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Obara Kete y Oggunda kete: Signos de Ifa donde convergen la Mentira y la Traición Si hay algo que me ha enseñado el orá

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Obara Kete y Oggunda kete: Signos de Ifa donde convergen la Mentira y la Traición

Si hay algo que me ha enseñado el oráculo de Ifá, es a conocer la naturaleza humana, sobre todo en aquellos que se inician en la religión de los Orishas sin tener marcado en su destino el ser sacerdotes de Orunmila, pues este tipo de gente no puede superar las aristas negativas de los terribles signos con que los descubre Olofi, y por ello terminan convirtiéndose en enemigos y acosadores permanentes de aquellos sacerdotes de Ifá que si tienen marcado en su destino el sacerdocio a Orunmila. Tal es el caso de uno de mis amortajados, el cual se la pasa enviándome correos y mensajes ofensivos, creyendo que escondiéndose en el anonimato yo no descubriré de quien se trata. Pero quiero aclarar antes de seguir con este artículo, que el análisis que haré de esos dos signos de Ifá, NO son a modo de venganza por las ofensas del amortajado, pues este escribidor tiene la piel de un cocodrilo y le importa un bledo lo que sus amortajados puedan decir de él, pues al fin y al cabo son una minoría en comparación con todos aquellos que si les gusta oír y leer mis verdades así no sean absolutas. Pero si, el escrito es un ejercicio pedagógico para que se pueda comprender y sentir compasión por aquel que no tiene la voluntad y la fortaleza necesaria para elevarse por encima de sus miserias. Lo primero que se observa en estos dos signos es un factor común llamado Keté mote del signo de Ifá Irete, pero sobre ese signo volveré después, pues ahora revisaré los

mensajes que el cielo manda cuando baja Obara Oggundá. Dice el Ifá afrocubano que allí es donde los afeminados simulan ser hombres, lo que confirma en este caso lo que señala Oggunda Keté, pues allí nace la mariconería y el bugarrón (modismo cubano que define al hombre que gusta de tener relaciones sexuales con maricos). Pero eso sería lo de menos, pues aunque la homosexualidad es una enfermedad del alma según lo afirma Fírmico Materno, los “sexo diverso” tienen garantizados sus derechos humanos y civiles. El problema aquí, es que Obara es un signo celeste de un precario equilibrio y a cada movimiento de los platillos de la balanza, la respuesta en la tierra será la generación de las tres furias: Envidia, odio y venganza (recomiendo leer mi artículo “Ogunda Fun: El sacerdote de Ifá y las tres furias”). De manera que cada vez que el que porte ese signo tenga un mal día, siempre se acordará de aquellos que alguna vez le dijeron la verdad, o lo descubrieron sin la máscara puesta, pues simplemente entrará en cólera y es allí donde juega un papel importante el factor común constituido por el signo de Ifá Irete, pues la soberbia los hace llorar al no ver destruido al objeto de su odio.

Ahora ¿Dónde está el punto de convergencia entre Obara Keté y Oggunda Keté? El primero de los signos señala que: “Cuando la verdad llega la mentira baja la cabeza y se va abochornada”, y ello en una persona que no está señalada por Ifá como sacerdote de Orunmila, generará una reacción violenta acusando a los demás de ser los mentirosos y no él, lo que es el primer síntoma de la mentira patológica, la cual es un trastorno psicológico sobre el que el individuo no tiene control, amén de que cada vez que la persona dice una nueva mentira se va enredando en un mundo complejo, el cual solo él conoce y que los demás rechazan por fantasioso. ¿Pero qué

es simbólicamente la mentira? Interesante pregunta, pues en muchas sociedades se ha tratado de banalizar a la mentira, como cuando se usa la expresión: “Mentira blanca”, cuando en realidad la mentira y no importa su naturaleza, es un terrible mal que ha hecho mucho daño en las sociedades donde se instala; y es que la mentira es una máscara que se coloca el alma de una persona para engañar y así poder traicionar a otros, y cuando me refiero al alma es porque allí reside el libre arbitrio del hombre, es decir el mecanismo espiritual que nos permite decidir si actuar bien o mal. De manera que un mentiroso es ya potencialmente un traidor, y eso está tipificado claramente en el signo afrocubano de Ifá Oggunda Keté, que además de ejemplificar el asunto con una fea historia llamada “La daga enjoyada” donde el hijo asesina al padre por ambición, también afirma que: “Ese es un Ifá de traición, mal agradecimientos, derramamiento de sangre y de ambición sin límites, además el individuo para alcanzar su objetivo no vacila en llegar a cometer todas las bajezas inimaginables, no creyendo en padre, hermanos, hijos, etc.”. Ahora imagine amigo lector a un no señalado por Orunmila, al cual Olofi lo catalogó como mentiroso cuando nació como awó ni Orunmila, y cuando recibió cuchillo, que es la ceremonia donde Olofi le otorga al sacerdote de Ifá el signo que lo define como religioso, lo señaló como traidor. La verdad, es que sería indigno de mi parte, considerar a ese amortajado como un enemigo jurado, pues ya es suficiente castigo lo que Olofi dictaminó y peor pena aún, el no poder afrontar y superar sus defectos, así que no me queda otra que sentir compasión por él y soportar sus ofensas y burlas, tal y como las tolera un adulto ante un niño malcriado.

Oyekun Di: Orunmila reconoce ante Olofi que el mundo no tiene Arreglo. Fue este el signo de Ifá con que me premio Elegbara cuando me realizaron el yoko Osha hace ya casi diez y ocho años, y este establece que el sacerdote de Orunmila recibirá insultos, se le ridiculizará, se le despreciará y nada de lo que haga nunca nadie se lo agradecerá, amén de que ese signo de Ifá sentencia que el mundo no tiene arreglo, tal y como lo relata el patakí “Lo que se va no vuelve”, el cual recomienda al awó que deje todo como está y que deje a cada quien ser como es. Esto sería una maravilla para mí y una cómoda posición religiosa, si yo no me hubiera tomado en serio el juramento que hice en la puerta del cuarto de Osha antes de entrar a mí consagración, y el que hice una vez ingresado al de Ifá, y es que infelizmente en ambos casos uno jura que consagrará su vida sacerdotal a ayudar a la humanidad, lo que por antonomasia contradice al signo de Oyekun Di que porto en Elegguá, pues este es el Dios yoruba que establece las relaciones de comunicación y acuerdos con los otros. Pero a los que no portan ese signo les pregunto: ¿Qué excusa tienen ustedes para NO cumplir con lo que prometieron en sus iniciaciones? Quizás la respuesta a ello se encuentre en una sabia reflexión que un seguidor de mi cosmovisión llamado Alberto Solís escribió en su página de Facebook y que con su venia aquí reproduzco.

Muchas personas dicen: “Tengo santo coronado y estoy iniciado”. Tengo una corona en mi cabeza y por eso se creen superiores a los demás y el ego inferior se les nutre con la prepotencia, la soberbia, el orgullo y demás yerbas, que llevan al desarrollo perfecto de las tres furias y sus ayudantes las arpías. Se dicen muchas tonterías hoy respeto a la iniciación, y en el mundo hay muchas personas que pretenden ser iniciados y olvidan que ningún iniciado hace tal proclamación o habla de sí mismo. Quienes proclaman ser iniciados lo niegan al proclamarlo. A los discípulos e iniciados

se les enseña a ser incluyentes en sus pensamientos y no separatistas en sus actitudes. Nunca se apartan del resto de la humanidad, afirmando su condición, poniéndose automáticamente sobre un pedestal. Lo esencial de cualquier iniciado (en cualquier orden o religión) es tolerancia, bondad, devoción, simpatía, idealismo, paciencia, perseverancia, y eso en realidad son las esencialidades primordiales, pero a esas cualidades debe añadirse una comprensión inteligente y un desarrollo mental que lleve a una sensata e inteligente colaboración con los planes destinados a la humanidad. Lo que se requiere es el equilibrio de la cabeza y del corazón.

Creo que el mensaje es claro, directo, y no se necesita leer entre líneas la intención del autor, pues lo que afirma es una verdad del tamaño del templo “La luz del mundo”. Ahora, espero que comprendan el por qué tomé la decisión de abandonar la mecánica de la religión de los Orishas y de cortar toda relación con aquellos sacerdotes de los Orishas que no cumplen ni con el juramento que hicieron en sus respectivas iniciaciones, ni dan señales de querer cambiar para ser mejores personas. Por cierto, por allí una amiga virtual de esas que uno tiene en Facebook, la cual me escribió desde México unos emotivos mensajes, señalando que muchas veces en mis escritos buscaba injuriar o herir a los que me hacían daño, y que yo como mente privilegiada en el seno de esta religión, NO debería dejarme distraer en mi labor pedagógica, pues muchos iniciados que ni siquiera conozco, siguen con atención la cosmovisión de los Orishas que en mis artículos expongo. Lo cierto, es que reconozco que a veces tengo un lenguaje escrito y oral agresivo, pero nunca lleno de mentiras, falsedades o hipocresías, y ahora que lo pienso mejor, creo que esa conducta se deriva del serio conflicto que plantea el signo Oyekun Di, pues nadie en su sano juicio prometería salvar algo sabiendo que no tiene salvación.

El manejo del derecho del ahijado en la religión de los Orishas. Cuando yo me inicié en esta desdichada religión, era una ofensa preguntarle al padrino o la madrina en qué se gastaría el dinero de la iniciación o del atributo de Osha que se recibiría, pues las finanzas de los sacerdotes ya consagrados era asunto solamente de ellos, y no les gustaba que un recién llegado les pidiera explicaciones, por lo que uno recibía un tremendo regaño por la imprudencia. Con el correr de los años, la pérdida de misticismo, la deshonestidad, la falta de respeto de mayores y menores, amén del grosero comercio que se instaló en la mecánica de la religión de los Dioses yoruba, hicieron que ya los menores no tuvieran empacho alguno en exigirle cuentas al mayor, lo que denota una falta de confianza total en el que se supone será el guía espiritual, y para ilustrar este asunto me referiré a un par de experiencias que tuve como sacerdote de los Orishas. Recuerdo que una vez un hijo de Obbatalá al que le entregué mano de Orunmila, los sacerdotes de Ifá que estuvieron en su plante, le recomendaron por el tipo de osogbo que trajo, que se coronara el santo rápidamente, así que el aleyo habló con mi esposa y conmigo para que iniciáramos el proceso. Bueno resulta que después que el niño había entregado y presentado a Obbatalá el derecho, y ya el dinero estaba en los sobres, el traje de coronación listo y los animales pagos, el aleyo caprichosito tuvo un ataque de histeria faltando un día para la misa espiritual y nos exigió la devolución del dinero… Quien esto escribe, para que ese energúmeno no me llamara ladrón después, lo cité en mi casa y abrí sobre por sobre y le devolví su dinero, pero como ya el dinero del traje y los animales había sido cancelado, no pude devolverle todo lo que había entregado, a lo cual este imbécil quería fijarme un pago a plazos, pues según él, yo no debí entregarle ese dinero a nadie, e inclusive el muy anormal quería que yo fuera a buscar el traje de coronación para que se lo entregará, lo que finalmente agotó mi paciencia y lo invité a salir de mi casa y de mi vida para siempre. Lo bueno del asunto, es que cuando le conté con vergüenza a mi abuelo de Osha, pues sería en su

casa donde se llevaría a cabo el ya fallido yoko Osha, esté me dijo: “Tu si eres pendejo Rubén una vez que se entrega un derecho y se presenta ante el Orisha ya no hay devolución”.

En otra oportunidad aun siendo un Iworo, debía recibir Ibú Aganá, es decir el mal llamado Olokun de santero, y cuando hablé con mi madrina, esta me informó que no lo poseía y además me advirtió que: “Ni siquiera se me ocurriera recibirlo de manos de mí Oyugbona”. Bueno, como yo sabía que mi madrina era una persona de bajos recursos, quise ayudarla y le informé que le entregaría el derecho para que recibiera el atributo de manos del “Rey del Olokun”, para yo recibirlo después de Iroso, es decir sin sobre para la madrina, porque igual tenía que comprar los atributos y los animales del sacrificio… Ella recibió su Olokun y once años después yo aún no contaba con el atributo, razón por la cual me volvieron a llamar pendejo, pues hube de recibirlo de manos de mi abuelo en la Osha (el Rey del Olokun) ya como sacerdote de Orunmila y aun precio indexado de más de una década; pero si mal no recuerdo jamás llamé ladrona a mi madrina ni en privado ni en público.

Ahora ¿A qué viene este artículo? Pues resulta que al último ahijado que mi esposa le coronó Osha y que ahora es un amortajado de Ifá Pagano, andaba con unas carreras para recibir caracol de Oggún, y como mi esposa le informó que tenía que esperar a que ella lo recibiera, a ese amortajado se le ocurrió la misma idea que a mí, es decir entregarle el derecho a su madrina para que ella lo recibiera antes y ella después entregárselo a él; pero el tiro le salió por la culata, pues en el mismo Itá de Oggún, el Oba eni Oriaté le recomendó a mi esposa que sacara a ese ahijado de la casa. No obstante, quien esto escribe cree en las promesas de la gente así el Itá sostenga de que esa persona es una mierda. Lamentablemente hay mucha gente equivocada en esta

religión que cree que porque le hace algunos favores a uno y uno les brinda cierta confianza, eso les da el derecho a faltarle el respeto a la investidura religiosa. De manera que el último ahijado de mi esposa se reveló tal y como lo que es, y su madrina tomó la decisión de expulsarlo de su casa y de su vida por falta de respeto y por tener mal corazón, lo que no es una buena característica cuando se es sacerdote de Shangó. Ahora bien, el derecho que ese amortajado presentó ante Obbatalá aún está allí y en un principio yo le recomendé a mi esposa que se lo devolviera, para que en un futuro ese energúmeno no la llamara ladrona; pero como yo lo conozco, el día que su madrina lo mandó al carajo por falto de respeto, este le lloriqueó “Usted será siempre mi madrina y siempre la tendré en mi moyugba”. Pero resulta que yo no creo ya en las lágrimas de un cocodrilo, y sé de buena fuente, que ese amortajado me tiene una campaña ante gente que me conoce para crear una matriz de opinión, de que yo me peleo con todo el mundo, cuando no es así, pues yo me peleo es con la mierda que se inicia en esta religión y luego no hace un esfuerzo por mejorar como persona. El asunto es que a todos los que he amortajado son unos inmorales, mentirosos y faltos de ética, pues llegaron a mi casa (yo no les llamé) y cuando sintieron que para seguir mi cosmovisión se necesita ser un hombre íntegro, no les gustó el camino y decidieron volver a la mierda de donde salieron, pero no antes sin salir hablando pestes de mi esposa, de mi hijo y de mí. Pero como Rubén Cuevas ya no es el pendejo que solía ser, le he recomendado a mi esposa, que ese derecho que el amortajado le entregó, se lo done a un fiel seguidor de mi cosmovisión, al cual ese traidor trató de comprar para ponerlo en mi contra, para que así, ese amigo que si merece ser sacerdote de Osha pues me lo ha demostrado no con palabras sino con acciones, pueda ingresar a esta religión para compensar al cada vez mayor número de sacerdotes de Osha e Ifá mal nacidos que pululan en esta religión. Así que puedes llamarme ladrón si te da la gana, pues sé que no te pierdes lo que aquí escribo, pero tu derecho para recibir el caracol de Oggún, por decisión de tu madrina que dices querer tanto y de quien te burlaste y le faltaste el respeto, va a mejor destino que el tuyo.

Las vírgenes inmaculadas y las putas de la religión de los Orishas. La institución criminal llamada iglesia católica cree que todavía estamos en la edad oscura, cree que nadie sabe leer y escribir, y por ello incapaz de razonar y cuestionar los absurdos que plantea su dogma, y es por eso que todavía insisten en tener fieles que solo vean a Dios por medio de la fe. Este escribidor quisiera que los que me leen, le pusieran atención a la cadena de eventos que en este artículo relataré. Resulta que un delincuente llamado Pío Nono, el cual fue el ducentésimo quincuagésimo quinto (255) Papa y que gobernó durante más de treinta años en el Vaticano, no solo declaró la infalibilidad del Papa, sino que postuló la doctrina de la inmaculada concepción y que hasta ahora se celebra el 8 de Diciembre en el calendario católico. Lo cierto, es que dicho absurdo teológico plantea, que la virgen María es la madre de Dios, lo que resulta una barbaridad impensable al igual que los hechos que plagan ese libro maldito llamado la Biblia, el cual le ha generado a la humanidad más cadáveres que las feroces plagas que han asolado a este planeta. Pero es que solo la mente bien estructurada de un imbécil, puede pensar que Dios no existía antes de que María lo pariera… Pero el asunto no queda allí, pues ese mal nacido con tiara papal lo que quería era darle categoría de espíritu divino a la que parió a ese personaje de ficción literaria llamado Jesús de Nazaret. Así que con este procedimiento fraudulento, a la virgen María la incluyeron en el misterioso trígono católico, donde el padre, el hijo y el espíritu santo son uno, tocándole a la madre de Dios el papel del paráclito (EN ELLA ESTA DIOS), y por ello había que inmediatamente fabricarle una mitología, y fue así como quedó escrito que María ascendió a los cielos en cuerpo y alma al igual que su amado hijo… Claro, todo ello para que a nadie se le ocurriera buscar su tumba y la profanasen para luego darse cuenta de que no era ella, tal cual y como le ocurrió al Vaticano cuando cacareo que habían encontrado la tumba del apóstol cobarde Pedro, para darse cuenta después durante el análisis de los restos óseos, que estos eran piedras. Pero todo suceso en la religión católica necesita de las

patrañas y de los teatros para que los imbéciles que siguen a esa religión puedan morder el anzuelo, y es que la casualidad fue muy grande, pues después que ese anciano retrógrado que se atrevió a señalar los errores de la modernidad, formuló la existencia de la inmaculada concepción, a una niña francesa de nombre Bernardette, en un pueblo llamado Lourdes, se le apareció en una gruta una bella señora que le dijo estas palabras: “Yo soy la Inmaculada Concepción”… Estas apariciones ocurrieron al menos quince veces, hasta que la virgen se ladilló y ya no quiso aparecer más en la quebrada; pero lo bueno del asunto, es que a la párvula Bernardette nadie en el pueblo le quería creer, así que el asunto llegó a oídos del viejo baboso Pío Nono, quien le mandó a llamar para interrogarla, declarando más tarde que las apariciones eran verdaderas, pues estaban sustentadas nada menos que en su doctrina de la inmaculada concepción, y si alguien aún dudaba de las apariciones, pues a tomar por el culo, pues él era el Papa y era infalible.

En el signo de Ifá Otura Tillú que figura en el cuerpo literario de los códices afrocubanos, escrito está que nacen las monjas, y por antonomasia las vírgenes vestales, es decir las sacerdotisas que cuidaban de los templos de los antiguos Dioses paganos; cosa que no es de extrañar, pues el dogma y la mecánica de la religión católica es una mezcolanza de lo pagano y la ficción literaria plasmada en un libro negro, cuyo contenido fue dictado por un demonio llamado espíritu santo, que lo que busca es destruir a la humanidad en su totalidad, pues si a algo vino el Cristo a la tierra, fue a que se derramara más sangre entre nosotros. Pero volviendo al tema… En la religión de los Dioses yoruba ocurrió un fenómeno en el seno de su diáspora llamado “sincretización”, la cual tuvo como objetivo principal, camuflar a los Orishas, los cuales eran Dioses paganos africanos, con los santos católicos, para así escapar de la inquisición española. Pero el asunto, es que a las Diosas femeninas del panteón yoruba, las disfrazaron con una serie de variantes del culto mariano, y hasta el pobre

Obbatalá y al desdichado Shangó los vistieron de mujer. Ahora lo que yo no me explico, es que a estas alturas una serie bastante larga de pendejos, sigan apoyando el sincretismo pues es parte de las tradiciones afrocubanas. Si usted analiza la razón que tuvo el “Raticano” para fundar el culto a la virgen María, se dará cuenta que es más fácil explicar a María que al espíritu santo, pero para poder incluir a la madre de Dios en la trilogía robada al paganismo, esa mujer debía ser intocable e inalcanzable, por lo tanto se le asignó el título de virgen, para que así ningún mal pensado se le ocurriera plantear que María fornicó con el cornudo de José el carpintero… Pero lo maravilloso de este oscuro asunto, fue el multipropósito que este desgraciado acto tuvo, pues con ello borraron de un solo plumazo a Tomás el mellizo (hijo de María y hermanito de Jesús), el cual le resultó incómodo a la doctrina de la iglesia católica, pues se le ocurrió escribir ese evangelio apócrifo, donde asegura que su hermanito Jesús cuando tenía catorce años era un soberano coño de madre.

Ahora ya sabemos que María es virgen, es inmaculada y por lo tanto jamás recibió el semen pegajoso de un hombre, sino el de un ángel, el cual tiene mejores características que el de un carpintero judío. Ahora veamos la conducta sexual de nuestras amadas Orishas. A la cabeza se encuentra la Cachita, es decir Oshún, la más puta de las putas según el bestiario mitológico que figura no solo en las historias afrocubanas, sino en los relatos orales de los mismos seguidores de esta religión, y nadie tiene que sentirse ofendido por ello, pues ella no es la Caridad del cobre, sino la sensual irradiación que proviene del planeta Venus y determina los apegos a “Mundo, demonio y carne”. Luego le sigue Yemayá, la cual fornicó con el hijo que parió (Oggún) y se negó a follar con el que crío (Shangó), esto también resulta lógico, pues las energías de esta Diosa provienen de la Luna, planeta que alberga el libre arbitrio del hombre, así que ella es la que determina si se ejecutará la sensualidad propuesta por su hermanita Oshún; así que esta Diosa yoruba nada tiene

que ver con la Virgen de Regla. Por su parte, a Oyá también le gusta la guachafita con los machos, sino recuerden la ornamenta de Oshosi con que adornó la cabeza de Oggún por culpa de Shangó; esta Diosa yoruba representa todos los procesos nutritivos del hombre, incluyendo los sentimentales, y si hay algo que no se ha dicho de esta Diosa africana, es que ella es la que proporciona los orgasmos tántricos en la mujer y las copiosas eyaculaciones en el hombre, pues su irradiación provienen del asteroide “Ceres” y está asociada a la casa astrológica número VIII y por ello al signo zodiacal de Escorpio; de manera que esta Orisha nada tiene que ver con la siniestra virgen de la Candelaria. Podría yo seguir con las otras Diosas, y siempre encontraría una conducta pecaminosa (según el dogma católico), claro a excepción de Yewá, cuyas energías provienen del asteroide mayor Vesta, las cuales representan a las antiguas vírgenes vestales del paganismo, las que jamás fornicaban con ningún hombre, pues su himen era para los Dioses… Es por eso que en la religión afrocubana de los Orishas, ni siquiera él come muslo de Shangó se la pudo coger, a pesar de los esfuerzos del cabrón de Elegbara, y Yewá permaneció encerrada en el sepulcro a pesar de su belleza por mandato de Olofi. Ahora espero que ningún cristiano o católico se ofenda con este artículo, pues bastante daño la doctrina de la iglesia católica y sus malévolas sectas le han hecho a la humanidad, como para que ahora se ofendan cuando uno les dice la verdad sobre su religión criminal y asesina… Y a todos aquellos que practican la religión de los Orishas del lado afrocubano, y que todavía no han descubierto que esta es una religión pagana y se molesten por lo que aquí escribo, bueno, esos son peores que los católicos y a ellos solo me toca decirles Ma… Vaffanculo

Oyekun melli: Nace en Ifá la misoginia religiosa. Muchos en mi familia consideraron a mi difunto padre un mujeriego, por eso cuando joven siempre recurrí a él cuando

tenía un conflicto con alguna de mis novias, y si hay algo que recuerdo de sus sabios consejos, es una historia que me contó para ilustrarme del por qué a ninguna mujer se le podían decir todas las cosas. Él me relató que una vez la esposa de un masón grado 33, le entró la curiosidad y empezó insistentemente a preguntarle a su marido: ¿Cuál era el secreto de los masones? Por supuesto, que el marido de la mujer se negaba todo el tiempo a revelar el gran secreto, pero ella insistía en todo momento y en todo lugar, hasta cuando tenían relaciones sexuales, para que así el marido en pleno éxtasis le revelara el tan celosamente guardado secreto. Hasta que un día el masón se obstinó y durante una comida le reveló que el secreto de los masones estaba en el ñame morado que se le ponía a la sopa, y allí mismo la hizo jurar que jamás revelaría a nadie ese terrible secreto de los masones. El tiempo pasó y el matrimonio un día tuvo una terrible discusión, y la esposa del masón ciega de la rabia le espetó al marido: ¡Ahora verás gran carajo!… Y salió corriendo por el medio de la calle gritando: ¡El secreto de los masones es el ñame morado en la sopa!…

La historia de mi padre viene a colación, pues hace pocos días un forista de ashe.com formuló una pregunta sobre el por qué la mujer se vira al darle obi a eggun, y al parecer nadie le quería contestar y como se quejó de la falta de mayores, me atreví a contestarle dándole la siguiente respuesta: “Aunque muy poco intervengo en este foro, le daré una respuesta así a los sacerdotes de Ifá fundamentalistas que aquí escriben no les guste lo que expresaré. La religión afrocubana de los Orishas (además de sus ritos propios), es una mezcla de residuos de otras culturas y religiones… Unas con más peso que otras, como es el caso del catolicismo y el Islam, pero en algunos casos se pueden observar en la mecánica de la religión de los Orishas, rastros del antiguo paganismo universal, y su pregunta se enmarca en uno de esos casos. En la antigua Roma cuando se le sacrificaba sangre a Plutón (El rey del inframundo, es decir donde habitan los muertos), la

ofrenda que consistía generalmente en un carnero, el cual se sacrificaba en un pozo profundo; los que ofrendaban el animal, siempre viraban la cara hacia un lado, para que cuando Plutón atraído por el olor de la sangre emergiera a buscar lo suyo, ellos no vieran el feo rostro del feroz Dios de los avernos. Esta costumbre transmigró a la religión de los Orishas, pero con la misoginia reinante entre los antiguos sacerdotes de Ifá, esta costumbre se hizo más severa con las féminas, pues como – según ellos- la mujer es curiosa por naturaleza la mandaron a virar de espaldas. De hecho he visitado casas religiosas donde las mujeres no se ponen de espaldas ante el obi o el sacrificio de sangre a Eggun, sino que las mandan a virar la cara para que no contemple ni la caída de oráculo ni el acto de dar sangre a eggun, pues allí se puede aparecer inesperadamente el rostro del muerto”. Claro, inmediatamente después salió otro forista a afirmar que Oddúa había sentenciado que mientras el mundo fuera mundo, las mujeres no podían ver ni las ceremonias ni de eggun ni de él, y que eso era sentencia de Ifá.

El problema aquí, es que eso no es un mandato de Oddúa ni de Ifá, sino las palabras de un famoso sacerdote afrocubano de los Orishas ya desaparecido y que introdujo el culto a Orun y a Oddúa en Cuba, sentencia que después fue escrita en el cuerpo literario de los códices de Ifá de la diáspora afrocubana. Lo cierto, es que ya en el segundo signo de Ifá ya se descalifica a la mujer, pues escrito está en Oyekun melli que: “Los secretos no se le pueden contar a las mujeres porque ellas rompen el juramento” y más adelante en el mismo texto recomienda a quien porte ese signo que no cuente sus secretos a las mujeres. Esta sentencia misógina que figura en el signo del ocaso del Sol, ha dado paso a una serie de tabúes donde la mujer o la sacerdotisa que sigue el culto a los Orishas quede relegada a un segundo plano y el protagonismo quede exclusivamente en una suerte de ley de los varones religiosa. ¿Por qué se le prohíbe a la Iyalosha ver a Olofí, si esa Orisha es la esposa de Orunmila? ¿Por qué los

awoses omiten a propósito la ceremonia de apeterví ayafá, la cual es la que valida realmente a la mujer para compartir el Ifá con su esposo? ¿Por qué no se le permite a la mujer recibir Orun? ¿Por qué se desprecia la sangre menstrual de la mujer y la incapacita para tocar y trabajar con los atributos de los Orishas? ¿Acaso esa sangre de la regla es más perversa que la de un animal que se da en sacrificio a los Dioses yoruba y que si lleva la maldición de quien está muriendo muchas veces sin necesidad? Yo quisiera que algún día un sacerdote juicioso de Osha o de Ifá me contestara esas preguntas sin acudir cual testigo de Jehová a los textos de Ifá de la diáspora afrocubana, los cuales fueron escritos por unos pocos sacerdotes afrocubanos con una visión muy limitada de lo que realmente es Ifá y su oráculo.

Olofi: La esposa de Orunmila y madre de los sacerdotes de Ifá de la diáspora afrocubana. Quien esto escribe no sabe en qué momento de la historia de la religión de los Orishas, se le ocurrió a algún ignorante, comparar el proceso de iniciación del sacerdote en el igbodú con el parto femenino y llamar al recién iniciado niño. Lo cierto, es que de esa ingeniosa idea salieron una serie de aberraciones religiosas, que después se convirtieron en parte integral de la regla de Osha y de Ifá… Ej. “Los Babalawos no pueden parir santos”, es decir, no pueden iniciar a nadie en la regla de Osha, y eso a pesar de que en el cuerpo literario de Ifá de la diáspora afrocubana, figura que es el awó el dueño de la navaja y la

tijera, instrumentos indispensables para la iniciación del sacerdote de los Orishas. Otra costumbre derivada de la influencia de la religión católica en los practicantes del culto a los Dioses Yoruba, es llamar al guía espiritual que lo inicia a uno padrino o madrina, o decirle padre, madre o ángel de la guarda a las energías planetarias que modulan nuestro comportamiento y dibujan nuestro destino. La mayoría de las historias mitológicas de la diáspora afrocubana que figuran en el cuerpo literario del Ifá, están construidas en base a muchas interpretaciones erróneas extraídas de la mitología universal, amén de que esos relatos en su mayoría provienen de hombres que muchas veces no sabían ni leer ni escribir y su mundo se reducía a lo que modestamente conocían. Quizás ello no sería un problema, si esa mitología no fuera la base fundamental de la mecánica de la religión afrocubana de los Orishas, pero infelizmente lo es, y por eso, este escribidor se burla de aquellos que se auto nombran “Defensores de nuestras tradiciones”, pues lo que quieren es contener a Ifá a un solo gentilicio y a una región geográfica insular en el Caribe, cuando la realidad es que la espiral de Fibonacci que contiene a Ifá aunque finita, no puede ser sostenida ni siquiera por varias generación de sacerdotes. No obstante, y gracias a que Ifá se auto preserva tal y como lo señala su cuerpo literario, no todas las historias mitológicas del Ifá de la diáspora afrocubana son inocuas, pues algunas de ellas esconden profundos secretos disfrazados en fábulas sin sentido. Pero no se crea que las historias mitológicas ficticias son exclusividad de la diáspora afrocubana, pues cuando los neo tradicionalistas yoruba se dieron cuenta que su religión se extinguía en su país de origen, optaron por apoderarse del pueblo religioso de la diáspora que ellos mismos generaron. Sin embargo, estos neo colonizadores religiosos, en vez de usar métodos más sutiles para convencernos de que en el origen se hallaba la verdad, torpemente afirmaron que los sacerdotes de Orunmila de la diáspora afrocubana no eran Babalawos, pues no habían sido iniciados en los bosques sagrados de Nigeria, lugar por donde Orunmila y su

descendencia habían caminado. Por supuesto, que no faltaron pendejos que se creyeran esa patraña, pero la mayoría de los sacerdotes de Ifá de este lado del Atlántico los mandó muy largo al carajo, y al ver que esa mentira no era lo suficientemente robusta, los neo tradicionalistas regaron la especie de que si no estábamos presentados ante un fetiche llamado Igba wa Odu (la gran matriz universal) no éramos awoses. Lo que ocurrió después, ya casi todo el mundo lo sabe, muchos abandonaron sus atributos afrocubanos, se fueron a Nigeria y allá los iniciaron, a otros les hicieron el Ifá neo tradicionalista aquí y no faltó quien tratara de fusionar las dos vertientes para así conciliar ambas corrientes religiosas; pero esto último, lo que hizo fue confundir más aún a los seguidores del culto a los Orishas. La calabaza llamada Igba wa Odu no es Olofi y ni remotamente tienen parecido o cumplen la misma función… La auyama divinizada que usan los neo tradicionalistas para iniciar a sus sacerdotes de Orunmila, solo es un simbolismo y lo único que genera es un arquetipo que explica cómo nació Orunmila (La esfera de Binah la gran Madre); y es que el Dios del destino de los Yoruba es un titán que nació de la copulación entre el Cielo y la Tierra, y quien quiera comprobarlo solo debe leer la teogonía de los Dioses de Hesíodo, texto griego de donde fue copiado la cosmogonía de Ifá y de los Orishas. De manera que Igba wa Odu lo que realmente genera es a una raza de gigantes, aquellos Dioses que reinaron durante la edad de Oro del hombre y que culminó con la gigantomaquia llevada acabó por Obbatalá, cuando este Osha cambió el oro por la plata acabando así con el reinado de Orunmila, el cual tenía la fea costumbre de devorar a sus hijos. También hay que desechar la idea de que Igba wa Odu es una matriz donde concursa solo lo femenino, pues la fecundación la genera un elemento masculino en la calabaza que está representado por Urano (el cielo) y la que realmente pare a los titanes es Gea (la Tierra). En las tierras de este lado del océano que nos separa de nuestra madre África, por alguna razón histórica de peso, la multi vectorial diáspora africana que llegó a Cuba, no trajo en sus conocimientos el uso de la calabaza como elemento

religioso principal para iniciar a los neófitos en Ifá, y si algún esclavo lo trajo consigo, ello se perdió en el tiempo (cuando uno se enfrenta a Saturno….. el gran muro). La realidad, es que actualmente sin el concurso del atributo de Ifá llamado Olofí no es posible iniciar al neófito como sacerdote de Orunmila, y ello está bien respaldado en el cuerpo literario de los códices de Ifá y sus historias mitológicas, amén de que dichas historias prohíben a la mujer verlo. Pero determinar el origen de este atributo y sus características hoy en día resulta muy difícil y confuso, sobre todo porque el tema de Olofi resulta tabú para la mayoría de los seguidores de esta religión. Si usted pregunta ¿Quién es Olofi? La gran mayoría pensará inmediatamente en el personaje de ficción literaria llamado Jesús el Cristo, y no puede haber mayor aberración religiosa que esa; pero eso pasa porque unos cuantos mayores sincretistas de esta religión así lo han afirmado públicamente, pues no tienen los cojones necesarios para aceptar que practicamos una religión pagana. Otros sacerdotes de Orunmila mejores instruidos, le indicarán que Olofi es la esposa mística de Orunmila, pero de allí no pasarán, pues si usted les pregunta el ¿Por qué si Olofi es un atributo femenino, las mujeres no pueden verlo? Solo serán capaces de citar el signo de Ifá que así lo prohíbe sin darle más explicaciones. La verdad es que las energías de Orunmila son masculinas a pesar de que la región del cielo donde actúa el planeta Saturno es femenina (constelación de Capricornio). Pero como escribí anteriormente, de las historias mitológicas despende la mecánica de la religión de los Orishas, así que para poder “parir” un hijo de Ifá, Orunmila necesitaba de esposa, una que pudiera conservar el linaje real de la edad de Oro, y es por eso que ninguna de las Diosas yoruba de la edad de plata, y a pesar de haber copulado con él puede ser considerada su legítima esposa, es decir, ni Oshún, ni Yemayá, ni Oyá (solo por nombrar a las principales). Ahora bien, la gran pregunta es: ¿Cuál es el astro fuente de las energías de Olofi? Pues nada menos que una de las Lunas de Saturno y que lleva por nombre Rea. Este matrimonio haría que en los hijos del fruto

de su unión (los awoses) predomine el espíritu del padre a través de Orunmila y el alma de la madre a través de Rea, cuya fuente de energía es armónica con la de Orunmila y representa el lado femenino de dicha irradiación. Así que este atributo no es un invento de la diáspora afrocubana como quieren hacernos creer los neo tradicionalistas, sino algo bien fundamentado en la mitología universal, y quien quiera ir más allá, se dará cuenta de que Saturno y Rea son hermanos, lo que no sería impedimento alguno, pues los matrimonios entre hermanos eran normales en la antiguas civilizaciones, y se realizaban con el fin de preservar el linaje real. Pero la misma hipocresía del sacerdote de Ifá que prefiere disfrazar a Olofi con Jesús el Cristo por temor a ser llamado pagano, es la misma que le impide reconocer que el sacerdote de Orunmila es un hijo del incesto, el cual se considera un pecado en las religiones monoteístas. Espero que ahora si quede clara la sentencia de: “Orunmila no quiero que tus otras esposas me vean a la cara”, pues ¿Qué pasaría si usted querida lectora, se entera de que su esposo fornica con su hermana?

Oyá: Diosa Yoruba Dueña Del Pan y el Trigo

En estos días leí boquiabierto en un foro de la religión yoruba, un intercambio de mensajes ofensivos entre una sacerdotisa de Osha, cuyo fanatismo por la práctica de la mecánica de la religión afrocubana raya en el absurdo y un sacerdote de Ifá con ganas de molestarla; y la verdad es que ya no sé si es que la concepción animista que exhiben abiertamente la gran mayoría de los sacerdotes yoruba de la diáspora africana de hoy en día, es la que me genera un sentimiento de estar aislado en esta religión. Lo cierto es que la iyalosha acusaba al awó de querer desbaratar el sistema de creencias yoruba de la tradición cubana, pues el sacerdote de Ifá, le señaló en sendos mensajes, que él considera que la tradición yoruba de la diáspora africana le asignó a Oyá un lugar de culto que no le corresponde, pues la ubicó en la puerta de los cementerios, y eso desvirtúa la característica intrínseca de la que se dice es la esposa de Shangó, dueña de la centella y de los vientos (según las historias mitológicas cubanas). Sin embargo, este sacerdote de Ifá tampoco está muy claro en el asunto, porque su argumento no resulta muy sólido que digamos, pues alega que los cementerios, son una creación posterior del hombre y que nada tienen que ver con Oyá y con los ritos funerarios que a ella se le quieren endosar, amén de que resulta descabellado pensar que la Diosa del panteón yoruba esté en la puerta del camposanto todo el día, solo esperando para recibir a los cadáveres que llegan. En más de una oportunidad he señalado, que la mitología yoruba es solo un recurso pedagógico del sacerdote, y que en la mayoría de los casos es usado para ocultar a los legos, la verdadera esencia de lo que subyace bajo la aparente simplicidad de las historias. El sacerdote yoruba que solo se atiene a la superficialidad de las historias mitológicas de la diáspora africana, solo ve en Oyá a una Diosa que vive alternativamente en el mercado y en el cementerio y cuya furia se manifiesta en los fenómenos eólicos violentos como los tornados, las trombas marinas y los huracanes; por eso el sacerdote de esta religión que vive solo encerrado en el africanismo y el cubanismo, jamás podrá entender las energías esenciales de ningún Dios yoruba, lo que significan, de donde provienen y su simbolismo religioso; corta visión que le impedirá a él y a otros, apreciar el culto a

los Orishas en su justa dimensión; oscurantismo que muchas veces es inoculado por los sacerdotes yoruba mayores, los cuales en su mediocridad y en su negligencia para investigar lo que profesan, solo transmiten las supersticiones de la religión yoruba a sus iniciados.

El signo de Ifá Iroso Sa que figura en los códices de la diáspora africana, es el odú isalayé en que las energías de Oyá bajan del cielo a la tierra, y la frase de ese mismo signo: Nacen los cereales, es la sentencia que oculta la fuente originaria de la energía de la Diosa yoruba de la centella, punto nodal que permite al estudioso de dichos códigos, aprender mucho sobre la verdadera naturaleza de Oyá. Los que han seguido mis artículos y han logrado asimilarlos, saben que las fuentes de energía de los Dioses del panteón yoruba, no se encuentran en la Tierra, sino en el cosmos; pero la pérdida del conocimiento ancestral del sacerdote yoruba, el cual se originó a partir de las invasiones de las tres grandes religiones monoteístas en África, redujeron a la antigua sabiduría pagana de la religión yoruba, a una cadena de supersticiones donde se adora al efecto y no a la causa, y es por eso que preferimos pensar en una Oyá con características femeninas negroides, parada en la puerta del cementerio o vendiendo verduras en un puesto del mercado. El planeta enano Ceres, el cual se ubica en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, es el planeta fuente de la energía de Oyá, cuyo ciclo en la eclíptica zodiacal es de aproximadamente cinco años. El símbolo de este pequeño planeta es similar al del planeta fuente de la energía de Oshún (Venus), solo que en Venus el círculo del espíritu domina sobre la cruz de la materia y en el de Ceres, es el alma quien domina sobre la cruz de la materia, y he allí la explicación de la hermandad de estas dos Diosas del panteón yoruba. Pero es necesario ir al origen mitológico de la Diosa romana Ceres, la cual es la misma Deméter del culto helénico. Ambas son Diosas de la agricultura y su simbolismo principal es el cultivo del trigo, sembradío primordial que señaló el paso

del hombre de nómada a sedentario. Es por eso que en el signo de Ifá Iroso Sa nacen los cereales y Oyá es relacionada con el mercado, sitio donde va a parar finalmente los productos de la actividad agrícola. ¿Pero entonces cómo a Oyá se le relacionó con el mundo funerario, si estas Diosas no están relacionadas con la muerte sino con la vida? Para poder tener una pista de cuál fue el proceso de relación de Oyá con la muerte y los ritos funerarios del hombre, hay que nuevamente ir a los códices de Ifá de la diáspora africana y de allí viajar nuevamente a la mitología helénica.

En el signo de Ifá Iwori Rote, figura una frase reveladora: Nacen las cuatro estaciones, y el signo de Ifá Osá Shé aclara: Por qué el principio vital (fuerza de la vida) en el Verano radica en la corteza terrestre y en Invierno en las entrañas de la tierra. Si Usted amigo lector, se toma la molestia de investigar sobre el nacimiento de las cuatro estaciones climáticas desde el punto de vista helénico y que son mencionadas en el signo de Ifá Iwori Rote, se dará cuenta inmediatamente del porqué de las características funerarias atribuidas a la diosa Yoruba Oyá, hecho fundado por lo que le aconteció a la princesa Core, hija de Deméter (la Ceres romana) la cual se convirtió en Perséfone esposa del Hades rey del inframundo. Es asombroso que esta historia griega esté escrita en el signo de Ifá Osa Shé, bajo el nombre de: La madre Tierra, donde solo se sustituyeron los nombres de Dioses helénicos por los Dioses yoruba y el símbolo de la flor de Lirio (símbolo universal de los muertos) por la calabaza (símbolo esencial de las religiones africanas). Pero ¿Cuál es la esencia de Oyá? ¿Cuál es su función en el panteón yoruba? Ceres es hija de Saturno Dios de la agricultura, planeta que es la fuente original de las energías de Orunmila; eso significa que Oyá está relacionada no solo con la ley universal de causa y efecto regida por Orunmila, sino también con el destino del hombre, y para entender esto hay que analizar el simbolismo del cultivo del trigo y su producto final el pan, proceso que se asemeja a un desarrollo alquímico transformador del alma. El

trigo no es una cosecha espontánea, necesita de una programación de las fechas de cultivo, una selección cuidadosa de las semillas, requiere de cuidados intensos y protección contra las plagas y las malas hierbas. Así que la conjunción de todos estos factores incidirán en el volumen de trigo cosechado; luego cuando finalmente se elabora el pan, en su fabricación han intervenido las cuadruplicidades, es decir los cuatro elementos básicos de la naturaleza: Aire, tierra, fuego y agua. Pero el pan, alimento ancestral primigenio de la humanidad, no solo sirve para saciar el hambre, también se convirtió en alimento del espíritu, pues está presente en casi todas las religiones como ofrenda sagrada y símbolo de comunión con Dios, y en la religión yoruba, donde al pan se le llama akará no es la excepción, pues se usa para comunicarse con Olofi (el supremo). Así que Oyá no se reduce a una simple verdulera en un mercado, ni a una Diosa a la puerta del cementerio esperando un cortejo fúnebre; Oyá es la madre tierra, la que permitió en su infinita bondad que la humanidad no viviera al azar (nómadas), sino que se organizara y se asentara en pueblos(sedentarismo), fue la que les dio sus secretos a las sacerdotisas que cultivaban la tierra en la antigüedad, y que luego se manifestaron en la mayoría de las fiestas paganas que se celebran hoy día. Es ella, la dueña del trigo y quien otorgó el pan de vida a los hombres, para que la humanidad trascendiera después de la muerte, al darle un alimento (el pan) para que desarrollara su alma y venciera la prisión de la materia.

La iniciación del sacerdote de Osha: La evolución y el atraso espiritual en una sola ceremonia.

Ahora que mi esposa y yo podemos conversar en paz y sin ningún miedo o tabú que inhiba nuestros pensamientos, hemos llegado a conclusiones sorprendentes… Claro, todas ellas basadas en la cosmovisión de la religión de los Orishas que profesamos durante esta última década. En la iniciación de un sacerdote de los Dioses yoruba de la vertiente de la diáspora afrocubana, se pueden observar claramente dos etapas bien diferenciadas, en una se entrega la herramienta para el avance espiritual del sacerdote, y en la otra se fabrica el pesado lastre que en la mayoría de los casos impedirá el desarrollo pleno de la espiritualidad de ese mismo sacerdote. Pero desnudemos estas dos etapas por dentro para que se pueda asimilar lo que quiero dar a entender. • Ceremonia de asentamiento del alagbatorí (yoko Osha): Esta etapa es la principal cuando se va a iniciar a un sacerdote de Osha, no importa cuál sea el ángel de la guarda que se le asiente a la persona, pues aquí lo importante es la conexión Cielo – Tierra que se establecerá. Lo primero que tiene verdadera relevancia durante este período es la elaboración del omiero, agua lustral con la cual se bañará al iniciado para limpiarle el astral y así salvarlo de las tres furias (envidia, odio y venganza). Una vez cumplido ese paso, se procede a establecer la conexión Cielo – Tierra, es decir la del iniciado

con las energías de los Orishas, y que está basada en el axioma universal: “Como arriba abajo es, y como abajo arriba es”, precepto universal que ya nos señala que las energías de los Orishas provienen de los astros y no como nos pretenden hacer creer los ignorantes, que provienen de los elementos de la naturaleza o de los ancestros de esta religión. Infelizmente, en esta misma etapa se introducen los elementos perniciosos que en la siguiente fase se consolidarán, para luego obstaculizarnos el desarrollo espiritual. Las piedras, las soperas y la parafernalia de los Orishas, son instrumentos inútiles en la consagración de un sacerdote de Osha. La piedra, el ará u otá no tiene sentido en una iniciación que abre los canales de comunicación directos entre las energías de los Orishas y el sacerdote. ¿Para qué sirve la piedra en la sopera? Solo para recibir el sacrificio de la sangre de un pobre animal, ya sea por la razón que sea. ¿Para que los atributos, de madera, plata, cobre, latón, hierro o plomo en las soperas? Eso es peor aún, pues no tienen ninguna utilidad e igual reciben sacrificio de sangre. La sopera es uno de los elementos más fútiles de esta religión, pues solo refleja la vanidad del sacerdote. El caracol, el cual es la herramienta física de comunicación del sacerdote con el Orisha, y que está bien que se lave con agua de hierbas, pero que de ninguna manera mejorará la comunicación con los Dioses yoruba si se le sacrifica sangre animal, pues es su portador quien tiene el poder de interpretarlo según su capacidad espiritual. Finalmente, el pulso, los collares y los ildé son solo adornos que no tienen poder alguno sobre nosotros, y que solo sirven para identificarnos como miembros de un club. • Ceremonia del sacrificio animal a los atributos de los Orishas o kari Osha: Es en esta etapa donde se les desgracia la vida al recién iniciado, pues la maravillosa ceremonia que le hicieron en el yoko Osha, se la nublan totalmente para que jamás pueda encontrar el camino a la espiritualidad. La comprensión de ello está, si uno se auto formula la siguiente

pregunta: ¿Quién recibe el sacrificio de sangre que a nombre de los Orishas se ejecuta en esta fase? ¿Los Dioses yoruba, cuyas energías habitan en el firmamento? Inclusive ¿La reciben los elementos de la naturaleza donde algunos afirman que viven los Orishas? Pues no, quien recibe esa sangre animal son los ancestros de esta religión, y aquí hay que obligatoriamente preguntarse: ¿Si esos ancestros están elevados a los planos superiores del plasma eggun? O por el contrario, son seres de bajo astral que aún requieren del sacrificio animal para continuar apegado al plano que ya abandonaron. Este escribidor, el cual ya no forma parte de esta religión, ha encontrado la respuesta que tanto le atormentó durante todos estos años, pues siempre me pregunté: ¿Por qué en el seno de la religión de los Orishas hacen vida tanto miserable, tanto hipócrita, tanto sacerdote de Ifá o de Osha de mal sentimiento y bajo astral, que inclusive no tienen empacho alguno en cometer sus fechorías a la vista de todos? Para los que deseen saber la respuesta a mí interrogante, les recomiendo leer el libro “El Informe Felas” del autor Felas du Richard, el cual explica detalladamente el por qué la delincuencia ha aumentado a proporción geométrica en estas últimas décadas, proceso de similar factura que se concreta en nosotros cuando acudimos a sacrificarle sangre a nuestros atributos de los Orishas, pues los que reciben ese sacrificio están ubicados en lo más bajo del plasma eggun y eso no es bueno para alguien que desea elevarse espiritualmente. Lo cierto, es que aquellos que creen que esos atributos de los Orishas tienen poder, les digo que están equivocados, pues en el universo todo está jerárquicamente bien estructurado en planos, y por más que se le quiera atribuir la obtención de algo al plasma eggun de bajo astral, este no será dado si lo que está más arriba de ellos no lo otorga por estar marcado en nuestro destino.

• Epílogo: Sé que es difícil cambiar los paradigmas que por más de trescientos años nos ha impuesto la cúpula de la diáspora afrocubana de la religión de los Orishas, pero si los que practican o siguen el culto a los Dioses yoruba, no dan un salto hacia adelante eliminando el sacrificio de animales, esta religión seguirá siendo un culto al atraso espiritual, y albergará a todo aquel que no desea desarrollarse en el sendero de la vida, pues al igual que a los espíritus ancestrales al que les brinda sangre animal, y que están cómodos donde están, ellos también no desearan caminar hacia adelante para evolucionar; y si no me quieren creer, pues solo investiguen un poco y me dicen después… ¿Cuál de todas las religiones y cultos que aún sacrifican sangre de animal, han dado líderes espirituales a los que valga la pena seguir?