Bautismo

MONS. LUIS H. VILLALBA ARZOBISPO DE TUCUMÁN INSTRUCCIÓN PASTORAL SOBRE EL BAUTISMO DE NIÑOS San Miguel de Tucumán Arzo

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MONS. LUIS H. VILLALBA ARZOBISPO DE TUCUMÁN

INSTRUCCIÓN PASTORAL SOBRE EL BAUTISMO DE NIÑOS

San Miguel de Tucumán Arzobispado de Tucumán 14 de marzo de 2005

BAUTISMO DE NIÑOS Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará» (Mc. 16,15-16). Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios» (Jn. 3,5).

El Ritual Romano de los Sacramentos nos enseña que “el Bautismo, puerta de la vida y del reino, es el primer sacramento de la nueva ley, que Cristo propuso a todos para obtener la vida eterna y que luego, junto con el Evangelio confió a su Iglesia cuando mandó a sus apóstoles: «Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt. 28,19)”1. El Santo Bautismo es la puerta de los sacramentos y el fundamento de toda la vida cristiana, es el pórtico de la vida en el Espíritu. Por él somos hechos hijos de Dios y miembros de la Iglesia. La Iglesia, como madre, cobija a sus hijos y quiere que todos, y en particular los niños, reciban el Bautismo para borrar en ellos el pecado original y hacerlos partícipes de la vida de Dios. La pastoral bautismal es de las más importantes de la acción eclesial. Debe ser una de las preocupaciones centrales de la Iglesia. Es fundamental situar la pastoral bautismal como una tarea directamente vinculada a la evangelización. Las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización dicen: “La celebración bautismal constituye un momento evangelizador muy integral, que debe aprovecharse”2. Las indicaciones pastorales que presentamos tienen como finalidad renovar e impulsar la pastoral bautismal, con la intención de obtener nuevos frutos. También queremos lograr una disciplina común en la praxis sacramental, indispensable en el marco de un Plan de Pastoral Orgánica.

ALGUNOS CRITERIOS PASTORALES 1. La Comunidad Parroquial La pastoral bautismal compromete a toda la comunidad. La Instrucción sobre el Bautismo de los niños expresa: “La comunidad parroquial (...) debe tener un lugar en esta pastoral del Bautismo. En efecto, dado que el Pueblo de Dios, que es la Iglesia, trasmite y alimenta la fe recibida de los Apóstoles, le compete interesarse eminentemente en la preparación para el Bautismo”3. El Ritual dice: “Conviene que en la celebración del Bautismo, el Pueblo de Dios, representado no sólo por los padrinos, padres y familiares, sino también, dentro de lo 1

Ritual de Bautismo, Notas preliminares generales, N° 3. Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 48. 3 Instrucción sobre el Bautismo de los niños, Pastorales Actio, del 20/10/1980, N°33. 2

posible, por amigos y allegados, vecinos y otros miembros de la Iglesia, participe activamente para que se manifieste la fe común y se exprese el gozo de la comunidad porque nuevos bautizados son recibidos en la Iglesia”4. Debemos tener en cuenta que quienes se acercan a pedir el Bautismo para sus hijos están dando un paso muy importante, que requiere ser delicadamente valorado, apreciado y resaltado, en cuanto expresión de la religión de nuestro pueblo 5 : “Es importante advertir que en forma espontánea, la mayoría de las familias se acercan a la Iglesia para el Bautismo de sus hijos”6. En la perspectiva de una comunidad parroquial evangelizadora y misionera, esta solicitud de los padres constituye un acercamiento sumamente valioso que compromete una acogida cordial por parte de la comunidad, que deberá asumir pacientemente la tarea de ir ofreciendo a los padres y padrinos el kerigma, la evangelización y una catequesis adecuada. La comunidad parroquial debe acoger, ayudar y acompañar a sus nuevos hijos, pero su tarea no concluye en el momento de la celebración. Éste es, más bien, el punto de partida de un compromiso que la comunidad tratará cada día de renovar y actualizar.

2. Las etapas de la pastoral bautismal Hay que enfocar la pastoral bautismal como un proceso dinámico, como un itinerario que va desde el nacimiento –incluso antes del nacimiento- hasta la educación cristiana del bautizado. Por tanto, el Bautismo es impensable como un asunto que interese pastoralmente sólo durante unos minutos. Más bien hay que concebir la pastoral bautismal como esos diversos pasos a dar, desde los más remotos hasta el acompañamiento de las familias después del Bautismo. Un primer momento mediato y alejado del Bautismo tiene lugar en la pastoral ordinaria. La Instrucción sobre el Bautismo de niños nos dice que “el esfuerzo pastoral desplegado en ocasión del Bautismo de los niños debe insertarse en una acción más amplia, extendida a las familias y a toda la comunidad cristiana... Según las circunstancias, se hará una llamada a toda la comunidad eclesial, particularmente a los educadores, a las familias, a los movimientos de apostolado familiar, a las congregaciones religiosas y a los institutos seculares. En su ministerio, los sacerdotes dedicarán amplio espacio a este apostolado”7. Si el Bautismo constituye el fundamento de la vida cristiana, debe ser evocado y actualizado permanentemente, sobre todo en momentos y circunstancias en las que la vida cristiana crece o se afianza o se cualifica con una vocación particular dentro del Pueblo de Dios. Esta pastoral ordinaria tiene tiempos especiales cargados de acentos bautismales. a) Durante la Cuaresma Se deben aprovechar los textos bautismales que ofrece la liturgia de preparación a la Pascua. Tiene su momento fuerte en la renovación de las Promesas bautismales durante la Vigilia Pascual. b) En la predicación ordinaria Conviene que en algunas ocasiones se oriente la predicación a ese fin. Las Misas dominicales y las exequias son buenas oportunidades. c) En la catequesis de Primera Comunión 4

Ritual del Bautismo, Notas preliminares generales, N°7. Ver Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, 49. 6 Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, 48. 7 Instrucción sobre el Bautismo de los niños, Pastorales Actio, N° 32. 5

Es el momento en que los niños hacen consciente y personalmente las obligaciones que en el Bautismo aceptaron, en su nombre, los padres, los padrinos y la comunidad eclesial. Es oportuno realizar la renovación de las Promesas bautismales en una Celebración con la participación de los padres y padrinos. Se pondrá de relieve la íntima unión entre el Bautismo y la Eucaristía. d) En la catequesis de Confirmación La misma preocupación pastoral se ha de tener presente en la catequesis que precede a la Confirmación. La Confirmación es el sacramento que confirma el Bautismo. e) En la catequesis pre-matrimonial Es importante intensificar esta acción pastoral con los novios. Es una oportunidad para hacer referencia a la responsabilidad de los padres en la educación cristiana de sus hijos y a que vivan un clima de auténtica religiosidad en el hogar que van a crear. Se los debe exhortar a que bauticen a sus hijos “en las primeras semanas” después del nacimiento8. Pero “si el niño se encuentra en peligro de muerte debe ser bautizado sin demora alguna”9.

3. El Equipo responsable de la pastoral bautismal Es necesario que en cada parroquia haya un Equipo encargado de la pastoral bautismal. Como es obvio, el párroco solo no puede realizar todo lo que supone esta pastoral, donde son muchas y diferenciadas las exigencias. La acogida de los padres que piden el Bautismo para sus hijos, la catequesis bautismal, la celebración del sacramento y el acompañamiento de las familias, suponen la participación organizada de muchas personas. Está claro que toda esta pastoral no se puede realizar bien si en la parroquia no se cuenta con un Equipo responsable. Hay que procurar que esté constituido, preferentemente, por matrimonios, dado que el trabajo que se realiza es con las familias. Entre las cualidades de los miembros del Equipo hay que resaltar la capacidad de acogida cordial, el espíritu de comunión y el ardor misionero. El Equipo es el encargado de ayudar al sacerdote o al diácono en la preparación y en el desarrollo de la celebración del Bautismo. Los miembros se distribuirán los diversos ministerios que conduzcan a una participación consciente, activa y fructuosa de los fieles. Se procurará que en la celebración bautismal, de ser posible, haya un Guía, un Lector, Acólitos y un Animador del canto. Los cantos no deberían faltar en la celebración del Bautismo, porque, como dice el Ritual, ayudan “en gran manera a fomentar en los presentes la unión de los espíritus, favorecer su oración común y manifestar la alegría pascual que el rito debe irradiar”10.

4. Elección de los padrinos Es necesario asumir el hecho de que cuando los padres han ofrecido a alguien ser padrino y esta persona lo acepta, resulta muy violento sustituirlo cuando posteriormente se constata que el mismo no reúne los requisitos eclesialmente solicitados para desempeñar tal ministerio. Es una realidad a tener en cuenta, que en los sectores sociales más humildes se 8

Código de Derecho Canónico, 867,1. Código de Derecho Canónico, 867,2. 10 Ritual del Bautismo, Notas preliminares generales, N° 33. 9

hallan graves dificultades para conseguir padrinos que reúnan los requisitos exigidos. Por lo demás, en las actuales circunstancias, los padrinos, de hecho, desempeñan un rol social y, salvo excepciones, no suelen concebirse a sí mismos como educadores o garantes del crecimiento en la vida cristiana de sus ahijados. Esto nos ha de llevar a una paciente educación sobre el padrinazgo. Pero, a la vez, se ha de evitar que se impida el Bautismo en razón de los padrinos. Se debe pensar de qué manera la comunidad parroquial procurará que no falte a tales niños una adecuada catequesis.

5. La Secretaría Parroquial El momento de la petición del Bautismo es clave pues está en juego la imagen de la Iglesia. La Secretaría Parroquial es el rostro visible de la comunidad para quien se acerca, por diferentes motivos, a la parroquia. Por eso, es necesario que quien atiende a los padres que solicitan el Bautismo para sus hijos tenga presente que no se trata de un acto meramente administrativo, sino que constituye un hecho profundamente evangelizador. Lamentablemente, no son infrecuentes los casos en los que el modo de acogida y el diálogo en la Secretaría hacen que los padres se retiren con la sensación de que no van a poder bautizar a sus hijos, aunque no se haya negado el Bautismo de un modo explícito. Para quienes no participan de un modo habitual de la vida de las comunidades parroquiales, basta una simple imprudencia en el trato, o en cómo se interpreta lo que decimos, para que consideren que no están en condiciones de cumplir algún requisito. Se debe preparar a quien atiende la Secretaría parroquial sobre el modo de recibir a los padres. Esa persona debe estar convencida que ejerce un verdadero ministerio eclesial. Debe favorecer el diálogo cordial, amable, paciente, sencillo. Debe procurar solucionar las dificultades y allanar el camino. Nuestros fieles deben percibir que se les facilitan las cosas. La acogida cordial es la primera actitud pastoral a tomar. Las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización afirman: “Debemos motivar a nuestras comunidades para que renueven su capacidad de acogida, y revistan de calidez humana y de atención cordial el trato con los que piden el Bautismo, concurren a la catequesis preparatoria y participan de la celebración”11. Hay que valorar el pedido de los padres que quieren bautizar a sus hijos. Ya el pedido está expresando la fe de nuestra gente. Debemos notar que no se trata, primariamente, de verificar la fe personal de los padres, sino la seriedad de su petición. No se ha de confundir. El Bautismo no se celebra apoyado en la fe de los padres, sino en la fe de la Iglesia, que se decide a bautizar por la garantía que le ofrece el compromiso de los padres. Y en este sentido, debe estimarse que toda persona que ofrezca una esperanza fundada de educación cristiana de los hijos merece ser considerada seriamente. En definitiva, el respeto a la palabra de los padres será la garantía suficiente. La Instrucción sobre el Bautismo de los niños afirma: “El hecho de que los niños no puedan aún profesar personalmente su fe no impide que la Iglesia les confiera este sacramento, porque en realidad, los bautiza en su propia fe. Este punto doctrinal fue ya claramente fijado por San Agustín, el cual escribía: «Los niños son presentados 11

Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 49.

para recibir la gracia espiritual, no tanto por quienes los llevan en sus brazos (aunque también por ellos si son buenos fieles), cuanto por la sociedad universal de los santos: porque toda ella los engendra a todos y a cada uno»”12. Es muy práctico dar a los padres una hoja impresa que contenga una breve catequesis sobre el Bautismo y en donde se anote el día y la hora de la catequesis y de la celebración del sacramento Cuando haya algún problema en la solicitud del Bautismo se debe derivar al Párroco o al Vicario Parroquial para que resuelva la situación. A la hora de bautizar no debemos apagar la mecha que arde ni quebrar la caña cascada. Debemos recordar el sentir de la Iglesia formulado en esta expresión: “sacramenta propter homines” (los sacramentos son para los hombres). No olvidemos la sugestiva imagen del sembrador que lanzó la semilla sobre la tierra fértil y buena, pero también entre las espinas, sobre las piedras y al borde del camino (ver: Mc. 4,3-8; Mt. 13,3-8; Lc. 8,5-8). Esto no significa que no debamos reconocer, en muchos casos, la existencia de una fe débil, con ignorancia e incoherencia. Se procurará, a partir de esa realidad, ayudar a madurar y acrecentar la fe de nuestra gente. No será el ideal, pero es un principio firme a desarrollar. Cuidemos la fe débil que se nos presenta y tratemos de fortalecerla.

6. La catequesis bautismal El Directorio de Catequesis del Episcopado Argentino dice que “es urgente establecer una catequesis prebautismal, dirigida principalmente a los padres y también a los padrinos”13. El Código de Derecho Canónico afirma: “Los padres del niño que va a ser bautizado, y asimismo quienes asumirán la función de padrinos, han de ser convenientemente ilustrados sobre el significado de este sacramento y las obligaciones que lleva consigo; y debe procurar el párroco, personalmente o por medio de otras personas, que los padres sean oportunamente instruidos con exhortaciones pastorales e incluso con la oración en común, reuniendo a varias familias, y visitándolas donde sea posible hacerlo”14. La catequesis bautismal, en gran parte de los casos, es un medio de acercarnos a cristianos que, por diversas razones, están alejados de las prácticas religiosas y ayudarlos a comenzar un proceso de reiniciación en la vida cristiana. Un proceso de crecimiento individual y comunitario en la fe. Lo que se busca es “avivar la fe”, “acrecentar la fe”, “educar la fe” y no sólo una mera instrucción. Esto mismo es lo que propone el Ritual del Bautismo: “El Bautismo es, en primer lugar, el sacramento de la fe por la que los hombres, iluminados por la gracia del Espíritu Santo, responden al Evangelio de Cristo. Por tanto, ya desde sus orígenes, la Iglesia ha considerado de máxima importancia que todos, tanto los catecúmenos como los padres de los niños bautizados y los padrinos, aviven esa fe verdadera... A esto se ordena… la preparación de los padres”15. Entonces en el Bautismo no sólo se atiende a la fe que se infunde en el niño, sino que se busca acrecentar la fe en los padres y padrinos: a que renueven la fidelidad personal a su propio Bautismo. 12

Pastorales Actio, N° 14. C.E.A., Directorio de Catequesis, N° 101. 14 Código de Derecho Canónico, 851,2. 15 Ritual del bautismo, Notas preliminares generales, N° 3. 13

Las Líneas Pastorales expresan que el Bautismo de los hijos es un momento privilegiado de evangelización de las familias y una ocasión, para los padres y padrinos, de actualizar la memoria del propio Bautismo: “En la medida que reciban –las familias- una acogida cordial, generosa y festiva, y se les invite a participar activamente del sacramento, se los ayudará, mediante la Palabra de Dios y los gestos sacramentales, a actualizar la memoria del Bautismo que una vez recibieron. Por lo demás es un momento privilegiado de encuentro pastoral con las familias. Una circunstancia en la que la providencia del Padre suele regalar una gran disponibilidad interior para recibir el anuncio de la fe cristiana o suscitar el deseo de ser acompañados en el proceso de progresiva maduración de la fe bautismal”16. Quiero destacar que las Líneas Pastorales nos hablan de catequesis y no de “cursillo”17. Dado que se trata de una catequesis se deberá seguir la metodología catequística con sus diversos “pasos”. Es un encuentro catequístico. Por eso, los que asuman esta tarea deben prepararse convenientemente. La catequesis bautismal debe ser revisada en sus contenidos y en sus métodos para adecuarla a las condiciones de vida de padres y padrinos, de manera que éstos la perciban como un camino atrayente para renovar el propio compromiso bautismal18. Hay tener muy en cuenta que no puede haber catequesis bautismal sin una referencia explícita a la Palabra de Dios. La proclamación de la Palabra de Dios, que se revela al hombre y lo salva, es el centro de la catequesis. Por último habrá que pensar en los diversos recursos didácticos que se pueden utilizar para preparar el Encuentro catequístico con los padres y padrinos. Resumiendo: las “Líneas Pastorales” nos proponen: Revisar los contenidos Revisar los métodos Al mismo tiempo nos determinan el objetivo: renovar el compromiso bautismal de los participantes. En función de esta finalidad se debe elaborar el contenido de la catequesis bautismal. No se trata de una clase o solamente de enseñar una doctrina, sino de trasmitir la Buena Nueva, de ser testigos de la salvación que comunicamos. La catequesis debe ser kerigmática y evangelizadora. No hay que olvidar que entre los padres y padrinos, con frecuencia, hay personas que hace tiempo no entran a la Iglesia. Se trata de despertar el deseo de Dios y de conversión a Jesucristo. Es una oportunidad privilegiada para poner a los padres y padrinos en contacto con una Iglesia-Comunidad. Es renovar la imagen de la Iglesia primitiva: los que creían eran bautizados, agregados a la Comunidad de los creyentes y participaban unánimemente en la oración, en la fracción del pan y en el testimonio de vida (ver: Hech. 2, 37.41-42,47). Hay detalles simples, pero importantes que se deben cuidar:  El salón debe estar preparado;  la Palabra de Dios tiene que tener un lugar destacado;  algunos miembros del Equipo deben recibir a los padres y padrinos a 16

Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 48. Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 49. 18 Ver Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 49. 17

medida que van llegando, creando un clima de familia;  es conveniente comenzar y terminar con un canto. Teniendo en cuenta las diferentes realidades existentes entre las parroquias, se deberá diversificar los modos de realizar la catequesis pre-bautismal y facilitar el cumplimiento de esta obligación para que alcance realmente su finalidad pastoral y no se convierta en un impedimento práctico para la realización del Bautismo solicitado.

7. La celebración bautismal La celebración del Bautismo es el momento más importante de todo el proceso bautismal. Por él comienza una nueva vida cristiana, la comunidad crece y se edifica. Es una ocasión óptima para acrecentar la fe y educarla o, al menos, avivarla. Los sacramentos, en cuanto signos, también tienen un valor pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que a la vez la alimentan y la expresan a través de palabras y de cosas: por esto son Sacramentos de la fe. Las Líneas Pastorales nos recuerdan que el bautismo constituye un momento evangelizador muy importante: “La celebración bautismal constituye un momento evangelizador muy integral, que debe aprovecharse para predisponer a una más plena participación en la vida litúrgica, cuya culminación es el misterio pascual, celebrado en la Eucaristía”19. Y nos pide revitalizar creativamente las formas y el estilo de su celebración para que aparezca como la fiesta de la vida, dejando en los presentes un recuerdo imborrable de la alegría de la Iglesia por el nuevo bautizado20. Es toda una tarea que se nos encomienda. Las celebraciones deben resplandecer por el clima de alegría religiosa y la calidez de las palabras y los gestos. Siguiendo el Ritual El Ritual es ya suficientemente rico en darnos indicaciones sobre la celebración del Bautismo. Siguiendo el mismo Ritual, la celebración del Bautismo puede ser enriquecida significativamente y asegurar el ritmo de la celebración. Nos presenta textos fijos e iguales para todos, pero junto a ellos se nos propone una pluralidad de textos, y posibilidades de variaciones en las formas de las moniciones. Todo ello supone la necesidad de preparar cada celebración. Se tendrá en cuenta, especialmente, la participación de los padres, de acuerdo a lo que dispone el Ritual 21 : “Por su jerarquía, el ministerio y función de los padres tienen, en el Bautismo de los niños, mayor importancia que la función de los padrinos (…). En la celebración del Bautismo, los padres del niño desempeñan las partes que les son propias (…) ejercen un verdadero ministerio puesto que:  piden públicamente que el niño sea bautizado;  lo signan en la frente después del celebrante;  hacen la renuncia al demonio y la profesión de fe (…);  tienen el cirio encendido;  son bendecidos con fórmulas especialmente destinadas a las madres y a los padres”. Al final de la celebración, además, presentan al niño a la Santísima Virgen y 19

Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 48. Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 49. 21 Ritual del Bautismo, N° 5. 20

rezan una oración. El rito de la celebración consta de cuatro partes: Primera Parte: Rito de acogida Mientras los fieles permanecen en el Templo, el Ritual pide que los padres y padrinos con los niños se queden en la entrada. Recepción y bienvenida: es conveniente crear, antes de comenzar la celebración, un clima religioso de recogimiento. Diálogo:  presentación de los bautizados: los padres dicen el nombre del niño  petición de los padres  responsabilidad que asumen padres y padrinos Signación de la cruz: es el rito propio de esta parte de la celebración. Con ella, hecha por el celebrante, los padres y los padrinos en la frente del niño, culmina la acogida que la comunidad hace al recién llegado. Luego se entra al Templo, mientras se canta un salmo o un canto apropiado. Segunda Parte: Liturgia de la Palabra  Evangelio.  Salmo responsorial (optativo).  Homilía.  Oración de los fieles.  Letanías.  Exorcismo y unción pre-bautismal.  Imposición de la mano. La fe viene por la Palabra de Dios. En el sacramento del Bautismo –sacramento de la fe- la Palabra tiene un lugar de suma importancia. La Palabra de Dios anuncia aquello que realiza el sacramento: es el anuncio de la obra de Dios, de su intervención que suscita y alimenta la fe de los que escuchan. En este contexto no debe faltar la homilía. Los fieles deben poder sentarse y escuchar bien. Tercera Parte: Liturgia del Sacramento       

Bendición del agua. Renuncia y profesión de fe. Rito del bautismo. Unción con el Santo Crisma. Imposición de la vestidura blanca. Entrega del cirio encendido. Efetá.

El agua es sepulcro y vida. El Bautismo es participación en la muerte y la resurrección de Cristo. El Ritual del Bautismo trae las renuncias de los padres y padrinos, juntamente con su acto de fe. Por eso, la preparación anterior de los padres puede considerarse un cierto catecumenado, que los lleva a madurar y fortalecer su fe. Hay que respetar, sin embargo, las situaciones personales. El Ritual prevé, en

efecto, que si alguno de los padres, aun queriendo educar cristianamente a su hijo, no está en condiciones de hacer personalmente un acto de fe o una profesión de renuncia, permanezca callado en esos momentos y que, al menos, permita que sea instruido en la fe bautismal22. El rito del Efetá ha recuperado su gesto evangélico (ver Mc. 7,34): tocar los oídos y la boca de cada bautizado se ha convertido en una perspectiva de catequesis. Cuarta Parte: Conclusión del rito  Padrenuestro.  Bendiciones.  Consagración a la Virgen. Es conveniente que al hacer cada una de las Bendiciones, tengan al niño en brazos, respectivamente, la madre, el padre y los padrinos. Los padres presentan al niño a la Santísima Virgen y rezan la oración que está en el Ritual y el Ave María. Se termina con un canto mariano.

8. El acompañamiento de las familias El término del rito bautismal lleva siempre a un interrogante. Después del Bautismo, los contactos eclesiales con la mayoría de los padres se pierden. Debemos preguntarnos sobre el futuro de aquello que acaba de celebrarse en la fe. Tendría poco sentido, después de haber insistido sobre la responsabilidad de los padres en la educación cristiana de sus hijos, dejarlos solos en esta empresa. No se puede esperar ocho o nueve años hasta volverlos a encontrar con motivo de la Primera Comunión. Tenemos que pensar cómo realizar una pastoral de acompañamiento. Para ello la ayuda de los miembros del Equipo que han participado en los encuentros previos al Bautismo será valiosa. El acompañamiento expresa que la pastoral bautismal no termina con la celebración litúrgica, sino que se preocupa de seguir cerca de los padres. Está dentro del dinamismo pastoral del Bautismo. Es la tarea de mantener contactos con los padres del niño bautizado, de la manera que sea posible y oportuna. Es un desafío a la creatividad pastoral y al espíritu de iniciativa. Pero sobre todo, se nos está pidiendo un espíritu misionero. Las Líneas Pastorales dicen: “Al movimiento hacia una más cordial e íntima pertenencia a la Iglesia, ha de corresponder el movimiento de un impulso misionero, para que la comunidad eclesial no quede cerrada y centralizada sobre sí misma. El gozo de los hermanos por vivir juntos, en común, se vería menoscabado si careciera de la experiencia de que «evangelizar constituye la dicha y vocación propia de la Iglesia»”23.

ORIENTACIONES Y NORMAS La acción pastoral sobre el Bautismo conviene que sea lo más unitaria posible. El hecho de que la respuesta pastoral bautismal que se dé a los padres sea la misma en cualquier parroquia de la Arquidiócesis, por lo menos substancialmente, es un paso 22 23

Ritual del Bautismo, Notas preliminares, N° 5. Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 31.

importante hacia la credibilidad de la acción pastoral y, a la vez, evita el desconcierto que se produce en algunas familias cuando observan prácticas muy diferentes. Al mismo tiempo, esta unidad de criterios hará posible una mayor colaboración entre las parroquias y un enriquecimiento en el intercambio de experiencias sobre la pastoral bautismal en la Arquidiócesis. Lo siguiente habrá de ser observado para el Bautismo de niños, es decir infantes que aún no hayan cumplido los siete años24.

1. Lugar de la celebración del Bautismo a. El lugar normal para la celebración del Bautismo es la parroquia correspondiente al domicilio de los padres25. b. Sin embargo, conviene evitar toda rigidez jurisdiccional, de modo que los padres sientan respetada su libertad de elección con justa causa (por ejemplo, pertenencia a una institución, asistencia habitual a una parroquia, lugar del matrimonio de los padres o del Bautismo de otros hijos, relación con el sacerdote que allí se desempeña, etc.). c. Dentro de la Arquidiócesis no se exigirán permisos o pases entre parroquias para la realización de los Bautismos. d. Por su parte, la pastoral sacramental de los santuarios habrá de destacar y potenciar el sentido de pertenencia de los fieles a sus parroquias. e. En los hospitales y sanatorios sólo podrá administrarse el “Bautismo de urgencia”, explicando a los padres que se trata de un verdadero Bautismo y que deben completar la celebración en su parroquia. f. No se pueden celebrar Bautismos en casas de familia, capillas de casas religiosas, escuelas, colegios u otras instituciones. Dicho de forma positiva, se pueden celebrar Bautismos sólo en las parroquias; entendiendo como tales la sede parroquial y sus capillas.

2. Secretarios Parroquiales a. Se debe capacitar los Secretarios Parroquiales para que brinden una acogida cordial a las personas que se acerquen para solicitar el Bautismo para sus hijos, contagiándoles el gozo de la comunidad por recibirlos26. b. Instruirlos en los criterios pastorales asumidos por las parroquias de la Arquidiócesis.

3. Petición del Bautismo a. Se debe enseñar a los padres que tienen obligación de hacer bautizar a sus hijos en las primeras semanas después del nacimiento. Si el niño se encuentra en peligro de muerte, debe ser bautizado sin demora. b. Desde el momento que han solicitado el Bautismo, ha de suponerse, salvo evidencias en contrario, que existe una buena disposición para educar en la fe. c. El Bautismo es un don de Dios para el niño y no puede ser impedido en razón de alguna situación que afecte a los padres. d. Por tanto, no puede negarse el Bautismo a los hijos de madres solteras, de uniones civiles, de divorciados con un nuevo vínculo o de personas alejadas de la práctica de la vida cristiana. e. En los casos de los niños, en edad escolar, se los incorporará a los grupos de 24

Código de Derecho Canónico, 852. Código de Derecho Canónico, 857 § 2. 26 Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización, N° 48-49. 25

catequesis que preparan a la Primera Comunión y antes de la misma se los bautizará.

4. Padrinos a. Es importante poner de relieve la misión del padrino y la madrina y las condiciones necesarias para desempeñar esta misión. b. Se debe recordar que la disciplina de la Iglesia requiere tan sólo que “en la medida de lo posible” a quien va recibir el Bautismo se le ha de dar un padrino. c. En aquellas situaciones en las que los padres ya han elegido como padrinos a personas que no reúnen las condiciones requeridas por la Iglesia, el párroco debe actuar con extrema delicadeza, paciencia y caridad pastoral, de manera que esta circunstancia nunca derive en la negación del Bautismo solicitado. d. En casos de pública incongruencia de la vida del padrino con la fe, para evitar la no administración del Bautismo, el candidato propuesto será aceptado en calidad de testigo, como acontece con los cristianos no católicos27.

5. Catequesis bautismal a. Se debe dar una catequesis previa para padres y padrinos, la que, de ser posible, ha de realizarse en días distintos al de la celebración. b. Esta catequesis ha de ser atrayente, didáctica, acogedora y kerigmática. c. La preparación habrá de adaptarse a las posibilidades reales de los padres y padrinos en lo que a horarios y modalidad se refiere. d. Cuando el niño tenga edad de jardín de infantes, será conveniente que se le brinde una preparación, aunque mínima, dentro de su capacidad de comprender.

6. Celebración del Bautismo a. Cabe dar un máximo de solemnidad a la liturgia de la celebración bautismal, para que su carácter festivo y participativo constituya un acontecimiento evangelizador. b. Es conveniente que haya guía, lectores, ayudantes, cantores, ostiarios, para que la celebración sea digna y fructuosa, representando a la comunidad que recibe a los que son bautizados. c. El número de los bautizados nunca deberá ser excesivo, sino aquel que permita una participación atenta y religiosa. d. La pila bautismal es el lugar privilegiado para la administración del sacramento y, en consecuencia, habrá de ser arreglada y destacada convenientemente.

7. Equipo para la pastoral del Bautismo a. En razón de la importancia de este sacramento se recomienda vivamente que, en cada parroquia, se constituya un Equipo para la pastoral del Bautismo. b. El Equipo se debe reunir regularmente, al menos, una vez al mes. Los miembros del Equipo se distribuirán las tareas, evaluarán el trabajo y resolverán los problemas que surjan. Pero esto no basta. En las reuniones deben buscar, sobre todo, una profundización espiritual, doctrinal, litúrgica y pastoral del sacramento del Bautismo. c. Este Equipo deberá asumir los ministerios de acogida cordial, preparación catequística, la animación y el canto en la celebración y el seguimiento postbautismal. d. El Equipo deberá implementar diversas formas de seguimiento postbautismal de las familias, como visitas a las casas, celebración del aniversario del Bautismo, etc.

27

Código de Derecho Canónico, 874 § 2; Ritual del Bautismo, Notas preliminares generales, N° 8.

8. Registro bautismal a. Cada Bautismo debe quedar asentado en los libros parroquiales inmediatamente después de celebrado. Esmérense los párrocos en inscribir los certificados y las partidas de los Bautismos con todos los datos exactos, de acuerdo con los documentos civiles, llevando índices completos.

9. Inscripción del Bautismo de los hijos adoptivos a. Solamente con la sentencia judicial de adopción, se podrá registrar el Bautismo del hijo adoptivo consignando los nombres y apellidos que se le asignen en dicha sentencia. b. En el Bautismo de un niño, durante el período de guarda o tenencia, no se registrará con el apellido de los posibles o probables padres adoptivos, sino tal como haya sido anotado al nacer y con los nombres y apellidos de los padres biológicos. En el caso de que posteriormente se obtuviera la sentencia judicial de adopción, se inscribirá, con la autorización del Ordinario del lugar, una nueva partida, anulando la anterior.

DOCUMENTOS CITADOS

CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Directorio de catequesis, Buenos Aires, Bonum, 1967. CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Líneas pastorales para la nueva evangelización, Buenos Aires, CEA, 1990. CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA Fe, Instrucción sobre el Bautismo de los niños, Pastoralis Actio, 29/10/1980, Ciudad del Vaticano, 1980. Ritual Romano de los Sacramentos, Buenos Aires, CEA, 1977.