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José María Arguedas

EL ZORRO DE ARRIBAYEL . ZORRO DE ABAJO Edición Crítica

Eve·Marie Fell Coo~dinadora

9t4~.Ji K{§jio de vida». El encuentro con aque a a egre mu;er e ió con esa (1968); aquella (1969). ser el toque suti~ complejísimo que mi cuerpo y alma necesi. taban, para recuperf;zr e(roto vz'nculo con todas las . cosas~ Cuandoese vz'nculo se hacza mtenso podza trarlsm_~ 1f1Vt' (k ('(YN V palahra la materza de las cosas. Desde ese momento he vivido J con mt1!17Upczones, algo mutiiado. El encuentro con la 'zamba no pudo liacer resucztar en mí la capacidad plena para la lectura. En tantos años he lez'do sólo unos cuantos ~~"" 7' libros. Y ahorá estoyotra vez a las puertas de! suicidio. Porque, n~ente, me siento incapaz de luchar bien, de trabajar bien. Y no deseo, i:omo en abn/ de/66, conuer- Abril (1?68). tirme en un enfermo inepto, en un test_igo lamentable de los .

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revólver es seguro y rápido, p_ero no esfácil fOnseguirlo. Me resulta inaceptable el doloroso veneno que usan los pobres en Lima para suicidarse; no me aeuerdo iel nombre de e.ie insecticida en este momento. Soy cobarde para el dolorfísico y seguramente pa~a sentir la muerte. Las pz7doris -que me dijeron que mataban con toda seguridad- producen una muerte macanuda, cuándo matan. Y si no, causan lo que yo

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EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO

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muerte en un cu~f!..~_¡j_rif.S!:r:!!{do. Y é.rta es una sensación iñJesmjilióli:Se li\_ !!!,lean . en uno, sensualmente, poéticamente, el anhelo de vw1r y el de mon'r. Porque quien está como yo, mt!]Or es que morir. , pEl

deber~

d• VIVIr .. y el d nr. orque (1 968). e mo-

rocas, cantaba en el gemido de e.re nionena, en sus cerdas niontna (1968 (1969). duras que se co;;;;¡;:;¡eróTi"eñiü(we.r; y el sol tibio que había caldeado las piedras, mi pecho, cada hoja de los árbole.r y arbustos, caldeando de plenitud, . de hermosura, inclus,o el rostro anguloso y enérgico de mi mujer, ese sol estaba mejor que en ninguna p_arte en el l · ·onena, en su !ueño delicioso. as cas;;a{Tas e agtL_a de Peru om-ozas de Sa.'ñ~ que res a n so rea zsmos, centenares de metros en salto casi perpendicular, regando andenes donde florecen plantas alimenticias, alentarán en mis ojos instantes antes de · !las retratan el mundo · ara los ue sabemos , J -,..... d: n~f!!_ uec · o_r:_f!_f!!!!!.!l.Ueaarnos eternamen!!....oy!!!.:_ o as;§ as existen por causa de esas montañl!:! escarpadúiTiúii que se ordenan caprichosamente en quebradas tan hondas como la muerte y nunca más fieras de vida; falderiÓS bravos en que el hombre ha sembrado, ha fabricado cha'cras con sus dedos y sus se.ros y ha pla~tado árboles que se estiran \/ a · esde los r · · · estiran con trans arimcia. ';bole.r útiles, !EE..§i!É!E:!!!..... e VI como ese mantona! de ,\ a zsmos e cua ·-----~..!!!.... hermosúimos, ·./ poderosos, un tanto menospreciados por los diestros asesinos que hoy nos gobiernan. iQuerido· hermano Pachequito, Teniente en Pinar del R1ó y tú, Chiqu1; de la Casa de las Américas: cuando llegue aqu( un socialismo como el de Cuba, se multiplicarán los árboles y los andenes que son tierra · buena y paraúo! Felizmente las pastillas -que me dijeron que eran ~eguras- no me mataron, porque los conocz' a ustedes y a ese joven armado de ametralladora que guardaba la entrada del Terminal Pesquero, en La Habana. El muchacho sonrió cuando le dijeron que era un amigo peruano invitado: «Entra, compañero, mira lo que hemos hecho·». Y su rostro tema la felicidad, la inteligencia, la foerza, la generosidad natural de estas cascadas que en la luz del mundo y la luz de la sabidur1a cantan d1a y noche. Aunque a m1'ya no me can,tan con toda la vida porque el cuerpo abatido no arde ya sino temblequeando. iÉsa es, pues, la muerte, y la muerte también es necesaria, es conveniente! S1; es tan sencillo, Pachequito, como tu ojo minúsculo en que folguraba la foerza con que mataste para construir lo que ahora es para ustedes la vida justa. Para los impacien{es son inaceptables los d(ris de cama o de invalidez previos a recibir la. muerte. No; no los soportarla. Ni s.oporto vivir sin pelear, sin hacer algo para dar a los otros lo que uno aprendió a hacer y hacer algo para debilitar a los perversos egoú tas que han convertido amillones de'

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(1968). escribir del modo como lo hago ahora ¿somos distintos los que .fuimos pasto de los piojos en San luan de Lucanas y el «Sexto», distintos de Lezama Lima o Vargas Llosa? No somos diferentes en lo que estaba pensando al hablar de «provincianos». Todos somos rovincianos, don Julio (Cortá_z.!!.!:) . Provincir::.r:_o de las naciones y provznczanos e lo Provincianos ( 1968); ( 1969); supranacional-q~ÍJ&!n"biln-;:üna . e;p.a,.Ull..!.f.!?:!!!.~ bien__ (l 983 )Clf'r7i1ló;'e/ae].P,valor en S~ como-usteaco'fl"}nUChrrjé/íéz'dad

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EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO

JOSt MARíA ARGUEDAS

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., .;,.egollació~, · c:Uya vida no'to'1• lera el-;]fiñrdo»"e:Tr'quien·Chaucato•ha enardecido el veneno; · aleteándole con brazos de cochó· emfrávei:ido en sti última· · hora. Ni la vida luz tinjeblosa-de -Cardozo y ·de O¡os Verde- ojos verde·cláros (1970). claros. Los Zonw corren ilei-un.o aJ~·deSu-s'inuh'JOs;hai- · lan bajo la luz azu4 sosteniendo tfozas de bósta agu.ranada sobre la cabeza. Ellos sienteri; musian, más claro, más denso ·: que los medio locos transidos y conscientes y, p'or eso, :y no siendo mortales, de algún modo hilvanan e iban a segri.ir hil- . vanando los materiales y almas que·empe:i:Óá arraitrar este relato. · ·, ., ' . .

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¿Es muchocm6t{a.t..lo que sabemos que la gran eseerania (cust4vo? ¿Puedes decirlo tú, eitéóii)~ti/il Djo:S, . ,.,

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liberador, que llegaste a visitarme aquí, a Lorena 1275, donde estuvimos tan contentos a pesar de que yo en esos dz'as ya no escribz'a nada? Claro; yo te habz'a leúio en Lima esas páginas de Todas las sangres en que el sacristán y cantor de San Pedro de Lahuaymarca, quemada ya su iglesia y refugiado entre los comuneros de las alturas, le replica a un cura del Dios inquisidor, le replica con argumentos muy semejantes a los de tus lúcidas y patéticas conferencias pronunciadas, hace poco, en Chimbote. Yo iba o pretendz'a.. ,EI erimácapzíulo es iibión~~e;, J..ado.'" Pr~tendz'a un muest;ario caba*!ata, atizado ~e· réali- cabalgata, [... ] de realidades (1969c); (1970). ~ szmbolos, el que mzro por los o;os de los Zorros desde la cumbre de Cruz de Hueso adonde ningún ·humano ha /le- ' gado ni yo tampoco ... Debía ser anudada y 'exprimido la anudado y atizado (1969c); (1970). Segunda Parte. Te parea'as a los dos Zorros, Gustavo. Yo te· pedin'a que después de que álgtln hermano mzó tocara charango o quena (Jaime, Máximo Damián Huamani o Luis Durand), después que cualquiera ·de los jóvenes poli'ticos de , y después (1969c); (1970). izquierda que no están sentenCiados y presos y que·úúuo se peleaban cuando sal{del Perú... Sz; sijuera posible y él aceptara, Edmundo Murnigarra,; Edmu'ndofue mi alumno en:un cursito que dicté en San Marcos. Edmundo iambién tierie la cara de los dos Zorros; tiene unafacha di vecino de pequeño pueblo, ·un alma iluminada y acerada por la sed de fusticia y las mejores lecturas... A nombre de la Universidad, síes posi" univeliidad (1969c). hle y él acepta, Alberto Escobar. Y por los muchachos, '.files parece bien a ellos, un estudiante de La Molliúi. (iQué poco hice por la Universidad aunque quizá algo hice para ella!)'" Me gustan, hermanos, las ceremimias k'onradai, no ·ias ·. fantochalias de( carajo. Las ceremonias no ceremo'niosas sino palpitación. Ás{ creo haber vivido; si es posible. i tú, GU.r". tavo, o vosotros, como es lo correcto decir, Aibeiío; Máximo · Damián,]aime, Edmundo ... No se van a presi(ú· en jamds de · los jamases, mientras sean como yo los conocz; a fantochada.r... Hay en mis huesos muchas de las apetencias del serrano antiguo por angas y mangas, convertido' por sus madres y converiidos (1970). padres, malos y buenos, en vehemente, ásolemnádo y alegre trabajador social; invulnerable a la amargura 'aun estando ya descuajado. Dispénsenme la inocente y segura convicción: estando( ... ] descuajado (1970). invulnerable como todo aquel que ha vivido el odio y la ternura de los runas (ellos nunca se llaman indios a símismos). ... Quizá conmigo eTI}pieza a cerrarse un ciclo y a abrirse y abrirse ( 1969c); ( 1970). otro en el Perúy lo que él representa: se cierra el de la calan- ·

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JOSÉ MARÍA ARCUEDAS

dría consoladora, del azote, del arrieraje, del odio impotente, de losjünebres o:alzamientos», del temor a Dios y del predominio de ese Dios y sus protegidos, susfabricantes; se abre el (1970); la 2.' pub!. (N." de la luz y de la foerza liberadora invencible del hombre de VietNam 60) pone Vietnam. · Vietnam, el de la calandn'a de Juego, el del dios liberador, liberador. (1970). Aquel que se reintegra. Vallejo era el principio y elfin. ¿Creéis, vosotros, Emilio Adolfo, Alberto, Gustavo, Edmundo, que todo esto que digo y pido es vanidad? Esta novela ha quedado inconclusa y un poco destroncada, y acaso don Gonzalo no la considere de mérito suficiente para publicarla, lo (1970). y con razón (tengo urz compromiso -d,e,buenafe con él), pero mi vida no Iza sido trunca. Deipidan _en .mz'un tiempo. del Perú. He sidoJeliz -en mis llantos y lanzazos, porquefoeron por el Perú; lze sidoJeliz con mis insuficienrias porque sentía elPerÚ en quechua y en castellano. Y el Perú dqué?: Todas las . todas (1969c); (1983). · naturalezas del mundo en su territon'o, casi todas las clases de hombres. Es mucho menos extenso pero más diverso de cómofoe la Rusia antigua. Esos rz'os de o:tanta y tan crecida hondura», como ya lo sintió don P,edro Cieza mucho antes que se hicieran másprofundos e intrincados. ¿No sabemos mucho, Emilio Adolfo? Y ese país en que eftán todas las clases de hombres y naturalezas yo lo dejo mientras hierve con las foerzas de tantas sustancias diferentes que se revuelven para transformarse al cabo de una lucha sangrienta de siglos que ha empezado a romper, de veras~ los fl~f!!TOS y t~nieblas con que los tenzán separados, sofrenábdo.se. [!espidan en mí a un los que (1970). tiempo del PerÚ cuyas rafees estaráTJ ;riempre chupando jugo . de la tierra para alimentar a los:qu~ l!iven.en nuestra patria, en la que cualquier hombre no ~ngrillet';ldo.y embrute_cido por el egoísmo puede vivir, feliz, todas_las pu,trias. ¿Cómo _están las fronteras de alambres de p'úd.r, Comandante? ¿Cuánto comandante (1969c). tiempo durarán? Igual que los servidores de los ¡;/ioses, tinie- dioses t.iniebla (1970). bla, amenaza y terror, que las alzaron y rifzlaron, cr:eo que se debilitan y corroen. · .. ' . . En la voz del charango y .de la quena, .lo oiré todo, Estará --. casi todo, y Maxwell Tú,_Maxwd4 el más atingido, con tantos monstruo.r y alimañas dentro j¡fomi de ti, que tienes que aniquilar, transformar, llor~r y qu'emar. ·

EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO

22

DE OCTUBRE

He vuelto de un viaje no tan inútil que hice a Lima. Habrán de dispensarme lo que hay depetitorio y depavonearse en este último diario, si el balazo se da y acierta. Estoy seguro que es ya la única chispa que puedo encender. Y, porfuerza, tengo que esperar no sé cuántos d{as para hacerlo.

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viaje tan inútil (1970); la 2.' pub!. (N.' 60) rectifica: viaje no tan í nútil. pavoneante (1970).

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JOSt MARfA ARCUEDAS

EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZORRO DE ABAJO

bierno de la Universidad. Fui testigo de cómo delegados estudiantes fanatizados y algo brutales fueron siendo ganados por el sentido común y el esp(ritu universitario cuando los profesores en lugar de reaccionar sólo con la indignación lo hacían con la mayor serenidad, energía e inteligencia. Yo no tengo ya ·desventuradamente, expe· riencia personal sobre lo ocurrido durante los trece meses últimos que he estado ausente,. pero creo que acaso. · Jos cambios no hayan sido· tan radiCales. Espero, 'creo; que la Universidad no será d~:struida jamás; que de la ac; tuaÍ crisis se alzará más perfeccionada y con mayor lucidez y energía para cumplir su misión. Las crisis se resuelven mejorando la salud de los vivientes y nunca antes la Universidad ha representado más ni tan profundamente la vida del Perú. Un pueblo no es mortal, y el Perú es un cuerpo cargado de poderosa savia ardiente de vida, impaciente por realizarse; la Universidad debe orientarla con lucidez, •sin rabia», como habría dicho Inkarri y los estudiantes no están atacados de rabia en ninguna parte, sino de generosidad impa· ciente, y los maestros vérdaderos obran con generosidad sabia y paciente. iLa rabia no! · Dispensadme estas póstumas reflexiones. He vivido · atento a los latidos de nuestro país. Dispensadme que haya elegido esta Casa para pasar, 2.lgo desagradablemente, a la cesantÍa. Y; si es posible, acompañadme en armonía de fuerzas .que por muy contrarias que sean, en la Universidad y acaso-sólo en· ella, pueden alimentar el conocimiento: La Molina, 27 de nov. 1969.

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no se tome en cuenta lo de los músicos no por otra ra:I!Ón que los inconvenientes de cualquier índole que puedan haber. Además ese •Diario» es más que un pedido expresión final de anhelos y pensamientos. También, sí, confirmo mi deseo de que, si han de haber discursos que sea un estudiante de La Molina. Dispensadme. J. M A. Espero que mi esposa Sybila Arredondo no tenga inconveniente en cobrar lo que. me corresponda de haber por este mes. Ha de necesitarlo. J. M A.

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28 de Nov. 1969

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Elijo este día porque no perturbará tanto la marcha de la Universidad. Creo que la matrícula habrá concluido. A los amigos y autoridades acaso les hago perder el sábado y domingo, pero es .de ellos y no de la U. J. M A.

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[Aparte] J. M. Arguedas (1983).

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Al Rec1or y alumnos No1a apam Si a pesar de la forma en que muero ha de haber cere· monia, y discursos, les ruego- no (ornar en cuenta el pe· dido que hago en el cÚltirno Diario» con respecto a los músicos, mis amigos, Jaime, Durand.o Damián Buamani, pero sí el de Alberto Escobar.· E~ el profesor universitario a quien más quiero y admir~ él y Alfredo Torero. An· helarla que Escobar leyera e~ •Ultimo Diario». Digo que

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Colocado en forma de prólogo en la e~ición (1983),

•NO SOY UN ACULTURADO ... • 1~ •..

Palabras de José María Arguedas en el acto de entrega del premio ·Inca Garcilaso de la Vega• (Lima, Octubre 1968)

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•¡n i~cic?.n: polí~ica_y.l!exP.lotaciofi.J~o.nómi¡;;¡_ ~-~.:! ?!.9~­ pio suelo donde reahzó hazañas por las que la historia lo como gran ( 1983). Se re· consideró un gran pueblo: se había convertido en una consideró produce aquí (1983) el texto de nación acorralada, aislada para ser mejor y más fácilla edición original de 1968 hecha por el escritor. mente administrada y sobre la cual sólo los acorraladores hablaban mirándola a distancia y con repugnancia o curiosidad. Pero los muros aislantes y opresores no apagan la luz de la razón humana y mucho menos si ella ha tenido siglos de ejercicio; ni apagan, por tanto, las fuentes del amor de donde brota el !irte. Dentro del muro aislante y opresor, el pueblo quechua, bastante arcaizado y defendiéndose con el disimulo, seguía concibiendo ideas, creandl iantQS y mitos. Y bien sabemos que Jos·

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Nota explicativa colocada a1 final del texto en la edición (1983).

Acepto con regocijo el premio Inca Garcilaso ·de la Vega, porque siento que representa el reconocimiento a una obra que pretendió difundir y contagiar en el .espíritu de los lectores el arte de un individuo quechua.mo--~~Q. que, gracias a la conciencia que tenía del valor de su cultura, pudo ampliarla y enriquecerla con el conocimiento, la asimilación del arte creado por otros pueblos que dispusieron de medios más vastos para expresarse. La ilusión de juventud del autor parece haber sido re~lizada. No tuvo más ambición que la de volcar en la ~iente de la sabiduría y el arte dei Perú ~;.T(;TI;"-;I~:

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EL ZORRO DE ARRIBA Y EL ZO RRO DE ABAJO

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muros aislantes de las naciones no son nunca completamente aislantes. A mí me echaron por encima de ese muro, un tiempo, cuando era niño; me lanzaron en esa morada donde la ternura es más intensa ·que el odio y donde, por eso mismo, el odio no es perturbador sirto fuego que impulsa. ~giado para siemp~QLcan~y!?~mitos, ll~y_!!gQ.por la fQUY.nilias.tala_U.ni.v.er.s.i.dMLd~..§.~':l-Mar:- · cos, hablando por vida el quechua, bien incorporad-oal mundo de los cercadores, visitante feliz de grandes ciudades extranjeras, intenté convertir en lenguaje escrito lo que era como indi'vrauo:urr~!YCiltOvl.Y.O.-[üert~:gp~ de umversahzarse7 Cfe-Ja'griiii nación an en conflictq;_el universo se me lñoSttaba ~es­ pado de confusión, de promesas, de belleza más que deslumbran-te, exigente. ~yendQ._!d'r1ariátegu4-des­ _pués a Lenin que encontré un ord_!!,!!..P.~!:!!l..-ª!l.e.~JL~as cosas; la teoria sociahsta no sólo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que había en mí de energía, le dio un destino y Jo cargó aun más de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo. ¿Hasta dónde entendí el socialismo? No

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