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• Pamela Alejandra Carrión

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Esta historia se titula “el bigote del tigre”

Había una vez una mujer muy desesperada que fue a buscar ayuda al ermitaño de la montaña, ella lo encontró y le pidió que le haga una poción, el ermitaño negó, pero lo pensó y le pregunto para que era su fin y ella respondió que su marido es un soldado y no era el mismo y actuaba mal frente a su mujer, le gritaba y discutía constantemente. Después de pensarlo el ermitaño le dijo a la muchacha que venga a verlo en un tiempo para que decida si lo hará. Paso el tiempo y la muchacha fue a la montaña donde vivía el ermitaño, él le dijo que la haría pero que faltaba un material que ella debía traer, eso era un bigote de un tigre vivo. Ella con un plato de comida iba a la montaña de noche a llamar a un tigre, ella sabía que había uno en la montaña y se acercaba cada vez más a su cueva. Al principio el tigre no se acercaba a ella, pero luego ambos se miraban detenidamente. Los días pasaron, se transformaban en meses, cuando en una noche ella llevó la comida, caminó lentamente a la cueva y le ofreció el bol con arroz al tigre, lo que ella no esperaba, era que el tigre se lo comiera. Esta acción la realizó unas cuantas veces más, hasta que el tigre cedió a ser acariciado. Ella en esa oportunidad le arrancó un bigote al tigre, sorprendentemente a este no le molesto. Finalmente se fue corriendo con el bigote entre sus manos a su casa. Al día siguiente ella se despertó temprano y llevo el bigote donde el ermitaño, el ermitaño lo analizo, le pregunto si era de un tigre vivo, él dudaba pero vio que era autentico y lo tiro a su hoguera, la muchacha quedo anonadada y él dijo que como ella había domado un tigre, ella también podrá realizarlo con su marido.

La moraleja de esta historia es que con esfuerzo y dedicación uno puede lograr cualquier objetivo.

Esta historia es originaria de corea y no tiene un autor especifico debido a que fue transmitido oralmente de generación en generación.