Breve Historia Del Teatro

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BREVE HISTORIA DEL TEATRO TEATRO GRIEGO Son pocos los datos confirmados que se tienen de la representación teatral. Lo que se conoce de cierto es que hacían sus representaciones al aire libre, contaban con un coro y tres actores, y todos llevaban máscaras, coturnos y túnicas. Se cree que el drama surgió del himno coral griego conocido como ditirambo y que se cantaba en honor a Dionisio, dios del vino. Por esta razón, se considera a esta deidad como el dios del teatro. No se conoce a ciencia cierta en qué momento de las festividades el canto pasó a ser una representación, pero sabemos que una vez llegado a este punto, se convirtió para el pueblo de Atenas en un motor central de la cultura, porque e teatro representaba “…el clímax de un ritual religioso y cívico".1 Las representaciones teatrales se fueron convirtiendo en una festividad anual que duraba cinco días. Se sabe que los dramaturgos trabajaban durante todo el año para competir entre sí y saber quién había escrito la mejor obra. Para conocer las características de la antigua dramaturgia griega, contamos con valiosos testimonios, como las siete tragedias de Esquilo (525 – 456 a.C), siete tragedias de Sófocles (496 – 406 a.C.), diecinueve tragedias de Eurípides (485 – 406 a.C) y diecinueve comedias y sátiras de Aristófanes (444 – 385 a.C.). Del primero se cree que escribió noventa obras y obtuvo trece primeros lugares; Sófocles fue el que ganó en mayor número de ocasiones, triunfando dieciocho veces y escribió arriba de cien obras; Eurípides ganó el concurso únicamente en cinco ocasiones y escribió noventa y dos piezas dramáticas. En estas obras se puede observar que los griegos escribían básicamente tres géneros: tragedia, comedia y sátira. Como se mencionó con anterioridad, una de las características más importantes del teatro griego es el coro. El número de sus integrantes fue cambiando con el tiempo y adecuándose a las necesidades de cada autor; sin embargo, lo importante es su función, ya que e coro representaba la voz del ciudadano, opinando acerca de los acontecimientos que les ocurrían a los personajes principales. Dado que las representaciones eran masivas y se realizaban en espacios donde cabían más de diez mil personas, los griegos enfrentaron un problema: cómo hacer que sus actores fueran vistos y escuchados por todos los espectadores. Su solución fue dotar al actor de coturnos y máscaras. Los coturnos son zapatos con una enorme plataforma que hacían que el actor se viera considerablemente más alto. Las máscaras tenían dos funciones, siendo la más obvia, la de representar el estado de ánimo general que embargaba al personaje; cada una de éstas contaba con un orificio, diseñado de tal forma que ayudaba a la proyección vocal del actor. Gracias al uso de máscaras los actores podían ser vistos y escuchados con facilidad. 1

MacGowan, Las Edades de Oro en el teatro, p. 17

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ROMA, CONTINUACIÓN DE LA TRADICIÓN TEATRAL Como es bien sabido, fue el imperio romano el que conquistó Grecia. Los romanos fueron, entre otras cosas, unos soldados excelentes, pero como creadores teatrales no aportaron mucho. Los principales dramaturgos latinos fueron Plauto (254 – 184 a.C.), Terencio (185 – 159 a.C.) y Séneca (4 – 65 d.C.) quienes escribieron entre el año 270 a.C. y el 65 d.C. Estos autores realmente no se preocuparon de crear un nuevo teatro, sino de traducir, adaptar y recrear lo que los griegos habían hecho. Los romanos tenían otro tipo de intereses y, por tanto, contaban con otro tipo de espectáculos. Eran un pueblo guerrero y como tal disfrutaban placeres y diversiones alejados de la sutileza teatral. El circo romano o la construcción espectacular de baños, son prueba de ello. Sin desaparecer, el teatro se mantuvo moribundo durante muchos años. Ante el triunfo del cristianismo, el teatro perdió todo el carácter que los griegos le habían dado y se volvió utilitario, con fines evangelizadores. Las obras de este tipo recibieron el nombre de autos sacramentales, cuya fuente de inspiración eran los temas bíblicos. Estos autos se representaban, primero, dentro de las iglesias y, después, en punto estratégicos de las poblaciones. En un principio eran representados por sacerdotes, aunque más adelante se contrataron bailarines y/o actores para este fin. No fue sino hasta el Renacimiento que el teatro vuelve a despertar, transformando para siempre el mundo del arte.

EL TEATRO EN EL RENACIMIENTO Las aportaciones italianas El Renacimiento recibe su nombre porque el hombre vuelve a ser, como en la edad media clásica, el interés central de la ciencia y las artes. De forma natural, el teatro reaparece de manera grandiosa por toda Europa. Esto sucede a partir del año 1450, cuando deja de ser religioso para convertirse en secular2 y, por ende, abandona las iglesias utilizando otros espacios para la representación. A pesar de que fue en Italia donde surge el Renacimiento, los italianos volvieron a seguir los pasos de los romanos y se limitaron a revivir las obras clásicas, así pues no se cuenta con grandes creaciones dramáticas heredadas de la Italia renacentista, pero sí se puede afirmar que gracias al cambio ideológico gestado en Italia, las artes

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Secular: Laico, opuesto a eclesiástico. 2

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evolucionaron enormemente. Además, fue en Italia, en 1854, donde se construyó el primer teatro, desde la época de los romanos, con el fin de representar obras. Otras dos grandes aportaciones generó el espectáculo teatral renacentista en Italia: primero: fue ahí donde –gracias a la intervención de eruditos y artistas, al apoyo de la Iglesia, del Estado y de aficionados–, se originó la ópera. Esta forma de arte cobró mucha popularidad, pues ir a los teatros a escuchar y ver ópera se convirtió en una actividad muy frecuente entre la clase alta. Por otro lado, en los lugares populares también se hacía teatro para el pueblo. Esta forma de arte dramático tenía la intención de hacer reír. Para lograrlo, se servía de la sátira y la comedia. Así pues, el conflicto de las puestas en escena estaba basado e los conflictos que ocupaban a la población en donde se presentaban. Las compañías que hacían este tipo de espectáculo viajaban de ciudad en ciudad y se encontraban frente a un problema: lo que causaba gracia en un pueblo no lo hacía en el otro. Fue por esto que desarrollaron un sistema en donde la compañía de teatro ya tenía algunas historias y personajes prefabricados, pero al arribar al lugar donde se presentarían, investigaban la situación que ahí se vivía. Bajo este panorama, los espectáculos se basaban mucho en la improvisación y las compañías cada vez eran mejores en este oficio, creando lo que hoy conocemos como Comedia del Arte.

El Siglo de Oro español España desarrolló durante varios siglos un teatro religioso; fue ahí donde se escribió el mayor número de autos sacramentales. Una característica de este tipo de textos es que los dramaturgos hacían uso de alegorías.3 Al paso del tiempo, el teatro español dejó de ser religioso y los autores desarrollaron un gusto especial por la comedia. Los dramaturgos más sobresalientes del Siglo de Oro español fueron Miguel de Cervantes (1547 – 1616), Lope de Vega (1562 – 1635), Tirso de Molina (1583 – 1648) y Calderón de la Barca (1600 – 1681). El primero es más conocido por haber escrito El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, pero en su haber tiene más de treinta comedias originales, reescribió romances, combinó la tragedia con la comedia y es autor de Fuente Ovejuna, obra considerada como el primer drama social. Tirso de Molina fue un dramaturgo muy prolífero, escribió en todos los géneros dramáticos y a él debemos la creación de la figura mítica del don Juan. Por último está Calderón de la Barca, excelente autor, tanto de comedias como de tragedias, creador de La vida es sueño, obra considerada como la más representativa de este periodo, por su tema, imágenes y gran belleza estilística. 3

Alegoría es la representación concreta de una idea abstracta. Algunos personajes alegóricos que se pueden encontrar en los autos sacramentales son los celos, la peste, la muerte, la virtud, etc. 3

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El teatro isabelino Durante el Renacimiento, la corte inglesa disfrutaba enormemente de los entremeses teatrales.4 Así pues los nobles acostumbraban contratar comediantes que amenizaran sus banquetes y eventos sociales, proceder que se convirtió en una tradición. Durante esta época hubo un dramaturgo que sobresalió: William Shakespeare (1564 – 1616), también conocido como el “Brad” o el “Cisne de Avón”. Este dramaturgo fue acogido por la reina Elizabeth I y creó dramas de belleza incomparable. Shakespeare no surgió de la nada, antes de él, la reina ya había apoyado el quehacer de otros dramaturgos, impulsando el desarrollo de las artes escénicas. En 1576 James Burbage diseñó y construyó un nuevo edificio teatral. En 1857 apareció Tamerlán, obra de Christopher Marlow (1564 – 1593). Unos años después fue vista la obra de Shakespeare, quien al principio de su carrera se interesó principalmente por escribir tragedias, así omo teatro histórico, y poco a poco propuso un teatro mucho más filosófico.

El teatro del Rey Sol Francia también tuvo un auge y crecimiento en las artes escénicas. Hardy (1572 – 1632) se convirtió en el primer dramaturgo profesional y fue seguido por Corneile (1606 – 1684) y Racine (1639 – 1699); todos ellos dramaturgos trágicos. Por el lado de la comedia apareció Molière (1622 – 1673), cuyas obras siguen representándose con mucho éxito alrededor del mundo. El caso de los dramaturgos franceses renacentistas nos recuerda al de los clásicos griegos Esquilo, Sófocles, Eurípides y a comediógrafo Aristófanes. Las coincidencias no sólo se dan en número de dramaturgos y género dramático de su interés, también (y principalmente) en los temas que utilizaban para sus creaciones dramáticas. Los dramaturgos franceses se inspiraron en muchas de las antiguas obras griegas; por lo anterior, el arte de este periodo en Francia se conoce, en general, como arte Neoclásico.

IMPACTO DEL SIGLO XIX EN EL MUNDO DEL TEATRO Desde el Renacimiento y hasta mediados del siglo XIX, el teatro seguía las tendencias estilísticas de los movimientos artísticos que se fueron sucediendo. Así pues, entre el teatro neoclásico y el realista tuvo lugar el Romanticismo. De este periodo, quizá la obra más importante sea la de Goethe (1749 – 1832) y la de Schiller (1579 – 1805). 4

Entremés es una obra corta y jocosa que se representaba entre cada jornada de una comedia. 4

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Durante el siglo XIX, el mundo se transformó gracias a la Revolución Industrial, y las artes fueron parte de este cambio. El teatro modificó su búsqueda dramática e innovó la infraestructura para la realización de las producciones. Después de la invención del bulbo eléctrico, los edificios teatrales introdujeron equipo de iluminación, lo que permitió a los creadores utilizar la luz de forma mucho más creativa. Este nuevo concepto de diseño de iluminación también provocó cambios en los diseños escenográficos, que cada vez resultaban más complejos artísticamente. Otra transformación tuvo lugar en la dramaturgia. A lo largo de los años, el teatro había llevado a escena los problemas extra cotidianos del hombre. Pero con la llegada del Realismo, que se propagó con gran velocidad desde Rusia al resto de Europa y luego a América, se intentaba reflejar la vida del hombre común y los problemas que éste tenía, tanto consigo mismo como con los cambios sociales. El teatro tuvo la necesidad de hacer lo mismo, por lo tanto, las obras mostraban la vida de personajes mucho más cercanos al público que disfrutaba de ellas. Henrik Ibsen (1828 – 1906), dramaturgo noruego, es considerado el padre del teatro realista. Sus obras tuvieron un gran impacto en su momento, y hoy en día siguen presentándose en todo el mundo. En Escandinavia surgió Strindberg (1849 – 1912), otro importante dramaturgo, que si bien es cierto comenzó escribiendo dramas históricos, después volvió sus ojos al realismo con gran éxito. En Rusia Chejóv (1860 – 1904) no sólo produjo cuentos, también dedicó su arte a la escritura de textos dramáticos cargados de ironía, que ofrecían una visión detalladísima y desalentadora de la nueva sociedad rusa. Debido a que las propuestas dramáticas buscaban el realismo en el escenario, fue necesario que todos los elementos teatrales reprodujeran la realidad. La actuación se vio influenciada en este sentido, creándose una nueva escuela para los intérpretes. También en Rusia, Constantín Stanislavski (1863 – 1938) creó la más prestigiosa escuela de actuación, cuyo método de acciones sigue utilizándose en las universidades o conservatorios teatrales. Los Estados Unidos admiraron el trabajo tan detallado de los actores rusos. Fascinados ante esta nueva forma de hacer teatro, la importación a su país y crearon el actor’s studio. Los dramaturgos también respondieron ante esta influencia y fue así como el teatro norteamericano se dedicó, por muchas décadas, a producir únicamente teatro realista.

EL TEATRO DE LA ACTUALIDAD Después del auge del teatro realista en el mundo surgió el cine. Esta nueva forma de contar historias rebasaba las capacidades del teatro. Así pues, éste tuvo que transformarse para sobrevivir. Los artistas se sintieron liberados del yugo de tener que 5

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representar la realidad, pero sabían que debían ofrecer algo que sólo el teatro pudiera dar a los espectadores. Durante el siglo XX el teatro se tornó experimental, es decir, cada director buscaba formas novedosas de contar sus historias. Éstas, a veces, eran afortunadas, otras no, lo cual fue alejando poco a poco al espectador de las salas de teatro. El cine resultaba más atractivo porque ir a él era menos riesgoso. El espectador sabe de géneros, actores e, incluso, directores y obtiene, en la mayoría de los casos, lo que espera del espectáculo cinematográfico. De este modo, lentamente pareció establecerse un convenio tácito entre espectadores y creadores, el espectador culto, más dispuesto a sorprenderse, asistía al teatro, mientras que, por precio y accesibilidad, el popular iría al cine. Con el objetivo de volver a cautivar al público, parte de los creadores teatrales han estudiado al cine y copiado algunos de sus métodos para hacer del teatro un producto sustentable, e incluso rentable. Así es como se inventó el teatro comercial, es decir, un teatro que no experimenta, que se basa en fórmulas ya probadas con el público y que, por consiguiente, no rompe sus expectativas. El problema del teatro comercial es que al basarse en moldes preestablecidos deja de ser un producto artístico y se convierte en una artesanía. Actualmente el teatro artístico se mantiene de donaciones públicas y privadas, aunque cada vez le es más fácil sobrevivir.

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TEXTO DRAMÁTICO El texto dramático, al igual que los demás géneros literarios, tiene reglas para su composición. Quizá la más importante de todas sea la acción dramática, sin ella el teatro no puede existir. Se entiende por acción dramática a las acciones que deben realizar los personajes para resolver el conflicto al que se enfrentan. Una obra que no tiene conflicto resulta aburrida y no vale la pena de ser vista. Se entiende por conflicto al choque de fuerzas opuestas. Los conflictos del texto dramático pueden ser personales, morales o éticos. A diferencia del cuento y de la novela, el texto dramático no se escribe con la intención de ser leído, sino de ser representado. De tal suerte, un texto dramático debe contar con los elementos necesarios para que un director lo lea y pueda trasladar a la escena la historia propuesta por el autor, a quien se le da el nombre de dramaturgo. El texto dramático tradicional, generalmente, está dividido en actos, escenas y cuadros, aunque en la actualidad el teatro ha evolucionado de tal forma que las reglas se trasgreden constantemente. Estas reglas dependen de la época, pero se pueden hacer algunas generalizaciones. Los actos son el conjunto de acciones que engloban una acción mayor. Son una unidad que resuelve un conflicto, llevando a los personajes a otro. Esto sucede hasta que se llega al último acto, en donde se da la conclusión. Las escenas son las divisiones dentro de los actos; están determinadas por hechos ajenos al conflicto y, por tanto, a la acción dramática. Las escenas responden a la necesidad del dramaturgo de contar la historia claramente. Así pues, están determinadas por la entrada y salida de los personajes o por los cambios de lugar, etc. Nuevamente, vale la pena recordar que estas reglas no son universales y que la experimentación con ellas se puede imponer, sobre todo en el teatro contemporáneo. A diferencia de las escenas, los cuadros sí responden a la necesidad de dividir los textos en términos de acción dramática. Esto quiere decir que los cuadros son unidades que comienzan planteando un conflicto y terminan en su resolución. Una obra que tiene cuadros, por lo general, no tendrá actos, pues resuelve el total de su división en cuadros, los cuales conjuntamente cuentan una historia. No hay que olvidar que estas divisiones tienen como propósito servir como guía a aquéllos que interpretarán el texto sobre un escenario. La mayoría que las veces, el público no se entera de su existencia y sólo las percibe como parte del espectáculo teatral. En un sentido formal, el texto dramático está compuesto por personajes, diálogos y acotaciones (también conocidas como didascalias). Los personajes del texto dramático son seres de ficción que enfrentarán la problemática que el dramaturgo propone. Por la manera en la que el dramaturgo desarrolla al personaje, se pueden clasificar en simples o complejos. El personaje simple es aquel que sólo nos muestra 7

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una faceta de su personalidad, lo suficiente para que la trama se entienda; mientras el personaje complejo es aquel que el dramaturgo desarrolla, pareciéndose más a los seres humanos reales, ya que tiene defectos y virtudes. El diálogo del texto dramático está compuesto por las frases que los actores interpretarán en escena cuando representen a sus personajes. Es a través del diálogo como el público se entera de la trama. Las acotaciones son aquellas líneas que el dramaturgo inserta dentro del texto dramático, pero que no son dichas por nadie. Su función es servir de guía a los intérpretes para llevar a escena la visión del autor. Existen dos tipos de acotaciones: las de lugar y las de modo. Las acotaciones de lugar son aquellas que indican dónde ocurre la obra: Existen textos en que las acotaciones de lugar son muy escuetas y sólo nos ubican geográficamente. Esto provoca que el director tenga más libertad de situar la puesta en el lugar que se imagine. En otros textos el dramaturgo busca que la escena reproduzca exactamente lo que él visualiza, por tanto, es excesivamente detallista al momento de describir el lugar en el texto. Las acotaciones de modo son aquellas que indican, tanto al director como al actor, las intenciones para los diálogos. Ejemplos comunes de acotaciones de modo son: gritando, pausa, oscuro y voz en off. En resumen, el texto dramático está hecho para la representación escénica; el dramaturgo debe dotarlo de los diálogos necesarios para que la historia sea clara al público, así como de las acotaciones suficientes para que el director comprenda la visión global de la obra y pueda reproducir en escena lo que el autor ha concebido.

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