Educacion Publica Historia y Promesas Sandra Carli

EDUCACIÓN PÚBLICA. HISTORIA Y PROMESAS Sandra CARLI. Introducción: La historia del siglo XX en la Argentina nos ha most

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EDUCACIÓN PÚBLICA. HISTORIA Y PROMESAS Sandra CARLI.

Introducción: La historia del siglo XX en la Argentina nos ha mostrado la eficacia material y simbólica de la escolaridad moderna en la conformación de sujetos educativos. La población infantil devino en una población que fue escolarizada, alfabetizada e inscripta en un espacio educativo, desde el cual el Estadonación llevó adelante una política de amplio alcance desde el punto de vista cultural. Eficacia material porque las escuelas se multiplicaron desde fines del siglo XIX y eficacia simbólica porque la escuela, a través de sus mandatos fundacionales, construyó una cultura común. Durante estas últimas décadas se ha producido lo que algunos autores denominan como una gradual y progresiva pérdida de la eficacia simbólica y material de la escuela. Podríamos ubicar varios fenómenos concurrentes. En primer lugar, el empobrecimiento de la sociedad argentina, que ha provocado fenómenos como la agudización de la función asistencial de la escuela, el ausentismo y la deserción escolar, la caída del rendimiento de los alumnos, la sobriedad, etc. en segundo lugar, las transformaciones económicas y políticas del orden nacional e internacional. En tercer lugar, el impacto de las nuevas tecnologías y de los medios masivos de comunicación. En cuarto lugar, la mutación producida en el plano del conocimiento (complejización, mundialización y a la vez localización). Por último, las nuevas lógicas de la relación entre Estado, sociedad civil y mercado, que han conducido a fenómenos como la desresponsabilización estatal frente a demandas sociales básicas, la aparición de un nuevo tipo de beneficencia privada y la gestación de alternativas de la sociedad civil ante situaciones de crisis. Estos fenómenos presentan una particularidad “argentina”, es decir, son universales, pero tienen una marza local que se refiere al proceso de deterioro económico-social de la década del 90. Hay un evidente antagonismo entre las políticas neoliberales que han dado forma al actual paisaje social argentino y los mandatos viejos y renovados de la escuela pública.

La educación pública como objeto de análisis. Ocuparse de la educación pública convoca invariablemente a volver sobre la figura de Sarmiento-. Para Sarmiento, la educación pública en la Argentina constituyó una cruzada civilizadora, una operación de violencia simbólica, una apuesta homogeneizadora, una política amplia de inclusión social y un gesto de fundacional de sociedad. La educación pública se presentó como una opción superadora respecto a otras propuestas educativas de la época. Las contradicciones que estuvieron presentes en la fundación del sistema educativo argentino, permiten identificar algunos principios constitutivos de la educación pública. Nos referimos, en primer lugar, a considerar a la educación pública como un espacio de trasmisión de la cultura, como un espacio de producción de identidades y como un espacio de representación social. Cuando decimos que la educación pública es un espacio de transmisión de la cultura queremos destacar que, más allá del debate acerca de la precariedad, atractivo o calidad de la enseñanza escolar, algo del orden de la transmisión instituciones de la cultura se juega en el espacio de la escolaridad pese a todo.

En segundo lugar, la educación pública constituye un espacio de producción identitario. Como todo espacio educativo es un espacio para la configuración de identidades, que estarán atravesadas por las marcas de identidades previas o paralelas y también jaqueadas por el impacto de las políticas económicas. Por último, el espacio de la educación pública es un espacio de representación de distintos sectores sociales. este sentido requiere una lectura que den cuenta, en primer lugar, de cómo distintos sectores sociales han estado representados en el espacio de la educación pública en distintos ciclos históricos de la Argentina. En segundo lugar, se requiere analizar si el problema de la educación pública es modulado por las conductas de los actores sociales. Si la educación pública era, hasta los años 70, un espacio de representación de una sociedad integrada, hoy es escenario de una sociedad polarizada y a la vez empobrecida. En esa mirada retrospectiva de la educación pública de la primera mitad del siglo XX, distintas características destacan algunos rasgos: por un lado, la educación pública es caracterizada como un dispositivo disciplinario. Otra caracterización, considera a la educación pública como un espacio de producción e imposición de identidades homogéneas. Por último, se ha caracterizado el espacio de la educación pública, como un espacio de construcción de hegemonía, que debe ser analizado en tanto participa en el conjunto de luchas políticas y culturales de la sociedad en su conjunto. La escuela pública es, a la vez, un objeto histórico ligado a cierto pasado de la Argentina y un objeto con dimensión de historicidad que debe analizarse con claves de lectura del presente. En tanto objeto histórico, la educación pública se vincula con una tradición. La educación pública debe ser analizada no sólo en tanto un sistema político – estatal con capacidad para escolarizar a sucesivas generaciones durante más de un siglo, sino también en tanto construcción mítica en la que se condenan un conjunto de demandas, promesas y sueños sociales del pasado. Una cosa es considerar a la educación pública como un objeto histórico, y por lo tanto condenado al pasado, y otra cosa es reconocer su dimensión de historicidad. Si nos detenemos en la imagen de un niño con delantal blanco, podemos decir que esa imagen nos indica una tradición, pero también sus transformaciones. Cabe destacar que muchas interpretaciones sobre la educación pública no se refieren exclusivamente a la escuela pública, sino que se proyectan al sistema de educación pública en sentido amplio, al sistema que incluye el amplio y largo recorrido que va desde el jardín de infantes hasta la universidad.

El mapa de la educación y el lugar de la educación pública. En otro plano, cabe destacar que la educación pública está inserta hoy en un mapa de fenómenos educativos con características nuevas. En primer lugar, en ese mapa hay que situar el fortalecimiento de las tendencias a la privatización de la educación. Si bien el sistema de educación privada tiene una historia larga en la Argentina, la novedad radica en el surgimiento de instituciones privadas que se constituyen como respuestas institucionales al proceso de polarización social. En el plano de la política educativa, los debates sobre la desestatización se instalan en tanto identificar nuevos tipos de necesidades y demandas sociales propias del nuevo escenario social, a la vez que detectan problemas internos del funcionamiento estatal y esbozan “alternativas” a la educación pública. Cabe señalar que estas propuestas minimizan la importancia de las tradiciones.

Otro fenómeno para situar en la ampliación del espectro de experiencias educativas de tipo comunitario, que surgen al calor de la crisis social. Incluimos aquí comedores infantiles o espacios similares, que se han ido generando como respuestas al problema del hambre, experiencias educativas ligadas con emprendimiento laborales y escuelas proyectadas por el movimiento piquetero que intentan revitalizar debates y alternativas propias de la tradición de la educación pública. Un tercer fenómeno se refiere al despliegue de propuestas culturales, que no se definen específicamente como educativas y que incluyen fenómenos de índole comercial y no comercial. Podemos ubicar, por un lado, emprendimientos culturales de diverso tipo, que implican una forma de socialización educativa a través del consumo cultural. Por otro lado, cabe situar la denominada pedagogía cultural de las empresas transnacionales que, a través de la publicidad llevan estrategias educativas y de sus efectos en la Argentina, un contexto de dificultades de acceso y consumo que conducen a una disociación entre significados culturales. Este espectro diverso de fenómenos, supone diversos tipos de articulaciones, alianzas e intercambios materiales y simbólicos entre Estado, mercado y sociedad civil.