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• MariVelasquez

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Danza de los Diablos Cada año, durante los primeros días de diciembre, las calles de la que fue la segunda Capital de Guatemala se infestan de diablos que rondan en busca de almas corrompidas para llevarlas a sus pozos infernales. Pero los pobladores de Ciudad Vieja no se esconden ni se encierran en sus casas. Por el contrario, salen a ver y animar a estos demonios rojos: son las estrellas del Baile de los 24 Diablos, una danza callejera teatral con más de 400 años de historia originaria de Ciudad Vieja. De acuerdo con el historiador Marcial Armas Lara, el Baile o Danza de los 24 Diablos es reconocido como la obra maestra de varios bailes que permanecen fieles a las versiones introducidas por los monjes franciscanos durante el siglo XVI (años 1500 a 1600) en sus esfuerzos por difundir el mensaje del evangelio. Los catequistas de la época de la conquista aprovecharon varios elementos de la cosmovisión maya dando nombre a los espíritus malignos que habitan en las entrañas de la Tierra, nombrándolos como enfermedades, vicios, los siete pecados capitales y las siete virtudes. Los actores que hacen de diablos visten disfraces de un color rojo intenso, como si estuvieran ardiendo, así como pelucas rubias y fantasmagóricas máscaras de madera. Algunas de esas máscaras son verdaderos tesoros que fueron tallados hace casi 200 años por el maestro José Fermín Ordoñez en 1835!

Esta danza considerada mitológica por los personajes que intervienen es un espectáculo único en América. Aunque se celebraba en la mayor parte del territorio nacional, princpalmente en territorio Q'eqchi', su prohibición durante el siglo XVIII (1700 - 1800) casi la hizo desaparecer y una versión muy próxima a la original sobrevive actualmente en Ciudad Vieja.

Mensaje moral

La Danza de los Diablos tiene un mensaje muy claro, que advierte el precio a pagar si una persona transgrede los mandamientos de Dios. Dice la creencia popular que esta obra fue escrita por un monje franciscano que terminó encarcelado debido a los pecados que cometió. Mientras el remordimiento lo carcomía en el calabozo y temiendo la condenación eterna de su alma, creó este largo y fuerte drama que hoy conocemos como el Baile de los Diablos.

La obra tiene una duración de 3 horas y empieza con el Diablo jefe, un ser que alguna vez fue bello pero que fue transformado en un feroz monstruo que se lamenta por su desgracia. Rapidamente, dirige su rabia contra los humanos y ordena a los demonios que le traigan sus almas. Traedme rápido esas almas que habéis extraviado porque por ellas espero con las fogatas encendidas Cada demonio representa un rasgo pecaminoso, como la hipocresía, avaricia, algun vicio o enfermedad. Algunos de los diablos tienen nombres de mujeres, como: Ixtab’: la mujer del mecapal; Kob’et: la lujuria; Kaqal: la envidia. En algunos hombres los nombres son enfermedades, como Laj puch: el hinchado; Raxkamk: el infarto cardíaco; Chili’: la diabetes. También hay dos personajes que visten calaveras o esqueletos, Kamenaq que identifica a los “alguaciles de Xib’alb’a”, quienes están listos para llevar al infierno a los moribundos; luego el personaje principal Laj xik’ o Ma’us aj winq (el vampiro), que es el murciélago, causante de muchas enfermedades y muerte en los niños de pecho. Uno por uno, los diablillos van apareciendo recitando un verso acerca de sus actos diabólicos. Mientras recitan, los actores acompañan sus versos con música y una particular danza. Para que el baile ganara aceptación entre los indígenas, los monjes franciscanos incorporaron varios instrumentos musicales de origen indígena como la marimba y la chirimía. Aunque el título sugiere que hay 24 diablos, realmente son 20, ya que los otros 4 personajes son la Muerte, el Mono, el Angel y el Alma.

Cuando los diablos terminan sus recitaciones, comienza un conflicto entre el Bien y el Mal acompañado de fuegos artificiales. El Angel llega para ayudar al Alma, pero al final el Mal prevalece. El Alma desobediente desciende entonces al infierno gritando de dolor mientras salen chispas de sus ojos.

De obra prohibida a Patrimonio Nacional Durante el siglo XVIII (1700 - 1800), la Danza de los Diablos estuvo a punto de desaparecer cuando la corona española prohibió los bailes y otras prácticas relacionadas con el diablo. Al ser Guatemala parte del imperio español, la orden real fue acatada por casi todos, pero los pobladores de Ciudad Vieja continuaron celebrando el baile en forma secreta y así fue como se preservó esta tradición hasta nuestros días. El Baile de los Diablos fue declarado Patrimonio Cultural de Guatemala por el Ministerio de Cultura y Deportes. A pesar de su antiguedad, el mensaje de la Danza de los 24 Diablos sigue siendo tan relevante en la actualidad como lo fue a la hora de su creación. De acuerdo con Hugo Vásquez, juez de asuntos municipales de Ciudad Vieja, las transgresiones morales que se dramatizan en la obra, como por ejemplo la corrupción y el mal trato a los empleados siguen plagando a la sociedad guatemalteca.

Dónde y cuando ver la Danza de los Diablos El 8 de diciembre de cada año, el Infierno, el Cielo y el Infierno se encuentran frente a la Parroquia Purísima Concepción de Ciudad Vieja durante la celebración de la Fiesta de la Inmaculada Concepción. Esta es quizás la mejor oportunidad para ver la Danza de los Diablos con todo su esplendor. Durante la misma fiesta, también podrá ver 2 procesiones, misas, fuegos artificiales, música y varias danzas no solo tradicionales como la de Los 24 Diablos sino también bailes recientes que no se han dejado influenciar por la televisión. Las celebraciones empiezan durante la noche anterior (7 de diciembre, Quema del Diablo), durante el Convite, que es una tradición secular con siglos de historia. Este evento como su nombre sugiere, es una invitación a las festividades de la semana que están por iniciar. En los días posteriores a la Fiesta de la Inmaculada Concepción, varios grupos de actores diferentes interpretan la Danza de los Diablos en distintas calles de Ciudad Vieja. Y durante la misma semana se llevan a cabo otras danzas folcloricas de Guatemala, como la del Torito, La Conquista y las Siete Virtudes