Arte Del Renacimiento en Europa

Arte del Renacimiento en Europa El Renacimiento es un movimiento cultural que surge enItalia en torno al 1400. Marca el

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Arte del Renacimiento en Europa El Renacimiento es un movimiento cultural que surge enItalia en torno al 1400. Marca el salto de la época Medieval a laEdad Moderna y trae consigo una gran transformación cultural, no sólo de las artes, sino también de las ciencias, de las letras y de las formas de pensamiento. El Renacimiento se caracteriza por el rechazo de muchos de los principios del conocimiento medieval y por la admiración de antigüedad grecorromana. Pretende recuperar el saber clásico, en el que busca una nueva escala de valores para el individuo. Frente a la sociedad medieval, en la que todo giraba en torno a la idea de Dios, durante el Renacimiento, el hombre pasa a ser el centro del universo. Emplea la razón como fuente del conocimiento y busca la verdad a través de la reflexión personal y de la investigación.

Los rasgos esenciales son el redescubrimiento de la cultura clásica griega y romana, el Humanismo y el antropocentrismo. El arte renacentista girará en torno al ser humano, pero eso no significa que deje de ser religioso, sino que además de la Iglesia, aparecerán nuevos mecenas como, por ejemplo, los ricos comerciantes o la monarquía. Gracias al nuevo mecenazgo, el arte deja de desempeñar exclusivamente funciones religiosas y aparecen nuevos géneros y temas como los retratos, el desnudo, el paisaje o los cuadros mitológicos. Y además de iglesias, también se construyen palacios, ayuntamientos, universidades, etc.

El artista, que durante la Edad media era considerado como un artesano, empieza a ser valorado por su dimensión intelectual y sale del anonimato. Ya no se valora el arte sólo por su utilidad, sino que se busca en él la belleza. Las obras de arte dejan de ser objetos que tienen que cumplir necesariamente una función y pasan a ser considerados objetos autónomos. Esta nueva concepción promoverá el coleccionismo. Etapas El Renacimiento surge en Italia en el siglo XV de la mano del Humanismo, mientras que en el resto de Europa perdura el gótico tardío medieval. Distinguimos dos etapas dentro del Renacimiento italiano, la primera, en el siglo XV, denominada Quattrocento, y el Cinquecento, en el siglo XVI.

Por Europa se difunde en el siglo XVI, y aunque seguirá los modelos del Renacimiento italiano, al salir fuera de Italia, sufre las influencias de las distintas regiones, por lo que en cada país tendrá personalidades distintas. En Francia, por ejemplo, se difunde rápidamente gracias a la actitud del monarca Francisco I. Pueden distinguirse dos periodos: uno en el que perduran las estructuras góticas con ornamentación renacentista y otro, en el que se dejan las estructuras medievales y se pasa a las romanas del renacimiento.

En España se desarrolla en tres fases. El Plateresco, caracterizado por una abundante ornamentación muy minuciosa de influencia florentina y lombarda. El periodo greco - romano, durante el reinado de Carlos I, que da mayor relevancia a

lo arquitectónico, a las estructuras y elementos constructivos empleados en Grecia y Roma. Y el periodo Herreriano, que se centra en la estructura y deja de lado todo tipo ornamentación.

Orden y secciones de esta página La página del ARTE DEL RENACIMIENTO EN EUROPA está ordenada por subsecciones que aparecen en la columna de la izquierda. Dichas secciones incluyen áreas temáticas, así como los principales artistas del Renacimiento en Europa, especialmente en Italia · Renacimiento en Europa. Página principal · Introducción al Renacimiento Italiano · Quattrocento Italiano · Cinquecento Italiano · Introducción a la Arq. Renacentista Italiana · Brunelleschi · Alberti · Masaccio · Botticelli · Piero della Francesca · Rafael · Leonardo da Vinci

· Miguel Ángel · Donatello · Donato Bramante · Pablo Veronés · Jacopo Robusti Tintoretto · Tiziano Vecellio · Alberto Durero No olvide que, a su vez, en la columna de la derecha ("Contenidos") puede visitar otras secciones sobre arte en España y el mundo occidental de todos los tiempos. Renacimiento Italiano Introducción al renacimiento Italiano Para poder comprender en su totalidad lo que una corriente tan compleja como la del Renacimiento supuso, en primer lugar se hace necesaria una inmersión en las causas desencadenantes de la misma. Así, es preciso señalar, antes de nada, que la crisis de los valores conocidos, iniciada a mediados del s.XIV en Europa, dará origen a nuevos modos de concebir y explicar la realidad, puesto que demostrado quedaba que los vigentes estaban obsoletos.

Pestes, migraciones y desmoronamiento de los sistemas establecidos van a estar a la orden del día en estos momentos, provocando una inversión de las estructuras; si, hasta el momento, el poder emanaba piramidalmente desde un punto divino en claro descenso "ordenado" por las diversas clases sociales, ahora la conformación de la ciudad como centro económico va a contribuir a cambiar esta situación, oponiéndose a la estructura feudal (con todo lo que este hecho supondrá). Unido a esto hay que tener en cuenta también el desarrollo de un espíritu mucho más crítico que desembocará en la "escisión" de lo profano y lo religioso, el avance de la ciencia y la tecnología, el aumento en la difusión de la cultura y la aparición de una nueva clase social enriquecida, con peso en la toma de decisiones por lo tanto, muy vinculada a las urbes y que, con el tiempo, se convertirá en demandante de arte: la burguesía. Y en este contexto de comienzos de la Edad Moderna, Italia se alzará como la gran renovadora de antiguos sistemas artísticos, por medio de la reelaboración de la herencia grecolatina y, principalmente, de la asunción de un humanismo que intelectualizará la realidad, despojándola del sentido religioso en primera instancia. Los motivos por los cuales este proceso tiene lugar inicialmente en la península itálica son varios: por un lado, hay que tener en cuenta que el espíritu del gótico, así como sus formas, no había terminado de arraigar en este país de igual manera que en el resto de Europa. Además Italia era precursora en la moderna economía y en la organización política del territorio (mediante sus ciudades-estado) y contaba con una enorme herencia literaria, filosófica y artística clásica a la que se volverá la mirada a lo largo de los siglos XV y XVI.

Teniendo en cuenta toda esta serie de circunstancias y el cambio que se estaba operando en la concepción del mundo, era lógico que los modos existentes de representación del mismo llegaran a un punto en el que ya no fueran válidos, debiéndose encontrar otros nuevos. Sin embargo, y como ya han señalado con anterioridad autores como Hauser, el Renacimiento no supuso una completa "innovación" y ruptura con lo anterior sino que muchas de las claves que en él se pueden encontrar obedecen a la culminación de un proceso de transición iniciado ya en el medioevo. Lo que de novedoso aportará el Renacimiento es su ideal antropocéntrico: el concepto de la posición y el valor del hombre en el mundo va a experimentar una suerte de revisionismo, pasando éste a ser considerado eje central de la creación puesto que es la obra más "perfecta" que en ella se puede encontrar (muy unido a este hecho se puede establecer el individualismo inherente a dicha corriente renacentista). También será muy señalado en estos momentos el afán por comprender la realidad, al servicio del cual entrarán a formar parte la ciencia y la técnica, adquiriendo su desarrollo ahora un alto grado una vez liberado de lastres pseudoreligiosos. Así, es el espíritu que anima al mundo lo que cambia en el Renacimiento, resultando todo este conjunto de factores decisivo en relación a la historia del arte puesto que poseerá su analogía en dicho campo (la

representación se hace más naturalista, surge la perspectiva, se adecuan las proporciones a la percepción humana, etc.). El arte italiano del Renacimiento supondrá un resurgir de los modelos clásicos de la Antigüedad, un interés por el estudio de la naturaleza y de la forma óptima de su representación (cambia con respecto a la Edad Media no tanto la búsqueda del naturalismo como el porqué de dicha elección), el intento de consecución de la armonía en las composiciones (que se trata de conseguir por medio de la aplicación de leyes teóricas) y la aparición de una mentalidad que considera individualmente a los artistas en función de la calidad y los rasgos particulares de cada uno. Además, y como ya se ha apuntado anteriormente, el mecenazgo varía en estos momentos dado que ya no es la iglesia la única institución con capacidad para realizar encargos o, incluso, adoptar bajo protección a determinados maestros. La aparición de nuevas tipologías constructivas y representativas será un hecho vinculado a este fenómeno en lo que respecta al mundo del arte, estando ambas muy vinculadas además (la arquitectura civil va a demandar un tipo de decoración distinta a la religiosa, por ejemplo). Por lo general, y para simplificar el estudio de este periodo, el arte del Renacimiento en Italia suele dividirse en dos grandes periodos, correspondiéndose el primero de los mismos, el Quatroccento o Primer Renacimiento, con el siglo XV y el segundo, denominado Cinquecento, con el XVI (será este su periodo de madurez). Sin embargo es preciso realizar la matización de que previamente a ambos periodos habría existido un primer momento "prerenacentista" llamado Trecento (s.XIV), importante porque a lo largo del mismo desarrollará su obra el magnífico Giotto di Bondone (considerado el iniciador del Renacimiento), de la misma manera que, a mediados del s.XVI, se podrá advertir ya la aparición de una contracorriente resultado de la crisis que Europa va a sufrir en estos momentos y que, artísticamente, derivará en el nuevo estilo manierista. Quattrocento Italiano

Introducción al Quattrocento Italiano Se denomina Quattrocento al periodo del arte italiano correspondiente al s.XV comprendido dentro de la corriente renacentista, encontrándose de esta manera también la aplicación de las denominaciones de Primer Renacimiento o Bajo Renacimiento para la designación de dicho momento.

Va a ser éste un siglo de descubrimiento por parte de la comunidad artística durante el que la república de Florencia se constituirá en sede central de la misma, gracias al apoyo de mecenazgo realizado por parte de grandes familias como los Médicis y al extraordinario desarrollo económico del que será protagonista.

Arquitectura del Quattrocento El retorno a las formas clásicas características del arte renacentista se dejará sentir en la arquitectura del momento en toda la serie de motivos decorativos provenientes de la Antigüedad, tales como guirnaldas, grutescos, capiteles corintios, etc. Sin embargo la principal novedad no radicará tanto en la forma como en el diseño estructural; el cambio apreciable a lo largo del paso de la Edad Media a la Edad Moderna concretado en la sustitución del pensamiento religioso por el espíritu crítico y empirista tendrá consecuencias en la forma de percibir el espacio y el tiempo (la cual repercutirá a su vez en la arquitectura del momento). Frente a la verticalidad propia de las catedrales góticas (símbolo del intento de unión del hombre con Dios), en el Renacimiento será la tendente horizontal la gran protagonista, junto con la perspectiva, que concreta la mirada en un punto de fuga, y la proporcionalidad entre las partes. Además, se plantean ahora planes centrales en la construcción, no sólo por la influencia de la herencia clásica sino también porque son mucho más adecuados a la "medida" de la percepción humana que los longitudinales.

Los espacios interiores se diseñan para que el hombre pueda abarcarlos de un golpe de vista, rompiendo con la tradición fragmentaria y secuencial de la Edad Media (el arte medieval necesitaba de varios "tiempos" para poder ser apreciado en su totalidad, frente a lo que sucede con el renacentista, en el que se intenta que toda la composición puede ser entendida de una vez). Éstos van a ser unitarios, ligeros y diáfanos, además de que, en la búsqueda de la coherencia estructural, se recurrirá al uso de las matemáticas a la hora de proyectar el edificio. Junto con esto, la aparición de una clase media profana con influencia y dinero va a favorecer el desarrollo de la arquitectura civil, dando como resultado la realización de bellos ejemplos de palacio, desligándose así la casi totalidad de la arquitectura del poder religioso. Principales arquitectos del momento van a ser Filippo Brunelleschi (artífice de la audaz y grandiosa cúpula de la Catedral de Florencia, la Capilla Pazzi o el famosísimo Palacio Pitti), Michelozzo (autor del Palacio Médicis-Riccardi), Leo Battista Alberti o Giuliano da Sangallo. Escultura del Quattrocento La aparición de las formas renacentistas se habría insinuado mucho antes en la escultura que en la arquitectura, quizá debido a la influencia de ciertos modelos clásicos procedentes de la estatuaria funeraria o a la menor consideración que, frente a la arquitectura, este arte suele llevar consigo normalmente (hecho que posibilita que el cambio sea más fácil). Sea como fuere, es posible encontrar ya desde época previa características muy vinculadas al posterior desarrollo de la escultura renacentista. El interés por la representación de la naturaleza y el desprendimiento de una consideración absoluta de tipo simbólico, a la cual quedaría supeditada la primera, se pueden apreciar en la escultura del momento. Las composiciones siguen la pauta de la búsqueda de la profundidad por medio del uso de la perspectiva y la plasmación de los tipos humanos responde a una individualización y exactitud mucho más naturalista que la medieval. Grandes artistas que trabajarán la escultura serán Lorenzo Ghiberti (Puertas del Baptisterio de Florencia) y Donatello (del que serán obras especialmente representativas su San Jorge, el David y la estatua ecuestre del Condottiero Erasmo de Narni, más conocido como el Gattamelata), junto con el "antecesor" de Miguel Ángel en el empleo de las formas monumentales Jacopo Della Quercia, Lucca Della Robbia (que trabajará en la Cantoría de la Catedral de Florencia asimismo) y Verrochio. Pintura del Quattrocento

La pintura del s.XV va a experimentar una enorme evolución, desde el empleo de las formas aún ligeramente decorativas y el uso de dorados y vistosos colores de Fra Angélico en la primera mitad del siglo hasta la consecución, por ejemplo, de los magníficos sistemas compositivos empleados por Mantegna van a sucederse toda una serie de aportaciones pictóricas que depurarán el lenguaje renacentista. Sin embargo, puede apreciarse en general un interés por la representación volumétrica de las figuras, la comunión narrativa de las partes y la representación verista de la naturaleza, las dimensiones y la profundidad.

Habitualmente se suele establecer una división de la pintura quattrocentista por escuelas principales, en función de la zona geográfica: Escuela de Florencia De la Escuela de Florencia serán principales representantes los ya citados Fra Angélico y Masaccio ("creador" de la perspectiva), además de Piero Della Francesca (maestro en el uso de la luz), Ghirlandaio, Paolo Ucello (para el que será importantísima la profundidad), Andrea del Castagno o el excelso Botticelli (maravillosas serán sus exquisitas y melancólicas composiciones de temas mitológicos).

Escuela de Umbría La Escuela de Umbría, dentro de la que va a destacar Il Perugino, con sus composiciones sensualistas destinadas al gran público. Escuela de Umbría La Escuela de Padua, con el pintor Andrea Mantegna (rotundo, enérgico, de una intensa fuerza expresiva y una gran complejidad compositiva). Escuela de Umbría La Escuela de Venecia (en esta ciudad se introducirá el empleo de la técnica del óleo, la cual posibilita la obtención de unos efectos lumínicos y de color muy especiales), de la que serán puntos fuentes los hermanos Bellini y Vittore Carpaccio. Cinquecento Italiano Introducción al Cinquecento Italiano Si Florencia había sido la ciudad del Quattrocento italiano, Roma será la del Cinquecento; a lo largo del s.XVI la capital artística de Italia va a "trasladarse" a Roma, principalmente por la enorme influencia del Papado, el cual se convertirá en gran protector de los artistas y contratante de obras (además, debido a su enorme herencia clásica, continuaba siendo una ciudad con un enorme tránsito de artífices a la búsqueda de aprendizaje).

A lo largo del periodo correspondiente al alto Renacimiento italiano, denominado Cinquecento, el arte se verá obligado a adecuarse a las normas que el decoro imponga, circunstancia derivada del hecho de que la mayor parte de las obras serán encargos destinados a la decoración de edificios religiosos. Junto con esto, hay que añadir que el arte renacentista clásico alcanzará en estos momentos su culminación, además de que el espíritu revisionista y exhaustivo propio del Renacimiento dará origen a la aparición de tratados compendiosos del lenguaje empleado, sin olvidar tampoco que ésta será una época condicionada artísticamente por el quehacer de grandes figuras tales como Miguel Ángel, Rafael o Leonardo da Vinci.

Con respecto a la división que suele establecerse del s.XVI italiano en lo que respecta al arte se puede decir que, a rasgos generales, el clasicismo adquirirá una potencia enorme durante la primera mitad del siglo siendo sustituido, a lo largo de la segunda, por un barroquismo de las formas correspondiente al sentir manierista. Arquitectura del Cinquecento

Equilibrio, austeridad, robustez y predominio de la arquitectura sobre la decoración son características principales de las edificaciones cinquecentistas clasicistas, como se puede apreciar claramente en las obras de uno de sus principales representantes, Bramante (magnífico será su templo de San Pietro in Montorio, en el que recoge la herencia romana a través del uso de la tipología de planta central circular). Se emplean ahora los volúmenes con un sentido plástico, buscándose el contraste y el juego mediante la conjugación de las formas y el manejo de la luz (elementos cuyo uso teatral se buscará deliberadamente, exagerándolo, durante el periodo manierista). Ésta va a ser una época de grandes construcciones y de grandes autores asimismo; a lo largo de este siglo XVI se inicia el desarrollo y ejecución de uno de los más importantes planes arquitectónicos como será el destinado a la creación de la basílica de San Pedro del Vaticano (es preciso señalar de nuevo que Roma ostenta la capitalidad artística en estos momentos, además de la cristiana, con lo que se hacía necesaria una intervención de estas características que viniera a reforzar y recalcar dicha realidad).

Adjudicada inicialmente su construcción a Bramante, el fallecimiento del mismo dará lugar a la elección del pintor Rafael, cuya participación en el proyecto se verá truncada de igual modo por su muerte, siendo realmente el relevo del posterior elegido (Antonio de Sangallo el Joven) el verdadero artífice del edificio: Miguel Ángel. Éste va a recuperar el plan inicial de planta central propuesto por Bramante y a construir la magnífica cúpula que lo corona, convirtiéndola en referencia de todo el conjunto. Muestras de su tratamiento de la arquitectura serán también la ingeniosa escalera de la Biblioteca Laurenciana de Florencia, el diseño urbanístico de la Plaza del Capitolio en Roma o la colaboración que realizará en el Palacio Farnesio (modelo de palacio romano, será comenzado por Sangallo). Para finalizar, merece la pena destacar dentro de la tendencia manierista a los arquitectos Vignola, el cual creará en la Iglesia del Gesú, en Roma, un modelo posteriormente muy empleado y Andrea Palladio (artífice del recurso denominado "ritmo palladiano", destinado a conseguir efectos de movimiento y claroscuro, así como del Teatro Olímpico de Vicenza). Escultura del Cinquecento No es posible hablar de escultura renacentista italiana sin nombrar a uno de los más grandes e importantes artistas de esta disciplina (y no sólo del momento) como es Miguel Ángel; la calidad de su trabajo y su capacidad para obtener "vida" del mármol no puede, incluso a día de hoy, por menos que causar una completa admiración. En él es posible encontrar los distintos registros que se sucederán a lo largo de este s.XVI, desde aquellas obras iniciales donde se acatan todas las reglas clásicas hasta el manierismo terrible, por completo visionario, de sus "esculturas inacabadas" (ejemplo de las cuales puede citarse la Pietá Rondanini).

Grandes obras, convertidas en hitos de la historia del arte, van a ser esculturas como el David (tipología clásica, pero completamente novedosa en la forma de representación, en la que además son apreciables la enorme fuerza intrínseca de sus personajes, la monumentalidad y el perfecto conocimiento y ejecución de la anatomía característicos de la obra de Miguel Ángel), el Moisés concebido para el sepulcro del Papa Julio II o la maravillosa Pietá vaticana. Pintura del Cinquecento Dos grandes figuras vendrán a completar la lista de maestros renacentistas, aunque esta vez en lo que a pintura se refiere: Leonardo da Vinci y Rafael, el primero de los cuales será el prototipo absoluto de hombre del Renacimiento (pintor, escultor, inventor, etc.). Las obras de Leonardo poseen un cierto misterio (empleará la técnica del sfumato para envolver sus representaciones de una especie de sugestivo velo difuminador) que las hace especialmente sugestivas, además de que su maestría técnica y el enorme conocimiento que posee del cuerpo humano le posibilitarán abarcar aquel registro de emociones que desee representar. Gran observador de la naturaleza humana, el estudio psicológico realizado de sus personajes queda patente en retratos como el de la universalmente famosa Gioconda.

Rafael, gustoso de modelos de una ingenuidad y belleza equilibrada en sus inicios, perfectos ejemplos del más puro clasicismo, sufrirá una evolución enorme en su pintura a partir de la asunción de diversas influencias, llegando incluso a rozar el Manierismo en sus últimas piezas. Además, también será posible encontrar de nuevo la representación miguelangelesca en obras como los frescos de la Capilla Sixtina, además de una veneciana en las figuras de Giorgione, el maestro del color y las composiciones mitológicas Tiziano, el Veronés y el Tintoretto, sin olvidar a los manieristas Correggio y Parmigianino.

Arquitectura Renacentista Italiana. Orígenes La arquitectura renacentista nace en Italia durante el Quattrocento. Sus características más importantes son: 

Deseo de realizar edificios perfectos desde el punto de vista de "perfección técnica", basándose en cálculos matemáticos y geométricos, para obtener la máxima armonía y proporción.



Para ello toman como módulos el radio y el diámetro de una columna. Hay teóricos como Paccioti que hablan de la proporción áurea, que es la más adecuada para la construcción: 1 m. de alto x 1,6 m de ancho.



El efecto ascensional del gótico es trocado por la horizontalidad.



Tiene preferencia el espacio unitario. Es decir, se busca que desde el interior se pueda tener una visión total del edificio, sin importar el punto de vista del observador.



Se busca la belleza formal.

Elementos constructivos de la Arquitectura renacentista Italiana. La principal influencia, obviamente es la del mudo clásico, muy especialmente de la arquitectura romana. Elementos sustentantes: Sustentante continuo: el muro recupera su valor como sustentante. Es frecuente que estén articulados con pilastras, líneas de imposta, etc.

Sustentantes discontinuos: se utilizan los órdenes clásicos, con preferencia por el corintio. También se usan entablamentos y frontones. Elementos sostenidos El arco que se emplea es el arco de medio punto. Como cubiertas, se emplena las planas con casetones o bóvedas (de cañón o de arista). La cúpula adquiere un especial protagonismo y va a ser una constante preocupación técnica de los arquitectos renacentistas.

Elementos decorativos Se utilizan: 

Elementos constructivos para decorar: pilastras, entablamentos...



Medallones o tondos (círculos con relieves en el centro).



Sillares almohadillados



Guirnaldas.



Columnas abalaustradas.



Conchas.



Grutescos (seres fantásticos mezcla de humanos, animales y vegetales).



Es frecuente que la decoración se disponga a candelieri (con un eje central en torno al que surgen los elementos ornamentales)

Tipos de edificios en que se aplica la nueva arquitectura renacentista italiana Los tipos de edificios son muy variados. Predominan los religiosos, con planta longitudinal (cruz latina o basilical), pero abundan también los de planta central (cruz griega o circular). Entre los edificios civiles destaca muy especialmente los palacios, aunque también, la nueva arquitectura se aplica a otras construcciones civiles como hospitales, bibliotecas, etc. Arquitectos italianos del Quattrocento Los genios de la arquitectura renacentista de la primera etapa (Quattrocento) son: 

Brunelleschi. Es el hombre que sienta las bases de la arquitectura renacentista. Entre sus obras más afamadas se encuentra la cúpula de la Catedral de Florencia, la Basílica de San Lorenzo, el Palacio Pitti, etc.



León Battista Alberti. Junto con Brunelleschi es el principal artífice del siglo XV italiano en cuanto a arquitectura se refiere. En su haber se encuentra el templo de Malatesta de Rimini, la fachada de Santa María Novella, etc.



Michelozzo di Bartolomeo. Creador del Palacio de los Médicis- Ricardi.



Giuliano Sangallo. Artífice de Santa María delle Carceri en Prato.

Por la importancia de Brunelleschi y Alberti, hay páginas dedicadas exclusivamente a su obra (VER COLUMNA IZQUIERDA). Filippo Brunelleschi, biografía y obra Filippo Brunelleschi fue el arquitecto más importante del siglo XV en Italia y verdadero emblema del nacimiento de la arquitectura renacentista. Fue un artista muy prolífico que desarrolló su trabajo en Florencia. Como otros genios del Renacimiento, Brunelleschi practicó otras artes, como, por ejemplo, la escultura.

En el plano de la arquitectura, Brunelleschi investigó los viejos edificios del clasicismo romano levantando planos, plantas y alzados, obsesionado por representar la arquitectura tridimensionalmente. Su mayor gloria es que, ya en la primera mitad del siglo XV, dejará sentadas las características esenciales de la arquitectura humanista del Renacimiento italiano. Sus obras más notables son: Cúpula de la Catedral de Florencia o Santa María de las Flores. Es su obra más famosa. Esta enorme cúpula no sólo destaca sobre el conjunto de la iglesia sino que es una referencia visual en toda la ciudad de Florencia. La catedral de Florencia es gótica y fue realizada por Arnolfo di Cambio, pero estaba sin concluir pues se encontraba sin abovedar el crucero.

Por la altura del edificio, la cúpula que cubriera dicho crucero no podía ser totalmente semiesférica por posibles problemas en el sistema de empujes y contrarrestos. La solución que llevó a cabo Brunelleschi fue una cúpula en forma de curva parabólica, que en realidad esta formada por dos: una inferior, y otra exterior, de ladrillo y dividida en tramos a modo de gajos. La distancia entre ambas cúpulas se mantiene siempre constante. Por su casquete alargado recuerda al gótico. Está construida sobre un tambor poligonal (octógono) decorado con mármoles. En cada uno de los lados se abren ventanas circulares. Basílica de San Lorenzo de Florencia Inspirada en las basílicas paleocristianas que Brunelleschi estudío, se trata de un templo con planta de cruz latina de tres naves, planteada bajo un esquema 2-1, es decir con la nave central más alta y ancha.

En el interior, la nave central tiene cubierta adintelada con casetones y las laterales bóveda de arista. La separación de las naves se establece mediante columnas de orden compuesto y sobre ellas entablamento en el que descarga cada arco de medio punto. En el crucero dispuso de cúpula como abovedamiento. Brunelleschi busca en esta iglesia básicamente dos aspectos: 

Horizontalidad: Se emplean elementos arquitectónicos que refuerzan la sensación de horizontalidad, como los entablamentos, la cubierta plana de la nave central, etc.



Armonía: Busca la armonía empleando criterios geométricos. Por ejemplo establece formas cúbicas ya que altura de las columnas es idéntica a la distancia entre columnas contiguas y entre éstas y los muros de las naves laterales.

También citaremos aquí la Basílica del Espíritu Santo, que es similar a la anterior. Palacio Pitti La importancia del Palacio Pitti de Filippo Brunelleschi es que en él el autor establece el modelo renacentista de palacio que fue ampliamente seguido por sus discípulos, como ocurre en el caso del Palacio Médici- Ricardi, obra de Michelozzo di Bartolomeo. El aspecto externo es casi de una fortaleza. Tiene planta en cuadrilátero en que las dependencias se construyen en torno a un patio. Muestra una tendencia a la horizontalidad mediante una superposición de tres pisos o cuerpos. El muro está muy articulado mediante balaustradas. Se emplean para los muros sillares almohadillados, que va siendo más plano a mediad que se gana altura. Los vano con arco de medio punto constitudios por dovelas almohadilladas. Las ventanas llevan frontón. Fachada del Hospital de los Inocentes Se trata de un edificio de gran horizontalidad. En el cuerpo inferior se dispone de un pórtico con arcos de medio punto sobre columnas corintias, que se despega visualmente de la construcción. En las enjutas de los arcos hay tondos o medallones policromados con figuras blancas (bebés que piden) sobre fondo azul. Es el único elemento figurativo, ya que Brunelleschi desnuda esta fachada del Hospital de los Inocentes del resto de elementos decorativos. Capilla Pazzi

La Capilla Pazzi es ua obra de plena concepción renacentista. Es de planta cuadrada cubierta con cúpula, donde se da la interacción del espacio cuadrado con cubierta circular. La fachada se articula mediante un pórtico con columnas por el que se accede a la construcción, que combina el arco central con superficies adinteladas. En esta superficie hay un entablamento que "rompe" en el centro en arco de medio punto. En todo el edificio se aprecia la búsqueda de la armonía frente a la monumentalidad.