Dorothea Puente

DOROTHEA PUENTE Clasificación: Asesina en serie Características: Envenenadora Fecha del crimen: 1982 - 1988 Fecha de la

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DOROTHEA PUENTE Clasificación: Asesina en serie Características: Envenenadora Fecha del crimen: 1982 - 1988 Fecha de la detención: 17 de noviembre de 1988 Fecha de nacimiento: 9 de enero de 1929 Perfil de las víctimas: Ruth Munroe, 61 / Everson Gillmouth, 77 / Alvaro "Bert" Montoya, 51 / Dorothy Miller, 64 / Benjamin Fink, 55 / Betty Palmer, 78 / Leona Carpenter, 78 / James Gallop, 62 / Vera Faye Martin, 64 Método: Envenenamiento (sobredosis de medicamento) Localidad: Sacramento, Estados Unidos (California) Estado: Condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional el 11 de diciembre de 1993. Muere en prisión el 27 de marzo de 2011 Diagnóstico Una infancia marcada por la tragedia En 1937, cuando Dorothea tenía ocho años su padre murió de tuberculosis. Al año siguiente, su madre fallecía en un accidente de tráfico con una motocicleta. Dorothea pasó a vivir en un orfanato, una dura etapa de la que renegó durante el resto de su vida. Unos años después, la joven se mudó a Fresno (California) donde viviría con unos familiares hasta los 16 años. Durante el juicio por sus crímenes, expertos en salud mental demostraron que Gray había sufrido una infancia llena de abusos que le dejaron graves secuelas durante toda su vida.

anto con sus familiares como especialmente en el orfanato, los abusos físicos y verbales fueron continuos. Adopciones, matrimonios y cárceles A los 16 años, consiguió salir de su casa mediante el matrimonio. Su primer marido sería Fred McFaul, con el que estaría casada tres años y tendría tres embarazos. Dorothea nunca quiso ser madre. Envió a su primera hija con sus familiares de Fresno, a la segunda la dio en adopción y el tercer embarazo terminó en un aborto. Tuvo otra hija más, que también dio en adopción. A finales de 1948, McFaul la abandonó y ella nunca lo asumió. Siempre defendió que Fred murió de un infarto al corazón en una de sus costumbres más típicas: moldear la realidad a su antojo para que no le doliera. Ya lo hacía cuando negaba su dura infancia y lo siguió haciendo hasta que murió. Dorothea no asumía los momentos más traumáticos de su vida y se inventaría una vida más agradable, algo que también haría con sus crímenes. En los 50 fue a la cárcel por primera vez, seis meses por falsificar cheques. En 1960 volvería a la cárcel durante 90 días por administrar un burdel. Después de esta experiencia comenzó a trabajar de auxiliar de geriatría, su nueva vocación, casándose dos veces más, con Roberto Puente y con Pedro Montalvo, quién también abusaría de ella. Asesina en serie por dinero Según la tipología de los asesinos en serie, Dorothea Puente es una asesina hedonista, es decir, aquella que lo hace por el placer de hacerlo.

Esta categoría está dividida en tres subcategorías y ella se encuadra dentro de la “asesino por comodidad o beneficio”, aquella que realiza el crimen no por el placer del crimen en sí como en los asesinatos hedonistas

por

emoción

o

lujuria,

sino

por

lo

que

consigue

posteriormente. En este caso, el dinero de todas sus víctimas. Según la policía, la asesina llegó a ganar más de 5.000 dólares mensuales. En su casa de huéspedes en Sacramento (California), Dorothea envenenó con su medicación a varios ancianos, cuya muerte ocultaba para seguir cobrando sus pensiones. Este fue siempre su modus operandi. Les envenenaba con una sobredosis de medicación y, posteriormente, los hacía pasar por una muerte natural. Mientras no se descubría sus muertes, Puente seguía cobrando los cheques de los asesinados. En algunos casos, enterraba los cuerpos o los hacía desaparecer en un río cercano para que nadie los pudiera descubrir nunca. Tras la denuncia de desaparición de uno de los inquilinos, la policía encontró ocho cadáveres enterrados en su propiedad, “muertes naturales” para la asesina. Después de que descubrieran un cuerpo sin identificar en un río, Ismael Flores, un trabajador de mantenimiento, confesó que Dorothea le pidió que tirara al río la caja con el cuerpo. Aun así, tardaron más de tres años en poder conectar el caso con los desaparecidos en su casa de huéspedes. De los 9 asesinatos con los que se le relacionó, solo se pudo demostrar su participación en 3, por los que fue condenada. Rasgo psicológico

Un asesino en serie, también conocido como asesino serial, es una persona que asesina a tres o más personas en un lapso de más de treinta días, dejando un periodo de "enfriamiento" entre cada asesinato, y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona dicho acto. Los asesinos en serie están específicamente motivados por una multiplicidad de impulsos psicológicos, sobre todo por ansias de poder y compulsión sexual. Los crímenes suelen ser llevados a cabo de una forma similar y las víctimas a menudo comparten alguna característica (p. ej. ocupación, raza, apariencia, sexo o edad). Los asesinos en serie no debe ser confundidos con los asesinos en masa, que asesinan a un número elevado de víctimas de manera simultánea en un periodo corto de tiempo; ni con los asesinos relámpago, que cometen múltiples asesinatos en un corto período y en lugares distintos Una circunstancia que sí se repite entre los asesinos en serie, hombres o mujeres, es haber sufrido abusos en su infancia y pertenecer a familias rotas por problemas mentales de los progenitores o de adicción al alcohol o a las drogas. El trastorno comienza como una evasión de la realidad. El niño tiene fantasías donde invierte los papeles. ya no es el agredido, es el agresor. Y, en consecuencia, está a salvo. Tiene el poder. Las fantasías son cada vez más destructivas hasta que llega el momento en que el menor se atreve a hacerlas realidad. Aislamiento y soledad, y a veces problemas de obesidad y acné, son comunes. También un déficit de autoestima que se compensa primero con el fantaseo, después con la agresión y más tarde con la habilidad para eludir el castigo. Se genera un círculo vicioso de euforia -por la descarga

de tensión- seguido de depresión- lo que genera la expectativa de repetir- que se retroalimenta. Suelen comportarse de manera abiertamente violenta, algo que sí terminan haciendo los chicos. Pero saben cómo manipular a los otros, gracias a su mayor habilidad lingüística y social, para ejercer la agresión de manera indirecta Un jurado incapaz de sentenciar El juicio duró un año, de octubre de 1992 a octubre de 1993. Durante su celebración, el Jurado llegó a un punto muerto, un empate entre culpabilidad e inocencia. La defensa mostraba a una persona generosa y cariñosa y muchos creyeron su versión. Finalmente, el juez declaró al jurado incapaz de llegar a un veredicto y le sentenció a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Murió en prisión en 2011 a los 82 años por causas naturales, sin admitir sus crímenes