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• Lorena Enriquez

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EL EMPRESARIO DE KIRZNER: Un propietario de capital transforma dicho capital de la mejor manera posible, a la luz de los términos de intercambio disponibles en el mercado, en la naturaleza, o en uno y otra. Así, un trabajador vende su trabajo a los salarios máximos que puede descubrir, y un consumidor utiliza su dinero para comprar la cesta de productos de consumo más atractiva que pueda encontrar. La mejora de posición que resulta de las decisiones del propietario se ha obtenido aprovechando las posibilidades de intercambio del capital inicialmente poseído. Algo va al proceso economizante y algo más deseable se recibe a cambio. El EMPRESARIO: es aquel que procede a descubrir y explotar situaciones en las que puede vender a precios altos lo que puede comprar a precios bajos. El BENEFICIO EMPRESARIAL es la diferencia entre estos dos tipos de precios. No procede del intercambio de algo que el empresario valora menos por algo que valora más. Procede de haber descubierto vendedores y compradores de algo por lo que los últimos pagarán más de lo que los primeros piden. El descubrimiento de una oportunidad de ganancia significa el descubrimiento de algo que se puede obtener de nada. No se requiere inversión alguna. Muchas oportunidades de beneficio empresarial pueden implicar procesos que requieren un tiempo prolongado. La diferencia entre el bajo coste del recurso y el elevado ingreso procedente de la mercancía que dicho recurso hace posible representa una oportunidad de beneficio. Pero si la producción de esa mercancía supone mucho tiempo, ese alto precio de venta pueden no estar disponible en el momento en que hay que pagar el bajo precio de la compra. La oportunidad de ganancia requiere invertir capital. Pero debemos insistir en que el empresario en cuanto tal no necesita inversiones de ningún tipo. Si el superávit (diferencia entre el precio de venta y el de compra) basta para permitir al empresario ofrecer un interés atractivo para persuadir a alguien a quien le anticipe los fondos necesarios, continúa siendo cierto que el empresario ha descubierto la manera de obtener un beneficio puro sin la necesidad de invertir nada. El papel del CAPITALISTA, necesario para que resulte posible el beneficio empresarial, recae sobre los propietarios de recursos que encuentran los intereses suficientemente atractivos como para venderlos basándose en un convenio que les garantiza ingresos solo después de pasado cierto tiempo. También puede ocurrir que el empresario posea recursos (o dinero) y encuentre provechoso financiar sus operaciones. Es decir, el mismo individuo puede ser empresario y capitalista, de la misma forma que el mismo individuo puede ser empresario y propietario de recursos. Analíticamente, la función puramente empresarial no se identifica con la del capitalista, incluso en un mundo en el que, al ser casi todos los procesos de producción más o menos largos, las oportunidades empresariales de beneficios requieren por lo general algún capital.