bergoglio nos será confirmada más tarde por Fabio Zerpa.

Sin duda, hubiese sido extraordinario contar con un registro de la conversación entre Romaniuk y el jesuita… Pero, como ese encuentro se desarrolló en un marco cordial y distendido, no hay fotografías o grabaciones de la reunión. Como ya dijimos, solo disponemos del testimonio de quienes se enteraron de esto en algún momento de 2008: cinco años antes de que Bergoglio fuera Papa… Romaniuk, como si ésa hubiese sido su “última misión” ⎯ad--‐vertirle a Bergoglio lo que le esperaba⎯, morirá a los pocos meses. Según Marzan, Don Pedro tenía la sensación de que

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antes de morir, conocería al “Hombre Gris”… ¿Se refería a Bergoglio? No. El asunto es más complejo… Poco antes de su muerte, Romaniuk afirmó que el “Hombre de Gris” no era una persona… Según Bonetti y Marzan, Don Pedro dijo que “había comprendido el verdadero mensaje”. Nosotros hablamos hace muchos años con Romaniuk sobre ese punto y todo concuerda. También lo dicho por el propio Parravicini a sus amigos Fabio Zerpa y Sigurd von Wurmb. “Pelón” muchas veces esquivaba ese tema y decía: “yo no lo sé”, “sólo soy un canal”. Pero en sus últimos días confesó que el “Hombre Gris” no era una persona concreta… Zerpa rati--‐fica todo esto. Entonces: ¿Qué es realmente el “Hombre Gris”? Si no se trata de una persona, ¿en dónde entra la figura del Pa--‐pa Francisco, que se transformó en el hombre más importante de toda la historia de la Argentina? Ya volveremos a este punto y explicaremos por qué creemos que Francisco está “conectado” de alguna forma a esa pro--‐fecía… Las psicografías que vaticinaron a Francisco Romaniuk no fue el único en vaticinarle a Bergoglio su futuro en el Vaticano. Otras personas, de la escena política y artística de Buenos Aires, le dijeron lo mismo al jesuita, impresionadas por su figura. El asunto de Romaniuk es un tema aparte por--‐que su relación con Bergoglio venía de la mano de las psico--‐grafías de Parravicini. Dibujos premonitorios que parecen referirse su papado...

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Ya vimos en capítulos anteriores el “contexto” en que Bergo--‐glio es elegido Papa: una crisis acentuada en el Vaticano, con mentiras y “máscaras” de todo tipo que obligaron a Benedicto XVI a renunciar. Un hecho inédito en siglos… Francisco empe--‐zará entonces un pontificado “rompiendo las reglas”. Con 76 años de edad, Bergoglio se “transformó” en Francisco pero conservó su visión “joven” de ideas. La siguiente psicografía de Parravicini, realizada en 1972, pa--‐rece describir todo esto…

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El texto dice: Nueva era llega. Mundo en disfraz. Mascarada pe--‐renne. La Iglesia entregará su otorgamiento a la renunciación del pa--‐-

pado. Y el nuevo será joven de ideas. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo Parravicini pudo “ver”, con 40 años de anticipación, lo que iba a suceder en el Vaticano? ¿Fue la “voz” de Josecito? ¿O los presuntos seres de otros mundos que le contactaban? La psicografía habla, a todas luces, de una renuncia papal y de un nuevo pontífice que será “joven de ideas”. Es difícil no pensar en la asunción de Francisco… En otra psicografía atribuida a Parravicini ⎯de fecha descono--‐cida⎯, aparecen más “detalles” del nuevo Papa. Y parece se--‐ñalar que surgirá de la Argentina. Debemos decir que esta psicografía nos despierta muchas du--‐das. Además de que en ella no aparece la fecha en la canaliza--‐ción, no hemos podido precisar la fuente. Sin embargo, algu--‐nos estudiosos defienden que este dibujo ya circulaba en inter--‐net antes de que Bergoglio fuera elegido Papa… Parravicini recibió muchas psicografías sobre la Iglesia. Y en esos mensajes hay numerosas advertencias que ponen en relie--‐ve las “sombras del Vaticano”. Hemos estudiado cada una de esas psicografías ⎯obviamente, las que han “salido a la luz”⎯ y, si el dibujo que mostramos a continuación, es auténtico, nos hallamos ante un llamado de atención muy fuerte que podría involucrar al Papa Francisco. ¿Las acciones de Bergoglio podrían ponerlo en peligro? ¿La élite que controla el Vaticano decidirá apartarlo?

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El texto dice: Coca roída. Pax Viene. Argentina. Piano. Pietro. Ro--‐ma estará falta de nombres. Báculo descansará. Aunque nuesta duda persiste, veamos las posibles claves del dibujo que se atribuye a Parravicini. La que más nos ha ocupado es “Coca roída”. Estas dos pala--‐bras están sobre una figura que parece caer. “Coca” es una acepción que bien podría relacionarse a “cabeza” (“Coco” es una expresión popular en la Argentina para referirse a la cabe--‐za). Si fuese así, “roída” adquiere sentido ⎯significa “despre--‐-

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ciable”, “dado con miseria”⎯. En otras palabras: “Una cabeza que es despreciable”. ¿Caerá la cúpula de poder que controla el Vaticano? Luego dice que “Pax viene” ⎯probablemente se refiera a una etapa de paz; otros estudiosos piensan que “pax” es, en reali--‐dad, un cometa, citado en otras psicografías de Parravicini, y también por Nostradamus⎯; y más abajo aparece el nombre “Argentina” y un personaje saliendo de allí. Se ve, incluso, un obelisco. ¿El de Buenos Aires o el del Vaticano? Otro detalle es que arriba de este segmento del dibujo está escrito, dos veces, el nombre “Pío XII”. El nombre de ese Papa ⎯soberano del Vaticano entre 1939 y 1958⎯, plasmado en la pretendida psicografía de Parravicini, nos llamó la atención.

Mientras escribimos estas líneas, estalló la siguiente noticia en los medios de comunicación: Efraim Zuroff, director del Centro Wiesenthal, expresó hoy, en diálogo con la Agencia Judía de Noticias, que la apertura de los archivos secretos del Vaticano, antes de decidir si se debe avanzar en la consagración del Papa Pío XII es "ʺun pa--‐so muy valiente del Papa Francisco y ayudará a resolver finalmente esta pregunta complicada sobre qué sabía el Vati--‐cano de los asesinatos a judíos, cuándo y qué se hizo, y si hubo algo que se hizo para evitarlo"ʺ. Pío XII, una figura polémica, fue el jefe de la Iglesia Católica desde 1939 hasta 1958, y es acusado hasta hoy de haber he--‐cho la vista gorda frente al exterminio de judíos durante el

162 Holocausto. Organizaciones judías dicen que Pío eligió per--‐manecer en silencio e hizo caso omiso de un envío de miles de judíos a Auschwitz que fue organizado frente a su despa--‐cho. El Vaticano insiste en que él realmente salvó a muchos judíos al animar a sus seguidores a darles refugio en las iglesias. "ʺEl nuevo Papa está trayendo un espíritu de cambio y reno--‐vación en el Vaticano. Él está viniendo con una actitud y acercamiento distinto, y creo que lo que está haciendo es fant¨¢stico"ʺ, destacó Zuroff. Si bien aseguró que no se sabe qué resultado puede tener es--‐ta nueva iniciativa, destacó que ésta es una acción "ʺmuy im--‐portante"ʺ. "ʺSi se descubre que el Papa Pío XII sabía y no ayu--‐dó, nos negaremos a que se lo convierta en santo. Sospecha--‐mos que él tenía información y no actuó fuertemente contra la persecución de los jud¨ªos"ʺ, agregó. En 2009, Pío XII fue declarado "ʺrespetable"ʺ, la segunda etapa de las cuatro para la canonización: el proceso de transforma--‐ción a un hombre santo. El tercer paso es la bendición, y el último paso es declararlo santo, es decir, una persona que hi--‐zo un milagro. La semana pasada, la DAIA también se expresó a favor de la apertura de estos archivos. El vicepresidente de la institu--‐ción dijo: “No tengo ninguna duda de que el Papa Francisco abrirá los archivos. Primero porque así se comprometió y segundo porque es un hombre que está marcando el rumbo del mundo con sus acciones y entendió que está llamado a actuar en función de procesos superadores”. (Fuente: Agen--‐cia Judía de Noticias).

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Esta nota, reproducida en diferentes medios argentinos ⎯el 23 de enero de 2014⎯, coloca a Francisco en una fuerte contro--‐versia ante la investigación del Papa Pío XII: el nombre que aparece en la psicografía, dos veces, sobre el obelisco… ¿Será posible que esta situación despierte más intrigas dentro del Vaticano? ¿Que pueda generarle más enemigos a Francisco al investigar a un Papa por sus presuntos vínculos con el nazis--‐mo? De por medio está la comunidad judía. Y no son pocos los investigadores que ven detrás de todo esto una conspira--‐-

ción. En el dibujo, por cierto, hay que notar una figura en el extremo izquierdo ⎯que podría ser la “guardia suiza”, para otros un sacerdote⎯, atravesada por espadas. Sugiere violen--‐cia, como la visión del “Tercer Secreto” de Fátima y otras pro--‐fecías sobre un “ataque al Vaticano”… “Argentina, piano (suave), pietro (piedra)…”, acompañan el dibujo, como si fuese un vaticinio de que el próximo pontífice saldría de la Argentina... ¿“Pietro Roma” es una referencia al “Petrus Romanus” de San Malaquías? ¿Bergoglio será el “ulti--‐mo Papa”? “Roma estará falta de nombres” parece aludir a la crisis post renuncia de Benedicto XVI. “Báculo descansará”, sentencia, finalmente. No obstante, nuestra duda se mantiene sobre esa psicografía... En otro dibujo premonitorio, canalizado por Parravicini en el año 1972 ⎯sin dudas, auténtico⎯, se habla de un Papa “nue--‐vo” que surge en medio de “luchas internas”:

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El texto dice: ¿Qué? ¡Divergencias! El nuevo Papa será luego de arduas luchas internas. Dos luces diferentes. Dos verdades. Dos pro--‐blemas. Avanzará el confusionismo. Y de ello surgirá lo inesperado. La elección de Bergoglio fue, para muchos, inesperada. Y las luchas intestinas de poder trazaron el camino de su designa--‐ción. Como ya vimos, un Papa latinoamericano podría ser una buena estrategia para promover una imagen distinta de la Iglesia Católica. No en vano la mayoría de los fieles se hallan en esa región. El tema de discusión sigue siendo Bergoglio: o

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se trata de un elegido que se soltará de las cadenas del poder del Vaticano, o estamos ante una de las mentiras mejor urdi--‐das por esa élite de poder que ya mencionamos. En una psicografía no muy difundida de Parravicini ⎯cedida amablemente por el periodista e investigador argentino Fer--‐nando Diz⎯, queda claro que “Pelón” estaba hablando de Francisco: El texto dice: “Marzo. La Iglesia aguarda confundida la hora que aun no se vislumbra. Grandes cambios en ella inesperados. Con cam--‐bios bruscos de timón. Llega a ella la hora de la restitución” (Año 1973).

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Efectivamente, Bergoglio fue elegido Papa en el mes de mar--‐zo... Y ya sabemos cuán confundida se hallaba la Iglesia en ese momento... Con el arribo de Francisco empezaron los “cam--‐bios bruscos de timón”. El acierto de Parravicini es extraordi--‐nario… ¿Cómo seguirá todo esto? ¿Hasta adónde podrá llegar Bergo--‐glio? ¿En qué eslabón se conecta su papado con la Argentina y el enigma del “Hombre Gris”? La profecía del “Hombre Gris” Desde 1938 las psicografías de Parravicini hablan de la apari--‐-

ción de un “Hombre Gris”. Investigadores como Fernando Diz (ver Apéndice II), creen que “Pelón” pudo haberse inspirado en una obra del pensador, escritor y filósofo argentino Raúl Scalabrini Ortiz para “describir” a un personaje ⎯o colectivo de personas⎯que encarne una mística, un “cambio”. Es muy posible que los mensajes sobrenaturales que llegaban a Parra--‐vicini hayan pasado por su “filtro” de conocimiento y expe--‐riencias humanas. Así pudo haber surgido el término “Hom--‐bre Gris”. Como fuese, ese “Hombre Gris” ⎯el de Scalabrini Ortiz o el de Parravicini⎯, se transformó en una de las profecías más es--‐tudiadas, especialmente en la Argentina, pues se creía que aquel personaje podría ser real, y que en algún momento sur--‐giría en la escena política, religiosa o social del país para “po--‐ner las cosas en orden”.

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No es difícil imaginar que con la designación de Bergoglio co--‐mo Papa Francisco todos los estudiosos de Parravicini se es--‐tremecieron. Un argentino se transformaba en la máxima au--‐toridad de la religión católica y soberano del Vaticano: una fi--‐gura política, religiosa y social sin precedentes en toda la his--‐toria del país. Como era de esperarse, cuando esto ocurrió, se esgrimieron todo tipo de interpretaciones para confirmar si Bergoglio era el “Hombre Gris” de Parravicini… Y, como Francisco era el primer Papa de origen jesuita, y al General de esa Orden se lo llamaba, extraoficialmente, el “Pa--‐pa Negro”, se suponía que la mezcla de los hábitos de los dos papas, el negro y el blanco ⎯colores primarios que dan el gris⎯, transformaban al Papa Francisco en el personaje de la profecía de Parravicini. Ese “Hombre Gris”, ha obsesionado a muchos… Es el “Santo Grial” de las profecías de Parravicini. ¿Es acaso una persona? ¿Un símbolo? ¿Una situación histori--‐ca? ¿Tal vez un colectivo de personas o un “movimiento” de consciencia? Según el “Nostradamus de América”, ese “Hombre Gris” será el que dará la “última pincelada” en la Argentina:

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“La última pincelada en la Argentina será dada por un pintor gris” (año 1938). ¿Quiénes pintarán ese lienzo? Si se trata de la “última pincela--‐da”, dada por ese pintor “gris”, ¿se refiere a un proceso, un paso final, que completa una cadena de sucesos? La más famosa psicografía sobre el “Hombre Gris” es la si--‐guiente:

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El texto dice: “La Argentina tendrá su revolución francesa. En triunfo. Puede ver sangre en las calles si no ve el instante del hombre

gris” (Año 1971). La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en Europa, a fines del siglo XVIII. No fue sólo importante para Francia, sino que sirvió de ejemplo para otros países en donde se desataron conflictos sociales similares. Conflictos que surgieron como respuesta a un régimen anacro--‐nico y opresor, como era la monarquía. Esta revolución signi--‐ficó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de las injusticias sobre los privilegios de la nobleza feudal y del esta--‐do absolutista.

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Parravicini utiliza esta analogía para describir una crisis social que golpearía a la Argentina. No pocos estudiosos consideran que el sensitivo argentino habla de una suerte de “guerra ci--‐vil” si no se ve antes el instante del “Hombre Gris”. Tal vez sea una casualidad, pero mientras Bergoglio ejerce como Papa Francisco en el Vaticano, la Argentina se halla en medio de una crisis social que ha dividido al país como nunca antes se había visto. Los analistas creen que es el caldo de cultivo de una posible manifestación violenta en las calles, que sería mu--‐cho peor que la crisis del 2001/2002 (el llamado “Corralito” bancario, donde varios argentinos perdieron los ahorros de toda su vida y salieron en masa a las calles a protestar en me--‐dio de la renuncia del Presidente De La Rúa; Parravicini tam--‐bién había advertido todo esto). Como ya adelantamos, Parravicini, aunque no sabía exacta--‐mente qué significaba su más famosa profecía, confesó en sus últimos días a sus allegados que el “Hombre Gris” era un sim--‐bolo. No se trataba de una persona en concreto. Se trataba de una “actitud”. De una “mística”. Un movimiento espiritual de consciencia que surgía luego del caos. Ese es el verdadero “Hombre Gris”. Y todos lo encarnamos… El “Hombre Gris” es una “consciencia” que surge luego de las pruebas. Por si quedase alguna duda de esta interpretación, una de las primeras psicografías de Parravicini, canalizada en el año 1938 ⎯una de las primeras que recibió⎯, pone los puntos sobre las íes:

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El Texto dice: “Nuevo Sol. Nueva Luz. El árbol seco de la Argenti--‐na sabrá de una era de nueva lluvia. Llegará hacia su suelo la bendi--‐ción luego de luchas serias, de encuentros y desencuentros, de sober--‐bios en gritos y de gritos vencidos. Llegarán tres jefes y dirán. No se--‐rán, mas después serán en fuerza y verdad. Ellos llamarán al hombre a ser y éste será. El será un hombre gris”. Parravicini nos dice que el despertar ⎯el “Nuevo Sol”⎯sur--‐girá luego de una crisis. Nosotros creemos que el papado de Francisco podría ser el “elemento activador” de este proceso. No sabemos cómo ocurrirá, pero todos los indicios apuntan a él…

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En otra psicografía inédita de Parravicini ⎯que incluimos al final del pliego de imágenes⎯, “Pelón” vaticina el arribo de ese “Hombre Gris” y muestra la figura de un hombre con ves--‐tidura religiosa. Si nos apuran, con un atuendo papal… Con esto no queremos decir que Bergoglio es el “salvador de la Argentina y el mundo”. Estamos diciendo que es un perso--‐naje muy importante que puede generar un gran cambio en el Vaticano, o acentuar su poder… Cualquiera de las dos situa--‐ciones desencadenarán algo intenso, y todo el mundo sería al--‐canzado. Ya hemos mencionado que hay una lucha por el control del Vaticano y que Francisco está en el medio de esa pugna de fuerzas. Su condición como jesuita despierta viejos fantasmas. Pero ello no es todo… De acuerdo a nuestras investigaciones, y según la información proporcionada por altos miembros de la masonería argentina ⎯cuyos nombres, por razones que el lector comprenderá, no podemos divulgar⎯, Jorge Mario Bergoglio sería desde hace muchos años masón… Desde el año 1998 se ha producido un acercamiento entre los jesuitas y la masonería argentina. El mismo año en que Bergo--‐glio asume el Arzobispado de Buenos Aires ⎯el 28 de febre--‐ro⎯. El 26 de agosto de ese año, el padre jesuita, Jean--‐-Ives Calvez ⎯una figura prominente de la Compañía de Jesús, profesor del Instituto Católico de París y famoso por sus estu--‐dios sobre doctrina social de la Iglesia y sobre el marxismo⎯, fue invitado a dar una conferencia en la sede de la “Gran

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Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones” ⎯la más conocida y popular del país⎯, despertando el interés de la prensa, que informará de lo ocurrido al día siguiente. Entre los medios que se hicieron eco figuran los diarios La Nación y Clarín. En aquel momento el Gran Maestre era el Dr. Eduardo Vaccaro. Desde allí ⎯nos aseguraron nuestras fuentes⎯el acercamiento entre jesuitas y masones argentinos ⎯y su inte--‐rés común en el Vaticano ⎯ha crecido y alcanzó su climax con la elección de Bergoglio como Papa... Somos concientes que esta revelación podría despertar todo ti--‐po de conjeturas y sospechas en la figura del Papa. Los teori--‐cos de las conspiraciones especularán a sus anchas. La maso--‐nería, para ellos, es sinónimo de una “conjura maligna por el poder”. Y, aunque el comportamiento de algunos sectores de la masonería les da toda la razón, meter a todos “en el mismo saco” es erróneo e infantil. En 1868, antes de asumir la presidencia de la Argentina, Do--‐mingo Faustino Sarmiento ⎯masón, Gran Maestre entre 1882 y 1883⎯dijo: “Llamado por el voto de los pueblos a desempe--‐-

ñar la primera magistratura de una República que es por ma--‐yoría del culto católico, necesito tranquilizar a los timoratos que ven en nuestra institución una amenaza a las creencias re--‐ligiosas”. “Si la masonería ha sido instituida para destruir el culto católico ⎯puntualizó⎯, desde ahora declaro que no soy masón. Habiendo sido elevado a los más altos grados conjun--‐tamente con mis hermanos, los generales Mitre y Urquiza (...), si tales designios se ocultan a los más altos grados de la maso--‐nería, ésta es la ocasión de manifestar que, o hemos sido enga--‐ñados miserablemente, o no existen tales designios”.

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Las logias masónicas tomaron una estructura orgánica en In--‐glaterra a principios del siglo XVIII. Desde allí se difundieron a otros países. Tras una etapa mítica que se remite a los cons--‐tructores de las catedrales medievales ⎯de hecho, francmaso--‐nería deriva de franc (libre) y maçon (albañil)⎯su símbolo de la escuadra y el compás se hicieron muy conocidos en todo el mundo. Esta “fraternidad” se transformó en una verdadera escuela de conocimiento que cobijó a personajes famosos, co--‐mo los presidentes norteamericanos George Washington, Franklin Delano Roosvelt o el mismísimo Barack Obama; as--‐tronautas como Neil Armstrong o Edwin “Buzz” Aldrin; o es--‐critores como Alejandro Dumas y Víctor Hugo; y músicos cla--‐sicos como Mozart o Bethoven. En España es conocida la afi--‐liación de Jorge Luis Zapatero, y en Latinoamérica, entre tan--‐tos otros, la de Benito Juárez en México, Simón Bolivar en Ve--‐nezuela, Miguel Grau en Perú, Salvador Allende en Chile, José de San Martín en la Argentina y, desde luego, la que supues--‐tamente involucra a Jorge Mario Bergoglio… ¿Un Papa masón? No sería el primero… Hay muchos casos. Entre los más clásicos se halla el de Juan XXIII: el Papa “bue--‐no”. Angelo Roncalli, antes de ser coronado como Juan XXIII, había sido iniciado en las enseñanzas de la Orden Rosacruz ⎯una fraternidad esotérica que se dio a conocer en Europa en 1614, con la publicación de su primer manifiesto “Fama Frater--‐nitatis”⎯. La afiliación masónica llegaría más tarde, en Tur--‐quía, y se cuenta que desde entonces Roncalli vivía “trances místicos” y enunciaba profecías. La lista de masones que han cumplido todo tipo de funciones en el Vaticano es tan larga, que ocuparía varias páginas de este libro. Y no exageramos.

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Si Bergoglio, tal y como nos aseguraron distintas fuentes de al--‐tísimo rango desde dentro de la masonería argentina, es ma--‐són ⎯Maestro masón, para ser exactos, y formado en las de--‐nominadas “logias encubiertas”, no las “públicas”; más no po--‐demos decir⎯, las profecías que revisamos a lo largo de este libro adquieren más sentido: la intensa lucha de poder dentro del Vaticano están entrando a una etapa decisiva.

Independientemente de la presunta afiliación de Bergoglio a la masonería, creemos que su rol como Francisco podría abrir las puertas a una nueva etapa. El asunto es el “costo” y las con--‐secuencias… ¿Corre peligro la vida del Papa? El carisma de Bergoglio y todos los cambios que está impul--‐sando en el Vaticano recuerda, inevitablemente, al Papa Juan Pablo I. Nos hemos referido a él en más de una ocasión a lo largo de este libro. Y no es para menos: se cree que fue asesi--‐nado. Juan Pablo I era un hombre bondadoso y humilde, un Papa que no quería que la guardia suiza se posternase ante él. Abo--‐gó por el control de natalidad para evitar el hambre en países pobres, solicitó información sobre las oscuras actividades del IOR y estaba dispuesto a “depurar” a todos los clérigos que actuaban como cualquier mafioso y se paseaban a sus anchas en el Vaticano. Su forma de pensar nos recuerda el momento actual del Papa Francisco.

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Pero Juan Pablo I no llegó a concretar nada: a sólo 33 días de haber sido coronado Papa es hallado muerto en su habitación. Era el 28 de septiembre de 1978. Supuestamente, tuvo un in--‐farto. Nunca se hizo la autopsia. Al menos nunca se supo “ofi--‐cialmente”. Se dijo entonces que el Papa había sido envene--‐nado. Y para más “Inri” los familiares desmitieron al Vaticano afirmando que no había sido hallado muerto en su cama, des--‐cansando ⎯como dijeron los voceros de la Santa Sede⎯, sino en su escritorio… Juan Pablo I no es el primer “silenciado”. Hay antecedentes más lejanos que nos llevan al año 556. En ese momento Pe--‐lagio I llegaba al trono de Roma, y se le acusó de haber asesi--‐nado a su antecesor Virgilio. Juan VIII es otro caso digno de ci--‐tar: murió envenenado y rematado a golpes de martillo. Co--‐rría el año 882. Qué decir de Silvestre II ⎯asesinado en la Ba--‐sílica de la Santa Cruz⎯, o de Celestino IV, que trató de cam--‐biar las “costumbres” del clero, y que murió a los 18 días de su elección encarcelado por las mismísimas autoridades de la Iglesia que quería investigar. La lista sigue con Inocensio V, en el año 1276, y ni hablar de los infames tiempos de los Borgia: el Papa Urbano VI envenenó al Papa Clemente VII. Benedicto XIII no se quedó atrás y envenenó a Inocencio VII. Y Ale--‐jandro VI murió envenenado con su propio veneno, que pen--‐saba utilizar con sus enemigos dentro de la Iglesia. Una suerte de “todos contra todos”. Los jesuitas no se salvan de esta ho--‐rrorosa época. A ellos se les adjudicó el envenenamiento de Sixto V, Clemente VIII e Inocencio XIII ⎯entre otros⎯. Por ello es lícito preguntarse si el incómodo papado de Fran--‐cisco podría despertar una intriga en el Vaticano.

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En esta época, en que la tecnología está al servicio de grupos

de poder ⎯marcas conocidas de teléfonos celulares hacen capturas de pantalla sin nuestro permiso, y algunas redes so--‐ciales, como Twitter, transfiere todos los tuits a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos⎯, es difícil eludir a ese “Gran Hermano” que todo lo vigila. De hecho, la Argentina, la patria de Francisco, ha sido elegida por esa “élite invisible” para realizar todo tipo de experimentos sociales y económicos con los “colaboradores de turno”. El país era el escenario ideal para llevar a cabo una suerte de focus group debido al crisol de razas y culturas que ofrece. Como buena parte de los antiguos inmigrantes que llegaron a la Argentina son de origen euro--‐peo, era interesante hacer esos “experimentos” que luego se “llevarán” a Europa. Países como España o Grecia saben muy bien de lo que estamos hablando… Parravicini ya había afirmado que “Argentina sufrirá la tormen--‐ta en pequeño, la que luego azotará al mundo…” (Año 1972). Ahora bien, más allá de todo esto, nuestra verdadera libertad se halla en la consciencia. Y esa es la razón por la que hemos escrito este libro: descubrir el verdadero mensaje que encierra el “Hombre Gris”. Latinoamérica: el futuro Luego de haber realizado este recorrido a través de diversas profecías que tocan al Vaticano, podríamos deducir lo si--‐guiente:

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⎯El Vaticano enfrentará una nueva crisis e intensa lucha de poder que podría comprometer la seguridad del Papa. ⎯Se acerca una posible conflagración bélica que afectará a Eu--‐ropa, obligando al Papa huir de Roma. También se infiere un ataque concreto al Vaticano. ⎯Aparecerá en el cielo una “señal”, que bien podría ser el arribo de un cometa o cuerpo desconocido, o un efecto de las tormentas solares en el campo magnético de la Tierra. Parravicini habla también de ese conflicto “de humo y fuego” y señala a Latinoamérica como la tierra del futuro. De acuerdo a “Pelón”, en la Argentina surgirá una “cuarta postura” ante el mundo ⎯el “Hombre Gris”⎯, un enfoque más humano y espiritual para encarar los tiempos que vienen. Luego, ese “puente espiritual” será establecido con España, ya que el país ibérico será “la puerta de luz y cambio en Europa”. Esa importante misión, según Parravicini, será apoyada por seres de otras realidades: “España y la Argentina serán unidas por un puente espiritual, sos--‐tenido por naves interplanetarias. En ambos países morarán… ¡Na--‐vieros blancos!” (Año 1959). A continuación presentamos las psicografías que hablan de la “cuarta postura” y de Latinoamérica como “hogar mundial”.

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El texto dice: “El mundo se dividirá en dos. Izquierda y derechas.

Una tercera postura será en abrazo, se dirá. Pero el abrazo será en castigo. El uno por ambición, el otro por traidor. Rusia avanzará. China será tras él. Abrazo de extremos”. (Año 1938). El texto dice: “Argentina tendrá su cuarta postura y… ¡Será en el mundo!” (Año 1972).

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El texto dice: “Argentina es vacía, porque vacía debe permanecer. Hasta el día de la llegada del hermano mundo herido, en los fuegos” (Año 1971). El texto dice: “Argentina conservará sus parcelas, como los hospitales sus camas, para el llegar del sufriente ardido por los humos. ¡Será en caridad! ¡Será en OM!”. (Año 1972).

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El texto dice: “Argentina, puerto de entrada celeste, de arenas de oro, de pastos verdes, de flores rojas, hablará y dirá: Tierras tengo pa--‐ra el que sufre en quemazón, para el sin hogar, para el huérfano niño, para el que hambre padece, para el desposeído, para el anciano, para el enfermo, para el que nace y para el que deba nacer en este lugar de promisión. ¡Argentina Samaritana del mundo!” (año 1972).

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El texto dice: “Latinoamérica, Hogar Mundial” (año 1972). Hoy, con un Papa de origen latinoamericano, estas profecías adquieren un relieve importante. ¿Francisco, ante una guerra que podría afectar Europa, ofrecerá refugio en su país de ori--‐gen? ¿Empezará con Rusia y China, como dice Parravicini? ¿Latinoamérica, lejos del conflicto, se transformará en una re--‐gión “segura” del “humo y la quemazón”? Es muy pronto para saberlo. Pero hay que atender estos men--‐sajes para modificar ese posible futuro...

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Lo cierto es que todo conspira para la aparición de ese “Hom--‐bre Gris”: tú, nosotros, todos. Un movimiento de consciencia que sembrará las bases de un futuro distinto. Podríamos decir que el término “gris”, haciendo una analogía, guarda relación con la “materia gris” del cerebro humano: esa sustancia gris que se suele asociar con el procesamiento de in--‐formación; es decir, a la función del “razonamiento”. La can--‐tidad de esta sustancia es vista como directamente proporcio--‐nal a la inteligencia de un ser vivo. Como un dato curioso, los delfines tienen más sustancia gris que nosotros… El “Hombre Gris”, pues, se basa en el conocimiento para po--‐der accionar en consciencia. En estar despiertos y ser libres. Como los delfines…

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Epílogo El mensaje del “Hombre Gris”

“Las profecías no han sido dadas para que se cumplan, sino para que no se cumplan”, sostienen las viejas y auténticas enseñanzas es--‐pirituales. En otras palabras: “Advertir para corregir”. Con ese

espíritu hemos realizado este trabajo. “Ver” para estar “des--‐piertos”. Estamos seguros que la figura de Francisco transita en medio de esas profecías. Como vimos, no solo las de Parravicini. Y si esto es así, nos hallamos en un momento histórico extraor--‐dinario: la oportunidad de dar un gran paso hacia una nueva generación. Una generación más consciente de sus actos. Más profunda y espiritual. No importa cuál sea nuestra religión o “sistema de creencias”. Hablamos de la naturaleza humana. De lo que nos une. Por ello Francisco podría ser el “último Papa”. Simbólicamente ⎯a nuestro juicio⎯debería serlo: que su pontificado cierre una etapa de tribulaciones y contra--‐dicciones. El tiempo lo dirá…

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Y en este aspecto queremos dejar en claro que al margen de la historia oscura del Vaticano, el auténtico mensaje de Jesús es otra cosa. Ése sería otro tema que nos ocuparía muchas pagi--‐nas, ya que la Iglesia no nos ha contado la verdad, y ha utiliza--‐do la imagen del crucificado para crear una suerte de “meca--‐nismo de control”. Y esto ocurre, también, con otros credos y religiones. La palabra religión viene del latín religare, que significa “vol--‐ver a unir”. Una definición que no se ajusta a los dogmas que hemos creado y que nos han separado como sociedad. Por ello el mensaje del “Hombre Gris” de Parravicini surge en estos tiempos como una alternativa de equilibrio, mente despierta y libertad. La pugna de poder en el Vaticano y la figura del Pa--‐pa Francisco en medio es, sencillamente, el elemento “activa--‐dor”. Es curioso. Hoy, mientras escribimos este epílogo, distintos diarios del mundo se hacen eco de un hecho “anecdótico” en el Vaticano: el Papa Francisco había liberado a dos palomas al lado de unos niños, como un pedido de paz por la situación violenta en Ucrania. Y de pronto aparecieron un cuervo y una gaviota, que se lanzaron al ataque de las palomas. Las foto--‐grafías que sacaron del incidente los periodistas que estaban congregados en la plaza de San Pedro son impactantes. Aunque no fue nada “sobrenatural” esa situación, su “mensaje simbólico” es clarísimo: el enfrentamiento de fuerzas. Pero ese conflicto no será más cuando hallemos el correcto balance. El futuro ⎯sea cual fuese⎯está siempre en movimiento. Lo único real es nuestro presente. Y ese presente, con las decisio--‐-

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nes correctas, abrirá una puerta de esperanza. No todo lo “ca--‐tastrófico” tiene que cumplirse. Depende de nosotros modifi--‐car las cosas. Pero tenemos que “creerlo” para poder “crear--‐lo”. Hay una profecía en la cual creemos profundamente y podría estar relacionada al mensaje del “Hombre Gris”: los 144.000 danzantes del Sol. Es una creencia hopi que asegura que ese

número de personas sostendrá espiritualmente a toda la hu--‐manidad durante una época de cambio y transformación. Es curioso que el Baktún 13 del calendario maya esté compuesto, también, de 144.000 días ⎯recordemos que fueron 13 baktu--‐nes los que llevaron a la humanidad a un fin de ciclo histórico y simbólico para el 21 de diciembre de 2012⎯; es decir, luego de 2012, según la antigua sabiduría maya, entramos en un nuevo ciclo de 144.000 días o Baktún 14: la etapa de la con--‐solidación espiritual de la humanidad. En el Apocalipsis, los 144.000 también son mencionados, aun--‐que con el término “sellados de Dios”. Más allá de las diversas interpretaciones religiosas que se le ha dado a ese texto bibli--‐co, creemos que su mensaje no habla de unos pocos elegidos entre la población mundial, sino de una “masa crítica” para revertir el futuro. “144.000”. “La Cuarta Postura”. “La Cruz Orlada”. El sincero buscador de la verdad entenderá el auténtico mensaje de Ben--‐jamín Solari Parravicini.

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En estos intensos tiempos de cambio y transformación, ha lle--‐gado, pues, el despertar del “Hombre Gris”. Ricardo González Roberto Villamil Buenos Aires, 26 de enero de 2014

189 “Lo logramos”, dijo el Papa Francisco al abrazar al rabino Abraham Skorka

y el islámico Omar Abboud, tras rezar en silencio unos minutos en el Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado para los judíos. (Foto, Agencia EFE, mayo 2014). Parravicini escribió en 1972: “Los Cruzados Caballeros del ayer regresarán a la Tierra en cruzada de Pax. El er--‐mitaño del légamo valle comenzó a caminar y se acerca la Tierra de los Credos. Él hablará de la nueva nueva, y de la soledad terminada de muchos, y de la soledad purificada de los justos. ¡Llega OM!” ¿Hay un mensaje simbólico en el “abrazo de tres religiones”, que historica--‐mente se han visto enfrentadas? En 1938, Parravicini también escribió: “…Llegarán tres jefes y dirán. No serán, mas después serán en fuerza y verdad. Ellos llamarán al hombre a ser y éste será. El será un hombre gris”. ¿Conspiración o esperanza? El tiempo lo dirá…

190 APÉNDICE I Mi encuentro con Monseñor Corrado Balducci Por Roberto Villamil Mi relación con los secretos del cosmos, la vida extraterrestre y el fenómeno de los ovnis tuvo un momento crucial cuando recibí una invitación especial de mi amigo italiano, el Dr. Ro--‐berto Pinotti, para participar del “7mo Simposio mondiale sugli oggetti volanti non identificati e i fenomeni connessi” (“Los plati--‐llos voladores, los extraterrestres y la ciencia”), en la Repu--‐blica de San Marino, a fines de mayo de 1999. El congreso se desarrolló en el cine teatro “Turismo”, en el

monte Titano, una sala exquisita con capacidad para más de mil espectadores que contó con la presencia de especialistas y científicos provenientes de todas partes del mundo.

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El día de mi exposición, en la que presenté las fotografías de “las luces de Erks” ⎯tomadas en Cuchi Corral, en la provincia de Córdoba, 800 kilómetros al norte de Buenos Aires ⎯la sa--‐la de conferencias estaba colmada, ya que fui precedido por el físico nuclear canadiense Stanton Friedman y seguido por Monseñor Corrado Balducci. Balducci, miembro de la Curia Vaticana, demonólogo, exor--‐cista, teólogo, escritor y asistente personal del Papa Juan Pablo II sobre temas místicos, esotéricos, paranormales, metafísicos y alternativos, impactó con su expresión: “Los angeles de ayer son los extraterrestres de hoy.” Al día siguiente, todos los diarios de Italia y las agencias no--‐ticiosas internacionales difundieron la noticia al mundo mar--‐cando un antes y un después de la apreciación casi oficial de un destacado miembro de la Iglesia Católica sobre un feno--‐meno que se manejaba con discreción extrema. Esa mañana desayuné con Monseñor Balducci y ambos co--‐mentamos el impacto de su charla del día anterior. ⎯Darán que hablar sus expresiones ⎯le dije⎯. ⎯Por supuesto ⎯contestó sonriente el prelado⎯. Alguna ver--‐dad hay en el fenómeno de los ovnis. La Iglesia ⎯agregó⎯no excluye que en el Universo haya mundos habitados, no es po--‐sible poner límites a la infinita sabiduría y potencia de Dios. No hay duda que entre nosotros y los ángeles hay un vacío demasiado grande para que el Creador no lo haya colmado...

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⎯¿La fé en la existencia de seres extraterrestres no es una blasfemia? ⎯le pregunté⎯. ⎯La Biblia no hace ninguna referencia al respecto ⎯me di--‐jo⎯, pero tampoco lo excluye. Permanecen los testimonios hu--‐manos, que no tenemos el derecho de destruir porque es la ba--‐se de la vida social y religiosa. ¿O acaso los Evangelios no se basan en testimonios? Yo solo me limito a afirmar la posible existencia de otras formas de vida, hablo de seres dotados de inteligencia y libre albedrío. ⎯O sea, ¿seres a imagen y semejanza de Dios? ⎯Sí, todo conduce al diseño de Dios... De esta manera están Dios y los ángeles, que son un solo espíritu. Después viene el hombre, un ser frágil, hecho de espíritu y materia, llevado muy seguido a hacer el mal y no el bien. A mitad de camino entre el hombre y los ángeles, ¿no podría haber alguna otra cosa? ⎯¿Se sorprendería si los extraterrestres tuviesen un alma? ⎯le inquirí⎯.

⎯¿Por qué no? Si pudiésemos tener un contacto con seres de otro planeta habitado, descubriríamos que son superiores a nosotros y que nos podrían ayudar también en nuestro ca--‐mino espiritual. Por lo tanto, le digo que si existiesen, no se--‐rían una amenaza ⎯concluyo Balducci⎯. En la charla, el prelado me confió, también, que sabía del pre--‐sunto encuentro cercano del Papa Juan XXII, pero que las in--‐formaciones que se habían difundido no eran exactamente lo

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que pasó. Balducci se mostró abierto pero al mismo tiempo prudente. Me dijo que era un “secreto del Vaticano”. Con la inteligencia, la apertura y rápida comprensión de los jesuitas, me dijo que mis fotos de los ovnis que registré en la Argentina eran muy interesantes y me pidió dos copias de una de estas capturas. La imagen mostraba una luz que parecía tener la forma de la paloma del “Espíritu Santo” ⎯imagen que incluimos con Ricardo González en nuestro libro “Las Lu--‐ces de Erks”⎯. La “luz” de Cuchi Corral se parecía a la paloma del cielo que se encuentra detrás del trono vacío de San Pedro, en el Vaticano. Ello había llamado la atención de Balducci. ¿Por qué dos copias de la misma foto? ⎯lo interrogué⎯. Me miró por arriba de sus anteojos y con una sonrisa pícara me dijo: “imagínelo.” Más tarde supe que esa imagen había llegado a las manos del Papa Juan Pablo II. Mi investigación de los ovnis y el Padre Reyna Los fenómenos del cosmos obtuvieron mi atención desde la adolescencia. En efecto, mis estudios primarios los cursé en el Colegio Salesiano Don Bosco, en el Barrio de Congreso, en la Ciudad de Buenos Aires, donde se impartía como obligatoria la materia religión. No obstante a ello, recuerdo que siempre me atrajeron las historias de los “platos voladores” y los visi--‐tantes del espacio, temas muy en boga en aquellos años 50.

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Más tarde, junto a unos amigos, formamos una Asociación para estudiar los fenómenos celestes y viajábamos frecuente--‐mente a la provincia de Córdoba, lugar de múltiples avista--‐mientos. Paralelo a estas actividades, y como redactor de la Revista Aviación & Astronáutica, escribí diversos artículos so--‐bre el tema y tuve la satisfacción de que por uno de ellos, “La Gran Duda”, obtuve un premio nacional en el campo de la in--‐vestigación aeroespacial. Fue así que, en medio de esos intensos años de investigación, conocí al padre jesuita Don Benito Segundo Reyna, director del Observatorio Astronómico de San Miguel, llamado tam--‐bién Aldhara, en la provincia de Buenos Aires. El padre Reyna, teólogo, astrónomo, filósofo y científico, ad--‐hería a la tesis de la vida extraterrestre y por supuesto a la existencia de los “platos voladores”, donde según su expli--‐cación, los visitantes exteriores se trasladaban para estudiar a

la Tierra. Sus investigaciones científicas trascendieron la com--‐prensión de sus superiores religiosos ya que dieron la vuelta al mundo y además fueron objeto de estudio de otros espe--‐cialistas. Reyna fue también profesor del Colegio Mayor, donde los seminaristas de la orden de la Compañía de Jesús realizaban sus estudios seculares, y en sus aulas, entre otros, asistía Jorge Mario Bergoglio: el futuro Papa Francisco… Como jesuita, el padre Reyna tuvo una fuerte preparación in--‐telectual y científica, y si hay algo que lo distinguió, fue que adoptó siempre posiciones de debate puertas adentro, en te--‐mas que eran considerados tabúes, sin incurrir en la dicotomía

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clásica, la fides et ratio (la fé y la razón); o sea, lo científico y lo esotérico. En diversas charlas que sostuvimos hablamos de las posiciones de los jesuitas, que muchas veces trajeron conse--‐cuencias muy complicadas a sus miembros, entre otras, como la experimentada por el padre Theilard de Chardin en Indo--‐china, a principios del siglo XX. El pensamiento de Chardin, decía Reyna, puede resumirse en su obra: “El Fenómeno Es--‐piritual”. En él, los dos caminos, el racional y el místico, la evi--‐dencia y el misterio, develan relaciones más profundas entre las leyes y la gracia, entre el azar y la Providencia, entre los fenómenos materiales y el espiritual. El espíritu, según Chardin ⎯citaba Reyna⎯, no es un sobre--‐impuesto ni un accesorio en el cosmos, sino, sencillamente, el estado superior en nosotros al que podemos llamar, a falta de otra cosa mejor, la “clave del Universo”. Nada más pero tam--‐poco nada menos: “El Espíritu” no es una meta ni un epi--‐fenómeno, és el fenómeno. El padre Reyna, formado en el pensamiento amplio de la co--‐nexión universal, nos abrió la mente a las posibilidades de lo imposible y a la compresión de lo incomprensible como base para el entendimiento espiritual, que es la “argamasa” que une al Cosmos con el hombre. Como tantos otros, el Papa Francisco bebió de esos conocimientos que lo formaron… Mi conexión con Roma Mi formación universitaria la desarrollé en Roma, en la Uni--‐versidad Católica “Pro Deo”, en la carrera de ciencias de la co--‐municación, que desde siempre fue mi vocación.

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La tesis que avalaría mi título versó sobre: “La investigación pe--‐riodística ante los hechos desconocidos”, un tema sumamente con--‐trovertido y atípico, que a no dudarlo trajo un conmocionante suceso en la mesa examinadora integrada por 20 profesores de distintas disciplinas, que nos puso a prueba al profesor Don Vitaliano Rovigatti , mi relator, y a mí mismo. El ámbito de discusión donde debía debatirse la tesis, merece un comentario aparte, ya que se desarrolló en un amplio salón de esa histórica casa de estudios que databa de mediados del

siglo XIX, con anchos ventanales que la comunicaban con jar--‐dines exuberantes, colmados de palmeras y fuentes. Rea--‐lmente la escenografía era brillante y con una audiencia que llenaba por completo su capacidad. En ese secular espacio, se hablaría por primera vez en la historia del fenómeno ovni. Después de intensas discusiones, entre mi postura y la de mis examinadores, que terminaron debatiendo entre ellos mismos, la tesis fue aprobada con distinción por la rareza que la con--‐formaba. En mi paso por Europa conocí y entrevisté al escritor catalán Antonio Rivera, pionero de la ufología española y, además, como yo, un amante de los océanos y el buceo. Todavía con--‐servo una de sus obras, “El Gran Enigma de los Platillos Volan--‐tes”, que me regaló con su dedicatoria: “Para Roberto Villla--‐mil, jóven y dinámico investigador argentino, con mi mayor simpatía y estímulo”. Con el tiempo me volvería a encontrar nuevamente con un entusiasta Rivera en distintos congresos mundiales sobre el

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tema de los ovnis, donde pude charlar en profundidad sobre diversos temas en los que él era un gran especialista. En Roma, en mi época de estudiante, es que conocí a Roberto Pinotti, cuando este cursaba estudios de sociología en la Uni--‐versidad de Firenze. Interesado también en los misterios del cosmos, dirigía desde los 20 años una revista sobre los ovnis y ya había escrito algunos libros sobre el tema. Su tesis doctoral trató también sobre el fenómeno ovni. Nuestras tesis, a princi--‐pio de los años 70, más otras en el campo de la ciencia y los ovnis publicadas en Rusia, marcaron toda una época en la his--‐toria de estas investigaciones. Con Pinotti construí inmedia--‐tamente una gran amistad, ya que ambos teníamos en común las mismas inquietudes e intereses. En esos años coseché múltiples amistades en Roma. Hoy im--‐portantes periodistas e investigadores que también pusieron la lupa sobre los asuntos del Vaticano. Aunque han preferido no ser citados en este libro, debo mencionar que fueron fuen--‐tes importantes de información. Un jesuita en el Observatorio Vaticano Ya vimos que el director astronómico del Vaticano es el jesuita argentino José Gabriel Funes. Pero pocos saben que el astro--‐nomo y teólogo cordobés está conectado íntimamente con el Papa Francisco… Y es que el padre Funes, en sus años de estudiante de As--‐tronomía en la Universidad de Córdoba, se entrevistó con Ber--‐goglio ⎯en aquel momento rector jesuita en Córdoba⎯, y con

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su bendición ingresó a la compañía de Jesús. Allí empezó la amistad. Con el tiempo, el padre Funes hará su carrera profesional y se--‐rá trasladado a Roma, donde el Papa Benedicto XVI lo nom--‐-

brará, en el año 2006, director del histórico Observatorio As--‐tronómico de Castel Gandolfo, conocido popularmente como “La Specola”. En abril de 2013, Bergoglio, ya como el Papa Francisco, lo vi--‐sitó en el Observatorio y se interesó vivamente en sus inves--‐tigaciones. Ambos recordaron sus maestros, en Buenos Aires y Córdoba, donde el padre Reyna y muchos otros los formaron, no sólo en el campo del espíritu, sino en la comprensión del universo y sus misterios… La posibilidad de que en un universo formado por más de 100.000 millones de galaxias, y a su vez que cada una de estas alberguen, al menos, 100.000 millones de estrellas y una can--‐tidad indefinida de planetas, nos abre las puertas a considerar de que podría haber alguien más que nosotros en el espacio. “Creemos que Dios ⎯argumenta Funes en sus entrevistas⎯, como hacedor de esta creación, no habrá puesto solamente es--‐ta ínfima partícula de vida en esta porción de semejante vas--‐tedad, nuestro planeta. Sino que es lógico suponer que la vida se replicaría también en otros rincones del cosmos”. Y, citando a San Francisco, agregó: “el gran Santo llamaba her--‐mano y hermana a las criaturas terrestres, entonces, ¿por qué no po--‐demos hablar también de un hermano extraterrestre, como parte de la creación?”.

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No es casualidad que los padres jesuitas Segundo Reyna, Jor--‐ge Mario Bergoglio y José Gabriel Funes, se hayan formado en los mismos claustros en Buenos Aires y Córdoba en las ulti--‐mas décadas. No es casualidad que Theilard de Chardin y Co--‐rrado Balducci, también jesuitas, hayan dejado un “legado de conexión cósmica”. No es casualidad ⎯infiero⎯que sus pen--‐samientos se unan a la magia del legado de Benjamín Solari Parravicini, cuyo mensaje habla de pruebas y tribulaciones pero, por sobre todas las cosas, de esperanza.

200 APÉNDICE II Mi opinión sobre el “Hombre Gris” Por Fernando Diz

Como casi todos los profetas en su tiempo, Benjamín Solari Parravicini se ocupó de la realidad social y política del mun--‐do. Y, como argentino, también de su país. De hecho fue él quien introdujo el concepto del “Hombre Gris”, mencionado más de una vez en sus psicografías. La primera mención a ese “Hombre Gris” aparece en un dibujo premonitorio de 1938. En esa canalización se lee: “El árbol seco de la Argentina sabrá de una era de nueva lluvia”. Y finaliza: “Ellos llamarán al hombre a ser y éste será. Él será un hombre gris”. También en 1938, Parravicni recibe el siguiente mensaje: “La última pincelada en la Argentina será dada por un pintor gris.” Todo esto desencadenó el misterio.

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Este “Hombre Gris” ⎯el cual varios personajes de la Argen--‐tina se atribuyeron serlo⎯, penetró incluso la política del país. El caso más conocido fue el del presidente Carlos Menen, en pleno ejercicio de su mandato. Probablemente lo dijo influen--‐ciado no sólo por las profecías de Parravicini, sino también por la lectura de “El hombre que está sólo y espera”, ensayo del año 1931 del escritor argentino Raúl Scalabrini Ortiz, en donde se trata de escudriñar a ese individuo que todavía no com--‐prende los alcances ni los valores que implica ser un ciudada--‐no, y que busca de manera torpe, ansiosa y facilista, la felici--‐dad de una vida que prometía ser una cosa y realmente es otra. Scalabrini Ortiz lo llamó “el Hombre de Corrientes y Esme--‐ralda”, esquina de confluencia de dos calles que representaban el andar bohemio y cultural de la Buenos Aires de aquel en--‐tonces. La Buenos Aires bohemia que Parravicini vivió inten--‐samente en aquellos años. Parravicini, sin duda, amplía con su visión profética los alcan--‐ces de ese ser descrito por Scalabrini Ortiz, y lo “transforma” en una representación de la clase media de la Argentina: mo--‐tor del crecimiento que el país tuvo desde mediados de la de--‐cada de los años cuarenta en adelante. ¿Cómo avizoró nuestro profeta que tal “hombre” aparecería entre nosotros y repre--‐sentaría la esperanza de transformación y de cambio ante si--‐tuaciones de estancamiento y frustración que padecemos cicli--‐camente? Tal vez ese entorno cultural y social en el que se mo--‐vía Parravicini conspiraron para la creación y visión de este símbolo… Scalabrini Ortiz escribe en su ensayo: “Es la suya una vida que se va cuesta abajo, resbalando despacito, leve, sin sacudones, una vi--‐da que se le escurre entre los días y los años, una vida enaceitada que

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se aja sin constancias, entre días monótonos, grises, que se disuelven atónitos los unos a los otros.” Décadas después de la aparición de este símbolo del “Hombre Gris”, un poeta, el periodista argentino Julián Centeya, era lla--‐mado y conocido como el “Hombre Gris” de Buenos Aires. Lejos de los atributos psicográficos del “Hombre Gris” de Pa--‐rravicini, no deja de llamar mi atención la corporización de es--‐te concepto en el pensamiento del ser nacional. Por ello Menen ⎯y otros⎯se atribuyeron ser ese personaje. Después de las décadas trancurridas desde 1938, y la mención coyuntural de psicografías hablando de la aparición redentora y salvadora de esta figura, hoy la hallamos nuevamente cor--‐porizada, a decir de muchos, en el Papa Francisco. Al respecto diré que llegaron a mis manos algunas psico--‐grafías inéditas del año 1973, que hablan sobre la realidad del país y del “Hombre Gris”, pero también de la “Flor Gris” y de una nueva representación simbólica de Parravicini, llamada la “Forma Gris”. Aun hay mucho por investigar. Pero, como re--‐presentación impactante de ese personaje simbólico, he sen--‐-

tido compartir con los autores de este libro ⎯ambos amigos personales⎯, y con el lector, una de esas psicografías inéditas del “Hombre Gris”. La misma se puede ver en la última pagi--‐na del pliego de imágenes. Ese dibujo habla por sí solo. Su grafía, escueta y contundente, sencillamente dice: “Llega ya el hombre gris”, y muestra a un personaje, como ya habrá advertido el lector, con una posible vestidura religiosa...

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Creo estar eximido de comentarios por lo claro de la imagen. Sin dudas un nuevo tiempo se aproxima. Y parece surgir en la Argentina. Pero esa expectativa debe estar acompañada por nuestra participación y no sólo por la aparición de seres pro--‐videnciales que marquen un rumbo para todos nosotros. En la visión profética de Solari Parravicini hay un hombre nuevo que nace en Latinoamérica. Y para que esta profecía se haga realidad, debemos construir, con los recuperados valores del ser, ese “Hombre Gris” que cita Parravicini y Scalabrini Ortiz. En suma, un mensaje de esperanza hecho realidad. Según Parravicini, luego del caos en Argentina, esta región del mundo se transformará en un “Faro de Luz”: un lugar que en el mañana volverá a brindar proteccion, trabajo y amor a to--‐das aquellas mujeres y hombres de buena voluntad.

Fernando Diz

Periodista e investigador. Conductor del programa radial “Cielos Profundos”. Capilla del Monte, Córdoba, Argentina.

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209 Arriba, presentación del libro en el hotel Howard Johnson de Buenos Aires (14 de

junio de 2014). Abajo, con la familia de Parravicini luego de la presentación. Entre ellos Marcela Podestá Costa (sobrina nieta) y Mónica Solari (hija de Justino, el hermano confidente de “Pelón”).

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