Causas Culturales de La Brecha Digital

Causas culturales de la Brecha Digital Perjuicios Los perjuicios que existen en una sociedad al no estar actualizados so

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Causas culturales de la Brecha Digital Perjuicios Los perjuicios que existen en una sociedad al no estar actualizados son muchos, ya que las personas no tienen unos buenos conocimientos y se van quedando atrás no se actualizan y eso ocasiona que estén dentro de la brecha digital. La brecha entre ricos y pobres alcanzó el nivel más alto de los últimos 30 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre los que México se sitúa como uno de los más desiguales con ingresos 26 veces superiores para 10% de la población más rica respecto a 10% de la población más pobre. http://www.eluniversal.com.mx/notas/814028.html

El modo en que vemos las TIC'S En la brecha digital algo importante son las TIC'S ya que el estar dentro o fuera se relaciona con estas, si analizamos si una persona no tiene una computadora están dentro de la brecha digital pero si tienen una tecnología de punta estas fuera, tenemos que saber que el uso de las tic es muy importante para estar actualizados en la vida.

Educación La OCDE informa en Panorama de la Educación 2012 que México ocupa la tercera posición con el porcentaje más elevado de jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis), un 24.4% alrededor de 7,248,400 personas. Los ninis de entre 15 y 29 años se incrementaron un 0.5% de 2008 a 2010. Además, la tasa de desempleo para los universitarios es del 5%, un punto arriba de quienes tienen primaria y secundaria Si visitas esta página encontraras más información sobre la educación en México y que eso también afecta para estar dentro de la brecha digital.

http://www.cnnexpansion.com/mi-carrera/2012/12/04/la-educacion-en-mexico-en2012

Causas sociales de la Brecha Digital Cuantos empleos se generan en México Si nos ponemos a pensar que en México no hay empleos, los salarios son muy bajos y los costos son muy elevados hay que checar también cuantos empleos se generan en México. En el mes de junio se generaron más de cincuenta mil nuevos en todo el país y si consideramos todos los del año 2012 se han generado y registrado en el seguro social empleos netos formales más de medio millón quinientos cincuenta y cuatro mil nuevos empleos netos.

Diferencias sociales rural y urbana Las diferencias sociales que hay en lugares urbanos y rurales son muy grandes, ya que las personas que viven en la ciudad es más difícil que estén dentro de la brecha digital pero tampoco es imposible, las personas que viven en zonas rurales no tienen mucho acceso hacia la tecnología así que si analizamos un poco es mas fácil que en una zona rural allá un porcentaje más elevado de personas que estén dentro de la brecha digital.

Zona urbana

Zona rural

Desigualdad La desigualdad en una sociedad siempre va a existir sabemos que el factor principal es la pobreza y lo relacionamos con la brecha digital, la pobreza influye bastante en que la sociedad esté dentro de la brecha digital.

Causas económicas de la Brecha Digital Desempleo En México el 2.5 millones de personas se encontraban ocupadas por lo que la tasa de desempleo paso de 4.96% en el primer trimestre del 2012 a 4.85% durante el periodo de abril y junio. Por sexo el desempleo en hombre toca mínimo histórico el cual fue de 4.82% Por el lado de las mujeres el indicador aumento a 4.90% la mas alta registrada en serie El porcentaje del estado de México en desempleo es de 6.06%

Salarios En México los salarios también afectan mucho ya que las personas no tienen las posibilidades económicas de comprar una computadora esto hace que estén dentro de la brecha digital. Municipios del estado de México: -Atizapán de Zaragoza -Naucalpan de Juárez Los salarios mínimos de estas ubicaciones geográficas son: *Albañilería 90.83 *Carpintería 89.16 *Chofer de camión 92.95 *Mecánico 88.23 Secretario auxiliar 93.99 *Zapatero 81.57

Costos Muchos mexicanos están dentro de la brecha digital por causas económicas por la falta de empleo por lo poco que les pagan y por los costos para comprar una

computadora con un sueldo de 95.69 al día no es posible, esas familias trabajan al día solo les alcanza para lo necesario, una computadora su precio es muy elevado las más económicas son de 3000MX y 5000MX entonces no están dentro de sus posibilidades y eso hace que algunas familias mexicanas sienten dentro de la brecha digital, Entonces si a una familia con un sueldo muy bajo no les alcanza para una computadora también sabemos que no les alcanza para pagar un servicio de Internet el costo del Internet aproximadamente es de 400MX, si analizamos que estas personas no tienen un sueldo conveniente para comprar y pagar un servicio de Internet menos para pagar más del servicio de la luz al tener otro aparato eléctrico se consume más luz esto ocasionara que tengan que pagar un costo más elevado.

¿Qué es la brecha Digital? Brecha Digital hace referencia a la diferencias económicas entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y las que no, aunque tales desigualdades también se pueden referir a todo lo nuevo sobre las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como el computador personal, la telefonía móvil, la banda ancha y otros dispositivos, como tal la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías.

Acciones personales que se deben tomar para salir de la Brecha Digital Yo creo que para salir de la brecha digital hay que proponérselo, actualizarse no quedarse con los únicos conocimientos ya obtenidos, y como en esto de la brecha digital lo que más entra en este tema son las TIC'S también nos tenemos que ir actualizando con los aparatos de punta, en las entrevistas anteriores vimos que las mayoría de las personas está dentro de la brecha digital muchas personas no tienen idea de lo que es y que están dentro de esa brecha , así que lo primero que se tiene que hacer es informar a la gente que es la brecha digital e informarles que están dentro y no se queden atrás.

BRECHA DIGITAL Y BRECHA CULTURAL

RESUMÉN El prepararnos para bibliotecarios es una tarea importante, que requiere de un compromiso mayor, el cual consiste en desarrollar las capacidades necesarias para hacernos competentes en nuestro campo de trabajo, ya que nuestra labor va más allá del simple hecho de ser administradores de los recursos bibliográficos, nuestra labor está encaminada a ser coparticipativos en el proceso de enseñanza aprendizaje, de la mejor utilización de los recursos de información, con los que contamos actualmente.

INTRODUCCIÓN Actualmente la población se encuentra dividida entre la que utiliza los medios de información digital, como una herramienta necesaria para la adquisición de conocimientos y los que por temor o escasos recursos no la están utilizando. En el presente documento encontraras información necesaria para disminuir dicha brecha digital y cultural

Se espera que con este trabajo se contribuya a la formación en el uso de herramientas en el proceso de investigación, como también en la creación y aprovechamiento de las nuevas tecnologías a nuestro alcance

1. BRECHA DIGITAL Y BRECHA CULTURAL 1.1 ¿Qué es la brecha digital? Juancho hoy nuevamente nos volvemos a encontrar con nuevas interrogantes y con deseos de seguir aprendiendo, me agrada que te interese el tema sobre tecnología y los alcances que podemos lograr al estar inmersos en ese mundo, hoy precisamente conversare contigo sobre el tema brecha digital el cual es un factor que esta afectando nuestra sociedad ya que al decir brecha digital nos estamos refiriendo a la distancia que separa a las personas que tienen acceso a las tecnologías digitales, de las que por diversos motivos o circunstancias no las

tienen, incluidas en ellas las personas que aun teniéndolas no les sacan el mayor provecho a las mismas.

1.2 ¿Cuáles 1.2 Cuáles son las causas que originan la brecha digital? Por supuesto Juancho toda consecuencia tiene una causa y este caso yo pienso que los motivos que origina la brecha digital son varios, que van desde políticas gubernamentales que no promueven la inmersión de los ciudadanos en este mundo digitalizado hasta el desinterés de la población de ser partícipes en esta era digital. Personalmente considero que una de las causas inmediatas y fundamentales de esa brecha digital es la economía y falta de recursos económicos con los que contamos la mayoría de guatemaltecos no solo para adquirir un buen equipo sino también para poder tener acceso a Internet. Por supuesto que dicha causa no justifica el aislarnos del avance tecnológico, por eso me alegra Juancho que tú cada día muestres más interés en disminuir esa brecha digital en tu persona, y que cuando seas profesional de la información colabores en disminuir dicha brecha.

1.3 ¿Cuál es la relación entre la brecha digital y la brecha cultural? Yo pienso Juancho que la relación directa que tiene la brecha digital y la brecha cultural esta inmersa nuevamente en la posición socioeconómica y a la oportunidades de superación que hemos tenido algunos ciudadanos, ya que es un factor determinante en que cultura nos hemos desenvuelto, porque no es lo mismo que un niño desarrolle sus habilidades informacionales en un mundo en que todo su alrededor este lleno de información y comunicación a un niño que apenas tenga acceso a la televisión si bien le va. Por eso yo diría Juancho que nosotros en nuestro papel de emprendedores del acceso a la información colaboremos para que cada día se vaya cambiando la cultura de los menos favorecidos, ya que contamos con un medio muy valioso que es la Biblioteca.

1.4 ¿Cuál es el rol que debe cumplir la biblioteca pública para contribuir en la disminución de la brecha digital? Como te mencione anteriormente la brecha cultural es un factor determinante en el avance que tenga nuestra población, por eso nosotros como futuros administradores de bibliotecas y aprovechando la influencia que tiene sobre la población las bibliotecas públicas te diré que ellas como instituciones sociales, culturales e informativas deben de facilitar al máximo la información en formato

digital. Promover la formación y educación del ciudadano el en uso y manejo de la tecnología así como facilitar el desarrollo personal y colectivo de su comunidad, enseñando nociones elementales de informática y participando en programas para combatir el analfabetismo. Por supuesto todo lo eso será logrado con una actitud de empática ante el usuario, y no mostrándonos con una actitud prepotente y de sabiduría ante el usuario que requiera de nuestros servicios.

1.5 ¿Cuáles son los puntos destacados de la opinión de IFLA, en relación a la problemática causada por la brecha digital? Juancho te diré que IFLA es una organización que promueve las causas de las bibliotecas ella tiene una postura en relación a la problemática causada por la brecha digital. La IFLA opina: 1. Reconoce el impacto de la brecha digital (los que poseen y no poseen información) en la sociedad. 2. La brecha digital se manifiestan en países con desarrollo diferente, así como también en grupos de individuos de los mismos países. 3. Las Bibliotecas pueden ser un ente de cambio para aminorar dicha brecha.

Las tres brechas digitales: generacional, social y cultural En general para designar las desigualdades en el acceso a las nuevas tecnologías e Internet en particular se utiliza el término “brecha digital”. Sin embargo, cada vez más, se va profundizando en los aspectos sociales más allá de las cuestiones técnicas relativas a la cobertura de la Red y la brecha digital adquiere varias dimensiones. Podemos hablar de la brecha generacional que deja al margen de las nuevas tecnologías a muchas personas mayores; de la brecha social porque en la Red se mantienen las desigualdades sociales excluyendo a los más pobre; y de la brecha cultural, porque como en el caso de la brecha social las personas con menos formación se ven privado de las oportunidades que les podrí aportar las herramientas informáticas. Un diagnóstico que está recogido en el informe gubernamental “La fossé numérique en France” elaborado por Centro de Análisis Estratégico (CAS) y publicado el pasado 18 de abril a petición del Parlamento francés, donde el

diagnóstico y las recomendaciones para el país vecino se podrían extrapolar, en su inmensa mayoría, a nuestro país (Véase el informe PDF en francés). En la brecha generacional, la falta de necesidad y el miedo a la novedad, el coste de adquisición de equipos, la falta de formación o el miedo de no poder dominar la herramienta. (…) son frenos para muchas personas mayores en una situación de aislamiento, a pesar de que las herramientas digitales podrían facilitarles el mantenimiento de un vínculo social. Las nuevas tecnologías, bien adaptadas, pueden ayudar a superar algunas de las discapacidades sociales, físicas, psicológicas o cognitivas asociadas con el envejecimiento o retrasar su aparición. En el informe se clarifican algunas cuestiones sobre los nativos digitales, niños y adolescentes que están inmersos desde su más temprana edad en la cultura digital. Si, en términos de acceso a Internet, su participación es alta, y por tanto, la brecha generacional se desvanecerá poco a poco con el tiempo. En cambio, las brechas sociales y culturales que divide cada vez más a los jóvenes, puede persistir a lo largo de sus vidas. Reabsorber estas brechas, según el informe, es una tarea compleja porque involucra tanto los procesos de aprendizaje, la lucha contra el fracaso escolar y las desigualdades sociales. Por último, para abordar estas brechas digitales, incluidos los relacionados con las desigualdades económicas, se recomienda una mayor diversificación de la oferta con el objetivo de reducir los costes en el acceso a Internet mediante el desarrollo de una fuerte competencia entre los operadores, así como la creación de una tarifa social para los pobres, y un mayor despliegue de espacios públicos con acceso gratuito a la Red. Un informe interesante para aquellos que quieran profundizar en una visión más social de la Red.

La brecha digital y la educación Francisco Albarello* (*)Docente e investigador en Nuevas Tecnologías de la Facultad de Cs. Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, dedicado a la temática del Periodismo Digital y el hipertexto. Contacto: [email protected] Cuando se habla de la utilización de las nuevas tecnologías en la escuela, uno de los temas que surge en forma más recurrente es el acceso a ellas. Pero agotar la cuestión en el simple acceso a tecnologías, como las computadoras o Internet, nos puede conducir a una visión parcial de la problemática: hay que analizar qué uso se hace de esas tecnologías para lograr un verdadero aprovechamiento educativo y no sólo utilitarista o consumista.

La teoría de la brecha de desniveles de conocimiento La teoría del knowledge-gap, o de desniveles de conocimiento fue planteada por Tichenor-Donohue y Olien en 1970, y está constituida por una serie de estudios sobre la difusión de conocimientos, campañas informativas y la difusión de innovaciones en el ámbito de las políticas sociales, particularmente en los países en vías de desarrollo. El planteo de la teoría es que: "la difusión a gran escala de las comunicaciones de masas se interpreta generalmente como un indicador de modernización, de desarrollo social y cultural, vinculados a movimientos informativos disponibles para la libertad y la equidad". (Wolf, 1994: 77) Sin embargo, "los media (medios masivos) reproducen y acentúan desigualdades sociales, son instrumentos del incremento de las diferencias, no de una atenuación de ellas, y hacen surgir nuevas formas de desigualdad y de desarrollo desigual".(Wolf, 1994: 78) Este planteo echa por tierra a todas las posiciones apologistas de los medios, que plantean que éstos -por su sola existencia e implementación- introducirán mejoras en la sociedad. También cuestiona la concepción muy generalizada de neutralidad de la tecnología. Justamente, si los medios de comunicación representan avances tecnológicos, esos avances no son generalizables: siempre van a tender a beneficiar a unos sectores sociales sobre otros. Como dice George Landow, "una tecnología siempre confiere poder a alguien. Da poder a los que la poseen, a los que la utilizan y a los que tienen acceso a ella".(Landow, 1995: 211) Derribado el mito de la neutralidad tecnológica, podemos deducir a quiénes beneficia la introducción de todo nuevo medio: "en cuanto aumenta la penetración de los media de información en un sistema social, los segmentos de población con el estatus socioeconómico más alto tienen

tendencia a adquirir la información más rápidamente que los estratos de nivel socioeconómico más bajo, así que el desnivel de conocimiento entre estos dos segmentos tiende a aumentar en lugar de disminuir".(Wolf, 1994: 78) De acuerdo a la teoría del knowledge-gap, esta diferencia en la adquisición de información tiene que ver con dos factores y que aquí agruparemos de la siguiente manera: a) el nivel adquisitivo para acceder a esas nuevas tecnologías. "La innovación tecnológica y sus modalidades de comercialización y de entradas al mercado constituyen claramente unos vectores que reproducen algunos desniveles de conocimiento que a lo mejor se estaban cerrando en referencia a las tecnologías de comunicación más antiguas".(Wolf, 1994: 79) Encontramos un perfecto ejemplo en Internet: si hasta hace unos años se podía decir que se había cerrado un poco la brecha en cuanto al acceso a una tecnología como la televisión, hoy podemos ver que Internet introduce una nueva diferencia entre quienes tienen acceso y quienes no. b) el nivel cognitivo: "la familiaridad con una tecnología incrementa la disponibilidad y la competencia hacia las otras nuevas tecnologías". (Wolf, 1994: 79) Es decir, aquellos segmentos sociales que estén familiarizados con una nueva tecnología (pongamos por caso el ordenador personal) estarán más abiertos a recibir otras innovaciones tecnológicas porque ya tienen un conocimiento de tecnologías similares. Los dos niveles señalados se articulan en forma complementaria con el papel de la oferta de productos electrónicos, ya que los fabricantes de PC y proveedores de conexión a Internet, al no poder apuntar a un público tan universal debido a las diferencias en el nivel adquisitivo de los distintos segmentos sociales, apuntarán a esos sectores que ya vienen consumiendo tecnología. Al respecto, Mercier, Plassard y Scardigli apuntan: "el crecimiento del porcentaje de equipamiento de los hogares en electrónica de ocio (alta fidelidad, televisión en color, etc.) le imponía a la industria encontrar una forma de ampliar ese mercado que estaba a punto de saturarse. Y dado que el progreso técnico permitía precisamente reducir de forma considerable el coste y el tamaño de los ordenadores, eso les hacía aptos para el consumo de los hogares." (Mercier, Plassard, Scardigli, 1984: 59) Esta lógica de la oferta también apunta a la sobreoferta de productos a un mismo segmento social: lo que conocemos como la carrera tecnológica, de acuerdo a la cual es necesario actualizar periódicamente el ordenador, con las últimas versiones de software y los últimos adelantos en hardware. La oferta sigue apuntando al mismo segmento social que ya tiene una idea formada sobre la

"necesidad" (necesidad siempre impuesta por la oferta pero no siempre considerada imprescindible por la demanda) de esos productos.

Una división sin matices Al hablar de la brecha digital (digital divide) o de conectados o no conectados a Internet, o de cantidad de horas que los usuarios permanecen online, estamos dejando de lado otro tipo de variables no menos importantes. Al respecto, un grupo de investigadores que realizaron un estudio sobre este tema en Los Ángeles (EE.UU.), afirman que: "la metáfora de la divisoria digital proporciona una oportunidad para identificar las desigualdades entre los poseedores y no poseedores de tecnología. La traslación de la metáfora entre una comparación dicotómica entre propietarios y no propietarios de computadoras, o la comparación de aquellos con o sin acceso a Internet, es apropiada para estudios que se ocupan sólo de la difusión de tecnología. Comparaciones tan dicotómicas, sin embargo, no son suficientes cuando se discuten las consecuencias sociales de la difusión de la tecnología. Cuando el énfasis exclusivo está puesto en la posesión de computadoras o en el acceso a Internet usando esa comparación dicotómica de tener/no tener, la suposición es que todos los propietarios van a incorporar la tecnología en su vida cotidiana de la misma manera y en el mismo grado, o que la diferencia en la calidad de la conexión a Internet entre los que tienen acceso no es importante. En otras palabras, estas mediciones introducen un elemento de determinismo tecnológico que ignora el contexto social en el cual la tecnología es incorporada." (Jung, Linchuan Qiu, Kim, 2001: 507) En este sentido, los autores citan el concepto de habitus ("esquemas comunes de percepción, concepción y acción") desarrollado por Bordieu: "aplicando este concepto en el contexto de la relación individual con la tecnología, el habitus puede ser entendido como un principio que estructura las formas en las cuales los individuos se conectan a una tecnología de la comunicación con diferentes metas, gustos, actitudes o expectativas." (Jung, Linchuan Qiu, Kim, 2001: 507) En resumen, el habitus de cada usuario que se conecta a Internet no puede ser generalizado en esquemas como conectados o no conectados, dueños o no dueños de computadoras personales, sino que hay muchas otras variables que escapan a esta categorización limitada y que sirve sólo a fines estadísticos. Fuente Nua Internet Surveys: http://www.nua.ie/surveys/how_many_online/index.html

"Inforricos" e "infopobres" Los efectos de la brecha digital (digital divide) han producido lo que muchos autores de habla hispana denominan la división entre "inforricos" (aquellos que tienen acceso a un gran caudal de información) e "infopobres" (quienes permanecen marginados de ese acceso a la información. Esta división no aparece en las visiones optimistas como la del ideólogo del MIT Nicholas Negroponte, para quien la red provocará con el transcurso de los años una democratización en otras áreas de la sociedad. Para Negroponte, "las fuerzas que determinan la difusión del uso de la computación no es social ni racial ni económica, sino generacional. Los pobres y los ricos son tanto jóvenes como viejos." (Negroponte, 1995: 206) Es decir, la brecha sería más generacional que económica. La postura de Negroponte -basada en un determinismo tecnológico que supedita el progreso social al progreso tecnológico, lo que lo lleva a afirmar que "cada generación es más digital que la anterior"- ignora otros factores sociales que se tienen que dar antes que el acceso a estas nuevas tecnologías (las necesidades básicas de alimentación, el acceso a la electricidad o al teléfono, por nombrar algunas), factores que tienen marginados a numerosísimos segmentos sociales en todo el mundo. Para ilustrar el tema, basta con observar los datos de Septiembre de 2002 sobre la cantidad de conectados en el mundo. Podemos ver cómo el continente africano, así como el Medio Oriente, permanecen marginados de esta nueva tecnología. Pero no se trata de algo nuevo: en África, un alto porcentaje de la población adulta jamás hizo un llamado telefónico. Según datos de la Unesco pertenecientes al año 2000, en algunos países de ese continente hay un analfabetismo que supera el 50% de la población adulta, y como dice Castells, "antes de pasar a la electrónica, África necesita un suministro fiable de electricidad (...) Hay más líneas telefónicas en Manhattan o Tokio que en toda el África subsahariana."(Castells, 1998: 117)

La brecha digital en las escuelas argentinas La consultora Prince & Cooke estima que al terminar 2004 habrá 7,5 millones de argentinos que se conecten a Internet, un 20 por ciento de la población. Sin embargo, una cuarta parte de las personas de menos de 18 años acceden a la Red. Si analizamos los datos sobre cantidad y perfil de conectados en Argentina, tendremos una idea más cabal de las implicancias que tiene la brecha digital en nuestro sistema educativo.

En primer lugar, con respecto a la existencia de ordenadores personales, el informe "La Sociedad de la Información en la Argentina. Presente y Perspectivas 2004-2006", publicado por Fundación Telefónica proporciona los siguientes datos: 54% de las escuelas primarias de Argentina tiene al menos una computadora, el 11% está en red local y el 7% se conecta con Internet Por cada computadora que hay en una escuela primaria del país, hay 90 alumnos (y aquí la diferencia entre escuelas públicas y privadas es sideral: mientras que en las primeras la proporción es 140 alumnos por cada computadora, en las segundas, la relación es 40 a 1) Entre las escuelas que tienen computadoras, la cantidad de alumnos por computadoras es de 58

Las regiones Noreste y Noroeste del país son las que se encuentran en condiciones más desfavorables en cuanto a equipamiento: mientras que en estas regiones menos del 30% de las escuelas tienen computadoras, en el resto de las regiones, las tienen entre el 60% y el 75% (Fundación Telefónica, 2004: 32) De acuerdo al informe "Brecha digital, el nombre de una segunda exclusión social" publicado recientemente por la organización Periodismo Social en su capítulo destinado a la infancia, Argentina, en términos prácticos, aparece detrás de países vecinos como Uruguay y Chile en la cantidad de computadoras personales (PC), y también a la retaguardia en la aplicación de programas de inclusión digital de sus ciudadanos, en particular los más jóvenes, como los de Brasil. En este sentido, en nuestro país, sólo 6 de cada 100 internautas que usaban accesos públicos al promediar 2004 se servían de la conexión en instituciones educativas. Según el citado informe, los especialistas de todo el mundo han planteado ya una segunda brecha digital, que separa a los que tienen algún acceso de los que disponen de banda ancha y usan las TIC's para algo más que comunicarse, enviar correos, chatear o jugar en red. (Periodismo Social, 2004)

De la brecha digital a la brecha cognitiva Hasta el momento hemos hablado de la problemática suscitada por la falta de acceso a Internet o a las nuevas tecnologías. Pero como decíamos al inicio del artículo, es necesario preguntarse sobre la calidad de la utilización de esas tecnologías en las escuelas, sus prácticas concretas en el aula. En este sentido, el

informe de Periodismo Social destaca los conceptos de la directora de proyectos del portal educativo Educ,ar, Laura Serra, quien considera varios niveles de brecha digital: disponibilidad de equipos para conectarse a la Red; posibilidad de conectarse; conocimiento de herramientas básicas; y capacidad para que la información accesible en la Red se convierta en conocimiento. "No basta enchufar una computadora en una escuela para superar la brecha digital. También hay que superar la falta de contenidos y el aprender a usarlos", razona. Serra sostiene que los proyectos basados exclusivamente en provisión de equipamiento y/o conectividad han fracasado en todo el mundo. Uno de los fenómenos donde se hace más palpable la falta de criterios para el uso de Internet en las escuelas se ve reflejada en su uso como fuente de información. Es común que los alumnos "bajen" de Internet monografías y trabajos realizados en algún lugar del mundo, y -sin mediar ninguna instancia de contrastación de fuentes o complementación con otras informaciones y los propios puntos de vista de los chicos- los entreguen a sus profesores, quienes en muchos casos ni sospechan que se trata de un plagio. En un artículo publicado en diario Clarín, la doctora en Ciencias de la Educación y profesora de Tecnología Educativa de la UBA, Edith Litwin, sostuvo al respecto que "hoy los chicos tienen a disposición una enorme cantidad de información no escolarizada y desordenada que requiere que los docentes vuelvan a preguntarse qué fines, legitimidad y valor tiene, en qué país fue generada, o si, por ejemplo, fue elaborada por un organismo de gobierno o por una empresa de turismo".

A modo de síntesis, elegimos el planteo de Nicholas Burbules y Thomas Callister, para quienes el tema del acceso a Internet abarca dos niveles: "las cuestiones del acceso (quién puede utilizar Internet, quién puede comprar un ordenador, quién puede conseguir una conexión, quién sabe operar los programas) Las cuestiones de la credibilidad (quién es capaz de interpretar lo que encuentra en la Red, discernir qué sirve y qué no, obtener confianza y notoriedad como proveedor de información. Si un usuario no logra participar eficazmente en todas las oportunidades que ofrece la Internet, no se puede decir que tenga "acceso" a la red, aún cuando posea un ordenador y esté conectado; los usuarios que no consiguen que se preste atención a sus ideas y opiniones, o distinguir lo útil de lo inútil carecen de "credibilidad" y de los medios para evaluar la credibilidad de lo que encuentran" (Burbules, Callister, 2000: 41)

Conclusión Como hemos visto, es necesario ampliar el concepto de brecha digital para no centrarlo sólo en el acceso sino también en el uso educativo de los recursos que ofrece Internet para la educación. Sin dudas, son tan necesarias las políticas de estado que apunten a la dotación de computadoras y conexión para las escuelas como así también al desarrollo de instancias de capacitación docente. Los proyectos institucionales transdisciplinarios que incluyan el uso de nuevas tecnologías como rasgo distintivo, representan una buena alternativa para lograr una utilización creativa y ajustada a las necesidades de la escuela. De esta forma nos vamos a asegurar de que las generaciones futuras desarrollen un sentido crítico y no sólo consumista en el uso de estas tecnologías.

FUENTES CONSULTADAS "Brecha digital, el nombre de una segunda exclusión social" Periodismo Social Capítulo Infancia, Argentina. URL: http://www.periodismosocial.org.ar/area_infancia_informes.cfm?ah=128 Burbules, Nicholas, Callister, Thomas, Educación: riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información, (Buenos Aires), Granica, 2001. 2000 Castells, Manuel, La era de la información: economía sociedad y cultura. Fin de milenio. Vol III, (Madrid), Alianza, 1998. Giobercio, Graciela, "Internet, un nuevo desafío para alumnos y maestros", en: diario Clarín, 17 de agosto de 2004, pp. 26-27 Jung, Joo-Young, Linchuan Qiu, Jack, Kim, Yong-Chan, Internet Connectedness and Inequality, Communication research, Vol. 28 Nº 4, August 2001, pp. 507-535 Landow, George, Hipertexto. La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología, (Barcelona), Paidós, 1995. "La Sociedad de la información en la Argentina. Presente y perspectivas 2004/2006", Fundación Telefónica, 2004. Mercier, P.A., Plassard, F. y Scardigli, V., La sociedad digital, (Barcelona), Ariel, 1984. Negroponte, Nicholas, Ser digital, (Buenos Aires), Atlántida, 1995. Wolf, Mauro, Los efectos sociales de los media, (Buenos Aires), Paidós, 1994.

Brecha digital La situación creada por la aparición de las nuevas tecnologías tiene diversas aristas, una de ellas es la llamada “Brecha digital”, o división social producida por el uso o la negación de las mismas. No hay dudas que agrega un color más al paisaje de las diferencias sociales, y que por ahora, el discurso dominante para disminuir esta brecha se ocupa exclusivamente de la accesibilidad, pero ¿Es lo único importante? ¿Para qué acceder a Internet? ¿Qué aportan las nuevas tecnologías a la democratización y a una mejor distribución del capital cultural? Por lo tanto, creo que para que las nuevas tecnologías se conviertan en un instrumento para el desarrollo social, es necesario cada vez más, el uso de las antiguas tecnologías: la lectura y la escritura, para poder hacer un uso crítico de las oportunidades que se presentan, en caso contrario, se convertirán en un nuevo elemento de opresión. Para comenzar con el tema, pongo a disposición el siguiente artículo, obtenido de Wikipedia: Brecha digital es una expresión que hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y aquellas que no, aunque tales desigualdades también se pueden referir a todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como el computador personal, la telefonía móvil, la banda ancha y otros dispositivos. Como tal, la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías. Este término también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica. También se utiliza en ocasiones para señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de calidad y aquellos que no. El término opuesto que se emplea con más frecuencia es el de inclusión digital y el de inclusión digital genuina (Maggio, 2007)

Historia de la brecha digital El término procede del inglés digital divide, utilizado durante la Administración Clinton, aunque su autoría no puede ubicarse con toda precisión. Mientras que en algunas referencias, se cita a Simon Moores como acuñador del término, Hoffman, Novak y Schlosser se refieren a Lloyd Morriset como el primero que lo empleó para hacer referencia a la fractura que podía producirse en los Estados Unidos

entre "conectados" y "no conectados", si no se superaban las serias diferencias entre territorios, razas y etnias, clases y géneros, mediante inversiones públicas en infraestructuras y ayudas a la educación. En todo caso, durante esta administración se dio lugar a una serie de reportes publicados bajo el título Falling through the Net, en el que se dejaba evidencia del estado que este fenómeno guardaba en la sociedad estadounidense a finales de la década de 1990. A partir de este origen, algunos autores prefieren en español, el término fractura digital o estratificación digital, por ser mucho más expresivos sobre lo que realmente significa. La traducción a otras lenguas latinas, como el francés, también ha optado por el término de fractura. No obstante, la mayoría de los autores hispanos se decanta por el de brecha, más suave y políticamente correcto. Algunas otras expresiones que han sido usadas para referirse a la Brecha Digital son divisoria digital, brecha inforcomunicacional y abismo digital. Otros autores extienden el alcance de la Brecha Digital para explicarla también en función de lo que se ha denominado analfabetismo digital, que consistente en la escasa habilidad o competencia de un gran sector de la población, especialmente entre aquellos nacidos antes de la década de 1960, para manejar las herramientas tecnológicas de computación y cuyo acceso a los servicios de Internet es por ende muy limitado.

Aspectos teóricos de la brecha digital Algunos de los primeros autores que abordaron el problema de la Brecha Digital desde una aproximación sistemática y socialmente profunda fueron Herbert Schiller y William Wresch. De manera general, estos autores planteaban la necesidad de incluir a todos los sectores de la población en el acceso a la información disponible a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como de las posibles ventajas derivadas de tal acceso. Para Pippa Norris, se trata de un fenómeno que implica tres aspectos principales: la brecha global (que se presenta entre distintos países), la brecha social (que ocurre al interior de una nación) y la brecha democrática (que se refiere a la que existe entre quienes participan y quienes no participan de los asuntos públicos en línea). Otra corriente de investigadores se han centrado en aspectos cuantitativos de la brecha digital, destacando las diferencias estadísticas en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, según un extenso abanico de

variables socio-demográficas entre las que destacan el sexo, edad, nivel de ingresos, escolaridad, raza, etnia y lugar de residencia. Uno de los aspectos más recientes que han sido analizados sobre la brecha digital, tiene que ver no solamente con el acceso a Internet, sino con la calidad de dicho acceso y la disponibilidad de conexiones de banda ancha que permitan acceder a contenidos multimedia en tiempos y costos adecuados al contexto de los usuarios. De forma específica, el investigador holandés Jan van Dijk identifica cuatro dimensiones en el acceso: la motivación para acceder; el acceso material; las competencias para el acceso; y el acceso para usos avanzados (o más sofisticados). Plantea que la brecha digital está en constante evolución, dado el surgimiento de nuevos usos tecnológicos, que son apropiados más rápidamente por aquéllos que tienen el acceso en forma más permanente y de mejor calidad, determinado por dicho ancho de banda.

La brecha digital en el contexto de la sociedad de la información En ocasión de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) los principales grupos de la sociedad civil dieron vida a la campaña CRIS (Communication Rights in the Information Society –Derechos de Comunicación en la Sociedad de la Información), con el objetivo de infundir la agenda de la Cumbre con cuestiones relacionadas con los medios de gobierno y derechos a la comunicación. En la CRIS se ha enfatizado el rol de las nuevas tecnologías como herramientas de comunicación de valores comunes entre grupos, individuos y organizaciones sociales, criticando una justificación instrumental de las tecnologías vistas principalmente como un fin más que como un medio para impulsar un cambio social, una visión instrumental que no considera ni las barreras culturales y lingüísticas, ni las relaciones de dependencia y subordinación técnica, económica y política entre y dentro del Norte y el Sur del Mundo. La inclusión digital, sostiene este sector de la sociedad civil, hay que pensarla como un asunto colectivo, no individual, donde los beneficios sociales hay que verlos en relación a los que se generan para las comunidades, organizaciones, familias y grupos que sacan provecho de las tecnologías, aunque no tengan acceso a éstas. La eficacia de las políticas de inclusión digital dependerá de las posibilidades de integración del conocimiento en los propios objetivos de sus beneficiarios, considerando que no existe un solo modelo, sino muchas posibles

sociedades de la información y de la comunicación adaptadas según las diferentes necesidades y objetivos individuales y comunes de un planeta para nada homogéneo. Según la Organización Mundial del Comercio, las nuevas oportunidades tecnológicas (y del libre comercio a escala global) serán el motor de una "tercera revolución industrial". Gracias a las TICs, se sostiene, se podrán anular las brechas de pobreza y de falta de recursos existentes, confrontándose en el campo de la economía, de las transformaciones políticas y sociales, de la identidad, en la cultura y en el poder, modelando nuevas relaciones a escala global. A través del comercio electrónico y de los e-servicios, de la reducción de los costos de conexión, mejorando la eficiencia de los gobiernos y servicios públicos y favoreciendo el rol del sector privado, se creará un "entorno favorable" para lograr la reducción de las desigualdades entre y dentro de los Estados, siempre según la OMC. Algunos autores críticos han señalado que si bien en las grandes agendas internacionales se enfatizan los grandes beneficios que las Nuevas Tecnologías pueden tener para los países del Sur, lo que hasta ahora se identifica con la Sociedad de la Información se muestra como una invención de las necesidades de la globalización, vista como un fenómeno neoliberal; un desarrollo que no tiene en cuenta las necesidades de un Sur, que se encuentra en la parte equivocada de la brecha digital. Según esta visión, son los países del Norte los principales propietarios y beneficiarios de la World Wide Web, así como de la industria del hardware, del software y de la producción de los contenidos, el 70% en inglés. El Sur permanece excluido, y con ello aumentan las diferencias sociales regionales, y se impone un modelo de desarrollo "desde el Norte", a su imagen y semejanza. Tales voces críticas sostienen que de nuevo se proponen viejas lógicas que nunca han promovido cambios significativos y que, al contrario, han dado lugar a nuevas relaciones de dependencia y han acentuado las desigualdades existentes: el hardware, por ejemplo, está pensado en Occidente, lo que supone para el Sur nuevas formas de trabajo, muchas veces femenino e infantil, en las industrias de ensamblaje, reforzando la destrucción de los lazos sociales y de economía de explotación y aumentando exponencialmente la polución tecnológica.

Estrategias para disminuir la brecha digital Una manera de disminuir la brecha digital es implantar políticas de accesibilidad web, para que todas las personas, independientemente de sus limitaciones físicas o de las derivadas de su entorno puedan usar de forma satisfactoria Internet y la World Wide Web. Una gran cantidad de gobiernos de todo el mundo, han desarrollado planes encaminados a la disminución de la Brecha Digital, en estrecha colaboración con el sector privado, de manera que se ha planteado la necesidad de estimular no sólo el acceso, sino también el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías, porque sostienen que éstas efectivamente puedan incidir en los propios procesos de desarrollo, combatiendo las demás brechas que subyacen a la digital. Sin embargo, algunos trabajos han concluido que muchas de estas iniciativas responden a visiones optimistas sobre el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo, y conciben que el problema de la Brecha Digital se resolverá mediante la introducción de computadores personales con acceso a Internet. Aspectos como la capacitación de los usuarios y la creación de contenidos culturalmente adecuados a cada contexto, son frecuentemente dejados de lado. De forma similar, las comunidades receptoras en estos procesos de equipamiento tecnológico pocas veces son tomadas en cuenta, lo que afecta la sustentabilidad a largo plazo de proyectos de esta naturaleza. En este sentido, algunos autores plantean que las TICs deberían proporcionar un espacio de encuentro de una nueva esfera pública, donde la sociedad civil pueda definirse y comprenderse en su diversidad y donde las estructuras políticas estén sujetas al debate público y sean evaluadas por sus acciones, garantizando la participación de las categorías más excluidas a través de perspectivas de género, regionales y sociales.

Críticas hacia el concepto de brecha digital La brecha digital no es un fenómeno que sea reconocido de forma unánime. Entre las principales críticas que se hacen, destacan los señalamientos hechos por Benjamin M. Compaine, quien sostiene que se trata de un asunto que ha sido objeto de manipulaciones políticas y que las actuales diferencias observadas en el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación, se salvarán gracias al destacado impulso de este sector del mercado. La diferencia social que existe entre aquellas personas que saben utilizar las TIC y aquellas que no, no siempre es un problema de posibilidad de acceso e

infraestructuras (servicio universal) o conocimientos previos (alfabetización digital), sino que en la mayoría de los casos es un problema de actitud personal en lo referido a las nuevas tecnologías. Es preciso un cambio cultural que implique a todas las personas sin importar su condición o rango de edad para poner a su alcance y de forma más intuitiva y “usable” lo que llega, ha llegado y llegará en un futuro en materia digital.

Redes culturales Ceres1.jpgEn el marco del Programa Redes culturales de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe, que tiene como sustento y eje articulador a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la semana pasada se realizaron dos cursos de capacitación a cargo de Marcelo de la Torre. En Humberto 1º fue la primera cita, donde se reunieron los trabajadores de las áreas de Cultura y docentes de las localidades del Departamento Castellanos. El viernes el curso se desarrolló en Ceres. Allí fue el encuentro de capacitación del Departamento San Cristóbal. educ.ar participó de ambos talleres de capacitación, y el viernes, en la localidad de Ceres, visitó la Escuela Domingo Faustino Sarmiento donde se entregaron los CD de la Colección educ.ar. Ambos talleres comienzan igual: Marcelo de la Torre baja de su auto y camina hasta el baúl, de donde toma una pizarra que lleva a cada localidad que visita de la provincia de Santa Fe para dar los cursos de capacitación, que en Ceres y Humberto 1º tuvieron una duración de aproximadamente tres horas y que se desarrollaron en un espacio común: los cibers. La cantidad de personas que asistieron osciló entre las doce y las quince. Los cursos dictados estuvieron estructurados de la siguiente manera: de la Torre comienza con una breve introducción a los usos culturales y educativos de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la sociedad, su importancia y vitalidad para el desarrollo y los cambios profundos que produce su inclusión. Luego comenta y señala las bisagras culturales producidas por la revolución digital y se acerca más concretamente a los sistemas complejos de producción y circulación de la información y el conocimiento. Es en esta instancia del curso cuando los asientes se entregan al debate, porque claro cada uno tiene

una pensamiento más o menos elaborado respecto de los efectos que produce la inclusión de la tecnología, en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en la formación no formal de niños y jóvenes, en la gestión cultural de las comunidades y en las culturas mismas en que las tecnologías son incluidas. El curso continua con la exposición y consiguiente aplicación de los parámetros canonizados de búsqueda de información e imágenes en la Red. La segunda parte del curso de capacitación está orientada a fomentar la participación activa de las personas en la Red. En ese sentido los asistentes al curso comienzan a producir y publicar sus contenidos, informaciones e imágenes en el weblog del Programa Redes Culturales. Escriben los textos, los editan y enlazan, buscan imágenes para ilustrarlos, los categorizan y los publican. En el weblog de Redes Culturales, hemos publicado en forma más testimonial desde los lugares mismos donde se realizaron los cursos dos breves relatos de las experiencias en el Departamento Castellanos y en el Departamento San Cristóbal.

Redes.jpg En la localidad de Ceres, aprovechando la visita, fuimos a la Escuela Domingo Faustino Sarmiento, que se encuentra justo frente a la estación de ferrocarril, una estación muy pintoresca hoy recuperada culturalmente que ve pasar cada semana trenes de carga y uno de pasajeros. Allí nos reunimos unos minutos con una veintena de maestras que estaban a cinco o diez minutos de entrar a las aulas a dar clase. Fue breve pero caluroso el encuentro. Llevamos unos CD de la Colección educ.ar que les entregamos y estuvimos charlando sobre los chicos, su educación, el trabajo en el aula y las tecnologías en ese proceso interminable que es el del aprendizaje. Algunas de las maestras ya tenían conocimientos de informática y otras no, con lo cual los CD, ambos Elementos Básicos de Informática y Banco de Recursos Interactivos, fueron bien recibidos. Esta escuela de Ceres tiene un laboratorio de informática que utilizan alumnos y docentes así que, como nos dijeron las maestras, los CD serán aprovechados por unos y otros. El trabajo territorial de capacitación informática que lleva adelante el Programa Redes Culturales en la provincia de Santa Fe constituye una acción concreta de inclusión digital. Se trata de un programa estratégico que estimula la reapropiación de lo público por parte de los ciudadanos y propone un trabajo intenso de inclusión digital ciudadana sobre los dominios públicos virtuales. Desde ese programa de la Secretaria de Cultura provincial, la construcción territorial de redes sociales a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y más específicamente desde la capacitación en sus usos, hacen de la administración de los recursos humanos y tecnológicos ya existentes un camino posible de inclusión.

Si pensamos que la brecha digital, que tiene mucho de económica y otro tanto de cultural, podrá ser reducida significativamente sólo con equipamiento y conectividad estamos en problemas. El contra ejemplo grosero de esa afirmación podría ser que incluso teniendo una situación de equipamiento y conectividad plena la brecha digital tendría continuidad. Eso quiere decir que necesitamos mucho más y mucho menos que una computadora por habitante en el plantea, necesitamos mucho más y mucho menos que todos los hogares del mundo conectados a Internet. Probablemente la capacitación informática y el estimulo de una cultura de acceso publico a la Red y de su construcción descentralizada estén más relacionadas con las acciones concretas para disminuir la brecha que el equipamiento masivo. Y en este punto los planes y acciones de capacitación son decisivos, pues personas que no son “propietarias” de una computadora pueden estar incluidas si están capacitadas con las competencias digitales mínimas que les permitan reapropiarse del acceso público a la Red. Es aquí donde los cibers y los telecentros, como el recientemente inaugurado en Rosario, juegan un papel clave. Por otro lado, respecto de la participación activa en la construcción permanente de la Red y la producción autónoma de contenidos, las herramientas de software social tienen un papel protagónico para reducir la brecha. Se trata de los weblogs y los wikis, los foros y las listas de distribución, por ejemplo. En esa dirección trabaja Redes Culturales.

La documentación gráfica del patrimonio cultural: de la brecha digital al alarde tecnológico José Pereira

Desde hace algunos años los profesionales del sector de la conservación y divulgación del patrimonio van sintiendo una inquietud creciente por lo que se conoce como la documentación gráfica del patrimonio cultural, o lo que es lo mismo, una serie de estrategias para recabar el mayor número de información posible sobre un Bien Cultural a través de herramientas de captura y representación gráfica. Estamos hablando evidentemente de fotografía digital, fotogrametría, CAD, escáners 3D, capturas multiespectrales o hyperespectrales, etc. Aunque ya a finales del siglo XVIII el arquitecto alemán Albrecht Meydenbauer, padre de la fotogrametría actual, convirtió su vida en la una cruzada personal para

promover la fotografía como estrategia para para la preservación de inmuebles y monumentos, con el fin de que estos pudiesen ser reconstruidos en un tiempo futuro. Quizás sería a partir del año 1972 cuando a través de la UNESCO se comienza a abordar los inventarios del patrimonio nacional de un país como estrategia fundamental para la protección del patrimonio histórico de un país, y por tanto la documentación del patrimonio como una herramienta fundamental para la preservación de este. Posiblemente esta sea la fecha a partir de la cual comienzan a surgir en el entorno profesional diferentes publicaciones con el fin de aportar cierta luz a los trabajos de documentación y documentación gráfica del patrimonio en particular tales como “Aims and Techniques of Recording Instead of Conservation” en 1978, “Guidelines for the Recording of Heritage Buildings” en 190, “Documentation as a Management Tool: Planning for Conservation” en 1996, “Documenting the Cultural Heritage” en 1998, “Guidance on Inventory and Documentation of the Cultural Heritage” en 2001 y un largo etc hasta llegar a nuestro días donde podemos encontrar documentos tales como “Recording, Documentation, and Information Management for the Conservation of Heritage Places” editado por la Getty en 2007 de acceso on-line, o en terreno nacional el conocido documento “Documentación gráfica del patrimonio” editado en 2010 por nuestro Ministerio de Cultura fruto de las jornadas realizadas en ese mismo año entorno a la documentación gráfica del patrimonio, o las propuestas del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico “Documentación gráfica del patrimonio cultural” accesible también vía web. Si continuamos brevemente el recorrido por las publicaciones entorno a la documentación gráfica, nos vamos a encontrar con auténticos referentes actuales como “Technical Guidelines for Digitizing Archival Materials for Electronic Access: Creation of Production Master Files - Raster Images” cuya última revisión pertenece al 2004, y que nos adentra en un tipo de publicación muy característica encargada de recopilar pautas o directrices de trabajo. Desafortunadamente de toda esta maraña de documentación técnica y no tan técnica, propuestas extraordinarias como la de Lindsay MacDonald del 2006 “Digital Heritage: Applying Digital Imaging to Cultural Heritage”, es la gran ausente en la bibliografía de mayoría de tratados o discusiones actuales, algo muy sintomático del modelo de publicaciones y discusiones que se establecen en este momento. Evidentemente queda patente un cierto interés por este campo de la conservación del patrimonio, y lo potencialmente obsoleto de ciertas publicaciones, sin embargo cada vez que me acerco a muchos de estos trabajos entorno a las pautas o recomendaciones técnicas de la documentación gráfica en patrimonio, tengo una inevitable sensación de tropezarme con la famosa “brecha digital” de la comisión

Mailand. Ya que con frecuencia sus contenidos se acercan de forma escasamente sensata a la demanda de conocimiento entorno a las tecnologías digitales de la actualidad. Al tropiezo una u otra vez con artículos que evidentemente han sido redactados en lo más profundo de dicha brecha, me encuentro con una importante cantidad de artículos pseudo-científicos destinados a promocionar o justificar costosos equipos o inversiones en tecnología por parte de ciertas empresas, fabricantes e instituciones, de forma que muchos proyectos de documentación del patrimonio acaban por convertirse en alardes tecnológicos o promociones de dispositivos. Sin embargo entre los profesionales que no pueden acceder a un escáner 3D, a un dispositivo de tomografía axial computerizada, o a la licencia de un software de fotogrametría, pero que ya han superado el nivel básico de Photoshop pirata, se encuentra asentado la mayoría del sector profesional. Hay que ser realistas, en cuanto a que la mayor parte del patrimonio no se documenta con modelos 3D ni TAC, sino con simples cámaras fotográficas digitales, como meras herramientas para llevar a cabo la fase de documentación de un proyecto de salvaguarda del patrimonio cultural. Y son precisamente estos cientos de miles de imágenes digitales que se disparan cada día en nuestros entornos profesionales, las que realmente documentan y describen nuestro patrimonio cultural. Siendo precisamente esta la estrategia o tecnología que más atención se le debe prestar pues es donde los errores cometidos en las directrices o procesamiento de estas capturas se incorporan a un ritmo trepidante a nuestros archivos. Sin embargo parece no ser así, a pesar de que la fotografía digital es el medio más accesible y recurrido para la documentación, divulgación y en cierta manera preservación del patrimonio cultural, parece que profundizar sobre ciertos aspectos de esta tecnología tan trivial en nuestros días parece carecer de cierto interés, entiendo que dándose por hecho que el profesional del patrimonio se encuentra sobradamente familiarizado y formado en la captura y tratamiento de imágenes digitales como herramienta para la digitalización, documentación y en definitiva preservación del patrimonio. Siento intuir que esto no es así a la vista de recomendaciones como las del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, por citar algún documento cercano a nuestra realidad, donde el escaso nivel de profundidad o pertinencia que se alcanza en algunos puntos de dichas normas queda perfectamente patente a través de algunas de las fuentes bibliográficas consultadas para la redacción de dicho documento y el nivel de profundidad en la brecha digital que se encuentra sumergido alguno de sus autores.

Viendo los trabajos y proyectos que están saliendo a la luz en los últimos años en materia de documentación de patrimonio histórico, percibo un cierto afán por el alarde tecnológico o innovación técnica, frente a un sistemático descuido de los principios más fundamentales de la documentación gráfica como son las técnicas asociadas a la fidelidad y representatividad de una simple imagen fotográfica. Situación llevada al extremo por la enorme competitividad del sector de la salvaguardia del patrimonio donde cada vez más se busca sobretodo la excelencia o diferenciación entre profesionales e instituciones a través del ostentismo tecnológico. Evidentemente es necesario una constante investigación e innovación en las directrices y tecnologías para la documentación del patrimonio así como la divulgación de nuevas propuestas. Sin embargo no se pueden obviar las necesidades y rutinas del día a día de la mayoría de los profesionales del patrimonio que son los que constituyen el grueso del patrimonio documental de nuestro país. El éxito de las recomendaciones sobre la digitalizaición o documentación del patrimonio sucede por la accesibilidad a estas de la mayoría de profesionales.

Un nuevo centro cultural Apostando al Centro La Sociedad Uruguaya de Actores (sua) inaugura este abril un centro cultural que llevará el nombre de Carlos Brussa, el obrero textil, actor y director uruguayo nacido en Joanicó, fundador de la Compañía Dramática Uruguaya, que tanto hizo por el teatro nacional y fue presidente de SUA. El flamante centro cultural (CCCB) se propone, gestionado por sua, difundir tanto expresiones ligadas al escenario – teatro, danza, circo, títeres y música– como presentaciones de libros y discos, conferencias, exposiciones de artes plásticas. Asimismo, generará instancias de formación profesional para artistas y técnicos de las artes escénicas, propiciará debates, encuentros y seminarios entre los trabajadores de la cultura, buscando proponer e incidir en las políticas culturales, y tendiendo puentes con instituciones similares a nivel latinoamericano y mundial. Otro objetivo del Centro Cultural Carlos Brussa es diseñar y llevar a cabo actividades culturales volcadas al barrio y la comunidad, en coordinación con el Municipio B y la Intendencia de Montevideo. El complejo estará dotado de una sala polifuncional, dos salas de ensayo, dos salones de clases y talleres, espacio de administración, cafetería, un espacio

abierto de usos múltiples, además de camerinos, duchas y talleres de realización. Está ubicado en la sede del sindicato de actores (Mercedes 929), una vieja casona cuyo reciclaje fue posible por haber sido elegido en dos instancias del Presupuesto Participativo de la Intendencia de Montevideo. El martes 7 de mayo a la hora 19 será inaugurado este centro, que sin duda será un elemento clave en la revitalización de este sector de la ciudad que desde la inauguración del complejo del sodre ha iniciado un lento pero seguro camino hacia una resignificación en términos de patrimonio urbano.