Cometas, Centellas y

COMETAS, CENTELLAS Y… ¡SORPRESAS! Por Álvaro Podestá N POPOM era un niño de sonrisa luminosa y de mirada con estrellita

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COMETAS, CENTELLAS Y… ¡SORPRESAS! Por Álvaro Podestá N

POPOM era un niño de sonrisa luminosa y de mirada con estrellitas resplandecientes que tenía un telescopio cósmico, espacial, galáctico, universal, astronáutico y digital… que además era lindo, hermoso y precioso, pues se lo había obsequiado su papá. Sobre sus tres patitas, el telescopio enfocaba el cielo azul con pintitas blancas, asomándose por la ventana de su habitación. Mirando por un ojo y entrecerrando el otro, POPOM se la pasaba en las nubes curioseando con su telescopio, cantando suavecito de pura alegría y entretención: “A descubrir, a descubrir, los planetas y estrellas que rodean al sol… Cometas, centellas, luceros… Mi... Fa… Sol”

Hasta ahora POPOM no había descubierto más que una araña coja paseando por la lente de su telescopio y a punto estuvo de declarar ¡Invasión marciana! Pero se contuvo al notar que era una simple araña buscando su rincón. Él sabía que la astronomía y los descubrimientos eran cosa de paciencia y puntería. Como pasaba en las nubes y en la luna, POPOM no tenía muchos amigos con quienes jugar y esto a veces lo ponía triste. Fue precisamente en una de estas ocasiones en que se llevó la sorpresa de su vida: un OJO lo miraba por la lente de su propio telescopio, haciéndole morisquetas graciosas; tan divertidas, que POPOM no podía parar de reírse. El OJO pertenecía a LÁZULI: una niña de piel azulada y sonrisa de arco iris, que habitaba en un planeta lejano y celeste. POPOM estaba dichoso con su nueva amiga y con las jugarretas extraterrestres que ella inventaba para su entretención. Cabalgando sobre un meteorito, persiguiendo estrellas fugaces, bailando sin el peso de la gravedad o nadando a lo perrito por el universo infinito, LÁZULI parecía estar siempre dispuesta a divertir y acompañar a POPOM, cada vez que éste la llamaba con su cantito: “A descubrir, a descubrir, los planetas y estrellas que rodean al sol… Cometas, centellas, luceros… Mi... Fa… Sol” Extrañamente, una noche de luna de queso, LÁZULI no respondió al canto de POPOM. Era como si su telescopio hubiese perdido el enfoque o su canto el encanto, pues su amiga no apareció a jugar con él. POPOM estaba seguro de que si LÁZULI hubiera salido de viaje le habría enviado una notita amarrada de la cola

de un cometa, o que si estuviera jugando a las escondidas, le habría dejado pistas flotando en el espacio para que él las pudiera seguir. Pero no había notita ni pistas que seguir y esto lo tenía muy preocupado. ¿Qué será, qué será? Se preguntaba POPOM cada vez más inquieto y nervioso, rastreando las galaxias con su telescopio cósmico, espacial, galáctico, universal, astronáutico y digital…

hasta que sin esperárselo, ¡Chiiiiiiiiiiiiiiup!

LÁZULI lo llegó a visitar en su nave chatarrita a propulsión. ¡Qué felicidad la de POPOM! ¡Y que graciosa LÁZULI bailando el Hip Hop de los Años Luz! ¡Es que las sorpresas de los amigos son tan lindas y alegran el corazón!

FIN