Cap XX y Xxi Hayek

CAPITULO 8: TRABAJO POR CUENTA AJENA Y LA ACTIVIDAD INDEPENDIENTE 1. AUMENTO DEL TRABAJO POR CUENTA AJENA En la socied

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CAPITULO 8: TRABAJO POR CUENTA AJENA Y LA ACTIVIDAD INDEPENDIENTE 1.

AUMENTO DEL TRABAJO POR CUENTA AJENA

En la sociedad una mayoría disfrutaba de la independencia de elegir las actividades que les proporcionaban subsistencia. Según un mito marxista, la aparición de un proletariado carente de bienes es resultado de un proceso de arrebatamiento en el que las masas fueron despojadas por el capitalismo de los bienes que les permitían ganarse la vida independientemente. Hasta la aparición del capitalismo moderno, la capacidad que tuviera una familia para educar a sus hijos (incluso tenerlos) dependía de haber heredado terrenos y elementos de producción. Si el capitalismo creó al proletariado lo hizo al permitirle a muchos sobrevivir y tener descendencia. Los incrementos poblacionales durante los últimos 200 años se nutren de los trabajadores urbanos e industriales. El cambio tecnológico favoreció a las grandes empresas y creó a una clase oficinista, que contribuyó al crecimiento de la población activa. El creciente número de personas sin bienes que ofrece sus servicios contribuyo al desarrollo de organizaciones a gran escala. 2.

Presupuestos de la libertad del asalariado

El problema consiste en que muchas libertades carecen de interés para los asalariados. El mantenimiento de su nivel de vida depende de la toma de decisiones de otros. En tanto, los asalariados viven sin preocuparse por ello, no comprenden la necesidad de adoptar dichas medidas. Ven como innecesarias muchas libertades esenciales para la persona independiente. La libertad se halla amenazada por el afán de la mayoría (compuesta por gente asalariada) de imponer sus criterios a los demás. Las elecciones realizadas por las personas según su modo de vida y medios de ganar su sustento, causa que como consecuencia de ello, tengan poco interés en realizar ciertas cosas. Muchas personas prefieren un empleo a las órdenes de un patrón, porque les ofrece mayores posibilidades de vivir su vida deseada a que si fueran independientes. El factor decisivo es la ocupación en una actividad más satisfactoria, y el logro de mayores ingresos de los que podrían obtener como comerciantes independientes. Quien desee ingresos regulares debe emplear sus horas de trabajo en las tareas que otros les fijan. El riesgo que supone renunciar a un trabajo indeseado puede ser tan grande que se prefiera seguir en el sin importar el disgusto. En una sociedad competitiva, aquel que trabaja independiente no se ve bajo el yugo de un patrón. La libertad del que trabaja por cuenta ajena depende de la existencia de muchos empresarios y de si la aceptación de un empleo es su único medio de subsistencia. 3.

La moralidad del empleado

Los valores de aquel que trabaja por cuenta ajena son distintos a aquel que es independiente, en tanto estos aceptan el riesgo y la responsabilidad de organizar la utilización de los recursos. Un hombre empleado puede ser tan laborioso como el independiente, pero jamás tendrá su ingenio e invención. Aquel que se emplea independiente no distingue de su vida privada y los negocios, a diferencia de quien solo enajena parte de su tiempo a cambio de un salario.

Clase Durante el feudalismo la posibilidad de tener un ingreso se reducía a heredar los bienes de sus parientes. Los ricos eran aquellos que heredaban grandes bienes. A partir de la revolución industrial se creó el proletariado y mucha gente accedió a un empleo. Si no fuese por los dueños de la producción, muchos no recibirían ingresos. La clase que trabaja por cuenta ajena es quien elige a los políticos y a la ley al constituir una mayoría, causando el detrimento de los independientes, por medio de impuestos que desestimulan a la industria. Este tipo de desestimulas pueden quebrar a empresas pequeñas y generar monopolios. Aquel que es empleado reduce su visión del mundo a lo que se le asigna, mientras el independiente se enfrenta a problemas diarios y debe usar su motivación para sortearla. Antes de imponerle trabas a una empresa, se le debe incentivar a crecer. Von Hayek constantemente critica a Marx y postula en contra de él. La misma oportunidad de ser empleado depende de la existencia de empresarios dispuestos a generar empleo. Los regímenes de salud y pensión establecidos por el estado y subsidiados desestimulan el trabajo independiente al salir de los impuestos. La mentalidad de aquel que trabaja por cuenta ajena y del independiente son distintas, el empleado adopta una posición de comodidad. El desarrollo de la sociedad está impulsado por aquel que crea empresa (Marx realizo planteamientos contrarios a estos, estableciendo que el progreso está en el proletariado). La remuneración de aquel que se arriesga a crear empresa suele ser mayor a aquel que solo esta empleado. El empleado preferirá siempre la seguridad del suelo a arriesgarse y ganar más a costo de perderlo todo, y por consiguiente elegirá a representantes que garanticen su modo de vida a través de la legislación. Los legisladores que tomen acciones a favor de sus electores serán reelegidos. A su vez, pueden nombran empleados para que realicen sus funciones a favor de sus intereses, relacionados con quienes lo eligieron. Se utiliza la esfera pública para fortalecer más el poder de quienes trabajan por cuenta ajena. La legislación no debe oprimir al independiente en tanto el mismo es quien genera el empleo para los que trabajan por cuenta ajena. No se debe castrar a la iniciativa, el empresario no querrá generar empresa. La actividad independiente no se dará en su completitud si la legislación es manejada por los empleados. Hayek es enemigo de la intervención estatal.

CAPITULO XVII: OCASO DEL SOCIALISMO Y ESTADO PROVIDENCIA Para Hayek toda intervención estatal constituye un intento de aplicar el socialismo, el cual causó decepción política y económica. A partir de esto se buscaron nuevas formas de socialismo. El fracaso del socialismo se halla en materia económica se debe a que no le proporcionó solución a muchas necesidades de la sociedad. Así mismo, significo una negación de la libertad, y además impulso la oferta de productos pero no la demanda de estos, afectando al mercado. El socialismo fue incapaz de ofrecer los bienes necesarios para suplir necesidades de la gente y castrar la libertad para buscar el bienestar propio. Género como consecuencia el que los países socialistas regresaran al capitalismo anterior (URSS) y provoco la fragmentación de estos, creando países más pequeños. Welfare state (estado providencia) Alemania fue el país que más tarde llego a la modernización, y una de las formas utilizadas para consolidar su estado fue por medio del welfare state, garantizándole salud y educación a su gente. La economía se encontraba dirigida por el estado pero no con fines socialistas ni con el deseo de evolucionar a la propiedad privada, sino para generar bienestar. Al llegar tarde, ya todos los demás mercados habían sido apropiados por otras economías, intentó tomarlos por medio de guerras. El estado providencia intenta resolver problemas de bienestar y previsión social por medio de la captación de impuestos. Los más ricos reaccionaron negativamente a la tributación, causando desestimulo en la inversión. Algunos objetivos del estado providencia pueden lograrse sin afectar la libertad individual, a pesar de que use métodos poco populares para ello. Existen servicios públicos que benefician a todos y solo pueden prestarse de manera colectiva, así como ciertas prestaciones funcionan mejor si las realizan los gobiernos locales que el nacional. Por medio de la seguridad el estado puede reducir el riesgo que viven sus ciudadanos, o enseñarles a defenderse del riesgo. La seguridad limitada puede alcanzarse para todos y no constituye un privilegio, pero la seguridad absoluta no puede existir para todos. La seguridad limitada hace alusión a la reducción del peligro en sí. La seguridad absoluta se refiere a garantizarse un buen nivel de vida y se relaciona con una de las principales ambiciones del estado: usar los poderes del gobierno para asegurar una distribución más equitativa de la riqueza. Este tipo de seguridad implica discriminar a ciertos individuos, lo cual es irreconciliable con la libertad. Todo estado que aspire lograr cierta justicia social se convierte en un distribuidor de rentas. Este tipo de estado retrocede hacia el socialismo. La tarea de los defensores de la libertad consiste en demandar las actividades que castren su libertad en búsqueda de la justicia social. El PIB se distribuye entre empresarios (ganancias) y obreros (salario), aquí se concentra la riqueza, que se redistribuye a través del estado con los impuestos hacia los ricos que se dirigen para los pobres. La redistribución va en contra de los intereses del que trabaja independiente y desestimula la inversión. El estado está en la obligación de ofrecer igualitariamente una seguridad a la sociedad, como el derecho a la vida. No todos logran la seguridad absoluta (que una persona rica pueda pagarse su propio seguro de salud y el pobre use el subsidiado). En tanto el estado no le da salud al rico, el mismo puede pagársela.

Antes de ofrecer servicios homogéneos se debe dar la posibilidad de que cada quien pueda pagarse sus servicios según su capacidad y preferencias (sistema de salud actual). Hayek es enemigo de la redistribución de la riqueza, para el homogeneizar la población es socialismo, y se le deben permitir libertades a quien hace su propia riqueza. La teoría expansionista plantea que el alcance del estado crece según las necesidades de la sociedad, la burocracia y la ampliación de las entidades. Hayek plantea que cada expansión acorta más la libertad. Mientras más se expanda el estado, más disminuye la libertad de los individuos. La administración debe fluir libremente y no estancarse en la burocracia. Hayek es enemigo de la centralización del estado. Si tiene que existir un estado, debe ser uno que este cerca de la gente, para que actúe en las localidades. La elección de los dirigentes locales debe ser elegida por su misma localidad, las funciones del estado deben ser controladas por su propia gente. Cuestiona el papel de los expertos, que pueden poner sus intereses sobre los de la comunidad y generar problemas. Complican los procesos y los convierten en una maquinaria que solo puede ser operada por ellos, para mantener su control sobre los procesos y enderezar al pueblo. Los monopolios del estado son un problema al poder expandirse. El monopolio empresarial es pequeño ante el estatal, que debe ser acabado. El solo haber logrado establecer un monopolio empresarial es un esfuerzo que debe dejarse ser. Hayek aceptaría al monopolio privado pero no al estatal. La previsión para la vejez La inflación atenta contra la previsión para la vejez, afectando los ahorros de la gente que empiezan a desvalorizarse con el tiempo. Las reformas estructurales son de tipo progresivo. La intervención estatal no resuelve los problemas económicos y sociales, al menos como estado providencia no. El estado al estar constantemente en déficit gasta las cotizaciones para la vejez de los ciudadanos, a los cuales les pagara con las cotizaciones de la generación siguiente. Por esto, Hayek propone que cada quien maneje el dinero de su pensión. Los problemas de la vejez no se solucionan con el sistema pensional regente, que tiende a devaluar los ahorros. Las constantes cotizaciones al sistema de salud también son ineficientes, la gente debe poder escoger como desea costear su servicio de salud. No debe existir un subsidio al desempleo, pues quitarle dinero al empresario lo desestimula. El empleo puede ser estimulado por medio del empresario. El subsidio favorece la continuación del desempleo. La previsión social en últimas busca redistribuir la renta, Hayek se opone a esta en tanto desincentiva al empresario, que es quien crea el empleo. La crisis de la previsión social El excesivo gasto del estado en administración, burocracia y corrupción hace que la tributación no alcance para manejar los gastos y genere déficit que no permitirá la existencia de previsión social. El estado recurrirá a la emisión monetaria y a reformas tributarias para sostenerse, creando inflación y aumentando los impuestos.

El estado es el responsable de la crisis de la seguridad social, si fuera manejada por entidades privadas seria más eficiente. El manejo de este por parte de los privados solo agudizo el problema. Capítulo 20 La redistribución no resuelve el problema: los ricos son pocos y no se les debe quitar en exceso, y lo que se les quita no alcanza para resolver todos los gastos. Los pobres no tienen como tributar. Por lo tanto, la tributación debe recaer sobre la clase media. La solución a esto consiste en un sistema proporcional que grave a la clase media, que es la mayoría. Las políticas tributarias excesivas no permiten que los países en desarrollo progresen al coartar la inversión. En los países ricos esto causa a su vez que surjan menos nuevos ricos, al limitar las iniciativas e impedir que nuevas personas hagan riqueza. Mientras menos ricos hayan, y más viejo se haga su dinero, menos entendible resulta su mera existencia, y se tendera a gravarlos más. Al haber pocos ricos se crea un monopolio, el mismo estado genera una mayor concentración de la riqueza al sacar del mercado a empresas que no pueden sostener la alta tributación e impedir la creación de nuevas por estas barreras de entrada. Capítulo 21 La cuestión monetaria es una respuesta visceral a la teoría keynesiana, que causo que el gobierno pasara a manejar a su antojo la política monetaria y la hiciera inestable por medio de la emisión. El gobierno es distinto al estado. El gobierno se refiere al poder ejecutivo, para ejecutar. El estado es un conjunto de instituciones. En este capítulo, Hayek hace alusión al gobierno. Actualmente las potestades del gobierno sobre la política monetaria han disminuido en el país miembro del FMI, en acogencia de la obra de Hayek. La emisión de dinero que no esté respaldada por una actividad productiva generara un desbalance entre la oferta y la demanda: la demanda efectiva subirá pero la oferta se mantendrá estática, haciendo que suban los precios. Por ejemplo, esto puede darse por emisiones que busquen generar empleo. Existen diferentes formas de incrementar la masa monetaria: por medio de emisión primaria, ejercida por el banco central. Por medio del aumento del volumen del crédito disponible, que presiona los precios. Por medio del gasto público, esencialmente en la burocracia. Presione los precios al hacer crecer la demanda efectiva con aumentos del salario de los funcionarios. Lo ideal es que el gobierno se ajuste al presupuesto existente y no incurra en déficit fiscal, los gastos deben estar ajustados al ingreso. Como esto no se da, al menos la banca central debe poseer independencia del gobierno para ser autónoma en la toma de decisiones monetarias y evitar la presión política. La banca centra colombiana tiene la función primordial de garantizar que el salario real de la gente se mantenga constante o creciente a través del tiempo, y evitar su deterioro. Hayek tiene claro que la mejor forma de controlar el gasto excesivo del gobierno (que luego financiara con emisión) es teniendo un banco central independiente. En la búsqueda del pleno empleo, el gobierno hará crecer a la masa monetaria, pudiendo generar inflación. La mejor política a desarrollar para este caso consiste en la de precios y pleno empleo.

La ocupación genera demanda efectiva, y presiona a los precios causando una inflación acelerada. Esta ocupación se da por medio de la inversión, facilitada por emisión monetaria no respaldada en actividades productivas. El estado crea la previsión social para solucionar problemas generados por la inflación misma (ahorro, pensión) pero se contradice al generar el mismo los brotes inflacionarios. Para Hayek es más importante sostener los precios que el empleo. Es necesario restringir al estado, que general males con la emisión causante de inflación. Hayek explica que algunos ciudadanos deben sacrificar su bienestar a corto plazo para generar bienestar económico a largo plazo.

CAPITULO XX: LA REDISTRIBUCION DE LA RIQUEZA Y LA POLITICA MONETARIA 1.

CUESTION BASICA DE LA REDISTRIBUCION

El sistema progresivo es aquel que grava con mayores impuestos a las rentas más altas, y es incompatible con la sociedad libre. El único argumento a favor del sistema progresivo es que contribuciones como la de la renta son progresivas para así compensar la tendencia de impuestos indirectos a gravar altamente a los más pobres. Al impuesto sobre la renta se le ha utilizado para convertir todo el sistema fiscal en algo progresivo. Este tipo de imposición es el mayor instrumento de redistribución de la renta. Un sistema proporcional podría generar también los mismos efectos distributivos si se destina una parte de los ingresos al pago de servicios que beneficien a los sectores pobres, o abonándole subsidios. Sin embargo, esta disminución de sus ingresos mediante impuestos reduce la libertad de los pobres a cambio de servicios gratuitos. 2.

EL AUGE DE LOS IMPUESTOS PROGRESIVOS

El sistema progresivo fue introducido a través de falsos pretextos, las primeras veces desde 1848 fue rechazado. La homogeneización de las rentas o patrimonio puede cometer demasiadas injusticias. Proposiciones de Marx y Engels fueron económicamente ineficaces e incompletas. Mil califico este sistema como un hurto solapado. Para aprobar este sistema se empezó a decir que los impuestos deberían ser distribuidos según la capacidad de pago, para alcanzar una igualdad de sacrificio, conseguible con una escala progresiva. 3.

CAMBIOS EN SU JUSTIFICACION

Los partidarios de este sistema aseguraron que solo deseaban alcanzar esta igualdad de sacrificio, pero nunca estipularon una redistribución de la renta, hablaron de tarifas moderadas. Rudolf von heis protesto ante los impuestos, este sistema implicaba el abandono del principio de igualdad ante la ley puesto que viola la barrera que protege a la propiedad. Al ser las tarifas bajas, cualquier argumento en contra era ignorado. Gran Bretaña y estados unidos fijan altísimas tarifas en 1900, este cambio transformó la naturaleza y el grado de este sistema. Los regímenes fiscales basados en la progresividad poseen el deseo único de redistribuir la riqueza, no con soportes científicos sino políticos. 4.

LA IMPOSICION PROGRESIVA

Las tarifas han debido crecer por el despegue del gasto público en los años pasados, sino, los impuestos habrían recaído sobre los pobres, y considerándose un deber el ayudar a los más débiles, era inevitable la implantación de un sistema progresivo. En realidad, los beneficios de esta carga tributaria a las clases altas no terminaron recayendo sobre los pobres y aliviando su condición, sino las clases trabajadoras mejor dotadas y los bajos estratos de la clase media, que es el mayor votante. Los impuestos se incrementaron rápidamente solo por la ilusión de que la progresividad haría recaer la tributación sobre los ricos, y bajo esta idea las masas aceptaron para ellas mismas una presión fiscal más alta de la que deberían. Esto solo genero una limitación a los beneficios de aquellos que trabajan independientemente, y una satisfacción de la envidia de aquellos con menos recursos. Por lo general, son las clases medias (las que más votan) aquellas que han recibido la menor carga fiscal, mientras que los de rentas muy altas y rentas muy bajas han recibido todo el peso. No son los más necesitados quienes salen beneficiados, por lo tanto, todo lo que logro la progresión pudo haberse hecho presionando a la clase media tan intensamente como se presiona a los pobres. 5.

IMPUESTOS PROGRESIVOS Y DEMOCRACIA

La progresión puede causar tales daños al sistema económico que destruyan todo progreso realizado. En contraste con el sistema proporcional, el progresivo no ofrece instrucciones sobre cual deba ser la carga fiscal de cada quien, y supone adoptar medidas discriminatorias contra los ricos sin ningún criterio objetivo, puesto que no existe formula que indique cual es la tasa progresiva ideal. Una vez se establezca el sistema, se llevara a límites más graves que los inicialmente deseados. Si una democracia desea ser justa, debe aprender a ajustar sus acciones a ciertos principios. El principio en el que se basa la progresividad es abiertamente discriminatorio, atenta una mayoría contra una minoría, y el supuesto deseo justicialista pasa a ser arbitrariedad. Es necesaria una regla que no permita que la mayoría imponga sobre la minoría cualquier gravamen que les parezca conveniente, y que ellos no aceptarían para sí mismos, y el que la mayoría considere que posee las facultades para hacerlo supone la violación de la democracia. La proporcionalidad tiene el mérito de ofrecer normas aceptables para quienes contribuyen con amplias sumas como para quienes soportan menor carga. La progresión no ofrece criterios que distingan lo justo de lo injusto, ni un límite para detenerse en las tarifas. Las tarifas progresivas han aumentado rápidamente en los años por la inflación, el aumento de las rentas nominales (aunque la renta real permanezca igual) supone ampliar la carga. 6.

PROPORCIONALIDAD TRIBUTARIA ANTES QUE PROGRESIVIDAD

A favor de la productividad están su capacidad de brindar una regla fija y aceptable tanto como para los que pagan mucho como los que pagan poco, además de que este no afecta la importancia de que existan diferentes remuneraciones laborales. La tributación progresiva desconoce un principio de justicia económica universal: a igual trabajo, igual retribución. No es justo que profesionales obtengan ganancias dispares por esfuerzo similar. Quien trabaje mucho no debe recibir menos que quien se dedica al ocio o a prestar servicios poco apreciados por los demás. La gente trabajara menos que si recibiera un ingreso justo, y desviara sus energías a actividades de menor utilidad social. Si se agotan las oportunidades para nuevas inversiones puede deberse a esta política fiscal que elimina actividades que el capital privado puede emprender provechosamente. 7.

LA RENTA EXCESIVA COMO UNICA RECOMPENSA

La imposición progresiva ha sido ampliamente aceptada porque la mayoría cree que ingreso adecuados son la única forma de retribuir el esfuerzo individual. La tesis que considera socialmente indeseables las grandes ganancias proviene de gente acostumbrada a trabajar por cuenta ajena bajo un salario, que consideran normal recibir un sueldo fijo por hora trabajada. Esta concepción solo es aplicable a quienes actúan para un tercero, puesto quienes trabajan independiente manejando sus recursos y tomando riesgos para incrementar sus riquezas, no lo visualizan así. Para estos la acumulación de bienes productivos es la base que les hace ejercer su vocación. La creencia de que todo ingreso se destina al consumo es natural para al asalariado pero extraño para el empresario, que piensa en la inversión. Una sociedad no podrá mantener el sistema de empresa privada si no admite retribuciones superarlos a las que la mayoría considera justas y condena la adquisición de fortunas en corto tiempo. Una ventaja del sistema competitivo consiste en que cualquier operación riesgosa puede generar en poco tiempo altas ganancias, que generaran capital indispensable para seguir procesos mercantiles, gracias a la actividad de quienes se hallan capacitados para administrarlos. Gravar estas ganancias con altas cargas obstaculiza la transferencia de capital que es la que impulsa una sociedad dinámica. Dificultar la acumulación de capital individual por medio de altas cargas a las ganancias restringe gravemente la competencia. La fiscalidad progresiva favorece a la sociedad mercantil frente al ahorro y fortalece a la empresa ya constituida, perjudicando a la empresa entrante. Este sistema acaba generando situaciones casi monopólicas. Así, empresarios antiguos no temerán a la competencia pues la fiscalidad los protege, pudiendo desafiar las necesidades de los consumidores. Es importante para ellos que al recién llegado se le facilite tener mayores recursos. La progresividad dificulta el progreso económico, fomentando la rigidez y el inmovilismo. De igual forma la progresividad perpetua la desigualdad humana, convierte las castas de los ricos en cerradas e inaccesibles, evitando que entren nuevas personas y disminuyendo las posibilidades de progresar socialmente. Cuanto más difícil se hace enriquecerse, mas injustificada parece la riqueza ajena, y la política tendera a sustraer la riqueza de los particulares. 8.

LA MORAL Y LOS PRINCIPIOS DE ACCION POLITICA

En países donde el régimen impositivo es alto, el afán igualitario impide que existan ingresos superiores a cierto límite. Considerar grande o pequeña una renta depende del criterio de cada comunidad y de su riqueza media. Países pobres que impiden la aparición de ricos retrasan y dificultan la elevación del nivel de vida. La imposición al final parece ser un problema ético, es injusto pensar que la mayoría puede transferir mediante la discriminación, las cargas fiscales a la minoría, y que toda clase solo por tener un ingreso distinto a los demás deba verse privado de incentivos y compensaciones por culpa del actual de otros. Un régimen fiscal razonable debe respetarse que la mayoría misma que fijo altas cargas, debe soportar la tasa más alta. Esta mayoría podría mejorar a los más débiles rebajándole sus cuotas y tomándolas ellos mismos. CAPITULO XXI: LA CUESTION MONETARIA 1.

LA ACTIVIDAD DEL PODER PUBLICO EN RELACION CON LA MONEDA

Los gobernantes hoy son más activos en el control monetario, y por esto existe mayor inestabilidad monetaria, es lógico que haya quienes crean que se le debe impedir al gobierno manejar el dinero. Esto actualmente es impracticable, si los gobernantes nunca hubieran intervenido se habría creado eventualmente un sistema monetario que no requiriese control estatal, y sin la imposición del uso del crédito y demás, tal vez el mercado monetario se autorregulara. Pero al haber permitido la intromisión estatal, no se puede prescindir del crédito pues la vida mercantil se asienta sobre este, y ya la historia ha hecho que se necesite control sobre el sistema de dinero y el de crédito. Existen factores que no permiten que el poder público abandone la escena, pues los problemas no desaparecerían por meras modificaciones al sistema: la variación de la oferta monetaria que afecta a la producción y a los precios, la disponibilidad de dinero según el crédito, y el gran volumen actual del gasto público. La variación de la oferta monetaria perturba la autocorrección del sistema y a la producción, a menos de que se adopten contramedidas, esto se debe a que la utilidad del dinero no consiste en su consumo sino en cedérsela a un tercero, por ello las variaciones en oferta o demanda de dinero por si solas no generan un nuevo equilibrio. Efectos en el aumento de la demanda alteran los precios. La variación de la moneda puede utilizarse de forma perniciosa. Esto solo puede evitarse otorgando a una institución la capacidad para actuar por si misma sobre la cantidad de dinero, esta debe ser independiente al poder público. La política monetaria sol será independiente de las necesidades fiscales si el gasto público es menor a los ingresos de la nación, y de si la deuda nacional absorbe poco crédito. Esto no se da en la realidad, subordinando la política monetaria a voluntad del gobernante. Por más independiente que parezca una institución, en la práctica obedece a lo que el poder público dicte. 2.

EL ESTADO PROVIDENCIA Y LA INFLACION

El estado es el máximo responsable de la depreciación de la moneda, y la inflación es la más terrible amenaza. Las grandes inflaciones de la historia han sido provocadas por los gobernantes por medio de la manipulación del dinero. Todas las actividades del estado providencia abogan por la inflación, como la continua elevación de los salarios que exigen los sindicatos así como políticas de pleno empleo, así como por medio de la inflación se busque disminuir la carga que poseen los seguros sociales sobre el presupuesto. Al gobernante le es difícil resistirse a la inflación si su sistema progresivo le incita a aumentar los ingresos fiscales por medio del aumento de la renta nominal. El estado providencia por su naturaleza tiende a la inflación, pero es este fenómeno mismo el que hizo reclamar a la gente los seguros y protecciones. 3.

INFLACION Y DEFLACION

La actual filosofía inflacionista se basa en que la deflación es aún más peligrosa, por ello es mejor pecar de inflacionista que de deflacionista. Esto provoca una inflación continua y creciente. Pero la inflación es más peligrosa y debe ser más combatida, puesto que en sus primeros estadios no genera incomodidad pero la deflación siempre lo hace desde el principio. Ambas generan súbitas e imprevistas mutaciones de los precios, y las fuerzas que las mueven se auto impulsan. La inflación empieza por un periodo de aumento de ganancias, se triunfa por doquier y la gente empieza a tomar grandes riesgos, sin embargo esto solo perdura hasta que la gente nota que los precios no bajaran nunca. La inflación tiene efectos estimulantes cuando es inesperada, cuando la gente se acostumbra al alza,

solo por medio de la creación de nuevos medios de pago se mantiene la prosperidad. Es un estimulante momentáneo y artificial. Las grandes depresiones se habrían evitado si se impidieran las inflaciones que las precedieron, sin embargo, no se sabe nada sobre como curar la depresión misma. El único momento hábil para evitarla transcurre sin que se haga nada pues nadie prevé la posibilidad de una crisis. Resulta difícil combatir la inflación pues los gobernantes piensas en casos concretos que por la nación en su conjunto, y les preocupan más los problemas a corto plazo. Para este tipo de políticos la inflación es la solución a las dificultades del momento y una forma de disimular los daños provocados por imprudencias estatales a través del manejo del dinero. Este tipo de política hace al gobernante esclavo de decisiones anteriores y lo obliga a tomar medidas perniciosas. La prevalencia de ideas inflacionistas se debe a que la gente se interesa solo por efectos a corto plazo y por la tenencia de hombres prácticos que se ocupan solo de problemas inmediatos. La promulgación de normas fijas que impidan actuar solo para el corto plazo permitirá implantaron orden monetario más estable donde no exista el alto secretismo y la presión sobre gobernantes que valorizan solo la urgencia momentánea. 4.

FACULTADES FRENTE A DISCRECIONALIDAD

Debe limitarse la discrecionalidad de las autoridades por medio de normas prestablecida, todos debemos estar de acuerdo con los objetivos de la política monetaria y nombrar a una autoridad independiente, amparada y protegida contra presiones políticas que aplicaría los medios más adecuados para lograr estos objetivos. Se debe repudiar la discrecionalidad frente al dinero, pues la política monetaria y sus efectos deben ser previsibles en el mayor grado posible. 5.

LOS OBJETIVOS DE LA POLITICA MONETARIA

El principal problema de los va es que la política monetaria es secretista y que el solo ejerce un control directo y limitado sobre la cuantía del dinero. El dilema actual monetario gira sobre si debe mantenerse cierto nivel de empleo o estabilizar los precios. El pleno empleo solo es alcanzable a corto plazo con manipulación monetaria, que conduce a una inflación galopante. 6.

ILUSIONES QUE PROVOCA LA INFLACION

Se sufre el azote inflacionario no por quienes abogan por ella sino por la debilidad de sus opositores. Papa impedirla es necesario que el pueblo se entere de sus orígenes y de sus efectos, las dificultades que impiden regular la inflación no son económicas sino políticas. La gente habla como si las autoridades no pudieran hacer nada por controlarla y no se atreven a suprimirla. La inflación más moderada es nociva si se induce al gobernante a resolver problemas a través de mayor inflación. Esta misma dificulta que personas de ingresos medios provean sus necesidades de la vejez, disuade el ahorro, induce el endeudamiento y destruye a la clase media, creando una amplia desigualdad propia de inflaciones prolongadas. La inflación posee efectos psicológicos como centrarse solo en las condiciones inmediatas. Quienes deseen evitar la intromisión estatal excesiva deben concentrarse en las cuestiones monetarias.