Pecado

«Su poderosa escritura nos hace regresar a esa gran literatura apasionada y obsesionada con la historia que es (o era) l

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«Su poderosa escritura nos hace regresar a esa gran literatura apasionada y obsesionada con la historia que es (o era) la ficción latinoamericana.» Terrence Rafferty, The New York Times Book Review

Novela publicada en el año 2016, por la escritora Laura Restrepo y la editorial Alfaguara. En la ella agrupa nueve historias, Peccata mundi, las Susanas en su paraíso, la promesa, lindo y malo ese muñeco, olor a rosas invisibles, pelo de elefante, El Síriaco, amor sin pies ni cabeza, peccata mundi (2), todas ella enmarcadas por el algún pecado, cada pecado trae consigo su correspondiente culpa, pero también su gota de alivio. El jardín de las delicias, también es un común denominador en las historias, este tríptico pintado por el pintor holandés, “El Bosco”, es un reflejo de los pecados que contiene cada novela. Laura Restrepo indaga en la complejidad ética de la transgresión a través de una narración inquietante, original, por momentos aterradores y al mismo tiempo dulcemente humana. En el artículo, Una mirada íntima a ‘Pecado’ de Laura Restrepo, publicado por el diario.2016, El Espectador, escrito por la antropóloga, Rubi Duarte, ofrece una interesante reseña de la novela. Restrepo ha nombrado a su nueva novela “Pecado” (…). La obra resulta en un compendio de relatos que si se leen por si solos parecieran historias sin conexión, pero que en realidad están ligadas al tema central de esa polémica pintura (Duarte, 2016). En el trascurso del libro se van dejando dilemas moral e interrogantes, los cuales el lector tendrá que responder, Restrepo anuncia como es el asuntos de los excesos y las faltas de virtudes: “El castigo es la

otra cara del pecado; su reproducción exacta pero invertida. Por otro lado, placer y pecado son equivalentes. Ergo, ¿placer y castigo son intercambiables?”. La narración inicia con Irina, una joven obsesionada con Felipe Segundo y la obra de Bosch, al contrario de lo que los demás piensan de antipatía sobre Felipe Segundo, Irina se compadece de él, sueña que debe llevarlo a algún lugar, no sabe a dónde. El jardín de las delicias (…) es el punto de encuentro y de partida, el comienzo y el fin de cualquier transgresión a la moralidad, Así lo entendió Felipe Segundo, así lo entiende Irina, por eso se obsesiona con la pintura y pasa horas contemplando cada una de las aberraciones allí representadas, la transición de la pureza que es corrompida y da paso al castigo y le inspira reflexiones que anota en un pequeño cuaderno (Duarte, 2016). Con el transcurso de la novela nos damos cuenta que no sólo Irina tiene una fuerte conexión con el tríptico de Bosco, aunque con las demás historias y personajes no comparten una misma espacialidad ni temporalidad, hay relación con el pecado y que de cierta manera están representados y personificados en el tríptico. Cada parte del tríptico tiene un significado, en el primer panel se encuentra Dios, Adán y Eva, simbolizando así, El Paraíso, en un segundo panel se ejemplifica el mundo mundano, el decoro de los personajes empieza a verse trastocado por una cabalgata de deseos incontrolables, por una acumulación de absurdos, todo tipo de placeres son cumplidos en este punto. (Duarte, 2016). Finalmente, el panel del infierno, este último es el que más genera confusión porque al parecer la culpa es tratado con aquello que la generó: el pecado. De igual manera sucede con las

historias de Restrepo, cada pecador encuentra alivio en su propio pecado, le es necesario. Arcángel es otro de los protagonistas de ‘Pecado’, su nombre parece sátira y contradicción, y se transforma conforme se transforma su personalidad, la historia deja un sabor al no poderlo juzgar por sus crímenes, sus crímenes son claros, pero son humanas sus razones. Algo similar pasa con demás narrado, Amor sin pies ni cabeza, es claro ejemplo de ello, el atroz crimen llevado a cabo por aquella mujer llena de resentimientos y dolor. ¿A quién juzgar? ¿Es él el único culpable de sus actos?, pareciera más efectivo condenar al narrador de su historia, un morboso que sueña con la vida que no vivió, pero es probable que este sentimiento también haya tocado alguna vez a quien lee. Todo el tiempo la autora pone en entredicho las culpas de los pecadores, sus actos son horribles, pero los muestra tan humanos, tan cercanos a quien está leyendo, que el ejercicio de condenar a los protagonistas de sus historias, es también un juicio propio. Siempre se ve en el otro al pecador, nunca en uno mismo, pero Laura Restrepo logra que el temor de reafirmarse a sí mismo culpable, se entremezcle con el de sus personajes. Porque quien lee también ha pecado, porque quien lee también ha encontrado alivio en su falta, porque reprobar las historias de su jardín, es un poco caer en la altivez de su personaje el Siríaco, nos recuerda que todos los seres humanos son aprendices de Dios.(Duarte, 2016)

El articulo termina afirmando que los seres que habitan en el cuadro de Bosco, no solo ahí, plasmados, sino que están en nuestro entorno, en las noticias, en el vecino, en el trabajo, en nuestra casa, hasta en nosotros mismo. Condenarlo o hacernos lo de la vista gorda, está en cada uno de nosotros, es un asunto personal. Entonces, Irina sigue cargando al pesado fantasma del rey, que poco a poco se va aligerando entre sus brazos, cree saber por un momento hacia donde llevarlo, pero luego descubre que estaba equivocada: cuando se cierra el jardín todo es uno al mismo tiempo: placer y castigo. En el blog, Club de lectura Coruna, escrito por Anabel Cardiel, nos da una opinión sobre la novela ya nombrada. Para empezar nos da esta cita de Laura Restrepo sobre su libro. Me pareció que El jardín de las delicias era una guía maravillosa, por su complejidad, pero también por su ambigüedad, aunque supuestamente parta de un canon cristiano y ejemplarizante. Me preocupaba la relatividad, cómo se ha llegado a un momento en el que es difícil trazar la línea entre el bien y el mal. (Restrepo, 2016). Pecado esta edificado por tres partes, una central, formada por siete relatos, y una que la acompaña a su izquierda (Peccata mundi), a manera de un preámbulo, y otra a su derecha (Peccata mundi 2), a manera de un epílogo, de esta manera tenemos un tríptico. Esa forma externa se enriquece además con otra más invisible, pero no por ello menos eficaz: las voces que utiliza en cada historia de las siete que componen la novela. Voces individuales, voces corales, alguna con cierta reminiscencia autobiográfica y la voz que abre y cierra el tríptico, como si se tratara de una protagonista fuera del tiempo de la novela (Cardiel, 2017).

Todos sus personajes tiene una relación con el mal, al igual con la perturbadora y ambigua idea de pecado, con cada historia deja pensado al lector, ¿Hasta qué punto son culpables?, Restrepo deja caer sobre el lector el reto moral de condenarlos, o por el contrario, indultarlos. Las historias de la novela son relatos basados en hechos reales, Restrepo quería lograr un nivel de intimidad en ese paso por el mal que exigía haber hablado con alguien que lo hubiera vivido. Olor a rosas invisibles, una historia de adulterio, se la conto un señor durante una demora en un aeropuerto. Con fuerza y sensibilidad caracterizan la obra, y su literatura. Restrepo indaga en la complejidad ética a través de una narración inquietante. J. Ernesto Ayala, publica en el diario, El País, 'Pecado', la novela de Laura Restrepo, se justifica sustancialmente por la forma que urde para narrarnos su historia. Hace insistencia en la forma narrativa de Laura Restrepo, es ineludible el trabajo de la materia narrada que la imaginación puesta al servidor de la forma. La forma externa del tríptico se enrique además con otras más invisible, pero no por ellos menos eficaz: las voces que utiliza en cada historia de las siete que componen la novela. Voces individuales, voces en conjunto. También tenemos que contar con la voz que abre y cierra el tríptico, como si se tratara de una protagonista fuera el tiempo de la novela. Restrepo nunca eludió dos cuestiones: el papel del novelista en la sociedad contemporánea y sobre todo en la sociedad colombiana, incluida su endémica violencia y desigualdad social, por un lado, y por otro, la situación de la mujer en esa dinámica perversa que genera eso que bien podría etiquetarse como

criminalidad patriarcal. Restrepo hace literatura desde cierta desesperanza. Pero, aun así, pareciera, a juzgar por el acierto mayúsculo de todas las piezas que componen Pecado, que la única esperanza que le cabe albergar es la que siempre nos tiene reservada la mejor ficción para tiempos de penuria moral y física como la que vivimos (Ayala, 2016). Finalmente tenemos a, Minerva Del Risco, en su blog, Acento, nos da su amplia mirada sobre la novela Pecado. La planificación de escribir una historia es fundamental, ya que esto es lo que aporta la estructura a la narración y la organiza hasta llegar al punto final. Un texto literario debe tener profundidad, pensamiento e imaginación. La única forma para escribir es la lectura porque como dice Restrepo, “A escribir se aprende leyendo”. Este pensamiento e imaginación se refleja en su “novela” Pecado donde la relación de los seres humanos con el bien y el mal le dan un significado a esos pecados que no son más que las mismas transgresiones que vivimos y a la que nos enfrentamos día a día, de las cuales los lectores no pueden abstraerse porque son justamente quienes le darán a cada una de esas historias sus propias interpretaciones y quienes pondrán el bien y el mal en el contexto de sus propias realidades (Risco, 2017) En vínculo entre los textos de Pecado, es la obra de Bosco. La genialidad del tema es la analogía y la desemejanza entre el bien y el mal, entre el paraíso y el infierno, entre la fascinación y el horror. Pecado es una obra ambigua, llena de mezclas. Las historias se cuentan con una sensibilidad y carácter, los cuales son una característica de la obra de Laura Restrepo, donde la realidad se mezcla con la

ficción y la ficción se convierte en verdad para mostrarnos las debilidades de los seres humanos y la crudeza de algunos pecados. En conclusión, la novela Pecado es muy bien aclamada, no solo por su forma si no por la realidad que en ella refleja, las historias relatadas dejan el lector una mirada amplia sobre la complejidad del ser humano, sobre el lector cae todo el juicio y el devenir de los personajes. Cada novela de Restrepo es un despertar en la realidad y una reflexión sobre nosotros mismo. Es interesante como lograr transmitir estas historias basadas en hechos reales y quizás sea por eso que se perciben la crueldad en cada una ellas.