El Delincuente Racional

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Tema 7 ( sigue siendo criminología neoclásica) I.

EL DELINCUENTE RACIONAL

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1. El delincuente como sujeto racional. Tanto la Criminología clásica como neoclásica ven en el delincuente a un ser racional, un ser libre para tomar decisiones sobre la base de los costes y beneficios que una conducta puede proporcionarle. Un individuo tenderá a tomar la decisión de infringir la ley cuando el balance exceda los beneficios que espera recibir de su acción frente a los costes, dependiendo según él perciba subjetivamente dichos beneficios y costes. Entre los costes se incluyen, posibles sanciones formales, aunque no sólo. Los delincuentes toman decisiones que son racionales, pero no lo hacen dentro de un marco ideal, sino dentro de numerosas limitaciones. Por este motivo se propone una racionalidad limitada y no perfecta. Además las decisiones no se toman a la vez, sino en un proceso de decisión que comprende distintos pasos. Por tanto el concepto de racionalidad, es limitado. Algunos autores dicen que las teorías criminológicas tradicionales no han sabido tratar a los delincuentes como individuos normales y racionales. 2. El enfoque económico. Para esta corriente, en sus vertientes más ortodoxas, la decisión de cometer un hecho delictivo depende de que los beneficios que se esperan obtener superen a los potenciales costes; o al menos considera que la decisión se encuentra afectada por incentivos. La comisión de un delito es una función de la utilidad que se espera sacar del mismo por un lado; y aspectos tales como la probabilidad de ser condenado, el castigo que se sufriría y los beneficios que se obtendrían si utilizase ese tiempo para otras actividades lícitas o ilícitas por otro. También las oportunidades que se presentan para cometer un hecho delictivo desempeñan también un papel importante en la producción del delito. El proceso de análisis de los costes y beneficios que hacen los individuos y los delincuentes en concreto es muy semejante para todas las personas, pero no igual. Así, los delincuentes han sido calificados como personas a las que les gustan asumir riesgos, son algo menos conservadores a la hora de tomar decisiones que la media de individuos. Pero la diferencia fundamental entre quien comete un delito y quien no lo

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Temario realizado por José Juan León González Policía Local y Diplomado en Criminología por la Universidad de Sevilla y José L.Buenestado Policía Local, Licenciado en Derecho, alumno de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Diplomado Experto Universitario en Preparación en Ciencias Policiales por la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia y el Instituto Valenciano de Seguridad Pública (IVASP) de la Generalitat de Valencia, Bibliografía utilizada; Intrioducción a Criminología del Prof Alfonso Serrano Maillo Edit Dykinson 2ª edición 2004, “Curso de Derecho Penal I, II,III” del prof José Cerezo Mir Edit Tectnos 2004 y 2005, y Derecho Penal Especial de Cármen Lamarca Editorial Colex 2005, además del Código Penal. incluida la Reforma por la LO 15/2007 de 30 noviembre de 2007 por la que se modifican entre otros los art del 379 al 385 del CP en materia de Tráfico y Seguridad Vial

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hace no se encuentra en que su motivación sea distinta, sino en que los costes y beneficios sí son distintos para él. 3. Oportunidad y delito: el enfoque de las actividades rutinarias Según Cohen y Felson las oportunidades para cometer delitos han aumentado considerablemente desde hacía décadas la cual es una de las principales razones por las que el delito ha aumentado. Para que pueda cometerse un delito, estos autores señalan que deben concurrir tres circunstancias: -

la presencia de un ofensor: con inclinaciones criminales o habilidad para poner en práctica tales inclinaciones. Un objetivo apropiado: una persona u objeto. Ausencia de guardianes que puedan prevenir la infracción.

Si falta algunos de estos elementos, el delito no tendrá lugar. El cambio en las actividades rutinarias de las personas ( lo que ha provocado que las personas estén más relacionados con los elementos antes mencionados), ha hecho que haya menos guardianes y más objetivos apropiados; estos cambios han provocado un aumento de la delincuencia, incluso en que las condiciones eran favorables para su disminución, según estos autores. P.e. en sus actividades de todos los días las personas se ven obligadas a desplazarse en coche o transporte público lejos de sus viviendas para asistir a sus trabajos, llevar y traer los niños al colegio o para ir a comprar; por tanto estas actividades contemporáneas favorecen que las casas queden solas y sea más sencillo su asalto. La vida moderna ha provocado que ahora estos tres elementos tienden a coincidir con más frecuencia. Según estos teóricos, también el cambio en las actividades rutinarias de las personas, ha reducido los controles informales de una comunidad. Pues debido a las actividades descritas, los sujetos pasan menos tiempo en su comunidad, se conocen menos entre ellos, etc, de forma que el control social informal, que desempeña un papel fundamental en la prevención del delito, se ve reducido, favoreciendo el aumento de la delincuencia. También los factores de oportunidad pueden contribuir a explicar además de por qué se cometen delitos, sino por qué se es víctima de un delito. La Victimología, señala que las posibilidades de ser víctima de un delito se concentran en determinados grupos, sobre todo, varones jóvenes solteros. Las razones parecen ser que ofrecen mayores oportunidades para ser objetivo de un delito. Son personas cuyas actividades rutinarias les obligan de sus viviendas y les obligan a pasar mucho tiempo fuera de las mismas y por tanto más fácil que sufran delitos. 4. Medio y delito. La Criminología del entorno físico. El lugar físico en que ocurre un delito es muy importante, al igual que el autor, objetivo, etc.

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Algunos investigadores relacionados con la Criminología ecológica y con la Escuela de Chicago, mostraron que el delito se concentra en determinados barrios, no es aleatorio. Ya sea por las características de la zona o porque existen más oportunidades. La Criminología del entorno físico, se encuentra preocupada con el estudio de los lugares en que tienen lugar los delitos, las características de estos lugares, los movimientos de personas que hacen coincidir en los mismo ofensores y víctimas y las percepciones que las personas tienen de estos sitios. Esta tesis parte de la existencia de individuos motivados para cometer hechos delictivos. El entorno físico emite una serie de pistas que el individuo puede asociar con buenos lugares para cometer un delito, o también con objetivos o víctimas apropiadas. Se produce una interacción entre la oportunidad y la motivación, por tanto: “Que el delito ocurra no es el resultado directo, inmediato de la motivación”. Otras investigaciones han encontrado una relación entre el diseño del medio y delito. Por ejemplo lugares de paso solitarios, con escasa visibilidad o con esquinas, pueden favorecer delitos de robo contra personas. Puesto que las oportunidades son decisivas en la etiología del delito, esta línea de investigación presta una atención enorme a la prevención del delito. Para ello es imprescindible reducir oportunidades para cometer delitos remodelando medios que resulten criminógenos y proponiendo diseños urbanos y arquitectónicos aptos para la prevención del delito. 5. El enfoque situacional Las teorías de la elección racional consideran que el delito tenderá a producirse cuando los costes sean inferiores a los beneficios; las teorías de oportunidad consideran la presencia de un delincuente motivado, es decir, no se requieren fuerzas especiales que empujen al delincuente al acto criminal. Sin embargo también la situación concreta en la que alguien se encuentra le motiva a delinquir. Con ello se reconocen elementos de motivación de las situaciones; y se ha llegado a afirmar que una oportunidad por sí misma, sin relación con las percepciones y motivaciones del potencial ofensor, es poco relevante. En este línea se encuentran los autores Birkbeck y LaFree, que consideran que se produce una interacción entre situación y sujeto, si bien la posibilidad de elección se mantiene. La oportunidad interacciona con el sujeto, toma un papel activo a modo de fuerza que convierte al potencial ofensor , en un ofensor real y desata la comisión de un delito. Los homicidios tenderán a concentrarse en determinadas situaciones que reúna ciertas características, como por ejemplo que haya público delante, el reconocer a la víctima, la cuál le había humillado en otra ocasión; de este modo el autor tendrá la necesidad de atacar a la víctima para dejar limpio su nombre ante el público y contra la persona que lo había humillado. Por tanto estos tipos de homicidios no se realizarán al azar sino en dichas situaciones. El trabajo de Cerezo Domínguez sobre homicidios, un elemento fundamental para que un suceso desemboque en un homicidio es que el hecho se desarrolle en una determinada situación o escenario. En su investigación encontró que muchos homicidios suelen ser respuesta a una situación de gran tensión: una provocación

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inmediatamente previa, insultos, gestos, etc, en el que se crea tal clima de tensión entre las partes,que se enzarzan en una contienda en la que una de éstas atenta contra la vida del otro, y con su actitud, la víctima puede provocar o acelerar su propia muerte. 6. La prevención situacional del delito Algunas teorías neoclásicas han centrado sus esfuerzos teóricos en la prevención del delito, reduciendo las oportunidades para la comisión de delitos. Estas tareas sencillas suelen encuadrarse en la llamada prevención situacional. Se centran en el delito y no en el delincuente, pues hoy por hoy, no es factible la prevención basada en el delincuente. Las medidas de fijan igualmente en las potenciales víctimas. También destacan el control social informal, al dar bastante importancia a la comunidad y de los ciudadanos para la prevención del delito. También son importantes las medidas de prevención a través del diseño del medio, mediante la manipulación del medio en el que el delito tiene lugar, es de cir actuando antes de que acontezca. Introducción de mejoras en el diseño del medio, como el diseño arquitectónico de ciudades o edificios. Sin embargo el diseño puede ser insuficiente para algunos casos de delitos graves, como la violencia doméstica. A lo que se ha recurrido es a las patrullas de policía, aunque esta solución no es sencilla debido a la gran cantidad de puntos calientes, para poder prevenir el delito en todos ellos. Uno de los problemas que tiene que debe afrontar la reducción de oportunidades es un eventual desplazamiento del delito. Pues al reducir las oportunidades en un determinado lugar o en un tipo de delitos, la atención de los delincuentes se puede desviar hacia otros lugares o tipos de delitos. Los defensores de esta estrategia de prevención afirman que no es cierto que el desplazamiento se dé siempre sino que se ha podido exagerar este problema. Hipotetizan que el desplazamiento sólo tendrá lugar bajo ciertas circunstancias y en el caso de ciertos tipos delictivos: se puede conseguir reducción de la delincuencia incluso la grave. Finalmente estos teóricos dicen que no sólo no se produce el efecto de desplazamiento, sino uno de difusión de los beneficios. Como dicen algunos autores, cuando se implementa un programa de prevención situacional que funciona, puede que los efectos positivos se mantengan incluso después de que el programa deje de aplicarse porque los potenciales delincuentes crean que sigue en uso; también que haya efectos positivos en zonas adyacentes.

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