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Mario Javier Saban es argentino. Abogado recibido en la Universidad de Buenos Aires, se manifestó al mismo tiempo como profundo y metódico historiador. Su best-seller "Judíos Conversos", reveló el origen judío de las más antiguas y tradicionales familias argentinas, dándole un prestigio y repercusión que acompañó también a sus libros posteriores. Constantemente, y desde su inicio como investigador, es invitado a dictar conferencias dentro y fuera del país, merced a su prestigio como genealogista y analista de la historia inquisitorial contra judíos españoles y portugueses. Obtuvo por su labor numerosas becas, entre las cuales se destaca la primera "Mois Chami" a la historia Argentina (1993-1994). La presente obra resume la labor de tres años de investigación y analiza: las raíces culturales y religiosas judías hallables en el Cristianismo, las condiciones sociales en que éste nace y se desarrolla, la problemática religioso-política del Imperio Romano y del judaismo de la época, etc. Saban convoca a la reflexión que debemos hacer judíos y cristianos en pos de hallar nuestro pasado común. Su libro es al mismo tiempo que un fundamentado estudio, una apuesta a la mutua comprensión y a la hermandad del género humano. Foto de tapa: El Papa Juan Pablo II en su visitaalMuro Occidental, Jerusalén, 26/03/2000

"No entro aquí, en absoluto, en la discusión teológica. Me limito a indagar los complejos entramados que hicieron surgir la originalidad cristiana dentro de la tradición judía, azorado por la actual ignorancia sobre el albor de una de las más grandes religiones del planeta".

AS RAÍCES JUDÍAS

CRISTIANISMO

MARIO SABAN

LAS RAÍCES JUDÍAS DEL CRISTIANISMO

Este libro está dedicado a Dios, de un simple hijo cíe Israel.

© 1994. Mario Saban © 2001, Ediciones Futurum © 2004, Mario Saban (English) © 2006. Mario Saban Este libro se publicó en Enero de 1994 y Febrero de 1994 con el título 'Tonos SOMOS Ji ;nios" E-mail: [email protected]

I.S.B.N.: 987-05-0424-8

Hecho el Depósito que marca la Ley 11.723 Impreso en la Argentina Printed in Argentina

"Esta publicación está protegida por las leyes de Copyright. Queda prohibida la reproducción, transmisión o almacenamiento total o parcial del material que forma parte de este libro, por cualquier medio, sin la autorización por escrito del autor ".

A los primeros cristianos, todos ellos pertenecientes al pueblo judío: a Yojanan el Bautista o San Juan Bautista; a Simón Bar Yoná o San Pedro; a lelnida Lebbeo o Ben Alfeo o Santo Tomás; a Levi Ben Alfeo o San Mateo; a íacabo Ben Alfeo o Santiago el Menor; a Andrés Bar Yoná o San Andrés; a Jacabo Ben Zabdías o Santiago el Mayor; a Yojanan Ben Zabdías o San Juan el Evangelista; a Simón el Canaanita o San Simón; a Shaitl de Tarso o San Pablo; a Yosef Barnabás el Levita o San Bernabé; a Yosef Mi Ramataim o San José de Arimatea; a Miriam de Magdeila o Santa María Magdalena; a Natanael Ben Talmai o San Bartolomé; a Felipe de Bestsaida o San Felipe; a lelnida Ben Alfeo o San Judas Tadeo; a Yojanan Mordejai o San Marcos; a Simeón de Jerusalén o San Simeón; a Timoteo o San Timoteo; v a todos aquellos judíos que fueron el grupo inicial de mártires de uno de los movimientos espirituales más amplios de la humanidad.

A todos mis hermanos argentinos que desde el Judaismo y desde el Cristianismo, son herederos dignos de la tradición del Pueblo de Israel.

PRÓLOGO

"El odio antisemita, es un frenesí anticristiano, que sólo puede estar inspirado en el deseo de qu sea vana la sangre que derramó Jesús y vana su muerte " Jacques Maritain

El Domingo 13 de Abril de 1986, Juan Pablo II hizo su histórica visita a la Sinagoga de Roma. Después de la alocución de bienvenida pronunciada por el Profesor Giácomo Saban, presidente de la comunidad judía de Roma, habló el Gran Rabino Elio Toaff. En respuesta, el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica ofreció el siguiente discurso: "Señor Rabino Jefe de la comunidad Israelita de Roma, señora Presidenta de la Unión de las Comunidades israelitas Italianas, Señor Presidente de las Comunidades de Roma, señores rabinos, queridos amigos y hermanos judíos y cristianos que participan en esta histórica celebración: "Ante todo, quisiera junto con ustedes dar gracias y alabar al Señor que "desplegó el Cielo y cimentó la Tierra" (Conf. Is. 51,16) y que ha escogido a Ahraham para hacerlo padre de una multitud de hijos, cuyo número es como las estrellas del Cielo y como la arena de la playa

Mario Soban

Las raíces judías del Cristianismo

(Gen. 22,17cfr.l5,5), porque ha querido en el misterio de Su providencia, que esta tarde se encontraran en este "Templo Mayor" de ustedes, la comunidad judía que vive en esta ciudad desde el tiempo de los antiguos romanos y el Obispo de Roma v Pastor universal de la Iglesia Católica. "Siento además el deber de manifestar mi gratitud al Rabino Jefe, profesor Elio Toaf, que ha acogido con alegría desde el primer momento, el proyecto de esta visita y que ahora me recibe con gran apretura de corazón y con un vivo sentido de hospitalidad, y doy gracias también a todos aquellos que en la comunidad judía romana han hecho posible este encuentro y se han comprometido de tantas maneras, a fin de que fuese al mismo tiempo una realidad v un símbolo. Gracias por tanto a todos ustedes. Toda rabha (muchas gracias). "A la luz de la palabra de Dios proclamada hace poco y que "vive por siempre" (cfr Is. 30,8) quisiera que reflexionáramos juntos, en la presencia del Santo ¡Bendito Sea El! (como se dice en la liturgia de ustedes) sobre el hecho y el significado de este encuentro entre el Obispo de Roma, el Papa y la comunidad judía que habita y trabaja en esta ciudad, tan querida para ustedes y para mí. "Desde hace mucho tiempo pensaba en esta visita. En realidad el Rabino Jefe tuvo la gentileza de ir a saludarme, en febrero de 1981, cuando hice la visita pastoral a la vecina parroquia de San Carlos ai Catinari. Además, algunos de ustedes han ido más de una vez al Vaticano, bien con ocasión de las numerosas audiencias que he podido conceder a representantes del Judaismo italiano y mundial, bien incluso anteriormente, en tiempos de mis predecesores. Pablo VI, Juan XXlll y Pío XII. Sé muy bien además, que el Rabino Jefe en la noche que precedió a la muerte de Papa Juan, no dudó en ir a la Plaza de San Pedro, acompañado de un grupo de fieles judíos, con el fin de rezar y velar, mezclado entre la multitud de católicos y de otros cristianos, como para dar testimonio de un modo silencioso pero tan eficaz, de la grandeza de ánimo de aquel gran pontífice, abierto a todos sin distinción, y en particular a los hermanos judíos. "La herencia que quisiera ahora recoger es precisamente la del Papa Juan, quien en una ocasión pasando por aquí -como acaba de recordar el Rabino Jefe- hizo detener el coche para bendecir a la multitud de judíos que salía de este mismo templo. Y quisiera recoger su herencia en este momento, en el que me encuentro no ya en el exterior, sino, gra-

cias a la generosa hospitalidad de ustedes, en el interior de la Sinagoga de Roma. "Este encuentro concluye en cierto modo, después del pontificado de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II, un largo período sobre el cual es preciso no cansarse de reflexionar para sacar de él las enseñanzas oportunas. Ciertamente no se puede ni se debe olvidar que ¡as circunstancias históricas del pasado fueron muy distintas de las que han ido madurando fatigosamente en los siglos; se ha llegado con grandes dificultades a la aceptación común de una legítima pluralidad en el plano social, civil y religioso. La consideración de los seculares condicionamientos culturales, no puede sin embargo impedir el reconocimiento de los actos de discriminación, de las limitaciones injustificadas de la libertad religiosa, de la opresión en el plano de la libertad civil, que, con respecto a los judíos, han sido objetivamente manifestaciones gravemente deplorables. Si, una vez más, a través de mí, la Iglesia, con las palabras del bien conocido decreto Nostra Aetate (n4), "deplora los odios y las persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos": repito "de cualquier persona". "Una palabra de execración quisiera una vez más expresar, por el genocidio decretado durante la última guerra contra el pueblo judío, y que ha llevado al holocausto de millones de víctimas inocentes. Al visitar el 7 de junio de 1979 el lager de Auschwitz y al recogerme en oración por tantas víctimas de diversas naciones, me detuve en particular ante la lápida con la inscripción en lengua hebrea, manifestando así los sentimientos de mi ánimo: "Esta inscripción suscita el recuerdo del pueblo, cuyos hijos e hijas estaban destinados al exterminio total". Este pueblo tiene su origen en Abraham, que es el Padre de nuestra Fe, como dijo Pablo de Tarso. Precisamente este pueblo que ha recibido de Dios el mandamiento de "no matar" ha probado en si mismo, en medida particular, lo que significa matar. A nadie es licito pasar delante de esta lápida con indiferencia. "También la comunidad judía de Roma pagó un alto precio de sangre. Y fue ciertamente un gesto significativo el que, en los años oscuros de la persecución racial, las puertas de nuestros conventos, de nuestras iglesias, del seminario romano, de edificios de la Santa Sede y de la misma Ciudad del Vaticano, se abrieran para ofrecer refugio y salvación a tantos judíos de Roma, rastreados por los perseguidores.

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"La visita de hoy quiere aportar una decidida contribución a la consolidación de las buenas relaciones entre nuestras dos comunidades, siguiendo las huellas de los ejemplos ofrecidos por tantos hombres y mujeres de una y otra parte que se lian comprometido, y se comprometen todavía, para que se superen los viejos prejuicios y se dé espacio al reconocimiento cada vez más pleno, de ese vínculo y de ese común patrimonio espiritual que existen entre judíos y cristianos. "Ex este el deseo que ya expresaba el párrafo 4, que ahora he recordado, de la declaración conciliar Nostra Aetate, acerca de las relaciones entre la Iglesia y las religiones no cristianas. El cambio decisivo en las relaciones de la Iglesia católica con el Judaismo y con cada uno de los judíos, se ha dado con este breve pero lapidario texto. "Somos todos conscientes de que entre muchas riquezas de este número 4 de Nostra Aetate, tres puntos son especialmente relevantes. Quisiera subrayarlos aquí, ante ustedes, en esta circunstancia verdaderamente única. "El primero es que la Iglesia de Cristo descubre su relación con el Judaismo "escrutando su propio misterio" (cfr. Nostra Aetate ib). La religión judía no nos es "extrínseca ", sino que en cierto modo es intrínseca a nuestra religión. Por lo tanto tenemos con ella relaciones que no tenemos con ninguna otra religión. Ustedes son nuestros hermanos predilectos y en cierto modo se podría decir nuestros hermanos mayores. "El segundo punto que pone de relieve el Concilio es que a los judíos como pueblo, no se les puede imputar culpa atávica o colectiva por lo que "se ¡fizo en la pasión de Jesús" (Cfr. Nostra Aetate). Ni indistintamente a los judíos de aquel tiempo, ni a los que han venido después, ni a los de ahora. Por lo tanto, resulta inconsistente toda pretendida justificación teológica de medidas discriminatorias o, peor todavía persecutorias. El Señor juzgará a cada uno "según las propias obras", a los judíos y a los cristianos (cfr. Rom. 2.6). "El tercer punto de la declaración conciliar que quisiera subrayar, es la consecuencia del segundo: no es lícito decir, no obstante la conciencia que la Iglesia tiene de su propia identidad que los judíos son "reprobos ni malditos" como si ello fuera enseñado o pudiera deducirse de las Sagradas Escrituras (Cfr. Nostra Aetate), del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento. Más aún, había dicho antes el Concilio, en este mismo texto Nostra Aetate, pero también en la Constitución dogmática

Lumen Gentium (no) citando la carta de San Pablo a los Romanos (11,28s), que los judíos "permanecen muy queridos por Dios" que los ha llamado con una "vocación irrevocable". "Sobre estas convicciones se apoyan nuestras relaciones actuales. Con ocasión de esta visita a la sinagoga de ustedes, deseo reafirmarlas y proclamarlas en su valor perenne. Este es en efecto el significado que se debe atribuir a mi visita a ustedes, judíos de Roma "No es cierto que yo haya venido a visitarlos porque las diferencias entre nosotros se hayan superado va. Sabemos bien que no es así. "Sobre todo, cada una de nuestras religiones, con plena conciencia de los muchos vínculos que la unen a la otra y en primer lugar de ese "vínculo del que habla el Concilio, quiere ser reconocida y respetada en su propia identidad, fuera de todo sincretismo y de toda equívoca apropiación. "Además se debe decir que el camino emprendido se halla todavía en sus comienzos, y que por lo tanto se necesitará todavía bastante tiempo, a pesar de los grandes esfuerzos ya hechos por una parte y por otra, para suprimir toda forma aunque sea subrepticia, de prejuicios, para adecuar toda manera de expresarse y por lo tanto para presentar siempre y en cualquier parte, a nosotros mismos y a los demás el verdadero rostro de los judíos y del Judaismo, como también de los cristianos y del Cristianismo, y esto en cualquier nivel de mentalidad de enseñanza y de comunicación. "A este respecto quiero recordar a mis hermanos y hermanas de la Iglesia Católica, también de Roma, el hecho de que los instrumentos de aplicación del Concilio, en este campo preciso, están ya a disposición de todos en do.s documentos publicados respectivamente en ¡974 y en ¡985 por la Comisión de la Santa Sede para las relaciones religiosas con el Judaismo. Se trata solamente de estudiarlos con atención, de penetrar en sus enseñanzas y de ponerlos en práctica "Seguramente quedan entre nosotros dificultades de orden práctico que esperan ser superadas en el plano de las relaciones fraternas: son fruto, tanto de siglos de mutua incomprensión, como de posiciones diversas, y de actitudes no fácilmente superables en materias complejas e importantes. "A nadie se le oculta que la divergencia fundamental desde los orígenes, es la adhesión de nosotros los cristianos a la persona y enseñanza

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de Jesús de Nazaret, hijo del pueblo de ustedes, del cual nacieron también la Virgen María, los Apóstoles, "Fundamento y Columnas de la Iglesia ", y la mayoría de los miembros de la primera comunidad cristiana. Pero esa adhesión se sitúa en el orden de la Fe, es decir, en el asentimiento libre de la inteligencia y del corazón guiados por el Espíritu, y no pueden ser jamás objeto de una presión externa, en un sentido o en el otro; es este el motivo por el que nosotros estamos dispuestos a profundizar el diálogo con lealtad y amistad, en el respeto de las íntimas convicciones de los unos y de los otros, tomando como base fundamental los elementos de la revelación que tenemos en común, como "gran patrimonio espiritual"(cfr Nostra Aetate, 4). "Es preciso decir además, que las vías abiertas a nuestra colaboración a la luz de la herencia común que procede de la Ley (Tora) y de los Profetas, son varias e importantes. Queremos recordar sobre todo una colaboración en favor del hombre, de su vida desde la concepción hasta la muerte natural, de su dignidad, de su libertad, de sus derechos, de su desarrollo en una sociedad no hostil sino amiga y favorable, donde reine la justicia y donde en esta nación, en los continentes y en el Mundo, son la paz la que impere, el Shalom auspiciado por los legisladores, por los Profetas, y por los sabios de Israel. "Existe, mas en general, el problema moral, el gran campo de la ética individual y social. Somos todos conscientes de lo aguda que es la crisis sobre este punto en nuestro tiempo. En una sociedad frecuentemente extraviada en el agnosticismo y en el individualismo, y que sufre las amargas consecuencias del egoísmo y de la violencia, judíos y cristianos son depositarios y testigos de una ética marcada por los "Diez Mandamientos ", en cuya observancia el hombre encuentra su verdad y su libertad. Promover una reflexión y colaboración común sobre este punto es uno de los grandes deberes d e la hora presente. "Yfinalmente quisiera dirigir mi pensamiento a esta ciudad donde convive la comunidad de los católicos con su obispo, la comunidad de los judíos con sus autoridades y con su Rabino Jefe. "Que no sea la nuestra una "convivencia " sólo de medida estrecha, casi de yuxtaposición, intercalada con encuentros limitados y ocasionales, sino que esté animada por el amor fraterno. "Los problemas de Roma son muchos. Ustedes lo saben bien. Cada uno de nosotros, a la luz de esta bendita herencia a la que anteriormente

me refería, sabe que está llamado a colaborar, al menos en alguna medida, a sus soluciones. Tratemos en cuanto sea posible de hacerlo juntos: que de esta visita mía y de esta concordia y serenidad conseguidas surja, como el río que Ezequiel vio surgir de la puerta oriental del Templo de Jerusalén (cr. Ez. 47, I ss), un torrente fresco y benéfico que ayude a sanar las plagas que Roma sufre. "Al hacer esto, me permito decir, seremos fieles a nuestros respectivos compromisos más sagrados, pero también a aquel que más profundamente nos une y nos reúne: la fe en un sólo Dios que "ama a los extranjeros y "hace justicia al huérfano y a la viuda" (cfr. Deut. 10,18), comprometiéndonos también nosotros a " amarlos y socorrerlos" (Lev. 19, 18.34) "Los cristianos han aprendido esta voluntad del Señor de la Tora, que ustedes aquí veneran, y de Jesús, que ha llevado hasta las extremas consecuencias el amor pedido en la Tora. "Solo me queda ahora dirigir, como al principio de esta alocución, los ojos y la mente al Señor para darle gracias y alabarlo por este encuentro feliz y por los bienes que del mismo ya emanaban por la fraternidad reencontrada y por el nuevo y más profundo entendimiento entre nosotros aquí en Roma y entre la Iglesia y el Judaismo en todas partes, en cada país, para beneficio de todos. "Por eso quisiera decir con el salmista, en su lengua original, que es también la que ustedes han heredado:

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"Hodu la Adonay Ki tob, Ki le Olam Hasdo Yomar na Israel, Ki Le Olam Hasdo Yomeru no vie Adonai, Ki le Olam Hasdo (Salmos 118, 1-2.4)" "Den Gracias al Señor porque es bueno, Porque es eterna su misericordia, Diga la Casa de Israel: eterna es su misericordia Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia " Amén Juan Pablo II (L'Osservatore Romano, 20 de Abril de 1986, Pag. 1)

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Hace cinco años, en el Teatro Cultural General San Martín, brindé una conferencia sobre los antepasados judíos de las más antiguas familias argentinas. En ese instante, una señora del público se me acercó y me dijo llorando: "Gracias. Usted me ha descubierto mi parentesco con Nuestro Señor", y se fue entre la multitud. Esas palabras quedaron grabadas en mi Ser con mucha profundidad. Creo que ése fue el instante donde comencé a elaborar este libro. La humanidad va encaminada hacia un mundo cada vez más complejo y que, lamentablemente, no tiene el tiempo suficiente para llegar a sus raíces. Este libro quiere honrar también a todos aquellos judíos y cristianos que murieron como mártires por creer en Dios, juntos en el siglo I y separados en el siglo II, crucificados por sus creencias, en manos del Estado Absoluto del paganismo romano. Es en estos dos siglos donde ambos combaten una lucha paralela por la conquista espiritual del Imperio. El paganismo idólatra se erige así a través de su poder absoluto" y de sus legiones contra los "Santos de Israel", y los primeros "Santos del Cristianismo". Nunca en la historia universal, estuvieron los judíos y los cristianos tan cerca como en estos dos siglos: el I y el II. Se consideraban hermanos, y lograron crear un estado espiritual entre los romanos que fue la base para la destrucción de la idolatría pagana. Lamentablemente, la historia posterior dividió a los hijos del mismo "Dios". Sin embargo, tanto judíos como cristianos debemos analizar en profundidad la historia de aquellos dos siglos, porque allí nos encontraremos unidos por el mismo objetivo: la lucha contra la idolatría pagana.

constituirse en una religión independiente, con fuerza autónoma propia hacia el siglo II. Me he propuesto en los últimos dos años, investigar las razones que llevaron a un grupo de judíos en el siglo I a fundar una de las más grandes religiones de la humanidad. Han transcurrido dos mil años desde que estos acontecimientos han sucedido, y creo que el mundo está maduro para buscar lo que nos une más allá de lo que nos divide. Tenemos un mismo Dios, y ese Dios no pregunta a cada hombre si es judío o cristiano. El gran interrogante es si ese hombre camina por la senda del bien o del mal. Los judíos esperan al Mesías y los cristianos han reconocido a Jesús como tal. ¿Es válido que tanta sangre haya corrido por esta diferencia? Este libro narra una historia judía, sus protagonistas son judíos, su ambiente es judío y las discusiones teológicas son judías. No obstante, estaremos analizando el nacimiento del Cristianismo. Soy consciente de que el estudio que me he propuesto debe continuar en otros investigadores de la historia religiosa, y así espero que suceda. Sin el conocimiento interreligioso se hace imposible todo diálogo ecuménico. Cristianismo y Judaismo comparten un tronco común. ¿Hacia dónde nos conduce la historia? Solamente Dios, el Dios de los Cielos y de la Tierra, lo sabe. Nosotros, simples mortales, dejaremos esta vida para que otros vean la redención final del hombre.

Hay cientos de libros sobre la división histórica entre el Cristianismo y el Judaismo. Sin embargo, no existe mucho material sobre un tema relegado en la bibliografía: cómo el judeoCristianisrno deja finalmente su religión madre, el Judaismo, para 16

Volver a esos dos primeros siglos, es descubrir a través de la historia, nuestro común destino en el Universo. Por otra parte, se podrá visualizar con claridad como la historia como ciencia, puede afectar nuestra realidad cotidiana, ya que esos dos terribles siglos, fueron la semilla de lo que hoy conocemos como la cultura occidental.

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El cristiano que nació a la historia en aquel lejano siglo I de nuestra era, todavía no se diferenciaba totalmente de aquel quien le había dado la vida: el judío. Fue recién durante el siglo II que las distancias comenzaron a aparecer, por cuestiones históricas más que religiosas. Con la misma fe con que derrotamos al paganismo imperial de Roma en aquella época, hoy, podamos levantar en un marco de libertad y enorgullecemos de nuestra ancestral y común herencia. Finalizo este prólogo con las palabras de Yeshu de Nazaret: "Y CONOCERÁN LA VERDAD Y LA VERDAD LOS LIBERTARA" (Evangelio Según San Juan Cap. 8 Vers. 32) Mario Javier Sabán

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Introducción Histórica

El período histórico que he investigado es el que va desde la muerte de Jesús de Nazaret hasta fines del siglo II, desde el año 33 (algunos historiadores toman como año el 29 o el 30) hasta aproximadamente el año 200, ya que durante ese lapso de tiempo se consolidó el Cristianismo. Esta fue la religión monoteísta que desnacionalizó a Dios, y se entregó a uno de los proselitismos más importantes de la historia. Poca gente conoce el origen israelita del Cristianismo, si bien se ha escrito mucha literatura sobre las diferencias entre ambos cultos. Hace más de 30 años aparecía un libro llamado "Raíces Cristianas del Antisemitismo", de Jules Isaac. Es de lamentar que pocos judíos conozcan profundamente la primera parte de la historia cristiana, ya que podrían visualizar enteramente su propia historia.

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Las raíces judías del Cristianismo

Creo que estudios sobre las diferencias abundan, y es por ello que mi objetivo científico-histórico radica en la búsqueda de esas "coincidencias" que por falta de estudio han quedado relegadas. Judíos fueron los primeros apóstoles y judíos los primeros mártires del Cristianismo; judío es el concepto mesiánico de la Redención y judíos los primeros cristianos de Jerusalén. Lo realmente interesante de los siglos I y II es que estaremos estudiando la historia judía y la cristiana en forma paralela. Somos herederos de la misma tradición de Israel, del mismo Pacto de Abraham con la divinidad. Este libro no alcanzará "dogmas religiosos", sino las situaciones históricas determinadas que conllevaron a esa división, profundizada a lo largo del siglo III. Los siglos I y II nos unen en la misma tradición hebrea. Vale aquí mencionar las palabras de Jesús de Nazaret (Evangelio Según Levi ben Alfeo o San Mateo, Capítulo V, versículo 17):

4. La cuarta lista es la de los Obispos de Jerusalén, que se encuentran divididos a su vez en dos partes; los primeros Obispos de Jerusalén de origen judío y los Obispos de Jerusalén de origen gentil. 5. La quinta lista es la de los Procuradores romanos de Judea desde el año 6 al 66, año en que se desató la revolución judía(6670). La importancia de estas cinco listas reside en permitir captar cada una de ellas, quiénes fueron los principales protagonistas de momentos históricos tan lejanos.

"NO PENSÉIS QUE HE VENIDO A ABOLIR LA TORA (LA LEY) Y LOS PROFETAS, NO HE VENIDO A ABOLIR SINO A DAR CUMPLIMIENTO"

Es imposible comprender la historia del Cristianismo y del Judaismo de los dos primeros siglos, sin realizar estas cinco listas que, a mi modo de ver, son importantísimas para situarnos en dicha época: 1. La primera lista es la de los Sumos Sacerdotes o Presidentes del parlamento Judío o Sanedrín. 2. La segunda lista es la de los primeros papas de la Iglesia desde Simón Bar lona o Bar Joñas, es decir desde San Pedro. 3. La tercera lista es la de los Emperadores de Roma que como paganos persiguieron a los judíos nazarenos(cristianos) y a los judíos en general.

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Lista 1 SABIOS Y DIRIGENTES RELIGIOSOS JUDÍOS EN ISRAEL Y BABILONIA ENTRE LOS SIGLOS I YII I . Primera Generación de Tanaim o Sabios: (10-80) Escuela de Hilel Escuela de Schamai Acabia Ben M a ha le I Gamaliel 140-60 Simeón Ben Gamaliel 60-80 Yojanan (Juan) Ben Zakai Aba Saúl Ben Batnit 2 Segunda Generación d Tanaim o Sabios (80-120) Gamaliel II 80-110 Eliezer Ben Hircano Yosluiá (Josué) Ben Jananía (Jananías) Eleazar Ben Azaria (Azarías) Eleazar Ben Araj Shamuel Ha-Katan (Samuel el Chico) Najum Ish Jamzii Tzadok Yehuda (Judas) ben Betira Eliezer Ben Yaacob (hijo de Jacobo)

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Las raíces judías del Cristianismo

Mari o Saban

Nelninya Ben Macana Janina Ben Dosa 3. Tercera Generación de Tanaim o Sabios (120-140) Tarfon Ismael Ben Eiisha Akiva Janemia Ben Teradiom Yojanan(Juan) ben Nuri Yosef (José) el Cali leo Si/neón Ben Nanos El i sha Ben Abuya Yehuda (Judas) Ben Baba Yojanan (Juan) Ben Beroca Simeón Ben Zoma Simeón Ben A~ai 4. Cuarta Generación de Tanaim o Sabios: (140-165) Meir Yeluida (Judas) Ben llai Yosef (José) Ben J alafia Simeón Ben Yojai Eleazar Ben Shamua Yojanan (Juan) Hasandelar Yeshoua (Josué) ben Corja Simeón H Ben Gamliel o Gamaliel Pinjas Ben Yair

6. Sexta Generación de Tanaim o Sabios (200-220) Plinto ¡se Ben Yehuda (hijo de Judá) Eleazar Ben Yosef (hijo de José) íshmael Bar Yosef (hijo de José) Jiya bar Aba Simeón Ben Jalafta Levi Bar Sisi Gamaliel 111 Joshaia Lista 2 LOS PAPAS DE LOS SIGLOS I Y 'J: 1. San Pedro, 33-67, o Simón Bar lona. Judío de Galilea 2. San Lino, 67-79 3. San Anadeto, 79-90 4. San Clemente I, 90-99 Judío ronano. 5. San Evaristo, 99-107 6. San Alejandro 107-115 7. San Sixto I, 115-125 8. San Telésforo, 125-136 9. San Hi¡>inio 136-140 10. San Pío I, 140-155 11. San Aniceto, 155-166 12. San Sofero, 166-175 de origen judío 13. San Eleuterio, 175-189 14. San Víctor I, 189-199

5. Quinta Generación de Tanaim o Sabios (165-200) Ye/niela Ha Nasi o Judá el Príncipe

Lista 3

Simajus

EMPERADORES ROMANOS DE LOS SIGLOS I YII: 1. Tiberio, 14-37 2. Calígitla, 37-41 3. Claudio. 41-54 4. Nerón. 54-68 5. Galba, 68-69 6. Otón. 69

Natán el Babilonio Yosef Ben Yehuda o José hijo de Judá Simeón Ben Menasia Eleazar Ben Simeón Simeón Ben Eleazar Bar Capara

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7. Vitelio,69 8. Vespasiana, 69-79 9. Tito, 79-81 10. Domiciano, 81-96 ll.Nerva, 96-98

B. Obispos de Jerusalén de Origen Gentil. 16. Marcos 17. Casiano 18. Publio 19. Máximo 20. Juliano 21. Cayo 22. Símaco 23. Cayo U 24. Juliano U 25. Capitón 26. Va lente 27. Doliquiano 28. Narciso.

12. Trujano, 98-117 13. Adriano, 117-138 ¡4. Antonio Pío, 138-161 15. Marco Aurelio, 166-180 16. Séptimo Severo, ¡93-211 Lista 4 LOS OBISPOS DE JERUSALÉN A. Obispos de Jerusalén de Origen judío: 1. Yaacob ben Alfeo o Santiago el Menor 2. Simeón 3. Justo 4. Zaqueo 5. Tobías 6. Biniamín o Benjamín 7. Yojanan o Juan 8. Matías 9. Felipe JO. Séneca 11. Justo II 12. Leví 13. Efrén 14. Yosefo José 15. leuda o Judá Todos ellos gobernaron la Iglesia de Jerusalén desde el 42 al 135, bajo el gobierno imperial de Adriano, quien prohibió a los judíos ingresar a Jerusalén.

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Estos son los Obispos de Jerusalén desde el 135 hasta fines del siglo II. San Narciso apoyará al Papa Víctor I en la controversia pascual.

Lista 5 Los Procuradores Romanos de Judea del 6 al 66: 1. Coponio, 6-9 2. Marco, 9-12 3. Anio Rufo, 12-15 4. Valerio, ¡5-26 5. Pondo Pílalo, 26-36 6. Marcelo, 36-37 7. Mario, 37-41 Intervalo del reinado judío de Agripa I, 41-44 8. Caspio Fado, 44-48 9. Tiberio Alejandro, 48 10. dimano, 48-52 11. Félix, 52-60 12. Festo, 60-62 13. Albino, 62-64 27

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14. Gesio Floro, 64-66 Revolución Judía del 66-70 Estas cinco listas terminan a fines del siglo II cuando el Cristianismo se encontraba ya desconectado de la religión judía e históricamente independiente.

CAPITULO UNO

EL MESIANISMO EN ISRAEL "Yo soy el Dios de tus padres el Dios de Abraham, y de Isaac y de Jacob " San Esteban (Hechos de Los Apóstoles, Cap. 7, 32)

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Una de las características fundamentales del Judaismo es su carácter "mesiánico-redentor". El fin de la historia universal estará configurado en la figura de ese hijo de Israel, profeta de su pueblo, que entrará a Jerusalén y que, siendo del Linaje del Rey David, traerá la restauración judía en Sión y la restauración humana en general. Ese mesianismo es una característica esencial del Pueblo de Israel, y gracias a esa característica, un grupo de judíos bajo el dominio romano comenzó a seguir al Maestro (Rabí) leshu de Nazaret. No voy a analizar la vida, ni los hechos de Jesús, sino todo el movimiento ideológico que se creó después de la muerte y resurrección del mismo. El pueblo de Israel, bajo el dominio romano, estaba decepcionado. La independencia nacional judía se había perdido y los ánimos estaban caldeados. Los zelotes nacionalistas instigaban por doquier a una sublevación judía; los esenios escapaban de la realidad y sentaban las bases de un Judaismo en cierto sentido idealista 31

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y apocalíptico, de donde se derivó posteriormente la institución del bautismo a través de Yojanan, el esenio, o como se lo llamó posteriormente, Juan el Bautista. Los judíos de la Diáspora, en cierto sentido se encontraban más seguros que los de Judea. Gozaban su pertenencia a un Imperio que les otorgaba un standard de vida elevado y por otro lado participaban de la cultura griega. El factor más importante de los judíos de la Diáspora era su seguridad, debido a que una rebelión judía en Sión no les afectaría en forma directa. Es así como los judíos que habían quedado en el territorio de Judea, no eran justamente aquellos poderosos comerciantes del exterior, sino judíos humildes que se encontraban socialmente desplazados como consecuencia del estado de guerra permanente contra el Imperio Romano. El partido judío gobernante y el que dominaba el famoso Parlamento Judío o Sanedrín (en algunas traducciones figura como Sinedrio), era el saduceo. Los saduceos, eran aquellos judíos del gobierno que habían pactado tácitamente con los jerarcas imperiales romanos y aceptaban de buena gana su gobierno despiadado. Ideológicamente no creían en la resurrección de los muertos y se encontraban enfrentados a la mayoría de la población judía que pertenecía al fariseísmo. Si bien los fariseos eran numéricamente el "Am Aaretz", es decir los simples del pueblo judío, no dominaban el Sanedrín. Es así, que el grupo de los judíos nazarenos (es decir seguidores de Jesús de Nazaret) pertenecerá a la masa judía farisea, que no tenía las riendas del poder político. Lo cierto es que muchos judíos pretendían elevarse espiritualmente, y habían realizado a través del judío esenio Yojanan, o Juan el Bautista, una oposición pacífica al poder saduceo de Jerusalén. Muchos interpretaron la figura de Yojanan el Bautista, con la de Nabi (Profeta) Eliahu, es decir Elias, ya que se decía que antes

de la llegada mesiánica para la salvación de Israel, llegaría Elias. Yojanan, fue así interpretado como Elias resucitado. El grupo del judío esenio Juan, el Bautista, o Yojanan, había quedado sin un líder o guía espiritual. Sabemos la trágica suerte de Yojanan a favor del cumplimiento de la ley judía. La Tora, es decir la ley de Israel, prohibe el casamiento o la relación amorosa entre la esposa de un hermano mientras el hermano vive, y esto fue lo que Yojanan denunció: que Heredes había tomado por esposa a la mujer de su hermano, y eso era una ilegalidad manifiesta a la Tora de Israel. Fue así como la oposición pacífica de Yojanan quedó sin su líder, y se hubiera disgregado si no aparecía su otro jefe, a quien la posteridad elevaría a lo alto: el judío galileo leshu de Nazaret. La vida de leshu (o Jesús como se lo llamó posteriormente) es muy difícil para el historiador ya que su existencia misma llevó a una división religiosa posterior y es por ello que no la voy a analizar. El mesianismo fue entonces el motor ideológico judío sin el cual no se hubiera manifestado el "Hijo de David". Ningún otro pueblo esperaba la llegada mesiánica, y fue por ese sentido de la historia universal que caracterizaba al pueblo judío, que se creó la ideología de la "salvación universal de los hombres". El mesianismo que caracterizaba la conciencia judía no se encontraba definido conceptualmente. Algunos judíos consideraban que el "Mesías" salvaría a Israel de manera militar y se enfrentaría al Imperio Romano. Otros pensaban que no se manifestaría de esta forma, sino bajo la forma de la "humildad", y que sería necesario su "reconocimiento". Otros, los judíos esenios de raíz apocalíptica, entendían que en una etapa anterior a la llegada mesiánica, existiría una era apocalíptica donde habría una gran destrucción preliminar, como 'os dolores del parto materno antes del nacimiento del hijo. Otros judíos consideraban que el Mesías debía nacer en Judea Y no en otras regiones. Si bien todos los judíos esperaban la llegada

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mesiánica para la "Salvación de Israel" no coincidían en la forma de su llegada. Los judíos nazarenos (seguidores de Jesús) comprendían su figura, y veían en él las características judías de la llegada mesiánica. La "Salvación" de Israel había comenzado. Para otros judíos, la salvación debía ser de tipo real, es decir a través de la independencia nacional y militar de Judea frente a Roma. Pero aquellos judíos nazarenos estaban convencidos de pertenecer a la generación que había reconocido en el Profeta judío Jesús de Nazaret al mismo Mesías, aquel que llegaría para traer la salvación a Israel. Y fue allí donde el concepto de salvación tuvo una especie de bifurcación histórica: la salvación mesiánica nacional o militar (una salvación material) y la salvación mesiánica de los judíos nazarenos (una salvación espiritual). Una de las cuestiones fundamentales que se debía resolver era la línea genealógica davídica de leshu de Nazaret, y es justamente tan importante el reconocimiento genealógico-mesiánico de Jesús que el primer capítulo del Evangelio del judío Levi ben Alfeo (San Mateo), nos trae íntegramente su genealogía desde Abraham. Posteriormente se le integra a la palabra Yeshu (Dios Salva) la de Cristo, que quiere decir en idioma hebreo Mashiaj o Mesías. Seguramente se lo nombraría Yeshu, el Mashiaj o Jesús, el Mesías, y cuando se tradujo al griego quedo como Yeshu, el Cristo, y posteriormente se contrajo en YeshuCristo o Jesucristo. Durante las prédicas de leshu de Nazaret y en una de ellas. (Mateo, Cap. XXIV) después de haber orado en el Templo de Jerusalén, Yeshu les dice a sus discípulos: "¿Veis todo esto?, en verdad no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada " (en alusión a la destrucción del Templo de Jerusalén). Esta frase es de una importancia capital, ya que en el año 70, cuando el futuro emperador romano Tito destruye el Sagrado Santuario de Jerusalén, muchos judíos no nazarenos entran al movi-

miento judeo-nazareno atraídos por el cumplimiento de esta profecía. Lo cierto es que se fueron juntando cientos de elementos a favor del carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret, sin entrar a opinar si él se sentía o no el Mesías redentor de Israel. Sus seguidores, después de su muerte y resurrección, lo elevan a la categoría mesiánica. Esta fue la única división entre los judíos nazarenos y el resto de la población judía. Sin embargo, como existían en aquel tiempo tantos grupos judíos, la aparición de otro grupo judío como el de los nazarenos era otro hecho más de la historia judía, sin que nadie comprendiera en ese mismo momento que de las entrañas de Israel, aparecería uno de los movimientos históricos más importantes de la humanidad. Esa concepción mesiánica del Judaismo fue la primera gran ideología del movimiento judeo-nazareno (cristiano); los judíos nazarenos a través del judío de Cilicia Shaul de Tarso (San Pablo) la internacionalizarían. Hasta aquel momento y hasta aproximadamente la década del 60, el concepto mesiánico de Yeshu estaba encerrado dentro del nacionalismo judío. Es así como los judíos nazarenos llevarán ese concepto de "Salvación de Israel" y lo ampliarán a la "Salvación de los hombres". Ahora muchos autores dicen que esa ideología pertenece en forma exclusiva a los judíos nazarenos seguidores de Yeshu. Sin embargo el carácter universalista de la llegada mesiánica era una ideología perfectamente judía. Antiguamente los profetas del pueblo judío ya habían pensado esa "salvación" en términos universales, así que esa "Salvación Universal" era parte del carácter universalista del Judaismo. En otros términos el judío nunca pensó er> su salvación nacional sino en una salvación mundial. La historia judía comienza con la creación del Mundo y no con la creación del pueblo judío, como comienzan otras historias nacionales. En ese aspecto, el Judaismo siempre se caracterizó por la comprensión universal de la salvación.

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Sin embargo, el momento en que surgió esa "salvación universal" del Judaismo nazareno chocaría con una realidad: los judíos se encontraban en guerra contra el Imperio Romano por su independencia nacional-religiosa. El Templo de Jerusalén y la Tierra de Sión estaban en manos paganas. El mesianismo entonces se bifurcaba: el mesianismo material a través de la rebelión judía frente a Roma era el mesianismo que se imponía políticamente por las circunstancias que se vivían. Los judíos nazarenos, reiteramos, entendieron entonces que el Mesías ya había llegado en la figura de ese profeta de Israel llamado Yeshu de Nazaret. El resto de la población judía, también con conciencia mesiánica, esperaba otro tipo de redención: la revolución nacional y la independencia político-militar del Imperio Romano para sacar de la Tierra Santa el brazo armado de los paganos. El Judaismo cree que existen "épocas propicias" para la llegada del "Mesías", y según los judíos nazarenos esa "época propicia" se había consumado en la figura de Yeshu o Jesús. Es así como estos judíos son los primeros hombres de la historia que aceptan a Yeshu como el "Mesías", el "Salvador de Israel", el "Ungido como Rey". La creencia mesiánica judía, además, tiene un ingrediente importante que va a ser modificado por el judío de Tarso Shaul o Saúl (San Pablo), y es que después de su arribo sucederían dos cosas: en primer lugar llegaría el hombre a la "vida eterna" es decir la inmortalidad del cuerpo; y los ritos de "Legislación" de Moisés se continuarían cumpliendo. Es por eso, que Simón Bar Yoná (San Pedro) y Jacobo Ben Zabdías (Santiago), continuaban rezando en el Sagrado Templo de Jerusalén y cumpliendo estrictamente con el ritual judío. La única- diferencia entonces, allá por el año 36 o 37, entre esos judíos nazarenos y el resto de la población israelita, era la creencia de que Yeshu era el "Mesías de Israel", y que debía ser reconocido por el pueblo.

Fueron esos ciento veinte judíos los que a la muerte de leshu de Nazaret y con el firme convencimiento de la inminente redención de Israel configuraron lo que con el tiempo se denominaría: el Cristianismo.

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CAPITULO DOS

LOS JUDÍOS NAZARENOS Y LOS APÓSTOLES O SHLIJIM "No vayáis hacia los gentiles y no entréis en ninguna ciudad cíe somántanos, sino id más bien a las ovejas perdidas de la Casa de Israel" Yeslm de Nazaret (Evangelio Según san Mateo, Cap. X, vers. 5)

Una de las características que diferenció al movimiento de los judíos nazarenos, es decir de aquellos que siguieron al Rabí Yeshu de Nazaret como Mesías, fue el de la continuidad. Muchos movimientos judíos mesiánicos, proclamaban su "Mesías" pero con la muerte del mismo, desaparecían inmediatamente. Yeshu (que según muchos historiadores es la contracción del nombre Yeoshua, es decir Josué) organizó alrededor de sí, un equipo de doce apóstoles. Estos fueron los promotores de impulsar, después de su crucifixión, al grupo judeo-nazareno. El número de sus discípulos era doce, ya que él pretendía a través de ellos, representar a las "Doce tribus de Israel". Como se sabe, el Patriarca Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, tuvo doce hijos, que fueron los jefes de las Doce Familias que ingresaron a Egipto y que conformaron con el tiempo a las "Doce Tribus de Israel". Es así, que el número de discípulos de Jesús, coincide exactamente con el número de tribus del pueblo judío. La idea de este número surgió con un plan previo. Yeshu o Jesús pretendía rejudai41

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zar a las "tribus perdidas de la Casa de Israel". Esos doce discípulos eran alumnos que seguían sus enseñanzas, debían sucederle y, llegado el momento asumir la jefatura del grupo de los judíos nazarenos. Muchos de esos alumnos eran primos del propio Maestro o Rabí, y esto era muy común entre las familias judías, ya que los principales seguidores en un principio provenían del propio entorno familiar. El nombre de "apóstoles" es muy tardío, y significa básicamente "enviados", en hebreo "shlijim". Todavía hoy, los enviados del Estado de Israel hacia la Diáspora se denominan así. Esos alumnos de Yeshu se transformaron después de su crucifixión y resurrección en los enviados a las "Ovejas descarriadas de Israel". La idea era encaminar a esas ovejas hacia el camino judío que el movimiento se había establecido. El primero en reconocer la calidad mesiánica de Yeshu fue Simón Bar Yoná o hijo de Joñas (San Pedro). Este fue el centro político del grupo, y Yeshu (Jesús) así lo estableció cuando le impuso el sobrenombre de Cefa o Cefas (que en hebreo quiere decir la Piedra o la base), con lo cual en forma directa le adjudicó el cargo de Jefe del grupo de los judíos nazarenos. Después de la traición de lehuda Ben Simón de la ciudad de Keriot (Judas Iscariote), éste fue reemplazado por un joven judío seguidor del Rabí Yeshu, llamado Matatías, (cuya contracción terminó siendo Matías), es decir San Matías, quien a la muerte de Yeshu comenzó a predicar a las comunidades judías de Judea. Además viajó a las comunidades judías de Macedonia y, según la tradición, murió mártir en la ciudad Santa de Jerusalén. Otros autores dicen que viajó hacia Etiopía y es probable, ya que existían allí grupos considerables de judíos, presuntamente desde el reinado de Salomón, rey de Israel. El hermano de Simón bar Yoná o hijo de Joñas, era Andrés bar Yoná (San Andrés), quien había seguido al movimiento judíoesenio de Yojanan (Juan el Bautista). Fue Andrés un fiel seguidor

de Yeshu de Nazaret, ya que se encontraba anteriormente en el grupo judeo-esenio de Yojanan, el Bautista. Los judíos Simón bar Yoná (San Pedro) y su hermano Andrés Bar Yoná (San Andrés) eran hijos de un pescador de nivel económico medio y vivían en la aldea de Naum (Kfar significa aldea en el idioma hebreo), es decir Kfar Naun o Cafarnaum. Una prima de Miriam (la madre de Yeshu o Jesús: María) era Miriam Shlome, llamada María Salomé, casada con el judío Zabdías (Zebedeo). Ambos tuvieron a Yojanan ben Zabdías (Juan, el Evangelista) y a Yaacob o Jacobo ben Zabdías (o Santiago llamado el Mayor). Los tres jóvenes judíos, Simón Bar Yoná o hijo de Joñas, Yojanan Ben Zabdías, o Juan hijo de Zebedeo, llamado el Evangelista, y Jacobo Ben Zabdías o Santiago el Mayor constituirían un trio intelectual que se destacaría dentro del grupo, y con el que Yeshu habría logrado la mayor afinidad. Otro discípulo de Yeshu de Nazaret había nacido en la misma ciudad que los hijos del israelita galileo Zabdías (Zebedeo), Betsaida. Este hombre era el joven judío Felipe de Betsaida (San Felipe). Posteriormente se unió otro joven judío llamado Natanael Ben Talmai (San Bartolomé). Otro admirador judío que se destacó dentro del grupo inicial de los judíos nazarenos, fue Leví ben Alfeo, el publicano (San Mateo), quien era discriminado por la sociedad judía por ser Recaudador de Impuestos del Imperio Romano, lo que implicaba, para el pueblo judío, un signo de vasallaje a la Roma pagana. Yeshu de Nazaret (Jesús) comió con los publícanos judíos para llevarlos, como él mismo lo dijo en varias oportunidades, por el camino espiritual de la buena senda. Otro miembro del grupo inicial de los judíos nazarenos, era Simón el Cananneo o el Zelador, un hombre que pertenecía al grupo judío nacionalista de los zelotes, aquellos hombres de fe judía que morían frente a las tropas del Imperio Romano para liberar el territorio santo de manos idólatras.

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Podemos decir que de los "Doce" discípulos, el joven judío Simón pertenecía al ala nacionalista y militar judía, y parece ser que era adicto a las enseñanzas de lehuda o Judas el Gaulonita quien era un nacionalista judío que levantaba al pueblo hebreo a luchar militarmente contra Roma, predicando la "Guerra a muerte frente al invasor romano para salvar el suelo de la Patria (Judea)". En dicho movimiento se enrolaba la gran mayoría de la juventud judía de la época, para alzarse una y otra vez contra el poder romano. Elevar a la categoría de Dios al emperador romano Tiberio (14-37), era una blasfemia al sagrado nombre del Dios de Israel, y es por ello que el pueblo judío se alzó en armas frente a Roma en cada oportunidad que aparecía como favorable. Parece ser que este discípulo de Yeshu de Nazaret, llamado Simón, el Cananeo, o como se denomina en Lucas (Capítulo 6 versículo 15) y Hechos de los Apóstoles (Capítulo 1 Versículo 13): Simón Celóte, derivaba su nombre de Cananeo de Kanaina. esto es, en idioma arameo, Celóte. En general los rabinos posteriores del pueblo judío conservaron, más que el recuerdo patriótico de esto judíos, su violencia política. El historiador Klausner reserva una cierta simpatía por los judíos ultranacionalistas y zelotes como Juan de Giscala y Simón ben Giora o Ben Giura, pero crea una hipótesis donde aparentemente existirían algunas diferencias políticas y metodológicas entre los zelotes nacionalistas y los judíos sicarii o sicarios. Lo cierto es que resulta muy interesante analizar que en el grupo inicial de judíos nazarenos discípulos de Yeshu de Nazaret, existían elementos representativos de todos los grupos ideológicos judíos de aquel momento. Una hermana de Miriam, madre de Yeshu. se llamaba también Miriam (María Cleofás) estaba casada con Cleofás o Alfeo, y ambos eran los padres de los dos jóvenes judíos, Jacobo ben Alfeo (Santiago el Menor) y Yehuda ben Alfeo (San Judas Tadco). 44

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Entre los seguidores iniciales del grupo de los judíos nazarenos, también existía un grupo de mujeres judías que ayudaba en los más variados quehaceres al grupo: Miriam, de la aldea hebrea de Magdcl o Magdala (llamada María Magdalena), Johana mujer de Kuza (Juana), y Shoshana (Susana). A estos xhlijim (enviados) y discípulos, se unieron a través de las prédicas constantes de Yeshu. unas decenas de judíos galileos que formaron el grupo inicial. La primera diferencia entre los judíos nazarenos y el resto de la población judía, era que para ellos el Mesías de Israel había llegado y no había sido reconocido por las autoridades del Judaismo. Es así que la primera idea directiva del grupo era que Israel se debía enterar de que la "Redención Mesiánica" ya había llegado. La mayoría de los judíos nazarenos que siguieron las enseñanzas de Yeshu de Nazaret, creía firmemente en la llegada del final de los tiempos, o que éste se hallaba muy próximo. La panisía, es decir, ese momento intermedio entre el presente y el mundo por venir, es una idea totalmente judía, y los judíos nazarenos creyeron vivir dentro de dicha época. El grupo dirigente del movimiento de los judíos nazarenos (posteriormente llamados cristianos), sentó su base como era de suponer en Jerusalén. La línea ortodoxa judeonazarena estaría representada por Simón Bar Yoná, o hijo de Joñas (San Pedro), y por Yaacob Ben Zabdías, o Jacobo Ben Zebedeo (Santiago, el Mayor). Cuando tratemos el caso del Centurión romano Cornelio (Capítulo V) veremos cómo los judíos nazarenos de Jerusalén quedan horrorizados de que Simón Bar Yoná (San Pedro), haya comido con gentiles que todavía no se encontraban circuncidados, es decir que no habían cumplido los requisitos legales de conversión del Judaismo establecidos por la Tora (Ley de Moisés). Sin embargo, la gran mayoría de los judíos de aquel tiempo que esperaban a un Mesías militar que los liberara del poder idólatra de Roma, no podía admitir que Yeshu fuera el Mesías de Israel.

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Es así que había que salvar la primera dificultad ideológica, ya que los primeros judíos nazarenos debían propagar que el estado de caos político de Judea era un estado apocalíptico para la redención final. Esa línea de prédica sí era convincente. Los judíos se encontraban sojuzgados por los romanos, quienes pretendían que se adoraran a las figuras de los emperadores; aquellos judíos que se resistían eran asesinados inmediatamente. El "apocalipsis" no era un estado de la imaginación popular judía, sino más bien la realidad política del momento. La muerte y resurrección de Yeshu (Jesús) era el acontecimiento máximo de la historia de Israel para los judíos nazarenos, ya que sentían que se habían cumplido en su persona todas las "Promesas" dadas por Dios a los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob), y todo ello demostraba a las claras el estado político apocalíptico de Judea. La desesperanza judía y la falta de orientación de las masas israelitas configuraban un "estado de Apocalipsis" o de fin del Mundo. La primera comunidad de judíos nazarenos (es decir cristiana) que se formó, fue la de Jerusalén. En la Ciudad Santa del pueblo de Israel, los judíos nazarenos tenían la posibilidad de comunicar el carácter mesiánico de Yeshu a los miles de judíos que llegaban desde la Diáspora por las fiestas judías. 1 Este fue el primer contacto entre los judíos nazarenos y el Judaismo del exterior, contacto que se profundizaría con el tiempo. Los jefes del grupo judeonazareno son Simón Bar Yoná (Pedro) y Yaacob Ben Zabdías (Santiago, el Mayor). La palabra "sheliaf significa como ya vimos, enviado (en griego apóstol), y los primeros shlijim o enviados eran los judíos

que se dirigían desde el Parlamento de Jerusalén (Sanedrín) hacia la Diáspora, comunicando en general las fechas del calendario hebreo para que aquellas lejanas comunidades judías las pudieran recordar de manera exacta. Es decir que los apóstoles mantenían comunicación directa entre Jerusalén y las comunidades judías de la Dispersión. La principal dificultad que tuvo el grupo de los judíos nazarenos era el tema de la resurrección, la de Jesús y la de los muertos. Este tema era objeto de división entre los saduceos y los fariseos, y no se puede configurar esta dificultad como específica de los judíos nazarenos, sino como parte del fariseísmo. Todos los judíos nazarenos pertenecían al grupo de los judíos fariseos, y las connotaciones antifariseas que posteriormente van a surgir no fueron producto de los judíos nazarenos, sino de una generación posterior de raíz pagana. Como sabemos los judíos fariseos creían en la resurrección de los muertos con la llegada mesiánica. Además sostenían que la función del rabino jefe religioso sinagoga! tenía cierta influencia sobre los feligreses. En cambio los judíos saduceos no creían en la resurrección futura de los muertos, ya que decían que esta idea no provenía del Judaismo sino de las influencias babilonias que los judíos habían recibido durante el primer exilio, en el siglo sexto antes de nuestra era. Por otro lado, los saduceo temían que la autoridad rabínica en ascenso terminara reemplazando a la autoridad central del Gran Templo de Jerusalén, dominado políticamente por dicho grupo. Es por las razones arriba apuntadas que los judíos nazarenos que seguían las enseñanzas de Yeshu de Nazaret, hayan sufrido exilios y persecuciones por parte del poder político saduceo. Su afiliación ideológica era netamente farisea. Para el Judaismo tradicional fariseo, los judíos nazarenos (llamados posteriormente cristianos) eran aceptados plenamente dentro del Judaismo. Y los conflictos que veremos desarrollarse en el marco histórico, y en los cuales se vieron involucrados pertene-

En tres fiestas judías ¡legaban a Jerusalén cientos y miles de peregrinos. Estas eran: Pesaj (Pascua), Shavuot (Pentecostés) u Sucot (Fiesta de las Cabanas) 46

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cen a disputas que podríamos denominar como de interjudías (entre saduceos y fariseos o entre militaristas y pacifista). Es así como los primeros mártires del grupo judío nazareno (cristiano), no eran hombres considerados herejes dentro del Judaismo oficial, sino judíos fariseos que se encontraban en una lucha política contra los judíos saduceos (es decir aquellos judíos aliados del Imperio Romano). Todo lo contrario, los judíos nazarenos como parte del movimiento fariseo, defendían en cierto modo las bases auténticas del Judaismo rabínico, que con el transcurso del tiempo se plasmaría en el Talmud.

CAPITULO TRES

EL DISCURSO DEL JUDÍO HELENISTA ESTEBAN (SAN ESTEBAN) "Varones y Padres, escuchad. El Dios de la Gloria se apareció a nuestro Padre Abraham cuando habitaba en Mesopotamia, antes que habitase en Harán " San Esteban (Hechos de los Apóstoles, Cap. VII, vers. 2

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En la ciudad de Jerusalén, además de los judíos nativos de Judea existían otros judíos: gentiles griegos que habían abrazado el Judaismo y judíos griegos que mantenían su propio idioma, sus propias costumbres y hasta construían sus propias sinagogas para las oraciones religiosas. Muchos judíos helenistas y griegos convertidos al Judaismo, habían ingresado en el grupo de los judíos nazarenos. Sin embargo, los primeros seguidores de Yeshu eran en su mayoría galileos o del territorio Judea, es decir que no tenían influencias helenizantes de ningún tipo. Después de su muerte, sí se unieron al grupo, judíos helenistas (cuyas costumbres no eran las mismas que las de los judíos del territorio patrio) además de muchos conversos al Judaismo.

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Una de las cuestiones que se plantearon fue que no existía en el grupo inicial de judíos nazarenos (cristianos) una representación para los miembros judíos de la cultura griega y para los conversos al Judaismo.

Estos siete diáconos o ayudantes asumían las mismas funciones que los antiguos levitas del pueblo judío, ayudando a los "Shlijim" o Apóstoles. Es así como los "Doce" delegaron ciertas funciones a estos "Siete" hombres, todos ellos judíos, quienes por su juventud pudieron predicar por Judea las ideas judías-nazarenas. Estos siete jóvenes judíos eran en cierto sentido más audaces que los propios "Doce", que nunca buscaban conflictos directos con el partido saduceo del Sanedrín. Por otra parte, estos jóvenes eran mucho más liberales que el grupo de los "Doce". Mientras Simón Bar Yoná (San Pedro) se dirigía al pueblo judío de Jerusalén, exhortando a aceptar la llegada mesiánica en Yeshu de Nazaret, el Sanedrín quería terminar con los judíos helenistas de la ciudad. El Helenismo (la cultura griega) traía ciertos conceptos idólatras al Judaismo, y el Parlamento temía que se expandieran y transformaran el espíritu hebreo. Fue así, que apareció Esteban, uno de los judíos helenistas que constituía el grupo de los "siete Diáconos". La lucha entre el Judaismo (saduceo o fariseo) se encarnó en lucha contra los judíos helenistas. Esteban, uno de ellos, no cayó en la mira por ser miembro del grupo judeonazareno, sino por ser partidario del helenismo dentro del Judaismo. El Cristianismo posterior, vio en la figura de Esteban al hombre que defendió el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret. Sin embargo es claro que la causa de su muerte fue la crítica al poder saduceo gobernante, aliado del Imperio, que a la intromisión de ciertos pensamientos mesiánicos con referencia a Yeshu de Nazaret. Otro de los factores que se puede vislumbrar en los Hechos de los Apóslo!es,(CÍ\p. VI, 8-15), es que había ciertas envidias entre 'os judíos de diversos orígenes dentro de Jerusalén.

"E/i aquel tiempo, al multiplicarse los discípulos, los judíos helenistas se (/nejaron contra los hebreos porque sus viudas eran descuidadas en las distribuciones cotidianas" (Hechos, Cap. 6 vers. I)

Es decir, que no hablamos todavía de gentiles (no judíos), que querían un lugar dentro de la estructura del movimiento judeonazareno, sino de judíos de cultura helenista. Los griegos que se convertían al Judaismo, por su parte, tomaban partido por uno de los grupos judíos existentes: Unos se hacían saduceos y miembros respetables de la alta sociedad judía de Jerusalén; otros se enrolaban entre los grupos de ascetas judíos (los escnios); otros engrosaban las filas de los zelotes o ultranacionalistas judíos. Como cada griego converso elegía un grupo judío al cual adherirse, sucedió que algunos pasaron a formar parte del Judaismo nazareno. Sin embargo, los judíos helenistas (es decir judíos que habían nacido dentro de la cultura griega) y los griegos convertidos al judaismo no sentían poseer una representación dentro del grupo judeonazareno. Fue así como aparecieron los "Diáconos", cuyo número fue de siete, coincidente con el número de hombres que poseía el Consejo Municipal judío en cada una de sus ciudades. Los primeros fueron: Esteban, Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolao o Nicolás, este último prosélito de Antioquía. Como se verá, seis de los siete Diáconos eran judíos de origen genealógico, aunque sus nombres son griegos, por la traducción del hebreo o porque eran judíos helenistas. Solamente uno era un griego converso: Nicolás. 52

"Esteban lleno de gracia y de poder, obraba grandes prodigios y milagros en el pueblo. 9. Por los cual se levantaron algunos de leí sinagoga llamada cíe los li 53

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bertinos, de los dréneos, de los alejandrinos y de los de Cilicia v Asia v disputaron con Esteban. 10. Mas no podían resistirá la sabiduría y al espíritu con que hablaba.! 1. Entonces sobornaron a algunos hombres que decían: Le hemos oído proferir palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. 12. También alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas y cayendo sobre él lo arrebataron y lo llevaron al Sanedrín. 13. Presentando testigos falsos que decían: "Este hombre no deja de proferir palabras contra el Santo Lugar y contra la Tora (la ley). 14. Porque hemos oído decir que Yeslni. el Nazareno destruirá este lugar y mudará las costumbres que nos ha transmitido Moisés " 15. Y fijando en él los ojos todos los que estaban en el Sanedrín vieron su rostro como el rostro de un ángel. "

ban, que pasó dentro del grupo judeonazareno a ser el protomártir ¿el futuro Cristianismo con el nombre de San Esteban. Sus últimas palabras fueron:"Dios no les imputes este pecado". Y murió. Lo cierto es que después de su muerte aproximadamente en el año 36, los judíos helenistas fueron expulsados y perseguidos en Jerusalén. Sin embargo aquí hay un dato que no debemos dejar de analizar. En el capítulo VIII del libro Hechos de ¡os Apóstoles, dice en el versículo 1:

Yeshu jamás había dicho que mudaría las costumbres de Israel, sino "No penséis que he venido a abolir la Tora (la ley de Israel) y los Profetas no he venido a abolir sino a dar cumplimiento"(San Mateo, Cap. 5 vers. 17). Sin embargo no podemos deducir que la del joven judío Esteban constituía una crítica personal o que surgía sólo del grupo judeonazareno (cristiano), sino que era la ideología general del Judaismo fariseo, que quería terminar con el grupo pro-romano del saduceísmo gobernante. En el Capítulo VII de los Hechos de los Apóstoles encontramos el famoso discurso del judío helenista Esteban ante el Parlamento judío (Sanedrín), donde cuenta Esteban toda la historia judía hasta la llegada del Mesías en la figura de Yeshu de Nazaret. Esteban se erigía así en otro profeta del pueblo judío, con sus mismas características, ya que reprendía a los sacerdotes saduceos del Templo de Jerusalén y los desprestigiaba públicamente. Un judío helenista reivindicaba una larga tradición judía: La denuncia de los profetas frente al poder político. Los antiguos reyes de Israel también temían a esos profetas que eran los guías del pueblo. El Sanedrín, con apoyo romano, decidió la muerte del joven por apedreamiento. Así desapareció el profeta judío helenista Este54

"Sanio (Saúl de Tarso) empero consentía en la muerte de él (Esteban). Levantándose en aquellos días una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén, por lo cual todos menos los apóstoles se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría (leuda y Shomrom en idioma hebreo)." Versículo 2: "A Esteban le dieron sepultura algunos hombres piadosos e hicieron sobre él un gran duelo"

Estos dos versículos son fundamentales. En primer lugar ¿Por qué no se persiguió al grupo directivo de los Apóstoles, si se supone que era una persecución general a los judíos nazarenos? Y en segundo lugar: ¿Quiénes fueron los judíos que enterraron piadosamente al judío helenista Esteban? En el capítulo VII de Hechos de los Apóstoles, Vers. 53, Esteban dice: "Han recibido la Tora por disposición de los ángeles mas no la habéis guardado". Con lo cual se ve que Esteban no quiere cambiar la Tora, tal corno se lo había acusado, sino darle un sentido más puro, su real sentido judío. Los saduceos, con sus triquiñuelas políticas, habían desacreditado las funciones del Sanedrín y del Sacerdocio judío. Esteban y los judíos nazarenos se agrupaban e n una posición de reivindicación judía plena, agregándole el grupo, su creencia mesiánica. 55

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Ahora bien, nos queda un interrogante, y es por qué los Apóstoles no fueron perseguidos y asesinados junto a San Esteban. En primer lugar, los hombres piadosos que entierran a Esteban, son judíos que sentían la misma repulsión por el manejo indiscriminado de la facción saducea en el poder, seguramente fueron fariseos. Por otro lado, si los jefes del grupo judeonazareno (cristiano) se quedaron en Jerusalén y no fueron molestados, es que la persecución se dirigió a los judíos helenistas y no a los judíos nazarenos como grupo específico. Simón Bar Yoná (San Pedro) continúa rezando en el Gran Templo de Jerusalén, y ello demuestra que en cierto sentido, los "Apóstoles"' no se vieron envueltos en la persecución del 36-37. Los Diáconos no podían atraer judíos al movimiento nazareno sino con la aprobación de los "Apóstoles". Por ello vemos que cuando el Diácono Felipe, otro judío helenista, llegó a Samada y predicó la llegada del Mesías en Yeshu de Nazarel, y cuando vieron que muchos entraban al grupo judeonazareno, el grupo dirigente de Jerusalén se apresuró y envió rápidamente a dos delegados para controlar la situación, Simón Bar Yoná (San Pedro) y Yojanan, el Sheliaj (Juan el Evangelista), quienes bautizaron a esos judíos en el nombre de Yeshu, el Mashiaj de Israel. Esteban, en este sentido, continúa con la línea general del pensamiento de los Profesas de Israel, que encaminaban a sus hermanos judíos por la senda de la Tora (ley de Israel). La originalidad del pensamiento del profeta Esteban reside en la condena al Gran templo de Jerusalén, realizando una acusación directa al partido saduceo en el poder. Así es el portavoz de toda la línea del pensamiento fariseo, es decir del pueblo judío que desafiaba a su propia élite pro-romana. Esteban es quizás más profundamente judío que los saduceos del Sanedrín cuando dice (Hechos de los Apóstoles Capítulo Vil, vers. 47-49)

47. "Pero fue Salomón el que edificó una Casa (El Templo de Jerusalén). 48. Sin embargo el Altísimo no habita en casas hechas por mano de hombres, como dice el Profeta: 49. El Cielo es mi trono \ tierra la tarima de mis pies. ¿Qué Casa me edificaréis dice el Señor: o cuál es el lugar de mi descanso?".

Aquí, el judío helenista Esteban demuestra claramente una antigua tradición de Israel, y es que el monoteísmo no necesita de Brandes edificios, sino de un sincero sentimiento en Dios. £? En cierto sentido, Esteban pone en el mismo plano la idolatría pagana y la utilización del Templo de Jerusalén por la facción saducea en el poder político. Esta misma posición de la tradición de los Profetas de Israel, es lo que deja a Esteban dentro de la más fiel tradición judía. Al final del Capítulo VII del libro Hechos, Esteban invoca la figura mesiánica de Yeshu de Nazaret, pero este punto no implicaba una ruptura o alejamiento del Judaismo tradicional, ya que como se verá a lo largo de la historia existieron judíos que invocaron el carácter mesiánico de Sabetay Zvi en el siglo XVII (a modo de ejemplo), y no fueron considerados por ello como nojudíos. Es así que las causas de ruptura entre el Judaismo y el judeo-Cristianismo (nazareísmo) son menos simples, y las analizaremos dentro del marco de una más abarcativa complejidad histórica. Por lo tanto, hasta el judío helenista Esteban (San Esteban, protomártir), podemos decir que la única diferencia entre el grupo de los judíos nazarenos y el resto de la población judía radicaba esencialmente en el tema mesiánico en la figura de Jesús, ya que inclusive no vemos todavía ninguna transformación de la Tora (ley Judía).

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CAPITULO CUATRO

LAS CONSECUENCIAS DE LA PERSECUCIÓN DEL 37 "Si los Cristianos consideran a todos los hombres como hermanos y se deben comportar según esta apreciación, cuánto más vale este sagrado deber cuando se encuentran con quienes pertenecen al pueblo judío" Juan Pablo II (L'Osservatore Romano, 23-11-1980)

Muchos judíos nazarenos, principalmente los helenistas, tuvieron que abandonar Jerusalén después del Martirio de Esteban. Estos predicaron las ideas del grupo a otros judíos de Samaría, de Judea; no fueron a predicar ese "Judaismo nazareno" a los gentiles. No se dice, por supuesto, que Esteban propiciase una cambio fundamental del Judaismo con la excepción del ideal mesiánico nazareno. Ya puntualizamos que las ideas de Esteban, innovadoras en cierta medida continuaban la misma senda de aquella inaugurada por la crítica al poder político por parte de los Profetas judíos que aspiraban más que a una reforma a una vuelta a la esencia del Judaismo a través del método de la denuncia constante frente al sector saduceo Los judíos nazarenos que provenían de las comunidades judías de Chipre y la Cirenaica, parece ser que sí pretendían llevar la idea mesiánica de Yeshu de Nazaret a los gentiles, y este ofrecimiento a los paganos no significaba todavía la conversión de los gentiles a ese Judaismo nazareno, sino la idea de expansión dentro de los prosélitos de Israel, es decir, conversión al Judaismo.

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Los discípulos judíos nazarenos de Esteban que habían huido de Jerusalén, se dirigieron principalmente hacia la ciudad de Antioquía, que será en el futuro una base para la aparición del Judaismo nazareno-paulino. Uno de los hombres que mayor propaganda realiza del movimiento judeonazareno, es el Diácono Felipe, un miembro de aquellos "Siete judíos helenistas" que fueron los primeros Diáconos. Felipe tuvo que salir de Jerusalén por el miedo causado durante la persecución a los judíos helenistas en la ciudad, y fue así como comenzó su predicación en las regiones de Samaría. Los "Apóstoles" no fueron perseguidos en el 36-37, debido a que no propugnaban el helenismo dentro del judaismo. En cierto sentido el Judaismo veía como un peligro mayor el ingreso de las ideas griegas dentro de la sociedad judía que la aparición de un grupo interno dentro del Judaismo. La autonomía que había adquirido Felipe en sus prédicas, hacía necesaria la presencia del grupo directivo judeonazareno de Jerusalén, y es por ello que Simón Bar Yoná (San Pedro) y Yojanan el Sheliaj (Juan el Evangelista), comienzan a confirmar dentro del grupo las adhesiones al Judaismo nazareno logradas por el Diácono Felipe. Mientras tanto, quedaba en Jerusalén Yaacob Ben Zabías o Jacobo Ben Zebedeo (el judío que pasara a la historia religiosa con el nombre de Santiago el Mayor) a cargo de la comunidad judeonazarena de la ciudad. Este hecho requiere de un necesario análisis, ya que los judíos nazarenos poseían para entonces dos subgrupos diferenciados, que por la poca cantidad de sus miembros actuaban coordinados. En primer lugar, estaban los judíos nazarenos oficiales, la ortodoxia judeonazarena al mando de los judíos Yaacob Ben Zabdías o Jacobo Ben Zebedeo,(Santiago el Mayor) y Simón Bar Yoná (San Pedro), que se encontraba ya en Jerusalén después de regresar del viaje a las comunidades judías de Samaría para confirmar las

adhesiones al Judaismo nazareno realizadas allí. Este subgrupo nista la década del 40 no será molestado. Por otra parte, estaba el segundo subgrupo de judíos nazarenos con ciertas influencias helenistas, representado por los siete Macónos, uno de los cuales, Esteban, fue asesinado por la facción Saducea de Jerusalén. La línea de los judíos nazarenos helenistas será la que realizai'á una expansión hacia Samada, y posteriormente, en la década del 30-90, tomará el poder en la comunidad de Antioquía. Los judíos nazarenos oficiales (para denominarlos de algún iodo), redujeron su prédica a los habitantes israelitas de Judea y bus alrededores. Confirmaban además la prédica de los judíos naza|renos helenistas mediante sus periódicas visitas. Aquí hay un tema que me parece interesante destacar: Felipe, Ln judío helenista, es el que va hacia Samaría y convierte al Judaismo nazareno a muchos samaritanos. El tema de los samaritanos es complicado: en primer lugar, Bos samaritanos no eran judíos, sino descendientes genealógicamen|te de una mezcla de judíos con colonos de las diferentes potencias que habían ocupado Israel en tiempos antiguos. Leemos en el capí|tulo X del Evangelio según San Mateo ver. 5-6

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"Estos son los Doce que Jesús envió después de haberles dado instrucciones diciendo: no vayáis hacia los gentiles y no entréis en ninguna ciudad de samaritanos, sino id mas bien a las ovejasperdidas de la Casa de Israel"

Estas palabras son concluyentes ya que el propio Yeshu había prohibido ir a convertir a los gentiles y a los samaritanos. El Diácono judío helenista Felipe, en cierta forma, reformaba línea de acción que había proclamado Yehsu de Nazaret a sus Discípulos. Una interpretación posterior cree que se quería también convertir a los gentiles y a los samaritanos, pero en una etapa futura, Después de haber concluido la misión con Israel.

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Lo cierto es que existe otra interpretación histórica y es que Yeshu pretendía mantener la creencia mesiánica dentro del pueblo judío, como lo consideraban los judíos ebionitas. Es así que la preocupación era doble: en primer lugar un Diácono, si bien podía predicar, no tenía esa autorización sino por intermedio del "Grupo de los Doce"; y la segunda preocupación era que Felipe convertía al Judaismo nazareno (Cristianismo) a samaritanos y no a judíos. Esto solamente lo podía realizar un judío helenista, a quien no le importaban demasiado las disquisiciones nacionalistas judías, que como hemos visto sí eran imprescindibles en el marco ideológico del Judaismo nazareno oficial de Jerusalén. Felipe buscaba la expansión del ideal judeonazareno sobre las diferencias nacionales. No importaba si eran samaritanos o judíos, ambos grupos podían aceptar a Yeshu como el Mesías. De esta forma, el Mesías ahora no era simplemente el redentor del Israel genealógico sino el Salvador de un "Israel espiritual", concepto ampliado y mejor definido posteriormente con la prédica del judío de Tarso (San Pablo). Esta idea práctica de Felipe la perfeccionará otro judío de la Diáspora y también helenista: Shaul, o Saúl o Sanio de Tarso (San Pablo). Fue así que una de las consecuencias de la persecución del 3637 a los judíos helenistas de Jerusalén, fue que muchos samaritanos y judíos de Saín aria entraron al movimiento judeonazareno. En los capítulos posteriores veremos las diferencias y las semejanzas entre judíos y samaritanos, ya que los samaritanos no eran considerados gentiles sino una especie de semi-judíos. Un problema que se agregó a los citados anteriormente era el de los samaritanos y judíos de Samaría que pretendían poseer poderes mágicos, y que en muchos casos se auto- titulaban "Mesías de Israel". Apareció un hombre llamado Simón el Mago, que pretendía hacer milagros y según San Ireneo, se adjudicaba el título de Mesías de Israel.

Este Simón pretendió comprar un cargo dentro del expansivo movimiento judeonazareno a través de un monto de dinero, y Simón Bar Yoná (San Pedro) y Yojanan, el Sheliaj (o Juan el Evangelista) se negaron a ello. En el Capítulo XI, versículo 19 de Hechos de los Apóstoles se dice que

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"Aquelhs que habían sido dispersados a causa de la persecución contra Esteban, fueron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, mas predicaban el Evangelio únicamente a los judíos. ".

Lo cual implica que los judíos nazarenos helenistas no solamente predicaron la expansión del movimiento en la región de Samaria sino que fuera de las fronteras de Sión, a las comunidades judías de Chipre, de Antioquía y de Fenicia. Fue entonces, que algunos judíos de dichas regiones se unieron al grupo de los judíos nazarenos. Y en esta época se une a los dispersados del 36-37, un hombre que será fundamental como guía primero y amigo después de Saúl de Tarso: el judío chipriota Yosef Barnabás, de la tribu de Levi (San Bernabé). Otro hecho de suma importancia es que muchos judíos nazarenos perseguidos de Jerusalén a causa del martirio de Esteban, se establecen en Antioquía, que será el foco de la expansión posterior del Judaismo nazareno helenista (llamado posteriormente paulinismo). El control que el grupo de los "Doce" realizaba era fundamental ya que en los versículos siguientes del Capítulo XI del libro Hechos de los Apóstoles (ver. 20 a 22) se dice: "Había entre ellos algunos varones de Chipre y drene, los cuales llegados a Antioquía, conversaron también con los griegos anunciándoles al Señor Jesús (al Mesías), 21. Y la mano del Señor (Dios) estaba con ellos y un gran número abrazó la fe y se convirtió al Señor, 22. La noticia de estas cosas llegaron a oídos de la Iglesia que estaba en Jerusalén, por lo cual enviaron a Yosef Barnabás de Levi (San Bernabé) a Antioquía. "

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Los varones judíos de Chipre y Cirene actuaron de modo particular, sin ningún tipo de autoridad delegada del grupo dirigente judeonazareno de Jerusalén. Es por ello que se envió a Yosef Barnabás, el Levita (San Bernabé), quien por ser oriundo de la comunidad judía de la Isla de Chipre, conocía seguramente a muchos judíos que fueron a predicar a la comunidad israelita de Antioquía. Yosef Barnabás, el Levita, se puso a la cabeza del movimiento judeo-nazareno de Antioquía, siendo autorizado para ello por el "Grupo de los Doce". De esta forma el centro neurálgico de Jerusalén seguía controlando la expansión del movimiento.

CAPITULO CINCO

SIMÓN bar YONA Y EL TEMA DE CORNELIO "El Diálogo jadeo cristiano, es el diálogo de la primera y la segunda parte de la Biblia, y al igual que las dos partes de la Biblia son diferentes, pero están relacionadas íntimamente, también lo están el pueblo judío y la Iglesia Católica"

Juan Pablo II 11-11-1980 a la Comunidad Judía alemana de Maguncia)

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Le he dedicado un capítulo entero a la conversión al Judaismo nazareno del Centurión romano Cornelio, porque este caso será la base de discusión entre los judíos nazarenos enrolados en el paulinismo y los judíos nazarenos ebionitas, en el Primer Concilio o Reunión en la ciudad de Jerusalén año 50. Dice el Capítulo X del libro Hechos de los Apóstoles: "1. Había en Cesárea un varón de nombre Cornelio, centurión de la cohorte denominada Itálica. 2. Era piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, daba muchas limosnas al pueblo y hacía continua oración a Dios. 3. Este vio con toda claridad en una visión a eso de la hora nona, a un ángel de Dios que entraba a él v le decía: " ¡Cornelio! 4. Y él mirándolo fijamente y sobrecogido de temor le preguntó: ¿Qué es esto Señor? Respondióle: "Tus oraciones y limosnas han subido como recuerdo delante de Dios. 5. Envía ahora pues unos hombres a Joppe y haz venir a cierto Simón, por sobrenombre Pedro, 6. Que está hospedado en la casa de un tal Simón, curtidor, el cual habita cerca del mar" 7. Cuando hubo partido el ángel que le hablaba, llamó a 69

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dos de sus sirvientes y a un soldado piadoso de los que estaban siempre con él, a los cuales explicó todo y los mandó a Joppe. 9. Al día siguiente mientras ellos iban por el camino y se acercaban ya a la ciudad, subió Pedro a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10. Teniendo hambre quiso comer, pero mientras le preparaban la comida, le sobrevino un éxtasis, 11. Vio el Cielo abierto y un objeto como lienzo grande que pendiente de las cuatro puntas bajaba sobre la tierra. 12. En él se hallaban todos los cuadrúpedos de la tierra y las aves del Cielo. 13. Y oyó una voz. 14. "Levántate Pedro mata y come". "De ninguna manera, Señor", respondió Pedro, "pues jamás he comido cosa común e inmunda ". 15. Mas se dejó oír la voz por segunda vez: "Lo que Dios ha purificado no lo declares tú común ". 16. Esto se repitió tres veces e inmediatamente el objeto subió al Cielo. "

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No transcribiremos todo el capítulo, pero sí debemos realizar un análisis profundo del mismo. En primer lugar, Cornelio era seguramente un "prosélito de la puerta" y-no un "prosélito de la justicia". Los primeros, eran aquellos gentiles que querían convertirse al judaismo y todavía no habían realizado el rito de la circuncisión. En cambio los "prosélitos de la justicia", eran aquellos gentiles que se convertían al Judaismo y que recibían la circuncisión. En el versículo 47 del Capítulo X de Hechos de los Apóstoles, el judío Simón Bar Yoná (San Pedro) dice: "¿Puede alguien prohibir el agua, para que no sean bautizados (purificados) éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?". Sin embargo a Simón Bar Yoná cuando sube a Jerusalén se le interroga: "¿Tu entraste en casa de hombres incircuncisos y comiste con ellos?". Esta pregunta no surge de los judíos que se encontraban en el exterior del grupo judeonazareno, sino de los propios judíos nazarenos de la línea oficial de Jerusalén, guiados por Yaacob Ben Zabdías (el Apóstol, Santiago el Mayor). Los gentiles conversos al Judaismo, ¿debían o no seguir la ley ceremonial judía? Al bautizar o realizar la purificación ritual de los judíos esenios, Simón Bar Yoná acepta en el marco del judaismo nazareno, a

"conversos de la puerta", es decir a aquellos que todavía no ! hían realizado el rito de la circuncisión. Sin embargo, el planteo , ]os judíos nazarenos de Jerusalén no radica en el bautismo que ibieron |os conversos al Judaismo, sino en por qué Simón Bar Yoná y sus seis amigos judíos se sentaron en la misma mesa de gentiles incircuncisos. Esto implica que no se objetó el baño ritual judío (bautismo) a los gentiles "prosélitos de la puerta" (Cornelio, el Centurión romano y su familia) sino que se cuestionó la comida en común con aquellos que no habían aceptado plenamente la ley judía (Tora) y no habían entrado en la categoría de "prosélitos de la justicia". Simón Bar Yoná planteó que si eran aspirantes a la conversión total al judaismo, eran dignos de participar en una mesa común, y de esta forma los judíos nazarenos de Jerusalén quedaron satisfechos. Como se verá, interpretaciones posteriores ubican a Cornelio y a su familia dentro de la categoría de "gentiles", cuando para el judaismo ellos ya no eran gentiles sino "prosélitos de la Puerta", conversos que solamente carecían del ritual de la circuncisión. El Centurión, hombre catalogado "temeroso de Dios", era ya un semijudío; debía cumplir con un ritual específico para ser considerado enteramente como tal. Por lo tanto Simón Bar Yoná (San Pedro), no comió con "gentiles". Es por ello que la línea ortodoxa del grupo de los "Doce Apóstoles" no tuvo objeciones a las respuestas de Simón, quien luego se ubicaría en una posición ortodoxa frente a las innovaciones que, años más tarde, traería otro judío (hombre de laDiáspora) helenista, Shaúl o Saúl de Tarso. Shimon Bar Yoná realizó el baño ritual judío (bautismo) conociendo la categoría de "conversos al Judaismo" o "temerosos de Dios" que poseían el Centurión romano Cornelio y los miembros de su familia. En ningún caso, el tema de Cornelio fue una aceptación de ingreso para los gentiles al judaismo nazareno (Cristianismo). La cuestión radicaba en un punto muy específico: si los Temerosos de Dios, gentiles en vías de conversión al judaismo, podían

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recibir el baño ritual judío antes del rito de la circuncisión (Berit Milu), o si debían ingresar primero en forma integral bajo el ritual judío y siendo judíos plenos, tomar así el baño ritual judío.

CAPITULO SEIS

HERODES AGRIPA I REY DE ISRAEL, 41-44 "Judíos y Cristianos deben llegar a conocerse mejor. No de modo meramente superficial, como personas de religión diferente que simplemente coexisten en un mismo lugar, sino en cuanto a miembros de tales religiones tan estrechamente vinculados una a otra " Juan Pablo II ¡9 de Abril de 1985 (Coloquio sobre Nostra Aetaté)

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Mientras unos judíos nazarenos se organizaban en la ciudad de Antioquía, los judíos nazarenos de Jerusalén progresaban en la ampliación de su movimiento a través de Judea y Samaría. En el año 41, un hombre de la dinastía herodiana-idumea asumía las funciones de rey de Judea como títere de los romanos: Herodes Agripa I, 41 -44. Como siempre, este rey, marioneta de Roma apoyaba su poder en la élite judía saducea, tan odiada por el pueblo judío en general. Este hombre era hijo de Aristóbulo y Berenice, y nieto del sanguinario rey Herodes, su propio padre había sido una de las víctimas del tirano idumeo. Los idumeos habían sido convertidos al Judaismo en tiempos de los monarcas macabeos, y es por ello que los romanos utilizaron siempre a estos conversos rencorosos del Judaismo para dominar en forma indirecta al pueblo judío. Herodes Agripa I era un hombre que había sido educado bajo la Corte Imperial de Roma, durante el gobierno de Tiberio. Había sido detenido en el año 37 por el emperador y estuvo algunos meses en la cárcel. 75

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Cuando subió al trono imperial romano, su compañero de aventuras, el célebre Calígula, 37-41, le otorgó el título de Rey y dos tetrarquías en el norte de Israel. Tras la deposición de Antipas, obtuvo también Galilea y Perea. Y finalmente, con la ascensión del Emperador Claudio al poder en el 41, se le adjudicó toda Judea y Samaría, con lo cual se reconstituyó el antiguo reino vasallo de Judea. Este hombre fingió pertenecer al pueblo judío y observar fielmente las normas religiosas de Israel. Más que celo religioso era una astucia política, para así poder gobernar Judea. Cuenta el Talmud que un día, en la fiesta de Sucot o de las Tiendas, el monarca leía (según la costumbre religiosa judía entre los años sabáticos del 40-41 aproximadamente) el texto íntegro del Deuteronomio y al llegar a la frase: "No harás reinar sobre ti a un extranjero que no sea tu hermano", y siendo él como era, descendiente de idumeos convertidos al Judaismo en el siglo II, comenzó a sollozar y el pueblo lo aclamó igualmente como Rey de Judea. Lo cierto es que este rey no tenía las simpatías de los judíos fariseos, quienes eran la mayoría del pueblo. Y como todo monarca de la dinastía de Herodes, se apoyó en los miembros del partido saduceo. Los saduceos sabían seguramente, que existía en Jerusalén el foco principal del grupo judío-nazareno que se expandía por doquier, y que, por otro lado, el grupo representaba las aspiraciones más inflexibles del movimiento fariseo. Fue por ello que Herodes Agripa I resolvió, con el apoyo decidido de los judíos saduceos del gobierno pro-romano, terminar con el grupo de judíos nazarenos y exterminar a sus jefes máximos. Se pensaba seguramente que con el fin de los jefes, ese movimiento judeo-mesiánico concluiría en forma definitiva. Fue así como Jacobo Ben Zebedeo (Santiago el Mayor) fue decapitado en el año 42, y fue encarcelado Simón Bar Yoná (San Pedro), ambos como jefes del grupo judeo-nazareno de Jerusalén, (Capítulo XII de Hechos de los Apóstoles).

El fin del rey Herodes Agripa I es muy interesante, ya que hacia el 44, se declara "Dios". En el vers. 21 del Capítulo XII de Hechos de los Apóstoles se dice:

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"En el día determinado, Herodes vestido de traje real y sentado en el trono, les pronunció un discurso. 22. Y el pueblo clamaba: Esta es la voz de un Dios y no de un hombre. 23. Al mismo instante lo hirió un ángel del Señor por no haber dado a Dios la gloria y raído de gusanos expiró. "

Es decir que esta declaración popular de la divinización del rey fue la causa directa de su muerte, condena que se enmarca en el más puro monoteísmo ya que cuando el rey asume la soberbia de esta declaración popular recae en el paganismo idólatra y finalmente muere. El golpe del 42, con la decapitación de Jacobo Ben Zebedeo por parte del rey Herodes Agripa I y la facción saducea, implicaba un aumento en la tensión entre saduceos y fariseos. Los judíos nazarenos huyeron nuevamente de Jerusalén, pero esta vez en mayor escala si comparamos dicha persecución con la del 37 contra los partidarios de Esteban. En la persecución del 42, se atacó al grupo de "Los Doce Apóstoles" de manera directa y uno de ellos, como vimos, fue asesinado. Simón Bar Yoná huyó presumiblemente de Jerusalén con unos cuantos amigos judeo-nazarenos, y según la tradición, se dice que escapó a la comunidad judía de Antioquía, donde se había fortalecido el grupo. Sin embargo lo veremos nuevamente en el 49 en Jerusalén, con motivo del I Concilio en dicha ciudad, donde se tratará uno de los temas más importantes que definirán la estrategia proselitista del grupo judeo-nazareno con un carácter de mayor independencia respecto del Judaismo tradicional: El Decreto Apostólico del 50. A la muerte del rey Herodes Agripa I, le sucede su hijo Herodes Agripa II, 44-100, como rey de Israel. Sin embargo, como era

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menor de edad y jamás le interesó seriamente su propio reino, gobernaron de manera efectiva los procuradores romanos. Es así que la década del 40 comienza con varios acontecimientos que modificarán notablemente la dirección de los judíos nazarenos. En primer lugar los golpes del 37 y del 42, especialmente la persecución del año 42, ya que se golpea contra la dirección central que conducía al grupo y que se encontraba ligada todavía a la más estricta ortodoxia judía. En segundo lugar, aparecen en escena y fuera del territorio judío, dos judíos que modificarán sustancialmente la ideología del grupo judeo-nazareno: Yosef Barnabás de la tribu de Levi, judío chipriota y Shaul o Saúl o Saulo de Tarso , de la tribu de Benjamín, judío de Tarso en Cilicia, dos judíos de la dispersión, que con una amplia cultura griega, una visión no nacionalista del Judaismo, en cierta medida lograrán la universalización del grupo judíonazareno inicial.

CAPÍTULO SIETE

EL ESENISMO JUDÍO "De modo que el gentío está maravillado, al ver los mudos hablando, sanos los lisiados, cojos que caminaban, ciegos que veían, y glorificaba al Dios de Israel" Evangelio según San Mateo, Capítulo XV, Vers. 31

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Uno de los grupos judíos que influyó de modo decisivo en la evolución general del Cristianismo, fue el esenio. Los esenios en cierto sentido pueden ser considerados los cristianos pre-cristianos, o los judíos ascetas del Qumran. El judaismo buscaba en dicha época una "Salvación Nacional" de las desgracias que sufría frente a Imperio Romano. Muchos judíos buscaron aliarse al enemigo, como mencionamos, los saduceos, los hombres que controlaban el Sanedrín. Otros judíos querían liberar militarmente el territorio de la sagrada tierra de Judea, eran los zelotes y los sicarios, quienes mataban romanos con el fin de liberar la Nación. Otros hombres se atenían al cumplimiento de la ley religiosa como método de preservación cultural, resignándose en parte al dominio político o participando a veces en los movimientos nacionalistas, eran los fariseos. Sin embargo surgió en el pueblo judío un grupo de hombres que no quería aliarse al poder político romano, ni buscar la acción militar contra Roma, sino más bien, huir de esa realidad trágica y buscar el Judaismo en la más alta espiritualidad. Esos espiritualistas 81

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judíos quienes huyendo de la realidad política de su pueblo buscaban la purificación de ese paganismo romano y griego que había avanzado sobre la "Ley de Moisés", fueron los esenios. En cierta forma, no es extraño que Yojanan (Juan el Bautista) haya salido del grupo judío de los esenios, y posteriormente proclamara la inminencia de la llegada mesiánica. De este modo vemos que, dentro del ideario esenio se encontraba arraigada la idea de una liberación judía a nivel espiritual, que ni los judíos fariseos ni los saduceos proclamaban. Los primeros shlijim o apóstoles del movimiento judeo- cristiano proclaman una ideología de tipo esenia, y mantienen en su ideario el tema de la resurrección de los muertos, dentro de la línea ideológica del fariseísmo. La lucha entre los judíos fariseos y saduceos se centraba en el tema de la resurrección, y es por ello, como los judíos del grupo de Yeshu de Nazaret toman el tema de la resurrección con tanta fuerza. Uno de los puntos más importantes del grupo judeo-nazareno es la proclamación de la muerte y posterior resurrección de Yeshu de Nazaret. En este sentido los judíos fariseos se veían atraídos por aquellos que proclamaban la resurrección mesiánica, ya que el fariseísmo propugnaba la "resurrección de los muertos". Es así que la resurrección del Mashiaj (Mesías) en la figura de Yeshu de Nazaret es un punto importante de contacto entre el grupo judeo-cristiano y el fariseísmo, y este punto hacía confrontar a los dirigentes judeonazarenos o judeocristianos con el grupo-elite de los saduceos. Los elementos que el Cristianismo posterior tomó del esenismo judío son variados: en primer lugar la "simbología". Los judíos esenios utilizaban en toda su estructura de pensamiento una serie de símbolos. Relacionaban esos símbolos con cuestiones políticas o religiosas de la realidad circundante. Esa simbología le permite a la primera generación de "Padres apostólicos" del Cristianismo interpretar el Antiguo Testamento dentro de los hechos que aparecen en el Nuevo Testamento. La

vida de Yeshu de Nazaret en cierto modo, o de modo total, aparece prefigurada en la historia de Israel. En ese sentido, la falta de aceptación del carácter redentor de Yeshu de Nazaret es en forma simbólica la no aceptación de la Tora de Israel. Allí, entonces, es cuando aparece en cierto modo, una división entre el Judaismo y el futuro Cristianismo o judeo-nazarenismo. El Judaismo oficial veía peligroso tomar una "simbología" fuera de la realidad y adaptarla a esa realidad. El Judaismo nazareno, es decir el Cristianismo, veía en la historia de Yeshu de Nazaret y en el desarrollo posterior del grupo cristiano el cumplimiento de las promesas mesiánicas dadas por Dios al pueblo de Israel. Sin embargo esas promesas se encontraban ocultas en la historia del Nuevo Testamento, y es por ello que había que encontrar la simbología oculta en las palabras del Maestro judío. A través de la simbología, entonces los gentiles que se adherían al judeonazarenismo o Cristianismo, encontraban las claves de su propia salvación. Esa simbología que permitió a los primeros cristianos admitir la salvación de los gentiles, era una simbología que los judíos esenios habían trabajado hacía más de dos siglos. En realidad, los judíos esenios, simbolizaban ese mundo real, y lo trasladaban a una redención de carácter espiritual. Los judíos nazarenos y los cristianos posteriores tomaron la simbología, como la única forma de adaptar el Nuevo Testamento a la expansión hacia el mundo gentil. Lo que no se encontraba claro, se encontraba en forma simbólica. En ese sentido veremos cómo el griego de Shejem (ciudad que se conocía en aquellas épocas bajo el nombre romano de Flavia Neápolis), (San Justino) es uno de los principales hombres del Cristianismo que verifica en la vida del Mashiaj Yeshu, la historia de Israel.

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Para San Justino, el carácter redentor de Yeshu de Nazaret es en cierta medida, el símbolo del perfeccionamiento de la Alianza dada por Dios. La "Salvación" de los gentiles se encuentra simbólicamente como el objetivo del pueblo de Israel. Israel es para los primeros cristianos el instrumento de la divinidad para que el mundo reconociera a Dios. Ahora, la historia se encontraba en una encrucijada: o se pretendía que solamente Israel era la salvación, o se pretendía que Israel fue el instrumento de esa salvación. La discusión entonces radicaba sobre un simple hecho: Israel como medio o Israel como fin en sí mismo. El Dios de Israel no era entonces un Dios nacional, sino un Dios Internacional. Y no era necesario que el romano o el griego se convirtieran al Judaismo sino que reconocieran a Dios en sus vidas. El Judaismo podía comprender la aceptación plena de Dios sin la entrada a la nación judía en base a las leyes de Noé. Sin embargo, el judaismo sostenía que el gentil que cumplía las Leyes de Noé tenía la posibilidad de perfeccionar su "condición salvífica" si ingresaba al Judaismo en forma integral. El esenismo judío, permitió entonces, a través de un sistema simbólico, interpretar la historia judía para analizarla desde un punto de vista escatológico y para el judeonazarenismo o Cristianismo posterior, el simbolismo esenio fue fundamental para adaptar los escritos de la primera generación judeo-apostólica a la entrada masiva de los gentiles. Ese mundo judeo-esenio de ángeles y demonios, fuerzas del bien y del mal, guerras entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas o de la Oscuridad, espíritu cabalístico, y toda una historia de Israel interpretada desde una simbología, permitieron al Cristianismo posterior adaptar la historia de Jesús dentro de un contexto universal

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CAPITULO OCHO

SAÚL DE TARSO: DE LA COMUNIDAD JUDÍA DE DAMASCO HASTA LA LLEGADA A JERUSALÉN EN EL 49 "Circuncidado al Octavo Día, del Linaje de Israel, de la Tribu de Benjamín hebreo de hebreos, en cuanto a Ley, fariseo " Saúl de Tarso o San Pablo Carta a Los Filipenses, Cap. III, versículo 5.

La historia del grupo inicial judío nazareno, se vio sustancialmente modificada cuando un judío adicto al grupo saduceo, se convierte en un ferviente discípulo de las enseñanzas de Yeshu de Nazaret; Shaul o Saúl de Tarso en Cilicia (Asia Menor), a quien se considera el verdadero fundador del Cristianismo. La vida y la actuación de quien va a ser llamado por la posteridad San Paulo o San Pablo, es realmente extensísima. Lo más notable es que trae ideas innovadoras al temario de los judíos nazarenos. Con Saúl de Tarso aparece claramente una problemática que los nacionalistas judíos no vislumbraban con nitidez; la situación de los judíos dentro del Imperio Romano y fuera de las fronteras de Judea. Saúl de Tarso era un judío diaspórico, un hombre para quien e! Judaismo era un sistema de pensamiento convincente más que una ideología nacionalista. Pese a ello, nunca renunció a su condición judía, ni renunció a lacentralidad de Jerusalén en la vida judía, como veremos más adelante. Pero tuvo una visión del problema de 87

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las conversiones al Judaismo que determinó la segunda división entre el Judaismo tradicional y el Judaismo nazareno. Saúl era además depositario de la mixtura del pensamiento judío con el griego que ya dentro de la filosofía había sido expresada con toda su fuerza ideológica por Filón de Alejandría, aquel sabio judío egipcio quien fue el primero en formular la compatibilidad entre religión y filosofía, y más profundamente entre el Judaismo y el helenismo. Filón subsumió el sistema aristotélico al Judaismo. Saúl de Tarso comprendía que la realidad judía de la Diáspora romana, no era la misma que la de Judea. El judío de la Diáspora tenía relaciones cordiales y asiduas con los gentiles paganos, y su único nacionalismo judío consistía en el apoyo económico al centro jerosolimitano. Por otro lado, las conversiones en masa al Judaismo que se verificaban por la época, en muchos casos no eran reconocidas en Judea. Existía una disociación entre las comunidades judíashelenizadas del exterior y los grupos judíos de Judea. Saúl de Tarso lo comprendía a la perfección. El sabía que el Judaismo se podría expandir con dos puntos claves: 1. La figura redentora de Yeshu de Nazaret como Mesías de Israel (sea el Israel genealógico tanto como el espiritual) y 2. El tema de la circuncisión (por la carne y por la fe). Saúl de Tarso interpretó la ley judía (Tora) para la expansión de su Judaismo nazareno. Con sus modificaciones, chocaría con el judaismo central de Jerusalén (inclusive con la línea ortodoxa de Simón Bar Yoná o San Pedro). Sea como fuere, judío diaspórico y ciudadano romano con una vasta formación intelectual griega, se convierte en la figura clave de la futura expansión de lo que un siglo más tarde se llamará: Cristianismo. Como Saúl, siendo un judío adicto a la facción judeo-saducea que dominaba el Sanedrín, ingresó al grupo de los judíos nazarenos que creían en Yeshu de Nazaret. La famosa "Conversión de San Pablo" se halla en el Cap. IX de los Hechos de los Apóstoles y dice: 88

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"/. Sanio, que todavía respiraba amenaza y muerte contra los discípulos del Señor, fue al Sumo Sacerdote 2 y le pidió cartas para Damasco, a las sinagogas, con el fin de traer presos a Jerusalén a cuantos hallase de esta religión, hombres y mujeres".

En estos dos versículos vemos que Saúl de Tarso (San Pablo) tiene el poder, conferido por el organismo judío de Jerusalén, de terminar con el movimiento judeo-nazareno que se había extendido hacia la ciudad de Damasco. Parece ser que aquellos judíos nazarenos que huyeron tras la muerte del judío helenista Esteban (San Esteban), 36-37, se encontraban en la capital de Siria. Sin embargo sucede un hecho que modificará la historia universal. El judío diaspórico Saúl de Tarso ingresa al grupo de los judíos nazarenos, como veremos en Hechos de los Apóstoles, Cap. IX, vers. 3 y ss: " Yendo por el camino, ya cerca de Damasco, de repente una luz del cielo resplandeció a su rededor 4 y caído en tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Sanio, ¿por qué me persigues? 5 Respondió él: ¿Quién eres Señor? Díjole este: "Yo soy Yeshu a quien tú persigues" 6. "Mas levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo qué has de hacer". 7. Los hombres que con él viajaban se habían parado atónitos, oyendo por cierto, la voz pero no viendo a nadie. 8. Levantóse, entonces Saulo de la tierra, mas al abrir sus ojos no veía nada. Por lo tanto lo condujeron a Damasco. 9. Tres días estuvo privado de la vista y no comió ni bebió. 10. Vivía en Damasco cierto discípulo por nombre, Ananías al cual el Señor dijo en una visión: "¡Ananías!" y él respondió: "Aquí me tienes Señor". I I . Díjole entonces el Señor: "Levántate y ve a la calle llamada la recta y pregunta en casa de Judas por un hombre llamado Saulo de Tarso, porque él está en oración ".

Es así como en esta parte del Capítulo hay tres judíos como protagonistas: el judío damasquino Ananías, fue quien ayudó al judío diaspórico Saulo de Tarso a incorporarse al grupo de los judí89

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os nazarenos, y el judío damasquino lehuda o Judas, quien le dio de comer y beber y lo hospedó en su casa para el comienzo de su misión. El Capítulo IX de los "Hechos" termina así:

Los judíos de Damasco entonces se dividieron en dos grupos: los judíos nazarenos que creían que Yeshu era el Mesías, y los judíos que no creían en él. En ese momento Saúl de Tarso teme por su vida, y los discípulos (judíos nazarenos damasquinos) lo salvan bajándolo por un canasto (Hechos Cap. IX, vers. 23 a 25). Saúl de Tarso huyó después de este debate interjudío (judíos nazarenos y judíos no nazarenos), de Damasco a la ciudad capital del grupo judeonazareno: Jerusalén. (Hechos Cap. IX Vers. 26), y allí es donde recibe la ayuda del judío chipriota Yosef Barnabás de la Tribu de Levi (San Bernabé) para encontrar un escondite de la persecución y el control de la élite saducea. Yosef el Levita lo conduce a los shlijim (los apóstoles), relatándoles lo que le había sucedido en el camino y cómo en la comunidad judía de Damasco había predicado en las sinagogas el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret. Para el grupo de los "Doce", es decir para la cabeza de los judíos nazarenos de Jerusalén, esta unión de Saúl de Tarso constituía una excelente ventaja. Saúl comenzó también a predicar en la ciudad de Jerusalén (Cap. IX, vers. 28 a 30) y era tan brillante su oratoria, que debe huir nuevamente hacia Cesárea, y de allí hasta su ciudad natal, a la comunidad judía de Tarso en Cilicia (Asia Menor). Los judíos que habían huido de la persecución a los judíos nazarenos del 37 (persecución y martirio del judío Esteban), se habían refugiado en Antioquía, y unidos a los judíos nazarenos del lugar se organizaron bajo el mando espiritual de Yosef Barnabás de Chipre, de la Tribu de Levi (San Bernabé) (Hechos, Cap. XI, vers. 19 al 24). El judío chipriota Yosef el Levita partió para la ciudad de Tarso, con el objetivo de traer a Saulo a la comunidad judeonazarena de Antioquía y allí predicaron juntos durante un año (año 39). Hacia el período 39-40, un profeta judío de nombre Agabo predijo una época de penurias económicas en la región de Judea, y efectivamente éstas sucedieron (Hechos, Cap. XI vers. 27 a 28), y

"12. y (Sanio) vio a un hombre llamado Ananías cómo entraba y le imponía las manos para que recobrase la vista. 13. A lo cual respondió Ananías: "Señor he oído de muchos respecto de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén. 14. Y aquí está con poderes de los Sumos Sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15. Mas el Señor respondió: "Anda porque un instrumento escogido es para mí ese mismo, afín de llevar mi nombre delante de naciones, y reyes e hijos de Israel. 16. Porque yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por mi nombre. " 17. Fuese pues Ananías, entró en la casa y le impuso las manos, diciendo: "Sanio, hermano, el Señor Yes/ni, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno de Espíritu Santo". 18. Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas y recobró la vista, luego se levantó y fue bautizado (fue purificado). 19. Tomó después alimento y se fortaleció."

Hacia el año 38, Saúl de Tarso ya estaba integrado al grupo de los judíos nazarenos. Este judío de la Diáspora se entregará a otra estrategia por sobre el grupo inicial de los jerosolimitanos, y llevará el nombre del Mesías Yeshu de Nazaret a las comunidades judías del exterior, a las cuales conocía muy bien. La primera prédica de Saúl de Tarso se realizó en las sinagogas (Templos judíos) de la ciudad de Damasco. Allí comenzó a predicar que el Mesías había llegado en la figura de Yeshu de Nazaret, y que además Yeshu era "Hijo de Dios". Este concepto de "Hijo de Dios" es un concepto esencialmente paulino. Saulo de Tarso lo trae de las comunidades judías de la Diáspora, ya que Simón Bar Yoná (San Pedro) acentúa el carácter mesiánico de Yeshu y no su filiación.

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fue en ese instante que la comunidad judía nazarena de Yosef Barnabás y Saúl decide enviar ayuda económica a los judíos nazarenos de Jerusalén. Ello implicaba el reconocimiento de la centralidad del Grupo de los "Doce Apóstoles" sobre todo el grupo judeonazareno. El último versículo del Capítulo XI del Libro de Hechos de los Apóstoles, (vers. 30) aclara que esos recursos económicos fueron enviados a los "Ancianos" (no por su edad se denominaban de esta forma, sino por sus cargos honoríficos), y esos "Ancianos judíos nazarenos de Jerusalén" serán llamados posteriormente "Presbíteros" (Presbítero significa en griego Anciano, es decir, en hebreo, Zakén). Fue así que ambos hombres se dirigieron a Jerusalén, a llevar la ayuda que pudieron conseguir en la comunidad judeonazarena de Antioquía. Después de la organización de Antioquía, partieron Saúl y Yosef Barnabás hacia las comunidades judías de la Isla mediterránea de Chipre. Seguramente la idea de dirigirse hacia dicha región surgió de Bernabé, quien tenía allí sus familiares judíos y sus relaciones. Por otro lado, muchos judíos nazarenos habían llegado a la Isla en calidad de fugitivos durante la persecución del 37, en tiempos del judío nazareno Esteban. Es así que tenemos ya varias prédicas de Saúl de Tarso: 1. En las sinagogas de la comunidad judía de Damasco. 2. Entre los judíos de Jerusalén. 3. En las sinagogas de la comunidad judeonazarena de Antioquía.

Después de recorrer todas las sinagogas y de predicar en todas las comunidades judías de Chipre, Saúl de Tarso y Yosef Barnabás, se encontraron con un profeta judío llamado BarYeshu o Elimas, quien compitió por la conversión del procónsul romano. Después de recorrer todas las comunidades judías chipriotas, los judíos Saúl y Yosef Barnabás llegaron a la ciudad de Antioquía de Pisidia, y en el día de Shabat (Sábado judío) se sentaron a rezar en la sinagoga. Después de la lectura de la Tora y la lectura de Nebiim (Profetas), los jefes de la sinagoga les ofrecieron la prédica del Shabat. (Hechos Cap. XIII, ver. 13 a 15). Todo el Capítulo XIII nos relata la prédica sinagoga! que Saúl de Tarso realiza en el Shabat, en la comunidad judía de Antioquía de Pisidia.

Y ahora llegaba la cuarta prédica: en las sinagogas de las comunidades judías de Chipre. Antes de la salida se había organizado muy bien la comunidad judía nazarena de Antioquía ya que se nombran (Hechos, Cap. XIII, vers. 1) a varios judíos como dirigentes: Shimon ha Shajor, o Simón el Negro; Lucio de Cirene; Menahen, además del mismo Saulo y Yosef Barnabás.

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"16. Levantóse entonces Pablo y haciendo señal con la mano ¿lijo: "Varones israelitas y los que teméis a Dios, escuchad". 17. "El Dios de este pueblo de Israel escogió a nuestros padres y ensalzó al pueblo durante su estancia en la tierra de Egipto y con brazo excelso los sacó de allí. 18. Los sufrió después por espacio de unos cuarenta años en el desierto, 19. Destruyó siete naciones en la tierra de Caimán y distribuyó en herencia sus tierras, 20. Como unos cuatrocientos cincuenta años después. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. 21. Desde entonces pidieron rey y Dios les dio a Saúl, hijo cíe Cis, varón de la tribu de Benjamín, por espacio de cuarenta años. 22. Depuesto éste, les suscitó por rey a David, de quien también dio testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Jese, varón conforme a mi corazón quien cumplirá toda mi voluntad. 23. Del linaje de éste, seguí} la promesa suscitó Dios para Israel un Salvador, Yeshu. 24. Pero antes de su entrada Yojanan predicó un bautismo de arrepentimiento a todo el pueblo de Israel. 25. Yo no soy el que vos pensáis, mas después de mí vendrá uno, a quien no soy digno de desatar el calzado de sus pies. 26. Varones hermanos, hijos del Linaje de Abraham y los que entre vosotros son temerosos de Dios, a vosotros ha sido enviada la palabra de esta salvación. 27. Pues los habitantes de Jerusalén y sus jefes desconociendo a El y las palabras de los profetas que se leen

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todos los shobatot, les dieron cumplimiento, condenándolo. 28. Y aunque no encontraron causa cíe muerte, pidieron a Pilato

que se le quitase la vida... "

El efecto causado por el discurso del judío Saúl de Tarso en la sinagoga de Antioquía de Pisidia fue tan grande, que los judíos y los prosélitos del Judaismo temerosos de Dios les dijeron a ambos que volvieran para predicar en el Shabat siguiente. (Hechos, Cap. XIII, vers. 42-43-44). En el Shabat siguiente comenzaron las discusiones sobre su prédica: algunos judíos entraron al grupo judeo-nazareno de Yeshu y otros se mantuvieron en las otras líneas del Judaismo de aquella época. Por otro lado, la envidia a Saúl de Tarso provenía en mayor medida de su ascendiente sobre las congregaciones judías, que sobre el contenido de aquello que predicaba. El Capítulo siguiente del libro de Hechos (Cap. XIV) nos relata la prédica de Saúl de Tarso en la sinagoga de Iconio, también en un día de Shabat. En el versículo 1 de ese capítulo, se anuncia que varios judíos y griegos abrazaron la "fe". Por supuesto, lo que quiere decir es que se unieron al grupo judeonazareno. El Capítulo XIV de Hechos, vers. 4, dice: "Y la gente de la ciudad se dividió, estaban unos con los judíos y otros con los apóstoles". Si los apóstoles también eran judíos, lo que habría que decir que algunos estaban con los judíos y otros con los judíos nazarenos creyentes en Yeshu de Nazaret. Cuando en la ciudad de Listra los judíos diaspóricos Saúl y Yosef Barnabás predicaron a los gentiles para su conversión, estos los consideraron dioses hechos hombres, y ellos dijeron: "Hombres, ¿Qué es lo que hacéis?. También nosotros somos hombres de la misma naturaleza que vosotros..." (Hechos. Cap XIV vers. 1415) Casi en ese momento, las turbas paganas de Listra les ofrecen sacrificios como a Dioses. Sin embargo, triunfó aquí el espíritu anti-idolátrico judío, y ambos se negaron a ser considerados "Dioses".

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El final del Capítulo XIV se desarrolla en Antioquía, en el 49, al final del camino de ambos judíos diaspóricos, quienes relatan a la comunidad judeonazarena las conversiones que han realizado. Entre el 49 y el 50 aparecieron diferentes metodologías de conversión de gentiles al Judaismo. Para algunos, los gentiles debían abrazar la fe con el cumplimiento ritual de la circuncisión, lo que implicaba la entrada formal al Judaismo. Para otros, lo podían realizar con el simple bautismo. No queda claro si después del bautismo (baño ritual judío), el prosélito debía circuncidar a sus hijos o no. A mi modo de ver, el discurso más importante es el de aquel eminente judío de Jerusalén, Yaacob Ben Alfeo (Santiago, el Menor), que en calidad de Obispo de Jerusalén, fue quien dijo (Hechos, Cap. XV, versículos 13 a 21), que los gentiles no estaban obligados a la circuncisión si creían en un Dios, ya que debían cumplir con las leyes noajidas, es decir conforme al versículo 20, "que se abstengan de las inmundicias de ¡os ídolos, de la fornicación, de lo ahogado y de la sangre ". Aquí vemos que la autoridad central del grupo judeonazareno, quería en cierta forma controlar la prédica de los judíos diaspóricos Saúl y Yosef Barnabás, y mandaron para ello que los acompañaran los judíos Silas y Yenda (Judá). Después del Concilio de Jerusalén del 50, reunidos en la ciudad de Antioquía, Saúl de Tarso (San Pablo) eligió a Silas como compañero del segundo viaje, mientras que Yosef Barnabás el Levita (San Bernabé) eligió al judío Yojanan Mordejai o Juan Marcos (San Marcos) como su compañero hacia las comunidades judías de la Isla de Chipre. ¿Qué sucedía políticamente mientras tanto en el territorio de Judea? El procurador romano llamado Fadus o Fado envía al martirio por decapitación a un judío llamado Teuda, quien se había proclamado Mesías y Salvador de Israel.

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Como los romanos veían en estos movimientos judíos mesiánicos futuras revoluciones contra el poder imperial, siempre decidían terminar con el profeta-guía de esos grupos. Todos los miembros judíos seguidores del profeta Teuda son asesinados en las orillas del río Jordán. Mientras tanto, así como vemos, el procurador romano Fado o Fadus se inmiscuye en los asuntos internos religiosos judíos y designa a su propio arbitrio al Sumo Sacerdote del Templo de Jerusalén entre, por supuesto, los judíos saduceos, proromanos y enemigos declarados de su propia nación. Estos Sumos Sacerdotes saduceos, aliados de Roma serán una vez más los instrumentos con los cuales Roma dominará Judea. Miles de judíos serán asesinados y perseguidos, muchos de los cuales pertenecían al grupo judeonazareno. En el año 48 asume las funciones de procurador romano el cruel dimano, 48-52, quien para mantener el orden, dispuso soldados romanos alrededor del sagrado Templo de Jerusalén. Un soldado romano pagano cometió un acto indecente en el Templo, y a consecuencia de ello, miles de judíos se proclamaron rebeldes al Imperio, amenazando el orden romano. Cumano al frente de un grupo de soldados, persiguió a cientos de judíos que murieron por las calles de Jerusalén. La situación en Judea se estaba volviendo insoportable. Cientos de soldados romanos controlaban el territorio sagrado, y los judíos veían en dicha dominación imperial un castigo divino antes de la llegada mesiánica. En esa situación tan dramática, se reúne el Concilio de Jerusalén del 50, donde según el dictamen de Yaacob Ben Alfeo o Santiago el Menor, se establecen las leyes noájidas para los gentiles, pero no queda en claro si se continúa o no con el rito de la circuncisión para los hijos de los gentiles que cumplen la legislación nocida (deNoé). El tema es muy complejo: el cumplimiento de las leyes noájidas para los gentiles no implica la conversión de los mismos al Judaismo sino el respeto al monoteísmo. El rito de la circuncisión

seguía siendo válido para la conversión al Judaismo. Lo que sucedió fue lo siguiente: Saúl de Tarso sabía que la aceptación del monoteísmo por parte de los gentiles paganos, se realizaba mediante la aceptación de las leyes noájidas que Yaacob Ben Alfeo (Santiago, el Menor) muy claramente instruye en los versículos 28 y 29 del Capítulo XV del libro Hechos de los Apóstoles. Sin embargo, el judío de Tarso identifica la aceptación de las leyes noájidas, no para una conversión al monoteísmo sino para una conversión directa al Judaismo nazareno, obviando el rito de la circuncisión carnal, y proclamando después la "circuncisión por la fe". Sin embargo, veremos en el próximo capítulo como Saúl de Tarso actúa en el famoso caso de "Timoteo". (San Timoteo). Es así que el judío Saúl (San Pablo), aplica las leyes noájidas y a los gentiles que no se convierten al Judaismo se les permite el ingreso a la comunidad judía mediante su calidad de "nocidas". Por lo tanto, el gentil que quería ingresar al Judaismo nazareno pero en calidad de judío, debía cumplir con el ritual judío (La Tora), esto es la aplicación del rito de la circuncisión, descanso en el Shabat y todas las prescripciones judías. Y el gentil que no quería ingresar al Judaismo nazareno como judío, lo hacía en calidad de nocida, con el cumplimiento de las leyes de Noé que también postula el Judaismo.

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CAPITULO NUEVE

CONCILIO DE JERUSALEN DEL 50 "Después de esto volveré, y reedificaré el Tabernáculo de David que está caído reedificaré sus ruinas y lo levantaré de nuevo, para que busque al Señor el resto de los hombres y todas las naciones sobre las cuales ha sido invocado mi Nombre, dice el Señor que hace estas cosas. Conocidas por él desde la Eternidad"

Discurso de Jacobo Ben Alfeo o Santiago el Menor (Hechos de los Apósioles, Cap. XV, vers. 16-17)

Es fundamental comprender este Concilio, ya que es la primera gran reunión del grupo judeo-nazareno y constituyó un gran paso para que el Cristianismo se constituyera en una entidad religiosa autónoma del Judaismo. En primer lugar, quiero transcribir el Capítulo XV del libro Hechos de los Apóstoles ya que así se encuentra una de las claves para la comprensión de la independencia que el grupo judeonazareno obtendrá con relación al judaismo tradicional. "Versículo I . Bajaron algunos de Judea que enseñaban a los hermanos: "Si no circuncidáis conforme a la costumbre mosaica, no podéis salvaros". 2. Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo (Saúl de Tarso) y Bernabé (Yosef Barnabas el Levita) contra ellos; y decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén, donde estaban los Apóstoles (Shlijim) y Presbíteros (Zekeinim o Ancianos), para tratar esta cuestión". 3. Ellos pues enviados por la Iglesia atravesaron Fenicia y Samaría, contando la conversión de los gentiles y produciendo gran alegría en todos los hermanos. 4. Llegados a Jerusalén fueron recibidos por la Iglesia y por los Apóstoles y Presbíteros y contaron cuánto Dios había 101

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hecho juntamente con ellos. 5. Pero algunos de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la Ley de Moisés. 6. Se reunieron entonces los Apóstoles y Presbíteros para tratar este asunto. 7. Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: "Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la palabra de la Buena Nueva y creyeran ". 8. Y Dios conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor comunicándoles el Espíritu Santo (Shejina) como a nosotros. 9. Y no hizo distinción alguna entre ellos y nosotros, pues purificó sus corazones con la fe. 10. " ¿Por qué pues, ahora tentáis a Dios queriendo poner sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos sobrellevar? U. Nosotros creemos que nos salvamos por la Gracia del Señor Yeshu del mismo modo que ellos. " 12. Toda la Asamblea cayó y escucharon a Bernabé y a Pablo contar todas las señales y prodigios que Dios había realizado por medio de ellos entre los gentiles. 13. Cuando terminaron de hablar, tomó Santiago (Jacobo Ben Alfeo, aquel judío que morirá en el 62 por la presión política de los saduceos aliados de Roma, es decir Santiago el Menor) la palabra y dijo: 'Hermanos escuchadme, Simeón ha referido cómo Dios ya al principio intervino para procurarse entre los gentiles un pueblo para su nombre. '15. Con esto concuerdan los Oráculos de los Profetas (Nebiim) según está escrito (aquí cita al profeta judío Amos) 16. 'Después de esto volveré y reconstruiré la Tienda de David que está caída, reconstruiré sus ruinas, y las volveré a levantar. 17. Para que el resto de los hombres busquen al Señor y todas las naciones que han sido consagradas a mi nombre, dice el Señor que hace, 18. Que estas cosas sean conocidas desde la eternidad. 19. Por esto yo opino, continúa Jacobo Ben Alfeo o Santiago el Menor, que no se debe molestar a los gentiles que se conviertan a Dios, 20. Sino escribirles que se abstengan de todo lo contaminado por los ídolos, de la impureza, de los animales estrangulados y de la sangre. 21. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad sus predicadores y es leído cada Shabat (Sábado) en las sinagogas. "

22. "Entonces decidieron los Apóstoles y los Presbíteros de acuerdo con tocia la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y enviarles a Antioquía con Pablo y Bernabé y éstos fueron Judas (leuda) llamado Bar-Sabas y Silas, que eran dirigentes entre los hermanos. 23. Por su medio les enviaron esta carta: "Los Apóstoles y Presbíteros hermanos saludan a los hermanos venidos de la gentilidad que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia. 24. Habiendo sabido que alguno de entre nosotros sin mandato nuestro, os ha perturbado con sus palabras, trastornando vuestros ánimos. 25. Hemos decidido de común acuerdo de elegir algunos hombres y enviarlos donde vosotros juntamente con nuestros queridos Bernabé y Pablo. 26. Que son hombres que han entregado su vida a la causa de Nuestro Señor Jesucristo (Yeshu-Mashiaj). 27. Enviamos pues a Judas y Silas quienes os expondrán esto de viva voz. 28. Que hemos decidido el Espíritu Santo (la Shejina) y nosotros, no imponeros más cargas que estas indispensables: 29. Abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre de los animales estrangulados y de la impureza. Haréis bien de guardaros de estas cosas. Adiós ". Esta reunión, aunque parece a simple vista muy concreta, debe ser analizada minuciosamente. En primer lugar, vemos cómo el poder político del grupo judeo-nazareno se encontraba en el 49-50, en manos del Consejo de Ancianos y de los Apóstoles. Por otro lado vemos también aparecer un conflicto entre los judíos de Antioquía con Saúl de Tarso y Yosef Barnabás el Levita. El conflicto surge en cuanto al concepto de "salvación". Según algunos judíos de Antioquía, sin el cumplimiento de la Ley de Moisés no existe salvación. Sin embargo ello va en contra del Judaismo, ya que el Judaismo dice que aquellos gentiles "justos" pueden ser salvados sin ser judíos. Aunque para que esos gentiles no judíos sean salvados, necesitan cumplir lo que se conoce corno las Leyes Noajidas. Las leyes noajidas son las que deben cumplir aquellos genties que sin ingresar dentro del Judaismo, quieren su salvación. En '>tras palabras el Judaismo brindó al mundo la oportunidad no soaniente de creer en Dios de manera universal, sino que aceptó un

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grupo de gentiles que sin ingresar con los requisitos exigidos por la Tora de Israel, puedan llegar a lograr su salvación Dice el Tosefat Sanh, Capítulo 13, vers. 2: "Todos los hombres virtuosos de las naciones del Mundo tienen su parte en el Mundo venidero". Tener su parte en el Mundo venidero equivale a ser salvado. Con lo cual se llega a la siguiente conclusión: Para el Judaismo no se necesita ser judío, para, lograr la salvación. Así que aquellos historiadores que dicen que los judíos pretendían la salvación de los gentiles solamente a través de la conversión al Judaismo, están absolutamente equivocados. Es basado entonces en esta línea ideológica universalista del Judaismo, donde aquel Obispo de Jerusalén, el judío Jacobo Ben Alfeo o Santiago el Menor no recrimina a la postura adoptada por Saúl de Tarso y por Yosef Barnabás el Levita, sino que proclama la vigencia de las siete leyes noajidas para los gentiles que querían ser "noeidas" sin ingresar al Judaismo con todo su ritual y su tradición. Es allí donde la postura de Saúl de Tarso obtiene una victoria importante: el Concilio de Jerusalén no proclama la abolición de la Circuncisión para los judíos (como muchos historiadores creen), proclama algo que ya existía en el Judaismo: "Que los gentiles pueden ser salvados sin ingresar al Judaismo ". Pero esta "Salvación nocida" también provenía de la más antigua tradición judía. Entonces Saúl de Tarso ya no tiene problemas doctrinales judíos, sino que comienza a aplicar en forma masiva aquella carta de los hermanos de Jerusalén. Saúl de Tarso muere en Roma en el 67, la predicación de Pablo dura después del Concilio de Jerusalén 17 años más es decir del 50 al 67. Saúl de Tarso, entonces, convierte a la categoría de "noeidas" a miles de gentiles que no querían abrazar el Judaismo en forma directa por diversas causas (el tema nacional, la circuncisión, etc) y que querían igualmente ser salvados por Dios. Con lo cual, en un principio los judíos forman evidentemente la mayor cantidad de

miembros en dichas comunidades. Pero hubo una entrada masiva de gentiles, una gran población que se había adherido al monoteísmo a través de aquella interpretación judía universalista de las Leyes Noajidas . Esto trajo como consecuencia que para el período comprendido entre los años 80 y 100, muchas comunidades poseyeran una mayoría genül-noeida que sobrepasaba en número a la población judeo-helenística. La palabra Noeida, es decir aquel que acepta las siete Leyes Noajidas, proviene, como ya sabemos, del nombre Noé, aquél que salvó a la humanidad del Diluvio universal, y la aplicación práctica se refiere entonces a los descendientes de Noé que no pertenecen al pueblo de Abraham. Como el Judaismo considera que todos los gentiles descienden de Noé, se les aplica el nombre de noeidas. Es así como Saúl de Tarso circuncida a Timoteo (como veremos más adelante), ya que Timoteo era judío, y ello implica que Pablo continuaba circuncidando a los judíos que ingresaban al grupo. Sin embargo, para realizar un ingreso masivo y más automático que el lento proceso de conversión ritual judía, no deroga el rito de la circuncisión sino que en la vía más fiel de la tradición judía, aplica en forma exacta el espíritu y la letra de las Leyes Noajidas a los gentiles. Entonces vemos que la oposición judía que tiene Saúl de Tarso no está radicada en una desviación del Judaismo, sino en que sus esfuerzos van encaminados a la noejización de los gentiles y no a su conversión en forma directa al Judaismo. Y allí Saúl de Tarso podía replicar perfectamente, y también dentro de la más absoluta tradición israelita que el Judaismo no postulaba la salvación a través del cumplimiento de La Ley de Moisés, sino que los gentiles, cumpliendo las Leyes de Noé, podían también ser salvados. De esa forma, a la muerte de aquel judío de Tarso, hacia el 67, cientos de comunidades judías de la Diáspora habían reconocido el ingreso de los gentiles "temerosos de Dios", y que sin convertirse al Judaismo habían aceptado la creencia monoteísta en la Divinidad.

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Muchos gentiles nocidas posteriormente cumplieron con los preceptos de la Ley de Moisés y se convirtieron al Judaismo. Sin embargo un grupo mayoritario de gentiles quedaron sin convertirse al Judaismo, ya que muchos de ellos se encontraban unidos matrimonialmente con judíos helenistas que aceptaban dichos enlaces porque hacía varios años que convivían con aquellos gentilesnoeidas dentro de sus comunidades. El Capítulo XV del libro de Hechos de los Apóstoles nos da la gran clave de cómo apareció posteriormente el Cristianismo, ya que los miles de gentiles que por la vía de las leyes noájidas fueron aceptados por el Judaismo para la salvación, no necesitaron la conversión al Judaismo porque el propio sistema religioso judío así lo aceptaba. Es así que podemos decir que nacieron comunidades casi en su mayoría constituidas por nocidas gentiles no-judíos, que sin embargo tienen actividad en la conversión de los gentiles a la "fe". Los griegos y los romanos de la gentilidad que veían con buenos ojos la normativa religiosa judía, pero que no querían cumplir con el ritual de la circuncisión o no querían luchar por la independencia de Judea sobre Roma, se convirtieron en nocidas. Esos miles de nocidas convertidos a la fe en Dios por intermedio de la Carta de Jacobo Ben Alfeo de Jerusalén (Santiago el Menor), y los miles de judíos helenistas que convivían con aquellos "Temerosos de Dios", fueron las bases del Cristianismo. Como seguramente el filósofo medieval Maimónides conocía perfectamente el problema que trajo aparejada la interpretación de las Leyes Noájidas al encauzar una religión independiente del Judaismo dice en sus "Leyes de Reyes", Capítulo 8, punto I I :

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tos mandamientos. Pero si las practica basándose en sus propias consideraciones racionales, entonces no es un extranjero, convertido residente, ni uno de los hombres virtuosos de las naciones del Mundo ni uno de sus sabios. "

Y aquí entonces llegamos al "quid" del nacimiento cristiano: porque para el sabio judío español de la Edad Media, las Leyes Noájidas debían ser cumplidas con un condicionamiento ideológico. Por el contrario, dice el sabio judío de España: si uno acepta las leyes de Noé sobre sus propias conclusiones y no basado eh la creencia con que ellas fueron dadas a Moisés, no es ni un convertido al Judaismo ni un sabio ni un nocida. Este agregado medieval judío de Maimónides sobre la calificación de un "gentil nocida", no tendría base alguna en la tradición judía. Sin embargo, para Joel existiría una base de este pensamiento en un libro titulado Toldot Adam, capítulo 6, página 35: "El rabino Jassidi dijo: he oído que los virtuosos de las naciones del Mundo tienen una parte en el Mundo Venidero, no me han enseñado sin embargo que los hombres sabios de las naciones del mundo se encuentran en esta posición. ¿Quién es un hombre virtuoso entre los de las naciones del Mundo? Aquél que acepta los siete mandamientos porque están escritos en la Tora. Un hombre sabio de las naciones del mundo, en cambio, es aquél que cumple con ellos porque su propia razón le induce a hacerlo ".

"Todo aquél que acepta las Siete Leyes y cuida de cumplir con ellas, es uno de los hombres virtuosos de las naciones del Mundo y tiene su parte en el Mundo venidero. Esto es así si las acepta y practica con la base que Dios les impuso en la Tora y que El nos hizo saber a través de Moisés nuestro maestro, que los Hijos de Noé (los Noeidas) habían recibido anteriormente es-

Sin embargo existen en la tradición judía dos posturas con relación a este tema: un grupo de estudiosos dice que Maimónides realizó el agregado por su propio razonamiento, esto es lo que dice el rabino José Caro (Yosef Caro) en su libro Kesef Mishne: "Me parece que nuestro maestro hizo esta manifestación como resultado de su propio pensamiento independiente (sabrá denafsheh) y es un pensamiento correcto". Moisés Mendelshon y Hermann Cohén de la escuela de pensamiento judío alemán, desaprueban el agregado de Maimónides.

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Ahora bien, centremos la atención, nuevamente en el Capítulo XV del libro de Hechos de los Apóstoles: se puede cumplir con la fe en Dios con el cumplimiento de las leyes de Noé. Nadie pensaba en Jerusalén que dicho cumplimiento podía no tener relación con la legislación de Moisés. Sin embargo, fue el judío diaspórico Saúl de Tarso el que sobredimensionó el concepto de las Leyes Noajidas con relación a la salvación. San Pablo entonces fusionó dos tradiciones judías: por un lado, el Mesías había llegado (en este punto el grupo de Jerusalén se encontraba de acuerdo con Pablo), y por otro lado la salvación de los gentiles es posible sin la conversión al Judaismo, porque el propio Judaismo estipula la aplicación de las Leyes Noajidas. Entonces el gentil que se convertía, cumplía las siete leyes noajidas y era aceptado por el Judaismo como "Virtuoso", y además creía que Yeshu era el Mesías, conforme a la diferencia que el grupo marcaba con relación al Judaismo tradicional. Miles de gentiles noeidas eran virtuosos, podían ser salvados por cumplir con las siete leyes que estipulaba el Judaismo, creían en el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret, pero sin embargo no conocían la Tora. Y es en base a la experiencia histórica que Maimónides se atreve a poner el agregado del nocida como un gentil que cumple los siete mandamientos, pero reconociendo su derivación directa de la Ley de Moisés. No sabemos si el sabio judío español extrajo este pensamiento de una tradición judía anterior, pero sea un pensamiento propio o sea un pensamiento extraído, lo cierto es que el agregado tenía su base en la experiencia histórica. Debemos analizar ahora las consecuencias del Concilio de Jerusalén del 50: 1. En primer lugar no rechaza la circuncisión para los judíos, sino que permite la entrada de gentiles a la idea monoteísta. 2. En segundo lugar, no condiciona el conocimiento de la ley judía, como lo va a realizar después en el medioevo

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Las raíces judías del Cristianismo Maimónides, sino que pretende el solo cumplimiento de las siete leyes noajidas como punto de salvación. 3. En tercer lugar, se establece que los gentiles noeidas no circuncidados son salvados y Dios los reconoce como virtuosos. Basado entonces en la "salvación de los gentiles" por medio de la idea judía del cumplimiento de las leyes de Noé y la creencia en el carácter mesiánico de Yeshu, se gestó un grupo independiente del Judaismo, acelerado por el fuerte helenismo de la judeidad de la Dispersión y por la destrucción del Estado Judío en el 66-70 y en el 132-135. Fue así como nació en la Dispersión una nueva religión, un noeismo, es decir un grupo masivo de conversos gentiles que sin ser judíos cumplían los siete mandamientos de Noé y tenían la posibilidad que el propio Judaismo les otorgaba, de su "salvación", que se sumó a ese grupo original o primario de judíos que aceptaron a Yeshu de Nazaret como el Mesías de Israel (idea mesiánica judía). Fue así entonces que después de los viajes del judío de Tarso, 50-67, y cuando miles de gentiles abrazaron la fe por la vía de aquella Carta de Jacobo Ben Alfeo del 50, aparecieron comunidades con una clara mayoría gentil-noeida, que sobrepasó al original elemento judío. El Decreto Apostólico del año 59 de Jacobo Ben Alfeo o Santiago el Menor, es la copia fiel de las antiguas Leyes Noajidas, y de ese modo los paganos idólatras convertidos en los viajes de Saúl de Tarso tendrían un carácter de semiprosélitos del Judaismo nazareno (Cristianismo). Sin embargo, dicho Decreto Apostólico de Jacobo Ben Alfeo es flexibilizado por Saúl de Tarso en su famosa "Primera Carta a los Corintios ", Capítulo VIII: J. En cuanto a las carnes ofrecidas a los ídolos, sabemos que todos tenemos ciencia. Pero la ciencia infla, en tanto que la ca109

Mario Saban rielad edifica. 2. Si alguno se imagina que sabe algo, nada sabe todavía como se debe saber. 3. Pero si uno ama a Dios, ése es de El conocido.4 Ahora bien, respecto del comer las carnes ofrecidas a los ídolos, sabemos que ningún ídolo en el mundo existe y que no hay Dios sino Uno. 5. Porque aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el Cielo, sea en la Tierra, de esta clase hay muchos dioses y señores. 6. Mas para nosotros no hay sino un sólo Dios, el Padre, de quién vienes, todas las cosas y para quien somos nosotros, y un sólo Señor Jesucristo, por quien son todas las cosas y p-¡r quien somos nosotros. 7. Mas no en todos hay esta ciencia, sino que algunos acostumbrados hasta ahora a los ídolos, comen esas carnes como ofrecidas antes a los ídolos y su conciencia débil como es, queda contaminada.

Aquí hay que hacer un análisis: Saúl de Tarso, conoce muy bien a su auditorio judeo-diaspórico, hay judíos antiguos y nuevos conversos provenientes de la gentilidad. En la primera parte del Capítulo VIH se dirige al auditorio judío antiguo, ya que dice: "Sabemos que ningún ídolo en el mundo existe y que no hay Dios sino Uno". Para los que saben que existe un Dios único y un Mesías en la figura de Yeshu de Nazaret, no tiene sentido comer o no comer de la carne ofrecida a los ídolos, porque la conciencia del que come está con Dios. Sin embargo en el vers.7, comienza a dirigirse al auditorio que proviene de la gentilidad anteriormente idólatra y dice: "sino que algunos acostumbrados hasta ahora a los ídolos comen esas carnes como ofrecidas a los ídolos y su conciencia débil como es queda contaminada". Es decir, que Saúl de Tarso dice que los judíos antiguos o aquellos que provienen de la gentilidad pero hace muchos años son judíos, si comen o no comen carne ofrecida a los ídolos no tiene importancia porque ellos son conscientes de creer en un sólo Dios y en el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret. Sin embargo los gentiles que provienen de costumbres idólatras, si comen repiten sus antiguas costumbres, y su conciencia o intención queda contaminada.

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Saúl de Tarso llega a la conclusión de que lo contaminado no está en la carne como hecho idolátrico, sino en la intención interior de aquél que lo va a comer. Continúa el Capítulo VIII de la Primera Carta a los Corintios: "8. Pero no es el alimento el que nos recomienda Dios, ni somos menos si no comemos, ni somos más si comemos. 9. Cuidad empero que esta libertad vuestra no sirva de tropiezo para los débiles. 10. Pues si alguno te viere a ti, que tienes ciencia sentado a la mesa en lugar idolátrico, ¿no será inducida su conciencia débil como es, a comer de las carnes ofrecidas a los ídolos? 11. Y así por tu ciencia perece el débil, el hermano por quien Cristo murió".

Y termina Saúl de Tarso el Capítulo VIII, vers. 13 con la siguiente frase: "Por ¡o cual si el manjar escandaliza a mi hermano, no comeré yo carne nunca jamás, para no escandalizar a mi hermano. "

De este capítulo se interpretó que Saúl de Tarso permitió comer carne ofrecida a los ídolos si la conciencia estaba pura. Lo cierto es que Saúl de Tarso predicó a los judíos que ellos que tenían ciencia, es decir que conocían el monoteísmo, podían comer carne impura porque no cometían en su interior idolatría. Sin embargo, los débiles, y aquí se refiere a los gentiles que provienen de prácticas idólatras, podrían recaer en dichas prácticas a las que antiguamente se encontraban acostumbrados, si ven que los judíos comen manjares ofrecidos a los ídolos. Saúl de Tarso finaliza el vers. 13 diciendo que no se debe comer la carne ofrecida a los ídolos porque induce a quien tenía prácticas paganas a continuar en la idolatría. Para la interpretación posterior, Saúl de Tarso, con este capítulo VIII cíe la Primera Carta a los Corintios, dejó una puerta abierta que él que era consciente de su creencia podía comer la carne si no era su intención interior ser idólatra.

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Si bien la afirmación de Saúl de Tarso nos lleva a la conclusión de que fue fiel al decreto Apostólico del 50 del Concilio de Jerusalén, deja en el año 57 una puerta abierta excepcional: poder comer la carne ofrecida a los ídolos si la intencionalidad no era la de ofrecerla, y se creía en el monoteísmo y en el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret. Esa idea de Saúl de Tarso se verifica completamente en el Capítulo X de la misma carta vers. 25:

La comida no es la impura, sino que lo impuro se encuentra dentro de nuestra conciencia. El interrogante que aquí aparece es cómo se sabía que la persona que asistía a la reunión pagana podía comer junto a los idólatras y mantenerse firme en la creencia divina. Había, en muchos casos, varias posibilidades de que los nazarenos que provenían del mundo gentil (no-judío) pudieran recaer en prácticas idólatras si comían junto a gentiles que eran idólatras. Era muy difícil que a un hombre que provenía del Judaismo le sucediera esto, porque se encontraba acostumbrado a no comer comidas idólatras o comidas que se ofrecían a los dioses paganos. ¿Hasta dónde cumplieron los judíos nazarenos nocidas las cláusulas del Decreto Apostólico del 50, y cuando tomaron la vía excepcional de la interpretación paulina del 57? ¿Qué poder tenía Jacobo Ben Alfeo o Santiago el menor para hacer acatar el Decreto Apostólico del 50, Jacobo Ben Alfeo muere en el 62, la interpretación paulina es del 57, y el comienzo de la rebelión judía y la huida de la comunidad judeojerosolimitana se desarrolla entre el 66 y el 70. Con la huida de la comunidad judeojerosolimitana después del 66, el centro judeo-nazareno que debía controlar las comunidades judeopaulinas de la Dispersión se debilita. Es así que se van formando entre el 57 y el 97, dos tendencias entre los nuevos conversos noeidas que provienen del paganismo. La primera tendencia nocida, es a seguir fielmente el Decreto Apostólico del 50, y la segunda, es interpretar en forma flexible el decreto del 50 según las prédicas paulinas del 57. Existió entonces una corriente desde la comunidad central de los judíos nazarenos de Judea, a convertir al Judaismo a los gentiles que eran noeidas. Y otra línea basada también en el propio Judaismo, que tomando como base la resolución del Concilio del año 50 y la interpretación paulina del 57, llegaba a la creencia por la fe en Dios sin las observancias requeridas por el Decreto Apostólico del año 50.

"De rodo lo que se vende en el Mercado, comed sin inquirir nada por motivos de conciencia, 26. Porque del Señor es la Tierra y cuanto ella contiene. 27. Si os convida alguno de los infieles y aceptáis, comed de cuanto os pongan delante, sin inquirir nada por motivos de conciencia, 28. Mas si alguno os dijere esto fue inmolado, no comáis en atención a aquel que lo señaló y por la conciencia. 29. Por la conciencia digo, no la propia sino la del otro".

Vemos entonces que para Saúl de Tarso existe un motivo fundamental para continuar con las Leyes Noajidas en relación a la prohibición de comer carnes ofrecidas a los ídolos: que los gentiles conversos no continúen con sus prácticas paganas anteriores. Saúl de Tarso permite la comida idólatra en dos casos: 1. Si somos conscientes interiormente de nuestro monoteísmo; 2. Porque si nos convidan amablemente los paganos no debemos rehusar, con la condición de no conocer el origen idólatra de la comida. Si los judíos nazarenos nocidas conocían el origen idólatra de la comida entonces debían rehusarla. Vemos aquí entonces cómo en el año 57, solamente siete años después de la reunión de Jerusalén, Saúl realiza una interpretación de una Ley Noajida que se flexibiliza a tal nivel que se puede llegar a derogarla posteriormente, porque no era la observancia lo que definía al miembro de la comunidad, sino la intención, y si la intención o la conciencia estaba dirigida a Dios y al Mesías en Yeshu de Nazaret, comer o no comer no era el tema fundamental.

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Es una idea común de todos los historiadores que entre el Concilio del 50 y hasta casi entrado el siglo II, los nocidas cumplían rigurosamente las disposiciones del Decreto Apostólico, y que recién en el decenio 140-150 se comienza a utilizar la vía paulina del año 57, que termina dejando a los nocidas sin leyes noajidas, a excepción de la prohibición de la fornicación. Como el Canon se difundió en dicho período, 140-150, la interpretación de las palabras de Saúl de Tarso (San Pablo) comenzaron ' después de esa década, así que para el año 170 aproximadamente además de los nocidas-nazarenos, seguramente existían otros subgrupos de semi-noeidas nazarenos o semi- seminoeidas nazarenos, esto es, gentiles que cumplían parcialmente el Decreto del 50 por las vías de flexibilización ya analizadas de la interpretación paulina. Ahora bien, queda una pregunta pendiente. ¿El Judaismo ve al noeismo como un fin en sí mismo o como un paso previo para la entrada a la religión judía? Es decir, el cumplimiento de las siete Leyes Noajidas por parte de los conversos gentiles ex-idólatras, ¿implicaba un paso intermedio a la conversión al Judaismo o no? El Judaismo es una religión que acepta la posibilidad de revelación y de justicia divina a los gentiles que no opten por la propia legislación judía. La idea del Decreto Apostólico es frenar a los judíos nazarenos que pretendían la incorporación de los gentiles al grupo a través de su conversión integral al Judaismo (según vemos en el vers. 24 del Cap. XV del Libro de Hechos de los Apóstoles), y desde el año 50 se incorporarían al grupo judío nazareno gentiles por vía del noeismo. Sin embargo lo que no nos queda en claro es cuál era la intencionalidad del Decreto. Si la entrada de los gentiles a través del noeismo hubiera sido gradual al nazareísmo, la intencionalidad anclaría en su incorporación en forma automática al Judaismo. Sin embargo, el grupo no

estaba preparado para las miles de conversiones de gentiles en la Diáspora, que Saúl de Tarso (San Pablo) había realizado a través de sus largos viajes. Por lo tanto hacia la década del 70-80, la cantidad de nocidas superaba ampliamente la cantidad de judíos dentro del grupo judeo-nazareno (cristiano). Ello llevaba al grupo judeo-nazareno a constituirse en un grupo mayoritariamente nocida-nazareno, y así hacia el 70 aparecieron dos tendencias bien marcadas, el llamado Judaismo paulino helenista, es decir la tendencia noeida-nazarena y la tendencia judeo-nazarena o ebionita, enmarcada dentro de la comunidad jerosolimitana. Pero más allá de la intencionalidad del grupo, con el Decreto Apostólico del año 50 algo queda muy claro: si el decreto era una herramienta para convertir gentiles al noeismo y después llevarlos al Judaismo o si el Decreto era una herramienta para mantener indefinidamente un grupo de nocidas, existe un punto común, por el cual los gentiles que en el futuro se adherían al grupo, debían cumplir estrictamente con las siete Leyes Noajidas. El grupo judío nazareno se mantiene como un Judaismo nacionalista hasta que en el 50, el Judaismo nazareno acepta la conversión de los gentiles por la vía del cumplimiento de las siete Leyes Noajidas. Se forma entonces bajo Saúl de Tarso y después del 50, es decir, en el período que abarca del año 50 al 67, un noeismo nazareno diaspórico, que ya no es estrictamente judío-nazareno ortodoxo. Con la interpretación paulina del 57 y con la aparición de una vía de derogación del Decreto del 50, aparece posteriormente un grupo de seminoeidas nazarenos, que cumplen con ciertas leyes noajidas y con ciertas no. En cierta medida, vemos cómo Saúl de Tarso actúa en forma independiente al Decreto Apostólico del 50, y entonces aparecen dos tendencias: aquellos nocidas que siguen fielmente el cumplimiento de las siete leyes noajidas como lo estableció el Concilio y aquellos nocidas que dejan algunas leyes por vía de interpretación.

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El Judaismo tradicional reconocía en los judíos nazarenos solamente una diferencia y ésta era la creencia mesiánica. Con los nocidas nazarenos, el Judaismo tradicional tenía dos diferencias, una era la creencia mesiánica y otra la categoría de gentiles que poseían los noeidas. Cuando la mayoría nocida o seminoeida toma la dirección del grupo judeonazareno (cristiano) después de la muerte de los Apóstoles o los Padres Apostólicos, es cuando se perfila el Cristianismo como una religión independiente históricamente hablando, del Judaismo. Ahora bien, nos queda una pregunta sin respuesta: ¿cuándo los noeidas dejan de ser noeidas y pasan a ser nazarenos o cristianos? El Decreto Apostólico del 50 llevando las siete leyes noajidas a los gentiles, comenzó a ser aplicado en forma inmediata. Recién en el año 100 queda terminado el "Canon" de lo que será el "Nuevo Testamento" ya que se le incorporan el Evangelio de Yojanan el Sheliaj (San Juan el Evangelista) y su Apocalipsis realizados ambos durante su destierro por el emperador Domiciano. Sin embargo, durante más de medio siglo, es decir hasta el año 150, no se termina de codificar y difundir el Nuevo Testamento como lo conocemos en la actualidad, es decir que las normas del grupo judeo-nazareno o cristiano estaban basadas exclusivamente en las interpretaciones cristológicas del Antiguo Testamento. Hasta allí los noeidas gentiles siguen la dirección del decreto Apostólico del 50, es decir que continúan la senda del semiproselitismo judío. Al conocerse en el año 150 todo el Canon, comienzan las interpretaciones del mismo por los apologistas del grupo y la prédica de Saúl de Tarso del 57 en el sentido de reafirmar las disposiciones noajidas del Decreto Apostólico, quedan anuladas por otra vía de interpretación: La Carta de Saúl de Tarso o San Pablo a los romanos. En dicha Carta, realizada en el 58, un año después de Ja prédica de la Primera Carta de Corintios y escrita en la ciudad de Corinto para la comunidad judeo-nazarena de Roma dice en el 116

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rinto para la comunidad judeo-nazarena de Roma dice en el Capítulo XIV: "I. Pero al que es débil en la fe acogedlo sin entrar en disputas sobre opiniones. 2. Hay quien tiene fe para comer de todo, mientras que el que es débil come hierbas. 3. El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios le ha acogido ".

Con estas palabras, Saúl de Tarso dejó en libertad a los fieles de continuar o no las prácticas del Decreto Apostólico, por lo menos para los fieles judeo-nazarenos de la ciudad de Roma. El hecho es que los judíos que continuaban sus prácticas rituales acusaban a los gentiles de continuar con sus prácticas idólatras, violando así el Decreto Apostólico del 50, y los gentiles acusaban a los judíos de no brindarles la suficiente libertad para ingresar al grupo. De esa forma en el 58 en la Carta a los Romanos, vemos que Saúl de Tarso, deja en libertad a los gentiles, en el sentido de que si comen carne lo debían hacer en nombre de Dios y de su Mesías Yeshu de Nazaret. Sin embargo toda la cristiandad conoce la interpretación de la Carta a los Romanos de Saúl de Tarso recién en el 150 (a excepción por supuesto de los judíos nazarenos de Roma). La única justificación que basa la interpretación de Saúl de Tarso para no comer la carne prescrita en las siete leyes de Noé y reafirmadas en el Decreto Apostólico del 50, es el "amor al prójimo" para que el compañero que proviene del Judaismo no se escandalice (Romanos, Cap. XIV, ver. 20-21). Aquí debemos llegar a un punto de análisis: el decreto del 50 que los Apóstoles emitieron en Jerusalén para los gentiles que se convirtieran al Judaismo nazareno (futuro Cristianismo) no estaba basado en la justificación de "no escandalizar a loa judíos" sino en las siete leyes noajidas contempladas por la Tora y el Judaismo. Saúl de Tarso solamente justifica la actitud de la ley noajida de la carne sobre el respeto que el gentil debía para con aquella 117

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costumbre judía y el respeto que el judío debía para con aquella costumbre gentil de comer. Entonces sucedía que en una misma comunidad judeonazarena, los judíos nazarenos no comían dicha carne y los noeidas-naz.arenos que por el decreto Apostólico del 50 debían abstenerse de comer también esa carne por la interpretación paulina podían comerla. Entonces después del 150 la comunidad judeonazarena estaba compuesta de tres grupos: los judíos nazarenos que continuaban cumpliendo con todas las prescripciones judías pero reconociendo que Yeshu de Nazaret era el Mesías de Israel; los nocidas nazarenos, que sin ser judíos como el propio Judaismo lo permitía, se sujetaban a las siete leyes noajidas y las cumplían; y los gentiles-nazarenos que por la interpretación de Saúl de Tarso en Romanos, dejaron algunas leyes noajidas y otras las mantuvieron quedando en una categoría de seminoeidas. El grupo de seminoeidas gentiles se constituye después del año 150, cuando al conocerse el Canon del Nuevo Testamento se conoce la Carta a los Romanos, de Saúl de Tarso, y su flexibilidad. En cierto sentido, Saúl de Tarso en Romanos actúa de manera independiente del Grupo Apostólico de Jerusalén. Y por vía de interpretación deroga parcialmente dicho decreto del 50. Aparece hacia el 177 San Ireneo de Lyon, que asume la conducción de la comunidad cristiana del Sur de las Galias (actual Francia), quien había nacido en la ciudad de Esmirna en el Asia Menor entre los años 130 y 140 aproximadamente, es decir que su infancia transcurrió bajo la persecución a los judíos y a los judíos nazarenos (cristianos) por parte del emperador Adriano. Ireneo muere en el año 202. Lo que nos interesa de San Ireneo es que por vía de interpretación hacia el año 180 omite la prohibición de comer animales sofocados y establece la regla de Mateo 7, 12: "Así (¡lie todo cnanto queréis que los hombres os hagan, hacedlo también vosotros a ellos, esta es la Tora y los Profetas". De esa forma San Ireneo a través de Mateo 7, 12 y con la interpretación paulina

de Romanos que ya hemos visto, deroga parcialmente a las siete leves noajidas. Ello conlleva al Judaismo tradicional a desentenderse de grandes masas de gentiles que siendo noeidas cumplían con los siete preceptos que los gentiles necesitaban para la salvación sin ingresar al Judaismo, ya que pasan de la calidad de noeidas a la de seminoeidas que cumplen ciertas leyes noajidas. Solamente quedará una ley "la prohibición de fornicación", ya que las demás se pierden por vía de interpretación. De esa forma para el año 180 se rebasan no solamente los límites del Judaismo sino que se rebasan los limites del noeísmo proclamado por el Concilio de Jerusalén del 50. Según la interpretación del tomismo medieval, las cláusulas del Decreto Apostólico del 50 eran "transitorias". Sin embargo no vemos en ninguna parte del Libro de Hechos, una referencia a la transitoriedad de las mismas. Volvemos entonces al objetivo del Decreto del 50; si este constituía un paso para el ingreso posterior al Judaismo; o si el grupo judeo-nazareno (cristiano) pretendía la absorción de los hijos de los noeidas al Judaismo; o si el grupo consideraba que toda esa conversión crearía simplemente un grupo noeida y un grupo judío en forma eterna. ¿Hasta cuándo los noeidas iban a ser noeidasl Algunas respuestas se podrían brindar: muchos noeidas finalmente se convertían al Judaismo y cumplían con todo el ritual judío. Sin embargo sucedió un hecho inesperado dentro del grupo ya que la expansión fue tan grande que los grupos noeidas y seminoeidas superaban a los grupos provenientes del Judaismo dentro del nazareísmo o Cristianismo. Es por ello, que sin conocer el objetivo del Decreto Apostólico del año 50 un hecho histórico aparece claro y es la absorción de los judíos-nazarenos dentro del grupo de los gentiles noeidasnazarenos y finalmente la segunda reabsorción de los dos subgrupos anteriormente nombrados dentro de un seminoeísmo nazareno que aparece por la vía ya analizada de la interpretación, y fi-

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nalmente entre el nazareísmo occidental la ruptura final con las barreras impuestas por el Decreto Apostólico. Queda claro que el objetivo del Decreto no era la transitoriedad de las leyes noajidas sino el fortalecimiento de las mismas para la "Salvación de los Gentiles". Sin embargo Saúl de Tarso (San Pablo y los judíos diaspóricos que ingresaron al nazareísmo, encontraron una salvación mucho más automática a través de la creencia mesiánica y no a través de las disposiciones del Decreto Apostólico del 50, que hacía mucho más engorrosa y lenta la "Salvación de los Gentiles".

CAPÍTULO DIEZ

EL CASO DE TIMOTEO "Llegó a Derbe y a Listra, donde se hallaba cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente y padre gentil" Saúl de Tarso o San Pablo (Hechos, Cap. XVI, vers. 1 y 3)

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Retomemos: después del Concilio de Jerusalén, el grupo de los judíos jerosolimitanos se mantenía dentro de las concepciones ebionitas, proclamando que la única diferencia con el Judaismo oficial era la aceptación de que en la persona de Yeshu de Nazaret estaba el Mesías esperado por el pueblo de Israel. Sin embargo, el judío diaspórico Saúl de Tarso junto a Yosef Barnabas el Levita de Chipre, proclamaban para los gentiles que se querían convertir al Judaismo nazareno una "circuncisión por la fe", con la sola aceptación del monoteísmo de las leyes noajidas. El comienzo del Cap. XVI de los Hechos de los Apóstoles nos trae el caso del joven judío Timoteo. Judío de Listra, Timoteo (San Timoteo), era hijo de madre judía y padre gentil, por lo tanto para la legislación hebrea era judío Por poseer madre judía. Sin embargo Timoteo como miles de judíos helenistas de la diáspora no se encontraba circuncidado bajo la ley de Moisés (Tora) El origen genealógico de Timoteo demuestra la gran proliferación de matrimonios entre judíos y paganos en la Dispersión ro123

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mana, y por otro lado la falta del cumplimiento del ritual mosaico como la circuncisión. Ello demuestra por otro lado la gran integración al medio ambiente circuncidante que tenían los judíos dentro de la estructura imperial, y cómo poco a poco sufrían un proceso asimilatorio. Timoteo era un discípulo del grupo judeonazareno en Listra (Asia Menor). Saúl de Tarso lo quiso llevar consigo a sus prédicas y entonces conforme al vers. 3 del Cap. XVI de Hechos: Saúl de Tarso circuncida al joven judío Timoteo. Según la interpretación posterior, Timoteo fue circuncidado por Saúl ya que si no lo estaba, no podía predicar dentro de las comunidades judías el carácter mesiánico de Yeshu. Como vemos, Saúl de Tarso actuaba de la siguiente forma: los gentiles sin antepasados judíos se podían unir al grupo judeonazareno si aceptaban las leyes noajidas sin el rito de la circuncisión (no queda claro si sus hijos la deberían cumplir) y con los judíos se debía realizar el ritual. Aquí existen dos alternativas: o Saúl de Tarso pensó conveniente la circuncisión del joven judío Timoteo porque predicaría posteriormente dentro de las comunidades judías diaspóricas del Asia Menor, o porque Saúl aplicaba las leyes noajidas para los gentiles que se convertían y continuaba aplicando el rito de la circuncisión conforme a lo estipulado por el centro político de Jerusalén de acuerdo a las pautas del Concilio del año 50. El vers. 4 del Cap. XVI dice:

que sus hijos y nietos realizaran el pacto de Abraham con la divinidad (rito de la circuncisión). Sin embargo muchos comenzaron a considerar el sólo cumplimiento de las leyes noajidas sin el rito de la circuncisión como condición de entrada al Judaismo nazareno. La circuncisión de Timoteo entonces nos plantea que en el 51, Saúl de Tarso no había realizado una ruptura en dicha materia o si esa era su intención, se continuaba sujetando a las disposiciones del grupo de los "Doce" de Jerusalén. ¿Cuál era entonces la primera y única diferencia en el 51, entre los judíos nazarenos y los judíos en general? El tema mesiánico en la figura de Yeshu de Nazaret. Los judíos no nazarenos planteaban lo siguiente: si las enseñanzas de Jesús (Yeshu de Nazaret) en su mayoría se derivan de las enseñanzas de los profetas de Israel, y esos Profetas están incorporados al Canon de las Sagradas Escrituras, en cierta forma las enseñanzas de Jesús se pueden encontrar por inferencia en toda la extensión de las Sagradas Escrituras. Los judíos nazarenos proclamaban a Yeshu como el Mesías de Israel, y los judíos nazarenos de la Diáspora unidos matrimonialmente con muchos gentiles que habían abrazado el judaismo como prosélitos, declaraban que Yeshu de Nazaret era el Mesías de Israel, esperado no solamente para la salvación de su propio pueblo sino de la humanidad toda (carácter universalista del Judaismo). Para acelerar entonces la redención humana, Saúl de Tarso proclama la difusión de las leyes noajidas según el Concilio de Jerusalén del 50. Si el mundo aceptaba el monoteísmo judío de las leyes noajidas y la redención mesiánica de Yeshu de Nazaret, se cumplía para los judíos nazarenos la redención real, esto es, la llegada del Mesías para Israel y la consiguiente redención universal. Como miles de judíos en aquella época, aceptaban a Jesús como el Mesías de Israel, faltaba realizar la tarea más difícil y con este objetivo trabajó toda su vida el célebre Saúl (San Pablo): la

"Pasando por todas las ciudades (Saúl), les entregaban los decretos ordenados por los Apóstoles y los presbíteros (Ancianos) que estaban en Jerusalén, para que los observasen. "

Otra de las cosas que indudablemente pudo haber sucedido era que Saúl disponía en primer lugar el cumplimiento de las leyes noajidas para que los gentiles acepten el monoteísmo proclamado por el Judaismo, y posteriormente al haber ingresado al Judaismo

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conversión de los gentiles al monoteísmo a través de la difusión de la fe en Yeshu de Nazaret y la aplicación de las siete leyes noajida? prescriptas por el Judaismo y ordenadas en el 50 desde Jerusalén. Los judíos seguirían con sus ritos nacionales, y los demás pueblos con el cumplimiento de las leyes noajidas aceptarían la idea de un Dios Único y Todopoderoso.

CAPÍTULO ONCE

LA PERSECUCIÓN ANTISEMITA A SAÚL DE TARSO EN MACEDONIA, 51-52, Y EL FIN DEL SEGUNDO VIAJE, 54. "Levantándose entonces Pablo, y haciendo señal (de silencio) con la mano dijo: Varones israelitas y los que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo de Israel, escogió a nuestros padres y ensalzó al pueblo durante su estancia en Tierra de Egipto y con brazo excelso los sacó de allí" Saúl de Tarso o San Pablo (Hechos de los Apóstoles, Cap. XIII, vers. 16 y 17)

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Después de la circuncisión del joven judío de Listra, Timoteo por el judío de Tarso, Saúl y Silas partieron hacia la comunidad judía de Macedonia para predicar la llegada del Mesías en la figura de Yeshu de Nazaret (Jesús). En el Capítulo XVI de Hechos de los Apóstoles, vers. 13 dice: "El día de Simba t salimos fuera de la puerta hacia el río, donde suponíamos que se hacía la oración (el rito judío) y sentándonos, trabamos conversación con las mujeres que habían concurrido. 14. Una mujer llamada Lidia, comerciante en púrpura, de la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, escuchaba. "El Señor le abrió el corazón \ hizo atenta a las palabras de Pablo".

Así vemos cómo Lidia y su familia, se unen al grupo de judíos nazarenos y son aceptados siendo ''temerosos de Dios", es decir gentiles que conocían el Judaismo y que ya creían en el monoteísmo. En los versículos siguientes Capítulo XVI, vers. 16-18) se nos narra cómo una mujer poseída y que actuaba como adivina, se encuentra con Saúl de Tarso y éste la saca de su estado de poseída.

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Las raíces judías del Cristianismo

Pero como esta mujer traía mucho dinero con sur, adivinanzas al Templo pagano de la ciudad de Filipos, en Macedoiia, los paganos gentiles arrastraron a los judíos Saúl y Silas al foro, y los acusaron de la siguiente manera: presentándolos a los pretores dijeron: "Estos hombres alborotan nuestra ciudad. Son judíos, 21. Y enseñan costumbres que no nos es lícito abrazar, ni pr-icticar siendo como somos nosotros romanos. 22. Y al mismo tiempo se levantó la plebe contra ellos y los pretores haciéndoles desgarrar los vestidos mandaron azotarlos con varas. 23. Y después de naberles dado muchos azotes los metieron en la cárcel, mandando al carcelero que los asegurase bien. 24. El cual, recibida esta orden, los metió en lo más interior de la cárcel y les sujetó los pies en el cepo". ¿Qué sucedió entonces en Filipos? Era tanta la cantidad de gente pagana que se unía al Judaismo nazareno predicado por Saúl, que la población de ?'ilipos y más particularmente los dueños de los Templos paganos, que lucraban con el pueblo, levantaron una serie de acusaciones contra los dos hombres. La acusación era que siendo judíos, incitaban al abandono de la idolatría pagana en favor de su conversión. La acusación contra ambos predicadores es clan.: Son judíos y enseñan costumbres que no nos es lícito abrazar. Este capítulo del libro Hechos de los Apóstoles nos comenta una persecución antisemita contra los dos judíos Silas y Saúl quienes comenzaron dentro de la cárcel a cantar himnos a Dios, y luego de un terremoto milagroso (Cap. XVI, vers. 25 al 28, el propio carcelero pidió su salvación y fue convertido. Las palabras de la conversión fueron muy simples: "Cree en Yeshu y te salvarás, tú y tu casa". Al salir de la cárcel se fueron a la casa de la "Temerosa de Dios", Lidia. Después de visitar la comunidad judía de Filipos, Silas y Saúl se dirigieron a la comunidad judía de Salónica (Tesalónica) y Pablo comenzó a predicar en el Shabat dentro de la sinagoga (Hechos, Cap. XVII, vers. I y ss):

"1. Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica donde se lidiaba una sinagoga de los judíos, 2. Pablo según su costumbre, entro a ellos y por tres shabatot (sábados judíos) disputaba con ellos según las Escrituras, 3. Explicando y haciendo >er cómo era preciso que el Mesías padeciese y resucitase de entre los muertos y que éste era Yeshu a quien dijo, yo os predico es el Mesías. 4. Algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y a Silas y asimismo un gran número de prosélitos griegos y no pocas mujeres de las principales ". Aquí vemos como a Saúl de Tarso, en Salónica se le unieron judíos de la sinagoga, que aceptaron el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret como el redentor, y muchos prosélitos griegos (es decir griegos que se encontraban en vías de conversión al Judaismo). Hasta ahora en ningún momento vemos entrar al grupo judeonazareno a gentiles fuera de los marcos judíos tradicionales. En el vers. 5 continúa el relato de Hechos:

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"Pero los judíos, movidos por la envidia, juntaron hombres malos entre los ociosos de la plaza y formando un tropel, alborotaron la ciudad y se presentaron a la casa de Jasan procurando llevarlos ante el pueblo ".

La frase "Pero los judíos movidos por la envidia", es una oración que generaliza a todos los judíos. Sin embargo debería decir algunos judíos, ya que como vimos, otros judíos lo siguieron, así como muchos prosélitos al Judaismo de origen griego. Por lo cual, aquí vemos en la sinagoga de Salónica una clara división entre grupos judíos diferentes: los judíos que no reconocían en la prédica de Saúl de Tarso una salvación para Israel, y los judíos que se unían al movimiento paulino o Saulino, porque reconocían el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret. Otro dato importante es que estamos entre los años 52-53. Si'as y Saúl recorren las sinagogas de manera exclusiva, y no extienden por ahora la prédica más allá de las comunidades israelitas.

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Las raíces judías del Cristianismo

Después de dejar la comunidad judía de Salónica, Saúl de Tarso y Silas se encaminan hacia la comunidad judía de Berea (Hechos, Cap. XVII vers. 10 a 15). En Berea, los judíos del lugar junto a Saúl y Silas, estudian todos los días las Escrituras para verificar el carácter mesiánieo de Yeshu de Nazaret, y según el vers. 12, muchos de ellos creyeron. Es decir que los judíos de Berea se unieron al guipo nazareno de Saúl y Silas. Sin embargo los judíos de la facción opuesta a los jucleonazarenos se movilizaron hacia Berea y también discutieron con los judíos nazarenos. En la sinagoga de Berea se quedaron los judíos Silas y Timoteo dirigiendo la jefatura del grupo judeonazareno. Saúl de Tarso se dirigió hacia la comunidad judía de Atenas. El judío de Tarso discutía todos los shahatot con los miembros de la comunidad judía ateniense, e inclusive con los prosélitos (gentiles en vías de conversión al Judaismo), y además se dirigía al Foro de Atenas a discutir con los filósofos que allí estudiaban. Saúl, en un fogoso discurso ante el Aerópago de Atenas, discute abiertamente el paganismo de los habitantes de la ciudad. Es en cierto modo, la primera vez que un judío sale a discutir la palabra de Dios entre los paganos en forma directa, y de ese modo no solamente discutirá dentro de las sinagogas sino públicamente contra los dioses paganos. Saúl de Tarso entonces tiene dos luchas simultáneas: por un lado convencer al pueblo de Israel de que el Mesías ha llegado, y por otro laclo convencer a los paganos de que el monoteísmo y la aceptación del Mesías en Yeshu de Nazaret son las condiciones de la redención. Después de abandonar Atenas, Saúl de Tarso, se encamina a la comunidad judía de Corinto (Hechos, Cap. XVII vers. I a 11 )• Allí se le unen los judíos que habían quedado en Berea, Silas y Timoteo, y además dos judíos romanos que habían escapado de la capital imperial porque el emperador Claudio había expulsado a muchos judíos de la ciudad. Esos dos judíos romanos que se unen a Saúl se llaman: Aquiles (o Aquila) y Priscila.

En Corinto se une al grupo judeonazareno el propio jefe de la sinagoga, es decir en aquellos tiempos, el jefe de la comunidad judía de Corinto, Crispo con toda su familia, lo cual da la pauta de que casi toda la comunidad judía de Corinto, se adhirió en masa al ideal mesiánieo de Yeshu de Nazaret. Según el versículo ¡I de dicho capítulo XVII del libro de Hechos, Saúl de Tarso se quedó allí un año y seis meses. Ya estamos en el año 54 aproximadamente, y este segundo viaje de Saúl de Tarso es fundamental para estudiar cómo las comunidades judías del Asia Menor y de Grecia son la base futura de la expansión cristiana hacia el Occidente. Un dato importante de este capítulo es la aparición de los dos judíos romanos Aquila y Priscila quienes se unen al judío de Tarso, y es la primera vez que Pablo tiene contacto directo con miembros cíe la prestigiosa comunidad judía de la capital imperial. Esto será fundamental para el futuro, ya que a través de esta pareja judía, Saúl conocerá la situación reinante en la propia ciudad de Roma. Vemos cómo en el 54, Galión, procurador de Acaya, no distingue nítidamente entre los judíos nazarenos paulinos y los judíos no nazarenos cuando dice en el vers. 14 del Cap. XVII del libro cíe Hechos:

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"Si se traíase de una injusticia o acción villana, razón sería oh judíos, (¡ue \o os admitiese, 15. Mas si son cuestiones de palabras \ nombres de vuestra Ley vedlo vosotros mismos. Yo no quiero ser Juez de ¡ales cosas".

Esta declaración de Galión, nos indica hasta qué punto los romanos, hacia el 54. no podían distinguir entre los judíos que habían aceptado a Yeshu como el Mesías y los judíos que no lo habían aceptado. En el 54, Saúl c u l m i n a su viaje en la ciudad central del movimiento judío nazareno: Jerusalén. En primer lugar se encamina c'esde la comunidad judía de Corinto a Efeso, y en dicha ciudad P'"eclica en su sinagoga. Desembarca posteriormente en Cesárea y •sube finalmente a saludar a la comunidad judeonazarena en Jerusa-

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lén, llegando finalmente al centro estratégico del nazareísmo constituido por la liberal comunidad judía de Antioquía. Después de visitar al grupo central de los judíos jerosolimitanos en el 54, parte nuevamente el judío de Tarso en lo que se conoce como el Tercer Viaje, y que durará hasta el año 58.

CAPITULO DOCE

EL TERCER VIAJE DE SAÚL DE TARSO (SAN PABLO), 54-58 "Varones, hermanos, hijos del Linaje de Abraham y los que entre vosotros son temerosos de Dios, a vosotros ha sido enviada la palabra de esta salvación " Saúl de Tarso (Prédica en la Sinagoga de Antioquía de Pisidia. Hechos de los Apóstoles. áp. XIII, Vers.26)

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Vemos un dato muy interesante para el análisis histórico, y es cómo Saúl se siente mucho mejor en el Judaismo de la Diáspora, que él conoce por haber nacido en el exterior de Judea, que con el Judaismo nacional del territorio sagrado. En primer lugar. Saúl de Tarso conocía el ambiente enrarecido que existía en Judea, entre los romanos y los judíos nacionalistas. Los romanos no se convertirían al Judaismo allí y los judíos aferrados al ideal nacionalista combatirían hasta la muerte para liberar la nación de la mano pagana. La lucha que el judío diaspórico Saúl encaraba, era de otro tipo: una lucha espiritual. Pretendía demostrar que el Judaismo monoteísta y la salvación por Yeshu de Nazaret eran las claves de la redención humana. Convertir a los romanos y a los griegos al Judaismo a través de la flexibilidad de las leyes noajidas y la aceptación de Yeshu como el Mesías. En el 54, como se verá en el libro de Hechos, Cap. XVIII, vcrs. 23 a 28, aparecieron judíos jucíi¡icos, es decir miembros des-

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Las raíces judías del Cristianismo

candientes de aquellos judíos que habían seguido las enseñanzas esenias del Profeta judío Yohanan o Juan, el Bautista. Estos judíos juánicos realizaban el baño ritual judío (bautismo), En cambio, los judíos romanos instruidos por el judío Saúl, convencen al judío alejandrino Apolo, de ingresar al Judaismo paulino aceptando el verdadero carácter del baño ritual judío de Yojanan el Bautista, ese carácter lo brindaba la aceptación del Mesías en la persona de Yeshu de Nazaret. Este joven judío alejandrino comenzó a predicar en la sinagoga de la comunidad judía de Efeso (Hechos, Cap. XVIII, vers. 24 al 26). Allí los dos judíos romanos Priscila y Aquiles le enseñaron la doctrina paulina. El joven Apolo salió de la comunidad judía de Efeso para la comunidad judía de Acaya, y fundó la comunidad judeonazarena en dicha ciudad con un grupo siempre de judíos, que aceptaban a Yeshu de Nazaret como el Mesías de Israel. En el Cap. XIX, Saúl (San Pablo) llega a la comunidad judía de Efeso y escucha que se había realizado el baño ritual judío según las enseñanzas esenias de Yojanan el Bautista, en nombre de Yeshu de Nazaret. Saúl de Tarso predicó en la sinagoga de Efeso durante tres meses ininterrumpidos. Siete hijos del judío Esceva entonces invocaron el nombre de Yeshu para su propio beneficio, compitiendo con Saúl, pero desistieron ya que se atemorizaron de los prodigios divinos. Es así como la comunidad judía de Efeso comenzó a seguir al inicial movimiento que en un futuro ya cercano se conocería con el nombre de Cristianismo. Comenzó en este viaje lo que podríamos denominar la "Segunda persecución antisemita contra Saúl de Tarso" (Cap. XIX, vers. 23 a 40)

bienestar, y por otra parte veis y oís cómo no sólo en Efeso sino en casi tocia el Asia, este Pablo con sus pláticas ha apartado a mucha gente, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. 27. Y no solamente esta nuestra industria corre peligro de ser desacreditada, sino que también el Templo de la gran diosa Artemis, a la cual toda el Asia y el orbe adoran, será tenida en nada y ella vendrá a quedar despojada de su Majestad. 28. Oído esto se llenaron de furor y gritaron exclamando: ¡Grande es la Artemis de los efesios!. 29. Llenóse la ciudad de confusión y a una se precipitaron al Teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de viaje de Pablo. 30. Pablo quería también presentarse al pueblo mas no le dejaron los discípulos. "

"Hubo en aquel tiempo un alboroto no pequeño a propósito ¿leí Camino. 24. Un platero de nombre Demetrio, que fabricaba de plata templos de Artemis y proporcionaba no poca ganancia a los artesanos. 25, reunió a éstos y a los obreros de aquel ramo y dijo: bien sabéis compañeros, que de esta industria nos viene el

Aquí vemos cómo los cientos de gentiles que ingresaban al grupo judeonazareno de Saúl, hacían peligrar la vida de las diferentes comunidades judías en la Dispersión, como en este último caso, en Efeso. Los gentiles paganos decían: si un judío convierte al Judaismo nazareno (futuro Cristianismo) a los paganos, nos quedaremos sin paganos para nuestro comercio de dioses, por lo tanto hay que terminar con los judíos y su propaganda. El judío de Efeso Alejandro calmó a las multitudes paganas que, enfervorizadas contra la propaganda de Saúl podían aniquilar mediante un pogrom a toda la comunidad judía de la ciudad. Estamos ya a fines del 57 y principios del 58, y Saúl, luego del tumulto en la ciudad de Efeso, pasó a las comunidades judías de Macedonia y Grecia. Todo el comienzo del Cap. XX, del libro de Hechos, comenta cómo Saúl y su pequeño grupo de seguidores se encaminan hacia Jerusalén, pasan por las ciudades de Ason, Mitiline, Quio, Samos Mileto y frente a la ciudad de Efeso sin entrar, porque Saúl quería llegar para la fiesta judía de Shavuot (Pentecostés) a Jerusalén. Lo interesante de esta última etapa es que Saúl, antes de partir de Macedonia, escribió la Carta a los judíos romanos llamada "Epístola a los Romanos". En el Capítulo XXI del libro de Hechos nos relata el final del viaje en el 58, y se dice que Saúl de Tarso y su grupo pasó desde

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Mileto por la Isla de Cos, la Isla de Rodas, y de allí a Patara, llegando por vía naval hasta la ciudad de Tiro en Fenicia (hoy Líbano). En Tiro se reunieron con algunos discípulos, quienes le advirtieron que no viajara a la ciudad de Jerusalén ya que el ambiente era peligroso. Desde la ciudad de Tiro llegan a Cesárea y se reúnen allí con el judío Felipe, uno de los siete Diáconos, (San Felipe, el Evangelista). Subió el grupo a la ciudad de Jerusalén a fines del 58 y se hospedaron en la casa del judío chipriota Mnason, que pertenecía al grupo judeonazareno. Al final del viaje, Saúl de Tarso, se presenta a Jacobo Ben Alfeo (hermano del Señor) y le relata todo el viaje, demostrándole que miles de gentiles han abrazado la ley judía (Tora) y han aceptado el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret, (Libro cíe Hechos: Cap. XXI, Vers. 20):

sacrificadas a los ídolos, de la sangre de lo ahogado y de la fornicación. 26. Entonces Pablo (Saúl de Tarso), tomando a los hombres se purificó con ellos y entró en el Templo (de Jerusalén) anunciando el vencimiento de los días de la purificación, hasta que se ofreciese por cada uno de ellos la ofrenda. "

"Ellos, habiendo oído glorificaban a Dios, mas le dijeron: ya ves Hermano, cuántos millares entre los judíos, han abrazado la fe, y todos ellos son celosos de la Lev. "

Sin embargo le advierten que muchos han escuchado que Saúl no se encaminaba correctamente dentro de la legislación judía. Y continúa el Cap. XXI, vers 21: "Pues bien, ellos lian oído acerca de ti que enseñas a todos los judíos de la Dispersión a apostatar de Moisés, diciendo que no circunciden a sus hijos ni caminen según las tradiciones. 22. ¿Qué hacer pues? De todos modos oirán que tú has venido. 23. Haz por tanto esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que están obligados por un voto. 24. Tómalos \ cate con ellos y págales los gastos para que se hagan rasúrenla cabeza; entonces sabrán todos que no hay nada de las cosas que han oído hablar sobre ti, sino que tu también andas en la observancia de la Tora. 25. Mas en cuanto a los gentiles que han abrazado la fe (en un Dios único), nosotros ya hemos mandado una epístola, determinando que se abstengan de las carnes 140

El ambiente de Judea en el 59 era terrible, los judíos nacionalistas llamados sicarios, se encontraban en una guerra sin cuartel matando romanos y éstos a su vez, para imponer el orden imperial asesinaban a sangre fría a cuanto judío encontraban realizando algún tumulto. Los divididos bandos de saduceos y fariseos luchaban entre sí, y ahora casi estamos en las proximidades de la revolución judía del 66 contra Roma. Saúl de Tarso al realizar el voto del nazareato, practica un acto ritual plenamente judío. Los nazires en Israel, eran hombres que se consagraban a Dios haciendo tres votos pero de carácter temporal: 1, el de no cortarse el cabello; 2, el de no beber vino; y 3, el de no tener contacto sexual con mujeres. Parece ser que Yojanan o el judío Juan el Bautista fue itazir. Hay unas palabras de Jacobo Ben Alfeo: "Ya ves hermano, cuántos millares, entre los judíos, han abrazado la fe, y todos ellos son celosos de la Tora (la ley)". Esto implicaba que el reconocimiento del carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret, para Jacobo Ben Alfeo o Santiago el Menor se encontraba de acuerdo con las prescripciones judías de la Ley de Moisés. Y luego: "Pues bien, ellos han oído acerca de ti que enseñas a todos los judíos de la Dispersión a apostatar de Moisés, diciendo que no circunciden a sus hijos ni caminen según las tradiciones". Vemos cómo Jacobo Ben Alfeo ve que este ataque a Saúl de Tarso (San Pablo) proviene del grupo saduceo de Je'"usalén, el mismo grupo que había realizado las persecuciones de los años 37 y 42.

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Y Jacobo Ben Alfeo (Santiago el Menor) en el vers. 25 dice: "Mas en cuanto a los gentiles que han abrazado la fe, nosotros ya hemos mandado una epístola determinando que se abstengan de las carnes sacrificadas a los ídolos, de la sangre, de lo ahorcado y de la fornicación." Se repiten entonces las leyes noajidas para los gentiles que se convierten al monoteísmo sin ingresar al Judaismo. En este aspecto, la conversión que estaba llevando a cabo Saúl cíe Tarso en la Dispersión se adaptaba perfectamente al Judaismo, ya que imponía las leyes noajidas, y miles de paganos se convertían en monoteístas sin ingresar al Judaismo. En ese sentido, quedaban miles de monoteístas de la gentilidad que no eran paganos pero que tampoco habían ingresado al Judaismo. Los judíos tradicionalistas (fueran sacluceos o fariseos) creían que los judíos del grupo nazareno convertían a los gentiles al Judaismo sin cumplir con el ritual judío específico. Sin embargo los judíos nazarenos realizaban un acto permitido dentro del Judaismo, y era la divulgación de las siete leyes noajidas para que el idólatra renunciara a su idolatría e ingresara a la idea monoteísta. Sin embargo, se podría pensar que el grupo de los "Doce" en Jerusalén abrigaba la esperanza de que los hijos de aquellos monoteístas que aceptaban las siete leyes noajidas, ingresaran al Judaismo cumpliendo todos sus ritos. Al final del Cap, XXI, de Hechos de los Apóstoles, se relata cómo los judíos del Asia Menor que se encontraban el al ciudad de Jerusalén, al reconocer a Saúl de Tarso (San Pablo) realizan un tumulto contra éste y lo sacan del Templo de Jerusalén. En el versículo 38, los romanos lo confunden con un egipcio judío que, con cuatro mil nacionalistas, saliera al desierto a resistir militarmente a Roma. Y es allí cuando Saúl de Tarso dice:

chad la defensa que ahora hago delante de vosotros'. 2. Oyendo que les hablaba en idioma hebreo, guardaron mayor silencio y él prosiguió: 3. 'Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia pero educado en esta ciudad, a los pies de Gamaliel, instruido conforme al rigor de la Tora de nuestros padres, celoso de Dios como vosotros lo sois todos los días de hoy. 4. Perseguía yo de muerte esta doctrina, encadenando y metiendo en las cárceles lo mismo hombres que mujeres. J5. Como también el Sumo Sacerdote me da testimonio y todos los ancianos; de los cuales asimismo recibí cartas para los hermanos y me encaminé a Damasco, hacia el mediodía de repente una gran luz del cielo me envolvió. 7. C'ií en tierra y oí una voz que me decía: Sanio, Sanio ¿por qué me persigues? 8. Yo respondí: ¿Quién eres Señor?' 'Yo soy Yeslnt el Nazareno a quien tu persigues... ".

Los judíos de Jerusalén, después de escuchar al judío de Tarso, se encolerizaron ya que no creían en el carácter mesiánico de feshu de Nazaret a diferencia de los miles de judíos de la Diáspora jue ingresaban al movimiento judeo-paulino. En el Cap. XXIII del libro de Hechos de los Apóstoles, Saúl de Tarso realiza un discurso ante el Parlamento religioso judío (SaneIrín), para defender sus puntos de vista religiosos: "/. Pablo (entonces, teniendo fijos los ojos en el Sanedrín dijo: 'Varones, hermanos: Yo hasta el día de hoy me he conducido delante de L ios con toda rectitud de conciencia'. 2. En esto el Sumo Sacerdote Ananías (Ananías II de la facción gobernante saducea), mandó a los que estaban junto a él que le pegasen en la boca. 3. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te herirá a ti pared blanqueada! Tu estás sentado para juzgarme según la Tora y violando la Tora (ley judía) ¿mandas pegarme? 4. Los que estaban cerca dijeron: Así injurias tú al Sumo Sacerdote de Dios? 5. A lo cual contestó Pablo: 'No sabía, hermanos que fuese el Sumo Sacerdote; porque está escrito no maldecirás al príncipe de tu pueblo ".

" Yo soy judío, de Tamo, en CU ¡da, ciudadano de una no ignorada ciudad, re ruego me permitas hablar al pueblo' 40. Permitiéndoselo él, Pablo, puesto de pie en las gradas hizo una señal con la mano al pueblo y cuando se hizo un gran silencio les dirigió la palabra en hebreo, diciendo: 'Hermanos y Padres, escu-

Hay que analizar este hecho que es fundamental: los Sumos Sacerdotes eran miembros -de la facción saducea aliada del Impe-

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rio Romano, y para manejar el poder religioso de Judea, mataban a su propio pueblo con persecuciones reiteradas, apoyadas por el ejército romano. Los judíos nacionalistas odiaban a esos Sumos Sacerdotes que eran marionetas romanas y que querían vivir según las costumbres extranjeras. Ananías II, el Sumo Sacerdote saduceo que aparece en el Cap. XXIII del libro de Hechos, será asesinado por un grupo de judíos ultranacionalistas llamados sicarios por ser este hombre amigo de Roma. Ananías II además, va a ser depuesto del cargo de Sumo Sacerdote por haber matado a Santiago el Menor. Esto nos brinda la pauta de que el grupo de los judíos nazarenos (Esteban, Santiago el Mayor, Santiago el Menor, Saúl de Tarso, etc...) pertenecía a los sectores fariseos que se oponían al dominio saduceo del Sanedrín. Los judíos nazarenos entonces, eran judíos fariseos pero de un sector pacifista, que luchaba por métodos no violentos. En cambio los zelotes, eran judíos fariseos que utilizaban la fuerza para resistir a Roma. Por otro lado los judíos nazarenos se oponían ideológicamente al saduceísmo. No le criticaban su alianza con los romanos, sino la usurpación religiosa y la modificación espiritual del Judaismo para su propio beneficio. La crítica nacionalista en cambio radicaba en el hecho de la alianza política con Roma. De todas formas, los diversos grupos judíos fariseos estaban unidos al dominio que los judíos prominentes del saduceísmo hacían de los cargos públicos. Es así que la actitud crítica frente a esos Sumos Sacerdotes es una línea nítidamente judía, y se enmarca en esa crítica general que todos los judíos de la época le hacían a sus propias autoridades religiosas, amigas y aliadas cíe los conquistadores romanos. Sabedor Saúl de Tarso de que no debía enfrentar a todo el Parlamento religioso judío (Sanedrín), sino que lo tenía que dividir para poder salvar su vida y para establecer un cierto apoyo al grupo de judíos nazarenos, optó por inclinarse a favor de la opinión ma-

yoritaria judía, el fariseísmo y es entonces cuando lanza sus concepciones religiosas fariseas a favor de la resurrección de los muertos, punto religioso en que saduceos y fariseos se encontraban divididos. Estamos ya a principios del 60, y el territorio de Judea ardía contra Roma. Saúl de Tarso sabe perfectamente que la situación en Jerusalén se está conviniendo políticamente en insoportable, y que es perentorio huir de Judea, ya que se visualiza un inminente conflicto entre los judíos nacionalistas y los romanos. Un dato importante que no debemos obviar, es que en el año 56 muere uno de los judíos más importantes que se encontró entre los primeros judíos nazarenos (llamados luego Cristianos): Yosef Barnabas el levita, quien muere dentro de la comunidad judíanazarena de la Isla de Chipre. Con el fallecimiento de este judío chipriota, quien sería llamado por la posteridad con el nombre de San Bernabé, el grupo inicial de los judíos nazarenos perdía una pieza clave, que había acompañado al judío ciliciano Saúl de Tarso en sus primeras prédicas.

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CAPITULO TRECE

SAÚL DE TARSO Y EL REY DE JUDEA AGRIPA II, 60-62 "Porque a causa de la esperanza de Israel estoy ceñido a esta cadena" Saúl de Tarso o San Pablo a la comunidad Judía de Roma (Hechos de los Apóstoles, Cap. XXVIII, vers. 20)

Mientras el judío Andrés Bar lona (San Andrés) predicaba en las zonas nortes cíe Grecia, el judío Natanael Ben Talmai (San Bartolomé) predicaba en Armenia, Frigia, y se dice que predicó hasta en la lejana India. El judío Matatías (San Matías) predicaba en Etiopía, y el judío lehuda Lebbeo (San Judas Tadeo) predicaba en Arabia y Siria. Después de la muerte del judío chipriota Yosef Barnabas el levita (San Pablo). El procurador romano Félix lo hace llamar para que le hable sobre la fe en Yeshu de Nazaret como Mesías de Israel, ya que la propia esposa del procurador romano llamada Drusila, era judía, y el interés por aquella relación matrimonial aumentaba. En el 60 aproximadamente asume en reemplazo de Félix, el procurador Poncio Festo, que gobernará hasta el 64, fecha en que asumirá el cruel Gesio Floro, 64-66, quien por sus desgraciados hechos sublevará al pueblo judío contra Roma en el 66. El nuevo procurador Festo, 60-64, se encuentra ante el hecho de que Saúl de Tarso estaba encarcelado a la espera de ser juzgado 149

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Las raíces judías del Cristianismo

por las autoridades romanas. Sin embargo, los saduceos del Sanedrín, amigos de Roma y odiados por el pueblo judío, querían juzgarlo (debemos pensar que estaba todavía hasta el 62 gobernando el Sacerdocio el nefasto Ananías o Anas II, quien por su violencia político-religiosa será destituido por la presión del pueblo judío, mayoritariamente fariseo y posteriormente asesinado). En el Capítulo XXV del libro de Hechos de los Apóstoles, se ve cómo el procurador romano Festo no sabe qué hacer con el caso de Saúl de Tarso, y decide ponerlo a la consideración de la máxima autoridad de Judea, el rey Agripa II hijo de Agripa I (41-44), ambos monigotes de Roma. Así lo relata el libro de Hechos de los Apóstoles, vers. 13 del Cap. XXV:

El Capítulo XXVI es íntegramente discurso que Saúl de Tarso realizó frente al rey Agripa II de Judea:

"Transcurridos algunos días, llegaron a Cesárea el rey Agripa y Berenice para saludar a Festo. 14. Como se detuviese allí varios días, expuso Festo al rey el caso de Pablo, diciendo: 'Hay aquí un hombre dejado preso por Félix, 15. Respecto del cual estando yo en Jerusalén, se presentaron los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, pidiendo su condena'. 16. Les contesté que no es costumbre de los romanos entregar a ningún hombre por complacencia, antes que el acusado tenga frente a sí a los acusadores y se le de lugar para defenderse de la acusación. 17. Luego que ellos concurrieron aquí, yo sin dilación alguna, me senté al día siguiente en el tribunal y mandé traer a ese hombre, 18. Mas los acusadores que lo rodeaban, no adujeron ninguna cosa mala de la que yo sospechaba, 19. Sino que tenían contra él algunas cuestiones referentes a su propia religión v a un cierto Jesús difunto, del cual Pablo afirmaba que estaba vivo, 20. Estando yo perplejo en cuanto a la investigación de estos puntos, le pregunté si quería ir a Jerusalén para allí ser juzgado de estas cosas. 21. Mas como Pablo apelase para que fuese reservado el juicio del Augusto, ordené que se le guardase hasta remitirle al César. 22. Dijo entonces Agripa a Festo: Yo mismo tendría también gusto en oír a ese hombre. Mañana - dijo- le oirás."

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"Dijo luego Agripa a Pablo: Se te permite hablar en tu defensa. Entonces Pablo, extendiendo su mano empezó a defenderse. 2. Me siento feliz oh, rey Agripa, de poder hoy defenderme ante ti de todas las cosas de que soy acusado por los judíos, (es decir por los saduceos que controlaban el Sanedrín).3 particularmente porque tu eres conocedor de todas las costumbres judías y de sus disputas, por lo cual te ruego me oigas con paciencia. 4 Todos los judíos conocen por cierto mi vida desde la mocedad, pasada desde el principio en medio de mi pueblo y en Jerusalén. 5. Ellos saben, pues, desde mucho tiempo atrás si quieren dar testimonio, que vivía yo cual fariseo, según la más estrecha secta de nuestra religión. 6. Y ahora estoy aquí para ser juzgado a causa de la esperanza en la promesa hecha por Dios a nuestros padres. 7. Cuyo cumplimiento nuestras doce tribus esperan alcanzar, sirviendo a Dios perseverantemente día y noche."

El Discurso ante Agripa II, continúa con el relato de la visión en el camino a Damasco y de la unión de Saúl de Tarso al grupo de los judíos nazarenos. El rey, después de escuchar el discurso de Saúl, dice en el vers. 32. "Se podría poner a este hombre en libertad, si no hubiera apelado al César. " El rey judío Agripa II no solamente apoyó a Saúl para obtener su liberación, sino que también dijo que las palabras de Pablo no violaban en absoluto la ley religiosa judía. Como la apelación al César no podía retractarse, se debía continuar con el juicio dentro del sistema jurídico romano. Esto permitió que Saúl de Tarso llegara a la capital del Imperio y por otro lado, al no quedar atrapado dentro del territorio de Judea, que no lo afectaran las circunstancias políticas de la revolución judía del 66-73 contra Roma. Todo el Cap. XXVII de Hechos de los Apóstoles, relata el viaje de Saúl hacia la capital Imperial. Cuando llegó a la ciudad de

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Insistimos en que se dice "de acuerdo a la ley de Moisés y los nrofetas" y en ninguna parte se dice "por abolición de esa ley". Los judíos romanos no se pusieron de acuerdo; unos siguieron "17. Tres días después convocó a los principales de los judíos, \ ellos reunido allesmovimiento dijo: 'Varones hermanos \odesinSaúl de Tarso y otros no. Calcujudío-nazareno lemos que en Roma, a principios del siglo I, existían unas doce o haber hedió nada en contra del pueblo, ni contra las tradiciotrece sinagogas, lo que demuestra la importancia numérica de los nes de nuestros padres, desde Jerusalén fui entregado preso en judíos romanos. manos de los romanos, 18. Los cuales después de hacer interroDesde el 62 aproximadamente hasta su muerte en el 67, Saúl gatorios querían ponerme en libertad, por no haber en mí ninde Tarso predica en Roma, e incorpora a cientos de judíos romanos guna causa de muerte, 19. Mas oponiéndose a ellos los judíos al grupo nazareno. Uno de los judíos romanos que será un fiel dis(los saduceos que controlaban el Templo de Jerusalén), me vi obligado a apelar al César, pero no como que tuviese algo de cípulo de Saúl es Clemente I (San Clemente) quien en el año 90 que acusar a mi Nación (a la Nación Judía) 20. Este es. pues será el Obispo de Roma (Papa) hasta el año 99. el motivo porque os he llamado para veros y hablaros, porque a Con lo cual el cuarto Papa de la Iglesia será un judío romano causa de la esperanza de Israel estoy ceñido a esta Cadena'. 21. que se adhiere al pensamiento judeonazareno (cristiano) de Saúl de Respondiéronle ellos: "Nosotros ni liemos recibido cartas de Tarso. Judea respecto a ti, ni hermano alguno de los que han llegado, Las disputas entre los judíos romanos divididos entre nazareha contado o dicho mal de ti. 22. Sin embargo deseamos oír de tu parte lo que piensas porque de la secta esa nos es conocido nos y no-nazarenos, llevará en muchos casos a que el Imperio dique halla contradicción en todas partes. " suelva a las reuniones religiosas por la fuerza. Una de las causas posibles para la persecución de los judíos En este último capítulo del libro de Hechos vemos cómo Saúl nazarenos (cristianos) por parte del emperador Nerón, fue sin lugar en primer lugar, brinda una charla con la dirigencia de la comunia dudas estas discusiones religiosas en la capital del Imperio. dad judía romana. Esto demuestra a las claras que hasta el último Pero la llegada de Saúl de Tarso tuvo un recibimiento cordial día de su vida predicó dentro de las comunidades judías, y que casi por parte de la comunidad israelita de la ciudad imperial. todas las comunidades israelitas se hallaban divididas entre la lleFue así como los primeros cristianos de Roma, provenían en gada mesiánica en la figura de Jesús y los que no aceptaban esc su mayoría de aquellos judíos que ingresaron al grupo judeocarácter. nazareno al mando de Saúl. No existen dudas también de que ya Al final de dicho capítulo XXVIII, Saúl les explica el reino cíe muchos judíos nazarenos se encontraban agrupados en Roma, y Dios "dando su testimonio y procuraba persuadirlos acerca de Jesús Provenían seguramente de comunidades nazarenas (cristianas) forcon arreglo a la ley de Moisés y de los Profetas, desde la mañana madas desde la década del 50, y que llegaron a la capital imperial hasta la tarde." Es decir que en ningún momento se lo ve intentanPosteriormente. Es así que Saúl de Tarso pudo haber encontrado do reemplazar el Judaismo, sino sólo de agregarle el dato mesianíCementos cristianos a su llegada. co en la figura de Ycshu de Nazaret. Pablo pretendía que el JudaA partir de este primer grupo judeonazareno romano se coismo aceptase la llegada de la redención y la conversión al monotemienzan a captar gentiles por la aplicación de las siete leyes noajiísmo de todos los gentiles según las leyes noajidas. Roma, convocó a los principales dirigentes judíos romanos pan realizar un discurso interesante (vers. 17y ss):

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das, o por el camino que abrió el versículo 28 del último Capítulo (XXVIII) del libro de Hechos de los Apóstoles: "Sepan entonces que esa salvación de Dios va a ser anunciada a los paganos. Ellos sí que la escucharán".

CAPÍTULO CATORCE

LA REBELIÓN JUDÍA, 66-73 "Las legiones pudieron destruir Jerusalén, pero no pudieron destruir el Judaismo " Mommsen

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El emperador Nerón (54-56) no defendió a los judíos de las persecuciones. En una ocasión estalló un conflicto entre los judíos y los griegos de la ciudad de Cesárea, motivado por la lealtad al Imperio Romano, ambos grupos se dirigieron a Nerón y este último optó por los griegos por más que estos no tenían razón en el pleito. Entonces, una parte importante del pueblo judío comenzó a prepararse para una rebelión en Juclea. En diversos puntos del país comenzaron a formarse núcleos de resistencia clandestina, y a prepararse legiones judías con entrenamiento militar para la lucha contra Roma. A la cabeza de estos grupos aparecieron los célebres jefes judíos nacionalistas llamados zelotes o celóles, y junto a ellos una especie de rebelde urbano: el .y/cY/nY;,_llainado así por su arma blanca la sica, un puñal que llevaban bajo su manto, y que cada vez que se presentaba la oportunidad, utilizaban para matar romanos y hasta a los judíos pacifistas que fraternizaban con ellos. En el año 64, fue nombrado procurador de Judea el tristemente famoso Gesio Floro (64-66), quien rápidamente fue llamado el "verdugo". Extrajo el dinero de los judíos adinerados, impuso tributos a los judíos pobres, y comenzó a cometer toda clase de actos ilegales.

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Los paganos que se encontraban a lo largo de todo el territorio judío suponiendo que la ley imperial los amparaba comenzaron a castigar a los judíos. Los griegos de Cesárea se congregaron en las puertas de las casas de oraciones religiosas judías y vociferaban contra esta religión. Fue entonces cuando una gran cantidad de judíos sicarios empezó a salir a las calles a matar a los griegos. Estos a su vez pedían el auxilio de las tropas romanas para terminar con los judíos, y así la espiral de guerra iba en continuo ascenso. Los judíos de Cesárea, perseguidos por los griegos huyeron a una aldea cercana a pedir la protección del procurador Floro y éste los envió a todos a prisión. Los judíos de Jerusalén entonces comenzaron a sublevarse, y la máxima tensión llegó cuando Floro exigió parte del tesoro del Sagrado Templo de Jerusalén. Los judíos de la ciudad salieron entonces con alcancías en las manos a pedir limosnas para el pobre Floro. Cuando el procurador romano supo de estos atrevimientos, ingresó a Jerusalén al mando de una legión imperial y exigió el dinero del Templo y las personas que lo habían ofendido. Los judíos se negaron. Ordenó a la legión romana que saqueara las casas de los judíos adinerados es decir el llamado "mercado Superior". Se inició entonces una terrible carnicería. La hermana del rey judío Agripa II, Berenice, imploró a Floro que detuviera la masacre, pero Floro se mostró inflexible. Entonces salieron los ultranacionalistas judíos a las calles. Floro no pudo contener la rebelión e hizo llegar nuevas legiones para que ingresaran al Santuario de Jerusalén. Fue en ese instante donde los judíos tomaron realmente las armas. Comenzó el fuego cruzado entre romanos y judíos en las azoteas de Jerusalén. Miles de judíos se lanzaron en las calles que conducían al Templo y finalmente entre la confusión y la muerte, Floro tuvo que abandonar Jerusalén, que se declaró independiente del poder romano. Se levantó entonces el jefe judío nacionalista Eliezer Ben Jananías que conducía la rebelión contra Roma. Por otro lado, el gru-

no pacifista estaba al mando del rey judío Agripa II. El procurador romano de Siria, Cestius Gallus envió un emisario para informarse sobre las causas de la rebelión judía contra Floro, y en presencia del delegado romano el rey de Judea Agripa II pronunció un discurso para convencer a los judíos de que no emprendieran la guerra contra el poder imperial romano. Los judíos aceptaron las palabras de su monarca y decidieron contribuir con el pago de los tributos a Roma. Sin embargo cuando Agripa II finalizó su discurso donde también establecía que Judea debía nuevamente quedar bajo la autoridad del procurador Gesio Floro, se lo trató de traidor a la Nación Judía. El monarca, junto a muchos judíos pacifistas, debió huir de Jerusalén, ante las excitadas multitudes de nacionalistas judíos. La rebelión volvió a encenderse con toda su fuerza. Los sacerdotes saduceos dejaron de encender su ofrenda al emperador, lo que significaba una ruptura con Roma. Agripa II envió sus fuerzas judías pacifistas para restaurar el orden romano, pero los ultranacionalistas zelotes terminaron de vencer en solamente siete días a dichas fuerzas. Los palacios de los reyes judíos Agripa II y Berenice fueron incendiados y destruidos. Se asesinaron a numerosos judíos amigos del poder romano. Fue entonces cuando Cestius Gallus, desde Siria y al frente de un numeroso ejército romano, se lanzó con toda su fuerza sobre Judea. Estarnos a comienzos del año 66, y el jefe judío Simón Ben Giura o Ben Giora con miles de soldados judíos zelotes salió de Jerusalén y derrotó a los romanos que se tuvieron que retirar. Comenzó a mediados del 66 un sitio de Jerusalén por nuevas fuerzas romanas de Cestius Gallus, que ocuparon las partes exteriores de la ciudad. Sin embargo, las fuerzas romanas quedaron exhaustas ante U» presión militar judía, y no pudiendo resistir la fuerza de combate del ejército hebreo se vieron obligadas a retirarse por segunda vez de Jerusalén. Informados los judíos de la retirada del procurador romano de la Provincia de Siria, comenzaron a perseguirlo hacia el

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norte. Miles de judíos pacifistas entonces se unieron a los grupos judíos de zeloles nacionalistas. Judea volvía a obtener su independencia en el 66. Informado el emperador Nerón de esta sublevación, envió hacia Judca a uno de los mejores generales del Imperio, Vespasiano, quien sería el futuro emperador de Roma. Se constituyó un gobierno conjunto de fariseos y saduivos deponiendo las actitudes anteriores y el Sanedrín fue encabe/ado por el bisnieto del sabio judío Hillel; Simeón Ben Gamaliel. Se designó al jefe militar judío Yosef o José Ben Gorion para fortificar la capital judía y formar batallones militares entrenados. En la región de Galilea se nombró a un general judío (del partido pacifista) Yosef Ben Matatías, llamado más tarde Flavio Josefo. Se fortificaron las ciudades judías de la Galilea, siendo provistas de armas y subsistencias. Yosef Ben Matatías (Flavio Josefo) era un general judío que descendía de sacerdotes y había sido educado en las escuelas de los fariseos. Amante de la paz con Roma, consideraba que el Imperio era beneficioso para el Judaismo y que una guerra frontal contra los romanos implicaba no solamente la destrucción completa de Judca. sino también la dispersión de todos los judíos del Imperio. Esla actitud pacifista del futuro Flavio Josefo fue comprendida por el célebre zelote nacionalista judío Johanan (Juan) de Giscala, quien informó al Sanedrín sobre las inclinaciones pacifistas del general judío de Galilea. El general romano Vespasiano, por orden del emperador Nerón, reunió 60.000 soldados, conformando así el mejor ejército romano del Oriente. Formaba parle de ese ejército un pequeño grupo de combate judío real, al mando de Agripa II, quien debía salir a luchar contri- 1 su propio pueblo. Mientras se desarrollaba la guerra, la hermana del monarca, la famosa y bella Bcrenice, trabó relaciones sentimentales con el hijo del General romano Vespasiano, llamado Tito.

Es así como el hombre que terminaría con la independencia judía, se enamora de una princesa judía como Berenice. Vespasiano inicia su acción penetrando con su ejército por Galilea. El general judío Yosef Ben Matatías (Flavio Josefo) al ver el gigantesco ejército romano, se retiró a Tiberíades. La resistencia judía se concentró en la ciudad de Jotapat. Allí miles de judíos, decidieron defender Judea del avance romano. Jotapat era casi inexpugnable. Vespasiano dirigió personalmente el sitio a la ciudad. Los romanos arrojaban incesantemente leños ardientes, piedras y saetas, pero los judíos salían por escondites destrozaban las armas romanas y volvían a la ciudad; lanzaban desde las murallas maderos ardientes, fósforo y alquitrán hirviente y así miles de romanos morían sin poder tomar la ciudad. Los defensores judíos de Jotapat quedaron sin agua. Cientos de judíos antes de entregarse prefirieron morir de sed. Los romanos se acercaron a la fortaleza e ingresaron a Jotapat donde comenzó una horrorosa carnicería Casi 100.000 soldados judíos se retiraron de la Galilea. Tomada Jotapat en junio del 67, los romanos, fatigados de la lucha, descansaron cerca de Cesárea. A continuación las legiones imperiales toman los fuertes militares judíos de Tariquea y Garríala. En Gainala, para no rendirse a los romanos toda la guardia judía se suicida tirándose al precipicio. El ejemplo de Galilea donde, Yosef Ben Matatías (Flavio Josefo) se rinde al general romano Vespasiano, hace que el grupo zelote decida terminar con los judíos saduceos aliados de Roma. Es así como el grupo opresor políticamente del pueblo judío, y además quienes habían perseguido a los judíos fariseos (entre ellos a los nazarenos), son asesinados por los judíos que deciden combatir al Poder romano hasta la muerte. Se erige en Jefe-dictador de Jerusalén para resistir al ejército r °niano, el general judío Yohanan (Juan) de Giscala y como geneIa ' judío de la provincia de Judea, queda Simeón Bar Giora.

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Después de la rebelión en Judea del 66, el emperador Nerón quiere terminar con los judíos dentro de su Imperio. En el 67 muere crucificado en Roma Simón Bar Yoná (San Pedro) y muere también Saúl de Tarso, (San Pablo). Muchos autores analizan dichas persecuciones a los judíos nazarenos (cristianos) en base al incendio de Roma del 64. Sin embargo habría que establecer la conexión entre la persecución de los judíos nazarenos romanos (cristianos romanos) y la sublevación de Judea del 66-73. Sin duda, además del peligro que constituía la propaganda judeonazarena en Roma, debieron existir conexiones entre la sublevación de Judea del 66 y la persecución a los cristianos (judíos nazarenos) de Roma. En el 68, el ejército romano tiene el control de todo el territorio de Galilea. Los judíos ultranacionalistas (zelotes) pensaron que para poder triunfar en la guerra había que matar a los judíos saduceos (los mismos que querían juzgar al fariseo Saúl de Tarso o San Pablo). Los pacifistas judíos (saduceos proromanos) abundaban entre las clases más pudientes de la ciudad de Jerusalén y poseían el control político-religioso del famoso Parlamento judío o Sanedrín. Fue por ello que lo nacionalistas zelotes tomaron el Gran Templo de Jerusalén y se fortificaron. Los judíos pacifistas (saduceos) al mando de Anas o Ananías II, (aquel saduceo que había matado al judío nazareno Yaacob Ben Alteo o Santiago el Menor, en el 62), sitiaron a los nacionalistas fariseos judíos del bando zelote. Y fue en ese momento que los judíos nacionalistas-zelotes acometieron contra el Sanedrín y ejecutaron al Sumo Sacerdote Ananías II y a Yosef o José Ben Gorion, es decir los miembros más destacados del partido saduceo. Los nacionalistas judíos (zelotes) prohibieron a los habitantes de la ciudad salir de ella, so pena de muerte. A su vez los zelotes se dividieron en tres bandos después de la derrota del partido pacifista saduceo pro-romano; los nacionalistas moderados al mando del jefe judío Eliezer Ben Simón; los zelotes de Galilea al mando de Yohanan (Juan) de Giscala; y los sicarios

del grupo extremista al mando del intrépido militar judío Simón Ben Giora. Por el sector romano, también se habían frenado las cosas. Muerto Nerón en el 68, muchos generales del Imperio luchaban por tomar el trono, y finalmente fue elegido el general romano que sitiaba la ciudad de Jerusalén, Vespasiano. Es así como dicho emperador debe dejar el mando de las tropas a su hijo Tito, amante de la princesa judía Berenice. En la fiesta de Pesaj del año 70 (Pascua), el hijo del emperador emprendió el asalto final a la capital del estado judío independiente. Tito propuso la rendición de la población de Jerusalén. Los jefes militares judíos estuvieron a punto de atrapar al propio Tito. Se comenzaron a construir grandes y altas murallas en los alrededores de la ciudad, y desde allí los romanos tiraban incesantemente con sus ballestas. Luego acercaron enormes arietes de hierro y comenzaron a derribar los muros de la ciudad. El jefe militar judío Yojanan(Juan) de Giscala, salía de la ciudad con sus sicarios y destruía las armas romanas. En mayo del 70, los romanos tomaron el muro exterior de la ciudad, y después de cinco días de lucha ininterrumpida se tomó el muro interior de la misma. Sin embargo los romanos debían tomar la parte superior, el Monte del Templo, hacia donde se colocaron cuatro arietes. Tito tenia cuatro legiones trabajando en el sitio a Jerusalén. El jefe judío Simón Ben Giora tomó en sus manos la defensa militar de la parte superior de la ciudad; el Templo era defendido por Yojanan de Giscala. Tito envió a Flavio Josefo para hablar con los s 'tiados, reclamando su rendición a Roma. Los judíos lo declararon 'aidor a la Nación Judía y se mostraron dispuestos a vencer o monr Por Dios. Los romanos enderezaron sus máquinas de guerra contra los "lUros del Templo, y como no fue posible derribarlos Tito ordenó ternarios. Los romanos marcharon hacia el Templo y miles de

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soldados judíos murieron para que el ejército enemigo no llegara al interior del Santuario Sagrado. El Templo quedó convertido en escombros y solamente quedaron intactos el Gran Candelabro, la Mesa Sagrada y un rollo de |u Tora. Tito ordenó llevar esos elementos para la entrada triunfal en Roma. El resto de las tropas judías se encerró ahora en la ciudad alta, uno de los barrios de la ciudad, y fue desde ese sector de la urbe jerosolimitaría que los jefes judíos Yohanan(Juan) de Giscala y Simón Ben Giora se declararon contra Roma. Solamente se entregarían a Tito con las armas en la mano. Tito no accedió a esa exigencia y la guerra continuó. Los jetes judíos se ocultaron en una cueva, ya que los romanos tomaron toda la ciudad alta, y finalmente fueron encadenados y conducidos a la fuerza a Roma. Miles de prisioneros judíos fueron tomados por Tito quien los distribuyó por todo el Imperio. Algunos cautivos fueron asesinados, otros vendidos como esclavos y obligados a realizar trabajos forzados. Los más vigorosos fueron conducidos por Tito para combatir en los circos romanos y para acompañar su entrada triunfal en Roma. Delante del emperador Vespasiano marcharon, cargados de cadenas, los cautivos hebreos y eran llevados en andas como señal de triunfo, los objetos sagrados del Gran Templo de Jerusalén. Cuando la procesión llegó al Templo de Júpiter fue sacado de entre los prisioneros el valeroso jefe militar judío Simón Ben Giora, a quien le arrojaron una soga al cuello y lo arrastraron hacia la cárcel. Inmediatamente fue ajusticiado. La multitud pagana acogió con júbilo la muerte de este anda/ e intrépido jefe judío. El otro Yqjanan de Giscala, fue condenado a prisión perpetua. Los dos hijos del emperador, Tito y Domiciano miraban alborozados este triunfo del poder romano.

En el 70, sin embargo, con la toma y destrucción de Jerusalén, Quedaron tres focos de resistencia militar judía: Herodium, Macherus y Massada. En Massada (Metzadá, en idioma hebreo) se suicidan, para no rendirse, los judíos de la fortaleza después de un sitio de 3 años (año 73). Vespasiano declara a Judea territorio conquistado y de su exclusiva propiedad privada. Se acuñan monedas con el nombre de "leuda Capta" (Judea Cautiva) o "Iitdea devicta" (Judea vencida). Sin embargo como dijo el historiador Mommsen "Las legiones destruyeron Jerusalén pero no pudieron destruir el Judaismo ". La caída de Jerusalén del 70 tuvo varias consecuencias para el desarrollo posterior del Judaismo y por consiguiente del Cristianismo: 1. En primer lugar, desapareció el Templo de Jerusalén y con su destrucción se terminó con el partido saduceo en el poder religioso judío. Este hecho trajo dos consecuencias para el Judaismo, la definitiva victoria ideológica farisca; para el Judaismo nazareno, la pérdida de la centralidad de Jerusalén, ya que por la huida de la comunidad judeo-nazarena a Pella, en TransJordania o por la propia destrucción de Jerusalén, su comunidad pierde la importancia anterior. 2. La dispersión de los cautivos judíos, que quedan desesperanzados de liberar políticamente a Judea y buscan ansiosamente una "redención espiritual". Eso lleva a que la idea mesiánica del grupo judeonazareno quede reforzada por esa desesperanza política er> la independencia. 3. La subida al poder de la familia de los Flavios, quienes por Sl> lucha contra Judea tienen un odio total al Judaismo en general (mcluso al Judaismo nazareno-Cristianismo). 4. El refuerzo de las comunidades judías de la Diáspora sobre 'a comunidad judía de la propia Judea. Esto lleva a que el Judaismo paspórico obtenga una supremacía numérica con relación al territorio sagrado.

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Así llegamos al año73. Miles de judíos nacionalistas huyen hacia Egipto y sublevan a la comunidad judía local contra Roma. Dicha comunidad llegó a tener casi 500.000 miembros. Vespasiano tiembla y envía hacia Egipto al ejército romano. Ordena destruir el Sagrado Templo judío de Alejandría en el 73. Mientras tanto la hermana del rey judío Berenice, vivía cómodamente en el fastuoso palacio imperial de Tito. Tito no se casó con ella, porque temía que los ciudadanos romanos lo considerasen traidor por casarse con una judía de una lejana provincia rebelde al poder imperial. La princesa judía Berenice totalmente decepcionada, regresa a Judea. Agripa II muere hacia el año 100, y ya queda definitivamente terminado el nominal "Estado judío monárquico". El general judío de Galilea Yosef Ben Matatías terminó sus días como historiador judío en Roma, con el nombre de Flavio Josefo. A la muerte del emperador Vespasiano, asumió el cargo de emperador romano su hijo Tito, vencedor en Judea, quien muere en el 81, asumiendo entonces las funciones imperiales su hermano Domiciano, quien gobernará el Imperio desde el 81 hasta el 96, desapareciendo en dicho año la Dinastía imperial de los Flavios.

CAPITULO QUINCE

LA TRANSICIÓN DEL NOEÍSMO AL CRISTIANISMO, 70-90 "La Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció con antelación a Abraliain esa buena nueva: 'En Ti Serán bendecidas todas la naciones'. Así pues los que viven de la fe, son bendecidos con Ábmham, el Creyente. " Saúl de Tarso o San Pablo (Epístola a ¡os Calatas, Cap. 3, vers 8-9)

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^ Estos dos decenios (del 70 al 90) son fundamentales para el nacimiento del Cristianismo como religión independiente del Judaismo. El período que va del 60 al 73, aproximadamente, podría ser denominado de aceleración histórica, ya que lo que sucedió en aquel decenio marcó para siempre los dos caminos que habrían de recorrer el Judaismo y el Cristianismo. En el año 62 moría Jacobo Ben Alfeo o Santiago el Menor, aquél que había frenado el primer cisma del Judaismo nazareno o Cristianismo, ya que sentó las bases del Decreto Apostólico del 50 y sus leyes noajidas. En el 66, comenzaba la rebelión judía que, como hemos visto fue derrotada por el Imperio Romano, en el 70 con la toma de Jerusalén y después del 73 con la caída del último bastión militar judío en Massada (Metzadá). En el mismo decenio eran asesinados Simón Bar Yoná (San Pedro) y Saúl de Tarso (San Pablo) en Roma, y así desaparecían los principales dirigentes del grupo judío nazareno.

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Miles de nocidas o seminoeidas quedaban en el Asia Menor, dirigidos desde Efeso o Antioquía. Allí toma el mando como Obispo de Efeso, Timoteo, aquel judío efesio circuncidado por Saúl de Tarso. Los elementos más importantes que logró obtener el Judaismo nazareno para proclamarse una religión independiente fueron: 1. El tema central del Judaismo nazareno no será la historia judía antigua, sino que todas las celebraciones se realizarán en recuerdo del Mesías Yeshu de Nazaret. El Cristianismo se desligó de la historia judía como tema central de su religión. El Judaismo tradicional continuó y continúa recordando los ¡lechos nacionales como hechos religiosos. El Cristianismo recuerda la vida de Yeshu de Nazaret. Las tendencias ebionitas o judeo-cristianas del siglo I y II, pretendían recordar en las mismas fechas dos sucesos de manera simultánea, como por ejemplo durante la Pascua, recordar la muerte y resurrección de Yeshu de Nazaret como así también la esclavitud y posterior liberación de los israelitas de Egipto. Sin embargo esta idea no prosperó. No se pudo lograr una conmemoración con un doble sentido. El Cristianismo basó su religión en el sentido cristológico y el Judaismo basó la suya en el sentido nacional. 2. La aceptación de todos aquellos que quedaban en situaciones intermedias con relación al Judaismo tradicional: los matrimonios mixtos (pagano-judíos) de la Dispersión, los judíos helenistas, los nocidas, los seminoeidas, los romanos que no querían circuncidarse, los romanos que debían luchar contra Judea pero que querían ser monoteístas, los Temerosos de Dios, los samaritanos, es decir cientos de grupos que buscaban la "Salvación" y que no eran parte del Judaismo o lo eran en forma parcializada. 3. El tercer paso fue la creación de todo un "Canon" de libros, llamados posteriormente "Nueva Beritli", o Nuevo Pacto, o Nuevo Testanientuiu, por el cual, se legislaba y se conducía la nueva comunidad. El judeo-Cristianismo ebionita pretendía unificar .solamente el "Evangelio de los Hebreos" con el resto de la Tora.

Los cristianos unieron el Nuevo Berit con la Antigua Berit o Antigua Alianza. Los marcionitas, como veremos, intentarán dividir el Nuevo Testamento del Antiguo. En ese sentido el judaismo tradicional no aceptó dentro del Canon a los libros del Judaismo nazareno, y entonces la interpretación del mismo fue realizada de manera autónoma por el Cristianismo, ya que el Judaismo tradicional había renunciado a su interpretación por falta de incorporación.

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Unidad en el Canon, aceptación de grupos intermedios, y Cristología, llevaron al Judaismo nazareno a evolucionar hacia el Cristianismo y crear así finalmente una religión independiente.

Debemos también analizar la posición judía con relación a los grupos jucleo-nazarenos. Si la misma se hubiera flexibilizado y se hubieran aceptado esas masas gentiles que entraban deseosas al monoteísmo, la división no se hubiera producido. Sin embargo el Judaismo estaba ensimismado en sus luchas internas (saduceos, fariseos, esenios, zelotes), se encontraba dominado por el Imperio Romano, y con la caída del Gran Templo de Jerusalén en el año 70, perdió el centralismo político que hubiera necesitado para unificar la veloz evolución del Judaismo nazareno en la Dispersión. Esa falta de centralismo político-religioso judío, impidió que las autoridades rabínicas del pueblo judío prestaran la debida atención al Judaismo diaspórico del Asia Menor, Alejandría, Roma y las Galias, que evolucionaba hacia el Cristianismo en forma acelerada. Esas comunidades judías debían ahora autogobernarse por la desaparición del eje central de coordinación política, esto es, el Gran Templo de Jerusalén. En ese sentido uno de los más grandes logros del nazareísmo (Cristianismo) fue el de organizar rápidamente su estructura de coordinación con una base centralizada en la

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ciudad de Roma, adaptando así la excelente organización imperial romana para la expansión evangelizadora posterior. Hacia la década del 80-90 como veremos posteriormente se puede decir que ya estaba muy evolucionada la división. Veremos además que el "Canon unificado" concluye con el Evangelio de Yojanan el Sheliaj (San Juan el Evangelista), y con el Apocalipsis a principios del siglo II.

CAPÍTULO DIECISEIS

LA PERSECUCIÓN A LOS JUDÍOS BAJO DOMICIANO "Ocurrían casos en que algunos paganos abrazaban la fe judaica. Entre esos conversos hubo algunos familiares del emperador Domiciano, quienes cumplieron fielmente los preceptos de la religión Mosaica ". Simón Dubnow Historiado rji (dio

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ciudad de Roma, adaptando así la excelente organización imperial romana para la expansión evangelizadora posterior. Hacia la década del 80-90 como veremos posteriormente se puede decir que ya estaba muy evolucionada la división. Veremos además que el "Canon unificado" concluye con el Evangelio de Yojanan el Sheliaj (San Juan el Evangelista), y con el Apocalipsis a principios del siglo II.

CAPITULO DIECISEIS

LA PERSECUCIÓN A LOS JUDÍOS BAJO DOMICIANO 'Ocurrían casos en que algunos paganos abrazaban la fe judaica. Entre esos conversos hubo algunos familiares del emperador Domiciano, quienes cumplieron fielmente los preceptos de la religión Mosaica". Simón Dubnow Historiador judío

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Con la destrucción del Templo de Jerusalén, en el año 70, y con la caída de las fortalezas militares judías del 73, el emperador Vespasiano (69-79) comienza a gobernar con todo el Imperio Romano en orden. Las comunidades judías nazarenas (cristianas) eran todavía pequeñas y se concentraban en Efeso, Antioquía, y Jerusalén: Los "Apóstoles" en su mayoría habían muerto. Solamente quedaba el judío Yqjaiiiin el Sheliaj quien será llamado por la posteridad como "el Evangelista". Otro judío nazareno discípulo y posterior compañero de Saúl de Tarso (San Pablo) era Timoteo (San Timoteo) quien ya anciano, dirigía el destino del grupo judeaonazareno (cristiano) del Asia Menor. Después del período 66-73, el pueblo judío es dispersado por todo el Imperio Romano. Llevados cautivos muchos de ellos, trasladan su religión hacia los extremos del Hemisferio Occidental hasta entonces conocido. Vespasiano era tolerante en materia de fe, 175

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ya que solamente era hostil a la independencia política de Judea y admitía respetuosamente el particularismo religioso judío. En el año 79 el emperador Vespasiano fallecía. Le sucedía su hijo, aquel glorioso general romano que había tomado Jerusalén en el año 70: Tito. Tito era mucho más hábil que su hermano menor Domiciano, sin embargo su período de gobierno fue demasiado breve para juzgarlo históricamente. Continuó la misma política de tolerancia hacia el Judaismo y hacia aquel grupo judío-nazareno (cristiano) que avanzaba en el terreno de la fe. Tito fallecía en el 81; solamente había gobernado dos años (79-81). En ese año asumía el cargo de "Emperador de Roma" el hombre que llevaría a cabo una de las mayores persecuciones a los judíos (y a los judíos-nazarenos): Tito Flavio Domiciano. Este hombre ejerció un poder absoluto, lo que le acarreó la enemistad del Senado Romano. Culminó en el año 84 la conquista de Britania para el Imperio y consolidó mediante una acción militar las fronteras del río Rhin y del Danubio. La aristocracia romana que lo odiaba, fomentó una sublevación con apoyo de algunas tribus germánicas al mando del general romano Saturnino, en el año 88. Los miembros de la nobleza romana que estaban involucrados en el motín del 88 fueron perseguidos, muertos o deportados hacia algunas islas remotas. Domiciano persiguió a los filósofos y muchos fueron deportados, como Epicteto y Dion Crisóstomo. Sin embargo odiaba profundamente a los judíos, a los que consideraba contrarios a las costumbres del Imperio y quienes, desde la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70 debían pagar un impuesto al Templo pagano de Júpiter. Vespasiano y Tito hicieron más tolerable tal actitud y los judíos no abonaban tal impuesto, ya que implicaba el desconocimiento de la unicidad de Dios enviando dinero a un templo pagano. Domiciano en el 88 proclamó que los judíos y los que vivían al estilo judío (es decir los cristianos), debían pagar el impuesto al Templo de Júpiter.

Los judíos de todo el Imperio se negaron a blasfemar a Dios. Los grupos judeonazarenos se les unieron. Lo interesante para el análisis de este punto de la historia es lo siguiente: parte de la familia de los Flavios, es decir de la familia imperial de Domiciano, se había convertido al Judaismo o al judeo-nazarenismo (Cristianismo): ¿Por qué decimos al Judaismo o al Cristianismo? Porque algunos historiadores judíos como Dubnow, nos informan que los familiares de Domiciano se convirtieron al Judaismo, y los libros sobre la "Historia del Cristianismo" o de la Iglesia, nos informan que los miembros de la familia de Domiciano se convirtieron al Cristianismo. ¿Qué cabe pensar? ¿A cuál de las dos religiones se convirtieron los familiares del emperador Domiciano? En realidad, se convirtieron al Judaismo nazareno, es decir al Judaismo y al Cristianismo, ya que todavía la división religiosa no estaba totalmente formada. El cónsul Acilio Glabrio, Flavio Clemente, primo de Domiciano, y su esposa Flavia Domitila, con sus dos hijos, todos fueron perseguidos. Domitila fue llevada presa a la isla de Pandataria; su esposo, Flavio Clemente, fue ejecutado. El emperador Domiciano llevó a cabo una búsqueda de los familiares de Yeshu de Nazaret por toda Judea, para asesinarlos. En el último período del reinado de este cruel emperador, 92-96, se llevaron a cabo las más terribles persecuciones contra el Judaismo y el Judaismo nazareno.

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¿Qué sucedía mientras tanto dentro del Judaismo oficial y del Judaismo nazareno(Cristianismo)? En el año 80, a la muerte del Gran Rabino Yojanan Ben Zakai, asumió las funciones de Jefe religioso máximo de los judíos (Presidente del Sanedrín) el Rabí Gamaliel II. Este era hijo de Simón II quien había sido asesinado por los romanos durante el asedio de Jerusalén en el año 70. En el año 80, Gamaliel II fue confirmado en el cargo por el Parlamento Judío (Sanedrín) como Nasi o Príncipe religioso de Judea.

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Con el objeto de fortalecer la unidad interna del Judaismo, este Príncipe judío, amplió las atribuciones del Sanedrín para elaborar las leyes judías. De la Academia de Rabi Gamaliel II salieron eminentes figuras como Yeshu Ben Jananías y Eliezer Ben Hircano quienes a su vez fundaron sus propias academias en distintas ciudades para la difusión y mantenimiento del Judaismo. Nuevamente comenzaron las discusiones doctrinarias como en épocas anteriores a la destrucción del 70. Este peligro debía selerradicado para darle al Judaismo una cohesión interna frente a la persecución del emperador Domiciano. Para ello, Gamaliel II decidió atribuir al Sanedrín la última decisión en una divergencia entre las Academias. A los judíos que se negaban a acatar la decisión del Sanedrín, Gamaliel II les prohibía la entrada a la Academia de estudios judíos. Esta severidad recayó sobre el eminente rabino Eliezer Ben Hircano, y entonces se creó un partido judío enemigo del príncipe. El Sanedrín designó para reemplazar a Gamaliel II al joven judío Eleazar Ben Azada, y Gamaliel II se sentó como un simple miembro del Sanedrín. Viendo esta actitud de humildad, el Sanedrín lo reincorpora en el cargo de Príncipe y al rabino Eleazar Ben Azada se lo nombra su secretario privado. El rabino Gamaliel II modificó las oraciones del ritual religioso judío y les agregó dos puntos: 1. que todo judío debe rogar por la reconstrucción de Jerusalén; 2. que todo judío debe orar para la restauración del reino judío libre e independiente. Estos dos puntos agregados al ideario religioso judío implicaban una nueva efervescencia nacionalista a través de la religión. ¿Qué sucedía en el grupo judeonazareno (cristiano)? El judío romano Clemente (San Clemente), dirigía desde el 90 los destinos del Cristianismo naciente en la ciudad de Roma como su jefe-Obispo (Papa). En Oriente, el judío Timoteo se encontraba como jefe-Obispo de la comunidad judeonazarena (cristiana) de Efeso en el Asia Menor. Y el anciano judío Yojanan el Evangelista

(San J u a n e ' Evangelista) escribía el Apocalipsis, desterrado a la isla de Patsmos por orden directa del emperador Domiciano. Muerto Domiciano en el 96, asumía el gobierno del Imperio jsjerva, 96-98, quien gobernó por poco tiempo, asociando al mismo a quien realizara una de las más grandes persecuciones contra los judíos (y en forma simultánea contra los judíos nazarenoscristianos): Trujano. Antes de la asunción de Nerva, moría en una cruz con forma de aspa, el judío nazareno Andrés Bar lona o Hijo de Joñas (San Andrés), en el año 95. Este enviado (sheliaj o Apóstol) había predicado según San Jerónimo en Grecia, y según Ensebio en la Escitia (Rusia). Con esta crucifixión el naciente movimiento judeonazareno (cristiano) perdía una de sus más importantes figuras de su primera época. Bajo el gobierno de Nerva, moría asesinado por un motín popular un judío de la Diáspora que había apoyado con todo su corazón a Saulo de Tarso (San Pablo); el 2 de enero del 97 por la persecución de los paganos de Efeso, moría Timoteo (San Timoteo), Obispo de la comunidad judeo-nazarena (cristiana) de aquella ciudad. Durante su reclusión en la Isla de Patsmos, Yojanan el Sheliaj (San Juan el Evangelista) escribió entre el 92 y el 96 el Apocalipsis y después del 96 bajo el reinado de Nerva y ya en Efeso, escribió el "Cuarto Evangelio", que finalizó en el año 104. Después del intervalo del emperador Nerva, 96-98, comenzaba otro período histórico importantísimo, tanto para el Cristianismo como para el Judaismo: el reinado de Trajano 98-117.

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CAPITULO DIECISIETE

TRAJANO Y LA SUBLEVACIÓN JUDÍA "¿Acaso Dios, es sólo el Dios de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles?" Saúl de Tarso o San Pablo (Carta a los Romanos, Cap. III, vers. 29)

Después del pacífico período del emperador Nerva, asumía su hijo adoptivo, Trujano, quien al comienzo de su reinado sostuvo una actitud benévola tanto con los judíos como con los que vivían al estilo judío (es decir con los judíos nazarenos o cristianos). Estamos en los momentos iniciales del siglo II. Es entonces cuando aquel Judaismo nazareno de la Jerusalén del 50, se transforma en un corto lapso de tiempo, 100-140, en una religión diferente de su raíz hebrea. Este es el período del comienzo de la apologética cristiana, donde los escritos judíos nazarenos se diferenciaron con cada vez mayor fervor del Judaismo oficial. Es en ese instante de la historia donde se bifurcan ambas religiones: entre el reinado de Trajano (98.117) y el de Adriano su sucesor (117-138). ¿Por qué es en ese momento que el Judaismo nazareno se diferencia del oficial, y se constituye como una nueva religión llamada posteriormente Cristianismo? ¿Cuáles son las causas históricas de esta división? 183



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Pero se pierde el objetivo de liberar Judea y estalla un mundo de odio contra el paganismo. El general romano Lupo y sus legiones son derrotados, los judíos en armas arrasan la ciudad de Sala-

¿.Qué sucedió en la historia judía entre el 98 y el 138? Todo comenzó al asumir Trajano el cargo de emperador de Roma. El enemigo natural del Imperio Romano en el Oriente, cra c ] Reino de Partía. Los partos dominaban los actuales territorios de Irán, Irak Afganistán, Armenia, parte de Siria, y siempre amenazaban el Asia Menor y Juclea. El emperador Trajano sabía que debía expandir el Imperio Romano sobre el Oriente, e imitar aquellas conquistas de la Macedonia de Alejandro Magno. En el 114, inició el ataque contra el Asia, llevó a sus mejores legiones al Oriente y comenzó a guerrear contra la Partia. A mediados del 114 conquistó el reino de Adiabene, donde vivían un gran número de judíos, muchos de los cuales habían escapado del poder romano después de la guerra por la independencia del 66-73. Trajano ocupó el norte de la Mesopotamia e invadió Babilonia, pero para su sorpresa, los que opusieron resistencia militar a las legiones romanas no fueron los partos, sino los judíos. Los judíos de Partia, enemigos declarados del poder romano por haber conquistado Judea resistieron a la tropa imperial. Y en las provincias partas de Nibis y Nehardea, los romanos hallaron solamente resistencia militar judía. Entonces se dio la paradoja de que los judíos luchaban contra los romanos fuera del territorio de Judea. Trajano no comprende la situación, ya que intentando vencer a los partos, se sublevan los judíos en señal de independencia de Judea. Más aún, estallan en rebelión todas las comunidades judías de Adiabene, y Trajano tiene que abandonar las posiciones y volver a tomar territorio ya conquistado. El emperador queda así entre los judíos de Partia y los judíos de Adiabene. Cuando Trajano aún no termina de aniquilar a los judíos sublevados de Adiabene, estallan en rebelión las comunidades judías de todo el Oriente, Egipto, Libia, Cirenaica y las comunidades judías de Chipre.

Se dice que en la provincia de Cirenaica los judíos resistiendo a los romanos, llegaron a provocar bajas de hasta casi 100.000 soldados. Las legiones romanas no dejaron con vida a ningún judío de la isla de Chipre, y se prohibió bajo pena de muerte que los judíos pisaran la isla. Recordemos que las primeras prédicas del judío de Tarso, San Pablo, fueron realizadas en las sinagogas chipriotas, y que Yosef Barnabas el Levita o San Bernabé era un judío originario de la isla, todo lo cual, nos brinda un dato de la importancia de aquellas comunidades hebreas. Los soldados del general Martius Turbo, aniquilaron a la comunidad judía de Egipto que no se volvió jamás a recuperar. El general romano Lucio Quietus liquidó la sublevación judía de Adiabene. En el momento en que el romano Quietus decide liquidar también la sublevación judía dentro de Judea, muere Trajano en el año 1 17. El Imperio Romano no pudo vencer a Partia porque los judíos querían obtener la libertad de su territorio. ¿Qué sucedió con los judíos nazarenos (cristianos)? Muchos de ellos participaron en los alzamientos contra Roma. En el 106-107 Trajano había adquirido el territorio de Pétrea (TransJordania), donde vivía una comunidad judía-nazarena en Pella, donde fue crucificado el judío nazareno Simeón (San Simeón). En el 99, para otros autores en el 100, moría asesinado el judío romano Clemente (San Clemente). Temeroso el nuevo emperador romano Adriano, (1 17-138) de una nueva sublevación judía, proroetió la reconstrucción del Sagrado Templo de Jerusalén y la edificación a nuevo de la derruida ciudad. Los judíos se tranquilizaron. Mientras tanto retiró el emperador al cruel romano Quietus, y comenzó con las obras de reconsti'Ucción. Los judíos prestaron fe a las promesas romanas.

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A la muerte del Rabí Gamaliel II, había asumido las funcionede Presidente del Sanedrín y Príncipe de Israel (Nasi), Rabí J0sil(s Ben Jananías, hombre pacífico que detuvo la rebelión judía en Bet Rimon. Los judíos aceptaron las palabras del maestro religioso. Muerto Rabi Josué Ben Jananías asumía ahora otro líder espiritual pero profundo enemigo de Roma y de las costumbres paganas idólatras: Rabi Akiva, quien incitará a los judíos a la revolución contra el Imperio. Como vemos, este período nos enseña que los judíos diaspóricos se sublevaron tal como los de la propia Judea, con lo cual los romanos comenzaron a temer que un triunfo de la fe judía implicara que Judea conquistara a la propia Roma. Muerto el emperador Trajano en el 117, el Imperio Romano no pudo derrotar al Imperio Parto, por la resistencia de los judíos de Partía y por el levantamiento general de los judíos en la sección oriental del Imperio. Los judíos nazarenos (cristianos) tenían el siguiente problema a resolver: si apoyaban a los judíos y eran confundidos con el resto de Israel, los romanos no adoptarían la religión cristiana porque la verían como un desprendimiento del Judaismo y no como una religión independiente del mismo. Es por ello que hasta la época posiblemente del emperador Adriano (117-138), los judíos y los cristianos fueron confundidos por los paganos y perseguidos en consecuencia. El grupo judeonazareno-cristiano no buscaba la redención política de Judea sino la redención espiritual de todos los habitantes del Imperio, sean éstos judíos o romanos. Y si cada vez que los judíos se rebelaban contra el poder del Imperio, los cristianos también sufrían las consecuencias porque los romanos los consideraban un "grupo judío", el objetivo ideológico del judeo-Cristianismo desde el 110 y 120 fue diferenciarse totalmente del Judaismo del que hasta entonces formaba parte. Tenemos para el análisis histórico tres generaciones judeonazarenas (cristianas): la primera es la de los Shlijitn o "Apóstoles •

secunda, la llamada generación de los "Padres Apostólicos"; la rcera generación judeo-n azaren a o cristiana, se denominará de los «Apologistas". Son los apologistas los que asumen el rol histórico de diferenciar del Judaismo tradicional al judeo-Cristianismo, y de desvincularlo así de la tradición rabínica.

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Volviendo a lo anterior, la diferencia que podemos mencionar entre la rebelión judía del 66-73 y la del 114-117, es que en la primera rebelión frente a Roma, las comunidades de la Diáspora judía dejaron que los judíos de Judea se defendieran por sus propios medios. En cambio en la rebelión del 114-117 bajo el emperador romano Trajano los judíos de todo el Oriente se levantaron contra los paganos en un giro de odios recíprocos. A diferencia de la rebelión del 66 que terminó con el Gran Templo de Jerusalén, la rebelión contra Trajano no se pudo contener en forma militar.

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CAPÍTULO DIECIOCHO

LA CONSOLIDACIÓN GRIEGA ANTIJUDAIZANTE (100-107) "Ahora bien, uno cíe los escribas que había llegado y los había oído disputar, sabiendo que él les había contestado de excelente manera, le preguntó: ¿Cuál mandamiento es el primero de todos? Jesús contestó: 'El primero es, Escucha Israel, Adonay nuestro Dios, Adonay es único'' Yesluí de Nazaret (Evangelio Según San Marcos, Cap. XII, vers. 28-29)

Entre los gentiles que habían adquirido ese monoteísmo permitido no-judío a través de su transformación en nocidas, existía una gran cantidad de griegos. Los griegos idolatras en general, rechazaban el carácter monoteísta de la religión judía, y por su parte el pueblo judío rechazaba también el carácter idolátrico del espíritu helénico. Los griegos dentro de Judea y las provincias orientales del Imperio realizaron los primeros tumultos antisemitas conocidos en la historia, constituyendo una colaboración muy eficaz de los romanos en sus continuas represiones contra los intentos de independencia política de Judea. Los romanos habían tomado casi integralmente la idolatría griega, incorporándola a su propia mitología. Cuando los judíos nazarenos (cristianos) entre el 50 y el 70 se expenden gracias a los viajes del judío Saúl de Tarso muchos griegos se convierten al Judaismo en forma total o se incorporan al grupo en carácter de nocidas.

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Como hemos visto, la masa de gentiles nocidas dentro de icomunidades judeo-nazarenas se constituyeron hacia la década d i 90 en mayoría. Sin embargo sus dirigentes seguían siendo judíoprovenientes de la cultura mosaica, y no los gentiles nocidas. Es así que si en una primera etapa, los judíos, fueron los pr¡ meros elementos del nazareísmo o Cristianismo, y en una segunda etapa entre los años 50 y 80, el grupo inicial judío se transformó con la incorporación de ex-idólatras provenientes de la gentilidad con lo cual, llegamos a que hacia la década del 80, aproximadamente, el Cristianismo en vías de formación estaba casi constituido por un cincuenta por ciento de población gentil-m>eiWa-nazarena. Sin embargo después del gobierno del emperador Domiciano(81-96), los elementos nocidas-nazarenos van superando a los originales elementos judíos del Cristianismo, y aparece una contradicción, ya que la mayoría de los nazarenos eran gentiles incorporados a través de la observancia de las siete leyes de Noé (Decreto Apostólico del año 50), mientras que sus dirigentes provenían del originario grupo judío. Hasta aquí, seguimos insistiendo que la única diferencia entre los judíos nazarenos (Cristianos) y los judíos no-nazarenos radicaba en el tema mesiánico, y por otro lado, ese tema, no constituía una barrera divisoria con el Judaismo oficial que aceptaba en su seno a diferentes grupos mesiánicos judíos. Pero la diferencia que hará irreconciliable al Judaismo nazareno(Cristianismo) con el Judaismo oficial, llegará desde aquellos griegos de la gentilidad, incorporados a través de la salvación judía para los no-judíos (las siete leyes noajidas ya analizadas). Así tenemos pues cinco etapas en la evolución histórica del Cristianismo: / Etapa: del 33 al 50; el grupo nazareno o cristiano estaba constituido totalmente por judíos. // Etapa: del 50 al 70; a raíz de la predicación del judío de Tarso (San Pablo), ingresan miles de gentiles, en su gran mayoría

.•egos, qlie se convierten en nocidas por su observancia de las siete leyes noajidas. ¡II Etapa: del 70 al 80; casi la mitad de los grupos nazarenos cristianos de la Dispersión judeo-helenística son gentiles incorporados por la vía nocida. IV Etapa: del 80 al 100; los gentiles observantes de las siete leyes de Noé se convierten en mayoría frente a los grupos originales judíos, salvo en la comunidad cristiana de Pella en la Transjordania, mayoritariamenté de origen judío. V Etapa: del 100 al 110; los nocidas nazarenos desplazan de la conducción a los judeo-nazarenos iniciales, excepto en la comunidad nazarena de Jerusalén, donde triunfa el ebionismo judaizante hasta el año 135.

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Lo que a nosotros nos interesa es conocer cómo fue el proceso dentro de la V Etapa, la que definirá el carácter histórico independiente del Cristianismo frente al Judaismo. En el año 99 (para otros historiadores en el año 100) Clemente I o el Romano, quien como sabemos, era un judío romano que había ingresado al grupo en tiempos probablemente de los Apóstoles o Shlijim. A su muerte, le sucede en el cargo San Evaristo, que gobierna la Iglesia entre el 99-100 al 107 y después de él, San Alejandro 107-115. Ambos pontífices eran /zoeiV/íw-nazarenos esto es provenientes ya de la gentilidad. Sin embargo, los más importante es que eran de origen griego. Lo cual nos indica que aquellos nazarenos de origen griego desplazaron entre el 99 y el 100 a los nazarenos de origen judío en la ciudad de Roma. Por otro lado, recordemos que en el Asia Menor, el 2 de enero del año 97 moría asesinado por un tumulto idólatra el judío Timoteo (San Timoteo), Obispo de la coniunidad nazarena o cristiana de Efeso. Y en la misma región, hacia el 104 aproximadamente moría el último sheliaj de Yeshu de Nazaret, Yojanan el Sheliaj o San Juan el Evangelista. Lo cual imPlica que en la comunidad nazarena de Efeso, los nazarenos de ori-

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gen griego toman la jefatura de la congregación hacia el período 97-104. En la comunidad nazarena de Antioquía, otra de las principales comunidades del Cristianismo primitivo, hacia la década del 9Q ya gobernaba la Iglesia San Ignacio de Antioquía, en reemplazo de los dirigente nazarenos judaizantes. San Ignacio era de origen griegoTodo ello nos lleva a visualizar que el nazareísmo o Cristianismo, que había nacido esencialmente dentro del marco judío, fue desbordado por miembros provenientes del gentilismo no judío a través del instrumento religioso judío de las siete leyes de Noé. El punto clave es el siguiente: la interpretación cristológica la tuvieron en su poder los nazarenos de origen judío, y dicha interpretación la realizaron en el marco del carácter mesiánico de Ycshu de Nazaret. Sin embargo los nazarenos de origen griego provenientes de ámbitos culturalmente no-judíos desplazan el carácter mesiánico de Yeshu de Nazaret a la proclamación de su carácter divino. Y mientras el Judaismo oficial consideró hasta el año 107 a los cristianos como parte del pueblo judío, ese último desplazamiento realizado por nocidas-nazarenos de origen griego, hace que la división entre ambas religiones quedara consumada. Y esta desplazamiento se visualiza claramente en los escritos del nocida-nazareno de origen griego San Ignacio de Antioquía. en su carta contra los judaizantes del 107 antes de su martirio. Es así como podemos considerar históricamente que la gran cantidad de gentiles griegos que abrazaron el Judaismo nazareno. fueron los elementos indispensables para lograr que el Cristianismo se independizara del Judaismo tradicional.

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CAPÍTULO DIECINUEVE

ADRIANO Y LA SUBLEVACIÓN JUDIA DE BAR COJBA (117-138) "Yde esta manera todo Israel será salvo, según está escrito: De Sión vendrá el Libertador; El apartará de Jacob todas las iniquidades" Saúl de Tarso o San Pablo (Carta a los Romanos, Cap. XI, vers. 26)

El sucesor al trono imperial, Adriano (117-138), tuvo que pactar con todas las comunidades judías una "Pax" a favor del Judaismo, donde estos últimos obtuvieron del gobierno romano la promesa de reedificar el antiguo santuario de Jerusalén. Comenzaron hacia el 118-120 las obras de reconstrucción del Gran Templo de Jerusalén. Sin embargo el emperador es romano. Declara que el Templo será consagrado a los dioses paganos. Comienza nuevamente la intranquilidad en el Judaismo. Los judíos del territorio santo comienzan a prepararse para otra rebelión militar. El principal dirigente religioso judío en Judea era el famoso Rabí Akiva, un ultranacionalista que pretendía la rebelión hasta la muerte con tal de no realizar actos de idolatría y pactar con el Imperio. Adriano, se puso más enérgico prohibiendo el descanso del Sliabat (Sábado) y el rito de la circuncisión (Pacto de Abraham con Dios). Los judíos entonces continuaron sus prácticas de manera clandestina.

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Mario Suban Las raíces judías del Cristianismo Los judíos atrapados en dichos actos, eran inmediatamente crucificados por traidores a los dioses y a la religión del Estado. Los cristianos, considerados por Adriano "judíos", también fueron furiosamente perseguidos. Cientos de judíos y cristianos fueron entonces crucificados por continuar las prácticas de sus respectivas creencias. La fiesta de Pesa] estaba prohibida, así también la Pascua cristiana que todavía caía en el mismo día (14 de Misan del calendario Hebreo). La fiesta judía de Shavuot estaba prohibida, así también el Shavuot cristiano o Pentecostés. En el 131, el propio emperador llega a la región de Judea y declara sus reales intenciones: se erigiría un Templo pagano al dios Júpiter y Jerusalén se llamaría Aelia Capitolina. Los judíos comenzaron a prepararse para la rebelión. Ante esta situación se levantó el jefe militar judío Shimon o Simón Bar Coziva, llamado posteriormente con el sobrenombre de Bar Cojba o hijo de la Estrella, quien fue considerado por el nacionalista judío Rabi Akiva como el "Mesías de Israel". Aquí encontramos otro dato interesante, y es esta proclamación mesiánica. Pese al final trágico que tuvo la rebelión judía, ninguna autoridad religiosa del Judaismo en ningún momento de la historia, declaró como fuera del Judaismo al Rabi Akiva por esta declaración mesiánica, lo cual demuestra a las claras, que el tema "mesiánico" nunca fue considerado dentro del Judaismo como una declaración formal de ruptura con la religión. En el año 132, los judíos se levantaron en armas al mando de Bar Cojba. Jerusalén se declaraba nuevamente independiente del poder imperial. Grupos de judíos armados aparecen por todo el territorio. Cientos de judíos de la Dispersión se alistan en el nuevo ejército de Israel. Según el historiador romano Dion Cassio, Bar Cojba recinto a unos 580.000 judíos para formar sus primeros ejércitos. Según fuentes judías, el ejército judío era de aproximadamente unos 400.000 hombres armados. Rabí Akiva viaja hacia el Imperio. Partió para acordar una ayuda militar contra el Imperio. Mientras la sublevación judía del

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66 fue defensiva, el general judío Bar Cojba decide una ofensiva militar fuera de los límites de Judea. El general romano Tinius Rufus y sus legiones son completamente derrotados. Hacia mediados del 133 caen en manos militares judías cincuenta fortalezas romanas, y el gobernador de Siria es derrotado. En ese momento el emperador Adriano decide enviar a uno de sus mejores generales, al conquistador de Britania: Julio Severo. Entre los romanos y los judíos se libran más de cincuenta batallas con suerte desigual. Severo no enfrenta en forma directa al ejército judío sino que lo desgasta. Hacia el 134, Severo conquista Galilea y se dirige al centro de Judea. Allí se concentra Bar Cojba, tomando como epicentro la fortaleza judía de Betar. El sitio a Betar dura un año. Y el 9 de Ab del Calendario hebreo del 135, cae la fortaleza por traición de los ¿amántanos. La matanza de los romanos fue horrible. Para el historiador romano Dion Cassio, unos 500.000 judíos fueron asesinados. Los judíos no pueden ingresar a la ciudad de Jerusalén. Miles de judíos dejan el país hacia la dispersión. Casi queda despoblado el antiguo territorio santo. La redención política judía había fracasado tres veces y se había llevado millones de muertos. Roma había vencido militarmente. Los judíos debían sobrevivir a la catástrofe militar, y por un período muy amplio de la historia dejaron de levantar las armas, apostando entonces a su desarrollo espiritual e intelectual. Las posibilidades de independencia política frente a Roma estaban terminadas. Sin embargo los judíos se juramentaron en cada "Sécler cíe Pésaj" o servicio Pascual: "el año que viene en Jerusalén ". Adriano, en el 135, prohibió todas las prácticas religiosas judías. Sabía el emperador que para terminar con el Judaismo había que anularlo espiritualmente. Tinius Rufus, el inepto general romano, es nombrado inspector general de Judea, y persigue a todos los nacionalistas judíos,

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Las raíces judías del Cristianismo

quienes son martirizados por su fe. Mueren crucificados Rabi Akiva y nueve grandes rabinos de Israel. Roma quiere terminar con la ley judía (la Tora), se prohibe su lectura, comentarios y difusión. Fue entonces que los rabinos judíos se congregaron clandestinamente en la ciudad de Lydda y proclamaron: "El judío puede renegar -aunque sólo por pura fórmula- de su fe para salvar su vida en peligro, pero debe preferir el martirio a la idolatría, a la fornicación y al asesinato". Los cristianos así como los judíos siguieron el mismo camino del martirio. Adriano muere en el 138. Así llegamos al gobierno imperial de Antonino Pío (138-161). Durante su reinado, el Judaismo y el judeocristianismo (Cristianismo), así como los cultos paganos pueden vivir y desarrollarse en armonía. No existen guerras dentro y fuera del Imperio. El nuevo emperador no quiere saber de persecuciones. El más grande apologista cristiano, que diferenciará finalmente a las dos religiones, será un griego nacido en Judea, San Justino, quien estructurará una obra conocida como "Diálogo con Trifón" y que otros denominan "Diálogo con el judío Trifón". El emperador romano Adriano, considerando que los cristianos pertenecían todavía al mundo judío, después de la derrota militar de Judea, había decidido perseguir a todos los judíos y aquellos que vivían al estilo judío (esto es a los cristianos). En dicha época. el jefe de los judeonazarenos (cristianos) de la ciudad de Roma, es decir el octavo Papa, San Telésforo (125-136) es llevado al martirio por las mismas manos paganas que perseguían a los judíos en todo el Imperio. A Telésforo le sucedió en el 136, bajo Adriano, el noveno Papa, Higinio 136-140 (llamado San Higinio). ¿,Qué sucedió con los judíos que seguían a Jesús corno el Mesías de Israel dentro de Judea?

Estos continuaban la línea ortodoxa-ebionita de Jacobo Ben Zabdías (Santiago el Mayor). El primer jefe de aquella comunidad judía-cristiana-ebionita fue el considerado primer Obispo de Jerusalén: Jacobo Ben Alteo o Ben Cleofas (Santiago el Menor), aquel que murió apedreado por orden del Sumo Sacerdote saduceo Anas o Ananías II, en el 62, lo que le valió a dicho hombre la renuncia a su cargo y finalmente su muerte en manos de judíos nacionalistas. Jacobo Ben Alfeo, (Santiago el Menor), fue llamado el "Tzadik", que en idioma hebreo quiere decir el "Justo" por su extremada bondad. La lucha contra los saduceos en el poder político apoyados por las legiones imperiales de Roma, se hacía insostenible y vimos cómo los judíos que en Jerusalén creían en la calidad mesiánica de Jesús de Nazaret se refugian en la ciudad de Pella en la región de TransJordania. El judío Simeón, es proclamado como el segundo Obispo de Jerusalén, y entre el 62 y el 66 la comunidad judía ebionita a su mando, se refugia en la zona transjordana para no sufrir la guerra del 66-70. Para algunos círculos judíos nacionalistas esta actitud fue una traición nacional en la lucha contra el paganismo. Sin embargo, muchos judíos pacifistas y esenistas tomaron la misma actitud que la comunidad judeocristiana ebionita. Bajo el Imperio de Trajano, Simeón sufrió el martirio durante las persecuciones generales contra el mundo judío, muriendo en el año 106. Entre el 106 y aproximadamente el 138-140, se sucedieron en la jefatura del grupo de judíos nazarenos ebionitas los llamados primeros obispos de Jerusalén, todos ellos, como dice el primer historiador de la Iglesia, Eusebio de Cesárea, provenientes del pueblo circunciso: el judío Justo, Tercer Obispo de Jerusalén, el judío Zaqueo, Cuarto Obispo de Jerusalén, el judío Tobías, Quinto Obispo de Jerusalén, el judío Benjamín, Sexto Obispo de Jerusalén, el judío Yojanan o Juan, Séptimo Obispo de Jerusalén, el judío Matitiahu o Matías, Octavo Obispo de Jerusalén, el judío Felipe, Noveno Obispo de Jerusalén, el judío Séneca, Décimo Obispo de Jerusalén, el judío Justo II, Undécimo Obispo de Jerusalén, el judío Levi,

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Duodécimo Obispo de Jerusalén, el judío Efren, Decimoterc er Obispo de Jerusalén, el judío Yosef o José, Decimocuarto Obispo de Jerusalén, y finalmente el judío lehuda o Judá, Decimoquinto Obispo de Jerusalén. Todos estos Obispos de Jerusalén, hasta e] 138-140, fueron todos provenientes del pueblo de Israel. En dicho momento histórico se define de manera más firme la independencia del grupo judeo-nazareno del Judaismo oficial: en primer lugar los judíos cristianos ebionitas no habían participado en ninguna guerra nacional contra Roma. Por otro lado, con las facilidades otorgadas a los gentiles de adherirse al nuevo grupo, muchos ebionitas podían entrar en Jerusalén porque no eran judíos, y muchos gentiles no se realizaban la circuncisión judía prohibida por las autoridades romanas. Sin estos rituales, el movimiento judeocristiano avanzó con mayor fuerza adaptado a las circunstancias políticas. Bajo el último período imperial de Adriano, 138-140, asume la dirección del grupo judeo-cristiano de Jerusalén el primer gentil: Marcos, y de allí en más no vemos a ningún judío ocupar el cargo de Obispo de Jerusalén. Por lo tanto, podemos afirmar que todos los Obispos de Jerusalén desde la muerte de Jesús en el 33 hasta el 138-140 provenían del pueblo judío. Y que la división entre el Judaismo oficial y el judeocristianismo se realiza en forma clara entre el 140 y el 199.

CAPITULO VEINTE

LOS RESULTADOS DE LA REBELIÓN JUDÍA DEL 135 "La población hebraica arraigada en España, se acrecentaría en gran manera. Con la destrucción de Jerusalén y de su Templo por las tropas de Tito (año 70 d.c.), v con la dura represión impuesta por Adriano a toda la Judea para sofocar la insurrección de Barcoquebas. (año 135 d.c)" J. M. Millas Vallicrosa Historiador español (La literatura Hebraicoespañola, Cap. 1, I I )

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Judea en el 135 era un territorio devastado. Las guerras contra el Imperio Romano habían desangrado a su población. Existían claramente dos mesianismos. Uno de ellos, el mesianismo judío encarnado en el espíritu nacionalista dentro y fuera de Judea, propugnaba la rebelión militar constante hasta la destrucción final del poder romano sobre Judea. Todos sus movimientos fracasaron porque coincidieron con el apogeo del poder militar romano. Los centros religiosos judíos desde Judea se comienzan entonces a trasladar hacia el país de los partos, y allí se crea con el tiempo lo que se va a denominar como la comunidad judía de Babilonia, que estructurará finalmente el grandioso Talmud. Por otro lado, las prohibiciones de Adriano sobre el Shabat y la circuncisión (Berit Milu, en idioma hebreo), refuerzan al grupo judeo-nazareno, que ya admitía desde hacía más de medio siglo a gentiles por la vía ya analizada del noeísmo sin el rito de la circuncisión.

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La pérdida del centro político-religioso de Jerusalén es un golpe muy fuerte para el centralismo judío, y para los sectores ebionitas del grupo judeo-nazareno. En este sentido, los judíos nazarenos pierden el poder de dirección del nazareísmo o Cristianismo, ya que la autoridad judeo-cristiana de Jerusalén pasa entre el 138 y 140, como vimos, a manos del primer gentil no judío. Es así como los grupos judaizantes dentro del nazareísmo quedan relegados a expensas de los grupos mayoritarios nádelas de la Dispersión. El factor fundamental de la pérdida de poder político del grupo jerosolimitano-nazareno radica en el hecho de encontrarse permanentemente enganchado, sin quererlo con el grueso de las rebeliones judías. Y si bien, los judíos nazarenos(Cristianos) no participaron en forma directa dentro de las mismas, no cabe duda, que se debilitaron en primer lugar sus conexiones políticas con el resto de la Dispersión, y se destruyeron sus zonas de desarrollo y expansión. Es así que al final de la guerra contra el emperador Adriano es claro que el grupo mayoritario dentro del Cristianismo en formación, ya los constituían los nocidas-nazarenos que provenían del ámbito gentil sobre los grupos judíos-nazarenos que ahora quedaron en una posición minoritaria dentro del contexto general y hasta fueron considerados herejes, con el nombre de ebionitas o judaizantes, por su pretensión de mantener la ley de Moisés (Torcí). Las comunidades nazarenas occidentales, esto es, Roma, Hispania, las Galias, que casi eran minúsculos reductos comparados a las grandes comunidades noeidas-nazarenas orientales, quedan en una posición privilegiada, ya que no son afectadas en forma directa por las rebeliones judías, y por otro lado reciben a miles de refugiados judíos de Judea, decepcionados políticamente por los dirigentes que los llevaron a aquellos desastres militares. Los judío nazarenos de Judea, al perder claramente su posición política dentro del nazareísmo en favor de los gentiles noeidas, quedan relegados como un grupo disidente. Para algunos autores, los ebionitas son claramente herejes, ya que no avanzaron en el reconocimiento del carácter divino de 206

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Yeshu de Nazaret, sino que se quedaron en el escalón mesiánico. Otro grupo de autores considera que los ebionitas eran los fieles seguidores del grupo original de los "Doce", fuera del ámbito de predicación paulina, y que jamás podrían ser considerados "herejes", por haber constituido el primer grupo ortodoxo de la cristiandad primitiva. Sean analizados como "heréticos" o como "ortodoxos" dentro de los actuales estudios, queda un dato claro, en donde todos los autores coincidimos: la pérdida de poder del grupo judío ebionita hacia el 130-140, que termina con las posibilidades de enlace entre el Judaismo tradicional y el judeo-Cristianismo o nazareísmo. El ebionismo judaizante queda así fuera del desarrollo del nazareísmo occidental o africano, que se desliga de los antiguos centros en el Oriente, quedando allí, restos de grupos judaizantes hasta por lo menos el siglo V ya que muchos fueron analizados por algunos Padres de la Iglesia. Lo cierto es que después del decenio 130-140, con el fin del mesianismo judío-militar de restauración nacional, queda otra vía mesiánica, abierta por los antiguos judeo-nazarenos. Sin embargo la estrategia del Cristianismo se modificaba, ya que ahora no se pretendía la lucha frontal contra los romanos sino la conversión espiritual de los mismos. Y mientras en el medio siglo siguiente, 150-199, los judíos se recuperaban lentamente de las pérdidas humanas de las guerras del 66-73, 114-117, y 132-135, los nocidas-nazarenos desplazaron a los grupos nazarenos provenientes del ebionismo de los mandos religiosos principales, definiendo su personalidad religiosa con características propias, y a través de la generación de los apologistas comenzaron a combatir en forma escrita y oral al paganismo idólatra romano. El Judaismo entonces, después de la derrota de Bar Cojba en e' 135, comienza un período de "espera religiosa activa". Ya no se Plantearán regresos desde un punto de vista militar a Judea, hasta la aparición del movimiento sionista a fines del siglo XIX. 207

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El Cristianismo, salido de las entrañas judías durante un Iaro 0 proceso entre los siglos I y II, continúa con la estrategia de expan_ sión heredada de Saúl de Tarso. La meta principal va a constituir la difusión y ampliación del grupo. Los grupos judíos nazarenos de la Dispersión que se fusionaron con los /76>e;W