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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE CIUDAD JUÁREZ Departamento Económico Administrativo Licenciatura en Administración Walt Disney

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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE CIUDAD JUÁREZ Departamento Económico Administrativo Licenciatura en Administración

Walt Disney

Clase: Procesos estructurales. Presentado por:

Abish Alondra Pérez Díaz Alexia Álvarez Rodríguez Estefany Michel Gonzales Rentería Marisol Sígala Meléndez Laura Camacho Saucedo Brissa Guadalupe López Rodríguez

Docente:

Mtra. Elizabeth Gutiérrez Cd. Juárez, Chih.,febrero de 2018

Historia de Walt Disney A pesar de los esfuerzos de sus biógrafos, un fondo de leyenda sigue aun planeando sobre la figura de Walt Disney. Un repetido rumor asegura que Disney era un emigrante europeo, probablemente español, que llegó a los Estados Unidos y que, más tarde, por temor a suspicacias, falseó su origen. También han sido mitificadas las circunstancias de su muerte: muchos creyeron que Disney había sido congelado con modernas técnicas de hibernación.

Walt Disney Según esta leyenda, su cuerpo aún permanecería así con las constantes vitales suspendidas, a la espera de un futuro en que pudiese despertar y nuevos procedimientos quirúrgicos reparasen su salud. Pero la prosaica realidad es que el cadáver Disney fue incinerado por deseo de sus familiares. No ha de extrañar, sin embargo, toda esta mezcla de realidad y fantasía alrededor de quien pasó a la historia de la cultura occidental como uno de los más prolíficos, contradictorios e influyentes cultivadores de la imaginación infantil.

Walter Elias Disney nació el 5 de diciembre de 1901 en Chicago, Illinois. Cuarto de los cinco hijos que tuvieron Elias y Flora Disney, su infancia transcurrió entre apuros económicos y bajo la severidad de su padre, carpintero de profesión, que probó suerte en toda clase de negocios sin que nunca consiguiera mejorar su maltrecha economía. Eternamente menospreciado por su padre, Walt creció muy unido a su madre, una antigua maestra descendiente de alemanes, y a su hermano Roy, ocho años mayor que él. En 1906, Elias Disney decidió empezar una nueva vida en una granja cerca del pequeño pueblo de Marceline, Missouri, donde Walt descubrió la naturaleza y los animales. También entonces nació su interés por el dibujo, que compartió con su hermana pequeña, Ruth. Elias Disney hacía trabajar tan duro a sus hijos en el mantenimiento de la granja que los dos mayores, Herbert y Raymond, decidieron dejar el hogar para instalarse por su cuenta otra vez en Chicago. Los difíciles comienzos La precaria situación en que quedó la familia con la marcha de los dos jóvenes empeoró en el invierno de 1909, cuando el padre contrajo fiebres tifoideas y la enfermedad le obligó a vender la granja y a trasladarse a Kansas City, Missouri, donde encontró un empleo como repartidor de periódicos, tarea en la que Roy y Walt le ayudaban. Ello supuso un menor rendimiento del pequeño Walt en la escuela, donde nunca fue un alumno aventajado. Pasados un par de años, Walt, que ocasionalmente ganaba algún dinero vendiendo sus caricaturas, se matriculó en el Instituto de Arte de Kansas City, donde aprendió las primeras nociones sobre la técnica del dibujo. En aquellos años de su adolescencia descubrió el cine, un invento que le apasionó desde el primer momento.

Durante la guerra fue (el dibujo en la lona es del propio Disney)

conductor

de

ambulancias

En 1917, cinco años después de que Roy Disney abandonara también el hogar paterno, Elias Disney se trasladó con su mujer y sus dos hijos pequeños de nuevo a Chicago, donde probó suerte montando una pequeña fábrica de mermelada. En la primavera de 1918, Walt, con sólo diecisiete años, falsificó su partida de nacimiento y se enroló como soldado en la Cruz Roja para combatir en la Primera Guerra Mundial. Llegó a Europa cuando ya había paz, pero estuvo destinado en Francia y Alemania hasta septiembre de 1919. Una vez licenciado, se fue a vivir con su hermano Roy a Kansas City, donde buscó empleo como dibujante. Su sueño era convertirse en un artista del Kansas City Star, el diario que había repartido en su infancia, pero encontró trabajo como aprendiz en una agencia de publicidad, la Pesmen-Rubin Commercial Art Studio. Con un sueldo de 50 dólares al mes, en aquel empleo conoció a Ub Iwerks, un joven de su misma edad y excepcionalmente dotado para el dibujo, con el que entabló amistad. Cuando los dos se quedaron sin trabajo montaron su propia compañía, la Iwerks-Disney Commercial Artists. La empresa duró apenas un mes, ya que Walt prefirió aceptar un empleo seguro, aunque convenció a sus nuevos jefes para que contrataran a Iwerks. En aquel trabajo ambos aprendieron las técnicas, todavía muy rudimentarias, de la animación cinematográfica.

Disney trabajando en Laugh-O-Gram Films (1922) Inquieto e innovador por naturaleza, Disney pidió una cámara prestada y montó un modestísimo estudio en el garaje de su casa, en el que con la ayuda de Iwerks y trabajando por las noches, produjeron su primera película de dibujos animados. El filme tuvo aceptación y consiguieron nuevos encargos hasta que Disney, que todavía no había cumplido los veintiún años de edad, convenció a Iwerks para que volvieran a probar suerte como empresarios con una compañía a la que llamaron Laugh-O-Gram Films. Con una producción basada en cuentos tradicionales, las cosas les fueron bien hasta que la quiebra de su principal cliente los arrastró también a la bancarrota. A Hollywood

En 1923, después de intentar inútilmente remontar el bache, Disney emigró a Hollywood. La floreciente industria cinematográfica había convertido a Hollywood en una tierra de promisión. Disney creyó que con su experiencia como cámara obtendría trabajo de director, pero ningún estudio quiso contar con sus servicios, por lo que decidió volver a montar su propia empresa con su hermano Roy como socio. El 16 de octubre de 1923, la Disney Brothers Studio firmó su primer contrato importante, pero todavía insuficiente para hacer frente a sus dificultades financieras. Ya entonces, Walt puso de manifiesto lo que después sería una constante en su compañía: que era capaz de recurrir a cualquier estratagema para sacar el negocio adelante. En 1924, Ubbe Iwerks se unió a ellos y Walt pudo dejar de trabajar como animador para dedicarse al área para la que siempre estuvo más capacitado: la creación de personajes y argumentos y la dirección. El 13 de julio de 1925, tres meses después de que su hermano Roy se casara, Disney contrajo matrimonio con Lillian Bounds, una joven empleada de su estudio, con la que tuvo dos hijas: Diane Marie, nacida el 18 de diciembre de 1933 cuando el matrimonio ya descartaba que pudieran tener descendencia, y Sharon Mae, a la que adoptaron en 1936. En la primavera de 1926, y después de haber tenido que cambiar de local porque la compañía crecía, los dos hermanos cambiaron el nombre de su empresa, que pasó a llamarse Walt Disney Studio. Pero el estudio sufrió un importante revés cuando su principal cliente se quedó con los derechos del conejo Oswald, un personaje creado por Disney que había protagonizado diversos cortometrajes. El triunfo del ratón Mickey Con la determinación de eliminar en lo sucesivo los intermediarios, Disney concibió (durante un viaje en tren de Hollywood a Nueva York) a Mortimer, un ratoncito rebautizado luego con el nombre de Mickey por sugerencia de su esposa y al que Iwerks dio forma. Así lo contó Disney, pero, en realidad, la paternidad de Mickey Mouse ha sido siempre motivo de polémica, y actualmente tiende a atribuirse el propio Iwerks. En octubre de 1928, cuando Disney buscaba distribuidor para las dos películas que había producido con Mickey Mouse como protagonista, se proyectó el primer filme del cine sonoro. Adelantándose a otros productores que creyeron pasajera aquella innovación, Walt se apresuró a incorporar el sonido a una tercera película de Mickey, Willie en el barco de vapor (1928). Buen imitador de voces y acentos, Disney hizo que el ratoncillo y su novia, Minnie, hablaran con su propia voz para abaratar costes. La película, estrenada el 18 de noviembre de 1928 en un teatro de Nueva York, obtuvo un rotundo éxito de público y crítica.

Fotograma de Willie en el barco de vapor (1928) En 1929, con su excepcional sexto sentido para los negocios, autorizó que varias compañías reprodujeran en sus productos la imagen de Mickey Mouse, al que incorporaron guantes y zapatos blancos para evitar que manos y pies desaparecieran sobre fondos oscuros. El 13 de enero de 1930 empezó a publicarse una viñeta del popular personaje (con Disney como guionista e Iwerks como dibujante) en varios periódicos de Estados Unidos, y ese mismo año se editó un libro de dibujos de Mickey que fue reeditado en numerosas ocasiones. Adicto al trabajo, para el que robaba muchas horas de sueño, Disney tuvo una seria crisis de salud que le obligó, a finales de 1931 y cuando el club de Mickey Mouse ya tenía un millón de miembros, a tomarse unas largas vacaciones con su esposa. De vuelta a Hollywood, se apuntó a un club deportivo donde practicaba boxeo, calistenia, lucha libre y golf. Poco después descubrió la hípica y, finalmente, el polo, del que fue un fanático durante el resto de su vida. Una afición que cultivó con tanta pasión como su fascinación por los trenes y las miniaturas. Con Mickey Mouse como buque insignia de una compañía en alza, Disney creyó que no debía dormirse en los laureles ni aburrirse haciendo sólo películas del famoso ratoncillo, que en 1932 le supuso el primero de los Oscar que recibiría durante su carrera. Respaldado por un equipo de excelentes dibujantes e ilustradores, desplegó todo su espíritu creativo en la primera serie de sus Sinfonías tontas (1932). Realizados en technicolor, los diversos cortometrajes que componían esta producción significaron en su época un experimento sobre el uso expresivo del color. En noviembre de aquel mismo año, el estudio Disney se convirtió en el primero que tuvo su propia escuela de dibujantes y animadores.

Un año más tarde, el 27 de mayo de 1933, estrenó la sinfonía tonta que hacía el número treinta y seis y que iba a tener un éxito inesperado: Los tres cerditos. Sin pretenderlo, su famosísima canción ¿Quién teme al lobo feroz? se convirtió en un canto de esperanza para millones de norteamericanos que intentaban no ser devorados en la vida real por la Gran Depresión. En 1934, cuando su estudio contaba con 187 personas, nació el pato Donald, un personaje de carácter irascible y perverso, que vino a sumarse a los perros Pluto y Goofy. Los largometrajes Cuando ya se había hecho un nombre en la industria de Hollywood, Walt Disney emprendió una iniciativa arriesgada y sin precedentes: producir el primer largometraje de dibujos animados de la historia del cine. Blancanieves y los siete enanitos (1937) demostró no sólo que Disney y su equipo eran unos virtuosos de la animación, sino que los dibujos animados podían ser todo un género cinematográfico. La película recaudó cuatro millones de dólares, todo un récord para la época, pero dejó endeudado a Disney hasta 1961 por culpa de la amortización de los créditos que tuvo que pedir, ya que el presupuesto inicial de 500.000 dólares de la película había acabado triplicándose.

Blancanieves y los siete enanitos (1937) En Blancanieves y los siete enanitos se utilizó por primera vez la cámara multiplano, capaz de sugerir profundidad de campo gracias a un ingenioso sistema de superposición de cinco láminas filmadas en un mismo plano para simular lejanía, y un nuevo sistema de technicolor. La película fue el primer ejemplo de que el cine de animación de la escuela Disney tenía un sólido procedimiento narrativo, en el que los personajes humanos eran descritos a partir de la «mirada» de los animales humanizados o de los seres fantásticos. También quedó patente en el filme el gusto de

Disney por lo tenebroso y su estilo de sugerir más que de mostrar abiertamente el terror. La década de los cuarenta fue un período de gran actividad en la Disney, caracterizado tanto por la consolidación del estilo iniciado con Blancanieves y los siete enanitos como por la contradicción que Walt sentía entre su tendencia artística a la innovación y al riesgo y la necesidad de atender a un mercado nada dado a las novedades y los experimentos. Reflejo de ello fue la tibia respuesta del público a las siguientes películas salidas de su «factoría» de sueños. Pinocho(1940), considerada como una de las piezas maestras del cine de animación por los críticos y en la que se invirtieron 2.600.000 dólares, fue un desastre comercial. Lo mismo sucedió con Fantasía (1940), que costó 2.300.000 dólares. En ella dibujantes y animadores combinaron las evoluciones de los personajes de dibujos animados con la música de Stravinski, Dukas, Beethoven, Ravel, Bach o Tchaikovsky. Considerada una obra maestra por unos y una insultante caricatura de la música clásica por otros, Fantasía no fue la «obra total» que Walt Disney había imaginado y deseado. Estos fracasos comerciales abrieron una importante brecha económica en la empresa, paliada poco después por los éxitos consecutivos de Dumbo (1941) y Bambi (1942).

Fantasía (1940) Después del sketch sobre La danza de las horas, de Amilcare Ponchielli, que codirigió con Norman Ferguson en Fantasía utilizando el seudónimo de T. Hee, Walt Disney abandonó el campo de la realización para dedicarse casi en exclusividad a la tarea de dirigir el incipiente imperio cinematográfico en el que se había convertido la empresa que tan modestamente había iniciado quince años antes. El 6 de mayo de 1940 finalizó la construcción de sus nuevos estudios en Burbank, que le granjearon el sobrenombre de «Mago de Burbank». Diseñados por él mismo con el objetivo de facilitar el trabajo de sus empleados, aquellos estudios contaban con veinte grandes edificios, separados por calles a las que se les puso el nombre de sus personajes. La plantilla de la empresa rondaba los 2.000

empleados, a los que Disney exigía un alto nivel de creatividad y producción a cambio de salarios muy bajos, aunque nunca reparó en gastos a la hora de hacer sus películas y siempre llevó personalmente una vida privada sin lujos ni ostentaciones. Anticomunista furibundo El 10 de noviembre de 1940 empezó a colaborar con el FBI, después de que el entonces director de la agencia federal de investigación, J. Edgar Hoover, hubiera intentado en varias ocasiones reclutar al productor cinematográfico como agente para que le facilitase cualquier información o detalle sobre la presencia de elementos subversivos (comunistas, sindicalistas o anarquistas) en Hollywood. Sin embargo, los primeros devaneos políticos de Disney tuvieron un cariz más progresista y se remontaban a 1938, cuando se adhirió a la Society of Independent Motion Picture Producers, asociación de productores y cineastas independientes opuestos al dominio absoluto de los grandes estudios de Hollywood. Desde aquel grupo, que contaba con figuras como Orson Welles o Charlie Chaplin, Disney fue derivando hacia un ideario próximo al partido nazi norteamericano y a un sentimiento fuertemente antimarxista. En 1941, un sindicato de ilustradores recién creado en su compañía amenazó al «Mago de Burbank» con ir a la huelga en demanda de mejores salarios. Disney pretendió evitar personalmente el conflicto dirigiendo un discurso a sus empleados, pero éstos, para estupor suyo, ya que concebía la empresa como una gran familia, no le dejaron pasar de las primeras frases. El 29 de mayo de aquel año, los estudios Disney quedaron casi paralizados por una huelga en la que participaron la mayoría de los trabajadores y que duró todo un año. El conflicto se saldó cuando la empresa aceptó que los trabajadores pudieran elegir libremente su sindicato, incluido el izquierdista Screen Cartoonists Guild.

Walt Disney en 1941

Los acuerdos que llevaron al final de la huelga fueron firmados por Roy Disney, ya que Walt se encontraba de viaje por diversos países de Sudamérica. De aquel largo viaje salieron varias películas destinadas básicamente al público latinoamericano. Entre ellas, Saludos, amigos (1943) y Los tres caballeros (1945), en las que combinó dibujos animados y actores de carne y hueso. En 1943, buena parte de sus mejores dibujantes le abandonaron para fundar la UPA (United Productions of America), donde nacería, entre otros, el miope personaje de Mister Magoo. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, en la que Disney había accedido a filmar para el gobierno estadounidense películas propagandísticas, dejó la presidencia de su compañía, cediéndole el cargo a su hermano Roy, pero sólo mantuvo unos meses aquella decisión y a finales de 1945 volvió a ocupar el sillón presidencial. Nada más volver, despidió a más de 400 empleados, asegurando que la empresa pasaba por una crisis y tenía que cumplir el acuerdo concertado con la Screen Cartoonists Guild de conceder el aumento salarial del 25% a los dibujantes. Reafirmado en su antimarxismo y colaborador del FBI hasta su muerte, Disney se comprometió a abortar todo elemento que atentara contra la nación norteamericana en la reunión celebrada el 24 y el 25 de noviembre de 1947 en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York, que culminó con la llamada Declaración Waldorf, en la que muchos productores cinematográficos se comprometieron a colaborar con la Comisión de Actividades Antiamericanas en la «caza de brujas». En agosto de 1948 hizo un viaje con su hija Sharon para filmar imágenes en Alaska, y con el material realizó la serie de cortos titulados Aventuras de la vida real. Su hermano Roy se opuso al proyecto (para entonces estaban ya tan distanciados que sólo se veían después de pedir cita a sus respectivas secretarias) y auguró un incierto destino a este tipo de documentales. Se equivocó, ya que el primero de ellos, titulado La isla de las focas (1948), no sólo resultó rentable, sino que fue premiado con un Oscar en la categoría de cortometrajes.

1901 Nace en Chicago, Illinois. 1909 Se traslada con su familia a Kansas City. 1911 Estudia dibujo en el Instituto de Arte de Kansas City. 1918 Parte a Europa y participa en la Primera Guerra Mundial como conductor de ambulancias de la Cruz Roja. 1919 Regresa a Kansas City. Trabaja en una agencia de publicidad, en la que conoce a Ubbe Iwerks. 1921 Junto a Iwerks, produce sus primeras películas de dibujos animados y funda la

1923 1925 1926 1927 1928 1929 1930 1932 1934 1937 1940

1941 1943 1947 1948 1954 1955 1964 1966

compañía Laugh-O-Gram Films. Tras el fracaso de la compañía, marcha a Hollywood. Crea con su hermano Roy el estudio Disney Brothers, al que se incorpora un año después Ubbe Iwerks. Contrae matrimonio con Lillian Bounds. El estudio pasa a llamarse Walt Disney Studio. Crea el personaje Oswald, un simpático conejito que protagoniza toda una serie de cortometrajes. Obtiene un gran éxito con el personaje del ratón Mickey Mouse en la película Willie en el barco de vapor. Empieza a obtener beneficios de la comercialización de productos con la imagen de Mickey Mouse. Se edita el primer libro de dibujos de Mickey Mouse. Inicia la serie Sinfonías tontas, en technicolor. Crea el personaje del Pato Donald. Produce el primer largometraje de dibujos animados de la historia del cine: Blancanieves y los siete enanitos. Produce Pinocho y la innovadora Fantasía. Termina la construcción de sus nuevos estudios en Burbank. Empieza a colaborar con el FBI como informador anticomunista. Un huelga provocada por los bajos salarios paraliza los estudios durante un año. Combina por primera vez dibujos animados y actores reales en Saludos, amigos. Colabora abiertamente en la «caza de brujas» del Comité de Actividades Antiamericanas. Inicia la producción de documentales con la serie de cortos Aventuras de la vida real. Empieza a producir dibujos animados para la televisión. Inaugura el parque de atracciones Disneyland en Anaheim, California. Produce Mary Poppins, primer largometraje con actores reales. Muere en Los Ángeles, California.

Walt Disney ocupa por méritos propios un lugar destacado en la historia del cine. La personalidad de este dibujante, director y productor cinematográfico estadounidense fue determinante para hacer de los dibujos animados un género fílmico con entidad propia y un fenómeno de masas. Películas como Blancanieves y los siete enanitos (Snow White and the seven dwarfs, 1937), Dumbo (1941) y Cenicienta (Cinderella, 1950) contribuyeron a popularizar el cine de animación entre el gran público. Dotado de una gran capacidad de trabajo y de un espíritu

emprendedor, Disney comprendió que era posible realizar películas de dibujos animados con procedimientos industriales y con grandes presupuestos. La fauna humanizada El cine de dibujos animados había nacido en Francia de la mano de Émile Cohl y alcanzó su mayor desarrollo en Estados Unidos, donde este mismo cartoonistrealizó, en 1914, la primera serie del mundo, con el mítico Snookum. Entre 1920 y 1930, los hermanos Fleischer realizaron cortos protagonizados por el clown Koko, la seductora Betty Boop, o Popeye, un personaje ideado originalmente por Segar para anunciar las espinacas de la empresa Crystal City. Durante estos mismos años, Disney daba vida a sus más famosos personajes.

Walt Disney Disney se había interesado desde muy joven por el dibujo; en 1919 había entrado a trabajar en un pequeño estudio publicitario, donde realizó su primer filme de animación para la publicidad de una marca de chocolates. El reconocimiento obtenido le impulsó a montar su propia empresa cinematográfica y a producir las primeras series: Alice Comedies (1924) y el Oswald, el conejo afortunado (1927). Su estilo fue adquiriendo personalidad y pronto encontró su más genuina expresión en la creación de toda una pintoresca fauna humanoide de redondeada anatomía, que definía la psicología de los humanos bajo sus rasgos animales. Muchos eran personajes llenos de significados éticos y morales, ejemplos de los modos e ideales de vida americanos. El optimista Mickey Mouse (1928) representa el triunfo del débil; el pato Donald (1934) caricaturiza al americano medio, audaz y emprendedor, que puede alcanzar el éxito en cualquier momento. Cada animal humanizado encarna un perfil psicológico determinado: el ingenuo perro Goofy, la coqueta ratoncita Minnie o el tierno elefante Dumbo. El cerdito trabajador de Los Tres Cerditos (1935), que levanta una

casa para defenderse de los ataques del Lobo Feroz y no es devorado, invita a construir con optimismo un nuevo futuro, transmitiendo las consignas políticas del New Deal.

Cartel de un episodio de Alice Comedies (1924) Así, las producciones de Disney fueron fundamentales para consolidar una tipología de personaje que ha sido utilizada de forma recurrente en los filmes de animación. No obstante, sus películas estaban sustentadas en una visión maniquea y conservadora de la realidad, acaso no ajena al conservadurismo ideológico de su creador. En este sentido, personajes como Mickey o Goofy, candorosos y asexuados, se encuentran en las antípodas del anárquico pato Lucas y del pícaro Bugs Bunny, creados por la Warner Brothers, y ya no se diga de los protagonistas de series de dibujos animados más recientes, como el irreverente Bart Simpson. Sin embargo, las películas de Disney poseían una solidez narrativa excepcional que las convirtió en un modelo a seguir para los realizadores de filmes posteriores. Técnicas pioneras Si bien sus fábulas carecían de mensajes novedosos, en el terreno técnico Walt Disney fue siempre en busca de la innovación. Sus contribuciones más importantes, en efecto, debe situarse en el campo de la técnica de la animación. En sus estudios se reproducía con la mayor autenticidad posible los movimientos de cada personaje, llegando al punto de que un artista podía especializarse en un movimiento en particular o en un personaje. Esta delicadeza en el tratamiento del dibujo animado ha ido dejando paso,

en la animación actual, a una producción más masificada, que hace que lo personajes parezcan estereotipados y repetitivos.

Blancanieves y los siete enanitos (1937) En ese aspecto marcó un hito la producción de Blancanieves. Los estudios de Walt Disney realizaron en 1937 Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje de dibujos animados de la historia del cine, inspirado en la conocida fábula de los hermanos Grimm. El rodaje resultó muy costoso: fue necesario elaborar más de cuatrocientos mil dibujos. El éxito, sin embargo, compensó el esfuerzo y la inversión realizados, recaudándose un total de dos millones de dólares. Con este primer largometraje, el uso de la cámara multiplano comenzaba a dar resultados positivos, de gran rendimiento formal. Gracias a este procedimiento técnico, que pasa de vertical a horizontal, y que ofrece la posibilidad de realizar movimientos más ágiles durante las tomas, incluso para el Cinemascope, es posible crear la ilusión de relieve de las estructuras arquitectónicas y de las variaciones de los planos de los paisajes naturales, ayudada por el respaldo de los claroscuros coloristas. Se obtienen así efectos ópticos que dan sensación de relieve tridimensional. Los estudios de Burbank estaban en condiciones de afrontar este tipo de obras, y continuaron produciéndolas también después de la muerte de su fundador, en 1966. Las entregas siguientes fueron Pinocho (1940) y las sentimentales creaciones Dumbo (1941) y Bambi (1942). Pero el proyecto más ambicioso realizado entonces fue Fantasía (1940), en la que se pretendía visualizar, a través del dibujo animado, la música de grandes compositores clásicos. En ella combinó imágenes reales con dibujos animados y se adelantó a su tiempo al incorporar en la banda sonora varias pistas de lectura simultánea para crear un efecto estereofónico. Con Fantasía, sin embargo, Walt Disney se ganó el resentimiento de los defensores a

ultranza de la sacralidad de la música clásica, siendo objeto de severas críticas. De todos modos, el largometraje le permitió marcar distancias con los otros creadores. Un imperio empresarial El imperio de Walt Disney se construyó mayoritariamente sobre la fama de los largometrajes, que le permitían ejercer una posición casi de monopolio en el sector. Eran obras destinadas al público infantil, de éxito comercial garantizado y frecuentemente premiadas por la Academia de Hollywood. Relatando fábulas célebres e historias protagonizadas por animales, el estudio alternó éxitos consecutivos con fracasos esporádicos: La Cenicienta (1950), basada en la obra de Perrault; Alicia en el País de las Maravillas (1951), según la novela de Lewis Carroll; Peter Pan (1953), del cuento de James Barrie; La Dama y el Vagabundo(1955), primer largometraje dibujado en Cinemascope; 101 Dálmatas (1961); Merlín el encantador (1963) y El libro de la selva (1967), que Disney no pudo ver finalizada. Los Aristogatos (1970) o las más recientes Pocahontas y Hércules son grandes producciones que no hacen sino continuar el camino que Walt Disney inició en 1937.

Dumbo (1940) Disney también realizó experimentos de mezcla de actores reales con dibujos (Los tres caballeros, 1944), y se dedicó además a los documentales sobre la naturaleza. El primero de ellos fue un cortometraje realizado en 1948 titulado La isla de las focas; más tarde produjo largometrajes como Infierno blanco. Su productora también filmó películas de aventuras, como 20.000 leguas de viaje submarino, Los hijos del capitán Grant y Los robinsones de los mares del Sur, y penetró en la televisión desde sus inicios, produciendo series específicas para ese medio. Empresario imaginativo, Disney contribuyó a dar forma a otra de los ideas más sorprendentes de la segunda mitad del siglo XX: el parque temático de atracciones. El complejo lúdico Disneylandia, inaugurado en California en 1955, inició la era de los parques temáticos, a los que personas de todas las edades acuden en masa motivados

por la posibilidad de internarse en un mundo irreal y teatralizado y de explorar un universo en el que los personajes de ficción terminan por cobrar vida. El éxito de Disneylandia impulsó la apertura de complejos similares, gestionados por la empresa Disney, en Estados Unidos, Japón y Francia: Disney World (Orlando, Florida, 1971), Disney World Tokyo (Japón, 1983) y EuroDisney (Marne-la Vallée, Francia, 1992). Ello animó a otras compañías a construir un sinfín de parques similares en otras partes del mundo. Después de la muerte de Walt Disney en 1966, la producción cinematográfica y televisiva continuó, aunque una progresiva decadencia en las finanzas de la compañía forzó a una total renovación de la cúpula directiva en 1984. Con el equipo directivo que lideró Michael D. Eisner, la contabilidad se saneó y se inició un ambicioso plan de expansión en todos los negocios derivados del ocio y el entretenimiento. Se consolidaron las productoras filiales Touchstone y Hollywood Pictures, a la par que Disney se hizo con el control de la compañía audiovisual Capital Cities/ABC, que integra ocho cadenas televisivas, 21 emisoras radiofónicas, siete periódicos y otros medios de comunicación de masas. A ello cabe sumar la televisión por cable Disney Channel, las productoras televisivas Walt Disney Television y Touchstone Television, las editoriales Hyperion Books y Walt Disney Publishing, las firmas discográficas Hollywood Records y Walt Disney Records, la empresa videográfica Walt Disney Home Video, el equipo de hockey Anaheim Mighty Ducks, el equipo de baloncesto Anaheim Angels, y el palacio de patinaje sobre hielo Disney Ice (Anaheim, California), origen de la compañía "Disney on Ice", cuyos espectáculos de patinaje artístico recorren todo el mundo. Todavía en nuestros días se considera al norteamericano Walt Disney como la figura más destacada de la historia del cine de animación. Artista incansable y hábil empresario, con sus personajes creados a partir de animales humanizados, y con sus adaptaciones de cuentos infantiles clásicos, llegó a poblar la imaginación infantil de varias generaciones y construyó un imperio empresarial que se proyectó en ideas tan innovadoras como los parques temáticos, que hoy visitan millones de adultos y niños en todo el mundo. La siguiente serie de fotografías ilustra su trayectoria vital y sus logros como realizador cinematográfico y como empresario. Haz clic en las miniaturas para ampliarlas.

Un carácter tenaz

Los inicios

Reunión de trabajo

La factoría Disney

Mickey Mouse

Blancanieves

Fantasía

Disneylandia

Misión Ser uno de los mayores productores y proveedores de información y entretenimiento de calidad para personas de todo el mundo, buscando a su vez la experiencia más creativa, rentable e innovadora de relacionada con el mundo del entretenimiento.

Visión Lo que este país realmente necesita, es un lugar donde las familias puedan ir con sus hijos a divertise. Construir un parque de diversiones tan limpio como ningún otro en todos los tiempos, y en donde cada persona sea tratada como si fuera ciudadano de primera clase, es decir, como verdaderos invitados de honor.

Metas • Minimizar el impacto ambiental de la Compañía • Promover lugares de trabajo seguros, respetuosos e inclusivos allí donde Disney haga negocios • Crear oportunidades para que los niños y las familias ayuden a otras personas y al planeta • Utilizar un enfoque estratégico de filantropía para generar un cambio positivo y duradero en las comunidades en todo el mundo • Unirse a los padres en su esfuerzo por criar niños saludables Con el fin de asegurarse de que estas metas de Ciudadanía Corporativa de Disney reflejaran el punto de vista de grupos de interés, fueron evaluadas en una serie de conversaciones convocadas y facilitadas por Ceres (Coalition for Environmentally Responsible Economies). Las metas son una extensión de los compromisos y objetivos de Ciudadanía Corporativa de Disney, que fueron definidos y publicados en 2010. Disney dará a conocer actualizaciones anuales de su desempeño en relación con éstas, a través de su Reporte de Ciudadanía Corporativa.

Objetivos El objetivo de la compañía es desarrollar contenidos de mayor calidad técnica y narrativa y dominar el negocio del merchandising.

Organigrama

Retroalimentacion

Diagrama de sistema abierto

Entradas Actores, director, guión, maquillistas, set, cámaras, iluminación, utilería, vestuario.

Procesos Diseño del estudio, filmación, edición.

Salidas Cine, blu-ray, streaming (netflix, HBO Go, etc.)

Retroalimentacion

Entradas Tela, plástico, algodón, lana, seda, mano de obra, recurso humano

Procesos Manufactura, calidad, logistica y materiales.

Salidas

Plyeras, gorras, vasos, diademas, juguetes

Retroalimentacion

Entradas Tecnología, energía eléctrica, empleados

Procesos Venta de entradas, tour en el parque, operación de juegos mecánicos, alimentos

Salidas Parque de diversiones, atracciones, shows

Teoría del caos EL NOMBRE DE Walt Disney está asociado con diversión. Es sinónimo de personajes de la fantasía infantil, como el ratón Mickey, Aladino, Dumbo, Bambi y el Pájaro Loco. Según el diccionario Larousse, fue un productor de cine estadounidense (1901 - 1966), creador de dibujos animados. Pero si la investigación del escritor Marc Eliot, publicada en Estados Unidos, es cierta -y todo parece indicar que lo es- la nueva imagen de Walt Disney podría producir muchas decepciones. Y la pequeña biografía del diccionario tendría que ser cambiada en un 70 por ciento. La nueva versión, corregida, tendría que decir algo así como "Disney, Walt: nombre de productor de cine que fue agente del FBI y simpatizante de los nazis. Se cree que su verdadero nombre es Jose Guirao, hijo de una casquivana española que se refugio en Estados Unidos. Participó en la producción de Mickey Mouse pero no fue su creador. El legendario productor era alcohólico y neurótico". Será posible que el padre de tiernos personajes del mundo infantil fuera un "sapo" del FBI? Hasta ahora la biografía de Eliot no ha sido desmentida. Su libro "Walt Disney, el príncipe oscuro de Hollywood", ha sido objeto de expresiones de indignación e incredulidad de los sucesores del personaje, pero no de rectificaciones. "Considero este libro -que irónicamente se entrega a la fantasía más de lo que mi padre hizo- un asesinato de un gran hombre que llevó diversión a la gente alrededor del mundo", declaró una de sus hijas, Diane Disney Miller. Por su parte William Webster, director del FBI de 1978 a 1987, sostiene que leyó todos los documentos entregados por esa oficina al autor y que de ellos no se puede inferir que Disney fue informante secreto. Pero una investigación de The New York Times logró confirmar los principales y más delicados hallazgos del autor. El más grave de los cuales es un memorando en el que la oficina del FBI de Los Angeles recomienda a Disney ante el director de la agencia para que sea aceptado como SAC (Special Agent in Charge), debido a su estratégica posición en la industria del cine. Disney no quería tener bajo el mismo techo a líderes sindicales que promovieran el desorden y el inconformismo en sus estudios. Y la táctica que pensó podría resultar más efectiva fue postular sus nombres a una temible lista negra que llevaba el FBI en los años 40. Quien quedará fichado tenía problemas para conseguir empleo o enrolarse en el servicio militar. El autor sostiene que la valiosa colaboración de Disney tenía una contraprestación. El entonces director del FBI, Edgar Hoover, que también ha sido objeto de un libro revisionista, puso a disposición de su amigo productor todo lo que estuviera al alcance de esa dependencia para investigar su verdadero origen. Para Disney, se había convertido en una obsesión tratar de establecer dónde y cuándo había nacido y quién era su verdadero padre. A los 16 años había recibido un certificado de nacimiento de la

oficina de registro de Chicago en el que se le informaba que en la fecha de nacimiento que suministraba -diciembre 5 de 1901- no aparecía ningún Walt Disney. Aunque posiblemente Disney nunca supo su verdadera identidad, la falta de esta le ofreció una explicación del por qué la animadversión de Elías Disney, el hombre a quien conoció como su padre y marcó el guión de sus primeros éxitos cinematográficos en los que el común denominador -segun Eliot- es el subconsciente de la orfandad-. En Blanca Nieves, Dumbo, Bambi, Peter Pan, Los Cien Dálmatas y la Isla del Tesoro hay personajes ensombrecidos por la idea del abandono familiar. INFANCIA DESDICHADA La infancia de Disney fue desgraciada. Ante la más mínima falta, su padre o padrastro, un viejo agricultor, se quitaba la correa y lo castigaba. Walt y su hermano Roy eran forzados a trabajarla tierra hasta el cansancio, pero él sacaba tiempo para dibujar a escondidas sus fantasías. "En las tardes, despues de las palizas -dice Eliot-, Walt se acostaba en su cama a sollozar. Roy, el mayor, físicamente más fuerte, resistía mejor que su hermano los castigos y lo consolaba hasta que se dormía con la promesa de que todo estaría bien al dia siguiente". Pero al otro día venía otra reprimenda. Roy no aguantó más y abandonó la casa, no sin antes darle a su hermano la fórmula para enfrentar a su padre. "Cuando esté a punto de golpearte -le dijo- aguántale la mano y míralo fijamente a los ojos". Así lo hizo y funcionó. Elías Disney no volvió a pegarle a Walt. La familia se trasladó de Illinois a Missouri, en Kansas City, luego de que el padre sufrió una fiebre tifoidea complicada con neumonía. Elías compró una ruta de distribución de un periódico de mil ejemplares. Walt consiguió puesto como distribuidor de medicamentos y se ganó el prestigio en su colegio por sus habilidades para el dibujo y su inclinación por la literatura fantástica. Disney había llegado a la conclusión de que la mejor forma de eludir la situación en su casa era enrolarse en las filas estadounidenses que participaban en la Primera Guerra mundial. En vista de que sus padres no le dieron torización, Disney falsificó la firma e ingresó a la Cruz Roja Internacional en 1918. Durante su primera semana como aprendiz de chofer de ambulancia en Chicago, se enfermó de gripe y fue enviado a casa de sus padres. Aunque el armisticio se acababa de firmar, Disney fue llamado a colaborar con la atención de heridos en Francia. En un castillo, convertido en hospital militar celebró sus 18 años. "Esa noche -dice Eliot-, los muchachos de unidad le hicieron una fiesta sorpresa, durante la cual bebió licor y fumó por primera vez, el comienzo de dos hábitos que conservaría por el resto de su vida". UN MAL DIBUJANTE

De regreso a Chicago, su primer negocio fue pintar insignias alemanas en cascos que un amigo suyo perforaba con balas y después vendía como reliquias de guerra. Luego de reunir el capital más grande que hasta entonces habían tenido -300 dólares- se mudó a Kansas City, donde fue aceptado como dibujante del periódico Kansas City Star. Pero al mes de estar pintando vacas y gallinas fue despedido por su "particular falta de habilidades para dibujar". Profundamente deprimido, tuvo que aceptar un puesto en la oficina de correos en la Navidad. A su rescate llegó un amigo de infancia, Ub Iwerks, quien casi por toda su vida se convertiría en su más cercano colaborador. Eliot afirma en su libro que fue Iwerks y no Disney el inventor del ratón que le abrió las puertas hacia la inmortalidad. Iwerks y Disney abrieron una empresa cuyo primer cliente sería un amigo común que era, irónicamente, miembro del sindicato de la industria del cuero y les había pedido asesoría para un boletín en la organización. Pese a los esfuerzos, el negocio no era muy bueno. Así que en enero de 1920 Disney empezó a dibujar su futuro al ser aceptado en una compañía publicitaria, donde fue encargado de pintar figuras para las propagandas con dibujos animados. Estos habían sido no más que un pie de página del cine, hasta que en 1919 ganaron importancia con el éxito taquillcro de "El Gato Félix", el personaje más popular de los años 20 junto con Charles Chaplin y Buster Keaton. La fiebre del dibujo animado contagió a Disney, quien sacó de la biblioteca los libros básicos sobre la novedosa técnica, y con una máquina filmadora vieja, que le compró a la compañía, empezó a hacer ingeniosos experimentos en el garaje de su casa. Después de varios trabajos en los que la ayuda de su amigo Iwerks fue fundamental, Disney se convenció de que podía competir con la empresa en la que trabajaba y creó la suya propia: "Laugh-O-Grams". Allí concibió el que podría ser su primer personaje público, el profesor Whosis, un viejo que contaba chistes entre mensaje y mensaje en los cines. Cuando sus producciones ganaron un modesto reconocimiento a nivel nacional, Disney se mudó a Los Angeles imbuído en una autoestima que no era proporcional a sus éxitos. En la oficina de trabajo presentó una solicitud para ser director, que fue respondida en forma descortés. Al final del día en que llegó a Los Angeles había sido rechazado por los principales estudios. Una vez más, Disney comenzó su cuenta en ceros. Abrió su propia companía, y en 1924 la serie de Alicia (en el mar y cazando en Africa) debutó en varias ciudades del este de Estados Unidos. LUNA DE HIEL En julio del año siguiente, Disney se casó con Lilian Bounds, una de sus empleadas que trabajaba en el departamento de coloreado. La noche de bodas, a bordo de un tren

que se dirigía a Los Angeles, no dejó muy buenos recuerdos a los recién casados. Dice Eliot que en la mitad de la noche Disney se excusó para dejar el camarote, quejándose de un supuesto dolor de muela y salió al estrecho corredor del vagón donde se paseó de un lado a otro nerviosamente por una hora. Incapaz de aliviar su ansiedad, visitó el vagón restaurante donde un lustrabotas le emboló los zapatos decenas de veces... De otros extraños ritos de limpieza -como el de encerrarse en el baño a lavarselas manos por largo tiempo- fueron testigos sus allegados a lo largo de su vida. La depresión y las manías se recrudecieron a medida que pasó el tiempo. "A su llegada a Los Angeles -explica el autor-, la pareja de recién casados se embarcó en un vapor que iba a Seatle, y sólo cuando llegaron a Washington, Walt se relajó lo suficiente para consumar su matrimonio". EL CUENTO DEL RATON Cuando a Disney se le preguntaba cómo nació Mickey Mouse, contaba que la idea de crear el ratón le vino a su cabeza en su viaje en tren hacia Hollywood, inspirado por un ratón que siempre aparecía en su vieja oficina de Laugh-O-Gram en Kansas City. "Los ratones se reunían en la caneca cuando trabajaba hasta tarde -contaba Disney-. Los sacaba y los ponía en pequeñas cajas sobre mi escritorio. Uno de ellos era mi amigo particular". La idea podría haber sido de Disney, pero el hijo le Iwerks, su socio inseparable, le dijo al autor del libro que el verdadero creador del personaje animado era su padre. De acuerdo con David Iwerks, cuando Disney llegó a Hollywood con la idea de crear un ratón, hizo su propio bosquejo, pero este fue rechazado por Iwerks, quien, lápiz en mano, le cambió las orejas y le redondeo los ojos, dando así a luz a Mickey. El personaje había nacido cuando el cine dejaba de ser mudo. De manera que Disney decidió, sin importarle que doblara el presupuesto, que la primera película del ratón fuera sonora. La idea era que todo lo que tocara Mickey produjera un sonido. Además de sonido, de ahí en adelante casi todo lo que tocó Mickey se volvió oro. El muñeco conquistó a los estadounidenses y se convirtió en símbolo del rescate moral en momentos en que Hollywood comenzaba su carrera de sexo y violencia. Una carrera cuyos promotores, según Disney, eran una legión de judíos ambiciosos a quienes no les importaba la moral sino el dinero. EL SINDICATO La empresa de Disney creció hasta convertirse en un estudio de centenares de empleados donde Walt recibió mansos y reverentes a muchos de los empresarios que alguna vez le habían tirado la puerta en la nariz y rechazado sus propuestas. La compañia sufrió dos grandes reveses. En 1941, después del ataque de los japoneses a

Pearl Harbor, se vio obligado a desocupar los estudios para dar paso a las tropas estadounidenses que se preparaban para un nuevo ataque japonés. Meses antes, Disney había manejado personalmente una huelga de 580 trabajadores que protestaban por la negativa de autorizar su vinculación al sindicato. Desde la oficina ordenó tomar fotografías de los huelguistas que fueron pegadas en las paredes para su identificación. Uno de los líderes era el animador Arthur Babitt, cuyo nombre fue borrado, por órdenes de Disney, de todas las producciones que llevaban su firma. Según Eliot, Disney buscó colaboración de organizaciones criminales para intimidar a los huelguistas. Pero ahí no terminó su decisión de acabar con quien se interpusiera en su camino. Denunció a los principales cabecillas del movimiento sindical ante la temida comisión UAC del Congreso de Estados Unidos, que investigaba la infiltración comunista en la industria del país. "Usted tiene en su estudio en la actualidad alguien que crea que sea comunista o fascista?", le preguntó el senador H.A. Smith. "No -respondió Disney-. En el momento creo que todos en mi estudio son 100 por ciento estadounidenses ". A renglón seguido, Disney identificó a quienes habían promovido la huelga en su estudio. AGENTE ESPECIAL Temiendo que un grupo de escritores de Hollywood, considerados izquierdistas, pudieran usar las películas para provocar una insurgencia nacional, el FBI había concentrado su atención en la industria cinematográfica. "Cuando Edgar Hoover, director del FBI, necesitaba un soldado de comprobada lealtad, llamaba a Disney", afirma el escritor. En 1940 Disney se convirtió en un informante del FBI. Ese mismo año, dos gringos bien vestidos se presentaron en la pequeña villa de Mojacar (España), en la costa del Mediterráneo, y pidieron entrevistarse con el alcalde, Jacinto Alarcón. Su misión era obtener la partida de bautismo de un niño que había nacido alrededor de 1890, hijo de la señora Isabel Zamora. De acuerdo con el periodista español Paco Flórez, hijo del archivador oficial de Mojacar, los dos hombres eran del FBI y su tarea era destruir cualquier evidencia que indicara que Walt Disney había nacido en el remoto pueblo español. Sobre la extraña visita de los dos gringos a España se han tejido muchas hipótesis. Una de ellas sostiene que Isabel Zamora era una lavandera del pueblo que se entendía muy bien con los hombres, hasta cuando quedó embarazada de un desconocido. Su padre, Jose Guirao, bautizó al niño con su nombre y envió a Isabel -quien era conocida con el apodo de "La Bicha"- en un bote a Estados Unidos. Aunque no se sabe cómo ella conoció a Elías Disney, por muchos años en casa de este hubo una criada que se dice era de ascendencia española, de un remoto pueblo llamado Mojacar y que no se llamaba Cenicienta.