Bases Sociales Del Comportamiento

PSICOLOGÍA BASES SOCIALES DEL COMPORTAMIENTO INDICE 1. ¿CÓMO NOS SOCIALIZAMOS? 1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 1.5. Procesos de soc

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PSICOLOGÍA BASES SOCIALES DEL COMPORTAMIENTO INDICE 1. ¿CÓMO NOS SOCIALIZAMOS? 1.1. 1.2. 1.3. 1.4. 1.5.

Procesos de socialización Concepto de socialización Aspectos de la socialización Contenidos de la socialización Dimensiones de la socialización

2. RELACIONES INTERPERSONALES 2.1. El apego 2.2. Relaciones interpersonales: 2.2.1. Percepción 2.2.2. Atracción interpersonal 2.2.3. Amor 2.3. Obediencia y autoridad 3. ACTITUDES Y NORMAS SOCIALES 3.1. Actitudes 3.1.1. Concepto 3.1.2. Componentes 3.1.3. Actitudes y conducta 3.1.4. Formación de actitudes 3.2.

Normas

4. ¿QUÉ ES LA CULTURA? 4.1. 4.2. 4.3. 4.4.

Concepto Símbolos y cultura Cultura y estilos educativos Cultura y roles

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1. ¿CÓMO NOS SOCIALIZAMOS? 1.1.

Procesos de Socialización

El término socialización significa todos aquellos procesos por los que cualquier persona, desde la infancia hasta la vejez, adquiere habilidades, normas y valores de la sociedad a la que pertenece. Estos procesos, pueden enfocarse desde una doble vertiente: desde el punto de vista de la persona (perspectiva psicológica), y desde el punto de vista de la sociedad (perspectiva sociológica). Son complementarias. Ambas definen la socialización pero desde distintas perspectivas. 

Perspectiva Sociológica: la socialización se puede definir como los procesos a través de los cuales, una sociedad logra reproducirse y prolongarse en el tiempo, transmitiendo a los nuevos miembros aquellas normas y principios necesarios para la continuidad de del sistema.



Perspectiva Psicológica: la socialización se puede definir como los procesos mediante los cuales las personas adquieren las habilidades necesarias para adaptarse y progresar en una determinada sociedad.

Martín-Baró, atendiendo a la doble perspectiva de la Psicología y la Sociología, definió la socialización del modo siguiente: “Son los procesos psicosociales en los que el individuo se desarrolla históricamente como persona y como miembro de una sociedad”. En esta definición hay tres elementos muy importantes para entender en qué consiste la socialización:    1.2.

Es un proceso de desarrollo histórico Es un proceso de desarrollo de la identidad personal Es un proceso de desarrollo de la identidad social. Concepto de Socialización

La socialización es un proceso de desarrollo histórico, y esto significa que se produce en un tiempo y en un espacio determinado.

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Para entender cómo se ha desarrollado una persona, es preciso analizar en qué lugar y en qué época ha vivido. Los contenidos, pautas y normas que la sociedad transmite al individuo, son distintas en cada momento histórico. Los contenidos son un aspecto muy importante de la socialización: no es lo mismo trasmitir un sentido de la solidaridad comunitaria que un ansia de competencia individualista. En segundo lugar, la socialización es un proceso de desarrollo de la identidad personal. La socialización marca al individuo con el “carácter” o sello propio de la sociedad y del grupo social en el que históricamente se desarrolla. Si la socialización supone hacernos históricamente personas, este proceso no acaba sino con la muerte, ya que el ser humano está en permanente desarrollo. Por esta razón, la Psicología Social ha distinguido dos tipos de socialización: Primaria y Secundaria. La socialización Primaria corresponde a los primeros años de vida, y es la más importante, ya que a través de ella se adquiere la identidad personal y se interiorizan normas y valores. La socialización Secundaria sería la incorporación de las personas a sectores particulares de la organización social, “submundos” institucionales como puedan ser la universidad, un hospital o un club social. Se relaciona directa o indirectamente con la división del trabajo. 1.3.

Aspectos de la socialización

Si la socialización es básicamente un proceso de integración en la sociedad, incluye la adquisición de conocimientos y habilidades propios de los patrones culturales. Los padres ocupan un lugar primordial en esta transmisión. Junto a ellos existen otros agentes importantes, como la escuela, los amigos y los medios de comunicación social. ¿Cómo se produce esta transmisión de conocimientos y habilidades? Los aspectos implicados son: cognoscitivo y emocional. Junto a la enseñanza sobre cómo relacionarse con los otros, cómo comportarse antes diversas situaciones, qué es correcto o incorrecto, etc hay una base emocional que los agentes de socialización modelan en el nuevo 3

miembro de la sociedad. Así, es muy probable que los padres se esfuercen por enseñar a los niños, para que deseen aprender, socializarse, adquirir capacidades, etc. Es decir, incluso el aprendizaje de contenidos concretos arranca de una base emocional que persuade a los niños de cuán conveniente es aprender. Se enseña a poseer los sentimientos adecuados para ciertos aspectos de la sociedad: la música, la literatura, los juegos, el trabajo, otras personas y grupos, la religión, la vida familiar e incluso nosotros mismos. Gran parte de la relación entre amigos consiste en compartir los sentimientos y opiniones de cada uno: lo que nos gusta o disgusta, el agrado o desagrado ante tal acontecimiento, el enjuiciamiento bueno o malo de determinado comportamiento… Por

tanto, la socialización busca hacernos competentes en la

realización de muchas cosas, aparte de enseñarnos acerca de ellas pero además intenta que sintamos lo que es adecuado sentir ante personas, conductas y una amplia gama de circunstancias. Por eso es importante señalar, que aunque hablemos de dos aspectos del aprendizaje (cognoscitivo y emocional), el aprendizaje se produce como una totalidad. Se aprenden a la vez los actos correctos y las emociones adecuadas.

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1.4.

Contenidos de la socialización

La sociología suele distinguir tres áreas en los contenidos que deben ser adquiridos por medio de la socialización, los aprendizajes básicos necesarios para que el individuo se vuelva parte de la sociedad: aprender a comer, a beber, a caminar, a hablar, a controlar esfínteres, a regresar a casa después salir, etc. Con escasas excepciones, los niños y niñas adquieren tales habilidades tarde o temprano como parte de su crecimiento. Para el niño son experiencias nuevas y suele ser recompensante el aprenderlas. Un segundo grupo de habilidades son los conocimientos complejos que los adultos deben dominar para poder vivir en su ambiente físico y social. Se incluyen aquí logros como memorizar una larga ceremonia religiosa, manejar cierta tecnología, dominar cierto juego deportivo o habilidad manual, etc. Se trata, en su mayoría de actividades productivas, cuyas recompensas se expresan en estima y en bienes materiales: cuanto mejor se dominan, mayor probabilidad de éxito social. Muchas de ellas son autorecompensantes, pues la capacidad de ejecutarlas, permite que se acepte a la persona como miembro cabal de la sociedad. Por último hay una tercera área de tareas cuyo aprendizaje resulta más problemático: los roles sociales determinan las obligaciones que la gente tiene entre si. Un roles cualquier patrón de conducta que se deba cumplir en una posición social determinada: la conducta de los hijos hacia los padres, la forma de relacionarse entre hermanos, los comportamientos específicos de una situación social. En este tercer conjunto de reglas, la socialización resulta más difícil por varias razones. En primer lugar, porque muchas de las reglas parecen arbitrarias y sin una justificación obvia, excepto la de decir “es la costumbre”. Y en segundo lugar, porque lo ordenado o prohibido resulta en muchos casos una carga. P. e. Las exigencias de las reglas interpersonales, esto es, lo que cada persona debe a la otra, suelen provocar resistencia. No es fácil que los niños asuman las reglas de la 5

justicia y de la equidad, pues frecuentemente implican prestar juguetes a otro niño o renunciar a deseos propios. Casi todas las reglas que se enseñan a los niños contienen este aspecto y por eso introducen continuamente un elemento de conflicto potencial. Los niños recitan esas normas desde una edad muy temprana, pues para ello sólo se requiere memoria, sin embargo, la comprensión se produce mucho más tarde.

1.5.

Dimensiones de la socialización

Si bien la socialización es un proceso unitario por el que el ser humano va adquiriendo su identidad personal y social, lo hace en distintas

dimensiones.

Las

ciencias

sociales

distinguen

tres

fundamentales: lingüística, moral y sexual.

 Socialización lingüística “Genie surgió a la luz del día en 1970. Durante casi once años no había tenido prácticamente ningún contacto humano y se le había sometido a toda clase de abusos. Cuando apenas tenía un año y medio, la encerraron en un trastero de la casa, la ataron desnuda a una silla, y allí la mantuvieron desde entonces, en la oscuridad, aislada de todo sonido o contacto con el mundo exterior, y sólo circunstancialmente se la alimentaba como si fuera un animal. Su padre, un psicópata, había prohibido que se le dirigiera la palabra o se le prestara alguna atención o cariño: él mismo llegaba de vez en cuando a la habitación, tan solo para ladrar alrededor de la aterrorizada criatura o para someterla a sus golpes. Cuando se la encontró, Genie carecía de lenguaje, aun cuando podía entender algunas palabras y, sobre todo, órdenes con entonación negativa. Genie fue tratada por diferentes especialistas, y una psicóloga del lenguaje se dedicó casi integralmente a ella. Con el tiempo, Genie ha mostrado un desarrollo lingüístico notable, aunque lento y sin superar algunos aspectos. Su lenguaje no es equiparable al de un niño, ya que muestra algunos rasgos y anomalías típicas de un adulto, pero el suyo tampoco se puede considerar sin más como un proceso de desarrollo

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normal o retardado. Genie también ha aprendido un lenguaje de signos que intercala con su lenguaje verbal. A pesar de

la atención

especializada que ha recibido, Genie manifiesta numerosas deficiencias en todas las áreas de su desarrollo psicosocial paralelas a sus defectos lingüísticos.” (Susan Curtis: Genie. Estudio psicolingüístico de un niño “salvaje” moderno, Nueva Cork, Academia Press, 1977). Los efectos negativos encontrados en estos casos de aislamiento, confirman que sin lenguaje no hay humanización de la persona. La Psicología Social ha estudiado cómo la sociedad configura la personalidad y las acciones de sus miembros a través del lenguaje, es decir, se ha preocupado por el papel socializador del lenguaje, su influjo sobre lo que las personas conocen o hacen. Un lenguaje representa una determinada codificación del mundo, es decir, un modo particular de ver la realidad, ordenándola, clasificándola según categorías.

 Socialización moral La socialización moral es el proceso socializador por excelencia, ya que las normas que regulan lo que es bueno y los hábitos correspondientes son lo que mejor define un orden social. Mediante la adquisición de una moral, la persona hace suyas las principales reglas de un sistema. La valoración de un comportamiento como bueno o como malo supone la confrontación de los intereses sociales con las necesidades individuales. La moral pretende regular los comportamientos a fin de hacer posible la satisfacción del individuo en una forma conveniente a los intereses de la colectividad. De ese modo, la moral es la mejor forma de control social. Lo importante de este proceso socializador es que la persona integre, como parte de su control personal, aquellos criterios y valores sociales que le lleven a buscar objetivos socialmente deseables. Las personas interiorizan así las normas que rigen el funcionamiento de la sociedad. ¿Cómo se produce esa interiorización? Los estudios de la Psicología Social han examinado principalmente tres formas de

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transmisión de las normas morales: la disciplina paterna, la identificación e imitación de modelos y el desequilibrio cognoscitivo. La disciplina paterna trata de resolver la primera confrontación entre los deseos y necesidades del niño y las exigencias sociales tal como se concretan en la vida familiar. Los padres realizan un esfuerzo continuo para encauzar el comportamiento de sus hijos según las normas socialmente aceptadas. Se sabe que el tipo de disciplina predominantemente utilizado en el hogar repercute en el modo en que la persona llega a controlar sus propios impulsos para conformarse al orden social. Los estudios realizados permiten establecer dos conclusiones: 1.

Cuando se utiliza una disciplina inductivaen la que se le explica al niño las consecuencias para los demás de su comportamiento, y la disciplina va a acompañada de manifestación de afecto, el niño desarrolla una orientación moral guiada por el sentimiento de responsabilidad personal. La persona que es formada en este ambiente se mueve por su propio sentido de culpa frente a las consecuencias de sus actos, no por el temor al castigo o el deseo de premios.

2.

Cuando se utilizan castigos y afirmación de poder de los padres, el niño tiende a desarrollar una orientación moral fundada en el miedo a la sanción externa. El individuo así formado actúa moralmente por temor a que se conozcan sus malas acciones y a ser castigado.

La imitación de los adultoses otra de las formas de transmisión de la moralidad. ¿Qué es lo que lleva a un niño a imitar a sus padres? La Psicología lo explica de dos formas, por un lado los seguidores del Psicoanálisis afirman que el niño se identifica con su progenitor, padre o madre según su sexo, para asegurarse el amor paterno o materno; el miedo a perder este amor es lo que lleva a imitarle. Por otro lado los

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teóricos del Aprendizaje Socialconsideran que el móvil de la imitación del niño es el intento de adquirir poder y recursos necesarios para satisfacer sus deseos: imitando al progenitor, intenta participar de su poder. El desequilibrio cognoscitivo es una tercera vía de socialización moral. Kolhberg, estudió cómo se produce el desarrollo moral del niño y encontró un elemento de gran importancia que él llamó desequilibrios cognoscitivos. La idea es que las infracciones morales son muy importantes para el desarrollo moral del niño. Estas infracciones de las reglas sociales plantean al niño dilemas morales, es decir, desequilibrios cognoscitivos que tiene que afrontar poniendo en funcionamiento principios superiores. De este modo, va interiorizando los principios morales que le van socializando.  Socialización Sexual ¿Qué es y que significa ser hombre o ser mujer? ¿En qué medida la identidad sexual humana está determinada por factores sociales? Al analizar a los hombres y mujeres concretos de nuestra sociedad, nos encontramos con dos seres distintos no sólo en su organismo fisiológico, sino en su manera de ser, en sus comportamientos característicos, en los roles que se les atribuye… Actualmente se distingue entre sexo para referirse a la identidad biológica y de género para referirse a la identidad social (modo de ser, roles, características de comportamiento que cada sociedad considera adecuado para una y otra categoría sexual, etc). Los teóricos de las ciencias sociales tienen distintos puntos de vista sobre la importancia atribuida al factor biológico y al factor sociocultural en la determinación de la identidad sexual de la persona. El enfoque biologicista es defendido por algunas corrientes como el Psicoanálisis, que considera que ser hombre o mujer se encuentra ya predeterminado por las características fisiológicas de la persona. El papel de la socialización sexual, para estos teóricos, es complementario: se

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adquieren rasgos psicológicos y formas de comportamiento coherentes con el propio sexo, fisiológicamente predeterminado. El enfoque socioculturalargumenta que, a partir de la única diferencia fisiológica, la sociedad impone un modo “normal” de ser hombre o mujer, asignando roles a cada uno de los sexos; pero esta atribución es arbitraria. Casi todas las corrientes psicológicas actuales otorgan a los factores socioculturales el papel principal en la socialización sexual. El origen de la identidad masculina o femenina se encuentra en las funciones que la organización social les exige a los hombres y mujeres en cada circunstancia histórica. Cada organización sociocultural determina explícitamente las formas aceptadas como ejemplares y necesarias para cada sexo. Los modelos sociales respecto a la sexualidad no son consecuencias de una determinación mecánica a partir de los datos biológicos ni una elección arbitraria, sino que corresponden a intereses propios de cada sociedad o grupo social. Por último, hay otro aspecto de la socialización sexual que la Psicología ha descubierto y que ha sido aceptado prácticamente por todos los enfoques anteriores, y consiste en que masculinidad y feminidad no son caracteres excluyentes. La psicóloga Sandra Bemdefiende una identidad sexual ideal a la que denominó androginia. La androginia sería la simultánea posesión, por parte de una persona, tanto de rasgos y comportamientos que se consideran femeninos como de los considerados masculinos.

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2. LAS RELACIONES INTERPERSONALES 2.1.

El apego

Desde el punto de vista de la Psicología Social el apego es un vínculo afectivo, un lazo emocional que una persona establece con otras y que le impulsa a aproximarse a ellas. Estas personas conlas que establece el vínculo reciben el nombre de “figuras de apego”. Todos los seres humanos establecemos relaciones de apego que se inician en la familia y van incorporando a otras personas. Esto nos lleva a plantearnos qué papel desempeña este tipo de vinculación social para que todos los seres humanos lo desarrollen a lo largo de su existencia. Es una forma de relación que tiene una función adaptativa muy importante: favorece la supervivencia de la especie humana, puesto que mantiene próximos y en contacto a los progenitores y sus descendientes. El apego hace que los padres o cuidadores asuman la protección y la crianza del recién nacido. Posteriormente favorece el mantenimiento de relaciones de parentesco y la disposición para la ayuda mutua. La persona se vincula con las figuras de apego porque le proporcionan seguridad emocional, le hacen sentirse aceptada, protegida y con los recursos emocionales y sociales necesarios para su bienestar. Por esta razón la pérdida de figuras de apego es vivida de forma dolorosa, como pérdida imparable que deja al sujeto desprotegido o desamparado. Así, podemos considerar una doble vertiente de la función del apego que se realiza mediante cuatro manifestaciones básicas:    

Buscar y mantener la proximidad de las figuras de apego. Resistirse a la separación de las figuras de apoyo. Usar las figuras de apego como base de seguridad para explorar el mundo. Sentir apoyo emocional.

En el desarrollo del apego suelen distinguirse varias etapas: 

Inicios del apego (hasta los 4-6 años)

Al principio, el bebé no diferencia a las personas que interactúan con él. Muestra agrado ante los estímulos sociales: madre, voz, contacto…pero solo aprecia aspectos parciales, como el rostro o la postura que adopta para mamar, sin reconocer a nadie. En este primer período, la relación del niño con otras personas está regulada

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por los ritmos biológicos a los que tiene que adaptarse a la gente del entorno: horas de dormir, comer, baño… Posteriormente, el niño comienza a mostrar que es capaz de reconocer a las personas que pertenecen a su entorno habitual. Muestra claras preferencias por los adultos que le cuidan normalmente. En la segunda mitad del primer año de vida, los niños manifiestan una clara escisión entre figuras de apego, por las que muestran preferencia, y personas desconocidas hacia las cuales muestran rechazo. Es el momento en que se constituyen los sistemas relacionales: apego, miedo a extraños, afiliación y exploración del entorno. A partir del primer año, hasta los 4 o 6 años, el niño va conquistando cierto grado de autonomía respecto a las figuras de apego. La adquisición de habilidades (caminar, hablar…) le permite esta progresiva independencia. Es un proceso conflictivo, porque exige readaptaciones continuas con ganancias y pérdidas de ciertos privilegios, lo cual hace que el niño experimente deseos ambivalentes: deseo de avanzar por un lado, pero también de retroceder para evitar la pérdida de esos privilegios. 

Apego en la niñez (4 o 6 años hasta la adolescencia)

Lo habitual es que el niño haya adquirido algunos logros (desarrollo de capacidades de comunicación verbal, ampliación del conocimiento social, mayor autocontrol…). Esto le sitúa en una posición adecuada para realizar cambios importantes como iniciar aprendizajes escolares o establecer relaciones sociales. A lo largo de esta etapa, que concluye en la adolescencia, las relaciones de los niños con sus figuras de apego, suelen ser satisfactorias y armónicas. Los niños disfrutan jugando con sus padres, conversando, viajando… Esta relación hace que acepten el sistema de valores, sus normas y las características del funcionamiento social. Se saben parte de una familia que consideran incuestionable: tienen unos progenitores que les quieren y están a su disposición.



Apego en la adolescencia

La adolescencia es experimentada de forma muy diversa por cada persona, y las relaciones que se establecen con los padres presentan esta misma diversidad. Lo que parece común a un gran número de procesos de adolescencia es un periodo de crisis ante la conquista de autonomía por parte del adolescente frente a las figuras de apego. Esta crisis puede ser más o menos conflictiva, pero implica 12

siempre un cambio profundo en el sistema de relaciones familiares siendo frecuente la ambivalencia en la relación entre adolescentes y padres. Como manifestaciones de esta ambivalencia se puede reseñar: -

Deseo de vivir con autonomía la relación con los iguales Pueden confiar incondicionalmente en los padres y reconocer que pérdida les sería difícil de superar, pero a la vez se distancian de ellos. La relación con los padres puede oscilar entre momentos de armonía y momentos de conflicto. Pueden aparecer sentimientos contradictorios hacia los padres: aceptación y rechazo, orgullo y vergüenza, amor y odio, simpatía y antipatía…

Los investigadores han encontrado que hay tres patrones de apego básicos. Estos patrones son formas de pensar, sentir y comportarse. Responden a la manera en que las personas sienten la relación de apego, al modo en que cuentan con la disponibilidad y ayuda incondicional de la figura de apoyo cuando la necesitan. En la infancia existen tres formas básicas de experimentar el apego: -

Apego seguro: el niño muestra seguridad y confianza frente a las figuras de apego. Apego ansioso-ambivalente: el niño manifiesta ansiedad por la presencia de los padres, se muestra inseguro ante ellos. Apego evitativo: no se observa la búsqueda de contacto.

Según Hazan y Shaver definen del modo siguiente los tres tipos de apego en adultos: -

-

-

Apego seguro: mayor capacidad de autonomía, de vivir sin pareja estable antes de decidirse a formar pareja, seleccionan mejor a las personas con quienes se comprometen, mayor capacidad de intimidad y compromiso, mayor satisfacción en la comunicación afectiva y en las relaciones de pareja en general. Apego ansioso-ambivalente: Dificultad para construir su autonomía sin establecer relaciones de pareja, seleccionan peor al otro miembro de la pareja por la necesidad de establecer vínculos, tienen relaciones inestables e inseguras, y tienen muchas dificultades para tomar la decisión de romper una relación aunque crean que es la opción más adecuada. Apego inseguro-evitativo: Aparentemente viven bien solas, les cuesta involucrarse en relaciones de pareja, mantienen relaciones distantes, con poca intimidad emocional.

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Consideran que el amor no existe en realidad, que es una invención literaria o cultural. 2.2.

Relaciones interpersonales

2.2.1. Percepción La percepción, en general, no es algo simple, la percepción de las personas presenta peculiaridades que la hacen aún más compleja. Las principales diferencias frente a la percepción de objetos son las siguientes: -

Intencionalidad: Los seres humanos tenemos intenciones en nuestras conductas. Hacemos las cosas por y para algo. Inferencias: las personas son semejantes a nosotros, lo que nos permite realizar inferencias sobre ellas. Dinamismo: la percepción suele darse en interacciones dinámicas. Complejidad: las personas tenemos atributos cruciales que no son observables a simple vista, como nuestros intereses, ideas, creencias…

2.2.2. Atracción interpersonal Hay personas que nos resultan más atractivas que otras, sin que sepamos bien por qué. El modelo conductista parte del axioma de que nos atraen las personas que nos recompensan, las que nos proporcionan placer, gratificación… Y, cuanto mayor beneficio nos proporcionan mayor es la atracción. A la Psicología Social le ha interesado estudiar las variables empíricas que influyen en la atracción entre personas: -

Rasgos psíquicos: Un factor estudiado por Aronson en relación con la atracción interpersonal fue el sobresalir intelectualmente. Un personaje al que se considera muy inteligente puede aparecer demasiado lejano; en cambio, si comete algún error le humaniza y resulta más atractivo. - Cercanía física: Se ha comprobado que la impresión inicial es neutra o algo positiva, el atractivo aumenta cuando la persona es más próxima físicamente. - Semejanza: Tanto en aspectos físicos como en aspectos sociales. Resultan más atractivas las personas que comparten valores, actitudes o aficiones importantes para uno mismo. 2.2.3. El amor

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El estudio psicológico del amor parte del significado que las personas le atribuimos. Una primera diferencia que establecen los autores es la de “gustar” y “amar”. La palabra gustar suele hacer referencia al agrado basado en el afecto y el respeto. El amor, en cambio, descansa en la intimidad, el compromiso con la otra persona y la preocupación por su bienestar. En nuestra sociedad, el amor pasional o enamoramiento es el inicio de la relación que acaba dando lugar a la formación de una familia. Hay otra forma de amor que nos une a muchas personas: consiste en una gran preocupación por su felicidad y bienestar. Se trata de un proceso mutuo de apoyo social, comunicación y comprensión. Esta forma de amor, es lo que llamamos “amor compañero”. El tono emocional del amor compañero es más moderado que el del amor romántico o pasional. El amor compañero constituye la base de la mayoría de las relaciones duraderas. A veces es el resultado de un ambiente social determinado, en el que las personas se conocen y van forjando relaciones cotidianas que se convierten en amistad. Otras veces coincide con el amor romántico o surge a partir de él. El amor altruista es otra forma de amor que aparece como elemento esencial de determinados sistemas éticos. Consiste básicamente en el cuidado incondicional, la entrega completa a los demás, sin esperar nada a cambio. Es una decisión cognitiva, más que emocional. Surge a partir de las convicciones éticas y creencias de la persona, y no necesita del sentimiento hacia el otro para el desarrollo. 2.3.

Obediencia y autoridad

La obediencia tiene lugar cuando un individuo modifica su comportamiento a fin de someterse a las órdenes de una autoridad. ¿Qué es lo que lleva a una persona a obedecer órdenes destructivas en contra de sus propias convicciones y creencias? Stanley Milgram, impresionado por los crímenes cometidos en la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial, quiso investigar por qué las personas habían obedecido órdenes tan destructivas. Con los resultados que obtiene, Milgram de que en ciertas situaciones los individuos tienden a abandonar sus convicciones éticas y son capaces de hacer daño a los demás bajo mandato autoritario de otro. Milgram denominó a este estado de abandono de las convicciones propias como “reducción al estado agéntico”. El individuo puede quedar reducido muchas veces a un estado de mera condición de agente, dispuesto a ser gobernado y regulado por personas de estatus más elevado que él. En estas circunstancias no se siente responsable de los efectos que pueda tener su obediencia, se considera mero instrumento por el que otros realizan sus dedeos. Milgram opina que hay dos estados psicológicos en la persona: 

Estado de autonomía: el individuo se siente personalmente responsable de sus actos y utiliza su propia conciencia como guía de comportamiento correcto.

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Estado de agente: el individuo cree que forma parte de una estructura jerárquica y siente que las personas situadas por encima en la jerarquía (las autoridades) son responsables de sus actos. Utiliza las órdenes de estas autoridades como guía de acción correcta.

1. ACTITUDES Y NORMAS SOCIALES 1.1.

ACTITUDES

Las personas nos distinguimos por nuestra forma de pensar y las ideas que configuran nuestro sistema de creencias. Solemos decir que tal persona tiene una determinada ideología para referirnos a su posición frente a los temas que consideramos fundamentales en la vida social. Igualmente decimos de nosotros mismos que tenemos tal o cual ideología para expresar cómo nos posicionamos ante esos temas. Esas posiciones suelen tener la forma de actitudes. 1.1.1. CONCEPTO Ya en 1935, Allport a quien se considera padre la Psicología Social, recopiló más de cien definiciones del término “actitud”, aunque muchas hayan sido rechazadas con el transcurso del tiempo por imprecisas e inadecuadas. Thurstone (1928): “Es la intensidad del afecto a favor o en contra de un objeto psicológico” Asch (1952): “Son disposiciones duraderas formadas por la experiencia anterior” Pinillos (1983): Es una constelación de opiniones o juicios valorativos, referentes a un término que de algún modo encarna un determinado valor o sistema de valores” A la vista de estas definiciones, se podrían señalar algunas características de las actitudes:     

No son innatas: se van adquiriendo en el transcurso de la vida. Pe. Actitud hacia la música se va formando hasta consolidarse como gusto o disgusto. Están dirigidas a un objeto (cualquier cosa real o imaginada, acontecimiento o idea abstracta): familia, religión, ideología, etc. Suponen una valoración del objeto implicando una posición favorable o contraria; se mueven por el pro y el contra. Suponen una predisposición hacia la acción, pero no son la acción. Tienden a ser duraderas y difíciles de modificar, pero es posible cambiarlas mediante procesos interiores y por efecto de influencias externas.

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1.1.2. COMPONENTES Se aceptan tres fundamentales en la actitud: el componente cognitivo, el afectivo y el comportamental. Componente cognitivo: Se refiere al conocimiento, la información, las creencias que se tienen del objeto hacia el cual se forma la actitud. Esas ideas pueden ser ciertas o falsas, no importa. Lo fundamental es que la persona lo crea. Componente afectivo: Es el que tiene más importancia para la actitud. Es el sentimiento a favor o en contra de un determinado objeto, el gusto o disgusto. Es el aspecto sentimental típico de las polaridades, aprecio-desprecio, simpatía-antipatía, agrado-desagrado, atracciónrepulsa… que provoca un objeto. Es la reacción placentera o displacentera que experimentamos ante el objeto de actitud. Se forma por los contactos que van ocurriendo con el objeto, bien sea de forma real o imaginada, y las circunstancias placenteras o desagradables en que se produce ese contacto. Elementos comportamental: Una cosa es la respuesta verbal ante situaciones simbólicas y otra son las reacciones ante situaciones reales. El elemento comportamental de la actitud, es una disposición para actuar frente al objeto: si la actitud es positiva, habrá una tendencia aproximativa hacia el objeto y, si la actitud es negativa habrá una tendencia evitativa. 1.1.3. ACTITUDES Y CONDUCTA El carácter interno de las actitudes las hace inobservables, lo que obligó a los psicólogos a desarrollar técnicas para medirlas. Pero todas ellas se basan en las respuestas verbales que dan las personas, y sabemos que pueden ser respuestas distorsionadas. Para paliar este efecto, los psicólogos utilizan escalas que les permiten conocer el grado de sinceridad con que está respondiendo la persona o el grado en que distorsiona sus respuestas para acomodarse a lo “socialmente deseable”. Si las expresiones de la actitud, son afectadas por las influencias externas, es muy probable que también las conductas lo estén. Las influencias sociales pueden ser enormes, a veces de tal magnitud que logran inducir a ciertas personas a violar sus más profundas convicciones. P.e. En la Alemania nazi, en Vietnam, o en Bosnia, donde se cometieron todo tipo de tropelías…. Hay un elemento común: cuando las personas que cometieron esos actos fueron juzgadas, repitieron las mismas respuestas: “cumplíamos órdenes”. Confirman que actuaron en contra de su voluntad porque estaban sufriendo los efectos de una autoridad. Parece que hay circunstancias en que las personas no actuamos de acuerdo con nuestras actitudes o convicciones, sino que la influencia social pesa más que nuestros propios criterios. Las investigaciones muestran, por ejemplo, que la decisión de fumar no está tan condicionada por la actitud previa como por el número de amigos que lo hacen.

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Parece, por tanto, que en cualquier ocasión nos vemos afectados no sólo por nuestras actitudes internas, sino también por el ambiente. Entonces, si lo hacemos y decimos puede estar distorsionado por el ambiente, ¿cómo conoceremos las actitudes? Las condiciones en las que nuestras conductas son reflejo de nuestras actitudes son aquellas en que se reducen al mínimo las influencias de otros sobre nuestras “declaraciones de principios”, o “intenciones de conducta”. Si bien las conductas no dependen sólo de las actitudes, en ausencia de otros factores de influencia mayores, las conductas si corresponden con las actitudes. Así por ejemplo, un ecologista tendera a consumir productos no contaminados en ausencia de otros factores, como precios más caros, disponibilidad en el supermercado, etc. Si bien es verdad que las actitudes determinan, o pueden determinar, las conductas también es cierto lo contrario: nuestras conductas determinan nuestro modo de pensar o nuestras actitudes. A esto se le conoce como fenómeno de “pie metido en la puerta” p.e si usted quiere que la gente le haga grandes favores empiece pidiéndoles un pequeño favor. Tendencia de las personas que han sido requeridas para un pequeño compromiso a un compromiso mayor. Pero este fenómeno tiene límites: 

Cuando la conducta nos cuesta, por ejemplo, donar sangre si no lo hicimos nunca anteriormente, el simple hecho de aceptar colocar un cartel de publicidad en la campaña pro donación de sangre influye muy poco en nuestra decisión de donar. Pero si asentimos ante una serie de compromisos escalonados es muy probable que terminemos dando nuestro consentimiento a una exigencia mayor.  Debe cumplirse siempre este requisito: que la aceptación ante la primera solicitud sea totalmente voluntaria. Cuando la gente se compromete a fondo con conductas públicas y percibe que realiza tales actos voluntarios, cree cada vez con más fuerza en lo que está haciendo, es decir, la conducta realizada libremente en público determina la actitud. Este fenómeno a veces tiene consecuencias desastrosas. Ya que actuar en contra de nuestras actitudes hace que cambiemos la actitud para acomodarla a nuestra conducta si se cumplen dos condiciones: que la conducta haya sido realizada en público o ante personas y que creamos haberla realizado libremente. Este es un descubrimiento que confirma la teoría enunciada por un importante psicólogo social: Leon Festinguer, que formuló la teoría de la Disonancia Cognitiva. Es una sensación de malestar que experimentamos cuando hacemos algo en contra de lo que pensamos, sin que aparentemente hayamos sido obligados. Cuando tenemos esta sensación de malestar tendemos a liberarnos de ella ajustando nuestras creencias lo que hemos hecho. Sentimos tensión (disonancia) cuando dos de nuestros pensamientos, opiniones o creencias (cogniciones) son psicológicamente incoherentes, cuando reconocemos que no encajan. Entonces adecuamos nuestro pensamiento para disminuir esa tensión.

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1.1.4. FORMACIÓN DE ACTITUDES La Psicología Social ha investigado el origen de las actitudes, el modo que las vamos adquiriendo hasta arraigarse. Se adquieren en el proceso de socialización y, como en cualquier proceso de socialización, son varias las fuentes de influencia. 



1.2.

Experiencia personal del objeto: El modo en que vamos experimentando un objeto determina nuestra actitud. P.e un niño que habitualmente pasa las tardes de los sábados en el fútbol con su padre. Influjo social: No es necesaria la experiencia personal. Sin haber tenido experiencia directa de un objeto, se puede tener una actitud muy definida hacia ese objeto. Pe. Podemos no haber tenido experiencia de tortura y tener una actitud muy arraigada contra ella. NORMAS

Desde la Psicología Social, la norma social se entiende como: 



Norma social como uniformidad de conducta Este modo de entender la norma sólo indica que los miembros de un grupo se manifiestan, verbal o conductualmente, de una forma muy similar. Según Allport, la norma es algo culturalmente dado que la sociedad, nuestras necesidades biológicas, nuestro carácter e incluso el azar inducen a obedecer. Las normas son, entonces, meros códigos formales. Así, todos aceptamos obedecer a las señales de tráfico, a los horarios laborales, etc sin que tenga más significado para nosotros que la mera organización social. Norma como presión social Otro grupo de autores, como Festinger, identifica la norma social como “un conjunto uniforme de direcciones que el grupo impone a las fuerzas que actúan sobre los miembros del grupo”. Para estos autores la norma sería la presión que ejerce el grupo sobre sus miembros. En el caso de la norma de tráfico, la norma no sería el código de circulación, sino las diversas formas de coacción que recibe el individuo para someterse a ellas. Así, la norma serían las sanciones-positivas o negativasque se reciben por comportarse de un determinado modo.

2. ¿QUÉ ES LA CULTURA? 2.1.

Concepto:

La Sociología emplea el término cultura en sentido estricto. La cultura es el sistema de significados existente en cualquier 19

sociedad: sus normas y valores, su lenguaje y su literatura, sus creencias y sus ideologías, su arte y su religión, su ciencia y los juegos a que se dedica. La cultura no se refiera a lo que la gente hace físicamente sino al significado que da a lo que hace. La cultura es algo exclusivamente humano. Otras especies animales llevan a cabo muchos de los “actos sociales” que realiza el ser humano: cuidan de sus crías, juegan, se unen para atacar o defenderse, se acompañan, luchan por dominar… pero no crean símbolos para cada una de esas conductas. El ser humano crea símbolos. Casi todos los actos humanos están investidos de significados y simbolismos. Por ejemplo, comer, en casi todas las sociedades humanas, es algo más que un acto biológico, al contrario de lo que ocurre entre los animales. Según ciertas normas culturales está prohibido comer carne de cerdo, por ejemplo entre los musulmanes; según otras, carne de vaca como ocurre en la India. En nuestro medio lo usual es comer con tenedor, en otros medios se come con palillos. En casi todas las culturas comer juntos simboliza la existencia de cierto grado de igualdad y existen unos modales o reglas que deben ser observadas en la mesa. Lo que podría ser un simple acto instintivo, lo hemos convertido en un acto cultural; lo hemos dotado de significado. Si consideramos la cultura como un sistema de significados compartido por una sociedad, se puede ver fácilmente que parte de una cultura podrá vivir después de que haya desaparecido la sociedad en la que surgió, como ocurrió en el caso de la cultura griega, (la filosofía, el arte, la literatura…) Esto hace pensar que las culturas tienen una existencia real propia. Se puede afirmar que la cultura tiene una existencia propia, que es algo distinto de la sociedad en que se origina. No sólo moldea la vida cotidiana de las personas, sino que puede resistir el dominio ejercido mediante una conquista y puede extenderse más allá de los límites de una nación o de un Estado.

2.2.

Símbolos y cultura:

El ser humano, a diferencia de los animales, tiene la capacidad de ponerse de acuerdo en que una luz roja significa “alto”, o que una serie de signos arbitrarios puestos sobre el papel quiere decir “león”. Además sabe lo que otros saben. La capacidad de simbolización es la base de la cultura. La mente humana es capaz de manipular símbolos e ideas. Estos pueden ser tan elaborados como el lenguaje matemático o el sistema musical. Y como los símbolos representan o toman el lugar de algún tipo de “realidad”, la gente responde a ellos como si fueran una realidad en si.

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El lenguaje ha sido la invención cultural más productiva de toda la historia de la humanidad. Es la base sobre la que se asienta la cultura. El lenguaje transforma la vida social. El lenguaje cotidiano representa un papel crucial en la creación y transmisión de cultura, sobre todo, a través de la conversación cotidiana. En la medida en que las personas hablan entre sí como parte de sus rutinas reafirman y reproducen pautas culturales: diálogo matinal con la familia o compañeros de trabajo, intercambio de saludos, narración de anécdotas triviales de la vida diaria o comentar la última película vista con los amigos, todo ello contribuye a actualizar los presupuestos sobre los que se asienta la cultura. En esa cultura común de los supuestos cotidianos hay unas normas, las normas del sentido común. “El sentido común” viene a ser el vínculo del saber compartido por los miembros de una cultura. 2.3.

Cultura y estilos educativos:

Los estudios hechos por antropólogos en diversas culturas son una fuente de información muy interesante respecto a las variaciones en los comportamientos humanos. Hay grandes diferencias en el modo de transmisión de una cultura a los miembros de una sociedad. Las pautas educativas de una cultura determinan el comportamiento social de sus miembros. Para Kardiner, las normas de educación del niño dan origen a la estructura básica de la personalidad. Esta personalidad de base se proyecta en las instituciones (familiares, religiosas, educativas, deportivas, laborales…), de tal manera que se produce una relación de circularidad entre cultura y estilos educativos. La cultura determina unos estilos, y los estilos educativos determinan la personalidad de base que crea y mantiene cultura. Todas las culturas establecen lo que esperan de las personas.

2.4.

Cultura y roles: El rol, o representación activa, es una expresión que se emplea para designar la suma total de normas y manifestaciones de cultura asociadas a determinada condición social. Incluye actitudes, valores y conductas adscritas por la sociedad a todas y cada una de las personas que tienen tal condición. Uno de los fenómenos universales asociados con el rolo o representación activa es la edad. El problema de lo que se espera de nosotros se convierte en algo especialmente importante en la adolescencia. El adolescente vive una

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situación de incertidumbre acerca de su condición social. En nuestra sociedad no existe una edad fija en la cual se obtengan automáticamente ciertos privilegios, a no ser los legales como el derecho a votar en las elecciones o a obtener un carnet de conducir. En general, durante varios años, el adolescente debe luchar por su independencia. Desde otro punto de vista, “alcanzar la edad” suele constituir una atribución muy dura en las sociedades llamadas “primitivas”. En muchos casos la aparición de la pubertad es el signo de un trato especial. Entre otras cosas suele haber separación del grupo familiar, ingreso en sociedades juveniles, pruebas de habilidad y resistencia, uso simbólico de adornos, o ceremonias de iniciación que indiquen la condición social superior. En el otro extremo de la escala de desarrollo, la función de los ancianos presenta también grandes diferencias culturales. En nuestra cultura envejecer se valora como algo negativo: pérdida de capacidades y de recursos. Durante los últimos años, las expectativas sobre el rol de los ancianos se ha modificado en los últimos años. El envejecimiento de nuestras sociedades, con el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la natalidad, está provocando una nueva asignación de roles de las generaciones mayores y una visión más positiva de esta etapa de la vida.

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