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• Rodrigo Sangay Huaripata

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Competencia por la luz La luz, a diferencia del agua y de los nutrientes, no puede ser almacenada. La planta debe aprovechar la luz que llega en ese momento y si no, se pierde. Desde el momento que una hoja sombrea a otra se está produciendo competencia (entre hojas de la misma planta, o de plantas diferentes). En general se considera que las plantas con mayor índice de área foliar (LAI) compiten mejor por la luz, pero este factor no es el único del que depende la competitividad de la planta. también influye la posición y orientación de las hojas, y la arquitectura de la planta. Las malas hierbas altas y de porte erecto compiten mejor que las que tienen portes rastreros o baja estatura, a menos que éstas tengan capacidad de trepar. Una de las diferencias que se detectan entre las malas hierbas y las plantas cultivadas en este sentido es que las malas hierbas se adaptan mejor a las condiciones de sombra que las plantas cultivadas. No obstante, aunque puedan adaptarse a estas condiciones de sombra, rápidamente aprovechan la luz cuando la tienen. Estudios realizados en infestaciones de Cyperus en maíz demuestran que existe competitividad entre las malas hierba y los cultivos por la luz, y que no siempre gana la mala hierba. Si se analiza la producción de tubérculos por parte de Cyperus, se observa que el aumento de la densidad del maíz de 66.000 a 133.000 plantas/ha redujo la producción de tubérculos en un 71%, mientras que la disminución de la dosis de siembra de 66.000 a 33.000 plantas/ha aumentó dicha producción en un 41%. Entre las malas hierbas más competitivas por la luz se encuentranAbutilon, Solanum, Xanthium, Avena. Competencia por nutrientes

El éxito de una planta en la competencia por el acceso a los nutrientes mejora la competitividad de la misma planta para acceder a la luz y el agua disponible. La fertilización se suele utilizar para mejorar el crecimiento del cultivo, pero en los casos de infestaciones, puede empeorar el problema causado por las malas hierbas. Las malas hierbas requieren los mismos nutrientes que las plantas cultivadas. La competencia se produce cuando ese requerimiento coincide en el espacio y el tiempo. En principio se podría pensar que un aumento de la fertilidad del suelo disminuiría la competencia al ser menos limitados los recursos (ya no habría necesidad de pelearse). Sin embargo este planteamiento es falso ya que aunque efectivamente disminuye la competencia por los nutrientes, al mismo tiempo aumenta la competencia por la luz y el agua. Cuando un cultivo está infestado de malas hierbas se producen importantes reducciones del rendimiento, aunque se abone de modo que la nutrición de la planta no sea un factor limitante. La reducción del rendimiento debida a la infestación es equivalente a la que se produciría en el cultivo sin malas hierbas y sin fertilización. De los principales nutrientes, el nitrógeno es el que presenta mayores oscilaciones en el suelo. Excepto en el caso de las infestaciones de leguminosas, es un error aplicar mayor cantidad de nitrógeno para iuntentar favorecer la competitividad del cultivo frente a la mala hierba. En estos casos, la mala hierba gana.

Competencia por Luz

La competencia por luz entre dos especies comienza cuando las plantas empiezan a sombrearse entre ellas. Por lo tanto, las especies de malezas con mayor velocidad de

crecimiento y hojas más largas, pueden ser consideradas buenas competidoras por luz.

Otra estrategia, inversa, en este caso, que también resulta en una alta competitividad por luz, es la que presentan algunas malezas de porte pequeño pero que poseen un óptimo en la tasa de fotosíntesis a bajas intensidades lumínicas. Por ejemplo,Stellaria media yAnagallis arvensis son capaces, a pesar de su porte bajo, de competir con el cultivo por agua y nutrientes.

Competencia por Nutrientes

La competencia por nutrientes es particularmente importante en el caso de: especies que presentan ciclos de vida y grados de desarrollo similares a los del cultivo y especies que poseen un sistema subterráneo tan bien desarrollado que les permite apropiarse fácilmente de nutrientes. Características tales como un crecimiento acelerado del sistema radical, la capacidad para consumir altos niveles de nutrientes o, por el contrario, la habilidad para crecer bien en suelos con bajos niveles nutricionales, determinan una alta competitividad para la captación del este recurso.