Razón y Pensamiento Cristiano ISSN 07192320 ¿QUÉ MARX SE HA LEÍDO? HACIA UN ACERCAMIENTO DEL DIÁLOGO ENTRE EL CRISTI
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Razón y Pensamiento Cristiano
ISSN 07192320
¿QUÉ MARX SE HA LEÍDO? HACIA UN ACERCAMIENTO DEL DIÁLOGO ENTRE EL CRISTIANISMO Y EL MARXISMO1 Luis Fernando Ortiz Facultad de Economía Universidad Nacional Autónoma de México Circuito Mario de la Cueva s/n, Zona Cultural C.U., 04510. México D.F.
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Recibido: 30 Abril 2013 / Publicado: 9 Julio 2013
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RESUMEN Por mucho tiempo ha existido un distanciamiento enorme entre el cristianismo y el marxismo. Tal distancia fue creada más que nada por una mala lectura de los textos marxianos. Sin embargo, si se hace de lado las interpretaciones hechas hasta la fecha es posible notar una afinidad entre el pensamiento de Marx y el cristianismo. De esta manera, se podría inaugurar un dialogo que hasta la fecha no existe pero que es muy necesario en un mundo en crisis. PALABRAS CLAVES Marxismo, Cristianismo, economía política, clases sociales, Religión, Capitalismo.
Ensayo en honor del natalicio de Carlos Marx 5 de Mayo de 1818.
Artículo publicado bajo una licencia Creative Commons Atribución–NoComercial–SinDerivadas 3.0 Unported http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/
¿Qué Marx se ha leído? Hacia un acercamiento del diálogo entre el cristianismo y el marxismo
Introducción En 1992 se publicó el libro de Francis Fukuyama titulado El fin de la historia y el último hombre donde se exponía que la lucha de las ideologías había llegado a su fin tras la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS), y que la única opción viable era la economía de mercado. Con ello se iniciaba el discurso que daba por muerto a Marx y a los planteamientos radicales de la izquierda. Apresuradamente se le relegó al olvido como un personaje que no tenía que decirle nada más al mundo. Su muerte pareció llegar al fin. Pero en los inicios del segundo milenio dicha situación comenzó a cambiar. Para 2004, en una encuesta televisiva para establecer quiénes eran los alemanes más importantes, Karl Marx obtuvo el tercer lugar en la categoría general, y el primer lugar en la categoría de “relevancia actual”. En 2005, “los escuchas del programa In Our Time de Radio 4 de la BBC votaron por Marx como el más grande filósofo”.2 Tal vez más sorprendente sea el hecho de que hombres de negocios como George Soros declaren que “Hace 150 años este hombre descubrió algo sobre el capitalismo que hemos de tener en cuenta”. 3 Caso contrario con la mayor parte de la izquierda intelectual que no supo qué hacer y se sintió desmoralizada por el colapso de los sistemas políticos y económicos que decían estar basados en Marx y Lenin. El fracaso del socialismo soviético, la represión política existente dentro de tal sistema debido en parte a la tergiversación de los escritos marxianos, hizo que muchos repudiaran cualquier cosa que tuviera que ver con Marx. Específicamente le calificaron de materialista y economicista, 4 esto que es totalmente falso pues como le escribió Engels a Franz Mehring [...] falta, además, un solo punto, en el que, por lo general, ni Marx ni yo hemos hecho bastante hincapié en nuestros escritos, por lo que la culpa nos corresponde a todos por igual. En lo que nosotros mas insistíamos —y no podíamos menos de hacerlo así— era en derivar de los hechos económicos básicos las ideas políticas, jurídicas, etc., y los actos condicionados por ellas. Y al proceder de esta manera, el contenido nos hacia olvidar la forma, es decir, el proceso de génesis de estas ideas, etc. Con ello proporcionamos a nuestros adversarios un buen pretexto para sus errores y tergiversaciones.5 2
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MUSTO; Marcello, “La importancia actual de Marx, 150 años después de los Grundrisse. Conversando con Erich Hobsbawm”, en Musto, Marcello (Coord.) Tras las huellas de una fantasma. La actualidad de Karl Marx, Siglo XXI, México, 2011, p. 239. Citado en HOBSBAWM, Erich, Como cambiar el mundo. Crítica, España, 2011, p. 15. De tal manera se propuso a Max Weber como su contrario aún cuando el mismo dijo: “Los intereses materiales e ideales, y no las ideas, dominan directamente la acción de los hombres”. Para este punto recomendamos la última edición de “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” con la introducción y notas críticas de Francisco Gil Villegas, que nos parece aclara muchas malas interpretaciones sobre el planteamiento de Weber en cuanto al origen del capitalismo y la ética protestante. Carta de Engels a F. Mehring, 14 de junio de 1893, en Marx y Engels, Obras Escogidas, Moscu, Progreso, s. t., t. II, p. 493.
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Lo cual nos deja ver que nunca faltó la autocrítica en estos dos pensadores. Y lo que es más importante, es necesario considerar el proyecto original de Marx, 6 del cual no llegó a concretar ni siquiera la crítica de la economía política y que nos ayudaría a entender de una forma más profunda su pensamiento. Si existió un sector que nunca quiso leer a Marx tal vez es el ámbito protestante. Aunque no hay duda que existieron sus excepciones, en general, el análisis marxista fue despreciado específicamente por el rol que le asignaba a la religión en el proceso social y porque como bien escribió Marx en La crítica de la filosofía del derecho de Hegel. “La crítica de la religión desengaña al hombre para que piense, para que actué y organice su realidad […] La religión es solamente el sol ilusorio que gira en torno al hombre.” Con esas afirmaciones, no era raro el considerar a Marx contrario al cristianismo. Sin embargo, como ha demostrado Dussel, Marx no rechazaba por completo al cristianismo sino a ciertas formas de cristianismo. Ya que cada denominación se distingue de otras por la forma en que concibe el mundo: El pietista, en cambio, exigía de sus miembros la acción, la praxis, las obras buenas, con sentido de de responsabilidad política y aún económica que de alguna manera habían visto realizada en Ginebra por los calvinistas. Este aspecto positivo del pietismo llevará a Hegel, contra su primitiva inspiración, a justificar la cultura capitalista, que criticara Marx tan duramente; pero adviértase que Marx criticará explícitamente los puritanismos de Inglaterra o el protestantismo de Holanda, pero no el pietismo de Wuerttember, al que en cierta manera se ligaba.7
En este ensayo conmemorativo del natalicio de Karl Marx se hace un intento para mostrar que la consideración de que este pensador es contrario al cristianismo tiene su origen en la mala interpretación de los escritos marxianos y en la poca lectura que se le ha dedicado por parte del protestantismo y los evangélicos latinoamericanos. En particular se hace énfasis en el hecho de que la preocupación por los pobres es una preocupación central en la biblia y en la historia del protestantismo. Pero esa preocupación ha sido hecha a un lado cuando el cristianismo se alía con cualquier sistema político y económico que en nuestra época es el capitalismo. Se finaliza haciendo sugerencias en cuanto cual ha de ser el significado para los cristianos el usar el análisis de Marx.
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El proyecto de Marx no era sólo una crítica a la economía, sino también a la política, a la filosofía etc. Un proyecto ambicioso que nunca vería realizado. Posteriormente escribiremos un artículo sobre el proyecto de Marx que resulta sumamente interesante para nuestra época. DUSSEL, Enrique, Las metáforas teológicas de Marx, Verbo Divino, España, 1993. p. 7.
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¿Qué Marx se ha leído? Hacia un acercamiento del diálogo entre el cristianismo y el marxismo Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos y hombres. – Salmo 115:5. La angustia religiosa es al mismo tiempo la expresión del dolor real y la protesta contra él. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo descorazonado, tal como lo es el espíritu de una situación sin espíritu. Es el opio del pueblo. – Karl Marx. ¿Hay algún mínimo de cultura económica que todos deberíamos tener? ¿Por dónde deberían partir los cristianos que busquen tal conocimiento? Es bueno comenzar con los dos pensadores que son los polos fundacionales del pensamiento económico contemporáneo: Karl Marx y Adam Smith.8
En 1928, el IV Congreso de la Internacional Comunista adoptó el criterio de que América Latina era feudal, y por lo tanto para que pudiera ocurrir una revolución socialista “la lucha debe ser contra el feudalismo y las formas precapitalistas de explotación”;9 lo primero que había que hacer entonces era apoyar a la burguesía. Pero, ¿qué burguesía existía en América Latina? No había, y por esa razón los partidos comunistas creían indispensable apoyar la creación de una burguesía nacional. El choque entre esa forma de entender a Marx, como una sucesión de etapas históricas, a saber: comunidad primitiva, esclavismo, feudalismo, capitalismo y, socialismo, donde necesariamente tenía que existir capitalismo para de ahí apuntalar el socialismo fue terriblemente confrontada primeramente por la revolución rusa en 1917, y algunos años después por la revolución cubana, quienes mostraron lo innecesario y dogmático de esa visión al instaurar el socialismo sin la necesidad de las etapas precedentes. Lo que evidenció tal situación, fue que había una mala interpretación de los escritos marxianos. ¿Por qué sucedió eso? Como respuesta, tenemos que entender que muchas de las obras de Marx no se publicaron hasta la década de 1930 o posteriormente. En la URSS, se forjó el proyecto de reunir todas las obras de Marx y Engels por el académico ucraniano David Rjzanov. Este proyecto fue conocido como las MarxEngels Gesamtausgabe (MEGA), en donde por primera vez se conocerían los manuscritos completos e incompletos —así como las modificaciones, que no fueron pocas— que hizo Marx a sus escritos. Por cuestiones ideológicas, el proyecto se vio interrumpido 10 y 8
Entrevista a Thomas Phillips, profesor de Nuevo Testamento en la Universidad Nazarena de Point Loma Califorma. Se puede consultar completa en esta dirección: http://estudiosevangelicos.org/pobrezariquezayeticacristiana entrevistaconthomasphillips 9 GONZÁLEZ, Rodolfo, “El problema de la periodización en la historia económica de América Latina”, en Investigación económica, vol. 184, 1988, p. 197. 10 David Rjzanov tuvo serios conflictos con Stalin, debido a que éste último había hecho distorsiones del Marxismo. Entre las anécdotas que se cuentan está aquella que relata que al visitar el Instituto MarxistaLeninista, Stalin vio los
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apenas en 1990 se han reiniciado los trabajos filológicos de los escritos marxianos, de los cuales se lleva el 40% publicado (en alemán). A pesar de la importancia de estos escritos, la reanudación del proyecto ha atraído poco la atención en los medios y en los intelectuales. El desconocimiento de la mayor parte de esos escritos así como la equivocada interpretación de los mismos, originadas en su mayoría por la fragmentaria publicación o incorrecta atribución del contexto histórico en que se escribieron, llevaron a realizar distintas observaciones que culminaron en sucesos trágicos. Tal vez el caso más importante, es la categoría: dictadura del proletariado, de donde se obtuvo la experiencia estalinista de represión a todo aquel que no pensara en la línea del marxismo soviético y con ello, a la desintegración de una democracia. Marcello Musto, dijo recientemente que eso se debió a que el partido tenía que hacer el control de la sociedad.11 El escrito más importante de Marx, que además fue revisado por él en sus distintas ediciones — aunque sólo el primer tomo—, es El Capital. En él encontramos la síntesis de todos sus descubrimientos. Lamentablemente no le alcanzó la vida y los otros dos tomos fueron editados por su inseparable amigo, Engels. Sin embargo, eso no quiere decir que los dos tomos restantes sean inservibles, al contrario, contienen una rica cantidad de temas que han generado polémicas dentro de los pensadores marxistas y no marxistas, especialmente, aunque no únicamente, en el sub continente Latinoamericano. La importancia de este texto es tal que dividió para siempre a las escuelas de pensamiento económico. Desde su aparición, los economistas se avocaron a defender la teoría expuesta en él o a invalidarla, llevando a cabo una batalla que hasta nuestros días también perdura. El Capital fue por muchos años el único escrito disponible, de donde por ejemplo, pensadores como Max Weber tuvieron que realizar su crítica a Marx.12 Y muchos de los críticos con el marxismo se valieron de las obras de sus representantes tales como Karl Kautsky, Lenin, Rosa Luxemburgo, etc. Aún hoy día es difícil encontrar críticos del pensamiento marxista que lo hayan leído y especialmente, pocos dentro del protestantismo se han tomado la molestia de revisarlo. Esto también ha sido otro punto por el cual se han malinterpretado las ideas marxistas, puesto que el marxismo que nos ha llegado ha sido un marxismo comentado, es indispensable ir a los textos básicos para ver que tanto ha sido malinterpretación y qué tanto es real. Por ello es necesario entender que El Capital es “la crítica de la economía política”, es decir, la crítica de los economistas y, especialmente, sus doctrinas sobre el funcionamiento exclusivamente del capitalismo y no de otro sistema social. ¿Qué quiere decir esto? Que por muchos años se leyó El Capital como un libro donde se explicaba todo, cuando esto no es así de ninguna manera. En él, lo que se trata de mostrar es la falsedad del procedimiento científico de los economistas y su carácter cuadros de Marx, Engels y Lenin en la sala de estudio de Rjzanov. Entonces preguntó Stalin: ¿Dónde está el mío? A lo que respondió Rjzanov: ¿Quién eres tú para que ponga un cuadro tuyo? 11 Se puede ver la interesante entrevista desde el siguiente link: http://www.larazon.com/suplementos/animal_politico/HoyMarxhablariadictadura proletariado_0_1654634581.html 12 Véase, LEWIS, John, La sociología de Max Weber, Nuestro Tiempo, México, 1981.
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de clase, pues ellos, cuando enunciaban una ley del sistema económico lo que trataban de hacer era proteger a cierto sector social privilegiado. Entonces era una crítica científica que trataba de mostrar la realidad. Como dijo Samir Amin: El subtitulo de El capital —“Crítica de la economía política”— no significa “crítica de una economía mala” (ricardiana) para sustituirla por una economía “buena (marxista)”, sino crítica de la pretendida ciencia económica, denuncia de su verdadera naturaleza […] y, por ende, de su estatuto epistemológico, denuncia de sus limitaciones e invitación a comprender que esta pretendida ciencia, que se quiere hacer aparecer como autónoma frente al materialismo histórico, no puede ser.13
Pero, esto poco servía si con su lectura se quería generalizar la historia de la humanidad a un determinismo económico. Cosa que el mismo Marx rechazaba totalmente al ser heredero de Hegel de la dialéctica, y, transformándola, para él la realidad debía ser entendida como totalidad donde existe una múltiple influencia en las diferentes esferas que la componen. 14 El Marx posterior al derrumbe del “socialismo realmente existente” Al caer el muro de Berlín en 1989, y con la posterior disolución de la URSS en 1991, ocurrieron dos cosas: la economía política sufrió un descalabro en su credibilidad por lo cual el sistema teórico neoclásico o marginalista15 quiso aprovecharse de eso para legitimar su análisis como el único verdadero; por otra parte, el pensamiento de Marx fue liberado de sus cadenas soviéticas que se declaraban como el único marxismo. La tarea es grande, ya que como he mencionado, apenas se están editando las obras de Marx sin responder a una necesidad política que en muchas ocasiones pone énfasis a lo que conviene en tal o cual régimen. Por lo tanto, estamos ante el inicio de una era de discusión del pensamiento de Marx como en ningún otro momento. Un ejemplo considerable es, la religión. Por siempre se ha leído el pasaje famoso: “la religión es el opio del pueblo” 16 y a partir de 13 AMIN, Samir, La ley del valor y el materialismo histórico, Fondo de Cultura Económica, México, 1977, p. 8. 14 Sobre este punto y aquel referido al desarrollo socioeconómico de la humanidad expresado en la idea de una evolución lineal, seguimos nuevamente a Dussel, expresamente como él ha puesto de manifiesto: “Se nos tiene acostumbrado en el pensamiento crítico a aceptar ciertos supuestos que llega el momento de ponerlos ahora en cuestión. Pareciera que la historia de los sistemas económicos, para la visión un cierto marxismoleninismo, siguieron algo así como un único proceso diacrónico: a partir de la comunidad primitiva, se pasó al esclavismo, al feudalismo, para culminar en el capitalismo, el cual es superado por el socialismo. El mismo Marx en los Grundrisse, explicando los modos de apropiación, expuso otro desarrollo histórico, siguiendo en parte la visión de Hegel en su Rechtsphilosophie: ‘La comunidad tribal, la entidad comunitaria natural, no aparece como resultado sino como supuesto de la apropiación comunitaria (gemeinschaftlichen) del suelo y de su utilización […] La comunidad tribal […] es el primer supuesto de la apropiación de las condiciones objetivas de su vida y de la actividad de autorreproducción y de objetivación de éste (actividad como pastores, cazadores, agricultores, etc.) […]. Cada miembro individual se comporta como propietario o poseedor sólo en tanto miembro de esta comunidad’ ”. Esto que aquí citamos forma parte del próximo libro (aun en prensa) de Enrique Dussel, titulado “16 tesis de economía política”, y que se impartió como curso en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México en este año. 15 En la ciencia económica es uno de los paradigmas económicos o visiones que se tienen sobre la realidad económica, siendo el marxismo junto con el keynesianismo, uno de sus principales críticos. 16 En este punto Michael Lowy nos aclara algo importante: “…esta afirmación no es del todo específicamente marxista. La misma frase se puede encontrar, en diversos contextos, en los escritos de Immanuel Kant, J. G. Herder, Ludwig Feuerbach, Bruno Bauer, Moses Hess y Heinrich Heine” LOWY, Michael, “Marxismo y Religión: ¿opio del pueblo?”, en
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ahí (por parte de los idealistas, entre ellos algunos cristianos) han tratado (sin leerlo) de decir que para cualquier cristiano sano, es imposible considerar a Marx como un pensador digno de importancia del cual hay que aprender algo. Esta opinión ha sido general en ámbitos académicos y no académicos.17 Pero si el derrumbe del “socialismo realmente existente” como opción viable para la humanidad significaba en ese entonces que Marx había pasado a la historia de las ideas como un pensador que ya no era vigente, y que cualquier intento de leerlo sólo podía comprenderse por el amor a los textos antiguos, la crisis de 2008, plantea las condiciones similares en su sentido inverso, es decir, para el regreso de un pensador que aportó mucho en los campos de la filosofía, la sociología, la historia, la economía, y, también la teología.18 Entonces viendo su importancia debemos considerar, ¿cuál es la crítica que hace Marx a la religión? Ésta se basa más que nada en aquellas formas de religión que no dicen nada ante el sometimiento total del hombre ante otros hombres. Esa religión se queda callada ante tal situación y entonces se convierte en un opio del pueblo. Ahora, esto vale para cualquier sistema socioeconómico, sea llamado capitalismo o socialismo. Porque aún en el llamado “socialismo realmente existente” de la URSS se distanciaron mucho de la búsqueda de una emancipación verdadera del ser humano.19 Los análisis que posteriormente hicieron algunos marxistas aportaron una gran cantidad de ideas sobre el tema, destacando el carácter de clase de la religión en general, y del cristianismo en particular. Gramsci, observaba que dentro de la iglesia católica existían distintos tipos de cristianismos y que Toda religión [...] es realmente una multiplicidad de distintas y a veces contradictorias religiones: hay un catolicismo para los campesinos, uno para la pequeña burguesía y trabajadores urbanos, uno para la mujer, y un catolicismo para intelectuales. 20
Esa división también le sucede al protestantismo, quien tiene distintas ramificaciones: metodistas, bautistas, luteranos, calvinistas, etc. Ello nos muestra que hay una gran multiplicidad de distintas orientaciones espirituales. Pero, partir de la idea de que cada una de ellas atañe a un contenido teológico distinto y sólo eso, es echar una mirada superficial. En realidad, hay un contenido de clase detrás de ellas que se manifiesta en mayor o menor grado. El cristianismo, aunque no se le quiere reconocer en el ámbito protestante, ha estado dentro del conflicto de clases. Ya en el primer siglo, la mayoría de los que eran cristianos estaban dentro de los
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Boron A., Amadeo, J. y González, S. (Comp.) La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas, CLACSO, Buenos Aires, p. 282. Específicamente hay que analizar la frase en su contexto. Marx escribió dicha frase aún siendo un feurbachiano y un neohegeliano, ´¿Qué quiere decir esto? Que el análisis histórico concreto aún no estaba presente, por lo cual, faltaba verificar dicha afirmación. Los fragmentos posteriores que aparecen en otras obras dan cuenta sobre esto. Recomendamos ampliamente el libro de Enrique Dussel, titulado: Las metáforas teológicas de Marx. Véase, FROMM, Erich, Marx y su concepto del hombre, Fondo de Cultura Económica, México, 1961. GRAMSCI, Antonio, Selections from the Prison Notebooks, New Left Books, London, 1971, p. 328.
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esclavos o personas que no pertenecían a las clases dominantes, el mismo Pablo pensando desde esa opresión políticosocial escribe sus cartas o epístolas en un tiempo donde la sociedad clamaba por justicia,21 como dice Dussel: “Las cartas son una respuesta a ese clamor por una justicia política y económica”.22 Este panorama cambiaría con la instauración de la religión cristiana como religión oficial en el imperio. Posteriormente, al realizarse la reforma protestante que fue un claro avance no sólo a nivel teológico sino también en el sentido social, Martin Lutero tuvo un papel ambiguo, pues apoya a los príncipes en contra de las rebeliones campesinas que estaban apoyadas por Thomas Munzer y que buscaban una sociedad mejor. En el siglo XIX, cuando surgieron diferentes movimientos obreros que buscaban cambiar su miseria, también estuvieron presentes distintos sectores protestantes. Los llamados “socialistas cristianos” que pidieron ingresar en la I Internacional y, en los cuales, los pastores, veían la necesidad de apoyar el movimiento obrero y lo hicieron. ¿Por qué realizaron cada uno de ellos acciones de esa magnitud, tanto Pablo como Munzer o los pastores socialistas? Ellos veían que la biblia tenía un gran contenido en temas sociales. El antiguo testamento, especialmente los profetas, denuncia la explotación y trata de combatirla, enunciando que Dios, es el Dios de los pobres. Por otro lado, el nuevo testamento está plagado de muestras de solidaridad que anticipan a los reclamos de las utopías socialistas para una sociedad distinta. El problema viene cuando se trata a la teología y a la historia del cristianismo, como despojado de una vestimenta política, de la cual, sin embargo, tiene mucho de influencia. En otras palabras, existe una espiritualidad que se nos quiere trasmitir en la biblia, pero también hay otros elementos que están allí semiescondidos y que son importantes conocerlos para entender que, el cristianismo efectivamente, ha sido un opio de los pueblos, pero ha sido ese cristianismo apresado por intereses de clase que desean que todo siga normal. Aunque históricamente, en algunos momentos ha salido a relucir su fuerza revolucionaria. A todo esto hay que añadirle algo más, y es reconocer todo el trasfondo cultural de donde bebieron los pensadores críticos como Marx, y que es el judaísmo en una etapa, y posteriormente el cristianismo, ellos están presentes en todo momento. Ernst Bloch, destacado pensador marxista, observa que el cristianismo ha sido una fuerza de revolución y que Marx, fue un gran heredero del mesianismo judío. Esto últimamente ha sido más conocido pues [...] es evidente que el autor del manifiesto comunista retoma y prologa uno de los grandes mitos escatológicos del mundo asiáticomediterranea (sic), a saber, el papel redentor del Justo (el elegido, el ungido, el inocente, el mensajero, de nuestros días, e[l] proletariado).23 21 Hay que recordar el versículo de Romanos 8:19 que dice, “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”. 22 DUSSEL, Enrique, “Pablo de tarso en la filosofía política actual”, en El títere y el enano. Revista de Teología Crítica, vol. 1, 2010, p. 13. 23 HERRERO, Eden, “El marxismo y las escatologías (1957) de Carlos Astrada. La ilusión de un objetivismo libre de ideologías”, en El títere y el enano. Revista de Teología Crítica, vol. 1, 2010, pp. 228.
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En otras palabras, no todo el marxismo ha sido reaccionario con el cristianismo y si buscamos en los mismos escritos de Marx, es posible notar la influencia del cristianismo en él. Baste recordar la teología de la liberación e inclusive, pensadores marxistas latinoamericanos como Mariátegui, creen en la fuerza de la religión como un medio para transformar los destrozos del capitalismo en nuestra región y en todo el mundo. Por ejemplo, Mariátegui dice: La burgueses intelectuales ocupan su tiempo en una crítica racionalista del método, la teoría y la técnica revolucionaria. ¡Qué malentendido! La fuerza de los revolucionarios no descansa en su ciencia, sino en su creencia, su pasión, su deseo. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del Mito [...] La emoción revolucionaria es una emoción religiosa. Las motivaciones religiosas se han mudado del cielo a la tierra. No son más divinas sino humanas y sociales.24
La fuerza del cristianismo para hacer frente a la condición actual del mundo puede ser muy grande. Eso tiene como implicación la búsqueda de la verdad con objetividad aunque las conclusiones arrojadas no adornen nuestra forma de pensar. ¿Por qué digo esto? Porque al analizar el funcionamiento del capitalismo lo que veían Marx y Engels, era que el cristianismo se había convertido en una especie de legitimización del orden desigual que estaba —y aún está hoy día— en su época. Más precisamente, Marx al leer a David Ricardo se da cuenta de lo inhumano del sistema, pues en él, se considera al obrero no como ser humano sino como apéndice de la maquina. Así, escribe Marx al entrar en contacto por primera vez con Ricardo en 1844: Al negar toda importancia al ingreso bruto, es decir, a la cantidad de la producción y el consumo que no constituye el excedente, y negar, por tanto, toda importancia a la vida misma, la abstracción propia de la economía política alcanza el colmo de su infamia. Resulta así: 1) que la economía política no se preocupa en absoluto del interés nacional, del hombre, sino únicamente de la ganancia, de la renta y que éstos aparecen como el fin último de la nación; 2) que la vida del hombre no tiene en sí ningún valor; 3) que el valor de la clase obrera se reduce exclusivamente a los costos de producción necesarios y que los obreros sólo existen para el ingreso neto, es decir, para la ganancia de los capitalistas y la renta del terrateniente. Ellos son y deben ser máquinas de trabajo en las que sólo se gastan los medios que son indispensables para mantenerlas en funcionamiento. Poco importa si el número de estas máquinas de trabajo es mayor o menor, siempre que el producto neto permanezca constante. Sismondi dice con razón que, de acuerdo con Ricardo, si el rey de Inglaterra pudiera obtener el mismo ingreso gracias a máquinas distribuidas por todo el país, podría prescindir del pueblo inglés.25
El sistema capitalista crea entonces una deshumanización total contraria a los preceptos bíblicos. En el sistema capitalista el hombre es totalmente enajenado de su realidad porque vive en la total explotación y no hace nada por cambiar su situación. ¿Por qué sucede eso? Esa es la pregunta que Marx tratará de responder pero que no hallará respuesta en el cristianismo de su época porque lo 24 Citado en LOWY, Op. Cit. p. 294. 25 MARX, Karl, Cuadernos de París (notas de lectura de 1844), Ítaca, México, 2011, pp. 117118.
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ve en alianza con el funcionamiento del sistema. Es el cristianismo funcionando como opio del pueblo, pues le impide conocer la situación real que le aqueja al ser humano. Hoy en día, eso no ha cambiado en gran magnitud. El capitalismo ha agudizado las contradicciones, y la deshumanización es una característica importante de la mayoría de nuestras sociedades. Por ello, esa faceta crítica de Marx ha sobrevivido y será objeto de grandes discusiones, en la cual, la teología tiene que participar. ¿Es Marx necesario para la Iglesia? Transformar las vidas en un mundo cada vez más polarizado ¿Qué queda para los que quieren entender el presente, o desean llegar a tener un mundo distinto? Esto no puede partir sin Marx, puesto que, en la teoría económica no hay otra que explique en mejor manera (a pesar de su carácter inacabado) la situación caótica del capitalismo. Por lo cual, plantearnos una sociedad construida sobre bases distintas a las que tenemos hoy día, sin saber cómo funciona aquello que existe en nuestros días, o como podría funcionar una sociedad alterna, no podría ser realizado sin el conocimiento de la teoría marxista, y obviamente, no sería aceptando acríticamente los postulados emitidos por ella, pero tampoco negándolos sin haberlos conocido. En vez de pensar en un marxismo cerrado, —lo cual sería negar la dialéctica presente en el método marxista—, hay una infinidad de temas que no han sido discutidos dentro del mismo. Si el protestantismo cree que el sistema teórico de Marx le impedirá entrar en un debate, eso es un gran error. Al contrario, se puede aprender mucho de él para establecer un dialogo también con la ciencia social que por mucho tiempo ha sido abandonada y despreciada. La iglesia busca la transformación de la sociedad, pero para realizarla es inevitable contar con una buena interpretación de la misma, pues de otra manera sólo se harán cambios que no tendrán efectos significativos. Si se desea tener un mundo alterno, es necesario leer a Marx y partir de ahí, junto con otras herramientas para construir algo distinto. Hace algunos años, los marxistas creían que inevitablemente el sistema tendría que caer y por esa razón ellos dejaban que pasara el tiempo, pero, hoy no existe tal certidumbre. Algo diferente no vendrá si o si. Muchos no quieren que cambien las cosas, y se esconden detrás del velo de que Dios regresará pronto, por lo que no hay que realizar cambios. Tal vez sea cierto lo que dice Weber, el protestantismo encaja con el capitalismo, pero acaso, ¿eso no lo convierte en un opio? Referencias: •
AMIN, Samir, La ley del valor y el materialismo histórico, Fondo de Cultura Económica, México, 1977
•
DUSSEL, Enrique, “Pablo de tarso en la filosofía política actual”, en El títere y el enano. Revista de Teología Crítica, vol. 1, 2010, pp. 951.
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GONZÁLEZ, Rodolfo, “El problema de la periodización en la historia económica de América
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Luis Fernando Ortiz
Latina”, en Investigación económica, vol. 184, 1988, p. 195215. •
GRAMSCI, Antonio, Selections from the Prison Notebooks, New Left Books, London, 1971.
•
HERRERO, Eden, “El marxismo y las escatologías (1957) de Carlos Astrada. La ilusión de un objetivismo libre de ideologías”, en El títere y el enano. Revista de Teología Crítica, vol. 1, 2010, pp. 281287.
•
HOBSBAWM, Erich, Como cambiar el mundo. Crítica, España, 2011.
•
LOWY, Michael, “Marxismo y Religión: ¿opio del pueblo?”, en Boron A., Amadeo, J. y González, S. (Comp.) La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas, CLACSO, Buenos Aires.
•
LEWIS, John, La sociología de Max Weber, Nuestro Tiempo, México, 1981.
•
MARX, Karl, Cuadernos de París (notas de lectura de 1844), Ítaca, México, 2011.
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