Como Cambiar de Paradigmas[1]

EDICION ESPECIAL (Circulación limitada) Diciembre de 1999 Reingeniería Personal, Empresarial, Familiar y de México COMO

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EDICION ESPECIAL (Circulación limitada) Diciembre de 1999

Reingeniería Personal, Empresarial, Familiar y de México COMO CAMBIAR DE PARADIGMA “Te mejoras con victorias sobre ti mismo” Eduard Gibbon “El hombre se descubre a sí mismo cuando se enfrenta a los obstáculos” Antonine de Saint-Exupéry “Los hombres de carácter son infinitamente más raros que los de talento. El talento puede no ser más que un don de la naturaleza. El carácter es el resultado de mil victorias logradas por el hombre sobre sí mismo” Francois de Salignac de la Mothe-Jénelan

Por Yuri Serbolov ¿Existe un método para volver efectivas a las personas?

Si existe, lo inventó el profesor Stephen R. Covey y lo puede uno aprender en su libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” impreso en México por la editorial Paidós. Ese método puede volver efectivas a las personas, a las empresas, a las familias, a los gobiernos e incluso a los países. Cuando el Presidente Bill Clinton leyó el libro comentó que si todos los norteamericanos lo leían Estados Unidos sería otro país. El método lo están aplicando el 66% de las 500 empresas más grandes del mundo de la lista Fortune. Según la revista Time, Stephen R. Covey se convirtió, después de escribir ese libro, en uno de los 25 norteamericanos más influyentes de la actualidad. El método descrito por Covey se está aplicando

ISSN 0188-0098

Reglas de Comportamiento Humano Regla La regla de oro

Descripción "Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos".

Origen Atribuida a Jesús de Nazaret. Evangelio de san Mateo, siglo I.

Fórmula Norma: pagar el mal con bien.

La regla de plata

No hagas a los demás lo que no quisieras que te hiciesen

Una generación antes de Jesús. El rabino Hillel. Ej. Gandhi y Luther King.

No Condescendiente, fracasa al devolver castigar crueldad y violencia explotación por violencia.

La regla de bronce

Haz a los demás lo que ellos te hagan. "Paga el bien con bien, pero el mal con justicia", Confucio.

Lex talionis, "ojo por ojo y diente por diente".

"Un bien merece otro"

La regla de hierro

Haz a los demás lo que te plazca, antes que ellos te lo hagan a ti.

"Quien tiene el oro establece las reglas".

La regla de hojalata (de oro para superiores y de hierro para inferiores)

"Trata de ganarte el favor de Lema de los matones y de los que están por encima de sociedades de primates. ti y abusa de los que tienes debajo"

La regla del nepotismo

"Privilegia en todo a tus Los evolucionistas la llaman parientes próximos y haz lo "selección de parentesco". que te plazca con los demás"

La regla de tal para cual

Coopera primero con los demás y luego haz lo que ellos te hagan.

Similar a la regla de bronce, excepto en portarse bien primero

Crítica "¿Con qué pagaréis entonces el bien?" Confucio. "No toma en consideración las diferencias humanas" Sagan

La vendetta inacabable. La violencia engendra violencia. "Demasiado inexorable", Sagan. "Promueve la ventaja de unos pocos, implacables y poderosos, contra los intereses de los demás"

Premia la cooperación y castiga la deserción muy pronto. Virtud: estrategia clara para el oponente.

Fuente: Elaboración propia con base en Carl Sagan, Miles de Millones. Pen nsamientos de Vida y muerte en la a antesala del milenio. Grupo Zeta ediciones.

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hoy día en muchas empresas para cambiar su cultura organizacional, pero también se está utilizando para resolver problemas familiares e incluso se está aplicando en cárceles y en escuelas donde predominaba la violencia, la drogadicción, la prostitución juvenil, la pérdida de principios y valores. Algunas ciudades han decidido aplicar el método para lograr nuevos niveles de convivencia. Cuando apareció el libro en Corea se vendieron 100 mil copias en el primer día. ¿Por qué? ¿Qué hay atrás de ese libro? ¿Acaso se trata de otro manual de superación personal? ¿Acaso son técnicas motivacionales? ¿Cuál es su secreto? Covey no inventó el agua tibia ni el hilo negro. Su mérito es reunir y sistematizar algunos principios que se conocen desde hace miles de años, ordenarlos y presentarlos en un modelo que cuando uno lo aplica da resultados. No porque se trate de una “varita mágica” o de la fuerza del optimismo, sino porque encuentra uno la llave que abre la puerta de la efectividad. ¿Cuál es esa llave, cuál es el secreto? El secreto es basar la vida de uno en principios. Covey propone 7 principios básicos. La clave está ahí. Los principios son la base de todo, como su mismo nombre lo indica. Son la causa que provoca los efectos. Los principios existen fuera de nosotros. Los principios existían antes de que nosotros naciéramos y van a seguir existiendo cuando nosotros nos muramos. Los principios son universales y eternos. Nunca cambian. Son como la ley de la gravedad, son leyes o reglas, que si las conocemos las podemos aplicar a nuestro favor, en nuestro beneficio. Son reglas que no podemos cambiar, pero que si las conocemos nos capacitan para poder hacer muchas cosas. Son como armas que nos dan poder. Si no conocemos y no utilizamos a los principios a ellos no les afecta, siguen estando ahí, pero si puede afectar a lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer. La ley de la gravedad existía antes de que a Newton se le cayera la manzana en la cabeza y existe a nivel universal, lo mismo en la Tierra que en Marte. Si conocemos la ley podemos hacer cosas que antes no podíamos, como elevar un avión por los aires o a un helicóptero o a un cohete espacial. Igual sucede con los principios, cuando los conocemos nos permiten hacer cosas que antes ni siquiera sospechábamos. Nos dan poder, nos capacitan. Son la clave que nos puede permitir hacer el cambio de paradigma. ¿Cómo descubrió Covey este método? El era un desconocido profesor universitario que llevaba varios años dando clase y que no tenía mayor trascendencia. Pero un día, al término de un año escolar, le pidió a sus alumnos que cada quien escribiera en una hoja qué quería lograr en la vida, cuáles eran sus objetivos. Pusieron la hoja en un sobre y lo cerraron, con 2

el compromiso de reunirse dos años después para ver quién había logrado sus metas. Cuando abrieron los sobres dos años después la sorpresa fue que nadie había logrado sus objetivos, sus propósitos. Todos habían sido totalmente inefectivos para conseguir lo que ellos mismos deseaban, lo que ellos mismos se habían propuesto. La vida, las circunstancias los habían llevado por uno u otro camino, pero menos a lograr sus propósitos. Covey se propuso investigar entonces la causa de que la gente fuese totalmente inefectiva y el resultado fue el libro que estamos comentando. Una experiencia personal A finales de 1997 realicé estudios sobre reingeniería de procesos aplicado a empresas. Me asocié con algunos expertos para crear una empresa de consultoría a la que llamamos Kybernes. Uno de mis propósitos era “reingeniar” a La Carpeta Púrpura. Sin embargo, los expertos rápidamente me advirtieron que no se “reingenian” productos, ni empresas, ni departamentos. Lo que se reingenian son los procesos. Estudié los conceptos y la metodología (aunque algunos expertos dicen que la metodología de la reingeniería es no tener metodología) y empezamos a tratar de transformar los procesos de la empresa. Todo el personal se mostraba entusiasta y cooperativo. Estaban a favor del cambio, es más, lo deseaban fervientemente, incluso era una exigencia. Pero nuestra sorpresa es que pasaban los días y nada cambiaba. Releí los libros y los manuales, busqué otros métodos, pero el resultado seguía siendo el mismo: osea, nada. Comprendí entonces que para cambiar a la empresa tenía que cambiar a la gente que trabaja en la empresa. Ese era el factor decisivo. Las empresas son personas y si estas no cambian entonces nada lo puede hacer. Pero el objetivo no era correr a la gente e importar de Suiza o Alemania a nuevo personal. No, la filosofía es que debemos creer y apostar a la gente que tenemos, desarrollar capital humano, no comprarlo. Por ejemplo, el objetivo no es llenar de jugadores extranjeros a la selección mexicana de futbol, pensando que sólo de esa manera serán efectivos y podrán obtener la Copa Mundial. No, el mérito es integrar un equipo y hacerlo crecer individual y colectivamente para que rompa paradigmas, para que alcance metas que antes se pensaron imposibles. Hay que apostarle al ser humano, aunque no podemos desconocer que no todos empiezan con las mismas oportunidades y que algunos, por deficiencias de origen o de desarrollo quizá ya no puedan alcanzar los niveles de excelencia que quien inicia en condiciones óptimas. Nuestra filosofía es que todo aquel que quiera superarse, que conozca, respete y aplique los principios y valores de la organización, que tenga voluntad de integrarse en un

equipo y cumplir con los lineamientos y objetivos que se le dan, debe permanecer en el equipo, aunque no sea la “estrella”, el genio individual que algunos quisieran. Pero ¿cómo cambiar a la gente si no podía cambiarme siquiera a mí mismo?. Comprendí que los vicios de la empresa y también sus principales virtudes eran resultado de mi comportamiento, de mis actitudes, de mi forma de ser y hacer. Generalmente las empresas se hacen a imagen y semejanza de su fundador, de su director general, de su líder. La gente se amolda a él. Eso significaba que si quería lograr un cambio primero tenía que empezar por mi mismo. Entonces me propuse realizar lo que entonces denominé “una reingeniería personal”. Me pasé todo 1998 tratando de lograr un cambio,

de manera obstinada y perseverante. No dejé de aplicar ninguno de los conceptos ni ninguna de las metodologías, pero el resultado fue vano. Por más que trataba cambiar no lograba sino lograr seguirme moviendo alrededor del mismo punto donde había empezado. Por más que trataba de transformar mis procesos estos no cambiaban. Generalmente las personas hacemos “reingenierías personales” cuando vivimos una crisis. Podríamos decir que impera la siguiente ley: a mayor crisis mayor cambio. Por ejemplo, cuando la gente se divorcia o cuando se muere un ser querido o cuando lo corren a uno de un empleo. Entonces sí la vida cambia, aunque en esos casos generalmente para empeorar. ¿Pero qué pasa cuando queremos cambiar para mejorar? Parece que entonces los

Reglas de Comportamiento Humano En la primera página de esta carpeta, publicamos un cuadro sobre las Reglas de Comportamiento Humano, el cual elaboramos a partir de la Información que proporciona Carl Sagan en su libro Miles de Millones. Pensamientos de Vida y Muerte en la Antesala del Milenio. Jesucristo planteó lo que se conoce como la Regla de Oro: “Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos”. La norma es pagar el mal con bien. El problema sobre esta regla lo había planteado Confucio: ¿Con qué pagaréis entonces el bien?” El propio Sagan plantea que esta regla “no toma en consideración las diferencias humanas”. Una generación antes de Jesucristo se había planteado la Regla de Plata: “no hagas a los demás lo que no quisieras que te hiciesen”. La fórmula es no devolver violencia por violencia. Sagan advierte que esta regla es muy condescendiente y fracasa al castigar crueldad y explotación. Existe también la Regla de Bronce: “Haz a los demás lo que ellos te hagan”. Confucio lo planteó de la siguiente manera: “Paga el bien con bien, pero el mal con justicia”. Se trata de la famosa Lex Talionis: “ojo por ojo y diente por diente”. La fórmula es “un bien merece otro”, como dice Sagan. El problema es que ocasiona una vendetta inacabable. La violencia engendra violencia. Sagan advirtió que esta regla es “demasiado inexorable”. Sigue la Regla de Hierro: haz a los demás lo que te plazca, antes que ellos te lo hagan a ti. “Quien tiene el oro establece las reglas”. Sagan señala que esta regla “promueve la ventaja de unos pocos, implacables y poderosos, contra los intereses de los demás”. Sigue la Regla de Hojalata (combina las reglas de oro para superiores y de hierro para inferiores): “trata de

ganarte el favor de los que están por encima de tí y abusa de los que tienes debajo”. Esta, dice Sagan, es el lema de los matones y de las sociedades de primates. Sin embargo, mucha gente, especialmente la que no tiene educación, es la que aplican en su vida diaria. La Regla del Nepotismo plantea “privilegia en todo a tus parientes próximos y haz lo que te plazca con los demás”. Los evolucionistas la llaman “selección de parentesco”. Finalmente, existe la “regla de tal para cual”, que combina la regla de oro con la de bronce. Coopera primero con los demás y luego haz lo que ellos te hagan. Sagan dice que es similar a la regla de bronce, excepto en portarse bien primero. Premia la cooperación y castiga la deserción muy pronto. Su principal virtud es que se trata de una estrategia clara para el oponente. Sagan explica que se han hecho varios estudios para determinar cuál es la mejor regla y aunque científicamente no se ha podido determinar, los estudios han señalado que la última regla (“de tal para cual”) es una de las que da mejores resultados. En esta carpeta hablamos de modelos de efectividad basados en principios. Todavía no se han descubierto los principios que norman las reglas del comportamiento humano, pero el cuadro que aporta Carl Sagan y los principios de algunos hábitos dan una buena base, por ejemplo, el principio de ganar/ganar, o el principio de primero tratar de escuchar y entender a la otra gente, antes de reclamar que lo escuchen y entiendan a uno. La razón de esta edición especial es plantearnos: ¿Cómo volver efectivas a las personas, a las familias, a las empresas y, sobre todo, cómo volver efectivo a un país, como México, tan carente de efectividad y eficiencia? Si crea conciencia sobre el tema habrá valido la pena. © 3

cambios se convierten en utopías, en meros deseos o buenos propósitos, como los de año nuevo. Yo no estaba en crisis pero quería cambiar... Bueno, ahora comprendo que sí estaba en crisis, porque padecía de la misma enfermedad que casi todos los mortales: era tremendamente inefectivo, o mi efectividad en un área se traducía en inefectividad para todas las demás. Es decir, que si era muy exitoso en los estudios o profesionalmente era a costa de mi efectividad como padre de familia o en otros roles. Otro descubrimiento fue que por más empeño que pusiera en administrar mi tiempo o en optimizar mis recursos, la realidad siempre se empeñaba en salirse con la suya, cumpliéndose ese dicho popular: “el hombre propone, Dios dispone y el Diablo viene y todo lo descompone”. Al parecer por más que me propusiera mejorar algo, el entorno, las circunstancias, el exterior parecía ser mi enemigo que se proponía lo contrario, es decir que todo saliera distinto a como lo deseaba. Estudie entonces Teoría del Caos y aprendí que el caos no es sinónimo de desorden, sino que el caos es una constante del universo. El universo es caótico, así es la realidad. Pero dentro del caos existe el orden, el cual se forma a partir de ciertos “atractores”, que provocan orden a su alrededor. Los atractores son como imanes que jalan a la gente o a la materia o a la energía para crear ordenes particulares dentro del caos. Algunos de los atractores conocidos son el poder, la riqueza, una buena idea, un líder, etcétera. Por ejemplo, un padre de familia es un atractor que mantiene unidos a los miembros de la familia. Un director general es un atractor dentro de la empresa. La clave entonces para generar orden es buscar a los atractores y los principales atractores son los principios. Si uno quiere generar un cambio lo primero que tiene uno es que utilizar los principios para controlar la situación, porque los principios son los más poderosos atractores que podamos encontrar. Sin embargo, mi experiencia es que yo no conocía bien cuáles eran los principios y mi sorpresa ahora cuando le pregunto a la gente es que ellos tampoco conocen cuáles son o qué son los principios. Es como ir a una guerra sin fusil. Los principios, como decíamos son las armas, los instrumentos, las palancas que nos permiten transformar a la realidad. Ahí fue donde el libro de Covey basado en principios cobró sentido. Además porque coincidía con otros desarrollos que habíamos realizado en la construcción de un Modelo Cuatridimensional (Kuatro), con bases matemáticas, geométricas, físicas y lógicas, que por sus características podíamos aplicar como modelo universal o “modelo madre” no sólo para describir realidades políticas, económicas, sociales o humanas, sino para poder hacer prospectiva. Covey, sin saberlo, había desarrollado un modelo que cumplía perfectamente con 4

las especificaciones de un modelo cuatridimensional que tiene un soporte teórico que lo respalda. Fácilmente pude “vaciar” la propuesta de Covey en el modelo cuatridimensional y empezarlo a aplicar. Aprendí que el cambio debe empezar de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. De afuera sólo pueden llegar malas noticias, porque afuera impera el caos. De adentro es donde deben salir las buenas noticias. No debemos quedarnos la vida esperando que alguien venga a tocar a nuestra puerta para ofrecernos “la gran oportunidad”. No debemos confiar en que alguien va a descubrir nuestro enorme talento o capacidad. Nosotros tenemos que tocarnos nuestra propia puerta y ofrecernos la oportunidad que deseamos y merecemos. También aprendí algo muy importante que me hizo cambiar un paradigma que había tenido toda mi vida y que la mayoría de la gente tiene. Yo pensaba que para poder “cambiar al mundo” es necesario tomar el poder, ganar una elección o hacer una revolución, ya que son los poderosos los que se oponen al cambio, para defender sus intereses o el status quo. Es decir que el cambio sólo podría venir de arriba hacia abajo. Ahora comprendo que eso es lo mismo que esperar el cambio “de afuera hacia adentro”, lo cual contradice los principios de la Teoría del Caos. Ahora entiendo que los únicos cambios que se pueden lograr son los de adentro hacia afuera, cuando un atractor logra imponer un orden a su alrededor, tal como hicieron algunos de los grandes líderes que ha tenido la humanidad, como Jesucristo o Buda o Gandhi. Ellos no esperaron que alguien les propusiera el cambio. Ellos fueron el cambio, ellos catalizaron el cambio, ellos provocaron el cambio, ellos fueron el cambio y hoy día todavía nos beneficiamos de los cambios que lograron a favor de toda la humanidad. Su poder atractor no se ha perdido a pesar de los años que han pasado. Todo mundo puede ayudar a cambiar al mundo empezando por sí mismo. Su cambio se convertirá en un atractor que provoque otros cambios a su alrededor. Pero la gente que está esperando que las cosas cambien se quedará esperando como una estatua de sal y se irá a la tumba sin conocer el cambio. En cambio, cuando uno cambia, puede provocar cambios en su familia, en su empresa, en su comunidad, en su país, en el mundo. Conocer el método de Covey, estudiarlo, analizarlo, sistematizarlo y aplicarlo me permitió lograr cambios personales, en mi familia, en mi empresa, en mis relaciones personales y especialmente para empezar a mejorar y cambiar mis relaciones contractuales. No he llegado a la meta, sino he iniciado un proceso de cambio, pero ahora sí con efectividad y eficiencia y sobre todo con resultados concretos, tangibles, que puedo ver y disfrutar, porque hoy día empiezan a ser una realidad. Creo que he empezado un sendero que estoy dispuesto a seguir

recorriendo y que creo que es importante compartir con los demás. Ese es el propósito de este artículo. Entre los principales cambios que han mejorado sensiblemente mi situación están los de establecer relaciones ganar/ganar, en aprender a ver otros paradigmas, en aprender a escuchar antes de intentar imponer un punto de vista, en hacer y cumplir compromisos o saber decir que no, cuando uno sabe que no va a poder cumplir. Esto último mejoró considerablemente mis relaciones familiares y con la gente con la que interactúo. Se vuelve uno más confiable y también aprende uno a darle prioridad a lo que la tiene para nosotros. También he aprendido lo que es la proactividad y cómo aumenta mi libertad y mi capacidad de decidir o elegir. Poder establecer una visión, una misión y objetivos concretos, basados en lineamientos. Mi objetivo ahora es aprender a trabajar en equipo, para aprovechar la fuerza de la interdependencia y la sinergia, basado en valores y objetivos comunes, pero no sólo a nivel de empresa o familia, sino también como comunidad, como país y aún más como humanidad. Puede parecer utópico, un sueño, pero creo que vale la pena luchar y vivir por ello.

Corolario Mucha gente hoy día vive desesperanzada. Piensa que el mundo se ha convertido en una porquería, por la

contaminación, la violencia, la inseguridad, la corrupción, la pérdida de valores, el materialismo y el consumismo, la drogadicción, nuevas enfermedades, guerras, desigualdades e injusticias. Piensan que nada puede cambiar, sino sólo para empeorar. Muchos otros piensan que el ser humano no tiene remedio, que es flojo, desordenado, corrupto, sin valores, sin principios, sin humanidad. Ya no existen los caballeros ni los grandes humanistas. Piensan que el “hombre nuevo” no puede existir, ni el superhombre, que los seres humanos estamos “echados a perder” y que no tenemos remedio, porque somos pecadores y en nuestra humanidad está cometer errores. Piensan especialmente que los adultos crecimos torcidos y que no hay poder sobre la faz de la tierra que nos pueda enderezar. El cambio siempre se apuesta hacia las nuevas generaciones, en “los jóvenes que van a cambiar el mundo”. Pero esta frase se viene diciendo desde hace miles de años y nada ha cambiado. El método de Covey propone que sí se puede lograr el cambio, pero siempre y cuando uno se apoye en los principios correctos. Pero ¿cuáles son esos principios? ¿por qué son tan poderosos? ¿cómo podemos usarlos a nuestro favor? ¿es cierto que son la “llave maestra” que nos abrirá la puerta de la efectividad? ¿son acaso esa “varita mágica que todos hemos deseado para transformar a nuestra realidad y a la realidad circundante? Pero de esto hablaremos en nuestro próximo artículo.

Los Principios ARMAS PARA ENFRENTAR LA REALIDAD “El principio es la mitad del todo” Pitágoras “El pueblo que valora sus privilegios por encima de sus principios pronto pierde unos y otros” Dwight D. Eisenhower

Por Yuri Serbolov/Segunda Parte No se qué es peor: - Ir a la guerra sin fusil - Convertirse uno en su propio enemigo - Declararle la guerra a la realidad En los tres casos los daños pueden ser cuantiosos, irreparables e incluso mortales. Sin embargo, es muy frecuente encontrar gente en cualquiera de las tres situaciones. Vemos mucha gente echándole la culpa de sus problemas a los demás, a las circunstancias, a su cónyuge,

a la suerte o a algún dios o demonio, sin darse cuenta que el verdadero problema no está afuera de ellos, sino adentro. Pero... ¿quién es capaz de reconocer que él y sólo él es el problema? Muy pocos. Sin embargo, sólo cuando reconocemos cuál es el problema, podemos entonces encontrar la solución. Si el problema está dentro de nosotros, también la solución está dentro de nosotros. El meollo del asunto es que no depende de nuestra voluntad reconocer o no que nosotros somos el problema. Si así fuese la solución sería sencilla. Todo se arreglaría con un poco de optimismo o de echarle ganas. Las técnicas motivacionales arreglarían la situación. Desgraciadamente el problema es más complejo, como lo descubrieron un científico y una psicóloga, cada quien trabajando desde una perspectiva distinta. El científico fue Thomas Kuhn quien en su libro la “La Estructura de las Revoluciones Científicas” habló sobre los paradigmas y descubrió que cuando estamos atrapados en un paradigma hay algunos datos de la realidad que nos son prácticamente invisibles, ya que no 5

concuerdan con nuestro esquema mental y entonces tendemos a ignorarlos o a distorsionarlos. Y, si no vemos los datos del problema... entonces, cómo vamos a encontrar la solución. La psicóloga Kathleen Ross planteó por su parte que cuando un ser humano enfrenta una crisis su primera reacción natural es negarla. Incluso antes de aceptar la crisis y de reconocer que tendrá que convivir con ella, se enoja, regatea con la crisis, se deprime y finalmente cede. Con su modelo denominado Dabda, por las iniciales en inglés de las palabras que describen las cinco etapas que recorremos ante una crisis (Denial-Negación, AngryEnojo, Bargain-Negociación, Depressión-Depresión y Acceptance-Aceptación), Kathleen Ross demuestra que para muchos seres humanos las crisis también son invisibles, ya que el negarlas significa no verlas. La tendencia natural es esconder o minimizar la crisis. Sólo hasta que sus consecuencias son manifiestas entonces reconocemos la crisis, pero aún así no la aceptamos, sino que reaccionamos emocionalmente, con enojo y luego con depresión. Lo anterior demuestra la vulnerables que somos como seres humanos. Si combinamos la ceguera que nos ocasiona nuestro paradigma con nuestra reacción emocional a las crisis, podemos comprender que lo más natural en un ser humano es estar en muchos casos ciego ante problemas que surgen de su interior. Por más voluntad que pongamos, por más ganas que le echemos, por más optimismo o motivación, simplemente no lograremos cambiar nada, porque no sabremos qué cambiar, porque simplemente no estaremos viendo qué es lo que queremos cambiar. El problema, valga la redundancia, nos será invisible y si no lo vemos, mucho menos lo podremos combatir. Sólo por arte del azar podremos atinarle un golpe certero a un problema que no vemos, lo que significa que el problema se anidará dentro de nosotros y seremos víctimas de él. Será como una enfermedad silenciosa o invisible que nos irá acabando poco a poco, sin que nosotros podamos hacer nada para combatirla, ya que no la podemos sentir. Quien no comprenda ésto, poco podrá hacer para superarse o para remediar algunos de los problemas que anidan en su ser, y por lo tanto seguirá echándole la culpa de sus males a causas externas, ya que será incapaz, bajo cualquier circunstancia, de reconocer que el problema está dentro de su ser, ya que se trata de un problema que no ve y que no siente, y por lo tanto su tendencia natural es de negarlo. Se requiere de un nivel de comprensión superior, de una gran humildad, para comprender que el problema es causa de nuestro paradigma y de nuestra reacción emocional. Muchos podrán pensar, a estas alturas, que todo lo anterior es puro rollo o que no tiene suficiente 6

sustentación. Sin embargo, cabe recordar que estamos hablando de conclusiones obtenidas por científicos. Pero para quienes necesiten tener a alguien de más autoridad para aceptar lo anterior, sólo les diremos que el propio Albert Einstein, uno de los científicos y genios más ilustres en la historia de la humanidad planteó que: “para solucionar un problema lo debemos hacer en un nivel de consciencia superior al nivel en el que lo creamos”. ¿Cuál es la solución? Si por definición no vemos el problema, entonces ¿cómo podemos solucionarlo? La clave está en los principios. Estos son los únicos que nos pueden ayudar, debido a que los principios no dependen de nosotros. Los principios son eternos y universales. Existían antes de que nosotros naciéramos y lo seguirán haciendo cuando nos muramos. El problema está en que los principios son también invisibles, sólo podemos “verlos” cuando se manifiestan en la realidad, es decir no los vemos como causas, sino sólo como efectos. Para entender ésto podemos usar la ley de la gravedad. Esta ley no la podemos ver, ni tocar, ni sentir de ninguna otra forma, sin embargo sí podemos ver sus manifestaciones. Por ejemplo, si dejamos caer un objeto vamos a ver cómo opera la ley de la gravedad. De la misma manera tampoco podemos ver o sentir el principio de la lealtad, pero sí podemos ver o sentir sus manifestaciones. No podemos saber si una persona es o no leal, hasta que vemos sus actos. Igualmente tampoco podemos ver si una persona es honesta o no, sino sólo cuando le ponemos un detector de mentiras que reacciona con base en la propia reacción de la persona. Aunque los principios son “invisibles”, sabemos que existen y podemos, afortunadamente, encontrarlos adentro de nuestro ser. Son armas que están dentro de nosotros y que podemos utilizarlos para combatir a los problemas que también están adentro de nosotros. Junto con el problema está la solución. Esa es la gran maravilla. Pero pocos seres humanos se dan cuenta de ello. Hay infinidad de principios. Sin embargo, mi sorpresa es que cuando yo me preguntaba a mí mismo ¿cuáles o qué son los principios? Me costaba trabajo encontrar la respuesta. Lo mismo he visto cuando le pregunto a la gente en cursos o conferencias. La mayoría de la gente desconoce qué son los principios o cuáles son y por lo tanto mucho menos los puede utilizar para ayudarse a sí mismos para solucionar sus problemas. Antes de mencionar cuáles son los principios, convendría definirlos. Bueno, como su nombre lo indica, son el principio de todo. Son la causa primera de todo lo que ocurre. Algunos los llaman la causa de causas. Algunas religiones señalan que Dios es el primer principio de todo. Antes de un principio no puede haber

nada. Ese es el poder de los principios: ellos desencadenan todo lo demás, son la causa que provocan todos los efectos. Cuando uno comprende esto se da cuenta del poder que está atrás de los principios. Son como poderosas ametralladoras con las cuales podemos ganar cualquier guerra, en especial, la que tenemos que pelear adentro de nuestro ser, contra nosotros mismos, para alcanzar un nivel más alto de madurez, de carácter o de superación. Cada quién puede tener sus principios favoritos, pero lo imperdonable es no conocerlos y no utilizarlos. Por eso mucha gente vive en la desgracia, porque no sabe cuáles son o qué son los principios. Los principios Como ya se mencionó, según los expertos, los principios son externos a nosotros y por lo tanto no dependen de nosotros. Existen a pesar de que nosotros no los reconozcamos o no sepamos de su existencia. Los principios son eternos y son universales, lo mismo funcionan para un chino, un japonés, un gringo, un europeo, un mexicano o incluso, en caso de que los hubiera, para un extraterrestre. Los principios puede uno encontrarlos adentro o afuera de nosotros, ya que están en todas partes. Si ignoramos a los principios no les afecta, siguen operando. Los principios nos capacitan y nos dan poder. Dentro de la Teoría del Caos los podemos ver como poderosos atractores que son capaces de generar orden a su alrededor. Como decíamos antes, hay infinidad de principios,

cada autor tiene sus favoritos. Stephen R. Covey señala por ejemplo 7 principios para ser efectivos: 1. Ser proactivo 2. Tener un fin en mente 3. Primero lo primero 4. Pensar en ganar/ganar 5. Primero comprender, y luego ser comprendido 6. Sinergia 7. Renovación Difícilmente alguien podrá ser efectivo consigo mismo o en sus relaciones con los demás si viola esos principios. Buda (Siddharta Gautama) planteó hace 25 siglos los principios para una vida plena, los que denominó el Octuple Camino: 1. Correcta Visión 2. Correcta Criterio 3. Correcta Expresión 4. Correcta Acción 5. Correcta Vocación 6. Correcta Aplicación de la Energía 7. Correcta Reconsideración e Introspección, y 8. Correcta Meditación. Buda Planteó también Cinco Reglas Morales: 1. No matar a ningún ser viviente 2. No tomar nada ajeno 3. No hablar en falso 4. No beber embriagantes 5. No esclavizar la voluntad al deseo carnal. Su planteamiento fue que el origen de la angustia y del sufrimiento son el apego y el deseo, constantemente

Principios vs Paradigmas Definición

Principios Paradigmas Son leyes naturales o verdades fundamentales La forma en la que un individuo percibe, entiende e interpreta el mundo que lo rodea.

Temporalidad

Eternos

Cambian de tiempo en tiempo

Espacialidad

Universales

Particulares. Son diferentes para cada persona para la interpretación de un mismo evento

En relación al ser humano

Externos a nosotros

Dependen de la experiencia personal o social (cultural)

¿Cómo se manifiestan?

Operan con o sin nuestro entendimiento y aceptación. Auto-evidentes y nos capacitan cuando son comprendidos.

Influenciado por valores sociales

¿Qué resultado producen?

Producen resultados predecibles

El paradigma moldea los valores de los individuos.

Fuente: Elaboración prropia con base en Jorge E. Puga y Clementina Cedillo

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frustrados, hacia las cosas, seres y situaciones pertenecientes a la trama de la presente existencia carnal. Es decir, vemos nuevamente que la causa de esos males está afuera de nosotros, pero que la solución está adentro de nosotros, si logramos precisamente apagar ese apego o deseo. La religión cristiana plantea 7 pecados capitales, los cuales son la fuente de todos los demás. Contra esos vicios hay también 7 virtudes: 1. Soberbia - Humildad 2. Avaricia - Largueza 3. Lujuria - Castidad 4. Ira - Paciencia 5. Gula - Templanza 6. Envidia - Caridad 7. Pereza - Diligencia Plantea también 4 virtudes cardinales y las 3 teologales son: 1. Prudencia 2. Justicia 3. Fortaleza 4. Templanza 5. Fe 6. Esperanza 7. Caridad Asimismo plantea en su doctrina 10 Mandamientos, de los cuales los primeros tres tienen que ver con servir a Dios y los otros 7 son: 4. Honrarás a tu padre y a tu madre 5. No matarás 6. No fornicarás 7. No hurtarás 8. No levantarás falsos testimonios ni mentirás 9. No desearás a la mujer de tu prójimo 10. No codiciarás las cosas ajenas Como podemos ver, los principios son universales, independientemente de cuál religión los postule: no matar, no robar, no mentir, tener el 8

control de uno mismo, no dañar al prójimo, etcétera. Cada quien los puede decir con sus propias palabras, de acuerdo a su paradigma religioso, cultural o ideológico, pero el principio es el mismo para todos.

Los Principios Principio. (Del lat. principium) m. Primer instante del ser de una cosa. || Punto que se considera como primero en una extensión o cosa. || Fundamento o base de un razonamiento o discurso. || Causa primera de una cosa, o aquello de que otra cosa procede de cualquier modo. || Cualquiera de las primeras verdades o nociones por donde se empiezan a estudiar las facultades, y son los fundamentos de ellas. || Cualquier cosa que entra con otra en la composición de un cuerpo. || Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta. U.m. en pl. Fuente: Diccionario Enciclopédico Concepto Son leyes naturales o verdades fundamentales * Universales, eternos * Producen resultados predecibles * Externos a nosotros mismos * Operan con o sin nuestro entendimiento y aceptación * Auto-evidentes y nos capacitan cuando son comprendidos Fuente: Jorge Puga y Clementina Cedillo. Planeación Estratégica. Principios Universales - La libertad - La justicia - La igualdad - La fraternidad - La seguridad - La sobrevivencia (la vida) - La trascendencia - El conocimiento - La sabiduría - La información - El poder Entre otros Conclusión Lo más importante son los principios. Los principios son universales. Los principios son de observancia general. Los principios han existido antes de que nosotros naciéramos y seguirán existiendo después de que nosotros dejemos este mundo. No podemos estar en contra de los principios, sin sufrir las consecuencias. Los principios son eternos. Debemos buscar los principios dentro de nosotros mismos y en las leyes universales. Los principios no son dogmas, ni ideologías, ni pertenecen a una u otra religión. Los principios son para todos, no distinguen entre razas, sexo, nacionalidades, etc.

El Kybalión también nos plantea sus principios: 16. La Mejora Continua 1. Mentalismo. El todo es mente; el universo es 17. La Satisfacción mental. 18. La persona 2. Correspondencia. Como arriba es abajo; como abajo es arriba. Uno puede violar principios o no tomarlos en cuenta y 3. Vibración. Nada está inmóvil, todo se mueve; todo lo único que conseguirá serán fracasos. Seguir los vibra. principios correctos nos ayudará a lograr éxitos. Un país 4. Polaridad. Todo es doble; todo tiene dos polos; no es subdesarrollado porque esté condenado a serlo o Paradigmas todo su par de opuesto; lo semejante y los antagónicos son porque exista un determinismo o porque su población sea lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero inferior, sino trabaje porque en no su sigue los principios “... Si usted quiere cambios pequeños, conducta; si quierecorrectos. cambios diferente en grado; los extremos se tocan; todas las Cuando se hacen las cosas bien, el producto sale bien. Así significativos, trabaje en sus paradigmas”. verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden de simple, así de complejo. Stephen R. Covey reconciliarse. Podríamos seguir enumerando principios, pero esa no 5. Ritmo. Todo fluye y refluye; todo tiene es la clave, loenfermas interesantehan es descubrir internamente cuáles “La mayoría de sus las organizaciones desarrollado una ceguera períodos de avance y retroceso; todo asciende y son los principios con los cuáles nosotros funcional a sus propios defectos. No están sufriendo porque no pueden resolver nos sus desciende; todo se mueve como un péndulo:sino la medida identificamos problemas, porquede no pueden verlos” más y los cuales nos pueden dar más poder. su movimiento hacia la derecha, es la misma de la de su Hay que entender que podemos centrar nuestra Johnexistencia Gardner movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la en uno, dos o tres principios, pero lo único que no compensación. podemos ni debemos hacer es vivir en contra de uno, dos ¿Qué es un paradigma? 6. Causa y efecto. Toda causa El tiene su efecto; todo más principios. Esoasí: implica declararle la guerra a la diccionario enciclopédicoo Britannica, lo define efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley; realidad. Los principios son nuestro fusil para ir a la la suerte no es más que el hombre que se la da (Del a unalat. leyparadigma, guerra.yLos son la clavede para dejar de pelearnos Paradigma ésteprincipios del gr. paradeigma, paradíkymi, mostrar, no conocida; hay muchos planosmanifestar). de casualidad, pero nada contra nosotros mismos. Ejemplo o ejemplar. escapa a la Ley. A mi me gustan los siguientes principios: 7. Generación. La generación existe por doquier; todo * La libertad. Se me otros hace diccionarios uno de los ni principios La definición no puede ser más pobre. Sin embargo siquiera tiene sus principio masculino y contemplan femenino; laelgeneración superiores. Ser libre es una de las máximas aspiraciones término. Otros señalan que paradigma significa modelo, prototipo, se manifiesta en todos los planos.esquema. de todo ser vivo. Sin embargo es un principio difícil de 1/ ya definen que ser paradigma libre no implica simplemente no ser Los expertos en planeaciónalcanzar, estratégica de la siguiente manera: esclavo o no estar encarcelado. Muchas veces podemos Los principios empresariales (18 deforma 18) en la que un individuo ser prisioneros de entiende dogmas, eideologías, falsos líderes, “La percibe, interpreta de el mundo que lo iglesias, dioses o demonios. Covey asocia la libertad al rodea. Es la creación de un mapa mental. Un estudio sobre la ideología central 18 de más principio * Condebase a lalas experiencia personal de ser proactivo, que significa no sólo ser exitosas organizaciones empresariales a nivel mundial “activo”, * Influenciado por los valores socialessino mucho más allá de eso, ser libre y en (3M, American Express, Boeing, Citicorp, Ford,enGeneral especial, poder elegirde entre el estímulo y la respuesta o * Diferentes cada persona para la el interpretación un mismo evento Electric, Hewlett-Packard, IBM, Johnson & Johnson, reacción. Este principio lo planteo Cristo cuando señaló “El paradigma moldea los valores de los individuos, para lo cual nos deberíamos Marriott, Merck, Motorola, Nordstrom, Phillip Morris, que ante el estímulo de una cachetada en una mejilla preguntar si: ¿están completas nuestras visiones del mundo exterior? ¿y si están basados Procter & Gamble, Sony, Wal-Mart y Walt Disney), podíamos elegir no reaccionar como usualmente se hace en principios?” evidenció que los 18 principales principios en los que en esos casos, sino poner la otra. Algunos le llaman a esto apoyan su fuerza son: la “regla deson oro”. En anteojos el recuadro cómoa el Para algunos autores, los paradigmas como con podemos los cualesver vemos la 1. La Verdad famoso científico Carl Sagan planteaba algunas realidad. Si nos ponemos unos anteojos normales la vemos de una manera distintaotras a si 2. La Integridad principios podemos para nos ponemos unos anteojos de reglas rayos x.oLa visión de que un ser humano utilizar es distinta a laregular de una 3. La Ética nuestro comportamiento. mosca, así como el umbral de percepción de sonidos es distinto entre un hombre y un 4. La Honradez * Lanojusticia. Otrasin bella aspiración. El mundo no perro. Si apagamos la luz en la noche vemos nada, embargo la realidad, las cosas 5. La Equidad puede vivir sin justicia, pero es tan difícil encontrar lo que siguen estando ahí. Lo único que cambió fue el paradigma. 6. La Reputación es justo a lo que no lo es. Implica un frágil equilibrio, 7. Ser parte de algo especial Paradigmas vs Principios como se descubrió desde los primeros tiempos de la 8. Innovar humanidad. Quizá sea más fácil saber lo que es injusto, 9. Las Ideas así como es de máslosfácil saber cuándo se tiene libertad. Los paradigmas son la contraparte principios. Todanosituación implica 10. La Autorenovación Esa es una buena manera de descubrir dosy principios y paradigmas. La diferencia es que en tanto los principios son estos eternos 11. La Creatividad principios, buscando sus antípodas. universales, externos a nosotros, los paradigmas cambian de tiempo en tiempo, de lugar a 12. La Calidad * La igualdad. Es un principio queuniversales, ha provocado lugar y dependen internamente de nosotros. Los principios son leyes en 13. La Confiabilidad incluso revoluciones. Es una aspiración que todos Por los tanto que los paradigmas podemos decir que son manifestaciones culturalesno locales. 14. La Seguridad humanos que comparten, que muchos al ejemplo, la ley de la gravedad seres es un principio opera deya la misma maneraseenaferran México, 15. La Excelencia contraprincipio de ser diferentes, únicos, especiales. Sin en Japón, en la Luna o en Júpiter. Sin embargo, la manifestación de esa ley en cada lugar 9

embargo, la mayor evolución del ser humano se dio cuando se logró aceptar que todos los seres humanos somos iguales y que tenemos los mismos derechos ante la ley. El que seamos iguales no implica ser, al mismo tiempo, diferentes, aunque esto es más difícil de comprender. Cada ser humano tiene el derecho a su individualidad, pero también a la igualdad. De ahí se deriva un principio jurídico fundamental: no hay que dar trato igual a los desiguales. Sin embargo, la igualdad es uno de los principios más polémicos. * La integridad. Es un megaprincipio, ya que abarca a la honestidad, la honradez, la fidelidad, la rectitud. Ser íntegro implica ser coherente entre lo que somos, lo que pensamos, lo que sentimos, lo que decimos y lo que hacemos. Ser íntegros implica también que no haya distorsiones entre el ser, el hacer, el tener y el parecer. Aunque esto es más fácil decirlo que cumplirlo, ya que muchas veces decimos una cosa y hacemos otra, sentimos algo y pensamos otra cosa (tenemos conflictos entre nuestros sentimientos y nuestra razón). El objetivo, desde mi punto de vista, es sincronizar nuestros “relojes” internos, a fin de que lo que sentimos, sea lo mismo que lo que pensamos, que lo que decimos y lo que hacemos. Igualmente para que no pretendamos ser lo que no somos o lo que no tenemos. Los seres humanos que han alcanzado el mayor desarrollo y que han logrado aportar más a la humanidad han sido generalmente hombres íntegros. Buda lo fue, Cristo lo fue, Gandhi lo fue, Marx lo fue, el Che Guevara lo fue, etc. Hay, como decíamos, infinidad de principios. Covey (en Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva) menciona a la dignidad humana, el servicio o la idea de contribuir, la calidad o la excelencia, el principio del potencial, la paciencia, la educación y el estímulo. Covey advierte que “los principios no son prácticas. Una práctica es una actividad o acción específica. Una práctica que da resultado en cierta circunstancia no necesariamente lo dará en otra, como pueden atestiguarlo los padres que han intentado educar a un segundo hijo exactamente como al primero. “Mientras que las prácticas son específicas de las situaciones, los principios son verdades profundas, fundamentales, de aplicación universal. Se aplican a los individuos, las familias, los matrimonios, a las organizaciones privadas y públicas de todo tipo. Cuando esas verdades se internalizan como hábitos, otorgan el poder de crear una amplia variedad de prácticas para abordar diferentes situaciones. “Los principios no son valores. Una pandilla de ladrones puede tener valores, pero violan los principios fundamentales de los que estamos hablando. Los principios son el territorio. Los valores son mapas. Cuando valoramos los principios correctos tenemos la 10

verdad, un conocimiento de las cosas tal como son. “Los principios son directrices para la conducta humana que han demostrado tener un valor duradero, permanente. Son fundamentales y esencialmente indiscutibles, porque son evidentes por sí mismos. Para captar rápidamente su naturaleza evidente basta considerar el absurdo de tratar de vivir una vida efectiva basada en sus opuestos. Dudo que alguien pueda seriamente considerar que la mala fe, el engaño, la bajeza, la inutilidad, la mediocridad o la degeneración sean una base sólida para la felicidad o el éxito duraderos”. Covey agrega que “los principios son como faros. Son leyes naturales que no se pueden quebrantar” y cita a Cecil B. de Mille que en su película “Los Diez Mandamientos” advirtió que “nosotros no podemos quebrantar la ley. Sólo podemos quebrantarnos a nosotros mismos y en contra de la ley”. El mérito de Covey fue descubrir que para lograr la “efectividad” requerimos siete principios. Quizá alguien pueda señalar alguno más, pero esos siete son básicos. Igualmente, otro mérito de Covey es encontrar que ninguno de los principios que enseña en su libro “corresponden a una doctrina o religión particular” incluida la suya. “Estos principios -dice- son parte de las principales religiones, así como también de las filosofías sociales duraderas y de los sistemas éticos. Son evidentes por sí mismos y pueden ser comprobados fácilmente por cualquier persona. Es como si tales principios formaran parte de la condición, conciencia y moral humanas. Parecen existir en todos los seres humanos, independientemente del condicionamiento social y de la lealtad a ellos, incluso aunque puedan verse sumergidos o adormecidos por tales condiciones y por la deslealtad”. Joel Arthur Barker advierte que los valores determinan la rectitud de tus objetivos, te protegen contra una visión inmoral o poco ética, pero no te señalan el camino ni el destino. Son los principios, tu visión de futuro, tu paradigma lo que te determina ese camino, ese destino. Una banda de ladrones que se apoya en los principios correctos puede ser muy poderosa, pero será inmoral. Hitler se apoyaba en algunos principios correctos y conmocionó al mundo, pero no tenía ética. Los principios le dan poder a quien los usa, para bien o para mal, dependiendo de sus valores, de su moral o de su ética. Lo curioso es que los seres humanos, desde que son muy pequeños y antes incluso de haber ido a la escuela, ya saben cuáles son los principios fundamentales, por ejemplo, el principio de la vida. Los niños pronto descubren el valor del principio de la verdad, de la honestidad, de ahí que se diga que “sólo los borrachos y los niños dicen siempre la verdad”. Los niños también son muy afectos al principio de la ecología o del cuidado de la naturaleza y son muy sensibles al contraprincipio del dolor o daño que se

esté un león u otro animal que se lo vaya a comer. Por provoca a otras especies, o incluso al contraprincipio de la mucha hambre que tenga no saldrá de la cueva hasta que guerra entre seres humanos. Lo sorprendente es que esos el león se haya ido. Una vez que logra tener “seguridad”, principios los tienen niños de cualquier raza y época. Tal entonces pasará a resolver su segunda motivación que es: pareciera que al nacer venimos ya pre-programados con 2. La Sobrevivencia. Ese hombre primitivo ya logró los principios correctos, pero luego, al crecer, nos vamos echando a perder y adquirimos paradigmas que niegan o distorsionan y circunstancia se expresa bajo un paradigma distinto. En la Luna los objetos caen más los principios correctos. lentamente que en la tierra, sin embargo la fórmula, la ley de la gravedad es la misma en Quizá esa sea una de las ambos lados. causas de la infelicidad Podríamos afirmar que los principios y los paradigmas son dos caras de la misma humana y de que hayamos moneda. Por ejemplo, cuando vemos un vaso de vidrio, lo que vemos es arena de silicio. construido un mundo Si rompemos el vaso, el principio material sigue siendo el mismo: arena de silicio, sin donde impera tanta embargo ya cambió el paradigma. injusticia, tan poca De la misma manera, podemos ver que el principio de la lealtad es el mismo en la libertad, tan poca igualdad cultura occidental que en la cultura oriental, sólo que en ambas se manifiesta de distinta entre los seres humanos y manera, ya que se trata de dos paradigmas culturales distintos. tan poca integridad. El poder ver y distinguir los principios de los paradigmas le puede a uno dar un Mucha gente vive con inmenso poder. Los principios, insistimos, nunca cambian, en tanto que los paradigmas la falsa ilusión de que dependen del tiempo, de la situación geográfica y de nuestra particular manera de ver o violar principios no ver la realidad. fundamentales, como el no matar o no robar, le El paradigma es el mapa, los principios son el territorio. puede producir un beneficio, siempre y “Un modo simple de pensar los paradigmas consiste en considerarlos mapas. todos cuando él sea quien sabemos que «el mapa no es el territorio». Un mapa es simplemente una explicación de ejecute la acción y la ciertos aspectos de un territorio. Un paradigma es exactamente eso. Es una teoría, una sociedad no lo descubra y explicación o un modelo de alguna otra cosa”, explica Stephen R. Covey, en su libro ya lo sancione. Esta falsa citado 2/. ilusión es más difícil de Agrega que “la palabra paradigma proviene del griego. Fue originalmente un término desterrar de lo que científico, y en la actualidad se emplea por lo general con el sentido de modelo, teoría, cualquiera podría suponer. percepción, supuesto o marco de referencia. En el sentido más general, es el modo en que Abraham Maslow «vemos» el mundo, no en los términos de nuestro sentido de la vista, sino como descubrió las percepción, comprensión e interpretación”. motivaciones que impulsan los actos del ser Thomas Kuhn, en su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas, habló de que humano (fisiológicas, de los paradigmas nos dan poder para ordenar los datos que obtenemos de la realidad en base seguridad, amor o a un esquema, pero al mismo tiempo, los paradigmas ocasionan que algunos datos sean pertenencia, de estimación distorsionados o incluso sean invisibles para el científico o para el observador, ya que y de realización personal). esos datos no concuerdan con su paradigma. Esta fue una revelación trascendental que ha A mi me gusta resumir revolucionado a la ciencia. esas motivaciones en Kuhn advirtió que los descubrimientos más significativos en el campo científico cuatro principios: surgen inicialmente como rupturas con la tradición, con el status quo, con los viejos 1. La Seguridad. Esa modos de pensar, con los antiguos paradigmas. es la principal motivación del ser humano. Por El futurólogo Joel Arthur Barker en Discovering the Future, plantea que los sujetos ejemplo, si nos podemos asumir tres roles distintos respecto a los paradigmas: imaginamos a un hombre 1. El creador o inventor de paradigmas. primitivo de los que 2. El pionero de paradigmas. habitaban en cavernas. Su 3. El colono. principal preocupación para salir de su cueva es Señala que poca gente tiene la capacidad para crear un paradigma o para romper un observar que afuera no viejo paradigma. Esto lo hacen los científicos, como Nicolás Copérnico (1473-1543) que 11

evitar que se lo comieran y entonces ahora lo que le preocupa es saciar su hambre. Desgraciadamente o por ley natural, cualquier ser vivo, para sobrevivir tiene que hacerlo quitándole la vida a otro ser vivo, ya sea animal o vegetal. El que sobrevive lo hace a costa de la seguridad de otro. Lo mismo la vaca que se come el pasto que el león que se come al venado o el ser humano que se come un cacahuate. Se trata, en todos los casos, de seres vivos que se comen a otros seres vivos. Nuestro hombre primitivo que va a cazar a un venado, garantiza su sobrevivencia a cambio de la inseguridad del venado. 3. La Convivencia. Una vez que cazó al venado, nuestro hombre primitivo tiene dos opciones, saciar su hambre antes de regresar a la cueva y regresar con las manos vacías, o trasladar su presa a la cueva y compartirla con quien comparta su existencia. Afortunadamente somos seres gregarios, es decir que no podemos vivir solos, ya que necesitamos a los demás para reproducirnos y para resolver otros problemas básicos de nuestra existencia. El hombre primitivo puede trasladar las sobras del venado a la cueva, pero tiene que asegurarse de que los demás cavernícolas le respetarán su “propiedad privada”, es decir, se tienen que establecer reglas de convivencia. No todos los habitantes de la cueva pueden o deben salir a cazar, por ejemplo los niños, tampoco todos pueden luchar contra las agresiones que ponen en riesgo la seguridad del grupo. Lo anterior debe llevar necesariamente a una división de trabajo, con base en las especialidades. Esa convivencia implica también un “trabajo en equipo” y el surgimiento de liderazgo, es decir, quién arreglará los conflictos que surjan en el grupo, cómo se determinará lo que es justo, etcétera. 4. La Trascendencia. Finalmente, cuando el hombre primitivo ya logró su seguridad, saciar su hambre y establecer bases de convivencia con sus contemporáneos, ahora se tiene que preocupar por darle un sentido a su existencia. Todo ser vivo, en principio, busca la reproducción de su especie, por alguna razón natural. Pero el ser humano también busca la eternidad, y como no la puede conseguir biológicamente, entonces la busca a través del arte, de establecer ordenes sociales o políticos, de preservar sus ideas, de crear otras formas de vida o de la religión. La trascendencia lo conecta con la dimensión espiritual del ser. Estamos, nuevamente, hablando de principios, y como podemos apreciar, los principios lo abarcan todo. No hay actividad humana que no esté gobernada por los principios. El problema es que muchas veces no tenemos los principios correctos o incluso operamos con contraprincipios y con ello sólo logramos dañarnos a nosotros mismos, dañar a los demás, dañar a nuestras empresas u organizaciones, o incluso dañar a nuestro país o a la humanidad. 12

Quién Invento Todo Esto y qué ha fallado Los principios han existido desde siempre y muchos seres humanos han tenido la inteligencia de captarlos, conceptualizarlos y convivir con ellos. Los primeros que inventaron el “concepto” como tal, fueron los griegos. Antes que ellos los egipcios ya habían trabajado con conceptos, pero fueron los griegos quienes descubrieron el poder que había en los conceptos y prácticamente lo conceptualizaron todo: la belleza, la justicia, la libertad, la verdad, la filosofía, el poder, etcétera. De ahí que el desarrollo cultural de la humanidad esté puesto sobre los cimientos que establecieron los griegos. Los principios son conceptos y Buda, Cristo, Mahoma y prácticamente todos los iniciadores de las grandes religiones hablaron de principios. Muchos seres humanos, muchas generaciones han vivido con los principios que ellos descubrieron o plantearon. Pero la gente no se pregunta si son o no los principios correctos, simplemente trata de ajustar su vida a ellos. Los principios que aportaron Buda o Cristo o Mahoma son intachables y difícilmente alguien podría rebatirlos. Sin embargo, a lo mejor no los entendimos o no los seguimos al pie de la letra o cometimos alguna equivocación, porque el resultado final, lo que tenemos a la vista, no es un mundo más humano, más justo, más libre, más igualitario, más solidario. Por el contrario, si volteamos a los lados lo que vamos a ver es un mundo lleno de guerras, de amenazas, de injusticia, de miseria, de desigualdades, de esclavitud, de cárceles saturadas, de contaminación, de desaparición de especies vegetales y animales, de desesperanza, de robos, de asesinatos, de violaciones, etcétera. Desde el punto de vista de la reingeniería, tal como la plantea Michell Hammer, tal pareciera que algo hemos hecho mal en vista de los resultados obtenidos. Hammer habla de reingeniería de empresas y plantea cambios radicales y profundos. Nosotros podemos hablar de que igualmente necesitamos reingeniar al mundo e incluso reingeniar al ser humano. Hammer diría que lo que se reingenian son procesos y desde esa óptica podríamos analizar cuáles son los procesos equivocados en el mundo o en el ser humano que están provocando tanta injusticia, tanta desigualdad, tanto desorden, tanto crimen, tanta guerra, etcétera. Pero mi experiencia me indica que no es suficiente con reingeniar los procesos, sino que debemos, en primer lugar, reconciliarnos con los principios. Ahí está la clave de todo. Los procesos modifican valores, pero no pueden modificar principios. Este es un descubrimiento que a mi me dio la llave maestra para poder iniciar mi reingeniería personal e incluso para reingeniar mi empresa y mis relaciones familiares.

Una vez que trabajamos con la primera dimensión que que ellos plantearon. Por ejemplo, hoy día podemos son los principios, los conceptos, las reglas, podemos “crear vida”, podemos clonar especies e incluso al ser entonces pasar a una segunda dimensión planteó que la Tierra gira alrededor del Sol y no viceversa, con lo cual rompió un paradigma donde tenemos los científico, cultural e incluso religioso. Galileo Galilei (1564-1642) se declaró partidario del procesos y los valores. sistema de Copérnico y la Inquisición le obligó a retractarse (1615). Fue entonces cuando Quien quiera dijo su célebre frase en latín: “y sin embargo se mueve”. Con ello quería enfatizar que modificar procesos y aunque la Iglesia no estuviese dispuesta a aceptar el paradigma de que la Tierra giraba valores, sin antes alrededor del Sol, de todas maneras lo hacía. Esto demuestra, una vez más, que lo más haber trabajado con peligroso que puede hacer alguien en esta vida es declararle la guerra a la realidad. La los principios y las manera de evitar caer en esa situación es detectar siempre a los principios. reglas fracasará una y Los pioneros de paradigma son aquellas personas que a pesar de que existen pocos datos otra vez, a menos que o evidencias de que el nuevo paradigma es mejor que el anterior, deciden arriesgarse y desde un inicio haya comprometerse con él. Se requiere valor y coraje para hacerlo, dice Barker. trabajado con los Plantea, por ejemplo, que el país creador de paradigmas a nivel mundial a sido Estados principios correctos. Unidos, por el número de inventos que ha producido: la electricidad, la bomba atómica, el El problema está automóvil, etcétera. en que generalmente Sin embargo, el país pionero de paradigmas es Japón, ya que es quien se ha no tenemos los comprometido con los nuevos paradigmas y los ha desarrollado hasta llevarlos a un nivel de principios correctos y excelencia. no los tenemos como Los pioneros son aquellas personas que se aventuran en un territorio cuando todavía no causa de nuestro existen mapas. Ellos son quienes dibujan los mapas. Atrás de los pioneros llegan los paradigma, el cual, colonos, los cuales se guían con los mapas que ellos hicieron. Barker dice que cuando un como decíamos líneas colono pregunta “¿hay algún peligro en ese territorio?”, quien le contesta, es el pionero de arriba, nos impide ver paradigmas. parte de la realidad. El Barker advierte que para sobrevivir en el Tercer Milenio no todas las empresas deben ser problema es que los creadoras de paradigmas. En absoluto. Sin embargo, quien quiera sobrevivir deberá ser paradigmas no son pionero de paradigmas, para lo cual, insistimos, se necesita intuición, decisión y coraje. estáticos sino que Intuición porque cuando hablamos de nuevos paradigmas no tenemos la información, la cambian, evolucionan experiencia o el conocimiento que nos den certidumbre con respecto a lo que nos estamos o se transforman y comprometiendo. Debemos confiar en nuestro sentido común. como advierte Joel El mayor trauma en el nuevo paradigma que vive hoy día el mundo es que el pionero de Arthur Barker (en paradigma avanza a tal velocidad que se apodera del nuevo territorio antes de que los Discovering the colonos, que buscan más seguridad y que ya existan mapas y certidumbre lleguen a él. Future), cuando Posiblemente en el Tercer Milenio ya no habrá lugar para colonos, sino sólo para cambia un paradigma pioneros de paradigmas, especialmente al generalizarse la cultura japonesa Kaizen o mejora todos retornamos a continua. cero, es decir tenemos que volver a empezar Conclusión y cualquier ventaja Un cambio de paradigma le puede a uno dar poder. Sin embargo, un paradigma también previa o incluso implica ciertas limitaciones, ya que nos impide ver una parte de la realidad, como lo plantea desventaja se pierde. Kuhn. No podemos escaparnos de los paradigmas. Siempre somos prisioneros de un Quizá Buda, paradigma. De ahí que la clave más importante sea detectar los principios que traspasan a Cristo o Mahoma los paradigmas y que operan en todo momento y en todo lugar. Lo que debemos cuidar es plantearon los que nuestro paradigma no se quede obsoleto. Estarlo cambiando constantemente, principios correctos, especialmente a la velocidad que se transforma el mundo. Nuestra fuerza, lo permanente, lo pero el paradigma en que nos dará estabilidad, son los principios que nunca cambian. que lo hicieron ya no existe. Hoy tenemos Notas: un nuevo paradigma, con problemas más 1/ L.A. Jorge E. Puga Alvarez, Lic. Clementina Cedillo. Seminario “Consolidar el complejos, más Compromiso”. ISSEMYM. dinámicos y menos 2/ Stephen R. Covey, Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva. deterministas que los 13

humano. ¿Es eso ético? ¿Se vale o no se vale? Las religiones no tienen respuestas para el nuevo paradigma. Sólo los principios nos pueden dar luces para iluminar el camino, son el faro que nos puede guiar en el nuevo paradigma. Quien ayudó a entender los paradigmas fue Thomas Kuhn en el libro que ya citábamos líneas arriba y que debería ser leído por todo aquel que esté interesado en el tema. Igualmente creemos que es de lectura imprescindible el libro de Stephen R. Covey sobre “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva”, donde habla del poder de los paradigmas y cómo cambiar de paradigmas. Sin embargo, otra lectura fundamental es la de Victor Frankl, un psicólogo judío a quien le tocó sufrir los campos de concentración de Auschwitz en la Alemania Nazi y descubrió que a pesar de haberle quitado su libertad exterior, no le podían quitar su libertad interior. A pesar de estar encarcelado, su mente seguía siendo libre y podía elegir cómo le debía afectar esa experiencia. Descubrió que entre los estímulos y la reacción estaba su libertad de elegir. Su libro es una referencia obligada hoy día. Para quien quiera avanzar más en el tema le recomendamos el libro o los videos del futurólogo Joel Arthur Barker. Si logramos entender nuestro paradigma y las limitaciones que nos impone, si logramos escapar de la negación emocional de la crisis, si logramos conectarnos con los principios fundamentales y si a partir de ello modificamos los procesos, especialmente aquellos enfocados a la generación de valor, entonces sí lograremos cambios profundos y radicales a nivel personal, familiar, organizacional, nacional e incluso a nivel de la humanidad. Yo lo he hecho y he demostrado que sí funciona. Sin embargo, la metodología escapa de los propósitos de éste artículo. Resistencia al Cambio Desgraciadamente, los expertos han comprobado que nadie cambia simplemente porque le digan que hay algo bueno o que se va a recibir un beneficio. Tampoco nadie cambia porque vea que otro cambió y que está obteniendo resultados. La gente sólo cambia cuando experimenta en sí mismo los beneficios del cambio. Sin embargo, la mayoría de la gente se resiste al cambio y como decíamos al principio de éste artículo se convierten en sus principales enemigos y le declaran una guerra a la realidad. Se cierran incluso a la mera posibilidad de escuchar otro punto de vista, una idea que no esté de acuerdo a su paradigma, se ofuscan apenas se empieza a hablar de que tienen problemas o de que están en crisis. 14

Se han vuelto tan exageradamente reactivos que han perdido incluso la libertad mínima para elegir iniciar un cambio. Covey habla de 7 principios para convertirnos en “gente efectiva”. Nuestro modelo matemático nos indica que en realidad son 8, cuatro “privados” y cuatro “públicos”, aunque en realidad el cuarto se comparte en ambas dimensiones, de ahí que se pueda hablar sólo de 7, sin embargo, también por modelo sabemos que el hábito cinco en realidad es el cuarto y viceversa. Sin embargo estas son cosas que no tienen la mayor importancia. Lo importante es conocer los principios y aplicarlos en nuestra vida. Algo que tiene más trascendencia es hablar de los antiprincipios. Covey centra su libro en los principios, pero ya veíamos anteriormente que es difícil “ver” los principios, porque son prácticamente invisibles, ya que no los podemos ver en sí, sino sólo a sus manifestaciones, a sus efectos. Lo que ayuda mucho es ver los antípodas, los antiprincipios. De esa manera entendiendo lo que no debemos ser podemos entender mejor lo que sí debemos ser. Nosotros no vamos a hablar de los 7 hábitos o principios que ya trató Covey en su libro. Pero sí vamos a hablar de los contrahábitos o contraprincipios que Covey no menciona, simplemente para que la gente comprenda de qué estamos hablando. Sin embargo una lectura del libro de Covey es imprescindible para toda persona que quiera aumentar su efectividad personal o empresarial o de cualquier otra índole. Los antiprincipios 1. Ser reactivo. La mayoría de la gente es reactiva. Es decir, reacciona ante los estímulos del medio ambiente o del medio social. Por ejemplo, si sale de su casa y está lloviendo se pone triste. Si llega a una fiesta y lo ven feo entonces se deprime. La gente reacciona a como la tratan los demás. Si alguien le da una cachetada la regresa o se enoja. Somos tremendamente vulnerables. Difícilmente elegimos entre el estímulo y la respuesta, como propone Víctor Frankl y mucho menos ponemos la otra mejilla como propuso Cristo. Si a alguien le decimos que tiene problemas, lo primero que responde es que los problemas los tenemos nosotros o nos empieza a dar una serie de justificaciones, explicaciones o razones. A la gente le cuesta trabajo ser libre y no sólo físicamente, sino mentalmente, emocionalmente e incluso espiritualmente. Somos como niños chiquitos, ultradependientes. Pocas veces logramos la independencia y mucho menos la interdependencia. Vivimos dentro del paradigma de la reactividad y nos cuesta trabajo aceptar que existe otro paradigma, como propone Covey, de la proactividad. 2. No tener un fin en mente. La mayoría de los seres

humanos vivimos al día. Simplemente nos dejamos arrastrar por la corriente. No tenemos un objetivo en la vida, un fin, una meta. Nos dejamos llevar por la inercia, por los acontecimientos. Pocos seres humanos se ponen una meta, un objetivo y dedican su vida a lograrlo. Covey plantea la importancia de tener una misión en la vida y en hacer una “declaración de misión”, explícita, por escrito, para que todo el tiempo y en todo lugar sepamos qué estamos haciendo, porqué y hacia dónde vamos. Sólo la gente libre, sólo la gente que ha pasado por el hábito primero de la proactividad, puede fijarse un fin en mente, ya que tiene la libertad de elegir, qué quiere hacer, cómo, cuándo, porqué y para qué. 3. No poner primero lo primero. En otras palabras, no saber decir que no. El tercer hábito tiene que ver con principios básicos de administración personal o empresarial. Cuando uno no sabe qué es lo que quiere, entonces todo es igual. Como dice el dicho, un barco que no sabe a qué puerto va, cualquier viento le es favorable. El que no sabe a dónde va cualquier camino que escoja es bueno. Pero cuando uno decide que tiene una meta, un objetivo, entonces puede poner primero lo primero y saber decirle sí a lo que le ayudará a conseguir su objetivo y decirle no a todo aquello que lo desviará o lo retrasará. 4. Primero intentar que lo comprendan a uno, antes de comprender a los demás. Mucha gente somos “yo-yos”, es decir “primero yo, luego yo, después yo y siempre yo”. Queremos que todo mundo nos comprenda, nos entienda, nos escuche, pero tenemos poco tiempo para oir, comprender o entender a los demás. Como dijo Albert Camus, hemos perdido la capacidad para escuchar a los demás, para conversar, para dialogar. Lo único que tenemos es nuestro monólogo interior el cual queremos imponérselo a los demás. No tenemos tiempo para oir a nadie, ni tampoco la voluntad de hacerlo. Nos decimos incomprendidos. Nadie nos entiende, pero nosotros tampoco entendemos a los demás o decíamos que entendemos a todos sin antes siquiera haberlos escuchado. Nos arrebatamos la palabra, discutimos antes de intercambiar ideas. Vivimos en una constante guerra verbal con los demás. Covey plantea que antes de intentar que alguien nos comprenda, debemos hacer el esfuerzo de comprenderlo, de ponernos en su situación, en su perspectiva, de ubicarnos en su paradigma, de ponernos, como decimos popularmente, en sus zapatos. Sin embargo, mucha gente es egocentrista, es decir, sólo puede ver el mundo desde su perspectiva y eso le impide primero comprender, y después ser comprendido. 5. No Pensar en ganar/ganar. Como no comprendemos a los demás, mucho menos podemos pensar en sus intereses y por lo tanto en qué es lo que quieren o deben ganar. Sólo pensamos en lo que nosotros queremos ganar y eso nos lleva entonces a situaciones ganar/perder, donde nosotros somos los que ganamos y

los demás pierden, o llegamos a situaciones perder/ganar, donde nosotros perdemos y otros ganan, o lo que es peor, llegamos a situaciones perder/perder. Por ejemplo, quien asalta un banco podría decir que él está ganando, en tanto que el banco pierde. Sin embargo, si aplicara el mismo principio a todo y a todos, no podría vivir tranquilo, porque si se comprase una casa o un coche otro podría robárselo. El ratero roba confiando que nadie le robe a él, de ahí que el dicho popular diga “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”. La sabiduría popular detecta que quien viola un principio tarde o temprano será víctima de la misma violación. Sólo las relaciones ganar/ganar son estables y duraderas. Tratar de pasarse de listo puede dar victorias pírricas y coyunturales. Es más lo que se pierde, la tranquilidad, se pierde la sinergia, se pierde la confianza. Hay mucha gente que abusa de las relaciones ganar/perder, utilizando la fuerza, la maña o la falta de ética o moral, pero es gente que no vive en paz consigo misma, acaba apartándose de la comunidad, vive desconfiando hasta de su propia sombra y finalmente busca que alguna religión le perdone los pecados que cometió a lo largo de su existencia. Por eso, lo mejor es plantear siempre relaciones ganar ganar. 6. Antisinergia. La gente es excesivamente dependiente o incluso independiente, pero no conocen o no saben el poder de la interdependencia. Pocos seres humanos conocen el poder de la sinergia, donde dos más dos es más que cuatro. Sin embargo, cuando los seres humanos enfrentan una grave crisis, ya sea por un huracán, un terremoto o una guerra, llegan a unirse de tal manera que la sinergia se da en forma casi natural, ya que es un principio que está latente en todos los seres humanos. Empero, pocas veces sabemos trabajar en equipo y mucho menos aceptar los liderazgos. Todos queremos ser líderes, todos queremos hacer nuestra voluntad o imponer nuestra individualidad. Pocas veces aceptamos que es más, mucho más lo que vamos a lograr trabajando en equipo, con sinergia, que lo que podremos lograr nunca trabajando solos. De hecho toda la humanidad es un gran equipo, aunque más seguido de lo que nos imaginamos estamos en guerra los unos contra los otros. Hoy día convive más población que nunca sobre la faz de la tierra y hemos demostrado que podemos producir más satisfactores y más riqueza en paz, que cualquier riqueza que nunca nadie pudo apropiarse como producto de una guerra. Y sin embargo, seguimos peleando, porque nos negamos a reconocer el valor de la sinergia. 7. La no renovación. Mucha gente considera que no tiene que renovarse física, mental, emocional o espiritualmente. Se consideran cuasi perfectos y desprecian el hacer ejercicio físico, emocional, mental o espiritual. Es más, mucha gente en lugar de renovarse, se agrede a sí mismo con el consumo de drogas como el 15

Conclusión tabaco, el alcohol, la mariguana, la cocaína, etcétera. Se convierten en enemigos de si mismos e inventan mil excusas para hacerlo: “es que me gusta”, “es mi libertad”, “así soy yo”, “no te metas en lo que no te importa”, “es mi vida y yo puedo hacer con ella lo que quiera”, “es mi cuerpo”, etcétera, etcétera, etcétera. Es la negación de la negación. Piensan que son libres quitándose la libertad. Piensan que son dueños de sí volviéndose esclavos de algo externo a sí. Buscan en algo exterior a ellos un placer o una felicidad que sólo podrían encontrar en sí mismos. Dejan de invertir en sí, dejan de cultivarse, dejan de “pulirse” y como consecuencia se vuelven más negativos, más reactivos, más pesimistas, más destructivos. Se hacen daño a sí mismos y le hacen daño a los demás e incluso llegan a perder conciencia de sus actos. La verdadera renovación se logra cuando uno es dueño de sí mismo y uno se controla física, mental, emocional y espiritualmente. Sin control no puede haber cambio, y las drogas lo que provocan es que uno pierda el control de si mismo y por lo tanto su libertad. Sin embargo, como hemos reiterado a lo largo de todo éste artículo, muchas veces el hombre se convierte en enemigo de sí mismo y empieza a darle patadas a la realidad. Ningún otro ser vivo tiene tanta capacidad para autodestruirse como el ser humano. De ahí que nuestra sorpresa no sea cómo ha sobrevivido el ser humano sobre la faz de la tierra, sino ¿cómo es que ha sobrevivido? siendo un ser tan destructivo hacia sí mismo, hacia los demás y hacia otras especies.

En este largo artículo hemos hablado de los principios, de los antiprincipios, de los paradigmas y de muchas otras cosas. El tema, como se puede ver, es complejo. No pretendemos agotarlo en este artículo, sin embargo hemos querido hacer una introducción lo más completa al tema. Lo recomendable es que quienes estén interesados en la materia lean a Covey, a Frankl, a Barker, a Kuhn y a muchos otros autores que tocan de una manera más magistral este tema en el cual yo soy apenas un aprendiz, un pionero. Quien haya leído con cuidado éste artículo, sin prejuzgar, sin cegarse en su paradigma, sin soberbia, podrá comprender que hay claves muy importantes que le pueden ayudar a cambiar en lo personal, a cambiar en su familia, en su empresa, en sus organizaciones, en su país y en la humanidad. Podrá convertirse en un atractor que genere orden en este caos en que hemos convertido el mundo. Si todos aportáramos nuestro cambio personal, seríamos ese granito de arena que sumado a otro y a otro y a otro podríamos ayudar a crear un mundo más justo, más libre, más humano, más limpio, más ordenado, más seguro y más habitable. Todo depende de que Usted quiera. La clave, como decíamos en el artículo anterior, no es esperar a que llegue un hombre honesto al poder, o que llegue superman a la Presidencia. El cambio puede y debe empezar por nosotros mismos, el cambio es de adentro hacia afuera. Conectándonos con los principios correctos lograremos cambiar nosotros mismos y seremos atractores que ayudaremos a imponer cambio y orden a nuestro alrededor. Sí se puede, basta que se quiera.

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Diciembre de 1999

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Reingeniería Personal, Empresarial, Familiar y de México COMO CAMBIAR DE PARADIGMA ...... 1 Reglas de Comportamiento Humano ..... 1 y 3 Los Principios ARMAS PARA ENFRENTAR LA REALIDAD Los principios .............................................. 8 Paradigmas .................................................. 9 Directorio e Indice ..................................... 12