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El Perú, catalogado un país tercermundista por varias décadas a pesar de los intentos fallidos de los gobiernos en salir de esta noción, pero sin darse cuenta o de manera provocada estos mismos experimentos de reforma, sobre reforma y/o contrarreforma en todos los ámbitos del desarrollo peruano, y lamentablemente muchas de estas son “copias” de otros contextos; hacen un país sin identidad y mejora. Esto se evidencia claramente en la educción peruana, sabiendo de manera natural que ella es la base para lograr un cambio positivo en el progreso de los pueblos. En el Perú, la educación es inestable en cuanto a su sistema, a través de la historia ha sufrido varios cambios, siendo los más duraderos la educación a base de conocimientos y disciplina, terminando su auge en el periodo del año 1995 al 2010, y la actual a base de competencias, cimentada en la teoría del constructivismo (sin obviar que este año ha sido estructurada netamente según la teoría, agregando el uso de desempeños en lugar de campo temático), donde el estudiante construye nuevos conocimientos guiándose de los que tiene; donde el docente pierde protagonismo y la imagen del erudito cargado de conocimientos para sembrar en cada estudiante, sino un mediador y guía al conocimiento nuevo. Ahora la pregunta es ¿está funcionado esta teoría en el Perú? Seamos honestos, hasta ahora no se ve resultados, ya que para lograr el objetivo deseado se necesita adaptar de manera eficaz y eficiente un plan continuo de mejora según nuestro contexto y realidades emergentes, la cual se evidenciará en décadas, no es cuestión de seguir ensayando con los llamados “futuro del país”. En teoría el constructivismo es la forma más alta de aprendizaje, e intentar lograr ello en los niños y jóvenes del Perú es aplaudido; el problema grave es pretender que niños sin bases en valores y conocimientos creen nuevos conocimientos, y mucho más patentizado en la zona rural donde no hay acceso a facilidades educativas como bibliotecas o internet; del mismo modo padres analfabetos, con un grado instructivo trunco o adolescentes, los cuales no guían a sus hijos a una mejora. Por otro lado, las políticas actuales sin originalidad y que han minimizado la acción del docente en el aula, permitiendo que el respeto a este se pierda con la justificación que el alumno es el eje de todo; asimismo la desactualización y falta de capacitación del docente. Todo esto se debe a la cultura peruana asentada en machismo, pereza y facilismo, esto no permite formar educandos con los estándares nuevos; por ende, no hay frutos aún de esta teoría, olvidando que según refería Vigostki, el conocimiento se concibe en un contexto social y cultural organizado, es decir el conocimiento escolar se construye en el proceso de interacción entre los alumnos, el profesor y el contenido (Beingochea,1997); y si no cambia nuestra perspectiva cultural, el Perú seguirá igual o peor.

Referencia bibliográfica Beingochea, P. (1997) una perspectiva constructivista de la enseñanza y el aprendizaje. En: Revista de los Psicólogos de la educación. Vol.3 (2)pp.125-140