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CAMINANDO EN EL CAMINO CORRECTO Domingo, 28 de abril de 2002 Santiago de Chile, Chile

Por William Soto Santiago

CAMINANDO EN EL CAMINO CORRECTO

NOTA AL LECTOR Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquier error en este escrito es estrictamente error de audición, transcripción e impresión; y no debe interpretarse como errores del Mensaje. El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificado con las grabaciones del audio o del video. Este folleto debe ser usado solamente para propósitos personales de estudio, hasta que sea publicado formalmente.

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Milenial vamos a tener esa bendición grande. Pero ahora, vean ustedes, usamos el Nombre de la Primera Venida de Cristo. El Nombre Nuevo lo vamos a usar en alguna ocasión, pero tengan paciencia. Cuando haya entrado hasta el último escogido, después, de ahí en adelante, cuando Cristo se levante del Trono del Padre, ya entonces va ser abierto más ampliamente este misterio. Recuerden que fue algo duro para la religión hebrea que apareciera otro Nombre y que usaran otro Nombre para adorar en otro Nombre; pues todo eso fue motivo para que la religión hebrea con sus líderes religiosos, el sumo sacerdote y el concilio del sanedrín persiguieran a los discípulos y les dijeran: “No hablen más en ese Nombre.” Pues estaban mostrando que ése era el Nombre de Redención, y mostrando que no había Salvación ni perdón de pecados sino en ese Nombre. Bueno, aun los milagros eran hechos en ese Nombre y eran bautizadas las personas en ese Nombre también. Bueno, vamos a dejar todo quietecito ahí tal y como está, y nadie se vaya a adelantar. Todo lo que nosotros deseamos saber, Cristo lo va a revelar gradualmente en la forma que El sabe hacerlo, y entonces eso será un ASI DICE EL SEÑOR. No será palabra humana, sino la Palabra de Jesucristo para Su Iglesia. Bueno, vamos a dejar por aquí a nuestro Hno. Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar en esta ocasión. Que Dios les bendiga a todos, y muchas gracias por vuestra amable atención. “CAMINANDO EN EL CAMINO CORRECTO.”

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entonces viene la resurrección de los muertos y la transformación de nosotros los que vivimos. Eso es lo que está deteniendo la resurrección y la transformación nuestra; pero cuando se complete el número entonces ya vendrá la otra parte, que es la transformación, el cuerpo nuevo, el cuerpo glorificado para los muertos en Cristo y para nosotros los que vivimos. Estoy esperando por aquí a nuestro amigo y hermano, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín; él sabe que si no llega rápido tengo que seguir hablando; y parece que quiere que siga hablando acerca de algunas cositas ahí; pero ya les dije que el misterio contenido en el Séptimo Sello y el Nombre contenido ahí, eso va a ser reservado por cierto tiempo. Pero no se preocupen, cuando ya tengan el cuerpo nuevo ya lo van a saber; van a saber pronunciarlo bien y lo van a usar también. Así como con la transformación espiritual que recibimos luego usamos el Nombre de Jesucristo nuestro Salvador. Ahora, vamos a dejar a nuestro Hno. Bermúdez porque si sigo aquí pueden salir cositas que no deben salir, pueden salir cosas, ser reveladas cosas que no deben ser reveladas, que las he mantenido por años; y a Miguel le he dicho que las dejaré ahí quietecitas por el momento, por lo menos hasta que sea transformado —quizás— y no sé si hasta que ustedes también sean transformados. Así que vamos a pedirle a nuestro Hno. Bermúdez pase por aquí para finalizar nuestra parte en esta ocasión. Para el Reino Milenial “el que se bendiga o se bendijere en la Tierra, en el Dios del Amén se bendecirá.” [Isaías 65:16] Recuerden que Moisés también tenía que bendecir al pueblo hebreo y al sumo sacerdote en el Nombre de Dios que le fue revelado a Moisés; por lo tanto para el Reino

CAMINANDO EN EL CAMINO CORRECTO Por William Soto Santiago Domingo, 28 de abril de 2002 Santiago de Chile, Chile

uy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela. Para esta ocasión leemos en San Mateo, capítulo 7, versos 13 al 14, donde nuestro amado Señor Jesucristo dice: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” “CAMINANDO EN EL CAMINO CORRECTO.” A través de toda la historia del ser humano, encontramos que el ser humano ha deseado encontrar el camino a la vida eterna. Cuando el ser humano pecó en el Huerto del Edén, luego fue traído a juicio, perdió su derecho a vivir eternamente en el cuerpo de carne que tenía y perdió el derecho a ser poseedor del Título de Propiedad de la Herencia que Dios le había dado. El Título de Propiedad es el Libro de la Vida del Cordero, donde están escritos los nombres de todos los

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hijos e hijas de Dios; ese Título de Propiedad regresó a la Diestra de Dios y es el Libro de los Siete Sellos que aparece en Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante. Estando ahí todos los nombres de los hijos e hijas de Dios, Adán cuando tuvo en su mano ese Título de Propiedad, tenía la oportunidad de traer a existencia en la Tierra los hijos e hijas de Dios; tenía que ser por Creación Divina. Pero por cuanto pecó entonces perdió el derecho a traer los hijos e hijas de Dios a la Tierra con vida eterna. Adán cayó de la vida eterna y perdió el derecho a vivir eternamente, juntamente con su esposa Eva, y luego que Dios lo trajo a juicio, lo juzgó, y trajo la sentencia sobre Eva y sobre Adán y también sobre la serpiente, luego (siendo que el ser humano ya tenía los ojos abiertos) fue sacado el ser humano del Huerto del Edén para que no alargara su mano y tomara del Arbol de la Vida y viviera para siempre; porque Dios no quiere que el ser humano viva para siempre en una condición de pecador, El quiere que el ser humano viva para siempre sin pecado. Por lo tanto sacó del Huerto del Edén al ser humano y colocó en el camino al Arbol de la Vida, querubines con una espada encendida. Dice así Génesis, capítulo 3, versos 22 en adelante, dice: “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.”

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correcto en este tiempo final? [Nota - Los presentes responden: “¡Amén!”] Pues aquí estamos caminando en el Camino correcto, en Cristo nuestro Salvador, en la revelación de Jesucristo para este tiempo final. Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete en el Cuerpo Místico de Cristo, se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre y resucite a los creyentes en El y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero, al Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Fue para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “CAMINANDO EN EL CAMINO CORRECTO.” Hemos visto la importancia de caminar en el Camino correcto y los beneficios que hay al caminar en el Camino correcto. Por lo tanto, continuemos caminando en el Camino correcto, y nos veremos transformados algún día con cuerpos glorificados, e iremos a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la Cena de las Bodas del Cordero. Que las bendiciones de Cristo sean sobre todos ustedes y sobre mí también. Y dejo nuevamente con nosotros, con ustedes, al Misionero y Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte en esta ocasión; y ya les veré nuevamente en este mismo año, ya sea en este cuerpo o en el nuevo cuerpo. No sabemos cuándo obtendremos el nuevo cuerpo, pero sí lo vamos a obtener. Cuando entre hasta el último de los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, cuando entre al Cuerpo Místico de Cristo

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no se le puede ni quitar ni añadir. Hay una sentencia ahí dada, que dice que el que le quite: su nombre le será quitado del Libro de la Vida, y al que le añada: le serán añadidas las plagas escritas en este libro. Este es un Profeta dispensacional con un Mensaje dispensacional; y es la primera ocasión en que Cristo enviaría a Su Iglesia un Profeta dispensacional, y la última también, porque después de ese Profeta no hay más Profetas. Con ese Profeta, que es el séptimo Profeta dispensacional, Dios sella Su Obra y entraremos a eternidad, seremos restaurados a la vida eterna, vendrá la restauración de todas las cosas; seremos restaurados a eternidad con cuerpos eternos y glorificados nosotros los que vivimos, y los que han partido, al ser resucitados resucitarán en cuerpos glorificados también. Y ahora, todo esto se lleva a cabo ¿dónde? En el Camino correcto, que es el Camino de Cristo en medio del cristianismo, en toda la Obra que Cristo llevaría a cabo. Y ahora, para el Día Postrero El coronará Su Obra; y para todos los que están en el Camino correcto, caminando en él, vendrá una transformación, una transformación física; y para los muertos en Cristo que caminaron en el Camino de Dios en el tiempo que vivieron vendrá una resurrección en cuerpos eternos. Por eso es tan importante estar caminando en el Camino correcto: es el Camino de Dios, caminando en Cristo nuestro Salvador y en la revelación de Jesucristo para la edad correspondiente al tiempo que le toca vivir a la persona. Por lo tanto, estemos nosotros en este tiempo ¿cómo? Caminando en el Camino correcto. ¿Y dónde están los que están caminando en el Camino

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Y ahora, el camino del Arbol de la Vida fue guardado, y ninguna persona podía entrar al Huerto del Edén y llegar al Arbol de la Vida y comer del Arbol de la Vida. El Arbol de la Vida es Cristo nuestro Salvador, el cual estaba allá en el Huerto del Edén con Adán, en Su cuerpo angelical. Pero encontramos que para poder comer, el ser humano, del Arbol de la Vida, el Arbol de la Vida tenía que hacerse carne primero; pero se hizo carne primero “el árbol de ciencia del bien y del mal,” que es el diablo, el cual se hizo carne en la serpiente y trajo la caída del ser humano. Y ahora, toda persona ha deseado vivir eternamente, pues si vivir en este cuerpo mortal que tenemos es bueno, cómo será en un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado que nunca se pone viejo y que es igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, un cuerpo en donde está todo el Poder de Dios. Todo el mundo ha deseado ser poderoso y ha deseado vivir eternamente, ser joven por toda la eternidad; y solamente se puede alcanzar esa bendición tan grande en un cuerpo glorificado. Y para lograr eso la persona tiene que caminar en el Camino correcto: el Camino de la Vida Eterna; y para caminar en el Camino correcto, que es el Camino angosto, tiene que entrar por la Puerta angosta. Y ahora, Cristo en San Juan, capítulo 10, dice: “Yo soy la puerta...” Vamos a leerlo: San Juan, capítulo 10, verso 9, dice... Capítulo 10, verso 9 de San Juan, dice: “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.” Para ser salvo hay que entrar por la Puerta, que es Cristo nuestro Salvador. El es la Puerta a la vida eterna y El es la Puerta al Camino que lleva a la persona a la vida eterna. Para caminar en el Camino correcto y el Camino angosto, hay que entrar por la Puerta angosta, que es Jesucristo

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nuestro Salvador, recibiéndolo como nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en Su Sangre, siendo bautizados en agua en Su Nombre y recibiendo Su Espíritu Santo, y así recibiendo el nuevo nacimiento y obteniendo un cuerpo angelical de la sexta dimensión. Y así es como entramos por la Puerta angosta para caminar en el Camino correcto, que es Cristo. Cristo es la Puerta angosta y Cristo también es el Camino angosto. Ahora, en San Juan también, Cristo nos dice en el capítulo 14, verso 6: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Y ahora, Cristo aquí dice que es el Camino y es la Verdad y es la Vida, la Vida Eterna. “Y nadie viene al Padre, sino por mí,” dice Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, toda persona que quiera allegarse a Dios tiene que hacerlo a través de Jesucristo nuestro Salvador, el cual es el Camino, el Camino a seguir, El es el Camino de la Vida Eterna. En Proverbios, capítulo 15 nos dice... ya que toda persona quiere vivir eternamente, pues necesita conocer el Camino correcto que debe caminar. Y ahora vamos al capítulo 15 de Proverbios, verso 24, donde dice: “El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para apartarse del Seol abajo (o sea, para apartarse del infierno abajo).” El Camino de la Vida, que es Cristo, es hacia arriba; y ese es el Camino angosto por donde todos deben caminar si quieren ir al Cielo, si quieren llegar a Dios y vivir con Dios eternamente en el Reino de Dios. No hay otro Camino, no hay otra Vida, no hay otra Verdad. Jesucristo es el Camino, Jesucristo es la Verdad y Jesucristo es la Vida Eterna. Por lo tanto, toda persona debe caminar en Jesucristo

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como Jehová tuvo Su Angel en el Antiguo Testamento, hasta que lo hizo carne, se hizo carne en medio de la raza humana. Y ahora, en el Nuevo Testamento Cristo tiene Su Angel, el cual ha enviado a Su Iglesia y ha estado en Su Iglesia de edad en edad. Ese es el Angel de la revelación divina, es el Angel a través del cual el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo ha estado obrando todo el tiempo y ha estado usándolo todo el tiempo, y ha sido de bendición para todos los apóstoles y los ángeles mensajeros de las diferentes edades. Ese es el Angel a cargo de la revelación divina, por lo tanto ese es el Angel de la revelación de Jesucristo; por lo tanto, nadie puede obtener revelación divina, a menos que sea concedida por Cristo a través de Su Angel. Así fue para las edades pasadas y así es para nuestro tiempo. En edades pasadas estuvo en cuerpo angelical; para el Día Postrero, cuando ya han terminado las edades de la Iglesia, Cristo hará carne Su Angel, y estará en carne humana en medio de Su Iglesia dándonos a conocer todas estas cosas que ya están escritas aquí en el libro del Apocalipsis en símbolos, y estará abriéndonos los misterios correspondientes a este tiempo final, a las cosas que deben suceder después de las siete edades de la Iglesia. El Séptimo Sello es el misterio más grande de toda la Biblia, y es el misterio que él estará abriéndonos para que así obtengamos la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Este Angel del Señor Jesucristo es un espíritu de Profeta que envió a Juan el Apóstol, el cual en el Día Postrero estará en carne humana en medio de la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador, dándole la Palabra revelada a la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final; Palabra, Mensaje, al cual

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siervos las cosas que deben suceder pronto.” Apocalipsis 22, verso 6. Y Apocalipsis 22, verso 16, dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.” Y ahora, es Jesucristo el que dice que El ha enviado Su Angel para dar testimonio de esas cosas en las iglesias. Y así como Jehová, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, Elohim, Dios, tenía Su Angel en el Antiguo Testamento, que es Cristo en Su cuerpo angelical, el cual luego lo hizo carne, se hizo carne y fue el Verbo hecho carne... El Verbo que era con Dios y era Dios se hizo carne y habitó en medio de la raza humana, y así Dios emparentó con la raza humana, y vino a hacerse hombre en medio de la raza humana a través del cuerpo físico de Jesucristo, para poder llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Porque ningún ser humano nacido por medio de la unión de un hombre y de una mujer, ninguno era digno para llevar a cabo la Obra de Redención, porque todos estaban contaminados con el pecado original. “Y por cuanto todos pecaron, todos estaban destituidos de la gloria de Dios,” según dice Romanos, capítulo 3, verso 23; y también dice que “la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (capítulo 6, verso 23 de Romanos).” Ahora, Dios, el Verbo que era con Dios y era Dios se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo para llevar a cabo la Obra de Redención, y allí estaba el Nombre de Dios para Redención del ser humano. Y ahora, en el Nuevo Testamento Cristo tiene Su Angel,

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nuestro Salvador, teniendo la revelación de Jesucristo para la edad que le toca vivir; y así conocer a Jesucristo en su tiempo, manifestado en su edad, llevando a cabo la Obra correspondiente de esa edad y llamando y juntando a Sus escogidos de esa edad por medio de Su Mensaje correspondiente a ese tiempo. Cristo dijo: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así...” Vamos a ver, a leerlo aquí directo: Capítulo 10, verso 14 en adelante dice Cristo: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, son gentiles; no son hebreos sino gentiles); aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” El Rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo, el Pastor es Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, y esas ovejas que son llamadas y juntadas son todos los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que cuando aparecen en la Tierra, aparecen en una edad en donde el Espíritu Santo está manifestado por medio del Mensajero que El tiene para ese tiempo, y por consiguiente está hablando por medio de ese Mensajero y está llamando y juntando Sus ovejas en esa edad, en el Redil del Señor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Esa es la forma en que El llama y junta a Sus ovejas en Su Iglesia en cada edad: en Su Redil. Y ahora, encontramos que esta Obra El la ha estado haciendo y continuará haciéndola hasta que haya entrado hasta la última oveja del Redil del Señor, hasta que haya entrado hasta el último escogido de Dios escrito en el

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Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Estas son las personas que han caminado en edades pasadas en el Camino correcto, en el Camino de la Vida Eterna, que es Cristo nuestro Salvador, los cuales han obtenido la revelación de Jesucristo para la edad que les ha tocado vivir, y han sido llamados, juntados y colocados en el Cuerpo Místico de Jesucristo con vida eterna. Dios ha colocado delante del ser humano la vida y la muerte, y aconseja al ser humano que escoja la vida para que el ser humano pueda vivir eternamente. Vean, aquí en Jeremías, capítulo 21, dice Dios, verso 8: “Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.” Por lo tanto todo ser humano tiene delante de sí el Camino de la Vida Eterna, que es Cristo, y también tiene delante de sí el camino ancho, el camino que lleva a la perdición, que lleva a la muerte. Tiene delante de sí, el ser humano, el Camino a la Vida y el camino de la muerte, para que el ser humano escoja a dónde quiere llegar. Si a la persona le interesa llegar al infierno, pues vive y camina en el camino ancho que tiene la puerta ancha, que es el camino que lleva a la perdición, lo lleva directamente al lago de fuego, al infierno, donde será destruida la persona. Pero el que quiere vivir eternamente en el Reino de Dios con vida eterna y con un cuerpo eterno, también tiene un Camino, el cual lo llevará directamente a Dios: Ese es el Camino angosto que tiene la Puerta angosta. La Puerta es Cristo y el Camino es Cristo; y hay que entrar por Cristo, la Puerta angosta, recibiéndolo como nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en Su Sangre, siendo bautizados en agua en Su Nombre y recibiendo Su Espíritu Santo; y así

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página 134, y ahora les leo de la página 146, donde dice en el último párrafo: “Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre.” Esa es la forma en que el Espíritu Santo vendrá encarnado, se encarnará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. En la página 352, dice: “Y sucederá que al tiempo cuando el anticristo venga en su plenitud, Dios también vendrá en Su plenitud para redimirnos (o sea, para llevar a cabo nuestra transformación, para llevar a cabo la redención del cuerpo). Siempre corren paralelos. Caín y Abel, el cuervo y la paloma en el arca, Judas y Jesús.” Ahora, vean ustedes, para este tiempo final será Cristo, el Espíritu Santo encarnado en un hombre; y el anticristo, el espíritu del maligno, del diablo, encarnado en otro hombre. En la página 256, dice el Rvdo. William Branham: “Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la tierra, El vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre.—” ¿Vieron lo sencillo que es todo? Ahora, esas son las promesas divinas, las cuales están en toda la Escritura. Les hemos leído aquí en el libro del Apocalipsis, y Dios nos dio más luz a través del Rvdo. William Branham, para que estemos conscientes de las promesas de Dios para nuestro tiempo, y así estemos al tanto de todo el Programa que Cristo estará llevando a cabo en este tiempo final. Y para que conozcamos todas estas cosas que han de estar sucediendo, dice: “Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus

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nombre nuestro, el cual está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Por lo tanto, este Angel también tiene un Nombre. Ahora, el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis tiene un Nombre que ninguno conocía sino él mismo: “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: E L VERBO DE DIOS . Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: R EY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES .” Está viniendo como Rey de reyes y Señor de señores, está viniendo como Hijo del Hombre e Hijo de David. Y ahora, esto corresponde a la Segunda Venida de Cristo, en donde el Espíritu Santo que ha estado en medio de Su Iglesia, en cada una de sus etapas guiando a Su Iglesia, vendrá manifestado en carne humana en el Día Postrero. De lo cual habló el Rvdo. William Branham en la página 134, cuando dice: “Y noten Uds.: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando El llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores.” ¿Cómo va a ser esta manifestación? ¿Cómo se va a encarnar? ¿Cómo va a venir encarnado el Espíritu Santo en este tiempo final? En la página 146 del libro de “Los Sellos,” también... Les leí en el libro de “Los Sellos,”

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entramos por esa Puerta al Camino que nos lleva a la vida eterna; así entramos a Cristo y así venimos a ser parte del Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia. Por lo tanto, toda persona que quiera vivir eternamente tiene que nacer en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Iglesia de Jesucristo, por medio del Espíritu Santo; y así obtener el nuevo nacimiento. Cristo le dijo a Nicodemo en el capítulo 3, verso 1 al 6 de San Juan: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Y Nicodemo siendo un hombre religioso, y el cual estaba interesado en el Reino de Dios, dice a Jesús: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo?” Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.” Le está hablando aquí del nuevo nacimiento, el cual se requiere para todo ser humano; porque el nacimiento que hemos obtenido por nuestros padres terrenales ha sido un nacimiento en la permisiva voluntad de Dios, en donde hemos obtenido un cuerpo mortal, corruptible y temporal, y un espíritu del mundo, un espíritu de la quinta dimensión, que es la dimensión de las tinieblas, la dimensión del diablo, la dimensión que es el infierno, por eso el ser humano es inclinado siempre hacia el mal; pero tiene que nacer de nuevo. Al nacer de nuevo, al recibir el Espíritu de Cristo, entonces recibe un cuerpo angelical de la sexta dimensión que lo guiará siempre al bien, siempre lo guiará en el camino por donde debe andar la persona: en el Camino de Dios, que es Cristo nuestro Salvador; y así la persona entra al Reino de Dios por medio del nuevo nacimiento. No es porque la persona sea muy buena o porque la

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persona no le haga daño a nadie, eso está bien, así debe ser toda persona; pero eso no es lo que le da a usted la Salvación. La Salvación se la da Jesucristo nuestro Salvador, y El es el que produce en la persona, por medio de Su Espíritu, el nuevo nacimiento, y así lo coloca en Su Reino, usted nace en el Reino de Cristo. Ahora, encontramos que San Pablo conociendo este misterio del nuevo nacimiento, este misterio que se ha estado llevando a cabo en el Nuevo Testamento, lo cual fue tipificado en la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, a donde Cristo, el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, libertó al pueblo hebreo a través del Profeta Moisés, lo libertó del faraón y del imperio del faraón, de ese imperio de las tinieblas que tenía esclavizado al pueblo hebreo, los libertó y los llevó a la tierra prometida, la tierra de Israel. Y ahora, eso fue el Primer Exodo, tipo y figura del Segundo Exodo y del Tercer Exodo que Cristo, el Angel del Pacto, llevaría a cabo. Y ahora, en Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, dice: “...Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.” Y ahora, nos ha libertado de las tinieblas, o sea, nos ha libertado del reino del diablo, del reino de las tinieblas, y nos ha colocado en el Reino de Su Hijo Jesucristo. Hemos tenido un cambio de reino al recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en el Nombre del Señor

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Nombre que Jesucristo tiene en la Piedrecita Blanca que le entrega a él. La Piedrecita Blanca es la piedra no cortada de manos del capítulo 2 de Daniel, y es la Segunda Venida de Cristo. Cristo dice: “Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” La Segunda Venida de Cristo es con un Nombre Nuevo, como en Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 en adelante, donde dice: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo...” Y este pasaje nos está mostrando la Segunda Venida de Cristo; y ahora, tiene un Nombre que ninguno conoce, por lo tanto no es el nombre Jesús porque el nombre Jesús todos lo conocen. “...y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: E L VERBO DE DIOS .” Cuando el Verbo se hace carne, ahí viene la manifestación del Nombre, del Verbo de Dios. Ahora, estando en la forma angelical teofánica es el Verbo, y cuando se hace carne es el Verbo hecho carne en medio del pueblo hebreo, es el cuerpo angelical manifestado en carne humana. Todos tenemos un cuerpo angelical, y Dios conoce el

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pasando, cuando el sacerdote iba a pronunciar el Nombre de Dios, entonces tocaban tambores y tímbalos, y hacían ruido para que las personas que estaban allí no pudieran escuchar y entender el Nombre de Dios. Luego fueron perdiendo la pronunciación original del Nombre, y en la actualidad ni saben cómo se pronuncia ese Nombre, ni los hebreos saben, y mucho menos los gentiles; perdieron la pronunciación correcta del Nombre Eterno de Dios. Perdieron la pronunciación correcta de Y H W H y le han estado añadiendo vocales, y en un tiempo lo leían como “Yavé,” o “Yawé”; y después le añadieron más letras para hacerlo sonar como “Jehová.” Pero no han logrado todavía la pronunciación correcta del Nombre de Dios, que es el Nombre que está en el Angel de Jehová, el cual es Cristo nuestro Salvador. Pero por cuanto todas las cosas van a ser restauradas y vamos a ser restaurados a la vida eterna, para los escogidos de Dios va a ser restaurado el misterio del Nombre de Dios. Por lo tanto Cristo teniéndolo, pues lo va a escribir sobre el Vencedor. Ahora, en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, dice: “Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.” El que recibirá esa Piedrecita Blanca será el que recibirá ese Nombre Nuevo, por lo tanto tendrá la Piedrecita Blanca y tendrá el Nombre Nuevo también; y nadie más lo conocerá. Y él se cuidará para que nadie más lo conozca así abiertamente, para que no vayan a estar imitando; él conocerá ese misterio y él ministrará consciente del

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Jesucristo y recibir Su Espíritu Santo; hemos sido libertados del reino de las tinieblas y hemos sido colocados en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Y ahora, somos parte del Cuerpo Místico de Cristo, de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde Cristo está colocando todos los hijos del Reino de Luz; porque somos hijos de Luz, somos hijos del Reino de Luz, del Reino de Jesucristo, y por eso es que El nos ha libertado y nos ha colocado en Su Reino, que es el Reino de Luz. Y ahora, ese es el único Reino que existirá eternamente. El reino de las tinieblas va a ser destruido con el príncipe de las tinieblas, que es el diablo, y con todos los ángeles caídos que han seguido al diablo, y con todas las personas que han permanecido en el reino de las tinieblas. Pero los que han sido libertados, al recibir a Cristo como su Salvador, han entrado, han sido colocados en el Reino de Cristo y vivirán eternamente; porque ese Reino es un Reino Eterno, un Reino que no será destruido; ese es el Reino que es adoptado, el Reino que ha sido adoptado para gobernar sobre el planeta Tierra y sobre el Universo completo. Pero el reino de las tinieblas le robó a Adán el Gobierno del planeta Tierra, le dio —como diríamos— un golpe de estado, un golpe a Adán y Su Reino, y le robó el reino; pero eso no será para siempre porque el Título de Propiedad lo tiene Dios. Con la restauración del Título de Propiedad a la raza humana (lo cual Cristo hace al tomarlo en el Cielo, abrirlo y traerlo a la Tierra y entregárselo a un hombre), vendrá la restauración del ser humano a la vida eterna física con un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y así comenzará la restauración física a la vida eterna. Ahora, la restauración a la vida eterna ya comenzó en el campo espiritual: Cristo está llevando a cabo la Creación de

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una Nueva Raza. Por eso lo que vale no es la circuncisión o la incircuncisión sino la nueva criatura, como dice San Pablo en Gálatas, capítulo 6, verso 15, y Gálatas, capítulo 5, verso 6. Es la Nueva Creación, es la persona nacida de nuevo lo que tiene valor ante Dios; esa persona tiene la circuncisión en su corazón, su alma, por medio del bautismo del Espíritu Santo; y así la persona está dentro del Nuevo Pacto, el Pacto Eterno, y cubierto con la Sangre del Pacto Eterno, la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo. En el Camino correcto, que es Cristo nuestro Salvador, está el Nuevo Pacto y la Sangre del Nuevo Pacto; por consiguiente todos los que están en el Camino correcto, que es Cristo, están dentro del Nuevo Pacto, cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto y limpiados de todo pecado con la Sangre del Nuevo Pacto, y están justificados, están como si nunca en la vida hubiesen pecado. Porque la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado; y si nos limpia de todo pecado entonces estamos como si nunca en la vida hubiésemos pecado, estamos justificados ante Dios. Y ahora, vean la importancia de estar en el Camino correcto. En el Camino correcto, que es Cristo, es en donde estamos dentro del Nuevo Pacto, limpiados con la Sangre del Nuevo Pacto: la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo. Encontramos que en el tiempo de Adán y Eva, y Caín y Abel, fue establecida la adoración a Dios presentándose la persona con un sacrificio; por eso cuando el ser humano cayó, luego Dios le dio a Adán y a Eva pieles para vestir o cubrir su desnudez. Si da pieles de un animal, el animal tiene que morir.

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William Branham, no se dice: “William Branjam,” sino: “William Branham,” porque la “h” es muda. Ahora, encontramos que el Rvdo. William Branham cuando habla acerca de Dios cambiándole el nombre a Abraham y añadiéndole esa “h,” dice que Dios colocó en Abraham parte de Su Nombre, le añadió una “h,” y una “a,” también. Ahora, vamos a dejar eso quietecito ahí. Recuerden que cuado se lee en inglés es una cosa, cuando se lee en español las letras cambian, y cuando se lee en hebreo hay un cambio también; y si se va directo al original, cómo fue escrito el Nombre de Dios cuando le fue dado a Moisés, entonces usted no verá ninguna letra porque están en otro idioma que usted ni conoce; lo que verá es un sinnúmero de rayas ahí en diferentes formas, y eso es el Nombre. Y para ese tiempo se colocaban las consonantes. Así que Moisés supo cómo se leían esas cuatro consonantes y cómo era entonces pronunciado el Nombre de Dios. Moisés sí tenía el conocimiento de ese Nombre, por lo tanto Moisés en su ministerio usaba el Nombre de Dios, tenía la revelación de ese Nombre. Pero ese Nombre también, por lo que vemos, lo conoció Aarón (el hermano de Moisés); pero luego encontramos que a causa de que cuando el sacerdote salía del lugar santísimo el día de la expiación y pronunciaba el Nombre de Dios y bendecía al pueblo, muchas personas o algunas personas estaban pendientes a cómo era pronunciado para después usarlo en forma incorrecta, para hacer cosas incorrectas, ya sea para maldecir a algunas personas con las cuales podían pelearse, o para usarlo en asuntos de magia y cosas parecidas. Y entonces cuando se dieron cuenta de lo que estaba

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Nuevo de Jesucristo, ¿está dónde? En el Angel del Señor Jesucristo, donde Cristo escribe el Nombre de nuestro Dios, de la Ciudad de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo. No pueder ser en otra persona. Este Angel ha estado en la Iglesia de Jesucristo todo el tiempo, pero en cuerpo teofánico angelical, como estuvo el Angel de Jehová todo el tiempo en el Antiguo Testamento y tenía el Nombre de Dios: Y H W H. Por eso cuando Moisés le pregunta, le dice a Dios, al Angel de Jehová, en el cual estaba Dios, le dice: “Bueno, llego yo a los hijos de Israel y les digo que el Dios de vuestros padres me ha aparecido y me ha enviado a vosotros; si ellos me preguntan cuál es Su Nombre ¿qué les voy a decir?” Entonces el Angel de Jehová le dijo, le dio tres o cuatro letras consonantes, que son: Y H W H, las cuales han traducido: “YO SOY.” En inglés son... está traducido: “I AM.” Esta es la traducción del Nombre de Dios. “YO SOY me envió a vosotros.” En inglés: “I AM, me envió a vosotros.” Esa es la traducción al inglés. O sea: “I AM.” “YO SOY” en inglés se dice: “I AM.” Por lo tanto, hay un misterio ahí. ¿Recuerdan a nuestro Hno. Branham, que cuando hablaba acerca de Elohim apareciéndole a Abraham, Elohim fue el que le cambió el nombre a Abraham? Antes se llamaba: Abram, y le añadió una “h,” y una “a,” y vino a ser Abraham; y a Sara o Sarai, pues en inglés le añadió una “h”; en español, pues se llamaba Sarai, y le fue quitada la “i,” y entonces se llamaba Sara. En español no le colocan la “h,” es que la “h” no tiene sonido, es muda; pero en inglés se la ponen y no la pronuncian; por eso no se dice: Abrajam, se dice: Abraham. La “h” es muda, no se pronuncia. Por eso también cuando se lee el nombre del Rvdo.

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Y ahora, encontramos que de ahí en adelante el ser humano ha estado ofreciendo a Dios sacrificios por el pecado. Para venir a adorar a Dios encontramos que siempre ha tenido que tener un sacrificio por el pecado, porque no se puede presentar el ser humano ante Dios sin un sacrificio por el pecado, porque el ser humano tiene que estar sin pecado para acercarse ante Dios y adorar a Dios. Ahora, encontramos que Caín y Abel fueron a adorar a Dios; y encontramos que Caín preparó un altar para adorar a Dios, llevó a ese altar frutos del campo, diferentes frutos del campo; luego Abel, también por cuanto fue a adorar a Dios... Recuerden que en el Edén, en el Huerto del Edén, era el lugar donde Dios estaba, por lo tanto ahí frente, mirando hacia el Edén, hacia la puerta de entrada al Edén, era que adoraban a Dios. Y Abel vino para adorar a Dios y ofreció un animalito de entre sus ovejas, de entre los primogénitos, y lo sacrificó y ofreció a Dios el sacrificio por el pecado. El sacrificio por el pecado tiene que ser un sacrificio con sangre; no hay sacrificios de otra forma por el pecado, sino que tiene que ser un animalito que sea sacrificado y su sangre sea derramada; porque eso es lo que Dios acepta, desde el Génesis, desde la caída del ser humano. ¿Y por qué eso funcionaba así en el Antiguo Testamento? Porque esos sacrificios tipificaban el Sacrificio de Cristo nuestro Salvador. Por eso cuando Abel ofreció a Dios ese sacrificio por el pecado, sus pecados fueron cubiertos, y adoró a Dios y fue aceptado el sacrificio, la ofrenda de Abel. Pero la ofrenda de Caín no fue aceptada por Dios. Caín se molestó. Caín era de los que pensaban que la apariencia hermosa que tuviera lo que uno le ofrecía a Dios era lo que valía. Pero Abel tenía la revelación divina de que

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era el sacrificio por el pecado, un animalito siendo sacrificado y su sangre siendo derramada, lo que Dios aceptaba. ¿Por qué? Porque eso era tipo y figura de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. Pero la ofrenda que trajo Caín (de frutos del campo) en ningún momento representaba a Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario; por lo tanto Caín tenía religión, religión sin sangre; por lo tanto Caín no estaba caminando en el Camino correcto. El Camino correcto de Dios, el Camino de la Vida Eterna es el Camino que tiene la Sangre por el pecado, para limpiar al ser humano de todo pecado. En el Antiguo Testamento los sacrificios de esos animalitos y su sangre cubría el pecado de los seres humanos (aunque no lo quitaba), en lo que llegaba un Sacrificio Perfecto que quitara el pecado del mundo, lo cual ocurrió cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario. Por eso es que ya no se necesitan más sacrificios de animalitos para cubrir el pecado de las personas, porque tenemos el Sacrificio Perfecto de nuestro amado Señor Jesucristo, que nos limpia de todo pecado, y entonces podemos acercarnos a Dios para adorarlo en Espíritu y en Verdad. Porque todos los que adoran a Dios es necesario que le adoren en Espíritu y en Verdad, “porque tales adoradores busca el Padre que le adoren.” [San Juan 4:23-24] Por lo tanto, las personas tienen que haber recibido a Cristo como su Salvador, haber lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, haber sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y haber recibido Su Espíritu Santo; y así adoramos entonces a Dios sin pecados en nosotros, porque la Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado y tenemos el Sacrificio por el pecado, que es el

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atrás apareció a Juan y le dio la revelación del Apocalipsis. El Rvdo. William Branham dice que ése es un espíritu de Profeta. Y ahora, por eso es que dice: “El Señor, el Dios de los espíritus de los Profetas, ha enviado Su Angel,” o sea, que ha enviado un espíritu de Profeta a Juan, para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder. Y así como el Angel de Jehová en el Antiguo Testamento era un espíritu de Profeta: era el espíritu de Profeta de Jesucristo nuestro Salvador, era el cuerpo angelical de Jesucristo nuestro Salvador, un cuerpo teofánico de Profeta (para que lo entiendan mejor)... Ese fue el que guió al pueblo hebreo, libertó al pueblo hebreo y le dio las Leyes en el Monte Sinaí. Y ahora, en el Nuevo Testamento Cristo tiene un Angel. Así como Jehová en el Antiguo Testamento tenía Su Angel: el Angel de Jehová, que es Cristo en Su cuerpo angelical, ahora Cristo en el Nuevo Testamento tiene Su Angel, y ha estado en medio de Su Iglesia en cuerpo teofánico, cuerpo angelical. Y así como en el Angel de Jehová estaba el Nombre de Dios, y el Angel de Jehová es Cristo en Su cuerpo angelical, así también en el Nuevo Testamento en el Angel de Jesucristo es que está el Nombre que Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y (nunca más saldrá fuera) nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.” Así como estaba escrito en el Angel de Jehová el Nombre de Dios en el Antiguo Testamento: en el Nuevo Testamento el Nombre de Dios, de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre

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enviado Su Angel ¿para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que han de suceder pronto, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Por lo tanto todos los miembros de la Iglesia de Jesucristo obtendrán la revelación divina de las cosas que han de suceder. ¿Cómo la van a obtener? Por medio del Angel del Señor Jesucristo. No hay otra forma. Porque El dice: “El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel.” No dice: “Ha enviado Sus Angeles,” sino: “Ha enviado Su Angel,” para manifestar, para dar a conocer las cosas que deben suceder pronto. Esta es la forma en que El ha prometido dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, luego de las siete etapas o edades de la Iglesia. Este Angel del Señor Jesucristo le dio a Juan el Apóstol esta revelación apocalíptica hace cerca de dos mil años, o sea, hace unos 1910 años ó 1912 años que le dio esta revelación del Apocalipsis. ¿Qué fecha fue, Miguel? Del 90 al 95 por ahí, de la Era Cristiana, que Juan tuvo la revelación apocalíptica de parte del Angel de Jesucristo. Del 90 al 96 fue que recibió y luego escribió toda esta revelación. Aquí en la Biblia tiene que estar... está marcado el año 96 después de Cristo, el año 96 de la Era Cristiana. Juan estaba preso en la Isla de Patmos, una Isla que pertenecía al imperio romano; ahí le apareció el Angel del Señor Jesucristo y le dio a Juan la revelación del Apocalipsis. El Rvdo. William Branham hablando de ese Angel, dice que ese es un Profeta. Dice: “Pudo haber sido Elías o alguno de los Profetas.” Ese Angel es un Profeta dispensacional. Ese Angel, vean ustedes... 1908 años... vamos a ver, ó 1906... 1906 años

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Sacrificio de Cristo. Por lo tanto, nos presentamos correctamente ante Dios con el Sacrificio por el pecado y la Sangre que nos limpia de todo pecado (la Sangre de Cristo), y entonces podemos adorar a Dios y tener compañerismo con Dios, y así estamos reconciliados con Dios. Vean todo lo que ha hecho nuestro amado Señor Jesucristo con Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. En Romanos, capítulo 5, dice San Pablo, comenzando en el verso 8 hasta el 11, dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.” Y ahora estamos reconciliados por medio de Jesucristo nuestro Salvador, el cual nos ha reconciliado con Dios. ¿Ven que sin Cristo no hay ni perdón de pecados, no hay limpieza de nuestros pecados, no hay reconciliación para con Dios, no hay vida eterna? No hay nada, sólo la muerte. Pero ya estando reconciliados con Dios tenemos vida eterna y caminamos en el Camino correcto, que es Cristo, al tener la revelación del Cielo, la revelación de Jesucristo para el tiempo que nos toca vivir, y conocer a Cristo como nuestro Salvador y haber sido lavados en la Sangre de Cristo, haber sido bautizados en agua en Su Nombre y haber recibido Su Espíritu Santo. Y ahora, habiendo hecho todas estas cosas, habiendo

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ocurrido en nosotros todas estas cosas, caminamos en el Camino correcto, en Cristo nuestro Salvador, el cual es el Camino que nos lleva a Dios, al Padre Celestial, para vivir con Dios por toda la eternidad en Su Reino. El Reino de Dios será establecido en la Tierra, y en ese Reino reinaremos con Cristo por el Milenio y por toda la eternidad, estaremos como Reyes y como Sacerdotes y como Jueces en ese Reino, y estaremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo, con un cuerpo nuevo, físico, glorificado, y con el espíritu teofánico angelical de la sexta dimensión, igual al cuerpo angelical de nuestro amado Señor Jesucristo. Por lo tanto, podremos viajar tanto en el cuerpo angelical sólo, o podremos viajar también con el cuerpo glorificado juntamente; porque podremos salir (si queremos salir) del cuerpo físico glorificado, podremos salir y caminar y viajar en el cuerpo angelical, o podremos viajar, caminar en el cuerpo, con el cuerpo angelical y cuerpo glorificado a la misma vez. Ahora, eso es algo grande, y eso es lo que Dios diseñó para nosotros desde antes de la fundación del mundo. Ahora, para poder llegar a vivir y reinar con Cristo por el Milenio y por toda la eternidad, tenemos que estar caminando ¿dónde? En el Camino correcto. San Pablo en una ocasión dijo que él perseguía ese Camino. Y también dijo: “Conforme al Camino que llaman herejía sirvo al Dios de mis padres.” Y no importa que el Camino de Dios, que es Cristo, lo llamen herejía, es el Camino que lleva a la vida eterna. ¿Y quiénes lo llamaban herejía? Los que no estaban caminando en el Camino correcto; tenían sus religiones, tenían sus sectas religiosas y todo eso, pero eran como Caín: que no estaban caminando en el Camino correcto.

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Y ahora, hay que subir donde está la Voz de Cristo hablando como una trompeta. No es una trompeta literal sino hablando el Mensaje divino para Su Iglesia. Hay que subir, luego de las siete edades hay que subir a la Edad de la Piedra Angular. Los que vivieron en la primera edad tenían que subir a la primera edad y escuchar la Voz de Cristo, el Espíritu Santo a través de San Pablo, y así de edad en edad la Voz de Cristo en Espíritu Santo vino a través del ángel mensajero de cada edad. Para este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, la Voz de Cristo es como una Gran Voz de Trompeta dándonos el Mensaje del Evangelio del Reino, revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto. “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas (las que han de suceder después de las que ya han sucedido en las siete edades de la Iglesia, durante estos dos mil años que ya han transcurrido).” Ahora, hay cosas que tienen que suceder en una nueva edad y en una nueva dispensación; estas cosas solamente pueden ser dadas a conocer por medio de la Voz de Cristo, esa Voz de Trompeta, a través de Su instrumento correspondiente al tiempo final. Y ahora, vamos a ver cómo es y a través de quién es que Cristo va a darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. El siempre tiene que tener un instrumento al cual revelarse, y en el cual velarse y manifestarse y hablarle a Su pueblo. En Apocalipsis 22, verso 6, dice: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.” El Dios de los espíritus de los profetas, el Señor, ha

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Testamento, de todos los ángeles mensajeros que tiene, tiene uno el cual es el que fue enviado a Juan el Apóstol con la revelación de Jesucristo de todas las cosas que deben suceder. Todas las cosas que deben suceder en la Dispensación de la Gracia y en la Dispensación del Reino, vienen reveladas en el Mensaje del Angel del Señor Jesucristo. Cuando le dio a Juan el Apóstol esta revelación, se la dio en forma simbólica. En esos símbolos están todas las cosas que han de suceder durante la Dispensación de la Gracia y durante la Dispensación del Reino; y aún cuando se entra a la eternidad, todo eso también está ahí contenido, está hasta el Juicio Final contenido ahí, está la resurrección de los santos del Nuevo Testamento (la primera resurrección), y está también la resurrección de todos los seres humanos que van a resucitar después del Reino Milenial. Ahora, encontramos que este es el Angel con la revelación más grande para el Nuevo Testamento, este es el Angel del Señor Jesucristo. Por eso dice: “Y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.” Y ahora veamos, este Angel trae la revelación de Jesucristo de todas las cosas que han de suceder; por lo tanto en esta revelación que él trae está todo lo que Cristo va a hacer durante toda la Dispensación de la Gracia y lo que va a hacer también durante la Dispensación del Reino. Ese es el Angel con acceso al Libro de la Verdad, es el Angel con acceso a toda la revelación de Jesucristo. En el capítulo 4, verso 1 en adelante... verso 1 del Apocalipsis, dice: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

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Ellos tenían los sacrificios de los animalitos, pero ya había venido el Cordero de Dios, como lo presentó Juan el Bautista cuando dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”; por lo tanto los sacrificios de animalitos iban a terminar. Y cuando Cristo fue crucificado, ahí fue realizado el Sacrificio Perfecto del Cordero de Dios, Jesucristo nuestro Salvador, y así quitó el pecado del mundo. Por lo tanto, ya no se requiere sacrificios de animalitos; pero el pueblo hebreo quería seguir con los tipos y figuras, y quería seguir con la Ley, pero ya había comenzado (con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo), había comenzado una nueva dispensación. Y el Día de Pentecostés entraron de lleno a la nueva dispensación 120 personas creyentes en Cristo, que recibieron el Espíritu Santo, y así se efectúo en ellos el nuevo nacimiento. Vean, los discípulos del Señor Jesucristo aunque eran creyentes en Cristo, mientras Cristo estuvo con ellos en carne humana, los discípulos de Jesucristo no habían nacido de nuevo, y el nuevo nacimiento se efectuó en ellos el Día de Pentecostés. Ahora, encontramos que para el Día Postrero los creyentes en Cristo estarán recibiendo la Lluvia Temprana y Tardía también. LA LLUVIA TEMPRANA es la Lluvia de la Enseñanza de la Primera Venida de Cristo, lo cual es el Evangelio de la Gracia. Con la Lluvia de la Enseñanza del Evangelio de la Gracia que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, como el Cordero de Dios muriendo en la Cruz del Calvario y quitando así el pecado del mundo, la persona obtiene la fe, la revelación de Jesucristo para obtener el perdón de sus

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pecados, ser bautizado en agua en Su Nombre y recibir el Espíritu Santo; y así obtener el nuevo nacimiento, y nacer así en el Reino de Cristo, y venir a ser parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ninguna persona puede entrar a la Iglesia de Jesucristo a menos que sea por medio del nuevo nacimiento, lo cual ocurre en los que reciben a Cristo como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, arrepentidos de sus pecados, y son bautizados en agua en Su Nombre. Y encontramos que con la predicación del Evangelio de la Gracia, que es la Lluvia Temprana, se efectúa la parte espiritual de la Creación de una Nueva Raza, que son los hijos e hijas de Dios. Cristo vino para salvar lo que se había perdido, vino a buscar y a salvar lo que se había perdido; por lo tanto, El al venir a buscar y salvar lo que se había perdido, los encuentra ¿dónde? En el reino de las tinieblas, y los liberta, los saca de ahí y los coloca en Su Reino, con vida eterna; y así efectúa una transformación interior en la persona, produciendo así el nuevo nacimiento, y así nacemos en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador: por medio del Bautismo del Espíritu Santo que produce en nosotros el nuevo nacimiento. El Bautismo del Espíritu Santo en la persona es el nuevo nacimiento, y por consiguiente tiene la persona un espíritu angelical teofánico de la sexta dimensión, un cuerpo de otra dimensión, de la sexta dimensión, un cuerpo espiritual de la dimensión del Angel de Jehová, de la dimensión del cuerpo angelical de Jesucristo nuestro Salvador. Y para el Día Postrero, en adición a la Lluvia Temprana, en adición a la predicación del Evangelio de la Gracia que nos enseña el misterio de la Primera Venida de Cristo para que podamos recibirlo como nuestro Salvador y lavar

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el Nombre de Dios, y el cual fue enviado para guiar al pueblo hebreo y llevarlo, libertarlo y llevarlo a la tierra prometida. Porque a través de ese hombre, que es el Angel de Jehová, el cuerpo angelical de Cristo, lo cual es el cuerpo angelical de Dios, Dios estaba en toda Su plenitud manifestado. Por eso el Angel de Jehová cuando le apareció a Moisés en el capítulo 3, le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Ahora, si fue a Su Angel que Dios - sobre el cual Dios colocó Su Nombre, y el cual envió para guiar al pueblo hebreo y llevarlo a la tierra prometida, y luego lo manifestó en carne humana y fue conocido por el nombre de Jesús, ahora... y luego que murió y resucitó, ascendió al Cielo victorioso en cuerpo glorificado, y Dios lo sentó, sentó a Jesucristo, a Jesús en Su Trono Celestial. Y ahora, para Cristo sentar en Su Trono a una persona, tiene que ser algo paralelo a lo que sucedió con Jesús el Angel de Jehová. Y ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que Jesucristo ha tenido diferentes Mensajeros, ángeles mensajeros en cada edad; pero Cristo habla en una forma muy especial de uno de Sus ángeles, del cual en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.” Y ahora, el Angel con la revelación de Jesucristo para la Iglesia de Jesucristo, es el Angel más mencionado en todo el libro del Apocalipsis. Así como Dios tuvo Su Angel, el Padre tuvo Su Angel: Su cuerpo angelical de la sexta dimensión, que es Jesucristo en Su cuerpo angelical, ahora Jesucristo en el Nuevo

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estará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Y siendo que es el Segundo Adán, el Reino que perdió Adán es restaurado con el Segundo Adán. Adán era rey sobre el planeta Tierra, pero perdió el Reino y el diablo se lo arrebató; pero ahora el Segundo Adán... Con el Segundo Adán viene la restauración de ese Reino, y por consiguiente será un Reino que no será sólo sobre el pueblo hebreo sino sobre todas las naciones. Y luego Cristo dice: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Cristo cuando resucitó victorioso y luego ascendió al Cielo, se sentó en el Trono de Dios, Dios lo sentó en Su Trono, y recibió Autoridad en el Cielo y en la Tierra. El es el Rey de los Cielos y de la Tierra, El es el Rey de reyes y Señor de señores. El es el Rey en la séptima dimensión, porque se sentó en el Trono de Dios de la séptima dimensión. El es el Rey en la sexta dimensión: Reyteofanía. En el Cielo, en la séptima dimensión El es Rey-Dios, en la sexta dimensión El es Rey-Teofanía, y El es Rey aquí en la Tierra, el cual reinará desde el Trono de David sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones; será Rey en forma física, en esta dimensión terrenal. Y en ese Reino terrenal es que Cristo sentará con El en Su Trono al Vencedor. “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono (O sea, en la misma forma que el Padre hizo con Jesús, Jesús hará con el Vencedor).” ¿Y con quién fue que el Padre hizo así y lo sentó en Su Trono? Con Su Angel, el Angel de Jehová, en el cual estaba

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nuestros pecados en Su Sangre, y ser bautizados en Su Nombre, en agua, y recibir el Espíritu Santo y nacer así de nuevo (nacer en el Reino de Cristo), luego con LA LLUVIA TARDIA, que es la predicación del Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, recibimos la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, recibimos la revelación del Séptimo Sello, recibimos la revelación de la Segunda Venida de Cristo. Ese misterio de la Segunda Venida de Cristo es el misterio más grande que ha existido. Ya el misterio de la Primera Venida de Cristo fue dado a conocer desde el Día de Pentecostés en adelante. Y ahora, el misterio del cual Cristo dijo que nadie en el Cielo, ni en la Tierra, ni aún los ángeles conocían, ni aún el Hijo del Hombre sabía, es el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo; y ése es el misterio que nos da a nosotros la fe para ser transformados y raptados. Ninguna persona, vean, ninguna persona puede recibir el perdón de sus pecados, no puede recibir la limpieza de sus pecados, y no puede recibir el Espíritu Santo y no puede obtener el nuevo nacimiento, a menos que escuche la predicación del Evangelio de la Gracia y reciba a Cristo como Su Salvador, y sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, la persona, arrepentida de sus pecados; y entonces Cristo le da Su Espíritu Santo y la persona obtiene el nuevo nacimiento y obtiene un cuerpo angelical de la sexta dimensión, y así la persona ha nacido de nuevo y ha nacido en el Reino de Cristo. ¿Ven? Sin la revelación de la Primera Venida de Cristo, pues nadie puede obtener el nuevo nacimiento, nadie puede

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obtener perdón de sus pecados; y nadie puede ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo si no tiene la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Y nadie podrá ser transformado y llevado con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre Celestial, sin la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ahora, veamos lo que dice San Pablo en Filipenses, capítulo 3, y así comprenderemos que la Segunda Venida de Cristo es para la resurrección de los muertos en Cristo y para la transformación de nosotros los que vivimos; y eso es para los creyentes en la Venida del Señor. Los creyentes en la Venida del Señor son creyentes en la Primera Venida de Cristo y en la Segunda Venida de Cristo; por eso es tan importante conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y de la Segunda Venida de Cristo. Con el conocimiento del misterio de la Primera Venida de Cristo obtenemos la fe, la revelación para recibirlo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo, y así obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical de la sexta dimensión; y así nacer en el Reino de Cristo, y venir a formar parte de la Iglesia de Jesucristo, del Cuerpo Místico de Jesucristo. Y ahora, veamos lo que dice Cristo a través de San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria

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diablo, a Satanás, para que Satanás reinara a través de ese rey, como fue el caso de Acab y otros que fueron iguales a Acab. Ahora, un rey es para que Dios reine a través de él sobre el pueblo de Dios; no es para el rey reinar para sí mismo, sino para reinar ¿para quién? Para Dios, porque es el Reino de Dios establecido en la Tierra, y por consiguiente, el Trono terrenal de Dios. Ese es el Trono de David, y el Reino de Dios en la Tierra es el Reino de David; ese Reino tiene que ser restaurado; por eso le decían los discípulos: “¿Restaurarás tú el reino a Israel en este tiempo?” ¿Qué reino era? El Reino de David y Trono de David, porque ese es el Reino de Dios; y el Trono de David es el Trono de Dios terrenal, al cual Cristo es Heredero, conforme a las palabras del Arcángel Gabriel a la virgen María, cuando le dijo a la virgen María en el capítulo 1, versos 30 en adelante, dice [San Lucas]: “Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre J ESÚS . Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Y ahora, Cristo es el Heredero al Trono de David. Cristo, el Angel del Pacto del Antiguo Testamento, vean ustedes, se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo; y por cuanto vino a través de una virgen descendiente del rey David, de la línea de Natán, el Hijo de David, encontramos que Cristo es el Heredero legítimo y directo de David al Reino de David y al Trono de David. Cristo es el Heredero al Reino terrenal, al Reino que

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Y así como Dios tuvo en el Antiguo Testamento el Angel de Jehová, el cual guió al pueblo hebreo, conforme a Exodo, capítulo 23, verso 20 al 23, donde dice: “He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren. Porque mi Angel irá delante de ti.” El Angel de Jehová es el cuerpo angelical de Dios, lo cual es el cuerpo teofánico angelical de Jesucristo nuestro Salvador, en el cual estaba el Nombre de Dios y el cual estaba guiando al pueblo hebreo. Era por medio de Su Angel que Dios guiaba al pueblo hebreo; y usó velos de carne a través de los cuales el Angel de Jehová se manifestó y guió al pueblo hebreo y le habló al pueblo hebreo. A través de Moisés los libertó, a través de Josué los introdujo en la tierra prometida, a través de los jueces reinó sobre el pueblo hebreo y guió al pueblo hebreo. La etapa de los jueces era la etapa de la Teocracia en medio del pueblo hebreo: Dios reinando a través de un hombre, de etapa en etapa. Luego vinieron las etapas de los reyes, y Dios reinó por medio del rey David y por medio del rey Salomón, y por medio de diferentes reyes del pueblo hebreo que amaron a Dios. Cuando apareció el rey que guiaba el pueblo a la idolatría, entonces ese rey estaba entregando el reino al

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suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” Aquí tenemos la promesa de la Venida del Señor. La Segunda Venida de Cristo es para transformar nuestro cuerpo físico en un cuerpo glorificado y eterno, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo. En el libro de los Hechos, capítulo 3, verso 18 en adelante, dice: “Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer (o sea, que Su Ungido había de padecer). Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados...” Los pecados de la persona son borrados cuando la persona se arrepiente de sus pecados y se convierte a Cristo, Lo recibe como su Salvador. “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.” Y ahora, para “el tiempo de la restauración de todas las cosas” es que la Venida del Señor tiene que convertirse en una realidad, “el tiempo o los tiempos de la restauración” de los hijos de Dios a la vida eterna en cuerpos eternos. Vean, la restauración espiritual ya sabemos que es esa transformación interior, en donde nos da Cristo por Su Espíritu el nuevo nacimiento y nos da un cuerpo angelical; y la restauración física es nuestra transformación, donde nos dará un cuerpo físico glorificado a los que vivimos, y

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WILLIAM SOTO SANTIAGO

a los santos que han partido les dará un cuerpo físico glorificado cuando los resucite, los resucitará en un cuerpo glorificado y jovencito para toda la eternidad. Y así también nos dará un cuerpo glorificado a todos nosotros los que vivimos, si permanecemos vivos y permanecemos caminando ¿en dónde? En el Camino correcto, que es Cristo nuestro Salvador. Por lo tanto el ser humano sin Cristo es nada, pero la persona con Cristo tiene todo lo que necesita; y recibir el Pacto de Cristo es todo lo que necesita para vivir en un cuerpo glorificado por toda la eternidad. Por lo tanto todo ser humano necesita a Cristo, necesita comer del Arbol de la Vida, que es Cristo, y necesita caminar en el Camino de la Vida, que es Cristo. Y ahora, tenemos el Camino correcto como persona: que es Jesucristo nuestro Salvador. Cristo en Su Primera Venida y Cristo en Su Segunda Venida es el Camino correcto. Y el Camino correcto como Evangelio es el Evangelio de la Gracia para la Dispensación de la Gracia, y el Evangelio del Reino para la Dispensación del Reino. Como dispensación el Camino correcto es la Dispensación de la Gracia para la Dispensación de la Gracia, y la Dispensación del Reino para la Dispensación del Reino. Por lo tanto, todos los que caminen en el Camino correcto de la Dispensación de la Gracia, luego caminarán en el Camino correcto de la Dispensación del Reino con nuestro amado Señor Jesucristo. Como edad o como Mensaje es el Mensaje de la Dispensación de la Gracia para la Dispensación de la Gracia, y el Mensaje de la Dispensación del Reino para la Dispensación del Reino. Y ahora, como edad: es la edad que esté vigente en el tiempo que vive la persona; y como Mensaje para esa edad:

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pues el Mensaje de Cristo dado al Mensajero de esa edad. Y como Mensajero: el Mensajero que Dios tiene para esa edad; y como Mensajero dispensacional: pues el Mensajero dispensacional que Dios tiene para esa dispensación. Como Iglesia: la Iglesia del Señor Jesucristo pasando por sus diferentes etapas. Como Reino: el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo, que es el Reino de Luz. Como personas: las personas creyentes en Cristo, arrepentidas de sus pecados, bautizadas en el Nombre de Jesucristo, en agua, y que han recibido el Espíritu Santo y han obtenido así el nuevo nacimiento (o sea, todos los nacidos de nuevo). Esos son los que forman la Iglesia de Jesucristo, esos son los que forman el Cuerpo Místico de Jesucristo, esos son las ovejas de Cristo que el Padre le dio para que les diera vida eterna, las cuales están ¿dónde? En el Redil del Señor Jesucristo; y el Redil, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Como pastor: pues nuestro amado Señor Jesucristo en Espíritu Santo, de edad en edad, pastoreando Sus ovejas en cada edad, por medio de Su manifestación en Espíritu Santo a través del Mensajero de cada edad. Y ahora, hemos visto EL CAMINO CORRECTO en estos diferentes aspectos. Y todo esto queda resumido en Jesucristo nuestro Salvador, que dijo: “Yo Soy el camino, y la verdad, y la vida; y nadie viene al padre, sino por mí.” De edad en edad el Espíritu Santo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado dando testimonio de la Verdad, y ha estado dando a conocer las cosas que deben suceder, y ha estado manifestándose por medio de cada ángel mensajero en cada edad. Como espíritu: el Espíritu Santo es el Camino, el Espíritu de Cristo guiando Su Iglesia. El es el Guía.