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Autobiografía Modulo Análisis de las Prácticas Pedagógicas Omar Antonio González Alzate Como seres multidimensionales que somos, en donde cuerpo, mente y espíritu son impactadas por los diferentes fenómenos sociopolíticos y socioeconómicos que están presentes en estos tiempos posmodernos y dada la concepción que se tiene en la actualidad sobre progreso y desarrollo, es imperante volver la mirada hacia atrás para retomar y

reconfigurar las formas de pensamiento, de

comunicación y de acción con las cuales hemos estado movilizando nuestras vidas. Somos seres vivos en un determinado tiempo espacio, dotados de las más grandes riquezas espirituales y materiales, pero es un tiempo espacio donde la instrumentalización humana viene ganando la batalla. La búsqueda por minimizar y mitigar el desacople entre realidad y conocimiento, entre la economía y la pobreza, entre la sociedad y la ciudadanía, adquiere cada vez más interés desde la incertidumbre que amarra el cómo integrar toda esa dimensión que envuelve y funda al sujeto desde su objetividad y su subjetividad. Desde este

paradigma se puede apreciar que el sujeto de este tiempo está

sumergido en un conjunto de cambios, de transformaciones internas y externas; el sujeto actual construye consciente o inconscientemente nuevas realidades. La intención y la labor comienza en este punto, pues sujeto, comunidad y sociedad no pueden estar y trabajar separadas, dado que los sistemas y la forma funcional global actual obliga a que cualquier proceso, acción o pensamiento se desarrolle en tejido con otros campos, generando y promoviendo la transcendencia de lo interdisciplinar y lo intradisciplinar hacia lo transdisciplinar.

Esta forma de

transcendencia es conocida como la Autorganización, y es propia de los seres vivos, y además nos invita a la organización de las estructuras lógicas que fundan e integran al sujeto en toda subjetividad y objetividad. Las personas que me conocen o distinguen me llaman Omar Antonio González Alzate; nací el 31 de mayo de 1983 en la ciudad de Manizales del departamento de Caldas. Mis padres se llaman Consuelo Álzate Patiño, y Omar González

Zuluaga. Ella es oriunda del municipio de Pacora Caldas, al norte del departamento y mi padre es nativo de la ciudad de Manizales Caldas. Soy el segundo de tres hermanos. Durante mi niñez habite con mi familia en diferentes lugares, como por ejemplo el municipio de Villamaria donde viví hasta los tres años, aún recuerdo momentos pasajeros como aquel muro que hacia parte del matadero que se ubicaba al frente de nuestra casa, también recuerdo cuando mis tíos o mi papá me cargaban a tun-tun para que pudiese observar a las vacas y a los novillos que allí se encontraban.

Luego nos mudamos a la ciudad de

Manizales, a una barrio llamado San Antonio; la razón era porque nuestro nuevo hogar estaría más cerca del taller de mecánica donde trabajaba papá, además a mi madre también se le facilitaría de una forma u otra el transporte para el suyo. En aquel entonces en nuestra casa estaba ocupada por otro habitante: Trosky, nuestro pastor alemán. Era un perro muy grande, de hermoso pelaje y de temperamento fuerte. En aquel entonces Manizales se perfilaba como una ciudad en constante crecimiento, tanto en lo económico como demográficamente. Mis estudios primarios los realice de primera mano en la casa de - doña Melvita en aquel estrecho pasaje de la escuela de San Vicente de Paul. Recuerdo sus enseñanzas con la cartilla nacho lee como también sus castigos frente al enorme cuadro de Jesucristo que tenía en la pequeña pero acogedora aula de clase que se encontraba en la sala de su humilde hogar. Después, mamá me matriculo en el Colegio Santa Lucia, en el barrio Chipre. Creo que fue en este lugar donde los profesores y mis compañeros influyeron más en mi personalidad, puesto que los recuerdo mucho, y lo más curioso, es que aún evoco los olores y sabores de ese tiempo, no puedo olvidar el olor de mi lonchera, de mi pupitre, de mi maletín o el sabor del pastel que vendían en la tienda escolar, y ni hablar de las de las galletas rellenas. En aquel paso por la escuela me destaque por ser un niño muy amable, respetuoso, tímido, responsable como también preguntón; estuve en clases de artística, de manualidades y de dibujo; también aquí di mis primeros puños y patadas, como también mi primer beso, - con Rosita – y desde luego adquirí mi admiración por la bicicleta (en todas sus presentaciones).

Para el año de 1994 iniciaba mis estudios secundarios en la Escuela Normal Nacional de Varones (hoy conocida como Normal Superior de Manizales). Este cambio represento muchas transiciones emocionales para mí, puesto que implicaba innovaciones como por ejemplo en la independencia, en las responsabilidades, en las amistades y en las relaciones con los profesores. Grado sexto fue uno de los cursos más difíciles. Socialmente fue un periodo fértil, pues entable relaciones con personas mayores a mí, el número de chicas en mi libreta de apuntes empezó a crecer como también el de algunas pretendientes. Colombia se encontraba en un periodo violento. El ejército, las guerrillas y los grupos paramilitares se alzaban en armas y cada semana se hablaba de un ataque, de un hostigamiento o de una matanza entre ellos. Los secuestros y los bombardeos eran el común denominador en nuestro país y el departamento de Caldas no estaba ajeno a ello. Siendo el año de 1999, cursando el grado undécimo, y gracias a las actividades de práctica docente y de servicio social que los estudiantes de las Escuelas Normales debían ejercer en ese entonces se fue sembrando en mis pensares y en mis acciones toda incertidumbre relacionada con la enseñanza y con el aprendizaje, es decir con la transmisión del conocimiento. Nunca llegue a pensar hasta ese momento lo importantísimo que era el papel de los profesores en el país. En el año 2000 ingreso a la Universidad de Caldas para hacer parte de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales e iniciar estudios en su programa de Licenciatura en Biología y Química. En este momento entendí en que bosque y en que cuento estaba, siempre pensé que la vida estaba bien para la edad que tenía, pero de alguna manera logre palpar la razón que dice que las cosas no siempre son fáciles, que todo requiere de un esfuerzo, de un pensamiento y de una sensación que debe estar encaminada siempre al crecimiento de la

persona social e

individual. El paso por la universidad, desde el primer día hasta hoy sigue siendo a manera ensimismada - una fuente de energía que hace resonar mi ser, mi mente y mi espíritu. Dado el raciocinio científico que las ciencias naturales utilizan en sus procesos desde por ejemplo la biología, la química o la fisicoquímica y el toque pedagógico que promueve la facultad desde la enseñanza de las ciencias

naturales la semilla sembrada en grado undécimo brotó, emergió e irrumpió dando origen un sujeto que se pregunta y que se indaga a sí mismo, que se pregunta por su formación en función de la búsqueda y de la exploración de otras epístemes para la comprensión del mundo y de las realidades. A finales del mes de julio del año 2004 me proclamo Licenciado en Biología y Química. Después de este tiempo fue muy duro ejercer la carrera. Existía mucha competencia pues la calidad de los licenciados estaba en un punto alto. Entregaba hojas de vida en los diferentes colegios de Manizales pero nada me daba resultado. Ya en el año 2006 comienza un nuevo camino para mí; por motivos que aun desconozco, quizás mágicos, místicos o milagrosos

me vinculo al magisterio

como docente provisional de ciencias naturales en la Institución Educativa Rural Giovanni Montini ubicada en la Vereda Colombia Km 41 del municipio de Manizales. Esta Institución siempre la llevaré en mi corazón por lo que represento durante 5 años que labore allí. La experiencia y mi formación como maestro se dieron en este hermoso lugar lleno de espacios verdes que evocan tranquilidad y serenidad por completo. En 2010 inicio mi periodo de prueba como docente nombrado en la vereda. Acto seguido, por medio de un traslado inicio labores en 2011 en la Institución Educativa Liceo Mixto Sinaí como docente de Biología y Química en los grados sexto, octavo y décimo. Esta institución también es muy especial para mí, dado que represento un nuevo reto para mí como docente. También inicio estudios de posgrado en la Universidad Católica de Manizales en la Facultad de Educación en el programa Maestría en Educación. Luego de cuatro años y medio por medio de otro nombramiento llego al municipio de Anserma Caldas para afrontar un nuevo desafío en mi vida. La institución educativa Ocuzca es una pequeña escuela ubicada en la vereda Maraprá y es allí donde por tercera vez me confronto a mí mismo con las necesidades de una comunidad de raíces cafeteras, económicamente afectada por los precios del café y muy desmotivada frente al futuro de sus hijos. Esta es actualmente es una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido en mi vida, pues me ayudo a salir de una zona de confort que había instalado en mi imaginario cuando laboraba en la cuidad de

Manizales; me ayudo a independizarme, a forjar nuevas formas de actuar y de pensar la vida, a dinamizar mi rol como educador pero en el contexto rural. Es desde esta pequeña esquina del departamento de Caldas donde actualmente relaciono los contextos concretos de mis estudiantes con el contexto teórico en el cual me he formado. Como sujeto que educa me dispongo en posibilidades de crecimiento y de formación constante y permanente, siempre en busca de la comprensión del pensar epistémico y complejizante de la naturaleza del conocimiento. Como sujeto en formación movilizo mis acciones en función del otro, de la igualdad de las diferencias y de la integración de racionalidades lógicas en el ejercicio docente que desplego a diario; como sujeto en transformación soy un ente social en permanente exploración de las realidades en las que me desenvuelvo, un ente social que hace ruptura de sí mismo en pro del otro, que teje en complementariedad las relaciones con los demás, con mis estudiantes y con mis compañeros de trabajo. Reflexiono, reconfiguro y cuestiono mi accionar en el contexto escolar y familiar, pues considero de vital importancia la deconstrucción de los actos y de los pensamientos alrededor de la filosofía que se debe tener frente a la vida. A diario interiorizo mi rol en la escuela

y en la comunidad, con propósitos de

reconocimiento de los espacios educativos formativos que deben ser intervenidos en las formas de relación territorial para atender y corresponder a las nuevas emergencias ligadas al paradigma educativo. El decurso transitado en este tiempo cronológico y vital dentro de la docencia me ha permitido potenciar valores y actitudes que en otros momentos y en otras instancias nunca hubiese adquirido. El transitar por la docencia me ha permitido reconocer a mis estudiantes como seres en constante proyecto en el cual soy llamado a transformar las estructuras de alguien por medio de la vocación pedagógica; de igual manera me ha permitido saborear ese enfoque dialógico en cuanto me permite el encuentro con otras personas mediatizadas por el mundo a través de la palabra, la lectura y la escritura; ha posibilitado que mi cuerpo, mente

y espíritu se recreen desde la crítica problematizadora, en tanto que los procesos de formación estimulan mi reflexión porque buscan desarrollar una actitud crítica frente a la realidad de contexto que vivo, jalonándome a un verdadero compromiso histórico, a una verdadera inserción crítica de la propia situación que vivo globalmente. Como es conocido por la mayoría, el individuo es un ser social por naturaleza, y es en este lugar donde debe ser acogido y refugiado en función del crecimiento y de la construcción de sociedad y cultura. Pero con los hechos y las acciones que se perciben a diario pareciese que todo fuese al contario, la sociedad y la cultura destruyen e inhiben la condición de acogimiento para el individuo, en donde al final del camino lo arroya, lo debilita y lo absorbe, poniendo de manifiesto - de forma casi que misantrópica -, una serie de creencias y de pensares sobre la verdadera constitución armónica y coherente que el ser humano tiene por naturaleza con la sociedad. Muchas poblaciones, comunidades y sociedades exhiben vulgarmente desde sus culturas las rupturas las desavenencias de los equilibrios tradicionales y elementales en los cuales siempre ha estado enmarcado naturalmente el ser humano con el entendimiento y con la comprensión de la realidad, rompimientos que son proporcionados por el uso

del poder que se ejerce sobre ellas y la

manera fría e insensible como se proyecta y se crean los imaginarios de desarrollo para el propio ser humano. El peregrinar por la docencia me ha viabilizado frente a la reflexión Pedagógica sobre la acogida del sujeto educable. Como abstracción de la educación, pienso que se debe transmitir - además de datos y conocimientos - experiencias y emociones en tejido con las nuevas formas epistémicas de pensamiento que corresponden y relacionan a la escuela con la condición humana de la pluralidad, de la diversidad y de la diferencia; pienso que se debe fortalecer y arraigar en cada ser el dialogo vivo y significativo de la deconstrucción de la sociedad, de sus conductas y de sus prácticas que en pleno siglo XXI connotan por sí mismas cierto grado de primitividad. Las significaciones, los contenidos y la naturaleza de la

Educación para los sujetos y para la sociedad en sus diferentes contextos de formación se deberán movilizar desde el Saber Vivo, esto, como herramienta fundante para el pensamiento ambiental y para la relación globalidad y territorio. Soy un verdadero seguidor y creyente de que las nuevas

dinámicas de

interacción y de acogida obtienen su umbral significativo cuando son incorporadas a las dimensiones humanas en todos los procesos educativos y formativos, y gracias al nuevo rol de la escuela en la comunidad, éstas integrarán educación, contenido y contexto; así pues, se favorecerá la identificación afectivo y social con las verdaderas actividades de la comunidad, como también la identidad personal con la familia, con el trabajo, con la comunidad y con el medio ambiente. Mi motor, mi combustible, mi utopía se centra en que la educación y la pedagogía potencializarán nuevamente el territorio por medio de la sensibilización basada en la importancia de la recreación de nuestro propio sistema educativo, a través del acercamiento a la comunidad por la razón investigativa, la cual acentúa las bases del pacto de convivencia del proceso evaluativo y de los perfiles para la construcción y aplicación del sistema de mediaciones formativas (currículo).