DIOSAS y Arquetipos- JSB

LAS DIOSAS Y SUS ARQUETIPOS UNIVERSALES “Las diosas de cada mujer” En el libro: “Las diosas de cada mujer” Jean Shinoda

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LAS DIOSAS Y SUS ARQUETIPOS UNIVERSALES “Las diosas de cada mujer” En el libro: “Las diosas de cada mujer” Jean Shinoda Bolen se apoya en la teoría Jungiana para desarrollar esta nueva psicología centrada en el género femenino. Sin duda el camino del autoconocimiento es una vía hacia el sentido. Este artículo es un pequeño resumen del libro. Las características de cada diosa se mencionan con rasgos muy generales. La autora habla de 3 grupos de diosas: LAS DIOSAS VIRGENES. Artemisa: diosa de la caza y de la luna. Atenea: diosa de la sabiduría y de la artesanía. Hestia: diosa del hogar y de los templos. Estas 3 diosas personifican los aspectos independientes, activos y de no-relación de la psicología femenina. Artemisa y Atenea son arquetipos orientados hacia afuera y hacia el logro, mientras que Hestia enfoca su atención hacia adentro. Las 3 representan impulsos internos en las mujeres para desarrollar talentos, ir en pos de intereses, resolver problemas, competir con los demás, expresarse de manera articulada con palabras o mediante formas artísticas, poner su entorno en orden o llevar vidas contemplativas. Cuando una mujer vive toda su vida un arquetipo de virgen, quiere decir que una parte significativa de ella es psicológicamente virginal, no que sea física y literalmente virgen. Una parte de su psique ´no pertenece a nadie´. Sólo estas 3 entre todos los dioses, diosas y mortales fueron inconmovibles por el irresistible poder de Afrodita, diosa del amor, para inflamar la pasión y agitar el anhelo erótico y los sentimientos románticos. No les conmovían el amor, la sexualidad ni el enamoramiento. El arquetipo de la diosa virgen. Cuando el arquetipo de la diosa virgen – Artemisa, Atenea o Hestia – es un arquetipo dominante, la mujer es (como escribió la analista junguiana Esther Harding en su libro Women´s Mysteries) “completa-en-sí-misma”. Por lo tanto, como describió Harding: “Una mujer que es virgen, completa-en-sí-misma, hace lo que hace, no por algún deseo de agradar, no para gustar o ser aprobada, ni siquiera por sí misma; no por algún deseo de obtener poder sobre otra persona, para captar su interés o su amor, sino porque lo que hace es verdad. Su acción puede ser efectivamente no convencional. Si una mujer es completa-en-sí-misma, estará motivada por la necesidad de seguir sus propios valores internos, de hacer lo que tiene sentido para ella, con independencia de lo que piensen los demás. Desde el punto de vista psicológico, la diosa virgen es esa parte de una mujer que no ha sido tallada, ni por las expectativas colectivas, sociales y culturales (determinadas por los hombres) de lo que

debe ser una mujer, ni por un juicio masculino concreto sobre ella. ARTEMISA. DIOSA DE LA CAZA Y DE LA LUNA, RIVAL Y HERMANA. Artemisa, conocida por los romanos como Diana, era diosa de la caza y diosa de la luna. La esbelta y adorable hija de Zeus y Latona erraba por bosques, montañas y prados salvajes, en alegre compañía de su grupo de ninfas y perros cazadores. Artemisa, como diosa de la caza y diosa de la luna, era una personificación del espíritu femenino independiente. El arquetipo que hace posible que una mujer busque sus propias metas en el terreno que ella misma elija. Artemisa, como diosa virgen, representa un símbolo de integridad, una actitud de “puedo cuidar de mí misma”, que permite a una mujer funcionar por sus propios medios, con autoconfianza y espíritu de independencia. Este arquetipo hace posible el que una mujer se sienta completa sin un hombre. No necesita aprobación masculina. La arquera centrada en una meta. El arquetipo de Artemisa proporciona a las mujeres la capacidad innata para concentrarse intensamente en cualquier cosa que sea importante para ellas y para no ser distraídas de la dirección que eligen, ni por las necesidades de los demás. Este arquetipo posibilita dar en el blanco elegido. Arquetipo del movimiento feminista. Artemisa representa cualidades idealizadas por el movimiento feminista: realización y competencia, independencia de los hombres y de las opiniones masculinas, y preocupación por las mujeres y jóvenes escogidas como víctimas e indefensas. Artemisa ayudó a su madre Latona a dar a la luz, le salvó a ella y a Aretusa de ser violadas u castigó al violador Ticio y al intruso cazador Acteón. La hermana. Artemisa era considerada “la gran hermana” ya que conducía a las ninfas por el bosque y recurrían a ella cuando necesitaban ayuda. La Artemisa que vuelve a la naturaleza. Artemisa es el arquetipo responsable de la unidad consigo misma y con la naturaleza y la comunión espiritual con ésta. ATENEA. DIOSA DE LA SABIDURÍA U DE LA ARTESANÍA, ESTRATEGA E HIJA DEL PADRE. Conocida también como Minerva. Era la majestuosa y bella diosa guerrera, protectora de sus héroes elegidos y de la cuidad que había tomado su nombre, Atenas. Era la única diosa del Olimpo que se representaba portando una coraza, con la visera de su yelmo echada hacia atrás para revelar su belleza, un escudo en el brazo y una lanza en la mano. Presidía la estrategia de las batallas en tiempos de guerra y las artes domésticas en tiempos de paz. Patrona de las fuerzas militares y diosa de los tejedores, herreros, alfareros y sastres. El olivo fue su regalo especial a Atenas, regalo que condujo al cultivo de las aceitunas. Las aptitudes marciales y domésticas asociadas a Atenea abarcan la planificación y la ejecución, actividades que exigen una manera de pensar decidida. Estrategias, sentido práctico y resultados tangibles son características de su sabiduría peculiar. Atenea valora el pensamiento racional y defiende el dominio de la voluntad y del intelecto sobre el instinto y la naturaleza. Su espíritu se encuentra a en la ciudad; para Atenea (en contraste con Artemisa), lo salvaje debe ser domesticado y sometido.

Atenea se consideraba a sí misma descendiente de un solo progenitor, Zeus, al que se asoció para siempre. Ella fue la mujer “mano derecha” de su padre, la única diosa del Olimpo a la que él confió su rayo y su égida, símbolos de su poder. La diosa no reconoció a su madre, Metis; de hecho Atenea parecía ser inconsciente de tener una madre. Atenea, el arquetipo. Como diosa de la sabiduría, Atenea era conocida por sus estrategias de victoria y sus soluciones prácticas. Este arquetipo es seguido por las mujeres lógicas, que son gobernadas por sus cabezas más que por sus corazones. Atenea muestra que pensar correctamente, conservar la cabeza en el calor de una situación emocional y desarrollar buenas tácticas en medio del conflicto, son rasgos naturales para algunas mujeres. Diosa virgen. Las cualidades invulnerables e intactas descriptivas de Artemisa pueden también aplicarse a Atenea. Cuando Atenea gobierna la psique de una mujer, ésta (al igual que las mujeres que se parecen a Artemisa o a Hestia) está motivada por sus propias prioridades. Atenea difiere de Artemisa y de Hestia en que es la diosa virgen que busca la compañía de los hombres, disfruta estar en medio de la acción y del poder masculino. El elemento de diosa virgen le ayuda a evitar los enredos emocionales o sexuales con los hombres, con los que trabaja estrechamente. Puede ser compañera, colega o confidente de hombres, sin desarrollar sentimientos eróticos o intimidad emocional. La estratega. Atenea fue la mejor estratega durante la guerra de Troya. El arquetipo de Atenea prospera en os ámbitos comercial, académico, científico, militar o político. Por ejemplo, Atenea puede manifestarse en una mujer con un “master” en administración de empresas, que asociada con un mentor poderoso, se abre camino en la escala empresarial. La perspicacia de Atenea permite a una mujer recorrer su camino de manera eficaz en situaciones en que son importantes las consideraciones políticas o económicas. La inteligencia de Atenea está orientada hacia lo práctico y lo pragmático. La diplomacia, que implica estrategia, poder y maniobras de disimulo, es un reino en el que Atenea brilla. La artesana. Como diosa de la artesanía, Atenea se implicaba en hacer cosas que eran a la vez útiles y estéticamente agradables. Era más conocida por sus habilidades como tejedora, en las que manos y mente deben trabajar juntas. Para elaborar un tapiz o un tejido, una mujer debe diseñar un plan de lo que va a hacer y después, vuelta tras vuelta, crearlo metódicamente, lo cual requiere de previsión, planificación, dominio y paciencia. La hija del padre. Como arquetipo de “la hija del padre”, Atenea representa a la mujer que, casi de manera natural, gravita alrededor de hombres poderosos que tienen autoridad, responsabilidad y poder, hombres que encajan en el arquetipo del padre patriarcal o del jefe. Las mujeres Atenea suelen apoyar el status quo y aceptar las normas establecidas como líneas de conducta; se resisten al cambio. Atenea tiene

poca simpatía por las personas perdedoras, oprimidas o rebeldes. El justo medio. Cuando el arquetipo Atenea es poderoso, la mujer muestra una tendencia natural a actuar siempre con moderación, a vivir dentro del “justo medio”, que era el ideal ateniense. Los excesos suelen ser el resultado de intensos sentimientos o necesidades, o de una naturaleza apasionada, recta, temerosa o codiciosa, todas ellas antitéticas respecto a la racional Atenea. La Atenea acorazada. Atenea llegó al Olimpo vestida con una espléndida coraza de oro. Y, de hecho, estar “acorazada” es un rasgo Atenea. Las defensas intelectuales evitan a una mujer así sentir dolor, tanto el propio como el de los demás. En medio del remolino emocional o de una dura batalla, permanece impermeable a los sentimientos, mientras observa, etiqueta y analiza lo que está ocurriendo y decide lo que hará a continuación. Atenea, la mujer. Es práctica, sin complicaciones, no pendiente de sí misma, confiada: alguien que consigue que se hagan las cosas sin alharacas. La mujer Atenea suele tener buena salud, no tiene conlfictos mentales y es físicamente activa. HESTIA. DIOSA DEL HOGAR Y DE LOS TEMPLOS, MUJER SABIA Y TÍA SOLTERA. Hestia fue la diosa del hogar o, más específicamente, del fuego ardiendo en un hogar circular. Esta diosa no es representada con forma humana. El símbolo de Hestia es el círculo. Sus templos eran redondos. Hestia era una presencia que se sentía espiritualmente. Su significado se encuentra en rituales simbolizados por el fuego. Para que una casa se convirtiera en hogar se requería de la presencia de Hestia. Posteriormente en Roma, Hestia fue venerada como la diosa Vesta, la cual unía, con su fuego sagrado, a los ciudadanos como una familia. Afrodita hizo que Poseidón (dios del mar) y Apolo (dios del sol) se enamoraran de Hestia. Ambos la pretendían, pero Hestia les rechazó con firmeza, haciendo voto solemne de permanecer virgen para siempre. Diosa virgen. Hestia era la mayor de las tres diosas vírgenes. Al contrario que Artemisa y Atenea, no se aventuraba en el mundo para explorar la naturaleza salvaje o establecerse en una ciudad. Permanecía dentro de la casa o del templo, contenida dentro del hogar. A pesar de sus diferencias, las tres diosas comparten cualidades esenciales e intangibles. Cada una de ellas poseía la cualidad de ser-completa-en-sí-misma. Atenea y Artemisa orientadas hacia lo externo, se focalizan en conseguir objetivos o llevar a cabo planes; Hestia se concentra en su experiencia subjetiva interna. Por ejemplo, cuando medita está completamente absorta. Conciencia enfocada hacia adentro. La manera de percibir de Hestia se produce mirando hacia adentro y sintiendo de manera intuitiva qué es lo que pasa. Este método de Hestia nos permite entrar en contacto con nuestros valores

poniendo bajo el foco lo que tiene significado desde el punto de vista personal. Mediante este foco interno podemos percibir la esencia de la situación. También podemos obtener una comprensión interna del carácter de las demás personas y ver la pauta o sentir el significado de sus acciones. Esta perspectiva interna proporciona claridad en medio de la miríada confusa de detalles a los que se enfrentan nuestros cinco sentidos. La Hestia interna puede también desapegarse emocionalmente y no prestar atención a las personas que la rodean mientras atiende a sus propias preocupaciones. Una vez más, este desapego es característico de las tres diosas vírgenes. Es más, por añadidura de su tendencia a apartarse de la compañía de los demás, la cualidad de Hestia de ser completa en sí misma busca la tranquilidad serena, que se encuentra más fácilmente en soledad. Mantenedora del hogar. Hestia, como diosa del hogar, es el arquetipo activo en las mujeres que consideran que llevar la casa es una actividad llena de sentido más que una penosa obligación. Con Hestia, mantener el hogar es un medio a través del que una mujer pone la casa y se pone a sí misma en orden. Una mujer que adquiere un sentido de armonía interna cuando realiza las tareas cotidianas está en contacto con este aspecto del arquetipo de Hestia. Cuando está presente Hestia, una mujer va haciendo sus tareas caseras con una sensación de que hay mucho tiempo para hacerlas. No tiene un ojo en el reloj, porque no está cumpliendo un horario ni “invirtiendo tiempo”. Por consiguiente, se halla en lo que los griegos llamaban el tiempo kairós , está “participando en el tiempo”, lo cual es psicológicamente enriquecedor. La anciana sabia. Con Hestia como presencia interna, una mujer no está “apegada” a la gente, los resultados, las posesiones, el prestigio o el poder. Se siente completa tal como es. Su ego no está en juego. El desapego de Hestia proporciona a este arquetipo una calidad de “sabia anciana”. Es como un familiar mayor que lo ha visto todo y lo ha atravesado sin que disminuya su ánimo y con su carácter templado por la experiencia. El Ser es lo que experimentamos internamente cuando sentimos una relación con la unidad que nos conecta con la esencia de cada cosa que está fuera de nosotros. El cultivo de Hestia. Hestia puede encontrarse en la tranquila soledad y en el sentido de orden que proviene de “hacer las faenas domésticas de manera contemplativa”. La meditación activa fortalece este arquetipo introvertido y enfocado hacia adentro. LAS DIOSAS VULNERABLES: HERA, DEMÉTER Y PERSÉFONE. Hera: diosa del matrimonio. Deméter: diosa de las cosechas. Perséfone: reina del mundo subterráneo. Estas tres diosas personifican arquetipos que representan los papeles tradicionales de las mujeres: esposa, madre e hija. Son las diosas orientadas hacia la relación, cuya identidad y bienestar dependen de tener relaciones significativas.

En sus mitologías, estas tres diosas fueron violadas, raptadas, dominadas o humilladas por dioses masculinos. Las tres sufrieron cuando se rompió o deshonró una relación sentimental. Las tres experimentaron la impotencia. Y las tres respondieron de una manera característica: Hera, con rabia y celos, Deméter y Perséfone con depresión. Cada una de ellas manifestó síntomas que se parecían psicológicamente a la enfermedad. El conocimiento de Hera, Deméter y Perséfone pueden proporcionar a las mujeres comprensiones internas sobre la naturaleza de sus necesidades de relaciones y del patrón de sus reacciones a las pérdidas. Cuando estas diosas son los arquetipos dominantes, el impulso que las motiva es la relación más que el logro, la autonomía o una nueva experiencia. El enfoque de la atención está puesto en los demás, no en una meta externa o en un estado interior. Están motivadas por la compensación de las relaciones: aprobación, amor, atención, y por la necesidad del arquetipo de emparejarse (Hera), nutrir, (Démeter) o ser dependiete (Perséfone). Vulnerabilidad, susceptibilidad para ser víctimas, y conciencia difusa. Las diosas vulnerables fueron escogidas como víctimas. Hera fue humillada y engañada por su marido, Zeus, que no tenía en cuenta su necesidad de fidelidad. El vínculo entre Deméter y su hija fue ignorado, lo mismo que su sufrimiento cuando Perséfone fue raptada y encerrada en el mundo subterráneo. Tanto Démeter como Perséfone fueron violadas. Como mujeres humanas en situaciones de inferioridad, sufrimiento e indefensión, las tres diosas vulnerables manifiestan síntomas psiquiátricos. Las mujeres que son como Deméter y Perséfone, que sienten vulnerables o desprotegidas, suelen tener sueños de ansiedad, aunque esta no es una regla general, también pueden pasar por periodos en los que se sienten seguras y no amenazadas. Patrones de ser y de actuar. Cada una de las tres diosas vulnerables tiene dentro de su mitología una fase feliz o de realización; una fase durante la que fue escogida como víctima, sufrió y fue sintomática; y una fase de restablecimiento y transformación. Cada una representa una dase en la vida de la mujer que ésta puede atravesar rápidamente o en la que puede permanecer por un tiempo. HERA. DIOSA DEL MATRIMONIO, ARTÍFICE DEL COMPROMISO Y ESPOSA. La majestuosa, regia y bella Hera, que los romanos conocieron como Juno, era la diosa del matrimonio. Se piensa que su nombre significa: “Gran Señora”. Hera tenía dos aspectos que contrastaban entre sí: era solemnemente reverenciada y venerada en rituales como una poderosa diosa del matrimonio, y fue denigrada por Homero como vengativa, pendenciera y arpía celosa. Existen numerosas historias sobre la cólera de Hera debido a las infidelidades de Zeus. Se dice que cuando éste llevó a Egina a una isla para violarla, Hera soltó un monstruoso dragón qué destruyó a la mayoría de la población. Hera fue humillada por Zeus con muchas aventuras y Hera se vengó de muchas de las amantes ya que para ella el matrimonio era sagrado. Hera, el arquetipo. Hera fue reverenciada y vilipendiada, honrada y humillada. Ella, más que ninguna otra diosa, posee

atributos marcadamente positivos y negativos. Fuerza intensamente poderosa de alegría y dolor en la personalidad de una mujer. La esposa. El arquetipo de Hera representa a la mujer que anhela casarse. Una mujer que tenga un fuerte arquetipo de Hera se siente fundamentalmente incompleta sin una pareja. La capacidad de compromiso. Este arquetipo proporciona la capacidad de vincularse, de ser leal y fiel, de soportar y atravesar dificultades con una pareja. Cuando Hera es la fuerza motivadora el compromiso de una mujer no es condicional. Una vez casada, ella entiende permanecer así “en la dicha y en la adversidad”. Sin Hera, una mujer puede atravesar una serie de relaciones cortas, abandonándolas cuando surgen las inevitables dificultades o cuando desaparece la magia inicial de enamorarse. Cuando las mujeres se casan sin Hera, “falta algo”. La mujer desdeñada. La diosa Hera no expresó su cólera contra Zeus por sus infidelidades públicas. Canalizó en una ira vengativa contra la otra mujer o los hijos engendrados por Zeus el dolor que sintió de ser rechazada por él y de ser humillada por sus aventuras sentimentales. El arquetipo de Hera predispone a las mujeres a desplazar la culpa de su pareja –de la que es emocionalmente dependiente- sobre los demás. Las mujeres con este arquetipo reaccionan a la pérdida y al dolor con sentimiento de rabia y actividad. La actitud de venganza es una especie de juego de prestidigitación, que hace que una mujer Hera se sienta poderosa en vez de rechazada. El cultivo de Hera. La necesidad de ser más como Hera les llega a algunas mujeres como una realización en los primeros años de la mitad de su vida; para entonces han tenido una serie de relaciones o han estado tan centradas en sus carreras que el matrimonio no ha sido una prioridad para ellas. Una decisión consciente de ser una esposa tipo Hera puede fortalecer la conexión de una mujer con el arquetipo. DEMÉTER. DIOSA DE LAS COSECHAS, NUTRIDORA Y MADRE. Es el arquetipo de la madre. Representa el instinto maternal, realizado a través del embarazo o mediante el suministro de alimento físico, psicológico o espiritual a los demás. Este poderoso arquetipo puede dictar el curso que tome la vida de una mujer, tener un impacto significativo sobre las demás personas de su vida o predisponerla hacia la depresión si lo rechaza o se frustra se necesidad de nutrir. Una mujer que posea un fuerte arquetipo de Démeter anhela ser madre. Una vez que es madre, considera que ésa es una función que la llena, aunque el arquetipo no está restringido a ser madre, puede tratarse de cualquier profesión en la que ayudar a los demás es parte fundamental. Alimentar a los demás constituye otra satisfacción para una mujer Deméter. Le agrada preparar grandes comidas. La madre afligida: susceptibilidad a deprimirse. Cuando el arquetipo de Deméter constituye una fuerza poderosa y una mujer no puede realizarlo, tal vez padezca la característica depresión del “hueco dejado por el nido vacío”. Cuando pierde un hijo, ya sea suyo o sustituto (alumno, paciente…) más que encolerizarse tiende a hundirse en la

depresión. Siente su vida carente de sentido. PERSÉFONE: LA DONCELLA Y REINA DEL MUNDO SUBTERRÁNEO, MUJER RECEPTIVA E HIJA DE LA MADRE. Como reina del mundo subterráneo, Perséfone es una diosa madura, que reina sobre las almas muertas, guía a los vivos que visitan el mundo subterráneo y pide para sí lo que desea. Al contrario de Hera y Deméter, que representan patrones arquetípicos vinculados a fuertes sentimientos instintivos, Perséfone como patrón de personalidad no siente este impulso. Si es Perséfone quien proporciona la estructura de la personalidad, predispone a una mujer a no actuar, sino a dejarse actuar en función de los demás: a ser complaciente en la acción pero pasiva en su actitud. La Koré: la doncella arquetípica. La Koré era la “doncella sin nombre”; representa a la joven adolescente que no sabe quién es y todavía no es consciente de sus deseos y de sus propias fuerzas. La mayoría de las jóvenes atraviesan una fase de ser “la Koré” antes de casarse o de decidirse por una profesión. Otras mujeres permanecen doncellas durante toda su vida. No se comprometen con una relación, un trabajo o un objetivo de formación. Hagan lo que hagan, no parece que sea “de verdad”. Su actitud es la de la eterna adolescente, indecisa sobre quién o qué quieren ser cuando “crezcan”, a la espera de que alguien o algo transforme sus vidas. Guía del mundo subterráneo. Simbólicamente, el mundo subterráneo puede representar capas más profundas de la psique, un lugar en donde los recuerdos y los sentimientos han sido “enterrados” (el inconsciente personal) y en el que se encuentran las imágenes, los modelos, los instintos y los sentimientos que son arquetípicos y que la humanidad comparte (el inconsciente colectivo). Perséfone representa la capacidad de ir y venir entre la realidad basada en el ego, o mundo “real” y el inconsciente, o realidad de la psique. El cultivo de Perséfone. La capacidad de ser abierta y flexible que tipifica a Perséfone ( a veces hasta la exageración), son atributos que también suelen necesitar desarrollar las mujeres tipo Deméter y Hera. Para cultivar las cualidades de Perséfone, el primer paso es atribuir un valor positivo a la receptividad. Puede desarrollarse una actitud receptiva hacia otras personas escuchando lo que tienen que decir, intentando considerar las cosas desde su perspectiva y reteniéndose de emitir juicios críticos o prejuicios. También puede desarrollarse una actitud receptiva hacia la propia psique. Un primer paso necesario es la benevolencia hacia una misma en vez de ser impaciente y autocrítica consigo misma, especialmente durante los periodos en los que una mujer siente que “está en barbecho”. Muchas mujeres aprenden que los periodos de barbecho pueden ser treguas que preceden al brote de actividad o creatividad, sólo después de que han aprendido a aceptarlos como una fase u no como un pecado. Cultivar los seños suele resultar muy gratificante. El esfuerzo de recordarlos y de escribirlos cada mañana mantiene vivas las imágenes. Cuando se hace, surgen con frecuencia compresiones internas de su significado. También puede ser desarrollada la percepción extrasensorial por muchas personas. Perséfone. La mujer. Tiene una cualidad de juventud. De hecho puede parecer más joven de lo que es o puede que tenga

algo de “infantil” en su personalidad, una especie de “cuida de mí”. Puede ir primero en una dirección y después en otra, según “como sople el viento”. LAS DIOSAS ALQUíMICAS. AFRODITA. A Afrodita, diosa del amor y de la belleza, la sitúo en una categoría por derecho propio como la diosa alquímica, una calificación adecuada para el proceso mágico o poder de transformación que ella, por sí sola, poseía. Debido a su belleza, muchos de los dioses pidieron su mano en matrimonio y Afrodita, a diferencia de otras diosas, fue libre de escoger. En sus relaciones amorosas, Afrodita se emparejó con dioses masculinos del Olimpo pero también tuvo muchas relaciones con hombres mortales. En la mitología se dice que acudió en ayuda de hombres que se la imploraban. El arquetipo. El arquetipo de Afrodita rige el disfrute del amor, la belleza, la sexualidad y la sensualidad de las mujeres. Afrodita puede ser tan exigente como Hera y Démeter (los otros dos poderosos arquetipos instintivos). Afrodita impulsa a las mujeres a realizar las funciones creativas y procreativas. La amante. Cualquier mujer que se enamore de alguien que, a su vez, está enamorado de ella, es en ese momento una personificación del arquetipo de Afrodita. Cuando Afrodita está presente como el arquetipo principal en la personalidad de una mujer, se enamora con frecuencia y facilidad. Posee un magnetismo personal que atrae a otras personas dentro de un campo cargado eróticamente, que potencia la toma de conciencia sexual. Cuando se degrada la sensualidad y la sexualidad en las mujeres – como en las culturas judeocristiana, musulmana y otras culturas patriarcales -, la mujer que encarna a Afrodita, es considerada una prostituta. La activación de Afrodita. Existen dos vías a través de las cuales este arquetipo entra en la conciencia: La primera es una espectacular iniciación en la que Afrodita emerge de repente de las aguas del inconsciente como una presencia llena de sensualidad instintiva, la segunda vía para que este arquetipo tome vida es a través de una relación. Creatividad. Afrodita constituye una tremenda fuerza para el cambio. A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida. El cultivo de Afrodita. Al ser el arquetipo más involucrado en la experiencia sensual o sensorial, cultivar una agudeza de percepción y una atención centrada en el aquí y ahora, invitan la presencia de Afrodita.

Mitos y Arquetipos A la hora de plantearnos qué nos define como mujeres nos encontramos con un entramado de roles sociales, condicionamientos fisiológicos e imágenes subjetivas pertenecientes a sociedades y épocas que hacen muy complicado poder generar una definición global de lo que somos. Quizás lo único que podemos marcar de forma global son los rasgos que vienen determinados por nuestra fisiología, pero desde el comienzo de nuestra historia se ha ido enmarcando a las mujeres en arquetipos y roles mostrados a través de figuras mitológicas que nos pueden servir para observar qué modelos hemos ido siguiendo como mujeres hasta ahora y qué formas deberían tomar esos arquetipos en nuestro tiempo. Según las teorías de Jung al margen de nuestra experiencia personal que impregna nuestro inconsciente, hay un fondo común a todos los humanos de conceptos y representaciones innatas del mundo, que llamamos inconsciente colectivo. A sus contenidos los llamamos arquetipos y la mitología es el terreno en que nuestra consciencia puede acceder más fácilmente a la red de significados que ellos establecen con nuestra experiencia. Pero con estos arquetipos hay que tener un cierto cuidado porque. ¿hasta qué punto definen una imagen de nuestro inconsciente colectivo como humanos y hasta qué punto son figuras que nos imponen un rol social, condicionándonos a realizar una determinada conducta o papel en la comunidad?. Todos los arquetipos contienen una base pura que podríamos adjudicar a ese inconsciente colectivo y que es aplicable en cualquier cultura, pero luego esa base siempre es recubierta por un barniz social, que va tomando matices en función de lo que cada sociedad quiere imponer a sus individuos en un momento concreto. Tradicionalmente se considera que la mujer atraviesa tres etapas: la mujer joven, la mujer en su plenitud o madura, y la mujer sabia y anciana. Las experiencias psicológicas y físicas que caracterizan cada etapa forman los arquetipos pertenecientes a cada fase, sin embargo, hay muchos arquetipos que no se ligan tan estrictamente a nuestro proceso reproductivo. Otra clasificación de arquetipos femeninos es la que establece Jean Shinoda Bolen 1- Las diosas Vírgenes: figuras que expresan la necesidad de autonomía en las mujeres y la capacidad que éstas tienen de centrar su conciencia en lo que tiene sentido personalmente para ellas. 2- Las diosas Vulnerables: arquetipos que están orientadas hacia las relaciones, sus identidades y bienestar dependen de tener una relación significativa. Expresan las necesidades de las mujeres de afiliación y vinculación. 3- Las diosas Alquímicas o transformadoras: que motivan a las mujeres a perseguir intensamente las relaciones más que la permanencia, a valorar el proceso creativo y a estar abiertas a cambiar. El arquetipo femenino global representa siempre una dualidad entre los conceptos de vida y creación, y muerte y destrucción. En las culturas politeístas estas propiedades se diferenciaban en distintas diosas arquetípicas mostrando unas la cara constructiva y otras la destructiva (como Shakti y Kali), pero en muchas culturas podemos encontrar esa dualidad representada en una sola figura (como Coatlicue, Ixchel o Ishtar). Debemos observar también como en muchas tradiciones patriarcales como la cristiana, la judía, la islámico, los arquetipos femeninos y sus atributos se han reducido mucho, limitándolos básicamente a las figuras de esposa, virgen y madre, masculinizando los aspectos de poder del arquetipo. A continuación, haremos un recorrido por los principales arquetipos femeninos en la Historia y

como han ido tomando diferentes formas. *(las diosas que nombro a veces comparten varios arquetipos, las he puesto en función de sus características principales, podéis ver sus descripciones pinchando sobre ellas).

Vida: (Gaia, Nüwa , Mithra, Coatlicue, Holda, Shakti…) Venus de Willendorf Desde la prehistoria el símbolo de la feminidad ha estado ligado al símbolo de la vida, desde las figuras de Venus prehistóricas hasta la modernización del concepto de Gaia. El ser humano ha ligado los conceptos de la vida, el agua y la tierra (asimilándola al vientre) a lo femenino. Aunque como símbolos de fertilidad en algunas culturas se ha usado más el aparato genital masculino que el femenino, a la hora de representar la vida en sí, o la naturaleza, el elemento femenino siempre está presente, especialmente ligado al proceso de gestación de la mujer. A parte de estos elementos, a lo femenino también se le ha atribuido muchas veces la figura de la luna (en diosas como Coyolxauhqui, Oxupá, Selene) aunando sus ciclos con los ciclos de menstruación aportando a la figura femenina las connotaciones lunares de misterio, crecimiento y gestación pero a su vez las connotaciones de debilidad, oscuridad y engaño. Es curioso observar como en culturas matriarcales (como el shivaismo tántrico) este símil está invertido dotando a lo femenino del carácter solar y atribuyendo el color rojo de la puesta de sol a la menstruación, relacionando lo femenino con la fuerza y la luz.

La Madre: (Virgen María, Iemanjá , Demeter, Isis, Cihuacóatl…) Gea El arquetipo de la madre siempre ha estado ligado a símbolos de protección y creación. Jung define el arquetipo maternal como: la mágica autoridad de lo femenino; la sabiduría y la altura espiritual más allá del intelecto; lo bondadoso, protector, sustentador, lo que da crecimiento, fertilidad y alimento; el lugar de la transformación mágica, del renacer; el instinto o impulso que ayuda. El símbolo de madre siempre ha sido venerado por la humanidad dotando a la maternidad de un componente mágico (como en la figura de Isis), pero en muchas sociedades podemos ver como a la figura de la madre siempre va acompañada de conceptos de resignación, sacrificio y entrega (Hera, María…), la madre es la mujer que se entrega en favor del otro, que se abandona a sí misma para criar a sus hijos, transformando la capacidad de protección y nutrición en sacrificio y servidumbre , estos conceptos son muy peligrosos ya que gran parte de los defensores de la sumisión de la mujer se basan en este “arquetipo barnizado” valorando a la mujer en base a su capacidad de renuncia y sacrificio. Otra peculiaridad que encontramos en muchas culturas patriarcales es la figura de madre/virgen (Virgen María, Coatlicue, Anahita…) que intenta desligar la sexualidad de la maternidad, criminalizando una y santificando la otra (cuestión que daría para escribir un libro entero). Por un lado vemos un aspecto de veneración a la capacidad creadora de la mujer más allá de su interacción sexual con el hombre, pero por otro lado vemos un rechazo al carácter sexual femenino intentando eliminar este aspecto tan temido de la figura idealizada de mujer y madre.

La Maga/Curandera: (Hécate, Isis, Badajaga, Ishtar, brigid) “El círculo mágico” Este arquetipo, dependiendo de cada sociedad, ha sido venerado o demonizado pasando de chamanas a brujas o de curanderas a hechiceras. Esta faceta femenina se corresponde con su poder de sanación y creación, hace referencia a lo inexplicable, a lo que no se puede alcanzar a través de la razón, a los poderes de la naturaleza y los procesos intuitivos. Dentro de que este poder fue muy ensalzado en algunas tradiciones como en el chamanismo, el tantrismo o la mitología celta y sigue conservando sus raíces hoy día; en la mayoría de sociedades este aspecto fue valorado pero controlado, acotado y dominado por los hombres (por ejemplo poniendo interpretes masculinos a estas fuerzas femeninas como ocurría con la pitia griega o los sacerdotes egipcios) y en muchas zonas fue directamente demonizado y perseguido como ocurrió en toda Europa y Norteamerica en la inquisición con las “quemas de brujas”. Pese a los intentos de recuperar esta figura en occidente en corrientes como la Wicca etc., en Europa y EEUU se han perdido muchas tradiciones y conocimientos de esta rama, conservándose algunas transformadas en ritos a vírgenes y santas cristianas pero perdiéndose en su mayor parte.

La Guerrera /Cazadora: (Diana, Atenea, Sekhmet, Morigan, Tara negra, Anat) Atenea Siempre se ha asociado a las figuras guerreras femeninas con los roles de mujer independiente, por lo general virgen y no interesada en el compromiso y las relaciones, suelen ser figuras solitarias salvo escasas excepciones. Salvo en culturas como la celta donde las mujeres luchaban junto a los hombres en el campo de batalla, la figura de mujer fuerte y luchadora no ha tenido nunca una aceptación muy correcta, este aspecto femenino se ha visto o menospreciado, llegando incluso a convertirse en una figura exótica considerada como entretenimiento y fantasía sexual (véase el caso de las amazonas), o prohibido y considerado “no propio” de la naturaleza femenina. Esta desvalorización de la fuerza femenina ha llevado a que todavía hoy las mujeres tengan grandes problemas al expresar su ira, ya que normalmente a una mujer furiosa se la ridiculiza y veta no considerándola como “fuerte” sino como “histérica”. Otro problema que encontramos en este arquetipo es que en la mayoría de los casos se ha disociado la figura de guerrera de la de esposa, llevando este pensamiento a la conclusión de que las mujeres debemos elegir entre ser amadas y sumisas o ser fuertes pero quedarnos solas. Este hecho llevó (y todavía lleva en grán parte del mundo) a muchas generaciones de mujeres a tener que debatirse entre sus sueños y el amor, y gran parte de ellas ven su camino doblemente truncado al ser forzadas a casarse, tratadas como mercancía familiar e imposibilitadas para ejercer una profesión. En la actualidad este arquetipo se ha retomado con fuerza por los movimientos feministas y va tomando más forma en las sociedades de todo el mundo, pero sigue existiendo mucha problemática entre la masculinización de este rol y la conciliación de este arquetipo con el de esposa o madre.

La Destructora/ Devoradora/ Oscura: (Kali, Lilith, Izanami, Coatlicue, Hella) Kali Según Jung, este aspecto femenino se asocia con “lo secreto, escondido, lo tenebroso, el abismo, el mundo de los muertos, lo que devora, seduce y envenena, lo angustioso e inevitable”. Este aspecto destructor ha sido muy temido en todas las culturas y fuertemente reprimido por muchas sociedades patriarcales, intentando borrar esa faceta de lo femenino por todos los medios posibles. Sin embargo es una dualidad muy interesante de la feminidad y muy recurrente en mitos de todo el mundo, la madre que mata a sus hijos está presente en grandes obras y leyendas y es un símbolo de la diosa madre, capaz de dar vida pero también de quitarla. Las figuras más interesantes de este arquetipo las encontramos en las culturas hinduistas y budistas, estableciendo un aspecto positivo de este rol al considerarlas como destructoras de la ilusión y la confusión, reestablecedoras del orden natural y renovadoras del ciclo vital, una imagen mucho mas compensada y enlazada con su dualidad creadora. En occidente podemos ver esto en las Furias griegas.

La Pérfida: (Medusa, las Sirenas, Circe) Medusa Es una derivación del arquetipo destructor pero con una connotación de seducción y deseo y un aspecto más sexual. Es la imagen perversa del sexo femenino, que establece su poder en base a atrapar y poseer a través del deseo para procurar un final terrible al seducido. Desde las figuras ancestrales como las sirenas hasta el concepto de “mujer fatal” de nuestros días, este arquetipo siempre ha estado muy presente como un aspecto amenazador de las mujeres, sin embargo en la mayoría de mitos que encontramos al respecto siempre hay un castigo que se inflige a la mujer como moraleja para intentar aplacar este aspecto femenino. La mujer como símbolo de la tentación siempre ha sido un elemento recurrente en el imaginario colectivo, pero esto implica un componente de culpa que aun hoy pagamos muy caro. Somos las que engañamos a los hombres haciéndoles perder su control quedando ellos así exentos de culpa y mereciéndonos nosotras las consecuencias y castigos que esto acarree. En muchos casos actuales de juicios por violación y castigos por adulterio vemos muy plasmado este aspecto.

La Sabia: (Sarasvati, Atenea, Anumati, Metis) Sarasvati La figura de la mujer madura y sabia hace referencia a la mujer que transciende a través de su experiencia, llegando a una comprensión profunda de las leyes de la vida y la naturaleza. Normalmente a las mujeres siempre se les ha atribuido un conocimiento innato de los procesos

naturales, pero sin embargo se les ha dificultado muchísimo su acceso a la educación y formación, relegándolas al campo doméstico. Antes del surgimiento de las sociedades patriarcales, o en los matriarcados, la mujer se considera el centro del clan. Las mujeres maduras son veneradas como guías, chamanas y maestras, sin embargo con el el patriarcado, la autoridad intelectual de las mujeres se suprimió. Las mujeres hemos desempeñado desde entonces labores de educación y formación pero sin ser consideradas eruditas, se nos ha considerado (y nos hemos considerado) incapacitadas intelectuales en muchos casos y nos hemos marcado un techo de cristal a partir del cual las labores las desempeña el hombre de una manera “profesional” así hemos visto diferencias que hoy en día perduran como Cocinera-Chef, Modista-Diseñador, Enfermera-Doctor…En algunas sociedades esto está empezando a cambiar, sin embargo hasta en las más avanzadas las diferencias salariales y la falta de acceso a puestos directivos sigue imperando. Al eliminar de las sociedades este arquetipo de mujer sabia, las mujeres hemos sido valoradas únicamente por nuestra capacidad reproductiva, causando así el gran pánico a envejecer y la lucha feroz contra el tiempo al ser consideradas como “inservibles” una vez completada nuestra etapa fértil. El día que consigamos volver a implantar este arquetipo en la sociedad, las mujeres alcanzaremos una gran meta en nuestra autoestima y valoración personal.

LAS DIOSAS OSCURAS - Patronas del cambio, la muerte y la regeneración Las Diosas Oscuras Para poder conectarnos con nuestra naturaleza más íntima, debemos viajar más lejos en el tiempo, hacia las raíces mismas de los cultos de adoración a la Diosa. Allí nos encontraremos con las Diosas oscuras. Ellas nos darán herramientas muy valiosas para tomar conciencia de nuestro propio poder, hacernos cargo de nuestra vida y vivirla en plenitud. Durante siglos, hemos confinado en un rincón del inconsciente nuestra verdadera esencia, lo que Clarissa Pinkola Estés llama nuestra "naturaleza salvaje". Desde muy pequeños hemos sido educados para ser "buenos niños". No podíamos pelear con nuestros hermanos, ni tener arranques de ira, ni oponernos a lo que otros decidían en nuestro lugar. A medida que fuimos creciendo, hemos profundizado esta socialización (o tal vez deberíamos decir "disociación") de nuestra verdadera personalidad, a tal punto de no saber dónde está el límite entre lo que realmente deseamos ser y hacer y lo que actuamos sólo por cumplir las expectativas de los demás. La rabia, la sexualidad, el enfrentar desafíos, superar miedos, nutrirnos a nosotros mismos antes que a los otros y el contacto con nuestro propio poder, son derechos que nos han estado vedados de alguna u otra manera durante mucho tiempo, incluso por nosotros mismos. Algunas de estas represiones, al quedar relegadas a la parte inconsciente de la psique, se transforman en bloqueos que nos impiden vivir nuestra naturaleza en plenitud. Y lo que debería ser un aspecto luminoso, creativo y rico de nuestra personalidad se transforma en una Diosa Oscura. Cada una de ellas representa una herida. Tomar contacto con ellas sirve para comenzar a sanarlas, liberando nuestro poder. Al traerlas a la luz de la conciencia, podremos descubrir talentos que estaban ocultos y cualidades positivas muy necesarias para salir adelante en la vida. A medida que las vayamos conociendo, nos iremos dando cuenta de que constituyen la parte más viva y rica de la personalidad. Una vez que podamos aceptar e integrar aquello que más temor nos provoca, nos daremos cuenta de que contamos con recursos muy valiosos para poder llegar a vivir una vida más plena. No puede haber salud mientras todo lo femenino continúe siendo relacionado con lo demoníaco y la oscuridad, con el mal y con el pecado. Ya es tiempo de redimirnos. En este viaje hacia las Diosas Oscuras que vivien en nuestro interior, no hay nada que temer -como dice Vicki Noble en Madrepaz, excepto el miedo mismo." Es él quien en realidad crea todos los demonios". Hécate y Lilith , por ejemplo , son dos poderosisimas Diosas que han sido condenadas a vivir en lo más profundo de nuestro inconsciente, despojadas de su poder sanador. Recuperarlas e integrarlas a nuestra vida es un desafío que debe ser afrontado, a fin de convertirnos en personas completas y equilibradas. Para Carl Jung, la sombra está compuesta por los aspectos desconocidos o reprimidos de nuestra personalidad. Esos aspectos, mientras permanezcan en la oscuridad, pueden convertirnos en sus esclavos. Con la demonización de Lilith, el poder sexual de la mujer, su capacidad de elegir libremente y su negación al sometimiento fueron relegados a la sombra. Y por eso nos produce tanto miedo poder

integrarlos a nuestra vida. La inquisición asoció la condición de Hécate como "madre de las brujas", a los ritos de adoración del diablo y la elaboración de Hechizos para manipular el deseo de otros. Y también fueron relegados a la sombra los aspectos intuitivos y sanadores con lo cual otro lado luminoso fue transformado en sombra. Palabra clave: Renacimiento. Nombres asociados: Diosa madre, útero-tumba, vientre universal, reina de los ciclos vida-muertevida, Diosa negra, Señora del Mundo Subterráneo, fuente de la vida. Arquetipos asociados: Kali, Hécate, Inanna,Pele, Serpiente arcoiris, Isis negra, Gorgona, Oyá, Sekmet, Morrigan, Medusa ,Ceridween, Ixchel, Coatlicué, Tlazolteotl, Bachué, Diosa Poesía, Las furias, Las Esfinges, Las Sirenas. Fase de la luna: Luna nueva. Animales totémicos: Serpiente, araña, lechuza, pantera, dragón. Energías dinámicas: energías dirigidas hacia el interior. Características asociadas: No manifiesto, gestación, cueva, unidad, origen, cambio, esquemas, universo, potencial espiritual, renacimiento, absorción, desenmarañar, instinto, oráculo, profecía, consejo, sabiduría, encuentro con la sombra, pivote, verdad interior. Tema: La conexión con el origen no manifiesto donde el masculino y el femenino aún no se han separado. El retorno a la fuente de la vida y de la muerte, a la Gran Madre Universal donde Todo es Uno y Uno es Todo. Misión del arquetipo: Confesarnos ante la Diosa madre, para obtener de ella muerte y renacimiento. Diosa oscura Luz: Descendemos a la oscuridad más profunda de nuestro Ser, más allá del bien y del mal. Sentimos, en el cuerpo, dónde se alberga la sombra, aceptamos que está ahí, que existe, permitiéndole expresarse plenamente hasta hacernos uno con ella. Con autoridad espiritual, invocamos la llama violeta de la transmutación pidiéndole que transmute la oscuridad en luz, el mal en bien, el dolor en amor, la confusión en claridad, el odio en compasión, lo negativo en positivo, los sentimientos, pensamientos o situaciones que nos hacen daño en sentimientos, pensamientos y situaciones que nos traigan salud, armonía, equilibrio y bienestar. Diosa oscura sombra: El descenso a la oscuridad nos consume, nos devora. De allí no salimos renovados ni renacidos sino desprovistos de nuestra energía vital. Hemos exorcizado aquello que nos hace daño, pero sin realizar la tarea completa, que siempre ha de concluir con el conjuro. Así, la sombra volverá a buscarnos una y otra vez, hasta que comprendamos el cambio que nos exige, hasta que dejemos de verla como una enemiga y comencemos a verla como una aliada, como la máscara de la Gran Diosa Madre que nos enseña de qué debemos cuidarnos, como un amenazador perro guardián que está al servicio de nuestra protección, y ante quien debemos imponernos con autoridad. INTEGRAR A LA DIOSA OSCURA EL PODER, EL VALOR, LA FUERZA Y LA BELLEZA DE UNA MUJER QUE RECONOCE, ADMITE Y AMA A SU DIOSA OSCURA, ES TAMBIÉN UN ACTO SAGRADO. EL PODER, EL VALOR, LA FUERZA Y LA BELLEZA DE UNA MUJER QUE LA INVOCA EN LOS MOMENTOS DE HUMILLACIÓN, DE TRAICIÓN, DE ACOSO, ES TAMBIÉN UN ACTO SAGRADO. ESOS ASPECTOS QUE ESCONDEMOS POR MIEDO A SER SEÑALADAS COMO MUJERES "LOCAS", QUE ESCONDEMOS PARA NO SER LA VERGÜENZA DE UNA SOCIEDAD MACHISTA E HIPÓCRITA, SON LOS ASPECTOS QUE FORMAN PARTE DE LOS ARQUETIPOS DE LAS DIOSAS OSCURAS Y DE NOSOTRAS Y HEMOS DE EMPEZAR A RECONOCERLOS Y ACEPTARLOS "POR TODO LO QUE NOS HEMOS CALLADO, POR TODO LO QUE HEMOS SUFRIDO POR SER MUJER, "POR SER HIJAS DE LA DIOSA". TODO MI AMOR, RESPETO Y

AGRADECIMIENTO A LA DIOSA OSCURA...¡¡¡ MI DIOSA OSCURA!!!....KALI, OLOKÚN, OYÁ, SEKMET, PELE, MORRIGAN, MEDUSA, HÉCATE, ... no rehuyas de ellas, todas las DIOSAS BLANCAS, tienen como amantes a las DIOSAS NEGRAS y estas a su vez a las DIOSAS BLANCAS, formando una danza que entremezcla el poder y la belleza. RECÁRGATE CON SU ENERGÍA Y PODER, PERO NO TE OLVIDES DE LLAMARLAS CON RESPETO Y SÓLO PARA SANARTE A TÍ MISMA. (si es que eres capaz de hacerlo). SI LLAMAS A TU DIOSA OSCURA, NO ES PARA INVITARLA A DAR UN CORTO PASEO... LA DIOSA OSCURA TE LLEVARÁ HASTA LOS INFIERNOS DE LA TRAICIÓN, DEL RENCOR, DEL ODIO, DEL DOLOR,... TE LLEVARÁ PARA QUE REALMENTE CONOZCAS EL SENTIMIENTO Y LA VIBRACIÓN QUE CREA EN TI, PARA QUE RECONOZCAS LA FUERZA, EL PODER Y LA BELLEZA QUE EXISTE EN TI CUANDO RESURJAS DE NUEVO Y COMIENZES A RESPIRAR. NO LA INVITES A TU VIDA SI LE TIENES MIEDO, SI SÓLO QUIERES VER PARTE DE ELLA....NO,NO,NO!!! LA DIOSA OSCURA, UNA VEZ DESPERTADA EN TI NO DEJARÁ QUE TE HUNDAS TU SOLA.....SERÁ ELLA LA QUE DECIDA LLEVARTE AL FONDO, ENSEÑÁNDOTE LAS PROFUNDIDADES DE TU SER, ENSEÑÁNDOTE QUE ELLA TAMBIÉN FORMA PARTE DE TI.NUNCA DESPRECIES EL PODER DE LA DIOSA OSCURA, AUNQUE TE HAYA DOLIDO EL VIAJE, AGRADÉCELE QUE ESTÉ AHÍ,.....AGRADÉCELE SU COMPAÑIA PORQUE SERÁ CAPAZ DE DARTE LA FUERZA Y EL EMPUJE PARA SEGUIR SOBREVIVIENDO.....Y....¿A QUIÉN NO LE DA MIEDO UNA MUJER FURIOSA, DOLIDA Y TRAICIONADA????......¿A QUIÉN SE LE OCURRIRIA METERSE CON UNA MUJER QUE SACA PARTE DE SU ENERGÍA DE LA DIOSA OSCURA....¡¡¡DE SU DIOSA OSCURA!!! El arquetipo de la oscuridad, lo prohibido, lo maldito, donde nuestros temores y miedos florecen, partes de nuestro mismo ser que no ha sido descubiertas o que se encuentran enterradas en el fondo mismo sin atreverse a salir, puede ser parte de nosotros que no nos atrevemos a afrontar y que permanece a la espera como un cazador esperando su presa.No podemos renacer sino hemos muerto, no se puede construir algo nuevo sino se ha destruido lo que hay en ese espacio. La diosa oscura reveladora de misterios, de la magia misma, de la visión de poder ver más allá de nuestros sentidos, madre del subconciente, y por lo tanto la que mejor nos conoce, ya que lo hace desde lo más profundo, conoce nuestra sombra, la que no ha sido revelada o la que no queremos revelar. Trabajar con una diosa oscura, no es simplemente invocarla para desvanecer algún problema, trabajar con ella es un compromiso ya que nos va hacer enfrentar a nuestros temores, y muchas veces puede ser una manera bastante directa y tal vez no agradable. Invocar a una diosa oscura, es comprometerte a conocer tu lado oscuro, conocerte a fondo y si desvanecerá los problemas pero únicamente si los cortas desde la raíz (la psicología de Jung dice que para curar las heridas y el sufrimiento, debemos desarrollar una relación con nuestra sombra).Trabajar con una diosa oscura es prepararnos para la muerte de nuestras viejas formas, sin autocompasiones y prejuicios, de modo que este viaje te lleve nuevamente al renacimiento, a nuestra propia curación, hay que recordar que al fin y al cabo somos uno con la misma sombra a la que tememos, he de aquí los prejuicios relacionados con esta cara de la diosa. Cuando una mujer decide trabajar con sus Diosas Oscuras está efectuando un acto de Poder, Belleza y Coraje. Realiza un acto de Poder porque confía en sí misma y sabe que enfrentar sus miedos y convertir sus monstruos en aliados le devolverá una gran cantidad de energía. Si luego de celebrar un ritual con las Diosas Oscuras permanecemos en el cansancio y el agotamiento, es porque no nos hemos entregado lo suficiente a la tarea: en nuestro interior sigue la batalla para negarnos a asumir nuestros aspectos oscuros. Y esa batalla es la que nos desgasta y nos drena la energía. Crea un acto de Belleza porque una mujer poderosa es naturalmente bella y no requiere someterse a ningún “lifting”, a ninguna dieta rigurosa ni a dolorosas sesiones de depilación. No se avergüenza de sus

arrugas porque cada una le recuerda lo sabiamente que ha vivido, ni de sus estrías o sus gramos de carne porque le recuerdan lo feliz que fue cada vez que fue madre y el placer sensual que le proporciona cada curva voluptuosa de su redondez femenina. No niega su vello porque la Madre lo puso en su lugar para protegerla ni esconde sus canas porque cada hilo de plata le recuerda su amorosa conexión con la Gran Madre Luna... Concreta un acto de coraje porque sabe que, una vez despiertas, las Diosas Oscuras le exigirán que llegue hasta el fondo, que se zambulla hacia la raíz misma de sus problemas y limitaciones. Ellas no permitirán que miremos hacia otro lado. Una vez activadas, tenemos que dejarlas ocupar su lugar y no seguir anestesiándolas, porque ellas no lo permitirán.Cerrarnos a su medicina, una vez que les abrimos la puerta, indica un costo muy alto que podemos pagar con nuestra propia salud, si no nos damos cuenta. No es suficiente con un solo contacto. Hay que seguir conociéndolas, amándolas y concediéndoles el lugar que se merecen en nuestra vida. Danzarlas en un ritual solo marca un comienzo. Es como cuando alguien nos presenta a otra persona. Si no volvemos a verla, no se nos ocurrirá pensar que es nuestras “amiga”... con las Diosas Oscuras tampoco sucede así. Tenemos que cultivar nuestra relación con ellas, acostumbrarnos a su presencia, escucharlas, comprender su dolor, cicatrizar sus heridas. Ellas son muy agradecidas y nos devolverán la gentileza del mismo modo. Pero ya conocemos como se ponen cuando las ofendemos... pueden llegar a ser letales.Contactar con el dolor de Inanna y no descender con ella hacia el submundo no nos permitirá conocer jamás la verdadera cara de Ereshkigal, nuestro lado oscuro. Despertar a Pele y seguir aceptando la traición y el sometimiento nos induce a continuar alimentando un volcán que puede estallar en cualquier momento, tirando por la borda nuestras relaciones y nuestros sueños. Pedirle ayuda a Sejmet para sanarnos y luego “seguir dándole cerveza” para que se olvide de sí misma solo nos llevará a autodestruirnos. Vestirnos con la piel de Lilith y seguir permitiendo que abusen de nuestro cuerpo y de nuestra capacidad de elegir nos hará sentir humilladas y desvalidas. Danzar a Kali y no ser capaces de cortar los lazos que nos mantienen en relaciones co-dependientes con los demás, hará que sus dagas se vuelvan en contra de nosotras mismas y de quienes amamos. Invocar a Hécate y seguir avergonzánndonos si nos llaman “brujas” es una gran contradicción y supone una enorme pérdida de poder... Nuestros verdaderos enemigos en este viaje hacia la re-unión de todas nuestras partes, hacia nuestra sanación, no son estos arquetipos poderosos sino nuestros miedos a vivirlos en plenitud. Nuestro miedo a hacernos cargo de nuestro propio Poder. No nos olvidemos que cada una de estas Diosas es terriblemente poderosa y temible... a quién se le podría ocurrir hacernos daño si las tuviéramos como aliadas? Poder, Belleza y Coraje son atributos que las mujeres traemos con nosotras al nacer. ¿Por qué seguimos empeñadas en creer lo contrario? ¿Qué tememos perder que ya no hayamos perdido? ¿Una relación? ¿Un trabajo? ¿El amor de alguien? ¿La ilusión de seguir siendo niñas (*)? Y... sí. Tenemos nada menos que deshacernos de muchas ilusiones, de grandes mentiras que hemos creado como si fueran grandes verdades pero que, más allá de todo, fueron nuestro sostén durante mucho tiempo. Hacernos cargo de nuestra vida no es fácil, pero es un derecho que no podemos eludir porque es ejerciéndolo como podemos ser verdaderamente libres. En definitiva... no hay como haberlo perdido todo... Si no tenemos nada para perder significa que la única posibilidad que nos queda es empezar todo de nuevo. Salir a la vida como bebas recién nacidas, pero con la suficiente experiencia como para decidir esta vez qué clase de vida elegiremos para nosotras... ¿No es un desafío apasionante?¡Bienvenidas sean Diosas Oscuras que con sus feas caras nos desnudan y nos muestran la verdad! Ellas nos invitan a pasar por encima de las limitaciones creadas por nosotras mismas y por las expectativas de los demás. Nos conectan con ese lugar sagrado donde reside la Sabiduría y donde el Alma del Mundo, en sintonía con nuestra propia alma, teje y desteje la trama de nuestro destino. Nos expanden la conciencia con la certeza de saber que estamos comprometidas con algo mucho más grande que nuestras propias vidas.¡Y benditas sean, Diosas Oscuras, porque nos obligan a crecer, a levantar la frente y a vivir con dignidad!

DIOSA CREADORA Y DESTRUCTORA: MADRE KALI, FUERZA ORGÁSMICA CÓSMICA Kali es la diosa de la muerte y la destrucción, pero también es la diosa de la regeneración. Es la diosa terrible y sanguinaria, pero también la mujer madre que da la nueva vida a costa de su sacrificio. En su papel en el Tantra indio Kali representa la energía femenina pura, energía kundalini activa que tiene el poder del sexo, la sensualidad y la encarnación del amor desenfrenado y voraz. Kali encarna a la amante sexual, la oscura noche lunar, que destruye las ilusiones y satisface los deseos. Por qué es tan terrible la imagen de Kali? Porque equivale a la “fuerza orgásmica cósmica” expresada en lo femenino profundo... (y por ello, asusta al ego, de mujeres como de varones). La interdependencia entre muerte y sexo es esencial en la comprensión de Kali. En este contexto, la muerte está entendida como “la vida de lo vivo"... Características: Kali aparece para ayudar a Durga a matar a todos los demonios, pero al hacerlo, se bebe su sangre y acaba con una borrachera que hace tambalear el equilibrio del mundo. Shiva le llama la atención, la riñe y acaba por ser el principal protagonista de la historia. Se nos dice que Kali “bebió hasta la última sangre del dios oscuro y luego bailó con una alegría tan salvaje que la tierra tembló”. Ella nos revela al orgasmo femenino como un estado extático, resultante de la síntesis de los opuestos y su baile equivale a agotar al “dios de la separatividad”. Es por ello que a Kali y a Shiva se los considera los polos de la transformación, o sea, los principios femenino y masculino de la energía en su fase potente y extática de “destrucción de lo viejo”. Simboliza: ·El amor como transformación · La alegría y el júbilo del orgasmo · El amor independiente y poderoso · El Tantra · La fuerza de la sangre femenina en todas sus fases (menstrual, del parto, de los abortos, la última sangre de la menopausia). · El vientre y su poder de Vida-Muerte-Vida...El poder de una guerrera frontal Cuando Kali se expande con su vibración espontánea y se abre con sus orgásmicas explosiones de alegría, el Universo es. Cuando se repliega o se cierra, el Universo desaparece de la manifestación. Esta fase “oscura” de su oscilación proporciona una enorme liberación de culpa para las mujeres, a través de la fuerte vivencia de los aspectos positivos tanto como de los negativos de la madre. Por eso produce en principio mucho miedo cuando se trabaja, a través de ella, la expresión de nuestra sombra lunar femenina (ninguna mujer quiere pensarse a sí misma como una «madre terrible». Y puede ser difícil ver a la propia madre como terrible). Pero también permite una mirada comprensiva sobre las oscilaciones de lo femenino orgánico. Es sabido que el arquetipo de la polaridad creación-destrucción tiene sus raíces en el ciclo mensual de la mujer, en los dos períodos cumbres que marcan su ritmo: la ovulación y la menstruación. Todas las diosas creadoras y a la vez destructoras contienen símbolos poderosos de la ambivalencia de la naturaleza cíclica de la mujer. Así han nacido los mitos en los cuales estas diosas, como Kali, son capaces de crear y destruir mundos y entidades a su antojo.

Es cierto que esta diosa puede enceguecer con su baile terrible, pero para quienes han comenzado a comprender sus aspectos más sagrados, ella se puede revelar como el poder cósmico en su gran danza de armonización de los opuestos. Kali puede llevarnos, a través de su imagen de “madre sexuada y terrible”, a imaginar la combinación del terror de la destrucción absoluta, con la confianza impersonal y (sin embargo) maternal de algo que nos contiene en esta decisiva travesía. Por eso es necesario mencionarla como Kali, la Gran Diosa Negra, pero también es necesario recordar que otro de sus grandes atributos es: Kali, la Barca que cruza el Océano de la Existencia. Las mujeres somos tejedoras, sanadoras, amantes, alquimistas, buceadoras, pintoras, tarotistas, cantantes, bailarinas, profetas y poetas; invocamos a la Madre Kali para ayudarnos a recordar quiénes somos mientras viajamos por la vida. Kali, acompáñanos! Violencia y destrucción, recibid nuestro homenaje. Ayudadnos a traer luz a la oscuridad, a sacar el dolor y la ira a donde pueda verse como lo que es: el fiel de la balanza de nuestro amor vulnerable y doliente. Pon el hambre salvaje en su sitio, Dentro del acto de creación, Poder desnudo que forja un equilibrio Entre el odio y el amor. Ayúdanos a ser las siempre esperanzadas Jardineras del espíritu, que saben que sin oscuridad nada puede nacer, como sin luz nada florece. Recuerda las raíces, Tú, la oscura, Kali, impresionante poder. May Sarton, de "The invocation to Kali" Diosa PELE o la IRA como fuente de energía Enterrada en las profundidades. En el centro de la Tierra. Tu ira fundida. Burbujea la Diosa del volcán. Pele, la diosa cuyo espíritu habita en el volcán del Monte Kilauea, en la gran isla de Hawai, es fogosa, celosa y reivindicativa. La lava caliente del Monte Kilauea hierve en el subsuelo; los terremotos hacen temblar esas oscuras tierras, La lava, a más de mil grados centígrados, fluye por las laderas de la montaña, destruyéndolo todo a su paso. La ira, la furia, el enojo, la cólera, son expresiones de nuestro ser frecuentemente reprimidas y enterradas en nuestra sombra. A veces estos sentimientos explotan como el volcán cuando no han podido ser expresados previamente de una manera natural.

Esta cólera no expresada en el ser humano provoca diversas enfermedades como depresión, ansiedad, obesidad, la furia no expresada hace que la persona enferme del hígado. ¿Por qué no podemos expresar nuestro enfado? Los niños naturalmente expresan muy bien su enfado, igual que su amor. Si nos ponemos a observar a los niños, por ejemplo en un parque infantil, podemos aprender mucho. Un niño se acerca a otro y, sin conocerle de nada, va y le dice: ¿jugamos, estoy aburrido, quieres ser mi amigo? El otro normalmente suele contestar que sí, pero también si está enojado puede decir no, sin miramientos. Luego si se enfadan pueden pegarse un empujón o un grito y al momento siguiente darse un abrazo sin más. Si los adultos no intervinieran en estas reyertas las cosas no se complicarían como suelen hacerlo. El niño comienza a reprimirse, si se enfada los mayores le regañan y pierde su cariño. Normalmente las mujeres estamos aún más reprimidas que los hombres, si mostramos nuestro enfado somos tratadas de arpías. Un niño puede enfadarse y no ser violento. La violencia es más bien ira contenida que se expresa de una manera distorsionada. Al hacer un ritual con esta Diosa damos la oportunidad a nuestro ser de canalizar esta energía de la ira: Ritual Comienza con sonidos de tambores y percusión, con el fin de que vaya aumentando el nivel de energía. Entonces se pasa un cuenco que contiene salvia o cedro en combustión, así como un abanico de plumas para que los participantes puedan aventarse mutuamente con el humo que se desprende. La sacerdotisa hace la invocación a las cuatro direcciones. En el este convocamos a los seres alados y a los espíritus que guardan las islas de Hawai, la tierra sagrada donde reside Pele. En el sur convocamos al calor, calidez, la pasión y el amor que emanan de las islas tropicales del Pacífico. En el oeste convocamos la profunda y oscura caverna en la que Pele se oculta bajo la tierra. En el norte convocamos a los antiguos Kaunas cuyos espíritus guían las energías de la tierra sagrada de Pele. La sacerdotisa, o guardiana del fuego enciende entonces la llama ceremonial, los participantes pueden tocar tambores e instrumentos de percusión y emitir los sonidos que sientan dentro, expresarse bailando o saltando libremente. En el movimiento van sintiendo el calor del fuego y comienzan a sudar. En algún momento la sacerdotisa a través de gestos o música va calmando lentamente a los participantes y les anima a descansar tranquilamente en su espacio. Entonces cada persona habla de su furia, o enfado, desvelando hacia quién se dirigían sus sentimientos. Después cada uno comenta formas de expresar el enfado en su vida y cómo lo pueden utilizar para propósitos constructivos. LILITH... diosa oscura CONTACTO CON NUESTRO LADO SALVAJE

Una diosa que jamás ha sido alabada, por el contrario ha sido tratada como demonio, asesina de niños, y seductora en las mitologías hebreas sumerias y babilónicas. Hoy en día es un ARQUETIPO de la sexualidad femenina y el lado salvaje de la mujer. El mito de LILITH, resalta la libertad de movimiento, lo salvaje y su unidad con las fuerzas de la naturaleza. Sabemos algo de su origen: primera esposa de Adán, en el Talmud. En la Baja Edad Media, fue encontrada en el Zoráh en el siglo trece en donde dice que LILITH fue creada de la cascara o concha de la Luna. LILITH fue creada de la luz menor. LILITH es la bruja seductora, la madre estranguladora y el súcubo que trata con la muerte. Ella nace junto a Adán, no de su costilla como lo haría luego Eva.

LILITH COMO TRIPLE DIOSA LILITH, es una descendiente de la TRIPLE DIOSA de Babilonia, Canaan y Sumeria, que es adorada antes de la aparición del Antiguo Testamento: doncella, madre y prostituta. Madre de la multitud mezclada, Diosa VIda y Muerte y llama de la espada flamífera.Lilih en este contexto representa ciertas cualidades de la Gran Diosa, como conciencia lunar relacionada con los ciclos de la luna, la muerte y el renacimiento. Representa tambien la conexión entre el sexo y el espíritu. Así mismo representa el lado instintivo y salvaje de la mujer. PARA QUÉ SIRVE EL TRABAJO CON LILITH * Trabajar tu sensualidad femenina que han sido de alguna manera reprimida por la sociedad, la familia o religiones castradoras. * Conocer y resaltar la naturaleza femenina, que puede ser a través de la danza, el canto, la música ejecutada por tambores. La unión de estos elementos despierta la sensualidad de la mujer, siempre y cuando ésta se sienta en total libertad. * El Hombre también puede experimentar el trabajo con LILITH, y resaltar su lado salvaje e instintivo. Y conectarse con la energía femenina y reactivar la sexualidad en su pareja RITUAL DE LILITH Cada mujer necesita experimentar la energía de la diosa en su cuerpo y en un lugar seguro. No es un juego de roles, se debe realmente asumirse las cualidades de ella en nuestro cuerpo. Cubrirse con el manto de LILITH 1.-Tomar lo necesario para vestirse con los atributos de la diosa: Pinturas corporales o máscaras que representen los animales de LILITH (la lechuza y el león) como símbolo de lo salvaje y primitivo. 2.- Purificar el lugar. Cerrar el Círculo y colocarse alrededor de un altar con la imágen de la diosa. Incienso de cualquier olor de su preferencia y/o que evoquen la sensualidad: coco, rosa, sándalo, etc.Velas negras o rojas y otros objetos que se identifiquen con la noche y simbolicen la energía de LILITH. 3.- Se invocan los cuatro elementos. Al fondo unos tambores ejecutados por cada una de las participantes, que deben ser tocados hasta que la energía se torne intensa y apacionada ( Yo incluyo de manera particular alguna música árabe o griega de su preferencia, que tenga un ritmo constante y sensual, así las participantes no se distren con la ejecución ) Todas las participantes al invocar deben dirigir su cuerpo hacia ese punto cardinal -Invoco a los espíritus del ESTE, lugar de los comienzos, del amanecer y el águila dorada, para que nos traiga la libertad de ser nosotras mismas. - Invoco a los espíritus del SUR, lugar del sol caliente y la intensidad emocional para que nos ayuden a desarrollar nuestra sensualidad, nuestras pasiones y nuestro lado salvaje. - Invoco a los espípitus del OESTE, lugar del sol poniente, la oscuridad e introspección profunda, para que nos ayuden a ir a las cavernas oscuras y a las cuevas del conocimiento interior donde yace la capacidad de decir NO. - Invovo a los espíritus del norte, lugar del frío invierno, el viento y la nieve, de los antepasados, invocamos a nuestros ancestros ancianos para que nos den la sabiduría intemporal de LILITH. En esta parte del ritual, cada participante dice con sus propias palabras el deseo de liberarse de sus ataduras y cargarse de las energías salvajes y liberadoras de LILITH. Como simbolo de esa liberación la mujer puede quitarse las vestimentas y en agradecimiento danzar dentro del circulo,

luego que cada una haya dicho su manifiesto femenino. Se recomienda no beber, para así alcanzar este estado de forma natural y sin ayuda. Pueden hacer cualquier sonido o danzas imitando animales, como conexión de ese espíritu salvaje. También expresar aquellas cosas a las cuales de hoy en adelante diré que NO. Pueden luego hacer un brindis y servir un banquete sencillo en honor a las mujeres y a la diosa. Antes de abrir el círculo, se debe agradecer a la diosa con el siguiente canto: LILITH, MADRE LUNAR, GRAN DIOSA, QUEDATE CON NOSOTROS LILITH, MADRE LUNAR, REINA DE LAS BESTIAS QUEDATE CON NOSOTROS LILITH ENSEÑANOS A SER LIBRES, SALVAJES Y APASIONADAS. LILITH...MADRE LUGAR... GRAN DIOSA Una vez el canto, se despiden a los cuatro elementos y se abre el circulo se sigue con la fiesta, el brindis y el banquete. VINO TINTO o CUALQUIER BEBIDA OSCURA . TORTAS DE CHOCOLATE, FRUTAS SECAS, FRESAS, MORA, MANZANA SE RECOMIENDA HACER ESTE RITUAL EN LUNA MENGUANTE QUE ES EL CICLO CORRESPONDIENTE A LILITH, SI SE DESEA UNIR LA ENERGIA DE EVA CON LA DE LILITH PUEDE HACERSE EN EL PRIMER DIA DE LUNA LLENA. HÉCATE, DIOSA DEL INFRAMUNDO, LAS ENCRUCIJADAS Y LA PROFECÍA

Hécate era una deidad de la noche, la encrucijada, la vida y la muerte. Era llamada la más amigable Reina del mundo de los espíritus. La Diosa Hécate está relacionada a la sanación, profecías, visiones, magia en la Luna Nueva, encantamientos para deshacerse del mal, la riqueza, la victoria, la sabiduría, la transformación, purificación, la renovación y la regeneración. Ella, nos dice Vicki Noble, es la bruja que sabe cómo invocar el poder de la Luna, conversar con los espíritus y trabajar con los encantos mágicos. Hécate es la oscuridad de la Luna, Artemisa es la Luna creciente. Hall ve a Artemisa-Hécate como una figura dividida, a la que llama "mujer mediadora". Su función es asistir a las personas que ya no están donde estaban y que aún no llegan donde esperan ir. "Como una partera de la psiquis es llamada en situaciones de emergencia. Cuando un espíritu, una canción, una alternativa, un nuevo ser está emergiendo; cuando las cosas parecen elevarse espontáneamente desde las profundidades del inconciente", la Vieja Sabia se presenta como un espíritu amigo que conoce el camino en el dominio de los espíritus. "Portadora de luz" en el mundo de los sueños, contiene en sí todo lo masculino y lo femenino, lo activo y lo receptivo, el sol y la luna. Ella ha aprendido a manejar el poder de retener y transmutar energía -puede elegir cómo gastarlas o guardarlas. La Vieja Sabia escucha con el oído interno. "Las brujas escuchando en el laberinto más allá del primer plano, escuchan nuevas voces, nuestras propias voces" dice Daly. "Aprendemos a sentir nuestra nueva posición y movimientos; aprendemos un equilibrio delicado". La Vieja Sabia es una ermitaña, llega a ser no sólo iniciada en los misterios sino también maestra, para mostrar el camino a otras." Ella es una "abrecaminos". Su activa vida interior brilla para tocar a otros con la sabiduría y conocimientos que ella adquiere en sus "viajes". Te encontrarás con Hécate cuando estés en un cruce, en un tiempo de decisión y renovación. Hécate te lleva al inconciente y te guía a través de él mostrándote dónde están tus problemas y ofreciéndote elecciones y posibilidades que nunca has soñado antes.

Hécate te guía cuando es tiempo de aprender sobre los poderes sanadores de la adivinación y la profecía, tiempo de abrirse a otras sensibilidades, a nuevos mensajes. En Grecia, Hécate era una diosa lunar, una de las trinidades originales conectada con las tres fases de la luna que gobernaba el cielo, la tierra y el submundo. Hesíodo, en la Teogononía, dice que era hija de dos Titanes: Asteria, una diosa estelar, y Perses, ámbos símbolos de la luz brillante. Asteria era a su vez hermana de Leto, madre de Apolo y Artemisa. Una tradición anterior la contempló como una diosa más primitiva y la hizo hija de Erebo y Nix (noche). Una tradición posterior afirma que era hija de Zeus y de Hera y que enfadó a ésta por robarle su colorete para regalárselo a Europa. En un principio, los griegos helénicos hallaron difícil incluir a Hécate en su panteón. No obstante, y a pesar de no encontrarse entre los dioses del Olimpo, retuvo su dominio sobre el cielo y la tierra y el submundo, lo que hizo de ella la otorgadora de riquezas y de las bendiciones de la vida. Experta en el arte de la adivinación, concede a los mortales sueños y visiones que, si se interpretan correctamente, les proporciona una mayor claridad para resolver sus problemas. Debido también a su asociación con Perséfone, está conectada con la muerte y la regeneración. Su presencia en el mundo subterráneo era la que otorgaba a los pre-helénicos la esperanza del renacimiento y la transformación, como opuesta a Hades, que representa la inevitabilidad de la muerte. Por estar en el cruce de caminos puede mirar al pasado al presente y al futuro. Entre sus numerosas sacerdotisas estaban Medea y Circe. Sus árboles sagrados eran los tejos y los álamos negros. Como “perra negra” su estrella es Sirio y se la asocia también con los perros que ladran a la luna. Cuando Hécate aparece en nuestra vida, nos dice que ha llegado el momento de desarrollar nuestro lado intuitivo e inspirado. La intuición y el conocimiento son capacidades que muchas mujeres han ocultado y temido. Vicki Noble advierte que “en el proceso de descubrimiento de sus capacidades proféticas, mucha gente ha pensado que se estaba volviendo loca, que se convertiría en “lunática” y que nunca volvería a ser “normal”. Pero como la naturaleza femenina está relacionada con la luna, las mujeres frecuentemente nos fiamos más de la experiencia y de la intuición”. Ponerla en práctica sin temor es una tarea en la que necesitamos de la asistencia de Hécate para poder aceptar que se trata de un conocimiento que va mucho más allá de lo que llamamos “sentido común” y que puede utilizarse de forma creativa y curativa. Hécate también es propicia para tratar problemas relacionados con el envejecimiento, la muerte y la vida en el más allá. “En nuestra sociedad el envejecimiento y la muerte son tabúes –explican Starck y Stern-. La insistencia moderna en parecer joven es una forma de mantener el proceso de envejecimiento en la sombra. Ver constantemente escenas de muerte por TV es un proceso de negación de la muerte. Hécate, como Diosa de la Muerte y de la Regeneración puede ayudar a hombres y mujeres a entender que la muerte corporal es parte del proceso natural. Como Bruja, la figura de Hécate muestra el hecho de que a medida que la gente envejece puede mantener sus capacidades y una hermosa apariencia. Su sabiduría nos muestra que podemos volver a métodos más antiguos y naturales de curación, sin dejar de recurrir a la medicina moderna. Podemos invocarla para transformar nuestros miedos”. Es imprescindible recurrir a ella y recibir su asistencia durante el período de la menopausia. Podemos interpretar que “las subidas de calor” son en verdad “oleadas de poder” que nos recuerdan el poder de la sangre roja que está dentro de nosotras. Para celebrarla podemos reunirnos y cantar: “Somos las mujeres viejas. Somos las nuevas mujeres. Somos las mismas mujeres, más sabias que antes”. (De "El Juego de las Diosas" y escrito por Sandra Román. Sacerdotisa de Avalon) INANNA Inanna era la deidad protectora sumerio babilónica. Como Señora de los Cielos Inanna estaba asociada al planeta Venus . Inanna es la guardiana de las leyes cósmicas o las "me", las leyes fundamentales del universo.

Inanna era una diosa guerrera, pero también diosa del amor y el sexo. Protectora de las prostitutas (en Sumeria y Babilonia existía un tipo de prostitución sagrada) una vez al año el rey debía copular con ella por medio de una de las prostitutas sagradas del templo. Cuando Inanna aparece en tu vida, es porque has sido durante mucho tiempo la fuente de la cual todos se han alimentado y nutrido. Te estás secando poco a poco y debes volver a abastecerte, nutrirte nuevamente. Inanna simboliza una etapa “egoísta” de nuestra vida, donde debemos volcarnos hacia nosotras y completar las facetas y deseos que nunca hemos realizado, ya sea por temor, por circunstancias de la vida, etc. La razón que sea no es suficiente. Debes aprender a vivir por ti misma todo lo que deseas y no vivir o fluir a través de otros. Nunca permitas que el miedo empañe tu visión. Inanna Invocación Te rogamos, Señora de Señoras, Diosa de las diosas, Inanna, la reina de todas las ciudades, Líder de todos los hombres. Tú eres la luz del mundo, Tú eres la luz de los cielos. En tu nombre de la tierra y los cielos se agitan, Y los dioses tiemblan; Los espíritus de los cielos tiemblan en tu nombre Y los hombres se celebrarán en tu honor. Cuando tú lo ordenas los muertos vienen a la vida, Y los enfermos de pie caminan; Y nuestros pecados son sanados Cuando se mira tu cara. Inanna para los sumerios, Ishtar para los babilonios. Ambas civilizaciones forman parte de la Antigua Mesopotamia ("Tierra entre ríos"). Inanna era la deidad protectora de la ciudad de Uruk, y allí se hallaba su santuario principal. Como Señora de los Cielos Inanna estaba asociada al planeta Venus (su desaparición y reaparición en el firmamento nocturno dio origen al mito del descenso al mundo de los muertos, mito, por otra parte, presente en muchas otras mitologías). Inanna es la guardiana de las leyes cósmicas o las "me", las leyes fundamentales del universo. En una leyenda se nos cuenta cómo en una ocasión un joven campesino, Sha-kale-tuda, tuvo la osadía de violar a la diosa y robarle las "me". Ocurrió mientras Inanna, que había subido a las montañas para desde allí contemplar Sumer y así desplegar la perfección de los "me" (observar a la humanidad y separar a los falsos de los justos), cansada de escudriñar cielo y tierra decidió echarse a dormir a la sombra de un arce. Dejó los "me", que llevaba en forma de siete tablillas" firmemente atados a sus piernas. Pasó por allí Shu-kale-tuda, quien viendo a la diosa se acercó a ella y desató las tablillas de sus piernas, violó a la diosa mientras ésta dormía y se llevó los "me" consigo. Cuando Inanna despertó y se dio cuenta de lo sucedido se encolerizó terriblemente y se propuso encontrar y castigar al culpable. Shu-kale-tuda, después de lo que había hecho, se había dado cuenta de que corría peligro y confesándoselo todo a su padre, le había pedido consejo. Su padre le aconsejó esconderse en la ciudad, pues entre tanta gente sería difícil encontrarlo. Presa de la ira,

Inanna castigó al pueblo sumerio en tres ocasiones. En una de ellas convirtió el agua de los pozos en sangre, y en otra envió inundaciones y tormentas de arena. Finalmente el padre de Inanna, el dios Enki (aunque en otras ocasiones se la considera hija de Suen, el dios de la Luna), consiguió aislar a este entre la multitud. Inanna lo castigó con la muerte, pero permitió que su nombre se recordase en una canción que se conocería en todo el reino y sería cantada desde el palacio del rey a la más mísera de las cabañas campesinas. Este mito nos da una idea del carácter de Inanna: Diosa caprichosa, ambiciosa y muy poderosa. Inanna era una diosa guerrera, pero también diosa del amor y el sexo. Protectora de las prostitutas (en Sumeria y Babilonia existía un tipo de prostitución sagrada), una vez al año el rey debía copular con ella por medio de una de las prostitutas sagradas del templo. Seductora e inmisericorde, Amante y promiscua, Inanna no solía representar la faceta de madre y esposa. En otro mito, el de la muerte de su amante, Dumuzi, el dios pastor, se nos explica el ciclo de las estaciones. Según algunas versiones Dumuzi fue asesinado por una mujer bandido y su hijo, que pretendían hacerse con el rebaño del pastor; en otras versiones la propia Inanna envía a Dumuzi al mundo de los muertos en su lugar tras su descenso al inframundo. En la leyenda que nos cuenta cómo Bilulu, la mujer bandido, y su hijo acaban con Dumuzi. Inanna venga la muerte de su amante. Mata a Billilu y su hijo y los castiga: a la anciana la convierte en un odre y determina que su destino será apagar la sed de los pastores como Dumuzi en el calor del desierto. A su hijo lo transforma en un espíritu del desierto encargado de avisar al espíritu de Dumuzi cada vez que se hagan ofrendas o libaciones en su nombre. En el mito del descendo de Inanna al inframundo, además de explicar la muerte de Dumuzi y con ella el ciclo de las estaciones, se nos cuenta como la ambición de poder de Inanna la llevó a intentar usurpar el trono del reino de los muertos a su hermana, Ereshkigal. Cuando Inanna decidió descender al mundo de los muertos y hacerse con el control de éste, dejó las instrucciones a su críada, Ninshubur, de que si no había regresado al cabo de tres días llorase su muerte y pidiera ayuda a otros dioses: Enlil, Nanna y Enki. Inanna partió vestida con sus mejores galas y llevando consigo las tablillas de las "me". Al llegar a las puertas del mundo de los muertos pidió entrar alegando que iba al funeral de Gugalana, el difunto marido de su hermana. Ereshkigal le permitió entrar, pero delante de cada una de las siete puertas que daban acceso a la sala del trono tuvo que desprenderse una por una de sus prendas y joyas. Finalmente compareció desnuda ante el trono de Ereshkigal. Cuando ésta descendió del trono Inanna intentó sentarse en su lugar, pero los siete jueces del mundo de los muertos la contemplaron fijamente con la mirada de la muerte hasta convertirla en un cuerpo sin vida, el cual colgaron de un gancho. Una vez pasados los tres días, en el mundo de los vivos, la criada Ninshibur pidió ayuda a Enlil, a Nanna y a Enki, como Inanna le había indicado. Los dos primeros no quisieron ayudarle, pero Enki se sacó suciedad de las uñas y con ella creó a dos criaturas capaces de salir y entrar del mundo de los muertos a voluntad. A éstos seres entregó las plantas y el agua restauradoras de la vida y les dijo que primero se ganaran la simpatía de Ereshkigal, pues así ella les ofrecería lo que desearan como recompensa, y entonces deberían pedir el cuerpo de Inanna. Así se hizo y tras devolver a Inanna a la vida, con las plantas y el agua que les había entregado

Enki, cuando ya se disponían a salir, les pararon los siete jueces del mundo de los muertos, quienes dijeron que solo dejarían marchar a Inanna si esta les entregaba a alguien en su lugar para reemplazarla en el mundo de los muertos. La primera persona con quien se encontró Inanna fue su fiel criada Ninshibur, vestida de duelo y llorando la muerte de su señora. evidentemente Inanna no se sintió capaz de condenarla a vivir en el mundo de los muertos, así que siguió buscando. Después se encontró con Shara, dios de Umma, quien también estaba llorando su supuesta muerte, por lo que una vez más Inanna no se sintió capaz de condenar a alguien que la apreciaba a vivir en el inframundo. Fue entonces cuando Inanna vio a Dumuzi, el dios pastor, su amante. Éste no estaba llorando la muerte de su amada. Encolerizada, Inanna lo eligió y los demonios del inframundo acudieron a buscarlo. Dumuzi pidió ayuda a Utu, dios del Sol, hermano de Inanna, quien lo trasformó en serpiente para que pudiera zafarse de los demonios. Sin embargo la metamorfosis solo duraba medio año así que el medio año restante debía pasarlo en el mundo de los muertos. En otra versión de la leyenda, es la propia Inanna quien más trade se arrepiente por haber condenado a su amado a tal destino y llega a un acuerdo por que la hermana de éste, Geshtin-ana. ocupe su lugar durante la mitad del año. En la versión acadia del mito, en la cual Inanna aparece con el nombre de Ishtar, todos los dioses se ven obligados a participar en el rescate de la diosa, pues cuando pierde la vida en el mundo de los muertos la esterilidad se adueña del de los vivos. En esta leyenda, además, no es a dos seres a quienes envía Enki a rescatar a Ishtar, si no a un hermoso joven que tras complacer a Ereshkigal le pide el cuerpo inerte de la diosa. En esta versión no se hace mención a los siete jueces del inframundo ni a los demonios ("galla"), ni Dumuzi aparece como sustituto de la diosa. SEKMET Sejmet, la Poderosa Se la representaba como una leona, o como mujer vestida de rojo con cabeza de león, de león, sobre la que lleva el disco solar y el ureo, o con una corona rodeada de ureos, lleva flechas como armas. También aparecía como mujer con cabeza de cocodrilo o como el Ojo udyat. Toma aspectos de otras diosas, como Bastet o Hathor con quien se la confunde con frecuencia y a quien también se le da el papel de hija de Re, e incluso en Abydos Hathor tenía el título de Señora de la mansión de Sejmet. Se presenta también como ojo solar destructor, portadora al mismo tiempo de la renovación y de la victoria. La llamaban por los nombres de: "La Poderosa", "La Terrible", "Señora del Oeste" porque también tenía su faceta de Diosa funeraria. También, como diosa guerrera, acompañaba al Faraón en el campo de batalla y lo protegía de sus enemigos. Estaba relacionada con Bastet, "Señora del Este", y como tal era conocida como "La dama de las montañas de poniente"; poseía un lugar en la Sala del Juicio y era guía y protectora de los justos ante los peligros del Mundo Inferior; era soberana de la Cámara de las Llamas y se la llamaba "La que frena la oscuridad". Cuando Sekmet aparece en tu vida, indica que justamente aquella, fuerza, aquel brío y decisión es lo que debes utilizar para superar exitosamente las situaciones adversas por las cuales pasas en estos momentos. Busca a tu guerrera interior, busca aquella fortaleza que todas tenemos aliméntate de ella, hazla brotar al exterior y harás al mundo consciente (y de paso a tí misma) de una fuerza que desconocías.

MORRIGAN Morrigan, Morrigu, Carrigan o Carrie Morrigan, también conocida como Morrigu, es la diosa celta de la muerte y la destrucción. Se la representa típicamente con armadura y armas. Morrigan está presente en todas las guerras, tomando la forma de cuervo o corneja. Su papel en la guerra es infundir en los soldados la fuerza (y la ira) para combatir. Su nombre significa "Gran Reina" o "Reina Espectral". Morrigan también se puede traducir o encontrar escrito como Carrie o Carrigan. Morrigan es la diosa de la guerra, y por lo tanto de la muerte. Pero también representa la renovación; la muerte que da a luz a una nueva vida, el amor y el deseo sexual. La vida y la muerte están muy unidas en el universo celta. Morrigan es doncella, madre y viuda. Formaba una tríada con Badb y Macha, aunque en algunas fuentes se la describe como diosa triple, incluyendo a Bodbh y Macha como otras manifestaciones de la Morrigan. Esta diosa pertenece a los Tuatha Dé Danann, los seres mágicos que habitaron Irlanda antes que los irlandeses actuales. Cuando esta diosa aparece en tu vida, es porque debes realizar un cambio drástico en todos los niveles, ya sean los externos y cotidianos, como también los internos y personales. Simboliza la transición, el crecimiento y un desarrollo paulatino lleno de muchas transformaciones, donde podrás emerger como tú misma, libre y sin ataduras. Morrigan también favorece si trabajas con ella dificultades cotidianas como debilidad de carácter, timidez, miedo, temor, enormes dificultades para decir “no”, entre otras. Morrigan también nos facilita el camino cuando de brío y amor se trata. Busca a Morrigan en tu interior, la hembra llena de pasión y alegría, que disfruta tanto las gotas de lluvia, como también los rayos del sol. La valiente, la que enfrenta el “dedo acusador” con bravo talante. La sabia, que nos enseña que la muerte tan solo es una transición, un paso más hacia el renacimiento. Morrigan "Soy la bruja que está abajo de la luna. Soy el rugido del océano. Soy tu soberana. Soy la lluvia sutil. Soy las estrellas que brillan en el cielo. Soy la vidente de la suerte. Soy una guerrera fuerte con mi espada. Soy la madre llena de leche. Soy la mujer de los muslos fuertes. Educación los misterios de la cama. Soy el placer de los cuerpos que si ensamble. Soy la bruja que sabe la fuerza del amor. Soy Morrigan.

CERRIDWEN Para los galeses, Cerridwen es una triple Diosa (doncella, madre y anciana) cuyo animal totémico es la gran cerda blanca. Se la relacionaba con la luna, la inspiración, la poesía, la profecía, el cambio de forma, y con la vida eterna que pasa por el nacimiento y la muerte. Cerridwen tenía dos hijos. Uno era hermoso y el otro feo. Queriendo que el feo destacara en algo, Cerridwen le hizo un brebaje mágico. Le llevó un año y un día hacerlo, pero el brebaje haría de él una persona inspirada y brillante. Dejó a Gwion, su ayudante, que vigilara el brebaje, y le prohibió que bebiera de él. Pero accidentalmente, algunas gotas del mágico líquido le salpicaron la mano y, al quemarse, se llevó la mano a la boca. De forma instantánea, lo supo todo, incluso que Cerridwen intentaría matarlo. Gwion huyó y Cerridwen salió en su búsqueda. Y, tras muchos cambios de forma, Cerridwen se tragó a Gwion, dándole a luz nueve meses después. Cerridwen nos enseña en nuestra vida el misterio de la muerte y el renacimiento. Cuando algo está muriendo, y conviene soltarlo para que algo nuevo puede renacer. Conocemos la danza de la tierra gracias a sus estaciones, los ciclos de la luna. La materia ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. Y lo mismo ocurre con nosotros. Para vivir plenamente y en la totalidad, tenemos que aceptar la vida con todo lo que conlleva, incluyendo la muerte y el renacimiento. Desprendiéndonos de lo que ya no nos sirve e ir en pos de nuestra totalidad. Muchas veces llegamos a finales de ciclos, de una relación, de un trabajo, o de una situación en particular, y nos da miedo desprendernos de ello. O quizás sentimos que nos estamos muriendo, cuando solo una parte de nosotros tiene que dejar espacio para que entre algo nuevo. Puede que nos resulte muy difícil de aceptar la idea de que existe la muerte, y nada más que la muerte. La vida en una cultura patriarcal nos ha privado la idea de muerte y renacimiento, una idea relacionada con la Diosa. La totalidad se nutre se nutre cuando tomamos conciencia de que cada paso en el sendero de la vida es también un paso hacia la muerte y el renacimiento. Se alcanza la totalidad cuando podemos aceptar la muerte y el renacimiento y danzamos con ellos. Cerridwen nos enseña que ella siempre nos dará a cambio lo que le hayamos dado nosotros a ella. Cambiará, se transformará, pero nosotros obtendremos lo mismo a cambio. Meditación del Caldero de Cerridwen Buscaremos un momento y un lugar en los que no vayamos a ser molestados. Nos sentaremos o acostaremos cómodamente, con la espalda bien recta. Cerraremos nuestros ojos. Inspiraremos profundamente y soltaremos el aire lentamente mientras contamos hasta diez. Inspiraremos profundamente de nuevo y volveremos a soltar el aire contando hasta diez. Volveremos a respirar profundamente y, mientras espiramos, veremos, percibiremos o sentiremos un túnel. Puede ser un túnel que conozcamos o uno imaginario. Nos veremos delante del túnel y pasaremos nuestros dedos por las paredes de la entrada. Oleremos su atmósfera. Y, ahora, entraremos en el túnel. Es agradable estar ahí, la temperatura es cálida, y está bien iluminado; y, mientras comenzamos a descender, cada vez más profundo, adentrándonos más y más en la tierra. Seguiremos descendiendo, y nos sentiremos cómodos y relajados, hasta que lleguemos al final del túnel. Hay una luz al final del túnel, la luz del Otro Mundo. Entramos en el Otro Mundo y nos encontramos con Cerridwen. La Diosa nos toma de la mano y nos lleva hacia su caldero. Es enorme y de color negro y ella lo remueve con un enorme bastón. Cerridwen nos pide que pongamos dentro del caldero todo lo que necesite una transformación, o bien todo aquello de lo que convenga desprendernos, cualquier cosa que necesite morir. Nosotros ponemos todo en el caldero y lo observamos. Cerridwen comienza a remover el caldero en sentido contrario a las agujas de reloj y después de un momento ella se detiene y comienza a girar en

deosil, el camino a la vida. Al cabo de un rato, la Diosa cesa de remover el recipiente y deja el bastón a un lado, mientras introduce la mano en el caldero. De él saca lo que nosotros hemos colocado dentro de él y pone delante de nosotros. Todo ha sido transformado, exactamente en lo que nosotros necesitamos. Le damos las gracias a Cerridwen, y la Diosa nos pide que le hagamos un regalo, cosa que nosotros hacemos de buen grado. Preparados ya para regresar, nos dirigimos hacia el túnel de nuevo, llevando con nosotros todo aquello que se transformó en el caldero de Cerridwen. Ahora comienza nuestra ascensión, sintiéndonos descansados y llenos de energía. Subiremos, seguiremos subiendo, hasta que estemos de vuelta en la entrada del túnel. Saldremos de él y respiraremos profundamente. A medida que soltamos el aire nuevamente, regresaremos a nuestro cuerpo. Inspiraremos profundamente de nuevo y; si lo creemos oportuno, abriremos los ojos y sonreímos. ¡Bienvenid@s a casa! “Yo te doy el nacimiento, Yo te doy la muerte; Todo es uno. Viajas por el sendero en espiral, Por el sendero eterno Que es la existencia. Un devenir constante, Siempre creciendo, Siempre cambiante. Nada muere que no vaya a renacer, Nada nace que no vaya a morir. Cuando tú vienes hasta mí, Te doy la bienvenida a casa; Luego, te introduzco en mi útero, En mi caldero de la transformación, Donde se te remueve y se te tamiza, Donde se te mezcla y se te hierve, Donde se te funde y se tritura, Donde se te reconstruye y se te recicla. Tú siempre vuelves conmigo, Tu siempre sales renovad@. Muerte y renacimiento no son más que puntos De transición a lo largo del sendero eterno de la vida.” El oráculo de la Diosa. Amy Sophia Marashinsky. Invocación a Ceridwen: Oh diosa anciana que habita en el norte aquélla que sabe el pasado de todas las cosas, oye mi llamado mi invocación es agradable a sus ojos, Oh Señora de la oscuridad de la sabiduría y de entender. Madre celestial de Ceridwen de la luna decreciente Cualquier energia negativa en mi contra ayudame a exterminar transmutando el Karma, soluciona los problemas,

cura mis enfermedades, Aparta cualquier, envidia, obstáculos o problema que exista, que dificulte mi felicidad completa. Oh Diosa la inspiración y de la creación, ¡ven en nuestra ayuda Libro recomendado: Danzando con la Sombra. El Poder de la Diosa Oscura y la Integración del Inconsciente Femenino. Marcia Starck y Gynne Stern. GAIA Ediciones