EL DOGMA DE LA CONCIENCIA

Página 1 EL DOGMA DE LA LIBERTAD DE CONCIENCIA OPÚSCULO RADICAL POR CHRISTIAN DAM Jefe Fundador de la Liga de Libre

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EL DOGMA DE LA

LIBERTAD DE CONCIENCIA OPÚSCULO RADICAL POR

CHRISTIAN DAM Jefe Fundador de la Liga de Libre Pensadores del Perú, Ex Gran Maestre de la M.R: Gran Logia del Perú

Lima— Perú Imp. Liberal, (Unión) Boza N. 335

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Reimpreso por ILVEOR EDICIONES DIGITALES 2018

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1905

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Christian Dam

INDICE Christian Dam y la Lima antigua

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El Dogma de la Libertad de Conciencia

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Capítulo I

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Capítulo II

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Capítulo III

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Capítulo IV

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Capítulo V

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Capítulo VI

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Capítulo VII

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Descripción situacional del Anarquismo y Anticlericalismo en el Perú 1886-1912

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Memorial

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Introducción

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Anexo Memorial “Jesuitas en el Perú”

Christian Dam y la Lima Antigua Antes de presentar esta obra, que se dedica por completo a Christian Dam, es necesario mencionar que fue un próspero médico dentista, donde su consultorio estaba ubicado en pleno centro de Lima; en ese entonces en el exclusivo Jirón de la Unión. A continuación un grabado de la esquina de Mantas (actual Jr. Callao) y Mercaderes (actual Jr. de la Unión).

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No solo el Dr. Dam había colocado un letrero en la parte superior, sino un curioso “diente” colgante. Marketing de la época.

Un aviso publicado en el periódico, donde menciona que el ingreso era por el Jr. Mantas # 7 (altos).

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Fotos extraídas de la Revista “El Perú Ilustrado”.

EL DOGMA DE LA

LIBERTAD DE CONCIENCIA PROLOGO

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El hombre es un Ser sensible, inteligente, racional y social, que en todos los instantes de su duración, anhela incesantemente por su conservación y felicidad, que las religiones adulterando y falseando los dogmas de la verdad, la Justicia y la Libertad, hayan esclavizado las ciencias con el establecimiento de ídolos espirituales y materiales, haciendo un comercio ilícito con la ignorancia y la credulidad del pueblo, A pesar de la variedad prodigiosa, dice el Barón de Holbaeh, que se observa entre los individuos de la especie todos tienen una naturaleza común; que no se contradice jamás, No hay hombre qué no se proponga algún bien en todos los instantes de su vida, ninguno hay que por los medios que supone los más acertados, no busque la felicidad, y huye de las penalidades. De aquí el abuso que han hecho las religiones reveladas, cuyos monstruosos errores destruye la labor admirable de

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El dogma de la libertad de conciencia es la conquista moral de las naciones cultas, y es por consiguiente, la única religión posible para la humanidad, que tiende a emanciparse de los sofismas y embustes de las religiones reveladas.

la libertad de conciencia, o sean las máximas y doctrinas del libre pensamiento, Es verdad, que muchas veces nos engañamos en fin en los medios por no consultar o conocer a fondo el dogma de la libertad de conciencia. La superstición y el error de las religiones reveladas, son las verdaderas causas de los extravíos de los hombres y de las desgracias que ellos mismos se acarrean, Por no haberse formado ideas ciertas de la naturaleza del hombre, las religiones reveladas han calumniado y aprisionado la Razón, y han dado a la humanidad fabulas y romances en lugar de la verdadera historia del hombre, siendo para ellos la voz Naturaleza, una palabra vaga, insignificante y hasta sin sentido común, Más, como el dogma de la libertad de conciencia, es la Moral en acción, es necesario que desde un principio nos formemos ideas verdaderas y exactas de lo que es la MADRE NATURALEZA, para apreciar la grandeza y exactitud de los dogmas en que se apoya el libre pensamiento.

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Manifestado esto, el dogma de la libertad de conciencia llama naturaleza en el hombre al conjunto de cualidades y propiedades que constituyen su ser, que son Inherentes a su

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Para conocer al hombre, decimos con el Barón de Holbaeh, no es menester que investíguenos, como lo han hecho otros libres pensadores, con una Metafísica incierta y engañosa, las deleznables bases en que se apoyan las religiones reveladas, y particularmente la llamada católica, Apostólica y Romana; nosotros buscamos la verdad en el terreno mismo de esa Naturaleza inmortal creadora, reproductora y conservadora; calumniada por todas las religiones reveladas.

especie. Sin remontar hasta el origen que produce en el hombre la sensación y el acto de pensar, basta saber, tratando del libre pensamiento, que todo hombre siente, piensa, obra, y busca su bienestar en todos los instantes de su vida: estas son las cualidades que constituyen la naturaleza humana, y que se hallan constantemente en todos los individuos de nuestra especie, sin que haya necesidad de saber más para descubrir la nulidad y falsedad de las religiones reveladas. Las reflexiones profundas y continuas sobre los respetos inmutables y deberes de la Moral libre pensadora, los dogmas que pueden ilustrar la consciencia, y mostrar al hombre lo que debe hacer o evitar para emanciparse de las falsas doctrinas y creencias de las religiones reveladas.

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La conciencia en sus inefables dogmas solamente habla a los que protestan de los sofismas y embustes de las religiones reveladas. Un hombre educado en la libertad de conciencia, es un recto juez de sus propias acciones, que se condena cuando ha cometido alguna acción que puede alterar los sentimientos, que quisiera excitar en aquellos, cuya estimación y cariño son necesarios su felicidad; que se avergüenza, se confunde y arrepiente, si alguna vez llega a obrar mal: que se observa, en fin y se corrige temeroso de experimentar en adelante estos afectos dolorosos que le obligan al aborrecimiento de si propio; porque se mira entonces con los mismos ojos con que demás lo miran. Todo

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La libertad de conciencia es nula, o poco menos que esclava del oscurantismo en las sociedades o poblaciones donde predican y dominan las instituciones religiosas, compuestas de clérigos y frailes; aquí porque los pueblos católicos son ordinariamente el centro y abrigo de los fanáticos, y de los negociantes de sotana y hábito.

nos prueba que la conciencia lejos de ser una cualidad innata adherente en la naturaleza del hombre, que no esté preparado y educado para el libre pensamiento, es solo fruto de la experiencia, de la imaginación guiada por la razón, del hábito de rechazar como absurda toda religión revelada, de la atención que debe prestarse a la Moral, basada en la libertad de sentir, creer y pensar en materias religiosas, La libertad de conciencia es la recompensa del trabajo y la virtud, y consiste en la seguridad de que no es el hombre esclavo de la superstición fanática y explotación de ninguna religión revelada, La moral del dogma de la libertad de conciencia, fundada en la Naturaleza, no tiene medicina para curar las llagas cancerosas de la idolatría de las religiones reveladas, por eso tiende a combatir sus errores, para que sean cuerdos y felices en la práctica de los dogmas de la libre razón emancipada del oscurantismo religioso.

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Sin embargo, nada ha costado más sangre y lágrimas a las naciones que el engaño de las religiones reveladas; y tratándose del catolicismo, sacerdotes ambiciosos han

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El dogma de la libertad de conciencia, es en el mundo la piedra de toque de su progreso y civilización. Este dogma promete en la vida presente recompensas sensibles a todo hombre virtuoso; y amenaza al perverso con castigos visibles y seguros y sus sentencias confirmadas por la sociedad, reciben una nueva fuerza de la autoridad de las leyes radicales en países donde el Liberalismo gobierna. De aquí se sigue, que la libertad de conciencia de acuerdo con la Moral, prohíbe condenar a los hombres por opiniones respecto las religiones reveladas; cuya falsedad está de manifiesto.

querido dominar el Universo y establecer su imperio sobre los pensamientos modernos de los hombres, Los fanáticos é impostores que fomentaban y protegían la ambición de los sacerdotes citados, se atrevieron a decir, que la causa de su religión se debía defender a sangre y fuego, y de aquí esas nefastas y crueles guerras religiosas que han asolado poblaciones y traído la ruina y la desolación de ellas.

Christian Dam

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Pero sea cual fuese en este caso la duda o la incredulidad; sean cuales fueren las opiniones de los hombres acerca de la naturaleza, de las Religiones reveladas y de sus falsos ministros, estas opiniones no cambian ni alteran en nada las que deben formarse sobre la moral de la libertad de conciencia, ampliar las que ligeramente esbozamos en este prólogo, es el objeto y plan de esta obra y probando así, que la libertad de conciencia es el dogma de los hombres libres, que viven para la unión, el trabajo y la felicidad de especie a que pertenece, Si nuestro débil trabajo contribuye a emancipar la razón de las tinieblas é idolatrías de las religiones reveladas, quedarán ampliamente satisfechas las modestas operaciones de nuestra propaganda en pro de la libertad de conciencia, que es la verdadera y única redención humana.

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Unas doctrinas tan bárbaras inhumanas han hecho conocer que las religiones veladas, tal como la católica, apostólica y romana, son obras de tiranos, impostores y perturbadores de la tranquilidad y el progreso universal, y que los sacerdotes son unos seres perversos, coaligados para esclavizar y bestializar al género humano.

CAPÍTULO PRIMERO DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE EN SOCIEDAD, SEGUN LA LIBERTAD DE CONCIENCIA Entendemos por libertad de conciencia la práctica de la virtud, cifrada en el amor a la humanidad, trabajando infatigablemente por emanciparla de las funestas doctrinas del clericalismo, que tienden a esclavizarla y a degradarla hasta el punto de negarle, al libre examen en materias religiosas. De aquí que el clero, titulándose el encargado de guiar a los hombres a una fidelidad que no existe, haya establecido un divorcio total entre la libertad de conciencia y el progreso de la humanidad. La libertad de conciencia, que no puede ni debe aceptar todo lo que no esté fundado y explicado por la Razón, solo tiene un dogma que proponer al hombre y este es el amor a la justicia y el amor al trabajo por el culto de la caridad y la filantropía.

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La justicia es la base del amor y la caridad, y las religiones reveladas, no hacen otra cosa que oponerse a los triunfos que alcanza en el terreno de las investigaciones racionales. La justicia es la voluntad habitual y permanente de mantener los hombres en posesión de todos sus derechos, y de hacer de ellos útiles a sí mismos y sus semejantes.

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La moral hablando con propiedad, establece el destierro de toda superstición o fanatismo, como perturbadores de la paz de las conciencias, como las religiones reveladas son las que alejan al hombre de llenar sus semejantes las augustas funciones de la Naturaleza, principio y fin de todas las acciones humanas.

El dogma de la libertad de conciencia establece como principio regulador del progreso y civilización, el amor al trabajo y la abjuración de toda doctrina religiosa, que tiende a hacer de la especie humana los feudos y vasallos de cierta clase privilegiada, que se llama clericalismo. El dogma de la libertad de conciencia, que protesta de las victimaciones que hace a la razón las máximas clericales, establece el libre uso de su voluntad y de las facultades que le concede la Naturaleza para procurarse los objetos necesarios a su felicidad. En el estado civil, el trabajo por medio de la labor intelectual o material, tiene perfecto derecho para conservarse y lograr su bienestar, porque en ese estado nadie ofende, sino es al clericalismo que trata de dominarlo y avasallarlo con el poder de sus falaces doctrinas. Sin embargo, en ese mismo estado civil, están limitados por la razón, que le prescribe no usar de sus facultades sino de un modo conforme a su conservación y a su felicidad verdadera y es por esto porque trata de alejarlo del falso culto de las religiones reveladas, verdadera carcoma del progreso y del bienestar positivo de las naciones.

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En el estado de sociedad perfecta, sin las influencias tenebrosas del catolicismo decadente, supersticioso y fanático, los derechos de los hombres basados en el dogma de la libertad de conciencia, están limitados por la Justicia la

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Todo ser inteligente y racional debe ser justo consigo mismo: sus obligaciones en este punto están definidas por la Naturaleza, pues no usar sino abusar de sus derechos al dañarse a sí mismo voluntariamente, como lo hacen los fanáticos con ayunos, disciplinas y penitencias de Iglesia, como lo prescriben, mandan y aconsejan clérigos y frailes.

cual les enseña que deben obrar de un modo conforme al bienestar de la sociedad, cuyo interés general es el mismo que el particular de sus miembros. Todo hombre, que vive en sociedad, no de clérigos, se entiende, injusto, si el ejercicio de sus derechos propios, o de su libertad de conciencia dañase a los derechos, a la libertad y al bienestar de sus consocios. Es así que los derechos del hombre en sociedad consisten en el uso de su libertad, conforme la justicia que debe a los conciudadanos.

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Con las leyes del dogma de la libertad de conciencia la sociedad arregla las acciones de sus miembros, que no sean clérigos ni frailes, impidiendo que se dañen recíprocamente. Las leyes que sanciona el dogma de la libertad de conciencia

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La justicia, según el dogma de la libertad de conciencia, no quita al hombre la libertad o la facultad de trabajar por su propia felicidad, le impide solamente el ejercitar este poder de un modo dañoso a los derechos, de los otros, como lo hacen los clérigos católicos, los cuales la sociedad está obligada defender, esto supuesto, la libertad del hombre en lo social o civil, es el derecho que cada ciudadano puede ejercer sin causar perjuicio a los demás, lo que no sucede con el clericalismo porque este ataca todos los derechos bajo la máscara de santidad que se le atribuye. El uso del poder que perjudique a otros, como los clérigos con las contribuciones y gabelas eclesiásticas, como pago de bautizos, matrimonios, y sepelio de cadáveres, es completamente injusto, y se llama SACRO CATOLICO APOSTOLICO Y ROMANO. Cada hombre, no consultando sino su propio interés en el dogma de la libertad de conciencia, rechazara toda imposición o gabela clerical, porque es injusto, tanto más, que sirve para dar tributo a hombres ociosos y corrompidos„ que no tienen otra industria que engañar bobos, con la mentirosa y fetichista administración de sacramentos.

con la voluntad de la sociedad civil, o las reglas de vida que prescribe a cada uno de sus miembros laicos, para que observen entre sí los deberes que la justicia les impone, o para que no se turben los unos a los otros en el uso y ejercicio de sus facultades morales de las que, tan cínico abuso hace el clericalismo en todos los países y en todos los tiempos. De aquí el desprestigio, aniquilamiento y ruina de las instituciones Monásticas. Las leyes según el dogma de la libertad de conciencia, son justas en cuanto mantienen cada miembro de la sociedad exento de las gabelas y contribuciones eclesiásticas; cuando lo preservan, cuando facilitan todos el derechos y el uso de la libertad personal, y el goce de los bienes accesorios conservación y felicidad. Estos son los objetos que la sociedad, obedeciendo el dogma de la libertad de conciencia debe asegurar igualmente a todos sus miembros útiles. Su autoridad en ellos tiene por base las ventajas que les proporciona la libertad de conciencia: la autoridad es justa, cuando es conforme al fin de la sociedad esto es, cuando trabaja por librar la humanidad de embustes y tiranías de clérigos y frailes.

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En cl curso de esta obra tendrá el lector oportunidad de ver las excelencias de la libertad de conciencia, en el progreso y la civilización: libertad que está llamada a destruir las sensualidades de las religiones reveladas que tienden al retroceso y fin la servidumbre de los pueblos.

CAPITULO SEGUNDO LA LIBERTAD DE CONCIENCIA CON RELACIÓN AL EMBUSTE RELIGIOSO LLAMADO “PECADO ORIGINAL” La libertad de conciencia es el acto de tributar a la Moral el culto que le tiene marcado la Naturaleza. De aquí la inutilidad y la falsedad de las religiones reveladas, que tienden a esclavizar la razón con adoraciones reliquistas, de las que solo aprovechan los que han hecho del sacerdocio, una Carrera de usura y comodidad. La Historia presenta en las religiones reveladas, el culto de las pasiones y la negación de la libertad de conciencia. De aquí es que la CATÓLICA haya establecido el absurdo religioso del pecado original. Y su trasmisión o herencia atávica a todos los mortales.

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Sobre dicho pecado original hay mucho que decir y refutar, siendo como materia frágil y deleznable, en la cual se apoya el clericalismo para ejercer impunemente la más inicua y abominable de las industrias.

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EL PECADO ORIGINAL tal como lo define la religión llamada APOSTÓLICA Y ROMANA es la calumnia más grosera que haya podido inventar la superstición humana; pero esta MENTIRA o EMBUSTE TEOLÓGIC0 se ha podido sostener y se sostiene todavía, porque los hombres que negocian en presbiterios, altares y sacristías, hacen consentir la eficacia de la religión que materializan, o lo que es lo mismo la desaparición de ese MONSTRUOSO PECADO, con la aplicación del AGUA DEL BAUTISMO, nada pulcra y limpia por cierto, que es la que según un falso dogma eclesiástico, es la que borra esa mancha; y sin esa ridícula patraña, nadie puede salvarse, y en consecuencia no entran al reino imaginario de los cielos.

Basta solo conocer que la iglesia obliga a todo ser que nace pagar una onerosa gabela, pues como se ve y se verá siempre, a nadie se bautiza de balde, aunque en los esos extremos los clérigos ven el modo práctico y hacedero de que se les pague el gran beneficio que hacen de hacer cristianos a quienes no tienen conciencia de sus actos. La historia del pecado original es la fábula más grosera y mentirosa que haya podido inventar la superstición v el egoísmo clerical en provecho propio y en perjuicio de todo el mundo, Esta patraña religiosa se hace consentir en que Adán y Eva contrariaron el precepto de creced y multiplicaos y en el hecho de haber comido del árbol de In Ciencia del Bien y el Mal contra la prohibición expresa de Jehovah; cuya desobediencia dio lugar la cópula carnal de ambos sexos, que decía perpetuar la especie de ese Creador.

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La Biblia que es un libro lleno de obscenidades, embustes y disparates, y no ha podido consignar una fábula más grosera del pecado Original de Eva. Aún en el supuesto, que este pecado hubiera existido en los primeros habitantes del planeta, éste ha desaparecido con la estupenda mentira de la llamada redención; el gran favor que hizo Jehovah a los mortales de encarnar, venir a la tierra, y sufrir muerte afrentosa para satisfacer la divina justicia; es decir pagando a Jehovah, el hecho práctico de la reproducción de la especie humana, por la cópula carnal de Adán y Eva.

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Nada hay más sofistico que- semejante prohibición, porque si Adán y Eva no hubiesen prevaricado, la especie humana se hubiera quedado en ellos y no se habría reproducido jamás.

La mentira religiosa principia con una monstruosa falsedad, y para hacer más cómico el hecho, introduce a la serpiente hablando con elocuencia tal, que deja atrás al mismo Jehovah, que tan sabio se muestra en el mandato de creced y caos, estableciendo así la procreación de los seres vivientes. En esto de hacer hablar, discutir y seducir un animal inmundo como es la Serpiente: la Biblia no le ve con buenos ojos a los animales parlantes de los fabulistas como Esopo, Fedro de la antigüedad, todo lo cual prueba que el apólogo en la Biblia, con un solemne disparate como la seducción de Eva por un irracional de la peor especie conocida, pero era necesario este embuste para forjar otro igual a este, como es la promesa de la redención, siendo el mismo Creador el que expiase el gran delito de Adán y Eva de haber procreado y tenido hijos solamente por una Religión, en que todo es farsa, mentira, negociado y latrocinio, pudiera consignar un disparate tan risible como la tentación de Eva por una serpiente, que entonces hablaba y que hoy permanece muda, eternamente muda, pero sí esparramando veneno cuanto le rodea o puede picar.

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El más intonso sabe lo que significa este irracional dogma. Es el tesoro o rico filón con que explotan a la humanidad los llamados ministros de la Iglesia Por el pecado original hacen sus negociados de bautismo, a cuya ridícula ceremonia del agua, agregan la que es según el lenguaje de la sotana, el condimento esencial para completar la gracia cristiana y la salvarse del pecado original, que es según los católicos hereditarios desde Adán hasta nuestros días y hasta la consumación de los siglos, y que como el virus se trasmite

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El pecado original, no es un dogma sino el dogma excelencia de la religión católica, Apostólica y Romana.

de generación en generación, sin declinar ni tener un relevo de parte, le basta y le sobra para que cesen sus efectos, pagar a buen precio el agua pestilente y la sal nociva que la Iglesia proporciona por plata a todos sus creyentes y no creyentes. y cuenta que hay que comprar de grado o fuerza ese solemne embuste o majadería religiosa, porque si no se hace se queda el neófito y no va al Cielo, y se va sin más remisión a servir de combustible a las calderas hirvientes del Infierno si es adulto: que es un lugar de llamas eternas y de obscuridad perpetua, parecidos al alcázar del Luzbel bíblico, todo lo cual constituye un soberbio plagio del Baratro o dominios de Plutón, según la Mitología Griega; y si es párvulo va a esa curiosa invención del Limbo, donde no hay goces ni sufrimientos, según el sentir de los teólogos.

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Pasemos ahora a ver siguiente Capítulo, la eficacia del bautismo o sainete de agua y sal para borrar el pecado original, y el estupendo uso y abuso que hace la religión católica, revelada con esta superchería o embuste, que es contraria a la libertad de conciencia.

CAPITULO TERCERO RITOS Y CEREMONIAS DEL PAGANISMO CATÓLICO EN RELACIÓN CON LA LIBERTAD DE CONCIENCIA Nada tendría de censurable el que el clericalismo, plagiando los ritos y ceremonias religiosas de las teogonías de Oriente, los aplicara al Culto de que se titulan apóstoles enviados o ministros, si estas ceremonias no tuvieran el objeto de hacer negocios sin trabajar, embruteciendo las multitudes con las absurdas enseñanzas de una Fe ideal que sirve para sostener embustes como los dogmas del Infierno, Purgatorio y remisión de pecados por el acto inmoral y cínico de la confesión auricular. Estudiándose las teogonías de Oriente, se ve que, en el ramo de adoraciones materiales y groseras, no le va en saga el clericalismo; y falta de los dioses de la Mitología griega, han inventado Santos y Santas, cuya nomenclatura cabe ya en calendario Gregoriano. El clericalismo en su carrera de negocio y lucro, ha ido más adelante de lo que imaginar es posible.

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El más cínico y audaz de los negocios clericales es el acto del bautismo. Aquí entra a actuar el agua que nada cuesta y la sal que vale algo gracias al sistema proteccionista de gobiernos ultramontanos; para que el clericalismo explote todo con la superchería de darle nombre de cristiano por

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Para no trabajar, inventó los llamados sacramentos, cosa indispensable para salvar el alma de las llamas del Infierno: pero como para recibir esos sacramentos es necesario pues la Iglesia católica nada hace, resulta que el que no compra y paga esos sacramentos, se va en recta a arder en el fuego eterno, desde que han habido Papas que han declarado que para los pobres no se ha formado el reino de los cielos.

medio de la tarifa o derechos parroquiales que ha establecido. Y cuenta, que el clericalizarnos hace consentir que el que no recibe dicha agua se queda moro, y como tal está bajo la jurisdicción del demonio. He aquí lo que respecto al absurdo dogma del Infierno, hay de verdad, según las juiciosas observaciones del ilustre Ramón Verea, a favor de la libertad de conciencia. De todos los absurdos que a Dios se le han atribuido, ninguno mayor que el de crear millones y millones de hombres condenados a sufrir indecibles tormentos por toda una eternidad. Si el demonio creara hombres, ¿qué peor podría darles? Un Dios que no perdona nunca; un Dios que castiga con infierno a todas sus criaturas, sería el mayor monstruo de maldad que la mente humana puede concebir.

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Los mismos que inventaron el infierno, inventaron también la gloria, sin reparar la contradicción en que incurrían. Un infierno eterno y una buena venturanza, son dos polos que se rechazan, ¿Qué hombre, prescindiendo de esos inventores, pudiera ser feliz por un solo momento, sabiendo que otros, tal vez su padre, sus hijos, Sus hermanos, estaban padeciendo penas eternas? ¿Y cómo pudiera ser feliz ni el mismo Dios, oyendo el esténtor de los que se retuercen en eterna agonía?

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¿Y cómo ese Dios cuya venganza dicen que no se satisface jamás puede mandar al hombre que perdona las ofensas de su prójimo cualesquiera que sean?

Acabamos de una vez para siempre con esa doctrina, inventada y propalada para intimidar las masas y arrancarles dinero. Un Dios infinitamente justo no puede imponer al hombre un castigo por una ofensa de momento, condenarle a sufrir eternamente. Un ser finito no puede hacer nada infinito ni bueno ni malo. Un castigo infinito sería por lo tanto una injusticia infinita. Si después de una vida nublada por la duda y sembrada de sinsabores y padecimientos mil: si después de una llena de miserias, se nos condenase aún a sufrir penas eternas, tendríamos derecho a maldecir el Creador que se dice erróneamente que nos ha sacado de la nada y nos ha tenido con su propia sangre. La no existencia es infinitamente mejor que la existencia que nos pinta el clericalismo. El que unos pocos se salven no justifica la creación de millones de millones que se condenan. He aquí los espantosos sofismas y garrafales mentiras, que rechaza, condena y destruye la libertad de conciencia. El Infierno, el Purgatorio el Limbo y la Gloria son los mayores embustes que han fraguado en provecho suyo el clericalismo.

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Estudiemos ahora otros embustes del catolicismo, con el fin de probar, que esta es la religión del agio y de la mentira, y a la luz de la conciencia es una calumnia a la Razón, al derecho y a la justicia; y en seguida nos ocuparemos del matrimonio Civil en sus relaciones con el libre pensamiento y el progreso de la sociedad civil.

CAPITULO CUARTO LA LIBERTAD DE CONCIENCIA ANTE LAS IDÓLATRAS Y CEREMONIAS DEL CLERICALISMO

LEYES

Probado como está que el pecado original en una monstruosa calumnia la Naturaleza. Se desprende de aquí que una religión que tiene por base el sofisma, embuste y mentira, tiene por medio de ellos, embruteciendo y dominando la conciencia por la superstición y el fanatismo. Semejante religión se apoya en ritos y ceremonias que no son otra cosa que una parodia de sacrificios del Paganismo. La religión revelada, que se dice la única y verdadera„ establece en el dogma de la redención, el pago por el primer varón con motivo de la supuesta culpa engendrada por el pecado original o sea al acto de la reproducción de la especie humana. De aquí que son necesarios actos, que se borran por absolución de un delegado, titulándose Juez impecable de esa absurda y material divinidad. La Confesión como acaba de manifestarse, es el precepto más inmoral que haya podido establecer la perversidad humana. Es el crimen elevado al rango de sacramento.

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La falsa religión, obra perversa del clericalismo imitando al paganismo, ha establecido, como tesoros de gracias, el llamado incruento sacrificio de la misa, según el ritual romano. En esta farsa o sainete religioso entran como componentes y que el Altar y por las palabras cabalísticas

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Donde se manifiesta el catolicismo en toda su deformidad es en las prácticas rituales, pasando por la absolución del bautismo y concluyendo con el matrimonio, cuya grandeza y majestad profana, ante sí la categoría de sacramento o sacro explotaje de la bolsa ajena, desde que esta ceremonia religiosa cuesta dinero y siempre dinero.

del oficiante, se convierten en cuerpo y sangre de una Divinidad muy complaciente para prestarse sin protestar, esta Clase de sainetes del clericalismo cosecha pingües y escandalosas ganancias. Para dar ese maravilloso sacrificio, el carácter de una ceremonia del paganismo, el sacerdote se disfraza con una ornamentación de ropaje extravagante, significándose así que se halla revestido con el traje de los habitantes del cielo, siendo la casulla, la túnica que el apócrifo Jesús cristiano llevó sobre la tierra. Aquí con genuflexiones de altar y manipuleos y bendiciones se hace bajar la inútil divininidad de los cielos y bajar también al estómago oficiante en el fragmento de pan y vino que consume en la hostia y el que dizque son el cuerpo y la sangre de todo un Dios, con vertido por decirlo así, en un Deófago.

Para comprobar la veracidad de este monstruoso suceso, he aquí como lo refiere el ilustre historiador Mauricio de la

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Tan escandaloso ha sido este sacrificio, que hasta el Papa Sixto IV en 1482 de bárbaro asesinato, mandando a un cardenal que esgrimiera el puñal homicida, durante la ceremonia de la consagración, y todo por heredar el ducado de Florencia a la muerte de Lorcazo y Julián de Medicis.

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Sin entrar en apreciaciones de que la tal misa no la inventó ni celebró jamás el Profeta de Nazaret, porque el clericalismo hace de esto, una materia de embuste y de idolatría para dar una idea de la santidad que disfruta en el hecho de ser tantos dioses imaginarios como misas se celebran. I cuenta que la augusta ceremonia ha sido invención de los Pontífices Romanos, que a la misa le han agregado tantas ceremonias, como las que ha ido inspirando su condición de explotadores de la humanidad.

Chatre (Historia de los papas reyes Tomo II página 736 y siguientes): Como él escandalo fuese grande, Sixto IV cometió la imprudencia de publicar una bula en la cual declaraba que los sobrinos y los bastardos de los papas, serían de derecho príncipes romanos. A consecuencia de este decreto, Pedro a y Gerónimo de Riario, sus dos bastardos, ocuparon un puesto entre los príncipes italianos; Pedro además, alcanzo el capelo de cardenal y una pensión anual de un millón y quinientos mil escudos de oro, suma enorme en aquel tiempo, y que apenas le bastaba para sostener el lujo de la cortesana Teresa Fulgura, su “querida”.

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No contento con los honores y riquezas que le había colmado su padre, el Papa Sixto IV, Gerónimo pensaba levantarse a más altura y había fijado sus ojos en Florencia y en los pequeños estados limítrofes para constituirse en principado independiente. Su Santidad aprobó los proyectos de su bastardo, y se ocupó en los medios para deshacerse de los Medicis que gobernaban Florencia y que a eran los únicos obstáculos que se oponían a sus tentativas.

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« Desgraciadamente para los pueblos, esta mujer depravada, que se abandonaba a todas las caricias de todos los hombres escandalosos de Roma, cogió un mal hombre, el cual infectó su amante, después de dos años de atroces sufrimientos, Pedro murió con su cuerpo « cubierto de llagas repugnantes y con el rostro lleno de úlceras espantosas. Gerónimo que había vivido al lado de su padre, el Padre Santo como príncipe de Forlì fue más afortunado en amores que su hermano y luego de haber pasado un año el escandaló, se casó con la hija natural del duque de Milán.

Organizose una vasta conspiracion en el Vaticano desde Roma se extendió a Florencia- Prometiese al arzobispo Salviate el capelo de cardenal y entró el complot. Un sacerdote llamado Stefano y la familia de los Pazzi recibieron dinero y se obligaron dar de puñaladas a los Medicis. Por fin cuando todo se halló dispuesto, el Cardenal de San Jorge. Rafael Riario, sobrino de Geronimo. Dejó la ciudad Santa y se entendió con los conjurados para el sitio y el día de la ejecución.

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En aquel día el arzobispo Salviati„ que a ambicionaba el capelo, quiso celebrar el sacrificio de la Misa, en el instante en que elevaba el cáliz por encima de su cabeza, los sacerdotes que llevaban sus armas ocultas bajo los pliegues de sus vestiduras, se precipitaron sobre los Medicis; Julio cayó herido por once golpes dados con una espada. Lorenzo, su hermano, aunque perdiendo su sangre por tres heridas, tuvo bastante fuerza para huir a la sacristía, cerrar su puerta, y aguardar socorro. El pueblo que por tumulto conoció que pasaba, invadió la Basílica y atacó los conjurados, Salviate fue ahorcado con sus vestiduras episcopales; los sacerdotes y los diáconos Poggio, Pietro, Stefano y Juan, sufrió el mismo suplicio. El cardenal de San Jorge, que fue encontrado en las bodegas de su palacio, habría recibido sin duda alguna, el justo castigo de su felonía, si Lorenzo de Medicis no hubiese

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EI Pontífice Sixto IV desde el Vaticano dirigió esta criminal empresa. El lugar fijado para ejecutar el asesinato fue la iglesia Santa Reparada, el día, un domingo y el momento aquel en que se celebraría la Misa; la señal cuando se elevaría la hostia, a fin de que los asesinos pudiesen matar a los dos hermanos Lorenzo y Julio de Medicis, sin que tu viesen tiempo de colocarse en defensa y mientras encorvarían su frente ante la majestad del mitológico Dios Cristiano.

solicitado el perdón del culpable. Únicamente se le obligó a confesar en voz alta é ininteligible, que no había hecho nada que no fuese mandado por el Soberano Pontífice Sixto IV. Este suceso también está consignado en la Vida del papa Sixto IV, escrita en francés por el historiador Duplesis Moruny. La misa es el factoture del clericalismo; es como si dijéramos, la obligada grotesca representación de rodas sus supercherías y desmanes en pro de la esclavitud humana. La misa sirve para todo; es el biombo que oculta todos los vicios y todas las sensualidades eclesiásticas. Por la misa se da libertad a las naciones, salud que no la necesita y se sacan ánimas del Purgatorio; y como esta representación de sainete místico está sujeta a tarifa, hay que pagar al clérigo o fraile para que se trague y digiera a Dios todos días.

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Según se ve nada más mentiroso que ese tan preconizado santo sacrificio de la misa, Se dice que es la conmemoración real y verdadera de la tragedia del calvario, y que su recuerdo es el homenaje que la Divinidad recibe con gratitud.

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Sucede en la misa, la que sucede en todas las pantomimas del ritual del culto católico, apostólico y romano, que hay jerarquías en el oficiante; no todas las coronillas hacen lo mismo. El sacerdote vulgar, es decir, el que no es obispo ni cardenal, va al altar, y celebra su misa rezada o cantada con ayuda de un cirineo; no así el obispo, que requiere palio y ornamentación especial, todo lo que lleva el nombre de pontificia y medio pontifical, y cuando celebra esa misa lo hace en privado; o en capilla especial, establecida en su domicilio.

Semejante disparate solo puede convencer a ignorantes. La misa no es sino el de negociar a poca costa con la idea del maravilloso y absurdo dogma de la redención. En el supuesto que el hijo putativo de José el carpintero, hubiese sido Dios, él habría establecido esa ceremonia del sacrificio de la misa, y como tal lo habría enseñado a sus apóstoles, y no habría dado el encargo a los Pontífices romanos de que la hubieran inventado, Para conmemorar el drama del Calvario no era menester el aparato de un altar ornado de paños y zarandajas con la llamada piedra del ara y con un oficiante luciendo una vestidura que los hace semejantes, esos fantoches o Pontífices de otra época, en que los ritos eran puramente simbólicos y extravagantes.

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La misa es la alcancía del Clericalismo. Para todo acto humano sale a lucir el sainete religioso, que da tanto dinero a los curiales. Por ella se explota sin compasión ni caridad alguna a vivos y muertos. Veamos ahora en el próximo capítulo los llamados sacramentos, titulados extremaunción y orden sacerdotal, que como el sacrificio de la misa; son las materias de que se vale el clericalismo para engañar y explotar a la humanidad con falsos dogmas y embustes, que rechaza y condena la libertad de conciencia.

CAPITULO QUINTO EXPLOTAJES RELIGIOSOS CON RELACIÓN A LA LIBERTAD DE CONCIENCIA El clericalismo en su descomunal avaricia ha inventado el llamado sacramento del orden sacerdotal, para que la colmena de parásitos aumente y con ella la iglesia continúe alimentándose de vivos y muertos hasta la consumación de los siglos. El sacramento del orden, que por cierto, no fue instituido por el apócrifo Yesesus Christna, se hace consentir por imposición de manos que el obispo dice, que es de precepto divino, para que su santidad recaiga en el que lo recibe, y es de esa manera como se convierte en ministros de la divinidad los que han sido tocados por su diestra.

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La iglesia no es sino un bazar o banca de comercio, donde el clericalismo realiza estupendas ganancias, idiotizando y fanatizando a los pueblos. Se les hace creer que allí la divinidad está encerrada en una oblea, y que colocada en el altar, es el espíritu de esa misma, sin probarse otra cosa, si no que esto es una parodia del paganismo de otra edad y

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Tan grosera impostura es propia de una religión, que sostiene de las mentiras más absurdas que imaginar es posible. ¿Cómo es racional creer que un hombre haga tantos ministros de la Divinidad, con solo tocarles con las manos, como la aberración eclesiástica cree? ¿De dónde les nace este poder? ¿Qué divinidad se lo ha dado? Preguntas son estas que ningún obispo puede absolver satisfactoriamente, desde que toda religión revelada no es sino un embuste, y una calumnia a la naturaleza inmortal, fuente de todo bien y de toda belleza.

otras épocas en que se hacían sacrificios humanos a los dioses del Olimpo. La oblea, convertida en divinidad, es la mentira más formidable que ha lanzado el clericalismo a la faz del universo. ¿Puede un hombre realizar tal prodigio? ¿Puede una divinidad prestarse a este acto que la ridiculiza y la degrada? Si esto fuera cierto, sería preciso declarar, que el hombre que realizara tales prodigios sería superior a esa divinidad, lo cual verosímilmente es imposible. Por mucho que declame el clericalismo en favor de esta monstruosa transformación de la oblea, en divinidad, esto no es sino una calumnia a la naturaleza y un insulto al sentido común. Pasaron ya los tiempos del paganismo, en que la religión hacía de los hombres, bestias de carga o instrumentos de tortura. El dogma de la libertad de conciencia, declara, que esa oblea no es divinidad, ni cosa que se le parezca, sino que, un pedazo de pan sin levadura, sujeto a corromperse por la acción del aire; de aquí la renovación que hace la iglesia cada ocho días; y si la oblea fuese espiritual, como se dice, y cuerdo de divinidad, real y aparente, no se corrompería jamás.

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Este ridículo sacramento, cuya eficacia nadie conoce, ni nadie sabe explicar racionalmente, consiste en aplicar al moribundo el llamado santo oleo o pestilente aceite,

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La falsa iglesia de Cristo, lleva la monstruosa exageración de su santidad idólatra hasta llenar de amargura y dolor los últimos momentos del hombre sobre la tierra. Para hacer estos más dolorosos ha inventado la más de la sacrílega y bestial confesión auricular, el llamado sacramento de la extrema unción, que en la estúpida creencia de los clericales da la salud al cuerpo si le conviene.

bendecido por el obispo cada año, allá por el titulado día de Jueves Santo. Este aceite, que nada tiene de higiénico ni de aseado siquiera, todo lo que pudiera hacer en beneficio del que lo recibe, es inocular en su sangre microbios desconocidos, o el germen de alguna enfermedad infecciosa, por que dicho aceite, por la acción del tiempo, se encuentra en estado de descomposición. A este acto anti humanitaria, anti higiénico y anti racional, los clérigos, el acto Sacramental de la extrema unción, uno de los más maravillosos medios de que dispone la iglesia para ganar y tener almas que explotar. A más de este acto, que no deja de ser aterrador y mortificante para los enfermos, con el que hombre de Iglesia aterra difundiendo la idea de la muerte eterna y del castigo eterno, obliga a la familia del enfermo, a que coloque en su cabecera un ayudador de bien morir. El cual está encargado de torturar al moribundo hasta su último suspiro con la amenaza del Infierno y tormentos inauditos por toda una eternidad.

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La iglesia no quiere ni debe hacerlo. Ese moribundo tiene fortuna, y es preciso arrancarle en el lecho de muerte beneficios para la iglesia, a condición de sufragios y rogativas por la paz de su alma. Sin estos sufragios ni rogativas, se va al infierno sin remisión. Dejando dinero a la

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Racionalmente juzgando estos actos del catolicismo, la crueldad más refinada se nota en los salvajes actos de la extrema unción y de ayudar a bien morir, Estas ceremonias rituales, de las que según los buitres de sotana y jerga, no debe ni puede prescindir todo fiel cristiano, tiene toda la tortura de la época inquisitorial. Al enfermo se le hace temblar hasta el momento supremo, en que la caridad ordena se le deje morir tranquilo.

iglesia por criminal que haya sido su vida, obtiene la eterna gloria en el imaginario cielo, cuyas llaves imaginarias también, tiene el apócrifo primer Pontífice romano, llamado Simón Pedro. Sin más que conocer, que la iglesia explota las lágrimas y dolores de la humanidad hasta para hacer de ella la religión de la avaricia y de las tinieblas, puesto que de todo duelo y de toda desgracia saca pingues ganancias que se emplean en sostener los vicios y las sensualidades de clérigos y frailes. La libertad de conciencia, que trata de salvar la humanidad de las garras de la tiranía y la servidumbre, no puede menos que protestar contra esas prácticas idólatras y salvajes que hacen de la falsa religión de Cristo un comercio con las desventuras humanas, pues no hay dolor, ni acontecimiento fúnebre, que el fraile o clérigo no lo explote en provecho propio, sosteniendo el embuste y la mentira de que es un ministro o Enviado de la Divinidad.

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En la iglesia romana, todo se negocia y vende, lo que constituye en sí una religión de explotaje y miserias, enemiga declarada de todo progreso y de toda libertad, tanto nacional como individual. Alguien ha llamado a la iglesia romana: taller donde el clérigo corta el oro a cincel, y a fe que esta pintura gráfica es exacta, puesto que desde el Papa hasta el último clérigo, todos venden sus servicios religiosos por dinero a mayor o menor precio.

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De las religiones reveladas, que dicho sea de paso, todas tienen algo del Paganismo de la antigüedad, ninguna alcanza en calumnias y mentiras la titulada Católica Apostólica y Romana; y ninguna es tan cruel y bárbara como esta, principiando con sus ritos de bautismo y penitencia y concluyendo con la extrema unción y ayuda de bien morir.

Finalmente analicemos el matrimonio eclesiástico y con este análisis y refutación de otras supercherías religiosas, probaremos que la libertad de conciencia es la única verdadera religión de la humanidad.

CAPÍTULO SEXTO EL MATRIMONIO ECLESIÁSTICO, ORIGEN DEL DIVORCIO Y DESVENTURAS DOMÉSTICAS El matrimonio es para el clericalismo un sacramento, a manera de explotar en provecho propio, la formación del hogar, que trae por consecuencia irreparable males para la sociedad y la familia. El matrimonio para la libertad de conciencia es un contrato cuya majestad está bajo el amparo de la ley civil que le da el carácter de respetabilidad social y con él, el rango moral que afianza la unión de la familia y la felicidad doméstica.

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El influjo que la manera de cumplir, lo tiene en la moralidad social y en la suerte de los hijos que produce, es de tal trascendencia, que su carácter deja de ser privado, según lo da a entender el clericalismo al elevarlo, por dinero, al rango de sacramento.

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Corno sacramento, el matrimonio es un objeto de escandalosos negociados de la iglesia Católica, y como contrato civil, es en la sociedad fuente armonía y lazo de unión que se trasmite de generación en generación con el respeto y dignidad que les dan las leyes que los amparan, legalizan y garantizan.

Es un contrato, según la civilización y el progreso y las leyes de natura. Se trata de la formación de la sociedad por los lazos benefactores de la familia. El divorcio es en ciertas condiciones de gran utilidad social y de beneficios mutuos a los cónyuges. Para este resultado la ley civil establece que la separación de cuerpos no pueda verificarse por mutuo consentimiento de los cónyuges, sino después de dos años de matrimonio, y que solo después de dos años de realizado pueda a petición de uno de los interesados, convertirse en divorcio. Por este medio, la ley civil evita que la inexperiencia y el arrebato de pasiones pasajeras se sirvan de un remedio que solo para situaciones extremas es oportuno. Esto es lo que no quiere reconocer el catolicismo en su superchería de elevarlo a la categoría postiza de sacramento.

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Matrimonios desavenidos, como lo son en su mayor parte los matrimonios santificados por el dinero y bendecidos por los clérigos, envenenados por la discordia, fomentada, estimulada y robustecida por la inmoral práctica religiosa la confesión, penitencia y comunión en que la armonía es imposible o que acaso manchó la deshonra, no son fuentes de virtudes y buen ejemplo para el público, ni aún para los hijos de su tálamo, son piedras de escándalo; pequeños infiernos, el brillo lúgubre de cuyas llamas se refleja en la sociedad católica o ultramontana que les rodea.

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Cuando estas situaciones vienen creadas por el matrimonio eclesiástico, el divorcio civil aminora males inevitables; hay casos en que el clericalismo los estorba, haciéndola la vida de los cónyuges una cadena de mortificaciones y sufrimientos.

Sus hogares son focos de ponzoña, su lazo, cadena de Para este resultado la ley civil establece prisión; porque en esos matrimonios intervienen obispos y curas. Desacreditan esos sacerdotes idólatras con sus malos consejos y pésima dirección espiritual, la institución nupcial, corrompan la familia en el confesionario, forman a su alrededor atmósfera de santidad sombría, en ocasiones pestilente, por la lujuria y la avaricia del confesor. Hacer perdurar estos matrimonios eclesiásticos es un absurdo y una inmoralidad. En el concepto de la libertad de conciencia, la reforma que la institución del matrimonio civil requiere, no puede venir, sino, con una educación más amplia y más sólida en la mujer, por medio del libre examen y del pensamiento libre.

Es cierto que el matrimonio no debe mirarse como una negociación privada, que solo de un modo indirecto a la

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Es cierto, que sin la tolerancia de algunos divorcio cónyuges, resignados a su suerte, el divorcio eclesiástico pudiera ser en los matrimonios, fuente de abusos de obispos y curas y que lo es hoy mismo en muchos países donde impera el clericalismo.

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Después de pocas generaciones en que el cerebro de mujer se haya fortalecido, emancipándose de las absurdas creencias y máximas del decadente catolicismo, cuando su bóveda craneana se haya dilatado, cuando se habitúe a la gimnasia intelectual, que es para el hombre ejercicio común, y solo excepcional para la mujer; el matrimonio y la familia se elevarán sin esfuerzo a la dignidad que les toca, del cual la aleja el absurdo matrimonio eclesiástico, cuya bendición se paga con dinero y cuyos divorcios se parecen a las penas del Infierno de Dante.

sociedad, afecte, sino como un contrato fijo, permanente, basado en la fidelidad y afecto mutuo. Por eso es que debe rechazarse el matrimonio eclesiástico, como un acto que nada tiene de sacramental ni divino; es un negocio de iglesia y nada más. La indisolubilidad según el catolicismo, constituye una tiranía insoportable y base de inmoralidad. Nada humano puede tener carácter absoluto. Las reglas generales, sin excepciones posibles, no cuadran a la relatividad compleja de la naturaleza, del hombre y de la vida. Para cualquier sociólogo reflexivo, la mejor defensa que puede tener el divorcio en el matrimonio civil, es que no es tan frecuente como en los matrimonios eclesiásticos. Los hechos, con su elocuencia característica, han puesto en relieve, que la institución matrimonial reglamentada por la ley civil, la hace más moral y perdurable que las uniones autorizadas y bendecidas por clérigos. Por lo demás, en el matrimonio civil, ninguna conciencia ha sido maltraída: a nadie obliga la ley tener por roto el vínculo nupcial, ni aun cuando Ío desata está exento de cumplir con sus deberes de esposo.

Para quien haya estudiado las simonías y escándalos eclesiásticos, es una evidencia, que el matrimonio

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En el terreno de la libertad de conciencia ésta es una anomalía social y una inmoralidad doméstica.

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El cónyuge católico, cuyo divorcio ha sido pronunciado por sugestión o influencias clericales o mucho oro a la iglesia por vía de limosna; puede seguir considerándose como casado con aquel de quien se separó: está en idéntico caso de aquel a quien su cónyuge abandona.

santificado por el clero, es el que da más ejemplos de divorcio, que cualquiera otra religión revelada. Bien puede decirse, por ejemplo, que Inglaterra es cien veces, mejor dicho, mil veces más moral ahora, que cuando era absolutamente católica, romana; pero aunque el dato es indiscutible, el clericalismo sostiene que solo es válido y moral, el matrimonio católico, y esto se comprende por cuanto el matrimonio constituye para el clero una de sus más saneadas fuentes de recursos pecuniarios. Hay naciones, donde el clericalismo se ha impuesto como religión del Estado, donde la facilidad del divorcio ha hecho del matrimonio una especie de juego, lo cual en cuanto a la moral se refiere, es de desastrosas consecuencias. Esta anomalía social es la que trata de abolir por el matrimonio civil, la libertad de conciencia. Eduquemos ampliamente a la mujer, saquémosla de la jaula religiosa ultramontana, en que vive cautiva, abramos a su actividad mental todas las vías que da la libertad de conciencia: la familia, el matrimonio, llegarán al máximum de su dignidad y de su dicha, cuando se constituyan por el concierto de voluntades igualmente vigorosas libres y conscientes.

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Solo el divorcio desaparecerá, y con él, los negociados del matrimonio eclesiástico, que tan pingües ganancias dan a esos apóstoles de la iniquidad, llamados pontífices, Obispos y Curas.

CAPÍTULO SEPTIMO DISPARATADOS RITOS Y CEREMONIAS RELIGIOSAS

ABSURDAS

EMBUSTERAS

De todo lo que dejamos expuesto, se deduce, que las máximas y preceptos del clericalismo se oponen a la libertad de Conciencia, que es el progreso y la civilización de la humanidad. Hemos visto, que los ritos y ceremonias inventados por Pontífices romanos desde la llamada Agua bendita hasta el acto de la bendición de las palmas en día domingo de Ramos tienden a idiotizar las multitudes para sacar dinero, porque el dinero es el móvil de todas las acciones de la tenebrosa religión apostólica romana. Pero donde la cosecha es abundante, para todos cuervos de altar y sacristía es la representación mística grotesca, titulada el santo sacrificio de la misa. El sacrificio de la misa es la comedia que deja incalculables ganancias a los clericales. Es el tesoro, o rica mina que no se agota jamás y donde se cosecha mucho dinero embaucando a tontos y a fanáticos. Veamos lo que es la misa y en que consiste su decantada eficacia y santidad. Encontramos en la obra “La Bible Dans L'inde” por Louis Jacolliot, pagina 307 y respecto a este sacramento, con relación al Génesis Indostánico, lo siguiente: SACRIFICIO DE SARVAMEDA

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Brahma es considerado por los Vedas «como si se hubiese sacrificado por la creación. No solamente se ha encarnado Dios y ha sufrido para regenerarnos y llevarnos a nuestra

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«En la primera parte de esta Obra hemos escrito que:

fuente divina, sino que él mismo se ha inmolado para darnos existencia, sublime idea que se encuentra expresada, dice el Barón de Humboldt, en todos los libros sagrados de la antigüedad. De allí dicen los libros santos (de la India) —Brahma es a la vez el sacrificador y la víctima, de manera que el sacerdote que oficia todas mañanas en las ceremonias del Sarvameda, sacrificio universal simbólico de la creación, al presentar su ofrenda a Dios, se identifica al sacrificador divino, que es Brahma; o más bien es Brahma, la víctima en su hijo Christna, que ha venido a morir sobre la tierra para salvarnos, quien ha realizado por si mismo el sacrificio. «Así el sacerdote en el altar, en este sacrificio del Sarvameda, presentará a Dios su ofrenda y sus suplicas en honor de la creación y de la encarnación de Christna, refiriéndose el resto de sus oraciones más bien a atraer la protección divina, sobre las cosechas y las frutas."

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La milagrosa misa, que fue invención dc Pontífices romanos en que cada uno le ha ido agregando en cada siglo alguna pantomima de su intelecto con el fin de prolongar las escenas la representación, es uno de los muchos medios de que dispone el clericalismo para pescar dinero sin trabajar.

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La misa dicen, los hombres de iglesia, es la representación real del drama o tragedia del Calvario. Es el sacrificio de los sacrificios; es la ofrenda que se hace a la Divinidad en expiación de las culpas de todos los hombres nacidos y por nacer. Tiene además la particularid.id, de servir para todo, hasta para sacar almas del imaginario Purgatorio y llevarlas al cielo con la velocidad de una locomotora que corre a 90 millas por hora.

La misa es el factótum del clericalismo, y como para sujetarla a tarifa, se hace con el bautismo y demás sacramentos de la iglesia, las hay rezadas, cantadas y solemnes con y órgano y orquesta. Cada uno de esta tiene su precio. Y como tal eficacia embaucadora da mayor provecho a la colmena eclesiástica. No deja de ser acto indecoroso y risible, que se crea que la Divinidad se preste a esta clase de payasadas, que no son sino la resurrección del Paganismo. Los dioses del Olimpo de la mitología griega, son esa corte de santos y santas de que está plagado el calendario Gregoriano; y aunque están disfrazados con otros nombres no dejan de ser sino ídolos imaginarios, como Júpiter. Saturno, Baco. Plutón Ceres, Venus, Cupido, etc. La religión católica es la mitología cristiana; .y sus santos, los dioses de las teogonías de Oriente.

Creer que esto es un oficio grato a la Divinidad, equivale juzgar a ésta, susceptible á los actos ridículos en que actúan

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La misa que nada tiene de real y verdadera, sino es el fanático simbolismo que le rodea desde las vestiduras extrañas del oficiante hasta el acólito o ayudante que lo rodea con cambio de misal y escanciadoras (l) de vino y agua, deja al auditorio tan ignorante de sus misterios como el sordo mudo en una representación teatral.

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Volviendo a la misa, que nadie comprende, porque es dicha en un latín que el público no entiende ni el mismo que la oficia en el altar, muchas veces se reduce a genuflexiones de altar, y a convertir una partícula de pan sin levadura y unas gotas de vino dulce, no siempre de uva pura, en el cuerpo y sangre del que se dice fue el Redentor de la especie humana del absurdo pecado original.

el idiotismo y la insensatez de los escapados de una casa de Orates. El clericalismo que se alimenta, vive, medra con el embuste y la mentira, hace de la misa, el acopio de milagrosos bienes espirituales, y para todo y por todo la aplica en pro de su bolsillo y en explotaje de la necia credulidad de fanáticos y tontos, en cuyo número se cuentan los pueblos que tienen la desgracia de llamarse católicos, apostólicos y romanos. Se conmemora un aniversario patrio, una batalla o matanza, cruel y violenta, allá va la misa a santificar esas horribles hecatombes, no siempre justas y racionales. Se quiere honrar la memoria de un deudo querido, pues no hay más que aplicarle una misa o misas, que son para su alma el glorioso triunfo, que más podría apetecerse, puesto que la misa, pagada al clericalismo, es tesoro de gracias é indulgencias en la otra vida. Si el alma está condenada, la justicia divina enmudece, se deja cohechar por las genuflexiones del clérigo y fraile, por más lúgubre inmoral que sea en su vida y costumbres; y si el alma está en el cielo, con la misa aumenta en gloria y en deleites espirituales.

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A más de las misas, cl clericalismo cuenta con las letanías, novenas, rosarios, trisagios, jubileos y triduos, todo lo que constituye la idolatría religiosa elevada al rango de explotación y embrutecimiento de la pobre humanidad, que está sujeta bajo la férula de la Curía Pontificia romana.

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Esto nadie ha visto, ni vera jamás, pero la iglesia romana con un Papa sensual a la cabeza lo asegura, y hay que creer en la mentira, so pena, de que el que afirma lo contrario se le tilde de ateo, o de hereje, que da lo mismo.

El dominio de la libertad de conciencia destruirá toda religión revelada, que como la católica, es un tejido de mentiras, idolatrías y embustes.

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FIN

DESCRIPCIÓN SITUACIONAL DEL ANARQUISMO Y ANTICLERICALISMO EN EL PERÚ EN LOS AÑOS 18821912 Introducción La obra de Christian Dam, si se tomara aisladamente, podría parecer como una posición intolerante y fuera de todo contexto lógico; pero gracias a las fuentes bibliográficas consultadas, hacen referencia que estas corrientes del anarquismo y el anticlericalismo estaban presentes a todo nivel de la sociedad de aquella época. También resaltar que en estos años, estas corrientes no eran exclusivas en nuestro país. Existen tratados de los diferentes países de América como México, Cuba y Argentina que se reportaron hechos incluso de mucha violencia. Gracias a las obras consultadas se ha podido saber que existió una corriente anticlerical, no solo en la masonería, sino a nivel del Estado. Se destaca que en esos años, era un clamor la libertad de cultos, y un caso especial fue que después de muchos debates en la Cámara de Diputados y de Senadores, los cementerios pasaron a ser administrados por las municipalidades y que el matrimonio con personas de distinta creencia distinta a la católica fue recién permitida. Se suma a todo ello, el gran interés por darle la igualdad de derechos a la mujer; y de igual forma hay abundante documentación sobre este asunto.

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Ivo Pino Ramos

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A continuación, la narración de hechos basados en las fuentes consultadas, agradeciendo el honor en permitirme escribir este capítulo.

Hechos Si bien el concepto primario de Anarquismo es el nombre dado a toda filosofía política o social que llama a la oposición y la abolición del Estado entendido como monopolio de la fuerza, y por extensión también así al rechazo de todo gobierno político o de toda autoridad social impuestos sobre el individuo, por considerarlos innecesarios o nocivos, no existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas; algunos hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y socialistas. En América surge el anarquismo en el sector obrero, como protesta a los abusos del empleador y del estado indiferente. En el Perú se inicia con las primeras protestas del sector obrero, en la época llamada en nuestro país como la “república aristocrática” (1891-1920)

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Christian Dam no era peruano de nacimiento, él nació en las Antillas Danesas en 1852, llegó al Perú a los 18 años en 1871 y se nacionalizó peruano. Como profesión, fue cirujano dental. Integró junto a Manuel González Prada y Abelardo Gamarra el partido Unión Nacional en 1891. Dirigió el periódico “El Libre Pensamiento” (1896-1904). Fue un constante colaborador de periódicos liberales radicales y anarquistas.

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En este contexto, tenemos bastante literatura académica en relación al vínculo entre intelectuales y obreros anarquistas, y que se ha centrado en Manuel González Prada, y como se sabe, su importante labor como propagandista de las ideas radicales, ya que estas atizaron las conciencias de los proletarios. Pero de igual forma es importante conocer a otro personaje que estuvo a la vanguardia de la crítica social. Nos referimos a Christian Dam.

Un periódico obrero de corte anarquista llamado “La Protesta Libre”, editado en Chiclayo, en 1906, realiza una biografía de este personaje, y lo define en los siguientes términos: “Profesional ilustrado y trabajador infatigable, la oficina de cirugía dental que fundó y prestigio que le dieron medios para vivir independiente y para contribuir también a numerosas obras de beneficencia privada y de utilidad pública”. Habría que agregar una labor más que emprendió y reafirma su espíritu altruista y filantrópico. Fue comandante de la compañía de Bomberos “Cosmopolita”. Dam realizó las gestiones necesarias, en el año de 1890, para que el gobierno de Cáceres cediera la propiedad del local de las antiguas carceletas de la inquisición.

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Es en este periodo donde surgen las iglesias protestantes, sumado a la exigencia de la separación de la iglesia con el estado. En el Perú esta corriente fue de acuerdo a los intereses de la oligarquía peruana. Este liberalismo de conveniencia donde si la iglesia ayudaba a mantener el orden establecido, merecía su apoyo; pero si su opinión constituía un obstáculo hacia el llamado progreso social, es decir, la acumulación de más riquezas, merecía su reproche. Para efectos de una mejor comprensión del itinerario ideológico y político de Christian Dam, es menester enfatizar las fases de su producción intelectual y sociabilidad, y además incluir su afiliación masónica como parte de sus ideas liberales.

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Por aquellos años Christian Dam fue el artífice también de la fundación de la asociación dental de Lima, él obtuvo su título profesional en San Marcos (RAMOS, 2006: 110); y esto podría explicar la cercanía a intelectuales de clases sociales privilegiadas.

Primera fase: Liberalismo anticlerical Años antes de la fundación de la Gran Logia del Perú (1882), la masonería peruana alentaba al anticlericalismo. Se sabe del masón destacado de la época: Francisco Javier Mariátegui, portavoz con Vigil de un patronato nacional para ejercer control sobre la iglesia. Se tiene conocimiento que Ricardo Palma, que también fue masón, tenía pensamientos anticlericales. Es en estos años que se cuentan con una Gran Logia del Perú con 5 logias y unos 300 hermanos, y por el otro lado un Supremo Consejo con 11 logias y 680 masones. Las diferencias entre los dos grupos era una cuestión de estilo, no de sustancia: el anticlericalismo fue una preocupación y una pasión compartida por todos los masones. En general, los masones de esa época eran profesionales o comerciantes de la clase media. Además de Mariátegui, hubieron dos masones que destacaron en esta faceta: Christian Dam y Carlos G. Amezaga. Su publicación más importante fue la revista, “La Ilustración Popular”. El propio González Prada que no fue masón porque, decía, que con sus ritos y fanfarria parecían “curas pero al revés” (GÓNZALES PRADA, 1964, p. 42).

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Klaiber (1988) menciona “que fueron los masones de Lima que precipitaron la primera crisis grave entre la iglesia y el liberalismo después de la guerra y todos esos años las logias masónicas constituyeron los focos más beligerantes del anticlericalismo en el Perú”. (p. 155)

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Se asegura que ideológicamente en esa época, la masonería no representó otro pensamiento que el de liberalismo anticlerical. Y lo poco que se sabía de la masonería era que era un ambiente de “religiosidad” y por ello el comentario de González Prada.

Se lee en la Revista Masónica del 28 de julio de 1882, “Existe cierta tensión con los que, como Christian Dam de la logia Orden y Libertad N° 2, negaban el carácter bíblico del simbolismo masónico”. Pasan los años y Christian Dam, ocupa el máximo puesto de la masonería peruana; el de Gran Maestro. Y en 1897, dictó un decreto desterrando la Biblia del ceremonial masónico de juramentación, sustituyéndolo por un ejemplar de las Constituciones Masónicas, medida que llevó a una crisis a la GLP que pudo ser remediada sólo con su renuncia (López Albújar, 1961:266-276).

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Christian Dam como masón, aparece en el año 1882 con la Revista Masónica que se comenzó a publicar regularmente en febrero de 1882, bajo la dirección colectiva de él mismo, junto con Eduardo Lavergne y J. A. Ego-Aguirre; y es a partir del cuarto número que quedó bajo la sola responsabilidad de Lavergne hasta 1896. Se imprimió primero en la «Imprenta de F. Masías y Hno.», pero, por la disposición del gobierno de ocupación, en julio de 1882, el número 9 se debió imprimir como parte del diario «La Patria» y con el sello de la «Imprenta de La Patria», pero en setiembre del mismo año recuperó su autonomía, aunque siguió imprimiéndose en dicho taller hasta el número 18 (mayo de 1883). Del número 19 al 22 se imprimió en la imprenta «El Pueblo», hasta que a partir del número 23 (octubre de 1883)

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Sobre el tema de la mujer, se agrega que en la sesión anual del 29 de marzo de 1897, la Gran Logia del Perú, aprobó la creación de logias de adopción (Rito donde se permite a la mujer, participar en una tenida, presidida por una Logia masculina) con el fin explícito de preparar a las mujeres a seguir “los consejos de sus esposos» y «los dictados de su conciencia para que pudieran educar a sus hijos en la caridad, la justicia y la tolerancia”, pero esta faceta la dejamos para otro artículo dedicado a este tema.

se comenzó a imprimir en la «Tipografía del Universo» del masón Carlos Prince (1836-1919). La revista, que luego asumió el nombre de Revista Masónica del Perú, cesó de publicarse en 1896 en que “El libre pensamiento”, bajo la dirección de Christian Dam, asumió el papel de órgano oficial de la GLP, con la novedad de publicarse cada semana y con avisaje comercial (CHOCANO, 2010: 423). Pero, cuando Dam deja la masonería, “El Libre Pensamiento” pasará a ser vocero de la Liga de Libre-pensadores del Perú, Aunque es preciso mencionar que antes de renunciar a la masonería, renunció al partido Unión Nacional en 1897 (Ibíd., 439-440). En aquella publicación propugnó la libertad de cultos y el anticlericalismo, constantemente exhortaría a las diferentes clases sociales a enrumbarse por la senda de una libertad alejado de los dogmas religiosos, poniendo en la centralidad de su pensamiento valores universales que implican el amor a la humanidad y la confraternidad.

Dentro del programa de la Unión Nacional se puede contemplar: “Dar representación a las minorías y tender el sufragio directo y universal sin exclusión de los extranjeros”,

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Dam aparece en el escenario político junto a otros intelectuales al momento en que fundan la Unión Nacional (1891), muchos integrantes de tal partido pertenecieron al “Círculo Literario”. Quienes integraron la Unión Nacional, a parte del ya conocido Manuel González Prada (presidente del partido), fueron (se consigna el oficio u ocupación): Carlos G. Amezaga (periodista), Antúnez Dámaso (médico), Manuel Carrión (universitario), Abelardo Gamarra (profesor), Alberto Químper (abogado), José B. Ugarte (abogado), entre otros.

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Segunda fase: EL LIBERALISMO RADICAL

“Elevar la condición social del obrero”, “recuperar, por iniciativa oficial, las propiedades usurpadas a las comunidades indígenas”, “Hacer legal y prácticamente inviolable la libertad de conciencia, de imprenta, de sufragio, de reunión y de asociación”.

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EL LIBRE PENSAMIENTO fue para Christian Dam, el medio de servir abnegadamente con su pluma y con parte de modesta fortuna, la causa redentora de los pueblos. Ariete formidable de las ideas modernas y centinela avanzado de las libertades, en esa hoja se expusieron las mejores doctrinas, se denunciaron horrorosos desbordes clericales, se defendió a muchos inocentes y se pulverizó la enorme colección de supercherías del catolicismo. Luego de su salida tanto del Partido Unión Nacional y de la Masonería se dedicaría Christian Dam a su labor doctrinaria de librepensador, pero lo que conlleva a anudar y facilitar su estrechez con los círculos obreros anarquistas, será la experiencia que tiene en gestionar y ser agente en canalizar las voluntades más nobles. Para esta fase del itinerario es preciso mencionar que las publicaciones donde participa, la cuestión social y la renovación del esquema mental de los más cercanos, el público que accede a las publicaciones

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La aplicación de reformas con tendencia a la inclusión de los obreros peruanos fue una constante en los ideales del partido, aunque vale la pena mencionar que se pueden encontrar atisbos de xenofobia, por ejemplo, en el punto V del programa se menciona “Favorecer la inmigración europea y oponerse al fomento de la asiática”, esto tendrá, tal parece, como factor la competencia en el mercado laboral que significaba la presencia china en el ambiente limeño, muestra palpable de esta cuestión se dará en lo motines de mayo de 1909 .

anarquistas, constituyen sus objetivos en la labor doctrinera. Nos detenemos un momento sobre Christian Dam, y analizaremos en que contexto aparece en el Perú. Comenzamos por la forma como llega el pensamiento anarquista. Se pueden identificar tres vías de entrada: por el movimiento obrero anarquista internacional, inmigrantes europeos en América Latina y por medio de los intelectuales. En el primer grupo es importante la labor de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT); en el campo anarquista, esta entidad estableció en sus diferentes congresos:

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A partir de aquel momento el anarquismo va teniendo una clara influencia a nivel de América Latina, además esta región se convertirá en un espacio idóneo para los proyectos sociales utópicos de los inmigrantes europeos; algunos de estos trataron de implantar comunas libertarias entre 1860 y 1900 en Argentina, México y, específicamente, en Brasil. En este último país, el anarquista italiano Rossi funda en el Paraná en 1890 una comuna libertaria, que no pudo subsistir económicamente y quebró (TEJADA, 1988: 196).

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(…) como uno de sus objetivos expandir las ideas anarquistas hacia América. La mejor manera para esta difusión resultó ser la vía migratoria la cual muy pronto cosecha sus primeros resultados ya que durante la década de 1870 florecieron en América a nivel orgánico algunas filiales anarquistas de la AIT, especialmente en Estados Unidos, México, Puerto Rico, Cuba, Brasil, Ecuador, Uruguay, Argentina y Chile y de la cual no escapa el Perú al establecerse en el año 1873 una filial de la AIT en Lima compuesta en su mayor parte por extranjeros. (LLANOS, op. cit.: 14)

Las ideas anarquistas van a penetrar en los sectores populares artesanales y en la nueva clase obrera, irán calando en las agrupaciones de corte mutualista.

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Hay que agregar que la presencia de extranjeros, transmisores de las ideas sociales en el Perú, no fue muy numerosa. Es pues absurdo atribuir a los extranjeros que nos visitaron, la paternidad exclusiva de la propaganda

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En el marco de la inmigración europea a América Latina que se dio en el siglo XIX, llegan las ideologías obreristas, Argentina será el país que acoja a una ingente cantidad de europeos, estos de las clases más adversas, llegando también nuevas formas de organizar al artesanado y al proletariado urbano industrial incipiente. Desde tal país llegarán elementos anarquistas que influenciarán de manera notable en el movimiento obrero peruano. Argentina será uno de los países en donde se acentúa la presencia anarquista, acoge a una cantidad considerable de inmigrantes italianos, en busca de trabajo; italianos como Enrique Malatesta y Pedro Gori que contribuyeron a la propaganda y la organización entre la clase obrera argentina. En 1901 se crea la Federación Obrera Argentina (F.O.A), al año siguiente ocurre un cisma, dos vertientes van a desarrollarse: una corriente socialista, representado por la “Unión General de Trabajadores” (1903); y la vertiente anarquista, representado por la Federación Obrera Regional Argentina (F.O.R.A). Esta última institución adopta el modelo anarcosindicalista, y será el motor impulsor a nivel de América Latina, enviando representantes a los diversos países de la región, entre estos tenemos al Perú. La F.O.R.A publicó el periódico La Protesta, órgano combativo anarcosindicalista, donde tendrá a su homónimo peruano, editado por la sociedad de resistencia “Luchadores por la Verdad”.

anarquista en el Perú. Si en algún lugar debemos buscar la razón del arraigo de las ideas sociales, es en las propias condiciones de la situación peruana” (PAREJA, op. cit.: 54).

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González Prada tuvo una influencia directa en el incipiente movimiento obrero, escribiendo de manera constante, con seudónimos o de manera anónima, en el periódico “Los Parias”. Prueba de esta estrecha relación con los obreros es el acto significativo de la conmemoración del 1ero de mayo en 1905, fue invitado por la FOPEP (Federación de Obreros Panaderos Estrella del Perú) a pronunciar una conferencia, titulada “el intelectual y el obrero”, que fue de suma importancia para la historia social del país, donde exhorta el fortalecimiento de la unión solidaria entre todos los trabajadores, propiciando además la relación entre los jóvenes universitarios de la clase media y los proletarios

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Algunos intelectuales de aquella época no fueron ajenos a las ideas anarquistas, hubo en muchos casos un cambio de postura, de liberal a una anárquica, como el de Manuel González Prada, Christian Dam, José B. Ugarte, entre otros. El caso más representativo es el de Manuel Gonzales Prada, quien a su regreso de Europa en 1898 se volcó hacia una postura ácrata, fue seguidor de autores como Kropotkin, Élisée Reclus y Anselmo Lorenzo. Su popularidad fue creciendo a causa del tono muy radical de sus críticas a los poderes establecidos. En su discurso de agosto de 1898 en el local de la Unión Nacional, el ensayista había designado al obrero y al campesino como la parte sana del país. La semana siguiente, su amigo Christian Dam le invitó a dar otra conferencia en la Liga de Librepensadores que fue impedida por el gobierno. La Liga desempeñaba un papel de educación popular y concientización política mediante reuniones públicas en las que participaban intelectuales y trabajadores (DELHOM, 2001: 4).

(DELHOM, 2001: 5). Fue defensor además de la lucha emprendida por los obreros para la obtención de la jornada de ocho horas. TERCERA FASE: “SOCIEDADES DE RESISTENCIA” Y PRENSA Los anarquistas se agruparon en “sociedades de resistencia”, a través de estas organizaciones se pretendió difundir el ideario anarquista en Lima. El concepto de “sociedad de resistencia” es manejado por los obreros de la época, esto se verá en los periódicos anarquistas. Un activo organizador de estas fue el anarcosindicalista, obrero panadero perteneciente a la Federación de obreros panaderos “Estrella del Perú”, Manuel C. Lévano, él define a las “sociedades de resistencia” en los siguientes términos:

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Como expresa Manuel C. Lévano, estas agrupaciones de corte libertario tenían como objetivo fortalecer la conciencia de los obreros. Los integrantes, también apuntaban a crear “una cultura de los subordinados, como un proyecto alternativo para una nueva sociedad” (TEJADA, 1988: 235).

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(…) sociedades de resistencia son todas aquellas que están formadas única y exclusivamente por salariados y que aspiran a la completa emancipación de los trabajadores practicando como único medio para este fin la lucha económica y rechazando en absoluto la lucha política gobernativa (…). Y se llaman de resistencia, porque en su propia organización llevan imbíbitas las sacrosantas ideas de rebeldía, de lucha, de protesta, contra todo lo que significa explotación, opresión, servidumbre. (…). Ellas son centros de recreos morales y de enseñanza artística. Son escuelas en las que el obrero estudia y trabaja y aprende a administrar una organización ante las luminosas proyecciones del racionalismo científico. (Lévano, 1910: 17-19).

Estaban en contra de la política, el capitalismo y la iglesia católica, ya que todo ello representaba elementos que impedían el libre desenvolvimiento de las personas e iban en contra de la libertad y la igualdad. Entonces, como evidenciamos los objetivos de las “sociedades de resistencia”, serán funcionales a la actividad emprendida por Christian Dam.

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Volviendo al asunto de las “sociedades de resistencia”, ejemplos de estas organizaciones serán: “Luchadores por la verdad”. Este grupo se conformó en 1910, luego de que algunos elementos anarquistas pertenecientes al “Centro de Estudios Sociales Primero de Mayo” decidieron formar otra “sociedad de resistencia”. Dentro del grupo de “Luchadores por la verdad” podemos distinguir a artesanos, obreros e

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Es así que llega el año 1905, y publica un opúsculo anticlerical llamado “El Dogma de la Libertad de Conciencia”, que circuló de manera gratuita, tuvo un tiraje de 6,300 ejemplares. Esto pues, es ejemplo de la amplitud de las ambiciones hacia la configuración de una nueva sociedad en el plano de la libertad de las creencias. La sociabilidad pues está presente, y Dam evidentemente fue un artífice connotado, que como se puede observar en los documentos, no sólo se limitó a las organizaciones liberales sino anarquistas. Las transacciones entre trabajadores y anarquistas, se pueden percibir mediante dos tipos de prácticas: la primera, tiene que ver con el aspecto formal, es decir, los centros de lecturas (bibliotecas obreras), ateneos y publicaciones periódicas; el siguiente es de tipo informal, lo cual se concreta en las charlas y reuniones. La distinción de estas tiene que ver con la regularidad e institucionalización. El proyecto cultural alternativo anarquista, va a paliar y en muchos casos reemplazar la educación que el Estado descuida en las clases populares.

intelectuales, no hay una homogeneidad en su composición. Y esto lo podemos saber a partir del estudio del periódico que editó tal grupo libertario, La Protesta (1911-1926), dentro del grupo redactor se encuentran: textiles, choferes, pintores, ebanistas, panaderos, estudiantes universitarios, músicos, etc. En el primer número podemos leer los principios rectores que van a guiar el accionar de los militantes anarquistas. Christian Dam entonces tuvo contactos con los miembros del Centro de Estudios Sociales Primero de Mayo, órgano que publicaba El Oprimido, algunos obreros anarquistas no se limitaban a la consecución de mejores pagos o cosas que se limitan al plano material, sino que forjan la pretensión de los valores, una utopía social.

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Tenemos también que agregar la diversidad de periódicos anarquistas que se fueron editando en este periodo, primeras tres décadas del siglo XX, en sus páginas encontramos, no sólo manifestaciones de sus orientaciones ideológicas, sino textos de una carga política que arremetió contra distintas instituciones, actuaron como un medio donde se podían expresar los actores sociales, que sufrían en carne propia la inclemente tiranía del Estado opresor. Y

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En tal sentido, los obreros anarquistas no se limitaron a perseguir reivindicaciones económicas, mediante la “acción directa” (como por ejemplo la huelga), ellos “también se preocuparían por coadyuvar al mejoramiento del nivel intelectual de la clase trabajadora (propender al engrandecimiento de la cultura de los trabajadores), fundándose: Grupos literarios, Centros de Estudios Sociales, publicaciones periódicas, Bibliotecas Obreras” (HUAMANÍ, 1998: 136).

fueron distintas las formas en las cuales manifestaron sus ideas, una de ellas fue por medio de la poesía: “La lira anarquista fue un importante elemento de difusión a partir de este particular pensamiento de la época. La poesía se intercalaba con los demás artículos, siempre persiguiendo la misma consigna, que era la de enviar un mensaje determinado apelando a la inocultable sensibilidad que produce en el lector este género literario” (MACHUCA, 2006: 104).

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Para poder finalizar, la cultura política de los obreros anarquistas se fue esgrimiendo en una sociedad marcada por el proceso modernizador, las prácticas políticas no surgieron de la nada, se tuvieron en cuenta los elementos constitutivos de asociación mutualista y de las asociaciones liberales, aunque se trate de deslindar en el discurso, en la práctica podemos notar todo ello, por ejemplo la primera biblioteca fue establecida por los mutualistas, y la fuerza anticlerical vino de parte del liberalismo radical. Dentro de estos grandes procesos de construcción de redes de interacción con fines que pretenden elevar la condición moral del trabajador, estará Christian Dam, un personaje que es un referente de la historia social peruana.

EL FIN DE CHRISTIAM DAM Christian Dam fallece el 26 de abril de 1920, sus restos reposan en el Cementerio Presbítero Matías Maestro, el nicho está ubicado en el conocido “Cementerio laico” o también conocido como “Pabellón de los Suicidas”.

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Foto: Renzo Tupia A.

ANEXO MEMORIAL LOS JESUITAS EN EL PERÚ Christian Dam

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1909

Introducción A finales del siglo XIX, la situación del Perú en cuanto a la consideración de la Iglesia Católica era cada vez más distante con el Estado peruano. La intolerancia de la iglesia había llegado a límites insospechados. La necesidad de que ingresen inmigrantes para el desarrollo del país y por consecuencia con otras creencias religiosas, fue uno de los motivos para este distanciamiento. Un ejemplo de ello fue el tema de los cementerios, que en este tiempo la iglesia católica emitía “boletas de entierro” para poder ser sepultado en los camposantos, excluyendo a todo aquel que no era católico. El tema llegó hasta el poder Legislativo, con debates a favor de la separación del estado y de la iglesia, y en contra por conservar a la iglesia como parte del Estado.

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Se menciona también que la masonería tuvo un papel preponderante en la separación de la iglesia con el estado, y que incluso masones que eran también legisladores, apoyaban esta medida. Aunque no hay documentación escrita, pero se decía que el Gral. César Canevaro, que en ese año era Gran Maestro de la Gran Logia del Perú, luego de un acuerdo de logias, procedió (10 de junio de 1888) a enviar

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Hay numerosos casos pero solo por mencionar uno, como lo describe Armas Asín “…El escándalo público que provocó la exhumación del masón Ezequiel Lazarte, por el Vicario capitular del arzobispado de Lima, argumentando el hecho de haberse suicidado, no pudo ser mejor excusa para que un grupo de diputados (Lecca y Maldonado) presentaran en su cámara, el 7 de agosto de 1888, un proyecto de ley de laicización de cementerios. El texto, pretendía entregar a los municipios en camposantos abiertos a entierros de personas de todo credo, pasó a las comisiones de Gobierno…” (p.127).

una petición a cada legislador masón para lograr la ansiada secularización de cementerios. Es en este contexto que aparece una publicación de un padre jesuita Ricardo Cappa titulado “Historia Compendiada del Perú” que serviría de texto para el Colegio San Pedro regentado por la Orden Jesuita, donde distorsiona muchos hechos históricos, vilipendiando a nuestros héroes y ensalzando a la compañía de Jesús. De inmediato causó la crítica, comenzando por Ricardo Palma donde publica en el diario “El Nacional” su excelente “Refutación a un Compendio de Historia”, donde al comienzo dice: “las más culminantes exageraciones falsedades y calumnias de que tan profusamente está sembrada esa historia” y agrega: “No se concibe milicia mejor regimentada; y por eso los jesuitas son un peligro para la libertad, la civilización y la república”. Años más tarde lo incluye en su libro “Cachivaches” y en su clásica obra “Tradiciones Peruanas”.

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Christian Dam, comienza su crítica a dicho libro primero con una conferencia celebrada en el Teatro Politeama con una reseña sobre la historia de los jesuitas que lo plasmaría luego en un folleto de 37 páginas. Es así que se suman los liberales y los anticlericales, organizando mítines.

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También en la Revista Masónica del Perú se publica una editorial titulado “Manifiesto de la Francmasonería Peruana” de fecha 31 de julio de 1886 donde menciona que “hacer oír su voz y su parecer en el concierto de las opiniones, elevándola al Supremo Gobierno en clamorosa súplica para que libre al Perú de los peligros con que aquella Orden le amenaza”. Moción que fue apoyada por los senadores y también masones Ricardo Palma y José M. Pinzas.

De escritos se pasó a la acción, y es la Gran Logia del Perú que participa con un mitin, que fue acordado en la sesión de 4 de setiembre de 1886, cuya finalidad era pedir al Congreso la expulsión de los jesuitas. Existe también otro acuerdo llevado a cabo el 23 de setiembre en casa de Christian Dam, para realizar un mitin el domingo 26 de setiembre a la 1 p.m. y esta vez se agrega pedir al Estado el cumplimiento de la ley de noviembre de 1855 donde se prohíbe la residencia de los Jesuitas en el territorio de la República. Un mes y días después se promulgó una Ley que ratificaba la prohibición del establecimiento de la Compañía de Jesús como comunidad, como congregación como cuerpo docente y bajo cualquier otra forma. (LOPEZ, 1951.p.56-64) Es así que por segunda vez se expulsaba a los jesuitas del Perú. Este fue el escenario cuando Christian Dam escribe este Memorial titulado “Jesuitas en el Perú”.

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Ivo Pino

BIBLIOGRAFÍA ARMAS ASIN, F. (1998). “Liberales, protestantes y masones”. PUCP. CHOCANO, MAGDALENA. (2010). “Lima masónica: las logias simbólicas y su progreso en el medio urbano a fines del siglo XIX”. Revista de Indias, 70(249), 409-444. LÉVANO, MANUEL C. (1910). Organización obrera. Lima: Biblioteca “Luz y Amor”. LÓPEZ ALBUJAR, C. (1961) Masones y Masonería en el Perú. Lima: Imprenta José Pardo. LLANOS, OSCAR. (2000). “El proceso de declive de la influencia ideológica política anarquista en el movimiento obrero peruano (1919-1932)”. Tesis (Lic.). Lima: UNFV. MACHUCA, GABRIELA. (2006). La tinta, el pensamiento y las manos. La prensa popular anarquista, anarcosindicalista y obrero-sindical en Lima, 1900-1930. Lima: Universidad de San Martín de Porres. PAREJA, PIEDAD. (1978). Anarquismo y sindicalismo en el Perú (1904-1929). Lima: Ediciones Rikchay. TUPIA, ADORANIM (2012). Por la senda de Christian Dam: Intelectuales y obreros. Lima: UNMSM.