Cassirer, Ernst - El Problema del Conocimiento III-1

ERNST CASSIRER EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO ENLA FILOSOFÍAY ENLA CIENCIAMODERNAS MM Los Sisremas PosTKANTIANOS L, o

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ERNST

CASSIRER

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO ENLA FILOSOFÍAY ENLA CIENCIAMODERNAS

MM Los Sisremas PosTKANTIANOS

L,

o,

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Ri IOTECA

E FONDO DE CULTURA ECONÓMICA México

PROLOGO La EMPRESA de desarrollar,en este volumen, la exposiciónhistóricadel problemadel conocimientohastamás allá de los linderos del sistemade la filosofíade Kant, no nos ha sido sugerida directamentepor interesesde orden históriconi por los estudios de este carácter.Ha sido, en realidad,el contactocon los pro. blemassistemáticosde la moderna crítica del conocimientolo que ha llamado, primordialmente,nuestra atención hacia los nexosexistentesentre la filosofíade nuestrotiempoy los sistemas postkantianos.

Por anticuadosy caducosque estossistemaspuedanparecernos hoy, en lo que a su contenidose refiere,por problemáticas que puedan antojársenossus soluciones,no cabe duda de que sus problemasconservanaún, para nosotros,ciertovalor de aca tualidad. Los debatesmetodológicos empeñadosen nuestrosdías en torno a la teoríadel conocimientovuelven a situarnoscada vez más claramente ante los problemas fundamentales que se al-

zabanya antelos primerosdiscípulosy los primeroscontinuadores de Kant. Y así, mosencontramosno sólo con que, en el decurso del tiempo, aparecen al lado del movimiento neokantiano un mo-

vimientoneofichteano,otro neohegelianoy otro que viene a renovar la filosofíade Fries,sino con que la trabazónobjetivaentre estossistemasfilosóficosse revela con claridadcada vez mayor, aun en los casosen que los nexoshistóricosdirectoscon los sistemas del pasado más bien se rehuyen que se buscan. Ciertos pro-

blemasque siguenestandohoy en el centromismode los debates de nuestra teoría del conocimiento, aunque hayan cambiado de expresión, siguen presentado, en realidad, el mismo contenido

sustancialque en los días de la especulaciónpostkantiana.Y la concienciade esta continuidadhistóricabrinda tambiénun elemento importante para una acertada formulación sistemática y

una soluciónsistemáticacerterade los problemasa que nos referimos. En estesentido,podemosafirmarque tambiénlas reflexiones del presentevolumen—al igual que las de los dos anteriores7

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PRÓLOGO

persiguenparejamenteun fin históricoy un fin sistemático. Agrupan la especulaciónfilosóficapostkantianaen tornoal problema fundamentaldel método,formuladopor Kant con la máximanitidez y que sus continuadoressiguen desarrollandoy transforman, a veces,en diversasdirecciones. No podíamos nosotros proponernos,ciertamente,relegara segundoplano mi posponeren modo algunodetrásde estosproblemasmetodológicos, las tendenciasespeculativas de los pensadorescuyossistemasestudiamos.Ello habríaequivalido,evidentemente,a violentarde un modo arbitrariola materiade que se trata. Para mantenernosfielesa la exposiciónhistórica,teníamos que renunciarde antemanoa destacarde cadarunode los sistemas estudiadosuna “teoríadel conocimiento”propiay especial, separándoladel conjuntode las otrasteorías“metafísicas”fundamentales. El solo intento de esta disociación,lejos de explicar históricamente los sistemasestudiados,habríarepresentado, por el -contrario,la negación,la abolicióndel principio mismo sobre el que descansan. Era necesario, por tanto, enfocar los problemas especulativos

situadosen el centrode cada una de las doctrinas,no ya fijándonos unilateralmenteen las relacione;que guardancon el problemadel conocimiento,sino centrandola atenciónen su contenido propio y esencial.No cabe duda de que el tema específico de estaobrasólo podía expresarse de dos maneras:de una parte, no estudiándose los sistemasparalos que el problemadel conocimiento sólo ofreceun interéssecundarioy, por así decirlo,periférico (que es lo que ocurre, por ejemplo, con el sistemade Schleiermacher);de otra parte,en lo tocantea las doctrinasque analizamoscon ciertodetalle, tratando de poner de manifiesto no tanto los resultadosa que conducencomo los motivosintelectualesdeterminantespartiendode los cualesse plasmany sc forman. De este modo,sin menoscabar ni tergiversar en lo másinínimo el contenidometafísicode los sistemasposterioresa Kant, era necesarioy lícito al mismotiempoesforzarse por indagaren cada caso,a la vistade estecontenido,la formaespecialde pensamiento de la que procede.Tratábase,para decirlode otro modo, de exponery comprenderlos sistemasde Fichte,Schellingy Hegel,

PRÓLOGO

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de Herbarty Schopenhauer,no sólo en cuanto a sus resultados y en su sucesión histórica, sino también fijándonos en el principio

del conocimientopropio y peculiarde ellos, del que cada uno arranca. También el desarrollode la especulación filosóficapostkantia-

na nosrevelacontodala claridad deseable quela pugnaen torno al problemadel serse reducesiempre,en última instancia,como a su verdadera fuente, a una distinta, dispar o antagónica ma-

nera de formularel problemade la verdad. Sólo cuandohemos esclarecidoel conceptoque cada uno de los sistemaspostkantianos aparejaa la “verdad”, es decir, al conocimientomismo —ya formule expresamenteeste conceptoo se limite a dejarlo traslucircomo implícitoen sus conclusiones—, sólo entoncespodemos llegara comprenderla estructurade estossistemasy alcanzar una pauta inmanente para el enjuiciamiento de todas y cada una de sus tesis.

Esta críticainmanentede los distintosproblemasfundamentales contenidosen la especulaciónfilosóficapostkantianaconstituye el segundoobjetivo esencialque las consideraciones del presentevolumen persiguen.Los sistemasposteriores a Kant, tan admiradosunas vecesy otras tan combatidos,rara vez son explicadosy enjuiciados,ésa es la verdad, partiendode sus propios motivos especulativos. Este esclarecimiento es el que aquí

nos proponemosintentar,antes de proceder,a la vista de cada sistema,a la críticaobjetiva,que ciertamentetampocopuede ser omitida. Casi todos los grandessistemaspostkantianoscompartenla suerte históricade haber provocado,en su día, un entusiasmo exento de toda crítica,para dejar pasoen seguidaa una reprobación igualmentepoco razonada.Hoy, pareceque estamosya, por fin, lo bastantecercay lo bastantelejosde ellos para poder enfocarlos con verdadera objetividad histórica.

Nos hemos esforzado, en las páginassiguientes, por seguirsiempre aquel consejoque Lessingdaba, en el campo de la crítica literaria,como reglaparaenjuiciarlas obrasde los maestros.Nos hemosacercadoa la época que abarcaeste volumen “dudando con admiracióny admirandocon duda”, y aun allí donde nos mantenemosen la más abiertadisparidadcon respectoa los re-

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PRÓLOGO

sultadosdefinitivosde las diversasdoctrinasexaminadas,hemos procuradohacer honor al trabajo espiritualrealizadopor esta épocay a la pugnaintelectualen ella desplegada. Ahora bien, la necesidadde ahondaren la metodologíade cada uno de los sistemaspostkantianos nos ha obligadoal mismo tiempo,constantemente, a un examencríticorenovadode la propia metodologíade Kant. El hechode que, a la postre,volvamos los ojos haciaestemétodo,desdetodaspartes,comohaciael fundamento más firme y más seguro, no quiere decir que desconoz-

camos,por otra parte,los límitesdel planteamientoespecialdel problemapor la filosofíaKantiana,aunque no sea estevolumen, ciertamente, el lugar apropiado para especificar y esclarecer los

límites en cuestión. Esta tarea teníaque quedarnecesariamente reservada a un ensayo posterior, orientado en un sentido puramente sistemático,

Consideramoscomo uno de los méritoshistóricosesenciales que debenreconocerse a las doctrinaspostkantianas el haberensanchadolos horizontesdel campoproblemático de Kant y de la filosofíacrítica. No importaque las nuevasrespuestas ofrecidas por estossistemasdebanser consideradas comouna solucióndoemática precipitadae insuficiente;no por ello podemossustraernos, a la larga,a los nuevose importantesproblemasplanteados por la filosofíade estaépoca. No se nos escapa,naturalmente,que la exposicióndel pro» blema del conocimientoresultanecesariamente fragmentaria,en sentidohistórico,aun con la ampliaciónque en este volumen le damos. Sabemosque no pasa de ser arbitrario,desdeel punto de vista histórico,el cerrarel estudiode este períodocon los sistemasde Herbarty Schopenhauer.En rigor,tendríamosque haberloshecho seguirpor la exposiciónde las doctrinasde Lotze y Fechnery, sobretodo,por la fundamentación y el desarrollode la teoríadel conocimientode las positivistas,desdemediadosdel sigloxix en adelante,en sus diferentesfasesy en las diversasdireccionesfundamentalesde esta filosofía. Claro está que una consideración históricasistemáticamente proyectadase habríavisto en seguidaobligadaa enfrentarse de nuevocon problemasque no podrían tratarseexhaustivamenteatendiendotan sólo a su reflejo en los sistemasfilosóficosde la teoríadel conocimiento,ya

PRÓLOGO

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que no puedensercomprendidos plenamentesin referirlosal desarrollode las cienciasparticulares. No cabedudade que habríasidouna tareamuy tentadoraesta de ponerde manifiestocómolos problemasde la teoríacríticadel conocimiento, despuésde desintegrarse la doctrinade Kant en los sistemaspostkantianos,van construyéndosepoco a poco, desde dentro,en el trabajoinmanentede las cienciasespeciales,para resurgiraquí bajo una nueva formay bajo una modalidadnueva. Largotiempollevo ya preocupadocon el plan de este tipo de exposición,en el que la historiadel problemadel conocimiento serácontinuadahastalos tiemposactuales;no obstante,y a pesar de llevar ya muy adelantadoslos trabajospreparatorios paraeste estudio,no me atrevo, por ahora, a anunciaral lector, ni siquieraaproximadamente, la fechaen que podremosdarloa la luz. Es tan inmensoel materialque ofrecea nuestraconsideración el desarrollode la matemática,así como la trayectoriade las cienciasnaturalesy de las cienciasdel espíritua lo largodel sigloxix, que apenassi puedeser abarcado,cuanto menosdominado,por un solo individuo.* Diremos,para terminar,que sería para nosotrosmotivo de gransatisfacciónque el presentevolumen sirviese,precisamente por la limitaciónde su tema,de acicateparaque otrosinvestigadores se decidiesen a rebasar sus fronteras y a estudiar y exponer a fondo la trayectoria del problema del conocimiento, en sus di-

reccionesfundamentales,a lo largo de la segundamitad del siglo XIX.

--

Hamburgo,25 de octubrede 1919,

ErnsT CASSIRER

* El resultadode estasinvestigaciones se ha recogidoen el vol. IV, El problema del conocimiento:De la muerte de Hegel a nuestrosdías, Fondo de Cultura Económica,México, 1948 [E.].

INTRODUCCIÓN EnrtrElas diversasfórmulas que intentanreducira una expresión breve la tendenciade la filosofíacrítica,tal vez no haya ninguna tan expresiva ni tan certera como aquella según la cual

el espíritudel criticismoconsisteen que “la razónse comprenda a sí misma”. No obstante,y por mucho que el criticismohaya logradoexponer y desarrollarsistemáticamente esta su tareafundamental, parecehaber fracasadototalmenteen ella, por lo menos en su propiahistoria. Es lo ciertoque, cuantomás va extendiéndose el movimientofilosóficoenlazadocon la críticade la razón,más pareceir alejándosetambiénla metade la comprensiónde sí mismo entrelas diversastendenciasque a ella se acogenLa pugnaentre las escuelaskantianasdestruye,a la postre,toda posibilidadde determinarde un modo unívoco el pensamientocrítico fundamental. De ahí que la influenciaque la filosofíakantianava ganando en extensiónse logresolamentea costade renunciara lo que constituyesu verdaderamisión histórica. Sólo en términos eufemísticospareceque podamosseguirhablandodel “desarrollo” de sus principios, ya que lo que directamente aparece ante nos-

otroses más bien la disoluciónde su organismoespeculativoy la desintegraciónen toda una serie de interesese interpretaciones pugnantesentre sí. Sin embargo, un juicio semejante, aunque se imponga a pri-

meravista,no pasa,en realidad,de la superficiede los fenómenos históricos.Junto al conceptoque podríamosllamarde escuelade la filosofía kantiana,y por encimade él, está su conceptouniversal. Y éstese afirmae imponeen la pugnaentrelas diversas escuelas;hastanos atreveríamos a decirque salede ella másclaro y más fortalecido.Lo que la filosofíakantianaaportóy significó

paraun Schiller,paraun Wilhelmvon Humboldt,inclusopara un Goethe, no hace más que revelary coronarsu verdaderoy

profundosentidohistórico. Pero,al mismo tiempo,estaoriginaldoble vida de los pensamientos kantianossitúa al historiadorante un problemaharto 12

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difícil. ¿Cómo explicarse,en efecto,que una doctrinafilosófica irrumpacon tal energíaen la vida todade su época,aún antesde que su conceptoabstractoy de escuelahaya llegadoa plasmarse y se halle a salvo de tergiversaciones? ¿Cómo llegara comprender semejanteunidad de acción, en una filosofía cuyo pensamientocardinalse tornacada vez más problemáticoen cuanto a su unidad, a medida que se va analizando?No cabe duda de que estóseríaincomprensible,si el análisisque vemos desarrollarsehistóricamente revelaseante nosotrossolamenteel carácter de la desintegración en aspectospugnantesentre sí y contradictorios.Pero,viéndolobien,seda uno cuentade que este resultado negativo entraña, al mismo tiempo, UNfruto y un rendimiento poc Au

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sitivos. La desintegracióndel sistemacrítico en sus elementos disparesy heterogéneos constituye,a la par de ello, la premisay el puntode partidaparauna nuevacomprensiónde su estructura conceptual. El fundamentoa que respondenla diversidady el antagonismo de los puntosde vista desdelos que se enfocala filosofía críticano residesolamente,ni mucho menos,en la perplejidad subjetivaen que la épocase encontróal enfrentarsecon la filosofía kantiana;esta disparidadde criteriosse explica, al mismo tiempo,porla naturaleza objetiva,por el propioobjetosobreel que recaela especulación.El “sistema”del criticismodifiere,en cuanto a su designiofundamentaly en cuanto a la misión que se traza,de todos los sistemasmetafísicosprecedentes. El resultadode la críticade la razónno puedeser presentado desdeel primermomentocomoun productoacabado,consistente en una suma de principiosfijos, pues esta filosofíaes lo que es precisamente graciasal caminopor el que se llega a ella, gracias al métodopor medio del cual se establecey fundamenta.Y este métodopor el cual se crea no desaparece,ni mucho menos, en el resultadofinal, sino que forma,en determinadosentido,la totalidadde este resultadomismo. De aquí que, para llegar a comprenderverdaderamentela filosofíacrítica,haya que despojarconstantemente a esta doctrina, en su totalidad,de su forma arquitectónicafija, para desentrañarlos motivosespeculativos que la hicieronsurgir. Y estoes, precisamente, lo que por vía indirectavienen a realizar,con su

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INTRODUCCION

labor,los discípulosy continuadores inmediatosde Kant. En ellos se desdoblany se enfrentanlos diversosaspectosque en Kant se entrelazanparala formaciónde su sistema,lo que hace que cada uno de ellos cobre mayor relieve y nueva nitidez. Y, a la par que se destacanunilateralmentelos diversosaspectos,cada uno de por sí, va revelándosetambiénmás claramente—cuando se abarcancon la mirada todosestosintentos,en su conjunto— la estructurade la totalidad. En estesentido,podemosdecirque los múltiplesintentosde desarrollode la filosofíakantianaguardanentresí, a pesarde su pugna interna,una ciertarelaciónde continuidadespeculativa. Resuelvenentretodosellos un problemaque, en cuantotal, ninguno podría, evidentemente,resolverni esclárecerde un modo completo,por separado.A travésde los cambiosconstantesde perspectiva sobrelos que se proyectaaquiel sistemacrítico,el historiador atentoa estoscambiosacabaformándose,a pesarde todo, Una nueva idea de conjunto. Desde estepunto de vista,se determina y delimitael interés que esta época ofrece para la historiografía filosófica. No cabe

duda de que tambiénel historiadordebe,razonablemente, dejar a un lado,por su importanciapuramenteefímera,todo lo que en las discusionesen tornoa la filosofíade Kant puedeser considerado como productode la simpletergiversación, o como disputas puramenteverbales. Pero, en medio de la labor intelectualde esta época, destácanse, en cambio, con tanta mayor fuerza aque-

llos rasgosque respondenal interéscentraly reflejanel planteamientodel problemacentralde la crítica. Nos encontramoscon un determinadogrupo de conceptosen los que se expresaeste problemayque forman,por así decirlo,la sólida armazóny la orientacióncentraly unitariaen mediode toda la marañay la dispersiónde los detalles. Entreestosconceptosa que nos referimosfiguranel concepto de la cosa en sí, el de la unidad sintética, la antinomia entre for-

ma y materiay el problemade las relacionesque existenentre lo generaly lo particulardentro del campo del conocimiento. Y veremoscómo todos los criteriosespecíficoscaracterísticos y decisivoscon que nos encontramosen las doctrinasde Reinhold y Beck, y Aenesidem y Maimon, y hasta en los sistemasde

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INTRODUCCIÓN

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Fichte, Schelling y Hegel, pueden ser referidos, bajo una u otra

forma,al marcointelectualde estosconceptosy problemas. Así concebida,la desintegración que el sistemacríticosufre, entre los continuadores de Kant, se revela, evidentemente, como

algo más que una simplecontingenciaexternay desdichada:en medio de todas estas variaciones, aparentemente infinitas, se im-

pone una vez más, a travésde las más diversasmodalidadesy desdeun punto de vistatotalmentenuevo,la unidadesencialen tornoal temacentraly más profundode estafilosofía. La “revolución copernicana” con que comienza la Crítica de la razón no podría comprenderse y valorarse en sus justos térmi-

nos si moslimitásemosa ver en ella una simpleinversiónde la relaciónde dependenciaque hasta entoncesvenía estableciéndose entre el sujeto y el objeto, entre el conocimiento y el ob-

jeto sobre el que recae. Así enfocado el problema,mantendríanse en pie, sencillamente,los elementosde cuya relación se trata, siendo así que el sentido del planteamiento“trascendental” del problemaconsistecabalmenteen que, al alterarseel orden entre ellos, se altera al mismo tiempo, inevitablemente, la significaciónmismade los elementosen cuestión.El concepto del objeto es sustituido, ahora, por el problema del tipo de cono-

cimiento,del modo de conocer,único terrenoen que es posible alcanzary fundamentarla objetividad. Sólo con arregloa determinadasformasde conocimientoy pormediode ellas—por medio de las formasde espacioy tiempo, de magnitudy número,de constanciay relacióncausal—, cabe llegara definir lo que llamamosobjeto. La objetividadsignifica,en cuantoobjetividadempíricadel “fenómeno”,la representabilidad dentrode estasordenacionesfundamentales,las cuales,como más adelantehabráde demostrar la crítica, no aparecen alineadas como detalles incoherentes entre sí, sino que deben concebirse, por el contrario, como una unidad sistemática.

Partiendode esta premisa,no cabeduda de que el conjunto de condicionesde la posibleexperienciadebieraestara salvo de

todaposibleconfusión conla esferade lascosasmismas, queesa sumade condicionestrataprecisamente de fundamentaren cuanto a su “posibilidad”. Ya no es posibleseguirbuscandoesas

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condicionescomopartedel campode lo real,despuésde haberlas reconocidocomo premisapara toda clasede realidad,lo mismo la “física” que la “psíquica”,la “exterior”y la “interior”. La totalidadde las condicionesdel conocimientono constituyede por sí ningún nuevo mundo objetivo que ocupe un lugar especial junto a los objetosempíricoso por encimade ellos. Pero, por muy necesariamente que esta consecuencia se desprenda por sí mismadel nuevo planteamientodel problema,no cabeduda de que resultamuy difícil mantenerlacon todo rigor en la exposiciónde los pensamientosfundamentalesde la filosofía crítica. La razónde ello está en que esta exposicióntiene forzosamenteque tomar sus medios de expresiónde la órbita circundantedel lenguajey del mundo de tonceptosque a ella corresponde.Pues bien, el factor característico de este mundo conceptualresideprecisamente en el hecho de que ha sido creado primordialmentepara designarcosasy relacionesentre cosas. La desintegraciónde la realidad en elementossustanciales sueltosdotadosde existenciasustantivay entrelazados mediante diversosnexos en el terrenode la acción,es consideradoaquí, por tanto,comoun estadode hechoque toda investigación “epistemológica”debe necesariamente aceptarcomo algo dado. No obstante,por lejos que vaya la abstracciónsobre la que descansan el lenguaje de la vida y el lenguaje de las ciencias em-

píricas,esta abstraccióndeja intacta,por decirlo así, la fundamental trabazón categorial de la concepción ingenua del universo.

Y, comoconsecuencia de ello,todaexposiciónde los pensamientos básicos“trascendentales” se enfrentainmediatamentea un conflicto, a una pugna interiores.Existesiempreel peligrode deslizarsede la esferade las condicionespurasdel sabera la esfera de las cosas empíricas,de tergiversarlas relacionespuramente lógicasde las verdadesen relacionesconcretasentreobjetosdados. El estilofilosóficode Kant procurasalir al pasode este peligro, ante todo, por medio de un giro muy peculiar, que es en sí

mismo,ciertamente,no menosdifícil y problemático.Para Kant, es un postuladofundamentalel de que debe mantenerseen pie, con toda su fuerza,la antinomiaentre las “condiciones”y las “cosas”. Ahora bien, para expresar esta antinomia, se recurre en-

toncesa una doblenegación,determinandolo que por su carácter

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especificoes “irreal”, desde un doble punto de vista, ya como «“syprarreal”, ya, por el contrario,como “infrarreal”. Y así, los supuestosaprioristicossobrelos que descansala forma de todo conocimiento,para que no se pierdanen el procesopsicológico de las representaciones sueltas,destruyendocon ello su vigencia específica,aparecen concebidos aquí como “dotes” originarias,AnREN

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ALÍ

terioresa todo contenidopsicológicoconcreto. Y, de un modo análogo,cuando se trata de la determinacióntrascendentaldel conceptode la materiadel conocimiento,Conobjetode sustraer esteproblemaa toda soluciónde tipo empírico,que envolvería siempreun claro círculo vicioso,se recurre A una especiede “afección”supraempírica por las “cosasen sí”. Sin embargo,contempladasdesde el punto de vista del pensamientofundamentaldel criticismo,todasestasfórmulasy otras

parecidas no representan tantola definitiva solucióndelproblema

como la invocaciónde simplessimbolosen que el problemase planteauna vez más y tratade plasmarsepor mediode un rodeo peculiarque da el pensamiento.Las determinacionesaisladas no puedenllegar,aquí,a sercomprendidasnunca de por sí como descripcionesde un estado de hecho absoluto,sino solamente con referenciaa su antítesis,esdecir,en relacióncon aquelloque niegan y que quieren excluir.

En estacomplicaciónresidela verdaderadificultad del estilo kantiano.Prosigue€n él y cobraen él su más claraexpresiónla lucha entreel nuevo enfoquelógicodel conceptoy la concepción empíricade la cosa. Todos los conceptosfundamentalesde la filosofíacrítica.Y todas las antinomiaselementalesde cuyo desarrolloparteestafilosofía,se muestranbajouna luz diferentesegún que se los contempledesdeuno u otro punto de vista; €s decir, segúnque se los considereComoexpresionesde “condiciones”Y de nexosentreellaso, por el contrario,como expresiones de “cosas”,ya se tratede cosassensiblesO suprasensibles, físicaso metafísicas. Quien siga este antagonismo a través del conjunto de la

obrade Kant, percibiráal mismo tiempo,inmediatamentey COn toda claridad,los puntos en que hacen hincapiéla críticay el escepticismode sus inmediatos continuadores.

Lo que encaminanuestrospasoshacia esta consideración€S, sobretodo,la fundamentaldistinciónentrela forma y la materia

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del “conocimiento.En tornoa ella, se enfrentanuna vez más las CONCepciones extremasacercade la naturalezay la misióndel saber, paraescindirseInmediatamente con mayorfuerzay claridad. La amplitud de esta parejade conceptosencuadrados concepciones totalesabsolutamentedistintas:junto a la determinación crítica del Concepto, aparece otra que se remonta hasta los orige-

nesmíticosde toda filosofía. El modo comocobradeterminación lo indeterminado,comova adquiriendoformalo informey como, de este modo, el caos inicial se ya trocando poco a poco en cos-

mos: tal es el problemaque constituye,en realidad,el punto de partidade toda consideración especulativadel Universo. Sin embargo,al desplazarse del Campodel ser al campo del saber,el problematomaun nuevogiro, Ahora, no se trataya de ver cómo nace la experiencia, considerada como un todo unitario

y ordenadode contenidos,sino simplementede descubrirlo que “en ella hay”. El que paraesose destaquencomoelemento“formal” las relacionesfundamentalesConstantes sobrelas que descansa la posibilidadde toda experiencia,tomando en cuenta despuéslas determinaciones específicasy relativamentevariables de la “materia”,no Quieredecirque semejantedisociaciónmetodológicaentrañejamás la separaciónobjetivade un factorcon puededarsenunca sin el “cómo”; dicho de otro modo, su cua-

+ lidad, su naturaleza esencia]3 no se “da”

Romperestacorrelación,desintegrándola en dos factoresindependientesque actúancada uno por sí solo,equivaldría,por tanto,a destruir lasaberempírico. única manerade determinabilidad acercade la que existeun Por tanto, en sentidoestricto,podemosafirmarque la forma pura no “existe” nunca independientemente de lo material,del mismo modo que la materia Jamás existe con anterioridad a toda

determinación,como algo propioe independiente.

La Consecuencia de la críticano lleva más allá de la conciencia de cómo el conocimiento consiste, considerado como un todo, en una serie de elementos necesariosy Mutuamente condi-

cionados.No Contestajamás,en cambio,a la preguntade cómo estos elementos van saliendo de su originario enfrentamiento mu-

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tuo, para entrelazarse poco a poco mediantenexos coherentes,y de cómo,al fundirse,hacenbrotarde su senoel contenidoprimitivo de la experiencia;no porquese tratede una conexiónque debapermanecer parasiempreocultaa nuestroespíritu,comoalgo sustraídoa la representación con los mediosde pensamientoy de intuición a nuestro alcance, sino por una razón más profunda:

porqueel postuladoque con ello se formulase revela,analizado de cerca,como un postuladovacuoy ficticio.En efecto,el único dato sobreel que se apoyala comprensióny el saberes, precisamente,la necesariaposibilidadde relacionarentresí lo que la crítica llamala “materia”y lo que llamala “forma”del conocimiento, y no lo que cada uno de estosdos factorespueda serde por sí, antes de esta relación y al margende ella. Aislando ambos factores el uno con respecto al otro, sólo se conseguiría des-

pojara cadauno de ellosde su funcióny aportaciónen la órbita del conocimiento; mientrasque, porotraparte,el postuladode su necesariacohesiónmantieneen pie, al mismo-tiempo, la diferenciade principioentrela significación conceptualde uno y otro. Es lo cierto,sin embargo,que el primerplanteamientode este problemaen la Críticade la razónpura no llegaa destacarnunca con enteraclaridadesteestadode cosasa que aquí nos referimos. La antinomia entre materia y forma no se revela, en esta obra,

tanto como un punto de vista necesariodel sabercuanto como una puena absoluta, arraigada en el mundo mismo de las cosas y

que tiene, dentro de éste, una función radical determinante.

Parece,pues,vistala cosaasí, comosi no se hicieraotra cosa que desplazaral campo de la psicologíatrascendental el antiguo problemacosmológico.El problemade cómo el mundo de la experiencianacede la mutua penetraciónde dos potenciasabsolutasy que existencada una de por sí —de la interdependencia entre la “afección”,de una parte,y de otra la “cosa en sí”oculta y relegaa segundoplano todavíael problemaoriginaly más profundode cómo ese mundo, aun siendodiversaslas condicionesde vigencia,se constituye,sin embargo,como un todo único de sentidoy de conocimiento. En realidad,y teniendoen cuentaque la expresiónacabaday perfectadel nuevoconceptocríticodel objetosólose alcanzaen la deduccióntrascendentalde las categorías, es inevitableque, en

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el terrenode la estéticatrascendental, la “cosa”aparezca,por lo pronto,sólo como un restoincomprendidoque queda para el saber. Las “formas”de la sensibilidadno se presentan,así, en primera línea como factoresde la objetividadempírica,sino en un sentidonegativo,comouna barreraque nosseparade la verdadera concepcióndel mundo. Es al llegara la lógicatrascendentalcuando el conceptode la forma cobraun sentidonuevo y positivo:en correspondencia con ello, el conceptode la objetividadpasaa ser, ahora,una forma fundamentaldel conocimiento,y, concretamente, aquellahacia la que todaslas otrastiendeny en la que alcanzansu unidad sistemática. Conocer el “objeto” equivalea conocerpor medio del conceptode la objetividad,como la sintéticaunidad primariay fundamental. Si retenemosbien estepensamiento,descartaremos con él, en principio,la posibilidadde una separaciónreal de la forma y la materiay su subordinacióna dos “mundos” distintos.Se muestra,así, como una determinabilidadpuramenteformal, no sólo el enunciadode lo que la materiaes, sino tambiénel enunciado de que es: el simple “que” implica inmediatamenteun “cómo”, es decir, el entrelazamiento con un determinadocomplejo de condicionesde ordenación. Vista la cosa así, parece,ciertamente—y es de este punto, sobre todo, de donde arrancael trabajode los continuadoresy críticosde Kant—, como si aquí, en la meta a la que llega,la Críticade la razónredujeraa la nadasu propiopuntode partida. Sin embargo,estaaparenteparadojaconstituye,en realidad,una partede su método propio y peculiar. Lo que ocurre es que la reflexiónfilosóficareincidepor sí mismaen el problemaoriginario: lo que antesera premisapuedey debeconstituirseen problema, al llegara una fasemás alta de investigación.La antinomia de formay materiaempiezaformando,por así decirlo,un sustrato fijo del razonamiento crítico,paraconvertirseluego,a medidaque ésteavanza,en el medioutilizadopor él. Formay materiase determinancomoconceptosde reflexión,contraponiéndose el uno al otro, en esterespecto.Pero la antinomiaen la reflexiónentraña necesariamente, al propio tiempo,una coordinaciónlógicade los dos términosantitéticos,y es esta coordinaciónprecisamentela

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que pone a amboselementosa salvodel peligrode verseaislados

y desgarrados el unodel otro,en la realidad.

Análogaa éstaes la pugnaentrelos motivosdel pensamiento

y los motivosde la representación que se nos revelaen la segundaantinomia:la que mediaentreel “a priori”y el “a posteriori”. También en este punto parece perdersetotalmenteel sentidode la función crítica,absorbidopor la rigurosay precisa separaciónde ambosaspectos.Estosdos aspectosse presentan,a primeravista,en una relaciónde completoantagonismo: el nombre de apriorísticosse reservaexclusivamentepara los conoci-

mientos independientes nosólodeestao aquellaexperiencia, sino “de toda experienciaen general”.Y a ellos y solamentea ellos se dirigeel problemacrítico,puestoque se tratade los elementos necesarios de todo saber,dotadosademásde validezgeneral.En cambio, los juicios particulares, que se limitan a un aquí y Un

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ahora,a una determinación especialde la experiencia,se salendel marcode la sistemática del conocimientopuro,con lo que quedan a mercedde las contingencias fortuitasde la mera “percepción”. Sin embargo,la concentraciónen el problemade la objetividad, tal como la lleva a cabo la analítica trascendental,viene tambiéna imprimirun nuevogiroen estepunto. Ahora, el postular la “objetividad”y el lograrlano se revela,pura y simplemente,como algopropioy peculiarde una claseespecialy privilegiada de juicios,sino que en ello se expresael sentidoliso y llano de la funcióndel juicio en general.En este respecto,también el juicio empíricoplantea,por tanto, un problemaante el que no puedepasarde largola crítica,ya que tambiénen él se encierra,con la mismaenergiay el mismoapremio,la afirmación de un “entrelazamiento necesario”.La expresióny, al mismo tiempo,el vehículode estaconexiónnecesariacobrancuerpoen la simplelocucióncopulativa“es”. Un juicio,es decir,una relación objetivamentenecesaria,existesolamenteallí donde los elementosno se limitan a agruparseen nuestrarepresentación, sino

queaparecen relacionados entresí a basedeunaunidadsintética necesaria.? Puesbien, estaunidad sintéticaes la que designao tratapre1 Cf. acercade esto, t. Il, libro VII, cap. mn, 5.

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INTRODUCCIÓN

cisamentede designarel conceptodel “a priori”. La funciónapriorística no se realiza, por tanto, en un campo propio, situado al margen de todo contacto con las simples verdades de hecho y que

se manifiestaprecisamente en la validezque a los hechosmismos confiere. Es cierto que la exposición propedéutica y popular con-

tenidaen los Prolegómenos oscureceesteestadode cosas,al partir de la separaciónentre los “juiciosde la percepción”y los “juicios de la experiencia”,como si se tratasede dos categoríasfundamentales,independientes la una de la otra y coordinadasentre sí. Sin embargo,la Críticade la razónse encargapor sí mismade ponerlas cozasen su lugar,con inequívocaclaridad,en los puntos decisivos y fundamentales. No deja flotar'ninguna duda acerca

del hechode que la segregación de un estadode simpledeterminabilidad perceptiva sólo puede servir para una explicación de

tipo abstracto,nuncapara la descripciónde un hecho de conocimiento. Un hecho,seael que fuere,no puede llegara fijarseni

señalarse nunca,encuandoestadodehecho,sinopormediodelas

unidadessintéticas.Éstasforman,por tanto, no sólo la premisa para los juicios fundamentalescientíficosabstractos,sino también, como se subraya en la deducción de las categorías,“incluso

la condiciónnecesariade toda posiblepercepción”. El juicio a posterioricontieneya, por tanto,con toda fuerzay nitidez,el problemaque el pensamiento de la sintesisapriorística no hace más que destacarde un modo explícito,dándole expre: sión especial.Es aquí donde el problemacríticocobrasu verdadera madurez.La necesidad,en un sentido“formal” general,tal como se estableceen la lógicay en la matemáticapura,habíasido reconocida también por el empirismo. Mas de lo que ahora se

trata es precisamentede demostrary hacer comprensibleesta necesidadparael campodel pensamiento“real”, es decir,parael pensamientode los hechosparticulares.Y esto es lo que hace el análisiscrítico,al demostrarque lo que constituyelos hechos y les atribuyesu peculiar“carácterde cosas”mo es sino aquel momentopurode validezque se contieney se retieneen el pensamientode la síntesisapriorística.El conceptosuperiory general de la síntesisabarcasiemprelasdiferenciasespeciales del modo de validezde los juicios,sin que por ello las destruya,en modo alguno, ni las haga desaparecer.

Pol DIAN

AMA 10d

INTRODUCCIÓN

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A la luz de esteconceptofundamentales, por tanto,en realidad, como mejor y más sencillamente podemos percatarnos del

centidode las nuevasrelacionesentrela “experiencia”y el “pensamiento”y, al mismo tiempo, de las dificultadescon que la determinacióny exposiciónde estas relacionestropezaban,en la filosofíade Kant. La sintesisde que se tratatieneque consistir,en efecto,si nos atenemosa su fundamentalsignificación, en la unidad de lo diferente.Esta unidadestableceun engarcenecesarioentreaspectos Wa O IRIDIDIARALI DARE DUDAS II, no unidos por una identidadconceptualy que, por tanto, no pueden ser reducidosel uno al otro, como intercambiables.La diferenciadebe ser mantenidaen pie, pues en ella precisamente residenel sentidoy la característica lógicadel engarcemismoque aquí se establece. De estemodo, nos encontramoscon que —en la especialantinomia del “apriori” y el “aposteriori”—lo “necesario”no se disuelvenunca en lo “contingente”,lo “general”en lo “particular”, la “ley” en el “hecho”. Cada término de estas antítesis permanecesiempreseparado,por lo que a su significación se refiere,del términoantitéticoa él: las relacionessobrelasque descansa la articulaciónde los diversoscontenidospara formarel sistema de la experiencia no se dan por sí mismas como contenidos par-

cialesexistentes. Pero esta separaciónnecesariae incancelablepierde inmediatamente, por otra parte, su valor propio y peculiar si nos lleva a considerar los momentos de significación separados como -partes

aislablesa basede las cuales“se integra”el conjuntode la experiencia.También por estecaminoperderíala “sintesis”su verdadero sentido y dejaría de cumplir su función peculiar. Quedaría

reducida,en realidad,a un simple conglomeradode elementos en que se destacaríaclaramenteel carácterde la “asociación” empírica,pero que no representaría en modo algunouna verdaderaunidadde conceptoy de “fundamento”.Los distintostérminos de la relaciónpertenecerían a esferasseparadasdel ser,entre las que se establecería un engarcepuramentefortuitoen el campo del “pensamiento”,entendidoésteen un sentidomeramentepsicológico.

El enfoque crítico de las antinomiasfundamentalesse en-

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INTRODUCCIÓN *

frenta, pues, constantemente, a un doble problema,ya que tiene que estableceruna indisolublecorrelaciónentrediversasdeterminaciones,evitandoque cada una de ellasdesaparezca, en cuanto a su concepto,en la otra. No cabeduda de que, al acentuarse cualquierade los dos aspectosdel problema,tieneque producirse necesariamente una matizacióndistintadel pensamientomismo: en estacomplicación,que radicarealmenteen la cosamisma,reside, como veremosen detalle,una causahistóricaesencialde la situaciónproblemáticaen que los continuadoresde la filosofíade Kant se encuentranfrentea la críticakantiana. Las antinomiasde forma y materia,experienciay percepción, a priori y a posteriori,pueden reducirse,en última instancia,a una expresióncomún, ya que todas ellas giran en torno a una nueva determinaciónde las relacionesentre lo “general”y lo “particular”. La Crítica de la razón pura busca la solucióndel problemaque estoentrañaen su teoríadel esquematismo de los conceptospurosdel entendimiento.Este esquemaconsisteen la unidad de conceptoe intuición,en la obracomún en la que amboscoincideny en la que superansu divorcioy su heterogeneidad. La teoríadel esquematismoadolece,sin embargo,de un defecto, y es que, bajo la-forma en que primeramente se manifiesta,sólo pareceofreceruna mediaciónde tipo externo,que puede,en el mejorde los casos,ayudarnosa comprenderla “acciónparalela” de los sentidosy el pensamiento,peroque, lejosde conciliar,agudiza más bien la “heterogeneidad” interiory esencialentreambos campos. La categoríase revelaaquí comouna formaciónde procedenciaindependiente,y solamenteen la aplicaciónse ve circunscrita,como bajo el peso de una coacciónexterior,a una sensoriedadajena a ella, En esta posiciónaisladade los “meros”conceptosdel entendimiento, posiciónque se les atribuyeaunque sea de un modo puramente problemático,nos encontramos,evidentemente,con una repercusióndel planteamientoprecríticode la disertación, que admite la posibilidadde un uso “real”de la razónpor separado. Pero lo ciertoes que la críticamismaincorporael “objeto” al sistemade la experienciay, por tanto, incorporala posibilidad de pensarel objetoal pensamientode una “experienciaposible”, Ahora bien, estepensamientono aparecedefinidosino mediante

INTRODUCCIÓN

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sus relacionescon la “intuición”:sólo a travésde estasrelaciones cobradicho pensamientoun “sentido”objetivoy verdaderadeterminabilidad.La función de lo “general”no es nunca representable,comoahorase demuestra,sino en lo particulary en su engarcecon ello. Desdeestepunto de vista,la idea a que tiendela teoríadel esquematismo no encuentra su complemento y su realización de-

cisivossino hastallegara la Crítica del juicio. Y es precisamente la necesidadde ahondaren esta idea, rectificándose a sí mismo, uno de los motivosintrínsecosy objetivosque llevana Kant a dar rematea su filosofíaen la última de susobrassistemáticas fundamentales.Aquí, el esquematrascendentalse asignaya a la “capacidad”del juicio, con lo que todos los nuevos problemascon ello relacionados teníannecesariamente que convertirse,al mismo tiempo,en punto de partida para una nueva revisióncríticade estacapacidad. Peroel progresoque la Critica«deljuicio representa en cuanto a la concepciónde las relacionesentre lo “general”y lo “particular” se manifiestadecisivamenteen un punto, sobretodo. En el primerplanteamientodel problema,lo generalcoincideesencialmentecon la regladel entendimiento,lo particularcon el dato de la intuiciónsensible. La Crítica del juicio sitúa immediatamente el problema,por el contrario,en un plano superior,al indagarel fundamentoy el derecho trascendentalde la segregaciónde las leyesmismasdel entendimiento.Los principiossintéticosque definenlas condicionesgeneralesde la posibilidadde la experienciano desciendenjamás a las leyes determinadasy concretasque la cienciaformula. Trazan negativamente el círculo del que el juicio empírico y el objeto empíricono pueden salirse,pero dejanen pie dentrode estecírculoun númeroinfinito de posiblesrealizaciones, acercade cuyaseleccióny precisión no puedenellas tomarya decisiónalguna. La investigación trascendentalnos revelalas leyesdel espacio y el tiempo,como premisade orden formal para todo conocimientodel objeto;perono nos dice nada acercade las constantes de tiempoy espaciofuera de las cualesno pueden existirpara nosotrosobjetosempíricosconcretosni leyesespecialesque rijan las relacionesentre ellos. Las “analogíasde la experiencia”re.

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.

INTRODUCCIÓN

presentanuna ordenaciónfundamentalfuera de la cual jamás podrían establecerselas relacionesde los fenómenos en el tiempo; ho nos dicen, sin embargo, cuáles sean las series concretas em-

píricamentedadasen que se presentanaquelloscaracteresgeneralesque hemosdefinido con los nombresde permanencia, relación causal o interdependencia.Y obraríamosnosotrosmismos en contravencióna uno de los primeroscriteriosfundamentales del método crítico,si intentáramosllenar esta laguna remitiéndonos a las cosasabsolutas como al

factor que debe añadirse, aquí,

a las formasgeneralesdel conocimiento,para poder precisary completarsu determinación.La necesidadde esforzarse,a la vista de cada nuevo problema,en “dejar las tosas quietas”,haciendoque seael espectadorquien se mueva en tornoa ellas,no vale solamenteen cuantoa lo generaly al problemaen su con. junto, sino también en cuanto a lo particular. Es necesario, para

decirlo sin metáfora,determinarden:ro del campo mismo del conocimiento un principio que, por lo menos, fije y exprese, ya

que no lo resuelve,el problemacon arregloa las leyesespeciales de la naturaleza.No importa que esta diferenciaciónpueda parecere inclusosea algo “fortuito”desdeel punto de vistade los principiossintéticos:trátase precisamentede concebirtrascendentalmenteeste mismocarácterfortuitoy de determinarlo,por tanto, con arreglo a una ley del conocimiento.

Esta“legalidadde lo fortuito”expresael pensamiento de la adecuaciónformal a un fin, pensamientoque figuraa la cabezade la Crítica del juicio. Lo que nosotrospodemospostular como necesarioes la consonanciade la “naturaleza”con el sistema de las categoríasPuras,pues según la deduccióntrascendental el mismoconceptode la naturalezano puedeser definido sino por medio de aquellascategorías.Ahora bien, cuandoen el métodocientíficonos encontramoscon la afirmaciónde una amplia consonancia; es decir, cuando en Nuestrosjuicios acerca de la realidad empírica damos por supuesta, no sólo una estructura

conceptualen general,sino un desarrollode estaestructurahasta entrar en lo particular, de tal modo que en una rigurosa gra-

dación y a la postre,hastael último detalle,se revela,graciasa una red de múltiplesrelacionesde superioridady subordinación, como miembrode una cohesiónperfectay sujeta a leyes, ello

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quieredecir que estapremisalleva implícitala hipótesisde una profunda“armonía”. Nos encontramosaquí ante una “adecuación de la naturalezaa nuestroentendimiento”,no deduciblede los principios sintéticos mismos.

Claro estáque tambiénen estepuntodebemosresistirnos a la tentación de querer derivar esta consonancia de un último y pri-

mariofundamentometafísicode ambostérminos,remontándonos con ello por encimade todo lo que, en un sentidotrascendental, puede demostrarsey documentarsecon vistasa la constitución del conceptode la experiencia.No es que podamos,con ello, sostenerque la realidadpresentede por sí una estructuratal que se asemejehastaen los últimosdetallesa un sistemalógicoen el que todosy cada uno de los aspectosparticulares aparezcanenlazadosmediantenexoscompletoscon los principiosmás generales; pero sí podemos afirmar que toda investigación empirica debe

comportarse como si el ser de la experienciapresentaseestetipo de ordenación. Que, independientemente de toda la uniformidadgarantizada a las cosasde la naturalezapor su subordinación a principiossintéticosgenerales,las diferenciasespecificasentre las leyesemptricas de la naturaleza puedan ser, no obstante, tan grandes que resulte imposible para nuestro entendimiento descubrir en ellas

un orden continuo,clasificarsus productosen génerosy especies,presentar susreglascausalescomocasosde leyesuniversales y de principiossupremos:todo estoes una hipótesisperfectamente concebiblede por si, perode la que jamáspuedehacerusola investigaciónemplricamisma sin renunciarcon ello a su propia y peculiarfunción. Esta función lleva consigoel postuladode impulsarconstantemente, más y más, la especificación de los conceptos y las leyes, en cuanto tales, buscando continuamente con

ello, ya que no afirmando,una completaunidad sistemáticade la naturaleza.? En la exposición y agrupación de los conceptos naturales, no 2 Acerca de este problema en su conjunto, v. la primera introducción

a

la Kritik der Urteilskrafr,Kant, Werke, ed. E, Cassirer, t. Y, pp. 179-231. Cf. también mi obra Kant, vida y doctrina, ed. esp., Fondo de Cultura Económica, México, 1948.

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INTRODUCCIÓN

podemosinterrumpirbruscamenteen ningún punto la continuidad y la cohesión,invocandohechos realesy escuetos,no susceptiblesde sercaptadosy representados por medio de conceptos. Hay que manteneren pie, por lo menos, la posibilidad,y con ella el postulado,de que lo que en una fase de conocimientose revelacomo algo aislado y puramente“fortuito” pueda,en una fase superior,hacerseinteligible,mediantela concatenaciónde una ley, Tal es la nueva unidad que aquí se estableceentrelo generaly lo particular:no la unidadde un principiodemostrable por la vía de la lógica,sino de una ideaque manifiestaen todo su acciónregulativa. Estaconexiónno podíaser expuestatodavía“dentrodel marco del “esquematismo”abstractode la Críticade la razón:sólo aparececaptadaallí donde Kant se esfuerzaen proclamarel mismo principioconcretode la investigación de detalley donde,por otra parte,obtieneen el problemade las formasorgánicasproyectadas sobreun fin un nuevo y más ricoconceptode la naturaleza. Sin embargo,la idea central de la experienciamantienesu fuerzaincólumebajo estenuevogiro,aunque no se la concibaya simplemente como una ciencia matemática de la naturaleza. En

la medidaen que puedanelevarselos “conceptosde la razón”,estos concaptossólo sirven,en último resultado,“para llegara conocerla naturalezacon arregloa sus leyesempíricas”,nunca para poder determinarpositivamentesu origenpartiendode un principio creadorque actúecon vistasa un fin. No obstante,con la idea centraldel “entendimientodivino”, se incorporaaquí al conjunto de la filosofíacríticaun concepto racional que mos hace retrotraernos a los grandes sistemas racio-

nalistasy a la luzdel cual tienenecesariamente que plantearsede nuevo,por tanto,y dentrode un marconuevo,el problemade la posibilidadde una metafísicaracional. El profundosentidodel conceptode la armonía establecido por Leibnizy oscurecidodespuéscasi totalmentepor la filosofía popular de la época de la Ilustración,cobra así nueva vida en Kant. En efecto,la armoníapara Leibnizno se limita, ni mucho menos,a admitir la existenciade un mandamientoexterno que entrelazay pone en consonanciados mundosde cosasdistintos,el del alma y el del cuerpo. Este conceptoleibnizianono expresa,

C a A a

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INTRODUCCIÓN

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en cuantoa su fundamentalsignificación,la armonía referidaa las partesdel ser,sino a las diferentesordenaciones en que podemosencuadrarlo.La matemáticay la metafísica,la ordenaciónde la experienciay la ordenaciónde la razón,la ley empíricade la causalidady la ley inteligibledel fin, se concibenbajo la acción de esteprincipiocomoaspectosdistintosde una unidad total, de un plan básicoideal,que abarcapor igualel sery el pensar. El principiokantianode la adecuaciónformal a un fin se caracterizapor el hechode que se esfuerzaen retenerel motivo en que estaidea se inspira,pero rechazandotodo dogmatismoen su fundamentación.La cohesiónideal que el principiode la armonía afirma no es, desde el punto de vista de nuestro conocimiento,

una cohesióndada, sino simplementepostulada. En la premisa de la “adecuaciónde la naturalezaa nuestroentendimiento”,no debemosdetenernosante ningún punto ni ante ningunadisociación empírica,por amplia que ella sea: pero nos está vedado concluirde estaadecuaciónintelectivala existenciade un creador supremoy dotadode inteligencia.La idea de la unidad racional de la naturalezano puedeser referidapor sí mismaa un hecho trascendente, que le sirvade base. Semejanteenlace sólo es admisiblerecurriendoal lenguajedel “como si”; solamenteen este lenguajees admisiblela idea de que la realidadde los fenómenos ha sido organizada“en función de nuestra capacidadde conocimiento”. Perosi rebasamosla delgaday nítida línea fronterizaque en estepuntoseparaa Kant de Leibniz,nos encontraremos de nuevo exactamenteen el punto en que el entendimiento“abstracto” y el entendimientodiscursivodel pensaren forma de categorías se amplía para convertirseen entendimiento“intuitivo”, en la mera intuición de las ideas. Para llegar a comprender plenamente

todo el encantoy toda la tentaciónque esta“aventurade la razón” lleva consigo, es necesario tener presente una cosa: de qué

maneratan peculiarse entrelazanen estepunto los hilos sueltos del problema.No es,como quedadicho,el interésde la trascendencia,sino el interéspor la plasmaciónsistemáticade la experienciamisma,lo que reclamauna ampliaciónde las facultades del pensamiento,una estructuraciónmás profunda de las relacionesentrelo generaly lo particular.

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INTRODUCCIÓN

Facilmentellegauno, partiendode aquí, a la conclusiónde que se abrecon ello, dentrode las mismasfronterascríticas,un tipo de conocimiento que progresa,como tal, no de lo particular al todo, sino, por el contrario, de la idea del todo a la determi-

naciónde lo particular.Y en estetipo de conocimiento,y solamente en él, seríadonde se determinaría“lo real” con arreglo a su conceptoconcreto,por fin descubierto. Como se ve, los diferentescamposvuelven,de este modo, a entrelazarse y confundirseentresi imperceptiblemente. En efecto, el principiodel fin no se circunscribe, en el mismo Kant,. a la

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A

idea de la adecuación formal a un fin, sino que se extiende hasta

llegara la idea de un fin último “absoluto”,en que ha de operarsela síntesisfinal de los dos campos,el de la “naturaleza”y el de la “libertad”. El desarrolloinmanentede la metodologíacríticaconducede este modo, por sí mismo, a un punto en que se desborda,por decirloasí, de sus propioscauces. Y el progresoque en Kant se manifiestaa través del lenguajede la críticatrascendentalnos ofrece, al mismo tiempo, el esquema partiendo del cual podemos

tener la orientacióngeneralnecesariaacercade los lineamientos fundamentalesde la investigación filosóficaposterior. "e , /

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Capitulo1 EL “OBJETO DE LA EXPERIENCIA” Y LA “COSA EN SI” 1. FRIEDRICH HEINRICH JAcoBI La DOCTRINA y la personalidadde FriedrichHeinrichJacobidejan en la historiageneraldel espírituy la literaturaalemanesuna huella no menos profundaque en la historiade la filosofía. Y en amboscasos,resultaigualmentedifícil señalaren trazosbreves y definidosel carácterfundamentalque distinguea estepensador y a su obra. Media un peculiar antagonismo entre la perso-

nalidad misma de Jacobi y su doctrina,entre lo que Jacobi es como pensadory como escritory lo que se nos revelacomo resultadohistóricode su filosofía. Jacobi se manifiestacomo brillante sugeridor,en todos los camposa que dirigesu atencióny en todoslos problemaspor él abordados;pero,a la vueltade pocotiempo,nos encontramos con que el movimientosuscitadopor él se desbordasiempresobresus propiasconcepcionesfundamentales,sobresus propiosdeseosy tendencias. Aparte de Lessing, Jacobi fue el primero que supo comprender verdaderamente el genio filosófico de Spinoza, aunque no se can-

sarade ponerde relievey de combatirlos peligrosde susdoctrinas metafísicasfundamentales.Tuvo que ver, sin embargo,cómo los que él consideraba“extravios”” spinozistasconquistabanuna influenciahistóricauniversal,graciasprecisamente a su propiamediación, y cómo se convertían muy pronto, junto a la Crítica de la razón pura, en la gran potencia espiritual de la época. Saludó a Fichte, a pesar de no comulgar con su filosofía, en

lo que tenía aún de auténticorepresentante y de coronador sistemáticode la filosofíakantiana,para verseenvueltoen seguida en una enconadapolémicaliterariacontralas consecuencias de la “teoríade la ciencia”,cuandose manifestaronante él bajo la forma del sistemaschellingianodel idealismotrascendental. Ensus cartasa MosesMendelssohnsobrela filosofíade Spino1

tas

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EL “OBJETO DE LA EXPERIENCIA” Y LA “COSA EN SÍ”

za, conjuróla sombrade Lessing,abriendobajo estesignoel fuego de la joven generación,de la generacióndel Sturm und Drang, contra los partidariosberlinesesde la filosofíade la Ilustración; prontohubo de darsecuenta,sin embargo,de que estamismageneraciónconsiderabasu concepcióndel mundo como superaday sus problemascomoanticuados. Este pensador tuvo, pues, el singular destino de lanzar siempre

y en todas partesa la palestrafuerzassuperioresa las suyasy de señalar caminos cuya estación de llegada y cuya meta no al-

canzabapor sí mismoa prever. Y lo mismoexactamentepuede decirsecon respectoal papel que a Jacobile estabareservadoen la historiay la trayectoriaulteriorde las doctrinaskantianas.También aquí vemos cómo plantea, con brillantesagacidad,nuevos problemasy avizoradificultadesllamadasa determinarpor largo tiempo la forma de la filosofía; sin embargo, las soluciones dadas

por él a estosproblemastuvieronsiempreuna existenciahistórica aparentey fugaz. Jacobisintióseatraídopor Kant, antesde entregarse al estudio de la Critica de la razón,por el interésque en él suscitaraaquel estudioprecríticoquelleva por títuloLa únicapruebaposiblepara demostrarla existenciade Dios. Y, como para él toda gran vivencia en el plano del pensamientoera, al mismo tiempo, una vivencia sentimental,sintióse,según él mismo nos informa, tan conmovidointeriormentepor el opúsculokantiano,que se veía obligadoa interrumpirfrecuentementesu lectura,sacudidopor las palpitacionesde su corazón. ¿Qué era lo que tanto podía conmoverleen estaobra,la más difícil de las escritaspor Kant en su períodoprecrítico?Ocupaba el centrode esteestudioel tema más abstractoy más alejadodel mundo de los sentimientos que podamos imaginar: el concepto

de la existencia purae incondicionada, de esaexistencia queno puede concebirseya como resultadoo postuladode algo anterior, sino solamentepartiendode sí misma, como la “posición absolutade una cosa”. De estaexistenciase demuestra,no que corresponda a Dios —pues, de ser asi, se convertiría realmente en

un simplepredicadoy, por tanto,en algono determinablede por sí, sino con sujecióna otracosa—,sinoque es Dios mismo,es decir, que se dan en ella y solamenteen ella todas las notas y

FRIEDRICH HEINRICHJACOBLI

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cualidadesespecificas que la metafísicaafirma del supremo,infinito y primigenio Ser.!

Perocon ello planteábaseen realidad,cabalmente,aquel problemaquesiempreejercióel másvigorosoimpulsometafísicosobre el pensamiento de Jacobien su totalidad.“A mi juicio—dice este pensadoren aquellamemorablepláticacon Lessingde que nos hablanlas Cartassobrela filosofiade Spinoza—,el mayormérito del investigador consisteen descubriry revelaruna existencia. .. La explicaciónsólo es, para él, un medio, un camino hacia la meta,el fin próximo,peronunca el fin último. Su fin último es lo que no cabeexplicar:lo indisoluble,lo inmediato,lo simple”.*? Como este dato indisolublee inderivable,y precisamente por ello dotado de certezaabsoluta,se presentabael ser de Kant, en la Única pruebaposible. En estoresidía,paraJacobi,el girometodológicodecisivoque traíaconsigola nueva direccióndel pensamientokantiano. Verdaderacerteza—tal era la conclusióna que llegaba—sólo existe paranosotrosallí dondedebemosy podemos,con arregloa la naturaleza misma de la cosa, renunciar a toda “derivación”. Mien-

trasnos movemosen el círculode las simples“derivaciones”,nos vemos constantemente empujados de un [punto a otro, sin encon-

trarnuncaun asiderofijo, un verdaderodosporxrovoro. “Deducimos”conclusionesde sus premisas,pasamosde un eslabóna otro, en la cadena de las deducciones,hacia adelantey hacia atrás,avanzandoo retrocediendohasta el infinito, sin que toda estacadenanos sustraigaal vaciosobreel que pende. Por estecamino de las deduccionesy las conclusiones,no llegaremosjamás a un punto originario,sobreel que podamosafirmarreciamente el pie de nuestropensamiento.Así, pues, o nos vemosobligados a negaren redondoel postuladode estaoriginariedado tenemos que buscarotro caminopara darle realización,descubriendootro órganoespiritualpor medio del cual podamosverdaderamente alcanzaresteobjetivo. 1 Cf. t. I, p. 689. 2 Ueber die Lehre des Spinoza in Briefen an Herrn Moses Mendelssohn (primeraedición,Breslau,1785),v. F. Heinrich Jacobi, Werke, Leipzig,1812ss., vol. IV, secc. 1, p. 72.

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EL “OBJETO DE LA EXPERIENCIA” Y LA “COSA EN SÍ”

Todo conocimientointelectivomuestra,en realidad,aunque sólo sea por su forma y estructuraexternas,que ademásde ser inadecuado a la exigencia de lo incondicional y lo originario, tiene que permanecer siempre, por fuerza, reacio a esta aspira-

ción. Los auténticosy únicos principiosde todo empleológico del entendimientoson dos: el principiode la identidady el principio del fundamento;el primero,como principiode todo conocimientomatemático,el segundo,comoprincipiode todaexplicación metafísica del universo y, a la par, de todo conocimiento empirico de la naturaleza.

“Comprender”y “fundamentar”sonconceptos intercambiables; fuerade la formade la demostración, no existeninguneotraforma de la certezalógica. Puesbien,el caráctermismode la demostración lleva implícitoque ha de realizarsepor otra vía que no sea la de la deducción:desdeel momentoen que considerase comoel “final” cualquiereslabónde la cadenadeductiva,cualquierresultado obtenido,este términomaterialrepresentaría, al mismo tiempo,su términoformal, es decir, la destrucciónde su peculiar metodologíay de la seguridadsobrela queéstadescansa. “Sólo podemosdemostrarsemejanzas(coincidencias, verdades condicionalmente necesarias),que van convirtiendose progresivamenteen proposiciones idénticas.”* Por tanto,la frase“dePascal: “Ce qui passela Géometrienous surpasse”,vale en sentidoestrictopara todo saberen general. Tampoco el fundamental descubrimiento kantiano de la dis-

tinción “clásica”entrelos juiciosanalíticosy los juiciossintéticos vale, según Jacobi, para refutar esta convicción, sino que, lejos

de ello, la corroboray la afianza. El axicmapor medio del cual explica y justificaKant todo empleosintéticodel entendimiento es el principiosegúnel cual lo único que a prioriconocemosde las cosases lo que nosotrosmismosponemosen ellas. “El meollode la filosofíakantianaes aquellaverdada la que el profundopensamiento de su creadorha infundidola inásplena evidencia:la de que sólo comprendemos un objetocuandoen el pensamiento lo hacemos surgir ante nosotros, es decir, cuando

somos capacesde crearlointelectivamente.Ahora bien, jamás 3 Ueber die Lehredes Spinoza,Werke, vol. IV, secc.1, p. 223.

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podremos crear sustancias ni en pensamientos ni como algo real-

menteexistentefuera de nosotros;lo único que podemoscrear fuera de nosotros son movimientos y agrupaciones de concep-

tos referidosa percepcionespor medio de nuestrossentidosexternoso del sentidointerior. De donde se sigueque sólo pueden existirdos cienciasen el verdaderoy rigurososentidode la palabra:la matemáticay la lógicageneral,y que todoslos demás conocimientos sólo adquierencaráctercientíficoen la medidaen que sus objetos se convierten, por una especie de transustancia-

ción,en entidadesmatemáticas y lógicas.*Postularun saberdel ser representaría,por tanto, una contradictio in adjecto: valdría tanto

como transformar,por medio de la transustanciación a que acabamosde referirnos,los entesrealesen entidadesmatemáticasy lógicas, es decir, como volatilizar la realidad para convertirla en

algo puramenteconcebidoo imaginario. Ahora bien, ¿no radica precisamenteesta trasposiciónen la esenciamismade la filosofíay no constituyeuna partenecesaria de su método? ¿No es esto precisamente una de las caracteristicas de toda metafísicay no responde,desdelos días mismosde Aristóteles,a su conceptohistórico,al conceptode la pretendida cienciadel “ente como ente”, de la ontología? Nadieha establecidoesteconceptocon mayornitidezy mayor fuerzaque Spinoza;nadie ha sacadocon tantadecisiónlas consecuenciasque de ello se derivan. Spinozano selimita a sentaruna teoríadeterminada,a crearun sistema,instaurándoloal lado de otros igualmente posibles; no, lo que este pensador ofrece a nues-

,

tro análisiscrítico es algo más: es el sistemadel pensamiento filosófico,por ser su tipo perfectoy acabadoy su más pura plasmaciónformal. Pero,precisamente por ello, se ponede manifiestoaquí con la mayorclaridadla contradicciónlatenteque va adheridaa todo pensamientofilosófico,con arregloa su forma primigeniay fundamental. La metafísicaspinozistapretendeser la teoríade la “sustancia”,la teoríade lo que “es en sí y se concibepor si”. Todas las notas derivadasdesaparecen y se esfumanante el ser 4 Von den gótilichen Dingen und ihrer Offenbarung (1811), Werke, Ill, p. 351.

36

EL “OBJETO DE LA EXPERIENCIA” Y LA “COSA EN SÍ”

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de la sustancia. Sólo para nuestraimaginaciónsensibletienen una existenciarelativay fugaz;en cambio,vistas por la razón, contempladassub specieaeterni,se reducena la nada. Para Spinoza,pues,el pensamientoy el ser, la “esencia”y la “existencia”,parecenformaruna unidadcompleta:el conceptoes la expresiónadecuaday la adecuadacaptaciónde la esenciamisma. Pero esta síntesismetafísicaafirmada por el spinozismoresulta ser, cuando se la examinade cerca,una simpleilusión. El Dios de Spinozano es un Serindependientey libre,que descansesobre sí mismo y se halle sustraídoa la coaccióny al mecanismocausal de las cosasconcretas,sino que es algototalmentevinculadoy necesario,y simplementela expresiónmás perfectade estemismo mecanismo.Por lo que lo pretendidamente absolutono es, aquí, otra cosaque la cadenamismade lo condicionado,en cuantoesta cadenaes concebidaen su integridad,en su totalidadexentade toda laguna. Ahora bien, la suma no puede contenernunca más que los elementossueltosque entranen ella. Y si estoselementostienen, como necesariamente han de tenerlasegúnSpinoza,una significación puramenterelativa,si son elementosabsolutamente condicionados,determinadospor otrosy carentesde libertadpropia,otro tantoaconteceránecesariamente con el resultadototalde su suma. Dar el nombrede Dios a estasuma de elementoscondicionados, a este“universo”spinozistaes,sencillamente,un juegode palabras. El spinozismonos prometeuna imagenadecuadadel seren el conceptoy por mediodel simpleconcepto;perolo que en realidad nos aportaes algo muy distinto,es simplementela imagende la forma subjetivadel pensarsobrela que descansatoda filosofía. La idea de la absolutadeterminaciónlógico-matemática del ser es el alma de la metafísicaspinozista,porque es el alma de la metodologíaracionalde Spinoza.No cabellegar,en modo alguno, a otro resultado,allí donde estametodologíaqueda confiadaa sí misma,donde, comoocurreen Spinoza,se desarrollaen plena libertady sinceridadde pensamiento,al margende toda solución intermediay de todo compromiso.Toda filosofíaque sigasu propio caminoy dé cima a su conceptopropiosin mirarpara nada a los resultadosde la revelaciónreligiosa,seráforzosamentespinozismo;todo spinozismoes la negaciónde lo absolutoy lo sustan-

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tivo y, por tanto,consideradodesdeestepuntode vista,ateísmo. No existe otra meta,cualquieraque ella sea,parael métododel

pensamiento, de la conclusión y la deducción: “el caminode la

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demostración desembocasiempreen el fatalismo”.? Sin embargo,aunquela doctrinade Spinoza,consideradacon arregloa su mera forma, representeel único sistemaverdaderamenteconsecuentede filosofía,adolece,con todo, de un defecto en cuanto que, aun desarrollandoen todos y cada uno de su3 aspectosel principiodel conocimientointelectivopuro,no lo comprendeen cuantotal. Estalimitaciónla lleva a caeren el dogmatismo,ya que ésteno es sino el intentode explicarel universosin inquirirlos principiosdel conocimiento sobrelos que descansaesta explicación. Estedefectosólo se corrigecon el idealismocríticode Kant. Con él, adquierela filosofíaconcienciade sí misma,de sus funcionesy de sus medios:el “saberdel objeto”se trueca,al llegar aquí, al mismotiempo,en “saberdel saber”. Pero de estacorrelación,directamentepostuladapor la idea centraldel criticismo, se desprende,a la par, que lo real sólo puede ser captado por nosotrosen formade sabery, por tanto,comorealidaden el plano de losfenómenos.El conceptodel entendimiento y el conceptodel fenómenoson conceptosintercambiables: lo que podemosverdaderamente“comprender”,es decir,derivary razonarpartiendode otra cosa, queda demostrado con ello mismo como fenómeno, y,

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por otra parte, todo lo que sea conocimientode un fenómeno no trasciendenunca la condicionalidady relatividaddel conocimientointelectivo,el cualse reducesiempre,en últimainstancia, a una suma o un conjunto de simples relaciones. La Crítica de la razón pura no deja, en sus capítulos fundamen-

tales,la menorduda acercade esto. “La materia—leemosen el capítuloque tratade la anfiboliade losconceptosde la reflexiónes substantiaphaenomenon.Lo que interiormentele corresponde es buscadopor nosotrosen todas las partesdel espacioque ocupa y en todos los resultadosen que se manifiestay que no pueden ser nunca, ciertamente,Otra cosa que manifestaciones de los sentidosexteriores.No tenemosante nosotros,por tanto, 5 Ueber die Lehre des Spinoza (Werke, vol. IV, secc. 1, p. 223).

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algopura y simplementeinterior,sino algocomparativamente interior, formado a su vez por relaciones puramente externas. Sin embargo, lo simplemente interior de la materia, lo que en ella es

interiorcon arregloal puro entendimiento,no pasa de ser tampoco una simplequimera...; el objetotrascendentalque puede servirde basea estefenómenoque llamamosmateriaes un simple algo del que ni siquierallegaríamosa comprenderqué es, si alguienpudieradecírnoslo... La observacióny el análisisde los fenómenosvan penetrandoen el interiorde la naturaleza, sin que podamossaberhastadónde llegaráesto,con el tiempo. Perocon todo ello, jamásllegaríamosa podercontestara aquellosproblemas trascendentales que van más allá de la naturaleza, aunque

éstase revelasepor enteroantenosotros,ya que no noses dadoen maneraalgunapoderobservarnuestropropioánimo con otra intuiciónque no sea la de nuestrosentidointerior.”€ En afirmaciones comolas anteriores no seexpresa,segúnJacobi, otra cosaque la claray nítidaconsecuencia de la idea críticafundamental. El progresoque estaidea representa con respectoa la filosofíade Spinoza,esvisibley manifiesto:la sustanciano aparece ya comola “cosade todaslas cosas”,comoel exponentey el fundamentoabsolutode los modos,sino que se ha convertido,a su vez,en un simpleconceptorelativo,en un conceptopor mediodel cual “deletreamoslos fenómenos,parapoderllegara leerloscomo experiencias”.Sólo allí donde Kant se mantienefiel a esta convicciónsin limitaciónalguna,semantiene,segúnJacobi,a la altura de su nuevo principio.

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No es que el mundo de la experienciase convierta,con ello, en “apariencia”,puesel fenómenodel universoes un fenómeno absolutamente ordenadoy determinadograciasprecisamente a su dependenciacon respectoa la forma del entendimiento;pero sí llegamos,partiendode aqui, a la evidenciade que jamás podremosescapar,por este camino,de la órbita de lo puramente relativo. Y estemismo convencimiento puedeserrazonado,además,en

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otro sentido,metodológicamente más profundo. El planteamiento 6 Kritik der reinen Vernunft, 2* ed., pp. 333ss., cf. vol. I, libro VII, cap. mM, p. 5.

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kantianodel problemano partíaoriginariamente de la “existencia de las cosas”,sinoque tendíaa la síntesisen el juicioy tratabade encontrar los fundamentos para razonar la validez aprioristica

de estasíntesis.Ahora bien,la ideade la síntesislleva ya apare-

jadala ideadela relatividad. Todasíntesis encierra dostérminos:

estableceun nexoentredos elementos,a y b, de tal modoque a es determinadopor b y b por a, sin que ningunode los dos términos se dé antes ni fuera de esta relaciónmisma,como algo separadoe independiente,con existenciapropia. El “ser” que la síntesisnos suministraes, para decirloen otraspalabras,el que se expresaen el juicio mediantela cópula,mediantela “partícula relativa”“es”.7 No van más allá su virtud ni su significación. El juiciode la cantidad,de la causalidad,de la interdependencia, expresaque el elementox es mayorque el elenventoy, es causa de ésteo guardacon él una relaciónde mutua dependenciafuncional: ahora bien, lo que cada uno de estos contenidos pueda ser “en sí”, independientemente de todas estas formas de relación y

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desprendidode este sistemade formas,constituyeun problema que no es posibleplantearsiquierasin rebasarcon ello todoslos límitesde la metodologíadel juicio. En haber sabido destacar nítidamente este aspecto reside el

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verdaderoméritohistóricocontraídopor Jacobien la comprensión del idealismocrítico. No cesade volver,una y otravez,sobreeste tema,paraél centraly fundamental.Y lo haceapoyándosesiempre en las propiastesiskantianas,en los razonamientos decisivos de la Críticade la razónpura,loscualescobranen él, sin embargo, inmediatamente,un nuevo acento conceptualy un significado distinto. Kant remontábasesiempre,en última instancia,a la unidad de la validez,no sólo en el plano teórico,sino en todos y cada uno de los camposdel espíritu. Y tambiénen la Crítica de la razónprácticaafirma,frentea la realidadcondicionadade la experiencia,un nuevo algo“incondicionado”:perono se tratade lo incondicionado de una co3a metafísica, sino de un nuevo princi-

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pio de validez:estenuevoalgoque aquí semanifiesta,es lo incondicionadode la libertady del deberser. La consideración teórica 7 Cf. e. 11,lib. VIL cap. n, p. 5.

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desembocaen la determinaciónde condicionesde la experiencia, que, por ser generalesy necesarias,son al mismo tiempocondiciones de su objeto; la consideración ética y la estética ensanchan

estecírculode la causalidadempíricay de la objetividadempírica; pero lo más alto que en este terreno se logra sigue siendo, a pesar de todo, un nuevo punto de vista valorativo, que se descubre

frenteal supremoprincipioy a la dignidaddel saberempíricoy se afirmay aseguraen su validez. Por oposicióna esto,la apetenciade lo absolutoexpresadapor Jacobise halla dominadapor un afectototalmentedistinto.La supremamisióndel investigador consiste,segúnél, comohemosvisto, en “descubrirla existencia”;y en la formadela existencia,puray exclusivamente, buscaestepensadorlo absoluto.Nada compensa, a su juicio, la ausenciade este primordialy segurofundamento del ser,ni el artede los “sistemas”,por sutil que sea, ni el artede los conceptosy lasconclusiones, de laspruebasy losrazonamientos dialécticos.Cuanto más“puro”sea el concepto,cuantomásgeneral sea la verdad que captamos, más carentes de contenido real,

másvacíose incorpóreos resultaránambos;cuantomásascendamos en estaordenacióndel pensamiento,más se volatilizaráante nosotros la realidad,paraconvertirseen meraabstracción. Si algodemuestrade un modo convincenteel idealismotrascendentales que allí donde el pensamientose apoya exclusiva mente sobre sí mismo, sobre su propio principio y su forma pura, todo contenido se reduce, a la postre, a esta mera forma. Quien

dude de estoa la luzde la mismadoctrinakantiana,no tienemás que fijarseen el tránsitonecesario,sistemáticamente obligado,de Kant a Fichte,para teneren sus manosla pruebade ello. Fichtees, segúnJacobi,el Mesíasde la nueva filosofía,pues da cimaa lo que Kant no había hechomás que iniciar,y su teoría de la cienciatraza por vez primeracon perfectaclaridadel caminopuramenteinmanentey la meta inmanentede todosaber. “Y así—escribeJacobi,hablandode Fichte—,le proclamopor vez primera,en voz alta y con todo entusiasmo,como el rey de los judíosde la razónespeculativa, e intimoa los reaciosa reconocerlecomotal, viendoen el Bautistade Kónigsberg solamentea su precursor.” Fichtellevaa cabo,en el terrenodel idealismo,lo que Spinoza

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habíaintentadoen variorealizaren el campodel realismo.Su sistema es el “spinozismoinvertido”y, graciasa esta inversión,un “spinozismotransfigurado”:es la fundamentacióny el desarrollo completo del principio general de toda especulación, sin el que

esteprincipiose confundiría,comoen Spinoza,con un serabsoluto dogmáticamenteafirmado. La comprensión —tal esel punto angu-

lar del pensamientode Fichte—no puedelograrsenuncamás que por mediode una accióny una creaciónideal. “El hombresólo llegaa comprenderen cuanto—