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CUANDO SE ACABA EL VINO, por Apóstol Luis Reyes

Juan 2:1-11 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. Una boda ordinaria donde Jesús realizó un milagro extraordinario, pero note en el verso 11, dice que este fue principio de señales que Jesús realizaría. No es un milagro ordinario, ni suelto, sino que Jesús utilizaría y sigue utilizando el mismo principio para tratar y manifestarse a los hombres. La palabra que Juan utiliza y que es traducida como principio es “arché” que significa en griego primero como un prototipo de lo que viene, primeramente tal como lo es una maqueta antes de construir el edificio. Por lo tanto, creo que tenemos que mirar con mucha más atención a este pasaje y lo que Jesús hizo en él, ya que definiría la forma en que Jesús haría manifiesto a los hombres quien era Él y lo que podría hacer por ellos. Jesús no podía haber escogido un mejor momento para manifestarse a los hombres, ya que una boda está tan relacionada con nuestra vida, con la felicidad y con la esperanza. Veamos que sucedió allí. 1.- Un Jesús pasivo En una primera etapa, Jesús está presente y también María y los discípulos, pero el Señor está pasivo: no dice nada, no hace nada, no hay enseñanzas y mucho menos milagros. Es que mientras hay vino y comida, la gente no se acuerda de Dios. No es que no necesite de Dios, están tan abocados a pasarlo bien y disfrutar de todo que no tienen conciencia de que Jesús está presente. 2.- La boda fue evolucionando Poco a poco el vino se va agotando, no porque se pierda sino porque se lo tomaron. Comenzaron a surgir los primeros borrachitos, pero como es una boda está permitido que alguien tome más de la cuenta, al fin y al cabo, es una boda no es todos los días y hay que celebrarlo. El vino en la biblia se relaciona con la alegría. Por lo tanto, el gozo de ellos no tenía que ver con Jesús, sino en su vino. Osea que esto significa que cuando Dios no es parte de nuestros proyectos, todo parte bien, pero de a poco se va cayendo en la rutina y el gozo primero se comienza a perder. Es lo mismo que pasa con muchos matrimonios, comienzan con grandes ilusiones pero después ya no se soportan. ¿Qué paso? Se les acabó el vino. 3.- Cuando el vino se acaba. En este punto generalmente se hacen dos cosas: a.- Damos por terminada la fiesta, ya no hay esperanza, se terminó el vino, entonces lo mejor es que cada uno se vaya para su casa. Esta es la solución más típica que vemos a nuestro alrededor, quien no ha visto un divorcio en su familia, o un negocio cerrarse, etc. Es el camino más fácil, no se busca ayuda, no hay un análisis, no se corrige el error. b.- Vamos al Señor, aquí una mujer tuvo la sensibilidad de darse cuenta del problema, generalmente las mujeres tienen ese discernimiento y nunca dan las cosas por perdidas, ellas van a buscar la ayuda antes de darse por vencidas; por eso que casi siempre es la mujer la que llega primero al Señor y luego viene su familia. Recuerde que Jesús estaba allí mismo pero cuando no se acude directamente a Él, el Señor no puede hacer nada. 4.- Activando el poder del Señor. Cuando María va a Jesús ella va con toda la fe, sabe quien es y lo que el Señor puede hacer. Literalmente la saca el milagro a Dios, pero requería de algunos elementos adicionales: sujeción (reconocer autoridad), obediencia completa (agua hasta arriba), fe (llevar al maestre sala). 5.- El resultado final El Señor cambio la naturaleza del agua (pruebas) en el mejor vino, vino celestial. Muestra de que lo que Dios hace es mucho mejor de lo que nosotros podemos obtener en nuestras fuerzas y capacidades.