Diversidad Cultural

Diversidad Cultural Hablar de diversidad cultural no es un tema nuevo, pues bien la mayor parte de los habitantes del pl

Views 247 Downloads 6 File size 48KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Diversidad Cultural Hablar de diversidad cultural no es un tema nuevo, pues bien la mayor parte de los habitantes del planeta vivimos en combinaciones dinámicas entre culturas y subculturas. Son múltiples los grupos que fácilmente podemos distinguir ya sea por el carácter étnico, el género, la orientación sexual, la edad, la ubicación geográfica, el empleo, sus ingresos, en fin, difieren los factores que caracterizan a más de una cultura. La Cultura es un fenómeno que abarca un amplio espectro de la realidad humana, generando diversos efectos en los individuos inmersos en una cultura y en interacción con otra, debido a la necesidad de la interculturalidad, dicho fenómeno abarca muchos áreas de la vida tanto individual como social, pero antes de seguir con el tema se necesita una definición para dejar en claro lo que es la Cultura y la Diversidad Cultural. Existe una variedad de definiciones para lo que es Cultura debido a su complejidad, tenemos por ejemplo esta primera definición “Cultura es el todo complejo que incluye el conocimiento, la creencia, el arte, la moral, la ley, la costumbre y cualquier otra capacidad o hábito adquirido por el hombre en tanto que es miembro de una sociedad.” Esta primera definición deja enlistado las características de lo que puede ser la cultura. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), cultura es el conjunto de aspectos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Es decir que la cultura abarca más que hábitos de un grupo humano llevándolo a un punto más profundo de sí mismo que es el pensar y sentir, llevándolo a un plano intelectual-afectivo e espiritual, por eso mismo se hace cita de la siguiente definición “la cultura es un sistema ordenado de significados y símbolos en cuyos términos los individuos definen su mundo, expresan sus sentimientos y emiten sus juicios”. La cultura es esencialmente una cuestión de ideas y valores, un molde mental colectivo, por tanto, se trata de un sistema simbólico. Y estos símbolos, ideas y valores aparecen en un espectro de formas de una diversidad casi infinita. Para definir la

Diversidad Cultural se puede decir que es “la variedad de diferentes culturas dentro de un grupo de personas o una sociedad.” Teniendo todo esto en cuenta, podemos decir que cuando hablamos de diversidad cultural nos referimos al conjunto de estrategias, normas y valores que los distintos seres humanos han sido capaces de desarrollar para vivir en grupo y para adaptarse a lo largo del tiempo a diferentes entornos y diferentes espacios. Estos valores, normas y estrategias se han convertido en costumbres y son compartidas dentro del grupo haciéndolas perdurar de generación en generación en procesos dinámicos de construcción y reconstrucción. Esta definición incluye, además de las artes y las letras, las formas de vivir, los valores, las tradiciones y las creencias de los grupos y sociedades que componen la humanidad. La diversidad Cultural se refleja, por ejemplo, en la existencia de diversos grupos étnicos en una determinada área. Otro ejemplo más claro es nuestro propio país Guatemala que tiene una riqueza cultural enorme, de forma general tenemos cuatro culturas cohabitando dentro del mismo territorio, y estas son la Maya, Inca, Garífuna y Ladina. Cada cultura con costumbres y tradiciones distintas de la otra, con un origen muy distinto, pero cada una habitando en un mismo territorio e interactuando con las demás culturas. Alrededor de esta multiculturalidad existe una “interacción” entre las culturas de un área a la que llamamos interculturalidad, dicho efecto nace de la misma necesidad humana o de esa característica social en cada uno de nosotros que nos lleva a tener relaciones interpersonales y de la mima manera enriquecernos como personas. Por tanto, entendemos la cultura en la triple vertiente de ser aprendida a través de un proceso de socialización y endoculturación, de ser una capacidad de adaptación a los cambios del medio y, no menos importante, ser un aparato simbólico, unas “gafas” a través de las cuales vemos e interpretamos la realidad. Además, la cultura es una cuestión dinámica, es una especie de equipaje que no paramos de hacer y deshacer para identificarnos como individuos y para dar sentido a lo que hacemos con otras personas. La cuestión importante es que en el momento socio histórico que vivimos, los individuos pertenecemos a más de una categoría social y cultural. En palabras de Gerd Baumann, uno de los

antropólogos recientes que más han desarrollado el tema del multiculturalismo, “todos practicamos más de una cultura….” En las sociedades urbanas de Occidente, las distintas divisiones culturales no van en paralelo unas con otras. Al contrario, se entrecruzan para formar un modelo sometido a cambios constantes de lo que se debería llamar “divisiones entrecruzadas”. Los criterios de pertenencia a categorías culturales o sociales se entrecruzan y las categorías que definen y los grupos que la gente forma también se entrecruzarán: por tanto las personas, las culturas y los grupos no son estáticos sino que son procesos dialógicos de construcción y reconstrucción identitaria que sirven, en definitiva, para dotar de sentido a nuestras vidas. En opinión de Charles Taylor, un filósofo canadiense que ha desarrollado el tema del multiculturalismo, “descubrir mi identidad no significa que lo haga de manera aislada, sino que la consigo a través de un diálogo, en parte abierto, en parte interno, con los demás”. Es importante que asumamos que la globalización del mundo en que nos ha tocado vivir nos permite pertenecer a varios grupos y por lo tanto pertenecer a varias culturas. Siendo optimistas, esta sociedad multicultural globalizada debería provocar un cosmopolitismo donde los diversos individuos podamos convivir y tengamos competencias culturales múltiples donde el mestizaje será considerado signo de madurez cultural. Pero dicha interacción cultural genera un impacto en cada uno de nosotros, esto es de forma positiva o negativa. Si se habla desde un punto “humano” la diversidad debería traer el enriquecimiento de cada uno a partir de las diferencias de los demás, pero al mismo tiempo hay una contraparte que se da en grupos cerrados al cambio y a la aceptación de las diferencias. En estos procesos de identificación las condiciones económicas, políticas, geográficas, sociales y legales tienen mucha influencia en relación al establecimiento de relaciones de identificación y de vínculos de pertenencia a un “grupo” y su relación con los “otros”, provocando, a su vez, una visión compartida en el imaginario colectivo sobre “el otro” cargada de estereotipos y prejuicios. Podríamos considerar en un punto la desigualdad como un defecto de nuestra identidad. El asumir una posición positiva o negativa frente a las diferencias es un

defecto del carácter y parte de la misma cultura, puesto que algunas culturas en dichos sitios geográficos son de un carácter tradicionalista o forman prejuicios, o estereotipos de las demás personas y su cultura, podríamos poner de ejemplo algún pueblo indígena que por costumbre no permite a sus hijos casarse con personas que no pertenecen a su misma cultura, teniendo para esto más de alguna excusa. Dichos problemas de discriminación se dan en los grupos dominantes o mayoritarios como en los grupos pasivos y minoritarios, calando así la desigualdad social que no permite el avance de las culturas como una sola sociedad en busca de un mismo objetivo. La generación de estereotipos obedece a la necesidad o deseo de tener una opinión en la experiencia propia y suficiente de la que extraer un conocimiento directo, por economía mental. Las opiniones se forman sobre los que otras personas dicen. Los estereotipos, positivos o negativos, juegan un papel primordial en nuestras relaciones sociales y personales con desconocidos al ayudarnos a adjudicarle a los otros un papel o comportamiento determinados en función de su adscripción a un grupo, sin tener en consideración los aspectos personales. Es el componente cognitivo de una actitud particular. Allport (1954) define estereotipo como una creencia exagerada con, o acerca de, las costumbres y atributos de un determinado grupo o categoría social, en función de la cual se justifica o racionaliza nuestra conducta en relación a dicha categoría. Los seres humanos somos tan diversos, sin embargo iguales en derechos, ni uno más ni uno menos, todos por igual y equitativamente. Pero como es que este aspecto de ser nosotros tan distintos, pueda ocasionar tantas disparidades, problemas, y ahí se ve el gran dilema de cómo enfrentar la diferencia misma y que clase de postura se deba asumir para poder sobrellevar, contrarrestar y erradicar aquellos márgenes de racismo, desigualdad y de la poca aceptación entre los mismos habitantes. La superación de estereotipos y prejuicios es una de las tareas de la educación intercultural y antirracista, y por ende, de la formación de los educadores y educadoras.

La identidad cultural es una característica de nuestra personalidad que a todos nos da un sentido de quienes somos dentro de la comunidad, una sociedad y una cultura. Este sentido de pertenencia se desarrolla a través de la internalización de las tradiciones y es una forma de afirmar la misma cultura y a la vez de preservarla para las nuevas generaciones. Cada quien nace en distintas áreas, la crianza es relativa, y por consiguiente cada persona es diferente desde sus creencias hasta en su aspecto físico. Pues la diversidad cultural es esa noción en que afirmamos los diferentes modos de vida, de costumbres, los desarrollos entre las artes, ciencias e industria de distintas culturas que cohabitan en un mismo tiempo y que a su vez conforma la variada convivencia humana. Y es así como se manifiesta la diversidad cultural, por la diversidad de lenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos en la gastronomía, y en todo numero concebible de atributos de la sociedad humana.