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Del texto Soto, M. R. (2006). Una reflexión sobre el metasentido de la praxis científica : la propuesta de Ignacio Martí

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Del texto Soto, M. R. (2006). Una reflexión sobre el metasentido de la praxis científica : la propuesta de Ignacio Martín-Baró desde la psicología social, Cap 2. Constitución y crisis de la psicología social como área de conocimiento, ítems 2.1 y 2.2. (p. 43 a la 55), conteste las siguientes preguntas:

2.1. ¿Cuáles son las características del pensamiento ilustrado? 2.2. A mediados del siglo XIX estaba en auge el modelo de ser humano mecanicista y racional ¿Cuáles fueron las dos líneas que marcaron el nacimiento de la psicología social? 2.3. Describa el panorama de la situación ideológica con que se encontró la psicología social en sus inicios. 2.4. ¿Cuáles hechos históricos menciona Martín-Baró que marcan el nacimiento de la psicología social y las demás ciencias sociales a mediados del siglo XIX? 2.5. La psicología social surge a mitad del Siglo. XIX en Europa pero surge trayendo como tres obstáculos que influyen, hasta el día de hoy, muy profundamente en las ciencias sociales y en especial en la psicología social ¿Cuáles son esos tres obstáculos?

2.1 "El pensamiento ilustrado se caracterizaba por una confianza en la posibilidad de vincular, por medio de la razón, la objetividad científica, la moralidad autónoma y la felicidad personal, por una unificación, en definitiva, de las demandas del sistema social y del sujeto social, del orden y la felicidad

22 La psicología social se estructuró como disciplina, sobre la base de dos modelos fundamentales explicativos de la conducta humana. Uno de esos modelos seguía unas líneas de pensamiento, que si bien tuvo importantes representantes durante los dos siglos precedentes, para inicios del siglo XX puede decirse que estaba cediendo terreno ante el modelo opuesto. Nos referimos a la consideración de que los seres humanos son básicamente animales irracionales a quienes la vida social otorga un cierto domino sobre sus impulsos, que permite establecer las condiciones necesarias para la construcción de una sociedad. (...) esta tendencia, de la cual Freud y el psicoanálisis dan la máxima representación en la psicología, si bien tuvo un enorme efecto sobre las ciencias sociales en general, muy pronto hubo de ceder terreno ante los atavares de la corriente opuesta, igualmente de larga prosiga, que propugna la supremacía de la racionalidad, el racionalismo, y como objeto de la psicología, el estudio de la conducta racional" (Montero, 1994b: 109). Por otra parte, como señala Sabucedo (1997), la primacía de la ideología protestante dentro del ambiente científico y social en que se desarrollaría la psicología social, afectaría el proceso de causación bajo el cual surgen las primeras propuestas de la naciente ciencia.

en la segunda parte de nuestra investigación en la obra de Martín-Baró, se aprecia fácilmente cómo las propuestas teóricas no son neutras. De acuerdo a la postura adoptada en la lectura de las propuestas teóricas en las ciencias sociales, podemos observar cómo el contenido de dichas propuestas toman partido explícita o implícitamente en el debate social e ideológico sobre la naturaleza humana y la organización social, produciéndose una contradicción con aquellos valores universales de la ciencia

moderna como la objetividad, neutralidad, etc. Detrás de ellas existe un modelo de organización social, y a veces de Estado, que se pretende defender de acuerdo a lo que esperamos sea el comportamiento social que pretendemos analiza

23 La naciente psicología social se encontraría entonces inmersa dentro de unas corrientes de pensamiento que la arrastrarían hacía derroteros que ahora, desde los albores del fin del milenio y la teoría crítica, nos parecen extraños y lejanos pero que constituían entonces la pauta de la época.

24 Martín-Baró (1983a), que recodamos será eje central en nuestro análisis, menciona hay por lo menos cuatro hechos históricos que marcan el nacimiento de la psicología social y las demás ciencias sociales a mediados del siglo XIX; a) una mayor diferencia entre los grupos humanos, b) la concepción secularizada del ser humano, c) la revolución industrial, y d) el desarrollo de una nueva metodología, hechos que de alguna manera u otra ya hemos mencionado. Prosigue Martín-Baró dividiendo la historia de la psicología social en tres períodos, el primero caracterizado por una visión homogénea de la sociedad, el segundo se refiere a la americanización de la psicología, y por último, el cuestionamiento del orden social. Este último protagonizado por tres aspectos: la visión de la realidad como una construcción histórica, el enfoque conflictivo del orden social y el papel político de la psicología social.

2.5 la ruptura de "la" ciencia social en un mosaico de disciplinas específicas y separadas, en segundo; y en tercer lugar, la institución de la historia como una disciplina exterior a las demás ciencias sociales, cuando en realidad es el material con que ellas se construyen

3. Del texto Soto, M. R. (2006). Una reflexión sobre el metasentido de la praxis científica : la propuesta de Ignacio Martín-Baró desde la psicología social, Cap 3. ¿Psicología de la liberación o psicología con conciencia? (p. 102 a la 116), conteste los siguientes interrogantes:

3.1. De acuerdo al autor, la utilización del sustantivo “liberación” hasta el momento trae consigo cuatro (4) dificultades. Explique cada una de ellas. 3.2. El término liberación es considerado por Martín-Baró como una característica esencial en ACCION y no como un hecho. Esta acción liberadora se encuentra en su obra de tres formas. Explique cada una de estas formas. 3.3. De acuerdo a la lectura ¿Considera usted que Martín-Baró era marxista? Justifique su respuesta. 3.4. ¿Qué significa para usted, de acuerdo a la lectura, que la realidad son muchas realidades “construidas”? 3.5. ¿Cómo logra Martín-Baró superar la separación que hay entre ciencia y religión?

31 Primero, significa un riesgo práctico. En este sentido nos hacemos eco de la advertencia de Montero (1998) sobre la necesidad de adoptar, mantener y desarrollar una perspectiva crítica que ayude a salvar las ritualizaciones alienantes y las transformaciones del calificativo "liberador" y del apelativo "de la liberación", y lo conviertan en meras etiquetas destinadas a encubrir las prácticas repetitivas de las que la psicología crítica pretende huir, en las cuales se vuelven a guarecer el abuso, la opresión, y la exclusión del otro.

a libertad (política, individual, democrática, de mercado, etc.) es uno de los ideales en que se basa el actual modelo neoliberal de organización económico-social. Entre los ideales que heredó la modernidad de la revolución francesa, «libertad, fraternidad, igualdad», y que la sociedad occidental hizo suyos como modelos a seguir, tienen en la libertad su estandarte colocando a ésta como eje articulador alrededor del cual debe girar la sociedad moderna.

Una tercera traba que encontramos en el concepto de liberación es que, en algunos ámbitos del contexto latinoamericano, este concepto tiene un sentido cercano a la teología de la liberación. En la

obra Martín-Baró este sentido cobra especial relevancia, ya que éste era un sacerdote latinoamericano muy identificado con esta tendencia teológica. Algo que está muy presente en su obra y que para algunos (Cabrera, 1990a; Becker, 1990; entre otros) es el fundamento principal que hace de su obra algo tan especial. Nosotros quisiéramos evitar, no negar, esta identificación derivada de Martín-Baró con la teología de la liberación porque, por un lado, no creemos que éste sea el principal fundamento de su análisis de la realidad, como en algunos círculos latinoamericanos se pretende matizar, sino más bien una motivación adicional.

Como última dificultad, Caparrós y Caparrós (1976) intentaron crear un concepto de psicología de la liberación con una acepción distinta a la de Martín-Baró, aunque en una dirección semejante a la de éste, exportable a los conatos de crear una teoría latinoamericana, pero con una década de diferencia. Estos autores hacen, desde Argentina, un singular psicoanálisis social que esté "liberado" de la opresión a que estaba sometida la psicología por parte del modelo médico y psiquiátrico a principio de los años setenta, mientras que en Martín-Baró, según Montero (1998), el término aparece por primera vez en 1986. En su caso Martín-Baró, aunque

3.2. El término liberación es considerado por Martín-Baró como una característica esencial en ACCION y no como un hecho. Esta acción liberadora se encuentra en su obra de tres formas. Explique cada una de estas formas

primero, como mencionamos, con una clara alusión a la teología de la liberación la cual hace una reinterpretación de las Escrituras, que presentan a un Dios opresor o "Todopoderoso", hacia una religiosidad liberadora; en donde, el ser humano tiene la capacidad de construir su destino en contra de los sistemas sociales opresores que, en el contexto latinoamericano, se atribuían en muchas ocasiones a la voluntad de Dios

La segunda forma de liberación está muy relacionada con la anterior, la utilización de la psicología como herramienta para la liberación de las mayorías populares. Martín-Baró desde muy temprano toma conciencia del poder que tiene la psicología social como área de conocimiento para transformar la realidad social. En una línea próxima a Foucault, Habermas, la Escuela de Frankfurt y los teóricos críticos con el concepto de poder en la sociedad burguesa, las ideas de Martín-Baró surgen de los principios

teóricos de la Educación Popular de Paulo Freire y la Sociología Crítica o militante del sociólogo colombiano Fals Borda, con las cuales toma contacto desde muy joven cuando cursaba sus estudios de licenciatura en Colombia.

La última manifestación de la liberación la encontramos en las posturas teóricas de la psicología defendidas por Martín-Baró y su deseo de construir una psicología social emancipada de los EE.UU. El reclamo de hacer una psicología relevante que responda a la realidad a la que se debe (Martín-Baró 1972h, 1974b, 1976, 1982c, 1983a,1986d, 1987c, 1989f, etc.), hizo que Martín-Baró junto a una serie de psicólogos latinoamericanos (Montero, Dobles, Lira, Lane, Salazar, Azún, etc.), se dieran a la tarea de construir una psicología social latinoamericana que no fuera un reflejo o un satélite de teorías hechas en otros contextos como Norte América o Europa. Dentro de este esfuerzo Martín-Baró ocupó un puesto singular en la lucha por "liberar" a la psicología latinoamericana de los lastres que arrastraba en la teoría y en su acción al importar acríticamente modelos, especialmente estadounidenses, para su aplicación en contextos latinoamericanos que nada tienen que ver ni cultural, ni socialmente, y, sobre todo, tienen unas necesidades sociales muy distintas a aquellos.

3.3. De acuerdo a la lectura ¿Considera usted que Martín-Baró era marxista? Justifique su respuesta.

Martín-Baró nunca se declaró marxista, y ni quienes lo conocían de cerca pensaban que lo fuera.74 Esto no ha impedido que en ocasiones su obra sea considerada marxista (Argueta et. al., 1992) por su afinidad práctica en el análisis social y su naturaleza netamente católica como sugiere la interpretación latinoamericana de la doctrina cristiana (en defensa del oprimido)

Digamos que la postura política de Martín-Baró estaba claramente dirigida hacia una lucha contra el poder opresor. Por un lado, el poder científico contra el cual luchaba mediante una metodología que no tuviera necesariamente una base positivista, empirista o cuantitativa reduccionista y, por otro lado, era una lucha contra el gobierno y los que tuvieran algo de poder político, denunciando las injusticias sociales a las que estaba sometida el pueblo. De esta manera, el quehacer científico de Martín-Baró comprendía una doble amenaza para las instituciones formales. Por un lado, combatía el poder de las instituciones científicas al utilizar una metateoría que se fundamentaba en el valor axiomático de las necesidades sociales para garantizar la validez del conocimiento científico y, por otro lado, investigaba

temas que constituían una amenaza para la "legitimidad" del gobierno salvadoreño, en ocasiones obtenida a base de la fuerza, la mentira o la corrupción electoral.

3.4. ¿Qué significa para usted, de acuerdo a la lectura, que la realidad son muchas realidades “construidas”?

Igualmente, queremos negar de antemano la limitación de interpretar su obra como si fuera "una mirada a la realidad desde aquí" o un punto de vista diferente como si constituyese un punto o una sola realidad. No queremos interpretar su mirada como la única o la correcta. Por el contrario, queremos hacernos eco y realzar en su obra el reconocimiento, a priori, que la realidad no es una sino muchas realidades diferentes. La realidad son muchas realidades "construidas" (Berger y Luckmann, 1966/1984; Schütz, 1993; Ibáñez, 1989, 1994a; Burr, 1985; Searle, 1995; etc.) y bajo esta óptica se entiende nuestro acercamiento a la realidad. De esta manera, encontramos una postura crítica a la tendencia homogenéizate, incentivada por la "globalización", a ver la realidad desde un sólo punto de vista (casi siempre el norteamericano), y cómo el poder implícito de las teorías psicológicas nos conduce hacia ese modelo global de ser humano (el homo economicus). Martín-Baró era consciente de la dirección de tal poder, por ello intenta ver y analizar los fenómenos desde abajo, desde las mayorías populares, desde el propio actor (escucha su voz, le otorga el valor que merece), desde el sentido común. Haciendo una psicología que tenga en cuenta el sentido común, Martín-Baró se aproxima a propuestas europeas como la psicología popular (véase Rodrigo, Rodríguez y Marrero, 1993) que pretende construir explicaciones psicológicas a partir del sujeto de la calle.

3.5. ¿Cómo logra Martín-Baró superar la separación que hay entre ciencia y religión? Martín-Baró logra cruzar el abismo de ciencia-religión con lo cual supera el primer escollo de las separaciones del "ser" humano y encuentra, mediante la relectura crítica tanto de las Escrituras como de los postulados metafísicos de la ciencia, nexos de unión que contradicen la naturaleza del enfrentamiento. De esta manera, propone una nueva forma de relación Dios-ciencia alternativa a las tradicionales que tome en consideración religiosidad y espíritu como elementos especialmente relevantes en la definición del ser humano y su conducta. Construye un ser humano más complejo, aunque reconoce en la separación de la alienación un problema mayor al dilema ciencia-religión que limita el alcance de la complejidad.