El docente que necesita Ecuador

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA EMPRESARIAL DE GUAYAQUIL

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN ONLINE

ACTIVIDAD DE TRABAJO AUTÓNOMO

Docente: Mg. Flor Elena Litardo Bolaños.

Alumna: Marola Janyna Robles Loaiza.

Asignatura: Teorías y Problemas de la Pedagogía Contemporánea.

Unidad Nro.- 4.

Tipo de actividad de trabajo autónomo: Taller.

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El docente que necesita el Ecuador. En la actualidad, la formación pedagógica del docente cobra una significativa importancia, su intervención en la práctica educativa demanda sentido crítico, reflexión, imaginación y creatividad para satisfacer las nuevas necesidades de aprendizaje que exige su práctica docente dentro de la nueva escuela. Hoy en día, es necesario que el profesor intervenga con el propósito de interpretar la realidad desde diferentes abordajes teóricos y asumir el papel de facilitador en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Se debe reconocer que en los diversos escenarios educativos, el avance del conocimiento y la innovación en los modelos pedagógicos están obligando al ejercicio de más de un papel en la docencia; esto es, el docente asume un desempeño que va más allá de actividad en el aula, la labor de los profesores se ha vuelto cada vez más compleja, ardua y desafiante, razón por la cual; tanto a la formación pedagógica del docente como a la educación será necesario visualizarla desde la perspectiva global, emergente y cambiante con sus pro y sus contra, acorde a esta sociedad del conocimiento, demandante de nuevas formas de aprender y de enseñar, de organizar los centros educativos, y con ello transformar la cultura en torno a ella. Los estándares de calidad educativa al ser descripciones de logros esperados de los diferentes actores e instituciones del sistema educativo, juegan un papel muy importante. En tal sentido, son orientaciones de carácter público, que señalan las metas educativas para conseguir una educación de calidad, cuando los estándares se aplican a profesionales de la educación (docentes), son descripciones de lo que estos deberían hacer para asegurar que los estudiantes alcancen los aprendizajes deseados1; pero, ¿cómo lograrlo? Si hoy en día existen leyes muy permisivas que consideran que la labor docente es un quehacer cualquiera en el cual desde un bachiller hasta un ciudadano profesional en otra área del conocimiento puede desarrollar esta noble labor, olvidándose que en las aulas es donde se hace posible generar acciones comprometidas y conscientes que permitan alcanzar la calidad en educación en ciertos aspectos. Sumado a ello, no existe el compromiso de especializarse en el ámbito educacional por parte de quienes ya ocupan un contrato o incluso un nombramiento provisional en calidad de docentes, primando los compadrazgos, haciendo de la educación un negocio en algunos casos. Así también, es necesario señalar que hay docentes con su título en educación, pero han 1

http://rsa.utpl.edu.ec/material/CCBB/Que%20son%20los%20estandares%20de%20calidad.htm

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olvidado la buena costumbre de auto educarse para ser entes actualizados frente a los estudiantes y ser ejemplos de calidad a seguir. Se genera aquí la controversia entre las “exigencias” a los docentes olvidándose de lo prioritario su formación académica como tal. Entonces, el docente que necesitamos en nuestro país hoy es un profesional comprometido consigo mismo para lograr la excelencia académica, donde no olvide la inclusión de los niños que juega un aspecto indiscutible, la escuela constituye un lugar que puede evitar la desintegración, es el espacio social en que se redefinen integraciones, se construyen y juegan identidades entre otras. Los verdaderos docentes educamos en el nivel primario y secundario para una alfabetización y construcción de ciudadanía, en la universidad para generar profesionales e intelectuales críticos. Lo interesante, es que no hemos renunciado como condición humana a vivir y tener una mejor sociedad, en la aspiración que cada uno sea “un alguien”, quien ingresa a la escuela ya es un alguien, que se transforma en sujeto a partir de que lo nombramos y lo reconocemos en lo público. La escuela es un gran organizador simbólico de la realidad, es productora de subjetividad, en ella se redefine la relación del sujeto con la sociedad. Porque junto con el nombre, está la norma, tan discutida y peleada en determinados momentos históricos, pero tan necesaria para construir un sujeto. Esa norma, no sólo externa que marca en un lugar de no norma, sino de su proyección interna, posibilita manejar tiempos y espacios, horas y días, producciones y reproducciones. Una conclusión a esta altura es que trabajamos con un derecho, que es el derecho a la educación, que a partir de la construcción de éste se construyen saberes y se fomenten valores que refuercen lo impartido en la familia. La formación docente, por su lado necesita constituirse entonces en un espacio capaz de posibilitar herramientas para la propia constitución subjetiva, capaz de interpelarnos a reflexionar sobre nuestras propias posiciones subjetivas y lo que ello comprende, el lugar del poder en nuestros cuerpos, en la constitución de la vida escolar, en las determinaciones sociales, curriculares y en la toma de decisiones. Un sentido que nos provoque y nos convoque a pensar que la formación docente es un lugar de interpelación para poder abordar qué hacemos con lo que han hecho de nosotros educacionalmente, resaltando que todos los sectores deben recibir la misma calidad de educación desde los sectores más vulnerables que necesitan ser sujetos de esta inclusión.

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Considerando, que la nueva escuela resalta aquel marcado rol tanto para el estudiante (educabilidad) y el docente (educatividad), según Ocaña en su obra Modelos Pedagógicos y Teorías del Aprendizaje señala que el “educador es el coordinador de la actividad educativa, guía y orientador activo del proceso y el estudiante es el elemento activo del aprendizaje, personalidad que se desarrolla a partir de las posibilidades personales y para la interacción con otros” 2 Bajo este contexto, las escuelas no deben ser fábricas de seres en masa, sino ser capaces de identificar desde pequeños al gran médico-cirujano, pero también al genio pianista o músico, desde los lugares más recónditos donde los niños van a su escuela por caminos con lodazales, por tierreros o por empinadas montañas para llegar a la escuela, donde ese sacrificio cuenta y cuesta mucho para la educación pero que muchos dejamos de lado; hasta los lugares citadinos. La institución escolar, en definitiva, debe ser concebida no solo como un centro de aprendizaje, sino también como una comunidad de convivencia, donde la resolución constructiva de los conflictos, el respeto a la diferencia, la interculturalidad y la participación activa en la construcción de un clima de concordia deben ser las líneas directrices. Se precisa mencionar que, para lograr los resultados deseados, los padres de familia juegan un papel fundamental, ya que el tema educación es algo tripartito: estudiante-padresdocente. Una cuestión muy difícil es la participación de las familias en la escuela, porque cada día se hace más evidente el distanciamiento familiar agradable. Se observa de manera, que el rendimiento de los estudiantes cuyos padres acompañan su desarrollo de la escuela se diferencia positivamente de los estudiantes que no reciben tal seguimiento. Resta de la participación familiar en la vida escolar del alumno se genera en la mayoría de los casos, un déficit en el aprendizaje, y, por lo tanto, fracaso escolar. El hecho es que tanto la escuela como la familia se necesitan mutuamente, porque esta interacción debe darse y asegurar el éxito con un buen funcionamiento. Sin embargo, tenga en cuenta que hay distanciamiento familiar dentro de la escuela, dejando la responsabilidad en manos de maestros y otros profesionales de la educación. Esta desintegración de la participación familiar en la escuela ha

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Ortiz Ocaña, A. (2013). Modelos Pedagógicos y Teorías del Aprendizaje, p. 53 y 54.

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causado obstáculos y la desintegración de valores como la ética, ciudadanía, solidaridad, afecto y humanización que es lo primordial hoy en día el enriquecimiento axiológico. Complementando a la formación de la personalidad de niños, adolescentes y jóvenes, necesitamos un proyecto educativo basado en una imagen ecológica del mundo y un programa de cultivo de la vida interior y de iniciación al activismo ecosocial para la construcción de sociedades más justas y sostenibles. El Estado juega un rol primordial en su desarrollo. No solamente enseñarle que dos más dos son cuatro, sino a ser y a vivir como ciudadano en todo el sentido de la palabra, considerando que todo cambio social pasa por la educación. La sociedad que queremos se gestará en la escuela que construyamos y se fundamentará en la educación que ofrezcamos. Finalmente, considero que los pasos que debe dar el docente en la actualidad deben ser primero, diagnosticar las necesidades, el profesor debe conocer tanto las características individuales de cada alumno, como las necesidades grupales de la clase (afinidades, relaciones, experiencia, etc.). Seguidamente, preparar las lecciones, para organizar el aprendizaje, será necesario planificar el curso mediante objetivos, contenidos, actividades, materiales y un sistema de evaluación, que tengan en cuenta la gran variedad de recursos que ofrece la internet. Así, el profesor debe preparar estrategias didácticas en las que se incluyan ejercicios individuales y colectivos, que promuevan el aprendizaje autónomo, la memoria constructiva y la motivación. Preparar los recursos didácticos, elegir los materiales que se emplea rán, también cuándo y cómo, estructurando su uso en función de los conocimientos previos de los alumnos, y sacando partido a los diferentes canales de información y lenguajes. Motivar a los estudiantes, por ello se entiende despertar el interés del alumnado hacia los contenidos, por ejemplo, estableciendo relaciones entre la materia impartida y sus experiencias de vida, destacando la utilidad de esas lecciones. Enseñar centrándose en el alumno, se debe proporcionar toda la información que requiera la docencia, teniendo en cuenta que no es la única fuente para sus alumnos; facilitar la comprensión de los contenidos, fomentar el autoaprendizaje, orientar en la realización de actividades, promover la colaboración, asesorar en el uso de los recursos y evaluar los aprendizajes de los estudiantes, fomentando también la autoevaluación. Tenemos un número de desafíos por afrontar, pero todos ellos serán superados si empleamos, para ello, la educación, porque hoy más que nunca la educación es la base de la igualdad. 4

BIBLIOGRAFÍA •

http://rsa.utpl.edu.ec/material/CCBB/Que%20son%20los%20estandares%20de%20cal idad.htm



Ortiz Ocaña, A. (2013). Modelos Pedagógicos y Teorías del Aprendizaje, p. 53 y 54.

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