ANGELA LUNA La Casa de Los Espiritus

Estructura y técnica en La casa de los espíritus Ángela Cristina Luna Lasso Enero de 2013 La casa de los espíritus es un

Views 87 Downloads 66 File size 86KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Estructura y técnica en La casa de los espíritus Ángela Cristina Luna Lasso Enero de 2013 La casa de los espíritus es una novela escrita por la reconocida escritora chilena Isabel Allende, en 1982. Allende nació en Lima, Perú, el 2 de Agosto de 1942 pero desde temprana edad vivió en Chile, junto a su familia. Su padre era primo de Salvador Allende quien fue presidente de Chile entre 1970 y 1973, por lo tanto podemos ver su cercanía y gran interés hacia la política, sobre todo tras vivir durante los años de dictadura que se establecieron en Latinoamérica. Aunque en el libro no se menciona de manera explícita el nombre del país donde transcurre la vida de los Trueba del Valle, podemos deducir que es en Chile, ya que la narradora reproduce la época de la dictadura de Pinochet, y algunos personajes son seres que también vivieron en aquella época, de hecho muchas situaciones ocurridas durante el libro son inspiradas en personajes, lugares y hechos reales. Cuando mencionan al poeta, por ejemplo, sabemos que están hablando de Pablo Neruda. Pero lo realmente impresionante de este libro es la variedad de técnicas narrativas que contiene.

Para comenzar, es necesario analizar la estructura externa del libro, que cuenta con un total de catorce capítulos más el epílogo. En cuanto a la estructura temporal del relato podemos decir que es una obra IN MEDIAS RES porque el primer acontecimiento narrado corresponde a un evento intermedio: la llegada de Barrabás y, en el mismo barco, el cadáver del tío Marcos: “Barrabás

llegó a la familia por vía marítima, anotó la niña Clara con su delicada caligrafía. (…) El día que llegó Barrabás era jueves santo.” (Allende, 2004, p. 11 Luego la narradora, que al final de la obra descubrimos que es Alba, hace un racconto o movimiento de retrospección largo para hablarnos de las aventuras del tío Marcos, cuando Clara todavía era muy pequeña. Después de este racconto, que involucra otras anacronías, la narración empieza a avanzar hacia adelante, pasando por la infancia de Clara, la historia de su madre Blanca y sus Tíos Miguel y Jaime y, por último, su propia historia. Por lo tanto podemos decir que la historia transcurre de manera generacional. La casa de los espíritus involucra hábilmente la narración homodiegética con la heterodiegética. La narración homodiegética es la que se hace desde una focalización interna, porque la historia se narra desde el interior de la conciencia de un personaje, y por lo tanto el lector puede acceder a lo que este personaje ve, siente y piensa. En este caso encontramos como narradores homodiegéticos a Alba y a Esteban Trueba, quienes usan la técnica tanto del contrapunto como de la polifonía para narrar la historia, porque encontramos que se turnan la narración, como podemos apreciar en el capítulo décimo, “La época del estropicio” : “No puedo hablar de eso. Pero intentaré. Han pasado veinte años y durante mucho tiempo tuve un inalterable dolor.” (Allende 2004, p. 307) En este caso el narrador es Esteban Trueba. También encontramos un tercer narrador, éste heterodiegético omnisciente, porque es capaz de expresar la interioridad de las personas como lo son los sentimientos, los pensamientos y los sueños, como también conoce el

pasado, el presente y el futuro de los acontecimientos en la historia. Este tipo de narrador es el que más encontramos a lo largo de la novela y solo al final podemos enterarnos que es Alba, pero narrando en tercena persona, como podemos comprobar en el capítulo catorce: “Alba estaba encogida en la oscuridad. Habían quitado de un tirón el papel engomado de sus ojos y en su lugar colocaron una venda apretada. Tenía miedo. Recordó el entrenamiento de su tío Nicolás cuando la prevenía contra el peligro de tenerlo miedo al miedo, y se concentró para dominar el temblor de su cuerpo y cerrar los oídos a los pavorosos ruidos que le llegaban del exterior.” (Allende 2004, p. 425). En cambio en el siguiente ejemplo Alba vuelve a focalizar la narración desde el pronombre de primera persona: “Anoche murió mi abuelo. No murió como un perro, como él temía, sino apaciblemente en mis brazos confundiéndome con Clara y a ratos con Rosa, sin dolor, sin angustia, consciente y sereno, más lúcido que nunca y feliz.” (Allende 2004, p. 443) Es admirable el manejo que Allende hace con la fusión de voces a lo largo de la novela. No solo existen polifonías, sino que también hay monólogos, como lo vimos en la citación anterior, donde Alba habla consigo misma.

Desde el punto de vista de los acontecimientos narrados, no en el tiempo sino por la manera en que éstos se disponen en el relato, se puede hablar también de estructura circular o cíclica. Y es natural que sea así porque La casa de los espíritus es la historia generacional de la familia Trueba del Valle, una saga de cuatro generaciones: la generación de Nívea y Severo del Valle, la de

Clara del Valle y Esteban Trueba, la de Blanca, Jaime y Nicolás, y la de Alba. En cada uno de los personajes de la obra se reproducen los rasgos o marcas de las generaciones anteriores y al final hay un momento en que cada uno de estos eventos se cierra para completar el ciclo: Clara, desde pequeña, hace un recuento de todo lo que pasa en su familia y en su entorno por medio de los cuadernos de anotar la vida, y Alba transcribe o recuenta lo de Clara, más sus propias vivencias y las de su entorno particular. Para sustentar esta afirmación voy a utilizar dos citas textuales del libro, una del principio de la novela y otra del final, la primera es tomada del primer capítulo “Rosa, la Bella” y dice: “Barrabás llegó a la familia por vía marítima, anotó la niña Clara con su delicada caligrafía. Ya entonces tenía el hábito de escribir las cosas importantes y más tarde, cuando se quedó muda, escribía también las trivialidades, sin sospechar que cincuenta años después, sus cuadernos me servirían para rescatar la memoria del pasado y para sobrevivir a mi propio espanto.” (Allende 2004, pg.11) En esta primera citación podemos deducir que el narrador va a relatar una historia que empezó hace cincuenta años, por lo tanto éste conoce el futuro de los acontecimientos y que además éste se encuentra en su propio presente, pero para el relato se encontraría en el futuro, lo cual nos lleva a la segunda citación la cual encontramos al final del libro en el epílogo y dice lo siguiente: “Mi abuela escribió durante cincuenta años en sus cuadernos de anotar la vida. (…) Clara los escribió para que me sirvieran ahora para rescatar las cosas del pasado y para sobrevivir a mi propio espanto. El primero es un cuaderno escolar de veinte hojas, escrito con una delicada caligrafía infantil. Comienza así: >” (Allende, 2004, pp. 453- 454) Con esta segunda citación podemos ver que el principio y el final se relacionan porque se sitúan en el presente del narrador, en este caso en el de Alba, y esto lo vemos porque ella describe su presente como ella, utilizando los relatos de su abuela Clara para revivir toda la historia de cuatro generaciones y que además la ayuda a sobrevivir a su propio espanto, lo cual relacionamos con su experiencia de torturas y maltrato por parte de los militares después del golpe de Estado. En el tiempo del relato se producen anacronías; tanto prolepsis, anticipaciones temporales, como analepsis, retrocesos. La analepsis la encontramos en forma de racconto, ya que todo el relato de la vida y la historia de las cuatro generaciones es un retroceso temporal bastante prolongado que relata acontecimientos pasados desde hace cincuenta años por parte de la narradora, Alba. Por el otro lado las prolepsis son encontradas en distintos momentos del relato, como por ejemplo en el capítulo cinco “El tiempo de los espíritus” donde dice: “Cuando los encontraron, el niño estaba de espalda en el suelo y Blanca se acurrucaba con la cabeza apoyada en el vientre panzudo de su nuevo amigo. En esa misma posición serían sorprendidos muchos años después, para desdicha de los dos, y no les alcanzaría la vida para pagarlo.” (Allende 2004, p. 117), refiriéndose al día en que el conde, Jean de Satigny, descubrió su aventura en el bosque y le contó a su padre, Esteban Trueba, lo cual le desató una ira incontenible que terminó perjudicándolo.

Otros ejemplos que confirman la estructura cíclica son: El pelo verdoso de Rosa y de Alba, la violación de Esteban García a Alba, la cortada de los tres dedos por parte de Esteban Trueba a Pedro tercero García y luego Esteban García le corta los mismos tres dedos a Alba, el carisma aventurero del tío Marcos es igual al de Nicolás y además ambos intentaron elevarse en un globo aéreo, entre muchos otros círculos. Podría hablarse entonces de circularidad o estructura cíclica en la repetición de rasgos generacionales.

En Conclusión, es impresionante la capacidad de Isabel Allende al utilizar diversas técnicas narrativas para darle vida a la novela. Y esta variedad estilística también coincide con la variedad temática en la que confluyen la ficción y la realidad histórica, la bondad de algunos personajes con la barbarie de los acontecimientos políticos y los seres mortales con los espíritus.

Referencia: ALLENDE, I. (2004) La casa de los espíritus. Barcelona: Random House Mondadori S.A.