Como Escribir Un Libro Curso

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Creatividad: Cómo Escribir un Libro super rápido con Mapas Mentales. Esta técnica nos permitirá escribir un libro, un informe o cualquier escrito de una forma muy veloz, acortando los tiempos en más de diez veces.

El ejemplo de desarrollo lo realizaremos sobre la creación de un libro de novela que es lo más complejo.

Es fundamental no mezclar el funcionamiento de nuestros dos hemisferios cerebrales para que no se inhiban mutuamente. Tendremos que recordar entonces que nuestro hemisferio derecho es CREATIVO, en tanto que el hemisferio izquierdo es LÓGICO. Por lo tanto, si apenas tenemos una idea la analizamos caemos en un proceso de parálisis creativa. Así que a la hora de realizar nuestros mapas tendremos una primera etapa de puras ideas y creatividad, sin ningún análisis. Y una segunda etapa, dónde puliremos el mapa usando nuestro análisis crítico. Y luego podremos repetir el proceso la cantidad de veces que deseemos, siempre sin mezclar las funciones cerebrales.

Pasos para Crear un Libro: Tenga a mano papel y fibras de colores para desarrollar los mapas. Trace el centro del mapa y escriba en él: Ideas generales del Libro. Use la Corriente de Imágenes y enfoque su creatividad en ese punto. Desarrolle el mapa con total libertad, usando líneas, nodos, colores, dibujos, símbolos. Anote TODO: títulos posibles, ideas generales de argumento, personajes, líneas de acción, escenarios, etc. sin darle ninguna prioridad a nada, sólo dejando que fluyan las ideas y anotándolas en el mapa. Este primer mapa va a ser como una "cantera" de la cual vamos a sacar posteriormente puntos de partida para los otros mapas. Una vez finalizado lo analizamos y lo pulimos. Tengamos en cuenta que no es un trabajo definitivo, sino que puede ser ampliado y modificado permanentemente. Realizamos de igual forma el mapa mental de "Personajes". Ubicamos ese título en el centro del mapa y usamos la corriente de imágenes para crear nuestros personajes principales. También los podemos tomar de películas, series, etc. sin copiarlos exactamente igual, sino captando su esencia. De igual manera que el punto anterior, luego de pulirlo podemos ampliarlo y modificarlo la cantidad de veces que sea necesario. Aplicamos el procedimiento otra vez y hacemos el mapa mental de "Argumento" dónde iremos

desarrollando las grandes líneas narrativas primero y en los nodos siguientes haremos las líneas de acción más detalladas. Tambien aquí podemos tomar las líneas básicas de películas, series, otras novelas, etc. sin copiarlos tal cual, sólo los puntos básicos. Nuestro mapa mental siguiente será el de "Escenarios" dónde anotaremos los lugares más importantes y sus características en dónde se desarrollará la acción narrativa del mapa anterior. Trabajamos sobre estos cuatro mapas mentales iniciales la cantidad de veces necesaria para pulirlos y cuando estamos conformes seguimos con el proceso. Ahora sí comienza un trabajo más ajustado. Hacemos el mapa mental de "Primer capítulo" y anotamos allí la estructura básica, combinando las ideas que surgieron de los mapas anteriores. De igual forma vamos trabajando todos los capítulos siguientes hasta terminar nuestra novela. Este procedimiento evita la "parálisis de la hoja en blanco". Cuando la estructura de mapas está terminada, plasmarla en palabras es sólo cuestión de minutos. Al no tener que concentrarnos en la estructura básica, que ya está resuelta, entonces podemos abocarnos totalmente a elegir las palabras más certeras para crear nuestra obra. Si bien el ejemplo que vimos está aplicado a la creación de una novela, el mismo modelo puede adaptarse a todo tipo de escritos: manuales, libros de texto, libros de autoayuda, informes, etc.

Como escribir un libro ¿Cómo escribir un Libro? 10 Consejos Prácticos --Uno. Los autores novatos no conocen cuál es el propósito de su libro. Responda la siguiente pregunta, “¿Porque está usted escribiendo un libro?” ¿Busca usted fama y fortuna? ¿Lo hace para afrontar un reto? ¿Desea posicionar la marca de su negocio y ganar dinero? ¿Desea entretener a su audiencia?

--Dos. Los autores que recién comienzan desconocen lo que su audiencia preferida desea o quienes son ellos. Los autores tienen una idea y comienzan a escribir como si oyeran una voz automática. Si escribe ficción, ¿en dónde está su audiencia? ¿desea que ellos sean entretenidos? Si la obra trata de autoayuda, ¿cuáles beneficios obtendrán sus lectores luego de haber terminado de leer el libro? ¿En dónde está su audiencia para usted poder anunciarles? (dése cuenta que sus lectores no se encuentran en las librerías; ellos están en internet.)

Siempre es mejor escribir el libro que su audiencia desea y no escribir un libro y tener la esperanza que la gente lo compre.

--Tres. Los escritores novatos piensan que ellos necesitan escribir un libro impreso de 200 o más páginas y que para publicarlo requieren de los servicios de un agente y un editor. Actualmente las audiencias se encuentran en internet y ellos desean libros cortos y fáciles de leer. Los lectores no necesitan muchas historias debido a que su tiempo para leer es limitado. Ellos necesitan información rápida y fácil. Los miembros de su audiencia estarían dispuestos a comprar e imprimir un libro electrónico pequeño que no tenga más de cien páginas. Mientras que el libro resuelva su problema, a sus lectores no les importará quién es el editor. escribir

--Cuatro. Quienes comienzan escriben un capítulo introductorio acerca de SU historia. Inicialmente, su audiencia desea conocer lo que usted puede hacer por ellos. Si usted narra su historia, involucre a su cliente utilizando un formato para “USTED”. Es mejor colocar su historia personal en el último capítulo o en las páginas finales de su libro.

--Cinco. Los escritores no saben que ellos necesitan escribir primero el capítulo más fácil, no deben seguir necesariamente el orden del 1 al 8. Si los autores optan por escribir primero un capítulo difícil, se encontrarán atorados fácilmente y es posible que renuncien o se queden enfrascados en una investigación eterna. Cuando los autores utilizan "el Modelo de Escritura de Capítulos Rápidos" de la autora Judy Cullins, ellos escribirán un texto que fluirá naturalmente, en forma de conversación. libro

--Seis. Los autores principiantes piensan que es necesario investigar mucho.

Realmente, lo que usted sabe ya está en usted con respecto un tema en particular. Realice una corta lista de preguntas acerca de un tema para cada capítulo de su libro. Luego contéstelas. Ahora usted tiene una parte de la mitad de su capítulo. Las investigaciones normalmente reflejan que sus lectores desean estar comprometidos, no que les digan las cosas. A ellos les gusta descubrir, pero no que les enseñen.

----Siete. Tanto los autores profesionales como los novatos escriben continuamente sin dar un respiro a sus lectores o sin darles una razón para continuar leyendo. Permita que sus lectores volteen las páginas hasta el final. Coloque encabezados que enuncien beneficios en los capítulos localizados en la mitad de su libro de no ficción. Utilice un “gancho” en el encabezado o luego del encabezado para motivar a los lectores a terminar de leer el capítulo. Formule una pregunta o dos que los incluya y que sea consistente con el lugar en que se encuentran ahora en relación con el reto planteado.

--Ocho. Los autores olvidan utilizar un gancho en el comienzo, a la mitad y al final de cada capítulo. Los escritores se lanzan a hablar a sus lectores acerca de todo tipo de información que posiblemente ellos ni siquiera desean. Usted, el autor, debe motivar a su lector para que continúe leyendo hasta finalizar cada capítulo. Y de esta manera todo el libro. Ahora, usted tendrá un fuerte equipo de ventas todas en las obras, todo el día que darán una excelente recomendación de su libro a sus contactos.

----Nueve. Los autores no saben que un gancho incluye algunas preguntas con relación a la ubicación actual de su audiencia o algunos hechos que afectan a su lector. Luego de utilizar el gancho, permita conocer a sus lectores cuál será el beneficio que recibirán al leer el capítulo.

---Diez. Los autores de no ficción olvidan colocar un cierre al final de cada capítulo.

Quizás los autores siguen una lista que contiene una serie de pasos de acción. Incluya siempre un último párrafo que dé a los lectores una razón para continuar leyendo el siguiente capítulo. Recuerde, los beneficios venden.

¿Que es una novela?

Una novela es una larga narracion literaria en prosa. El género tiene raíces históricas tanto en el ámbito de la medieval y el romance moderno y en la tradición de la novela. Esta última suministra el término genérico presente en el siglo XVIII.

¿Que diferencia hay entre una novela y un cuento?

La principal diferencia es su longitud. Aunque algunos cuentos son extensos, una novela tipo tiene mas paginas. Otra diferencia es la cantidad de personajes que posee, en el cuento son uno o dos protagonistas, en una novela los hay en mayor cantidad. Esas son las diferencias basicas entre un genero y el otro.

¿Como escribo una novela? Si bien no existe, ni va a existir nunca, un metodo para escribir una novela. Hay ciertos tips o ideas que uno aprende a lo largo del tiempo que le facilitan la tarea. Convengamos que, como se dijo anteriormente, una novela tiene muchos personajes y muchos conflictos, lo cual genera un trabajo arduo en recordar, generar y resolver los conflictos de los personajes.

1) Tener una idea. A muchos no les va a costar y a otros si. Lo principal que deben formularse es una idea, algo que decir, algo que expresar. Puede ser tristeza, enojo, celos, felicidad, etc. Cada uno vuelca en una hoja (O un documento Word) su mente y sus emociones. Yo quiero decir con idea, a una generación espontanea en la mente de uno de un problema o un conflicto imaginario que podría ser volcado fácilmente en una ficción. Recuerden eso, la novela es una FICCIÓN, es todo mentira, es una invención nuestra. Una vez que tenemos una idea que puede ser (por poner ejemplos) Un hombre que lo maltratan en el trabajo, un planeta lejano en el que habitan monstruos de cinco cabeza, un pirata amargado que vive su vida en un bote de remos, etc. Todo va a salir de sus mentes y de lo que sientan.

2) Crear protagonistas. Este es el segundo paso, los que van a actuar en nuestra novela son los personajes, son nuestras

invenciones. Algo MUY importante es que los actores de nuestra novela no deben ser iguales entre si. Es decir, cada invención nuestra tiene que tener su propia personalidad y comportarse de modo diferente a los otros personajes. Un modo muy practico de hacer esto es basar a nuestra invención en la personalidad de una persona real. Entonces cuando creemos un problema o haya un dialogo nos podríamos preguntar "¿Que diría fulanito en una situación así?" y redactar una respuesta. Cabe aclarar que un personaje no debe ser una persona siempre, puede ser un extraterrestre, una mesa, un perro, lo que se nos venga a la mente. Los actores de nuestra novela se separan en tres grupos principales: A) Personajes principales. B) Personajes secundarios. C) Personajes terciarios. Los personajes principales son los protagonistas de nuestra obra, son aquellos personajes que al sacarlos la novela no seria la misma. Pueden ser uno, dos, tres o cientos. Los que nosotros queramos. Los personajes secundarios son aquellos que no son de vital importancia pero cumplen un rol significativo en la novela. Algo que hace muy interesante a un relato de estas características es que los personajes secundarios tengan una personalidad muy marcada, eso los hace confundirse con los principales y generan un atrayente en el lector. Y por ultimo los personajes terciarios con aquellos que en el cine serian los extras, no cumplen ningún rol importante en la novela, pero tienen que estar allí.

Construccion de un personaje. Un personaje no se genera de la nada, es decir, el lector cuando lee no sabe el carácter ni nada del personaje. Nosotros, que somos los escritores, si lo podemos saber. Para tener una guía practica a mano de cada actor de nuestra novela, es conveniente, en una hoja aparte, hacer una lista de todos los personajes que vamos agregando conforme avanza el relato. Antes de empezar a escribir debemos saber, al menos, los personajes principales. Vamos a darle un nombre, una edad, una nacionalidad, una historia y una personalidad. Aunque el lector no sepa nunca su nacionalidad, tiene que tener una. Aunque el lector nunca sepa su edad, tiene que tener una. ¿Por que? Por que ayudan a darle una personalidad, que es lo mas importante que tiene un personaje. Uno no debe decirle a lector todo del personaje, uno debe dejar que su carácter fluya por la novela y vaya desenmascarándose poco a poco.

3) El ambiente Cada novela transcurre en uno o varios lugares. Esos lugares varían de acuerdo a como nosotros vayamos encaminando la historia. Pero en general, es conveniente tener dos o tres sitios donde los personajes principales van a ir si o si. Tenemos infinadades de lugares a donde pueden arribar nuestros personajes, pero debemos encargarnos de describirlos correctamente. La construccion de un lugar no es dificil, ya que no esto no es una pelicula, podemos crear pasadizo secretos, escaleras, sillas, etc, cuando nosotros queramos.

4) La trama Esto, ademas de los personajes, es la parte mas importante de una novela. A nosotros nos enseñaron en primaria que un cuento se compone de tres partes: Introducción que es donde se conocen a los personajes, nudo que es donde se genera el conflicto y desenlace que es cuando se resuelve dicho problema. Una novela dista mucho de esta base. Lo que diferencia (entre otras cosas) a este genero de un cuento es la cantidad de problemas, la novela tiene problemas constantemente, siempre hay problemas por resolver. El problema principal puede no existir o aparecer al final de la misma. Una novela no necesariamente tiene un desenlace, por que puede poseer un final abierto en el cual se abran miles de hipótesis sobre la conclusión del relato.

Tips para escribir una novela. A) Escribir una sinopsis de la novela en una hoja o menos. Esto nos ayudara a seguir una linea en nuestro relato, ideal para no irse por las ramas. B) Conocer el final de la historia de antemano o tener algunos finales posibles. Esto es muy importante por que nos permite guiarnos mejor en el plano literario y saber el destino de los personajes. Es ideal tener muchos finales para poder darle un toque al descenlace de nuestra novela, por que da un toque extra. C) Al final no deben haber cabos sueltos. Todo, absolutamente todos los problemas deben resolverse a lo largo del relato. Aquellos que no se resuelvan deben ser dejados deliberadamente por el autor para una continuacion o secuela. Si dejamos cabos sueltos le quita prestigio a nuestra obra. Es poco placentero leer una novela en la cual hay muchas cosas sueltas. D) No abusar de la suerte ni de la habilidad de los personajes. Esto quiere decir que la suerte y las habilidades son recursos no renovables, no debemos abusar mucho de estas dos cosas por que generan una incredulidad en el lector. Si bien es una ficcion, una personaje con mucha suerte o con habilidades extraordinarias e invencible, simplemente es aburrido. E) Generar diálogos. Los diálogos son cruciales en las novelas. Por lo menos es mi estilo generar mucho dialogo entre los personajes, ademas de eso se pueden generar mas conflictos. Pero tampoco hay que abusar, mucho dialogo muy seguido suele perder al lector. Recordemos que el lector imagina, no ve nada, no es una película. F) Describir bien. Los adjetivos no se gastan ÚSENLOS, un relato con mucha descripción es mas ameno y genera mas impacto imaginativo en el lector. G) No intentar tramas muy complicadas. Si bien una trama complicada genera mas impacto en el lector, no debe ser muy extensa. Es decir no debe ser confusa. Si tenemos en mente una trama complicada lo mejor es hacer un cuadro o pequeñas sinospsis.

H) Dividir bien los capítulos. La novela tiene capítulos pero no debemos abusar de ellos. Tenemos la opción de colocarle o no un titulo a una división del relato. En caso de colocárselo debe ser descriptivo o generar intriga en el lector (Que es lo que lo hace seguir leyendo). I) Ser atrapante en el relato. Esto no se puede explicar muy bien, a lo que me refiero es que debemos intrigar al lector. Al generar dudas en la mente humana, esta automáticamente busca respuestas, si tenemos un relato muy conciso, es decir muy cerrado al lector, despejaremos de dudas la mente del que lee y eso no es bueno. J) No pretender crear una obra maestra. Uno NUNCA va a estar satisfecho con su obra, agregarle personajes, lugares y cientos de cosas a veces hacen que nuestra novela se torne aburrida. Debemos seguir un esquema planteado de antemano y desviarnos lo mínimo posible del mismo. Recuerden que podemos escribir todo lo que queramos que nadie nos cobra impuestos. L) No irnos por las ramas. ¿Que quiero decir con esto? No generar dialogos o conflictos que no sirven o que entorpecen la lectura. De nada sirve crear un dialogo en un bar que no tenga relacion con los hechos de la novela, simplemente no sirve y ademas dificulta el entendimiento del lector. M) Somos escritores y lectores. No tenemos que ponernos nada mas en la piel del escritor, por que como tales conocemos cada detalle de la obra. El lector, en cambio, no lo hace. Solo conoce una parte de la historia, y la imagina diferente a como nosotros lo hacemos. N) Tener un cuaderno pequeño donde anotar ideas. Esto es muy importante por que las ideas no salen cuando sentamos el culo en la silla. Las ideas surgen en cualquier momento del día. Nos pueden inspirar muchísimas cosas de nuestra vida cotidiana, por lo tanto es bueno tener a mano un papel o lo que sea y escribir aunque sea lo que se nos ocurre. Para plasmarlo luego en el papel. O) Tomarse un tiempo. No somos escritores a sueldo, podemos tardar años o décadas en escribir una novela, solo tenemos que dedicarle el tiempo que queramos. No conviene dejar pasar mucho tiempo entre escritura y escritura, lo ideal serian al menos 5 minutos al dia, aunque solo sea para repasar la obra. P) Darle personalidades a los personajes. Insisto con esto por que es lo mas vistoso, a nuestros personajes lo hacen ser lo que son sus personalidades ante los distintos problemas. Q) Problemas problemas y problemas. Generar problemas es clave, lo que sea, pequeños, grandes, problemas en fin. Son los que hacen el relato mas interesantes. R) Definir un genero. Hay que definir de que tratara la novela, al saberlo ya sabemos su genero, una vez que lo sepamos debemos investigar en internet sobre las obras de ese estilo e intentar leer fragmentos o partes. S) Usar todos los recursos posibles. La lengua española nos da miles de recursos para usar, innoven, inventen, generen todo lo que les sea nescecario para hacer su obra. Nada les impide mezclar tipos de relatos. Hagan historias paralelas, historias inversas, usen todas las palabras que puedan. T) Lean. Lean lean y lean todas las novelas posibles, cuentos lo que sea, eso les abre mas abanicos de

posiblidades y les generan mas ideas a la hora de escribir. No sientan temor de tomar ideas de otros relatos por que eso es lo que hacen los grandes escritores. U) Denle a leer su novela a otros. Divulguenla entre sus amigos y pregunten que les parecio, no sientan miedo en las malas criticas son las que ayudan a crecer como escritor. V) Vuelquen sus emociones en la novela. La novela es un espejo de su vida, vuelquen todo lo que les pase lo que sientan en forma de palabras. Es relajante y ademas, escribiendo de ese modo las palabras salen mas facil. W) Déjense llevar. Dejen que las palabras salgan solas, pero lean y relean cada cosa que escriben hasta buscar su perfección absoluta. Es imposible hacerla, pero un buen paso es dejarse llevar y releer lo que uno escribe.

¿Querés escribir una novela? "Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando." PICASSO, Pablo Lo sé, Picasso era un pintor, pero esta frase en verdad puede aplicarse perfectamente a todas las artes y muy especialmente a la literatura. Quienes recién empiezan a transitar el camino de las letras, tienen muchas veces la equivocada idea de que una novela se empieza escribiendo en una hoja "capitulo uno" y luego rompiéndonos la cabeza para idear la primera oración de la obra. Esto es nefasto para la tarea creativa; una obra se empieza escribiendo, no importa demasiado qué. Si tu trabajo es serio y crítico pierde cuidado que deberás reescribir varias veces la obra, de tal forma que en un principio no importa demasiado qué palabras utilices, o por donde empieces a escribir; comienza por el final si quieres, de hecho puede ser una estrategia interesante. Tener un gran final preparado para nuestra obra puede alentarnos a trabajar luego en su desarrollo con mas ahínco. Lo más importante para alcanzar el éxito, y no hablo del éxito de ventas sino del de la satisfacción personal de ver el trabajo terminado, es que consigas una mínima disciplina; escribir al menos un par de hojas por día, y algo importantísimo, releer críticamente lo que has escrito. No te servirá de nada escribir siete capítulos en una noche si luego jamás los relees y quedan archivados en un cajón o en la memoria de tu PC. Una vez que tengas la destreza para escribir mucho y la constancia para hacerlo todos los días, los resultados llegarán solos. No olvides que el ser humano tiene la extraordinaria capacidad de adaptarse a las actividades que se autoimpone, y de hacerlas cada día un poco mejor. Ocurre con los deportes, con el trabajo y con el arte. Si escribes todos los días, pasado un tiempo escribirás bien. Pero cuidado que escribir bien no significa

manejar buenas ideas, sino simplemente manejar un lenguaje mas o menos atractivo y ágil; Las ideas son otra cuestión, ahí sí entra el juego el talento y eso es mas difícil de trabajar, aunque no imposible. Al respecto diré que en principio te conviene no subestimar tus ideas, toma notas de todas, incluso las que te aparecen en sueños a media noche, las que te sugieren, las que rescatas al leer otras obras. No tengas miedo de utilizar ideas de otros, el plagio en literatura está acotado a la copia exacta de argumentos y fragmentos mas o menos extensos de texto; las ideas literarias de fondo si bien son muchas no son infinitas y con el tiempo advertirás que todos escribimos mas o menos sobre lo mismo: el amor, la muerte, la soledad, el éxito, el fracaso.

Ahora les dejo unas consideraciones al respecto del trabajo de escribir que encontré por ahí y me parecieron correctas: 1- A algunos escritores les gusta empezar con el mapa de su historia antes de tiempo. Otros, empiezan de atrás hacia adelante. Recuerda: escribir no siempre es un proceso perfecto. Puede proceder retrocediendo, de adentro hacia afuera, de arriba hacia abajo más frecuentemente que empezando desde el principio. Sáltate los tres primeros pasos, o añade más pasos detallados por ti mismo. Como escritor, es tu decisión.

2- Piensa sobre qué tratará tu historia. A esto se le llama trama. Para empezar, decide de qué trata la novela. Podría ser sobre un capitán pirata que viaja por los siete mares o un caballlero que defiende su fortaleza de crueles invasores o de un fugitivo de un campo de concentración. Una vez que tengas la idea central, la desarrollarás en una trama hecha y derecha. Una trama necesita un inicio, un desarrollo y un final. También posee un conflicto y una resolución mantenida por una motivación que mantendrá tu escrito estático. Considera usar un software, herramienta de autor, si no sientes que puedes hacerlo por ti mismo. Puede ser caro, pero puede ayudar tanto a los novatos como a profesionales en el desarrollo de historias concretas.

3- Crea tus propios personajes. Usualmente hay un personaje principal bueno (protagonista) y otro principal malo (antagonista). Hay muchas maneras de hacer esto. Una manera puede ser haciendo bosquejos de ellos. Otra puede ser respondiendo una lista de preguntas (¿nombre?, ¿edad?, ¿pasatiempos?, ¿fetiches?, ¿defectos?, ¿tentaciones?) para cada personaje. O simplemente empezar a escribir y tomarlos crudos. Asegúrate de que estos personajes sean creíbles y naturales. No pretendas que tu protagonista sea perfecto. Si tu protagonista es perfecto y sin defectos, tus lectores no tendrán manera de conectarse con él o ella. Después de todo, nadie es perfecto. Para el desarrollo del protagonista es muy importante. Son escenas que le cuentan al lector algo más sobre el personaje. Esto ayudará a que los lectores sientan algo más fuerte por él o ella.

Lo mismo se aplica al antagonista, no debería ser completamente malo. Si no tiene cualidades buenas o humanas, tus lectores no tendrán manera de conectarse a él o ella, y parecerá ser de piedra.

4- Crea otros personajes. No cometas el error de pensar que los personajes secundarios no son importantes. Van a poblar el telón de fondo de la novela y deben ayudar a darle vida al espacio. Estos personajes deberían ser explorados pero recuerda que ellos no deberían involucrarse en el camino del protagonista.

5- Empieza a escribir. Hay varios acercamientos para comenzar: Empieza con el final en tu mente. Esto significa, por supuesto, que te planteas el resultado d ela historia en tu cabeza, y trabajas hacia este fin. Si sabes el final de la historia, esto puede ayudarte a formar el tema, la trama, las características, los persoanjes, y te puede ayudar a progresar más facialmente hacia ese final. Enfoque al escenario. Intenta crear el mundo (las características generales y el ambiente), y luego construye sobre él para crear tu novela. Crea la geografía, caminos, pueblos, ciudades, capitales, cultura, facciones, gobiernos, etc. Sumérgete en el enfoque. Tienes la lista de la idea, y comienzas escribiendo mientras todavía está fresca en tu mente. Tómate unas cuantas pausas cortas mientras escribes con este método, para así no olvidar lo que piensas. También estáte listo a que llegue a ti en cualquier momento: la inspiración no va advertirte cuando va a golpear a tu puerta. Empieza con los personajes. Crea tres o cuatro personajes y deja que la trama se construya a su alrededor. De esta manera permitirás a los personajes estár más integrados a la trama.

6- Haz el compromiso. Tienes que entender lo que estás llevando a cabo. Muchos escritores asombrosos no son notados o leídos porque sus escritorios están llenos de novelas inconclusas. Debes decirte a ti mismo que si esta novela no se escribe entonces sólo te puedes culpar a ti. Trata de plantearte pequeños objetivos. Esto te mantendrá motivado.

7- Házlo un hábito. "Somos criaturas de hábito", dicen, y es verdad. Haz lo siguiente para ayudarte a hacer un hábito para escribir: Oblígate a escribir todos los días, si es una oración, un capítulo o más, debes dedicarle tiempo regularmente a tu novela. Deja una hora tranquila donde nadie te pueda molestar. En la mañana o en la noche, no importa, aunque algunos escritores trabajan mejor a ciertas horas del día. Sólo asegúrate de que escribas diariamente. O, una idea mejor incluso, ponte una hora límite para cada día, es decir, unas cuantas horas, para que no te vuelvas loco tratado de terminar tu historia pero tienes la motivación para hacer uso de tus horas antes de que el reloj suene.

Crea un espacio de escritura. Busca un lugar acogedor donde te puedas relajar y no haya distracciones. Consigue una buena silla para sentarte que no te provoque dolores de espalda después de horas y horas de sentarte y escribir. No escribes un libro en una hora, toma meses, así que protege tu espalda. Si eres de las personas que postergan, intenta unirte a NaNoWriMo: escribe 50,000 palabras en un mes para tu completar tu novela. Los escritores tienden a escribir mejor cuando tienen un límite que enfrentar. Más motivación.

8- Busca retroalimentación constructiva. Nunca muestres tus preciosos escritos a alguien en quien no confíes completamente. Tus escritos están en su "fase de bebé" y necesita crianza y amor. Necesitas alguien que te anime, pero que no tenga miedo de ser honesto y completamente franco contigo. Recuerda, sólo toma las críticas de un amigo mientras sepas que están siendo sinceros contigo, de otra manera es mejor tomar las críticas de un editor o un agente.

9- Reescribe. La historia es escrita verdaderamente en esta parte. Editar y reescribir es lo que hace a la historia buena, porque siempre puedes completar. La fase de escritura es cuando plantes las ideas. La parte de reescritura es el momento para hacerlo genial. Pero ten cuidado de no sobre-editar. Es posible que arranques tu historia mientras fortaleces tu gramática. Revisa con dos o más "editores personales" (amigos, familia, profesores, etc...) antes de hacer la edición masiva (aunque tu opinión es la decisión final no siempre es la respuesta correcta). Siempre guarda el bosquejo en un lugar seguro. A veces te puedes sobrepasar con la edición y terminar queriendo volver a tu primer bosquejo.

10- Sigue reescribiendo. Una buena historia nunca está verdaderamente terminada, y como amateur, en realidad no tienes restricciones de tiempo. "Una historia nunca está terminada, sólo abandonada".

11- Publica tu trabajo. Esta es la conclusión que la mayoría de los escritores buscan. Si eliges una editorial conocida, una publicación online, o una publicación propia, es tu decisión.

Cómo escribir los primeros párrafos de una novela Pongámonos en situación: un lector acude a una librería y ve un libro que le llama la atención. Su portada y/o su título le parecen interesantes y lo coge para hojearlo. Le echa un vistazo a la contraportada, abre el libro y lee las primeras líneas. cómo empezar un libro Cuando lo tenga entre sus manos, el lector (y a veces también el editor) tardará unos diez segundos en

decidir si le interesa seguir leyendo el libro o no. Ese es el tiempo del que disponemos. Por eso es tan importante la forma en la que arranquemos nuestra historia. En esta entrada he querido reunir una lista con algunos consejos para lograr un arranque de novela (algunos sirven también para arranques de cuentos) de los que enganchan: 1. Llama la atención del lector Supongo que esto ha quedado claro: tenemos que captar la atención del lector desde la primera línea. Para ello, lo mejor es que ocurra algo ya en el arranque y, por supuesto, que sea algo interesante. Es decir, intentemos evitar un comienzo en el que suene un despertador y alguien se levante de la cama, va al baño, hace el desayuno… Ya sabéis, algo rutinario que no nos importa demasiado. O, por poner otro ejemplo, evitemos los inicios en los que el narrador se pone a hablar del tiempo que hace en lugar de ir al grano (por cierto, sobre este tema de no comenzar hablando del tiempo escribimos hace tiempo otra entrada en el blog: Disculpe, ¿es usted el hombre del tiempo? En la primera página del libro ha de suceder algo y este algo tiene que causar interés en el lector. Por ejemplo, Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago comienza en medio del caos del tráfico de una ciudad, cuando un semáforo se pone en verde pero no todos los coches arrancan. Hay uno que se queda parado y dentro hay un hombre que agita los brazos y grita algo. Los peatones, curiosos, se acercan a ver qué sucede, hasta que por fin el hombre baja del coche y grita: “Estoy ciego”. A esas alturas, a mí el libro ¡ya me tenía enganchada!

2. Pon algo en movimiento Este consejo es del libro Suspense, de Patricia Highsmith. En él, la autora recomienda iniciar un texto con algo que se mueva, puede ser un tren o alguien que corre… Concretamente, las palabras de Highsmith son las siguientes: “Me gusta que la primera frase contenga algo que se mueva y dé impresión de acción, en vez de ser una frase como, por ejemplo: «La luz de la luna yacía quieta y líquida, sobre la pálida playa».” Aunque no es necesario que el movimiento sea siempre tan evidente. A veces puede ser más sutil, como la puerta que se cierra y el personaje que se recuesta en la pared, parpadeando, en el texto del siguiente ejemplo: Cinco horas con mario, de Miguel Delibes: “Después de cerrar la puerta, tras la última visita, Carmen recuesta levemente la nuca en la pared hasta notar el contacto frío de su superficie y parpadea varias veces como deslumbrada. Siente la mano derecha dolorida y los labios tumefactos de tanto besar.”

3. Párrafos cortos y frases directas Otro consejo de Patricia Highsmith es no comenzar con un párrafo demasiado largo. “Entre una y seis líneas”, nos dice la escritora, para no cansar al lector de arranque. Aunque yo me atrevería a subirlo hasta ocho líneas… Pero bueno, el número no es tan importante como el concepto: comenzar de forma

directa y breve. A modo de ejemplo, veamos el inicio de A pleno sol, de Patricia HihgSmith: “Tom echó una mirada por encima del hombro y vio que el individuo salía del Green Cage y se dirigía hacia donde él estaba. Tom apretó el paso. No había ninguna duda de que el hombre le estaba siguiendo. Había reparado en él cinco minutos antes cuando el otro le estaba observando desde su mesa, con expresión de no estar completamente seguro, aunque sí lo suficiente como para que Tom apurase su vaso y saliera rápidamente del local.”

4. Sitúa al lector en el tiempo y el espacio Por regla general, en la primera página o el primer capítulo de una novela debe quedar claro cuándo y dónde sucede la narración. ¿Es en el presente? ¿Es el pasado? ¿Es el futuro? ¿Dónde nos encontramos? 1984, de George Orwell: “Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él.” Este es el primer párrafo de la novela y ya con este arranque el autor nos sitúa en un mundo que no parece exactamente igual al nuestro. En los siguientes párrafos se habla ya de un ascensor, una telepantalla (que en el momento en el que fue escrita la novela era más ciencia ficción de lo que es hoy) y el Gran Hermano. Por cierto, si os fijáis, en este primer párrafo del libro George Orwell habla del tiempo, pero lo hace para mostrar cómo afecta al protagonista y crear un tono y una ambientación para la historia, que no es lo mismo que comenzar el libro diciendo que el sol estaba en lo alto y brillaba con fuerza mientras la nieve se acumulaba en las orillas del camino, bla, bla, bla…

5. Especifica las reglas Toda obra de ficción es una propuesta para jugar. Cuando nos sentamos a leer un libro, desde las primeras líneas el autor nos está proponiendo unas reglas para el universo de ficción en el que quiere que nos sumerjamos. Estas reglas deben quedar definidas cuanto antes. Si quieres contar una historia de magia, brujas y pociones mágicas, empieza por un suceso mágico. Que quede claro desde el comienzo que la magia es parte del juego o, si no lo haces, corres el riesgo de que el lector se sumerja en un relato de corte realista y luego, cuando se encuentre la magia, no se la crea. Además, el tono de la novela, el estilo y el género tienen que conocerse desde el comienzo, para que el lector pueda saber si realmente le interesa o no. A modo de ejemplo, veamos el primer párrafo de la primera de las novelas de la saga de Harry Potter: Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K.Rowling: “El señor y la señora Dursley, que vivían en el número 4

de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente. Eran las últimas personas que se esperaría encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso, porque no estaban para tales tonterías.”.

6. Deja el backstory para luego El backstory es el término inglés para definir el pasado de los personajes y de los acontecimientos. Vamos, lo que sucedió antes de la historia que estás contando. Suele presentarse a modo de recuerdo de un personaje o a través del narrador que nos explica lo que ocurrió en el pasado. ¿Por qué no hay que empezar por ahí? Porque al lector todavía no le interesa. Si empezamos contando el backstory es probable que lo aburramos. Primero hay que intrigar al lector, introducirle en el mundo de la historia, dejar que conozca a los personajes y sus conflictos. Cuando lo hayamos logrado, será el momento de contarle todo lo que necesitemos que sepa del backstory, porque entonces ya estará metido en la historia y querrá saberlo. Ojo, no es lo mismo contar un backstory (el típico: “se acercó al tiovivo y recordó aquella tarde de su infancia junto a sus padres…”) que comenzar la historia en una escena del pasado. Por ejemplo, que el primer capítulo sea el niño que va con sus padres a la feria y le ocurre algo. Luego, en el segundo capítulo, saltamos a muchos años después en el tiempo y vemos al niño de adulto.

7. Fíjate en los mejores Si una de las principales reglas para mejorar la propia escritura es leer mucho, una de las reglas para escribir buenos arranques de novelas también pasa por leer muchos arranques de novelas. Es decir, fijarnos en los inicios que nos gustan, anotarlos y analizarlos. ¿Cómo están construidos? ¿Por qué funcionan bien? ¿Cuáles son sus trucos? A propósito de esto, encontraréis más inicios de novela en la sección Érase una vez del blog. Y, por si queréis echarle un vistazo, en la revista Stylist publicaron un artículo con los 100 mejores inicios de libros. Está en inglés, pero merece la pena verlo. Al pulsar sobre las portadas de los libros, se puede ver la portada y las primeras líneas de la novela: The best 100 opening lines from books.

Cómo elegir el punto para empezar y terminar una historia Estos días he estado leyendo el libro Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía, de Orson Scott Card y me he encontrado con una reflexión del autor sobre dónde empezar y terminar una historia que me apetecía compartir con vosotros. Por dónde empezar a contar una historia según Orson Scott Card Por cierto, si no habéis leído el libro, os lo recomiendo aunque no sean estos los géneros que queráis

escribir. Hay capítulos o fragmentos más centrados en ellos, pero buena parte de los consejos del libro sirven para la escritura en general, como es el caso de lo que os comentaré a continuación sobre la estructura de una historia: El cociente MIPA Según nos explica el autor, todas las historias contienen cuatro pilares o elementos que influyen directamente en su estructura: el medio, la idea, los personajes y los acontecimientos. Todos son importantes para construir la historia, pero siempre hay uno que predomina sobre los otros. Según Card, dependiendo del elemento que elijamos para que sea el más importante en nuestro relato, tendremos un tipo de historia concreto: 1. Historia de medio El medio o escenario es el lugar donde tiene lugar la historia, donde se ambienta. En las historias que tienen como elemento primordial el medio lo más importante es el dónde y solemos descubrirlas a través de los ojos de alguien ajeno al lugar —un visitante, un extranjero…— con el que nos identificamos y que nos ayuda a ir descubriendo ese nuevo mundo a su ritmo. Son, por ejemplo, los casos de Oz para las aventuras de Dorothy en el El mago de Oz; el país de las Maravillas para Alicia o Japón en la novela Ni de Eva ni de Adán, de Amélie Nothomb. Si queremos escribir una historia en la que el medio sea lo más importante, debemos comenzar a contarla cuando el personaje parte hacia ese nuevo mundo y terminar con el regreso a casa. Lo interesante es lo que sucede allí porque la historia no podría ocurrir en ningún otro lugar.

2. Historia de idea Con «idea», Card se refiere a una cuestión, un dilema, un misterio, un dato… Cualquier tipo de información que los personajes deben descubrir. Lo más importante de la historia en estos casos es resolver el enigma. Para estos casos, la historia comienza con una pregunta —por ejemplo: ¿quién es el asesino?— y termina con la respuesta —el asesino es el mayordomo—. ¿Puede haber breves prólogos o epílogos a esto? Sí, pero hay que tener en cuenta que el grueso de la historia, lo que mantiene la tensión, es lo que sucede entre esa pregunta y su respuesta.

3. Historia de personaje En todas las historias hay personajes y en muchísimas estos evolucionan. Lo que diferencia las historias de personaje es que en ellas lo más importante es la evolución del protagonista o protagonistas, la transformación del rol dentro de su mundo. Las historias de personaje tienen en común que al menos uno de los personajes se siente insatisfecho,

molesto o enfadado con su situación inicial e inicia un proceso de cambio que puede ser consciente o inconsciente; incluso externo a él. La historia ha de comenzar cuando el personaje está a punto de iniciar el viaje que lo conducirá a su transformación y termina cuando lo logra —felizmente o no—, o bien cuando abandona su lucha por imposible y regresa a su antiguo rol.

4. Historia de acontecimientos La última de las opciones es la historia de acontecimientos o hechos, donde lo más importante es lo que sucede, por encima del «dónde» y el «a quién». Esto no significa que no pueda haber evolución de personajes o que los escenarios no sean importantes en este tipo de historia, pero el pilar con mayor peso será el de los acontecimientos. El relato de acontecimientos comienza contándonos que algo va mal en la estructura del universo de la historia. Por ejemplo, la aparición de un monstruo en Beowulf o el resurgimiento de un antiguo enemigo al que se creía muerto en El señor de los anillos. Pero también es el caso de Emma, de Jane Austen, donde la protagonista rechaza casarse, rompiendo el orden natural en el mundo en el que vive. Por supuesto, los relatos de acontecimiento finalizan cuando el orden se reestablece o se instaura uno nuevo.

Cómo ser un buen escritor 19 consejos para un aspirante a escritor 1 - Lo primero hes conozer vien la hortografia. 2 - Cuide la concordancia, el cual son necesaria para que Vd. no caigan en aquellos errores. 3 - Y nunca empiece por una conjunción. 4 - Evite las repeticiones, evitando así repetir y repetir lo que ya ha repetido repetidamente. 5 - Use; correctamente. Los signos: de, puntuación. 6 - Trate de ser claro; no use hieráticos, herméticos o errabundos gongorismos que puedan jibarizar las mejores ideas. 7 - Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe aparecer equivocándose, abusando de los gerundios. 8 - -Correcto para ser en la construcción, caer evite en transposiciones.

9 - Tome el toro por las astas y no caiga en lugares comunes. 10 - Si Vd. parla y escribe en castellano, O.K. 11 - ¡Voto al chápiro!... creo a pies juntillas que deben evitarse las antiguallas. 12 - Si algún lugar es inadecuado en la frase para poner colgado un verbo, el final de un párrafo lo es. 13 - ¡Por amor del cielo!, no abuse de las exclamaciones. 14 - Pone cuidado en las conjugaciones cuando escribáis. 15 - No utilice nunca doble negación. 16 - Es importante usar los apóstrofo's correctamente. 17 - Procurar nunca los infinitivos separar demasiado. 18 - Relea siempre lo escrito, y vea si palabras. 19 - Con respecto a frases fragmentadas.

Consejos literarios KING Sthephen Acabo de leer el ensayo de Stephen King titulado "Mientras escribo" (On Writing), donde el famoso autor norteamericano da consejos para los escritores noveles. Reconozco que no me lo he leído entero, ya que la primera parte se dedica a la biografía del autor y a mí me interesaban sólo sus consejos literarios. A continuación resumo esos consejos que se diseminan a lo largo del libro. CÓMO EMPEZAR - Si quieres ser escritor, lee mucho y escribe mucho. Leyendo prosa mala se aprende a no cometer los mismos errores. La buena literatura enseña estilo, agilidad narrativa, estructura argumental, elaboración de personajes creíbles y sinceridad creativa. Al principio, quizás imites el estilo del escritor que más admiras, y eso no es negativo. En cuanto a la lectura, el truco está en aprender a leer a tragos cortos, no a largos. Si no te diviertes ni leyendo ni escribiendo, mejor que te dediques a otra cosa. Stephen King propone dedicarle entre cuatro y seis horas diarias a leer y escribir durante toda la semana.

- Cuando mejor se escribe es cuando el escritor lo vive como una especie de juego inspirado. King nos dice que si empieza un proyecto ya no para, y sólo baja el ritmo si es imprescindible. De esta forma, logras mantener la tensión y te centras en tu relato o novela hasta terminarlo. Su consejo es que la redacción de un libro (aunque sea largo) no debería durar más de tres meses. En cuanto al ritmo de escritura, a King le gusta hacer diez páginas al día, unos dos mil palabras. Para los novatos, King propone unas mil palabras al día y un día de descanso semanal. - Ambiente sereno y espacio propio. Para King, mantenerse en buenas condiciones físicas y tener un matrimonio duradero han sido los dos secretos de su éxito. El espacio para escribir puede ser modesto y sólo requiere que sea un lugar que te permita aislarte del mundo exterior ("una puerta a cerrar".

QUÉ ESCRIBIR Y CÓMO - ¿De qué escribir? De lo que te dé la gana y te guste. El único requisito que pone Stephen King es la sinceridad, contar la verdad. Considera erróneo renunciar a ciertos géneros si te gustan, pero también sería un error dedicarse sólo a algún género con la creencia falsa de que nos proporcionará dinero. Escribe de lo que quieras y aporta tu experiencia individual de la vida (amistad, amor, trabajo, etc). King dice que a la gente le encanta leer sobre el trabajo. En todo caso, debe haber algo sobre lo que tú sepas mucho más que los demás, y es eso lo que debe singularizar tus relatos. - Estructura del relato o novela: narración, descripción y diálogo. La narración hace que se mueva la historia, la descripción genera una realidad sensorial para el lector y el diálogo da voz a los personajes para conferirles vida. - Narración basada en situaciones. King no le da a la trama (o argumento) demasiada importancia, ya que le restan espontaneidad a la creación. Por contra, nos dice que la narrativa sale sola, sin planificarla, y que dentro de esa espontaneidad surge un "fósil", una reliquia. El método de King es crear situaciones, poner a sus personajes en aprietos y observar cómo van transcurriendo los acontecimientos sin forzar una salida. Para él tiene preferencia la situación antes que el argumento. El desenlace puede ser el que se tuviera previsto, pero en la mayoría de los casos es algo inesperado para el propio escritor. Casi todas las situaciones interesantes pueden resumirse en una pregunta condicional: "¿y si los vampiros invadieran un pueblecito de Nueva Inglaterra?", pone como ejemplo King de situación que dio origen a su obra "El misterio de Salem's Lot". - Aprender a describir, leyendo y escribiendo mucho. El primer paso de la descripción es visualizar lo que tienes en tu cabeza y trasladarlo a la página para que el lector pueda visualizarlo también. Si quieres ser buen escritor, estás obligado a poder describirlo. Pero es necesario buscar un equilibrio en la descripción: ni dejar confundido al lector ni tampoco saturarle con descripciones innecesarias. Por ejemplo, King prefiere no describir los rostros o la ropa de sus personajes con detalle, y dejar que sea el lector quien se los ponga.

Es más importante el escenario y el ambiente en el que transcurre la historia. Una descripción correcta será aquella compuesta por una serie de detalles bien escogidos que resuman el escenario, el ambiente o el personaje, y en la mayoría de los casos serán los primeros detalles que se le ocurran al escritor. En la descripción es más fácil pasarse que quedarse corto. No hagas descripciones demasiado detalladas y largas porque aburrirás al lector. Tu prioridad es que la historia no pare, que tenga ritmo y continuidad. La descripción puede ser directa o usando símiles y otros recursos de lenguaje figurado (King tiene predilección por los símiles). En resumen, para describir bien necesitas visualizar con claridad y escribirlo usando imágenes no trilladas y un vocabulario sencillo. Puedes usar cualquier artificio que mejore la calidad de tu escritura, pero sin que se interponga en la historia.

- Diálogo sincero para darle voz a tus personajes. En vez de narrar la personalidad de un personaje de tu historia, es mejor utilizar el diálogo para ello. Este diálogo debe ser natural y tal como se desarrollaría en la realidad, sin cohibirte por lo que puedan pensar ciertos lectores.

- Prestar atención a lo que hace la gente para crear tus personajes. Stephen King nos previene de usar personas reales de nuestro entorno para trasladarlas a la historia, pero nos aconseja fijarnos en el comportamiento de la gente. Las historias siempre acaban hablando de gente, más que de acontecimientos. El objetivo es que el comportamiento de los personajes sean útiles para la historia y creíbles.

- Simbolismo y tema, tras la revisión. Como hemos dicho antes, Stephen King no suele planificar lo que escribe sino que comienza con una situación y la va narrando hasta obtener el núcleo de la historia (la primera versión). Es en la revisión, una vez finalizada esa primera versión de la obra, cuando se fija en el simbolismo que puede tener, para así adornar y enriquecer la historia. Sin embargo, el simbolismo no debe crear una sensación artificial de profundidad. Durante esa segunda versión del texto, debes dejar más claro cuál es el tema del que trata y añadir simbolismos si le vienen bien a la historia. Esto puede exigir grandes cambios en la segunda y posteriores versiones de tu historia.

REGLAS DE ESTILO - Lenguaje directo y cotidiano. Escribir bien significa prescindir del miedo y la afectación. Cuando empiezas a escribir un relato o novela puedes pensar que necesitas usar palabras poco usadas o complicadas, y King nos dice que es todo lo contrario. Lo mejor es usar la primera palabra que se te haya ocurrido, sin forzar ni intentar impresionar. No debes asustarte de ser vulgar en ciertas situaciones. King pone el ejemplo con la palabra "cagar". Esa palabra puede ser vulgar, pero dependiendo de la situación, del personaje de tu relato o de quién sea el narrador, puede ser mucho más adecuada que un eufemismo como "hacer de vientre", "defecar" o "excretar". Que no te cohíba el decoro, sin que esto signifique recomendarte que seas vulgar cuando la situación no lo requiere.

- Seguir las reglas básicas de la gramática. Aunque los mejores escritores a veces se saltan las reglas establecidas, ellos saben lo que están haciendo. Por lo tanto, a menos que tú también estés seguro, lo mejor es que sigas las reglas básicas de la gramática. Pero no te preocupes pensando que debes ser un experto en gramática. Probablemente ya sepas construir frases coherentes (nombre+verbo) sin necesidad de volver a repasar lo básico en un libro de gramática.

- Evitar la voz pasiva. King le tiene fobia a la voz pasiva y considera que quienes la utilizan son escritores temerosos. Ejemplo de frase pasiva: "la mujer se había pintado los labios." Mientras que en voz activa o directa sería: "la mujer tiene los labios pintados." No significa que necesites eliminar del todo la voz pasiva, pero úsala cuando se adecuado y no abuses.

- Desconfía de los adverbios y no abuses de ellos. Sí, esas palabras acabadas en -mente son los adverbios y deberías evitarlos en lo posible en tus textos. En especial, King aconseja no usar adverbios en los diálogos, como por ejemplo: "- ¡Estoy harto! -dijo Juan, acaloradamente." Sólo usa adverbios en los diálogos en situaciones muy especiales y si no puedes evitarlo. En vez de usar adverbios, intenta que la situación describa el tono del personaje.

- La mejor manera de atribuir diálogos es "dijo". El objetivo es que el relato esté tan bien narrado como para que el lector sea capaz de deducir por sí mismo si lo que dice un personaje lo dice acaloradamente, alegremente, enfadado, etc, sin necesidad de añadirlo. Usa "dijo" en la mayoría de los casos, si bien también puedes usar "exclamó", "preguntó", "añadió", "respondió", etc, pero cuidado con usar esferoides como sucede en las novelas baratas: "- ¡El váter está atascado! -espetó Marcos.", "- Me gustas -jadeó Alicia",...

- No pensar demasiado dónde empieza y termina un párrafo. Es mejor escribir con fluidez y dejar que los párrafos vayan tomando forma. "Hay que aprender a oír el ritmo", según King. Siempre puedes cambiar lo que no te guste después en la revisión.

- El objetivo de la narrativa no es la corrección gramatical sino contar una historia. Hay que poner cómodo al lector y hacerle olvidar en lo posible que está leyendo un relato de ficción.

DESPUÉS DE LA PRIMERA VERSIÓN - Período de descanso después de la primera versión. King aconseja unos días de vacaciones, en los que te dediques a una actividad diferente, y luego trabajar en otra cosa (como un relato más corto que no tenga nada que ver con la historia anterior). El tiempo de reposo de la primera versión de tu historia no debería bajar de seis semanas, y no te dejes llevar por la tentación de releerlo antes. Tras ese período de reposo, cuando te parezca algo rarísimo, ya puedes volver a él e iniciar la segunda

versión. En esta segunda versión lo primero será corregir la ortografía y encontrar incoherencias en la historia y en la motivación de los personajes, quitar pronombres cuyo antecedente no esté claro, añadir expresiones que aclaren el sentido, eliminar los adverbios prescindibles, comprobar si hay elementos recurrentes y si pueden enlazarse para darle un tema o un simbolismo a la historia, añadir escenas e incidentes que refuerzen el sentido y borrar todo aquello que se disperse.

LO QUE LE GUSTA AL PÚBLICO - La gente que compra libros no se guía por el mérito literario sino que quiere una historia entretenida. Para King, un relato absorbente se logra cuando los lectores reconocen a los personajes y el relato le proporciona ecos muy fuertes de lo que vive y piensa. - Ritmo rápido pero no en exceso. Las novelas de mayor éxito comercial son aquellas que tienen un ritmo rápido, aunque no hay que excederse en la velocidad porque puedes confundir o agotar al lector. Para acelerar el ritmo, en la segunda versión puedes hacer recortes para acelerar el ritmo. - Introducir los precedentes de los personajes lo antes posible. King dice que es importante no retrasarse cuando se cuenta la historia previa de los personajes, aunque hay que hacerlo con elegancia. Siempre hay que incluir algunos precedentes, pero no aconseja utilizar flashbacks a lo largo de la novela ya que los considera aburridos y vulgares. En estos precedentes de los personajes sólo hay que ceñirse a las partes que sean importantes para la historia, no hacerles una biografía completa. - Documentarse, pero no en exceso. Si es necesario, puede investigarse sobre algún aspecto del relato que requiera información precisa o documentación, pero es importante no saturar al lector con demasiados detalles innecesarios. Lo más importante es la historia.

SOBRE EL ENVÍO DE OBRAS. Si envías un relato, pon unas cuantas líneas iniciales explicando dónde has publicado otras obras, y una o dos diciendo de qué va la obra que envías. Es importante despedirse dando las gracias por la lectura. En la esquina superior izquierda de la primera página pon tu dirección y número de teléfono. En la esquina de la derecha pon la cantidad aproximada de palabras. El envío hay que realizarlo en papel blanco de buena calidad, a doble espacio.

Escritores metodos Muchos escritores se sentaron alguna vez a dejar unas sugerencias para pulir el arte de escribir, sin talento no hay escritor pero sin técnicas tampoco, acá se las dejo, ojala les sirva y puedan mostrar los resultados en un próximo post.

Maestro tireme un consejito .

Osvaldo Soriano

“Tratá de no meter todo en tu primer libro. El primer libro es eso, el primero. Después tiene que seguir otro. Y otro. Este oficio consiste en trabajo, paciencia y no aflojar”.

- No es saludable que con un primer libro te vaya ni muy bien ni muy mal. Si te va fenómeno, después te va a costar el doble que el primero llegar al segundo. Si te ignoran o te aplastan, se necesita mucha fuerza para levantarse después”. . “Cuando te ganás lectores, tenés una responsabilidad. Los lectores te pueden perdonar un tropiezo, dos. Pero así como te siguieron, si les mentís se dan cuenta. Y te abandonan.

- No sé qué es el estilo. Quizá no conviene que un autor lo sepa. Pero los que sí lo saben son los lectores.

- Hay cosas que los argentinos, y en particular los intelectuales, no perdonan. Que te vaya bien. Hay ejemplos.

- Nadie escribe para no publicar. Es mentira que a uno no le importan ni la crítica ni la opinión de los lectores.

- Hay escritores que no se traban nunca, que no tienen problemas con la página en blanco. Por lo general, son los más prolíficos, los más petulantes y, por supuesto, también los más mediocres. Cuando te trabás, ahí es donde hay que retomar el impulso, insistir.

- No hay que mostrar mucho lo que uno anda escribiendo. Con unos pocos buenos amigos, que sean también buenos lectores y no perdonavidas, es suficiente. La crítica de un amigo suele ser más justa que el elogio de un crítico.

- No hay que confiar nunca en los editores. Sí, hay editores honestos, pero sobran los dedos de una mano para contarlos. Mientras un escritor tiene tres, cuatro, a lo sumo una docena de libros para escribir en toda una vida, un editor tiene cientos de miles, para vender. El autor se envanece con la posibilidad de dar conocer su obra. El editor, en cambio, se conforma con hacer un buen negocio a costo de otro. Se supone que un escritor es valiente. Sin embargo, cada vez que se discuten estas cuestiones de los derechos de autor, somos siempre los mismos dos o tres desconocidos de siempre los que puteamos. Y nos toman por borrachos.

- Los perdedores son siempre más interesantes que los ganadores. A los ganadores no se les cree. Por lo general, se agrandan y mienten. Por eso los perdedores resultan más atractivos, más humanos. Los perdedores todavía ignoran cómo se hace para ganar, prueban, lo intentan y fracasan, vuelven a intentarlo y vuelven a fracasar. Además se mantienen fieles a sí mismos en esa lucha.

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maestros de la literatura Mario Vargas Llosa

Carta a un joven novelista

1. Sólo quien entra en literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda. 2. No hay novelistas precoces. Todos los grandes, los admirables novelistas, fueron, al principio, escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y convicción. 3. La literatura es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio. 4. En toda ficción, aun en la de la imaginación más libérrima, es posible rastrear un punto de partida, una semilla íntima, visceralmente ligado a una suma de vivencias de quien la fraguó. Me atrevo a sostener que no hay excepciones a esta regla y que, por lo tanto, la invención químicamente pura no existe en el dominio literario. 5. La ficción es, por definición, una impostura -una realidad que no es y sin embargo finge serlo- y toda novela es una mentira que se hace pasar por verdad, una creación cuyo poder de persuasión depende

exclusivamente del empleo eficaz de unas técnicas de ilusionismo y prestidigitación semejantes a las de los magos de los circos o teatros. 6. En esto consiste la autenticidad o sinceridad del novelista: en aceptar sus propios demonios y en servirlos a la medida de sus fuerzas. 7. El novelista que no escribe sobre aquello que en su fuero recóndito lo estimula y exige, y fríamente escoge asuntos o temas de una manera racional, porque piensa que de este modo alcanzará mejor el éxito, es inauténtico y lo más probable es que, por ello, sea también un mal novelista (aunque alcance el éxito: las listas de bestsellers están llenas de muy malos novelistas). 8. La mala novela que carece de poder de persuasión, o lo tiene muy débil, no nos convence de la verdad de la mentira que nos cuenta. 9. La historia que cuenta una novela puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser coherente para que aquella incoherencia finja exitosamente ser genuina y vivir. 10. La sinceridad o insinceridad no es, en literatura, un asunto ético sino estético. 11. La literatura es puro artificio, pero la gran literatura consigue disimularlo y la mediocre lo delata. 12. Para contar por escrito una historia, todo novelista inventa a un narrador, su representante o plenipotenciario en la ficción, él mismo una ficción, pues, como los otros personajes a los que va a contar, está hecho de palabras y sólo vive por y para esa novela. 13. El de las novelas es un tiempo construido a partir del tiempo psicológico, no del cronológico, un tiempo subjetivo al que la artesanía del novelista da apariencia de objetividad, consiguiendo de este modo que su novela tome distancia y diferencie del mundo real. 14. Lo importante es saber que en toda novela hay un punto de vista espacial, otro temporal y otro de nivel de realidad, y que, aunque muchas veces no sea muy notorio, los tres son esencialmente autónomos, diferentes uno de otro, y que de la manera como ellos se armonizan y combinan resulta aquella coherencia interna que es el poder de persuasión de una novela. 15. Si un novelista, a la hora de contar una historia, no se impone ciertos límites (es decir, si no se resigna a esconder ciertos datos), la historia que cuenta no tendría principio ni fin.

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bukowski

El tiempo me ha enseñado algunas astucias:

* Eludir los sinónimos, que tienen la desventaja de sugerir diferencias imaginarias.

* Eludir hispanismos, argentinismos, arcaísmos y neologismos.

* Preferir las palabras habituales a las palabras asombrosas.

* Intercalar en un relato rasgos circunstanciales, exigidos ahora por el lector.

* Simular pequeñas incertidumbres, ya que si la realidad es precisa la memoria no lo es.

* Narrar los hechos (esto lo aprendí en Kipling y en las sagas de Islandia) como si no los entendiera del todo.

* Recordar que las normas anteriores no son obligaciones y que el tiempo se encargará de abolirlas.

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vargas llosa

1. Lo que importa más es la vida: el estilo debe vivir.

2. El estilo debe ser apropiado a tu persona, en función de una persona determinada a la que quieres comunicar tu pensamiento.

3. Antes de tomar la pluma, hay que saber exactamente como se expresaría de viva voz lo que se tiene que decir. Escribir debe ser solo una imitación.

4. El escritor está lejos de poseer todos los medios del orador. Debe, pues, inspirarse en una forma de discurso muy expresiva. Su reflejo escrito parecerá de todos modos mucho más apagado que su modelo.

5. La riqueza de la vida se traduce por la riqueza de los gestos. Hay que aprender a considerar todo como un gesto: la longitud y la cesura de las frases, la puntuación, las respiraciones; También la elección de las palabras, y la sucesión de los argumentos.

6. Cuidado con el período. Solo tienen derecho a el aquellos que tienen la respiración muy larga hablando. Para la mayor parte, el período es tan solo una afectación.

7. El estilo debe mostrar que uno cree en sus pensamientos, no solo que los piensa, sino que los siente.

8. Cuanto más abstracta es la verdad que se quiere enseñar, más importante es hacer converger hacia ella todos los sentidos del lector.

9. El tacto del buen prosista en la elección de sus medios consiste en aproximarse a la poesía hasta rozarla, pero sin franquear jamás el límite que la separa.

10. No es sensato ni hábil privar al lector de sus refutaciones más fáciles; es muy sensato y muy hábil, por el contrario, dejarle el cuidado de formular el mismo la última palabra de nuestra sabiduría.

-------------------------------------Charles Bukowski Tienes que cojerte a muchas mujeres bellas mujeres, y escribir unos pocos poemas de amor decentes y no te preocupes por la edad y los nuevos talentos. Solo toma más cerveza, más y más cerveza. Anda al hipódromo por lo menos una vez a la semana y gana si es posible.

aprender a ganar es difícil, cualquier pendejo puede ser un buen perdedor. y no olvides tu Brahms, tu Bach y tu cerveza. no te exijas. duerme hasta el mediodía. evita las tarjetas de crédito o pagar cualquier cosa en termino. acuérdate de que no hay un pedazo de culo en este mundo que valga más de 50 dolares (en 1977). y si tienes capacidad de amar ámate a ti mismo primero pero siempre se consciente de la posibilidad de la total derrota ya sea por buenas o malas razones. un sabor temprano de la muerte no es necesariamente una mala cosa. quedate afuera de las iglesias y los bares y los museos y como las arañas, se paciente, el tiempo es la cruz de todos.

más el exilio la derrota la traición toda esa basura. quedate con la cerveza, la cerveza es continua sangre. una amante continua. agarra una buena máquina de escribir y mientras los pasos van y vienen más allá de tu ventana dale duro a esa cosa, dale duro. haz de eso una pelea de peso pesado. haz como el toro en la primer embestida. y recuerda a los perros viejos, que pelearon tan bien: Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun. si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas como te está pasando a ti ahora, sin mujeres sin comida sin esperanza... entonces no estás listo

toma más cerveza. hay tiempo. y si no hay, está bien igual.

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Diez maestros de la literatura te enseñan a escribir Augusto Monterroso

El Decálogo del Escritor Primero. Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre. Segundo. No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia. Tercero. En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito". Cuarto. Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras. Quinto. Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche. Sexto. Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.

Séptimo. No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan. Octavo. Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes. Noveno. Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor. Décimo. Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él. Undécimo. No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio. Duodécimo. Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.

( El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez. )

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Bierce

Decálogo del perfecto cuentista I Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo. II

Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tu mismo. III Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia. IV Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón. V No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adonde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas. VI Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes. VII No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, el solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo. VIII Toma a tus personajes de la mano y llevalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo t? lo que ellos pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea. IX No escribas bajo el imperio de la emoción. Dejala morir, y continúa luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino. X No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.

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Gabriel García Márquez

Advertencias de un escritor

1. Una cosa es una historia larga, y otra, una historia alargada.

2. El final de un reportaje hay que escribirlo cuando vas por la mitad.

3. El autor recuerda más como termina un artículo que como empieza.

4. Es más fácil atrapar un conejo que un lector.

5. Hay que empezar con la voluntad de que aquello que escribimos va a ser lo mejor que se ha escrito nunca, porque luego siempre queda algo de esa voluntad.

6. Cuando uno se aburre escribiendo el lector se aburre leyendo.

7. No debemos obligar al lector a leer una frase de nuevo.

--------------------------------------------------Ernest Hemingway Consejos para escribir sin miedo

1. Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un inglés vigoroso. Sé positivo, no negativo. 2. La jerga que adoptes debe ser reciente, de lo contrario no sirve. 3. Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como “espléndido, grande, magnífico, suntuoso”.

4. Nadie que tenga un cierto ingenio, que sienta y escriba con sinceridad acerca de las cosas que desea decir, puede escribir mal si se atiene a estas reglas. 5. Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte sólo para mantener tu intestino en movimiento, y al día siguiente vuelve a escribir. 6. Los escritores deberían trabajar solos. Deberían verse sólo una vez terminadas sus obras, y aun entonces, no con demasiada frecuencia. Si no, se vuelven como los escritores de Nueva York. Como lombrices de tierra dentro de una botella, tratando de nutrirse a partir del contacto entre ellos y de la botella. A veces la botella tiene forma artística, a veces económica, a veces económico-religiosa. Pero una vez que están en la botella, se quedan allí. Se sienten solos afuera de la botella. No quieren sentirse solos. Les da miedo estar solos en sus creencias… 7. A veces, cuando me resulta difícil escribir, leo mis propios libros para levantarme el ánimo, y después recuerdo que siempre me resultó difícil y a veces casi imposible escribirlos 8. Un escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal.

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Diez Consejos de Hemingway para escribir algo importante en la vida

1. Enamorarse. 2. Creer en uno mismo cuando se escribe. 3. Mirar el mundo. 4. Frecuentar a los escritores del barrio. 5. No perder el tiempo. 6. Escuchar música y mirar pintura. 7. Leer sin parar. 8. No buscar explicarse a uno mismo. 9. Seguir aquello que te da placer.

10. Callarse la boca

------------------------------------------bukowski

- No intentes ser original ni llamar la atención. Para conseguir eso no hace falta escribir cuentos o novelas, basta con salir desnudo a la calle.

- En general cuesta tanto trabajo escribir una gran novela como una novela idiota. El esfuerzo, la pasión, el dolor, no garantizan nada. Es desagradable pero es así. No abandones la cama sin meditar en esto.

- No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es interesante para otro. Esto vale tanto para escribir como para conversar.

- Los sueños ajenos son invariablemente aburridos. Nunca olvides que tus propios sueños, para el otro, son ajenos.

- No olviden nunca esta historia: Alguien le llevó un manuscrito a Antón Chéjov y le preguntó: -¿Que hago maestro? ¿Lo publico o lo tiro a la basura? - Publíquelo - dijo Chéjov - de tirarlo a la basura ya se encargaran los lectores.

- No creas en las máximas de los escritores. Tampoco en estas. Lo que cautiva de una máxima es su brevedad; es decir, lo único que no tiene nada que ver con la verdad de una idea.

Observación. Para escribir hay que contemplar la realidad desde muchos ángulos, lanzarse a concebir las cosas desde un punto de vista diferente. Los personajes nacen así. Están en la calle, viajan en el metro y pasean con nosotros. Hay que observarlos y saber qué coger de cada uno. Por ejemplo, en Guerra y Paz, Tolstói tomó rasgos de su abuela y de su cuñada para el personaje de Natasha. Lecturas. Un escritor debe acompañarse de buenas historias durante toda su vida. Primero se lee por curiosidad, luego por conocimiento y, ya más adelante, como escritor, analizando y descubriendo los entresijos del libro que se tiene entre manos. Hay autores inimitables como Valle Inclán a los que no se puede copiar pero a los que no se debe dejar de leer. Selección de ideas. Virginia Woolf decía que las ideas están en el aire. Hay algunas que mueren pronto, pero son las menos. Las ideas fuertes salen por sí solas adelante. Le persiguen a uno y, al final, no hay

más remedio que escribirlas, aunque luego no se publiquen. Enfrentarse a la página en blanco. Aunque el mismo acto de escribir ayuda a redactar mejor, el escritor debe empezar su trabajo siempre fuera de la mesa, en la calle, paseando, en el autobús... Así no sentirá ese miedo a la página en blanco. Cuando se enfrente a ella, ya tendrá una idea aproximada de qué va a escribir, porque lo habrá meditado durante todo el día. Autenticidad. Hay que ser espontáneo, original, escribir ajeno a las modas. Cada uno tiene su propia voz. Ante la Puerta del Sol, por ejemplo, cada autor ha expresado la suya propia: Baroja, Azorín, Valle Inclán... Esa visión es única. Además, tal y como decía Pla, no hay que escribir bonito, sino eficaz. Un cuaderno de notas. Es muy importante un lugar donde apuntar nombres, apellidos u oficios y luego consultarlo a la hora de escribir. Igual que el pintor tiene ya preparados sus pinceles y no se dedica a hacer las mezclas cuando va a pintar, el escritor también debe tener su terreno preparado. Stravinski, a veces, componía, en los aviones pidiendo a las azafatas una servilleta donde anotar fragmentos de una sinfonía. Luego, las pegaba como si fueran piezas de un puzzle. Soledad. Un escritor es un ser solitario y tiene que acostumbrarse al silencio, un silencio de concentración y de pensamiento. Debe aprender a llevar la soledad cómodamente y evitar escribir en medio del barullo. En esos momentos de alboroto se puede pensar pero no crear. Toma de perspectiva. Volviendo al ejemplo de la pintura, si un pintor da pasos hacia atrás para contemplar su obra, el escritor también debe dar esos pasos, que pueden ser cinco horas o cinco días. Por eso no hay que corregir en caliente, porque se corrigen errores que, en realidad, no existen. Para retocar el texto hay que leerlo con frialdad. Lo ideal sería que, al final, el escritor al releerlo al cabo del tiempo pensase: ¿quién habrá escrito esto? Guardar todo. Escribir implica un trabajo, y ese trabajo no se puede tirar a la basura porque ha costado esfuerzo, tiempo y, a veces, disgustos. Es mejor conservarlo y, meses después, el texto hablará por sí solo. Se puede corregir o rectificar, pero nunca tirarlo. Si Tomhas Mann se hubiera desprendido de las ideas que guardó en un cajón durante 18 años, jamás habría escrito una novela como Doctor Faustus. Paciencia. El escritor no debe impacientarse por publicar. Su trabajo no tiene que llegar a ser un best seller. Los textos, al igual que las plantas, crecen solos pero necesitan tiempo. Lo mismo ocurre con los cuadros. Miró muchas veces bajaba a su estudio de Mallorca, daba unos cuantos trazos y se retiraba. No hay que escribir tenso. El tiempo es el gran aliado del escritor.

Tutorial Nº1:

COMO ESCRIBIR UNA NOVELA EN UN MES Cuando nos imaginamos a un escritor trabajando en una novela viene a la imaginación una persona solitaria encerrada durante meses, a veces incluso años, para producir lo que luego llamamos una novela. Pensamos que es una tarea que requiere una cantidad tan enorme de tiempo que nosotros, pobres mortales con un empleo de ocho horas -con suerte-, no podemos permitirnos. Pero, en realidad, escribir una novela es sólo cuestión de decisión. De iniciativa. De dedicarle unas horas cada día. Ya sea al amanecer, cuando todos los habitantes de la casa aún siguen en el sueño de los justos o bien antes de acostarnos, cuando todo es silencio; son los momentos más propicios para la tarea solitaria del escritor. Busca tiempo para escribir tu novela. Este sencillo plan nos ayudará a ponernos en marcha y a tener finalizada la novela antes de lo que esperamos.

Día 1: Cómprate algunas carpetas de anillas, cada una con su número de capítulo. 90.000 palabras (Medida aproximada de una novela de hoy) pueden parecerte una gran cantidad, pero conseguir pequeños segmentos de 3.000 palabras, es un objetivo más realista. Redacta un pequeño resumen para cada capítulo y pégalo en la carpeta correspondiente. Usa Post-it's, puede que tengas que cambiarlos de lugar. Dibuja un mapa con la línea argumental de tu novela y pégalo en la pared delante de tu escritorio.

Día 2: Crea los perfiles de tus personajes con tanta profundidad como puedas. Diviértete. Sé creativo con los rasgos peculiares que los caracterizan. Invéntate un pasado para ellos, incluyendo familia y amigos. Lee nuestros artículos acerca de los personajes. Busca fotografías que te recuerden a ese personaje y pégalas cerca de tu lugar de trabajo. Te puede ayudar nuestro dossier sobre personajes.

Día 3: Añade las acciones que quieren realizar tus personajes en los pequeños resúmenes que habías pegado a las carpetas. Comprueba que el argumento aún funciona. Empieza a pensar en los pequeños detalles escénicos que darán vida a tu mundo de ficción.

Días 4 – 29: - Mantén el rumbo de tu novela. Acalla al corrector que llevas dentro y limítate a encontrar tiempo para escribir.

- Siéntate y rellena los detalles de esos pequeños resúmenes que ya tienes escritos. - Olvídate de las expresiones, de la gramática y de los detalles escénicos. Sólo escribe. - Escribe el esqueleto de la escena que te llevará de un capítulo al siguiente. Si te marcas el objetivo de escribir 3.000 palabras al día, en 26 días tendrás el primer borrador de una novela completa.

Día 30: Celébralo tomándote el día entero libre. Bien, somos los primeros en admitir que al escribir de esta manera, tu libro no será un best seller instantáneo. Lo que tendrás al final de este mes de trabajo es un borrador completo de una novela que necesitará mucha revisión. Necesitarás volver a tu manuscrito muchas veces y añadir detalles, describir y corregir los escenarios y abrir los personajes de nuevo para darles profundidad y crear empatía con el lector. Corregir los errores gramaticales y expandir las escenas para clarificar los detalles son pasos necesarios... pero son pasos necesarios e ineludibles. Aún así, la revisión no es lo mismo que la escritura creativa. Revisar un manuscrito completo te dará una enorme sensación de orgullo, de haber conseguido algo, y es, también, una gran herramienta para motivarte. No puedes revisar sin haber acabado la historia. Dividiendo una tarea enorme, como la de escribir una novela, en pequeñas tareas más manejables, podrás realmente escribir una novela en un mes. Es la revisión y la corrección lo que lleva su tiempo

tutoriales y guias para escribir una novela o un libro

Tutorial Nº2:

Muchas personas tienen el sueño oculto de escribir una novela; tienen ideas que quisiera poner en papel, pero se detienen al pensar que no tienen tiempo y simplemente no saben cómo comenzar. Solo se requieren dos elementos para poder escribir una buena novela: talento y decisión. Si crees que tienes el talento o quieres experimentar en esta área, hay algunos consejos que puedes seguir para poder llevar a cabo tu sueño de ser escritor o escritora de novelas. Una novela promedio cuenta con 90.000 palabras, y aunque suena a muchas palabras, realmente es una cantidad que se puede escribir si se divide en metas más pequeñas diarias. Para empezar a escribir una novela es una muy buena idea tener un tema bien definido y una línea argumental bien estructurada. También puedes escribir un resumen de cada capítulo para mantenerte

acorde con tu línea argumental. Es muy importante definir a los personajes que vas a utilizar como protagonistas de tu novela; debes crearlos con tanto detalle como sea posible, con características físicas y emociones. Te puede ayudar buscar fotografías de alguna persona que se parezca a tu personaje, busca en tu historia y en la de otras personas un personaje que se acople bien con las características de tu novela. Luego puedes añadir las acciones de cada personaje en los resúmenes de la novela, y probar si la línea argumental todavía funciona. Una vez descrito el escenario en donde quieres que se reproduzca tu historia, estás listo para empezar a rellenar los detalles de la novela. Solo tienes que divertir escribiendo y contar con un poco de disciplina para dedicarle tiempo a escribir todos los días. No importa si tienes errores ortográficos y algunas fallas en los detalles técnicos; al final podrás repasar la historia y acomodar los detalles. La idea es no perder el impulso y volverse creativo para incluir muchos detalles y una buena línea argumental. Guias

Tutorial Nº3:

He oído que la Reina Ellery sentado en su porche en la Florida y escribió su novela con la mano en un bloc de notas. Fuera de él fue a la editorial. He oído que Earl Stanley Gardner simplemente dictados de su novela, y eso fue todo. Y luego hubo que Hemingway fue después de una perfecta página cada día y no le importaba cuántas veces había que volver a escribir la página. Usted puede sentarse y grind en una novela sin hacer un análisis preliminar acerca de su historia, los personajes, el tiempo en que la acción tiene lugar, la ubicación o el lugar donde la acción parece, y los artículos o cosas que son importantes en la historia (como una espada, un buque, un caballo, etc.) Usted puede simplemente decidir sobre el número de capítulos, por lo general, 20 capítulos de una novela de género (detective, el oeste, romance, etc) que desee y escribir una sinopsis de cada capítulo antes de empezar. O bien, puede simplemente comenzar a escribir. En esta serie de artículos que no desea cortar su corto-nativo creatividad, pero creo que si usted decide dónde, cuándo, quién, qué, que, etc, tal y antes de empezar, escribir su novela se moverá más fácilmente. Si no, puede acabar con gran parte de edición y reescritura. La primera vez que obtener el error de escribir una novela, es probable que pensar en personajes, tiempo y lugar. Eso es bueno. Hasta estos elementos se definen, los acontecimientos no puede tener lugar. Pero vamos a permanecer fuera de problemas por hacer una cosa a la vez. Vamos a centrarse en el carácter en primer lugar. 1. Dele a su personaje un nombre. No utilice nombres de personas famosas. Piensa en un nombre que

se adapte a tu personaje. No llame a un vaquero Francis o un modelo de Mildred. 2. Estado la función de la naturaleza. -El personaje se llama el protagonista. Él o ella es el héroe. -El villano o antihéroe es llamado el antagonista. -El protagonista de amigos ayudan a lograr el héroe de sus objetivos. -El antagonista del esbirro hace lo mismo para el villano. -Otros caracteres de llenar los espacios en blanco en la escena, al igual que el chico que brilla de arranque para ambos héroe y villano. 3. Describir la apariencia física de tu personaje. ¿Puede dibujar tu personaje? Si no puedes en torno a raíz de una imagen de tal naturaleza que puede colgar en la pared? Esa es una manera de empezar. ¿Qué pelo, ojos, color de la piel no tiene tu personaje? ¿Cuántos años tiene él? ¿Cómo de alto es ella? ¿Está sobrepeso? Tatuajes o cualquier otro signo distintivo? Pecas? Marcas de viruela? Bigote? Gafas? Siga! ¿Cómo caminar? ¿Cómo caminar? Torpe? Feo? Bonita? Ágil? Minusválidos? Ágil? 4. Describa su carácter le gusta la / y no le gusta carácter general. Un niño podría ser demasiado jóvenes como para las niñas, pero le gusta ranas y perros, y le gusta persigue a las vacas. Una niña podría ser demasiado jóvenes como para los niños, le gustan las flores y las nubes, persigue mariposas. ¿Tiene tu personaje tiene alguna tabúes? ¿Es él o ella tienen miedo de su sombra? ¿Te la idea? 5. Describir el tipo de personalidad de tu personaje.¿Está siempre feliz? ¿Es o reclusive saliente? ¿Está mudo tipo de? ¿Es muy agresivo? Cuando se ejecuta en este personaje, ¿quieres permanecer y hablar o hacer que desea ejecutar? 6. Escribir una corta o larga descripción o historia de tu personaje. Una breve descripción es suficiente para un papel secundario jugador. Los principales personajes merecen más atención. La impresionante modelo es la anti-heroína-el antagonista. Es alto, delgado, vivaz, de oro y una excavadora. Su madre era una casa de mala reputación y su padre era un usurero. Ella misma yesos con perfume y lleva joyas falsas a menos que ella puede conseguir la verdadera cosas. Ella es una tienda Elevador a pesar de que gana buen dinero. Ella camina a menudo con prendas de vestir que ella debería dejar en el modelado de trabajo. Los hombres su amor, su odio mujeres, incluso su abuela odia a ella. Ella lleva una pistola en su bolso. En la calle, ella es conocida como la Looker Hooker aunque shuns los hombres en general. ¿Puede decirnos de los dos últimos cuando las descripciones de estos dos personajes viven? Puede ser ahora o cien años atrás, ¿verdad? Lo anterior es preliminar a la escritura de su novela. Usted debe hacer bocetos por escrito (mejor que los de arriba) antes de escribir la novela. El más preliminar de este trabajo que hacer, más fácil será para escribir su novela. 7. Revela tus personajes a través de la acción y el diálogo.Nunca use las descripciones como los anteriores en su novela. Sus lectores mosey fuera a la televisión. En lugar de ello, pienso que esta información lentamente, a menudo mediante el diálogo:

Madge impulsado una línea de cabello rubio de sus ojos y dijo: "Chad, pasar la leche". "Puede llegar a él. Yo no soy tu esclavo". Volvió a pulir las botas. 8. Ver estereotipadas de caracteres.Aquí hay una definición que debemos recordar. Estereotipo: una persona o cosa que se ajusta a una idea fija o el tipo o atributo a lo largo de-preconcebidas generalizadas y las características de alguien o algo. No utilice película de héroes o heroínas como modelos para usted caracteres. Utilice personas reales desarrollados en su mente. Una pantalla escritor puede conseguir acabar con ciertas cosas que usted no será capaz de salir como un escritor de ficción. ¿Alguna vez se reunió un auténtico vaquero que las conversaciones como John Wayne o Clint Eastwood hizo en sus papeles de cine? ¿Qué? Ha! paso a paso

Tutorial Nº4:

Recetas magistrales para escribir best sellers, encontradas en internet. Obviamente, por el bien de la Humanidad no recomendamos seguir estas pautas. Lo increíble es que haya gente que confía en ellas. 1) Piense un argumento y detállelo en cuatro palabras. Luego, amplíe la historia con personajes. En el paso siguiente divida la acción en capítulos, aunque solamente sean los títulos de éstos. Luego escriba un argumento resumido, y por último, escriba la historia dando vida a los personajes, describiéndolos y contando al lector algo sobre ellos. A los lectores les gusta saber detalles sobre las personas que leen y de sus vidas pasadas, incluyendo a sus parientes más cercanos. 2) El problema es que hay escritores famosos que declaran que nunca saben cómo va a terminar su novela, sencillamente la empiezan y dejan que sean los personajes los que decidan qué camino va a seguir. En ese caso no es conveniente seguir los pasos anteriormente descriptos. 3) En caso de las novelas policíacas, sin duda se debe saber muy bien qué va a ocurrir en todo momento, y tomar apuntes antes de empezar a escribir la primera línea. 4) Anota los nombres y apellidos de todos los personajes, descríbelos en un borrador y tenlo delante mientras escribes la novela. 5) Compra un libro de apuntes. Escribe en él todo lo que te pueda ser útil: descripciones de personajes, de paisajes, de edificios o calles. 6) Yo tengo una libretita en la que apunto los nombres y apellidos de personajes de diversos países. Los saco de los periódicos, de equipos de fútbol, por ejemplo. Hago lo mismo con nombres de árboles, animales, peces, alimañas, ropa de la edad media, en fin, todo lo que pueda hacerme falta para la clase de libros que escribo.

7) Hace poco estuve escribiendo una colección de conquistadores del siglo XVI, y he recopilado una serie de exclamaciones de la época: ¡Por los clavos/sangre/llagas de Cristo! ¡Por las barbas del Profeta/Judas! ¡Vuestra merced se porta como un bellaco! ¿Lo ha oído vuestra paternidad? A fe mía qué gran verdad es. A mí me aplaca una higa. Erráis, domine. ¡Cuartel para mi compañero! Lo miró de hito en hito. Se acarició la perilla. ¡Pardiez! ¡Maldita sea mi estampa! Voto a Dios/al diablo/a Belcebú/Satanás/a tal. ¡Cuerpo de Dios! ¡Dios del cielo! ¡Doy fe! ¡A fe mía! Yerra vuestra merced. Su paternidad. Esta noche no me acomoda. Hideputa. Os portáis como un bellaco. Vuecencia, etc., etc. 8) También tengo una recopilación de sustitutos de "dijo", por ejemplo: comentó, suspiró, repuso, exclamó, reprochó, asintió, reconoció, declaró, agregó, le recordó, afirmó, puntualizó, aprobó, sugirió, bramó, gruñó, le corrigió, le advirtió, declaró, vaticinó, se enfureció, sentenció, rechinó, masculló, rugió, cedió, concedió, se sorprendió, refunfuñó, indagó, apuntó, aventuró, se lamentó, ironizó, balbuceó, temporizó, matizó, filosofó, terció, conminó, agregó, previno, castañeteó, despotricó, musitó, farfulló, cuchicheó, le espetó, recriminó, exhaló, arguyó, hipó, barbotó, objetó, ordenó, accedió, babeó. 9) Viene bien también, tener los equivalentes de pesos y medidas antiguos, por ejemplo: un dedo, una pulgada, una palma, un pie, un codo, una vara, un estado, un brazo, una legua. 10) Las monedas antiguas eran el maravedí o el ducado. Es interesante saber que un marinero ganaba once mil maravedís al año; un piloto treinta y cinco mil y el gobernador de una colonia trescientos sesenta y cinco mil. Hay que tener en cuenta que una camisa corriente valía ciento sesenta maravedíes, un jabón seiscientos cincuenta y un esclavo negro doce mil. 11) Es muy interesante saber qué productos vienen de América para no meter la pata: por ejemplo decir que los protagonistas comieron un puchero de carne con patatas cocidas en una fonda de Sevilla, en una novela que se desarrolla en al año mil cuatrocientos. 12) Los productos que vinieron del Nuevo Mundo en los años siguientes al 1500 fueron: ayote, piña, papaya, zapayo, marañón, chile, tabaco, cacao, frijol, guanábana, maíz, guayabas, patata, maracullá, coca, naranjillas, granadillas, aguacate, nuez del Brasil, tunas, girasoles, yuca, vainilla, camote. 13) Por el contrario las que se llevaron de aquí para allá fueron: uva, trigo, lechuga, banana, zanahoria, tamarindo, berenjena, limón, pepino, ajo, melón, mango, caña de azúcar, olivos, cebolla, especias, fruta del pan, higos, cítricos, arroz, palma aceitera, pera, manzana, sandía, cereza, ciruela, café, melocotón, garbanzos. 14) Cuidado con la longitud de los párrafos, y de las frases. He leído párrafos de diez líneas en los que no había un solo punto. El lector se puede quedar sin aliento en un párrafo semejante, con peligro de asfixiarse... Como regla general, una frase completa no debería ser más larga de dos líneas. 15) No repitas una y otra vez los nombres, varía un poco, por ejemplo: fue a Sevilla, vivía en la capital andaluza... Si hablas de Cristóbal Colón, alterna: exclamó Colón; ironizó el genovés; dijo el Almirante. 16) Los diálogos sirven para avanzar en la narración, no para rellenar páginas. A través de los que hablan, el lector debe enterarse de cosas que han sucedido o que van a suceder. 17) Indicad lo que está haciendo el personaje cuando habla, por ejemplo: dijo Pedro atusándose el

bigote/bebiendo un trago/estirándose ruidosamente. 18) Da un hábito a los personajes. De vez en cuando el personaje debería hacer algo típico en él: morder una ramita, escupir entre dientes. 19) Menciona algún defecto que tenga: una cicatriz, una cojera, un tic nervioso. 20) La historia se puede empezar por el principio, por el medio o por el fin. Algunos autores empiezan por el final, cuando el protagonista está muriéndose y recuerda su vida pasada. Esto tiene el inconveniente que el lector ya sabe lo que le espera al protagonista y quizá le desilusione. Otros empiezan por el principio. Este sistema puede ser válido, según qué historia contamos. A mí me gusta empezar por un curso medio, en caso de una biografía novelada y dar pinceladas hacia atrás, recordando la juventud. Aprovecho para describir a su familia más cercana, a qué se dedican, etc. Al lector le gusta saber algo sobre lo que rodeaba al protagonista cuando era joven. 21) No uses palabras difíciles. Nadie te va a admirar más por eso. 22) No abuses del sexo. Si describes una escena de amor, hazlo de manera que no resulte chabacano. 23) Algunos autores escriben en presente. Yo particularmente, prefiero el pasado. 24) Compra un libro de sinónimos. No repitas una palabra en el mismo párrafo, usa sinónimos: barco, nave, embarcación, navío. 25) Usa diálogos siempre que sea posible. Al lector le gusta más leer un diálogo que una página sólida de información. Ten en cuenta que un personaje puede contar a otro algo sobre un tercero. 26) Si un personaje está hablando mucho tiempo, usa párrafos con comillas. Cierra las comillas en el párrafo final. No le tengas a alguien hablando durante dos páginas sólidas. 27) Ten muy en cuenta que las dos primeras líneas de una novela son las que van a atraer al lector. Procura que tengan garra y que el lector quiera seguir leyendo para ver qué pasa ahora.

Edgar Allan Poe - Metodo de Composicion En una nota que en estos momentos tengo a la vista, Charles Dickens dice lo siguiente, refiriéndose a un análisis que efectué del mecanismo de Barnaby Rudge: "¿Saben, dicho sea de paso, que Godwin escribió su Caleb Williams al revés? Comenzó enmarañando la materia del segundo libro y luego, para componer el primero, pensó en los medios de justificar todo lo que había hecho". Se me hace difícil creer que fuera ése precisamente el modo de composición de Godwin; por otra parte, lo que él mismo confiesa no está de acuerdo en manera alguna con la idea de Dickens. Pero el autor de

Caleb Williams era un autor demasiado entendido para no percatarse de las ventajas que se pueden lograr con algún procedimiento semejante. Si algo hay evidente es que un plan cualquiera que sea digno de este nombre ha de haber sido trazado con vistas al desenlace antes que la pluma ataque el papel. Sólo si se tiene continuamente presente la idea del desenlace podemos conferir a un plan su indispensable apariencia de lógica y de causalidad, procurando que todas las incidencias y en especial el tono general tienda a desarrollar la intención establecida. Creo que existe un radical error en el método que se emplea por lo general para construir un cuento. Algunas veces, la historia nos proporciona una tesis; otras veces, el escritor se inspira en un caso contemporáneo o bien, en el mejor de los casos, se las arregla para combinar los hechos sorprendentes que han de tratar simplemente la base de su narración, proponiéndose introducir las descripciones, el diálogo o bien su comentario personal donde quiera que un resquicio en el tejido de la acción brinde la ocasión de hacerlo. A mi modo de ver, la primera de todas las consideraciones debe ser la de un efecto que se pretende causar. Teniendo siempre a la vista la originalidad (porque se traiciona a sí mismo quien se atreve a prescindir de un medio de interés tan evidente), yo me digo, ante todo: entre los innumerables efectos o impresiones que es capaz de recibir el corazón, la inteligencia o, hablando en términos más generales, el alma, ¿cuál será el único que yo deba elegir en el caso presente? Habiendo ya elegido un tema novelesco y, a continuación, un vigoroso efecto que producir, indago si vale más evidenciarlo mediante los incidentes o bien el tono o bien por los incidentes vulgares y un tono particular o bien por una singularidad equivalente de tono y de incidentes; luego, busco a mi alrededor, o acaso mejor en mí mismo, las combinaciones de acontecimientos o de tomos que pueden ser más adecuados para crear el efecto en cuestión. He pensado a menudo cuán interesante sería un artículo escrito por un autor que quisiera y que pudiera describir, paso a paso, la marcha progresiva seguida en cualquiera de sus obras hasta llegar al término definitivo de su realización. Me sería imposible explicar por qué no se ha ofrecido nunca al público un trabajo semejante; pero quizá la vanidad de los autores haya sido la causa más poderosa que justifique esa laguna literaria. Muchos escritores, especialmente los poetas, prefieren dejar creer a la gente que escriben gracias a una especie de sutil frenesí o de intuición extática; experimentarían verdaderos escalofríos si tuvieran que permitir al público echar una ojeada tras el telón, para contemplar los trabajosos y vacilantes embriones de pensamientos. La verdadera decisión se adopta en el último momento, ¡a tanta idea entrevista!, a veces sólo como en un relámpago y que durante tanto tiempo se resiste a mostrarse a plena luz, el pensamiento plenamente maduro pero desechado por ser de índole inabordable, la elección prudente y los arrepentimientos, las dolorosas raspaduras y las interpolación. Es, en suma, los rodamientos y las cadenas, los artificios para los cambios de decoración, las escaleras y los escotillones, las plumas de gallo, el colorete, los lunares y todos los aceites que en el noventa y nueve por ciento de los casos son lo peculiar del histrión literario. Por lo demás, no se me escapa que no es frecuente el caso en que un autor se halle en buena disposición para reemprender el camino por donde llegó a su desenlace.

Generalmente, las ideas surgieron mezcladas; luego fueron seguidas y finalmente olvidadas de la misma manera. En cuanto a mí, no comparto la repugnancia de que acabo de hablar, ni encuentro la menor dificultad en recordar la marcha progresiva de todas mis composiciones. Puesto que el interés de este análisis o reconstrucción, que se ha considerado como un desiderátum en literatura, es enteramente independiente de cualquier supuesto ideal en lo analizado, no se me podrá censurar que salte a las conveniencias si revelo aquí el modus operandi con que logré construir una de mis obras. Escojo para ello El cuervo debido a que es la más conocida de todas. Consiste mi propósito en demostrar que ningún punto de la composición puede atribuirse a la intuición ni al azar; y que aquélla avanzó hacia su terminación, paso a paso, con la misma exactitud y la lógica rigurosa propias de un problema matemático. Puesto que no responde directamente a la cuestión poética, prescindamos de la circunstancia, si lo prefieren, la necesidad, de que nació la intención de escribir un poema tal que satisficiera al propio tiempo el gusto popular y el gusto crítico. Mi análisis comienza, por tanto, a partir de esa intención. La consideración primordial fue ésta: la dimensión. Si una obra literaria es demasiado extensa para ser leída en una sola sesión, debemos resignarnos a quedar privados del efecto, soberanamente decisivo, de la unidad de impresión; porque cuando son necesarias dos sesiones se interponen entre ellas los asuntos del mundo, y todo lo que denominamos el conjunto o la totalidad queda destruido automáticamente. Pero, habida cuenta de que coeteris paribus, ningún poeta puede renunciar a todo lo que contribuye a servir su propósito, queda examinar si acaso hallaremos en la extensión alguna ventaja, cual fuere, que compense la pérdida de unidad aludida. Por el momento, respondo negativamente. Lo que solemos considerar un poema extenso en realidad no es más que una sucesión de poemas cortos, es decir, de efectos poéticos breves. Es inútil sostener que un poema no es tal sino en cuanto eleva el alma y te reporta una excitación intensa: por una necesidad psíquica, todas las excitaciones intensas son de corta duración. Por eso, al menos la mitad del "Paraíso perdido" no es más que pura prosa: hay en él una serie de excitaciones poéticas salpicadas inevitablemente de depresiones. En conjunto, la obra toda, a causa de su extensión excesiva, carece de aquel elemento artístico tan decisivamente importante: totalidad o unidad de efecto. En lo que se refiere a las dimensiones hay, evidentemente, un límite positivo para todas las obras literarias: el límite de una sola sesión. Ciertamente, en ciertos géneros de prosa, como Robinson Crusoe, no se exige la unidad, por lo que aquel límite puede ser traspasado: sin embargo, nunca será conveniente traspasarlo en un poema. En el mismo límite, la extensión de un poema debe hallarse en relación matemática con el mérito del mismo, esto es, con la elevación o la excitación que comporta; dicho de otro modo, con la cantidad de auténtico efecto poético con que pueda impresionar las almas. Esta regla sólo tiene una condición restrictiva, a saber: que una relativa duración es absolutamente indispensable para causar un efecto, cualquiera que fuere. Teniendo muy presentes en mí ánimo estas consideraciones, así como aquel grado de excitación que nos situaba por encima del gusto popular y por debajo del gusto crítico, concebí ante todo una idea sobre la extensión idónea para el poema proyectado: unos cien versos aproximadamente. En realidad cuenta exactamente ciento ocho.

Mi pensamiento se fijó seguidamente en la elevación de una impresión o de un efecto que causar. Aquí creo que conviene observar que, a través de este trabajo de construcción, tuve siempre presente la voluntad de lograr una obra universalmente apreciable. Me alejaría demasiado de mi objeto inmediato presente si me entretuviese en demostrar un punto en que he insistido muchas veces: que lo bello es el único ámbito legítimo de la poesía. Con todo, diré unas palabras para presentar mi verdadero pensamiento, que algunos amigos míos se han apresurado demasiado a disimular. El placer a la vez más intenso, más elevado y más puro no se encuentra —según creo— más que en la contemplación de lo bello. Cuando los hombres hablan de belleza no entienden precisamente una cualidad, como se supone, sino una impresión: en suma, tienen presente la violenta y pura elevación del alma —no del intelecto ni del corazón— que ya he descrito y que resulta de la contemplación de lo bello. Ahora bien, yo considero la belleza como el ámbito de la poesía, porque es una regla evidente del arte que los efectos deben brotar necesariamente de causas directas, que los objetos deben ser alcanzados con los medios más apropiados para ello —ya que ningún hombre ha sido aún bastante necio para negar que la elevación singular de que estoy tratando se halle más fácilmente al alcance de la poesía. En cambio, el objeto verdad, o satisfacción del intelecto, y el objeto pasión, o excitación del corazón, son mucho más fáciles de alcanzar por medio de la prosa aunque, en cierta medida, queden también al alcance de la poesía. En resumen, la verdad requiere una precisión, y la pasión una familiaridad (los hombres verdaderamente apasionados me comprenderán) radicalmente contrarias a aquella belleza, que no es sino la excitación -debo repetirlo- o el embriagador arrobamiento del alma. De todo lo dicho hasta el presente no puede en modo alguno deducirse que la pasión ni la verdad no puedan ser introducidas en un poema, incluso con beneficio para éste; ya que pueden servir para aclarar o para potenciar el efecto global, como las disonancias por contraste. Pero el auténtico artista se esforzará siempre en reducirlas a un papel propicio al objeto principal que se pretenda, y además en rodearlas, tanto como pueda, de la nube de belleza que es atmósfera y esencia de la poesía. En consecuencia, considerando lo bello como mi terreno propio, me pregunté entonces: ¿cuál es el tono para su manifestación más alta? Éste había de ser el tema de mi siguiente meditación. Ahora bien, toda la experiencia humana coincide en que ese tono es el de la tristeza. Cualquiera que sea su parentesco, la belleza, en su desarrollo supremo, induce a las lágrimas, inevitablemente, a las almas sensibles. Así, pues, la melancolía es el más idóneo de los tonos poéticos. Una vez determinados así la dimensión, el terreno y el tono de mi trabajo, me dediqué a la busca de alguna curiosidad artística e incitante, que pudiera actuar como clave en la construcción del poema: de algún eje sobre el que toda la máquina hubiera de girar; empleando para ello el sistema de la introducción ordinaria. Reflexionando detenidamente sobre todos los efectos de arte conocidos o, más propiamente, sobre todo los medios de efecto —entendiendo este término en su sentido escénico—, no podía escapárseme que ninguno había sido empleado con tanta frecuencia como el estribillo. La universalidad de éste bastaba para convencerme acerca de su intrínseco valor, evitándome la necesidad de someterlo a un análisis. En cualquier caso, yo no lo consideraba sino en cuanto susceptible de perfeccionamiento; y pronto advertí que se encontraba aún en un estado primitivo. Tal como habitualmente se emplea, el estribillo no sólo queda limitado a las composiciones líricas, sino que la fuerza de la impresión que debe causar depende del vigor de la monotonía en el sonido y en la idea. Solamente se logra el placer mediante la sensación de identidad o de repetición. Entonces yo resolví

variar el efecto, con el fin de acrecentarlo, permaneciendo en general fiel a la monotonía del sonido, pero alterando continuamente el de la idea: es decir, me propuse causar una serie continua de efectos nuevos con una serie de variadas aplicaciones del estribillo, dejando que éste fuese casi siempre parecido. Habiendo ya fijado estos puntos, me preocupé por la naturaleza de mi estribillo: puesto que su aplicación tenía que ser variada con frecuencia, era evidente que el estribillo en cuestión había de ser breve, pues hubiera sido una dificultad insuperable variar frecuentemente las aplicaciones de una frase un poco extensa. Por supuesto, la facilidad de variación estaría proporcionada a la brevedad de una frase. Ello me condujo seguidamente a adoptar como estribillo ideal una única palabra. Entonces me absorbió la cuestión sobre el carácter de aquella palabra. Habiendo decidido que habría un estribillo, la división del poema en estancias resultaba un corolario necesario, pues el estribillo constituye la conclusión de cada estrofa. No admitía duda para mí que semejante conclusión o término, para poseer fuerza, debía ser necesariamente sonora y susceptible de un énfasis prolongado: aquellas consideraciones me condujeron inevitablemente a la o larga, que es la vocal más sonora, asociada a la r, porque ésta es la consonante más vigorosa. Ya tenía bien determinado el sonido del estribillo. A continuación era preciso elegir una palabra que lo contuviese y, al propio tiempo, estuviese en el acuerdo más armonioso posible con la melancolía que yo había adoptado como tono general del poema. En una búsqueda semejante, hubiera sido imposible no dar con la palabra nevermore (nunca más). En realidad, fue la primera que se me ocurrió. El siguiente fue éste: ¿cual será el pretexto útil para emplear continuamente la palabra nevermore? Al advertir la dificultad que se me planteaba para hallar una razón válida de esa repetición continua, no dejé de observar que surgía tan sólo de que dicha palabra, repetida tan cerca y monótonamente, había de ser proferida por un ser humano: en resumen, la dificultad consistía en conciliar la monotonía aludida con el ejercicio de la razón en la criatura llamada a repetir la palabra. Surgió entonces la posibilidad de una criatura no razonable y, sin embargo, dotada de palabra: como lógico, lo primero que pensé fue un loro; sin embargo, éste fue reemplazado al punto por un cuervo, que también está dotado de palabra y además resulta infinitamente más acorde con el tono deseado en el poema. Así, pues, había llegado por fin a la concepción de un cuervo. ¡El cuervo, ave de mal agüero!, repitiendo obstinadamente la palabra nevermore al final de cada estancia en un poema de tono melancólico y una extensión de unos cien versos aproximadamente. Entonces, sin perder de vista el superlativo o la perfección en todos los puntos, me pregunté: entre todos los temas melancólicos, ¿cuál lo es más, según lo entiende universalmente la humanidad? Respuesta inevitable: ¡la muerte! Y, ¿cuándo ese asunto, el más triste de todos, resulta ser también el más poético? Según lo ya explicado con bastante amplitud, la respuesta puede colegirse fácilmente: cuando se alíe íntimamente con la belleza. Luego la muerte de una mujer hermosa es, sin disputa de ninguna clase, el tema más poético del mundo; y queda igualmente fuera de duda que la boca más apta para desarrollar el tema es precisamente la del amante privado de su tesoro. Tenía que combinar entonces aquellas dos ideas: un amante que llora a su amada perdida. Y un cuervo que repite continuamente la palabra nevermore. No sólo tenía que combinarlas, sino además variar cada vez la aplicación de la palabra que se repetía: pero el único medio posible para semejante combinación consistía en imaginar un cuervo que aplicase la palabra para responder a las preguntas del amante. Entonces me percaté de la facilidad que se me ofrecía para el efecto de que mi poema había de

depender: es decir, el efecto que debía producirse mediante la variedad en la aplicación del estribillo. Comprendí que podía hacer formular la primera pregunta por el amante, a la que respondería el cuervo: nevermore; que de esta primera pregunta podía hacer una especie de lugar común, de la segunda algo menos común, de la tercera algo menos común todavía, y así sucesivamente, hasta que por último el amante, arrancado de su indolencia por la índole melancólica de la palabra, su frecuente repetición y la fama siniestra del pájaro, se encontrase presa de una agitación supersticiosa y lanzase locamente preguntas del todo diversas, pero apasionadamente interesantes para su corazón: unas preguntas donde se diesen a medias la superstición y la singular desesperación que halla un placer en su propia tortura, no sólo por creer el amante en la índole profética o diabólica del ave (que, según le demuestra la razón, no hace más que repetir algo aprendido mecánicamente), sino por experimentar un placer inusitado al formularlas de aquel modo, recibiendo en el nevermore siempre esperado una herida reincidente, tanto más deliciosa por insoportable. Viendo semejante facilidad que se me ofrecía o, mejor dicho, que se me imponía en el transcurso de mi trabajo, decidí primero la pregunta final, la pregunta definitiva, para la que el nevermore sería la última respuesta, a su vez: la más desesperada, llena de dolor y de horror que concebirse pueda. Aquí puedo afirmar que mi poema había encontrado su comienzo por el fin, como debieran comenzar todas las obras de arte: entonces, precisamente en este punto de mis meditaciones, tomé por vez primera la pluma, para componer la siguiente estancia: ¡Profeta! Aire, ¡ente de mal agüero! ¡Ave o demonio, pero profeta siempre! Por ese cielo tendido sobre nuestras cabezas, por ese Dios que ambos adoramos, di a esta alma cargada de dolor si en el Paraíso lejano podrá besar a una joven santa que los ángeles llaman Leonor, besar a una preciosa y radiante joven que los ángeles llaman Leonor. El cuervo dijo: “¡Nunca más!” Sólo entonces escribí esta estancia: primero, para fijar el grado supremo y poder de este modo, más fácilmente, variar y graduar, según su gravedad y su importancia, las preguntas anteriores del amante; y en segundo término, para decidir definitivamente el ritmo, el metro, la extensión y la disposición general de la estrofa, así como graduar las que debieran anteceder, de modo que ninguna aventajase a ésta en su efecto rítmico. Si, en el trabajo de composición que debía subseguir, yo hubiera sido tan imprudente como para escribir estancias más vigorosas, me hubiera dedicado a debilitarlas, conscientemente y sin ninguna vacilación, de modo que no contrarrestasen el efecto de crescendo. Podría decir también aquí algo sobre la versificación. Mi primer objeto era, como siempre, la originalidad. Una de las cosas que me resultan más inexplicables del mundo es cómo ha sido descuidada la originalidad en la versificación. Aun reconociendo que en el ritmo puro exista poca posibilidad de variación, es evidente que las variedades en materia de metro y estancia son infinitas: sin embargo, durante siglos, ningún hombre hizo nunca en versificación nada original, ni siquiera ha parecido desearlo. Lo cierto es que la originalidad -exceptuando los espíritus de una fuerza insólita- no es en manera alguna, como suponen muchos, cuestión de instinto o de intuición. Por lo general, para encontrarla hay que buscarla trabajosamente; y aunque sea un positivo mérito de la más alta categoría, el espíritu de

invención no participa tanto como el de negación para aportarnos los medios idóneos de alcanzarla. Ni qué decir tiene que yo no pretendo haber sido original en el ritmo o en el metro de El cuervo. El primero es troqueo; el otro se compone de un verso octómetro acataléctico, alternando con un heptámetro cataléctico que, al repetirse, se convierte en estribillo en el quinto verso, y finaliza con un tetrámetro cataléctico. Para expresarme sin pedantería, los pies empleados, que son troqueos, consisten en una sílaba larga seguida de una breve; el primer verso de la estancia se compone de ocho pies de esa índole; el segundo, de siete y medio; el tercero, de ocho; el cuarto, de siete y medio; el quinto, también de siete y medio; el sexto, de tres y medio. Ahora bien, si se consideran aisladamente cada uno de esos versos habían sido ya empleados, de manera que la originalidad de El cuervo consiste en haberlos combinado en la misma estancia: hasta el presente no se había intentado nada que pudiera parecerse, ni siquiera de lejos, a semejante combinación. El efecto de esa combinación original se potencia mediante algunos otros efectos inusitados y absolutamente nuevos, obtenidos por una aplicación más amplia de la rima y de la aliteración. El punto siguiente que considerar era el modo de establecer la comunicación entre el amante y el cuervo: el primer grado de la cuestión consistía, naturalmente, en el lugar. Pudiera parecer que debiese brotar espontáneamente la idea de una selva o de una llanura; pero siempre he estimado que para el efecto de un suceso aislado es absolutamente necesario un espacio estrecho: le presta el vigor que un marco añade a la pintura. Además, ofrece la ventaja moral indudable de concentrar la atención en un pequeño ámbito; ni que decir tiene que esta ventaja no debe confundirse con la que se obtenga de la mera unidad de lugar. En consecuencia, decidí situar al amante en su habitación, en una habitación que había santificado con los recuerdos de la que había vivido allí. La habitación se describiría como ricamente amueblada: con objeto de satisfacer las ideas que ya expuse acerca de la belleza, en cuanto única tesis verdadera de la poesía. Habiendo determinado así el lugar, era preciso introducir entonces el ave: la idea de que ésta penetrase por la ventana resultaba inevitable. Que al amante supusiera, en el primer momento, que el aleteo del pájaro contra el postigo fuese una llamada a su puerta era una idea brotada de mi deseo de aumentar la curiosidad del lector, obligándole a aguardar; pero también del deseo de colocar el efecto incidental de la puerta abierta de par en par por el amante, que no halla más que oscuridad, y que por ello puede adoptar en parte la ilusión de que el espíritu de su amada ha venido a llamar... Hice que la noche fuera tempestuosa, primero para explicar que el cuervo buscase la hospitalidad; también para crear el contraste con la serenidad material reinante en el interior de la habitación. Así, también, hice posarse el ave sobre el busto de Palas para establecer el contraste entre su plumaje y el mármol. Se comprende que la idea del busto ha sido suscitada únicamente por el ave; que fuese precisamente un busto de Palas se debió en primer lugar a la relación íntima con la erudición del amante y en segundo término a causa de la propia sonoridad del nombre de Palas. Hacia mediados del poema, exploté igualmente la fuerza del contraste con el objeto de profundizar la que sería la impresión final. Por eso, conferí a la entrada del cuervo un matiz fantástico, casi lindante con lo cómico, al menos hasta donde mi asunto lo permitía. El cuervo penetra con un tumultuoso aleteo.

No hizo ni la menor reverencia, no se detuvo, no vaciló ni un minuto; pero con el aire de un señor o de una dama, colgóse sobre la puerta de mi habitación. En las dos estancias siguientes, el propósito se manifiesta aun más: Entonces aquel pájaro de ébano, que por la gravedad de su postura y la severidad de su fisonomía inducía a mi triste imaginación a sonreír: "Aunque tu cabeza", le dije, "no lleve ni capote ni cimera, ciertamente no eres un cobarde, lúgubre y antiguo cuervo partido de las riberas de la noche. ¡Dime cuál es tu nombre señorial en las riberas de la noche plutónica! El cuervo dijo: “¡Nunca más!”. Me maravilló que aquel desgraciado volátil entendiera tan fácilmente la palabra, si bien su respuesta no tuvo mucho sentido y no me sirvió de mucho; porque hemos de convenir en que nunca más fue dado a un hombre vivo el ver a un ave encima de la puerta de su habitación, a un ave o una bestia sobre un busto esculpido encima de la puerta de su habitación, llamarse un nombre tal como “¡Nunca más!”. Preparado así el efecto del desenlace, me apresuro a abandonar el tono fingido y adoptar el serio, más profundo: este cambio de tono se inicia en el primer verso de la estancia que sigue a la que acabo de citar: Mas el cuervo, posado solitariamente en el busto plácido, no profirió..., etc. A partir de este momento, el amante ya no bromea; ya no ve nada ficticio en el comportamiento del ave. Habla de ella en los términos de una triste, desgraciada, siniestra, enjuta y augural ave de los tiempos antiguos y siente los ojos ardientes que le abrasan hasta el fondo del corazón. Esa transición de su pensamiento y esa imaginación del amante tienen como finalidad predisponer al lector a otras análogas, conduciendo el espíritu hacia una posición propicia para el desenlace, que sobrevendrá tan rápida y directamente como sea posible. Con el desenlace propiamente dicho, expresado en el jamás del cuervo en respuesta a la última pregunta del amante —¿encontrará a su amada en el otro mundo?—, puede considerarse concluido el poema en su fase más clara y natural, la de simple narración. Hasta el presente, todo se ha mantenido en los límites de lo explicable y lo real. Un cuervo ha aprendido mecánicamente la única palabra jamás; habiendo huido de su propietario, la furia de la tempestad le obliga, a medianoche, a pedir refugio en una ventana donde aún brilla una luz: la ventana de un estudiante que, divertido por el incidente, le pregunta en broma su nombre, sin esperar respuesta. Pero el cuervo, al ser interrogado, responde con su palabra habitual, nunca más: palabra que inmediatamente suscita un eco melancólico en el corazón del estudiante; y éste, expresando en voz alta los pensamientos que aquella circunstancia le sugiere, se emociona ante la repetición del jamás. El estudiante se entrega a las suposiciones que el caso le inspira; mas el ardor del corazón humano no tarda en inclinarle a martirizarse, así mismo y también por una especie de superstición a formularle preguntas que la respuesta inevitable, el intolerable “nunca más”, le proporcione la más horrible secuela de sufrimiento, en cuanto amante solitario. La narración en lo que he designado como su primera fase o fase natural, halla su conclusión precisamente en esa tendencia

del corazón a la tortura, llevada hasta el último extremo: hasta aquí, no se ha mostrado nada que pase los límites de la realidad. Pero, en los temas manejados de esta manera, por mucha que sea la habilidad del artista y mucho el lujo de incidentes con que se adornen, siempre quedan cierta rudeza y cierta desnudez que dañan la mirada de la persona sensible. Dos elementos se exigen eternamente: por una parte, cierta suma de complejidad, dicho con mayor propiedad, de combinación; por otra cierta cantidad de espíritu sugestivo, algo así como una vena subterránea de pensamiento, invisible e indefinido. Esta última cualidad es la que le confiere a la obra de arte el aire opulento que a menudo cometemos la estupidez de confundir con el ideal. Lo que transmuta en prosa —y prosa de la más baja estofa—, la pretendida poesía de los que se denominan trascendentalistas, es justamente el exceso en la expresión del sentido que sólo debe quedar insinuado, la manía de convertir la corriente subterránea de una obra en la otra corriente, visible en la superficie. Convencido de ello, añadí las dos estancias que concluyen el poema, porque su calidad sugestiva había de penetrar en toda la narración antecedente. La corriente subterránea del pensamiento se muestra por primera vez en estos versos: Arranca tu pico de mi corazón y precipita tu espectro lejos de mi puerta. El cuervo dijo: “Nunca más”. Quiero subrayar que la expresión “de mi corazón” encierra la primera expresión poética. Estas palabras, con la correspondiente respuesta, jamás, disponen el espíritu a buscar un sentido moral en toda la narración que se ha desarrollado anteriormente. Entonces el lector comienza a considerar el cuervo como un ser emblemático pero sólo en el último verso de la última estancia puede ver con nitidez la intención de hacer del cuervo el símbolo del recuerdo fúnebre y eterno. Y el cuervo, inmutable, sigue instalado, siempre instalado sobre el busto plácido de Palas, justo encima de la puerta de mi habitación; y sus ojos parecen los ojos de un demonio que medita; y la luz de la lámpara, que le chorrea encima, proyecta su sombra en el suelo; y mi alma, fuera del círculo de aquella sombra que yace flotando en el suelo, no podrá elevarse ya más, ¡nunca más!

Cómo escribir diálogos: 10 claves para escribir diálogos eficaces Después de las entradas sobre las diferentes formas de diálogo y las funciones que tienen en la historia, por fin la tercera entrega de este tema para hablar de las claves para escribir un buen diálogo. Si escuchamos una conversación real e intentamos llevarla al papel, en seguida nos damos cuenta de que ese diálogo no funciona a nivel narrativo. Las conversaciones reales están llenas de interrupciones, frases sin terminar e incoherencias. La clave está en mantener esa verosimilitud de una conversación real, aunque sin tantos tropiezos. Pero, ¿cómo lo hacemos?

1. Conoce a tu personaje Es fundamental para ponerle voz a un personaje saber todo lo posible sobre él. Su personalidad, procedencia, edad, educación, profesión, época en la que vive… Son datos que nos darán las pistas necesarias para entender cómo ha de hablar. Eso sí, ojo con los dialectos o defectos en la dicción de los personajes, porque puede cansar al lector encontrarse páginas llenas de frases mal escritas o difíciles de descifrar.

2. Interpreta su papel Cuando tengas que dialogar, intenta ponerte en la piel de los personajes, interpretar su actuación. Hazlo en voz alta, no te cortes (ése es el motivo por el que, desde hace años, sólo puedo escribir en la intimidad). Si te conviertes en el actor de tus propias obras y las interpretas mientras escribes, no sólo te resultará más sencillo crear diálogos que funcionan, sino que incluso descubrirás los gestos y las acciones que el diálogo te está pidiendo.

3. Dinamismo Utiliza, en general, frases cortas, omite los verbos en algún caso, sé conciso, dinámico, no pierdas el ritmo y el diálogo fluirá mejor. Esto no quiere decir que no puedas añadir intervenciones de diálogo más largas o complejas, pero mejor que no sea la tónica habitual. Tomemos como ejemplo un fragmento del diálogo que os puse en el post anterior sobre los diálogos. —No se asuste. —¡No estoy asustado! —Sí, lo estás. —Muy bien, estoy asustado, ¿qué otra cosa puedo hacer? —Nada más que venir conmigo y pasarlo bien. La Galaxia es un sitio muy divertido. Necesitarás este pez en la oreja.

4. No expliques, avanza No uses los diálogos para explicar lo que debería haberse entendido con la acción. El malo que expone su plan diabólico al héroe punto por punto sólo funciona en las parodias. Si tienes que explicar toda la historia a un lector al final para que se entienda, puede que tengas que revisarlo. Tampoco uses el diálogo para decir cosas que todos los personajes del diálogo ya conocen o que nadie ha preguntado. Plantéate siempre si la frase que se pronuncia en cada diálogo tiene sentido, si alguien podría realmente pronunciarla.

Como ejemplo, tomando un fragmento del diálogo de Douglas Adams, está claro que no es lo mismo esto…: —Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años. Hasta allí me llevó un pesado, uno de esos niños ricos sin nada que hacer y que van por ahí, buscando planetas que aún no hayan hecho contacto interestelar para anunciarles su llegada. Primero buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente, aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy infantil. … que esto otro: —Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años. —Pero, ¿cómo fuiste a parar allí? —Fácil, me llevó un pesado. —¿Un pesado? —Sí. —¿Y qué es…? —¿Un pesado? Los pesados suelen ser niños ricos sin nada que hacer. Van por ahí, buscando planetas que aún no hayan hecho contacto interestelar y les anuncian su llegada. —¿Les anuncian su llegada? —Arthur empezó a sospechar que Ford disfrutaba haciéndole la vida imposible. —Sí —contestó Ford—, les anuncian su llegada—. Buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente, aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy infantil.

5. Interrumpe de vez en cuando También tomando como ejemplo el diálogo anterior, una buena forma de hacer verosímil el diálogo y darle ritmo es a través de las interrupciones. Añade cortes, preguntas y comentarios para hacer la conversación más fluida.

6. Enfádalos, hazlos dudar Los personajes tienen que vivir a través del diálogo, mostrar sus estados de ánimo, cambiar de opinión, estar alegres, dudar, enfadarse o mosquearse. De nuevo, interpreta y fíjate en cómo ha de decirlo, en cómo se siente el personaje cuando pronuncia esa frase. Así descubrirás qué palabras debe emplear y cómo las dirá.

7. Haz que importe

Como cualquier otro elemento de la narrativa, cuando hay un diálogo debería ser porque es la mejor forma de contar ese fragmento, porque tiene que haberlo. Así que, si escribes un diálogo, intenta que sea por algo, porque haga evolucionar la historia, porque al menos uno de los personajes cambie de estado de ánimo, porque pasarán cosas mientras hablan. En el diálogo de Douglas Adams del ejemplo del post anterior, Arthur pasa por distintos estados de ánimo. Primero está en shock, no acaba de asimilar que la Tierra haya desaparecido. Se enfada luego, se asusta y, finalmente, se resigna.

8. Rómpelo con acción No olvides que, mientras hablamos, no solemos estarnos quietos. Mientras hablamos, también pasan cosas y detener en ocasiones el diálogo para explicar lo que ocurre también aporta realismo a la escena, además de que nos ayuda a hacerla avanzar.

9. No te pases con los “dijo” Este tipo de acotaciones han de hacerse notar lo menos posible. Sobre este punto escribí hace tiempo un post llamado el narrador en los diálogos, donde explico más detalladamente cómo usar las acotaciones mientras hablan los personajes.

10. Lee Como en todas las técnicas narrativas, la mejor forma de aprender es escribiendo y leyendo. Fijarse en como lo hacen los maestros es fundamental para mejorar nuestra escritura. Cuando leas una novela o un relato y encuentres un diálogo que funcione bien, subráyalo, fotocópialo, anótalo o márcalo de alguna manera. Luego vuelve sobre él y desmenúzalo hasta que entiendas su mecanismo. Pocas cosas te ayudarán más que ésta. Cómo escribir diálogos: 10 claves para escribir diálogos eficaces Después de las entradas sobre las diferentes formas de diálogo y las funciones que tienen en la historia, por fin la tercera entrega de este tema para hablar de las claves para escribir un buen diálogo. Si escuchamos una conversación real e intentamos llevarla al papel, en seguida nos damos cuenta de que ese diálogo no funciona a nivel narrativo. Las conversaciones reales están llenas de interrupciones, frases sin terminar e incoherencias. La clave está en mantener esa verosimilitud de una conversación real, aunque sin tantos tropiezos. Pero, ¿cómo lo hacemos? 1. Conoce a tu personaje Es fundamental para ponerle voz a un personaje saber todo lo posible sobre él. Su personalidad,

procedencia, edad, educación, profesión, época en la que vive… Son datos que nos darán las pistas necesarias para entender cómo ha de hablar. Eso sí, ojo con los dialectos o defectos en la dicción de los personajes, porque puede cansar al lector encontrarse páginas llenas de frases mal escritas o difíciles de descifrar.

2. Interpreta su papel Cuando tengas que dialogar, intenta ponerte en la piel de los personajes, interpretar su actuación. Hazlo en voz alta, no te cortes (ése es el motivo por el que, desde hace años, sólo puedo escribir en la intimidad). Si te conviertes en el actor de tus propias obras y las interpretas mientras escribes, no sólo te resultará más sencillo crear diálogos que funcionan, sino que incluso descubrirás los gestos y las acciones que el diálogo te está pidiendo.

3. Dinamismo Utiliza, en general, frases cortas, omite los verbos en algún caso, sé conciso, dinámico, no pierdas el ritmo y el diálogo fluirá mejor. Esto no quiere decir que no puedas añadir intervenciones de diálogo más largas o complejas, pero mejor que no sea la tónica habitual. Tomemos como ejemplo un fragmento del diálogo que os puse en el post anterior sobre los diálogos. —No se asuste. —¡No estoy asustado! —Sí, lo estás. —Muy bien, estoy asustado, ¿qué otra cosa puedo hacer? —Nada más que venir conmigo y pasarlo bien. La Galaxia es un sitio muy divertido. Necesitarás este pez en la oreja.

4. No expliques, avanza No uses los diálogos para explicar lo que debería haberse entendido con la acción. El malo que expone su plan diabólico al héroe punto por punto sólo funciona en las parodias. Si tienes que explicar toda la historia a un lector al final para que se entienda, puede que tengas que revisarlo. Tampoco uses el diálogo para decir cosas que todos los personajes del diálogo ya conocen o que nadie ha preguntado. Plantéate siempre si la frase que se pronuncia en cada diálogo tiene sentido, si alguien podría realmente pronunciarla. Como ejemplo, tomando un fragmento del diálogo de Douglas Adams, está claro que no es lo mismo esto…:

—Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años. Hasta allí me llevó un pesado, uno de esos niños ricos sin nada que hacer y que van por ahí, buscando planetas que aún no hayan hecho contacto interestelar para anunciarles su llegada. Primero buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente, aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy infantil. … que esto otro: —Lamentablemente, me he quedado en la tierra por mucho más tiempo del que pretendía —dijo Ford—. Fui por una semana y me quedé quince años. —Pero, ¿cómo fuiste a parar allí? —Fácil, me llevó un pesado. —¿Un pesado? —Sí. —¿Y qué es…? —¿Un pesado? Los pesados suelen ser niños ricos sin nada que hacer. Van por ahí, buscando planetas que aún no hayan hecho contacto interestelar y les anuncian su llegada. —¿Les anuncian su llegada? —Arthur empezó a sospechar que Ford disfrutaba haciéndole la vida imposible. —Sí —contestó Ford—, les anuncian su llegada—. Buscan un lugar aislado donde no haya mucha gente, aterrizan junto a algún pobrecillo inocente a quien nadie va a creer jamás, y luego se pavonean delante de él llevando unas estúpidas antenas en la cabeza y haciendo ¡bip!, ¡bip!, ¡bip! Realmente es algo muy infantil.

5. Interrumpe de vez en cuando También tomando como ejemplo el diálogo anterior, una buena forma de hacer verosímil el diálogo y darle ritmo es a través de las interrupciones. Añade cortes, preguntas y comentarios para hacer la conversación más fluida.

6. Enfádalos, hazlos dudar Los personajes tienen que vivir a través del diálogo, mostrar sus estados de ánimo, cambiar de opinión, estar alegres, dudar, enfadarse o mosquearse. De nuevo, interpreta y fíjate en cómo ha de decirlo, en cómo se siente el personaje cuando pronuncia esa frase. Así descubrirás qué palabras debe emplear y cómo las dirá.

7. Haz que importe Como cualquier otro elemento de la narrativa, cuando hay un diálogo debería ser porque es la mejor forma de contar ese fragmento, porque tiene que haberlo. Así que, si escribes un diálogo, intenta que

sea por algo, porque haga evolucionar la historia, porque al menos uno de los personajes cambie de estado de ánimo, porque pasarán cosas mientras hablan. En el diálogo de Douglas Adams del ejemplo del post anterior, Arthur pasa por distintos estados de ánimo. Primero está en shock, no acaba de asimilar que la Tierra haya desaparecido. Se enfada luego, se asusta y, finalmente, se resigna.

8. Rómpelo con acción No olvides que, mientras hablamos, no solemos estarnos quietos. Mientras hablamos, también pasan cosas y detener en ocasiones el diálogo para explicar lo que ocurre también aporta realismo a la escena, además de que nos ayuda a hacerla avanzar.

9. No te pases con los “dijo” Este tipo de acotaciones han de hacerse notar lo menos posible. Sobre este punto escribí hace tiempo un post llamado el narrador en los diálogos, donde explico más detalladamente cómo usar las acotaciones mientras hablan los personajes.

10. Lee Como en todas las técnicas narrativas, la mejor forma de aprender es escribiendo y leyendo. Fijarse en como lo hacen los maestros es fundamental para mejorar nuestra escritura. Cuando leas una novela o un relato y encuentres un diálogo que funcione bien, subráyalo, fotocópialo, anótalo o márcalo de alguna manera. Luego vuelve sobre él y desmenúzalo hasta que entiendas su mecanismo. Pocas cosas te ayudarán más que ésta.

Decálogo para escritores de Jane Fitch Aquí os dejo las diez reglas para escritores de Janet Fitch, autora de los libros “White Oleander” y “Paint it Black”, y profesora de escritura en la Universidad de Carolina del Sur. Espero que los disfrutéis y ¡feliz lunes a todos! 1. Escribe la frase, no sólo la historia Hace tiempo el editor de Santa Mónica Review, Jum Krusoe, rechazó uno de mis trabajos con una nota que decía: “Una historia bastante buena pero, ¿qué hay de único en tus frases?”. Ése fue el mejor consejo de escritura que me han dado jamás. Aprende a mirar a tus frases, juega con ellas, asegúrate de que son musicales, de que tienen montones de curvas y esquinas sonoras.

Lee tu trabajo en voz alta. Lee poesía en voz alta y trata de aumentar en todos los sentidos tu sensibilidad al sonido, el ritmo y la forma de las frases. La música de las palabras. Me gusta Ballad of the Long-Legged Bait, de Dylan Thomas para esto. También me gustan Sexton, Eliot y Brodsky como poetas y Durrel o Les Plesko como prosistas. Un ejercicio magnífico es coger el párrafo de algún autor con un estilo muy fuerte y usar su estructura, sustituirlo tus propias palabras por las suyas y ver cómo alcanzan sus efectos. 2. Elige un verbo mejor La mayor parte de la gente usa veinte verbos para describir todo, desde una carrera en las medias hasta la explosión de la bomba atómica. Ya sabes a qué verbos me refiero: fue, hizo, tuvo, miró… La talla única no funciona aquí. Hazte a ti mismo un traje a medida. Elige verbos mejores. Desafía a todos esos verbos a que realmente encajen contigo. 3. Acaba con el cliché Cuando estás escribiendo, cualquier cosa que hayas visto u oído antes es un cliché. Puede tratarse de una combinación de palabras, como sudor frío o un camión de bomberos rojo; frases como de la misma manera, en igualdad de condiciones; o metáforas del tipo grande como una casa o tan silencioso que podía oírse caer un alfiler. A veces las cosas en sí mismas son clichés: un flamenco rosa adornando el jardín, un cabello largo y rubio… Pregúntate a ti mismo, “Con honestidad, ¿he visto esto antes?” Incluso si Shakespeare o Virginia Woolf lo escribieron puede ser un cliché. Tú eres un escritor y tí tienes que inventarlo, por ti mismo. Eso es por lo que escribir requiere un montón de trabajo y una honestidad inquebrantable. 4. La clave es la variedad La mayor parte de la gente escribe la misma frase una y otra vez. El mismo número de palabras por frase, 8-10, o 10-12. Intenta ser más elástico. Si generalmente escribes 8 palabras, introduce una frase de 10 en medio y varias más cortas de 3. Si generalmente eres un escritor de 20 palabras, asegúrate de introducir en medio algunas de tres, cinco y siete, para evitar que el lector se vuelva bizco. 5. Usa oraciones subordinadas Las oraciones subordinadas te ayudan a explorar tu historia moviéndote más profundamente en la frase. Te permite parar y pensar en serio sobre lo que has escrito ya. Cpn frecuencia, la historia que buscas está dentro de la frase. La oración subordinada te ayuda a descubrirla. 6. Usa el paisaje Dinos siempre dónde estamos. Y no se trata solamente de decirnos dónde está algo, sino de usar la descripción del paisaje para ayudarte a establecer el tono emocional de la escena. Toma notas de cómo otros autores establecen el estado de ánimo y anticipan eventos describiendo el mundo alrededor del personaje. Mira los comienzos de historia de Fitzgerald y Graham Greene, ellos son geniales en esto.

7. Haz a tu protagonista más listo Tu protagonista es el portal del lector a la historia. Cuanto más observador sea él o ella, más vívido será el mundo que estás creando. Esto no significa que tengan que ser super-educados, basta con que sean activos mentalmente. Que miren, piensen, se pregunten cosas, recuerden. 8. Aprende a escribir diálogos Esto requiere más de lo que puedo extenderme aquí, pero hazlo. Lee a los grandes escritores de diálogos en prosa, como Robert Stone y Joan Didion. La comprensión diciendo lo menos posible, haciendo que todo esconda mucho más de lo que en realidad se dice. Conflicto. El diálogo es parte de un mundo en movimiento, no sólo voces en una habitación oscura. Nunca digas lo obvio. Sáltate las presentaciones y saludos. 9. Escribe en escenas ¿Qué es una escena? a) Una escena empieza y termina en el mismo lugar y el mismo tiempo (las unidades aristotélicas de tiempo y lugar, esto viene de muuuuuuuuyyyyyy atrás en el tiempo). b) Una escena empieza en un lugar emocional y termina en otro. Empieza enfadado, termina avergonzado. Inicia enfermo de amor, termina disgustado. c) Algo ocurre en una escena que lleva al personaje a la imposibilidad de volver atrás, a cómo eran las cosas antes. Asegúrate de que terminas una escena antes de comenzar la siguiente. Haz que ocurra algo. 10. Tortura a tu protagonista El escritor es al mismo tiempo un sádico y un masoquista. Creamos gente que amamos y luego la torturamos. Cuanto más los queremos y más hábilmente los torturamos a lo largo de las líneas a través de sus mayores vulnerabilidades y miedos, mejor es la historia. A veces intentamos protegerlos de monstruos demasiado granes. No lo hagas. Es tu protagonista, no tu hijo.

Cómo escribir un cuento corto Estos días tenemos en marcha otra de las escenas del taller de escritura, y por eso quiero aprovechar para publicar una entrada hablando de algunas de las claves para escribir un cuento, un relato corto o un microcuento como los del taller. Cómo se escribe un relato corto Como sabéis, uno de los requisitos para participar en el taller es que los textos que nos enviáis no pueden tener más de 750 palabras. La pregunta es: ¿se puede realmente contar una historia con 750 palabras? ¡Por supuesto que sí! Y con muchas menos. Solo hay que tener en cuenta que los mecanismos

para contar no funcionan igual que los de la novela. Veamos cuáles son algunos de esos mecanismos a través de este decálogo para escribir cuentos cortos: 1. Céntrate en la acción Que no en la anécdota. El cuento no es solo una anécdota, ya que cuenta una historia, pero la narración ha de estar más condensada que en la novela y centrarse en lo que sucede, sin tiempo ni espacio para otras disertaciones. En el cuento no hay lugar para largas descripciones o extensas divagaciones morales o psicológicas. Esto no quiere decir que el cuento tenga que ser simple y carecer de estos elementos. Pueden estar, pero en forma de subtexto, escondidas entre líneas o dichas directamente con las palabras justas. ¡Es todo cuestión de espacio! Hace tiempo leí una frase que se me quedó grabada: una novela de ciencia ficción describe un mundo de ciencia ficción; un cuento de ciencia ficción narra hechos de ciencia ficción. Sin embargo, ambos subgéneros narrativos pueden hacernos reflexionar al leerlos.

2. No quieras abarcarlo todo A veces pecamos de querer contar historias muy ambiciosas que no tienen cabida en un relato corto. Recuerda que el cuento, por lo general, debe ocurrir en un espacio de tiempo breve, tener pocos personajes principales (2 o 3 como mucho) y una localización principal. Si no logras adaptar tu historia a estas premisas, puede que estés ante una novela corta y no de un cuento corto.

3. Busca una idea y simplifícala Toda idea puede simplificarse siempre, sólo hay que darle una vuelta. Por ejemplo, queremos contar la historia de un hombre que, tras pasarse muchos años dedicado a su trabajo, logró alcanzar el éxito profesional. Fue un tipo importante, ambicioso y que llegó a lo más alto, pero a costa de arriesgar su vida personal. Con el tiempo, cometió una serie de errores y se arruinó, dándose cuenta de lo que realmente era importante. ¿Se puede contar una historia así en apenas 750 palabras? Sí, pero solo si la simplificamos. Para ello, busquemos el instante con mayor fuerza, el momento de impacto de la historia, así sabremos dónde hay que centrarse. Yo creo que el punto álgido lo encontramos cuando se da cuenta de que se equivocó, por ello creo que deberíamos contar la historia cuando ya lo ha perdido todo. Por ejemplo, Fulanito es un mendigo que cada mañana pide en una esquina del centro de la ciudad, en una zona de oficinas cerca de donde él trabajaba tiempo atrás. Los mismos ejecutivos entre los que él se incluía antes, son ahora los que le ignoran y pasan por su esquina sin mirarle. Recuerda, cuando tengas tu idea, simplifícala: busca el impacto, el instante.

4. No lo cuentes, muéstralo Este debe de ser el consejo en el que más se insiste en cualquier libro o artículo sobre escritura, ¿verdad? Pero es que resulta fundamental y muchas veces se nos olvida, sobre todo a la hora de escribir cuentos. Un cuento no es un resumen de una historia, sino una historia en sí. Tomando el mismo ejemplo del punto anterior, podríamos decir que Fulanito es un mendigo que cada mañana pide en una esquina cerca de donde antes trabajaba. Entonces tenía mucho éxito, aunque se acababa de divorciar y no tenía mucho tiempo para sus hijos porque solo le importaba su trabajo, etcétera… ¿Qué es esto? ¿Es una historia o el resumen de una historia? En realidad es lo segundo. Para narrar la historia tenemos que centrarnos en el instante, en la acción: Fulanito cuenta las monedas de su caja y se da cuenta de que no ha sido una buena mañana. Duda si le alcanzará para tomarse algo caliente… Mostremos lo que ocurre, demos imágenes, enseñemos la historia a través de la acción.

5. Mantén la estructura Aún siendo un relato muy corto, todo cuento ha de tener una introducción, un nudo y un desenlace. Por ejemplo: “el mendigo contando las monedas en su esquina y los ejecutivos pasando ante él envueltos en su abrigo” sería la introducción. Es lo que nos sitúa en la historia, en el qué, quién, dónde y cuándo. El nudo podría ser “el mendigo está preocupado porque necesita tomarse algo caliente pero no le llega el dinero. Sigue pidiendo pero los ejecutivos lo ignoran.” El desenlace sería el final que le demos. Por ejemplo: “alguien se apiada de él y le da el dinero para que se tome el café”.

6. No lo des todo, sugiérelo En el cuento es tan importante lo que se dice como lo que se calla. Como decíamos antes, no hay lugar para disertaciones, así que olvídate de explicar que el mendigo se siente mal por su situación o que se arrepiente de haber perdido a su familia. Eso ha de quedar implícito en la acción. Deja que el lector lo deduzca. Por ejemplo, en lugar de explicar que el mendigo tenía familia y la perdió junto con su trabajo, podemos hacer que entre los ejecutivos que cruzan ante él, el mendigo reconoce a su hijo e intenta decirle algo. El hijo se vuelve hacia él con cara de fastidio y, sin reconocer a su padre, le da una moneda, solucionando el problema de tomar algo caliente esa mañana. Pero, obviamente, al mendigo ya no le importa el café.

7. Cada frase cuenta Del principio al final, cada frase del cuento tiene que estar ahí con una función. Si tienes poco espacio,

pocas palabras, aprovéchalas bien. Esto no es necesario hacerlo en la primera escritura, pero sí en la revisión. Desmenúzalo, analiza cada frase, cada elemento, y piensa qué función cumple en la historia. ¿Es imprescindible? Si la esencia del texto se comprende sin esa frase, elimínala.

8. Mantén el suspense No des toda la información al inicio. Dosifícala y lleva al lector hasta la última palabra. Si contamos de partida que el mendigo era antes un ejecutivo y que acaba de encontrarse con su hijo, luego nos quedamos sin dinamita. Siempre que puedas, intenta que al final del texto haya un giro, un golpe de efecto, una sorpresa. Que esté justificada, claro, pero que dé un nuevo sentido al texto. Es mejor empezar por el mendigo con frío que ha de conseguir dinero para algo caliente. Así creamos un buen punto de partida. Luego podemos contar ya que él antes era uno de esos ejecutivos que ahora le ignoran, porque esto nos produce más curiosidad sobre el personaje. De pronto, reconoce a alguien entre la multitud y llama su atención (más intriga). Esta persona no le reconoce, pero le da dinero, aunque al mendigo ya no le importa el dinero, porque el ejecutivo era su hijo (dejamos el golpe de efecto para el final).

9. Impacto posterior Una de las cosas más difíciles pero también de las más importantes es lograr que el cuento deje huella en el lector. Una vez haya terminado, el texto ha de dejar un eco en su interior, una reflexión, un sentimiento. Para ello, la última frase es fundamental. Si logramos que contenga un giro o una imagen impactante que arroje luz sobre el resto de la narración, estaremos en el buen camino. Volviendo al caso del ejemplo, lo ideal es llegar al final sin saber quién es el ejecutivo al que el mendigo ha reconocido y que acaba de darle el dinero. En esa última frase (que además debería ser corta, sencilla y directa para causar mayor impacto) revelaremos que se trata de su hijo (un buen giro final) y dejaremos entrever que el mendigo ya no está preocupado por el dinero (ni lo mira), sino que observa cómo su hijo se aleja sin poder hacer nada para evitar que cometa los mismos errores que él cometió en el pasado.

10. Ambienta con poco No tienes espacio para descripciones largas ni disertaciones, pero el cuento también ha de tener ambientación para envolver al lector. Para ambientar en un texto muy corto, usa el tono, el narrador, el lenguaje y selecciona las palabras adecuadas. No es lo mismo decir “ciénaga” que decir “pantano”; tampoco es igual “bruma” que “niebla”. Cada palabra te ayuda a construir la atmósfera. Elígelas con cuidado.

Por ejemplo, para la historia del mendigo, nos encontramos en una ciudad, una mañana de invierno en la que hace mucho frío, pero no es necesario decir todo esto. Podemos ver el frío en el vaho que sale de la boca del personaje o haciendo que se frote las manos envueltas en guantes antes de contar el dinero. Incluso, mejor aún, podemos verlo todo a través de los ejecutivos que entran en sus oficinas envueltos en gruesos abrigos mientras ignoran al mendigo. En esta imagen sabemos que es una ciudad, que es por la mañana, es invierno y hace frío.

11. La importancia del título Tenemos muy poco espacio para desarrollar nuestra historia y ya hemos dejado claro que cada palabra cuenta, ¿verdad? Pues tengamos algo de picardía y aprovechémoslas bien todas. El título es un espacio extra que puede resultar muy útil. Lo ideal: que sugiera, intrigue y arroje una nueva luz sobre el texto una vez se haya terminado su lectura. ¿Se os ocurre algún título para el relato del mendigo que cumpla estas características?

12. Una regla extra para escritores de cuento Por último, nos queda un consejo fundamental para cualquier escritor que quiera dedicarse a escribir cuentos, aunque no tenga que ver con la escritura en sí: tenemos que leer cuentos. Si queremos entender cómo funcionan y cómo se escriben, es fundamental que los conozcamos. Hay que leer a Chéjov, a Horacio Quiroga, a Cortázar, a García Márquez, a Poe, a Borges, a Saki, a Ray Bradbury, a Bioy Casares, a Benedetti, a Monterroso… Tantos cuentos como se pueda. Y hasta aquí las reglas fundamentales para escribir un relato corto. ¿Qué os han parecido? ¿Alguna más que añadiríais a la lista? Y, ¿qué me decís de los cuentos? ¿Soléis leer muchos? ¿Algún cuento o cuentista que os parezca imprescindible? ¡Feliz escritura!

44 consejos para jóvenes escritores Anónimo Copiar en fichas todos los finales que se nos ocurran para un relato así como sus inicios, probar todas las combinaciones posibles y elegir la más eficaz.

Contemplar la vida, los hechos, los sentimientos, las cosas, las palabras... con actitud de asombro, de extrañeza, y escribir a partir de las nuevas percepciones que así tengamos de todo ello.

Inventar nuevas formas de enfocar nuestros actos cotidianos y escribir sobre ellos.

Mirar los objetos de nuestra casa como si pertenecieran a otro mundo y escribir sobre la nueva forma de percibirlos.

Inventar un mundo en el que las personas hablen con las cosas y las cosas hablen entre sí.

De entre todas las ideas que se agolpan en nuestra mente, apuntar una; la más simple, la más atractiva o la primera que podamos atrapar, sin preocuparnos por perder las restantes en el camino.

Es bueno relajarse unos minutos antes de comenzar a escribir, concentrarse en la respiración, para dejar fluir los pensamientos; coger al vuelo palabras que pasen por la mente y llevarlas a la página.

Se puede trabajar con listas existentes, tales como las del listín telefónico, la carta de un restaurante o la cartelera de los cines.

Plantearse la mayor cantidad posible de formas de soledad existentes para desarrollar en un texto la que más nos conmueva.

Observar lugares bucólicos y describirlos. Extraer noticias truculentas de periódicos sensacionalistas y ambientar los sucesos en dichos lugares.

Estar alerta cuando nos sentimos angustiados para rescatar aquellas imágenes que dan forma a la angustia.

Escribir sin estar pendientes del calendario, del reloj ni de lo que consigamos; simplemente, hacerlo.

Escribir sobre un tema, elegido a conciencia, que nos produzca la más intensa e íntima liberación.

Imaginar varias situaciones que ocurren en distintos lugares a la misma hora como método para contar algo desde distintos puntos de vista.

Repetir un mismo itinerario mental en distintas ocasiones para comparar resultados y recoger la mayor cantidad posible de material vivencial.

Imaginar un viaje de afuera hacia adentro y otro de adentro hacia fuera de uno mismo y escribir "durante" el viaje.

Planificar un viaje interior por el territorio que sea más propicio para las representaciones imaginarias.

Practicar el aislamiento durante un período programado de tiempo que puede ir desde un día completo hasta una semana, un mes... y anotar lo que experimentamos en ese lapso.

Escribir un texto a partir de la comparación de dos realidades: recuerdos, sueños, experiencias vividas, sonidos, perfumes...

Escribir un texto a partir de semejanzas y diferencias que resulten de compararse uno mismo con otra persona.

Encontrar las palabras que más placer nos produzcan o más significaciones nos provoquen para constituirlas en componentes de una imagen.

Apelar a nuestros sentidos diferenciando aromas, sabores, sonidos, observaciones y sensaciones táctiles de todo tipo para incluir en nuestra lista para constituir imágenes.

Dividir un objeto en el mayor número posible de piezas que lo componen para jugar con ellas en un texto, llamando al objeto por el nombre de algunas de esas piezas o partes.

Inventar situaciones, personajes, conceptos que nos permitan transgredir las funciones del lenguaje.

Reunir todo tipo de géneros y discursos y a partir del contraste entre dos de ellos, para constituir una narración: noticias periodísticas, telegramas, poemas, diálogos escuchados al pasar, etcétera.

Analizar todo tipo de palabras buscando la mayor cantidad de explicaciones posibles que en torno a ellas nos aporta material para un texto o nos permite, directamente, constituir el texto.

Inventar imágenes inexistentes, con mecanismos similares a los productores de frases hechas, y desplegarlas literalmente en un texto.

Tomar una idea conocida y asombrarse frente a ella como si nos resultara desconocida como método para conseguir material literario.

Coleccionar refranes de distintas procedencias para trabajar con ellos en un texto.

Inventar refranes y jugar con su sentido literal.

Prestar atención a los episodios cotidianos, y convertir cada mínimo movimiento ocurrido en un espacio común -un bar, el metro, un edificio, la playa- en un episodio capaz de desencadenar otros muchos.

Elegir momentos a distintas horas del día y describir todo lo que sentimos y lo que sucede a nuestro alrededor, más cerca y más lejos.

Inventariar palabras a partir del alfabeto y crear entre ellas un itinerario, el esqueleto de una historia.

Tomar todo tipo de secretos: un "secreto de familia", un "secreto de confesión", "el secreto de estado", "el secreto profesional", como motores de un texto.

Hurgar en nuestro mundo interior, rescatar de él algún aspecto que no nos atrevemos a expresar y ponerlo en boca de un personaje.

Confeccionar una lista de afirmaciones y otra de negaciones como posible material para un texto en el que se omita algo específico.

Invertir el mecanismo lógico: secreto/confesión, es una manera de enfrentar la ficción. En consecuencia, partir de una confesión para luego inventar el secreto.

Emborronar folios durante diez minutos exactos cada día. Al cabo de cada mes (y por ninguna razón antes) leer lo apuntado. Dicha lectura constituirá una grata sorpresa para su autor. Dado que escribió asociando libremente, el material acopiado será heterogéneo y muy aprovechable para ser transformado en texto literario.

Contar lo diferente y no lo obvio de cada día.

Trazarse un boceto de escritura "en ruta" y atrapar las ideas susceptibles de ser incorporadas a nuestra futura obra.

Recopilar anécdotas ajenas y apropiarse de algún detalle de cada una o de su totalidad. Del intercambio de textos con otros escritores pueden surgir propuestas y comentarios reveladores.

Imitar una página del texto de un escritor consagrado y comprobar el ensamblaje de las palabras.

Rescatar la espontaneidad del niño. Jugar y crear con todo lo que se tiene a mano.

22 Consejos Para Escribir

1. No te plantees escribir. Escribe. Sólo escribiendo, y no soñando con hacerlo, podemos desarrollar un estilo propio. 2. Si tienes una buena idea para una historia, no asumas que debe de ser necesariamente una narración en prosa. Puede que funcione mejor como obra de teatro, como guión de cine o como poema. Sé flexible. Hilary Mantel 3. La ficción que no es una aventura personal del autor hacia lo desconocido o lo aterrador no merece la pena ser escrita a no ser que sea únicamente por dinero. Jonathan Franzen

4. Ten más de una idea en marcha a la vez. Si tengo que elegir entre escribir un libro o no hacer nada, siempre elegiré esto último. Sólo cuando tengo ideas para dos libros soy capaz de elegir entre escribir uno u otro. Siempre siento la necesidad de tener la sensación de que estoy haciendo algo en oposición. Geoff Dyer 5. Olvida el viejo dicho de que hay que escribir sobre lo que se conoce. En vez de eso, elige un área desconocida pero reconocible que contribuya a ampliar tu comprensión del mundo y escribe sobre eso. En cualquier caso, recuerda que la semilla de la que se alimenta tu imaginación hunde sus raíces en las particularidades de tu vida. Así que no la malgastes escribiendo autobiografía. Rose Tremain

6. Lo más probable es que necesites un diccionario, una gramática y tener los pies en la tierra. ¿Qué quiero decir con esto último? Que aquí nadie regala nada. Escribir es un trabajo. También es apostar. No viene con un plan de pensiones. Habrá ciertas personas que puedan echarte una mano, pero en esencia te las tendrás que apañar solo. Nadie te obliga a escribir. Si escribes es porque has elegido hacerlo, así que no te quejes. Margaret Atwood 7. No añadas un falso romanticismo a tu "vocación". O eres capaz de escribir o no. No hay un "estilo de vida del escritor". Lo único que importa es lo que dejas sobre la página. Zadie Smith

8. Cambia de parecer. Las buenas ideas a menudo acaban siendo eliminadas por otras mejores. Yo estaba escribiendo una novela sobre un grupo llamado The Partitions. Hasta que se me ocurrió llamarles The Commitments. Roddy Doyle 9. Respeta el modo en el que pueden cambiar los personajes en sus primeras 50 páginas de vida. Revisa tus planes y comprueba si debes alterarlos de alguna manera para que se amolden a esos cambios.Rose Tremain10. Finaliza la jornada mientras aún tengas ganas de seguir escribiendo. Helen Dunmore 11. Recuerda: cuando alguien te dice que algo no encaja o que no lo ha entendido, casi siempre tiene razón. Cuando te dice exactamente lo que le parece que está mal y el modo en el que deberías arreglarlo, casi siempre se equivoca. Neil Gaiman 12. El estilo es el arte de quitarte a ti mismo de en medio, no el de inmiscuirte en el texto. David Hare 13. Lee. Lee todo aquello a lo que puedas echarle las manos encima. Siempre le recomiendo a aquellas personas que quieren escribir una obra de fantasía o de ciencia ficción que dejen de leer por completo esos géneros y que empiecen a leer todo lo demás, desde Bunyan a Byatt. Michael Moorcock 14. No intentes escribir para un "lector ideal". Puede que exista, pero está leyendo el libro de otro. Joyce Carol Oates 15. No eches la vista atrás hasta que hayas terminado un borrador entero. Limítate a comenzar cada día a partir de la última frase que escribiste el día anterior. Es una manera de evitar el espanto a la vez que te asegura una obra en la que poder volcar el auténtico trabajo, que es la corrección. Will Self 16. Protege el tiempo y el espacio en los que escribes. No dejes que nadie se inmiscuya en ellos, ni siquiera a las personas más importantes de tu vida. Zadie Smith

17. No te preocupes nunca por las posibilidades comerciales de un proyecto. Si alguien tiene que preocuparse de eso son los agentes y los editores. O no. Conversación con mi editor norteamericano. Yo: "Estoy escribiendo un libro tan aburrido, de un atractivo comercial tan reducido, que si lo publicas probablemente pierdas tu puesto de trabajo". Mi editor: "Ese es precisamente el motivo de que quiera un trabajo como este". Geoff Dyer 18. Mantiene un luminoso y esperanzado espíritu. Pero espera lo peor. Joyce Carol Oates

19. Se honesto contigo mismo. Si no eres bueno, aceptalo. Si el trabajo que estás haciendo no es bueno, acéptalo. Jeanette Winterson 20. Se ambicioso con el trabajo y no por la recompensa. Jeanette Winterson

21. Confía en tu creatividad Jeanette Winterson

Consejos de escritores consgrados La trayectoria de cada escritor y su talento han hecho de cada uno de ellos personas excepcionales, de los cuales podemos recuperar 20 grandes consejos para los futuros escritores de novelas. Los 20 Mejores Consejos de Escritores consagrados 1.- Julio Cortázar: "En literatura no hay temas buenos ni temas malos, hay tan sólo temas bien o mal tratados". 2.- Isaac Asimov: "Debes seguir enviando tu trabajo; nunca debes dejar un manuscrito guardado en un cajón y cogiendo polvo. Manda ese trabajo una y otra vez mientras trabajas en el siguiente. Si tienes talento, alcanzarás algún tipo de éxito. Pero sólo si persistes". 3.- Ray Bradbury: "La cantidad produce calidad. Si escribes poco, estás sentenciado". 4.- Marguerite Duras: "Escribir pese a todo, pese a la desesperación". 5.- Carlos Fuentes: "No me clasifiquen, léanme. Soy un escritor, no un género".

6.- Charles Baxter: "Cuando todos los detalles parecen encajar a la perfección, lo más probable es que haya algún problema con la trama". 7.- Jorge Luis Borges: "Un escritor debería pensar que todo lo que le sucede, sea lo que sea, es un recurso que poder utilizar". 8.- Charles Dickens: "Cuando lo hayas encontrado, anótalo". 9.- Albert Camus: "El trabajo de un escritor es impedir que la civilización se destruya a sí misma". 10.- Truman Capote: "Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras". 11.- Pío Baroja: "Yo creo que para ser escritor basta con tener algo que decir, ya sea en frases propias o ajenas". 12.- Walt Whitman: "Se curioso y no juzgues nunca". 13.- Italo Calvino: "Las cosas que una novela no dice son siempre muchas más que las que dice. Es ese aura mágica que rodea todo texto escrito la que produce la ilusión de que todo está ahí". 14.- Camilo José Cela: "La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir". 15.- William Faulkner: "Si una historia vive dentro de ti, tienes la obligación de hacerla salir". 16.- Gustave Flaubert: "En mi pobre vida, tan vulgar y tranquila, las frases son aventuras y no recojo otras flores que las metáforas". 17.- Gabriel García Márquez: "La ficción se inventó el día en que Jonás llegó a casa y le explicó a su mujer que llegaba tres días tarde porque lo había engullido una ballena". 18.- Isabel Allende: "Escribir es para mi como hacer ganchillo, siempre temo que se me vaya a escapar un punto". 19.- Juan Benet: "La calidad literaria suele ser inversamente proporcional al número de lectores". 20.- Raymon Carver: "Lo mejor es usar un poco de autobiografía y un montón de imaginación". Mas Info: http://tops10.loquenosabias.com/los-20- mejores-consejos-de-escritoresconsagrados#ixzz2y7iFHzIx

Diez tips de escritores

El de escribir es un oficio difícil. Por suerte, tenemos el consejo de los escritores que han recorrido el camino antes que nosotros. Escuchemos lo que diez de ellos tienen que decirnos. 1. Tener algo que decir La primera regla, sin duda, para dar a luz un buen texto es que el escritor tenga algo que decir. De hecho, podría decirse que eso es todo lo que se necesita. (Arthur Schopenhauer, Parerga Paralipomena) 2. Escribir como si se hablara Concibe con claridad aquello que quieres contar y luego escríbelo de la forma más sencilla en que las palabras lo permiten, como si se lo estuvieras contando a un amigo. (Frederic Harrison, On Style in English Prose) 3. No esperar a la inspiración Si yo hubiera mencionado a alguien alrededor de 1795 que planeaba escribir, cualquier persona con un poco de sentido me hubiera dicho que escribiera durante dos horas cada día, con o sin inspiración. Su consejo me hubiera permitido aprovechar los diez años de mi vida que he pasado esperando a la inspiración. (Stendhal, Recuerdos de egotismo) 4. Ser sencillo Usa un lenguaje claro y simple, palabras cortas y frases breves. Esta es la forma de escribir —es el estilo moderna y el mejor estilo. Adhiérete a él. No permitas que la verborrea florida lo eche a perder todo. (Mark Twain en una carta a D. W. Bowser) 5. Mezclar Hay ocasiones en las que pocas palabras sencillas superan en fuerza a la riqueza de la amplificación retórica. El mejor ejemplo, desde los días de Longino a los nuestros, es el pasaje «Y dijo Dios: Hágase la luz; y la luz se hizo.» Esa concepción del poder tan calma y simple precisa para ser presentada de apenas unas pocas palabras. Aunque esta frase del Génesis es sublime en su sencillez, no se puede concluir que las oraciones sencillas son siempre mejor. El placer de los lectores no se debe olvidar y este no puede sentirse satisfecho con un estilo que no fluye. Un estilo duro, abrupto y desarticulado irrita y confunde al lector por sus bruscos bandazos. Es más fácil escribir frases cortas que leerlas. Las frases cortas, intolerables cuando son abundantes, resultan perfectas cuando se usan con moderación. (George Henry Lewes, Principios del éxito en literatura) 6. Cortar leña Aprende, por lo menos, a partir leña… Un trabajo manual —que exija atención— es también, sin duda, el mejor método de eliminación de la palabrería y el sentimentalismo del estilo, tanto hablado como escrito. A menudo nos impresiona la fuerza y la precisión del estilo de los hombres que trabajan duro,

inexpertos en la escritura; como si la claridad, el vigor y la sinceridad, adornos del estilo, se aprendieran mejor en la granja y en el taller que en las escuelas. (Henry David Thoreau, A Week on the Concord and Merrimack Rivers) 7. Leer en voz alta Quien quiera saber si ha escrito lo que quiere decir, y como debe decirse, debe leerse en voz alta, escuchándose como lo haría un oyente. O hacer como el astuto Moliere, que leía sus obras a su cocinero. Lee para cualquiera que pueda escucharte. Si no hay nadie a mano (lee a cualquiera que quiera escucharte, no importa quién sea) al leer en voz alta te darás cuenta de las redundancias, omisiones, cosas irrelevantes e inconsistencias que de otra forma tu sagacidad nunca descubriría. Incluso tener a un tonto como oyente mejorará tu estilo. (George Jacob Holyoake, Public Speaking and Debate: A Manual for Advocates and Agitators) 8. Escuchar Siempre empiezo mi tarea con la lectura del trabajo del día anterior, una operación que me lleva media hora y consiste principalmente en sopesar en mi oído el sonido de las palabras y frases. Recomiendo encarecidamente esta práctica a todos los escritores. Leyendo lo último que escribió antes de reanudar su tarea, el escritor encuentra el tono y el espíritu de lo que decía antes, y evita el fallo de parecer diferente a sí mismo. (Anthony Trollope, An Autobiography) 9. Reducir la velocidad y reescribir Debe tratar de contrarrestar en privado el trabajo hecho de manera rápida propio del periodista, así como los métodos para acabar rápido y a lo que conducen, escribiendo con lentitud y prestando mayor atención a las formas más ambiciosas. Y cuando hablo de escribir, me refiero fundamentalmente a reescribir. (Robert Louis Steveson, carta a Richard Harding Davis) 10. Cortar En las composiciones, como regla general, se debe ejecutar la pluma a través de cada palabra escrita. No tienes ni idea del vigor que eso le da a tu estilo. (Sydney Smith, citado por Saba Holanda, Una memoria del reverendo Sydney Smith) “Escribir bien ya no es una tarea pendiente” es el lema con el que se presentan las clases magistrales sobre Escritura eficaz para profesionales que ofrece la UNIR (Universidad Internacional de la Rioja). Impartidas por Miguel Janer, periodista, escritor, presentador de televisión y colaborador en la UNED, las sesiones son en línea y fundamentalmente prácticas. En nueve clases Janer explica el método que cada uno debe aplicar para aprender a escribir mejor. El Confidencial ha hablado con Janer, quien ha explicado cuáles son las claves para depurar nuestro estilo, ahondando en los objetivos y las prácticas de las clases que imparte. El aprendizaje

Se trata, como cuenta Janer, de clases prácticas. Tras una sesión inicial de una hora, durante el resto del curso los alumnos aportan sus textos, sobre los que se trabaja con correcciones y apuntes. El curso se basa en un método que los alumnos adquieren durante las nueve sesiones. Son “claves muy fáciles de entender y aplicar por tu cuenta: eso es un método. Si una persona aprovecha esas nueve horas, en tres meses escribe bien”, afirma Janer. El curso ofrece, pues, las herramientas y enseña a utilizarlas, para que el alumno pueda ponerlas en práctica posteriormente. Escribe claro para que te entiendan y corto para que te lean El periodista recuerda que sus clases van dirigidas a profesionales, no se trata de aprender a escribir literatura. De hecho, los primeros cursos los dio en empresas. “Hay muchas personas que no se dan cuenta de que son escritores a tiempo parcial”, afirma Janer, y se refiere a una serie de profesiones —la docencia, la medicina, la ingeniería…— en que es necesario escribir o redactar informes, ensayos, ejercicios… En muchos de estos casos, para los profesionales supone un gran problema escribir con corrección, y es precisamente ese obstáculo el que Janer pretende derribar. Para ello, recuerda una máxima que él considera fundamental: “Escribe claro para que te entiendan y corto para que te lean”.

Las siete llaves de la escritura El método de Janer consiste en siete llaves que el alumno debe ir aplicando sobre tu texto, reescribiéndolo para dar con el idóneo resultado final. ¿Cuáles son las siete llaves que aconseja seguir el periodista para mejorar en nuestra redacción? En palabras del autor del método, son las siguientes: 1. Hacer una lectura del texto en clave de comunicación: a quién va dirigido, qué busca el receptor, cuánto tiempo le va a dedicar, etc. 2. Revisar la estructura: ¿se trata de una descripción, una argumentación, una enumeración…? 3. Corregir la sintaxis, estructurando las frases de manera coherente. 4. Hacer hincapié en los verbos. Janer se sorprende de lo mal que se utilizan los verbos en español, y aconseja revisarlos detenidamente. 5. Regla de Ockham: si puedes decir una cosa con dos palabras, no la digas con cuatro. 6. Revisar la precisión de vocabulario: tecnicismos, sinónimos, conectores, etc. 7. Estilo personal: habría que revisar, finalmente, el propio estilo en el texto, para homogeneizarlo. ¿Se puede aprender a escribir bien siguiendo estas siete claves, sin previos conocimientos, por ejemplo, de gramática? Janer considera que sí. “Escribir forma parte de la capacidad genética del hombre para la comunicación. Escribir es previo a la gramática”, afirma, y pone como ejemplo que “uno puede portarse bien sin conocer las reglas morales”. Considera, además, que “la gramática a pelo no sirve para nada”, y

que ese es uno de los principales problemas en España: se enseña gramática de modo teórico pero no se enseña a aplicarla en una redacción. Janer ensalza el modelo anglosajón, donde primero se aprende a escribir y luego viene la gramática. Forma y contenido Janer da por supuesto que la forma y el contenido son cosas distintas: forma es el lenguaje y el contenido es lo que queremos comunicar. En base a este presupuesto, el periodista cree que el objetivo a alcanzar es que el lenguaje sea invisible, en pos de que el contenido brille y se entienda. Hay que ser claro, conciso, directo. 'No hay que centrarse en el lenguaje' “La primera función del lenguaje es comunicar; el lenguaje comunica cuando transmite los contenidos”, afirma, concluyendo tajante que “en el mundo profesional el lenguaje no importa, lo que importa son los contenidos”. Así, el ideal sería la búsqueda de un “estilo neutro profesional comunicativo”. “En el 90% de nuestra vida cotidiana el lenguaje es neutro”, dice Janer, que considera que “no hay que centrarse en el lenguaje”. Se trata de un estilo basal, primero. “España es un país donde no hay grandes narradores, no se escribe bien de base”, dice el periodista, que cree que “si no hay un estilo básico, el estilo narrativo-poético no llega. Yo enseño la base con las siete llaves, la literatura es la fase siguiente”. Escritura profesional y literatura Para llegar a escribir con éxito en el mundo profesional la literatura no es de gran ayuda, considera Janer. “Para escribir bien hay que leer. Sin embargo, el que lea y no aplique un método seguirá escribiendo mal. Hay gente que lee mucho y escribe mal” dice el periodista, para quien es falaz la creencia popular de que si lees mucho escribirás bien. 'El español cuando escribe bien escribe muy barroco' Además, Janer apunta que hay que leer autores buenos. “Leer mucha traducción del inglés no sirve de nada, las traducciones están mal hechas”, afirma, y prosigue diciendo que “la mayoría de la literatura que se consume es de acción y no te fijas en el estilo, sino en la trama. Si te fijas en el contenido no te fijas en el continente”, concluye el periodista, subrayando de nuevo la idea de que forma y contenido son cosas diferentes. Además, Janer opina que “el español cuando escribe bien escribe muy barroco”, y cree que no hay grandes narradores en español que puedan ser un referente a la hora de alcanzar ese estilo neutro del que él habla. Sí sirven, sin embargo, británicos como Graham Greene o, en español aunque cubano, Leonardo Padura (Herejes), autor que Janer considera la quintaesencia de la escritura. Menciona que hay escritores, como Pérez Reverte, que en su faceta de articulistas escriben muy bien.

COMO ESCRIBIR UN LIBRO ********************************** INDICE Introducción Advertencia Defina Que Quiere Escribir Tenga Siempre a mano una libretita y una pluma Tenga su propio espacio para escribir y todos los implementos necesarios. Los personajes de Su obra Definición de la Época Donde se desarrollara la obra. Sucesos fundamentales de la Obra. Los sentimientos de los personajes La resolución de la obra Una vez terminada su obra. IntroduccióN Muchos de nosotros, en algún momento de nuestra existencia, hemos sido asaltados por la inquietud de saber que siente una celebridad cuando es reconocida su obra. Ya sea un actor, un pintor o un escritor; se trata de personalidades que dan al publico parte de si mismos a través de su trabajo. Para aquel que tiene la inquietud de expresarse a través de la palabra escrita, ponemos en sus manos ¡ Como Escribir Un Libro! , una breve guía de entrenamiento que le ayudara a encontrar el camino que puede ser su vocación: la literatura. ADVERTENCIA Usted vera que a lo largo de esta obra aparecen varios textos entrecomillados ("..."; esto significa que no son originales del autor de este manual. Es muy común que cuando uno comienza a escribir se vea influido por sus autores favoritos. Esto se llama plagio y no es correcto. El delito de plagio esta penado, pues la ley del derecho de Autor se encarga de proteger la obra intelectual de todo genero, a favor de su productor. A usted no le gustaría que alguien a quien mostró su trabajo, lo publicara bajo su propio nombre. Por ello , la OMPI trabaja en beneficio de los autores de obras literarias o de otro tipo de trabajos de las diferentes formas de artes e invenciones.

Defina Que Quiere Escribir Dicen que una persona se realiza totalmente después de tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro. Cuando uno tiene la inquietud de ser escritor, por manifestar lo que le nace en lo mas intimo de su ser.

¿Cuál es el tema que mas le llama la atención´? Encontramos dos grandes campos que comprenden toda la literatura: la realidad y la ficción. En este ultimo campo se encuentran cosas de humor, poesía, novelas... La novelística comprende asuntos de terror, misterio, romance, espionaje, ciencia ficción o futuristica; en fin, los géneros de la creatividad personal son muchísimos. Dentro de la no ficción están temas de historia, de medicina, de ciencia en general, textos didácticos. Hay quien asegura que los libros que mas se venden son los que hablan de la vida y milagros de las personas, principalmente de los artistas; es decir biografías . Y pueden ser de su artista favorito, del personaje mas importante de este siglo, del deportista que mas ha destacado en su especialidad.....políticos, escritores, científicos; hombres y mujeres que han dejado su huella en la historia de la humanidad y se les conoce desde los mas diversos aspectos, y...nos olvidábamos del personaje principal que mas nos llama la atención: uno mismo. ¿Un libro sobre mi vida?, se preguntara, ¡ pero quien puede interesarse en un libro así? Pues usted, para empezar. Y sus familiares y amigos. No se trata de conquistar premios literarios con lo primero que salga de la pluma(o de la computadora ahora que estamos en plena era cibernética), pero por que no? Lo primero que uno debe de tomar en cuenta al comenzar a escribir es la ocupación propia. Uno puede comenzar escribiendo un diario. Si , no se asombre la ocupación propia, plasmar en papel las experiencias del día es el primer paso para quien quiere escribir. Y también es valido anotar los sueños. Así como la televisión y el cine presentan historias que aparecen arrancadas a la vida cotidiana, donde ocurre algo que transforma la vida de los protagonistas, puede suceder lo mismo con nuestros textos. Usted ha visto libros que parecen intrascendentes: La mejor colección de chistes para despedidas de solteros. ¡ A quien le puede importar un texto así?, se preguntara. Pues al editor, quien publica el libro, para comenzar. Sabe que, efectivamente , el contenido de 250 cuentos breves y graciosos para esos eventos, las despedidas de solteros, tienen un mercado constante: todos los días aparecen en los diarios noticias de la pareja-muchas parejas- que acaban de contraer matrimonio. Y por lo menos la noche anterior alguien organizo una despedida de soltero para el novio y allí se contaron muchos chistes de todos colores y sabores. Ese es su mercado. Y como la gente se casa a diario, sus compradores serán permanentes. Ya escogió el tema , necesitamos desarrollar el argumento: ya sabemos que, ahora nos falta el como. Si en algún momento creemos que podemos redactar una historia como las telenovelas actuales, donde hay una gran cantidad de personajes, pues lo único que debemos hacer- y eso solo lo da la practica es tener muchas historias particulares que converjan en un determinado momento para darle razón de ser a existencia de todos ellos en la historia principal. Esto sucede ya que en la vida uno juega muchos papeles a la vez: en la familia, en la escuela, en el trabajo, con las amistades ,etc. Lo que necesitamos para construir una historia, para desarrollarla, es darle una estructura. Para escribir textos breves, cuentos, por ejemplo, que son la base de los relatos largos, debemos manejar una

presentación , un nudo o conflicto y un desenlace. Esa es la estructura de todo cuento. La extensión no debe de preocuparnos, pues lo mismo comprende unas cuantas líneas hasta varias hojas, antes de trasformarse en novela corta. Tal vez unas treinta paginas seria una dimensión adecuada para seguir considerándolo un cuento. Dicen los expertos que el cuento mas breve del mundo es el debido a la fértil e ingeniosa imaginación de Tito Monterroso: " Y cuando abrió los ojos, el dinosaurio todavía estaba allí." Se trata de una obra completa, no de una línea sacada de otro texto mayor. Contiene los elementos de estructura mencionados y corresponde al lector sacar sus conclusiones de lo que ocurrió antes y de lo que pudo haber pasado después de abrir los ojos el(o la) protagonista y enfrentarse al dinosaurio. Pero tocamos una palabra que no habíamos mencionado antes : relato.¡Que es un Relato? Para escribir una historia empleamos dos técnicas conocidas como narración y descripción. El empleo de estas dos , adecuadamente, hará que nuestro relato (acción de relatar o referir dice el diccionario) sea ameno y de interés para el lector. Uno de los detalles mas importantes que se deben observar cuando se escribe, es tener un lenguaje amplio, diverso, florido, para poder jugar con las palabras, en lugar que tener que devanarse los sesos tratando de encontrar esa palabra que nos hace falta para decir precisamente lo que tenemos en mente. La posesión de un lenguaje abundante se logra mediante la aplicación de dos técnicas muy sencillas lectura y escritura. El complemento de la lectura es la redacción. El ejercicio constante nos permitirá lo que se llama hacer oficio; escribir todos los días aunque sea una hoja, nos dará la soltura necesaria para que , al sentarnos a la maquina de escribir o con el block de notas, pongamos con firmeza las ideas que nos lleguen a la mente. Todo esto es la base preparatoria para el que desee escribir un libro. Pero de lo que se trata es que uno se divierta con lo que hace. Ejercicio. Usted puede empezar a escribir con estos dos sencillos ejercicios de lo que son la descripción y la narración: 1.-Describa como es su recamara en no menos de 100 palabras. 2.- Narre lo que hizo este fin de semana en su casa, en una cuartilla.

TENGA SIEMPRE A MANO UNA LIBRETITA Y UNA PLUMA Mucho se ha escrito acerca de la inventiva y de la creatividad. Hay quienes afirman que es algo con lo que ya se nace junto con el talento y que solo aquellos dotados con la inclinación especial para escribir son quienes pueden desarrollar la placentera actividad de crear historias, textos, o libros. Creemos que hay personas, que efectivamente ya nacen con la inclinación o el don especial de hacer de la palabra su instrumento de expresión, y son reconocidos por el mundo como grandes autores. Pero es nuestro deseo de hacernos un espacio en el mundo de la literatura, para demostrarnos a nosotros mismos que también podemos crear paginas, a veces bellas, muchas veces interesantes, que nos den la satisfacción de expresar lo que queremos y, además , hacerlo bien. Dice la duda popular que" el escritor nace o se hace". Debemos reconocer que nace, pero también podemos demostrar que se hace. Lo que se necesita principalmente, es "el oficio"; es decir la practica para convertirse en maestro .Esto se logra efectivamente, escribiendo. Y la pregunta que surge de inmediato es donde va a sacar ideas para escribir y desarrollar los temas. Como este es un asunto que requiere mucho de inspiración, esta puede llegar en el momento menos esperado. Por lo que es muy importante que no nos sorprenda desprevenidos, y cuando tengamos una buena idea, no sepamos que hacer con ella. La técnica para conservar las ideas, es tan simple como tener siempre a la mano, en la bolsa de la camisa, en el bolso de mano, una pequeña libreta de notas y un buen lápiz, para que las ideas no se nos vallan de la mente. La idea que puede ser la base de nuestra historia, el personaje que estábamos buscando para completar el elenco de la misma; la situación clave para dar solución al misterio que estamos desarrollando, puede venir en el momento menos pensado. Lo mismo se aparecerá en el teatro que cuando estamos departiendo en el café con las amistades o en los lugares mas insólitos. Durante el transcurso del día, cuando vamos al trabajo, en el trasporte publico, en el auto, escuchando la radio o viendo la televisión, un comentario, una noticia, pueden hacer que surja la idea que afanosamente perseguimos. Mas aun si nuestro trabajo es de investigación, al encontrar un dato importante, siempre es necesario tener donde apuntar esa información imprevista. Un popular escritor de historias policíacas reconstruye sus cuentos basándose en las noticias de este genero que aparecen en los diarios. Sus personajes son gente de carne y hueso que ha llegado a ocupar los encabezados de los periódicos en un hecho de sangre o por lo menos violento, y el autor no necesariamente requiere de conocer la historia completa de los protagonistas de los hechos para crear sus cuentos. El utiliza una técnica prácticamente detectivesca; es decir, al resultado le construye una historia al revés

. Ya sabe lo que paso, ahora, como un buen investigador, tiene que reconstruir en su ficción, los hechos anteriores que condujeron al desenlace que produjo la noticia violenta; naturalmente, cambia el nombre a los personajes, ubicando los hechos en otros contextos, inclusive cambiando el sexo a los personajes de la noticia, y de alguna manera tiene una historia nueva y diferente. Conviene ejercitarse en la anotación de ideas, muchas ideas, que nos conduzcan al redondeo de la historia que estamos creando. Recuerde la anécdota de aquel señor que en su afán de convertirse en escritor, se había despertado varias en la noche, cuando a mitad del sueño lo asaltaban esas ideas geniales. Adopto la disciplina de anotar todo cuanto llegaba a su mente y acabo por poner su libreta de notas sobre la mesita de noche para evitar que las ocurrencias se le escaparan. Una mañana , al abrir los ojos, recordó que se había despertado a media noche para anotar algo; y efectivamente, en su libreta de notas estaba escrito con prisas: " Anótalo, Anótalo". Ejercicio: Lleve en su bolsa una libreta de notas, desde temprano en la mañana. Anote durante el día las ideas que le broten en la mente y que pueden ser temas a desarrollar. Cuente cuantas ideas anoto al regresar a su casa por la tarde. Desarrolle las que considere mas interesantes en una cuartilla.

TENGA SU PROPIO ESPACIO PARA ESCRIBIR Y TODOS LOS IMPLEMENTOS NECESARIOS Es apropiado tener un espacio para desarrollar para desarrollar nuestra labor creadora que nos hemos encomendado, a la vez que evitaremos distracciones que nos interrumpan la misma y caigamos constantemente en perdidas de atención , lo cual puede provocar que la inspiración y las ganas de trabajar se pierdan por lo continuos contratiempos que nos impiden seguir adelante en nuestro proyecto. Por lo tanto es conveniente disponer en la casa de un lugar que se va a convertir en nuestro santuario; un sitio al que solo nosotros tendremos acceso para tener nuestras cosas, que al fin de cuentas, se trata de un asunto de expresión personal, y cuando lo considere pertinente, usted mismo dará a conocer a los demás lo que esta haciendo. No se trata de tener un sitio inaccesible a los demás durante sus ausencias, pero si de un lugar donde usted pueda estar tranquilo, donde no padezca interrupciones constantes y pueda trabajar a gusto. Aquí tendrá la oportunidad de concentrarse y dejar volar la imaginación para inspirarse y poder escribir a sus anchas. Resumiendo se trata de un lugar donde pueda estar con la privacidad suficiente para ir hilando sus ideas y de este modo redactarlas de un tirón. Muchas veces nos encontramos con que precisamente el espacio es el limitante principal para disponer de un sitio donde escribir. No importa, lo mismo aquel que posee un estudio para trabajar aislado que quien habita un sencillo departamento, en un rincón de la estancia puede acondicionar su lugar. Lo que verdaderamente importa es que allí, escribirá a gusto, debe tener una serie de instrumentos de

apoyo para desarrollar mejor sus actividades. Siempre es conveniente tener otros apoyos para mejorar la redacción; es decir usted puede hacerse de un buen diccionario, si es posible uno etimológico ya que debe acostumbrarse a consultarlo con frecuencia, también es aconsejable un diccionario de sinónimos, pues nos sirven para expresar nuestras ideas de forma variada, y se evita la monotonía de usar las mismas palabras siempre. Su área de trabajo debe ser un lugar con muy buena ventilación y con una muy buena iluminación. Lo recomendado es un lugar cerca de una ventana que permita el libre paso del aire, y que la luz venga de la parte posterior y del lado izquierdo de esta forma no se hace sombra con la propia mano ni hay deslumbramiento si se recibe la luz de frente, a la vez que se hace menos esfuerzo con la vista. Muchas personas consideran que es mas tranquilizante escribir por la noche. Hay mas silencio mas quietud, y la mente se dispone mejor a la creación . Por ello se recomienda que la luz artificial venga de una fuente clara, del lado superior izquierdo por encima del hombro, con el propósito de facilitar la escritura y la lectura. La música es un buen acompañamiento para muchas personas. Cuando se trata de poner en practica la creación de ideas, también puede ser provechoso que uno disponga de un aparato de sonido, ya se trate de radio , casetes , o discos pero a un volumen bajo, que evite las distracciones. También se recomienda seleccionar música relajante, de preferencia clásica , no melodías estridentes ni muy conocidas, precisamente con el propósito de no romper la concentración del redactor. Ejercicio: Una vez que disponga el tiempo que desee escribir en una sola sesión, divídalo a la mitad; al cumplir la primera , a un lado de su escritorio, donde tendrá su maquina , papel y demás implementos para realizar su labor creativa de cada día , haga cinco minutos de gimnasia para desentumecerse, moviendo las piernas, los brazos y la cintura, sin fatigarse. Vuelva a sentarse para escribir.

LOS PERSONAJES DE SU OBRA En la clave # 1 se menciono que hay dos maneras de abordar un tema : a partir de la ficción o recreando la realidad. Es decir, se hará una novela o tal vez una obra histórica. Como lo normal es que se trate de obras de acción, no lucubraciones filosóficas , alguien debe llevarla a cabo; o sea, tiene que haber uno o varios personajes. En otras palabras, el primer paso de nuestra clave cuatro es determinar los personajes que tendrá nuestro trabajo. Si hemos elegido escribir una biografía histórica, ya estará definido el personaje principal: Napoleón, Hipócrates , etc..Después de determinar las características fundamentales de nuestro personaje elegido, debemos determinar otros personajes importantes que además fueron determinantes en la evolución de su existencia . Cuando se trata de un trabajo de rigor histórico; es decir, apegarse a los hechos de modo indispensable, como es el caso de una biografía, es necesario investigar en muchas fuentes documentales, o si nuestro personaje es contemporáneo, entrevistarse con aquellas personas que lo conozcan, para tener

información de primera mano. Esto quiere decir que no necesariamente nuestro biografiado tiene que haber pasado a mejor vida para ser objeto de nuestro estudio. Por otra parte , si hemos decidido escribir una novela, nuestro horizonte se amplia muchísimo en cuanto a la determinación del numero de personajes y sus características. Puede tratarse de uno solo o de una cantidad alta de personajes. Si durante el desarrollo de su obra , trátese de ficción o de realismo considera que falto alguien, no se preocupe ; siempre habrá tiempo de introducirlos a la trama. Inclusive, si en algún momento se encuentra atrapado y no sabe como solucionar las cosas, puede inventar a alguien que sepa toda la verdad, o que de repente recupere la memoria. Es increíble la infinidad de posibilidades que existen para escribir; por ejemplo, una obra de ficción , desde un cuento a una gran novela, se pueden crear personajes que gracias a la inventiva del autor, cada uno es dueño de su propia historia y por lo tanto la trama puede tomar los mas diversos derroteros. En lo relacionado con la creación de caracteres, es punto fundamental determinar su identidad y otros aspectos interesantes de la vida, desde quienes son los miembros de su familia, la manera como trascurrió su infancia, si goza de buena salud o padece alguna enfermedad física o mental ( los personajes con lacras mentales siempre han sido recurso de autores de obras dramáticas o de acción) ; Debe señalarse el lugar de residencia, su nivel social y económico, ya que no siempre van ligados uno con el otro, y hasta su muerte y la manera como ocurrió. Si encontramos dificultad en crear personajes, podemos recurrir a las personas que conocemos. Amigos, familiares, maestros, compañeros de trabajo, vecinos. Todos ellos pueden servir de modelos para uno de nuestros personajes de nuestra historia. También se puede dotar de "armas" al personaje para que se desenvuelva mejor, sobre todo si se trata de una obra de suspenso; alguno de ellos puede ser poseedor "de el secreto" que resolverá la trama ; otro mas puede desenvolverse a base de mentiras, para hacer mas complicada la historia, lo que ayuda a crear confusión entre los demás. Pero cambiemos de temática . No todos nos inclinamos por escribir historias de suspenso. ¡ Acaso los niños no tienen derecho a leer?. Para ellos puede uno inspirarse en Esopo, el esclavo nubio que paso a la historia gracias a sus fábulas, lo mismo que el francés Lafontaine y el español Samaniego, que daban personalidad a los objetos y animales. Después de leer estas recomendaciones, seguramente nunca se habrá sentido con tanta libertad para crear historias y personajes que revolotean en su imaginación y solo están esperando la oportunidad para brotar de ella y tomar cuerpo en las paginas que esta a punto de redactar. Adelante, pues. Ejercicio:

De acuerdo con el siguiente formato, trace sus personajes. Recuerde que no necesariamente deben llenarse todas sus características ni que todos los personajes deben ser tan abundantes en ellas. Pero es una buena manera de comenzar a definir a los mismos. Sexo Edad Nombre Determinar sus estudios, en caso de que los tenga. Señalar su trabajo, si lo tiene, tipo y razones. Hijo (a) de familia Cabeza de familia. Sin familia. Sin dinero, con medios para subsistir, rico o millonario. Ascendencia noble, títulos. Descendiente de delincuentes, etc. Clase social baja, media, alta. Salud física buena o mala. Características físicas, media filiación: ojos, cabello, complexión, estatura, señas particulares, etcétera.

DEFINICIÓN DE LA EPOCA Una vez que hayamos definido las características de nuestros personajes, debemos ubicar la época en la cual se van a mover. Es decir, en que momento histórico vamos a situarlos, porque se trata también de un factor que influye poderosamente en la acción del argumento. Lo mas normal es que cuando uno se inicie en los desconocidos terrenos de la literatura de ficción ubique su historia en la época contemporánea, el momento que estamos viviendo. Esto sucede por la sencilla razón de que es la época que uno conoce mejor. Esto de ninguna manera es algo malo. Al contrario es un buen comienzo para el autor novel. ¡ Que va a suceder cuando se le ocurra a uno escribir un cuento futurista, de los llamados de" Ciencia Ficción ", ahora que las computadoras, los vuelos espaciales y los instrumentos mas sofisticados son cosa de todos los días , y con los cuales los autores de la posguerra de 1945- la época de oro de la fantaciencia- soñaban todavía como algo irrealizable?. Esta situación nos lleva a un aspecto que no podemos ni debemos descuidar, el del lenguaje, pues para ser congruentes con la situación , el modo de expresión es muy importante. Si somos abundosos en la manera de detallar la ropa de los personajes, debemos investigar las características de la moda de entonces. Ejercicio: Escoja una época de la historia de la humanidad, la que mas le atraiga. Intente definir las características del momento, en cuanto a la forma de ser de las personas, forma de sociedad, régimen político , maneras de vestir y lo que comían . Auxíliese con textos especializados.

DONDE SE DESARROLLARA LA OBRA Dentro de nuestro trabajo de redacción de una pieza literaria, conforme hemos establecido los personajes y sus características físicas y anímicas o psicológicas, si ya hemos definido también el momento histórico y la época en la cual se desarrollara la acción, el siguiente paso, la clave numero 6,

consiste en ubicar el lugar donde desenvolveremos nuestra historia. No hay que olvidar que, según el tipo de trabajo que realicemos, habrá que adoptar cierto rigor científico; en otras palabras, darle credibilidad o autenticidad, para dar validez a nuestras argumentaciones. Ya se trate de una obra histórica o de ficción, es muy importante definir el sitio de las acciones. Si ponemos en claro el lugar de las acciones, habremos dado un importante paso en nuestro trabajo. Si se trata de un asunto histórico; una biografía, por ejemplo, es de vital cariz señalar que los lugares que se citen, necesariamente, tienen que ser aquellos donde ocurrió el acontecimiento histórico sobre el cual estamos haciendo la crónica o reseña, para no caer en argucias. De ahí la importancia de nuestras fuentes de investigación, bien se trate d documentales; libros, revistas, o periódicos, inclusive correspondencia cruzada entre el protagonista de nuestro trabajo y algunos personajes que también pudieran ser importantes para dar mayor autenticidad a la obra. En caso de un trabajo histórico contemporáneo, como señalamos en alguna clave anterior, las entrevistas o investigación social, así como la llamada investigación de campo, o sea , acudir al lugar de los hechos para hacer observaciones directas sobre determinados sucesos que nos interesan, son técnicas que nos permitirán enriquecer nuestro trabajo de gabinete: la investigación documental y la redacción. Por ejemplo puede usted ir a la cantina. La opera para verificar la presencia de los agujeros de las balas que Pancho Villa disparo cuando visito ese lugar en 1915. Uno puede escoger, en la literatura de creación, el sitio para desarrollar su trama, con toda libertad. Cualquier rincón del mundo nos dará el escenario propicio, si sabemos reconocer el hábitat para los personajes, ya que hasta el clima puede afectar en gran forma su conducta y sus reacciones, ya que constituye el ambiente natural y cultural en que se desenvuelven. No puede reaccionar de igual manera un hombre que vive en la ciudad, con todos los lujos y comodidades que le otorga habitar en un condominio de zona residencial, que estar en medio de la selva donde simplemente se desconoce lo que es la luz eléctrica y la preocupación máxima es la llegada de una beneficiosa temporada de lluvias, no muy abundante por cierto, para que no afecte perniciosamente las cosechas, o la dotación de petróleo para los quinqués que iluminan las tinieblas de sus noches. Entre las muchas posibilidades que ofrecen estas claves, el lugar a simple vista podría parecer ser lo de menos. Lo importante es que el escritor novel sepa aprovechar su inventiva es cogiendo uno adecuado para su historia, pero siempre intentando describirlo lo mas realmente posible para convencer al lector de su autenticidad. Ejercicio: Describa como puede ser la superficie del planeta Venus que, como siempre esta envuelto en nubes de vapor , debe contener mucho agua.

SUCESOS FUNDAMENTALES DE LA OBRA La definición de los acontecimientos que uno desea consignar en su obra es uno de los puntos fundamentales, a la vez que constituyen el ejercicio principal de nuestro trabajo. En las claves anteriores hemos ido acumulando una serie de elementos que nos ayudan a conformar las características del tipo de trabajo que deseamos elaborar. Y trátese de una obra de materia histórica o bien de una de contenido ficticio, debemos encarar el reto de desarrollar el argumento. Ya vimos en la clave 6 en que consiste un argumento desde el punto de vista etimológico; es decir, poner las cosas en claro. Esto no significa mas que , una vez que se ha elegido el tema, para poner las cosas en claro, al respecto, debemos desarrollar el contenido del mismo. Todo lo que queremos decir al propósito , lo que nos inquieta , lo que sabemos, aquello que podemos averiguar a través de la investigación , para llegar a una meta, a una conclusión . Debemos partir del enfoque particular que queremos darle a la obra, sea una novela o un trabajo histórico, una biografía. Si tomamos por ejemplo, a Napoleón, y no se trata de hacer un trabajo exhaustivo, se puede particularizar el enfoque de su biografía: un ensayo acerca de la trascendencia del Napoleón estratega; o la vida amorosa del Gran Corso. Un enfoque acerca de las circunstancias que llevaron a Bonaparte a la creación de su famoso Código, que encierra valores aun vigentes, después de casi 200 años de existencia. Si la política llevada a la literatura ha dado en la ficción asunto tan importantes como las intrigas de Mac Beth de Shakespeare, en la realidad el sonado caso Dreyfuss hizo que Emilio Zola echara su cuarto a espaldas para descubrir la corrupción del régimen de la Francia de 1900. Y mas recientemente, la labor de investigación periodística de dos reporteros norteamericanos que llevo a la caída del jefe de la nación mas poderosa del mundo, hace apenas 27 años, como se leyó en Todos los hombres del presidente. Asuntos de todo los días nos dan ejemplos de temas desarrollados inteligentemente que conducen a obras interesantes. Si a alguien le puede parecer árida la sección financiera del periódico, será buen ejercicio construir un cuento corto sobre las vicisitudes que enfrente un grupo de empresarios ante la hipotética caída de la bolsa de Hong Kong. ¡ Que repercusiones tendría en cada país?, ¡ Cual de los protagonistas, involucrado hasta los huesos en actos ilícitos, se quitara la vida, como ocurrió en muchas partes del mundo en el famoso crack del 29?. Y no olvidemos una sección que tiene una gran cantidad de lectores; la deportiva. Las aspiraciones que tienen los atletas en ciernes, de cumplir con el lema olímpico: mas rápido, mas alto, mas fuerte. Esa es la divisa de muchos que dedican buena parte de su vida a la practica de alguna disciplina atlética. Mas allá de la mente sana en cuerpo sano, las actividades deportivas comprenden un mundo que solo quien se interioriza en el puede darse cuenta de los problemas con los que se enfrenta tanto el deportista propiamente dicho como los llamados "deportistas de pantalón largo", los que manejan hombres y recursos, envueltos en circunstancias que el escritor que adopta este tema, puede hacer mas o menos oscuro, mas o menos dramático, lleno de aspiraciones para los practicantes o bien, inclusive

una historia sentimental distinta, en medio de las circunstancias que rodean a los atletas en ciertos momentos. Desde la creación de los mas antiguos mitos hasta los temas actuales que exploran los insondables laberintos de la mente, han hecho obras literarias gigantescas que perduran. ¿ En que consiste la fantasía ? Afirmamos que es esa capacidad creadora de cosas imposibles.Aunque muchos niegan tenerla, puede estar escondida en algún recoveco de la mente y solo necesita ejercitarse para que brote incontenible. Como en todos los casos, es necesario poner en practica los órganos para que no se atrofien, y aunque el cerebro no es un músculo, hay que ejercitarlo para que produzca los sueños mas disparatados que uno pudiera tener. La literatura es la puerta de las manifestaciones humanas mas intimas, que un autor se permite poner por escrito para que sean leídas por los demás. Es aquí donde afloran los sentimientos y las inquietudes, muchas veces se anotan los temores, sean propios o ajenos, cuando la creatividad permite tomar esas experiencias de otros y han impresionado al escritor para llevar al papel tales expectativas. Este tipo de textos donde imperan los temores, reviste un aspecto muy especial, ya que da lugar a manejo de historias plenas de suspenso, de dramatismo, de angustia ante lo desconocido o por la certidumbre opresiva del porvenir. Y a partir de entonces puede uno expresar pensamientos como los que hicieron de Edgar Allan Poe el maestro de los cuentos de terror. La suma de todos los temas que se pueden desarrollar, nos darán la guía para definir los acontecimientos importantes que formaran el meollo de nuestra historia. Ejercicio: • Describa el color azul. Que despierta en su imaginación, como pasión, como objeto, como símbolo. • Haga una sinopsis de una cuartilla acerca de los sucesos mas destacados de la historia que desea escribir, a partir de un tema dado.

LOS SENTIMIENTOS DE LOS PERSONAJES El novelista es un manejador de caracteres. Como es el creador de sus personajes, los conoce íntimamente a la perfección conoce cuales deben ser sus reacciones ante cualquier situación determinada.Ademas de ser dueño de una gran inventiva, el escritor, hace las veces de titiritero. En consecuencia, el autor debe conocer, penetrar la personalidad del personaje. No es fácil adoptarla , como se señalo en la clave 3, pero es importante, en esta clave es determinar el tipo de sentimientos, capacidades e inquietudes que van a experimentar cada uno de los que intervienen en la historia, aunque vale recordar, siendo caracteres de una pieza, que pueden cambiarse sus sentimientos de amor

, de odio, de desprecio. La ira y la sed de venganza pueden marchar juntas y a lo largo de un argumento pueden hacer cambiar de conducta a un personaje que en un principio fue dulce, amable, tímido. Sentimientos, pasiones, emociones... características que hacen que en la vida real el destino de una persona varié de un instante a otro. Estos son los instrumentos de que el escritor se valdrá para hacer que su historia tenga una acción insospechada si sabe dosificar paso a paso sus ingredientes, para obtener un resultado muchas veces sorprendente. La importancia de que los caracteres de los personajes estén bien delineados radica en que permitirán al autor llevarlas a las situaciones mas adecuadas para que su historia se desarrolle de tal manera que no se le vaya de las manos el control de todas las situaciones. Muchos de nosotros cuando comenzamos a escribir debemos saber dosificar las reacciones en situaciones determinadas donde puede surgir una nota de desprecio. En una historia actual, de todos los días, que se da en cualquier familia, casi en cualquier situación, una interpretación así podemos reconocerla , bien sea porque la hayamos vivido como protagonistas de la misma o por haberla atestiguado, cosa también muy común , y que nos permite inspirarnos en ciertas personas conocidas para convertirla en autores de nuestros argumentos. El manejo de la conducta y de las reacciones de nuestros personajes como en un vaivén, están determinadas por los escenarios en donde vayamos ubicando la acción según el desarrollo de nuestra trama. Si el personaje central es, digamos por caso , un detective, el héroe deberá ser un tipo rudo, violento; es poco probable que una profesión que en un cierto momento requiera de acciones violentas, en la vida real sea una persona afable, tímido, apocado. En determinadas circunstancias, el factor valor debe anteponerse al factor miedo para salir adelante. Pero, ¡ acaso un ser humano, por muy valiente que sea, no tiene derecho a sentir miedo?. Los personajes que se han elaborado siguiendo los ejercicios de claves anteriores tienen un físico y unas características psicológicas que son verdaderos retratos de personas fácilmente identificables y cobraran vida según el papel que tengan que representar en nuestra historia. Cuando se hablo de personajes de una pieza , se hacia referencia a que su conducta y sus reacciones son siempre lineales, sin dobleces, que los hagan aparecer de dudosa apreciación, por los demás personajes y por los lectores mismos, todo esto es para ayudar a orientarnos acerca de la necesidad de practicar mucho, ya que nuestros personajes al igual que los de carne y hueso, tienen derecho a combinar dos o mas elementos que pueden dar resultados increíbles: odio y astucia, amor e inteligencia, miedo y rencor..Las posibilidades son infinitas. Todo reside en la capacidad creativa del autor. Ejercicio. Desarrolle en una cuartilla, un texto donde el protagonista sea un tímido profesor de escuela que se enfrenta a un grupo de adolescentes iracundos. ¿Dónde? ¡Por que?

¿Cuál será su reacción primaria? ¿ Que siente íntimamente? ¿Como solucionara el problema ?

LA RESOLUCIÓN DE LA OBRA A lo largo de las ocho claves anteriores nos hemos preocupado por el origen, el desarrollo y las características de nuestra historia y sus personajes. Cuando se aproxima el final de la trama, debemos darle una conclusión. Hemos tratado las características las características del cuento, que a fin de cuentas y para nuestros intereses, es igual que una novela; su única diferencia es la extensión, y nos referimos a los pasos de presentación, nudo y desenlace. Hay varias formas de llegar al desenlace de una historia, según nuestras preferencias. Puede haber un final feliz, donde los protagonistas alcanzan las metas deseadas y quedan todos muy contentos; siendo una historia sentimental, la pareja de enamorados será muy feliz y se terminaría prácticamente como el clásico final de cuento "se casaron y vivieron felices". Aunque hay otras formas de ser felices sin necesidad de casarse, de acuerdo con las necesidades de nuestro argumento. También puede darse el caso de que el desenlace no contenga los elementos de felicidad que el lector desea. El autor, con los hilos de la trama en la mano, podría manejar entonces un final trágico donde los protagonistas no logran la felicidad anhelada. Otra forma como puede llegarse al clímax de la obra es donde campee la justicia y todo mundo quede en su lugar, aunque no necesariamente todos satisfechos. Y también puede presentarse un final que sea precisamente lo contrario, sin necesidad de llegar a la tragedia; la conclusión puede ser injusta para los protagonistas en algunos aspectos y puede aplicarse al proverbio " no hay mal que por bien no venga" Asimismo, podemos rematar nuestra historia en cualquiera de las formas señaladas, pero además tratar de dejar un mensaje; es decir, como en el caso de las fábulas, mencionar la clásica moraleja del cuento, para que se tome como lección la historia que se acaba de leer; y entonces tendrá caracteres didácticos. En consecuencia , para poder llegar al final que deseamos y se tome como apropiado, dadas las características de nuestros personajes, así como el ambiente donde se desenvuelven , es necesario considerar tres aspectos; la idea general básica de la obra: que tipo de narración pretendemos elaborar. El planteamiento del tema o argumento. Finalmente, el desenlace que se le quiere dar, conforme a los conceptos de genero literario que indicamos anteriormente. Se propone entonces la elaboración de una sinopsis, un resumen de los puntos sobresalientes de nuestra historia, los cuales servirán de pauta para ir trazando la línea argumental. Ya conocido el tema y la evolución que sufrirá, será necesario pensar como se hará la narración de la obra, destacando lo básico, frente a lo que será meramente episódico: los hechos fundamentales ante los adicionales, que ayudaran a "vestirla" mejor. Aunque hay relatos que no contienen dialogo, sino únicamente narración, aun cuando sean escritos exclusivamente en primera persona.

Si deseamos manejar una terminación de nuestro relato de manera dramática, es en la acción, principalmente, donde debemos acentuar nuestra atención. En el final trágico son los protagonistas quienes mueren, al estilo de Romeo y Julieta, por propia mano, ante la imposibilidad de su amor. Ejercicio: Escriba una sinopsis con las características que se señalan, máximo una cuartilla: personajes principales, situaciones, tema definido. Ensaye tres finales distintos: uno trágico, uno humorístico y uno con m

UNA VEZ TERMINADA SU OBRA... Descanse: Aunque no lo parezca, el esfuerzo realizado para redactar una obra literaria, por pequeña que sea, merece un descanso. Pero no de usted sino de la obra. En otras palabras, tiene que dejarla reposar para que se enfrié un poco el animo y pueda usted revisarla con calma y entusiasmo al mismo tiempo, para hacer los ajustes y correcciones que considere pertinentes; sobre todo aquellos relacionados con aspectos estrictamente gramaticales, en especial los de ortografía. Con el espíritu satisfecho por haber terminado su obra, por haberle puesto punto final a un trabajo que posiblemente tenga varias cuartillas de extensión, es importante ver las cosas serenamente . Esta es la razón fundamental del descanso merecido de nuestra obra. Una vez que hemos revisado nuestro cuento o novela y le damos el toque que consideremos final para decir que ya esta dispuesta para presentarse al publico masivo, pasaremos a la segunda fase del trabajo del trabajo del escritor y que consiste en llevar a cabo lo que es realmente la clave numero 10: el registro de la obra. El numero de ejemplares de la primera edición. Puede variar de mil a tres mil la primera vez, aunque hay excepciones. El numero de ediciones que pretenden hacer de su obra. La calidad del papel en que se va a imprimir. Esto va en relación directa con el precio al que se venderá al publico. Si será una edición económica , libro de bolsillo, edición de lujo o de línea, pues las editoriales cubren los diversos mercados y tienen líneas especiales para cada uno. Asimismo, la portada o carátula, llevara letras únicamente o letras y alguna ilustración, o bien letras y una llamativa fotografía. La calidad de la encuadernación es importante.

Sin duda alguna, habrá tenido en sus manos libros que por la simple hojeada, las paginas comienzan a desprenderse. Es conveniente que se garantice una encuadernación de buena calidad, porque de lo contrario va en detrimento de la venta de su libro. La distribución. El lanzamiento. Es necesario tener una idea de todo lo anterior con el propósito de que el autor neófito tenga la seguridad de que los editores manejaran la obra con gusto y propiedad. La escritura y el mundo empresarial No es Miguel Janer el único que se ha preocupado de dar consejos para escribir mejor a nivel profesional, lo que sin duda indica que es un problema muy extendido. David Ogilvy, icónico hombre de negocios británicos y uno de los nombres más conocidos en el mundo publicitario, envió en septiembre de 1982 una carta a todos los empleados de su agencia titulada “Cómo escribir”. Según consideraba el afamado publicista, cuanto mejor escribes más lejos llegas en Ogilvy & Mather. Además, la gente que piensa bien, escribe bien. Por el contrario, la gente de mente confusa escribe notas confusas, cartas confusas y discursos confusos. Según opinaba Ogilvy, escribir bien no es un don natural, es algo que debe aprenderse. Sus diez consejos principales aparecen, entre otras muchas cosas, en el libro The Unpublished David Ogilvy: A Selection of His Writings from the Files of His Partners (The Ogilvy Group, 1986). Aquí van: 1. Lee el libro sobre escritura de Roman y Raphaelson. Léelo tres veces. 2. Escribe como hablas. Naturalmente. 3. Usa palabras cortas, frases cortas y párrafos cortos. 4. No uses lenguaje especializado. Son marcas de un tonto pretencioso. 5. Nunca escribas más de dos páginas sobre nada. 6. Revisa las citas. 7. Nunca envíes una carta o una nota el día que la escribes. Léela en voz alta a la mañana siguiente y, entonces, edítala. 8. Si es algo importante, dásela a un compañero para que la mejore. 9. Antes de enviar tu carta o tu informe, asegúrate de que está claro como el agua lo que debe hacer el destinatario. 10. Si quieres ACCIÓN, no escribas. Ve y dile al tipo lo que quieres que haga.