Combate 2 de Mayo

c c c c c c c c        c El Combate del Callao, también llamado Combate del 2 de mayo, fue

Views 132 Downloads 129 File size 173KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

c c c c c c c c

  

   

c

El Combate del Callao, también llamado Combate del 2 de mayo, fue un enfrentamiento ocurrido durante la guerra hispano-sudamericana de 1866, conocida en España como Guerra del Pacífico, que tuvo lugar el 2 de mayo de 1866 en las costas del puerto del Callao en el Perú, entre una escuadra de la Armada Española, a cuyo mando se encontraba el almirante Casto Méndez Núñez, y las defensas del Callao bajo el mando del entonces Jefe Supremo de la República del Perú, Mariano Ignacio Prado.c

c c c c c c c c

c

Ñ   

Antecedentes En 1862, España organizó una expedición naval científica y diplomática que debía recorrer toda la costa americana, desde Río de Janeiro hasta San Francisco. La Escuadra española realizó su misión, llegando hasta California. De regreso, los buques pararon nuevamente en el Callao (a la ida también habían fondeado allí) y recibieron noticias de que en la hacienda de Talambo habían sido asesinados unos colonos españoles, cuando en realidad lo que ocurrió fue una riña entre los colonos y los peones de la hacienda que pretendían apresar a uno de ellos que había sostenido un altercado con el propietario, los ánimos se caldearon y en medio de los disparos que intercambiaron ambos grupos, resultaron muertos un español y un peruano quedando también varios heridos. En esos días se sucedieron una serie de cambios en la representación diplomática española ante el Perú que dejaron como único representante al vicecónsul Albistur. Mientras la Escuadra abandonaba Callao y llegaba a Valparaíso, entró en escena Eusebio Salazar y Mazarredo quien se ofreció para llevar la correspondencia oficial a España. De allí volvió a Lima con el cargo de Ministro de Su Majestad en Bolivia y Comisario Extraordinario para el Perú y solicitó una reunión con la autoridad competente del gobierno. El ministro Ribeyro le indicó que la entrevista sería confidencial, pues no le reconocía el cargo de Comisario, a lo que Salazar respondió indignado que no aceptaba y se marchó al encuentro del almirante Luis Hernández Pinzón, Comandante General de la Escuadra del Pacífico. Una vez reunidos, Salazar indicó al almirante que Perú no resolvería justamente el caso de los asesinatos de Talambo y que además, el país se estaba armando. Aunque las órdenes principales dadas en Madrid indicaban: fije V.S. [Salazar] altamente su intención en que la misión que el Gobierno de S.M. le confía es de paz: que el Gobierno quiere paz y buena inteligencia Salazar entregó a Pinzón las instrucciones secundarias en las que el deseo de paz estaba condicionado por la resolución justa del caso de Talambo y en las que se afirmaba que quedaba justificado el uso de la fuerza en el caso extremo de atentado contra la seguridad de los barcos, su personal o el honor nacional. Aunque Pinzón solicitó el resto de órdenes, Salazar le indicó que no eran importantes. Así, el 14 de abril de 1864 la Escuadra ocupó las islas Chincha. Cuando los buques acudieron al Callao a informar de la ocupación, se produjeron algunos incidentes al pedir protección a la Escuadra un barco español amarrado a puerto. Aunque la flota peruana encendió sus calderas, la artillería del puerto se preparó y la Escuadra tocó zafarrancho de combate, finalmente no ocurrió nada más. Ante esta situación, el gobierno español decidió enviar varios buques para reforzar la Escuadra y el chileno negó cualquier abastecimiento a los barcos españoles. El 24 de noviembre la Junta de Guerra peruana determinó la imposibilidad de vencer a la Escuadra con las fuerzas de que disponían. El 6 de diciembre el general José Manuel Pareja llegó desde España para sustituir al almirante Pinzón y el 30 se realizó la primera conferencia entre los generales Pareja y Vivanco, que culminaron con la redacción del Tratado Vivanco-Pareja. El documento establecía el intercambio de embajadores, el saludo a los respectivos pabellones, la reprobación oficial a Salazar, la desocupación de las islas Chincha y el pago a España de 3 millones de pesos como indemnización por los gastos causados. El 2 de febrero de 1865 el Tratado era ratificado por el Presidente del Perú, Juan Antonio Pezet. El día 28 el coronel Mariano Ignacio Pradose levantó en armas, dando comienzo a la denominada Revolución de Arequipa que terminaría derrocando a Pezet, por haber firmado un tratado que se consideraba humillante para la nación, y alzando al poder a Prado como Jefe Supremo del Perú.

Fuerzas enfrentadas Escuadra del Pacífico.La Escuadra del Pacífico estaba compuesta, el día del combate, por una fragata blindada (la Numancia), cinco fragatas de hélice (Blanca, Resolución, Berenguela, Villa de Madrid y Almansa), una corbeta de hélice (la Vencedora) y siete buques auxiliares (los vapores de transporte Marqués de la Victoria, Paquete del Maule, Uncle Sam y Matías Cousiño y los transportes a vela Mataura, María y Lotta and Mary). La Escuadra contaba en total con 272 cañones: 270 montados en los buques de guerra y en sus embarcaciones menores y 2 en el Marqués de la Victoria. En el combate participaron únicamente los buques de guerra, quedando el resto como buques auxiliares en tareas de socorro o de alojamiento para los refugiados españoles huidos del Callao. De los 270 cañones de la escuadra, hay que descontar la mayor parte de los cañones de las embarcaciones menores, que no participaron, y los 2 inservibles de la Villa de Madrid, que habían explosionado en el transcurso del combate de Abtao. Aunque todos los estudiosos de este combate (Iriondo, Novo y Colson, Romero Pintado...) coinciden en hablar de 245 cañones, José Ramón García Martínez en su obra El Combate Del 2 de mayo de 1866 En El Callao: Resultados y conclusiones concluye que, aparte de las 245 piezas mayores que montaba la Escuadra, está documentado el uso de otras 7 piezas menores. Así que por parte española participaron un total 252 cañones, la mayor parte (126 piezas) de 68 lb (20 cm).

Defensas del Callao.Las defensas del Callao consistían en una serie de baterías que se habían emplazado al norte y sur de la población y en el muelle, en tanto que los buques de guerra (los monitores Loa y Victoria y los vapores Tumbes, Sachaca y Colón) se situaron en el centro, a las órdenes del capitán de navío Lizardo Montero Flores. La comandancia general de baterías del norte la tenía el coronel José Joaquín Inclán González Vigil; en las defensas de este sector sobresalía la Torre Junín, y el fuerte Ayacucho colocado cerca de la estación del ferrocarril. En el sector sur, al mando del General Manuel de La Cotera, las principales defensas eran el fuerte Santa Rosa y la Torre La Merced. Contabilizaban un total de 69 cañones, 56 en las baterías y 13 en los buques de guerra. De este total, pueden obviarse los 6 cañones de la batería Zepita, pues no participaron en el combate por estar orientados a la Mar Brava. De estas 63 piezas de artillería cabe destacar los llamados "cañones monstruosos": 4 Armstrong de a 300 lb y 5 Blakely de a 500 lb. También se colocaron una serie de torpedos fijos delante de las baterías de la zona sur, seis canoas-torpedo en la zona norte y un torpedo de botalón sujeto al vapor Tumbes, atracado en el muelle. En cuanto a los buques de la Marina de Guerra presentes en el Callao, dos de ellos no llegaron a participar activamente en el combate (los vapores Sachaca y Colón). Cabe señalar que los dos monitores habían sido expresamente construidos en el Perú por ingenieros nacionales durante la guerra, se realizaron imitando al USS Monitor y al CSS Virginia, acorazados de la Guerra Civil Estadounidense, lo que despertó la admiración de la prensa de ese país y sus marinos presentes; en uno de los artículos publicados por el Washington News se señala que el monitor Victoria a pesar de recibir diez impactos españoles no fue dañado.

Vísperas del combate La ciudad de El Callao lucía embanderada, había sido abandonada por todos aquellos que no eran combatientes, a ella se habían desplazado diversas compañías de bomberos y establecido hospitales de sangre para atender a los heridos. En los momentos previos al combate los comandantes de ambas fuerzas dirigieron las siguientes proclamas a sus hombres: "Peruanos: Hace cuarenta años flameaba en las fortalezas del Callao la bandera española. Nuestros padres la hundieron en los mares después de haberla humillado en los campos de Junín y Ayacucho. Hoy nuestros enemigos la enarbolan de nuevo en esas mismas playas que han contemplado dos veces su derrota y nuestro triunfo. Mañana les probaremos por tercera vez que es invencible el pueblo que combate por su honra y por su libertad. Cincuenta cañones defienden contra trescientos el honor nacional. Ellos tienen la fuerza; nosotros la Justicia... Peruanos: nuestros mas fervientes votos van a cumplirse. Váis a vengar el ultraje del 14 de abril. La hora de la lucha se acerca. Cada hombre a su puesto! Al fuego de nuestros cañones hagamos sentir, a los incendiarios de Valparaíso, la virilidad de un pueblo que prefiere la honra a la vida. Soldados y Marinos: nuestra causa es la causa de toda América, Defendemos el honor y la libertad de un continente. ¡Viva el Perú!" General Mariano Ignacio Prado. Baterías del Callao, 1ro de mayo de 1866

"Marinos y soldados: Después de una larga y cruda campaña, hoy se nos presenta la ocasión de cerrarla dignamente, castigando cual se merece la osadía y perfidia de un enemigo que nada ha dejado de poner en práctica para vilipendiar a nuestra querida España; a España que hoy espera de nosotros que la venguemos dignamente. Un mismo deseo nos anima a todos, y yo no puedo dudar de que con vuestro valor, decisión y entusiasmo, lo veréis satisfecho, volviendo al seno de vuestras familias después de consignar una página de gloria en la historia de la marina moderna, dejando su honra a la altura que nuestra Patria tiene derecho a esperar. ¡Viva la Reina!" Almirante Casto Méndez Núñez. Cabezo de la isla San Lorenzo, 2 de mayo de 1866.

El combate que se iba a librar tenía para españoles y peruanos una mayor importancia moral que militar, los primeros esperaban cerrar su campaña en el pacífico castigando las ofensas, que consideraban, había realizado el Perú contra las propiades españolas y su negativa a pagar la deuda de independencia, demoliendo su principal puerto. En el bombardeo de la población no se cesará sino después de ser indudable que la importancia del fuego es tal que la dejara reducida a cenizas. "Orden de la Escuadra". Mayor General Capitán de Navío Miguel Lobo y Malagamba.

Los peruanos por su parte ansiaban vengar el ultraje que les significaba la ocupación sin previa declaración de guerra del territorio peruano (las islas Chincha) así como también el tratamiento diplomático que había tenido el gobierno español con el del derrocado presidente Pezet, procediendo como si se tratara de una colonia al enviar a un Comisario en lugar de un Plenipotenciario para resolver sus diferencias. Mientras no se unieran a la flota aliada estacionada en costas chilenas los modernos blindados Independencia y Huascar, adquiridos en Inglaterra, las fuerzas peruanas solo podían mantener una postura defensiva, impidiendo con sus baterías costeras que el Callao corriera la misma suerte que el puerto chileno de Valparaiso.

El combate El 2 de mayo de 1866, a las 10:00 la escuadra española, que se hallaba fondeada en laisla de San Lorenzo, comenzó a levar anclas para marchar en dirección a El Callao. El buque insignia, la "Numancia", encabezaba una formación en V, sirviendo además de protección (por ser el único blindado) para los demás barcos. Desde una perspectiva técnica esta formación no pudo haber sido peor dado que, según diversos autores el ataque hubiera sido más efectivo si tomando a las baterías del sur entre dos fuegos incluyendo por retaguardia se hubiera bombardeado luego la población para finalmente lanzarse sobre las defensas del norte, por una cuestión de honor militar la intención del almirante español era atacar las baterías de frente. A las 11:30 la "Numancia" largó la señal de zafarrancho de combate. La escuadra se dividió en dos grupos. El primero (I División), compuesto por la "Numancia", la "Blanca" y la "Resolución" se dirigió hacia las defensas de la zona sur. El segundo, compuesto por la "Berenguela" y la "Villa de Madrid" (II División) y por la "Almansa" y la "Vencedora" (III División), se dirigió hacia el norte. La II División debía atacar las defensas de la zona norte y la III debía enfrentarse con la flota peruana y bombardear el muelle y la población. A las 11:50 la "Numancia" comenzó el bombardeo, siguiéndola a continación la "Blanca" y la "Resolución". Al tercer disparo del buque insignia español, los cañones de la Torre de La Merced respondieron al ataque. Esto es debido a la actitud de José Gálvez, ministro de la Guerra quien no permitió a los artilleros disparar hasta que no lo hicieran los españoles. Al preguntarle el porqué, respondió: «Justifiquemos nuestra causa». A continuación todas las baterías de la zona sur abrieron fuego, mientras el ministro gritaba «Españoles aquí os devolvemos el tratado del 27 de enero». Este hecho hizo perder a las defensas del sur la iniciativa estratégica. Ningún disparo peruano hizo blanco. Por lo que hubo que recalibrar los cañones. Esta pérdida de tiempo (los grandes cañones tenían una cadencia de fuego de entre veinte y veinticuatro minutos) se podría haber evitado si la artillería peruana hubiera comenzado a disparar mientras los buques españoles tomaban posiciones (momento en el que se encontraban prácticamente indefensos). Esto no pasó así en el frente norte, donde las baterías peruanas sí aprovecharon esos momentos críticos para abrir fuego. Al poco de comenzar el combate el "Cañón del Pueblo", un Blakely de 500 libras, tras realizar su primer disparo descarriló por el retroceso, quedando inservible durante todo el combate. A las 12:10 el vapor "Tumbes" comenzó a salir del muelle con la intención de hacer volar su torpedo de botalón contra un buque español. Los disparos de la "Numancia" y la "Almansa" le hicieron retroceder y guarecerse de nuevo en el puerto. A las 12:30 la "Berenguela" llegó a su posición, rompió fuego contra las defensas del norte y fue respondida desde las baterías peruanas. Algo más tarde de las 12:30 un disparo probablemente procedente del monitor "Loa" fue a parar a la barandilla del puente de la "Numancia", donde se encontraban el Capitán de NavíoJuan Bautista Antequera y Bobadilla, Comandante del buque, y Casto Méndez Núñez, Comandante General de la Escuadra. La bala produjo ocho heridas de cierta gravedad a Méndez Núñez, que exclamó: «Me han llevado el brazo». A pesar de las insistencias de los oficiales, el Comandante General se negó a retirarse al hospital de sangre, hasta que finalmente se desplomó por la pérdida de sangre. Antes de que se lo llevarán del puente ordenó que no se arriara su pabellón para no desanimar a las tropas. Entre las 12:45 y las 13:00, la "Villa de Madrid" llegó a su destino y paró las máquinas para colocarse en posición de

combate. Mientras maniobraba, un certero disparo procedente de la Torre "Junín" cayó sobre ella, destrozando su tubo de conducción de vapor, matando a 13 hombres e hiriendo a 22. La bala dejó inmovilizada a la fragata. La "Almansa" comenzó a maniobrar para socorrer a la "Villa de Madrid", pero al ver que la más ágil "Vencedora" ya iba en su ayuda, continuó con el combate. Mientras era remolcada fuera del combate, la fragata llegó a efectuar 200 disparos. Pasadas las 12:45 la Torre "Junín" cesó de hacer fuego. A las 13:00 una granada, muy probablemente disparada desde la "Blanca", cayó sobre los saquetes de pólvora de uno de los cañones de la Torre de La Merced. Al reventar hizo saltar por los aires la torre, pereciendo 41 hombres, entre ellos el ministro José Gálvez, el ingeniero colombiano Cornelio Borda, el jefe de la torre, Coronel Enrique Montes, el Capitán de Artillería chileno Juan Salcedo y el Coronel Toribio Zavala, hermano de Juan de Zavala, ministro de Marina de España. Después de la explosión, la "Resolución" se separó de la I División y se dirigió hacia el muelle para apoyar a la III División. Tras bombardear la población y la flota peruana durante un largo espacio de tiempo, regresaría a su posición original para cañonear el fuerte Santa Rosa. Sobre las 13:00 la "Berenguela" que luchaba en solitario contra las defensas del norte (la "Villa de Madrid" había tenido que abandonar el combate), recibió una bala de 500 libras, proveniente del Fuerte "Ayacucho", la que impactó bajo la línea de flotación abriendo un boquete de 14 pies de largo por 4 de ancho. Poco después, un nuevo disparo del "Ayacucho" atravesó el costado del barco, provocando un incendio en el departamento contiguo al pañol de la pólvora. Mientras se intentaba taponar la vía de agua con colchones, coys y otros materiales, se trasladaron todos los cañones a babor, se desaguaron los aljibe de estribor y se pusieron en funcionamiento todas las bombas. Al tiempo, se trataba de extinguir el incendio. Finalmente, se logró contener el agua y apagar el fuego. El buque, ladeado, se retiró del combate. Al pasar frente a la corbeta británica "Shearwater", su comandante les ofreció ayuda y gritó: «¡Valiente "Berenguela", aquí estoy yo para recogeros!», a lo que el comandante del barco español, Manuel de la Pezuela y Lobo respondió: «De nada necesito», y continuó hacia el fondeadero. Con dos fragatas imposibilitadas de seguir combatiendo, la II División de la Escuadra había sido rechazada por las defensas peruanas. A las 13:30 la "Vencedora" regresó de nuevo al combate tras poner a salvo a la "Villa de Madrid". Tras colocarse en su posición continuó con el bombardeo sobre las defensas del norte, los buques peruanos y la población. A las 14:30 una enorme granada explotó en la batería de la "Almansa", provocando la inflamación de los guardacartuchos. El incendio se propagó por el sollado hasta llegar al antepañol de la pólvora. El Comandante de la fragata, Victoriano Sánchez Barcáiztegui, tras recibir tres partes en los que se solicitaba anegar el pañol para que la pólvora no explotara, exclamó: «Yo hoy no mojo la pólvora, volaremos antes». Mientras el buque seguía disparando sus cañones, el Comandante ordenó izar la señal de "fuego a bordo" y separarse de la cercana "Numancia", para evitar así que le afectara la posible explosión de su barco. Una vez que se consiguió sofocar el fuego, la "Almansa" volvió a su posición original, reanudando el cañoneo a las 15:00 sobre el fuerte Santa Rosa, la flota peruana y la población. A las 14:30 una bala procedente del fuerte Santa Rosa cayó sobre la "Blanca", destrozando el almacén de agua y causando la muerte a 8 hombres. Entre los heridos se encontraba el Comandante del buque, Juan Bautista Topete, que regresó curado diez minutos después. Al poco la munición se agotó, por lo que el

Comandante decidió retirarse del frente. Tras dirigirse hacia la "Berenguela" y comprobar que no precisaba ayuda, volvió hacia el frente, colocándose entre el fuerte Santa Rosa y la población. A las 15:30 se agotaron definitivamente todas las balas y los cohetes incendiarios. Entonces, el buque se colocó entre la I y la III División para prestarles auxilio en caso de necesitar ayuda. A las 15:40 la "Vencedora" trató de disparar cohetes incendiarios sobre el puerto y la población, pero al reventar el disparador, tuvo que volver a usar los cañones. A las 16:00 únicamente tres cañones del fuerte Santa Rosa responden desde tierra al fuego español (según fuentes españolas eran los únicos que lo hacían). A las 16:45 la escuadra española decide dar por finalizado el combate. A las 17:00 se da la orden de finalizar el bombardeo. A las 17:30 la "Almansa" detiene el cañoneo. Tras dar tres vivas a la Reina, la "Numancia", la "Blanca", la "Resolución", la "Almansa" y la "Vencedora" salieron de la rada del Callao y se dirigieron al fondeadero, donde esperaban el resto de barcos. Sobre las 17:50, cuando la escuadra ya estaba cercana a la isla de San Lorenzo, los tres cañones del fuerte Santa Rosa que aún respondían al fuego español, efectuaron sus últimos disparos. Según el parte dado por Méndez Núñez estos se realizaron sin bala. El último disparo lo efectuó el monitor peruano "Victoria". A las 18:00 la Escuadra llegó al fondeadero. A las cuatro y media de la tarde solo tres cañones contestaban a nuestro fuego de las tres fragatas más nutrido que nunca. La población destrozada y viendo que ya no había nada que hacer pues los enemigos se callaron, hicimos alto al fuego... soltó la batería enemiga (Santa Rosa) tres o cuatro tiros que fueron los últimos de la batalla, mas por arrogancia que por reto, y con esto quedó terminada la función... Carta del teniente de navio de la fragata Numancia, José Emilio Pardo de Figueroa, 8 de mayo de 1866 Los peruanos vivaban y seguían tirando con furia contra el resto del enemigo que era la "Numancia", "Blanca" y "Resolución", las que tuvieron cuidado de mantenerse a una respetuosa distancia porque el fuego era muy nutrido en las baterías. Sin embargo a las cinco de la tarde pasó la "Numancia" cerca de nosotros en retirada y le vimos grandes huracones por proa contándole nueve balazos... El monitor peruano (Victoria) fue el ultimo que tiró mientras que la escuadra española se retiraba... y mientras los peruanos vivaban desde tierra Carta del 1er maquinista del vapor Powhatan A. Dezegler 2 de mayo de 1866

c