Diccionario Del Diablo

Resumen: Libro: Ambrose, Bierce. Diccionario del diablo. Bogotá: Alfa Centauro, 2001 Autor: Carlos Julio castellanos Hi

Views 161 Downloads 1 File size 182KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Resumen: Libro: Ambrose, Bierce. Diccionario del diablo. Bogotá: Alfa Centauro, 2001

Autor: Carlos Julio castellanos Hincapié

Vocabulario: Abdicación. Ceder o renunciar a derechos, ventajas, opiniones, etc. Aborigen. Originario del suelo en que vive. Tribu, animal, planta ABORIGEN. Abrupto. Áspero, violento, rudo, destemplado. Barómetro. Instrumento que sirve para determinar la presión atmosférica. Basilisco. Animal fabuloso, al cual se atribuía la propiedad de matar con la vista. Bufón. Truhán que se ocupa en hacer reír. Cenit. Punto del hemisferio celeste superior al horizonte, que corresponde verticalmente a un lugar de la Tierra. Empalar. Espetar a uno en un palo como se espeta una ave en el asador. Frenología. Doctrina psicológica según la cual las facultades psíquicas están localizadas en zonas precisas Gárgola. Parte final, por lo común vistosamente adornada, del caño o canal por donde se vierte el agua residual Prevaricador. Empleado públicos que delinque dictando o proponiendo a sabiendas o por ignorancia inexcusable Sicofante. Impostor, calumniador. Ubicuidad. Que está presente a un mismo tiempo en todas partes. Vituperio. Baldón u oprobio que se dice a uno.

Resumen: Este texto es uno de los más afamados ejercicios literarios de humor negro. Hecho con el estilo ácido y mordaz del escritor norteamericano Ambrose Bierce, autor al que su impopularidad no excluye de la lista de los grandes escritores norteamericanos; a la altura de su contemporáneo Mark Twain o del más conocido Edgar Allan Poe. El Diccionario del Diablo tiene la secuencia y la estructura de los diccionarios académicos, y ¿qué hay más convencional y más

ampliamente aceptado que las definiciones de diccionario?, al respecto dice el mismo Bierce: “El servilismo natural del entendimiento humano, inviste al diccionario con un poder judicial, y de esta manera se niega la posibilidad de reflexionar, y se acepta lo que es una crónica como un estatuto omnisciente” (pág. 112); por eso la estructura formal del libro no es más que un matiz que resalta el sentido irónico de esta obra de Bierce, pues precisamente lo que sus términos y definiciones atacan burlonamente es la comodidad regodienta de todos los convencionalismos sobre los que se erige el modelo de las buenas gentes y las buenas costumbres en toda sociedad. Asumiendo socarronamente la postura adusta de un lexicógrafo, Bierce como abogado del diablo, desnuda la falsedad, el lado feo, caricaturesco e hilarante de todo aquello en lo que solemos creer tan seria y desprevenidamente.

Secuencia: El texto se desarrolla en el orden alfabético de los diccionarios convencionales, abordando con un estilo aforístico cada uno de los términos que incluye.

Inferencia: Del texto se desprende la intención del autor de poner en ridículo y a mandíbula batiente todo lo moral y socialmente apreciado por la condición humana y en especial

por la sociedad estadounidense (el puritanismo y la

ambición insaciable) de finales del siglo XIX y comienzos del XX, valores que han ido permeando progresivamente al mundo contemporáneo, lo que hace que los críticos comentarios de Bierce se apliquen actualmente también para nuestras sociedades.

Argumentación: Aceptar las normas, ser obediente, estar de acuerdo siempre con la opinión de las mayorías; todo esto comporta un grado de comodidad y de invulnerabilidad que la gente civilizada suele apreciar en abundancia, y en eso se sostiene, en muy buena medida, la estabilidad y continuidad de la vida en comunidad; ello explica la solidaridad de cuerpo que suele haber entre el común de las personas frente a la figura del disidente, el que ve las cosas de manera

distinta o el que ve lo cómico en lo solemne; algo amenazante se percibe siempre en él, ¿Qué tal que a todo el mundo le diera por tomarse las cosas en broma? El mundo todo se vendría abajo.

Pero negar que aquello sobre lo que se sustenta el ser humano y la sociedad, los valores, costumbres, instituciones, detenta su validez tan sólo del consentimiento que le prestamos y que, por tanto, el soporte de muchas cosas que consideramos valiosas suele ser la mentira, constituiría un grave error de perspectiva que nos impediría el saludable placer de poder, en ocasiones, apartarnos de lo normalmente aceptado para mirar las cosas de la vida y de lo humano desde otro ángulo, desde el ángulo en que todo se despoja de su pesadez y trascendentalismo para ponerse bajo esa luz de levedad que a todo le confiere su carácter pasajero. Eso es lo que hace Bierce en su Diccionario del diablo, apartarse de la buena conciencia del rebaño para mostrarnos en su particular espejo la cara grotesca, vana e irrisoria de quienes que con tanto orgullo nos autonombramos seres civilizados.