Cisnes Negros - Antifragil Mono

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA FACULTAD DE INGENIERÍA INDUSTRIAL Y DE SISTEMAS ÁREA DE GESTIÓN DE LA PRODUCCIÓN

MONOGRAFÍA CISNES NEGROS / ANTIFRAGIL

PROFESOR:

ING. SHEPUT MONROE JUAN

INTEGRANTES:

BAYES CONDOR, JEAN ESQUIVEL CONDORI SAUL RAMIREZ RUIZ RICHARD RAYMUNDO HEREDIA YURI VILLANUEVA QUINTEROS THOMMY

CURSO:

PLANEAMIENTO Y DIRECCIÓN ESTRATEGICA (GP–515 X)

2017 – II

Índice INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 3 CISNE NEGRO............................................................................................................. 4 CONCEPTOS ........................................................................................................... 4 De Mediocristán a Extremistán .................................................................................. 5 Cómo aprender del pavo ........................................................................................... 6 El error de la confirmación......................................................................................... 7 La falacia narrativa .................................................................................................... 8 Las pruebas silenciosas .......................................................................................... 10 La falacia lúdica ...................................................................................................... 10 ANTIFRAGILIDAD................................................................................................... 11 Lo antifrágil se beneficia de los estresores .............................................................. 11 Lo antifrágil reacciona frente a los contratiempos .................................................... 12 Tu fragilidad es mi antifragilidad .............................................................................. 13 Lo antifrágil se puede enfrentar a los Cisnes Negros .............................................. 13 El método de la haltera ........................................................................................... 14 La estrategia de las opciones .................................................................................. 15 El problema de la eficiencia, el tamaño y la fragilidad ............................................. 15 Menos es más (antifrágil) ........................................................................................ 16 HECHOS POSITIVOS Y NEGATIVOS

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BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................... 18

INTRODUCCIÓN

Nuestro cerebro está hecho para ver más orden del que realmente hay y aunque esto pudo ser de mucha ayuda en las circunstancias dentro de las que vivieron nuestros más remotos antepasados, no nos sirve de mayor cosa a la hora

de

predecir, por ejemplo,

accionarios.

una drástica

caída de los

precios

Estamos programados para crear historias simples sobre

fenómenos muy complejos y variados; de modo que siempre terminamos falseando la realidad. El resultado de esto es que perdemos control de la realidad y nos volvemos incapaces para predecir cualquier anomalía estadística. En este texto, el autor presenta su teoría de los cisnes negros para ilustrar el modo en que la mayoría de nosotros cae en la trampa de pasar por alto las anomalías con el fin de uniformar cualquier modelo mental o teoría. Entre los temas tratados están: la falacia narrativa, pronósticos falsos y cómo entablar amistad con los cisnes negros. Nassim Nicholas Taleb nos ofrece numerosas reflexiones interesantes sobre cómo adaptarse y salir ileso, o incluso beneficiarse de eventos imprevisibles tipo Cisne Negro (de forma moral, y sin perjuicio a terceros). En este libro pretende “poner nombre” a estrategias que aumentan nuestra resiliencia y robustez en los tiempos de desorden que vivimos, y que casi seguro seguiremos viviendo, dada la fragilidad e inestabilidad del sistema actual, el cual, como un castillo de naipes se tambalea y amenaza con venirse abajo de forma más o menos escalonada. Nos propone estrategias y actitudes a evitar, tanto a nivel individual como colectivo, para exponernos lo menos posible a riesgos y peligros muy diversos.

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CISNE NEGRO CONCEPTOS: Antes del descubrimiento de Australia, en el Viejo Mundo se creía que todos los cisnes eran blancos. Parecía una creencia irrefutable. Pero, entonces, se vio que en Australia los cisnes también podían ser negros. Este hecho ilustra una grave limitación del aprendizaje que se hace desde la observación o la experiencia, así como la fragilidad de nuestro conocimiento. Una sola observación es capaz de invalidar una afirmación generalizada. Todo lo que se necesita es una sola ave negra. Según el autor este tipo de sucesos, a los que denominará Cisnes Negros, tienen 3 características fundamentales:  Son una rareza, nada del pasado apunta a su posibilidad.  Producen un gran impacto.  Somos capaces de encontrar explicaciones a posteriori que lo hacen justificable y predecible. Una pequeña cantidad de Cisnes Negros está en el origen de casi todo lo concerniente a nuestro mundo, desde el éxito de las ideas y las religiones, hasta la dinámica de los acontecimientos históricos y los elementos de nuestra propia vida personal. Sucesos como el ascenso de Hitler y la posterior Guerra Mundial, la desaparición del bloque soviético, la aparición del fundamentalismo islámico, los efectos de la difusión de internet, las crisis económicas, las epidemias, la moda, las ideas... todos siguen la dinámica del Cisne Negro. La incapacidad de predecir las rarezas implica la incapacidad de predecir el curso de la historia, dada la incidencia de estos sucesos en la dinámica de los acontecimientos. Y es que la historia es opaca. Se ve lo que aparece, no el guion que produce los sucesos, el generador de la historia. Nuestra forma de captar estos sucesos es en buena medida incompleta, ya que no vemos que hay dentro de la caja, cómo funcionan los mecanismos. Lo anterior se debe al error de la confirmación: pensamos que el mundo en que vivimos es más comprensible, más explicable y, por consiguiente, más 4

predecible de lo que en realidad es. Nos centramos en segmentos preseleccionados de lo visto y, a partir de ahí, generalizamos en lo no visto. La lógica del Cisne Negro hace que lo que no sabemos sea más importante que lo que sabemos. Tengamos en cuenta que muchos Cisnes Negros pueden estar causados y exacerbados por el hecho de ser inesperados. Dado que los Cisnes Negros son impredecibles, tenemos que amoldarnos a su existencia. Hay muchas cosas que podemos hacer si nos centramos en lo que no sabemos. Podemos dedicarnos a buscar Cisnes Negros positivos con el método de la serendipia, llevando al máximo nuestra exposición a ellos. En algunos ámbitos (descubrimientos científicos, inversiones de capital), lo desconocido puede ofrecer una compensación desproporcionada, ya que se suele perder poco y ganar mucho de un suceso raro. Contrariamente a lo que se piensa en el ámbito de la ciencia social, casi ningún descubrimiento ni ninguna tecnología destacable surgieron del diseño y la planificación, sino que fueron Cisnes Negros. La estrategia de los descubridores y emprendedores es confiar menos en la planificación, centrarse al máximo en reconocer las oportunidades cuando se presentan y juguetear con ellas.

De Mediocristán a Extremistán

Existen dos tipos de incertidumbre o dos variantes del azar. El primero lo podríamos llamar la provincia utópica de Mediocristán, donde los sucesos individuales no aportan mucho individualmente, sino solo de forma colectiva. La regla suprema de Mediocristán se puede formular en estos términos: “Cuando la muestra es grande, ningún elemento singular cambiará de forma significativa el total”. Para ilustrarlo, tomemos el ejemplo de nuestro consumo de calorías. Los humanos consumimos cerca de ochocientas mil calorías al año. Ningún día concreto supondrá una gran parte de esa cantidad. Consideremos por comparación el valor neto de las mil personas que seleccionemos aleatoriamente a la salida de un estadio de fútbol. Añadámosles la persona más rica del planeta, por ejemplo, Bill Gates. Supongamos que su patrimonio sea de unos 80 000 millones de dólares, siendo el capital de todos 5

los demás unos cuantos millones. Dicho patrimonio representará el 99,9 % de la riqueza total. Esa es la segunda variante del azar: Extremistán, donde “las desigualdades son tales que una única observación puede influir de forma desproporcionada en el total”. Fijémonos en las implicaciones que esto tiene. Extremistán puede producir Cisnes Negros, y de hecho lo hace, como en el caso de sucesos raros que han influido colosalmente en la historia. Pero con el azar al estilo de Mediocristán no es posible encontrarse con la sorpresa de un Cisne Negro, la sorpresa de que un único suceso pueda dominar un fenómeno. Lo que en Mediocristán se puede saber a partir de los datos aumenta con mucha rapidez a medida que se acumula información. Sin embargo, en Extremistán el conocimiento crece muy despacio y de forma errática con la acumulación de datos —algunos de ellos extremos—, posiblemente a un ritmo desconocido. Cómo aprender del pavo ¿Cómo sabemos que lo que hemos observado de un suceso cualquiera basta

para

permitirnos

entender

sus

restantes

propiedades?

Todo

conocimiento al que llegamos mediante la observación lleva incorporadas ciertas trampas. Pensemos en el pavo al que se le da de comer todos los días. Cada vez que le demos de comer, el pavo confirmará su creencia de que lo alimentan todos los días unos miembros amables del género humano. Sin embargo, la tarde anterior al día de Acción de Gracias, al pavo le ocurrirá un suceso inesperado, un Cisne Negro, que le obligaría a revisar su creencia… si pudiera hacerlo. El problema del pavo se puede generalizar a cualquier situación donde la misma mano que te da de comer puede ser la que te retuerza el cuello. El animal aprendió de la observación, como a todos se nos dice que hagamos. Su confianza aumentaba a medida que se repetían las acciones alimentarias y cada vez se sentía más seguro, pese a que el sacrificio era cada vez más inminente. Su sentimiento de seguridad alcanzó el punto máximo cuando el riesgo era mayor.

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Nos preocupamos demasiado tarde, cuando las cosas ya han sucedido. Confundir una observación ingenua del pasado con algo definitivo o representativo del futuro es la sola y única causa de nuestra incapacidad para comprender el Cisne Negro.

El error de la confirmación

Durante mil días, el pavo observa que su “cuidador” es una excelente persona. Cada una de las observaciones que hace “confirma” su historia de que vive como un rey. Pero nosotros sabemos que el pavo confunde la “ausencia de pruebas” de instinto asesino por parte de su cuidador con tener realmente una “prueba de la ausencia” de ese instinto. No es consciente en ningún momento de la que se le viene encima. Se ha estado autoengañando pensando que lo que veía eran pruebas. El error de la confirmación, que nos deja ciegos ante los Cisnes Negros, no es exclusivo de nuestros queridos pavos. Todos somos presa de este mismo sesgo. Y parece que desde nuestra más tierna infancia. Mostremos a un niño dos fotografías de dos personas de tez oscura, digámosle que pertenecen a una tribu: lo más probable es que salte sin más a la conclusión de que todos los miembros de esa tribu tienen la piel oscura. Parece que estamos dotados de unos instintos inductivos específicos y refinados que nos llevan a dar por sentadas cosas que pueden ser o no ser ciertas. Debido a este mecanismo mental, tenemos la tendencia natural a fijarnos en los casos que confirman nuestra historia y nuestra visión del mundo. Tomamos ejemplos pasados que corroboran nuestras teorías y los tratamos como pruebas. A este empirismo ingenuo se le puede dar la vuelta a través de un contramecanismo de conjeturas y refutaciones que funciona como sigue: se formula una conjetura (osada) y se empieza a buscar la observación que demostraría que estamos en un error. Podemos acercarnos más a la verdad mediante ejemplos negativos, no 7

mediante la verificación. Así, por ejemplo, el especulador George Soros, cuando hace una apuesta financiera, no deja de buscar ejemplos que demuestren que su teoría inicial es falsa. Tal vez sea esto la auténtica confianza en uno mismo: la capacidad de observar el mundo sin necesidad de encontrar signos que halaguen el propio ego. Si pensamos que la tarea es fácil, quedaremos decepcionados: pocos seres humanos tienen la habilidad natural de hacerlo. Además, es evidente que no es fácil “falsar”, es decir, afirmar con plena certeza que algo es un error. Las imperfecciones de nuestro método de comprobación pueden llevarnos a un “no” equivocado. Es posible que el médico que descubre células cancerosas usara unos aparatos deficientes que provocaban ilusiones ópticas; o es posible que el testigo de un delito estuviera bebido. Pero sigue siendo válido que sabemos dónde está el error con mucha mayor confianza de la que tenemos sobre dónde está lo acertado. Sin embargo, tendemos a no ser conscientes de esta propiedad.

La falacia narrativa

Debido a la falacia narrativa, tendemos a engañarnos con auto narraciones porque nos gustan las historias, nos gusta simplificar, ver patrones y tejer explicaciones ante cualquier secuencia de hechos. Las explicaciones atan los hechos. Hacen que se puedan recordar mucho mejor; ayudan a que tengan más sentido. Pero nuestra predilección por las historias compactas en lugar de las verdades desnudas nos hace vulnerables, ya que puede distorsionar gravemente nuestra representación mental de la realidad; y esto es particularmente grave cuando se trata de un suceso raro. La falacia de la narración puede hacer que no seamos conscientes de los Cisnes Negros si se da alguna de estas situaciones: 1.- Cuanto más se resume un hecho, más orden se pone y menor es lo aleatorio. De aquí que la misma condición que nos hace simplificar nos empuja a pensar que el mundo es menos aleatorio de lo que realmente es. Y el Cisne 8

Negro (o la probabilidad de que ocurra) es lo que excluimos de la simplificación. 2.- La narratividad puede afectar muchísimo al recuerdo de los sucesos pasados, y lo hace del modo siguiente: tenderemos a recordar con mayor facilidad aquellos hechos de nuestro pasado que encajen en una narración, mientras que tendemos a olvidar otros que no parece que desempeñen un papel causal en esa narración (por ejemplo, un Cisne Negro). 3.- El saber popular sostiene que la memoria es como un dispositivo de grabación en serie, como el disco duro del ordenador. En realidad, la memoria se parece más a una máquina de revisión dinámica interesada: recordamos la última vez que recordamos el suceso y, sin darnos cuenta, en cada recuerdo posterior cambiamos la historia. 4.- La narrativa puede confundir nuestra proyección de las probabilidades. En un experimento se les pidió a varios profesionales de la previsión del tiempo que imaginaran los siguientes escenarios y que estimaran sus probabilidades: (a) unas inundaciones en algún lugar de América en las que mueren más de mil personas; (b) un terremoto en California, que provoca grandes inundaciones y en el que mueren más de mil personas. Los encuestados calculaban que el primer suceso era menos probable que el segundo. 5.- Existen dos tipos de sucesos raros: (a) los Cisnes Negros de los que es muy probable que oigamos hablar en televisión; y (b) aquellos de los que nadie habla porque escapan de los modelos, aquellos de los que nos daría vergüenza hablar en público porque no parecen verosímiles. Se sobreestiman las incidencias de los Cisnes Negros en el primer caso (pudiéndose incluir en muchas narraciones o historias), pero se infravaloran gravemente en el segundo. 6.- Los sucesos que son no-repetibles se ignoran antes de que se produzcan, y se sobreestiman después (durante un breve tiempo). Después de un Cisne Negro, como el del 11 de septiembre de 2001, la gente espera que vuelva a ocurrir (aparece en muchas narraciones), cuando, de hecho, las probabilidades de que sea así posiblemente han disminuido.

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7.- La información estadística abstracta no nos influye tanto como la anécdota (narración). Por ejemplo: estamos en un avión y nos dirigimos a Nueva York. La persona que tenemos al lado nos cuenta que hace años mataron a un amigo de su primo en Central Park. Bien, lo más probable es que evitemos Central Park durante nuestra estancia en la ciudad. Las pruebas silenciosas

Otra falacia en nuestra forma de entender los acontecimientos es la de las pruebas silenciosas. La historia nos oculta tanto los Cisnes Negros como su capacidad para generarlos. Las pruebas silenciosas están presentes en todo lo relacionado con el concepto de historia. Por historia no entiendo únicamente esos libros eruditos pero aburridos, sino cualquier sucesión de acontecimientos vistos con el efecto de la posteridad. La falacia lúdica Los Cisnes Negros aparecen de modo subrepticio y el intento de controlarlos o reducirlos siguiendo un modelo teórico a menudo conduce a mayores confusiones. Los atributos de la incertidumbre a los que nos enfrentamos en la vida real guardan poca relación con los rasgos “esterilizados” que vemos en los “modelos” teóricos de gestión del riesgo. En la vida real, el Cisne Negro se puede definir como lo “desconocido”. Pero en los modelos teóricos, el Cisne Negro se ve como lo “desconocido conocido”, lo cual es una falacia. Tomemos, por ejemplo, los casinos. Estos establecimientos suelen enfrentarse a una clase de riesgos conocidos. En un casino uno conoce las reglas, puede calcular las probabilidades, y el tipo de incertidumbre que tiene ante sí es de grado suave (pertenece a Mediocristán). El casino es el único entorno humano en el que las probabilidades son conocidas y casi computables. No se puede esperar que el casino pague apuestas a un millón por uno, ni que cambie las reglas durante la partida.

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ANTIFRAGILIDAD

Pensemos en algo frágil, algún objeto de nuestra sala de estar, como el televisor o la porcelana del aparador. Si los etiquetamos como “frágiles” significa, necesariamente, que queremos que gocen tranquilidad, orden y previsibilidad. A un objeto frágil no le sentará nada bien un terremoto ni la visita de un sobrino hiperactivo. Todo lo que aborrece la volatilidad aborrece los agentes estresantes (estresores), el daño, el caos, los sucesos, el desorden, las consecuencias imprevistas, la incertidumbre y, por encima de todo, el tiempo. En el lado opuesto a lo frágil hay cosas que se benefician de las crisis; prosperan y crecen al verse expuestas a la volatilidad, al azar, al desorden y a los estresores, y les encanta la aventura, el riesgo y la incertidumbre. Pero, a pesar de la omnipresencia de este fenómeno, no existe una palabra que designe exactamente lo contrario de lo frágil. Aquí lo llamaremos antifrágil. Pensemos, por ejemplo, en Suiza, el lugar más antifrágil del planeta, ya que se beneficia de las crisis que se dan en el resto del mundo. La antifragilidad es más que resiliencia o robustez. Lo robusto aguanta los choques y sigue igual; lo antifrágil mejora. Esta propiedad se halla detrás de todo lo que ha cambiado con el tiempo: las revoluciones, la innovación tecnológica, el éxito cultural, la supervivencia empresarial, las buenas recetas de cocina, el ascenso de ciudades, las bacterias resistentes... incluso nuestra existencia como especie. La antifragilidad es relativa a una situación dada. Un boxeador puede ser robusto, sano en lo que se refiere a su condición física, y puede mejorar de un combate al siguiente, pero podría ser emocionalmente frágil y romper a llorar si su novia lo dejara. Nuestras abuelas podrían tener o haber tenido unas cualidades opuestas: una complexión frágil y una fuerte personalidad.

Lo antifrágil se beneficia de los estresores Cuando algo no vivo se somete a estrés, sufre fatiga o se rompe. Nuestra 11

casa o la mesa de nuestro despacho se acabarán gastando y no podrán repararse por sí solas. Puede que sean robustas, pero no pueden ser intrínsecamente antifrágiles. Por el contrario, los seres vivos y los sistemas complejos se comportan de una forma muy diferente. Están formados por componentes que interaccionan entre sí, intercambiando información por medio de estresores. Y precisamente por eso, pueden llegar a ser antifrágiles. Pensemos en el ser humano. Nuestro cuerpo no obtiene información sobre el entorno por medio del sistema lógico, la inteligencia o la capacidad de razonar y calcular, sino por medio del estrés y de las hormonas u otros mensajeros que aún están por descubrir. Los huesos del cuerpo, por ejemplo, se refuerzan cuando se ven sometidos a la gravedad, por ejemplo, después de hacer ejercicio. Y del mismo modo que pasarse un mes en la cama provoca atrofia muscular, los sistemas complejos se debilitan si se ven privados de estresores.

Lo antifrágil reacciona frente a los contratiempos

Creo que la innovación y la sofisticación surgen de una situación inicial de necesidad a la que se responde con algo que va mucho más allá de satisfacer esa

necesidad

(por

ejemplo,

efectos no

buscados de

un

invento).

Naturalmente, hay muchos dichos sobre esta cuestión como el que reza: “El hambre agudiza el ingenio”. Podríamos decir que lo que innova es el exceso de energía que se libera al sobrerreaccionar a un contratiempo. Esta idea contradice los métodos actuales para innovar que nos hacen pensar que la innovación es producto de la financiación burocrática, de la planificación, de colocar a la gente en una clase de la Harvard Business School impartida por un Muy Condecorado Profesor de Innovación (que nunca ha innovado en nada) o de contratar a algún consultor (que tampoco ha innovado en nada). Pero es una falacia: bastaría con pensar en los muchos empresarios sin formación que han contribuido de una manera desproporcionada a diversos 12

avances tecnológicos desde la Revolución Industrial hasta la aparición de Silicon Valley. Sin embargo, a pesar de la visibilidad de esta contraprueba y de la sabiduría que podemos adquirir de manera totalmente gratuita de los antiguos (o de las abuelas), los “modernos” intentan innovar partiendo de una situación de comodidad, seguridad y previsibilidad en lugar de aceptar la noción de que la inventiva surge de la necesidad.

Tu fragilidad es mi antifragilidad

Los restaurantes son frágiles y compiten entre sí, pero el conjunto de los restaurantes de una localidad es antifrágil por esta misma razón. Si cada restaurante fuera robusto como unidad, y por lo tanto inmortal, el negocio global se habría estancado o debilitado y lo mejor que serviría sería un menú de bar al estilo soviético. Además, sufriría los efectos de carestías sistémicas y, de vez en cuando, caería en una crisis total y tendría que ser rescatado por el Gobierno. Todo lo que está vivo o es de naturaleza orgánica tiene una vida finita y acaba muriendo. Pero lo que muere lo hace después de dejar descendencia con un código genético que difiere en algún aspecto del de su progenitor. La naturaleza no considera que los individuos sean muy útiles cuando han agotado su capacidad de reproducción. Prefiere dejar que el juego continúe en el nivel informativo, el del código genético. Así pues, los organismos deben morir para que la naturaleza, esa naturaleza cruel, oportunista y egoísta, sea antifrágil.

Lo antifrágil se puede enfrentar a los Cisnes Negros

Es mucho más fácil saber si algo es frágil que predecir un suceso que lo pueda dañar. La fragilidad se puede medir, pero el riesgo no (salvo en los casinos y en la cabeza de quienes se proclaman “expertos en riesgos”). Esto 13

ofrece una solución a lo que he llamado el problema de los Cisnes Negros: la imposibilidad de calcular los riesgos de sucesos raros y de gran trascendencia y de predecir su incidencia. Los Cisnes Negros son sucesos a gran escala, imprevisibles, irregulares y con unas consecuencias de muy gran alcance que sorprenden y perjudican a ciertos observadores que no los han previsto y a los que llamaremos “pavos”. Un carnicero alimenta durante mil días a un pavo. El pavo es feliz. Y entonces llega el día de Acción de Gracias y ser un pavo ya no es muy buena idea… El día de Acción de Gracias será un suceso de Cisne Negro, pero solo para el pavo, no para el carnicero. La historia del pavo también nos revela a la madre de todos los errores perjudiciales: confundir la ausencia de prueba (de un perjuicio) con la prueba de ausencia, un error que, como veremos, es bastante común.

El método de la haltera

¿En qué consiste la estrategia de la haltera? El objetivo de la haltera (la barra con pesas que utilizan los halterófilos) es ilustrar la idea de combinar dos extremos que se mantienen separados evitando el centro o punto medio. Con una haltera podemos adoptar la doble actitud de ir a lo seguro en algunas áreas (robusto ante los Cisnes Negros negativos) y de asumir muchos riesgos pequeños en otras (abierto a los Cisnes Negros positivos) con el fin de lograr antifragilidad. Veamos un ejemplo de haltera en el campo de las finanzas: si guardamos el 90 % de nuestros fondos en efectivo (siempre que estemos a salvo de la inflación) e invertimos el 10 % restante en valores de mucho riesgo, por un lado, es imposible que perdamos más del 10% y por el otro podemos obtener pingües beneficios. Alguien que invierta el 100 % en los llamados valores de riesgo “medio” se expone a la ruina total por un mal cálculo de los riesgos. Esta estrategia de haltera soluciona el problema de que los riesgos de los sucesos raros no se puedan calcular y sean frágiles a los errores de estimación; en este ejemplo, la haltera financiera tiene una pérdida máxima conocida. 14

La haltera evita la “media” o el “punto medio” … porque es muy peligroso. Si nos dijeran que nuestra abuela pasará las dos próximas horas a la temperatura media de veintidós grados centígrados podríamos pensar que es una temperatura ideal. Pero resulta que la abuela se pasará la primera hora a dieciocho grados bajo cero y la segunda a sesenta sobre cero con una media equivalente a veintidós grados. Así que lo más seguro es que nos quedemos sin abuela. Como vemos, la noción de media carece de importancia cuando uno es frágil a las variaciones.

La estrategia de las opciones

Si alguien tiene opcionalidad no hace falta que posea inteligencia, perspicacia, o aptitudes. Y es que no es necesario que acierte tantas veces. Lo único que necesita es tener la prudencia de no hacer tonterías que le perjudiquen (algunos actos por omisión) y reconocer los resultados favorables cuando se den. La opcionalidad es una forma alternativa de hacer cosas de una manera oportunista, y con la gran ventaja de que surge de una asimetría con beneficios grandes y perjuicios leves. Es un modo de domesticar la incertidumbre, de obrar de una manera racional sin necesidad de entender (o “adivinar”) el futuro. Cuanto mayor sea la incertidumbre, más importante será el papel de la opcionalidad y mejor nos irán las cosas. Esta propiedad es fundamental para la vida.

El problema de la eficiencia, el tamaño y la fragilidad

Los efectos de Cisne Negro van necesariamente en aumento como resultado de la complejidad, la interdependencia entre las partes, la globalización y la maldita “eficiencia” que hace que la gente se la juegue demasiado. Añadamos a eso los asesores y las escuelas de empresariales. Un 15

solo problema en algún punto puede paralizar todo un proyecto, y los proyectos tienden a ser tan débiles como el eslabón más débil de la cadena. El mundo es cada vez menos previsible y nos basamos más y más en tecnologías que tienen errores y en interacciones que son difíciles de calcular y aún más de predecir. Y si pensamos en los gobiernos es fácil entender por qué nos meten en problemas con el dichoso déficit público: su infravaloración de los costes de los proyectos es crónica y al final terminan gastando más de lo que nos dicen. Esto me ha llevado a formular una regla de oro para todo gobierno: prohibido endeudarse, equilibrio fiscal obligatorio.

Menos es más (antifrágil)

La idea de que, en la toma de decisiones, “menos es más” significa que los métodos más simples de predicción e inferencia pueden funcionar mucho (pero mucho) mejor que otros de mayor complicación. La idea es contar con estrategias heurísticas “rápidas y frugales” con las que tomar buenas decisiones, aunque el tiempo, el conocimiento y la capacidad de cálculo sean limitados.

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HECHOS POSITIVOS Y NEGATIVOS

Hay muchas cosas que no somos capaces de predecir, pero que pueden cambiar nuestra vida por completo.

Hechos negativos



El desplome de mercado de valores de 1928



La primera y segunda guerra mundial



La actual crisis financiera global



Los atentados en España ( 11 de mayo ) o de EEUU ( 11 de septiembre )

Hechos positivos



El descubrimiento del fuego



El descubrimiento de la penicilina



El impacto de internet



El sistema operativo Windows



El éxito de YouTube o de google



Los teléfonos celulares .

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BIBLIOGRAFIA https://www.leadersummaries.com/ver-resumen/el-cisne-negro

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