El Cuento Realista y El Cuento Policial

EL CUENTO REALISTA Y EL CUENTO POLICIAL La literatura es ficción, es decir, un discurso que construye una realidad inven

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EL CUENTO REALISTA Y EL CUENTO POLICIAL La literatura es ficción, es decir, un discurso que construye una realidad inventada, producto de la imaginación del creador. Al leer una novela, un poema o un cuento, no es pertinente preguntarse si lo que allí ocurre es verdadero o no, o si tuvo lugar en el mundo real y concreto. Lo que importa es esa representación que se impone como verosímil. En la literatura, algo es verosímil no porque haya ocurrido realmente, sino porque su modo particular de representar el mundo resulta creíble, convincente. Así, es tan verosímil una historia de amor entre personas comunes y corrientes como la de alguien que tiene el poder de atravesar espejos… Dentro de la ficción, llamamos realistas a las obras que pretenden representar el mundo que se reconoce como real desde la experiencia cotidiana y el sentido común; un mundo ajeno a lo sobrenatural y regido por la razón. Por ejemplo: los comportamientos humanos no se explican por obra de fuerzas misteriosas, sino por la psicología de los personajes, o por las relaciones entre estos y el mundo social en el que se desarrollan. En un cuento realista, al leerlo se tiene la sensación de que se relata algo que podría suceder en el propio mundo del lector. En el cuento realista el narrador construye una realidad similar a la del mundo (pasado o actual) en el que vivimos. El tiempo y espacio: en las narraciones realistas el tiempo se presenta en forma lineal, es decir, siguiendo un orden cronológico. Por su parte, los espacios son relevantes, pues no solamente funcionan como escenario de los hechos narrados, sino que también ubican la acción en lugares reconocibles para el lector. Además, los espacios sugieren datos sobre los personajes: su identidad, ocupación, clase social, edad, situaciones que atraviesan, aspectos centrales del realismo. Los cuentos policiales de enigma presentan un hecho delictivo que constituye un misterio y la investigación que lleva a develar ese misterio. En cambio en el policial negro lo esencial no es tanto el enigma, sino la sociedad (violenta, hipócrita, injusta) como responsable de los delitos que ocurren en ella. En ambos casos, el policial construye un mundo de ficción que se inscribe en lo verosímil realista. EL CUENTO FANTÁSTICO Y EL CUENTO EXTRAÑO Las narraciones fantásticas crean mundos en los cuales ocurren hechos inexplicables para la razón, el sentido común, la experiencia cotidiana de los lectores. Según algunos estudiosos, lo fantástico ocurre cuando los personajes del relato o los lectores dudan frente a esos hechos. Así, un personaje ve que otro atraviesa una pared sin sufrir ni provocar daños. Entonces sobreviene la duda: se preguntan si lo que ha sucedido es efecto de una alucinación, o si efectivamente alguien ha atravesado una pared. En cualquier caso, ese hecho instaló lo inexplicable en el mundo cotidiano. Lo fantástico se definiría, entonces, por la dificultad de determinar si un suceso narrado ha sido natural o sobrenatural; si se lo puede explicar lógicamente o si no se lo puede explicar. La incertidumbre, el no poder decidir sobre la naturaleza de ese hecho, es la característica sobre la cual se funde el género fantástico. En segundo lugar, esos hechos anormales e inexplicables producen un efecto de enrarecimiento, tanto en los personajes como en los lectores. Eso no sucede en los cuentos maravillosos donde lo sobrenatural está aceptado como algo “natural” (como las hadas, gnomos, objetos mágicos). En los cuentos extraños, por su parte, los hechos narrados no son estrictamente inexplicables, pero el clima narrativo inquieta y resulta amenazante por su “rareza”.

Los temas: si bien los temas fantásticos son muy variados, algunos ya son clásicos por ejemplo:  Un ser humano sufre una metamorfosis, es decir, una mutación, y se convierte en otro ser u objeto. 

Animales, objetos o espíritus se animizan y adquieren características propias del ser humano.



Suceden viajes en el tiempo, al pasado o al futuro; el tiempo se “detiene”; o existen desajustes entre el tiempo cronológico (es decir, el tiempo objetivo, el mundo exterior) y el tiempo interior del personaje, etc.



El sueño y la realidad se relacionan de forma inexplicable: varios personajes sueñan lo mismo; no es posible distinguir entre lo que el personaje sueña y lo que “vive” en la realidad del cuento. También es propio de los cuentos fantásticos que un personaje sueñe y un elemento del sueño aparezca cuando el personaje se despierta.

Muchos cuentos extraños narran hechos que, en un primer momento, parecen quebrar el principio de causalidad natural (parecen hechos sobrenaturales); sin embargo, hacia el final encuentra una explicación natural para los sucesos narrados. Esta situación extraña deja pensando al lector acerca del sentido del texto. Para acrecentar lo extraño, esta clase de relatos suele tener finales abruptos o abiertos, que obligan al lector a “completarlos” con su interpretación del desenlace. LA CIENCIA FICCIÓN La ciencia ficción es un subgénero de la narrativa que se caracteriza por la realidad que presenta. Los mundos que construye pertenecen, temporalmente, a un futuro próximo o remoto. Las historias que narra no remiten a realidades reconocibles hoy, pero en parte sí previsibles a partir de los avances científicos y tecnológicos con los que se cuenta, y que, a diferentes niveles, se divulgan. En este sentido, se vincula más con la literatura realista que la fantástica, porque no se enfrenta con lo inexplicable: presenta explicaciones posibles para realidades que aún no existen pero que la imaginación puede prever a partir de ciertos conocimientos. Se ha desarrollado con mucho énfasis a partir de fines del siglo XIX, desarrollo indisociable de los avances tecnológicos que se han precipitado desde esa época hasta hoy. La literatura de ciencia ficción es una respuesta frente a un mundo en el que buena parte de la investigación científica se dedica a explorar el espacio y la producción artificial de la vida; en que el crecimiento demográfico es impresionante, donde surge la amenaza del agotamiento de los recursos naturales, mientras la automatización transforma el modo de producir y de concebir el trabajo, al tiempo que la máquina confronta con el ser humano… elabora así los temores y entusiasmos que la humanidad atraviesa ante esta perspectiva, posibles calamidades. Así, es estimulante incursionar en la ingeniería genética, pero ese saber conlleva un peligro: que esos conocimientos den lugar al control de los procesos evolutivos humanos por parte de quienes “saben”. Y, por eso, este tipo de literatura es eminentemente crítica y aleccionadora.