Directivo Es Equivalente a Mando

2.6 DIRECTIVO ES EQUIVALENTE A MANDO ¿Puede un directivo acometer la tarea de hacerse líder? Todos sabemos que existen

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2.6 DIRECTIVO ES EQUIVALENTE A MANDO

¿Puede un directivo acometer la tarea de hacerse líder? Todos sabemos que existen algunos jefes “con madera de líderes”, los hemos visto y tocado, pero la realidad se encarga de demostrar que no son excesivamente abundantes. De ahí que se pueda sugerir una hipótesis con mucho fundamento: convertirse en líder no es tarea fácil, aunque no tiene por qué ser imposible. Hoy hablar de liderazgo equivale a plantear algunas cuestiones colaterales: • ¿Es cuestión de una persona y sólo de su nombramiento como jefe, como mando o como directivo? • ¿Cuál es el perfil más idóneo para un líder de nuestro siglo? • ¿Se nace o se aprende a ser líder? • ¿Líderes autoritarios versus líderes permisivos? (átenme esa mosca por el rabo) • ¿Es éste el dilema? Estudios realizados para analizar las posturas que suelen adoptar directivos y mandos en la empresa, constatan la frecuencia con la que se utiliza un tipo de liderazgo que intenta huir del autoritarismo dizque “a la vieja usanza”. En su lugar, se intenta seguir un modelo basado en dejar claros a los colaboradores los objetivos a alcanzar o el tipo de actividades que conviene realizar. Con esta conducta “indicativa” aseguran implícitamente a sus colaboradores que, si todo funciona según lo esperado, no habrá problemas y se les recompensará como se merecen. De este modo, todo parece indicar que, en los países de nuestro entorno cultural, directivos y mandos son líderes bastante aceptados que adoptan posturas muy dialogantes constatándose un cierto avance en la forma de dirigir durante estos últimos decenios. Casi todos los profesionales encuestados preferirían, en teoría, ser de los líderes que saben comunicar una entusiasta y atractiva misión de su empresa contagiando este entusiasmo a su equipo y buscando su estrecha colaboración y dedicación.

Sin embargo, existen otras constataciones sociológicas, realizadas en numerosas organizaciones, que se están encargando de desmentir esta primera impresión, ya que se han observado conductas de mandos que apuestan más por un estilo coercitivo que por un estilo participativo, aunque casi nunca quieran reconocerlo. Esta afirmación se basa en estudios hechos sobre la forma cómo perciben que son dirigidas la mayor parte de personas en nuestro país. La famosa corriente ya clásica de la “dirección por objetivos” se aplica solamente a los directivos de más alto nivel. En cuanto se desciende en el nivel jerárquico no es tan claro que la tarea del jefe sea involucrar a su equipo en la consecución de los objetivos, ya que todavía es frecuente observar cómo estos jefes dictan las tareas mayoritariamente para agradar al gran jefe o porque así viene determinado “desde arriba”. Y exigen cumplimiento a veces sin más miramientos. Así pues y siendo realistas, todavía queda mucho camino por recorrer para que sea habitual encontrar a un directivo o mando que se preocupa también por el desarrollo personal y profesional de cada persona dentro de su grupo. ¿Qué será, pues, liderar? “Liderar equivale a fijar metas y gestionar los procesos para lograrlas”. Pero éste no es el único resultado mensurable. Al igual que el desempeño de cualquier equipo está estrechamente relacionado con su nivel de energía y vitalidad, los resultados clave del proceso de liderazgo son los estados anímicos de las personas que dependen de un líder y trabajan con él. Algunos de estos estados de ánimo pueden describirse de la manera siguiente: • Colaboradores que comprenden lo que tienen que hacer y por qué lo hacen. • Colaboradores que desconocen por qué hacen lo que tienen que hacer. • Colaboradores que se limitan a saber cómo hacer lo que deben hacer. • Colaboradores que sienten la impresión de sentirse en el mismo barco (asociación) y de que existe confianza mutua. • Colaboradores que sienten que “lo están haciendo lo mejor que pueden”. • Colaboradores que se sienten satisfechos con lo que reciben a cambio (hay “algo” para ellos). Aunque estas constataciones son fácilmente observables y medibles, el proceso de liderar y de generar un equipo conjuntado no puede, sin embargo, estandarizarse. Por eso, al igual que en cualquier otro oficio, el liderazgo de personas no se consigue por el mero hecho de recibir el nombramiento de jefe y el de acatar las

normas y procedimientos de la empresa, sino que también es la consecuencia de determinada manera de ser y de actuar. Decía Eisenhower que “liderazgo es el arte de conseguir que alguien haga algo que tú quieres que haga porque él quiere hacerlo”. Visto así? estoy dispuesto a verlo como arte. ¿Ustedes creen que alguien que pone su foto delante y tapa la cara de su organización es un líder o quiere liderar algo? Mandar sí parece querer