Calles del cusco

Siete Mascarones. – Ese es el nombre del tranquilo callejón ubicado entre Almudena y la parroquia de Santiago. Cuentan q

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Siete Mascarones. – Ese es el nombre del tranquilo callejón ubicado entre Almudena y la parroquia de Santiago. Cuentan que allí vivió un fundador español apellidado Mascareñas, cuyos 6 hijos le ayudaban a moldear y fundir piezas de bronce convexas con cariátides, las que eran destinadas para las puertas de las iglesias. Siete Ventanas. – Cabe anotar que, antes de la destrucción del templo de San Agustín, hubo tras él una casa de estudios del convento, que tenía 4 ventanas grandes y 3 pequeñas de lo cual ha quedado el nombre. Siete Cuartones. – Debe su nombre a 7 largueros de piedra en forma de cuartones alineados de trecho en trecho sobre el río Huatanay y se encontraban junto al puente de cal y piedra que mandó construir don Diego de Vargas y Carbajal al costado de la “ventana de las peticiones”. Al parecer, el paso del tiempo se encargó de desaparecer dichos adornos. Siete Borreguitos. – Nombre de la calle con pendiente por la cual solían bajar pobladores llevando sus bultos en animales de carga a lavar trapos y canastas en el río Tullumayu desde el final de la calle Pumaq-Kurkun (el nombre antiguo que aparece en el plano del Cuzco es Cchipu-Pata), Siete Diablitos. – Entre las calles más interesantes se encuentra esta que cuenta la historia que por esta calle estrecha y apartada se daban cita muchas parejas de enamorados que eran tentadas por el diablo, lo que dio origen al nombre. Siete Angelitos. – En contraposición con la calle anterior existe esta calle, llamada 7 Angelitos. observando en el claro del tejado de una de las casas de la calle existen 7 figuras de angelitos, las cuales fueron pintadas allí por orden de Blas de Bobadilla, Siete Culebras. – Una de las calles más hermosas del Cusco, la plazoleta de las Nazarenas tenía el nombre de Amaru Ccatta por las 14 serpientes gravadas en relieve en la pared de piedra de la escuela del Yachay wasi, 7 a cada lado, de la que actualmente se dice llamar la casa de las Sirenas, las serpientes talladas en la piedra se aprecian con detenimiento y paciencia, suerte. Calle del Medio. – Este nombre lo lleva desde el momento de la fundación de la ciudad. Al medio de la boca-calle y enfrentada a la Plaza Mayor. Calle de Loreto. – E la Iglesia de la Compañía, en la puerta lateral de dicho palacio tiene en el dintel la figura de serpientes talladas en alto relieve. Por su cercanía a la capilla de nuestra señora de Loreto que fue construida por el jesuita Juan Ruiz con el nombre de Iglesia de Indios. Calle Mantas. – El comerciante Sillerigo puso en venta las famosas mantas de vapor de seda, mucho antes de que llegaran a Lima la moda de la saya y el manto (traje de la “tapada”). El nombre de “Calle de las Mantas” fue conocido desde 1744. Calle de la Coca. – Su nombre actual proviene de una “ramera” llamada Margarita Ginés, cuyo apodo era “Cocacc qqhintun” o “La flor de la coca”. Ella se casó en sonado matrimonio, cuya fiesta se desarrolló en la calle Procuradores. Pero ya viuda,

Calle del Marqués. – Su nombre data desde la época en que hizo construir su casa aquí don Diego de Esquivel y Jaraba, el Marqués, además, explotaba las minas de oro y plata de “Yanantin”, y los informes cuentan que fue muy odiado por sus crueldades y avaricia. Calle del Tigre. – Resulta que un aprendiz de pintor, que estuvo al servicio del famoso Diego Quispe Tito, y cuyos padres vivían en una de las casas de esta vía, tuvo el mal gusto de pintar en la pared la figura de un gato montés, con el fin de asustar a los chicos transeúntes. Desde entonces la llamaron “Calle del Gato”, nombre que derivó a “Calle del Tigre”. Calle Purgatorio. – Cuenta la tradición que en la casa de la esquina vivía un vieja cascarrabia. Tras su muerte, empezó a correr el rumor que el alma de la vieja penaba. Los vecinos escuchaban voces y golpes que helaban la sangre, aprovechando estos sucesos el hijo de la difunta, ponía una caja que decía “una limosna para las almas del purgatorio” Cuesta de la Amargura. – Esta empinada y fatigante cuesta debería su nombre a que por allí los alarifes españoles hacían rodar las piedras que se sacaban de Sacsayhuamán (por orden de Francisco Pizarro) para emplearlas en la construcción de la Catedral del Cuzco. Los indios que se encargaban de esta dura labor muchas veces sufrían accidentes y por eso le habrían puesto a la calle el nombre de “Mucchuicata”, que traducido al español significa “Cuesta de la Amargura”. Calle Palacio. – Esta calle debería su nombre a que las “viejas trotatemplos” de la época virreinal acostumbraban llamar “Palacio” a la casa contigua al seminario de San Antonio Abad, en la que residían los obispos rectores del seminario. Calle Ceniza.- Esta calle no tuvo nombre hasta la terrible peste de 1719, que causó más de 90 muertes diarias solo en la ciudad, sin que nadie pudiera precisar el nombre de la enfermedad (hoy sabemos que fue cólera o fiebre amarilla, “con dolor al vientre y cabeza, delirio y vómito de sangre, muriendo de disentería”, los vecinos que pidieran a los sacristanes de los conventos los restos de la quemada de hostias pasadas, palmas del Domingo de Ramos y aceite consagrado en Jueves Santo, es decir, la mezcla que usaban los curas el miércoles de Ceniza, y que con ella hicieran dos cruces en cada puerta para liberarse del contagio de la peste Calle de Suecia. – En realidad, en tiempos del Virreinato los cuzqueños la llamaban “Calle Sucia”, porque las vendedoras del mercado de la Plaza Mayor y los animales, lo hacían un inmundo basural. De “Calle Sucia” derivó al impropio y raro nombre “Calle Suecia” o “Calle de Suecia”, quizá para ocultar su feo pasado. Calle Pampa del Castigo. – “Pampa del Castillo” o “Pampa donde se llora”, esto último por los indios en la Colonia. La idea es que aquí se alzaba la horca, el poste al cual amarraban a los sentenciados a la pena de azotes y también el tronco sobre el cual eran cortadas las cabezas de los condenados a la pena máxima.

Callejón Pierna de Calzón. – A la izquierda de la Pampa del castigo hubo en los años del Virreinato un callejón angosto, que no pasaba hasta la calle San Agustín, sino que formaba un codal en dirección oblicua, desembocando en mitad de la plazoleta Santo Domingo, de allí su nombre “Callejón Pierna de Calzón” (recordar que hace referencia a los calzones largos que se usaban antaño). Calle de Afligidos. – Así llamaron los cuzqueños a esta pequeña calle ubicada entre la “Pampa del Castigo” y el Coricancha porque a lo largo del paredón opuesto a las casas eran alineados los cadáveres de los ajusticiados, cuyos deudos hacían demostraciones de dolor. Calle Camino a Banco Pata. – en este lugar estuvo la Cárcel de la Inquisición, cuyos crueles carceleros, disfrazados con hábitos de frailes dominicos y con caretas, los cuzqueños llamaban en quechua “huanccocuna” (sordos). Tal apodo les caía bien a estos desalmados, porque eran sordos a los ruegos y lamentos de los parientes de los infelices que gemían desde los subterráneos de la cárcel, cuya entrada en caracol es visible aún hoy. Cuesta Mira Calcetas. – Este es el nombre de la antigua, pequeña y mal empedrada cuesta, llamada así porque la persona que sube no solo ve calcetas o las medias de las “hijas de Adán” sino también sus pantorrillas. Calle de los Desesperados. – Los curiosos que se apiñaban en la “Pampa del Castigo” antes de la ejecución de las sentencias, dieron este nombre a la estrecha y corta callejuela por las angustias, alaridos y desesperación de los deudos de los sentenciados, a quienes querían abrazar por última vez, siendo rechazados brutalmente por la soldadesca. Calle de los Abrazos o Abracitos. – Su nombre hace alusión a los abrazos que recibió el licenciado Juan José Ricalde cuando hizo su entrada triunfal al Cuzco como nuevo Corregidor de a la ciudad. La historia cuenta que cuando se acabaron las flores, dos señoras, Teresa Villafañe y Francisca Montes, le arrojaron, desde los balcones de sus casas, plata sellada y labrada. Fue la Montes quien, para darse más valía como acaudalada ante su rival, le rajó la cabeza al corregidor Ricalde con un pesado mediano de plata que le cayó y lo arrojó del caballo. Por tal motivo, sea apresuró a pedirle perdón abrazándolo en repetidas ocasiones. DE “Calle de los Abrazos” a pasado a llamarse “Calle de los Abracitos”. Ladrillos. -Es el nombre del tortuoso y estrecho callejón en cuesta comprendido entre las calles de pumaq-kurkun y choque – chaka. -El porqué de ese nombre es mencionado en la tradición “dos fugas apasionadas”. Calle Hatun – Rumiyoq. -En mitad de esa calle estrecha están ubicadas las ruinas del palacio del Inca rocca y en la pared derecha hay una piedra grande de doce ángulos como alusión a los 12 meses del año.

Calle de la pelota. -Porque el Márquez de casa – concha que tenía casa en esa calle, salían en las noches de luna llena a jugar con la pelota con sus amigos a lo largo de la vía hasta el toque de queda.