DIFERENTES COSMOVISIONES

¿Un universo sin destino? 1. 2. 3. 4. Una Cosmovisión Materialista Una Cosmovisión Vitalista Una Cosmovisión Espiritual

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¿Un universo sin destino? 1. 2. 3. 4.

Una Cosmovisión Materialista Una Cosmovisión Vitalista Una Cosmovisión Espiritualista Una Cosmovisión Judeo Cristiana

Una Cosmovisión Materialista Cosmovisión es la manera de ver e interpretar el mundo. Se trata del conjunto de creencias que permiten analizar y reconocer la realidad a partir de la propia existencia. Puede hablarse de la cosmovisión de una persona, una cultura, una época, etc. En esta cosmovisión materialista, el analogatum princeps desde el que se contempla toda la realidad, es decir el punto de partida, son las partículas subatómicas que componen los átomos y las moléculas, tal como nos las describe la física. Se quiere ver toda la realidad desde la física y se da por supuesto que todo se puede explicar acudiendo a las propiedades elementales con las que trabajamos en la física. Una roca, una planta, un perro o un hombre son sólo, en definitiva, un enorme compuesto físicoquímico. Y las propiedades del conjunto deben depender de las propiedades elementales. Uno de los principios fundamentales sobre la existencia de las cosas o de la realidad es el Principio de causalidad considerado como una "proposición que enuncia la necesidad de una causa eficiente para todo "ente" que existe de manera contingente". Es por tanto, un "principio lógico": en cuanto que se trata de una "proposición" (y toda proposición es un "ente"" lógico), y es "principio", en cuanto que, de dicha proposición, se derivan otras muchas verdades, es decir, la existencia de las causas para los diversos efectos. Pero este principio lógico ya está enunciando algo "ontológico", como es la necesidad de la causa, y esto ya es un principio ontológico. Al igual que el principio de contradicción es un principio "lógico", en cuanto proposición; pero enuncia algo de carácter ontológico, como es la oposición irreductible entre "ente" y "no-ente". El principio de causalidad suele enunciarse con las siguientes fórmulas: 1.- "Todo efecto tiene una causa"; o: "No existe efecto sin causa". 2.- "Todo cuanto se hace, tiene causa"; o: "Nada se hace sin causa". 3.- “Todo cuanto comienza a existir, debe tener una causa eficiente". 4.- "Todo cuanto existe de manera contingente, tiene causa eficiente". (Letra cursiva tomado de google) Quizás nada explique tanto la vida en el universo, y en especial la vida humana en la tierra, como esta ley de causa y efecto que dice que todo lo que existe tiene una causa que lo produjo, partiendo por la existencia misma del universo, cuya causa de acuerdo a esta lógica, debe ser eficiente para una creación eficiente y perfecta como es en la realidad. Si lo existente es creación significa que esta tuvo un origen. Para explicar el ORIGEN (GÉNESIS), toda ciencia debe partir de algún hecho, razón o principio lógico que le sirva de sustento o fundamento para el resto del edificio. Todos están de acuerdo en que existió un origen y que nada se hizo sin causa y que todo tiene una razón de ser. Ahora, ¿Cuál es esa razón, cuando fue y porque la existencia de las cosas y la vida? Para estas preguntas no existe respuesta lógica que satisfaga la razón y las leyes, siendo una inquietud planteada desde que se tiene memoria o conciencia como hombre pensante, quizás único ser dotado de razón y pensamiento en el mundo conocido. Si el universo tiene un origen es porque toda la existencia tuvo un origen; la vida y el hombre incluidos. Todo lo que existe en el universo está constituido por los elementos o componentes de este y/o de los sistemas que lo componen, como el Hombre está constituido de los elementos del sistema solar. Es decir, la vida animal existe porque existe luz solar, porque hay aire y agua, porque existe gravedad, magnetismo y muchos otros componentes y partículas fundamentales, conocidas y desconocidas, que hacen que la vida se mantenga y se renueve. Si el organismo humano tiene agua, se debe a que en el sistema en que habitamos y en el universo existe agua y en abundancia. Por este mismo razonamiento y analogía podemos inferir que si el reino animal tiene vida es porque en el sistema solar y en el universo existe vida, si tenemos pensamiento es porque en el universo existe una fuente del pensamiento todos los cuales dependen de los demás elementos. Si la luz se acaba, se acaba la vida y el pensamiento y lo mismo ocurriría si se acabara el oxígeno o el agua. En los planetas áridos o secos no existe vida y seguro tampoco el pensamiento.

Que causó la vida y el pensamiento, sin los cuales no existiría el universo por cuanto no existiría un sujeto que piense en la creación. La razón que entregan los científicos para explicar un origen es del tipo “Qué fue primero: el huevo o la gallina”. Porqué: Primero: La física cósmica ha demostrado que el universo está en expansión y que por tanto alguna vez fue mas pequeño que en el presente, razonamiento que al retrotraer las fórmulas físico matemáticas (Poner el casete al revés) determinan un tiempo en que el universo no existiría lo cual corresponde a la edad del universo, del orden de quince mil millones de años. O sea; el universo tiene un origen porque se expande y se expande porque se inició de una expresión o tamaño mínimo y como es imposible explicar la concentración de toda la materia del universo en la nada se dice que ese instante obedece a una Singularidad, es decir, un tiempo y lugar donde las leyes no existen. Si las leyes fueron primero vendrían de la ausencia de leyes, por tanto el principio de todo o Génesis vendrían de la nada, de algo que no tiene definición. Una segunda razón es que todo en el universo es movimiento y energía, fenómenos primordiales cuya única razón de ser implica que existió un fenómeno inicial semejante a un impulso producido por una Gran Explosión (BIG BANG), compuesto de movimiento uniformemente retardado de tal forma que si no se expandiera, si el universo detuviera su movimiento se autodestruiría, colapsaría sobre si mismo. Todo en una suerte de especulaciones que asemejan la ciencia y la filosofía que lo sustenta a los dogmas que las mismas rechazan, imposibles de demostrar. Se habla de mundo conocido, no como algo mágico o esotérico, sino porque al existir un universo infinito de infinitos componentes con combinaciones de estos, solo conocemos aquellos que obedecen a leyes científicas universales descubiertas por las ciencias en un tiempo muy reducido de la historia humana y más reducido aún con respecto a la magnitud de la existencia del universo. El hecho que se desconozca un componente del universo no significa que no exista. O al revés, si experimentamos algo intangible que para la humanidad es fundamental, como el amor por ejemplo, lo rechazamos sin intentar experimentar con gran sufrimiento para la vida del planeta y para los hombres. Tanto las ciencias como las creencias se asemejan al explicar el origen en un dogma básico en el que fundan su cosmovisión. Para las creencias desde siempre su principio básico y fundamental es la Fe y no la razón, última que es la madre de la ciencia donde sus principios fundamentales como el big bang y la evolución pasan a ser un simple dogma por lo imposible de ser demostrados lo que desarma el fundamento de la ciencia por cuanto sus principios se basan en hechos demostrables de acuerdo al método científico enunciado en la edad media. La principal y más aceptada teoría sobre la creación del universo, proveniente de una gran explosión inicial, proclama que el universo para que no colapse o se caiga sobre si mismo sigue expandiéndose, expansión que afecta nuestro sistema solar y la única vida conocida creada en la tierra, planeta que reúne ciertas condiciones especiales para su existencia. Es evidente que la vida está formada de los componentes del sistema solar y por tanto del universo. Por analogía, si el sistema solar tiene hidrógeno, oxígeno, carbono, hierro y otros componentes fundamentales en abundancia es porque la vida depende de ellos y de dichos elementos se alimenta la vida. La vida, al igual que las montañas o los ríos no tendría porque tener cuerpo, cabeza y extremidades, perfectamente podrían ser montículos de vida que succionen el alimento desde la tierra mediante raíces, o mediante otros seres que la abastezcan o le sirvan; total la naturaleza, a pesar del sentido común que nos dice que somos todos iguales, durante la historia hemos tenido una clase minoritaria y parásita a la cual las mayorías han debido servirles con gran sufrimiento para la mayoría de los seres vivientes. Una vida tan compleja en sistemas orgánicos como es la vida animal, y en especial la vida humana, no tiene una razón de ser para existir unos cuantos años y después morir y pasar a ser polvo de la tierra, engrosando después de menos de cien años de tiempo terrenal unos cuantos kilogramos de tierra por ser humano que nadie siquiera usa como abono en los cementerios. Así de poca cosa somos: todo un universo de dimensiones infinitas para producir y contener seis mil millones de habitantes en el planeta tierra. Veamos que dicen los expertos: Algunas estimaciones sobre la "cantidad de humanos que han vivido en toda la historia" fueron publicadas en la primera década del siglo XXI, obteniendo un rango de entre 100 y 115 mil millones de personas. Estas estimaciones fueron realizadas por Carl Haub, del Buró de Referencia Poblacional (PRB por sus siglas en inglés), en 1995 y una actualización en 2002 la cual arrojó un dato de 106 mil millones de personas. Haub describe que el estimado requirió "seleccionar tamaños de población de diferentes puntos desde la antigüedad hasta el presente y aplicar una tasa de natalidad a cada periodo".

Dado que la población estimada del año 2002 fue de 6.2 mil millones, se puede inferir que aproximadamente el 6% de toda la gente que ha vivido, vivía en el 2002. En los años 1970 existía el mito urbano de que 75% de todas las personas que habían existido, estaba viviendo en esa década. Esta visión fue finalmente desechada. El número es muy difícil de estimar por las siguientes razones: Es difícil determinar desde cuando contar humanos, pues las especies no surgen espontáneamente, si no por evolución, por lo que habría que determinar desde qué individuo se puede considerar humano. Incluso si se llega al consenso de qué es humano y qué no, sería casi imposible poder encontrar exactamente en qué momento surgió el primero. De todas formas, considerando la proporción de la cantidad humanos primitivos con la de humanos actuales, es posible que la influencia de este dato sería muy limitada. Los datos estadísticos sólo existen desde los últimos dos o tres siglos, incluso en el siglo XVIII pocos gobiernos se dedicaban a realizar un censo de población exacto. Por esto, cualquier dato antes de este siglo es una estimación que podría variar hasta en decenas de miles de millones de personas. Es posible que 40% de las personas que han nacido, no pasaron del primer año de vida. Determinar la esperanza de vida de años antiguos o no tan antiguos es muy difícil. (Letra cursiva tomada de google) Conforme a esta estimación, el sistema solar ha convertido a polvo (Tierra) 109 mil millones de personas a un promedio de 0;06 toneladas cada una (60 kgs/ persona), nos da 6.540 millones de toneladas de masa humana que al descomponerse se transformarían, a un promedio de 3% de polvo, es decir, 196,2 millones de toneladas de tierra, cuya densidad es del orden de 1,5 ton/m3 por lo que tendríamos 130,8 millones de m3 de tierra proveniente de seres humanos producidas en quince mil millones de años del universo. Esta cantidad en volumen sería una colina de diez millones de m2 por 13,08 m de alto, algo así como 930 campos de fútbol rellenos con 13,08 m de tierra humana. Aquí cabe la pregunta: ¿Un universo de quince mil millones de años y 46,5 mil millones de años luz de radio observable para producir polvo humano de 130,8 millones de m3 en toda su eternidad? …Que futilidad. Se supone que el objetivo del universo es producir algo mas trascendente al materialismo egoísta que tenga expresión en los atributos del ser humano manifiestos en el arte, en la poesía, en la arquitectura, en el amor, en la solidaridad, en la religión…, de lo contrario ¿Para qué? Si a esta nimiedad de la existencia del universo agregamos que entre la producción incluye a Calígula, Nerón, Atila, Hitler, Stalin, Truman, Batista, Pinochet, Jack el Destripador… que han conmovido la existencia de la humanidad junto a especimenes semejantes de todas las edades, incluidos los filósofos y teóricos como Aristóteles, Platón, Niestche, Marx, o Einstein. ¡De qué cosa estamos hablando! ¿En este universo vivo yo, mis hijos y mis seres queridos? Así visto, la certeza de la verdad sobre la existencia de las cosas y la vida es relativa no pudiendo las ciencias materialistas y su cosmovisión arrogarse la superioridad sobre el conocimiento y las leyes que rigen la convivencia y desarrollo de la humanidad. Es importante tener en cuenta que una cosmovisión es integral; es decir, abarca aspectos de todos los ámbitos de la vida. La religión, la moral, la filosofía y la política forman parte de una cosmovisión. Las relaciones sociales, la cultura y la educación resultan claves a la hora del desarrollo de la cosmovisión individual. Los seres humanos son seres sociales y nadie crece totalmente aislado y ajeno al entorno. El arte es un vehículo que permite expresar o reflejar la cosmovisión de una persona. A través de las manifestaciones artísticas, el sujeto plasma su representación del mundo y sus valores. Puede decirse que las religiones, los sistemas filosóficos y las doctrinas políticas forman cosmovisiones, ya que aportan un marco interpretativo para interactuar con la realidad y desarrollar ciertos patrones éticos y morales. El cristianismo, el judaísmo, el islam, el humanismo y el marxismo, en ese sentido, pueden ser considerados como cosmovisiones. Aquellos que intentan imponer su cosmovisión por la fuerza y no aceptan la disidencia son conocidos como fundamentalistas. (Letra Cursiva tomada de google) La única forma de saber la verdad es la observación de los frutos en el tiempo, frutos que solo se dan o manifiestan en el hombre y en toda la humanidad durante la historia.

Una Cosmovisión Vitalista En los últimos siglos y como reacción al materialismo avasallante y científico se ha querido dar forma a antiguas manifestaciones supersticiosas que perduran hasta nuestros días las que muchos grupos humanos se han negado a abandonar, especialmente debido a que el materialismo ha sido insuficiente y

limitado para satisfacer las necesidades integrales del hombre donde lo espiritual y otros valores e intereses de tipo político y nacionalista está por sobre lo material. Especialmente influyente ha sido la política mundial donde los poderes en conflicto hegemónico conscientes de “la espiritualidad” del hombre natural procuran mantener a grupos humanos con una identidad propia que puedan desde adentro debilitar “al enemigo” mediante reivindicaciones sociales que producen conflictos internos, agitación social y atraso económico. Tristemente manifiesto es todo un continente como el africano mantenido por las potencias de los últimos dos siglos sumido en la postración cultural y económica que ha significado la expoliación de su gente, sus materias primas y su territorio y hasta hoy sumido en guerras por las distintas visiones que se manifiestan en esos pueblos sobre el progreso. Paradójicamente ha sido la lucha entre los dominadores lo que les dio durante el siglo XX la independencia a las distintas naciones las que con grandes conflictos y guerras tribales internas han tratado de salir de la miseria histórica. En el mundo de hoy y ante la realidad de un planeta contaminado por la producción materialista de los países industriales que van a la vanguardia del desarrollo humano y ante la necesidad de imponer políticas mundiales, los países emergentes tienen que someterse a los dictámenes del G8, del G20 y otras entidades supranacionales que sancionan la discriminación entre nacionales a sabiendas que los recursos con que cuentan las naciones son insuficientes para sostener una calidad de vida acorde a los modelos impuestos por el materialismo. Así en Chile, por ejemplo, se avizoran tiempos difíciles por los conflictos crecientes con las minorías de los pueblos originarios que nunca han asumido y querido integrarse a la sociedad materialista vigente desde la conquista de los europeos, aún contra lo que la cosmovisión natural del ser humano nos indica por el bien de la vida, como es aceptar la derrota integrándose al vencedor. Por las mayorías que así lo entendieron hoy gozamos de un país homogéneo racial y cultural, pero que minorías amparadas en leyes internacionales que tuvieron otro escenario, otros tiempos y motivaciones procuran la obtención de cuotas de poder que afectan el progreso, unidad y desarrollo del país. Históricamente la filosofía materialista ha tenido visiones discrepantes de connotados personajes de la cultura y el saber, tales como Nietzsche, Hawking, Sagan, llamados "vitalistas" sólo en el sentido de que hablan de un "impulso" biológico que no pertenece a las categorías de la física o de la química del materialismo Pero, al reconocer la existencia de un "impulso" que no se puede expresar en términos bioquímicos, están defendiendo la existencia de un plano de la realidad que es superior al de la física y la química. Están hablando de una "propiedad" que no está en la física, sino que se manifiesta sólo en los procesos de la vida. Si es así, no hay razones para negar que pueda haber en el universo otros planos superiores con otras propiedades irreductibles. Indudablemente, los distintos vitalismos expresan una gran verdad o, mejor dicho, muchas verdades: expresan la unidad de la naturaleza, expresan el vigor de las fuerzas naturales y la importancia del misterio de la evolución. En cambio, son reduccionistas cuando consideran que en el universo sólo hay fuerzas vitales ciegas y, en ese mismo sentido, inhumanas. (Letra cursiva tomada de google)

Una Cosmovisión Espiritualista Frente a estas cosmovisiones tristes, en la medida en que son inhumanas, existe otra forma muy antigua de concebir el universo que proviene de las religiones orientales. Está presente en el hinduismo y, de una manera casi filosófica, caracteriza el budismo y el taoísmo. La experiencia básica de esta cosmovisión es la meditación trascendental. Es decir, la penetración en las profundidades de la conciencia. Cuando se vive esta experiencia, se perciben, de alguna manera, las dimensiones inmensas del universo espiritual, especialmente en la esfera cognoscitiva. Y se cree entrar en contacto con el sustrato más profundo de la realidad. Se percibe un fondo espiritual, que parece común a todas las conciencias y a toda la realidad. Se tiende a afirmar que ese todo (Atmen) es la conciencia universal, presente en todas las conciencias; y la vida presente en todas las formas de vida. Toda la realidad es presencia, emanación, degradación o división del todo espiritual. Y anhela integrarse, de nuevo, en él. Todo es, en el fondo lo mismo: procede de lo mismo y vuelve a lo mismo. Pero aquí se trata de un todo espiritual. Es un panteísmo espiritualista. (Letra cursiva tomada de Google) La filosofía griega antigua destaca por su conocida frase “Conócete a ti mismo” con la cual el individuo consciente de sí, conocedor de sus atributos y dominador de sus pasiones, se conecta con el universo, por cuanto somos parte de él en una semejanza con las filosofías orientales.

Las contradicciones de la cultura moderna y los sistemas de conducción de los pueblos para satisfacer las necesidades del individuo que pide integración y calidad de vida han hecho proliferar las distintas cosmovisiones para marcar diferencias ante la insatisfacción de las mayorías que culpan a todos por la enajenación del ser humano, por el individualismo, por la competencia diaria por sobrevivir, por la explotación del ser humano, por el egoísmo imperante de la sociedad, hace que muchos quieran adquirir notoriedad promoviendo todo tipo de cosmovisiones, ya probadas y separadas de la humanidad por centurias. Como ejemplo de la última mitad del siglo XX en América surgió el movimiento “Siloista” que miraba con desdén el sistema dictatorial de los países sudamericanos a quienes pretendió combatir con la fuerza de la paz que aplicó Gandhi en la India, pero también camuflando la teoría del “judo” entre sus miembros para atacar si así fuera necesario. El líder y soñador ilustrado en el descontento y la ignorancia de sus jóvenes seguidores no logró imbuirlos de sus complejas teorías y la realidad se encargó de poner fin, en muchos casos trágicamente, a los grupúsculos seguidores y el mismo pasó joven a formar parte del universo que predicaba, dejando de recuerdo sus anécdotas con que se mofaba y engañaba al poder de la época. Su paso por la tierra de seguro fue despedido con alguna misa que el devoto pueblo argentino tributa a sus ciudadanos aunque piensen distinto.

Una Cosmovisión Judeo Cristiana He aquí un breve comentario de una síntesis de las cosmovisiones sobre el universo y la creación entre las tantas que han surgido durante la historia de la humanidad, creencias claramente distinguibles entre las civilizaciones actuales y las pasadas de donde una emergió por lo menos rechazando la degradación humana en que se encontraba la sociedad de la época. Existen testimonios escritos de Noé, de Abraham y de Egipto en Oriente Medio de donde nació el pueblo de Israel combatiendo creencias tan degradantes para el ser humano como las escritas en el Antiguo Testamento de la Biblia. La primera y mas moderna cosmovisión se puede resumir en una creación universal o universo sin humanos el cual puede subsistir por si solo y de hecho subsistió mas de catorce mil millones de años antes que el primer homo sapiens apareciera sobre el planeta, periodo en que la tierra tuvo su máximo apogeo después de lo cual el ser pensante creado ha sido como una bacteria venenosa que invade la tierra contaminando su belleza única en el sistema solar, contaminó la naturaleza, la vida vegetal y animal, de las cuales las ciencias junto al racionalismo y materialismo que la promueve e investiga no ha descubierto semejanza en el universo a su alcance. A poco la tierra de seguir a este ritmo será inhabitable para sus criaturas, en especial la criatura humana y el planeta tierra habrá sido creado para producir polvo o tierra humana de la que, sin duda, surgen las mas bellas flores, las cuales usted puede admirar en cualquier “campo santo” a través de los distintos países en que el hombre subdividió la superficie terrestre donde mató, robó, torturó, violó, engañó y explotó a sus semejantes para construir pirámides, ciudades, aviones, bombas atómicas que yacerán enterradas en el próximo infinito de la creación en espera de que algún otro microbio tome el lugar de la actual humanidad. La segunda cosmovisión, de la cual también hay constancia por escrito desde las primeras manifestaciones culturales del ser humano en la tierra, considera al ser humano parido o surgido de la naturaleza de acuerdo a supuestos mágicos y mitológicos en que dan forma suprahumana a las manifestaciones o fenómenos naturales desde los cuales surgiría la vida y después el hombre. Su conservación en la cultura hasta nuestros días se debe a la naturaleza explotadora del ser humano hacia sus semejantes que denunció Marx donde las minorías egoístas se sirven de las mayorías y no quieren compartir los recursos de la naturaleza ni el conocimiento para producirlos, manteniendo a estas mayorías en la pobreza y la ignorancia, reos del temor y la superstición desde donde obtienen los peones que le sirven. Esta figura se ha dado y se conserva sin excepción en todos los países y culturas del mundo incluida la modernidad actual. El gran descubrimiento del sistema de vida moderno es que pueden servir como sujetos de consumo para mover la industria como el calzado, automóviles, moda, cosméticos, prostitución, armamento, etc en un círculo de intereses particulares y geopolíticos que cada ciertos períodos colapsa en crisis mundiales que llegan incluso a la guerra y muerte. La tercera visión o creencia sobre la existencia de las cosas es creerse parte del materialismo, renunciando a vivir la vida que el universo me entregó para dedicarla a comprender el papel que me corresponde, mediante la meditación, en la conciencia universal del todo inmerso en un océano espiritual. Esta renuncia a la vida se materializa en una sociedad inmersa en la miseria y la pobreza que

domina el dolor y el sufrimiento otorgando preeminencia a otras formas de vida inconsciente como las vacas, los bichos o los monos alrededor de los cuales comulga la humanidad por cuanto han salido de ella o serán parte de esta. La cosmovisión cristiana, en cambio, tiene sus raíces en el origen mismo del ser humano, cuando este ser único del planeta tierra tomó conciencia de su ser, cual despertar de un sueño en la inmensidad de la naturaleza y del universo que le rodeaba, quizás en solitario como Adán, indefenso frente al medio, inocente sin conocimiento ni experiencia de ningún tipo, quizás sin lenguaje, actuando solo por instinto, se vio en la necesidad de vivir y conservar su vida, expuesto a sus apetitos primarios donde todo era nuevo, desconocido y salvaje. En esta condición de inocencia y vulnerabilidad, cual niño de nuestros días que recién camina, perdido en el centro de una gran ciudad sorteando toda clase de peligros, sin embargo con todas sus capacidades y atributos naturales vírgenes que lo conectan con la esencia de la creación, porque fue esta en la combinación de todos sus elementos, componentes y fuerzas visibles e invisibles que la forman la que le dio vida. Por esta creación el hombre es integral y totalmente dependiente por lo que su única alternativa es obedecer los fenómenos y leyes naturales que le afectan, que experimenta y que vislumbra, de lo contrario su vida se vería afectada. La naturaleza lo nutre y lo protege físicamente pero también lo conecta espiritualmente con la esencia del universo que lo engendró. Es esta esencia superior creadora de todo lo existente en el infinito de los tiempos la que se revela en el hombre, de la que obtiene respuesta a sus inquietudes y temores que lo inundan como única actividad puesto que su subsistencia estaba garantizada por una naturaleza exuberante, abundante, pura y virgen. Era el Edén, los inicios de la humanidad. En el Edén no cabe el materialismo ni el racionalismo; es inconcebible la miseria y la superstición. No existe el odio, ni la guerra o la explotación del hombre por el hombre; menos los males ni la enfermedad y en un principio no se conocía la muerte, última que debió causar una gran conmoción cuando se produce el primer caso, acontecimiento que necesariamente debió quedar gravado en la experiencia de los primeros hombres en torno a la cual se escribieron las mas grandes conjeturas y teorías que hasta hoy día perduran. Las preguntas se dirigen a la inmensidad de lo desconocido y las respuestas dividen a los hombres. Unos creen, como Caín, que la satisfacción a las fuerzas creadoras se debe hacer con presentes materiales, surgidos de la “Madre Tierra” como papas o sandías que no implican sangre, dolor, amor o sentimientos; mientras que otros como Abel entienden que un ideal está relacionado con la vida y de hecho la discrepancia le costó su propia vida a partir de cuyo gran acontecimiento la humanidad tiene su primera división y separación en bandos hasta hoy. El Edén producía todo lo que el hombre necesitaba para vivir, incluido el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento. Cuando los primeros hombres como Abel murieron el hombre había optado por las teorías humanas, había optado por el Árbol del Conocimiento, tiempos en que el Árbol de la Vida ya no existía, aquel compuesto universal de elementos primordiales había sido retirado o escondido del alcance del hombre y por el bien de la humanidad. (Génesis 3: 22 al 24) El “elixir de la vida” con que han soñado los filósofos habría traído el mas grande de los sufrimientos para la sociedad de todos los tiempos. De seguro se habrían apropiado de él los poderosos y privilegiados para vivir eternamente. ¿Qué habría sido de Chile con un Pinochet vivo eternamente? ¿Qué habría sido del Mundo con un Hitler vivo o con un Calígula, un Nerón? Alguien dijo: Bendita muerte. Para la Historia todos estos personajes son un ejemplo y unos héroes. La naturaleza se encargó de raerlos de en medio nuestro. Sus obras son solo hojarascas y su recuerdo solo lo exaltan los historiadores como paradigma de lo que le espera a nuestro planeta en un ambiente contaminado y agotado; cada día mas alejado del sol de acuerdo a la teoría de la expansión del universo. ¿Quién podrá salvarnos se pregunta el Chapulin Colorado? El Hombre es lo que es por semejanza con la esencia del universo, universo que no puede tener un objetivo tan miserable como alejar a la tierra de la fuente material de vida como es el sol, astro que malamente entendido y por esta circunstancia ha sido adorado por una gran parte de las civilizaciones de la humanidad en una lucha constante con la adoración y obediencia a la verdadera fuente de vida inmaterial y primordial, única e infinita, sin principio ni fin cuya característica principal es el amor a Su Creación. El Cristianismo y su cosmovisión parte de este origen revelado, escrito y documentado por las mentes primigenias como fundamento de la vida eterna del único ser pensante del universo conocido, conteniendo a nuestro planeta y al Sistema Solar como cuna de la vida creadora y reproductora del Espíritu

Esencial que poblará en Su Creación otras moradas celestiales a las cuales viajaremos las mayorías obedientes que por fe triunfarán por sobre el racionalismo y materialismo injusto, egoísta y alienante. Las demás cosmovisiones son solo degradación de la Verdad, que como Verdad no puede subsistir ni existir con otra paralela. Si existieran dos verdades en el universo sería un contrasentido, sería una mentira y el universo como Creación es único, perfecto e infinito cuyo destino es la Vida Eterna del ser humano en una comunión eterna con el Creador. Para eso vino Cristo, para reconquistar el sitial que en un principio tuvo el ser humano en el Jardín del Edén, sustituyendo esta tierra vieja, agotada y contaminada por una Tierra Nueva. Nadie vio nunca al Creador, pero Cristo es la manifestación del amor que Dios tiene por sus criaturas entregándonos una prueba de su existencia y poder por sobre todo, incluida la muerte de la cual Cristo resucitó dejándonos evidencias vivas materializadas en una Iglesia visible, universal y triunfante de acuerdo a las promesas dejadas a sus seguidores que por fe creen en Él.