El Caracter Del Pecado

EL CARACTER DEL PECADO Mas el pecado tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mi toda codicia; porque sin ley el p

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EL CARACTER DEL PECADO Mas el pecado tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mi toda codicia; porque sin ley el pecado esta muerto. Romanos 7; 8. A la gente no le gusta que le hablen del pecado. Para muchos es extraño. Vivimos en una sociedad permisiva que se identifica con la maldad, con el pecado. Hablar del tercer sexo, es natural. Nadie se avergüenza de ser gay. Los gobernantes impíos también han elevado a la categoría del matrimonio, la unión de dos hombres o de dos mujeres, algo que es abominable y prohibido por Dios en su palabra. Hoy nadie se avergüenza de ser inmundo. Los inconversos dicen que el evangelio es para los bobos. Peo la biblia dice; Que es poder de Dios, para salvación a todo aquel que cree. Veamos entonces las características del pecado. Primero: Engaña: A nuestros primeros padres los engañó. satanás (Las mayúsculas son para mi Cristo) se disfrazó de serpiente para no ser descubierto. El diablo se disfraza de hombre, de mujer, de negocio, de hábitos impuros, de vicios, para no ser detectado, y así ser considerado algo normal. Sansón quedo extasiado cuando conoció a Dalila, se encapricho de tal manera, que ella terminó arruinándolo. El pecador no reclama santidad, por eso el pecador roba, mata, viola, engaña, adultera, porque para el no existe Dios, en ninguno de sus pensamientos. Segundo: Esclaviza: Romanos 6: 16. Todos los amos exigen obediencia plena. El pecado es un amo cruel, exige esclavitud y obediencia continua. ¿Qué no? Observe al fumador; es un esclavo de su chimenea. Cuando se le esta acabando el pucho, con ese mismo enciende el otro. Y si no tiene dinero para calmar su inmundo vicio, recoge las colillas de la calle. Como es posible que un elemento tan pequeño doblegue a una persona, allí halla usted el poder del pecado sobre quien lo practica, lo hace un esclavo. Que decir del drogadicto, que tiene que robar aún a sus propios padres para sostener su vicio. El fornicario, llora y jura que dejara a su concubina y regresará a su casa a su hogar original, y después de miles de auto-juramentos, esta más hundido en los pecados sexuales que antes de juramentar. ¿Y el borracho que? El día sábado llega a la casa, sin un peso, borracho, y llora y le dice a su esposa: Mija: le juro que esta es la última vez. Y la media hora desea calmar el guayabo con otra tanda, que manda a fiar donde el vecino. Así es el pecado, convierte en un esclavo al que lo practica.

Un día se encontraron dos perros en la vía pública. Uno andaba de callejero, y estaba flaco, el otro estaba gordo, pero tenía una cadena que lo ataba a una caseta. Después de saludarse, el gordo dijo dirigiéndose al que estaba flaco. Te noto muy acabado. Este a su vez respondió: Yo si. El que estaba robusto atino a decir: Es que mi amo me cuida mucho. El que era flaco, inquirió: Prefiero estar flaco y en la calle y no con esas gruesas cadenas que te atan. Cuando el diablo tentó a Jesús, no le mostró la cárcel donde terminan los que practican el pecado. Tampoco le mostró los hospitales donde terminan pudriéndose los contagiados por el pecado del sida. La soledad aterradora de los que abandonan a su propio cónyuge, por irse en pos del otro (a) La gente es Ciega. No alcanzan a vislumbrar los resultados de su maldad, de su pecado, y el final espantoso que les tiene reservado su amo. El diablo y el pecado son amos crueles. Si Sansón hubiese alcanzado a vislumbrar la cárcel, el calabozo en el que terminaría sin sus ojos y muriendo aplastado por las columnas del coliseo pagano; Seguro que no se hubiese comprometido con la hermosa Dalila, destructora de corazones. Ninguna persona es capaz de romper sus propias cadenas. El diablo nunca les abrió la cárcel a sus presos. Conocí a un campeón mundial colombiano, que desafortunadamente como miles de otros conciudadanos, fue capturado por el inmundo vicio de las drogas. Y después de haber pisado el pódium, lo encontraban tirado en las calles de su ciudad natal, petrificado por los efectos de las sustancias alucinógenas y mortales de la drogadicción. En un intento por enderezarlo, fue llevado a un país en donde afirman que tienen los mejores especialistas en medicina, expertos en rehabilitación humana; Ciertamente duró un año en el proceso, al cabo de los cuales regreso al país. Aparentemente venía mejorado. Pero ¿cuanto le duró el efecto de la medicina humana? Escasamente seis meses, y después de esto, se volvió peor. Yo conozco uno que dijo: Conoceréis la verdad, y ella os hará libres. Solo Jesús vino para abrir la cárcel a los presos. Solo el vino a libertar a los cautivos, solo el quebrantó las puertas de hierro y desmenuzo los cerrojos de bronce. (Salmos 107: 16.) El y solo el, fue quien apareció para deshacer las obras del diablo.

El hombre ha intentado cambiar el corazón de los hombres, desde hace siete mil años. (Tiempo que tiene el planeta desde Adán hasta aquí) La cultura, la represión (cárceles) la siquiatría, la ciencia, y la religión con sus azotes y sus penitencias inútiles, (son como balas de corcho frente a un riel de acero) han intentado hacer del hombre una nueva persona, pero hasta hoy, sus esfuerzos han sido inútiles. El día que vino Jesús a este planeta dijo: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, al arrepentimiento. ¿Por qué? Sencillamente: Porque justo no hay ni aún uno. Que quiso El Rey de los reyes decirnos con esto? Que el hombre es incorregible. Ningún método humano lo puede cambiar. Tercero: Es progresivo. Romanos 6: 12. No reine, pues, el pecado en vuestros cuerpos mortales, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias. El pecado tiene escalas de esclavitud. La biblia dice: Un poquito de levadura leuda toda la masa. Una cervecita, un roncito, una miradita y ya. Invadido. Como el cáncer. Cuantas vidas fueron destruidas, aduciendo que una cervecita no era dañina. Pero después de una viene la otra y la otra. Hasta que el diablo logra sus objetivos. La escritura dice: No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes el alcohol, ni de los príncipes la cerveza; No sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de los afligidos. Proverbios 31; 4-7. Cuantos pasados de copas, destruyeron a su esposa, su familia, murieron estrepitosamente en un accidente de autos, sus negocios, y por qué no decirlo; su vida espiritual? ¿Cuantos hogares hermosos, fueron destruidos por una miradita, por una palabrita amorosa? Porque el pecado no se detiene en lo poco. El sigue progresivamente hasta lograr su cometido. El pecado es como el virus, no cesa su labor hasta que no destruye la vida Una muestra de la progresividad del pecado la encontramos en Eva, la mujer de Adán. Leamos Génesis: 3; 6. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría y tomó de su fruto y comió y dio a su marido, el tomó así como ella. (Los puntos estratégicos de la escalada pecaminosa, la he puesto en negrilla, para que el amable lector observe el proceso de progresividad.) No solo se contentó con verla. Los efectos del pecado, siguen arrastrando lenta pero seguramente a la persona. La vio, la saboreó, la deseó en su corazón. La tomó, comió, y destruyó a su esposo, dándole a el también. ¿Por qué la cantidad de abortos? ¿Por qué ese numero cada vez más enorme de madres cabeza de hogar? ¿Por que esa cantidad irrefrenable de niños, sin padres establecidos? Porque las jovencitas de este tiempo han perdido la noción del respeto hacia si mismas. Han perdido las normas del pudor y la decencia. No

saben lo peligroso que es una caricia, y lo que finalmente puede representar para quienes se aventuran en esta clase de liviandades. Empiezan tomándose de las manos, luego el beso, y de allí al motel. Ese fuego no hay bombero que lo apague, una vez comienza. Las llamas se propagan progresivamente, hasta destruirlo todo: resultados? Vergüenza, humillación, desconcierto, desesperación, soledad etc. Y al final? el crimen del aborto, que aunque los hombres lo hayan despenalizado, para Dios sigue siendo un crimen por el que hay que responderle a el, en el día final. Cuarto: El pecado mata. La palabra del Señor, dice, que: La paga del pecado es muerte. Todos aquellos que practican el pecado están en muerte. La palabra de Dios dice acerca de los que practican el pecado: Sabed que vuestro pecado os alcanzará. Números 32; 23. Cada uno morirá por su propio pecado. Deuteronomio 24: 16. El pecado es afrenta de las naciones. Proverbios. 14: 34. El pecado oculta el rostro de Dios. El pecado reino para muerte El que practica el pecado es del diablo. El pecado produce vergüenza. La paga del pecado es muerte. El pecado produce división entre Dios y los hombres. EL PECADO FUE VENCIDO. Deseo darle una buena noticia: El pecado fue vencido, destruido, y quitado de en medio por el Señor Jesucristo, quien fue muerto por ellos, pero fue resucitado para nuestra justificación. Al que no hizo pecado, por nosotros fue hecho pecado, para que fuésemos hechos justicia de Dios en él. En otra parte dice: Mas el herido fue por nuestras rebeliones, molido fue por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. El pecado no tenía solución completa en la antigüedad, pero ahora el Señor dice: Si vuestros pecados fueren como la grana, (negros, oscuros) como la nieve serán

emblanquecidos, y si fueren rojos como el carmesí (como el color de la sangre) como la nieve, serán emblanquecidos. Todo esto es la mejor oferta que el Señor en su gran misericordia nos ofrece, para podernos librar de la muerte eterna, que causa el pecado. Él es el regalo de Dios que quita el pecado del mundo.