Coronavirus by Victor de Currea

CORONAVIRUS: HALLAZGOS MÉDICOS, RESPONSABILIDADES INMEDIATAS Y DEBATES DE FONDO Víctor de Currea-Lugo, MD, PhD Web: www.

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CORONAVIRUS: HALLAZGOS MÉDICOS, RESPONSABILIDADES INMEDIATAS Y DEBATES DE FONDO Víctor de Currea-Lugo, MD, PhD Web: www.victordecurrealugo.com Estos tres artículos buscan presentar tres planos del debate: a) los hallazgos médicos relevantes para el público general, b) las tareas inmediatas del Estado y de la sociedad, y c) los debates de fondo frente a la pandemia. El primer artículo busca precisar lo que es la enfermedad, teniendo en cuenta estudios médicos publicados; el segundo, un análisis sobre las medidas inmediatas que pueden o han sido tomadas para hacerle frente a la pandemia; y el tercero, sobre los debates globales que hay alrededor de la enfermedad y del contexto mundial en que se presenta. No se trata de presentar una revisión exhaustiva, sino más bien de organizar la discusión y alimentarla con algunos elementos académicos. CORONAVIRUS: HALLAZGOS MÉDICOS Como decía una médica española, no es cierto que no sepamos nada del virus. Ya circulan estudios serios sobre la experiencia china de manejo de la pandemia. Se están produciendo datos e informes científicos todos los días. Claro, también abundan mensajes en las redes sociales y especulaciones de todo tipo. Una primera conclusión: limitemos el debate técnico-científico y no a especulaciones irresponsables, de todo tipo de opinadores. El agente que produce la enfermedad es un virus, que se comporta como una gripe teniendo como mayor complicación una neumonía. Es un virus que ataca el sistema respiratorio. Entra por la nariz o por la boca y hace camino hasta los pulmones. No se combate con antibióticos, puede mutar, produce unos síntomas y signos específicos que ya se han reportado, siendo los más comunes: fiebre (94%) y tos (79%), seguido por producción de esputo (23%) y fatiga. El virus tiene una forma de transmisión y que es susceptible a ciertas condiciones ambientales. Un informe preliminar publicado en la revista The Lancet sugiere que el virus también podría afectar otros órganos, como el corazón, el hígado y los riñones.1 Aunque no sirven los antibióticos, sirven los llamados geles antibacteriales pero por el contenido de alcohol, pues se ha mostrado que las sustancias con etanol (entre un 62 y un 71%) inactivan el virus. Hay algunas revisiones preliminares que reportan hallazgos del virus en las heces y, aunque esto no es concluyente, se recomienda mejorar la higiene en los baños. Coronavirus no es el nombre del virus sino de su familia. Los coronavirus son una gran familia de virus comunes en muchas especies de animales, tales como camellos, vacas, gatos y murciélagos.2 Otros coronavirus son responsables de los resfriados comunes. Ya había otros coronavirus, de lo que algunos se agarran para decir que se trata de que esa es la “prueba reina” de que todo se trata de una conspiración mediática. Se llama “coronavirus” porque su estructura presenta una forma de corona (la proteína S), que es precisamente la que le permite acoplarse con las células humanas (al receptor ACE2).

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Hay una sección de publicaciones y análisis sobre el virus, en: https://www.thelancet.com/coronavirus Centers for Disease Control and Prevention (CDC): “Interim Guidance for Collection and Submission of Postmortem Specimens from Deceased Persons Under Investigation (PUI) for COVID-19, February 2020” disponible en: https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/hcp/guidance-postmortem-specimens.html 2

Es un virus de la misma familia que el SARS, llamado SARSCoV2, mientras la enfermedad se llama COVID19. Hasta el momento se cree que su frecuencia de mutación no es muy alta, lo que es positivo. Ya hay una prueba que permite detectarlo con cierta facilidad, lo que no es del todo posible con otras enfermedades. El problema es que esa prueba no es accesible en el mundo a todas las personas: “Corea del Sur, donde se reportaron los primeros casos en la misma fecha que en EE.UU, ha realizado las pruebas a más 210.000 personas y realizaban un promedio de 20.000 exámenes de coronavirus todos los días, una cantidad superior al total de muestras que ha analizado EE.UU. en más de un mes”. 3 Se calcula que entre un 80 y un 85% de las personas infectadas (otras fuentes precisan el porcentaje en 81%), prácticamente no desarrollan síntomas. Eso quiere decir que hay muchas personas que lo tendrán, que lo transmitirán, pero que no andarán tosiendo. Que sobrevivirán sin saber que lo tuvieron. Pero hay un grupo de entre 15 y 20% que tendrá síntomas. De ese universo, se calcula que un 6% tendrá complicaciones, algunos necesitarán una cama en una Unidad de Cuidados Intensivos para sobrevivir y que aún así, hay un grupo que morirá. La infección, en el peor de los escenarios, afectaría entre un 40 y un 70% de la población. Una ciudad de 8 millones de habitantes, tendría entonces como 5,6 millones de infectados. De estos, el 80% no tendría síntomas: 4.480.000. Pero un total de 1.120.000 personas tendría síntomas y un 5% (es decir: 280.000 personas) tendrían complicaciones graves. La mortalidad varía entre un 6,7 (en Milán) y un 0,8% (en Corea del Sur). Usando el dato de Corea, una ciudad de 8 millones tendría una mortalidad de 56.000. Pensemos que si Bogotá tiene solo 967 camas de cuidados intensivos para adultos y 498 para niños, el servicio de salud colapsaría. Pero dudo mucho que Bogotá llegue a los niveles de Corea del Sur, además nuestras camas de cuidados intensivos están usualmente ocupadas por encima del 90%. Como puede verse, cada caso aislado a tiempo ahorra muchas camas de cuidados intensivos necesarias para los más graves y para pacientes de otras enfermedades. La conversión de enfermedad leve en grave, y de grave en mortal depende, entre otras cosas, de los factores de riesgo que tenga la persona. Una revisión de los casos fatales en China muestra lo siguiente: hay mayor mortalidad en pacientes con hipertensión, diabetes y enfermedad coronaria. La eliminación del virus entre sobrevivientes varió entre 0 y 20 días, con un máximo de 37.4 Primero, la humanidad sobrevivirá. Ni esto es el Apocalipsis, como anuncian algunos religiosos, ni el fin de los tiempos. Por eso es un acto irresponsable que un periódico contribuyera al pánico promoviendo el nombre de 5 películas sobre epidemias. Segundo, hay un concepto médico que se llama “factores de riesgo”. Las personas que desarrollan complicaciones y las que mueren no son al azar, sino que tienen unas condiciones que les hacen vulnerables. Claro, eso también depende de cómo la sociedad y de las autoridades enfrentan la crisis.

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“Coronavirus: por qué EE.UU. "está fracasando" en la forma en que combate el covid-19 y cómo deja en evidencia su sistema de salud” BBC, 12 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51840157 4 Fei Zhou et al: “Clinical course and risk factors for mortality of adult inpatients with COVID-19 in Wuhan, China: a retrospective cohort study” The Lancet, 9 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2820%2930566-3

Por ejemplo, una población más vieja, como la italiana, tiene más muertos ante un mismo número de casos que la población china que es en promedio más joven. Algunos afirman, basados en fuentes disponibles, que “solo el 3% de los casos ocurre en menores de 20 años, y la mortalidad en menores de 40 años es solo del 0,2%.”5 Ahora, los reportes médicos indican que hasta un 90% de las transmisiones dependen de niños. Es curioso pero, los niños menores de 10 años solo desarrollan síntomas en el 0,9% de los casos, pero son más contaminantes que los mayores. En todo caso, eso no quiere decir que los niños sean inmunes. Juntar niños (que pueden estar sin síntomas) con ancianos es un factor de riesgo ¿cómo atender a esto en una sociedad donde muchos abuelos cuidan de sus nietos mientras los padres trabajan? Los medicamentos inhibidores de ECA (Enzima Convertidora de Angiotensina), que son precisamente anti-hipertensivos, fueron calificados como un factor de riesgo. Pero posteriores análisis desmienten la postura inicial, así que no hay razón hasta ahora para suspender los tratamientos anti-hipertensivos.6 Esto debe indicar, no una ola de pánico, sino un cuidado especial de nuestros viejos hipertensos. Otro estudio muestra que las personas que reciben tratamiento anti-hipertensivo y las personas con diabetes son más vulnerables. En general, las condiciones nutricionales y las afectaciones del sistema de defensas (personas con VIH/Sida, cáncer, diabetes, inmunosuprimidos) son más vulnerables. La tasa de mortalidad en personas viejas es hasta del 14%. En Milán (Italia), la edad promedio de los fallecidos fue de 81 años. Invito a que cada vez que alguien le diga algo sobre la enfermedad, conteste con la pregunta: ¿Cuál es la fuente de esa información y qué tan fiable es? Si solo lo dice un mensaje de WhatsApp simplemente sonría. CORONAVIRUS: RESPONSABILIDADES INMEDIATAS Hay dos espacios para enfrentar la pandemia: por un lado está la atención médica, y por el otro las medidas colectivas y sociales. En ambos casos no se debe partir del análisis de lo ideal sino de la real (lo que aplaza, pero no cancela otros debates). El papel del personal de salud, históricamente subvalorado, es fundamental y eso implica muchas cosas: las medidas de protección para la atención de los enfermos, la formación y actualización, y las condiciones concretas del trabajo sanitario hoy. A esto se suma un problema grande: la limitación de los servicios de salud colombianos a los que hay; esto no es China, no tenemos ni la capacidad de crear un hospital en 10 días (como los chinos), ni la voluntad de hacer diagnósticos en masa (como en Corea del Sur). Así que es posible que enfrentemos varios problemas reales, que enumero a continuación.

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“Coronavirus: 10 buenas noticias sobre la epidemia (como que ya hay 8 proyectos de vacuna)” BBC. Marzo 3 de 2020, disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-51721014 6 European Society of Cardiology: “Position Statement of the ESC Council on Hypertension on ACE-Inhibitors and Angiotensin Receptor Blockers” 13 marzo de 2020. Disponible en: https://www.escardio.org/Councils/Council-on-Hypertension-(CHT)/News/position-statement-of-the-esccouncil-on-hypertension-on-ace-inhibitors-and-ang

Los recursos de autoprotección del personal son regularmente deficientes en algunos hospitales (guantes, tapabocas, etc.) y esta deficiencia aumentaría en las fases más complejas de la pandemia. Los reportes de miembros del personal de salud infectados y hasta fallecidos por la pandemia muestran que hay una vulnerabilidad real de la que la sociedad debe ser consciente. Si tenemos en cuenta que hay un grupo de pacientes que necesitarán aparatos para respirar, estos son escasos. En España e Italia una de las tensiones ha sido que el número de pacientes supera las camas de Cuidados Intensivos existentes. Esto implica que pacientes de otras patologías podrían ser “desplazados” por los que tengan el coronavirus o, peor aún, que el personal de salud de podría ver abocado a hacer un triage (selección de enfermos en masa) lo que implica descartar de entrada a algunas personas. Otro punto es la necesidad de priorizar la atención de la pandemia hace que se recomiende evitar ir por “cosas menores” a los servicios de salud. Si normalmente se recomienda pensar antes de ir a urgencias, ahora más. El problema es que eso puede llevar a un aplazamiento de casos que sí merecerían la atención de urgencias, con lo cual se afectaría la atención a otras enfermedades. Sobre las medidas colectivas, la implementación no depende de un decreto ni de un ideal, sino de una sociedad real. Como decía mi abuela Isabel: “el que no sirve, que no estorbe”. Los llamados de la alcaldesa de Bogotá, no son una broma ni una exageración. El problema es que la cultura “del meme” nos afecta: volvemos chiste hasta una pandemia. Los casos de Corea del Sur y de Italia muestran que el comportamiento social sí es una gran determinante en el manejo de la pandemia. Corea del Sur tiene una tasa de mortalidad del 0,8%. De los 7.869 enfermos, murieron 66; 86% de estas tenían 60 años o más, y la mayoría padecía otras enfermedades. Pero en Italia, de 15.113, murieron 1.016, el 6,7%. Esta diferencia en la mortalidad se explica por el diagnóstico masivo (hasta 15.000 test al día), la intervención oportuna y el aislamiento social. Alemania mostró una mortalidad aún más baja: 0,2%. Un gran determinante fue la calidad del sistema de salud. “Desde 1989 la cobertura es universal. El 97% de la población paga el Seguro Nacional de Salud y el 3% de menores ingresos es beneficiaria de un programa de ayuda, financiado a través de impuestos”.7 Es cierto que la letalidad de otras enfermedades es mayor (11% del SARS o el 34% del MERS, ambos también son miembros de la familia de los coronavirus), pero el alto nivel de contagio hace que el número absoluto de enfermos sea mucho mayor y, por tanto, consumirá más recursos médicos y, a su vez, representa un mayor desafío social para su control. Si nos encerramos, como han demostrado otras sociedades, disminuimos el riesgo de expansión del virus. Pero eso no es una decisión que se deba aplazar. Lo determinante parece ser las dos próximas semanas. El crecimiento exponencial típico de una epidemia nos hace pensar en que lo que hagamos los próximos días va a decidir la tendencia de la enfermedad en Colombia. Si no entendemos eso a las buenas, lo aprenderemos a las malas.

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Mizrahi, Darío: “Las cuatro razones del éxito de Corea del Sur combatiendo al coronavirus: cómo logró bajar la tasa de mortalidad” Infobae, 13 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.infobae.com/america/mundo/2020/03/13/las-cuatro-razones-por-las-que-corea-del-sur-estacombatiendo-el-coronavirus-mejor-que-el-resto-del-mundo/

El número de contactos con otras personas aumenta el riesgo de contagiarse y de ello depende el crecimiento de la enfermedad en la sociedad. En 20 días, 100 casos pasaron a ser mil, pero en solo 13 días, mil casos pasan a ser 10.000 (lo que se conoce como “fase exponencial”). Dicho de otra manera, se multiplica por diez el número de infectados cada 16 días. Pero, con el paso del tiempo, se observa un “punto de inflexión”, donde se estabiliza el número de casos para luego disminuir.8 Esto se garantiza con dos medidas: no viajar y lavarse las manos. Pero no es solo no viajar: es el aislamiento, eso sí permite el control de los casos importados.9 Es decir, aunque suene exagerado después de leer varios reportes serios sobre el tema, yo le pediría a Claudia López, cerrar la ciudad, y cerrar Transmilenio. Un par de semanas de cierre sería la diferencia entre tomar el camino de China o el de Italia. El control estricto en la provincia china de Hubei permitió que, luego de varias semanas, hoy se declare el control del virus en China. La especulación dispara los precios y deja a una parte de la población desprovista. Si mi vecino no tiene y yo si tengo, yo estoy en riesgo. Los supermercados deben limitar el número de enlatados o de útiles de aseo que la gente pueda comprar por persona. Claro, quienes más acumulan son las personas precisamente con más capacidad de compra; no los más pobres. Es necesario flexibilizar las fechas de suspensión por no pago de servicios públicos, por ejemplo, y otras medidas parecidas para que la gente no sienta la obligación de salir a la calle. Decir que se puede pagar por medios virtuales es poner en riesgo precisamente a los más vulnerables. Un modelo de ventas a domicilio organizado y con controles (estoy pensando en voz alta) podría ser efectivo por lo menos más que la aglomeración de personas en los supermercados. Otras medidas implican: reducir el número de personas que, por oleada, puedan entrar a los supermercados, suspender las concentraciones públicas (dolorosamente para los que estamos con el paro y las manifestaciones). Esto no es inconstitucional, porque un Estado de excepción, por salud pública, lo podría suspender; pero eso no implica de ninguna manera cercenar el derecho a la protesta. Por ejemplo: un cacerolazo u otro tipo de acciones novedosas, que no contribuyan a la propagación de la pandemia, no podrían ser prohibidas. Así mismo, y por la misma razón, cerrar todo tipo de reunión religiosa. Las misas del medioevo más que detener la peste negra con sus oraciones, sirvieron para su propagación por el alto contacto humano que facilitó su transmisión. Esto implica otra serie de medidas impopulares: control absoluto a las personas en contacto con personas de la tercera edad, especialmente en ancianatos; prohibir las visitas en los hospitales; cierre de centros educativos; el rediseño de un sistema de recepción en el aeropuerto de pasajeros que no los exponga al hacinamiento temporal actual de la llegada de vuelos internacionales que se ve en el control de pasaportes. Según Juan Lozano, en el aeropuerto de Bogotá, el sábado pasado: “no había un solo aviso preventivo para vuelos nacionales, ni un dispensador de gel, ni invitación a lavar manos, ni operarios con tapabocas, ni control de

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“Exponential growth and epidemics” 8 de marzo de 2020; Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=Kas0tIxDvrg&feature=youtu.be 9 Hellewell; Joel, et al: “Feasibility of controlling COVID-19 outbreaks by isolation of cases and contacts” The Lancet, 28 de febrero de 2020. Disponible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S2214109X%2820%2930074-7

temperatura”.10 O nos cerramos voluntariamente para frenar la expansión del virus o el virus nos pasa la factura. Es así de simple. Ya hay irresponsables que sostienen que “cerrar fronteras no detiene las pandemias”, cuando la evidencia demuestra que sí contribuye a su control. Pero la estúpida polítización de cerrar la frontera con Venezuela, pero mantener el flujo de pasajeros desde los Estados Unidos no tiene justificación. Al cerrar los pasos fronterizos legales, donde además podría hacerse control médico, se empuja a que una gran masa de venezolanos use las trochas, donde precisamente no hay ningún tipo de control sanitario. La tontería gubernamental lleva a no querer establecer un canal con Venezuela para tratar un asunto que sobrepasa el ridículo discurso del “castro-chavismo”. Es más, sumarse al bloqueo de medicamentos contra Venezuela es una infamia, más grave aún (si cabe) en tiempos de pandemia. China y Cuba han ofrecido ayuda a Italia para la atención de la pandemia. Resulta doloroso que la miopía del gobierno colombiano, en su afán de cumplir con la política exterior que le dicta Estados Unidos, le haya llevado a satanizar a Cuba en los últimos años y, por ende, a hoy rechazar las posibilidades que tendría en un aliado con capacidad técnico-científica para enfrentar el virus. La medicina que ofrece el gobierno cubano, el Interferón Alfa 2B, fue un medicamento usado por China para tratar a sus pacientes de coronavirus y que ha generado interés de compra en unos 15 países (no es una vacuna). Colombia debería, por lo menos, pensarse su adquisición.11 Claro que hay oportunismo político y hasta mala fe en algunas decisiones, pero creo que hay que separar el grano de la paja y avanzar. Al 13 de marzo había, en España, 5.202 infectados y 132 muertos, con más de 1.000 casos nuevos al día. Días antes, la respuesta institucional era muy deficiente, que una médica anestesióloga comparaba con lo que está sucediendo aquí en Colombia. Y mientras España tiene uno de los mejores sistemas de salud del mundo, el nuestro no lo es. España tomó una decisión valiente: colocar a todas las instituciones privadas de salud bajo la dirección del ministerio de Salud; es decir, intervenir lo privado y ponerlo al servicio del público. España declaró el Estado de alarma, imponiendo la “Limitación de la libertad de circulación de las personas”. Durante la vigencia del estado de alarma las personas únicamente podrán circular para: adquirir alimentos, ir a servicios de salud, ir al trabajo, retornar a la casa, asistencia a personas dependientes, ir a bancos, o fuerza mayor. Unas de las decisiones incluyen: aseguramiento de la dotación de los servicios de salud, prohibición de misas, garantía del establecimiento alimentario y regulación del transporte, entre otras medidas.12 Las misas son una práctica peligrosa por el gran número de personas pero, además, porque muchas de ellas son mayores de edad. Las estadísticas muestran que mueren más personas por otras enfermedades, pero eso no convence al público porque el miedo puede más que los argumentos. Es cierto que hay más de 10

https://twitter.com/JuanLozano_R/status/1238956585457778691?s=20 “El antiviral que tiene Cuba para tratar el coronavirus”, Portafolio, 13 de marzo de 2020. Disponible en: https://m.portafolio.co/internacional/noticias-coronavirus-el-antiviral-que-tiene-cuba-para-tratar-elcoronavirus-539019 12 Boletín Oficial del Estado: “Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19”. 14 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.boe.es/eli/es/rd/2020/03/14/463/dof/spa/pdf 11

3.000 muertos al día por tuberculosis y más de 2.400 por hepatitis B al día, pero el nivel de contagio, más el pánico mediático pesa y mucho. Lo que no entiendo es que hay suficiente miedo para ir a abastecerse de manera compulsiva en los supermercados, pero no para dejar de salir a la calle voluntariamente. Que el asilamiento no sea para hacer rumbas en las que terminamos varias personas en un espacio reducido, con lo cual aumentaremos el riesgo. Se habla de un control del brote epidémico, cuando no hay un nuevo caso entre 12 y 16 semanas después del primer caso. 13 Es decir, nos debemos preparar (en el peor escenario) a ciertas medidas por semanas y eso debe ser un llamado, no la pánico sino a la responsabilidad. Creo que ayudaría que los medios de comunicación contaran con expertos para que expliquen constantemente la situación y analicen la información, para que la sociedad no oscile entre el pánico y la despreocupación.

CORONAVIRUS: DEBATES DE FONDO A pesar de los bellos y sentidos mensajes que llaman a un comportamiento altruista, la verdad es que la humanidad es la que tenemos y no la que soñamos, es posible que si la sociedad fuera la que soñamos, no tendríamos estas epidemias. Un primer debate es el del papel de la ciencia en las sociedades. Como dice Rosa Moreno: “Ve, les recuerdo que China no derrotó el virus a punta de acupuntura ni con la homeopatía”. A lo que podemos agregar: ni con misas de sanación. Y no es un chiste. Me llegaron mensajes ridículos para detener el virus con un limón partido en tres, hasta una especie de sopa de ajo, pasando por el uso de medicamentos contra la malaria (no exagero un ápice). Ya sé que las empresas farmacológicas son ante todo empresas, pero no deberíamos repetir el debate desinformado de que, como en el caso de las vacunas, todo es una gran mentira del capital. Claro que el capital miente, pero poner en duda todos lo avances de la ciencia en una “paranoia mamertiforme”, no resuelve el problema. Claro que las farmacéuticas quieren hacer dinero, pero eso no convierte al virus simplemente en una falacia para vendernos cosas. Hay una izquierda anti-científica (que pena con Marx) que se parece a los que llaman en Popayán a no suspender la Semana Santa. Y eso implica, también, el respeto por el argumento científico. En un país donde todo el mundo receta tratamientos, donde el conocimiento científico se echa a la basura con el cuento de que “es que los médicos no creen”, pues la forma de afrontar la pandemia, sus debates y las decisiones del caso, deben ser respetuosas de la academia médica, a menos que haya una respuesta más eficaz. La capacidad de los servicios de salud. En Colombia, la atención de enfermedades mal llamadas tropicales (que mi profesor de la Facultad de Medicina llamaba más exactamente enfermedades de la pobreza), tales como el dengue o la malaria, no obligan a las estructuras privadas del sistema de salud. Las EPS miran para otro lado y el Estado cómplice, basado en una ley 100 que lo autoriza, 13

Hellewell; Joel, et al: “Feasibility of controlling COVID-19 outbreaks by isolation of cases and contacts” The Lancet, 28 de febrero de 2020. Disponible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S2214109X%2820%2930074-7

les alcahuetea su comportamiento. Si la atención en salud funciona bajo una lógica privada, eso la hace (casi) incompatible con lo que conocemos precisamente como salud pública. Es imposible atender dignamente la salud de los pacientes con coronavirus, desde un modelo de salud que en sus 26 años ha demostrado que es incapaz de atender dignamente a las personas más pobres. Desde 2000 la ley prometía unificar el plan subsidiado y el contributivo y seguimos esperando, frente a un modelo que atiende de manera diferente según la capacidad de pago o según la zona urbana o rural a la que pertenezca el enfermo. Otro debate es el relacionado con la inequidad social. Hay unos colombianos más propensos al contagio por simples y elementales condiciones socio-económicas. Se dice que más de 2 millones de colombianos no tienen acceso al agua potable. Estos, más los desnutridos y los viejos pobres son los más afectados. El acceso al agua, en el caso colombiano, debe incluir el debate de los famosos “bonos del agua”, la gran estafa encabezada precisamente por el actual ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. Una vergüenza. Un sistema basado en el Estado social de derecho, con un sistema de salud, pensional, de ayuda frente al desempleo o frente a la discapacidad (es decir el modelo capitalista de la Constitución de Weimar o del modelo social de los nórdicos, lo digo para evitar que se tilde eso de socialismo) permite una resistencia social mayor frente a una epidemia. Un plan de contención de última hora, si además es desorganizado, no es lo que determina la reducción de la pandemia, sino contar con un sistema de salud fuerte y público, pero decir una verdad de a puño como ésta a algunos les suena a oportunismo político, cuando en rigor no lo es. Un Estado privatizado, que no cree en el papel central de regulación del Estado, que recorta precisamente el gasto en sectores sociales como la salud a expensas del gasto militar, que no entiende el nivel de precariedad del trabajo informal (que es el de la mayoría de colombianos), que ha pauperizado el trabajo de los profesionales de la salud, quitado las horas extras (como hizo Uribe), pues no está en capacidad de construir una sociedad que pueda aguantar una semana sin trabajar. Peor aún ¿cómo proteger a los habitantes de calle? Estados Unidos es un claro ejemplo de cómo los sistemas privados no ayudan a contener la pandemia: más de 27 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud. En 2019, el 26% de estadounidenses pospuso tratamientos médicos y el 19% había dejado de comprar los medicamentos, debido a los costos.14 ¿Cómo garantizar el acceso a los alimentos a los millones de colombianos que no tienen ahorros ni recursos para sobrevivir por sí mismo ante una cuarentena de las ciudades? Más sencillo aún: ¿cómo garantizar los planes de alimentación escolar que precisamente benefician a los más vulnerables si se cierran las escuelas? Claro que toca cerrarlas, pero los menores de edad en cuarentena también tienen la costumbre de comer. Es loable echar mano de la tecnología para hacer clases virtuales, pero en la cobertura y acceso a la Internet tampoco hay democracia.

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“Coronavirus: por qué EE.UU. "está fracasando" en la forma en que combate el covid-19 y cómo deja en evidencia su sistema de salud” BBC, 12 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51840157

Además, 96% de municipios no podría implementar lecciones virtuales en colegios oficiales, ante una posible suspensión de clases.15 Nuestra sociedad está basada no en el ciudadano sino en lo tribal, lo sectario. Ya sea la región del país, o la pertenencia a un u otro grupo social, lo cierto es que la exclusión del otro no es solo una política de las élites, sino que el ciudadano de a pie la reproduce y la presenta como algo positivo. Por eso, los conjuntos cerrados son un símbolo de nuestra ciudad: trincheras donde estamos nosotros separados y protegidos del resto. Esa cultura política es la que explica, en parte, el triunfo de la competencia sobre la solidaridad. Por eso, no entendemos que si todos tenemos un mínimo necesario de elementos de protección eso nos protege a todos; al contrario, los geles, los desinfectantes y los tapabocas, se volvieron un objeto de lucha. Con eso se alimenta la especulación, el potencial acaparamiento incluso de alimentos, el quiebre de una respuesta colectiva, mientras se acrecienta un Estado salvaje de competencia (muy del pensamiento neoliberal) como si el acceso a geles antibacteriales fuera ya un proceso de selección natural. El mundo, más allá de Colombia, tampoco es muy esperanzador. El ejemplo de Reino Unido es una vergüenza: aceptan su limitación para combatir el virus y, sin ningún rubor, reconocer que van a priorizar salvar la economía. Eso nos devuelve a debates del siglo XIX sobre el papel del Estado, que Reino Unido confirma: el Estado está al servicio de los poderes económicos y lo demás son adornos.16 Hay riesgo y alto de que los controles por la pandemia devengan en autoritarismo, pero la sociedad civil debe vigilar sin por eso poner en duda todas las medidas gubernamentales. Lo que los que saben recomiendan que los líderes políticos deben ser: “más veloces y más agresivos”17; así que tampoco veamos autoritarismo detrás de toda decisión política. Prohibir un concierto pero a su vez permitir eventos de 500 personas no tiene un fuerte asidero científico, pues ambos son contextos igual de riesgosos. Tenemos que entender que la prevención, fácil, es quedarnos voluntariamente en casa; mientras la atención de enfermos come recursos, ocupa camas y personal de salud, etc. Las consecuencias económicas pueden ser graves. Recomiendo la reflexión de Guy Standing sobre el tema, quien sostiene que: “la crisis económica tendrá fuertes efectos multiplicadores que desembocarán en más gente sin hogar, más bancarrotas y más morbilidad y mortalidad, aparte de las cifras relacionadas con la pandemia”.18 Todo apunta que el virus podría ser la chispa de la próxima crisis económica mundial. 15

“Coronavirus: si hay cierres de colegios, 96 % del país no podría hacer clases virtuales” Semana. Disponible en: https://www.semana.com/educacion/articulo/coronavirus-si-hay-cierres-de-colegios-el-96--del-pais-nopodria-hacer-clases-virtuales/656230 16 “Reino Unido se declara impotente ante el coronavirus y da prioridad a la economía” La Vanguardia, 13 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/internacional/20200313/474112559284/reino-unido-impotentecoronavirus-prioridad-economia.html 17 “COVID-19: too little, too late?” Editorial, The Lancet, 7 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2820%2930522-5 18 Standing, Guy: “Coronavirus, crisis económica y renta básica”, El País, 12 de marzo de 2020. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2020/03/11/opinion/1583929510_196303.html

Otros intelectuales han visto en la pandemia el quiebre del capitalismo, la materialización de la teoría del shock (Naomi Klein), una relación directa con el cambio climático o una prueba de la guerra biológica que nos espera. No podemos con un virus que es similar a una gripa, ¿qué podemos realmente hacer frente a un virus mortal como los que anuncian las películas catastróficas? Este es el momento de pensarlo. Nos queda la lucha contra el otro, como en las películas, para hacernos a una vacuna o a un tapabocas o la cohesión social. Lo cierto es que todo esto muestra lo frágiles que somos como especie y lo poco racionales. Como dice mi amigo Jesús Abad Colorado: “Somos frágiles como las alas de las mariposas y no aprendemos”. António Guterres, Secretario General de la ONU dejó, a pesar de todo, un mensaje de esperanza: “Aunque se ha clasificado como pandemia, podemos controlar esta situación, podemos retrasar la transmisión, prevenir la infección y salvar vidas. Pero hacerlo requiere de medidas inéditas”.19

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Disponible en: https://m.facebook.com/346203887439/posts/10157933129627440