Control de Lectura Manifiesto del Partido Comunista

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Control de Lectura: Manifiesto del Partido Comunista Anonimo El contenido del manifiesto es sumamente variado. En el primer apartado, titulado “Burgueses y Proletarios”, se expondrá una suerte de recorrido histórico que acabara por presentarnos a las dos clases antagónicas que caracterizan a la sociedad burguesa, es decir, a la sociedad capitalista. Pero, durante este recorrido y descripción, también se expondrán algunas ideas fundamentales referentes a la naturaleza singular del capitalismo; su emergencia a partir del feudalismo, su tendencia a borrar los lazos que tenían atadas a las sociedades que le precedieron, su tendencia al centralismo y a la globalización, su predisposición a la generación de crisis, su gran desarrollo de las fuerzas productivas y la gestación de una clase que habría de acabar con esta misma sociedad. El capítulo dos, se encarga de exponer la relación “Proletarios y Comunistas”, es un apartado destinado a acabar con algunos de los malentendidos atribuidos al comunismo. En él, Marx y Engels, valiéndose de la descripción sobre la sociedad burguesa que presentan en el capitulo anterior, buscan presentar el programa de los comunistas, cuyos objetivos se resume de la siguiente forma: “constitución del proletario como clase, derrocamiento del domino de la burguesía, conquista del poder político por parte del proletario” 1. En los apartados tres y cuatro se hace un recorrido que inicia con la revisión interna de la producción que hasta el momento se había catalogado como socialista o comunista, para luego terminar con un llamado a la lucha común de todos los proletarios del mundo. De todo este entramado de temas, me gustaría destacar algunos de los puntos que Marx y Engels desarrollan en el primer capitulo del libro, a saber, aquellos relacionados con la consolidación de la sociedad burguesa como un estadio dentro del desarrollo histórico de la sociedad. Entender este punto nos sitúa en el terreno de la reflexión acerca de la historia formulada por Marx y Engels. Conocida es la tesis con la que se inicia el texto: “La historia de todas las sociedades anteriores a la nuestra es la historia de la lucha de clases” 2, pero ¿Qué se quiere decir con esto? Una lectura habitual es la que sostiene que el propósito de esta proposición es presentarnos al motor de la historia, esa relación de la cual se derivaría todo el devenir histórico. Tal asunción pone a la lucha entre la clase dominadora y dominada3, como un elemento inherente al proceso histórico. No obstante, a este punto de vista se le puede oponer uno que no vea en dicho conflicto el motor de la historia, sino un factum presente a lo largo de la historia, pero que sólo se llegó a hacer visible hasta la consolidación de una sociedad que hace explicito ese conflicto. Con esto, se estaría diciendo en la expresión antes referida, que ese estado de conflicto entre dos clases, la burguesa y el proletariado, encierra una dinámica de oposición clasista que de hecho ha tenido lugar en muchos momento y lugares de la historia. Marx no es un reduccionista, no busca con esta afirmación encontrar una única causa del devenir histórico, y así se hace explicito en el resto del 1

Karl, Marx & Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista, en Marx Vol. 1 Colección Grandes Pensadores, Gredos, Madrid, 2012, p.329 2 Ibid., p.315 3 Poco esclarecedora es, en este mismo sentido, la nota añadida en 1888 por Engels, donde trata de hace un matiz a la proposición, sugiriendo que han existido estadios previos en el desarrollo de las sociedades, donde el conflicto de clases estaba ausente. ¿La lucha de clases es el motor de la historia?, si es así ¿Por qué el primer estadio del desarrollo humano carecía de un conflicto de esta naturaleza?

texto. La complejidad de la lectura histórica de Marx sigue siendo una lectura dialéctica del devenir y en este sentido, aquella primera tesis no lograra ser entendida del todo sino hacia el final del capítulo primero, así como tampoco se podrá entender el conflicto de clase desde cualquier otro momento de la historia que no fuera el del capitalismo. Entendamos pues cómo es que llega a consolidarse la sociedad burguesa, y como es que, desde ella, el conflicto de clase se convierte en una constante en la historia. El capitalismo, o la sociedad burguesa, como Marx y Engels la denominan dentro del texto, es el momento de desarrollo que ha alcanzado la sociedad del siglo XIX -y con algunas modificaciones sigue siendo la actual-. Esta sociedad nace del seno de la sociedad feudal; el mercado mundial impulsa el comercio, y las vías de comunicación -terrestres y marítimas-, y éstos, a su vez, han impulsado a la industria. La burguesía, como clase se ha desarrollaba paralelamente acumulando capital4. No obstante, antes se nos dice que, “La gran industria, ha creado el mercado mundial, que fue preparado por el descubrimiento de América”. 5 Este discurrir, en apariencia contrapuesto, que nos presenta el manifiesto debe ser leído en un sentido dialectico, si únicamente nos remitimos a una explicación causal de la historia, este permanece incomprensible. En este sentido, el mercado mundial sería causa de la industria y la industria, a su vez, sería causa del mercado mundial, un círculo de interdependencia. Marx no defiende una lectura lineal de la historia, antes bien, nos presenta una lectura compleja de la historia, en la cual una suerte de necesidad aparece prácticamente cancelada. En el capitalismo suceden muchos cambios, entre ellos tenemos la explicitación de la explotación, en la sociedad burguesa, como dicen Marx y Engels, en ella se “ha sustituido, en una palabra, la explotación velada por ilusiones políticas y religiosas, por la explotación franca, descarada y escueta”6; a su vez, esta sociedad ha supuesto una tendencia a la globalización de la industria, ésta “ha arrancado bajo los pies de la industria su suelo nacional” 7; y en no menor importancia, ha traído consigo un avance civilizatorio y una centralización de la producción en grandes núcleos poblacionales. Si bien, parte de esos cambios venía dándose desde el siglo XVI, no es sino hasta la consolidación de la sociedad burguesa, que estos elementos aparecen como sus rasgos constitutivos. Así mismo ocurre con la tesis acerca de la lucha de clases, no es sino hasta el desarrollo de la burguesía, que este aparece como un conflicto central y desnudo que ya sin el encubrimiento que, de él hacia la religión o una cierta política, se nos hace evidente. Otro ejemplo de esto lo tenemos con los caminos y los desarrollos en la circunnavegación, que ya en el S.XIX se convierten en rasgos constitutivos de la sociedad burguesa, pues se convierte en mecanismo fructíferos para ampliar el mercado. De igual forma pasa con el resto de las fuerzas de trabajo que pone a su disposición. El mercado se convierte en causa de ese despliegue, pero a la vez éste no es posible sin tal desarrollo. Es interesante ver, que la crítica que Marx propone a esta sociedad parte de una lógica similar que antes que marcar una alternativa radicalmente opuesta al capitalismo, presupone muchos de los cambios que éste ha traído. Recordemos que no sólo el burgués es producto de esta sociedad, también lo es el proletariado cuya tarea es desplegar las potencialidades de esas fuerzas 4

Este discurrir es expuesto en ese orden dentro del texto. ibid., p. 317 Ibidem. 6 Ibid., p. 318 7 Ibid., p. 319 5

heredadas y desarrolladas por el capitalismo, para ponerlas al servicio de la humanidad, y ya no del mercado. La gran contradicción que Marx ve en el capitalismo es la de ser una sociedad encerrada en una lógica que le impide poner todas las fuerzas de producción al servicio de la humanidad. Llegando incluso al punto de que los excedentes de producción antes que suponer un beneficio, se convierte en un obstáculo que debe ser eliminado para favorecer la competencia mercantil. Sin embargo, como posibilidad, en su seno el capitalismo encierra la posibilidad de acabar con el mismo. Al obrero, ahora vuelto un asalariado en este sistema de explotación descarada, se encuentra en una mejor posición para encontrarse con los otros, el borramiento de los limites nacionales por el mercado cumple a su vez esta función, pero en un escenario global. No es pues casual que los últimos tres capítulos se dediquen a propugnar por una lucha unificada y global. Lo que queremos decir con todo esto, es que, con la consolidación de la sociedad burguesa, el desarrollo de la tecnología, el de las formas de organización social y el de la dinámica económica, aparecen como elementos cuyo sentido parece haber sido siempre el de los intereses de esa sociedad. No obstante, como hemos dicho, muchos de esos desarrollos en su origen respondieron a intereses distintos a los del capitalismo, y si bien este ha llegado a impulsarlos, ello no le conferiré el papel de ser causa de los mismos. Además de los desarrollos, como también ya hemos señalado, uno de los efectos de todo esto es poner en evidencia el conflicto entre clases, pues éste ya no se observa a la sombra de un orden preestablecido en la sociedad, justificado por órdenes jerárquicos inamovibles o creencias fuertemente arraigadas. Ver el conflicto, en donde antes se veía un orden natural, es uno de los efectos de la consolidación de la sociedad burguesa, la cual sin duda tiene un efecto en la manera en que ahora nos aparecen ciertas dinámicas del pasado. Donde antes se veía la bucólica imagen del campesino, ahora se ve la dinámica de opresión de señor sobre sus siervos, en la relación de propiedad que ataban al esclavo a un amo, ahora se observa el conflicto entre un ser humano al que se le ha arrebatado su libertad y otro que se a apropiado de él.