Bibliografia de Papa Juan Pablo II

Tras la muerte de Juan Pablo I, y durante el período de sede vacante, la prensa hizo numerosas conjeturas sobre los posi

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Tras la muerte de Juan Pablo I, y durante el período de sede vacante, la prensa hizo numerosas conjeturas sobre los posibles papabili que tenían más posibilidades. En las columnas de opinión se apuntaba que lo que más convenía a la Iglesia era un pontífice que la mantuviera a favor de los vientos de la historia. El anuncio de la elección del polaco Karol Wojtyla como nuevo papa cogió por sorpresa a todos. Por segunda vez en dos meses, los pronósticos del cónclave se convirtieron en papel mojado, y un desconocido subió al trono de San Pedro. Pese a los buenos propósitos de Juan Pablo I, tras un mes en el pontificado no había variado la marcha de la Iglesia, y la situación en este cónclave volvió a ser la misma que en el anterior: dos bloques enfrentados y los líderes de ambos, Benelli y Siri, como máximos favoritos. El empate de votos entre Siri y Benelli hizo que en la segunda jornada del cónclave la votación se dispersara hacia otros candidatos, convergiendo fundamentalmente en Karol Wojtyla. A que esto fuera así había contribuido notablemente el arzobispo de Viena, Franz Konig, que durante el cónclave se prodigó distribuyendo un libro de homilías titulado Signo de contradicción, cuyo autor era el cardenal Wojtyla. Este debió de recordar en aquellos momentos que su antiguo amigo, el profesor Stefan Swiezawski, había tenido el presentimiento de que Wojtyla se convertiría en papa algún día. Así que cuando se dio cuenta de que existían posibilidades de que fuera elegido, se mostró reacio a aceptar, porque ello supondría abandonar su tierra natal, su familia, amigos y feligreses, dejar su trabajo como obispo y cambiar radicalmente de vida para trasladarse a Roma y asumir el gobierno de la Iglesia. El peso de los cardenales centroeuropeos en la elección fue importante. Así, el cardenal Konig, al entrar en el cónclave el 14 de octubre, preguntó al primado de Polonia, el cardenal Stefan Wyszynski: - ¿Y si el próximo Papa fuera un polaco? A lo mejor Polonia tendría algún candidato... - ¡Dios mío! ¿Te parece que yo debería acabar en Roma? Eso supondría un triunfo sobre los comunistas. - No, no me refiero a ti, pero hay un segundo hombre polaco... - ¡Ah!, Karol es demasiado joven, es un completo desconocido... nunca podría ser Papa. Sin embargo, pocas horas después, y viendo el curso que tomaba el cónclave, el primado de Polonia se acercó discretamente a su joven pupilo y le dijo: «Si te eligen, acéptalo». Por ello, cuando tal como dicta el ritual de la elección, se le preguntó a Wojtyla si asumía el cargo de Sumo Pontífice, pronunció la siguiente frase: «En obediencia a la fe a Cristo, mi señor, confiado en la Madre de Cristo y de la Iglesia, no obstante las graves dificultades, acepto».3 Ya siendo papa, promulgó la constitución apostólica Universi Dominici Gregris, que regula la futura elección del Sumo Pontífice y en la que se pide a quien resulte elegido que «no renuncie al ministerio al que es llamado por temor a su carga, porque Dios, al imponérsela, le sostendrá con su mano».

UN PAPA POLACO Aunque el cónclave es secreto, un cardenal contó después que Karol Wojtyla fue elegido con 99 votos en el octavo escrutinio. Siempre según ese purpurado, ya fallecido, el cardenal de Cracovia obtuvo 11 votos la mañana del lunes 16, en el sexto escrutinio; 47 votos en el séptimo y 99 en el octavo. El 16 de octubre de 1978, alrededor de las seis y media de la tarde, la multitud esperaba la fumata en un ambiente tenso y cargado de comentarios sobre el futuro papa. En ese momento se

produjo otro de los ya habituales episodios de confusión con el humo de la Capilla Sixtina. No se sabía de qué color era. Primero salió blanco, luego negro... El potente foco que iluminaba la chimenea no contribuía a aclarar las cosas. La gente reunida en la plaza de San Pedro estaba desconcertada, algunos aplaudían tímidamente, otros preguntaban: «¿Qué pasa?, ¿de qué color es la fumata, negra o blanca?». Para despejar las dudas, los altavoces del Vaticano anunciaron que había sido elegido el nuevo pontífice. Un gran júbilo estalló: la gente cantaba, rezaba, lloraba y vitoreaba en un ambiente cargado de gran emoción. Poco después se abrió el ventanal del balcón central de la basílica de San Pedro y salió el cardenal Feríele Felici, que había sido secretario general del concilio. El cardenal Felici pronunció la célebre expresión latina: «Habemus Papam!», «Carolus... Wojtyla». El nombre de Wojtyla fue acogido con la máxima sorpresa por los presentes. Más sorprendente aún que el hecho de ser un desconocido, era el que se tratase de un cardenal de nacionalidad polaca. Un periodista italiano, Gianfranco Sviderkowski, de origen polaco, puso entre su lista de futuribles papas a los dos polacos, pero más por simpatía hacia sus orígenes que por creerlo realmente. Por primera vez en la historia, un polaco llegaba a la sede de San Pedro. Incluso para los propios cardenales polacos, la elección lógica habría sido el cardenal Wyszynski, muy conocido por su visceral anticomunismo. Precisamente la cuestión de las relaciones de la Santa Sede con el comunismo pasó a un primer plano de la atención pública. La noticia fue recibida con disgusto por los gobiernos de los países del Este europeo. Sin embargo, hubo quien lo vio con más optimismo, incluso algún periodista español vaticinó que con la elección de Karol Wojtyla la Iglesia llegaría a un entendimiento con el comunismo. De todas maneras, ahí no terminaron las sorpresas. Nada más salir al balcón, los fieles congregados en la plaza de San Pedro pudieron comprobar que el aspecto físico del nuevo pontífice distaba mucho del de los papas anteriores. Era un hombre relativamente joven, fornido y jovial que nada tenía que ver con la sofisticación y amaneramiento que habían caracterizado a la Santa Sede hasta entonces.

RUMORES Y FOTOGRAFÍAS Pese a todo, su «falta de refinamiento», lejos de constituir un in conveniente, le sirvió para encandilar desde el primer momento a los cristianos de todo el mundo. Los fieles veían en Wojtyla un papa campechano y humilde que buscaba la cercanía antes que el boato vaticano. Ni siquiera los italianos se sintieron a disgusto porque se hubiera roto la tradición de siglos de papas de aquel país. Al contrario, nada más salir al balcón de San Pedro, la multitud recibió con vítores y aplausos a aquel corpulento hombre que se esforzaba en hablar la lengua del que, a partir de ese momento, sería su nuevo país. Según se fueron desvelando episodios de la biografía del nuevo pontífice, en especial de su juventud, la gente se iba sintiendo más cautivada con su figura. En aquellos primeros años, sus amigos del grupo de teatro del que formaba parte no dudaban de que Karol se convertiría con el paso de los años en un conocido actor u hombre de letras, y desde luego ninguno dudaba de que se casaría y formaría una familia.5 Wojtyla era un joven muy religioso, tanto que imponía una especie de respeto instintivo entre sus compañeros, que en su presencia no osaban contar chistes verdes, soltar exabruptos y mucho menos blasfemar. Estas anécdotas pueden sonar a leyenda, pero su moralidad y sus modales calmados y silenciosos tuvieron, a lo largo de su vida, un extraño efecto intimidante sobre los demás, del que han hablado muchos de los que en algún momento frecuentaron su compañía. Durante la Segunda Guerra Mundial, Wojtyla trabajó en una factoría de productos químicos

controlada por los nazis, mantuvo relaciones con las guerrillas marxistas de la resistencia y fue amigo de varias mujeres. A raíz de esto, y de que durante aquellos años, entre 1939 y 1944, hay una etapa oscura y apenas conocida en su biografía, comenzó a circular por Roma el rumor de que podría haber estado casado. Pero la popularidad del nuevo papa era tal que estas habladurías no afectaron su carisma. Ni siquiera su imagen se vio empañada cuando la prensa sensacionalista italiana publicó unas fotos inéditas de Su Santidad tomando el sol desnudo junto a la piscina. (A raíz de aquellas fotos, Licio Gelli hizo un comentario cuando menos inquietante, sobre todo si tenemos en cuenta los acontecimientos posteriores: «Fíjate en los problemas que debe de tener el servicio secreto. Si es posible tomar esas fotografías del Papa, imagina lo fácil que sería dispararle».6 Casi tan fácil como hubiera sido envenenar a su antecesor.) Algo muy similar debió de pasar por la mente de Juan Pablo II, dado que una de las primeras decisiones que tomó pocos días después de su elección fue, precisamente, la de crear un cuerpo de seguridad, el Servicio Secreto de Su Santidad (SSSS): cinco policías de élite, equipados con el material más moderno, encargados de garantizar la seguridad personal del papa; y otro equipo de veinte agentes, cuya labor era mezclarse con la multitud en las apariciones públicas del Sumo Pontífice.7

Escritos Pre-Pontificales Como sacerdote, profesor de ética y Obispo, Karol Wojtyla escribió numerosos artículos sobre ética tanto filosóficos cuanto teológicos. Además, escribió poesía y obras teatrales, algunas de las cuales han sido traducidas al inglés. La mayoría tienen a Karol Wojtyla como su autor, no obstante lo cual algunas ediciones recientes están bajo el nombre de Juan Pablo II. A continuación se encuentran las obras más significativas.

Autor: Juan Luis Lorda | Fuente: arvo

Las claves intelectuales de Juan Pablo II Algunos libros de Juan Pablo II, algunos libros sobre Juan Pablo II, Catorce Encíclicas; Algunas de las Doce Constituciones Apostólicas, Algunas de las trece Exhortaciones Apostólicas, Alguna de las cuarenta y dos Cartas Apostólicas... Las distancias cortas son malas para los retratos intelectuales. Falta perspectiva. Los católicos que hemos vivido conscientemente los últimos veinticinco años, tenemos, como es lógico, una huella muy profunda del largo pontificado de Juan Pablo II en nuestras ideas y en nuestro vivir cristiano. Se suma la devoción cordial que sentimos habitualmente hacia el Papa, centro visible de la comunión que es la Iglesia. Y, además, las Las claves intelectuales de Juan características singulares que adornan a este pontífice. Sólo el Pablo II tiempo permitirá distinguir qué es fruto de una adhesión personal, pues al Papa actual le sucederá otro, y qué es una huella intelectual perdurable en

la vida de la Iglesia.

ES DIFÍCIL evitar la impresión de que se trata de una huella gigantesca. Todo, en el pontificado de Karol Wojtyla, además de su duración, parece tener dimensiones extraordinarias. La preparación del milenio, la caída y la evaporación del mundo comunista, las convocatorias de sínodos de la Iglesia en todos los continentes, los viajes apostólicos por todo el orbe, por todas las diócesis italianas y por todas las parroquias de Roma, su presencia en los organismos y en las grandes cuestiones internacionales, las jornadas mundiales de la juventud, sus constantes desvelos por el diálogo ecuménico, la enorme cantidad de documentos relevantes, y proyectos de ejecución tan difícil como el Catecismo de la Iglesia Católica, verdadero hito doctrinal en la historia cristiana. Y todo esto partiendo de un posconcilio pendiente de encauzar. Con síntomas agudos de desorientación de contestación interna, de acoso cultural en la que se sentía la Iglesia cuando él llegó con su espíritu jovial y decidido, que además sabía combinar un sentido sincero de la trascendencia con una chispa de humor. Fue una enorme dosis de seguridad y aplomo en un momento de crisis. Una convicción providencial Para quienes lo vivimos, será difícil olvidar el sentimiento de extrañeza, a la vez que simpatía, que produjeron sus primeros discursos. Ya en la misa de inicio de su Pontificado (17.X.1978). Pronunciados con tanta convicción, con tanta fuerza y, al mismo tiempo, con un lenguaje desacostumbrado y, al principio casi ininteligible. No porque no se entendieran sus palabras, sino porque no se percibía su contexto y su intención. Con el tiempo, sus modos de pensar y de expresarse nos han hecho familiares. Y, además, hemos aprendido a encuadrar mejor sus ideas en su historia personal y en la historia de la Iglesia Católica. Hay en esto también algo singular. Desde que fue elegido Papa, en octubre de 1978, Juan Pablo II tuvo clara conciencia de tener una misión providencial. Las mismas circunstancias de su elección parecían indicarlo: tras la temprana muerte de Juan Pablo I, y al ser el primer Papa no italiano después de cuatro siglos y medio. Cualquier persona con fe cree que los acontecimientos de la historia están gobernados por la Providencia divina. Pero Karol Wojtyla estaba seguro, además, de que había sido elegido Papa para aportar a la vida de la Iglesia las convicciones que la Providencia había grabado en su espíritu. Después de un Concilio Ecuménico, en un momento de crisis y con la perspectiva del próximo milenio. Esto era lo extraordinario. Y es la explicación de que se expresara, desde el principio, en términos tan seguros y, al mismo tiempo, tan poco convencionales. La luz de una fe vivida y las raíces culturales Desde fuera, no podemos introducirnos en las profundidades de su conciencia para determinar sus resortes principales. En primer lugar porque la parte más importante se refiere a su relación con Dios. Y en esa intimidad y en ese diálogo es donde las convicciones de la fe se graban de manera viva en el alma y adquieren su luz intelectual y

su fuerza moral. Nos consta que Karol Wojtyla ha sido y es un hombre de oración. Nos consta incluso por testimonios tan peregrinos como los informes del “archivo Mitrokhin” (coronel de la KGB que se fugó a Londres en 1992 con más de 200.000 informes): “Este se pasaba a menudo de seis a diez horas al día rezando; entrando en su capilla privada, los ayudantes se lo encontraban a veces tendido inmóvil en el suelo de mármol con los brazos en cruz”. Otros rasgos de su personalidad nos resultan más accesibles. En primer lugar, lo que podríamos llamar su “experiencia polaca” o incluso su nacionalismo polaco. Un nacionalismo no puramente sentimental, sino reflexionado, como es propio de un intelectual, y también iluminado por la fe. Juan Pablo II es un hombre muy enraizado en la fe y en la historia. El amor a la identidad de su patria, a la historia de su cultura y de su lengua, se forjó en los tiempos difíciles de la invasión alemana y de la guerra. Y se desarrolló después bajo el dominio comunista. Aprendió a reconocer el valor salvador — oxigenante y provocador—de la verdad. Adquirió para siempre un sentido de los valores culturales y también de la peculiar relación entre fe y cultura, que en la tradición polaca había dado tantos frutos. Una relación que era, en sí misma, un argumento frente al despótico totalitarismo comunista, que pretendía troquelar a su imagen, sin ningún respeto y sin ningún derecho, las estructuras de la sociedad y las mentes de los hombres. Más tarde, al fundar el Pontificio Consejo para la Cultura, les diría: “Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida”. Reflexiones sobre la antropología y la ética Karol Wojtyla es un hombre de estudio, con un itinerario intelectual bien conocido, jalonado por sus publicaciones. Con una formación teológica tomista, que recibió en el seminario clandestino de Cracovia, cuando se preparaba para su sacerdocio. Siempre ha agradecido ese patrimonio, que le dio, principalmente, un instrumental intelectual muy depurado, con los grandes conceptos de la ontología y la psicología racional. Su tesis doctoral sobre la fe en san Juan de la Cruz, que redactó en Roma (1946-1948), desarrollaría su interés por el papel de la verdad en la transformación moral de la persona. Y una posterior tesis de habilitación sobre el sistema moral de Max Scheler (1953) le acercarían al método fenomenológico y le harían descubrir a la persona como fuente de los valores morales. De ese interés surgirá más tarde su ensayo filosófico Persona y acción (1969). Desde entonces, como profesor de Ética en la Universidad de Lublin (1954), prosiguió una amplia reflexión sobre los grandes temas en que la antropología conecta con la moral: la acción humana, el papel de la verdad en la conciencia, y el sentido del amor conyugal, que desembocaron en su ensayo Amor y responsabilidad (1964), libro muy original en su género. El tema del amor matrimonial es muy importante en el pensamiento de Karol Wojtyla, en primer lugar por sus propias experiencias pastorales, que le hacían sentir la necesidad de una doctrina más profunda, y, más adelante, por las reacciones que surgieron tras la

publicación de la Humanae Vital, de Pablo VI (1968). No cabe duda de que en la cuestión de la sexualidad, del amor conyugal y de la familia, hay un notable punto de contraste entre la doctrina cristiana y las modernas tendencias hacia la libertad sexual que están dispuestas a prescindir de una parte de la naturaleza humana (la familia y la procreación), para quedarse sólo con otra (el sexo). Por eso, continuó su reflexión, en la cátedra de Lublin, sobre la teología del cuerpo acumulando ideas y materiales, y publicando artículos. Y cuando fue elegido Papa, le pareció conveniente desarrollar el tema en unos cursos que ocuparon casi 140 audiencias pontificias (1979- 1984). Merece la pena subrayar lo insólito del asunto, ya que, hasta ese momento, las audiencias habían sido alocuciones más bien ocasionales, adecuándose al público asistente. Pero Juan Pablo II aprovechó sistemáticamente (casi implacablemente) para desarrollar, primero, la doctrina sobre el lenguaje del cuerpo, el amor humano, el celibato y la castidad. Y, después, para hacer un larguísimo “comentario al Credo”. Es evidente que tenía alguna razón profunda para hacerlo. El “comentario al Credo” es un repaso de toda la doctrina cristiana que se arraiga en la tradición pero que discierne y sabe recoger lo mejor del pensamiento teológico del último siglo. En cierto modo, ha servido de contexto y preparación para el nuevo Catecismo. Pero es más sorprendente su doctrina sobre el cuerpo humano, la sexualidad, el amor, la castidad, que, al arraigarse más directamente en su reflexión personal, sin duda forma parte de los contenidos de los que él se sentía portador. Toda esa antropología es la que han intentado recoger y desarrollar los diversos Institutos Juan Pablo II. El aliento de Gaudium et spes Con todo, desde una perspectiva providencial, el rasgo intelectual más marcado de Juan Pablo II ha sido su participación en el Concilio Vaticano II (1962-1964). Acudió siendo un obispo auxiliar muy joven. Pero destacó por su interés, sus propuestas y sus iniciativas, y llegó a formar parte de la comisión que redactó uno de los documentos mis importantes, la Constitución Gaudium et spes. Participó activa y directamente y dejó una huella en Gaudium et spes y Gaudium et spes en Karol Wojtyla. En este momento, gracias a distintos testimonios y trabajos de investigación lo estamos conociendo mejor. Hay que recordar que en ese documento se recoge lo que la Iglesia tiene que decir al mundo moderno. La constitución consta de una larga primera parte, aproximadamente un compendio de la antropología cristiana. Por eso, el entonces joven obispo de Cracovia sintonizó de inmediato con ella. Y por eso se empapó de esos temas. A los pocos años del Concilio, compuso un curioso y amplio documento —La renovación en sus fuentes (1972)— para que sirviera de base para la .aplicación del Concilio en su diócesis. El documento presenta un método: desea profundizar en los contenidos de la fe subrayados por el Concilio, para lograr una reacción adecuada (una renovación, unas nuevas actitudes) en la vida cristiana. Cuando fue elegido Papa, Juan Pablo II se sabía un “obispo del Concilio”. Estaba seguro de

que su misión debía consistir en desarrollar su impacto. Y, al dirigirse al mundo, no podía dejar de asumir el enfoque de Gaudium et spes. La Iglesia ofrece al mundo moderno (y este puede apreciar) una doctrina de lo que es el hombre, y unas energías morales inagotables para defender teórica y prácticamente su dignidad, y para contribuir a una vida social más integrada y justa. Desde su primera encíclica, Redemptor hominis, ha repetido incansablemente, inspirándose en el número 22 de la Constitución, “Cristo revela el hombre al hombre”. Esta convicción vertebra desde luego no sólo el pensamiento teológico de Juan Pablo II, sino también su idea de la situación y el papel de la Iglesia en el mundo; el enfoque que ha dado a la evangelización; e incluso, en un nivel práctico, la actuación diplomática de la Santa Sede. Balance de un pontificado Desde el punto de vista doctrinal, el Pontificado de Juan Pablo II aporta estas novedades, aunque ha desarrollado muchos otros temas doctrinales de envergadura. Entre los documentos, destacan las tres encíclicas trinitarias, su magisterio social; su amplia doctrina sobre la familia y la mujer; sus encíclicas dedicadas a temas básicos de enfoque como Fides et ratio; su impulso al ecumenismo. Entre sus iniciativas apostólicas, destacan sus viajes, la convocatoria de los Sínodos ordinarios y extraordinarios, las jornadas mundiales de la juventud y la preparación y celebración del nuevo milenio. Se han hecho realidad dos de sus grandes proyectos: el Catecismo y el Código de Derecho Canónico. Se trata, no cabe duda, de un legado gigantesco y renovador. Y se necesitarán bastantes años para que tantas y variadas sugerencias, que ya han ampliado los horizontes doctrinales, se expresen en la vida de la Iglesia. Es muy difícil establecer comparaciones, porque han cambiado mucho las formas y las proporciones. Con sólo mirar las estanterías se puede afirmar, que el Pontificado de Juan Pablo II ha sido el que ha generado más documentos en toda la historia de la Iglesia católica. Es muy posible que también el de mayor impacto intelectual en muchos siglos. Aunque esto no depende sólo de sus esfuerzos —tan titánicos— sino también de lo que trabajen quienes lo lean. La historia nos deja siempre esta incómoda y al mismo tiempo estimulante perspectiva abierta al futuro. En el momento de su elección, Juan Pablo II estaba seguro de que su misión consistía en introducir a la Iglesia en el tercer milenio de la era cristiana; con la inspiración renovadora del Concilio Vaticano II y relanzar una nueva evangelización. No cabe duda de que ha cumplido su parte. ALGUNOS LIBROS DE JUAN PABLO II PUBLICADOS EN ESPAÑOL — Amor y responsabilidad, Razón y Fe, 1977 — Signo de contradicción, BAC, 1978 — Juan Pablo II y el hombre, BAC, 1979 — La fe en San Juan de la Cruz (Tesis doctoral), BAC, 1979 — Heraldo de la paz. Irlanda-ONU-Estados Unidos. BAC, 1979 — Peregrinación apostólica a Polonia. BAC, 1979

— Mensaje a la Iglesia de Latinoamérica. BAC, 1979 — El taller del orfebre (Teatro), BAC, 1980 — Viaje pastoral a Francia. BAC, 1980 — Viaje pastoral a África. BAC, 1980 — Viaje pastoral a Brasil. BAC, 1980 — Hermano de nuestro Dios. Esplendor de paternidad. BAC, 1990 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1979 (mayo-agosto). BAC, 1980 — Viaje apostólico a Extremo Oriente. BAC, 1981 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1979 (septiembre-diciembre) (a). BAC, 1981 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1979 (septiembre-diciembre) (b). BAC, 1981 — Marx Scheller, BAC, 1982 — Mensaje de Juan Pablo II a España. BAC, 1982 — La renovación en sus fuentes. Sobre la apliación del Concilio Vaticano II. BAC, 1982 — Ejercicios Espirituales para jóvenes, BAC, 1982 — Las oraciones de Juan Pablo II, San Pablo, 1982 — No tengáis miedo, entrevista de André Frossard, Plaza y Janes, 1982 — Juan Pablo II en España 1982, varios autores, BAC, 1982 — Persona y acción, BAC, 1982 — Viaje apostólico a Portugal. BAC, 1982 — Viaje apostólico a Nigeria, Benín, Gabón y Guinea Ecuatorial. BAC, 1982 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1980 (enero-junio) (I-a). BAC, 1982 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1980 (enero-junio) (I-b). BAC, 1982 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1980 (julio-diciembre) (II-a). BAC, 1982 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1980 (julio-diciembre) (II-b). BAC, 1982 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1981 (enero-junio) (I). BAC, 1982 — Juan Pablo II. Enseñanzas al pueblo de Dios. 1981 (enero-junio) (II). BAC, 1983 — Viaje apostólico a Centroamérica. BAC, 1983 — Ejercicios espirituales para jóvenes. BAC, 1986 — La paz de Cristo. Viaje apostólico a Colombia y Santa Lucía. BAC, 1986. — Con el mundo de los pobres. Viaje apostólico a la India. BAC, 1986 — La nueva evangelización. Viaje apostólico a Uruguay, Bolivia, Perú y Paraguay. BAC, 1988. — La hora de Dios (Juan Pablo II en España 1993), BAC, 1993 — Poesías de Karol Wojtyla, BAC, 1993 — Cruzando el umbral de la esperanza, entrevista con Vittorio Messori, Plaza y Janes, 1994. — Mi decálogo para el tercer milenio, PPC, 1994 — Queridísimos jóvenes, PPC, 1995

— Don y misterio, BAC, 1996 — La fe según San Juan de la Cruz. BAC, 1997 — Juan Pablo II: Cincuenta palabras para el próximo milenio, Edición de Saverio Gatea, Mondadori, 1998 — Signo de contradicción. BAC, 2003 — Laudes con el Papa. La catequesis de Juan Pablo II sobre los Salmos y Cánticos de Laudes. BAC, 2003 — Tríptico romano, Universidad Católica San Antonio de Murcia, 2003 — "¡Levantaos! ¡Vamos!", Plaza & Janés, 2004 — "Memoria e identidad", La Esfera de los Libros, 2005 — El taller del orfebre. Meditación sobre el sacramento del matrimonio. BAC, 2005 (nueva ed.)

ALGUNOS LIBROS SOBRE JUAN PABLO II PUBLICADOS EN ESPAÑOL — De un país lejano, de Krystof Zanussi y Virgilio Levi, BAC 1981 — Juan Pablo II o el valor de la vida humana, de Carlos A. Cornejo, Servagrup 1982 — De un país lejano (Ed. ilustrada). BAC, 1982 — Album del Papa Juan Pablo II, varios autores, Punto Editorial 1982 — Del temor a la esperanza, varios autores (3 Tomos), Solviga 1993 — ... Y vendrá un Papa eslavo, de Eusebio Ferrer, Ediciones Internacionales Universitarias 1995 — El Papa Juan Pablo II. La biografía, de Tad Szulc, Martínez Roca 1995 — Hombre y Papa, de Pedro Miguel Lamet, Espasa Calpe 1995 — El mensaje del Papa, de Carlos Amigo Vallejo, Temas de Hoy 1996 — Su Santidad, de C. Bernstein y M. Pollitti, Plaza y Janes 1996 — Juan Pablo, amigo, de Paloma Gómez Borrero, Plaza y Janes 1996 — La historia de... Juan Pablo II, Varios Autores, Auzou Idea Books 1996 — Diccionario de Teología y Espiritualidad de Juan Pablo II, de Pedro Jesús Lasanta, Edibesa 1996 — Diccionario social y moral de Juan Pablo II, de Pedro Jesús Lasanta, Edibesa1996 — Diccionario de Juan Pablo II, de Eloy García Díaz, Espasa Calpe 1997 — Juan Pablo II: el hombre y la historia del siglo XX, de Marc Eric Gervais, Elsa Ediciones 1998 — Juan Pablo II, ese desconocido, de Miguel Angel Velasco, Planeta Testimonio 1998 — Wojtyla: de la A a la Z, de José Macca, Planeta 1998 — Biografía de Juan Pablo II, testigo de la esperanza, de George Weigel, Plaza y Janes 1999 — Así piensa el Papa, de Covadonga O´Shea, Temas de Hoy 1999 — Juan Pablo II, pregonero de la verdad, de Eusebio Ferrer, Desclée de Brouwer 2000 — El secreto que guía al Papa, de Aura Miguel, Rialp 2001

— Juan Pablo II, la huella, varios autores, Alpha Omega Press 2001 — Juan Pablo II, mensajero de la paz (Pedro Jesús Lasanta). BAC, 2001 — Juan Pablo II, el Papa de la esperanza, de Santiago Martín, Temas de Hoy 2002 — Juan Pablo II y los grandes de la tierra, testimonios varios, Edibesa 2002. — Historia de Karol, de Giman Franco Asideros, Fémina, 2003 — Juan Pablo II, maestro y profeta de la vida consagrada, introducciones de Severino-María Alonso, publicaciones Claretianas, 2003 — Juan Pablo II. 25 años en la escena mundial (Ugo Colombo Sacco di Albiano). BAC, 2004 DOCUMENTOS PUBLICADOS CATORCE ENCÍCLICAS Redemptor Hominis (4 de marzo de 1979). Jesucristo, Redentor del hombre. Dives in Misericordia (30 de noviembre de 1980).La misericordia de Dios Padre. Laborem Exercens (14 de setiembre de 1981). Sentido cristiano del trabajo. Slavorum Apostoli (2 de junio de 1985). San Cirilo y San Metodio, apóstoles de los pueblos eslavos y copatrones de Europa. Dominum et Vivificantem(18 de mayo de 1986). Don y misión del Espíritu Santo. Redemptoris Mater (25 de marzo de 1987). La Virgen María. Sollicitudo Rei Sociales (30 de diciembre de 1987). La doctrina social de la Iglesia. Redemptoris Missio (7 de diciembre de 1990). La dimensión misionera de la Iglesia. Centesimus Annus (1 de mayo de 1991). Cien años de la primera encíclica sobre la cuestión social. Veritatis Splendor (6 de agosto de 1993). Moral Fundamental. Evangelium Vital (25 de marzo de 1995). Teología y Moral familiar y de la vida. Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995). La unidad de todos los cristianos. Fides et Ratio (14 de setiembre de 1998). La relación entre fe y razón. Ecclesia de Eucaristía (17 de abril de 2003).

OTROS DOCUMENTOS ALGUNA DE LAS ONCE CONSTITUCIONES APOSTÓLICAS Sapientia Cristiana (15 de abril de 1979). Sobre la educación católica. Sacrae Disciplinae I.eges (25 de enero de 1983). Para la promulgación del nuevo Código de Derecho Canónico. Pastor Bonus (28 de junio de 1988). Sobre la reforma de la Curia Romana. Fidei Depositum (11 de octubre de 1992). Para la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica. Universi Dominici Gregis (22 de febrero de 1996). Sobre la reforma del Cónclave. ALGUNA DE LAS QUINCE EXHORTACIONES APOSTÓLICAS

Diez tras las celebraciones de sus correspondientes Asambleas del Sínodo de los Obispos. Redemptionis Donum (25 de marzo de 1984). La consagración religiosa, don de la redención. Redemptoris Custos (15 de agosto de 1989). Sobre San José. ALGUNA DE LAS CUARENTA Y CINCO CARTAS APOSTÓLICAS Salvifici Dolores (11 de febrero de 1984). Sobre el sentido salvador del dolor y la enfermedad. Mulieris Dignitatem (15 de agosto de 1988). Sobre la dignidad de la mujer en la iglesia y en la sociedad. Carta Apostólica con ocasión del 50 aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial (27 de agosto de 1989). Carta Apostólica con ocasión del V Centenario de la Evangelización del Nuevo Mundo (29 de junio de 1990). Ordinatio Sacerdotales (22 de mayo de 1994). Sobre la ordenación sacerdotal reservada sólo a varones. Tertio Millennio Adveniente (10 de noviembre de 1994). Para la preparación del Gran Jubileo del Año Santo 2000. Orientale Lumen (2 de mayo de 1995). Sobre las Iglesias Orientales Apostolos Suos (21 de mayo de 1998). Sobre la naturaleza de las Conferencias Episcopales. Dies Domini (31 de mayo de 1998). Sobre el sentido cristiano y religioso del domingo, el día del Señor. Novo Millennio Ineunte (6 de enero de 2001). En la conclusión del Gran Jubileo del Año Santo 2000 y como orientaciones para la Iglesia en el alba del tercer milenio. Misericordia Dei (2 de mayo de 2002). Sobre el sacramento de la reconciliación. Rosarium Virginis Mariae (16 de octubre de 2002). Sobre el Santo Rosario. Spiritus et Sponsa: en el XL aniversario de la constitución "Sacrosanctum Concilium" ( 4 de diciembre 2003) Sobre la Sagrada Liturgia Mane nobiscum Domine (7 de octubre de 2004) Dirigida al Episcopado, al Clero y a los fieles para el Año de la Eucaristía El rápido desarrollo (24 de octubre de 2004) Dirigida a los Responsables de las Comunicaciones Sociales

18 Motu propio, entre ellos: Ad Tuendam Fidem (18 de mayo de 1998) Para defender la fe en la Iglesia Católica Apostolos Suos (21 de mayo de 1998) Sobre la naturaleza de las Conferencias Episcopales Proclamación de Santa Brígida de Suecia, Santa Teresita de Lisieux y Santa Teresa

Benedicta de la Cruz como Copatronas de Europa (1 de octubre de 1999) Proclamación de santo Tomás Moro como Patrono de los Gobernantes y de los Políticos (31 de octubre de 2000) Sacramentorum sanctitatis tutela (10 de enero de 2002) Sobre sobre la santidad de los sacramentos Misericordia Dei (2 de mayo de 2002) Sobre el sacramento de la reconciliación Cuidado y gestión del Instituto Pontificio "Notre Dame Center" (26 de 2004) Con la que se confía el cuidado y la gestión de este Instituto Pontificio a la Congregación de los Legionarios de Cristo OTROS NUMEROSOS TEXTOS Y CARTAS, ENTRE ELLOS: Carta a los Sacerdotes con ocasión del Jueves Santo Ininterrumpidamente desde 1979 hasta 2005 Carta a las Familias (2 de febrero de 1994) Carta a los Niños (13 de diciembre de 1994) Carta a las Mujeres (29 de junio de 1995) Carta a los Artistas (4 de abril de 1999) Carta sobre la peregrinación a los lugares vinculados con la historia de la salvación (30 de junio de 1999) Carta a los Ancianos (1 de octubre de 1999) Carta al Arzobispo de Madrid, Enviado pontificio a la "Peregrinación de los Jóvenes europeos", en Santiago de Compostela los días 7-8 de agosto de 2004 (19 de julio de 2004) Carta a su Santidad Alexis II con ocasión del regreso a Rusia del icono de la Madre de Dios de Kazanlos Ancianos (28 agosto de 2004) Cartas a arzobispos y obispos de todo el mundo con motivo de las celebraciones organizadas para el 150 aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción (durante todo el año 2004) Carta para la XIII Jornada Mundial del Enfermo, en Yaundé (Camerún) (11 de enero de 2005)

Primer escrito publicado: Apóstol (El Apóstol). Cracovia: Tygodnik Powszechny (revista de publicación semanal), 1949. Un artículo acerca de su amigo y mentor en la vida de oración, Jan Tyranowski. Primera Poema Publicado: Matka (Madre). Cracovia: Tygodnik Powszechny, 1950. Primera Tesis Doctoral: Questio de fide apud S. Joannem a Cruce (La Fe en San Juan de la Cruz). Varsovia: Collectanea Theologica, 1950. La disertación del Santo Padre se llevó a cabo en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma. La Fe en San Juan de la Cruz. Ignatius Press, 1981. (Fuera de impresión). Segunda Tesis Doctoral: System etyczny Maksa Schelera jako srodek do opracowania etyki chrzescijanskiej (El sistema ético de Max Scheler como medio de construcción de una ética cristiana). Cracovia: Polonia Sacra, 1953. La disertación del Papa para ser admitido a la enseñanza universitaria escrito acerca del sistema ético elaborado por el filósofo alemán Max Scheler. El Papa fue crítico de los resultados obtenidos por Scheler pero encontró cierta utilidad en el método fenomenológico que el filósofo utilizó. Primer libro publicado: Milosc i odpowiedzialnosc (Amor y Responsabilidad). Lublin: Sudium etyczne, 1960. Amor y Responsabilidad. Ignatius Press (1-800-651-1531). El fruto de su experiencia pastoral con jóvenes, el Santo Padre enseña la base para una moral sexual católica y aborda importantes temas tales como la atracción, deseo, sentimiento, sensualidad, vergüenza, amistad y amor. Principal Trabajo Filosófico: Osaba i czyn (Persona y acción). Cracovia: Pol. Tow. Teologiczne, 1969. El Santo Padre desarrolla su aproximación filosófica hacia la persona, que incluye el uso de la metafísica tomista para todo aquello que es objetivo en el hombre, y el método fenomenológico para el estudio de la subjetividad personal del hombre. La Persona que Actúa. Boston: D. Reidel Publishing Co., 1979 Libro sobre la implementacion del Concilio Vaticano II:

Upodstaw odnowy. Studium o realizacji Vaticanum II (Fuentes de renovación. Estudios para Entender el Vatiacno II). Cracovia: Pol. Tow. Teologiczne, 1972. Pensado como un vade-mecum (un libro de bolsillo), que sirva de guia para las deliberaciones del Sínodo de la Arquidiócesis de Cracovia, y para introducir al lector a los documentos del Concilio Vaticano II y a como estos pueden ser implemetados como una respuesta de fe en la accion de Dios a traves del Concilio. Fuentes de Renovacion. La Implemetacion del Vaticano II. San Francisco: Harper and Row, 1979. Retiro Ofrecido al Papa Pablo VI: Signo de Contradiccion. Nueva York: Seabury, 1979. El Retiro por Cuaresma dirigido en 1976 por el Cardenal Karol Wojtyla al Papa Pablo VI y a los miembros de la Casa Pontificia. Su Obra Mas Famosa: Przed sklepem jubilera. Medytacja o Sakraemcie Malzenstwa przechodzaca chwilami w dramat por Andrzej Jawien (su pseudonimo literario). Cracovia: Znak, 1960. El Taller del Orfebre: Una Reflexion sobre el Sacramento del Matrimonio, Montado en Ocasión como Drama. San Francisco: Ignatius Press (1-800-651-1531), 1992. Ademas, disponible en video, con Burt Lancaster como protagonista, de Ignatius Press y otros. Trabajos Teatrales: Vigilia Pascual y Otros Poemas. Nueva York: Random House, 1979. La Recopilacion de Obras y Escritos sobre el Teatro. Prensa de la Universidad de California, 1987. (fuera de impresión). Recursos Bibliograficos: De uso para investigadores existe una bibliografia de los escritos Pre-Pontificales de Karol Wojtyla (1949-1978) y libros hasta 1978 acerca de el y sus escritos. Karol Wojtyla negli Scritti. Bibliografia. Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 1980.

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Mi visión del hombre:49 Colección de artículos sobre ética escritos antes que Wojtyła, sea elegido Papa. En la primera parte de este libro se presenta la Introducción a la ética, en donde el autor expone su opinión sobre los principales

temas que afectan al hombre, como el amor, la felicidad o la justicia. La segunda parte, Ensayos de ética personalista, es una selección de escritos publicados en revistas especializadas. En estos textos Karol Wojtyła ofrece una significativa aportación para la fundación de una ética de tipo personalista y presenta al público español la escuela ética de Lublin.  

Amor y responsabilidad, Razón y Fe



Karol Wojtyla Editorial Razón y Fe 342 páginas





Libro Amor y Responsabilidad. Estudio de moral sexual. Primera edición polaca: 1960; Segunda edición: 1962. Segunda edición en castellano. Edit. Razón y fe, S.A. Madrid, 1978.

Amor y responsabilidad trata los problemas que se refieren al amor, al matrimonio, a la procreación, a la familia, a la castidad. El papel y el valor de la sexualidad están plenamente reconocidos en este libro. El autor no se dirige únicamente a los creyentes, sino que, en un árduo esfuerzo intelectual, se sirve de la argumentación meramente racional para explicar la increíble realidad del amor y sus consecuencias. Este volumen fue escrito por Wojtyla mucho antes de que fuera elegido Papa (Juan Pablo II). Hay que tener en cuenta que lo escribió en medio de la invasión nazi en Polonia, en épocas de la Segunda Guerra Mundial. . No tenía a mano ni libros, ni Internet ni fuentes a las que recurrir para su texto. Parece increíble, pero fue armando este trabajo en pequeños papeles que escribía cuando las circunstancias lo permitían. En medio de las dificultades, oculto en refugios, Juan Pablo II escribió esta maravillosa obra, llena de sensibilidad y sabiduría

CAPÍTULO PRIMERO: LA PERSONA Y LA TENDENCIA SEXUAL

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I. ANÁLISIS DE LA PALABRA GOZAR              

1. 2. 3. 4. 5. 6.

La persona, objeto y sujeto de la acción Primera significación de la palabra "gozar" "Amar", opuesto a "usar" Segunda significación de la palabra "gozar" Crítica del utilitarismo El mandamiento del amor y la norma personalista

II. INTERPRETACIÓN DE LA TENDENCIA SEXUAL 7. ¿Instinto o impulsión? 8. La tendencia sexual, propiedad del individuo 9. La tendencia sexual y la existencia 10. Interpretación religiosa

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11. Interpretación rigorista 12. La líbido y el neomaltusianismo 13. Observaciones finales CAPÍTULO SEGUNDO: LA PERSONA Y EL AMOR I. ANÁLISIS GENERAL DEL AMOR 1. La palabra "amor" 2. El atractivo y la toma de conciencia de los valores 3. Dos formas de amor: La concupiscencia y la benevolencia 4. El problema de la reciprocidad 5. De la simpatía a la amistad 6. El amor matrimonial II. ANÁLISIS PSICOLÓGICO DEL AMOR 7. La percepción y la emoción 8. Análisis de la sensualidad 9. La afectividad y el amor afectivo 10. El problema de la integración del amor II. ANÁLISIS MORAL DEL AMOR 11. La experiencia vivida y la virtud 12. La afirmación del valor de la persona 13. La pertenencia recíproca de las personas 14. La elección y la responsabilidad 15. El compromiso de la libertad 16. El problema de la educación del amor

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Signo de contradicción



Persona y acción: En el volumen de Persona y acción, la cual se convirtió en su obra filosófica más importante de Wojtyła, presenta que la acción revela a la persona, y miramos a la persona a través de su acción. La acción nos ofrece el mejor acceso para penetrar en la esencia intrínseca de la persona y nos permite conseguir el mayor grado posible de conocimiento de la persona. Experimentamos al hombre en cuanto es persona, y estamos convencidos de ello porque realiza acciones. Empezar directamente por la acción, así se resolvía de raíz el problema. Era la acción humana la que desvela quién era la persona y su naturaleza dinámica y activa.



Poesías de Karol Wojtyła



Don y misterio: Este libro fue publicado el 15 de noviembre de 1996. La ocasión de la publicación de este libro que ya marca el carácter personal y retrospectivo del escritor, es debido a que se celebraba su 50 aniversario de ordenación sacerdotal. Este libro es un testimonio muy personal pero a la vez abarcador de su vocación sacerdotal: recuerdos y reflexiones, sus memorias sobre los orígenes de su sacerdocio.



¡Levantáos! ¡Vamos!: Libro publicado en mayo de 2004, poco menos de un año después de haber celebrado su vigésimo quinto aniversario como Sumo Pontífice y a los 45 años de haber sido electo Obispo, recoge sus íntimas reflexiones sobre su experiencia episcopal. Si “Don y Misterio”, reflexiones sobre su vocación sacerdotal y sus primeros años como sacerdote, complementaba la Pastores dabo vobis, sobre la formación y vida del presbítero, este libro complementa la Exhortación pos sinodal Pastores gregis sobre el ministerio del Obispo en la Iglesia del 16 de octubre de 2003. Wojtyła mismo indica que este libro fue cogiendo forma cuando escuchaba a los demás Obispos dar sus testimonios sobre el ministerio episcopal durante el Sínodo de Obispos del año 2000 celebrado en Roma. Él lo escribe para dar a conocer la grandeza del ministerio episcopal, las dificultades que conlleva y la alegría que comporta desempeñarlo fielmente. El tono de este libro es muy parecido a “Don y misterio”. Karol Wojtyła era un hombre que ponderaba lo hermoso del paso de Dios por su vida y reflexionaba en su corazón profundo y emocionado, el amor misericordioso de un Dios Padre y tierno. En este escrito, obra de un anciano físicamente inválido, se evidencia el optimismo cristiano, la esperanza de un creyente ante el misterio de una vocación dificilísima, sobre todo después del Concilio Vaticano II. Wojtyła se alegra al revivir sus experiencias muy particulares y muy polacas que las comparte porque entiende que en ellas se refleja algo de lo universal, algo que debiera resonar en cada Obispo. Hace confidencias y

recorre los ríos, montañas, vecindarios, santuarios de su amadísima Polonia, rescata conversaciones con sus amigos y conocidos. Incluso delata inocentemente palabras y gestos proféticos, tales como los del Arzobispo de Cracovia que, al recibirlo como Obispo Auxiliar, dice de él: “Habemus papam”. 

Memoria e identidad



Tríptico romano. Meditaciones (2003): Karol Wojtyła afronta las grandes cuestiones de la vida y de su vida, penetrando en el misterio de su elección como Papa e incluso en la de su sucesor. Tríptico Romano, Meditaciones, consta de tres partes: La primera, "Arroyo", es una contemplación mística de la naturaleza, y en esta sección del libro se destaca la belleza y la búsqueda de Dios por el hombre, que tiene que ir contra la corriente si quiere encontrar el manantial, es decir, Dios. La segunda parte, "Meditaciones sobre el libro del Génesis en el umbral de la Capilla Sixtina", es una reflexión sobre el hombre, imagen de Dios, desde la Creación hasta el Juicio Final, inspirándose en la impresionante serie de imágenes de Miguel Ángel que preside el recinto, donde los cardenales se reúnen cada vez que van a elegir a un nuevo Papa. La tercera parte, "Monte en la región de Moria", se basa en la evocación de Ur de Caldea, la patria de Abraham, y la conversación entre el patriarca y su hijo Isaac, al que Abraham estuvo a punto de sacrificar en el Monte Moria, como prueba de su lealtad a Dios. Juan Pablo II; Messori, Vittorio (2004). Cruzando el umbral de la esperanza . Nuevas Ediciones de Bolsillo. ISBN 978-84-9793-390-2.