Arca de la Alianza (Historia National Geographic)

EL CRUCE DEL RÍO JORDÁN Las aguas se apartan al paso del arca de la alianza; en el extremo izquierdo aparece, a caballo

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EL CRUCE DEL RÍO JORDÁN

Las aguas se apartan al paso del arca de la alianza; en el extremo izquierdo aparece, a caballo, Josué, el sucesor de Moisés. Óleo por Benjamin West. Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, Sidney. FINE ART IMAGES / ALBUM

EL TRONO DE YAHVÉ

EL ARCA DE LA ALIANZA El libro del Éxodo narra la partida del pueblo judío de Egipto y su marcha hasta Canaán. El trayecto se realizó bajo el amparo de un un santuario portátil que guardaba las tablas de la ley entregadas por Dios a Moisés JULIO TREBOLLE CATEDRÁTICO DE LENGUA Y LITERATURA HEBREA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

SANTUARIO PORTÁTIL

JORGE TUTOR / ALAMY / ACI

En este relieve del templo de Bel, en Palmira, se representa la tienda, portada por un camello, con los betilos de la divinidad, las piedras sagradas a las que los árabes rendían culto. Siglo I d.C.

EL ANTIGUO CULTO A LAS PIEDRAS

En toda Arabia se daba culto a los dioses ante betilos, las piedras que los representaban. En este betilo hallado en Petra se lee «Diosa de Hayyan, hijo de Nybat». JANE TAYLOR / AURIMAGES

os israelitas habían partido de Egipto hacía ya tres meses, y ahora estaban acampados en el Sinaí. Allí tuvieron un aterrador encuentro con Yahvé, que se presentó en forma de una nube negra y relampagueante, posada sobre un monte que se incendió a su contacto mientras una bocina atronaba el aire. Dios llamó a Moisés a su presencia y, mientras el caudillo hebreo desaparecía en la nada para encontrarse con la divinidad, «todo el pueblo temblaba y se mantenía a distancia» ante los truenos, los relámpagos, el sonido de la bocina y el monte humeando. Cuando Moisés regresó, volvió con los preceptos de la ley que Dios le había comunicado y que debían obedecer los israelitas. No fue la última vez que Moisés subía al monte Sinaí y se introducía en aquella espantosa nube. Yahvé lo llamó a su presencia varias veces más, y en una de ellas le dio las instrucciones para construir un arca de madera de acacia y oro que sería su morada, y un tabernáculo o santuario portátil, una tienda espléndida que albergaría el arca, dentro de la cual se guardaría la ley de Dios.

L

El arca fue llamada de la«alianza» por el pacto entre Dios y los israelitas: en tanto éstos obedeciesen la ley divina, Yahvé los protegería y los ayudaría a conquistar la tierra de Israel que les había prometido cuando salieron de Egipto. Convertida en un símbolo sagrado, político y militar, el arca protagonizó el final de la epopeya del éxodo de Egipto.

La herencia del desierto El arca era la depositaria de la memoria más profunda de los antiguos israelitas, la transmitida en el Pentateuco o Torá –los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, que contienen la Ley de Moisés–. Esta memoria asociaba el arca con la tienda que acompañaba a los israelitas en su peregrinar por el desierto. En sus remotos orígenes en la sociedad tribal, el arca contenía los betilos de la tribu, unas tablas o pequeñas estelas de piedra que simbolizaban la divinidad tribal. El término «betilo», del griego baitylos, procede del hebreo bet-El, «casa de Dios», en referencia a la tienda o el santuario que guardaba el arca. En la época preislámica, los beduinos árabes guardaban sus betilos en una pequeña

el libro del éxodo, escrito entre los siglos VII y V a.C. (mucho después de los hechos que relata) narra supuestamente las vicisitudes de los israelitas desde su estancia en Egipto hasta las puertas de Canaán, la tierra cuya conquista Yahvé les ha prometido. A veces identificados con los hicsos (semitas que se habían instalado en el delta del Nilo), los israelitas quizá salieron de Egipto hacia 1250 a.C., en tiempos de Ramsés II. Según el Éxodo, en el Sinaí Yahvé entrega a Moisés la ley por la que su pueblo se tendrá que regir, en forma de tablas de piedra esculpidas, y le da instrucciones sobre la construcción del arca de la alianza (donde se guardarán las Tablas) y del tabernáculo o tienda que la acogerá; también le instruye sobre el culto que se le debe rendir. Las dudas del pueblo sobre Yahvé hacen que éste lo castigue a vagar por el desierto durante 40 años antes de llegar a Canaán, que Moisés contempla desde el monte Nebo antes de morir. LA LEY Y EL ARCA. ARRIBA, YAHVÉ ENTREGA LAS TABLAS DE LA LEY A MOISÉS EN EL SINAÍ; EN MEDIO, MOISÉS LAS LEE A SU PUEBLO; ABAJO, EL TABERNÁCULO. PENTATEUCO DE ASHBURNHAM, FECHADO HACIA EL SIGLO V.

BNF / RMN-GRAND PALAIS

LA SALIDA DE EGIPTO

LAS TROMPETAS DE JERICÓ

En realidad no serían trompetas, sino otro instrumento: el sofar, hecho de cuerno de carnero, usado para llamar a las armas y hacer música. Todavía hoy se utiliza en el culto judío. RAFAEL BEN-ARI / ALAMY / ACI

caja que se conservaba en una tienda de cuero rojo. Pero los paralelos más próximos se encuentran en los textos cananeos: el dios supremo El habitaba en una tienda en la que se podían consultar sus oráculos. Y un relieve de Palmira muestra la tienda y los betilos ante los que se consultaba el oráculo. En la tradición bíblica, los betilos se convirtieron en las dos tablas de piedra en las que Yahvé escribió la Ley y el Decálogo, y que entregó a Moisés (Éxodo 24, 12). Durante la travesía del desierto, el arca se hallaba en su tienda, instalada fuera del campamento y cubierta con pieles de carneros teñidas de rojo, a la que acudían los israelitas para consultar los oráculos de Yahvé. Cuando partieron de la montaña sagrada del Sinaí, «el arca de la alianza de Yahvé marchaba al frente de ellos, buscándoles un lugar donde descansar» (Números 10, 33-36).

El poder de Yahvé Contaba la tradición que los israelitas precedidos por el arca habían vadeado el río Jordán para entrar en la tierra prometida. La tradición posterior equiparó el paso del Jordán al del mar Rojo, de modo que las aguas del río, como las del mar, se retiraron a un lado y a otro dejando paso al arca, como cantaba el himno: «¿Qué pasa, Mar, que huyes / a ti, Jordán, que te retiras?» (salmo 114). El cruce del Jordán se llevó a cabo bajo la dirección de Josué, el sucesor de Moisés. El liderazgo de Josué en el relato cimentaba las pretensiones futuras de hegemonía por parte de su tribu, Efraín, en cuyo territorio –en Siquem, Silo y Betel– estuvo el arca depositada durante la época llamada de los Jueces.

LAS SIETE TROMPETAS DE JERICÓ

Los israelitas circundan las murallas de Jericó portando el arca de la alianza y tocando el sofar. Óleo por el pintor franco-americano James Tissot. 1896-1902. Museo Judío, Nueva York. THE JEWISH MUSEUM / SCALA, FIRENZE

El arca obró en seguida un nuevo milagro en el ataque a la ciudad cananea de Jericó. Al frente del ejército de las tribus marchaba el arca, que representaba a Yahvé presente en el combate y garante de la victoria. El alarido de guerra y el toque de la trompeta o sofar ponían de relieve el carácter tribal de esta «guerra santa». La tradición posterior subrayó su carácter de procesión religiosa: siete sacerdotes con siete trompetas precedían al arca y, seguidos por los combatientes, circunvalaron la

La custodia del arca en las tierras de la tribu de Josué justificó sus aspiraciones de hegemonía JOSUÉ, EN EL TRONO, CONDENA AL REY DE JERUSALÉN. TALLA BIZANTINA EN MARFIL. 900-1000. MET, NUEVA YORK. METROPOLITAN MUSEUM / SCALA, FIRENZE

ciudad durante seis días hasta el séptimo día, en el que dieron siete vueltas a las murallas y éstas se derrumbaron por sí solas, dejando vía libre a los israelitas para tomar la ciudad y lanzarse a la conquista de Canaán, tal como narra el libro de Josué. Pero el libro que sigue, Jueces, ofrece otra visión de la historia de la conquista: desde el primer capítulo desgrana cómo las tribus fueron incapaces de expulsar de su territorio a los cananeos. Es elocuente el silencio de este libro sobre la suerte del arca durante una época en la que las tribus israelitas fueron estableciendo alianzas hasta constituir la confederación de las «doce tribus». El arca no reaparece hasta el siguiente libro, 1 Samuel (4-6), con un relato muy alejado de la épica de los relatos antiguos. Tras

ORO PURO Y MADERA DE ACACIA EL LIBRO DEL ÉXODO contiene las instrucciones que Yahvé dio a

Moisés en el monte Sinaí para construir el arca que los israelitas pasearon ante Jericó. La caja estaba hecha de madera de acacia y medía aproximadamente 1,25 m de largo por 75 cm de ancho y alto. Por dentro y por fuera estaba forrada de oro puro, y contaba con cuatro anillas de oro en las esquinas para pasar unas varas de madera de acacia, igualmente cubiertas de oro, para cargar con ella; las varas jamás se debían sacar de las anillas. El arca estaba cubierta con un propiciatorio o kaporet: una tapa de oro puro, con un querubín de oro en cada extremo, con las alas extendidas sobre el arca y mirándose el uno al otro. Moisés depositó en el arca las tablas con el Decálogo, los diez mandamientos grabados en piedra que Dios le entregó en el mismo Sinaí.

EL ARCA REFULGENTE

A comienzos del siglo IX, en época de Carlomagno, se construyó el oratorio de Germigny-des-Prés. La cubierta del ábside alberga este mosaico bizantino, con dos ángeles sobre el arca de la alianza. HERVÉ LENAIN / ALAMY / ACI

PARA SACRIFICAR A LOS DIOSES

Arriba, altar fechado en el siglo VII a.C., procedente de la antigua ciudad filistea de Ecron, adonde los filisteos llevaron el arca tras derrotar a los israelitas. ZEV RADOVAN / ALAMY / ACI

perder una batalla contra los filisteos en Afec, los israelitas deciden como último recurso tomar el arca del santuario de Silo y llevarla al campamento. Al ver el arca los filisteos claman: «¡Ha llegado su Dios al campamento! ¡Ay de nosotros!», pero se alzan de nuevo con la victoria y se apoderan del arca. Los filisteos llevaron el arca a Asdod y la depositaron como trofeo de guerra en el templo de Dagón. A la mañana siguiente encontraron la estatua de Dagón caída de bruces ante el arca de Yahvé, que además provocó una peste entre la población. Los príncipes filisteos tuvieron que trasladar el arca a otras ciudades, a Gat y Ecrón, pero debido a las mortandades que causaba la devolvieron finalmente a la ciudad israelita más próxima, Bet-Shemesh. Sus habitantes hicieron fiesta, pero no así los hijos de Jeconías, por lo que Yahvé mató a setenta hombres de aquella localidad. Entonces se deshicieron del arca enviándola a Quiryat Yearim, donde permaneció veinte años prácticamente olvidada.

Un templo para el arca El arca cobró nuevo sentido e importancia cuando David, que había conseguido unificar Israel bajo su mando, decidió trasladarla a Jerusalén, ciudad que acababa de conquistar a la tribu cananea de los jebuseos y que convirtió en su capital; su propósito era instalarla en un templo, aunque éste no se construyó hasta el reinado de su hijo Salomón. El relato del traslado da idea del terror que inspiraba el arca intocable de Yahvé. Los bueyes que tiraban del nuevo carro tropezaron en el camino y Uzá echó mano al arca para evitar su caída, pero cayó fulminado. David sintió miedo y abandonó el arca en casa de Obededom, pero, del mismo modo que inspiraba terror, el arca podía también colmar de bienes, como hizo con la familia de Obededom.

LA ALEGRÍA DE DAVID

El segundo libro de Samuel refiere que cuando David trasladó el arca de la alianza a Jerusalén, lo hizo entre músicas, bailando él mismo ante el santuario. Óleo por Balage Balogh. BALAGE BALOGH / RMN-GRAND PALAIS

David tomó de nuevo el arca y la instaló en «la tienda» que para ella había preparado en su «Ciudad de David». El profeta Natán expresa el paso de la tienda nómada al templo de piedra: «Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto hasta hoy no he habitado en un templo, sino que he peregrinado de acá para allá en una tienda que me servía de santuario» (2 Samuel 7,6). Este paso culminó cuando, antes de la consagración del templo, «los sacerdotes

Los filisteos llevaron el arca a la ciudad de Asdod y la depositaron como trofeo de guerra ante el dios Dagón QUEMADOR DE INCIENSO CON REPRESENTACIÓN DE MÚSICOS, HALLADO EN LA CIUDAD FILISTEA DE ASDOD. SIGLOS XI-X A.C. ZE

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subieron el arca de Yahvé y la tienda del encuentro […] al debir del templo, debajo de las alas de los querubines, que las desplegaban sobre el arca» (1 Reyes 8,4). El traslado del arca a Jerusalén y su instalación en el templo poseían una fuerte carga simbólica, que David y Salomón supieron explotar. El nuevo régimen monárquico, la nueva capital y el nuevo templo necesitaban una legitimación política y religiosa que sólo podía deparar el arca, ligada, sobre todo, a la alianza sellada en el Sinaí con la entrega de las tablas de la ley a Moisés. En el templo salomónico, el arca quedó situada en el debir o santasanctórum bajo las alas extendidas de dos querubines que juntos formaban una especie de trono invisible de

LO QUE HABÍA DENTRO DEL ARCA SEGÚN RECOGE la Epístola a los Hebreos (9, 4) atribuida a san Pablo

y posiblemente redactada antes del año 70, el arca contenía tres cosas. Una eran las tablas de la ley, en piedra, que Dios había entregado a Moisés en el Sinaí. Otra era la vara de su hermano Aarón, quien, en el momento de la instauración del culto en el Sinaí, fue elegido por Yahvé para desempeñar el sacerdocio; la vara se conservaba como advertencia para los rebeldes, pues Yahvé, enfadado con quienes se oponían a la jefatura religiosa de Moisés y Aarón, aniquiló a miles de personas y luego hizo florecer la vara de este último como prueba de su elección. El tercer objeto era un recordatorio de cómo Yahvé velaba por su pueblo: un vaso de oro que contenía maná, el alimento milagroso con el que había alimentado a los israelitas en el desierto.

Humo proveniente de las ofrendas en el altar de los perfumes.

La cubierta del tabernáculo estaba hecha de tres capas superpuestas confeccionadas con materiales diferentes: la inferior, de pelo de cabra; la de en medio, de cuero de carnero teñido de rojo, y la superior, de cuero morado.

Los muros de la tienda eran paneles de madera de acacia sostenidos sobre basas de plata.

El altar de los holocaustos, destinado a la cremación de las víctimas sacrificadas, medía unos 2,25 m de largo y ancho y 1,35 de alto. Estaba hecho con madera de acacia (algo difícil de creer para un espacio destinado a albergar brasas y llamas) y forrado de bronce.

En las esquinas del altar había cuatro anillas de bronce por donde se pasaban dos varas de madera cubiertas de bronce, para transportarlo.

Las columnas que cercaban el atrio estaban revestidas de láminas de plata, con basas de bronce.

La entrada estaba formada por cinco columnas de madera de acacia forradas de oro con basas de bronce.

LA NUBE DE YAHVÉ

Según diversos libros bíblicos (Éxodo, Números, primero de Reyes) la presencia divina en el tabernáculo se manifestaba en una nube. Como Isaías, en su visión profética, habla de la nube como de «humo» («se llenó de humo el templo», Isaías 6, 4), quizá la imagen de la nube tenga su origen en el altar de los perfumes, donde la ofrenda de incienso a Yahvé debía quemar «perpetuamente, de generación en generación» (Éxodo 30, 8).

RECREACIÓN ACTUAL DEL ARCA DE LA ALIANZA. ALAMY / ACI

EL SANTUARIO DEL DESIERTO lapalabra«tabernáculo»provienedellatíntabernaculum, término con el que, en el siglo IV, san Jerónimo tradujo al latín la palabra hebrea correspondiente a «tienda» y las expresiones«tiendadelareunión» y«tiendadelTestimonio». El tabernáculo era el santuario portátil que Yahvé mandó construir para que los israelitas lo llevaran consigo durante su estancia en el desierto, y estaba destinado a albergar el arca. Según el libro del Éxodo, su construcción la dirigieron dos artesanos: Beseleel y Ooliab. La tienda media unos 5 m de ancho por 15 de largo, y se levantaba en un atrio de 20 por 50 m. El interior de la tienda estaba dividido en dos partes por cuatro columnas de madera forradas de oro con basas de plata, de las que colgaba un velo de lino teñido de púrpura y con querubines bordados. La parte más interior delatienda,elsanctasanctórumodebir,estabareservadaal arca.Lapartepróximaalaentradaalbergabauncandelabro o menorá y una mesa destinados al culto, así como el altar de los perfumes: un quemador de esencias chapado en oro. EL CANDELABRO (EN HEBREO, MENORÁ) DEL TABERNÁCULO ESTABA HECHO DE ORO Y DE UNA SOLA PIEZA. TENÍA SIETE BRAZOS Y LOS CÁLICES TENÍAN LA FORMA DE FLOR DE ALMENDRO; SUS LÁMPARAS DEBÍAN ARDER CONSTANTEMENTE DELANTE DE YAHVÉ. DEA / ALBUM

UIG / ALBUM

Se accedía al atrio por el lado este, donde colgaba una cortina parecida a la de la entrada del tabernáculo.

ERICH LESSING / ALBUM

VARIOS PRISIONEROS DESNUDOS SON LLEVADOS ANTE UN REY. EL SOBERANO ESTÁ SENTADO EN UN TRONO SOSTENIDO POR QUERUBINES. MARFIL PROCEDENTE DE MEGIDDO.

EL FINAL DE MOISÉS

Un ángel muestra a Moisés, antes de morir, la tierra prometida desde el p monte Nebo, donde, según una tradición, fue escondida el arca. Fresco por Luca Signorelli. Capilla Sixtina. SCALA, FIRENZE

la divinidad. Con su forma de arcón, el arca (‘arôn en hebreo), de madera de acacia, se convirtió en el «pedestal» (hadom) sobre el que el dios Yahvé, invisible sobre el trono, reposaba sus pies.El primer libro de Crónicas atribuye a Davidlaintenciónde«construirun templo para descanso del arca de la alianza de Yahvé como pedestal de nuestro Dios» (28,2). Los himnos cantaban: «Exaltad a Yahvé,Dios nuestro / doblegaos ante el pedestal de sus pies» (salmo 99,5) y «entremos en su templo / postrémonos ante el pedestal de sus pies. / Álzate, Yahvé, ven a tu lugar de reposo / ven con el arca de tu poder» (salmo 132, 7-8). Los tronos de querubines aparecen en los textos y la iconografía de Siria-Palestina.Por ejemplo, el sarcófago del rey Ahiram de Biblos (hacia el siglo X a.C.) y una placa de marfil de Megiddo muestran tronos de querubines con un pedestal com mo base del trono. En este arcón-pedestal se guardaban los tratados de alianza, como el selllado entre el faraón Ramséés II y el rey hitita Hattusiilis III, cuyas dos copias fu ueron depositadas a los pies de las imágenes de sus dioses: el e egipcio Re y el hitita Teshub. De iggual modo, las tablas de la ley del Sinaí se guardaban g en el «arca de la alianza», bajo el trono t invisible de Yahvé. Con ello, el arca entró a formar parte de la imaginería de la «ideología regia», propia de los reinos veecinos de Israel. El nombre completo atribuido al arca en el santuario de d Silo, «El arca de Yahvé de lo os ejércitos, entronizado sobre querubines» 1 Samuel 4,4), unía la nu ueva imagen monárquica deel Yahvé rey a la antigua im magen tribal del Yahvé gu uerrero, que conducía los ejércitos a la victoria.

¿Cuándo desapareció el arca? En el año 587 a.C., Nabucodonosor II, rey de Babilonia, destruyó Jerusalénysutemplo.Posiblemente fue entonces cuando desapareció el arca, si no antes, en 598 a.C., cuando los babilonios ocuparon por primera vez Jerusalén y deportaron a la élite israelita.

La desaparición El profeta Jeremías, que vivió aquellos acontecimientos (aunque él no fue deportado a Babilonia, sino que acabó muriendo en Egipto), daba por perdida el arca: «Ya no se nombrará el arca de la alianza de Yahvé / no se recordará ni mencionará, / no se echará de menos ni se hará otra» (Jeremías 3, 16). Una tradición atestiguada por el historiador Eupolemo, que vivió cuatrocientos años después de estos hechos, atribuía a Jeremías haber ocultado el arca durante la invasión de los babilonios. El segundo libro de Macabeos especifica que «[Jeremías] marchó al monte [Nebo] desde cuya altura había contemplado Moisés la heredad de Dios. Al llegar, encontró una especie de cueva; metió allí la tienda, el arca y el altar del incienso, y cerró la entrada. Algunos de sus acompañantes fueron después a marcar el camino, pero no pudieron encontrarlo» (2, 4-6). El arca, pues, parece haber tenido el mismo enigmático destino que Moisés, muerto y supuestamente enterrado en el monte Nebo sin que «hasta el día de hoy nadie haya conocido el lugar de su tumba» (Éxodo 34, 6). Para saber más

ENSAYO

La Biblia desenterrada I. Finkelstein, N. A. Silberman. Siglo XXI, Madrid, 2012. El templo de Salomón. Historia y mito W. J. Hamblin, D. Rolph Seely. Akal, Madrid, 2008. Historia de la religión de Israel en tiempos del Antiguo Testamento (2 vols.) R. Albertz. Trotta, Madrid, 1999. INTERNET

https://www.edesclee.com/biblia-online

¿LA ÚLTIMA MORADA DEL ARCA?

En la imagen, una vista del mar Muerto desde lo alto del monte Nebo, que se levanta en el territorio de la actual Jordania; la montaña mide unos 835 m de altura. BORIS STREUBEL / GETTY IMAGES

EL TEMPLO

1 MESA DE LOS PANES DE LA PROPOSICIÓN En madera de acacia y oro, acogía una ofrenda de 12 panes puestos en dos pilas renovadas cada sábado, sobre las que se esparcía incienso.

El templo que albergó el arca fue la mayor obra de Salomón, segundo y último monar a del Israel unificado. Acabado hacia el año 960 a.C., se inspiraba en santuar os cananeo contemporáneos, algunos de los cuales han sido excavados. Esta circunstancia, y los datos que ofrece la propia Biblia (1 R yes, 6), permiten hacernos una idea de su aspecto, que aquí se muestra de manera idealizada.

Las medidas del templo. Según la Biblia (1 Reyes 6), el templo medía 60 codos de largo, 20 de ancho y 30 de alto. Si tomamos como unidad de media el codo real (52,5 cm), esto supone 27 m de largo, 9 de ancho y 13,5 de alto.

Almacenes N

Debir

O

E

Ulam

S Hekal

El edificio. Al igual que los templos cananeos, tendría planta rectangular. En él se distinguirían tres partes: el ulam o pórtico, la sala principal o hekal y el santuario interior o debir.

Ulam

Jaquín y Boaz. Son los nombres que se dieron a las dos grandes columnas de bronce dispuestas a la entrada del templo.

Mar de bronce. Esta enorme pila de bronce fundido descansaba sobre 12 toros del mismo metal en el espacio conocido como atrio de los Sacerdotes.

Altar de los holocaustos. De hecho, era una gran parrilla para la cremación de las víctimas inmoladas a Yahvé, y se hallaba ante la entrada del templo.

SOL 90 / ALBUM

3 ARCA DE LA ALIANZA Era el objeto más sagrado del templo. En él se guardaban las tablas de la ley que Yahvé dio a Moisés, y quizá la vara de Aarón y un recipiente con maná.

2 ALTAR DE LOS PERFUMES En él quemaba, día y noche, un perfume hecho de «estacte y ónice, y gálbano odorífero, e incienso purísimo» (Éxodo 30, 34).

El interior. Los muros estaban forrados de madera de cedro, y el suelo, de madera de ciprés.

Hekal Debir

3

Querubines. En el debir había dos querubines con las alas extendidas, hechos de madera de olivo cubierta de oro. Custodiaban el arca y medían 4,5 m de alto.

Almacenes. Salomón, «junto al muro que cercaba la casa», «hizo tres pisos laterales en todo el contorno» con piedra y madera de cedro, que debían de tener funciones de almacén.

2 1

LA DESCRIPCIÓN DEL ARCA y el tabernáculo en el

Pilas de bronce. Había 10 recipientes de bronce (5 a cada lado del templo) para lavar a los animales destinados al sacrificio. Estaban decorados con leones, bueyes y querubines.

desierto que ofrece el libro del Éxodo (26-40) es anacrónica. Puede corresponder a un santuario de época posterior, cuando las tribus israelitas ya estaban asentadas, como el de Silo, el santuario central de las tribus antes de la instauración de la monarquía. La descripción incorpora elementos del futuro templo de Jerusalén y, en gran medida, es una construcción ideal, obra de los llamados escritores «sacerdotales». Esta escuela «sacerdotal» trasladó a la época del Éxodo una realidad posterior, la de unas tribus ya unidas en torno al arca y el tabernáculo –esta idea cristalizó en 621 a.C., cuando el rey Josías centralizó el culto en el Templo de Jerusalén–. Las tribus nómadas debieron de tener un tabernáculo, pero sin las características del Templo.