Caso Padilla - Alberto Moravia

LA VANGUARDIA ESPAÑOLA MARTES, 10 DE AGOSTO DE 1971 Moraviaafirma: «Noestoy en contra de Fidel. Castro,ni u favó.r deP

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LA VANGUARDIA ESPAÑOLA

MARTES, 10 DE AGOSTO DE 1971

Moraviaafirma: «Noestoy en contra de Fidel. Castro,ni u favó.r dePadiII estoyencontra delsistema de la autocrítica» ;áutocrítica perjudicamás ó quien la recibe’ quea quien la hace” .‘.

AERTO Moravia es uno de los grandes quienes tienen noticia de ella. Z ut .instrusantaes de la literatura mundiaL Ha mento político de más que dudosa •flcacla,: adoptado una postura militante esnecto a la Y para que veamos que esto ci !.rdad política de Fidel Castro en relación con los demuestra .1 que se alternan faltas Insigni caWlcar Intelectuales.. Vamos junto a él a hablarle da iicant.s con d.lito. que plamas esto. :C0me05 preguntdole. Hemos vs• de monstruosos. Algunoá •. arúcan de. ha. to su nomIro entre los firmantes do una caz’- ber «pensado», de haber tenido «intenciones» tcr stante dura en relacIón con los derrta OC8 ortodoxas; o por el contrario dó labe? ros que toma la po1ftla cubana. a causa de luchado con verdaderós armas o verdaderos la autocrítica que públicamente hIzo Heber explosivos. Naturalmente hablamos de la au to Padilla. ¿Puede concretarnos mejor las ro- tocrítica que tiene como protagonista al poder sones norsonales que tuvo para firmar oque- y a la impotenclw y que anarlir de los prolb ccota? Ustód. como muchos otros de los cesos stalinlanos de 1937es lo oua s entlen una firmantes, se habían manifestado en el pa- de por autocrítica. No niego que ha autocrítica eficaz cuando no es obligada y se sado: corno favorables al Régimen de Fidel hace desde...jos a1edqos de la fuerzá y que Cas 1:.: es una autocrítica lndeu.ndiente, como quiaALBERTOMORAVIA firmado la carta sobre el caso de re dech el Sentidó oriqlflal de la palabra. Pa. cosas ha terminado Pada ni contra Fidel Castro, nl a favor de ro la degeneración de por cambiar el sentido las paloPadilla, He firmado 1 carta para protestar bras, Algo parecido a los camDos de concen contra la Instituc16n de lá autocrttica, en traclón que deberían lugares de raedu cualquier país y bajo cualquier régimen. Pien. codón y regeneración y ón cambio, en rea se que la autocrítica perjudico mucho más a lidad se han convertido en auténticas quien la exige la acepto y lo publica que a quien la hace. La autocrítica se hace normal- prisiones. De modo que para distinguir 1 mente cuando se esta en prisión o en estado autocrítica «real» de la 4deal» so precisaría de necesidad para obtener la libertad; allí se inventar otra palabra, de sonido y de slg publica y se difunde or la radio por motivos nificado menos inquisitorial. Estando así las cosas y no caba duda que de propaganda. El fin ixáctico destruye en la misma raíz todo catarsis moral, y la publici están de este modo, en el puesto de Fidel dad. la generosidad política. Inventada y Castro habro rehusado la autocrítica de Paconstituida en tiempos lejanos cuando sobre- difia o no se la habría pedido, o una vez vivía todavía intacto al milo de la conciencia, recibida se la devolverla sin haberla leído. esa traía su valer y su credibilidad propia Esto nor cálculo político, no por magnanlnil de1 individualismo. Pero hoy este Individuo- dad, ya que como he dicho, la autocrítica, llamó yá no existe; nadie cree ya en la auto perjudico zulia a quien la rócibe que a quien crítica, nl quien la hace, ni quien la recibe, nl la hace. En cuanto al hecho expreso de ,





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haberme manifestado en el pasudo a favor de Fidel Castro, yo digo que la discordia en. tre los intelectuales y Fidel Castro seré algo pósa}ero y volverá la antigua armonía. No debemos olvidar que Fidel Castro manifestó quo cuando ocurrió el confrontamiento Kan‘uedy Kruschef, los únicos que tomaron par. te a favor de i en todo el mundo fueron los ifltølectuales.

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PREGUNTA: Entre sus obras políticas existe una que es uz ensayo sobro China en la época de la revolución cultural, le pareció una experien. cia positiva. Nosotros recordamos que aquella experiencia comenzó con la autocrítica de Kuo-Mo-jo, que incluso más cruda y macerauta hara sí mismo que la de Padilla. Y entonces desde Europa no salió ninguna carta de protesto o de crítica contra los din gentes políticos chinos. Y no consta que usted haya adoptado en aquel tiempo nin guna posición concrota a propósito del escni jor Kuo-Mo.Jo.Tal vez porque no Implicaba ningún ataque directo o indirecto a escritores extranjeros, acusándolos de ser agentes de la CIA. M.BERTQ MORAVIAz



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la autocrítica puedo converlirse en un método de real reclamo hacia el colectivismo y que su aparente desproporción pueda ser pro. porciónada a la natural tendencia del artista hacia el Individualismo de los intelectuales y sobro todo de lo artistas, ‘

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PREGUNTA: Queremos ahora insistir en un punto: una revolución en un país subdesarrollado no puede triunfan si no es al precio de elIminar todos los privIlegios individuales, sean los que sean. Uno de tantos privilegios como se pueden citar puede ser el de la autonomía de los intelectuales, su específica forma de responsabilidad que actúa en ocasiones fue ro de la táctica polítiea No le parece que

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escrito un ensayo favorable u la novo1u1n cultural en China, uno de los aconte cimientos políticos más Importantes de estos últimos años y ci.rtani.nte no lo niego. Pero si cuando lo escribí hubisra tenido conoci. miento de la autocrítica do Kuo-Mo.Johabría protestado como protesté contra la autocrí tica de Padilla. Sin por olio cambiar ml ulclo sobre la revolución cultural; como por otra parte no ‘lo he cambiado sobre la revolución cubana. Las revoluciones son acontecerea humanos, y como tales Imperfectos y sujetos a múltiples errores, enUitc1ar los errores quiere decir simplemente denundun sus erro res y nada. Por otra parte, llegado a este puiito, qulsá convenga que yo defino las relaciones que según ml parecer debe haber entre arte y sociedad. Hoy al menos, el arte puede considerare. una continua, útil e lii,.chao,necesaria conspiración. en cuanto todas las sociedades son represivas. Y por clIc la unc1ón social del arte es do ser antlaoclal y no represiva, debe manifestar, en ventája de todo aquello que reprime a todos, Cuan. dO el arte ea convencional, entonces no cum i. con función. Tenemos el ejemplo en el llamado .‘r.allsmo socialista», el cual por no manifestar lo que se reprlnuu traicionaba el sentidó social del arto. Por otra parto vemos que como tan el artista ea delitos capas hacán unanadi. autocrítica denso do ,

antisociales. Se comprende el porqué. Estos delitos Imaginarios constituyen el auténffc3 material del arte. 4tiles a Incluso indispensa blas a la sociedad. que rehusados por la misma sociedad, vienen denunciados y repu diodos por la sociedad misma, vienen denun ciados y repudiados por el artista cusloso de, cnformarae, lo que equítrole a dech que.’ traiclona su propia función y a sí mismo. Algulios han calificado’ de kafklana la autóól-’,, lico de Hebertó .Pádilla. Po KcZflCU ¿s .1 poeta de la inconsciencia. Y la autocrítica de Padilla no es otra cosa que su poesía o su modo de formarse inicial y más íntImo y transformada en prueba de culpa. Pero culpa ¿de qué? No haber llevado totalmente a cabó la función del arte en, la sociodd contezn porónea.

ALBERTO MORAVIA: Es verdad, una revolución, y ea más si esta se realiza en un paf subdesarrollado, no puede triunfar sino al precio de reducir todos los privilegios individuales. Pero el hecho de que el arte debe realizar las fun. clones que hemos descrito no es un privilegio Individual, es un sImple deber. El artista hace de artista y fi trabajador de trabaja. don y el labrador de labrador. La Idea que el ante sea un privilegio individual trae su origen de la vieja emoción romántica del artista como genio creador y solitario. Sin embargo, hay que comprender que el artista es un ciudadano como los otros, pero des. finado a hacer un tipo de trabajo y de dar una forma a aquello’ que propiamente se debe definir como Inconsciente colectivo, Un Inconsciente colectivo del cual la autocrítica separa irremedIablemente al artista y con a toda la sociedad. Declaraciones de ,

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ALBERTOMORAVIA (Agencia DELFOS) Exclusivas para «La Vanguardia»